junio 2015 • $20.00 • ISSN 0185-0938
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El complot mongol y De muerte natural Adaptaciones en cómic por Bef y Blumpi
Visible , pe ro invisible Una entrevista con Fumiaki Noya
crón ica El extraño caso de la cocaína robada
100 años de Rafael Bernal El amo de la novela negra
dossier
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
14. El complot Bernal
Rafael Tovar y de Teresa Presidente
El complot anticanónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Saúl Juárez Secretario Cultural y Artístico Francisco Cornejo Rodríguez Secretario Ejecutivo Ricardo Cayuela Gally Director General de Publicaciones
Por Joserra Ortiz Pecados y genialidad de El complot mongol . . . . . . . . 22
Por Imanol Caneyada El imperio de los hematófagos . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Por Juan Pablo Anaya La dramaturgia de Rafael Bernal. Repaso de tres obras de teatro . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Por Tristana Landeros Rodrigo Castillo Director Editorial Herson Barona Editor Joaquín Guillén Márquez Jefe de redacción Javier Alcaraz Diseño editorial
Su nombre era Muerte. La novela contra la sociedad secreta . . . . . . . . . . . . 32
Por Xalbador García Semblanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Por Rafael Bernal Arce
Valentina Gatti Corrección Mitzi A. Galván Redacción web Francisco Javier Becerril Distribución y ventas José Jiménez Ortiz, Fernanda del Monte, Marina Azahua, Carlos Velázquez Consejeros editoriales
fondo editorial Tierra Adentro Idalia Sautto Editora Claudia Zepeda Difusión y promoción Adriana Reveles Administración Lourdes Amador Secretaria de dirección Director fundador Víctor Sandoval †
Tierra Adentro es una publicación mensual de la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Los textos firmados son responsabilidad de sus autores. Los editores no comparten necesariamente el punto de vista de los autores. Los títulos de los textos son responsabilidad de los editores. Periodo de exhibición: junio de 2015. Domicilio: Av. Paseo de la Reforma 175, piso 3, colonia Cuauhtémoc, México, Distrito Federal, CP 06500; teléfono: 41550200, ext. 9094; correo electrónico: tierraadentro@ conaculta.gob.mx. Editor responsable: Rodrigo Castillo. Publicación registrada en la Dirección de Derechos de Autor de la Secretaría de Educación Pública, con Reserva de Derechos de Título núm. 04-2011-051212064200-102. Certificado de Licitud de Título, núm. 9776. Certificado de Licitud de Contenido, núm. 6837, expedido por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación, issn 0185-0938. Impresión: Offset Santiago. Río San Joaquín 436, col. Ampliación Granada, C.P. 11520, Distrito Federal, México. Distribución: Educal S.A. de C.V., Avenida Ceylán núm. 450, Colonia Euzkadi, Azcapotzalco, México, Distrito Federal, CP 02660.
co n v e r s ac i ó n a b i e r ta
58. Rafael Bernal Por Bef y Blumpi
crónica
en primera persona
4. El extraño caso de la cocaína robada
10. Fumiaki Noya
por Froylán Enciso
Por Cristina Rascón
Cuento
Amputaciones en una noche estrellada . . . . 38
Por Eric Uribares e n s ayo
El otro Ocaranza . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Por Pierre Herrera Poesía
Trípode . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Por Xitl alitl Rodríguez Mendoz a Los disfraces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
Por Nadia Escal ante Andrade De Efusiva penitente . . . . . . . . . . . . . . . 53
Por Valeria Guzmán Un poema americano . . . . . . . . . . . . . . . 54
Ilustración de portada: Eduardo Ramón Trejo.
por Eileen Myles Crítica: Libros
NEO/GN/SYS o la máquina de la poesía . . . 72
Por Arturo Loera Crítica: Arte
El cisne y el cuaderno: avatares de Björk en 2015 . . . . . . . . . . . . 74
Por Jazmina Barrera crítica: Medios
El naturalismo de Boyhood . . . . . . . . . . . 77
Por Alejandra Vergara Whiplash. La mirada subjetiva . . . . . . . . . 78
Por Luis Reséndiz Fo r m a s b r e v e s
Analema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
Por Pavel Andrade
El matón michoacano devenido en investigador policiaco encontró su recepción crítica años después de haber sido lanzado a los ojos de los lectores. Ese extraño personaje, llamado Filiberto García, fue invención del asombroso imaginario de Rafael Bernal (Ciudad de México, 1915-Friburgo, Suiza, 1972), poeta, reportero durante la Segunda Guerra Mundial, viajero incansable, guionista para el cine hollywoodense, creyente indiscutible del «oro verde» (el plátano tabasqueño), diplomático y, a la par de Rodolfo Usigli, creador de la novela negra en nuestro país. Para visitar el trabajo del autor de El gran océano, en Tierra Adentro invitamos a cinco escritores a abordar diferentes aristas del quehacer de Bernal. Por si esto fuera poco, pedimos a los dibujantes Bef y Blumpi que trabajaran a partir de las novelas El complot mongol y De muerte natural, respectivamente, con adaptaciones de las obras al cómic. Acompañan a esta edición una crónica en la que Froylán Enciso se acerca al primer robo de cocaína registrado en Mazatlán, Sinaloa, en la década de los años treinta; una charla entre el traductor japonés Fumiaki Noya y la narradora Cristina Rascón; un cuento de Eric Uribares, «Amputaciones en una noche estrellada», y un ensayo amplio de Pierre Herrera, próximo autor del Fondo Editorial Tierra Adentro, quien recupera la figura del poeta Ramón Martínez Ocaranza. Agradecemos a Rafael Bernal hijo y a María Idalia Cocol Bernal por darnos las facilidades para revisar los documentos de su padre, y a Gabriel Nieto, de Grupo Planeta, por la autorización para la reproducción de los textos en las adaptaciones.
Fotografía: Fototeca Nacional INAH.
Po r
En
ci
so
El ex c t d as r la e o a ñ c o r oc o a b í a n Fr oy d a lá a n
Crónica
A principios de la década de 1930, en Mazatlán, Sinaloa, un vendedor de huaraches reportó a las autoridades el robo de cien gramos de cocaína que, ilegalmente, iba a vender. Basado en una investigación documental, Froylán Enciso recorre las calles que presenciaron uno de los primeros casos de tráfico de drogas en la ciudad, las primeras mafias y las reacciones gubernamentales en turno.
El 6 de abril de 1931, Pascual Gutiérrez, un vendedor de huaraches de cincuenta y cinco años, originario de León, Guanajuato, que vivía en la calle 16 de Septiembre, cerca del Panteón #2 de Mazatlán, llegó a las oficinas de la Delegación Federal de Salubridad. Le habían robado cien gramos de cocaína que quería recuperar. Su necesidad era mucha. El doctor Luis Cervantes, delegado de Salubridad en Mazatlán, atendió el peculiar caso de tráfico de cocaína. Peculiar porque, entonces, esa droga era poco común. Posiblemente algo llegó antes a Sinaloa, en el Porfiriato, como parte de los insumos importados por los franceses, quienes eran dueños de compañías mineras en Baja California y comerciaban intensamente con los puertos sinaloenses. El caso denunciado por el señor Gutiérrez pasó a la historia como el primer tráfico ilegal de cocaína del que tenemos registro en Sinaloa: una expresión local del proceso de declive de esta droga luego de su ascenso como mercancía global distribuida por la farmacéutica Merck. El doctor Cervantes debió sorprenderse de que su primera denuncia relacionada con cocaína no fuera por tráfico ilegal o contrabando, sino por robo. El mismo contrabandista denunció el crimen. Por lo visto, Gutiérrez sabía de la prohibición de la droga, pero robar era más condenable moralmente en aquel tiempo que el comercio de drogas ilícitas. Como dijo el doctor Jesús Siorda Gómez, la cocaína era considerada entonces una droga «poco menos usada [que la morfina], tomada por aquellos pertenecientes a la “élite” de los toxicómanos; artistas, escritores e intelectuales en general».1 El doctor Cervantes preguntó a Pascual cómo había llegado a su oficina. Pascual explicó que ya tenía más de un año con este problema. Ya se había entrevistado con el señor Leoncio Toledo, jefe de la Policía Secreta de Mazatlán, quien levantó un acta y la turnó a la presidencia municipal. Toledo dijo que lo llamarían, pero nunca ocurrió. Pascual intentó hablar en repetidas ocasiones con el boticario Jesús V. Sarabia, entonces presidente municipal, pero éste se escondía. 1 Toxicomanías. Ensayo de interpretación. Tesis para su examen profesional de médico-cirujano, México, Facultad de Medicina, Universidad de México, 1933, p. 33.
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Crónica
Pascual decidió escribir una carta el 28 de febrero de 1931 al nuevo presidente municipal, Guillermo B. Gómez, quien le pidió que viera el asunto con el secretario de la presidencia. El secretario se limitó a mecanografiar los hechos y turnarlo a la oficina del doctor Cervantes, pues las drogas «enervantes» eran un asunto relacionado con salubridad pública. «Lo que quiero, señor, es recuperar la cocaína, porque me la regalaron para que me ayudara. Necesito el dinero, tengo mucha necesidad», insistió Pascual Gutiérrez. El doctor Cervantes debió sentirse orgulloso de que las autoridades municipales y policiacas vieran al Departamento de Salubridad como la autoridad indicada para perseguir un delito relacionado con drogas. Su trabajo de propaganda de la legislación
septiembre de 1930 lo movió al domicilio de la señora María Vega,
sanitaria federal en la localidad ayudó a que lo nombraran como
que vivía en otra casa sin número de la calle Zaragoza. Hasta oc-
la autoridad en la materia. Cervantes levantó un acta. Alrededor
tubre no buscó comprador para su frasco. Encontró a un amigo
de la once de la mañana, se reunieron Pascual Gutiérrez, el doc-
que se dedicaba a vender esa sustancia frente al Hotel Francés.
tor Pedro Arzani, subdelegado Sanitario, y los testigos Francisco
Le propuso que buscaran cliente. Se encontraron el 25 de octubre
Valenzuela jr., jefe del Servicio de Desratización, y Carlos Gallar-
porque había conseguido un comprador: un gringo que era hués-
do Chávez, agente de Sexta.
ped en el Hotel Belmar. Pidió que le llevaran la cocaína al día
La extraña historia de la cocaína robada inició en junio de 1930,
siguiente.
cuando Gutiérrez se percató de que Alberto Federico, maquinista
A la mañana fueron al Hotel Belmar. Se separaron poco antes
de ferrocarril y viejo amigo, venía en el tren que llegaba del sur
de llegar. Su amigo pidió que lo esperara a la vuelta en una ven-
mientras esperaba pasajeros para vender sus huaraches. Platica-
tana de la casa de la señora Laura Gómez Vda. de Trucios, mien-
ron. Pascual se quejó de la mala situación económica por la que
tras hablaba con el gringo. Gutiérrez se sentó en la ventana junto
atravesaba y su amigo se compadeció.
a la bolsa de papel. Había cubierto la cocaína con seis pares de
«No tengo dinero con qué ayudarte, pero te regalo esto para que lo vendas», le dijo Alberto Federico antes de partir hacia el ferrocarril de San Antonio, Texas, donde trabajaba.
huaraches. De repente, llegó un individuo. Preguntó qué hacía. «Nada, estoy esperando a que venga una persona que me va a comprar esos huaraches», contestó.
Era un frasco de hojalata con cien gramos de cocaína. Pascual
El individuo se identificó con una placa de policía. Pascual sin-
Gutiérrez lo dejó encargado en la casa de la señora Lina Carrillo,
tió el miedo que lo recorría, mientras el policía registraba la bolsa
que vivía en una casa sin número en el callejón de Cocalucha de
de papel. Para su desgracia, encontró la cocaína.
la calle Hidalgo. Le dijo que se lo guardara sin más explicación. En
«¿Qué no sabe que está prohibido traficar con esto, compa?».
Gutiérrez sabía de la prohibición de la droga, pero robar era más condenable moralmente en aquel tiempo que el comercio de drogas ilícitas.
Crónica
«Sí, pero yo no me dedico a traficar. Es que me la regalaron y
↖ El Hotel Belmar fue construido en los años veinte. Actualmente es un espacio de expresión urbana. Fotografía: Wonderlane / Flickr
es mucha mi necesidad, por eso la traigo». El policía no le creyó. Preguntó si tenía más. Gutiérrez ofreció llevarlo a su casa para probar que no escondía nada, que esa era la única cocaína en su poder, y demostrar que no tenía otra propiedad aparte de los huaraches con que se ganaba unos pe-
↑ Vista del Hotel Belmar desde el malecón de Mazatlán, ca. 1930. Fotografía: Cortesía de Mexicoenfotos.com
sos para malvivir. El policía aceptó ir a su casa. Ya de camino, el
individuo con quien se detuvieron camino a la casa de Gutiérrez.
policía se detuvo en la calle Guelatao, frente a la National Paper
Esta persona vivía en la calle Hidalgo casi esquina con Carnaval,
and Typewriter Company, a platicar con amigos un rato. Cuando
y confirmó que no era policía. Se llamaba Alfonso Cázarez y era
retomaron el paso, el propio policía dijo que si compartía la mi-
síndico del pueblo de Siqueros, un funcionario público municipal
tad de la venta, él podría encontrar comprador. A Gutiérrez no le
que tenía fama de pillo.
gustó la idea. Llevaba mucho tiempo esperando esa oportunidad y ahora tendría que compartir las ganancias.
Como Cázarez nunca regresó con el dinero, Pascual Gutiérrez levantó actas con el jefe de la policía secreta y la presidencia mu-
Al llegar con María Vega, el policía echó un vistazo y repitió la
nicipal, pero nadie lo ayudó. El doctor Cervantes y su equipo de-
propuesta: él encontraría cliente si le daba la mitad del dinero que
bieron quedarse estupefactos al escuchar la historia de Pascual
obtuvieran. Ante la insistencia, Gutiérrez ofreció darle el valor de
Rodríguez. Es posible que no supieran con exactitud qué hacer.
una onza, si conseguía que les pagaran $3.50 por gramo (el mejor
Decidieron tomar el papel de fiscales del caso y llamar a declarar
precio que, según le dijeron, se podría conseguir en Mazatlán). El
al mayor número de testigos posible. El 27 de abril de 1931, el doc-
policía aceptó, se llevó la cocaína y prometió regresar a la noche
tor Cervantes y los mismos funcionarios de Salubridad, a quienes
siguiente, cuando saliera de trabajar.
se unió el mecanógrafo Armando Atienza, levantaron un acta con
Luego de que el policía se retiró, Pascual Gutiérrez empezó a
la declaración de Alfonso Cázarez, quien negó todos los hechos.
dudar. ¿Y si el policía fuera un impostor? ¿Si no era policía y no-
Dijo que ni siquiera había estado en Mazatlán durante los días
más le estaba poniendo un cuatro? Entonces, recaminó lo andado
señalados por Pascual Gutiérrez, de quien dijo que sólo estaba
para averiguar si el mentado policía en verdad lo era. En el Hotel
armando mitote sin prueba alguna.
Belmar preguntó al guardia si conocía a alguien con las caracte-
El mismo día llamaron a declarar al expresidente municipal de
rísticas del hombre que se llevó su cocaína. No había otro guardia
Mazatlán y boticario Jesús V. Sarabia, quien dio detalles parcos
ahí, mucho menos alguien como el que describió. Luego buscó al
sobre el desempeño de Cázarez como policía y síndico, aunque
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Crónica
Pascual Gutiérrez efectivamente levantó una denuncia por robo, pero no de la cocaína sino de unas alhajas. Gutiérrez, ahí presente, dijo que había mentido porque sabía que el comercio de cocaína no estaba permitido. Fue entonces que Leoncio Toledo dio en su mano el acta de denuncia al presidente municipal Jesús V. Sarabia, sin recibir orden alguna para seguir investigando. Por su parte, Alfonso Cázarez tenía una segunda identidad. A finales de octubre, Leoncio Toledo vio a Cázarez en la esquina de las calles ↑ Casa sin número en el callejón de Cocalucha de la calle Hidalgo en Mazatlán. Fotografía: Conor F. Shine.
↗ En los años treinta, la cocaína era popular entre artistas, escritores e intelectuales. Fotografía: Cortesía de Farmacia Museo Aramburu.
dijo no recordar la carta de Pascual Gutiérrez. Quería evitar que se discutieran los rumores de que su botica proveía de opiáceos a toxicómanos y presos, pero la verdad habría de surgir.
Leandro Valle y Benito Juárez, cuando otro individuo de apellido Araujo, lo llamó: «Hola Gutiérrez, ¿desde cuándo no va a Guadalajara?», gritó Araujo. Cázarez bajó de la banqueta y platicó un rato con él. Luego, Leoncio Toledo preguntó a Araujo por pura curiosidad que quién era la persona con quien estuvo platicando. «Es Alberto Gutiérrez, sargento primero de la policía montada de Guadalajara», contestó.
Al día siguiente, 28 de abril de 1931, declaró Manuel Bejarano,
Cázarez nunca aclaró los detalles de esta doble identidad. Algo
quien conocía bien a Cázarez y proporcionó información funda-
grave ocultaba porque decidió aceptar los cargos por robo de co-
mental. Bejarano era un respetable hombre casado, de cuarenta
caína. Ya para ese punto de la vida, como dicen en Sinaloa, a Cá-
años, que trabajaba como colector de impuestos para el gobierno
zarez no le alcanzaban los vivos para enterrar a los muertos.
del estado de Sinaloa y el municipio de Mazatlán. Bejarano confir-
El 29 de abril, Cázarez aceptó que estuvo en Mazatlán en octu-
mó que a finales de octubre de 1930 vio pasar a Cázarez con otra
bre de 1930. Su amigo, Monje, le contó que Pascual Gutiérrez tenía
persona frente a su casa y lo llamó para pedirle un recibo por su
en su poder cierta cantidad de cocaína que podrían robar. Cuando
sueldo como síndico, pero Cázarez no lo traía. También confirmó
Cázarez regresó a Mazatlán, el 25 de octubre, Monje averiguó con
que un individuo de «mala catadura», Pascual el huarachero, fue
Pascual Gutiérrez, so pretexto de que tenía un comprador, que se
a preguntarle sobre la persona con quien había hablado. Él con-
trataba de cien gramos de la marca alemana Merck.
testó que era Cázarez, el síndico de Siqueros.
Monje buscó a Pascual Gutiérrez de nuevo y le dijo que debía
El mismo día, este par de datos sirvieron para que Cervantes
llevar la cocaína al Hotel Belmar, donde un gringo la compraría.
llamara de nuevo a Alfonso Cázarez, ya preso en la cárcel munici-
Gutiérrez no aceptó, sino hasta la mañana siguiente. Ese día Monje
pal junto a Pascual Gutiérrez. En su declaración se limitó a aceptar
pidió a Pascual Gutiérrez que esperara a que hablara con el huésped
que conocía a Bejarano desde sus tiempos como funcionario de
estadounidense antes de llegar al hotel en la esquina de las calles
Siqueros, pero no aceptó la acusación de Pascual Gutiérrez. El día
Olas Altas y Constitución. Tal y como había declarado Pascual
siguiente Leoncio Toledo, jefe de la policía secreta en Mazatlán,
Gutiérrez, Cázarez le hizo la plática mientras estaba sentado, por
declaró que Gutiérrez y Cázarez mintieron.
petición de Monje, en una ventana.
Crónica
ministerio público federal Vicente MacGregor con la petición de que procesaran penalmente tanto a Pascual Gutiérrez como a Alfonso Cázarez. Luego de casi un mes de trabajos, por fin, el 30 de abril de 1931, el ministerio público solicitó al Juzgado de Distrito en el estado de Sinaloa que iniciara el juicio. El expediente del juicio se abrió el 1 de mayo de 1931 por el juez de Distrito en Mazatlán, Salvador H. Rangel, según se informó ese día al Tribunal del 4º circuito en Guadalajara. En tan sólo tres días, el 4 de mayo de 1931, luego de pedir que todos declararan de nuevo, el juez Rangel decretó la libertad tanto de Gutiérrez como de Cázarez, debido a que no estaba «comprobada la existencia del cuerpo del delito, puesto que la cocaína con que los reos traficaban no pudo ser recogida y, por lo tanto, mucho menos sometida Cázarez mostró una placa de policía que le prestó un amigo,
al examen pericial que en estos casos se requiere».
registró su bolsa y lo amenazó con denunciarlo; sin embargo, dijo
La frustración del doctor Cervantes debió ser mayúscula. El
que no fue él, sino Gutiérrez quien ofreció dar la mitad de la ven-
tráfico ilegal de drogas merecía castigo. La falta de cuerpo del
ta si no lo denunciaba y que ya tenía un cliente gringo. Entonces
delito era un tecnicismo jurídico que no debía limitar el avance
Cázarez propuso hacer la venta y preguntó si tenía más. Gutié-
de los programas que regenerarían al país bajo las nuevas insti-
rrez le dijo que no y, para probarlo, lo invitó a su casa. Ahí ofreció
tuciones que los revolucionarios estaban construyendo. El casti-
compartir el valor de una onza con Cázarez. Hecho el trato, Cá-
go del tráfico ilegal de drogas era urgente no sólo por motivos de
zarez prometió regresar con el dinero, pero en vez de eso se fue a
salubridad pública. La «vergonzosa» actividad estaba infectando
Siqueros con la cocaína.
a la sociedad en su conjunto. La corrupción de policías y funcio-
Cázarez no volvió a Mazatlán hasta los primeros días de noviem-
narios municipales era una prueba.
bre. En un expendio de cerveza del mercado se encontró con Ro-
La única manera de superar la frustración, para un hombre de
berto Magallanes, traficante conocido de drogas, pero no llegaron
acción como Cervantes, antiguo médico de Venustiano Carranza,
a un acuerdo. Dos días después, se encontró con Magallanes por
era luchar. Su lucha se reflejó en el aumento de la persecución de
segunda vez en el Café América. El traficante sacó de su cinturón
traficantes de drogas y toxicómanos durante su estancia en Ma-
de culebra ciento veinte pesos, cien en monedas de oro y veinte
zatlán. Además, usó todos los recursos a su alcance para conven-
en plata, para pagar los cien gramos. Recogieron la cocaína en
cer a las autoridades centrales para que se hiciera algo.
casa de Cázarez y regresaron al café por más cervezas. Cázarez
Así inició una guerra.
compartió setenta de esos pesos con Monje. El doctor Cervantes y su equipo no pudieron controlar la ebullición de preguntas ante tan cínica declaración. ¿Quién fue el policía que le prestó la placa para engañar a Gutiérrez? No recordaba. La regresó de inmediato. ¿Cómo y desde cuándo conocía a Magallanes? Desde que era agente de policía; Cázarez sospechaba que Magallanes era traficante de drogas porque lo veía muy seguido en la estación de ferrocarril en compañía de otro delincuente conocido de apellido Galarza. Un día, Cázarez fue a la estación para detener a un americano traficante y ahí vio a Magallanes cargando un veliz lleno de drogas. Cázarez no aceptó los treinta pesos de oro de soborno que ofreció Magallanes y tampoco hizo la denuncia. Le hizo el favor gratis. A cambio, desde entonces fueron amigos. El trabajo de Cervantes no concluyó con las quince páginas de copiosas notas sobre el extraño caso. Llevó el expediente al
Froylán Enciso (Mazatlán, 1981) es historiador y ensayista. Su libro más reciente es Nuestra historia narcótica: pasajes para (re) legalizar las drogas en México.
