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Año XVII Abril 2015
EDITORIAL
Tapa: La calandria grande (Mimus saturninus) es una de las aves silvestres más conocidas por los argentinos, común tanto en plena ciudad como en zonas residenciales, plazas y parques. Foto: Roberto Güller
POR SANTIAGO D´ALESSIO Director Ejecutivo - Aves Argentinas
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esde hace algunos pocos años y por primera vez en la historia de la humanidad, más de la mitad de la población humana reside en áreas urbanas, siguiendo una tendencia que parece se sostendrá a futuro. El crecimiento de nuestras ciudades requiere satisfacer diversas necesidades, como vivienda, salud, transporte, provisión de servicios básicos, entre otras. La planificación territorial y el resguardo de espacios verdes que permitan mantener nuestro contacto con la naturaleza en los centros urbanos es parte sustancial del desafío por asegurar la calidad de vida de todos sus habitantes. Un gavilán mixto y un taguató pelean al costado de una autopista, una familia de tortugas de laguna se asolea sobre el tronco de un río suburbano, un halcón peregrino caza una paloma en el balcón de un quinto piso de Balvanera, una mariposa aletea sobre un ceibo que florece a la orilla de la laguna de un parque. Escenas silvestres maravillosas como estas se repiten a diario en nuestras ciudades, y aún muchas de ellas resultan invisibles para la mayoría de sus habitantes. Este nuevo número de Aves Argentinas aborda la biodiversidad urbana de la mano de varios especialistas, quienes nos invitan a reflexionar sobre el bicherío que tenemos más cerca. Entre sus páginas, surge con nitidez el sueño de fortalecer nuestras redes de espacios verdes metropolitanos, conectados por corredores biológicos urbanos, a través del arbolado público, de nuestros ríos de ciudad, de jardines con flora nativa. Sin dudas, un proyecto colectivo necesario y apasionante para Buenos Aires y para varias de nuestras grandes ciudades. En este marco, los Clubes de Observadores de Aves realizan un enorme aporte en la construcción ciudadana de visualizar, disfrutar y proteger la biodiversidad de nuestros espacios silvestres urbanos. El 2015 nos encuentra nuevamente muy activos, cerrando otra excelente campaña por macá tobiano en las mesetas de Santa Cruz, con un despliegue logístico de guardianes de colonia sin precedentes y acompañando la implementación del flamante Parque Nacional Patagonia. Trabajando con proyectos de conservación de nuestras aves y nuestra biodiversidad en diversas regiones del país. También nos hemos avocado a dos proyectos clave de este tiempo: las acciones para cumplir los lineamientos trazados en nuestro nuevo Plan Estratégico y la planificación de los eventos por el Centenario de Aves Argentinas en 2016. Este año seguimos avanzando con el Misterio de Turismo de la Nación y con la Administración de Parques Nacionales en el proyecto de fortalecimiento de la observación de aves como producto turístico, para que cada vez más la naturaleza sea valorada y protegida, como generadora de oportunidades de trabajo genuino en nuestros pueblos. Desde las mesetas de la Patagonia hasta los bosques de Palermo, desde las selvas de Misiones hasta las Sierras de Córdoba, cada uno desde su rol, su región y su interés, dando todos lo mejor de sí, los socios de Aves Argentinas suman su esfuerzo ciudadano por preservar las aves y la naturaleza en todos los rincones de nuestro país.
Sumario / mayo 2015 / Númer0 42 2 3 4 8-14 15 16-21 22-23 24-27 28-31 32-36 37 38-39 40
La página de la Escuela Argentina de Naturalistas Socios Parque Nacional Patagonia Ciudades al verde vivo: áreas silvestres urbanas y suburbanas Plantas que atraen aves: el horquetero Aves en el jardín: el avistaje como experiencia doméstica ¿Qué comen los loros y las cotorras en Buenos Aires? Mar del Plata: aves silvestres y urbanización Aves y mariposas en el paisaje urbano Parque Tres de Febrero: refugio de biodiversidad urbana Programa Aves y Turismo: un año de trabajo Alta Mar Revoloteando en la web y Fuentes
A lo largo de la revista, este símbolo indica que el colaborador es socio de Aves Argentinas
COMISIÓN DIRECTIVA 2014-2016 Presidente Honorario: Tito Narosky Presidente: Mario Gustavo Costa Vicepresidente 1º: Juan María Raggio Vicepresidente 2º: Marcelo Canevari Secretario: Daniel Rubén Ghio Prosecretario: Juan Alberto Claver Tesorero: Roberto Aurelio Rodríguez Protesorero: Sofía Wasylyk Vocales: Francisco Javier Erize, Alejandro Mouchard Eusebio Elvira, Carlos Ignacio Roesler Vocales Suplentes: Andrés Jorge Bosso, Cecilia Kopuchian Daniel Alberto Almirón, Matías Romano Revisores de cuentas: Gonzalo Díaz y Pablo Fernández Revisores de cuentas suplente: José Luis Blázquez EQUIPO EJECUTIVO Director Ejecutivo: Santiago D’Alessio Comité Ejecutivo: Roberto Rodríguez, Sofía Wasylyk, Juan María Raggio, Mario Gustavo Costa, Marcelo Canevari y Daniel Almirón Institucional: Susana Montaldo, Gabriela Gabarain, Rocío Lapido, Laura Dodyk y Marisa Domínguez. Conservación: Alejandro Di Giacomo, Leandro Tamini, Nahuel Chavez, Rubén Dellacasa, Gustavo Marino, Hernán Casañas, Rodrigo Fariña, Lucas Damer, Ayelen Muchiutti, Inés Pereda, Eduardo Palombarini y Fabián Rabuffetti. Aves y turismo: Marcelo Gavensky y Máximo Marani. Ciencia: Adrián Di Giacomo, Javier López de Casenave, Igor Berkunsky y Mónica Soria. Socios y COA: Horacio Matarasso. Voluntarios: Cynthia Guevara. Comunicación y prensa: Francisco González Táboas Educación: Claudia Nardini, Leonardo González Galli, Candela Lucero, Héctor López, Norberto Montaldo.
Revista Aves Argentinas N&C Dirección, diseño y producción editorial: Mariano Masariche y Gustavo Aparicio Editor responsable: Santiago D’Alessio. Comité editorial: Juan M. Raggio, Francisco Javier Erize, Marcelo Canevari, Carlos Ferrari y Francisco González Táboas. Colaboradores: Agustina Gestoso Fraga, Alec Earnshaw, Carlos Leveau, Claudio Bertonatti, Eduardo Haene, Fabio Márquez, Hernán Casañas, Horacio Matarasso, Laura Gallegillo, Lucas Leveau, Manuel Encabo, Marcelo Canevari, Mauricio Manzione, Norberto Montaldo y Valeria Pelliza. Fotógrafos: Francisco Erize, Marcelo Canevari, Norberto Montaldo, Silvia Vitale, Darío Podestá, José Leibernan, Gabriel Burgueño, Diego S. Olivera, Jan Van de Kam, Claudio Bertonatti, Marcelo Hernández, Eduardo Haene, Eduardo De Lucca, Roberto Güller, Marcelo Ruda Vega, Hernán Rodríguez Goñi, Lucas Leveau, Carlos Leveau, Alec Earnshaw, Fabio Márquez, Ezequiel Paolini. Ilustraciones: Adrián Montini impresión: Talleres Trama
Revista cuatrimestral de Aves Argentinas/ AOP, entregada gratuitamente a sus socios. ISSN en trámite, Registro Nacional de Derecho de Autor 872.528. Autorizada la reproducción parcial o total de los artículos citando la fuente. La opinión expresada por los autores de los artículos no es necesariamente la opinión de Aves Argentinas. Agradecemos el envío de comentarios y sugerencias para mejorar esta publicación. Aves Argentinas agradece especialmente la generosa colaboración de los fotógrafos, que facilitan su material original para ilustrar esta publicación. Aves Argentinas es representante de
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Manuel Encabo
Docente EAN también intos ámbitos; vación en dist er tales ns en co m cu a, do Ornitologí sarrollo de de de e nt el ce en do jo y ba so tra que Hace tres años en la Escuela parte de fauna. s que se dictan ia er at m s e cursar como la de una rado, itología se pued s. rn ta pa O se lis r ra tu po o Na mo un curs ofrecieron co Argentina de e o m y ra a rre dr te ca cá la es de esta Las av son Cuando se creó e es el mismo. ntimientos qu se fo ve en tu el ro o, ro rs pe cu del asionante, pe hacerme cargo enorme magnífico y ap o un , ser, up do gr de la un ad un id r ar la particul e n qu encontrados: po ne d tie da ni do tu to or e sobr por la op r en cualquier agradecimiento , fáciles de ve dumbre de si te rti ce en in lm r la ra z, ne ve ge a la para casi a cualquie representaba y, ficientes como nde estemos y su do r os , nt ga te ie lu en m ci am poseía los cono ia intenta, just ad. Debía dar hora. La mater te responsabilid aceptar semejan . as! apuntar a esto todos los ¡Aves Argentin ico y ch e sd Ornitología en il dar en detalle de o fíc di di se lta a su tro un Re fa la r nemos en nues anera Mi atracción po de aves que te de ella de la m aje a os vi rc up ce un gr r es ta r es ce e rtamiento y se puede ha siempre quis po sí m e co qu n su Lo ve . ba vi ís pa teresa la rmas que que fuera. Me in las diversas fo ente observándo de em s pl su vé m n, si tra ta s a bi ra ho e ha pasaba horas y umbres, dónd aquí, sus cost stros. conser vación gi re de do as an m y ot le ón an ob ci y Conserva ogía, sus pr de ol a bi m ra ambiente. og el Pr al en Gracias n inmersas o de Buenos tá Zo l es o de po s m ce có y pa Ra ar salida de cam Rescate de Aves años, pude viaj a incluye una 11 ad r la rs ce po cu ha y es La to av es s conocer la os o águilas y Aires en el cual am nd nt ie te gu in si e s re dond s luga n, Manejo y y conocer mucho viven. cnico en Gestió forma en que té y empre con la So to s. es ce a pa o ad m Su mos contado si otras ra d. he da to si es er iv ra od Pa servación Bi la la ferente de ob n Caburé-í re ió Conser vación de un ac nd de Fu a ci la en pres ndador de Carlos Ferrari, soy miembro fu s de gestión y aves como es ne de io nc fu en mpeña muy agradecido la cual se dese a quien estoy era nsmite la man porque nos tra e qu y ha e qu la respetuosa en naturaleza. moverse en la persona que Intento que la or e tenga la may viene a la clas do to ro sobre información, pe scinante que fa lo de vivencias los grupos de es cada uno de de una chispa en aves. Si se pr y admiración, de curiosidad ego la forma esto tomará lu los alumnos de que cada uno llar. Y eso es lo quiera desarro importante.
