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Capítulo 2. Las traducciones (§ 29-42
El hombre. Cap. 3: Carácter|2 3
del Mesías en gloria y magestad de Juan Josaphat Benezra. T. I. Madrid: Imprenta de D. Fermín Villalpando, 1824, pág. 8).24 Sin embargo, habla también en esa ocasión de la santidad de Lacunza (ibídem, pág. 10).
16. Respecto a las capacidades de Lacunza, hay diferencia de opiniones. Urzúa ve en él un genio de primer orden, un Copérnico de la teología. Menos entusiasmo muestra Enrich que se contenta con reconocer que en él hay talento. «No era señalado como un hombre de eminentes talentos», declara Agier y añade:
«No podemos dejar de ver en este autor una gran erudición, un juicio sano y mucho candor: Vemos en él un hombre erudito en la materia y que ha estudiado los textos sobre los que escribe y sabe relacionarlos entre sí; aborda con franqueza las dificultades y no deja ninguna pregunta sin respuesta.»
Hay en él una lógica aplastante. No puede negársele un gran sentido a lo que dice. No le falta ni espíritu ni ironía. Su erudición es incuestionable.
Veamos el testimonio de Agier: «Cita con frecuencia autores jesuitas, Maldonado, Tirin, Corneille de la Pierre, Louis Dupont, Suárez, Pétau, etcétera, lo que no sorprende siendo él mismo jesuita. Creció apreciando estos autores, gracias a los cuales adquirió gran parte de su saber teológico.»
Vicuña Mackenna lo juzga como un predicador mediocre mientras que Mazzotti lo ve con una extraordinaria elocuencia. Hagamos la media...
Concluyamos como el crítico argentino Ricci: «A pesar de lo que digan sus detractores, hay que reconocer que el jesuita chileno era, no solo un teólogo sabio sino también un biblista y un exégeta de primer orden.»
24 Memoria Chilena [en línea]: http://www.memoriachilena.cl/temas/documento_detalle.asp?id=MC0012959 [consulta: 13 junio 2011]; http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/visor/BND:8476 [consulta: 23 febrero 2021]; Google Books: http://books.google.cat/books?id=wNe3KYn_GYkC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false [consulta: 30 noviembre 2011].
2 4|Una celebridad en el olvido: El P. Manuel de Lacunza y Díaz
Notas 16. «Para fundar su creencia i para rebatir a sus adversarios, Lacunza despliega un conocimiento tan extenso como profundo de la Biblia; i vastas lecturas de los padres de la iglesia, de los expositores i comentadores» (BARROS ARANA, Historia jeneral de Chile, op. cit., t. VII, pág. 571).
«Cita también de forma honrada y con equidad los buenos autores que no formaban parte de la Compañía, tales como Pluche, Rollin, Fleury y sobre todo Bossuet, por el que, incluso rechazándolo, manifiesta una profunda veneración» (AGIER, Vues sur le second avènement de Jésus-Christ…, op. cit., pág. 108).25
«Este religioso había leído mucho las sabias publicaciones hechas en Francia a lo largo del siglo XVIII acerca de la conversión de los judíos y de la poderosa influencia que ejercerá este grandioso acontecimiento en la regeneración cristiana en los últimos años de este mundo» (MATOVELLE, José Julio María. Meditaciones sobre el Apocalipsis. Roma: Escuela Tip. Salesiana, 1922, pág. 987).
RICCI, Clemente. Francisco Ramos Mexía y el Padre Lacunza. Buenos Aires: Imprenta Juan H. Kidd, 1929, pág. 12.
25 Hathi Trust Digital Library, pág. 108 [en línea]: https://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=hvd.hw5h77&view=1up&seq=110 [consulta: 8 abril 2021].