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En primera Persona
Fumiaki Noya
visible pero invisible
Por Cristina Rascón Fotografías de Alejandra Carbajal
A finales del año pasado, Fumiaki Noya, el más destacado hispanista en Japón, visitó México para ofrecer una charla sobre la presencia de la poesía de Octavio Paz en tierras niponas. Entre otros escritores, Noya ha traducido a Paz, Fuentes, Vargas Llosa, Borges y Bolaño, y actualmente prepara una nueva versión del Quijote. En esta conversación, Cristina Rascón se acerca al ensayista y crítico para charlar sobre su oficio de traductor y sobre los puentes que hay entre la literatura japonesa y la latinoamericana.
F u m i a k i N oya
11
Conocí al profesor Fumiaki Noya (1948, Kawasaki, Kanagawa) en Tokio del 2009, ya que fue uno de los presentadores de mi libro de cuentos, Hanami, en la embajada mexicana. Tuvimos una charla sobre el contenido del título, sobre todo de la crítica social y el uso del lenguaje. Recuerdo que su principal comentario fue por qué exponer los cuentos más lúdicos y no los más políticos. Tenía razón, pero entonces mi selección fue más por longitud: preferí lo breve ya que cada cuento se leyó dos veces, primero en español, luego en japonés. Al acabar el evento, me invitó a su seminario en la Universidad de Tokio para continuar el intercambio, ahora con sus alumnos. La sorpresa fue que todos se mostraron más interesados
Ahora que la sociedad ha cambiado, rodeada de un sentimiento de inmediatez, el uso de los medios y del internet, con toda esta atmósfera circundante, el lector pide un ritmo de rapidez. Si no nos adecuamos, los jóvenes no lo leerían todo, no lo leerían hasta el final, se cansarían.
en la literatura yaqui, de la cual llevaba una compilación que realicé en 2006, que en los cuentos y el debate que había previsto: ¿por
estudiante no pude leerla en el original. Des-
Y en el caso de dichas expresiones coloquia-
qué lo político en ficción o por qué no? «Es que
pués estudié algunos fragmentos en español y,
les, cuando aparecen connotaciones de doble
de literatura indígena tenemos menos infor-
finalmente, hoy trabajo paso a paso, capítulo
sentido, refranes, inter o intratextualidades,
mación, y mucha curiosidad. Mejor hablemos
a capítulo, dejándome sorprender, degustan-
¿cómo lo maneja? ¿Con notas al pie?
de posibles similitudes entre Japón y las cul-
do lo inesperado. Claro que leer la versión de
Es muy difícil, pero lo mantengo libre de notas.
turas prehispánicas». Me sumé entusiasta,
otros traductores es un ejercicio interesante,
pues comparto esas ideas de todo corazón.
pues el estilo de cada uno es diferente. Del
¿Encuentra formas directas de suplir referen-
Lo importante es que noté su curiosidad y de-
Quijote habrá unas diez versiones en japonés,
cias, quizá usando expresiones en katakana? 1
seo de exploración: más que debatir sobre lo
apenas se empezó a traducir hace unos cien
Si hay palabras coloquiales en japonés equi-
que le era conocido, se interesó por explorar
años… Si algo me tiene contento es poder tra-
valentes al original, ya no uso palabras en ka-
lo desconocido. Fue una velada enriquecedora
ducirlo a mi manera.
takana; pero sí hay casos donde la traducción
para todos, la cual agradezco y me da gusto
es prácticamente imposible y prefiero dejar
corresponder ahora con esta entrevista sobre
¿Cuál es su propuesta lingüística en esta nue-
la palabra original, japonizada, digamos, con
su trabajo para el público mexicano.
va traducción? ¿Retoma formas medievales
katakana.
japonesas? ¿Cuál es su proceso creativo como traductor?
Creo que hay dos maneras de afrontar el uso
Cuando eso sucede, sin notas al pie, ¿cómo ex-
Mi sitio ideal es un café. En ese ambiente, lle-
del lenguaje en una obra medieval: la primera
plicar al lector el origen o contexto?
no de gente y de ruido, hay también un es-
es a través de equivalencias factibles de dichos
Para esos casos especiales sí manejo un glo-
pacio de soledad y concentración. Mi equipo
vocablos medievales en la lengua destino,
sario, pero sólo al final, sin romper el ritmo de
de trabajo son mis diccionarios y mi compu-
pero eso ya lo han hecho otros traductores;
lectura de la obra.
tadora. Y el texto, claro. Es un proceso muy
la segunda es utilizando el habla moderna,
personal. Antes trabajaba con otros traduc-
coloquial. Entonces el ritmo se acelera. Aho-
¿En qué otros proyectos de traducción está
tores, nativos del idioma español, quienes me
ra que la sociedad ha cambiado, rodeada de
trabajando?
daban primeras versiones o revisiones finales,
un sentimiento de inmediatez, el uso de los
Estoy traduciendo La literatura nazi en Améri-
pero ya no lo necesito. Ahora trabajo mejor
medios y del internet, con toda esta atmós-
ca, de Roberto Bolaño (Los detectives salvajes
individualmente. Me tomo mi tiempo. Ge-
fera circundante, el lector pide un ritmo de
ha sido muy bien recibido en Japón). También
neralmente trabajo fragmento por fragmen-
rapidez. Si no nos adecuamos, los jóvenes no
estoy trabajando El sueño del celta, de Mario
to. En el Quijote, por ejemplo, leí primero la
lo leerían todo, no lo leerían hasta el final, se
obra completa, en japonés, ya que cuando era
cansarían.
1 Alfabeto japonés para neologismos.
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En primera Persona
Vargas Llosa, de quien ya he traducido ante-
que en Borges no hay sexo y en Murakami sí.
por escribir sólo realismo mágico, pero sí hay
riormente Los jefes, sus primeros cuentos y la
Creo que los escritores latinoamericanos de la
una presencia recurrente de universos simila-
novela La tía Julia y el escribidor. Mi siguiente
generación de antes del boom tienen un punto
res a Cien años de soledad en al menos una de
proyecto es una antología de cuentos de Ga-
en común: Faulkner.
las obras de varios escritores. El plantear un pueblo o comunidad, relativamente alejado,
briel García Márquez. ¿Y los japoneses leen a Faulkner?
donde ocurren cosas fantásticas… ese tipo de
¿Tiene en mente narrativa mexicana para futu-
Ahora no, pero antes sí, mucho, incluso vi-
cosas. Kenzaburo sigue ese estilo también en
ros proyectos de traducción?
sitó Japón.
algunas de sus obras.
más de Octavio Paz, «Vuelta», Árbol adentro. Si
Entonces si los japoneses leían a Faulkner, ese
Planteando un puente o juego de espejos, ¿qué
se trata de narrativa, elegiría a Carlos Fuentes
punto en común de ambas culturas fue como
influencia encontramos de la literatura japo-
como un buen proyecto de traducción al japo-
tierra fértil para recibir el boom.
nesa en la narrativa hispana? Pienso en García
nés, pero ese es un proyecto grande, no puedo
Exactamente, es curioso cómo la relación en-
Márquez, quien retoma La casa de las bellas
compaginarlo con lo que estoy trabajando ac-
tre dos culturas se sostiene por el antecedente
durmientes, de Kawabata, y escribe su novela
tualmente; debo esperar un par de años.
de una tercera.
Memoria de mis putas tristes. ¿Podríamos en-
En este momento no, pero quisiera traducir
contrar autores latinoamericanos que tomen a ¿Qué le atrae al lector japonés de la literatura
Sobre narrativa escrita por mujeres latinoa-
Japón como tema o escenario, o directamente
latinoamericana?
mericanas, ¿qué autoras están traducidas al
la literatura japonesa?
En la década de los ochenta conocimos a los
japonés, con buena recepción por parte de los
No es fácil identificar esas influencias. Por
grandes del boom latinoamericano, como Gar-
lectores y consideradas por la crítica japonesa
ejemplo, Vargas Llosa ha leído a Kawabata,
cía Márquez, Vargas Llosa, Cortázar. El más
para análisis y debate?
aunque no se nota la influencia. Entre escrito-
popular, actualmente, es Julio Cortázar, sobre
Isabel Allende es la más leída de las narrado-
res jóvenes está la novela Bonsái, escrita por
todo los primeros cuentos, lúdicos y fantásti-
ras latinoamericanas, particularmente por La
Alejandro Zambra. Ahí tenemos una mues-
cos. El drama se desarrolla en la ciudad, en un
casa de los espíritus y Eva Luna, entre otros.
tra de efectos de la cultura japonesa en la na-
ambiente urbano; los jóvenes se entienden
Pero algunos críticos dicen que su narrativa
rrativa latinoamericana. Lo interesante es
bien con esa narrativa, son cuentos muy mo-
es una imitación de García Márquez, por sus
que sí tenemos traducción de Bonsái. Debe
dernos. Le seguiría, en interés por parte del
universos tan semejantes al realismo mágico
haber otros autores u obras que se nos esca-
público lector japonés, García Márquez; tiene
del colombiano. Pero Allende tiene mucha po-
pan, al no tener traducción. En el caso de la
muchos lectores. Pero sus textos son más bien
pularidad, sin duda.
poesía es incluso más difícil. Hay una caren-
exóticos, de un pasado reciente, pero con tono
cia de traducciones de poesía latinoameri-
arcaico. Curiosamente ya no hay ese interés
¿Ya se ha traducido a Elena Garro, Los recuer-
cana al japonés, sobre todo contemporánea.
por el tono o trasfondo político en la narrativa
dos del porvenir, por ejemplo?
Durante la época de gestación política se leía
escrita por latinoamericanos. Lo mismo ocu-
Sí se ha traducido a Elena Garro, pero no es
y traducía más poesía porque el mismo tema
rre en el caso de Borges, los lectores quieren
tan leída como Isabel Allende. Otra narrado-
era de mucho interés. Cuando se hablaba de
sus cuentos de Ficciones y El aleph.
ra muy bien recibida es Laura Esquivel, con
revolución se tradujo mucho a Neruda, era
Como agua para chocolate. Lo mismo Ánge-
muy leído en Japón.
¿Qué autores en Japón son similares a Cortá-
les Mastretta con Arráncame la vida. Pero de
zar y Borges? ¿De dónde nace esa atracción
todas ellas la más leída, y por mucho la más
En México hay mucho interés e influencia
estética? Es difícil porque los cuentos japo-
analizada, es Isabel Allende.
de poesía japonesa. Se lee a Basho y a otros
neses son más sosegados, no tienen tantos jue-
haikuístas. A Tanikawa, a quien traduzco, lo
gos en la estructura. Quizá Ryūnosuke Akuta-
¿Existe una influencia de la literatura latino
han recibido muy bien, existe curiosidad por
gawa, por sus cuentos fantásticos, con estruc-
americana en la japonesa? Por ejemplo, Ken-
voces contemporáneas japonesas.
turas polivalentes.
zaburo Oé aborda su viaje a México, pero
Sí, pero en Japón al decir «poesía» no se inclu-
Akutagawa tiene varios cuentos inspirados
¿existe influencia en cuanto a estilos y formas
yen haiku y tanka. Es otra cosa, otro género,
en la literatura española; Haruki Murakami
de narrativa?
no se le considera poesía. En la academia sí
escribe obras fantásticas que rozan con el rea-
En Japón todavía está de moda el realismo
se analizan, claro, pero no dentro del género
lismo mágico o los universos borgianos, sólo
mágico. No hay un escritor que se caracterice
de poesía. Entre haiku y verso libre hay una
F u m i a k i N oya
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Ser traductor, e hispanista en mi caso, es un camino de exploración para conocer al otro, para atisbar la otredad. Eso que no existe en Japón, o que sí existe, pero no podemos ver. diferencia, como una brecha. Hay quienes
atrae. De ahí mi fascinación por la traducción
escriben poesía y haiku. O narrativa y haiku.
de la literatura latinoamericana. Octavio Paz
Pero bueno, es interesante que se busque la
también buscó la otredad, exterior e interior.
lectura de autores japoneses contemporá-
Como traductor, trato de ser un kuroko,2 quien
neos. Habría que aumentar también su tra-
está detrás del actor de kabuki o de las ma-
ducción hacia el español.
rionetas, a sus espaldas. Pero para los lectores debo ser invisible, como él, lo más posible.
Por último, y agradeciendo su conversación para
Visible, pero invisible. Exactamente como un
Tierra Adentro, y a la Fundación Japón por su
kuroko. Ése es el reto.
invitación a nuestro país, ¿qué retos se plantea como traductor, como hispanista, como mediador y puente entre estas dos culturas, la japonesa y la latinoamericana?
Ser traductor, e hispanista en mi caso, es un camino de exploración para conocer al otro, para atisbar la otredad. Eso que no existe en Japón, o que sí existe, pero no podemos ver. Eso es lo que más me interesa, lo que más me
2 Literalmente: 黒子(kuroko: muchacho de negro). Traspunte y ayudante de los actores de teatro kabuki. No habla ni ejecuta ningún papel de actuación. Viste de negro, como un ninja, y es visible para el público. La costumbre es «no verlo» mientras se ve. Seguir al actor o a la marioneta y tomar por natural la ayuda en el escenario para un cambio de ropa o repentinas apariciones de armas u obsequios, depositados en sus manos por el kuroko.
Cristina Rascón (Bacobampo/ Culiacán, 1976) es traductora de poesía japonesa y autora de los libros Hanami y El sonido de las hojas.
Alejandra Carbajal (Ciudad de México, 1983) estudió en la Escuela Activa de Fotografía de Echegaray, donde actualmente es profesora de técnicas antiguas. Colabora en la revista Time Out México.
Rafael Bernal. Foto: Archivo Familia Bernal Arce
El complot Bernal
Este 2015 se cumple el centenario de natalicio de Rafael Bernal (1915-1972), autor de El complot mongol, pionera del género policiaco en México y, por lo mismo, una de las novelas más emblemáticas del siglo xx nacional. Para conmemorar esta fecha, damos cobijo en este dossier a varios de sus lectores más entusiastas: Joserra Ortiz, desde la idea del canon oficial, explica la marginalidad del autor y su obra; Imanol Caneyada habla sobre las críticas y la recepción de El complot mongol; Juan Pablo Anaya traza una genealogía de Su nombre era Muerte, novela de ficción especulativa; Tristana Landeros aborda tres obras de teatro y Xalbador García explora las filiaciones sinarquistas y religiosas, y su desencanto posterior, en la obra de Bernal. Cierra este dossier una semblanza de Rafael Bernal Arce, hijo del autor, quien comparte recuerdos de una figura elusiva tanto en su vida laboral como en la familiar. A manera de posdata, la “Conversación abierta” de esta edición presenta a Bef y Blumpi, quienes recrean visualmente y discuten sobre la obra de Bernal.
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Dossier
Rafael Ber nal. El complot anticanónico Por Joserra Ortiz
ilustraciones de Arizbeth chávez chacón
A casi medio siglo de la aparición de El complot mongol, conviene preguntarse qué es lo que hace a Rafael Bernal, al mismo tiempo, un escritor marginado del canon y el autor de culto cuyos lectores aficionados no tienen comparación en México. Joserra Ortiz brinca el canon para ensayar algunas posibles respuestas a estas interrogantes.
Pensar en Rafael Bernal (1915-1972) se vuelve cada vez más una invitación al análisis de los criterios y los parámetros de lectura y recepción establecidos por la crítica y la academia dedicada a la literatura mexicana del siglo xx. Me refiero, sobre todo, al «canon», concepto probadamente artificial y de (des)composición reciente, pensado para determinar, establecer e inmovilizar una pretendida tradición formativa de un campo cultural literario. Como razonamiento ontológico, el canon mexicano ha decidido qué temas, criterios, formas, éticas y estéticas conforman el panteón modelo de nuestra Gran Literatura, un monolito de monolitos en donde no ha entrado el autor de El complot… (1969), a pesar de lo popular e influyente que es parte de su obra, sobre todo en el presente de la escritura nacional. Claro que por tratarse de una apreciación siempre subjetiva, atenida a las apetencias individuales y a la disponibilidad de los textos —cuestiones ajenas a preceptivas científicas y empíricas—, la noción de lo canónico es una falacia. A nivel internacional esto se patentizó en el libro que, por primera y única vez, se concibió como la salvaguarda del concepto, The Western Canon (1994), donde Harold Bloom dejó claro que es en la apreciación estética
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Dossier
El mayor grado de innovación de Bernal
se encuentra en la utilización
de un género determinado, para transformarlo
hacia una ética y una estética diferentes.
individual donde se canoniza; es decir, nunca habrá un canon, sino
ensayo literario, la nota periodística y el artículo académico— que
muchos, todos, el de cada uno. Sin embargo, por más lógico que
repasan la importancia del texto de Bernal en el amplio contexto
nos parezca este argumento, propio del sentido común, la práctica
del género detectivesco, y son particularmente insistentes las
de los estudios literarios tiende a ignorarlo en la búsqueda de un
reflexiones que lo ubican como el origen indudable de la novela
archivo definitivo de ciertos valores artísticos. Así se arman los
negra en el plano nacional. Este número de Tierra Adentro, que
programas académicos, las antologías, las enciclopedias, los dic-
conmemora el centenario del natalicio de su autor, incluye una
cionarios, los directorios y los manuales literarios y, como es obvio,
reflexión al respecto por parte del novelista Imanol Caneyada.
el calendario que conmemora natalicios, aniversarios luctuosos y
En resumen, quienes se dedican a esta novela destacan su ex-
fechas de primeras ediciones concernientes a aquellos que pue-
cepcionalidad innovadora, generalmente desde la perspectiva
blan lo mejor y más granado de nuestras bibliotecas y librerías.
temática; celebran lo que entienden como una puesta al día y
Digo todo esto porque creo que si Rafael Bernal hubiera sido
una adaptación cultural de un género que no se había practicado
otra clase de escritor, seguramente el 2015 se habría declara-
formalmente en el país. Aunque esta apreciación no es falsa, lo
do su año y pensaríamos en él como un autor canónico. No lo fue,
que a casi cincuenta años de su publicación conviene subrayar
para fortuna de sus lectores que lo han convertido en una suerte
es que el mayor grado de innovación de Bernal se encuentra en la
de autor de culto —un objeto de admiración reducido casi siem-
utilización de un género determinado, para transformarlo hacia
pre, aunque ya no exclusivamente, a su novela El complot…—. Tras
una ética y una estética diferentes. Este rasgo bien puede consi-
su inclusión en 1985 en la segunda serie Lecturas Mexicanas de
derarse una constante de su creatividad durante las tres décadas
la sep, en la que apareció con el número 7, la novela ha cultivado
en que se extendió su actividad literaria, entre 1941 y 1969, y es
seguidores de una clase que no posee ningún otro título de la na-
particularmente constatable en su labor narrativa, más que en la
rrativa nacional: devotos admiradores, mucho más parecidos a la
dramaturgia, la historiografía, la poesía y el ensayo —géneros en
fanbase propia de las producciones televisivas, cinematográficas
los que incursionó sin demeritar su calidad escritural.
y ciertos best-sellers cuya popularidad responde antes al cariño
Un ejemplo claro y paradigmático de esta cualidad reformadora
emocional guardado hacia la fabricación artística que a la apre-
es el uso que dio al modelo conceptual y narratológico latinoa-
ciación crítica del texto literario.
mericano conocido como «Civilización y barbarie» —que tiene
Esto no significa que El complot… haya pasado desapercibido
su texto fundacional nada menos que en el Facundo, de Domingo
por los estudiosos, ni que sus lectores más entusiastas carezcan
Faustino Sarmiento, y surge como posibilidad de la mera ficción
de criterio. Todo lo contrario, lo últimos treinta años han arrojado,
en «El matadero», de Esteban Echeverría— para escribir Cari-
cada vez más constantemente, trabajos críticos de toda índole
bal. El infierno verde (1954). Esta novela, que también bebe de la
—desde la entrada de blog a la tesis doctoral, pasando por el
estética del folletín decimonónico y que, en el amplio conjunto
e l co m p l o t b e r n a l
del archivo del autor, forma parte de un ánimo que inicia en los cuentos de Trópico (1946) y culmina en la novela Tierra de gracia (1963), conforma una extravagante revisión ideológica de una sociedad considerada dicotómica y, por lo tanto, enfrentada por sus diferencias morales-agenciales. Para algunos, quizá la mayoría, es en estos textos donde Rafael Bernal patentiza su filiación religiosa e incluso política con el movimiento sinarquista, del que se sabe fue militante durante una época de su vida. La escasa información biográfica que nos queda del autor incluso ha dado a este episodio un halo legendario que muy difícilmente podríamos eludir. Pero, más allá de esta lectura totalmente válida y enriquecedora, vale la pena volver a esos textos para entender cómo las limitaciones narratológicas
Ahora bien, volviendo al caso de El complot… ¿qué transgresión
del modelo original fueron rebasadas por el autor hacia espacios
hay en la historia de Filiberto García, matón de la judicial y viejo
más propios de la imaginación. Es aquí donde debe mencionar-
revolucionario a quien, en plena Guerra Fría y tras el traumático
se el lugar fundamental en la bibliografía de Bernal que guarda
magnicidio de John F. Kennedy en Dallas, se le ordena impedir el
Su nombre era Muerte (1947), considerada por muchos la primera
asesinato del presidente norteamericano en su visita a México,
novela mexicana de ficción especulativa y de la que en esta revis-
ayudado por un agente de la cia y otro de la kgb, mientras ena-
ta se ocupan los escritores Xalbador García y Juan Pablo Anaya.
mora a una china ilegal que solía meserear en la calle de Dolores?