Manuel Encabo en uno de los destinos interesantes para los observadores de aves: las sierras de Córdoba y sus endemismos.
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SOCIOS HORACIO MATARASSO Coordinador de Socios y COA - Aves Argentinas
Reuniones de Socios: Estar asociados es nuestro mayor poder l COA Rosario, Santa Fe, ha comenzado a organizar el próximo Encuentro de Socios para otoño de 2016. Allí iremos a encontrarnos, a enriquecer nuestras experiencias, a escuchar charlas de interés y, por supuesto, también saldremos a “pajarear”en uno de los sitios más interesantes del Delta del Paraná. El Encuentro de este año en La Rioja estuvo muy lindo y cálido, con múltiples puntos destacados, como el trabajo en red contra el tráfico de fauna y la charla sobre los mecanismos de participación, sin dejar de lado el vino riojano, las comidas compartidas y las salidas de campo con clima casi perfecto y con “lifers”* para cada uno de los participantes.
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Imágenes del último encuentro anual de Socios de Aves Argentinas, realizado hace muy poco tiempo en La Rioja. El próximo (2016) será en Rosario.
Estas reuniones, nacionales o regionales, son clave en la vida de la Asociación. Permiten conocernos cara a cara, plantear ideas y discutirlas entre todos. Nos dan la oportunidad de madurar propuestas hacia la más importante de las reuniones anuales: la Asamblea de Socios, en la cual se presentan temas y se votan los destinos de nuestra ONG. Agradezco haber llegado a Aves Argentinas en 1983. Allí entendí en seguida que somos una asociación: los socios no somos “aportantes” de dinero, sino algo mucho más importante: somos la asociación en sí, tenemos voz y voto y decidimos -directa o indirectamente- cada cosa que ocurre, desde el precio de la cuota hasta si nos dedicamos o no a salvar al macá tobiano. Hoy somos 3.000 personas que tiramos este carro desde cada una de las provincias del país. Como dice Tito Narosky, presidente honorario: “Entre 300 podíamos hacer algo, entre 3.000 podemos hacer mucho más y entre 30.000 será mucho lo que podremos hacer”. Cada vez somos más los que entendemos este sentido de sumarnos a un proyecto grupal, nos sumamos y sumamos a otros. Es el primer paso para luego participar y encontrarnos en distintos puntos y actividades del país. Los resultados están a la vista. ¡Nos vemos en alguno de los próximos encuentros! * Lifer: así decimos simpática e informalmente cuando conocemos por primera vez una especie que nunca habíamos visto.
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PARQUE NACIONAL
PATAGONIA
más que el macá
Hernán Casañas
Coordinador Programa Patagonia - Aves Argentinas
La situación crítica del macá tobiano sirvió para concretar ciertos logros que van más allá de la protección de una especie y que se convirtieron en un ejemplo de acción conjunta entre la sociedad civil y el Estado.
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l inicio de este 2015 nos encontró festejando la promulgación de la ley de creación del Parque Nacional Patagonia, en la provincia de Santa Cruz. Habían pasado solo unos meses desde que el mundo de la conservación también celebrara la creación de El Impenetrable, el nuevo parque nacional en el Chaco. Al comparar estos dos procesos podemos rescatar similitudes y diferencias, pero en esencia, lo que comparten, es que han sido el resultado del trabajo conjunto entre distintas organizaciones, el gobierno (nacional y provincial) y comunidades agrupadas en pos de un objetivo.
Los protagonistas La creación del Parque Nacional Patagonia fue posible gracias al trabajo de muchas personas y justamente por eso vale destacar la armonía con que se desarrolló el proceso que, además, fue coronado en un tiempo record, incluso a nivel mundial. El motor de esta historia, sin duda, fue el macá tobiano: especie endémica de la Argentina que desde hace mucho tiempo pedía a gritos la preservación de parte de su población en un área protegida nacional. Y los principales protagonistas fueron aquellos
DARíO PODESTá
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Laguna El Cervecero: macáes tobianos en sus nidos flotantes de vinagrilla. Una de las principales colonias reproductivas de la especie. Fotos inferiores, un guanaco y un zorro gris.
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Un nido con pichones de tucúquere en el Parque Nacional Patagonia que marcaron un rumbo con sus acciones y prédicas, algunos ilustres socios de nuestra institución como Mauricio Rumboll y el desaparecido Andrés Johnson. Mauricio, además de haber descubierto la especie, ha sido un indiscutible referente en la historia de Parques Nacionales y líder destacado del pensamiento naturalista de nuestra época. Andrés, podemos decir que fue su discípulo y durante las dos primeras décadas desde el descubrimiento del macá tobiano fue quien aportó las bases del conocimiento actual de la especie y de su ambiente, en el marco de un trabajo liderado por la Fundación Vida Silvestre Argentina.
La historia previa Un día de enero de 2009 partía para las mesetas santacruceñas un grupo de siete personas conformado por gente de Ambiente Sur y de Aves Argentinas. Era el inicio de una nueva etapa en la historia del macá tobiano porque, además de los conteos invernales en la zona costera de Santa Cruz que venía desarrollando
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Ambiente Sur, era necesario determinar qué estaba pasando en las lagunas de nidificación. En enero de 2010, un grupo más numeroso discutía en una cabaña de la localidad de Perito Moreno (ningún nombre más apropiado) sobre la necesidad de establecer un área protegida que abarcara parte de los humedales que el macá utiliza para su reproducción. El equipo estaba conformado por técnicos de distintas disciplinas -incluyendo gente de Parques Nacionales- que habían llegado al oeste de Santa Cruz con la intención de realizar el conteo más abarcativo de tobianos que se hubiera llevado a cabo hasta ese momento. La meseta del Lago Buenos Aires fue el lugar elegido dado que el número de macaes se mantenía bastante estable a pesar del volcán Hudson, de la erosión y de otras amenazas de las que nos enteraríamos años después. Además, la laguna Del Sello, en el corazón de la meseta, constituye uno de los humedales más importantes de esta región patagónica y alberga año a año a miles de aves acuáticas que la utilizan para alimentarse y nidificar.
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El chinchillón anaranjado es una de las especies amenazadas que protege el nuevo parque nacional. Afortunadamente la nota presentada a la Administración de Parques Nacionales por Aves Argentinas y Ambiente Sur contaba con el respaldo de los antecedentes de muchas personas que también pensaban como nosotros: este sería un lugar especial para establecer un parque nacional. Incluso, dentro la misma APN ya existía la idea desde hacía algunos años; el resto fue un trabajo mancomunado de ONGs, comunidades locales y un grupo de legisladores que adoptaron la causa como propia.
Nombre e identidad A nuestra entidad hermana Ambiente Sur, compañera inseparable en esta historia, se sumó Flora y Fauna Argentina para dar un impulso sustancial con la compra de tierras que serán la columna vertebral de este parque que se llama, nada más y nada menos, que Patagonia. Aves Argentinas ha tenido una participación relevante acompañando cada instancia del proceso con la asistencia de su equipo de trabajo. Estamos muy felices y orgullosos de haber sido partícipes de este logro de la conservación, esperado y valorado por el mundo ambientalista. Este parque nacional representa una oportunidad para ayudar al desarrollo de las comunidades locales a través del ecoturismo no solo por sus valores escénicos y biodiversidad, sino también porque su nombre ya es una “marca registrada” a nivel mundial. Una vez más Aves Argentinas destaca y apoya la labor de Parques Nacionales que ha actuado en forma rápida y ejecutiva para concretar este logro tan esperado por el mundo de la conservación.