Esta historia de un evadido y paria social que aprende a comu-
La respuesta está en su poética.
nicarse con mosquitos a través de una flauta y con el uso de dic-
El complot mongol propone una novela del lenguaje, única en
cionarios anotados por él mismo, me supone un inusitado acto
su arquitectura esquizofrénica y voluntariamente transgresora de
de valentía creativa en la literatura mexicana hasta ese momen-
las formas que construyeron a la clase de textos que la anteceden;
to. Sin importar lo estrambótica de su premisa, Bernal utiliza los
es decir, a pesar de su anécdota, que mantiene cierta cercanía tó-
recursos más cursis de la tradición anglosajona de un género sin
pica con sus modelos, la novela se distancia de su ascendencia al
raigambre nacional para dedicarse a los que eran algunos de los
fabricarse como una suerte de monólogo interior esquizofrénico
grandes temas de nuestra narrativa posrevolucionaria: el proble-
que, en su mecanismo, repasa, revuelve y revisa continuamente
ma del poder, las circunstancias y posibilidades de la organización
todas las líneas anecdóticas de su entramado. La linealidad de la
social o la figuración de un individuo con ideología autónoma.
acción, propia de la novela negra, es continuamente violentada
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20
Dossier
El complot mongol, más que una novela
es un evento único, irrepetible, el ocaso de una forma y el alumbramiento
de otra posibilidad narrativa.
en El complot por medio de la interrupción contrapunteada entre
círculo formal de lectores entusiastas del género policiaco, funda-
la voz monologal, y un (supuesto) narrador externo que, en el de-
do junto a Antonio Helú y Enrique F. Gual—, publica Tres novelas
lirio polifónico absoluto, todavía le otorga a la novela el carácter
policiacas y Un muerto en la tumba, obras que responden a los
conversacional al basar la arquitectura de su acción en una serie
gustos contemporáneos que seguían los modelos tradicionales
de diálogos entre García y la pléyade de personajes que se van
franceses y, sobre todo, anglosajones, al estilo de Doyle, Christie
atravesando en su camino.
o Chesterton. Sin demeritar su calidad, esos primeros libros ter-
Como todos los textos paradigmáticos, El complot mongol su-
minan por parecer aburridos ejercicios de aficionado que basan
pera a su ascendencia, sobrepasándose a sí mismo al grado de
la anécdota en la resolución de un crimen por medio de un pre-
ensombrecer lo que le viene a la saga. Es más, debería aceptar-
tendido razonamiento lógico por parte del detective —siguiendo
se que tampoco ha tenido sucesores. Lo que luego vino a lla-
la línea de los «de cuarto cerrado» o «de quién lo hizo», y que se
marse «neopoliciaco latinoamericano», iniciado casi una déca-
popularizaron con mucho éxito entre 1946 y 1958, gracias a la pu-
da después con Días de combate (1976), de Paco Ignacio Taibo II,
blicación de la revista Selecciones Policiacas y de Misterio, dirigida
es un tipo de texto también parecido formalmente al género ne-
por Helú y en la que Bernal participó de manera constante, no
gro —aunque sobrado de ideología militante y buena voluntad—,
sólo como autor, sino también como traductor—, pero nada más.
pero carente de las transgresiones estructurales de Bernal y, so-
Lejanos ética y estéticamente de lo que será su obra cumbre, hoy
bre todo, distantes del carácter definitivamente humano que de-
no parecen ni siquiera ensayos o anuncios de lo que publicaría en
rrocha la única aventura de Filiberto García, un hombre que a lo
1969 porque no lo fueron. El complot mongol no fue el resultado
largo de las páginas sufre una de las transformaciones de carác-
lógico o último de una evolución genérica, aunque sí podría pen-
ter más contundentes que se hayan leído jamás en el género. En
sarse en él como el manifiesto en retrospectiva de un autor con
este sentido, El complot…, más que una novela es un evento único,
conciencia transgresora y sabedor de que cada uno de sus textos,
irrepetible, el ocaso de una forma y el alumbramiento de otra posi-
aunque generalmente enunciados desde una tradición literaria
bilidad narrativa que, aunque se pretenda consecuente a su ante-
vigorosa y bien establecida, rompen los contratos de las formas
rior, es algo completamente distinto aunque se le debió impostar
que imitan, tomando lo más evidente de sus rasgos estilísticos y
la etiqueta anacrónica a falta de comprensión para su novedad.
narratológicos para fabricar propuestas literarias siempre nuevas.
¿Entonces El complot… no es un texto policiaco, ni la primera
He anotado todo esto para evitar decir, una vez más, que Ra-
novela negra mexicana, ni un thriller político burlesco? Sí, pero no
fael Bernal merece ser revisitado y vuelto a leer con astucia y
exclusivamente. Suceso brillante de nuestras letras, como algunos
un gusto renovado. Hacerlo sería socarronería. A pesar de lo
otros clásicos, sobresale porque no tiene antecedentes evidentes,
complicado que es acceder a muchos de sus textos, sobre todo a
ni en el autor ni en la tradición local de la que proviene. En 1946,
los no narrativos —es encomiable el esfuerzo de Tristana Lande-
cuando Bernal forma parte del «Club de la calle Morgue» —primer
ros por recuperar tres de sus piezas dramáticas para comentarlas
e l co m p l o t b e r n a l
en estas páginas— hay una gran tradición de lectores, críticos y escritores que han tenido por él más que la mera y simple curiosidad, y desde hace tres décadas lo enarbolan como una de sus más queridas influencias. Sin embargo, ¿cuándo se va a escribir su biografía? ¿Cuándo aparecerán sus obras anotadas? Los esfuerzos editoriales, analíticos, difusores e incluso propedéuticos alrededor de los títulos de este diplomático e incansable viajero podrían redoblarse en el afán de volverlo no sólo un autor más accesible, sino un modelo a seguir en la desobediencia literaria. Leer a Rafael Bernal otorga la oportunidad de constatar que hay muchas otras posibilidades, alejadas de los dictámenes canónicos que se nos establecen, y que la novedad es siempre posible, sin importar el material del que provenga. Desobediencia necesaria, sobre todo ahora que la literatura mexicana parece cada vez más irremediablemente conformista y tan hambrienta de un mercado que ignora que la verdadera literatura no se escribe para caerle bien a nadie. ¡Pinche canon, pinche soledad!
Joserra Ortiz (San Luis Potosí, 1981) es doctor en Estudios hispánicos por la Brown University y autor de Los días con Mona.
Arizbeth Chávez Chacón (Cuernavaca, 1988) es artista visual. Colabora en la revista Letras Libres.
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El co m p l o t B e r n a l
Pecados y genialidad de El complot mongol Por Imanol Caneyada
Rafael Bernal, cuatro décadas después de su muerte, aún carga
ilustraciones de Israel Vargas
pecados biográficos en un país en el que hombres y mujeres de
Criticar una obra por la personalidad del autor es una práctica que ha impedido que novelas como El complot mongol lleguen a un público más amplio. En este ensayo, Imanol Caneyada debate sobre los pecados de Rafael Bernal, quien no siguió las mismas tendencias políticas de los intelectuales de su época, y la genialidad de su libro más reconocido, a menudo tachado de racista.
letras cuidan más su ortodoxia vital que su obra; un país en el que, por la escasez de lectores, la exposición pública del escritor y sus actos sociales lo califican independientemente de lo escrito, incluso lo estigmatizan para siempre, lo condenan o lo ensalzan, según el caso. Así ha sido, así es, así parece que seguirá siendo.
Si nos atenemos al diagnóstico de los pocos estudiosos que se
han acercado al autor de El complot mongol (1969), sabremos que Bernal era un caso crónico de homo viator: un ser contagiado por el virus del viaje como experiencia vital y permanente, como vehículo de aprendizaje. Corresponsal de guerra, productor bananero, guionista de cine y televisión, explorador en el Amazonas y diplomático —biografía propia de un autor anglosajón (pienso en Hemingway o Henry Miller)—, lejos de la academia, de los centros de poder y de las elites intelectuales.
El co m p l o t B e r n a l
Pero no fue su único pecado biográfico. Inquieto, atormentado,
sentimiento xenófobo. De hecho, si el gobierno mexicano le en-
sus posicionamientos ideológicos distan mucho de lo que se espe-
comienda la misión (rocambolesca, asombrosa, inverosímil y, por
raba de un intelectual mexicano de la época: la alienación al poder
lo mismo, genial) es porque conoce muy bien a la comunidad chi-
revolucionario o la lucha contra éste desde la izquierda militante.
na, juega a las cartas con ellos, desayuna, come y cena con ellos,
Sinarquista en la juventud, católico al estilo de Graham Greene,
y los chinos confían en él. Incluso, al final, logra salvarlos de ser
conservador para unos, sospechosamente liberal para otros, po-
los chivos expiatorios del supuesto complot gracias a un sentido
demos adivinar en Bernal a un individuo incongruente desde el
de la justicia retorcido y marginal, arquetípico de los personajes
punto de vista dogmático, incómodo por la falta de claridad en
memorables de la novela negra.
su discurso, atrapado en las contradicciones propias de una exis-
El esquema en el que los pensamientos del protagonista chocan
tencia errante en la que el mundo se muestra en toda su comple-
con sus propias acciones también se aplica a la relación que esta-
jidad, escurridizo y difícil de calificar desde la comodidad de la
blece con Martita, una china indocumentada en el país que busca
biblioteca, el despacho, el café de moda o el manual socializante.
la protección de Filiberto. El lector conoce de manera bastante
Así, la obra de este ecléctico autor, que cultivó géneros consi-
explícita y brutal lo que el protagonista piensa de las mujeres y el
derados aún ahora como menores, sospechosamente imaginativo
deseo apremiante que tiene de llevarse a la cama a la muchacha
(a veces hasta el delirio, como en Su nombre era Muerte), ha sido
aprovechando su desamparo. Pero, de nuevo, la manera en que
víctima de la impresentable —según los cánones de la intelectua-
actúa Filiberto en relación con Martita lo pinta como un hombre
lidad mexicana— biografía del escritor y condenada al silencio.
de una ternura infinita, incapaz de lastimar a la chica o de sa-
Si hago hincapié en este aspecto es porque en la pasada Feria del
car ventaja de la situación; un hombre bueno, como lo califica la
Libro del Palacio de Minería, durante una mesa redonda dedi-
propia joven en repetidas ocasiones, a pesar de la innumerable
cada a El complot mongol, uno de sus participantes calificaba a
lista de muertos que carga Filiberto García, asesino profesional.
esta novela fundacional del género negro en México de racista, misógina y reaccionaria.
El complot mongol tiene todos los ingredientes de la novela negra, y por ello podemos considerarla fundadora del género en
¿Pero es posible descalificar una obra literaria desde una pers-
nuestro país. Bernal hace un retrato sin concesiones del poder
pectiva moralizante, ética, doctrinaria? ¿No es precisamente esa
en México, del ser humano enfrentado a los aspectos más oscu-
postura frente a la literatura lo que la ha convertido en rehén de
ros de su condición, de las cloacas de un sistema que se sostiene
idiotas que esperan de ella que nos haga mejores individuos, ciu-
gracias al asesinato, la corrupción, la intriga y la traición; es de-
dadanos, estudiantes, etcétera? ¿No es más inquietante que una
cir, un retrato del México (y del mundo) de esa época que man-
obra literaria aún se condene al olvido a causa del currículum de
tiene una vigencia escalofriante.
su creador?
En el asfixiante universo que Rafael Bernal crea en la pequeña
En el caso de El complot mongol, su protagonista, Filiberto Gar-
calle Dolores del centro de la Ciudad de México, pasan y viven,
cía, podría calificarse superficialmente de racista, misógino y reac-
en efecto, seres racistas, misóginos, ambiciosos, desamparados,
cionario; no obstante, Bernal, atendiendo a su propia naturaleza
fatalmente enamorados, muy solos, con la muerte a cuestas y un
de autor iconoclasta, introduce en la novela dos narradores (una
puñado de deseos frustrados. Por ello, El complot mongol, además
tercera persona testimonial y una primera persona a manera de
de presentarnos un modelo de literatura noir inexistente hasta
monólogo interno), que se alternan sin mayor orden que el capri-
ese momento en el país, es imprescindible para la historia de la
cho del autor, saltando de una a otra, muchas veces sin más pausa
literatura mexicana.
que una coma o un punto y seguido. De esta forma, el novelista crea una especie de contrapunto entre el pensamiento caótico de Filiberto y sus acciones, para entregar al lector un personaje tan complejo y perturbador como su padrastro norteamericano Philip Marlowe. Es cierto que las constantes expresiones que Filiberto García sostiene en sus soliloquios en cuanto a los habitantes del barrio chino en la Ciudad de México son racistas, despectivas, políticamente incorrectas —¡pinches chinos!, ¡pinches chales!, etcétera—, pero sus acciones durante la trama contradicen este aparente
Imanol Caneyada (San Sebastián, País Vasco, 1968) es periodista y escritor. Su más reciente novela es Hotel de arraigo.
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Dossier
El im perio de los hema tófagos Por Juan Pablo Anaya
ilustraciones de Eduardo Ramón
El ensayista Juan Pablo Anaya tiende puentes entre la novela de ciencia ficción de Rafael Bernal, Su nombre era Muerte, y otras referencias literarias y cinematográficas. Aquí traza una posible genealogía que toca a los animales de la granja de Orwell, y muestra un vínculo con «La última guerra», cuento de Amado Nervo.
Su nombre era Muerte, de Rafael Bernal, es una novela llena de
Cristo, personaje clave para hablar del amor de Dios Padre hacia
premisas fascinantes y descabelladas. El texto, sin embargo, no
todas sus criaturas. Salvar a la chica rubia del hambre de sangre
es una «obra maestra» a la par de El complot mongol, como afir-
del Gran Consejo es la principal razón con la que tiene que arre-
ma Francisco Prieto en el prólogo de la edición que circula ac-
glárselas el lector para entender por qué el protagonista renuncia
tualmente en Jus. Este relato de ciencia ficción se desarrolla con
a su alianza con los insectos para acabar con el género humano.
una fortuna desigual. Hay en el texto, no obstante, una herencia
Uno de los capítulos más interesantes de Su nombre era Muer-
literaria que vale la pena explorar y quizá reescribir.
te es aquel en que el narrador estudia y descifra el lenguaje de los
Publicada por primera vez en 1947, la novela cuenta la historia
moscos que habitan la selva lacandona. «Su constante zumbar
de un misántropo que huye a la selva, entabla amistad con los
alrededor de mi cabeza me exasperaba y me llenaba de odio», afir-
lacandones y se vuelve su dios tras descifrar la lengua que ha-
ma antes de comenzar sus investigaciones. El fastidio que produ-
blan los moscos. Después de hacer contacto con estos insectos,
ce en el narrador el zumbido de estos animales es quizá el motor
el también narrador se entera del plan que tienen los zancudos
más interesante de la trama. En su borrachera, se empeña todas
para conquistar a los seres humanos. Ante la disyuntiva de ser un
las noches en matar la mayor cantidad de moscos. Empieza en-
jinete del apocalipsis y esclavizar al género humano, o convertirse
tonces a estudiar su comportamiento, asunto que lo entretiene
en el cristo de los moscos subyugados y liberarlos, evitando así el
al punto de distraerlo de su alcoholismo. Descifrar la «música»
ataque contra los hombres, el protagonista escoge esta última po-
que se esconde en esos sonidos se convierte en su nuevo vicio.
sibilidad motivado por su anhelo de salvar a la mujer que desea.
Su oído absoluto, capaz de ubicar la nota y la altura de cualquier
El protagonista de la novela se debate entre dar paso al imperio
sonido, le ayuda en esta tarea. «Para anotar los zumbidos desa-
de los moscos, cuyos líderes han suprimido la creencia de Dios,
rrollé un sistema donde incluía las intermitencias... y la nota mu-
o bien volver a su antigua fe cristiana que promueve la igual-
sical en la que se emitían». Así descubre que en el zumbido de
dad entre todas las criaturas, incluidos los insectos. Inocular esta
los moscos hay, como en la voz humana, cuatro tesituras princi-
creencia entre los zancudos dominados por el Gran Consejo de
pales, cada una con un significado distinto: «deduje que el verbo
moscos terminará por emancipar a los subyugados. Pero la novela
en idioma mosquil tiene siempre en voz de bajo un sentido afir-
no discute ni expone los principios teológicos con los que funcio-
mativo, en voz de barítono, negativo, en voz de soprano interro-
na, los da por sentados. Se habla de Dios pero no de la figura de
gativo y en voz muy aguda o de niño, suplicativo o exclamativo».
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Dossier
Si La guerra de las salamandras de Čapek
puede verse en parte como una metáfora de la esclavización
de los trabajadores
del tercer mundo,
el libro de Bernal plantea una explotación global.
Tras años de estudio, el personaje inventa una forma de notación para transcribir el lenguaje de los moscos, escribe una gramática que lo explica y un diccionario que lo traduce al español. Un lacandón experimentado en elaborar flautas le construye el instrumento con el que entablará su primera charla con uno de los insectos. Es este invento el que vuelve a la novela claramente un relato de ciencia ficción. Tras la primera charla con los moscos estamos en el mundo de «La última guerra» (1906) de Amado Nervo o de La guerra de las salamandras (1936) de Karel Cˇapek. Relatos de ciencia ficción en los que bestias distintas al ser humano, gracias a una racionalidad intrínseca o una aptitud natural, resultan capaces de hablar una lengua. Mientras las salamandras en la novela de Cˇapek aprenden a hablar un inglés básico, los moscos en la novela de Bernal poseen una lengua propia que había resultado, por mucho tiempo, indescifrable para el género humano. Tristemente, una vez que el protagonista la descifra, la sintaxis del habla de estos animales en la novela se vuelve literalmente la del español. Queda por articular una verdadera escritura mosquil que afecte al castellano, que lo llene de zumbidos que equivalgan a un verbo, de intermitencias o espacios en blanco que lo maticen y de variaciones en la tesitura musical de su pronunciación cargadas de significado. El segundo elemento que destaca en Su nombre era Muerte es la manera en que actualiza, en el mundo de la literatura, una de las predicciones que legó Amado Nervo a la ciencia ficción.
e l co m p l o t b e r n a l
Según ésta, «nuevas razas» que se fermentaban en una «anima-
toda criatura en él debe pagarnos tributo de sangre». Tal megalo-
lidad inferior» llevarían a cabo «La última guerra» antes de la
manía está vinculada con un sentido de la propiedad: los moscos
extinción del sol. En la novela de Bernal, la organización social y
reclaman ser los dueños del territorio que compone al planeta
forma de individuación de los mosquitos se asemeja a la de los
Tierra, por lo que le cobran al resto de las especies el tributo que
ejércitos en la Segunda Guerra mundial. Las armas del ejército
extraen de sus venas. Todos los animales que existen, según los
de moscos para esclavizar al género humano son la malaria, el
moscos, viven en una cierta libertad que ellos toleran mientras
paludismo y el vómito negro. Más allá de su arsenal bacteriológico,
paguen lo que se les exige sin quejarse. La excepción es el ser hu-
toda su dinámica política parece estar orientada a la guerra. Los
mano, al que planean esclavizar para disfrutar de su sangre. Para
cuerpos de los zancudos, de hecho, son descritos con metáforas
comunicarse con los humanos y llevar a cabo su plan, los moscos
militares: «los moscos... tenían con toda seguridad alguna razón
necesitan aliados: «un gobierno de hombres que se sujete» a sus
tan poderosa para tomar mi sangre, que no les importaban las
designios. El protagonista acepta ser su cómplice. Entonces se
bajas causadas con tal de lograr su objetivo, así como un general
convierte en uno de los jinetes del Apocalipsis. Aquel de quien
que tiene que tomar una posición, que es la clave de su victoria,
se dice en la Biblia que «tenía por nombre Muerte, y el infierno
sacrifica para lograrla cuantos hombres sean necesarios». Pero lo
le iba siguiendo». Curiosamente, este emisario del mal responde
que resulta aún más interesante es que, como en un ejército, cada
a las órdenes de la organización trasnacional que domina la vida
uno de los moscos es sólo una parte de un cuerpo más grande. Son
de los moscos. En el totalitarismo mosquil que vaticina la nove-
las células de un batallón en el que lo que peligra no es la pérdida
la, los seres humanos serían reducidos a un tipo de ganado que,
de sus partes sino la derrota del conjunto. La organización social
además, trabaja la tierra. Algunos otros humanos servirían espe-
que narra Bernal, en este sentido, es un buen retrato del proyecto
cíficamente para el cultivo de gérmenes (el arma de los moscos)
estético-político del partido nazi. Es El triunfo de la voluntad so-
o la reproducción; al resto se le drenaría la sangre regularmente
bre la naturaleza, tal como se lo proponía el famoso documental
y se le obligaría a producir alimentos básicos para los hombres y
de Leni Riefenstahl en el que hacía eco de las consideraciones
azúcar para los moscos. En esta forma de ganadería intensiva,
estéticas de Hitler. En la novela, las masas amorfas de zancudos
por supuesto, las tasas de natalidad estarían controladas en re-
volando en la selva resultan ser parte de un orden guiado por la
lación con los intereses de los insectos. En este esquema de pro-
racionalidad del Gran Consejo de moscos y la manera en que
ducción las personas mayores de cincuenta años serían extermi-
ha asignado una función técnica a cada grupo que compone esa
nadas, pues su fuerza de trabajo estaría mermada por la edad y en
sociedad.
su sangre se comenzaría a percibir el sabor de la vejez. El imperio
Finalmente, la tercera herencia literaria de Su nombre era Muer-
de los hematófagos que plantea Bernal hace pensar en el neolibe-
te se encuentra en la actualidad que guarda el peculiar totalitaris-
ralismo que nos aqueja, guiado por corporaciones trasnacionales
mo guiado por hematófagos que plantea la novela. Si La guerra de
que subordinan gobiernos locales con el fin de extraer materias
las salamandras de Cˇapek puede verse en parte como una metá-
primas de sus territorios y convertir a sus habitantes en fuerza
fora de la esclavización de los trabajadores del tercer mundo, el
de trabajo mal pagada y prescindible.
libro de Bernal plantea una explotación global. El Consejo Superior, que estaría en la punta de la pirámide social del imperio de los moscos, es una estructura diseminada a lo largo del planeta Tierra. La supuesta importancia del Consejo procede de la racionalidad instrumental con la que guía la vida social de los moscos.