La lagartija de Silvana, el chinchillón anaranjado y una enorme diversidad y cantidad de aves acuáticas distribuidas en los humedales de la meseta, y especialmente en la espectacular laguna Del Sello, agradecidos. Glosario: Tucúquere (Bubo magellanicus), Chinchillón anaranjado (Lagidium wolffsohni), Guanaco (Lama guanicoe), Lagartija de Silvana (Liolaemus silvanae), Macá tobiano (Podiceps gallardoi), Vinagrilla (Myriophyllum quitense), Zorro gris (Pseudalopex griseus).
Estación biológica El Parque Nacional Patagonia alberga comunidades vegetales y animales de gran valor científico y, al mismo tiempo, sitios arqueológicos únicos. Esta variada riqueza hace que el estudio de todos estos componentes y sus relaciones implique un trabajo complejo e intenso. A través de un convenio de trabajo con la Fundación Flora y Fauna, Aves Argentinas administra lo que hemos denominado Estación Biológica Juan Mazar Barnett, en honor a nuestro joven amigo y socio de Aves Argentinas desaparecido recientemente. Las instalaciones de este predio se encuentran ubicadas en una estancia lindante con el Parque Nacional Patagonia y constituyen la base de operaciones del equipo del Proyecto Macá Tobiano, a la vez que sirven y servirán de apoyo logístico a otros investigadores de distintas disciplinas. En los últimos dos años la estación biológica ha albergado a más de 50 voluntarios, investigadores y técnicos, siendo además un centro de formación de recursos humanos vinculados a la conservación.
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l mapa de la mayoría de los países latinoamericanos presenta un contexto ambiental donde la biodiversidad se repliega en franca retirada. Desde una mirada satelital puede observarse que el grueso del territorio va quedando dominado por campos de cultivo, áreas de pastoreo, zonas urbanas y una red de caminos y rutas que recuerdan las cicatrices de una contienda donde la naturaleza se lleva la peor parte. Las áreas silvestres quedan reducidas a pequeños parches -como islas en un océano de adversidad para la fauna- y en ese escenario emergen las ciudades, que crecen día a día y sin planificación previa. Bien podría acotar Baltazar Gracián: “Ciencia sin seso, locura doble”, porque crecer sin pensar es invertir sin mirar a dónde, apostando a los designios del destino.
SILVIA VITALE
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Lugares inapropiados Cuando en una ciudad surgen los problemas ambientales (inundaciones, golpes de calor, fuga de tóxicos y altos niveles de contaminación) nos olvidamos de que estos no son los verdaderos problemas sino apenas los síntomas de la enfermedad: la falta de planes de ordenamiento territorial o de planificación del desarrollo urbano. Debido a esta falta de planificación se construyen viviendas donde no se debería. Ya sea desde la pobreza más marginal (villas) o desde la riqueza más opulenta (elegantes complejos que atropellan las áreas silvestres), se ocupan espacios naturales entubando arroyos, sepultando lagunas, secando bañados, alisando el relieve, aumentando el tránsito
áreas silvestres urbanas y suburbanas
Ciudades al verde vivo Crear una ciudad sin planificación es el camino directo al desequilibrio social y ambiental. La solución más eficaz consiste en crear reservas naturales que protegen el paisaje y mejoran la calidad de vida de los vecinos. CLAUDIO BERTONATTI Naturalista y museólogo. Asesor en temas ambientales. Docente de la Escuela Argentina de Naturalistas, del Instituto Perito Moreno y la Cátedra Unesco. Fue director de la Reserva Ecológica Costanera Sur y del Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires. Es Socio vitalicio de Aves Argentinas.
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FRANCISCO ERIZE
DIEGO OLIVERA
En las áreas silvestres urbanas y suburbanas de varios puntos del país encontramos especies de aves habituales como el cardenal común, árboles como el espinillo y bellas mariposas como la monarca.
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JOSé LEIBERMAN
vehicular y creando basurales legales o clandestinos. Esta es la descripción de una ciudad convencional que abunda en casi todos los países y que en el corto plazo deja ver todos los desequilibrios sociales y naturales provocados. Porque las decisiones políticas no solo dañan cuando son poco inteligentes; también causa estragos dejar “que las cosas fluyan”, típica opción para funcionarios públicos inexpertos.
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GABRIEL BURGUEÑO
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Algunas reservas, dependiendo de su tamaño y características, pueden brindar refugio a especies amenazadas. Es el caso de la Reserva Natural Otamendi, dependiente de la Administración de Parques Nacionales, que a 60 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y vecina a la ciudad de Campana, cuenta con el ciervo de los pantanos en su elenco faunístico.
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Cuando una ciudad queda fundada, desarrollada y en expansión desde la improvisación, surge en el imaginario colectivo de sus habitantes la fantasía de la autosuficiencia ¡Nada más lejano a la realidad! Seguirán dependiendo de la provisión de bienes y servicios procedentes de la naturaleza. Aunque hagamos las compras en el supermercado, sus productos (desde el agua mineral hasta los artefactos electrónicos) requieren del constante ingreso de recursos, materias primas y energía del mundo natural. Pero los habitantes de las ciudades no solo consumimos: inmediatamente generamos residuos, que van desde el envoltorio de un caramelo hasta una heladera que quedó vieja. Cada día de cada año de nuestra vida dejamos en la puerta de nuestra casa una bolsa con residuos. Y quien la pasa a recoger masivamente
Los humanos -y esto se potencia en las grandes ciudades- consumimos recursos del mundo natural en cantidad y su vez volcamos en él nuestros residuos. La consecuenca lógica es la degradación del entorno. CONSUMIR Y DESECHAR.
la lleva a la periferia urbana, donde antes había áreas silvestres y ahora hay brutales basurales (muchas veces, a cielo abierto). Este ciclo donde se consume y desperdicia, configura un modelo de ciudad insano y generador de disturbios ambientales. Si proyectamos esta situación a escala mundial será fácil imaginar que el conjunto de ciudades acumulan y potencian sus impactos ¿Cuál es la solución?
Una matriz verde La solución viene de la mano de la planificación y de la naturaleza. Si observamos el mapa y las imágenes satelitales de cualquier ciudad veremos cómo ha crecido, hacia dónde y de qué manera (Google Earth ofrece series de imágenes de un mismo sitio a veces desde la década del 60 para hacer este ejercicio). Al mismo tiempo, podremos identificar qué es lo que queda cerca de naturaleza en pie. Y esto es importante porque proteger y restaurar los remanentes del paisaje original es el modo más eficiente (económico en costo y rápido en efectos) para mitigar los problemas ambientales (ver recuadro). Los beneficios que trae crear reservas urbanas y suburbanas se traducen en que millones de personas vivan mejor, con la naturaleza vecina y de un modo barato. Su cerca-
La Reserva Ecológica Costanera Sur, en la ciudad de Buenos Aires, 360 hectáreas de tierras “ganadas al río” (o más bien “robadas al rí0”) y abandonadas luego, que la naturaleza recolonizó de forma sorprendende. Hoy es una reserva de enorme valor biológico, educativo y recreativo.
SILVIA VITALE
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tREs reservas naturales urbanas y australes
AMBIENTE SUR
AMBIENTE SUR
JAN VAN DE KAM
JAN VAN DE KAM
MUSEO VIRGINIA CHOQUINTEL
Buenos ejemplos de reservas naturales urbanas municipales. En plena ciudad de Río Gallegos (Santa Cruz), La Reserva Laguna María La Gorda es un humedal que brinda beneficios ambientales, por ejemplo capta agua de lluvia y amortigua inundaciones y es hábitat de gran variedad de aves acuáticas, además es un lugar de espacimiento y educación singular en el medio de la traza urbana. En la ciudad de Río Grande (Tierra del Fuego), la Reserva Punta Popper -fotos centraleses parada de aves migratorias que llegan del ártico, como el playerito rabadilla blanca, que comparte el hábitat -entre otros- con los ostreros. Las dos reservas fueron equipadas y son manejadas con colaboración de la ONG Ambiente Sur. El caso de la Reserva Laguna Nimez (foto inferior), en El Calafate (Santa Cruz), demostró que un área marginal puesta en valor se puede transformar rápidamente en uno de los lugares más valiosos de la ciudad, asumiendo funciones educativas, ambientales y turísticas. CLAUDIO BERTONATTI
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nía tiene hasta efectos terapéuticos y no falta quienes complementan sus tratamientos médicos en ella. Es una realidad que las ciudades no pueden crear un número ilimitado de reservas naturales. Pero esto no quita que puedan subsanar la falta de planificación en el desarrollo urbano original diseñando una red de espacios verdes. En esta propuesta, las reservas naturales actúan como la columna vertebral de esta trama, con parques y plazas que las complementan, mientras el arbolado público los interconecta a modo de corredores biológicos. De algún modo esto emula -a otra escala- el sistema nacional de áreas naturales protegidas. Desde luego, si las plazas y el arbolado público fueran reemplazando sus especies exóticas actuales por otras autóctonas, los efectos positivos se potenciarían y aumentaría de modo inmediato la biodiversidad urbana.
reservas más parques y jardines. Las
reservas naturales son la mejor opción para conservar -o restaurarlos parches de naturaleza original en las ciudades o cerca de ellas. Pero estas áreas deben ser complementadas con otros espacios verdes urbanos -grandes o pequeños- y hasta con los jardines particulares, priorizando en ellos a las plantas autóctonas.