Juan Pablo Anaya (Ciudad de México, 1980) trabaja como profesor, es ufólogo por convicción y escribe. Kant y los extraterrestres es su primer libro.
Semejante grupo se dedica a pensar y a administrar, como un zángano, el trabajo de las capas más bajas de la pirámide social mosquil y presume haber logrado prever todas las situaciones posibles que podrían desencadenarse en el futuro, por lo que al parecer ahora se dedica únicamente a administrar el trabajo de los demás y a la pereza. Esta élite, mezcla de los cerdos que toman la granja en Animal Farm (1945) y el gran hermano de 1984 (1949), al cual precede, ha inoculado en los moscos una férrea creencia: el moscocentrismo. «Nosotros los moscos somos los dueños absolutos del Universo y
Eduardo Ramón Trejo (Guadalajara, 1987) es ilustrador y diseñador gráfico. Actualmente colabora en El Fanzine y Life & Style.
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Dossier
La dramaturgia de Rafael Bernal. Repaso de tres obras de teatro Por Tristana Landeros
Ilustraciones de Marina Corach
De todos los signos que plantea Rafael Bernal en su obra, los teatrales han sido los menos atendidos. A través del estudio de Antonia, El maíz en la casa y La paz contigo, Tristana Landeros ofrece un recorrido por la dramaturgia de Bernal. Este ensayo analiza categorías clave para su análisis: anécdota, personajes, acción, tiempo y espacio.
La faceta menos difundida de Rafael Bernal es la que corresponde
los diálogos que utiliza el autor tratan de apegarse al habla de la
a su teatro. Generalmente se habla de la majestuosidad de su obra
época según el estrato social de cada personaje. Sin embargo, los
narrativa y la representatividad de El complot mongol, que histó-
diálogos de Antonia y La paz contigo presentan cambios sutiles.
ricamente limita al resto de su producción de obras dramáticas y
líricas. Además, en la actualidad sus libros de dramaturgia sólo se consiguen en algunas bibliotecas. En este ensayo me referiré al vo-
I
lumen publicado por Jus en diciembre de 1960, editorial que acom-
Estrenada en 1950, Antonia se sitúa en los últimos años de la Re-
pañó casi siempre a Bernal por empatía ideológica. En ese libro
volución, mostrando por un lado la parte humana de los par-
se incluyen las obras Antonia, El maíz en la casa y La paz contigo.
ticipantes en el movimiento y, por otro, la barbarie con la que
Las obras Antonia y La paz contigo están divididas en tres actos,
llegaban las tropas a los pueblos. Toda la acción se desarrolla en
donde el primero equivale a la presentación de los personajes, su
una cantina, donde se manifiestan los personajes característi-
relación entre ellos, un reconocimiento del contexto y, al final,
cos del lugar: el cantinero, el músico, las prostitutas, el mesero;
plantean el conflicto; en el segundo acto los protagonistas se en-
escenario donde irrumpen los generales y soldados de «la bola»
frentan y el conflicto se muestra desde diversos puntos de vista;
recién llegados al pueblo.
en el tercer acto se ofrece una resolución definitiva.
Los personajes principales son Antonia, una prostituta que tra-
Los temas desarrollados por Bernal en su dramaturgia son
baja en la cantina, el general Ambrosio López y el coronel Rito
constantes y se ligan a los sectores vulnerables (clases bajas, cam-
Salgado. Antonia y Rito Salgado eran un matrimonio dueño del
pesinos, prostitutas, ladrones de poca monta) que son víctimas
rancho El Encinar. A los pocos meses de casarse, Rito se une a la
de la represión social, la injusticia y la religión. Debido a esto,
Revolución porque cree que es su deber, dejando a Antonia como
30
Dossier
encargada de las tierras y del maíz. Hasta ahí llega Ambrosio Ló-
El tema es, una vez más, la injusticia social en sectores vulne-
pez con sus hombres, devastando muebles, animales y a la mujer
rables, específicamente los campesinos. Un desencanto posrevo-
embarazada de Rito, quien pierde al hijo y queda estéril. Antonia
lucionario donde la reforma agraria es una serie de abusos sobre
abandona las tierras en busca de una forma de sobrevivir y ven-
las mujeres y el arrebato de las tierras por encima de las perso-
garse de Ambrosio.
nas, integrando, además, el suceso de la migración para cruzar la
La anécdota de la obra es muy sencilla y se desarrolla ya una
frontera norte de México.
vez que Antonia trabaja en la cantina como prostituta. Es enton-
La anécdota: Aurelio, hombre maduro que trabaja en sus
ces cuando llega el ahora general Ambrosio López y sus hombres,
fructíferas milpas, tiene una mujer, Carmen, temerosa de que las
entre ellos el coronel Rito Salgado, con quien Ambrosio tiene mu-
cosechas despierten envidias en la gente como Madaleno, amante
chas diferencias, ya que Rito, excelente militar y hombre limpio,
secreto de Lorenza, su hija, y encargado de avisar y cobrar las
trata de mantener a sus hombres lejos del saqueo, la violencia
cuotas del comisariado. Aurelio y su familia ya no pueden cu-
y las mujeres. Ninguno de los dos reconoce a Antonia, pero ella
brirlas y para hacerlo deben trabajar para Don Lindoro por un
ha estado esperando a Ambrosio para vengarse. Salgado y López
pago ridículo. Aurelio se niega a dejar sus tierras a pesar de las
tienen una conversación grave en la cantina porque el primero
amenazas de Madaleno y las súplicas de Lorenza, quien oculta
está en contra del comportamiento de los hombres del general y
su embarazo. Pedro, el hijo de Aurelio, denuncia sin éxito la situa-
le exige que los eche del ejército, aunque entre los planes de Rito
ción ante las autoridades de la cabecera, por lo que decide matar
está regresar inmediatamente a su rancho para encontrarse con
a Madaleno y sus secuaces, pero Lorenza traiciona a su familia y
su mujer. En cierto momento se les reúne Antonia y se la disputan,
alerta a Madaleno. En la trifulca matan a Pedro. Aurelio y Carmen
pero Rito prefiere retirarse para evitar más conflictos y apresurar
mandan lejos a su hija y nuera para que crezcan sus hijos, y ellos
su viaje de regreso al rancho. Al quedarse a solas, Antonia apu-
deciden permanecer en sus tierras mientras los hombres de Don
ñala a Ambrosio por la espalda. Algunos soldados desertan, las
Lindoro queman las milpas y el jacal.
tropas restantes están disgustadas. Interrogan al personal de la
En El maíz en la casa, el tono del conflicto es más acentuado
cantina para dar con el culpable y el principal sospechoso es Rito
y maniqueísta que en Antonia. Se exalta el sacrificio de los cam-
Salgado; la única testigo es Antonia, y ésta no duda en señalar a
pesinos despojados para juzgar las acciones violentas y abusivas
Rito, quien es fusilado.
de los hacendados. La obra se presenta como una tragedia en
El personaje de Antonia contiene una gran carga dramática
cinco cuadros, pero como sucede en Antonia, son melodramas.
por sus antecedentes. La sintaxis de los diálogos parece desfasa-
Hay una clara división entre los personajes buenos y malos, los
da para el grupo social representado en los personajes: los solda-
sentimientos y discursos están llevados al límite y se reduce la
dos, Jovito, el músico; Ramón, el cantinero; y Hortensia, otra de
narración a una sucesión rápida de eventos que llega a ser inve-
las prostitutas de la cantina. Sin embargo, no molesta que el color
rosímil en la línea del tiempo para que el espectador tome par-
no coincida del todo con los personajes, ya que el enfrentamiento
tido y se identifique con los personajes sojuzgados, alejados de
ideológico entre ellos y las imágenes poéticas sostienen la credibi-
cualquier reflexión.
lidad durante toda la obra. Rafael Bernal se muestra como un gran dialoguista y un dramaturgo hábil en el uso de las herramientas para la construcción del melodrama.
III
En La paz contigo, Bernal retoma la estructura en tres actos. La versión estrenada en 1955 llevaba por título La paz contigo o el II
martirio del Padre Pro, pues se trata justamente de eso: los actos
Estrenada en 1965, El maíz en la casa está dividida en cinco cua-
de Miguel Agustín Pro Juárez. En el contexto de la Guerra Criste-
dros, alternativa a la estructura típica en tres actos. Bernal inicia
ra, la acción se desarrolla en la Ciudad de México de 1928. En la
con una descripción detallada de los personajes que intervienen
descripción del escenario hay una evolución en la estilística na-
en la obra, especificando, además del nombre, la edad, el aspecto
rrativa de Bernal, ya que lo divide en dos partes: una que contie-
físico en algunos, así como su vestuario. La descripción del esce-
ne las celdas de la Inspección General de Policía y otra en la que
nario, un jacal campesino en el Estado de México, es naturalista,
suceden diversos cambios de escenografía, según marca la histo-
y al inicio de cada cuadro se especifica la fecha, detalle que rom-
ria mediante saltos del tiempo en la narración. El espectador de
pe la unidad aristotélica de tiempo que se respetó en Antonia.
La paz contigo acompaña a los personajes durante el presente.
e l co m p l o t b e r n a l
Cuando hay referencia a acciones del pasado, la acción se congela para ver cómo transcurrieron esos eventos en su momento, lo que provoca que el guión teatral por momentos parezca uno
Tristana Landeros (Ciudad Valles, 1974) es dramaturga y docente del Tec de Monterrey Campus Estado de México. Su —hasta ahora— obra completa se publicó con el título de Dramaturgia a domicilio.
cinematográfico, fragmentando la narración lineal. Además, en esta pieza Bernal abarca una mayor construcción de personajes de diferentes ocupaciones, géneros y discursos, como el Padre, el policía, El Tuercas (raterillo menor), las beatas o el general. Sin embargo, a pesar de la innovación estilística, aquí, como en las obras anteriores, los puntos de vista están polarizados, dando por resultado un melodrama. Se exalta el martirio y sacrificio del Padre a cambio del arrepentimiento de último momento en los infractores que no alcanzan a ser pecadores, y de la aceptación del mártir de acusaciones falsas confiando en una predestinación. Sabemos que existen otras obras de teatro de Rafael Bernal que no fueron publicadas en su momento, ni tampoco estrenadas. Sin embargo, aunque es necesario un trabajo de rescate a ese respecto, la lectura de estas tres piezas nos ofrece abundante material para llevar nuevamente a este autor a escena, y ofrecer una muestra de la tradición del melodrama en México.
Marina Corach (Ciudad de México, 1986) es diseñadora gráfica y artista visual. Sus piezas de arte han sido presentadas en festivales como FIBER Festival en Holanda y Transitio MX_4 y expuestas en lugares como el Laboratorio Arte Alameda y Casa Francia.
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Dossier
Su nombre era Muerte. La novela contra la sociedad secreta Por Xalbador García
ilustraciones de elcerezo
Rafael Bernal fue miembro de la Unión Nacional Sinarquista; sin embargo, su filiación política nunca fue un impedimento para ver con objetividad las acciones y movimientos dentro de aquel grupo. En la novela Su nombre era Muerte, nos explica Xalbador García, Bernal plasmó su visión sobre los vicios del sinarquismo en un ejercicio de crítica social y denuncia.
La Décima Junta Anual de líderes de la Unión Nacional Sinar-
al cambio, pues lo percibe como un aspecto más del rosario de
quista (uns), llevada a cabo en diciembre de 1948 en la Ciudad
injusticias que ha sufrido a lo largo de la historia nacional. En la
de México, terminó frente a la estatua de Benito Juárez en la Ala-
segunda, ofrece una perspectiva más amplia de los sinarquistas.
meda Central. Luego de los discursos en contra del Benemérito
Alejados del fascismo e incluso del nazismo a los que se les ligaba
de las Américas, Rafael Bernal, uno de los dirigentes, azuzó a los
durante la época, la novela los presenta como integrantes de una
asistentes a encapuchar la estatua de Juárez, «el representante
agrupación que apoya a los campesinos que no fueron cobijados
por excelencia del laicismo mexicano y, por ende, el canalla más
por las reformas de Lázaro Cárdenas. Rafael Bernal creía en este
grande de la historia de México para los sinarquistas».
movimiento, tanto que su vena crítica no lo dejó cegarse por la
1
A consecuencia de estos actos, varios jefes, entre ellos el mis-
ideología. Conoció las sombras de la uns y plasmó su denuncia
mo Bernal, fueron encarcelados. Además, el Congreso proclamó
de los órganos que consideraba dañinos para el sinarquismo en
el natalicio de Juárez como fiesta nacional y, el 28 de enero de
Su nombre era Muerte (1947), novela que, hasta la fecha, es con-
1949, la Secretaría de Gobierno, a cargo de Adolfo Ruiz Cortines,
cebida solamente como un ejercicio de ciencia ficción, dejando
canceló el registro del Partido Fuerza Popular (pfp), brazo políti-
de lado su crítica social.
co del sinarquismo desde 1946, quedando fuera de las elecciones de julio de 1949.
Agrupación sociopolítica de carácter católico, la uns nació el 23 de mayo de 1937, en la emblemática calle de Libertad de León,
Rafael Bernal se afilió a Fuerza Popular siguiendo los ideales
Guanajuato. La Unión era, en realidad, la sección once de «La
de justicia social que había reflejado en Memorias de Santiago
Base» u Organización, Cooperación, Acción (oca), a su vez órga-
Oxtotilpan (1945) y El fin de la esperanza (1948). En la primera, la
nos desprendidos de la Liga Nacional de Defensa de la Libertad
geografía es la protagonista. Se trata de un pueblo que se niega
Religiosa, disuelta entre 1930 y 1938. En ese tiempo no cesó su actividad en diversas partes del país. Con la sombra de Plutarco Elías
1 Héctor Hernández García de León, Historia política del Sinarquismo, Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa/Universidad Iberoamericana, México, 2004, p. 302.
Calles tras la silla presidencial hasta 1934 y con las reminiscencias de la Guerra Cristera, la organización se protegió imitando el
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Dossier
El desencanto caló hondo en Bernal. Ese desencanto por la uns,
las luchas sociales e incluso, se puede suponer,
por la religión,
traza una línea ideológica en su literatura
que llega hasta El complot mongol.
andamiaje de las sociedades secretas e incubó modelos de lucha
por nueve consejeros elegidos, entre los militantes más antiguos
en contra de los regímenes de izquierda y comunistas.2
de la organización secreta, por el propio líder de La Base. El con-
La Unión mantenía tres corrientes de pensamiento. La primera
sejo supremo establecía anualmente al jefe de la organización y
se catalogaba como «mística-social», la de perfil más radical del
al de la Unión. Cuando la pugna entre sinarquistas y La Base fue
movimiento, liderada por Salvador Abascal, milenarista y ultrain-
insostenible se dio el rompimiento, dejando malherido, desor-
tegrista; la segunda era de corte «cívico-social», la dirigía Antonio
ganizado y a punto del colapso al movimiento que llegó a tener
Santa Cruz y se encontraba íntimamente relacionada con la jerar-
trescientos sesenta mil miembros en 1940.
quía eclesiástica, al grado que asumió las indicaciones del Vatica-
En Su nombre era Muerte, Bernal enfilará su crítica en contra
no en la tarea de reorganizar a la Acción Católica y, como parte de
de este organismo secreto por tratar de vulnerar la uns desde
su enfoque más oficialista, aceptó los arreglos entre la Iglesia y el
sus entrañas. Denunció así la mezquindad de sus líderes. La no-
Estado en 1929, con los que se trató de concluir la Guerra Cristera,
vela nos cuenta los sentimientos de orfandad y odio que el prota-
y de manera paradójica se unió al gobierno y coqueteó con Esta-
gonista, profesionista alcohólico, siente ante el género humano.
dos Unidos durante la Segunda Guerra Mundial; la tercera, en la
Cansado de padecer humillaciones ante sus semejantes, busca
que se reconocía Bernal, era la «cívico-política», encabezada por
refugio en la tierra inhóspita de la selva lacandona, donde lleva
Manuel Torres Bueno y Juan Ignacio Padilla, cuya perspectiva era
a cabo un proceso de purificación. En sus observaciones desde
la injerencia en la toma de decisiones oficiales desde el poder, y
el estoicismo devela, basándose en sus conocimientos musica-
subrayaban la necesidad de formar un partido político.
les, que el zumbido de los moscos goza de diversos matices que,
Desde su organización jerárquica, el Sinarquismo se planteó
en conjunto, forman un lenguaje. Seducido por la idea, manda a
una paradoja que terminó por vulnerar el movimiento en sus más
elaborar una flauta para hablar con los animales. El experimento
íntimas relaciones. Existían dos mandos, uno secreto (La Base) y el
funciona. Logra entablar una relación con los moscos y enterar-
oficial de la uns. Su estructura de liderazgo era vertical. Se basaba
se de que mantienen una organización jerarquizada, cuyo menor
en el principio de ordenar y obedecer. El verdadero dirigente del
rango son las recolectoras, los moscos que extraen la sangre de
movimiento no era el jefe de la Unión, sino el líder de La Base u
los humanos, y sus líderes conforman un órgano llamado el Gran
oca: Antonio Santa Cruz. Posteriormente había un consejo com-
Consejo.
puesto por los jefes de divisiones (organismos de mando estable-
La mención de un «Gran Consejo» no puede leerse como ca-
cidos en cada estado del país) y un consejo supremo, compuesto
sualidad, menos cuando sus características son ostentar un gran poder, ser autoritarios y acallar violentamente cualquier intento
2 Las secciones no están muy definidas históricamente. Sigo la que ofrece Jean Meyer: El Sinarquismo. ¿Un fascismo mexicano? México, Joaquín Mortiz, 1979.
de crítica hacia su actuar. Cuando el protagonista logra entrevistarse con el Gran Consejo cuestiona la organización subordinada:
e l co m p l o t b e r n a l
—El régimen es perfecto para las células que son parte del cerebro, para
revolución interrumpida de los moscos, puede leerse también
ustedes los del Consejo, pero para los otros no es tan perfecto; y tal vez
como una parábola de la debacle del Sinarquismo.
ellos quieran cambiar algún día, si algún día sienten en sí, como lo han sentido los hombres, la necesidad de ser libres.3
La narración está en clave para denunciar los abusos de poder que se daban dentro de la uns, una organización con los mejores valores humanos y religiosos que, a la vista del autor, cedió
La respuesta no puede ser más dictatorial:
a intereses de banqueros y terratenientes (otro Gran Consejo), razón por la que la abandonó años después. El desencanto caló
—Ésas son tonterías. ¿Para qué quisieran ser libres las proveedoras? No
hondo en Bernal. Ese desencanto por la uns, las luchas sociales
tienen cerebro ni pensamiento. Tienen tan sólo lo necesario para ejecu-
e incluso, se puede suponer, por la religión, traza una línea ideo-
tar nuestras órdenes.4
lógica en su literatura que llega hasta El complot mongol, donde el protagonista y el ambiente están huérfanos de esperanza y de
La trama se complica ante el poderío que demuestran los moscos alrededor del mundo. El Gran Consejo advierte al protagonista
dioses: un matón y un abogado alcohólico terminan rezando la muerte del amor perdido.
que pueden eliminar a la humanidad si le aplican las enfermedades que han cultivado durante años. Llegado el momento, los moscos deciden demostrar su fuerza y dominar a la raza humana. El plan es mantener a los hombres como una especie de ganado para satisfacer sus necesidades de sangre. Una vez establecido un nuevo orden mundial, le ofrecen al protagonista ser su mediador con los súbditos humanos, con lo que le darán el reinado ante los hombres. El ofrecimiento es demasiado seductor como para rechazarlo e, incluso, el protagonista se ve como una verdadera deidad y los indios también lo empiezan a percibir como la reencarnación de un dios. Sin embargo, su ideología cristiana lo hace dudar de sus intenciones de reinar el mundo junto a los moscos que, a final de cuentas, simbolizan el Mal. De la misma manera, cuestiona si los moscos poseen una deidad. Le sorprende saber que para ellos existe esa misma fuerza única, dadora de vida de todas las especies habidas y por haber. No obstante, en esa sociedad jerarquizada, la idea de Dios está prohibida. Sólo los líderes tienen el conocimiento sobre la divinidad. Uno de los dirigentes explica: Sabemos de Él […]. Pero tan sólo lo sabe el Consejo Superior y nunca habla de ello. [...] Si las proveedoras, por ejemplo, se enteraran de la existencia de Dios, se creerían iguales a nosotros y se acabaría nuestra organización tan perfecta.5
La idea de un dios es, por supuesto, agitadora. El Gran Consejo que niega a la divinidad, y en consecuencia a los paradigmas que ésta representa, es el gran cáncer de esa sociedad, tal y como lo percibía Bernal dentro de la uns. La sociedad secreta del movimiento terminaría por contaminarlo. El final de la novela, con la 3
Rafael Bernal, Su nombre era Muerte, México, Jus, 2005, pp. 91-92.
4 Idem. 5 Ibidem, p. 130.
Xalbador García (Cuernavaca, 1982) es académico, poeta y crítico literario. Actualmente cursa el doctorado en Literatura Hispanoamericana en el Colegio de San Luis.
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El co m p l o t B e r n a L
Sem-
Por Rafael Bernal Arce ilustraciones de Israel Vargas
En esta estampa, Rafael Bernal Arce recuerda su infancia y la figura elusiva, casi fantasmagórica, de su padre.
blanzas Mi padre nació el 28 de junio de 1915. Durante su juventud creció en la ciudad y en el campo. Tuvo la suerte de venir de una familia dedicada a la cultura. Estudió, sin terminar, Leyes. Un tiempo fue reportero y le tocaron los días previos a la Segunda Guerra Mundial en Europa. Regresó a México, donde comenzó a escribir novela y teatro. Entró al Partido Acción Nacional. Cuando éste se le hizo muy poco activista, decidió que el Partido Sinarquista era el que liberaría al campo mexicano de su constante opresión por los poderes en turno, como se advierte en varias de sus obras como Federico Reyes el cristero, Antonia, El maíz en la casa y Memorias de Santiago Oxtotilpan. Fue varias veces arrestado por «disolución social» y cada vez que lo llevaban ante el juez, comenzaba con un «Justo y severo juez…». Por ese tiempo se le ocurrió que en Chiapas podría hacer mucho dinero con el llamado «oro verde», que era el cultivo del
El co m p l o t B e r n a L
Tenía un conocimiento enciclopédico y sospechamos, o al menos yo sospecho,
que se suscribía a la frase de Mark Twain
sobre que nunca dejes que los hechos
te estorben para contar una buena historia.
plátano. Estuvo dos años en la selva, hasta que su hermana ma-
Tenía un conocimiento enciclopédico y sospechamos, o al menos
yor fue a sacarlo y traerlo de regreso a la Ciudad de México. En
yo sospecho, que se suscribía a la frase de Mark Twain sobre
ese tiempo agarró fiebres de varios tipos y en una de esas fiebres
aquello de nunca dejes que los hechos te estorben para contar
se le ocurrió la trama de la novela Su nombre era Muerte, consi-
una buena historia. Su sentido del humor era de todos conocido
derada como la primera historia de ciencia ficción en México, así
y siempre fue un escritor incansable; cualquier momento libre
como Trópico, libro de cuentos sobre la selva. De su estancia en la
lo dedicaba a escribir. Escribió novela, cuentos, teatro, poesía y,
selva comentaba que nunca vio el oro verde, solamente muchos
lo más interesante para él, historia. Al final de su vida —literal-
loros verdes. Se casó con mi madre, Pilar Arce, y tuvo tres hijos;
mente, porque murió unos cuantos días después— obtuvo su
me tuvo a mí y a mis hermanos, Francisco y Pilar. Trató de entrar
doctorado en Letras por la Universidad de Friburgo con la tesis
a lo que hoy llamaríamos el establishment, sin lograrlo completa-
«Mestizaje y Criollismo en la Literatura de la Nueva España en
mente. Durante este tiempo trabajó en publicidad e hizo teatro,
el Siglo XVI». Esta, junto con su obra más querida por los mu-
en particular con sus obras Antonia, El maíz en la casa, El ídolo y
chos años y países que tomó escribirla, El Gran Océano, fueron
varias radionovelas, la más conocida Caribal, además de novelas
publicadas póstumamente por el Banco de México y ahora están
y cuentos de varios tipos.
disponibles en el Fondo de Cultura Económica.
Su vida bohemia y su activismo político hicieron que mis pa-
Su ilusión de obtener un doctorado se cumplió, mas no así la de
dres se divorciaran y nosotros nos fuimos a Guadalajara con los
entrar en la Academia. Su enfermedad se lo impidió muy tempra-
abuelos maternos en 1955. No volvimos a ver a mi padre hasta
no, pues murió a los cincuenta y siete años. Su obra maestra, o al
1961, cuando murió mi madre. En ese tiempo él se volvió a casar
menos la que nunca ha dejado de reeditarse, es El complot mongol.
con Idalia Villarreal y tuvo a mi hermana María Idalia (conoci-
Rafael Bernal y García Pimentel fue un luchador social, un bo-
da por todos siempre como Cocol) en Venezuela, donde trabajó
hemio, un diplomático, un hombre encantador y, durante toda
en televisión. En 1963 los tres hijos de Pilar nos reunimos final-
su vida, un escritor. Si me preguntan si cambiaría a este hombre
mente con él en Filipinas, donde había conseguido el trabajo de
como padre por uno más convencional, más estable o más cari-
primer secretario y agregado cultural en la embajada de México.
ñoso, digo seguramente que no. Ser hijo de Rafael Bernal y García
En 1964 nos alcanzó Humberto, hijo del primer matrimonio de
Pimentel ha sido un privilegio que pocos tuvimos.
Idalia. Humberto y yo regresamos a México en 1966, mientras que Francisco, Pilar y Cocol vivieron con mi padre e Idalia en Perú y Suiza hasta que él murió en Friburgo en 1972.
Rafael Bernal Arce es empresario.
Definitivamente no fue el mejor padre. Siento que siempre estuvo consciente de ello y trató lo mejor que pudo de manejar los asuntos familiares complejos, que él mismo creó, como Dios mejor le dio a entender. Pero si esa parte de su vida no la logró, sí fue el hombre más divertido e interesante que he conocido. Platicar con él era irse a dormir con el alba, con varios whiskeys adentro.
Israel Vargas (Ciudad de México, 1987) es ilustrador y diseñador editorial.
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C r e ac i 贸 n
Cuento
amputaciones en una noche estrellada Por Eric Uribares Ilustraciones de Amanda Mijangos
Nadie imagina que terminará metido en un frasco repleto de algún
Meses después, cuando la epidemia estuvo controlada y las
líquido para que se mantenga con apariencia aceptable, aunque
pápulas se hubieron transformado en cicatrices, el negocio aún
en realidad pueda desmoronarse ante la mínima agitación o mo-
no retomaba los niveles de popularidad que alguna vez tuvo, y lo
vimiento brusco.
que otrora eran noches de parranda y filas afuera de los cuartos,
Sinceramente, no me quejo. Pudo haber sido peor. No sé, hu-
se volvieron fríos amaneceres impregnados con el perfume de la
biera resultado fácil arrojarme a la basura para ser devorado mi-
carencia. Muchas chicas bajaron sus tarifas y ofrecieron descuen-
nutos más tarde por algún famélico roedor y terminar convertido
tos malbaratando sus servicios, situación que contribuyó poco al
en bolitas negras de mierda; o bien, pude haberme descompuesto
restablecimiento de las visitas.
cual gajo de naranja o bistec descongelado hasta albergar a una
Entonces alguien tuvo la ocurrencia de contar mi historia, o más
colonia de larvas de mosca que me hubiesen olvidado sin darme
bien mi procedencia. Y fue así como de un día para otro la casa
las gracias.
retomó sus niveles de audiencia y las cosas cambiaron favorable-
En cambio, acabé en este impersonal frasco transparente que
mente, pues el perfil de los visitantes no fue más el del pendencie-
adorna una taberna que hace las veces de putero, y a la que venían
ro alcohólico o el ratero noctámbulo que acecha, navaja de afeitar
personajes de la más baja ralea a gastarse el cobre cada semana.
en mano. Aunque, a decir verdad, yo siempre preferí esta clientela
En un principio pocos reparaban en mí, pues utilizaban la barra
que la nueva, por parecerme más franca y menos arrogante.
del negocio sólo para esperar mientras su chica preferida se des-
De pronto empezaron a aparecer los pintores y los músicos,
ocupaba o para echar un trago barato con las pocas monedas que
a quienes siguieron los científicos y los políticos, que siempre
les habían sobrado tras el acto.
han querido rozarse con la fauna intelectual creyendo que los
Más de uno me vio, eso sí, y más de uno cogió el frasco entre
conocimientos pueden transmitirse por ósmosis. Aunque co-
las manos y se preguntó para sí mismo ¿es lo que creo que es? Y
múnmente lo único que se les contagia es la petulancia que
después me dejaron con cierta repugnancia o curiosidad, pero
abunda en los artistas.
sin indagar más allá.
La taberna adquirió más tinte de museo que de casa de citas y
Fue cuando el negocio se vino abajo por las viruelas que ataca-
muy pronto algunos quisieron venir sólo a embriagarse, a lo que
ron a la mayoría de las chicas —y éstas a su vez las compartieron
el dueño, un hombre de modales raudos, se negó apenas tuvo
con sus clientes, quienes las trasmitieron a sus esposas, que ter-
conciencia. El que quisiera verme, tendría que contratar a una
minaron por contagiar a sus hijos— que me hice famoso.
mujer, ése era el requisito.
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C r e ac i ó n
Supongo que ya todos saben o intuyen que soy la oreja de Van Gogh, el lóbulo, para ser más exactos. Y creo que ya todos saben las decenas de historias que me rondan, algunas con más dosis de estupidez que otras, aunque ninguna ha dado en el clavo. Lo sé porque las escucho; verán, cuando corrió la voz de que me encontraba aquí, en esta pocilga donde se comercia el placer, no faltaron los pelmazos que dándoselas de eruditos quieren asombrar a las chicas contando mi historia, como si a ellas les interesara escuchar o necesitaran ser impresionadas para irse a la cama con los clientes. En más de una ocasión he lamentado ser un lóbulo y no un pedazo de boca, para hablar y decirles, epa, bobalicón, eso que cuentas es la más absoluta mentira, lo leíste en algún articulillo de cualquier mequetrefe venido a menos, deja de contar idioteces y saca el cobre, que es lo único que aquí nos interesa. Que si Vincent me arrancó en un ataque de histeria o en un brote psicótico, vaya mentira; que no quepa duda de que al tipo le faltaba un tornillo, pero no, no fueron esos los motivos para que yo terminara separado de él y comenzara el peregrinaje por los burdeles de la más baja calaña en los que he caído. De todas las historias, hubo una que amerita una mención aparte por ser digna de película, aunque también es falsa. La oí de boca de un famoso poeta que acudió a la taberna y después un par de tragos pidió llevarme al cuarto donde la mujerzuela realizaría sus labores. Era una noche estrellada, como una de las pinturas más reconocidas de Vincent. El muy fetichista prometió un pago doble por poner el frasco
Y otra vez, durante el acto, prefería mirarme a mí que al cuerpo que tenía debajo.
en el buró de la cama. A medida que se balanceaba, prefería mi-
La segunda vez fue aun más triste e insípida que la primera.
rarme a mí y no a ella. Me lo imaginaba al otro día, en plena ter-
También concluyó más rápido. Aunque eso a las chicas les con-
tulia, platicando con sus amigotes de escaso talento que había
viene, no deja de perturbarlas, lo sé porque en el ambiente flota
follado frente a mí.
un humus de hastío.
Al concluir su mediocre acto, encendió un cigarrillo y dijo, ¿sa-
Al terminar vino otro cigarrillo y la continuación del relato. Esta
bes que esa oreja (sólo un idiota puede confundir una oreja com-
vez la chica pareció resignarse; entonces encendió también un ci-
pleta con un lóbulo) le fue rebanada a Vincent por su amigo Paul
garrillo y se quedó en la cama a escuchar lo que venía.
Gauguin con un arma blanca?
Según el poeta, cuando Vincent amagó a Paul con una daga
La chica encendió a su vez un cigarrillo y se levantó al baño.
debido a sus celos, evste último no tuvo más remedio que des-
Él continuó con el monólogo: Resulta que Vincent estaba ena-
enfundar su florete, que manejaba a la perfección para manio-
morado de Paul (lo que era una verdad parcial, pues Paul tam-
bras de ataque y defensa, pues además de pintor era un excelente
bién estaba enamorado de Vincent, cosa que pocos saben), y al
espadachín.
declararle su amor y ser rechazado ( falso, no fue rechazado, esa
Para entonces, los cigarrillos de la habitación se habían acaba-
noche ambos se amaron y fueron un amasijo de flujos) amenazó
do y la chica, aunque respetuosa de las manías y egocentrismo de
a Paul con una daga.
su cliente, comenzaba a bostezar, mandando señales claras para
La chica regresó del baño y le dijo que la historia le parecía interesante pero que era momento de pagar. El poeta abrió un bol-
ponerle fin a la charla, situación que su interlocutor pareció no percibir, pues continuó ensimismado con su relato.
so de cuero y al instante lo cerró para pedir otro servicio. Parecía
La imaginación del poeta era en verdad prolífica, pues en tan
evidente que era del tipo de hombres que pagan por ser escucha-
sólo unos minutos desarrolló una historia en la que Paul y Vincent
dos, nada extraño en un poeta.
se batían a feroz duelo cual mosqueteros en defensa de su rey.
cuento
Bueno, ha llegado el momento de que cubras el consumo, interrumpió ella. Fue entonces cuando él mostró una sonrisilla de
y el espacio, no sin antes escuchar, como en un sueño, una serie de alaridos que pedían clemencia.
confusión. Creo que tendré que pagarte con algunos versos, bal-
Cuando pude recuperarme de la impresión, me hallaba de nue-
buceó. Mira, animalejo, al menos que tus versos puedan comprar
va cuenta en la barra del congal, rodeado por la concurrencia
una libra de carne, lo mejor será que pagues lo que debes y te mar-
intelectual a la que ya estaba acostumbrado. Pero esta vez no
ches de aquí, respondió la mujerzuela, arremangándose el blusón.
me encontraba solo, pues al lado de mi frasco había otro idén-
En ese momento yo pensaba en la noche que las mordidas de
tico, en el que pude distinguir, sin temor al equívoco, la lengua
Paul me arrancaron del cuerpo de Vincent. Nada de peleas ni
del poeta.
de feroces combates, más bien amor incontenible que antes de llegar a la cumbre del éxtasis opta por un arrebato de pasión que el otro consiente sin quejarse. Estaba tan ensimismado en mis pensamientos, que el movi-
Eric Uribares (Ciudad de México, 1979) es narrador y poeta. Ha publicado el libro de poemas Cartografía del miedo y la colección de cuentos Ladrón de dinosaurios. Fue becario del fonca en 2013.
miento me tomó desprevenido. Una tremenda sacudida agitó los líquidos de mi frasco y por algún momento temí desintegrarme en moronas. El poeta, quien al parecer no tenía dinero suficiente para cubrir los servicios carnales que recibió, intentó saltar por la ventana de la habitación, y no sólo eso, quería llevarme con él, lo que sin duda terminaría con ambos, pues nos encontrábamos en el cuarto piso. Por fortuna, la chica se lo impidió con un severo garrotazo en la nuca, lo que provocó el desvanecimiento instantáneo del poeta, y también el mío, pues rodé por el piso y perdí la noción del tiempo
Amanda Mijangos (Ciudad de México, 1986) es ilustradora. En 2013 fue seleccionada en el 4° Catálogo Iberoamericano de Ilustración y en el XXIII Catálogo de Ilustradores de Publicaciones Infantiles y Juveniles del Conaculta.
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c r e ac i ó n
El otro Ocaranza Por Pierre Herrera Ilustraciones de Armando Fonseca
Los veinte perros amarillos
El mismo grupo de personas que se reúne para bailar, festejar,
I
jugar y estudiar, se congrega para llorar y compartir la increduli-
Hoy en Michoacán, como antaño, los ataúdes y las tumbas con-
dad ante una violencia que acribilla a la sociedad: desde las filas
gregan a las personas y a sus familias. En las inmediaciones del
del narco o de las instituciones públicas. Escribe Iván Thays: «lo
lago de Pátzcuaro, desde tiempos prehispánicos, existe la tradi-
peor que podría pasarnos era acostumbrarnos a la muerte, a la
ción de visitar y llenar los cementerios para celebrar el regreso
impunidad, al horror, al Mal», porque después vendrá la indife-
de los difuntos el Día de muertos. En casa de mis padres monta-
rencia: un tiempo en el que ya nadie llorará los días y semanas de
mos un altar dedicado a nuestros muertos: adornamos con flo-
mutilación. Sólo se verá pasar la muerte como un hecho enmar-
res amarillas, servimos los platillos que les gustaban, colocamos
cado por la comodidad y el sopor de lo cotidiano.
un poco de agua y sal, un espejo y, por esa noche, sabemos que nadie está solo.
II
La muerte revelada como una eternidad, como única eternidad
Nuestras maneras de asumir la muerte están en continuo cam-
en el universo. No un fin, sino un motor de movimiento; una ex-
bio. En Morelia, como en otras partes del país, la muerte se ha
plosión de materia que pone todo a circular, un comienzo don-
convertido en un hecho cotidiano. La bandera de una época. Se
de el caos impera hasta a nivel subatómico: la entropía máxima.
debe, en gran parte, a la guerra que mantiene el gobierno contra
Vivir y morir son actos inseparables e infinitos, como sumar y
el narco, o el narco contra el narco, o la ciudadanía contra el nar-
restar son hechos indistintos para la materia, según Newton. La
co, o la ciudadanía contra la ciudadanía, aunque en realidad no
muerte como símbolo de creación marca la pauta de la obra poé-
sea más que un movimiento de dinero en el que no pierden los
tica de Ramón Martínez Ocaranza; es su centro imaginario. Para
accionistas, sino la sociedad que aporta su trabajo, la esperanza
él, la única forma de escribir sobre el dolor y la incredulidad, que
y a los muertos. Qué signo tan funesto para estos tiempos aban-
ocasiona la muerte, es partir del mismo dolor.
derados por los progresos éticos y legales en la convivencia y res-
En la obra ocaranziana la muerte nunca se asume con indi-
peto a las minorías, a la democracia. Así se vive en Michoacán:
ferencia. El dolor al escribir es el mismo que se siente al leer.
viendo cómo nuestros familiares y conocidos se suman a la cifra
Ocaranza escribe desde la muerte, contra ella. Cada palabra un
de muertos diarios por la Guerra del Narco.
dolor, como si la poesía fuera el dolor de lo desbordante. Hablar
e n s ayo
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c r e ac i ó n
La muerte como símbolo de creación marca la pauta de la obra poética de Ramón Martínez Ocaranza; es su centro imaginario.
de lo mortuorio fue su manera de exponer todas las represio-
Asimismo, precisó que las más recientes cifras oficiales dadas a
nes y muertes que vivió y que ahora nos toca vivir tan cerca. La
conocer en enero de este año en México, indican que desde 2006
vida, esa bala que no está dirigida a nosotros, pero nos quema
han muerto cuarenta y siete mil quinientas personas a conse-
la mejilla.
cuencia de la violencia del narcotráfico. En la reunión de Ottawa, los gobiernos de México, Estados Tierra de perros
Unidos y Canadá formalizaron un mecanismo de diálogo per-
Van 150 mil muertos en México por la narcoviolencia: Panetta.
manente para forjar «alianzas clave» contra las amenazas a la
▶ ▶ El
seguridad de Norteamérica.
secretario de Defensa estadounidense dijo lo anterior tras
una reunión trilateral en Ottawa. ▶ ▶ La
cifra mencionada corresponde a todo el continente en un
año, precisan Sedena y Marina.
En conferencia de prensa conjunta, en la que participaron los dos funcionarios mexicanos, el estadunidense Panetta y el ministro de Defensa de Canadá, Peter MacKay, el general Galván resaltó: «No venimos a mencionar quiénes son los culpables del
DE LA REDACCIÓN
problema, es obvio que todos los gobiernos hemos dejado de ha-
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, afirmó
cer algo para que el narcotráfico se encuentre en la dimensión
ayer que «150 mil personas han fallecido» por la violencia entre
que observamos ahora».
los cárteles en México. Tras reunirse con los titulares de Defensa
El canadiense MacKay dijo: «Lo que estamos viendo hoy es el
y Marina, señaló: «Yo pienso que el número que los oficiales mexi-
reflejo de un muy fuerte deseo por parte de los tres países de en-
canos mencionaron fue de 150 mil».
trar de lleno a la solución de estos problemas».
Las declaraciones de Panetta, quien no precisó a qué periodo
Por la noche, las secretarías de la Defensa y de Marina des-
se refería, se conocieron en el contexto de la primera reunión de
mintieron haber referido la existencia de ciento cincuenta mil
titulares de Defensa de Canadá, Estados Unidos y México, reali-
muertos en México, derivados de la violencia entre organizacio-
zada en Ottawa, con el objetivo de intensificar la cooperación de
nes criminales, como afirmara el secretario de Defensa de Esta-
los tres países para combatir el tráfico de drogas y coordinar las
dos Unidos, Leon Panneta, en la Reunión Trilateral de Ministros
ayudas necesarias en caso de desastres naturales.
de Defensa de Norteamérica. Esa cifra, aseguraron, corresponde
Medios canadienses reportaron que Galván dijo a sus contra-
«a todo el continente americano al año».
partes que su país está enfrentando una «amenaza colosal» de
El comunicado señala: «En cuanto a los homicidios presun-
los cárteles, y que éstos se están peleando entre sí por el con-
tamente ocurridos por la violencia entre organizaciones crimi-
trol de rutas de contrabando usadas para trasladar drogas al nor-
nales, los participantes en esta reunión conversaron sobre alrede-
te del continente.
dor de los 150 mil casos registrados en el continente americano al
Galván expresó que la guerra contra las drogas «ha costado la
año, y no sólo los observados en México».1
vida a 50 mil mexicanos» y advirtió que los cárteles que operan en su país tienen nexos tanto en Canadá como en Estados Unidos.
1 Nota en periódico La Jornada, México, miércoles 28 de marzo de 2012, p. 5.
e n s ayo
ELEGÍA DE LOS TRIÁNGULOS
Me he preguntado varias veces si habrá algo más vacío que ser
Día de muertos
humano: siempre buscando un sentido a la realidad que se per-
1. Oquedad. f. Insustancialidad en lo que se habla o se escribe. Es-
cibe, aun cuando la realidad es un concepto que nosotros cons-
pacio que en un cuerpo queda vacío. La propia letra O presenta
truimos a nuestro alrededor. Una ilusión intangible que le da un
una oquedad en su forma, apela a un vacío interior que nunca se
cauce a la existencia.
llega a tocar o aprehender, sólo a especular a través de su sustancia. La O circunda el vacío (la muerte). Sólo en la circunferencia no existe el azar, escribió José Emilio Pacheco; dentro y fuera de
¿Para qué dotar de otra capa de ficción a la realidad que ya es impostura? Acaso para encontrar un sentido a través de las conjeturas de la escritura; para unir hechos aparentemente inconexos entre sí;
ella el caos impera. Como sólo es posible conocer el vacío por lo que está a su al-
para saltear la oquedad del ser. Las tres hipótesis igual de admisi-
rededor, para hablar de la oquedad es necesario pensar en todo
bles.3 Se me ocurre que el signo con el que se representa el infinito
lo que existe fuera de ella: en el tamaño del universo; es decir, en
son dos oquedades conectadas: dos vidas sin sentido tratando de
el propio concepto de «infinito».
dárselo acoplándose en un mismo movimiento.
Lo «infinito» apela a la existencia de una agrupación sin fin de
Escribir para saltar dentro del vacío que circunda los pensa-
objetos; y como conjunto, éste puede incluirse en otra serie infi-
mientos, para no quedarse sumergido en los fragmentos rotos del
nita, dentro de otra serie, etc. (Un infinito sumado a otro infinito
espejo sobre el camino. («El pensamiento humano parece abo-
siempre resulta infinito). Lo que nos regresa al comienzo: al 0, al
rrecer el vacío», dijo George Steiner). Se escribe como se vive:
no-número, al no-objeto, al no-valor, de donde todo comienza,
desde una posición diferente cada vez. Einstein no nos mintió:
hacia donde toda va: al vacío, a la oquedad.
el universo no ha dejado, ni dejará, de cambiar un solo instante.
2 ∞+∞=∞ / Angustia + Angustia = Angustia.