Parte de la “infraestructura ecológica” porteña en Puerto Madero, donde se observa la Reserva Ecológica Costanera Sur conectada por el arbolado público con el Parque Micaela Bastidas (foto superior de página opuesta); y un amplio jardín en la localidad suburbana de San Andrés de Giles (provincia de Buenos Aires) donde se recreó el ambiente original (foto inferior). Esta red podría reforzarse con una multitud de otros espacios que cumplan solamente con un requisito: presentar la mayor parte de su cobertura con plantas autóctonas de la región y disponerla en distintos pisos o estratos (herbáceos, arbustivos y arbóreos). Si así fuera se sumaría la superficie verde de los hospitales, cementerios, predios ferroviarios, museos, hoteles, zoológicos, jardines botánicos, entorno de lagos y áreas costeras, pulmones de manzana, clubes, campos universitarios, plantas industriales, aeropuertos, puertos, canteras y hasta los balcones, terrazas y jardines privados. Este conjunto conforma la “infraestructura ecológica” de una ciudad y permite mejorar la calidad de vida de los vecinos, salvar los fragmentos de su paisaje original, contextualizar su historia y legado cultural, rescatar la biodiversidad de la región, amortiguar los impactos ambientales negativos, potenciar los positivos y reducir los costos de la gestión pública.
Cambios de conducta El panorama es esperanzador porque la mayoría de las ciudades están “a medio camino” y en un punto donde deben optar por seguir con el arcaico modelo
EDUARDO HAENE
beneficios de Las reservas naturales urbanas o suburbanas Conservan las especies silvestres y el paisaje original que hacen al patrimonio natural y la identidad de la comunidad. Alivian el usual déficit de espacios verdes. Diversifican la oferta recreativa y turística. Brindan nuevas oportunidades para la investigación científica. Mejoran la estética de la ciudad. Potencian las posibilidades didácticas para los establecimientos educativos. Aseguran los servicios ambientales para la ciudad y sus habitantes: protegen las costas, estabilizan el clima, regulan la dinámica hídrica, captan de carbono, recargan los acuíferos subterráneos y depuran el aire.
El Parque Tau en la ciudad de Belle Ville (Córdoba), un muestrario de Espinal.
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La Reserva Ecológica de Avellaneda-BernalQuilmes ocupando una franca costera del Río de la Plata, con exuberante vegetación y media docena de cuerpos de agua. Esto entre el arroyo Santo Domingo (abajo) y el amplio sector de relleno sanitario del CEAMSE que se extiende hasta la Autopista Buenos Aires – La Plata que la conecta con el borde de la ciudad.
EDUARDO HAENE
vas reservas naturales si nuestra conducta no cambia. Es importante tener un plan maestro y que cada reserva cuente con un plan de manejo que sea coherente y complementario con los de las otras reservas. Cada área debe clarificar sus distintas zonas y tipos de uso para ubicar sus senderos, miradores, áreas de descanso y centros de interpretación. Deberá determinar sus líneas de investigación (biológica, sanitaria y social), sus planes educativos y las herramientas más apropiadas para que la ciudadanía pueda reconocer su ambiente y comprender la necesidad de un compromiso cotidiano con su cuidado. En toda ciudad suele haber instituciones dedicadas a estudiar, conservar, educar o recrear en la naturaleza (oficinas gubernamentales, reservas ecológicas, zoológicos, acuarios, jardines botánicos, museos de ciencias naturales, universidades, ONGs.). Muchas de estas instituciones también deben abandonar viejos modelos. No se trata solo de tener muestrarios de animales y plantas silvestres, menos aún de exhibirlos sin sentido o, lo que es peor, con fines meramente comerciales. Una red de espacios verdes gestionada con inteligencia es el pilar de la calidad de vida y de la conservación de nuestro patrimonio. Por eso necesitamos despabilarnos para tener una ciudad más saludable y ser mejores vecinos, solidarios entre nosotros y comprometidos ambientalmente
El gigante de la selva, un ibirá pitá, en una plaza de la Ciudad de Mercedes (Corrientes). actual o modernizarse y readecuar su matriz verde. Nosotros también tenemos que aprender a valorar más los servicios que brinda la naturaleza y corresponderle. ¿Cómo? Siendo más austeros en el consumo del agua y la energía, generando menos basura, separándola según su origen y cuidando los lugares y bienes comunitarios. A las autoridades gubernamentales les tocará concretar mayores inversiones para hacer más eficientes los servicios públicos y poner en valor los espacios silvestres, facilitando su acceso y disfrute para toda la sociedad (incluyendo a los niños, ancianos y personas con capacidades diferentes), porque no alcanza con sustituir la flora exótica por especies nativas del lugar ni crear nue-
Glosario: Cardenal común (Paroaria coronata), Ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), Espinillo (Acacia caven), Ibirá pitá (Peltophorum dubium), Mariposa monarca (Danaus plexippus erippus), Mata verde (Lepidophyllum cupressiforme), Ostreros (Haematopus sp.), Playerito rabadilla blanca (Calidris fuscicollis).
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Ficha técnica Nombre científico:
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PLANTAS QUE ATRAEN AVES
Tabernaemontana catharinensis Familia: Apocináceas Otros nombres comunes: Sapiranguí, Zapiranguy-guazú
horquetero o palo víbora TEXTO Y FOTOS NORBERTO MONTALDO Y EDUARDO HAENE
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a selva nos da sorpresas. Aunque a veces nos cuesta interpretar lo que tenemos a la vista. Lo que era hasta ayer un fruto amarillo anaranjado se abre como un cofre pero hacia abajo. Queda expuesto un bocadillo rojo sangre, gelatinoso, con frecuencia colgando en manojos de gotas. El monte ofrece un delicatesen imperdible. Nos preguntamos ¿dónde están los comensales? Como si el espectáculo de tener un arbolito decorado de adornos coloridos no fuese suficiente, el horquetero es el convocante de pájaros hambrientos en busca de esos bocadillos. Vive en bordes de la selva y en bosques abiertos desde Brasil hasta Uruguay; en la Argentina se lo encuentra en el Nordeste, llegando a Entre Ríos. Es un árbol de bajo porte (3-7 m) y copa tupida, con hojas perennes, opuestas y lanceoladas, cortamente pecioladas, lustrosas y sin pubescencia. En primavera la planta se cubre de flores blancas, sumamente decorativas y con perfume agradable, cuyos cinco pétalos parecen aspas de un molino en movimiento; atraen insectos como abejas, avispas y mariposas, y ocasionalmente picaflores. El nombre de horquetero se debe a que periódicamente sus ramas se dividen en dos, porque la yema apical florece o deja de crecer (brotando las dos yemas subsiguientes, que originan la horqueta). Produce un látex de color blanco que tiene propiedades antisépticas, utilizándoselo, entre otros, para curar mordeduras de ofidios, motivo por el cual se lo conoce como palo víbora.
Ejemplar de horquetero (superior) y detalle del llamativo fruto (izquierda), muy apatecido por las aves.
Los frutos son folículos que suelen presentarse de a dos, divergentes sobre la rama, con superficie rugosa. A la madurez toman color amarillo o anaranjado y al abrirse forman una boca, dejando ver las semillas negras, cada una rodeada por pulpa rojo vivo (técnicamente es un arilo). Muchos pájaros son atraídos por este conjunto colorido. Los zorzales, como el zorzal colorado, son importantes dispersores de este bonito árbol nativo, ya que digieren sólo la pulpa y no las semillas, que son duras y logran así ser dispersadas. Se ha mencionado que el pepitero gris también traga todo el conjunto, por lo que sería un buen dispersor, sin embargo en otras especies con semillas ariladas (como el curupí ) sólo ingiere el arilo y descarta las semillas, sin dispersarlas efectivamente. Crecimiento rápido, requerimientos de sol directo y dispersión por aves, convierten al horquetero en una planta ideal para instalarse en ambientes degradados y favorecer su recuperación. No es raro en terrenos rurales y periurbanos. Las mismas cualidades lo tornan un árbol ornamental de primera línea. Recomendado para veredas, plazas y reservas urbanas del nordeste argentino Glosario: Curupí (Sapium haematospermum) Zorzal colorado (Turdus rufiventris), Pepitero gris (Saltator coerulescens)
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El avistaje como experiencia doméstica
AVES EN EL JARDíN
A pesar de estar ubicado en plena Ciudad de Buenos Aires, el autor de esta nota cuenta que a su jardín acuden gran cantidad de aves. La clave: variedad de plantas y el ojo atento. Marcelo canevari Naturalista. Autor de artículos y libros de divulgación. Trabajó como investigador en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Fue Director Nacional de Conservación y Director de Interpretación Ambiental en la Administración de Parques Nacionales. Es vicepresidente segundo de la Comisión Directiva de Aves Argentinas.