3 Igual de inaceptables.
2
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Pero dependemos demasiado de la percepción, cuando tal vez lo
Godínez y María Ocaranza Gálvez, junto con varias familias de Ji-
real está más allá de todo.4 La verdad: el vacío está sobre nosotros.
quilpan, decidieron huir al cerro de San Francisco en busca de re-
Bienvenidos a los no-días, a la oquedad del ser: a la escritura. Bienvenidos al desierto de lo real.
fugio, donde, más tarde, nació Ramón Martínez Ocaranza. La casa de sus padres estaba muy cerca de la plaza principal del pueblo. Ahí, rmo fue testigo de la violencia durante la guerra
2. Ramón Martínez Ocaranza (rmo). Escritor michoacano, lucha-
revolucionaria,5 expresada en los combates entre las tropas de
dor social, opositor político, poeta del caos.
Enrique Estrada y las del bandolero Inés Chávez García. En su
rmo nació el 5 de abril de 1915 en Jiquilpan (o como él escribía:
autobiografía, Ocaranza recuerda a varios estradistas colgados
Xiquilpan), Michoacán, muy cerca de la frontera con Jalisco, a mi-
en los fresnos de la plaza principal, «pelaban los ojos, sacaban la
tad de la guerra civil revolucionaria y sus interminables cambios
lengua, enchuecaban la boca, y danzaban la danza de la muerte
de dirigentes. De ese mismo lugar fue oriundo el expresidente
con un siniestro ritmo de pavorosa arquitectura». A los doce años,
Lázaro Cárdenas del Río (1895-1970) y también el poeta y filósofo
el 24 de octubre de 1927, rmo presenció el violento choque entre
novohispano Diego José Abad (1727-1779).
un grupo de cristeros frente a otro de personas que defendieron
El día del natalicio de rmo hubo rumores en el pueblo de que llegaría el señor de la guerra, don Francisco Murguía, un carrancista que tenía asolada la región. Sus padres, Antonio Martínez
4 Es necesario suspender la realidad y tratar de formular nuevas reglas para percibir las cosas ordinarias. Girar sobre sí mismo e instaurar otro orden a la mirada, volver a girar para modificarla y extrañarla todas las veces que un modelo comience a arraigarse. Mantener lo irreal en el mundo es una constante lucha contra lo ordinario de la vida.
5 Hoy, a comienzos del siglo xxi, en México, en especial en Michoacán y sus alrededores, la historia parece volver sobre su antiguo trayecto. La violencia impera; los muertos vuelven a tener el control del imaginario del pueblo. Vuelve a haber colgados. Cuerpos suspendidos de puentes, para ser vistos, para prenderse de la memoria de los vivos. Hay gente que mira los cuerpos en el aire como péndulos que oscilan sobre la cabeza de todos; cuerpos que seguirán oscilando en nuestra memoria. Hay mantas. Y las mantas tuercen el lenguaje, tuercen la lengua, y nos tuercen un poco a todos cada vez. Hay bloqueos en los caminos, automóviles quemados, gente quemada, gente decapitada, gente desaparecida, y hay cadáveres.
Ocaranza calló y en esos aullidos mudos permitió que la afonía, tan perjudicial para tantos poetas y escritores, lo llevara a encontrar su voz poética en el dolor.
e n s ayo
Jiquilpan del saqueo. Esta exposición temprana ante la muerte
La última etapa se compone por la publicación de Elegía de los
y la impunidad de los crímenes políticos sería una constante a
triángulos (1974), Elegías en la muerte de Pablo Neruda (1977), Pa-
lo largo de su vida, hechos que marcarían significativamente la
tología del ser (1981) y La edad del tiempo (1984). Tetralogía de la
línea temática de su poesía.
agonía, la lobreguez y podredumbre que carcome la existencia del
rmo fue Bachiller por la Universidad Michoacana de San Ni-
ser humano. Para Enrique González Rojo, estos libros represen-
colás de Hidalgo (umsnh), donde, posteriormente, dio clases de
tan «la colección de llagas más impresionante en lo que va de la
literatura mexicana durante veinticinco años. Su docencia se vio
poesía mexicana». Ocaranza consigue llegar a la cima estética de
interrumpida de 1966 a 1968 debido a su intervención en los mo-
su poética (y al fondo de la enfermedad con que se nutre la reali-
vimientos estudiantiles michoacanos (antecedentes directos del
dad del ser, la carcoma: la otra sima): la forma de la enferma rea-
movimiento del 68): Ocaranza impidió una masacre de estudian-
lidad. Esa patología no podía ser expresada de forma clásica, ro-
tes en 1963 y otra en 1966 como presidente de la Federación de
mántica o moderna, no después de haber vivido los horrores de
Maestros Universitarios, por lo que fue encarcelado con su familia,
la Guerra Civil mexicana, la española y dos Guerras Mundiales;
liberados en poco tiempo. El 28 de diciembre de 1966, Ocaranza
no después del silencio que ponderaba Theodor W. Adorno a la
fue puesto en libertad gracias a la presión ejercida por estudian-
poesía después de Auschwitz; por eso la expresión de Ocaranza
tes e intelectuales.
al dolor y la muerte tenía que ser violenta, paradójica y contradic-
6
En 1932 se afilió al Partido Comunista Mexicano, cuando los poetas surrealistas André Breton, Paul Éluard y Louis Aragon también
toria. rmo escribió: «El Ser es una disciplina del No-Ser» y «Morir es no morir para que nadie nos hable de la muerte».
eran miembros. Entonces la Revolución Cubana aún no se planea-
Su obra sólo tiene par con la de José Revueltas (1914-1976), a
ba, ni esta filiación estaba ligada a movimientos literarios de moda
quien conoció a temprana edad en alguna cárcel y de quien fue
como el Boom. Fungió como presidente de la Sociedad de amigos
gran amigo y camarada. Sus obras comparten una asimilación y
de la urss en Michoacán, y fue a Moscú como su representante.
tergiversación de las formas vanguardistas de entreguerras, una
Ocaranza se caracterizó por apoyar a perseguidos políticos de
representación cruda de la problemática social y política que vi-
España, Cuba, Guatemala y Nicaragua.
vía México en sus tiempos, y la presencia de temas mitológicos prehispánicos. Hoy, la obra José Revueltas es reconocida y leída;
La obra poética de Martínez Ocaranza se puede dividir en tres
contrario al caso de Ocaranza, que fue ninguneado por casi todo
periodos:
el gremio literario posterior. Su exclusión de todas las antologías
El primero inicia con la publicación de su primer libro: Al pan
de poesía mexicana del siglo xx es muestra de ello.
pan y al vino vino, en 1951, y termina en 1968 con Otoño encarce-
Pocos poetas lo conocen, una cantidad menor de éstos lo han
lado. Se suma a este periodo su libro póstumo Vocación de Job
leído y pocos lo aprecian, entre ellos Efraín Huerta, Enrique Gon-
(1992), escrito a principios de 1961 en diversos sanatorios de Mé-
zález Rojo y los poetas infrarrealistas Ramón Méndez Estrada y
xico y Moscú. Esta etapa se caracteriza por el uso de las formas
Mario Santiago Papasquiaro, quien escribió:
vanguardistas del siglo xx y la constante reflexión sobre la soledad y el destino de la humanidad. En su segunda etapa publica sus ensayos sobre literatura mexicana, mas no publica poesía. En este periodo prevalece el silencio
Este verso se cae de brindar a la salud de Lilia Prado Lo estoy viendo ¡otra vez! cagarse de risa —A la manera del dragón Martínez Ocaranza—
sobre la poesía (o prevalece como otro tipo de poesía): para Marguerite Duras escribir también es no hablar; es callarse, es aullar
Un brindis por el dragón Martínez Ocaranza, quien murió en
sin ruido. Dolerse en silencio. Ocaranza calló y en esos aullidos
Morelia el 21 de septiembre de 1982, después de haber vivido dos
mudos permitió que la afonía, tan perjudicial para tantos poetas
guerras civiles en México, la Segunda Guerra Mundial, la Crisis
y escritores, lo llevara a encontrar su voz poética en el dolor. Fue-
de los misiles y la Guerra Fría, sabiendo que, a pesar de no haber
ron cinco años imprescindibles en los que encontró la hierofanía
estallado una Tercera Guerra Mundial, la amenaza nuclear nunca
tan buscada desde sus primeros poemas gracias a la lectura de
se difuminaría del horizonte de la humanidad.
mitología prehispánica, autores culteranistas y la Biblia.
La primera vez que leí a rmo fue en el verano de 2008, en Morelia, donde realizaba estudios universitarios de literatura
6 Carlos Pellicer, David Alfaro Siqueiros, Efraín Huerta, Enrique González Rojo, Eugenio Arriaga, Gastón García Cantú, Henrique González Casanova, José Emilio Pacheco, José Revueltas, Thelma Nava, entre otros.
hispanoamericana en la umsnh. El libro en cuestión fue Patología del ser. Ignoraba que ese poemario pertenecía a la última etapa poética de Ocaranza, pero esa ignorancia o vacío o dejadez
47
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c r e ac i ó n
bibliográfica, que sólo podía ser achacada a mi juventud, no restó un ápice a mi deslumbramiento.
Enrique Vila-Matas utiliza el nombre odradek para designar a los inquilinos negros, los dobles (Doppelgänger o kagemusha,
Gracias a que el auditorio de la Facultad de Letras lleva el nom-
según la lengua) de escritores y artistas. Sus sombras inaprensi-
bre del vate michoacano, fue que me interesé por leerlo. Me pre-
bles, su imaginación representada, sus fantasmas hechos presente.
guntaba por qué se había determinado esto si Martínez Ocaranza
Objetos minúsculos que encarnan a aquellas sombras espectra-
es un poeta prácticamente desconocido en México.
les que ofuscan la imaginación; objetos fútiles que hacen tener
Uno nunca sale indemne de ninguna lectura, menos de un en-
presente que «lo inútil es bello porque es menos real que lo útil,
frentamiento como ése, donde se pone en duda y rebate la exis-
que se continúa y prolonga», en palabras del propio Vila-Matas.
tencia a cada página.
Objetos que ponen en abismo la relación del poeta con la poesía: el poeta en un extremo del lenguaje / la poesía como el centro
I
vacío del gran lenguaje metafórico, inaccesible por completo al
Nadie se pierde. Todo participa en la terrible perfección.
mismo / poeta que siempre lo busca.
II Nacemos por morir. III Y es la muerte la que nos lleva por la muerte. IV
Pierre Herrera (Morelia, 1988) es autor de El equívoco cervantino. Colaboró en La mosca en el canon. Ensayos sobre Augusto Monterroso. Actualmente es becario en la Fundación para las Letras Mexicanas.
¡Camino de lo eterno! V ¿Qué sería del hombre sin su muerte? VI ¿Sin los zapatos rotos de su muerte? VII Fenomenología de conciencias VIII Que se deshace en la circunferencia. IX Dadme un morir. Y moveré la tierra. ¿Por qué la literatura mexicana se obstina en olvidar a un autor como Ocaranza? ¿Será por su desapego a los valores canónicos? ¿A que siempre fue considerado un poeta de provincia y, por lo mismo, periférico? ¿A que no perteneció a ningún grupo literario? ¿Fue su marcado compromiso social o simplemente su radical postura ideológica? ¿Porque le escupió al sistema en la cara y se mofó? 3. Odradek. m. Objeto inútil. Objeto roto. Objeto vacío. Objetivación de la memoria. Para Franz Kafka su odradek era un carrete de hilo plano con forma de estrella que nunca llegó a atrapar, que perdió en su imaginación, o que nunca existió realmente; es decir, su odradek era su propia sombra: el fantasma (palabra que en su raíz griega se emparenta más con la imaginación que con lo paranormal) que lo acechaba a cada paso. Su odradek era la sombra de su imaginación que guiaba su mano para seguir una dirección en sus textos, y no otra, o para perderlo.
Armando Fonseca (Ciudad de México, 1989) cursó el diplomado en ilustración impartido por la Casa Universitaria del Libro de la unam. Su obra ha aparecido en diversas revistas independientes y ha estado presente en exposiciones colectivas.
Poesía
49
Poesía. Reflexión: Xitlalitl Rodríguez Mendoza. De México: Nadia Escalante Andrade. De Hispanoamérica: Valeria Guzmán. Del mundo: Eileen Myles.
50
Poesía
Trípode Por Xitl alitl Rodríguez Mendoz a
Pedacería de una entrevista
doctor y, además, poeta. Claro que no cuentan la parte en la que
que no se publicó completa
se suicidó con cianuro en la Antigua Escuela de Medicina, hoy
Hay algo peor que las entrevistas: las entrevistas de hace cinco
Palacio de la Inquisición (no puedo obviar ese añadido morboso).
años. Uno se da cuenta de que ha dicho muchas tonterías a lo lar■
go de su vida. Y que éstas son acumulables y permanecen como un montoncito de piedras en un cementerio micmac, esperando
¿Cómo «influye en mi escritura» haber vivido en Francia? Padez-
a ser levantadas por el muerto que yace abajo.
co un severo caso del Síndrome del Jamaicón, y se pone igual si
Algunas respuestas al azar de entrevistas que me han hecho y
estoy en Francia o en la Ciudad de México. Lo mismo extrañaría Guadalajara si estuviera en Atotonilco. Pero lo más importante
no se han publicado:
fueron las personas que conocí, los amigos, los profesores, los ■
compañeros de la escuela, las nuevas lecturas, el frío, el racismo
A veces invitaban a escritores a la preparatoria. Yo estaba en la
y el desprecio hacia lo latinoamericano. El estar desamparada en
11. Fue Raúl Bañuelos y… no sé, varios. Recuerdo que fui a varias
un lugar desconocido y lejano te da ganas de leer y escribir, de
de esas lecturas. Creo que eso tuvo mucho que ver para empe-
identificarte con algo.
zar a interesarme en la escritura. Luego hicieron un concurso de cuento y decidí participar. Perdí, por supuesto, pero me emocionó
Sobre por qué escribo poesía
ese despropósito de escribir mentiras bien contadas. Desde en-
Los discos me han llevado a la ruina. Y eso que casi ni tengo. Ni
tonces comprendí que nunca podría ser narradora. Ahora que lo
siquiera sé de música ni nada.
pienso, lo que me llamaba la atención de la poesía son todos los
El único regalo de valor monetario que me dio mi abuela ma-
silencios, las ausencias, los espacios en blanco, las faltas, todo lo
terna —mi Nina Elvira— fue una esclava de oro. Parecía de esos
que no queda claro.
objetos que tienen una vida larga, como para haber convivido con monedas muertas. Quizá en algún momento pendió de ella ■
un dracma, o no. No es importante.
A veces me invitan a participar en mesas de poesía experimen-
Cuando iba en la facultad, enloquecida por grupos nuevos
tal, pero en cierta medida toda la poesía es experimental por la
que empezaba a conocer, aunque ellos tuvieran años de haberse
ruptura del lenguaje, un fenómeno, un experimento. Cuando
desintegrado (como The Smiths o Siouxsie & the Banshees), te-
dicen «poesía experimental» recuerdo esos lugares que ponen
nía que encontrar provisiones para mis nuevas ansias musicales,
«cantina bar».
alejadas de Ricardo Arjona y Banda Cuisillos (la segunda mucho más digna que el primero, cabe aclarar). No trabajaba y no podía ■
decirle a mis papás: «Oigan, ¿conocen a una banda que habla de
Generaciones de padres no se han cansado de persuadir a sus hi-
lo maloliente que es la vida, llamada The Smiths? Bueno. Equis.
jos de estudiar letras con el argumento de que Manuel Acuña era
¿Pueden darme dinero para comprar sus discos o-ri-gi-na-les?».
Reflexión
Así que le di mi esclava a un tipo de la escuela a cambio de un
La poesía es la prueba de la movilidad hacia el pasado, hacia la
disco de Pulp. This Is Hardcore. Booklet: original. Disco: pirata.
permanencia, hacia el regreso, hacia la pregunta.
¡Qué aversión la originalidad! Primates preocupados por hacer algo inexistente. Cosas imposibles. Tan hermoso que es volver a
Un poema es la representación más clara de un agujero de gusano.
los objetos, a los lugares, a lo dicho mil veces. A lo despojado de sentido de tanto repetirse. Recordar. Reproducir.
Un poema es un gusano, velo; velocímetro de luz.
Luego de muchos años encontré una canción de Casiotone for the Painfully Alone que cuenta la historia de una chica que se lleva
Los gusanos y los versos no se cortan, continúan.
a una fiesta el collar de perlas de la abuela. Alguien tira del collar, las cuentas se desbalagan en la pista. Al final sólo regresa con
Gracias a todos los taggers por dejar poesía rupestre para los
unas cuantas perlas a casa. Después intenta consolar a su mamá
marcianos.
diciendo: «Son sólo perlas y todavía tengo el dinero que no gasté en bebidas». Esta letra me reconfortó durante un tiempo, pero a
Un poema es un proceso. Y el mío es igual a todo en mi vida: gira
veces lloro por esa esclava, y más bien por mi abuela. Ella me daba
en torno a fechas de cierre editorial. Cuando no tengo cierre edi-
consejos útiles como: «Hija, no digas pendejadas», de la forma más
torial, escribo.
amorosa que he escuchado. Y nunca emitía un mal juicio sobre nadie: «Matón, matonazo, pero buena gente». Dicho lo cual: al diablo con los coleccionistas de discos (to-
Cerrar. Cerrar la noche, la calle, la escalera. Y el grito del refri desdoblando la puerta: palabras, imanes, humanos.
mando en cuenta por disco a lo material que no tiene que ver con los sonidos en sí).
Pienso en Maricela Guerrero: «La poesía es el trabajo sucio que nadie quiere hacer».
Aforismos en 140 caracteres (o menos)
La poesía es la única evidencia científica de la memoria. O al me-
Humo, sueño, lenguaje, fractura, colisión, cicatriz y regreso. Plaza,
nos es la que parece menos refutable.
base, trabajo de campo, prueba, evidencia. Estuvo ahí. Ahí está.
Pienso en Antonio Gamoneda: «Mi poesía es el relato de cómo avanzo hacia la muerte». Los poemas que más me gustan son los que empiezan con una distracción y que, al final, siempre atienden. La distracción es cuando se pierde, por un segundo, la atención en lo verdaderamente importante: ¿la muerte? La poesía es mi habitación del pánico. Una habitación del pánico es el recinto dedicado a las últimas palabras. En cierta forma, todo poema es la última palabra del enunciante. Es por eso que uno vuelve a él. El poema nunca termina, siempre está empezando. No creo en esa teoría que dice que los viajes en el tiempo sólo pueden ser hacia el futuro.
Xitlalitl Rodríguez Mendoza (Guadalajara, 1982) es autora de los libros de poemas Polvo lugar y Datsun y de Catnip, editado en la colección La Ceibita de Tierra Adentro. Recibió el Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano 2015.
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poesía
México
Los disfraces Por Nadia Escal ante Andrade
Para escondernos del color azul fuimos al desierto. El día era una máscara de la noche, el cielo —lo sabemos incoloro— nos respiraba como a los restos de algo perdido. Aprendimos a ser cóncavos para contener el cauce de la arena. Entretuve tu pensamiento en mi pensamiento, qué manera tenías de contar la respiración y los anillos de las serpientes. Una formación de ceros, hormigas negras del cálculo, camina hacia el Este, horizonte rojo prendido con alfileres de la idea del azul. Aprendimos a ser cóncavos para reflejar los espejismos. Rodamos como animalitos, haciendo surcos en la arena. La memoria necesita girar para desvanecerse: Nadia Escalante Andrade (Mérida, 1982) ha publicado dos libros: Adentro no se abre el silencio (La Ceibita, 2010) y Octubre. Hay un cielo que baja y es el cielo (Textofilia, 2014). Ha sido becaria del fonca y de la Fundación para las Letras Mexicanas.
Ecuador
Poesía
De Efusiva penitente Por Valeria Guzmán
Todadeseosa lengua inquieta vorágine de gustos rodando por tu cuerpo Me detengo en cada cuenta del rosario Bienaventurada invitación al rezo Siete los misterios del gozo horado doce tras el arco de la lumbre mi descenso sacro Y te transfiguras los haces de tu luz los silencios ciegan Irrumpen proféticos gemidos Siento el olor del fruto próximo a mi boca dulceamargo resbalando en la garganta Ascensión a dioses que al ocaso del paraíso desfallecen
Valeria Guzmán (Rusia, 1988) es poeta, ensayista y traductora. Es autora del libro Efusiva penitente, publicado en Ecuador, donde creció.
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poesía
Estados Unidos
Un poema americano por Eileen Myles Traducción de Román Luján
Nací en Boston en 1949. Nunca quise que este hecho se supiera, de hecho he pasado la mayor parte de mi vida adulta tratando de barrer mis años juveniles bajo la alfombra y de tener una vida que claramente fuera sólo mía e independiente del destino histórico de mi familia. Pueden ustedes imaginarse cómo era ser uno de ellos, tener su misma complexión, hablar como ellos tener los privilegios de haber nacido en una familia americana tan pudiente y poderosa como esa. Fui a las mejores escuelas, tuve toda clase de tutores y entrenadores, viajé extensamente, conocí a los famosos, a los controvertidos, a los no tan admirables, y supe desde muy temprana edad que si hubiera la más remota posibilidad de escapar del destino colectivo de esta famosa familia bostoniana tomaría esa ruta y la he tomado. Me subí a un Amtrak hacia Nueva
poesía
York a principios de los setenta y supongo que podría decirse que mis años secretos comenzaron. Pensé, Bueno, seré poeta. Qué podría ser más estúpido y sombrío. Me convertí en lesbiana. Todas las mujeres de mi familia parecen marimachas pero realmente es limpiarse en la bandera cuando te conviertes en una. Desde esta ignominiosa postura he visto y he aprendido y empiezo a pensar que no hay forma de escapar de la historia. Una mujer con la que actualmente tengo una aventura me dijo sabes qué, pareces una Kennedy. Sentí que la sangre me subía por las mejillas. La gente siempre se ha reído de mi acento bostoniano que confunde “largo” con “lago”, “parto” con “pato”. Pero cuando esta incauta mujer invocó por primera vez mi apellido supe que el cuento se había acabado. Sí, lo soy, soy una Kennedy. Mis intentos por seguir a la sombra no me han servido mucho. De haber empezado como
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poesía
una humilde poeta rápidamente escalé a la cumbre de mi profesión asumiendo una posición de liderazgo y honor. Está bien que una mujer me ponga en entredicho ahora. Sí, soy una Kennedy. Y espero sus órdenes. Ustedes son los Nuevos Americanos. Los indigentes deambulan por las calles de la más grandiosa ciudad de nuestra nación. Hombres indigentes, entre ellos, con sida. ¿Es esto correcto? Que no haya hogares para los indigentes, que no haya ayuda médica gratuita para estos hombres. Y mujeres. ¿Que se den cuenta —mientras se están muriendo— de que éste no es su hogar? ¿Y cómo están sus dientes hoy? ¿Pueden costear arreglárselos? ¿Qué tan alta es su renta? Si el arte es la más alta y más honesta forma de comunicación en nuestros tiempos y una artista joven ya no es capaz de mudarse aquí para hablarle a su tiempo… Sí, yo pude, pero eso fue hace 15 años y recuerden —como yo debo— soy una Kennedy. ¿No deberíamos todos ser Kennedys? Esta ciudad, la más grandiosa de la nación, es hogar del hombre
poesía
de negocios y hogar del artista rico. Gente con dientes hermosos que no está en la calle. ¿Qué deberíamos hacer respecto a este dilema? Miren, he sido educada. He aprendido sobre la Civilización Occidental. ¿Saben cuál es el mensaje de la Civilización Occidental? Estoy sola. ¿Estoy sola esta noche? Lo dudo. Es que soy la única con encías sangrantes esta noche. Es que soy la única homosexual en la sala esta noche. Es que soy la única cuyos amigos han muerto, están muriendo ahora. Y mi arte no puede ser apoyado hasta que sea gigante, más grande que el de todos los demás, confirmando el sentimiento del público de que están solos. De que sólo ellos son buenos y merecían comprar boletos para ver este Arte. Están trabajando, tienen buena salud, deben sobrevivir y son normales. ¿Ustedes son normales esta noche? Será que todos aquí somos normales. No es normal para mí ser una Kennedy. Pero ya no me avergüenzo, ya no estoy sola. No estoy sola esta noche porque todos somos Kennedys. Y yo soy su Presidenta.