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ivo en una antigua casa“chorizo” en una cortada de Las Cañitas, que hace bastante dejó de ser el típico barrio de vecinos para convertirse en referente de “la movida” porteña. A pesar de todo, la casa aún conserva algunas de las ventajas que buscaba cuando me mudé aquí, hace más de treinta años. Una de ellas es que linda con el Campo Argentino de Polo, que a su vez se continúa con el gran pulmón de los bosques de Palermo. Estas circunstancias, y cierta dedicación para ofrecer refugio y comida, crearon condiciones para diversificar la vida del pequeño jardín trasero al cual llegan aves todo el año, especialmente en verano. Tal es el caso de los celestinos comunes, que vienen a visitarme justo cuando maduran los frutos de una retorcida higuera, plantada por alguno de los anteriores propietarios de la casa; quién sabe si esa persona hubiera sospechado que los higos de su árbol eran también el alimento preferido de estas bellas aves.
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MARCELO CANEVARI
La casa en el ajetreado barrio de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires, recibe desde la visita esperable del conocido zorzal colorado (derecha) hasta una mucho más sorprendente: un gavilán mixto (foto de fondo).
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En la variedad está… La característica de mi jardín es que si bien posee muchas especies nativas, también es bastante ecléctico ya que a lo largo de los años fue recibiendo plantas de otras regiones (como las selvas del noroeste y de Misiones) y especies “convencionales” para jardín. Las medianeras están cubiertas de enredaderas y con los años fui incorporando algunos árboles pequeños o medianos como pata de vaca, anacahuita, sauco, ceibo, palmera pindó y también un palo amarillo que crece en la vereda. Hay plantas de mburucuyá y salvias que atraen mariposas y picaflores, y también un sector de césped que frecuentan los zorzales. Con los años he reunido algunos datos de las diferentes aves que se observan en casa, tanto las que bajan al jardín como aquellas que llegan a los terrenos vecinos o que sobrevuelan a mediana o gran altura. Las que aparecen casi a diario (y que hasta llegan a anidar) son las típicas especies citadinas como zorzales colorados, calandrias, benteveos, chingolos, ratonas y las diferentes palomas. Cuando el sauco o el anacahuita ofrecen sus frutos, algunas como el benteveo y la calandria grande -que rara vez bajan a los estratos inferiores- se arriman con mayor confianza. MARCELO CANEVARI
MARCELO CANEVARI
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El boyerito es otra presencia fecuente en el jardín.
Postal tropical Hace algo más de diez años planté una palmera pindó con la idea de que, una vez crecida, ocultara o atemperara la presencia de un edificio de departamentos cercano. La palmera creció mucho más rápido de lo que imaginaba y hoy es un hermoso ejemplar que florece en primavera y que, a comienzos de diciembre, ofrece grandes racimos de frutos amarillos. Estos carnosos frutos atraen a tres especies de loros, que a veces comparten el espacio comiendo en silencio. La más desprolija es la chiripepé cabeza verde que corta y deja caer al suelo una gran cantidad de frutos hasta elegir uno que la satisfaga; por su lado, la cotorra común, aunque a veces come sobre la infrutescencia, prefiere tomar un fruto y volar hasta una rama para comerlo. Aunque los ñanday siempre están en el barrio, no visitan la palmera: prefieren los frutos de los cipreses que crecen en el terreno del Campo de Polo y anuncian su llegada con estridentes chillidos. El calancate ala roja también ronda los árboles vecinos pero siempre a buena altura, mientras que los loros habladores se escuchan muchas veces por la mañana temprano, volando hacia el norte. MARCELO CANEVARI
Los frutos de la palmera pindó atraen a varias especies de cotorras: a la conocida cotorra común (superior) pero tambien a la catita chirirí (izquierda superior) y al chiripepé cabeza verde.
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En las alturas Frente a mi casa hay una alta torre de departamentos. Durante 5 primaveras una pareja de halcones peregrinos la usaron como posadero y anunciaban su llegada con los clásicos cliqueos y vuelos en círculos. Desde allí varias veces los vi realizar picadas de caza hasta que el follaje de los árboles del Campo de Polo me ocultaba el fin de la escena. Hace dos años dejaron de venir; quizás sean los que ahora frecuentan las altísimas nuevas torres de la avenida Juan B. Justo. En reemplazo de los peregrinos, hace un par de años una nueva pareja de rapaces se enseñoreó en el barrio. El primer encuentro lo tuvo mi hijo, que se asombró con la presencia de un gavilán mixto posado en una rama del arbolito pata de vaca, a menos de tres metros de distancia y ventanal de por medio. Luego, el avistaje de los gavilanes se convirtió en algo habitual; incluso los he visto posados en los cipreses comiendo un ave, aparentemente una paloma. Otras rapaces frecuentes son los taguatós y los chimangos, que realizan vuelos de cortejo, chillando y volando en círculos a mediana altura. También están las golondrinas domésticas que cazan insectos volando a la altura de los pisos superiores del edificio de departamentos. Más alto aún se ven algunas veces bandadas en desplazamiento de caracoleros, aguiluchos langosteros o cigüeñas americanas que en ocasiones giran en círculos y ganan altura aprovechando las corrientes térmicas.
Picaflor verde común
MARCELO CANEVARI
Los picaflores son una constante e incluso han nidificado, escondiendo el nido en la enredadera que crece sobre la medianera. Además de pequeñas arañitas e insectos que buscan en las paredes, hay varias flores que los atraen. Una de las preferidas es una salvia de flores azules con abundante néctar. Pero también visitan al pico de tucán de las selvas del noroeste, que se aclimató muy bien en el sector umbrío de casa. El picaflor verde común y el picaflor bronceado son muy frecuentes, mientras que sólo en dos oportunidades pude ver al picaflor garganta blanca.
Presencia inesperada
Un chiricote curioseando a través de la ventana.
MARCELO CANEVARI
Una de las visitas más interesantes ocurrió este verano. Una mañana escuché un canto que me desconcertó. Me apuré a salir al fondo y encontré un chiricote sobre el pata de vaca, cuyas ramas dan sobre las ventanas de mi estudio. Entre otros objetos y un poco de desorden, allí se encuentra el decoy de madera de un pato. Se ve que esto le llamó la atención, ya que por unos instantes permaneció observándolo; luego continuó por el alféizar y voló a la casa vecina. Ese día volvió a casa dos veces más e incluso revisó nuestra parrilla buscando restos de grasa.
Jardines para las aves, sitios que fortalecen la naturaleza regional POR mauricio manzione Profesor de Ciencias Naturales. Técnico de la Dirección de Interpretación de la Adm. de Parques Nacionales.
Los jardines de nuestras casas pueden ser espacios ideales para la naturaleza local y en particular para las aves. La clave está en generar lugares atractivos y seguros para ellas. Algunas ideas a tener en cuenta para lograrlo son las siguientes: Parquizar con plantas nativas de la zona que provean “de forma natural” refugio, alimento o sitios de nidificación. De esta manera se puede generar una variedad de “rincones silvestres” con alguno de los siguientes mini-ambientes o una combinación de ellos: césped corto, pastizal, arbustal y arbolado que provean flores y frutos. Incluso la construcción de pequeños estanques resultará en beneficio de ciertas especies. Esta idea se puede replicar en espacios reducidos e incluso en canteros o macetas. Incorporar comederos de semillas variadas que provean alimento a pájaros granívoras. Es importante tener en cuenta que deben colocarse en sitios al reparo de la lluvia. Existe una gran variedad de diseños que incluso pueden construirse fácilmente en casa. Ubicar bañaderos artificiales utilizando bandejas o platos que contengan agua de recambio diario. Instalar cajas nidos en postes o paredes a diferentes alturas. Existe una gran diversidad de diseños y tamaños, dependiendo de la especie que se pretenda atraer. Utilizar bebederos para picaflores, teniendo los cuidados pertinentes de llenado, limpieza, ubicación, elaboración de alimento, entre otros. Puede combinarse con el cultivo de plantas que atraen picaflores. Informarse en los clubes de observadores de aves u otras agrupaciones conservacionistas que puedan brindar asesoramiento o capacitación sobre la naturaleza local, las aves, las plantas nativas y las temáticas relacionadas. Algunos recaudos y cuidados básicos: Mantener alejados a gatos, perros y otras mascotas que puedan ahuyentar o incluso cazar a las aves. Evitar el uso de pesticidas en los jardines. El uso de materiales para atraer aves, como comederos y bebederos, trae consigo algunas responsabilidades. Lo ideal es asesorarse antes de utilizar estos sistemas para no generar problemas en las aves que nos visitan y poder disfrutarlas en todo su esplendor.
En la Argentina se han empleado masivamente plantas ornamentales de otros lugares del mundo, que no están relacionadas con nuestra vida silvestre ni la cultura local. Muchas de ellas hoy son vegetales invasores que causan molestias en cultivos y áreas naturales. Desde hace años, Aves Argentinas trabaja -por medio de charlas, cursos, publicaciones y la Escuela Argentina de Naturalistas- para fomentar el cultivo de plantas autóctonas en balcones, jardines, parques y espacios públicos, para convertirlos en sitios amigables para la fauna silvestre. Una forma bien concreta y a la mano de todos para mejorar nuestro entorno.
+ info: www.avesargentinas.org.ar
EDUARDO HAENE
AVES ARGENTINAS Y LAS PLANTAS NATIVAS
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MARCELO CANEVARI
MARCELO CANEVARI
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Otros dos interesantes visitantes: un caburé chico y un carpintero bataraz chico.
Visitas ocasionales La tacuarita azul, el carpintero real, el chinchero chico, el cardenal común y el carpintero bataraz chico aparecen esporádicamente, algunas veces durante varios días seguidos. Por ejemplo, un macho de carpintero bataraz chico visitó durante varios días del último invierno una rama seca del ceibo, que está perforada por diferentes larvas de insectos. Casi permanente es la presencia del caburé chico. Su canto se escucha con frecuencia, principalmente en invierno, durante casi toda la noche. De día, el bullicio de las aves que lo acosan delata su presencia en alguna rama. Una confiada pareja de boyeritos, que en verano vienen con sus pichones también frecuenta el lugar. Muchas veces revisan en busca de insectos o larvas las hojas de la palmera pindó, pero visitan también una pequeña palmera exótica, el ceibo y el pata de vaca. Hay un usuario que solamente viene a dormir: el tordo músico. Muy temprano, cuando recién está clareando, los contrastantes sonidos ásperos y agu-
dos de una bandada de estas aves indican el comienzo de su actividad diaria. No se los ve durante el día, pero vuelven a última hora para pasar la noche. Aunque pequeño y urbano, mi jardín recibe aves e insectos que enriquecen la vida cotidiana y me recuerdan diariamente el privilegio de estar en contacto con la naturaleza, en plena ciudad Glosario: Aguilucho langostero (Buteo swainsoni), Anacahuita (Blepharocalyx salicisfolius), Benteveo común (Pitangus sulphuratus), Boyerito (Icterus cayanensis), Caburé chico (Glaucidium brasilianum), Calandria grande (Mimus saturninus), Calancate ala roja (Aratinga leucophthalma), Caracolero (Rostrhamus sociabilis), Carpintero bataraz chico (Picoides mixtus), Carpintero real (Colaptes melanochloros), Catita chirirí (Brotogeris chiriri), Ceibo (Erythrina crista-galli), Celestino común (Thraupis sayaca), Chimango (Milvago chimango), Chinchero chico (Lepidocolaptes angustirostris), Chiricote (Aramides cajanea), Chiripepé cabeza verde (Pyrrhura frontalis), Cigüeña americana (Ciconia maguari), Ciprés (Cupressus sempervirens), Comadreja overa (Didelphis albiventris), Cotorra común (Myiopsitta monachus), Cuis (Cavia aparea), Gavilán mixto (Parabuteo unicinctus), Golondrina doméstica (Progne chalybea), Halcón peregrino (Falco peregrinus), Higuera (Ficus carica), Lagarto overo (Tupinambis merianae), Loro hablador (Amazona aestiva), Mburucuyá (Passiflora caerulea), Ñanday (Nandayus nenday), Palmera pindó (Syagrus romanzoffiana), Palo amarillo (Terminalia australis), Pata de vaca (Bauhina forticata), Picaflor bronceado (Hylocharis chrysura), Picaflor garganta blanca (Leucochloris albicollis), Picaflor verde común (Chlorostilbon aureoventris), Salvia azul (Salvia guaranitica), Sauco (Sambucus australis), Tacuarita azul (Polioptila dumicola), Taguató (Buteo magnirostris), Tordo músico (Agelaioides badius), Zorro gris pampeano (Pseudalopex gymnocercus) y Zorzal colorado (Turdus rufiventris).
EDUARDO DE LUCCA
EN UN JARDíN SUBURBANO...¡ ZORROS Y LAGARTOS!
La compañia habitual: zorros grises pampeanos.
Cincuenta kilómetros al norte de la ciudad de Buenos Aires, a metros de una autopista y a pocas cuadras de un pueblo, el naturalista Eduardo De Lucca logró que zorros grises pampeanos, lagartos overos, cuises, comadrejas overas -junto a aves como el taguató- visiten el parque de su casa. Los zorros inclusive criaron y tuvo la posibilidad de observar a la pareja con sus cachorros por dos años seguidos. La mitad del terreno, de una hectárea, esta sin parquizar, y en el resto conviven especies exóticas con plantas nativas. Además, se cuida que no ingresen perros y que no se produzcan disturbios que puedan ahuyentar a la fauna. Así, esta familia disfruta de las actividades cotidianas en el jardín ¡bajo la mirada confiada de una pareja de zorros!
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¿Qué comen los loros y cotorras en la Ciudad de Buenos Aires? POR NORBERTO H. MONTALDO Ingeniero Agrónomo, Cátedra de Botánica General (FAUBA). Aves Argentinas.
Semillas de palo borracho rosado, de rosa de Jericó, de anacahuita, de crespón y de muchos otros árboles son consumidas por estas aves cuyo robusto pico les permite romper frutos muy duros, como la nuez pecán.
Un pico fuerte y gran capacidad de manipulación
Roberto Güller
Utilizando sus patas los Psitácidos manejan con destreza alimentos difíciles de procesar. El robusto pico es un verdadero rompenueces que les permite extraer semillas, a veces de frutos muy duros, como ya se ha
mencionado. El loro hablador rompe los frutos del pecán y la catita chirirí perfora los del palo borracho. También los frutos del paraíso son un preciado alimento porque dentro del carozo (que parten) hay varias semillas negras. El calancate ala roja se las ingenia para consumir las dos semillas que por lo general se encuentran dentro del fibroso fruto de la tipa, diseñado para ser llevado por el viento (una sámara). Treinta años atrás, en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores habitaba solo la cotorra, pero desde hace unos años se han sumado otras especies de Psitácidos: ñanday, chiripepé cabeza verde, catita chirirí, calancate ala roja y loro hablador*. Estas aves tienen orígenes diversos (mascotas, ejemplares escapados de aviarios, individuos decomisados y puestos en libertad) pero todas son especies subtropicales que consiguieron consolidar poblaciones locales, lejanas de su distribución original en el país. Con respecto al loro hablador, en marzo de 2014 en la Facultad de Agronomía de la UBA se contaron simultáneamente 72 individuos dentro de los cuales había al menos un juvenil que aleteaba solicitando comida a un adulto. Este año los grupos que se concentran al atardecer parecen ser aún de mayor magnitud.
Los detalles de su dieta A continuación se enumeran las plantas de las que se alimentan las especies mencionadas, indicando en lo posible qué parte ingieren. Para ello se hicieron observaciones en el predio de la Facultades de Agronomía de la UBA, con una superficie aproximada de 64 ha donde, con excepción del chiripepé cabeza verde, son comunes las restantes especies**. Esta lista es solo una muestra norberto montaldo
onsiderando las aves que manipulan los frutos sobre las plantas (no las que se alimentan de frutos caídos), los Psitácidos son una de las principales familias depredadoras de semillas, es decir que las destruyen y no favorecen su dispersión. La subfamilia Arinae incluye las especies americanas, en cuya dieta se ha reportado un sinnúmero de frutos y, si bien existen excepciones, sus integrantes se comportan fundamentalmente como consumidores de semillas, pero también pueden comer brotes, flores, hojas tiernas y la pulpa de los frutos. En gran medida la alimentación de los Psitácidos se basa en frutos no adaptados para la dispersión por aves, como los que caen por simple acción de la gravedad o los que son diseminados por el viento. Cuando se alimentan de los que están adaptados a ese proceso (ornitocoria) suelen consumir las semillas porque tienen mayor contenido nutricional que la pulpa. Estos son frutos carnosos y entre ellos se encuentran varios conocidos en botánica como drupas, que tienen un endocarpo duro (carozo) y sus semillas, en general una por fruto, se encuentran muy bien protegidas. Son inmunes a otras aves destructoras de semillas (Colúmbidos y Fringílidos), sin embargo muchos loros y cotorras pueden quebrar dicha defensa.
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Conos de ciprés, entero y deteriorados por el ñanday. Se observan las semillas que contienen.
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norberto montaldo
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Frutos de pecán, entero y manipulados (con restos de la semilla) por el loro hablador.
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Sámaras de tipa abiertas por el calancate ala roja. Se observan las semillas que contienen.
MARCELO RUDA VEGA
Cotorra: semillas de paraíso, girasol, crataegus, ligustro, níspero, cerraja, ciprés, pino de Alepo y curupí, pulpa de frutos de tala, chal chal, transparente y pindó, yemas de olmo europeo, partes de flores de acacia blanca y palo borracho rosado. Ñanday: semillas de paraíso, ciprés y rosa de Jericó, corteza de olmo europeo. Catita chirirí: semillas de palo borracho rosado, rosa de Jericó, anacahuita, crespón e higuerón, pulpa de frutos de pindó, partes de flores de acacia blanca, jacarandá, álamo carolina y seibo de Jujuy, contenido de agallas en pecíolos de hojas de álamo Carolina. Chiripepé cabeza verde: semillas de paraíso, hojas de aliso de río. Calancate ala roja: semillas de tipa, almez y olmo europeo, pulpa de frutos de palmera fénix y níspero, partes de flores de jacarandá y campanilla. Loro hablador: semillas de pecán, pata de vaca, sófora y paraíso, inflorescencias masculinas de álamo Carolina, yemas de álamo Carolina y falso castaño
norberto montaldo
de la variedad de recursos que utilizan estas aves y ayuda a comprender, al menos en parte, el éxito que tienen en nuestra ciudad.