Eileen Myles (Estados Unidos, 1949) es autora de más de veinte libros. En 2012 le otorgaron la beca Guggenheim. «Un poema americano» forma parte del volumen Not Me.
Román Luján (Monclova, 1975) es poeta y traductor. Autor de Deshuesadero y de Drâstel.
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Rafael Bernal, adaptado Co n v e r s ac i ó n a b i e r ta
Por Bef y Blumpi
Se cumplen cien años del nacimiento del autor que escribió la novela policiaca mexicana por excelencia, El complot mongol, un libro de vitalidad y posibilidades asombrosas. Hablamos de Rafael Bernal, que, además de haber explorado el género policiaco, trabajó textos con el rigor de la ciencia ficción. «Matar no es un trabajo que ocupe mucho tiempo, sobre todo desde que le estamos haciendo a la mucha ley, al mucho orden y al mucho gobierno», dice Filiberto García, protagonista de El complot mongol. Es una frase vigente, que se circunscribe a nuestros días, aunque la novela, escrita en 1966, se publicó un año después de la matanza en Tlatelolco. Pedimos a Bef y Blumpi que adaptaran las obras clave de Bernal al cómic, y en esta conversación —cuya versión íntegra se encuentra en nuestro sitio web— hablan del proceso y de su relación con el autor de Su nombre era Muerte.
Blumpi: Encontré en Bernal a un autor que sorprende, que arriesga. Desde el principio, me gustó el idiolecto de Teódulo Batanes, el protagonista de «De muerte natural», la pieza que adapté. Pero también un narrador muy evocador, para quien las descripciones no son mero escenario o adorno. Me colocó en el hospital donde falleció mi madre y supe que en un lugar así se ubicaría esta historia. Bef: Bernal es un autor pivotal de la literatura mexicana que ha sido poco valorado desde la alta cultura. Ello, desde luego, no es sorpresa, debido a su filiación a los subgéneros y la literatura popular. Y de éstos —ciencia ficción, noir— a los cómics sólo hay un paso. En Bernal hay resonancias de Chandler y sobre todo de Hammett, pero también de Chester Gould y Alex Raymond, contextualizado localmente. El mérito de Bernal es haber nacionalizado al género noir. Quizá por eso mismo es ignorado por sus contemporáneos, que lo
Co n v e r s ac i ó n a b i e r ta
veían como autor menor. Tuvo que ser rescatado por la siguiente
populares, despreciadas por la alta cultura para deconstruir y re-
generación.
contextualizar en otros discursos narrativos, alejados, por ejem-
Me queda claro que su gran aportación está en la revaloración
plo, de los superhéroes o las Sensacionales.
de la novela popular, pulp, dentro del contexto nacional, y ejecutarla con gran modernidad. La mezcla de primera y segunda
Blumpi: Las adaptaciones son riesgosas, aunque no dejan de ser
persona en la voz narrativa de El complot mongol fue un recurso
atractivas. Son como los cóvers en la música: es muy tentador
muy novedoso en su momento, que quizá ocupaban autores más
tratar de interpretar una pieza artística previamente elaborada
experimentales —pienso en un temprano Fernando del Paso, qui-
y darle los matices propios. Pero en el caso de adaptaciones al
zá, o Carlos Fuentes en Aura—, pero que no se usa en este tipo de
cómic, el riesgo es muy grande. Las expectativas del lector son
narrativa. Otra de sus herencias es darle voz al asesino, al antihé-
unas, la manera en que un narrador gráfico traduce lo que lee
roe, el cual va desnudando las miserias y los vicios de un sistema
puede ser otra. En general, no me gustan las adaptaciones litera-
corrupto sin ningún pudor.
rias al cómic, pues en mi opinión suelen ser
Esta combinación explosiva genera textos
homenajes de fan o adaptaciones al pie de la
altamente visuales, con mucha posibilidad de
letra, más que reinterpretaciones personales.
ser adaptados a un medio como la historieta.
Coincido contigo Bef: Rafael Bernal tiene
Hubo, de hecho, un intento fallido por hacer-
ese halo que también persigue a los comique-
lo, con guión de Luis Humberto Crosthwaite e
ros, de literatura de bajo nivel, barata. Pero,
imágenes de Ricardo Peláez. Tuvieron la mala
por lo mismo, al no estar palomeada por una
fortuna de intentar publicarlo con Editorial
autoridad —o «autoridad»—, posee mucha
Vid y por razones que siguen siendo un miste-
libertad de movimiento.
rio para mí, el proyecto se canceló. Apenas se publicó un número de los cuatro o cinco que estaban planeados. Se rumoraba que era por-
Blumpi: En El complot mongol, de fondo, pasa lo mismo en nuestros días: violencia, tráfico de
que a la viuda de Bernal no le gustaba la idea de que la novela se
drogas, negocios turbios. Nada ha cambiado, simplemente se ha
editara en forma de pasquín. Pero sólo es un rumor.
puesto al día. Es el México posrevolucionario en el cual, puede decirse, seguimos viviendo, pues cargamos con las mismas des-
Blumpi: No pude conseguir la adaptación al cómic de Croswaithe
ilusiones. En nuestros días la figura del sicario ganó prominen-
y Peláez en su momento. Se ha vuelto casi una leyenda urbana.
cia debido a su papel en las guerras que se libran entre cárteles
Tampoco he visto la adaptación al cine. Volví a buscar el cómic
de las drogas. Filiberto García es ese personaje que conocemos
cuando nos invitaron a participar con estas adaptaciones, pero no
bien: el vínculo entre los bajos fondos y la autoridad, quien hace
tuve suerte. Fue mejor así, pues pude haber llegado con una idea
trabajos para ambos lados porque funciona aceitando un gozne
preconcebida de lo que se espera de una adaptación de la obra de
que de otra manera haría demasiado ruido. Pero también es quien
Bernal. Y justamente lo que resultó interesante para mí es la ma-
camina por las mismas calles que transita todo mundo. Quiero
nera de contar historias que tiene el autor, haciendo a un lado lo
decir que comparte espacio con los demás, formando parte del
que representa para los subgéneros y su papel como autor de culto.
paisaje urbano. Hoy en día traería un escapulario de Malverde y tal vez no vestiría una gabardina, sino algo más estrafalario, más
Bef: Vi la versión cinematográfica y me pareció muy pobre. De la
chaca. Pero seguiría teniendo las mismas motivaciones, trabajan-
de Croswaithe y Peláez vi el único número publicado. Una pena,
do para los mismos jefes.
era un dream team: un buen novelista trabajando con un magnífico ilustrador. Quizá se adelantaron a su época, eso debe haberse hecho alrededor del 2000. Pero me parece muy significativo: el proyecto iba hacia los puestos de periódicos, a donde ya no pudo
Bernardo Fernández, Bef (Ciudad de México, 1972) es escritor y dibujante de cómics. Su libro más reciente es Uncle Bill (Sexto Piso, 2014).
llegar. Ahora ese tipo de cómics, las cosas que hacemos Blumpi y yo, llegan a las librerías en mejores condiciones para sus autores, me parece. O a espacios como esta revista. Y no puedo dejar de ver ahí un paralelismo entre el trabajo de Bernal y el de los narradores gráficos: abrevamos de fuentes
Jorge Flores-Oliver, Blumpi (Ciudad de México, 1978) es autor de Apuntes sobre literatura barata (Feta, 2012).
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Cr íti ca :
lib ro s
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NEO/GN/SYS o la máquina de la poesía Por Arturo Loera
Los jóvenes que escriben poesía no leen, «se dice, se rumora, afir-
aire y de las calles. Aun así, el futuro tampoco existe. Pero sí su evoca-
man en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados»,
ción. Esa biósfera de rayos.]
propagan esta idea hasta el hartazgo. Peor, hay quienes afirman que para creerle a estos muchachos es necesario verlos cami-
Pero el tiempo es visto no como finitud, sino como cambio (pre-
nar con un libro de poesía bajo el brazo, como si exponer sus
sente–futuro). Sea lo anterior una introducción para entender
lecturas de esta forma validara su quehacer poético. Lo terrible:
el futuro que se nos plantea en el libro como dicha evocación, el
hay algunos poetas jóvenes que confirman aquella idea. Pero,
futuro y la falsa promesa del mismo como su rasgo más fuerte. El
como es normal en todo plano, surgen algunas excepciones. En-
lenguaje nada en un mar de abstracciones en apariencia arbitra-
tre ellas se encuentra NEO/GN/SYS, de Emmanuel Vizcaya, quien
rias, pero que condensan y forman su propio universo, que a la vez
no escribe de tal o cual manera por ignorancia o por seguir la
dicta y ejerce sus únicas leyes, marcando el camino para acercar-
tendencia de cierta poética contemporánea. Es capaz de asimilar
nos al libro mismo: «(léase con voz robótica)», nos dice el primer
desde el reto lingüístico y la agramaticalidad propuesta por Cé-
poema; «(((reconócete y rebélate)))», nos sigue ordenando esta
sar Vallejo, hasta poéticas que lo sitúan en su época.
voz entre ese mar de resonancias, ese eco de la voz que los parén-
NEO/GN/SYS se encuentra divido en tres partes, Termodin-
tesis plantean. Poemas adelante, la máquina se presenta:
amics (NEO), DSHBRMNT (GN) y La vertiente atómica (SYS), una suerte de trilogía escrita entre 2010 y 2012 que vagó por dis-
No siempre soy una máquina
tintas publicaciones hasta llegar a concretarse como tal en 2014.
pero siempre soy esa cárcel
La voz de este libro puede distinguirse como la de una máqui-
incluso cuando soy poeta
na sensible que es capaz de reflejar el espíritu de abandono en
aunque en ocasiones soy una máquina poeta…
un tiempo determinado. De entrada leemos una prosa que nos advierte:
En el universo de la máquina poeta, «la música es un árbol propagándose en el aire», pero el árbol es de titanio y la llu-
[El presente sólo existe mientras es nombrado. El futuro nos llama ine-
via que cubre este paisaje futurista es una lluvia roja. Es también
vitablemente. Respirar es llevar aire del presente hacia el futuro. Hablar
una máquina que excede su dosis de astronomía diaria recomen-
es transportar palabras desde el presente de los labios hacia el futuro del
dada, que vuela más allá de su territorio, y no es sólo como un
Después del invierno
personajes como líneas que comienzan en distin-
Guadalupe Nettel
tos lugares, que avanzan desde lejos hasta el punto
Anagrama
de encuentro.
Bercelona, 2014, 272 pp. Por Thania Aguilar
A través del pasado, narrado en sus propias voces, los conocemos. Es mediante la recapitulación de los momentos y las personas significativas
La vida es un constante encuentro con personas
en sus vidas que podemos completar a la perfec-
que influyen en nosotros, y también con perso-
ción sus temperamentos y personalidades. La no-
nas que nos son indiferentes. Es todo lo que tiene
vela se ocupa de contar el invierno: etapa en la que
que pasar para llegar a ellas, para quedárnoslas
ambos coinciden y viven bajo miedos, expectati-
u olvidarlas. En Después del invierno, novela ga-
vas y descubrimientos similares. Nettel es experta
nadora del Premio Herralde 2014, cada capítulo
en crear paralelismos y en narrar vidas de forma
cuenta fragmentos de las vidas de Cecilia, estu-
minuciosa, Después del invierno es la prueba que
diante mexicana que cursa un posgrado en París,
reafirma su estilo.
y Claudio, editor cubano; en ellos se dibuja a los
C r í tica : l i b r o s
juego alucinante o un simple recurso. Ese irse
publicado en el blog de la revista Nexos, Vizca-
hasta los astros proviene de lo terreno, lo co-
ya anota:
tidiano. Es no querer, no conformarse, pero es una inconformidad que va más allá del berrin-
Adopté este recurso para volverlas [a las máquinas]
che literario.
parte de una comunidad vital, salvo que ellas no na-
Este universo, nos comparte de manera direc-
cieron, sino que nosotros las creamos. Respecto a crear
ta la máquina poeta, es un universo politeísta:
nuevas palabras, me interesa confrontar al lengua-
Sputnik, Voyager, Explorer, Telstar, Nimbus, La-
je y jugar con las líneas de aquello que podemos co-
geos, Navstar, son sólo algunos nombres de los
nocer. Preguntarme qué tanto podemos modificarlo
dioses que el poemario propone. Una vez con-
sin que parezca un disparate. Que haya una propues-
formada su mitología, su génesis, se sigue ex-
ta simbólica.
pandiendo. En la segunda parte se nos presenta una especie de bestiario de máquinas, un ma-
NEO/GN/SYS
nual de zoología electrónica (recordemos que
Emmanuel Vizcaya
en este punto todo es posible), que nos resulta cercano por la cotidianidad en la que se desa-
Este universo personal de NEO/GN/SYS se
Proyecto Literal/Mantarraya Ediciones México, 2014, 224 pp.
encuentra habitado por entes digitales, motores y máquinas capaces de sentir el ahogo y el desconsuelo. Y sea este afán de poblar el mundo la respuesta para la inquietud de esta máquina
rrollan. Pero Vizcaya desautomatiza estas máquinas que habitan el mundo, que el propio hombre ha creado
poeta: «Vida / no quiero estar otra vez tan solo / no quiero». La
como una sustitución del hombre mismo:
propuesta simbólica de la que Vizcaya habla es generada por su lectura: ¿no es el hombre, acaso, una máquina poderosísima que
La fuerza y la mecánica sembraron un paisaje de plantas / de metales
no conoce su destino? Y esa máquina que somos es capaz de re-
gigantescos como hongos / frutos parpadeando en rojo / esqueletos de
cordar «que ningún lugar es bueno / para no morir». Sabernos
árboles y vigas se levantan al igual que torres o platillos […] el sustento
finitos en la continuidad del mundo.
y el pilar de la distancia.
Quedan las antenas como constancia de metáfora, símil y es-
Arturo Loera (Chihuahua, 1987) es autor de La retórica del llanto. Actualmente es becario de la Fundación para las Letras Mexicanas.
tructura. Un paisaje nuevo, pero cotidiano ante nuestra perspectiva indiferente, una herramienta que nos ha rebasado para la comunicación. En una entrevista realizada por Luis Bugarini,
Anidar el relámpago
se percibe cuando llegamos a Septiembre, dividido
Genaro Ruiz de Chávez Oviedo
en tres poemas que llevan por nombre cada color
Mantarraya Ediciones
de la bandera mexicana. Ruiz de Chávez escribe a
México, 2014, 48 pp.
una nación devastada por el terror que se ha transformado en práctica cotidiana.
Por Eduardo García Manríquez
Este no es el típico libro que le canta a su ciudad
Un primer libro tiene ímpetu de ser escuchado. En
como a una madre protectora e inmaculada; por
Anidar el relámpago encontramos a un poeta inva-
el contrario, la confronta y muestra que lo único
dido por el hastío de la ciudad, rodeado de un mons-
que queda de ella es su rostro demacrado, trans-
truo urbano compuesto por un «océano de azoteas y
mitido todos los días en horario estelar a través de
rotoplases». Lo fantástico asalta una realidad cruda
«Mandala TV».
y oscura acechada por balas y felinos que se ocultan tras los poemas. El libro explora diversos senderos poéticos, desde un haiku hasta versos que se diluyen para desarmar el lenguaje. El ápice del libro
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Cr íti ca :
ar t
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El cisne y el cuaderno: avatares de Björk en 2015 Por Jazmina Barrera
un aura distinta a la de los disfraces y pelucas. La sensación que causan va más allá del «Björk tocó eso». Las partituras, notas e instrumentos apuntan a que algo pasó ahí. Son huellas de un proceso creativo y no el producto acabado o la decoración final.
La retrospectiva de Björk que presenta este año el Museo de Arte
La exposición está dividida en tres partes. La primera es una
Moderno de Nueva York ha dado críticas negativas que dicen
sala de cine donde se proyectan todos los videos musicales de
que esta exposición es parte de una estrategia mercadotécni-
Björk. Además del extraordinario trabajo de colaboración que la
ca perteneciente a una serie de exhibiciones
cantante ha realizado con distintos directores du-
relacionadas con el mundo de Hollywood y la
rante su trayectoria, la experiencia de ver los videos
música pop que han surgido en museos de todo
en orden cronológico tiene un sentido distinto para
el mundo, y van desde los atuendos de Bowie
los seguidores. Quien ha visto los videos más de
hasta los dibujos de Tim Burton y las pinturas
una vez, y ha escuchado las canciones muchas más,
de Marilyn Manson. Dejemos la pregunta de si
probablemente relacione algunos videos con cier-
un museo debe o puede ser un lugar pertinente
tos momentos de su vida. Sucede así con artistas
para este tipo de espectáculos y asumamos que
que tienen carreras muy largas y seguidores obse-
esta exposición es eso. Como tal, poco tienen
sivos: su evolución corre en paralelo con la nuestra.
que hacer ahí quienes no gusten de la música
Visitar una retrospectiva de este tipo es parecido a
de Björk. Pero también es debatible si cumple o
abrir un álbum fotográfico. Algunas canciones o
no con las expectativas de un fanático.
videos que teníamos olvidados activan recuerdos
Cuando tenía nueve años vi por primera vez
insospechados en la memoria.
el video de «Hunter», en el que una Björk calva se convierte por
La segunda parte de la exposición es una sala donde se presenta
momentos en un oso. Por días no pude sacarme de la mente esa
el video que el MoMa comisionó a Björk para el sencillo «Black
canción y esas imágenes que me aterraban y fascinaban a la vez.
Lake», de su nuevo disco, Vulnicura (palabra que significa «cura
Desde entonces seguí los pasos de Björk. Dieciocho años más
para heridas»). El video hace justicia a la devastadora canción.
tarde, en el MoMa, era difícil no entusiasmarme frente a cier-
En él vuelve a los paisajes islandeses, esta vez uno oscuro y lleno
tos objetos–fetiche. Emocionan los instrumentos extraños que
de grietas, acorde con el tema de la canción.
ha utilizado para grabar sus discos, o sus cuadernos, donde, por
Por último, el público asiste a una serie de salas dedicadas a
ejemplo, vemos un poema de Fyodor Tyutchev que se convertiría
los discos de Björk, también en orden cronológico. En cada una
en la letra de «Dull Flame of Desire». Este tipo de objetos tienen
encontramos fotos, cuadernos y parafernalia de los conciertos y
Los condenados de la tierra | El otro mundo
La muestra se divide en tres secciones; las dos
Museo Amparo, Puebla
primeras muestran la miseria causada por la po-
Febrero-junio
breza y las distinciones sociales tras la Revolución mexicana, retratan la creciente lucha de la clase
Por Fabiola IZA
obrera y campesina y ofrecen una mirada a la arqui-
La Colección Carrillo Gil eligió parte esencial de su
tectura y geografía de inicios de siglo xx. La terce-
acervo para montar Los condenados de la tierra |
ra sección contiene obras de arte moderno, donde
El otro mundo, exposición que ha recorrido diver-
podemos ver una etapa distinta a la de las primeras
sas ciudades alrededor del mundo. Esta colección
dos secciones. Los problemas que abordan los artis-
es considerada una de las más importantes de arte
tas dejan de ser sociales y se centran en lo estético,
moderno en México, además de ser parte medular
desde los cuadros de Gunther Gerzso hasta la etapa
en el acervo del Museo de Arte Carrillo Gil. Está
cubista de Diego Rivera.
conformada por cincuenta obras distintivas de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Gunther Gerzso.