Flores de palo borracho parcialmente comidas (ovario y óvulos) por la cotorra común.
Glosario: Acacia blanca (Robinia pseudoacacia), Álamo Carolina (Populus deltoides), Aliso de río (Tessaria integrifolia), Almez (Celtis australis), Anacahuita (Blepharocalyx salicifolius), Calancate ala roja (Aratinga leucophthalma), Campanilla (Ipomoea cairica), Catita chirirí (Brotogeris chiriri), Cerraja (Sonchus oleraceus), Chal chal (Allophylus edulis), Chiripepé cabeza verde (Pyrrhura frontalis), Ciprés (Cupressus sempervirens), Cotorra común (Myiopsitta monachus), Crataegus (Pyracantha sp.), Crespón (Lagerstroemia indica), Curupí (Sapium haematospermum), Falso castaño (Aesculus hippocastanum), Girasol (Helianthus annuus), Higuerón (Ficus luschnathiana), Jacarandá (Jacaranda mimosifolia), Ligustro (Ligustrum lucidum), Loro hablador (Amazona aestiva), Níspero (Eriobotrya japonica), Ñanday (Nandayus nenday), Olmo europeo (Ulmus procera), Palmer fénix (Phoenix canariensis), Palo borracho rosado (Ceiba speciosa), Paraíso (Melia azedarach), Pata de vaca (Bauhinia forficata), Pecán (Carya illinoinensis), Palmera pindó (Syagrus romanzoffiana), Pino de Alepo (Pinus halepensis), Rosa de Jericó (Hibiscus mutabilis), Seibo de Jujuy (Erythrina falcata), Sófora (Styphnolobium japonicum), Tala (Celtis ehrenbergiana), Tipa (Tipuana tipu), Transparente (Myoporum laetum).
*Relevamiento realizado en 2006 por Eduardo Haene: “Invasión de loros en la ciudad”. Naturaleza y Conservación. Revista de Aves Argentinas/ AOP 19: 16-23). ** También se incluyen observaciones realizadas en otros lugares de la Ciudad de Buenos Aires y aportes facilitados por J. Claver, M. Fernández, M. Fossati, E. Jordan, H. López, A. Lukides, J. Ramírez, F. Ratto y G. Roitman.
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Urbanización y aves silvestres
Extraños en la jungla de cemento Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires, UBA/ CONICET
CARLOS LEVEAU Instituto de Salud Colectiva de la Universidad Nacional de Lanús.
Los autores analizan el impacto de la creciente urbanización en Mar del Plata sobre las comunidades de aves. Uno de los riesgos es la pérdida de biodiversidad y, a escala global, la conformación de grupos de especies similares en ciudades de diferentes latitudes.
Tordo músico anidando en un artefacto de alumbrado público en un barrio residencial de Mar del Plata.
LUCAS Y CARLOS LEVEAU
lUCAS LEVEAU
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a urbanización es el traslado de gente desde las áreas rurales a las urbanas y/o el crecimiento natural de la población en las últimas, lo que usualmente conlleva una expansión de las ciudades y un aumento de edificación. Como hasta hace unos años la información que se tenía acerca del impacto de la urbanización sobre las aves en la Argentina era muy escasa, nos pareció oportuno empezar a analizar este fenómeno y lo hicimos en la ciudad de Mar del Plata. Uno de los primeros resultados obtenidos fue que en las zonas residenciales como Los Troncos (que contienen amplios jardines) y el Bosque Peralta Ramos, la cantidad de especies de aves vistas en una calle era mayor que en las áreas con preponderancia de edificios y que en las zonas rurales dominadas por cultivos (ver figura). Entre los motivos principales consideramos que las áreas residenciales contienen diferentes estratos de vegetación (césped, arbustos y árboles) y una alta variedad de especies arbóreas.
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Algunos riesgos Como era de esperar, las calles dominadas por edificios estuvieron habitadas principalmente por dos especies exóticas introducidas desde Eurasia: el gorrión y la
LUCAS Y CARLOS LEVEAU LUCAS Y CARLOS LEVEAU
Esta estructura diversa del ambiente de las zonas residenciales permitiría la coexistencia de un elevado número de especies, tanto de las que se alimentan en el suelo como de las que lo hacen en árboles, arbustos o incluso en edificios. Al mismo tiempo, a pesar de que casi la totalidad de la vegetación plantada es exótica, su variedad aportaría recursos alimenticios para las aves a lo largo del año. Un ejemplo son los eucaliptos, cuyas diferentes especies florecen desde el otoño hasta la primavera y son visitadas no solo por el picaflor garganta blanca, sino también por especies que saben aprovechar su néctar como la cotorra común, el tordo renegrido y el tordo músico. Por otro lado, las estructuras construidas por el hombre también pueden servir como sustratos de nidificación para especies que por lo general construyen sus nidos en árboles -como el benteveo común- o especies que usan nidos de otras especies, como el tordo músico. Pero además de la cantidad de especies de aves, resulta interesante analizar cómo están compuestas las comunidades; es decir, qué especies componen los diferentes barrios de una ciudad según su grado de edificación y población. Este análisis es importante ya que aunque no haya diferencias en la cantidad de especies entre ambientes, sí puede haberlas en el tipo de especies que encontramos.
LUCAS Y CARLOS LEVEAU
¿Cuántos y quiéneS?
LUCAS Y CARLOS LEVEAU
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Las tres áreas donde se realizaron estudios sobre las aves silvestres en Mar del Plata: en la ciudad, en los barrios residenciales y en las zonas rurales.
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paloma doméstica, además de la muy autóctona torcaza común. El hecho de que en otros centros urbanos del mundo, sin importar su ubicación geográfica, sea muy probable encontrar también gorriones y palomas domésticas es un ejemplo de lo que se ha dado en llamar homogeneización biótica1. En otras palabras: la urbanización estaría generando el reemplazo de especies nativas por otras distribuidas mundialmente. Por otra parte, en nuestra zona de estudio, las áreas residenciales tuvieron las densidades más altas del chimango, la paloma picazuró, el picaflor garganta blanca, el hornero y el zorzal colorado, entre otras. Estas especies son comunes en la provincia de Buenos Aires y en los casos del picaflor y del zorzal, están expandiendo sus distribuciones geográficas. Por último, las especies que tuvieron mayores densidades en las áreas rurales fueron el tero común, la torcacita común, la tijereta, el chingolo, el corbatita común y el misto. Estas aves estarían seriamente afectadas por la expansión urbana. Sin embargo, el chingolo y la tijereta también fueron observadas en áreas residenciales.
¿QUé LAS CARACTERIZA? Al conocer las características de las aves como su dieta, el sitio de nidificación y alimentación o su conducta, los investigadores podemos predecir con más certeza el impacto de la urbanización sobre ellas. Más allá de las diferentes especies que pueden existir entre estudios, es posible determinar qué características las hacen más vulnerables. Los resultados obtenidos mostraron que los diferentes niveles de urbanización están asociados a diferentes conjuntos de especies de aves. En los sitios dominados por edificios encontramos una mayor abundancia de aves que nidifican en edificios, poseen dieta omnívora, se alimentan en el suelo de forma gregaria y son residentes. Por otra parte, en las áreas residenciales con alta cobertura de árboles registramos una mayor abundancia de aves que nidifican en árboles, poseen una dieta carnívora o nectarívora, se alimentan en la vegetación y poseen una conducta solitaria. Por último, en las áreas rurales hay
EL ESTUDIO La urbanización es un uso de la tierra por parte del hombre que afecta de manera profunda los ambientes naturales. Actualmente, más del 90% de la población argentina es urbana por lo que es imprescindible analizar cómo la expansión de las ciudades y el aumento de edificación afectan a las aves. En esta nota describimos algunos resultados obtenidos en Mar del Plata y alrededores durante los últimos 10 años con relevamientos de aves que se realizaron a lo largo de gradientes de urbanización, en calles con coberturas de edificios superiores al 60% hasta tramos equivalentes de caminos rurales sin edificios. También se contaron aves en plazas urbanas.
Características de las aves Nido en edificios Gregarias Omnívoras Residentes Alimentación en suelo
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Nido en árboles Solitarias Carnívoras, Nectarívoras Alimentación en vegetación
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Nido en suelo Insectívoras, Granívoras Migradoras Alimentación en el aire
Nº de especies
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Gradiente urbano- rural de Mar del Plata (imágenes satelitales de Google Earth)
dime dónde vives y te diré cómo eres. En
plena ciudad, aves omnívoras, gregarias y nidificates en edificios. En los barrios residenciales, carnívoras y nectívoras -se alimentan de nectar-, solitarias y que nidifican en árboles. Y en las zonas rurales, en cambio, predominan las aves que se alimentan de insectos y granos y nidifican en el suelo.