C r í tica : a r t e
videos: vestidos, pelucas, disfraces y los robots del bellísimo video
digitales complicadísimos, de aplicaciones y páginas web. Björk
que Chris Cunningham hizo para «All Is Full of Love». A los visitan-
parecía haberse olvidado de que lo mejor que tiene no son los
tes se les entrega una audioguía en la que se escucha un texto del
disfraces, ni su rostro exótico, ni los videos, ni las colaboraciones.
escritor islandés Sjón en el que se narra la vida de Björk, de álbum
Todo eso no serviría de nada sin su voz.
en álbum. El problema con la audioguía es que está escrita a modo
La exposición del MoMa también parece olvidarlo. No explica
de cuento folclórico. Los discos y la vida de la cantante se cuen-
nada del contexto musical en el que creció Björk, de sus antece-
tan como se contaría un relato infantil. Parte de lo que molesta es
dentes en los Sugar Cubes, de la influencia de la música de su
el exotismo con el que se narra la historia. Cuando Björk hizo la
país ni de las posteriores influencias musicales en su obra. Este
portada de Homogenic, en la que parece un robot japonés, buscaba
contexto enriquecería la apreciación de su música y de sus logros.
alejarse del estereotipo en el que se la comenzaba a encasillar, el de
Hace falta para tener una perspectiva más compleja de su obra.
la escandinava exótica, una especie de elfo nórdico. La audioguía
El video de «Black Lake» está separado de la narrativa general,
vuelve a ese tenor, a ese registro que tiene algo del realismo mágico.
de esta historia de triunfos, y en la exposición no se dice nada
El segundo problema de la audioguía es el tono de superación
más del nuevo disco. Esto me parece una verdadera lástima, por-
personal. Björk aparece como una joven que deja su pequeña isla y
que creo que Vulnicura da cuenta de uno de los momentos más
se va a tener aventuras por el mundo. Primero se enfrenta a la gran
interesantes de la vida de la Björk.
ciudad y ahí comienza un proceso de autodescubrimiento (Debut
Vulnicura es un disco sobre el desamor. Lo compuso hace un
y Post). A continuación descubre el amor y después la maternidad
par de años, cuando se divorció del artista Matthew Barney. Cual-
(Homogenic y Vespertine), después de nuevo el amor y luego más
quiera diría que después de hacer un disco sobre el universo, uno
maternidad (Medúlla). Ya que ha explorado lo suficiente esos as-
sobre desamor sería mucho más sencillo. Quizá porque es un
pectos de la vida, se comienza a interesar por causas sociales y el
tema que se ha tratado de todas las formas posibles es más com-
medio ambiente (Volta), y cuando esto ya también la aburre deci-
plicado de abordar. A Björk todavía le cuesta trabajo hablar de ello;
de conquistar el universo entero (Biophilia). Es una historia bas-
llora cada vez que da una entrevista al respecto. El disco retrata el
tante predecible y aburrida, que va de lo individual a lo cósmico
proceso de divorcio a la manera de un diario. El folleto señala,
y de la felicidad a la felicidad.
para cada canción, a qué momento de la ruptura se refiere, cuán-
Biophilia es el disco que menos me gusta de Björk. Sentí que
to tiempo antes o después de la separación. Las letras son muy
había llevado demasiado lejos su afán experimental. El ímpetu
específicas respecto a los problemas del matrimonio y respecto a
que la caracteriza y que la hizo inventar nuevos instrumentos,
los sentimientos de Björk en cada fase del duelo. El disco parte de
colaborar con músicos de todo el mundo y componer Medúlla
dos elementos, voz y cuerdas. Las canciones, dice la cantante, no
partiendo de la voz, se convirtió en un conjunto de componentes
podían ser bailables, tenían que ser un poco caóticas y oscuras.
Obra de Adolfo Mexiac
que pasa es que sigo siendo congruente conmigo
Centro Cultural Adolfo Mexiac
mismo», dice el artista.
Permanente
El arte puede cambiar al mundo es el principio rector de la exposición, donde se aboga por un arte
Por ytzel maya
que impacte en lo político. Las pinturas y los graba-
En los trazos del pincel se reconocen su esencia y
dos del artista no se establecen desde el lugar de
estilo. El muralismo encabeza la tendencia social de
su propio contenido por sobre el concepto plásti-
Adolfo Mexiac; en él intercambia las técnicas para
co; no tienen la función del panfleto. Es decir, sus
no repetirse y encontrarse en sus propias obras: ser
obras son un ejemplo perfecto del equilibrio entre
un reflejo de su propio espejo. En la exposición se
la plástica y el contenido de la obra, y en ese mis-
intercalan, además, la pintura de caballete y el gra-
mo sentido también son movimiento: «el arte tiene
bado, y aunque el movimiento artístico actual refleja
que evolucionar para captar el interés emotivo del
el mundo en que vivimos, Mexiac todavía trabaja con
espectador».
pinceles, lápices y gubias: «Algo he hecho, pero lo
75
76
cr í tica : a r t e
Vulnicura es un momento clave que no encaja con el cuento de
pantallas aparecen videos de insectos: arañas y caracoles. La se-
hadas de la audioguía del MoMa: cuando la pequeña escandinava
gunda mitad del disco corresponde a esta segunda parte del con-
se enfrenta al desastre amoroso, y al problema de cantarlo.
cierto, donde sigue expresándose el conflicto del duelo pero ahora en etapas posteriores al rompimiento. Por momentos, las letras
■
suenan optimistas («healed by atom dance»), aunque Björk dice
28 de marzo en Nueva York. La primavera entró hace una semana
que este aparente optimismo era para convencerse a sí misma
pero no se ve por ningún lado. Hoy volvió a nevar. Björk entra al
y no indica en ningún momento que lo haya logrado. La penúl-
escenario del New York City Center con un atuendo que recuer-
tima canción, «Mouth Mantra», habla de una voz rota después
da al clima. Está vestida de blanco y trae puesta una máscara de
del colapso. Y la última canción, «Quicksand», cierra el disco con
picos transparentes, como carámbanos. En una entrevista Björk
una paradoja que hace referencia al poder creativo de la tristeza:
dice que le gusta esa máscara porque tiene algo de halo de santo,
«When I’m broken I am whole, and when I’m whole I’m broken».
y le interesa la santidad, en particular vinculada con el perdón.
Sin embargo, al final del concierto del 28 de marzo, Björk inclu-
Es cierto que Vulnicura es un disco de desesperanza y dolor, pero
yó un par de canciones de discos anteriores, relacionadas con el
también es un disco de perdón.
perdón y la liberación. Una de ellas fue «The Pleasure is All Mine»,
Sobre el escenario hay un conjunto de cuerdas, un joven tras
de Medúlla, cuya letra dice «The pleasure is all mine to finally let
la batería y otro tras los sintetizadores, Alejandro Ghersi (Arca),
go… When in doubt give». El concierto concluyó con un tema de
con quien Björk produjo este último disco. Todos los músicos en
Volta, «Wanderlust», que Björk compuso cuando vivía en un barco,
el escenario son jóvenes. Hay que reconocerle a Björk, quien ya va
y que habla del deseo de dejar atrás la comodidad de la ciudad e ir
para los cincuenta, que no tiene miedo de compartir y aprender
en busca de la naturaleza, hacia lo desconocido. Habla de perder
de las nuevas generaciones.
el centro y de las posibilidades del desequilibrio y la incertidum-
Comienza el concierto y va recorriendo Vulnicura en orden,
bre. Wanderlust, esa palabra hermosísima e intraducible, expresa
con las canciones de desamor por delante. Björk no da espacio
el anhelo por el viaje, las ansias de vida que, a pesar de todo, so-
a indiferencias: hay quien la ama y quien la odia. Quizá se deba a
breviven en la voz de Björk.
su voz. Es casi incomprensible cómo una voz así de enorme puede provenir de alguien tan pequeño. Ella no puede ser ignorada, oblitera todo a su alrededor. Se agradece por eso que las pantallas transmitan visuales muy sencillos y abstractos, que casi nada en
Jazmina Barrera (Ciudad de México, 1988) es colaboradora de la revista Límulus. En 2013 recibió el premio de ensayo Latin American Voices 2013 por el libro El cuerpo extraño.
el escenario distraiga de la música. Transcurre la primera mitad del concierto y Björk cambia de atuendo. Regresa con un vestido morado y sin máscara. En las
Inédito y funcional
de Medicina de la unam— fueron imaginados por
Pedro Ramírez Vázquez
él. Sin embargo, durante su carrera profesional, de
Del 25 de marzo al 19 de julio de 2015
más de siete décadas, también realizó trabajos cer-
Instituto Cultural Hospicio Cabañas. Guadalajara,
canos al diseño industrial, al urbanismo, la escultura
Jalisco
y la fotografía. Inédito y funcional, homenaje póstumo, está conformado por más de ochocientas pie-
Por xxxxx
zas. Desde planos arquitectónicos y documentos
Para conocer a un autor hay que fijar la vista en su
de época hasta audiovisuales, proyectos de diseño
trabajo más discreto. Pedro Ramírez Vázquez fue
gráfico, carteles y fotografías. El recorrido también
uno de los arquitectos mexicanos más importantes
pretende profundizar en los tres campos donde el
del siglo xx: muchos de los edificios más representa-
arquitecto mostraba un fuerte compromiso social:
tivos de la Ciudad de México —el Estadio Azteca, el
el aula-escuela rural para el Comité Administrador
Museo Nacional de Antropología e Historia, la sede
del Programa Constructor de Escuelas, los merca-
de la Cámara de Diputados, el edificio de la Facultad
dos y «la casa que crece».
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discusiones que podrían descontrolarse de un momento al otro.
Por Alejandra Vergara
Esta película nos muestra esa tensión incómoda que se extiende
ción. Él sólo es espectador de los cambios en su vida. Su vida y
son, protagonista de la película, no es a través de un gran arco con
experiencias dependen de sus padres: el niño queda condenado
cada una de sus partes definidas, a la usanza de la novela de for-
a vivir en relación con sus orígenes, siendo, como nosotros, un
mación, sino a través de fragmentos, detalles cotidianos y algunos
testigo que tendrá que adaptarse a los sucesos que ocasionen sus
surcos de las ondas expansivas generadas por los parteaguas de la
padres. No es gratuito que la película termine con la emancipa-
vida del personaje. Es como si siempre llegáramos a destiempo a
ción del chico.
estos sucesos, pero también es como acercarse a un fragmento de
La visión de la infancia que ofrece Boyhood evita maniqueís-
una vida real y no a una puesta en escena que espera a los espec-
mos e idealismos al no mostrar un único aprendizaje detonado
tadores para comenzar a ocurrir. Estos vistazos a la vida de Mason
por un evento en particular, sino pequeños conflictos, dramas co-
y su familia nos muestran, también, nuestro pasado. En la cinta
tidianos (algunos más intensos que otros), angustias al alcance de
hay varias «marcas de temporalidad» que sirven como detonado-
la mano que hacen de Mason un chico común y corriente, aisla-
res para nuestra memoria. Por ejemplo, escuchamos a Samantha
do del mundo adulto, sin injerencia importante en él. Esta infan-
cantar una canción de Britney Spears; vemos a los chicos apoyar
cia, que seguimos desde 2002 hasta 2013, libre de grandilocuencia
a Obama en las elecciones y, entre otras, somos partícipes de una
pero llena de pequeñas experiencias (desde la compra de un libro
conversación por Skype. Es entonces cuando recordamos cómo
de la saga de Harry Potter, hasta enfrentamientos con la nueva pa-
vivíamos el mundo en cada una de esas épocas.
reja de su madre), dota a Boyhood de una universalidad que nos
El interés del naturalismo por mostrar a detalle la vida cotidia-
acerca a la obra desde nuestras íntimas experiencias infantiles.
na no es sólo contemplativo. Se abunda con paciencia en situaciones que podrían incomodar al receptor. En las novelas naturalistas del siglo xix se traducía en descripciones detalladas del cuerpo humano (sobre todo el femenino), de procesos quirúrgicos o de situaciones sociales extremas. El naturalismo de Boyhood busca
Alejandra Vergara Flores (Estado de México, 1987) estudió Literatura en la Universidad de las Américas Puebla y realizó estudios de maestría en Teoría y crítica literaria latinoamericana en la misma universidad.
incomodar al espectador: nos convertimos en testigos de comidas familiares tensas, de bochornosas pláticas sobre preservativos y de
Zonas húmedas
inhibiciones ni tabúes, pone en crisis prejuicios y
Dir. David Wnendt
convenciones sociales relacionadas con la sexua-
Alemania
lidad y la higiene. De ahí la utilidad de los recursos
2013
visuales. El filme contrasta las situaciones repulsivas con atmósferas angelicales, desde la belleza y el en-
Por Thania Aguilar
canto de los protagonistas hasta los colores y la
Helen se masturba con vegetales y gusta de usar sus
música. Más allá de preocuparse por ser una crítica
propios fluidos vaginales como perfume. Piensa que
abierta de Charlotte Roche, la autora de la nove-
la higiene está sobrevalorada, por eso no le importa
la homónima en la que se basa la cinta, el relato
embadurnar sus sentaderas en las tazas de baño
se concentra en miedos, carencias y dolores here-
más podridas del mundo. En ningún momento ha
dados del pasado: habla de recuerdos que causan
pescado ninguna infección. En Zonas húmedas, la
insomnios.
forma en la que nos relacionamos con el cuerpo y sus fluidos es un llamado constante. Helen no tiene
s
siderar naturalista. El seguimiento que hacemos de la vida de Ma-
io
personaje de novela naturalista, no tiene control sobre su situa-
ed
hood acerca al espectador y al protagonista. Mason, como buen
acercamiento a la niñez desde una objetividad que podríamos con-
:m
edad ajena y sagrada. En contraposición, Boyhood propone un
ca
Al presentarnos estas situaciones agresivas e incómodas, Boy-
í ti
durante la infancia y la adolescencia. Hay una ceguera común que hace que hagamos de la infancia una
Cr
El naturalismo de Boyhood
78
cr í tica : m e d i o s
Whiplash. La mirada subjetiva Por Luis Reséndiz
Algunos comentaristas de diversa índole han manifestado animad-
De tenerlas, sus «posturas» —entrecomillo porque considero que
versión a Whiplash, apoyados en la lectura de un supuesto men-
no siempre es posible leerlas de forma transparente—, no existen
saje a favor de la educación aderezada con maltrato (no está de
para estar de acuerdo con el espectador o hacerle creer que su
más recordar que la película narra un segmento
visión del mundo es la adecuada.
en la vida de Andrew Neiman, aspirante a ba-
Más aún, una película que complace es una
terista de jazz que busca, a toda costa y bajo el
película con más posibilidades de perder filo,
yugo de su profesor Terence Fletcher, conver-
de terminar reproduciendo el mundo como un
tirse en «el mejor baterista del mundo»). Tan-
anuncio de seguros. Whiplash es problemática
to esta postura (expresada, entre otros, por el
para algunos porque muestra a un profesor con
director de cine Nacho Vigalondo en su cuen-
un método de enseñanza violento y humillante,
ta de Twitter), como aquella que descalifica a
con una ira que lo mismo lo orilla a arrojar un
la cinta por su idea del jazz (un jazz preempa-
tambor a la cabeza de un alumno o a hacer to-
quetado, como para adulto contemporáneo, o
car a los músicos hasta que les sangren las ma-
al menos así lo ha visto Richard Brody, crítico
nos. Pero hay algo más allá de esto —que sólo es
cinematográfico de The New Yorker) olvidan una
la capa exterior de la película, el argumento—: existe en Whiplash una atmósfera de enfebreci-
distinción que me parece esencial —y causa extrañeza que ambas ideas vengan de gente cuya materia de traba-
miento (lograda a través de una iluminación amarillenta que re-
jo es el cine mismo—: las películas no están para complacernos.1
presenta un respiro en la preeminencia del azul y el naranja en el cine contemporáneo), que da las bases para leer esta película
1. El asunto ha llegado a tal grado que se acuñó el término «Whiplash backlash» como un calificativo que nombra las reacciones de los fans del jazz al ver la pelícu-
como un lienzo en el que se plasman las percepciones sensoriales de su protagonista. Todo gira en torno a Andrew, a un punto tal
la. Peter Cater, un destacado baterista de big bands, además de profesor de batería,
que la cámara rara vez se separa de él. El mundo de Whiplash es
comentó en entrevista con Jazz Wise Magazine que, aunque comprende de dónde
el mundo de Andrew, y por eso no es raro que cuando la cámara
vienen las reacciones, considera positivo el grado de exposición que Whiplash ha dado al jazz de big bands, un estilo jazzístico que actualmente experimenta
se acerca a otras personas los rostros llenen el encuadre casi en
cierto declive entre las grandes audiencias. Cater considera, incluso, benéfica la
su totalidad, como cuando se recuerda una conversación íntima.
aparición de Whiplash: podría ayudar a darle nueva notoriedad a este género.
Es evidente que toda película narrativa necesita a su protagonista,
Last Week Tonight with John Oliver
las campañas electorales, entre otros, siempre mos-
hbo
trando la ridiculez de las situaciones pero con la
2014-
seriedad suficiente para que el espectador convierta la risa en reflexión (pasará a la historia ese seg-
En 2014 se estrenó un noticiero que en realidad es
mento aplaudido por la prensa internacional en el
una serie de televisión, o una serie de televisión con
que Oliver entrevista a Edward Snowden). Más que
formato de noticiero, según se prefiera. Last Week
buscar la risa fácil, Last Week Tonight es un fuer-
Tonight with John Oliver es la mezcla perfecta en-
te llamado de atención a la ligereza con la que los
tre stand-up comedy y un show informativo. Con la
noticieros tradicionales hacen su trabajo. —jgm
premisa de hablar de los temas más importantes en la semana, John Oliver y su equipo de investigación hacen comedia a partir de temas políticos o sociales que fueron noticia de lunes a viernes. Así, Oliver ha tocado temas como la privacidad en internet, la industria farmacéutica, la independencia de Escocia y
C r í tica : m e d i o s
pero no todas abundan en su subjetividad, en su percepción sen-
de la película: en la subjetividad, tan cercana al expresionismo
sorial del mundo que lo rodea.
y tan ajena al «realismo hollywoodense», encuentra la forma de
Así, la cinta podría leerse como una descripción detallada de las experiencias de Andrew en su aprendizaje como baterista (cuyo
refrescar un argumento que de otra forma parecería un tanto manido.
final, con un solo apoteósico, podría derivar lo mismo en la consagración que en el retiro), un vistazo a la subjetividad con la que experimenta el mundo. No es raro que de pronto las caras se vean incompletas o que en los momentos de mayor intensidad
Luis Reséndiz (Coatzacoalcos, 1988) es crítico de cine. Ha colaborado en Replicante, Letras Libres, Cuadrivio y La palabra y el hombre.
dramática se difuminen los bordes del encuadre. Los sucesos de Whiplash bien podrían ser una serie de recuerdos, distorsionados o exagerados. En esto radica el logro del filme: la progresión artística de Andrew es capaz de emocionar porque la vivimos desde su perspectiva. Esta narración focalizada permite que los momentos álgidos se experimenten con la sensibilidad calibrada de quien se juega la vida en ellos, más que desde una distante omnisciencia. Ahí es donde Whiplash toma distancia de una película convencional de «camino al triunfo», como Karate Kid (con la que ha sido comparada). Su ambigüedad —un final que satisface y completa aparentemente el arco de Andrew, pero que no detalla su destino posterior— sirve para distinguirla de otras cintas de características similares. Whiplash es, qué duda cabe, una película de crecimiento, de búsqueda del triunfo, con una de esas tramas que son tan caras al cine hollywoodense; en el papel, la simple anécdota no basta para explicar la fascinación que hay a su alrededor. Su estilo cinematográfico, por otro lado, es el que logra subvertir la aparente convención y transformarla en el eje
Unbreakable Kimmy Schmidt
temporada, pero con cierta tibieza crítica. La pre-
Netflix
misa llama a aquellos encerrados en otra década y
2015
que, de pronto, descubren que el mundo avanzó sin ellos: Kimmy, la protagonista, forma parte de un
Las series originales de Netflix no pretenden ser
culto religioso que, ante un supuesto apocalipsis,
aclamadas críticamente por todos los sectores. Ya
permanece encerrado en un búnker. Apenas dos
los directivos del servicio han dicho que, como la
minutos después de iniciado el primer episodio, res-
plataforma misma, sus producciones son para toda
catan a Kimmy, quien va a Nueva York con la idea
clase de público. Algunas series corren con mejor
de ponerse al corriente con la sociedad. —jgm
fortuna (House of Cards, Orange is the New Black) y otras apenas son comentadas por ciertos nichos (Hemlock Grove, Daredevil). A medio punto está Unbreakable Kimmy Schmidt, la primera sitcom de Netflix, un show que en su primera temporada encontró audiencia suficiente para tener una segunda
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Formas
Breves
Analema
Por Pavel Andrade
El Sol oscila arriba y abajo, se desplaza al compás del tiempo en una corriente de éter. Cuando se mira desde la Tierra, su recorrido traza una figura que me recuerda la rúbrica de mi padre. La curva que describe es un infinito cerrado. Repite su marcha invisible, un punto fijo en mitad de una lenta danza, y nada podemos decir sobre dónde comienza y dónde termina. Dónde comienzan, por ejemplo, las mañanas en que trataba de imitar su trazo, deformando su imperfecta simetría, ora hacia el Este, ora hacia el Oeste, incapaz de la soltura elíptica que mi padre preparaba agitando su mano, como un abejorro al detener su vuelo, suspendido en el aire, uniendo con rápidos movimientos puntos marcados en un plano imaginario. La mano de mi padre esbozaba en el aire un analema que la pluma, pocos segundos después, iría a calcar sobre la hoja de papel. Y, sin embargo, el trazo comenzaba mucho antes, cuando mi padre inclinaba la cabeza para mirarme a través de unos anteojos de cristal falso que vendrían a empañar su vista muchos años después, y cuando, preparada la tinta, antes de agitar la muñeca, mostraba en un gesto involuntario la punta de la lengua, procurando centrar su atención. Más aún, después del golpe final, el golpe que ataba la curva en un punto impreciso, mi padre miraba el trazo por unos segundos, contemplando —esto yo lo entendería después y sin que mi padre llegara nunca a sospecharlo— la declinación de un astro ausente. Sólo entonces, terminado el ejercicio de contemplación, mi padre tomaba la hoja y la deslizaba sobre la mesa para ponerla a mi alcance. Cuántas veces habrá comenzado la eternidad en un trazo, cualquier día, a la misma hora, distinta pero predecible. Una ecuación en que el tiempo se aleja y acaricia el horizonte sólo para volver incesantemente a su comienzo. El comienzo de una tarde, de una infancia, de una historia contada en innumerables ocasiones, dictada en pedacitos de papel, boletas escolares, cobros, cheques, bocetos, dibujos y servilletas, mensajes sin importancia en los que la vida se desvanece. Una figura compuesta por intermitencias, latidos cuya aprehensión me parece ahora imposible. Mientras tanto, el astro continúa su recorrido, inmóvil, a través de una autopista de luz de la cual percibimos sólo un breve fragmento. A simple vista nada de esto sucede, es tangible sólo de manera súbita e indefinida. Para evocarlo es necesario conocer el lugar y el momento precisos en que hay que voltear la mirada para no hallar lo que estamos buscando. Visto desde la Tierra, el analema del Sol me recuerda la rúbrica de mi padre. Pavel Andrade (Ciudad de México, 1985) cursó estudios de licenciatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Ha colaborado en distintas publicaciones culturales y académicas, y trabajado en proyectos editoriales de diversa índole. No le gustan las semblanzas.