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ALEC EARNSHAW
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Paloma picazuró, habitual en las areas residenciales; y churrinche, mas común en parques y zonas rurales. una mayor densidad de aves que nidifican en el suelo, poseen una dieta insectívora o granívora, atrapan su alimento en el aire y son migradoras. En general, estos resultados coinciden con estudios realizados en el Hemisferio Norte, en los cuales la urbanización parece favorecer a especies gregarias y de dieta omnívora, mientras que excluye a las que nidifican en el suelo.
La importancia de las plazas Las plazas o parques urbanos constituyen una parte fundamental de las ciudades ya que tienen vital importancia para la recreación y bienestar de la población. De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 9 m2 de área verde por habitante. Por otro lado, un reciente estudio realizado en los parques de Sheffield (Inglaterra) por Richard Fuller y colaboradores2 encontró una relación positiva entre ciertas medidas de bienestar psicológico y la cantidad de especies de aves en cada parque. Aunque hacen falta más estudios para establecer este tipo de relaciones, los resultados de esta investigación no solo sugieren la importancia de los espacios verdes, sino también que tengan un diseño que favorezca la diversidad de aves. Resultados preliminares del estudio que hemos realizado en Mar del Plata determinaron que las áreas verdes son importantes refugios de diversidad de aves, sobre todo los parques ubicados en el centro de la ciudad que están rodeados por edificios. Por ejemplo, en las plazas Mitre, España, San Martín y Colón se registró un promedio de 9 especies de aves, mientras que en calles aledañas se registró un promedio de 3. Por otra parte, los parques albergan densidades más altas de tijereta, churrinche y picabuey, en comparación a barrios residenciales de la ciudad, y constatamos que fueron utilizados por otras especies
migradoras como el picaflor verde común, el suirirí real y la golondrina ceja blanca. Por último, observamos que estar cerca del centro comercial de la ciudad influye de forma negativa en la cantidad de especies. Esto significa que la presencia de peatones, de edificios rodeando a los parques y la distancia a las áreas rurales, pueden determinar la cantidad de especies en los parques estudiados. Esta información es relevante al momento de crear nuevos parques urbanos, a medida que la ciudad se expande e incluso para orientar su expansión. Actualmente, y gracias a una beca del Conicet, uno de nosotros (LL) se encuentra trabajando en un proyecto de investigación sobre los efectos de la urbanización en las aves en gradientes de urbanización y parques a escala global. La metodología utilizada es la técnica estadística de meta-análisis, tomando resultados de otros estudios que se convierten en medidas de efecto comparables. De esta forma, se podrá analizar en qué tipos de ecorregiones (praderas, bosques, desiertos) es más intenso el efecto de la urbanización. Para conocer esos resultados habrá que esperar un par de años y seguir leyendo esta revista Más información: - Leveau LM y CM Leveau (2004) Comunidades de aves en un gradiente urbano de la ciudad de Mar del Plata, Argentina. El Hornero: 13-21; -Leveau CM y LM Leveau (2005) Avian community response to urbanization in the Pampean region, Argentina. Ornitología Neotropical 16: 503-510. - Leveau LM (2013) Bird traits in urban-rural gradients: how many functional groups are there?. Journal of Ornithology 154: 655-662. Lucas Leveau: leveau@ege.fcen.uba.ar Carlos Leveau: cmleveau@hotmail.com Glosario: Benteveo común (Pitangus sulphuratus), Chimango (Milvago chimango), Chingolo (Zonotrichia capensis), Churrinche (Pyrocephalus rubinus), Corbatita común (Sporophila caerulescens), Cotorra común (Myiopsitta monachus), Eucalipto (Eucalyptus sp.) Golondrina ceja blanca (Tachycineta leucorrhoa), Gorrión (Passer domesticus), Hornero (Furnarius rufus), Misto (Sicalis luteola), Paloma doméstica (Columba livia), Paloma picazuró (Patagioenas picazuro), Picabuey (Machetornis rixosa), Picaflor garganta blanca (Leucochloris albicollis), Picaflor verde común (Chlorostilbon lucidus), Suirirí real (Tyrannus melancholicus), Tero común (Vanellus chilensis), Tijereta (Tyrannus savana), Torcacita común (Columbina picui), Torcaza común (Zenaida auriculata), Tordo músico (Agelaioides badius), Tordo renegrido (Molothrus bonariensis), Zorzal colorado (Turdus rufiventris).
(McKinney M (2006) Urbanization as a major cause of biotic homogenization. Biological Conservation 127: 247-260) (Fuller RA, Irvine KN, Devine-Wright P, Warren PH, Gaston KJ (2007) Psychological benefits of greenspace increase with biodiversity. Biology Letters 3: 390-394, 2007)
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FABIO MรกRQUEZ
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Mariposas y aves en el paisaje urbano
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fabio márquez Lic. en Diseño del Paisaje, UMSA. Con posgrado en Patrimonio y Turismo Sostenible. Docente. www.fabiomarquez.com.ar
Los elementos naturales más dinámicos del paisaje en la ciudad son los componentes de su fauna, especialmente las aves y mariposas que aportan movimiento, sonido, color y sorpresa. Es importante sensibilizar a las personas y ofrecer información sencilla y clara para que puedan aprender a observar a la fauna silvestre y permitirse hacerlo en medio del trajín cotidiano.
Un chingolo (foto de fondo), un hornero y una mariposa espejito, tres presencias que pueden enriquecer nuestra experiencia cotidiana en la ciudad.
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as aves y mariposas actúan como indicadores de la calidad del ambiente. Cuanta más flora nativa original de la región halla, más posibilidades existen de que las aves encuentren hábitat, refugio y alimento en ellas. Si bien la flora de los espacios públicos y jardines privados de la Ciudad de Buenos Aires es abrumadoramente exótica (es decir proveniente de todas partes del mundo menos de aquí), lo cual reduce la presencia de fauna silvestre, es mucho aún lo que podemos observar. Por otra parte, el arbolado de calles también cumple un rol importante, porque
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Una calandria grande en Puerto Madero y un chimango en el Parque Indoamericano. actúa como corredors biológico, como una red por la que se mueven las aves. Las mariposas son más vulnerables al ser susceptibles a pequeños cambios en el ambiente. Ellas tienen una relación mucho más acotada con las especies vegetales. Si no hay presencia de ciertas especies de plantas nativas, no hay mariposas. Muchas pueden habitar sólo en un rango de una a no más de tres es-
Picabuey
pecies vegetales. Las aves, en cambio, tienen mayor capacidad adaptativa, aunque el hábitat esté lejano al original. Esa es la razón por la que en la ciudad se observa mayor diversidad de aves que de mariposas. La inmensa mayoría de las aves observables en la ciudad son nativas, hay unas pocas exóticas que ocupan lo que llamamos “nichos ecológicos”. Las principales son la paloma doméstica y el gorrión, introduciALEC EARNSHAW
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Mariposa dama pintada das en el siglo XIX, aunque también viene creciendo la presencia del estornino pinto, que apareció en las últimas décadas. Además de lugares singulares como las reservas ecológicas Costanera Sur y Ciudad Universitaria, podemos observar aves en la mayor parte de los grandes parques urbanos como Centenario, Avellaneda, 3 de Febrero e Indoamericano. También es posible hacerlo en el predio de las Facultades de Agronomía y Veterinaria de la UBA, que cuentan con importantes arboledas y presencia de agua en estanques o lagunas. Allí las aves nativas más vistas son: benteveo común, hornero, zorzal colorado, picabuey, cotorra, chingolo, tordo renegrido, torcaza común, torcacita común, calandria grande y carancho, entre otras que pueden sorprendernos. Los mejores momentos para observarlas son el amanecer, el atardecer y después de una lluvia, que es cuando registran mayor actividad. Respecto a las mariposas, podemos encontrar: espejito, monarca, bella, dama pintada, pavo real, satinada grande, julia, saltarín leonado, isoca de la alfalfa, claudina y acróbata rojiza. Ellas no sólo embellecen el paisaje sino que además son alimento de aves, tanto en su estadío de oruga como adulto. En días soleados es mayor la posibilidad de observarlas.
Esquivas o atrevidas las aves y las mariposas conviven con nosotros en la ciudad, en donde la utilización de especies vegetales nativas, tanto en jardines privados como en los espacios públicos, son elementos decisivos para aumentar su maravillosa presencia Glosario: Acróbata rojiza (Emesis russula), Bella (Hyspanartia bella), Benteveo común (Pitangus sulphuratus), Calandria grande (Mimus saturninus), Carancho (Caracara plancus), Claudina (Tesoga claudina), Cotorra (Myiopsitta monachus), Chimango (Milvago chimango), Chingolo (Zonotrichia capensis), Dama pintada (Vanessa braziliensis), Espejito (Agraulis vanillae maculosa), Estornino pinto (Sturnus vulgaris), Gorrión (Passer domesticus), Hornero común (Furnarius rufus), Isoca de la alfalfa (Colias lesbia pyrrhothea), Julia (Dryas iulia alcionea), Monarca (Danaus plexippus), Paloma doméstica (Columba livia), Pavo real (Junonia genoveva hilaris), Picabuey (Machetornis rixosa), Saltarín leonado (Hylephila phyleus), Satinada grande (Eunica eburnea), Torcacita (Columbina picui), Torcaza común (Zenaida auriculata), Tordo renegrido (Molothrus bonariensis), Zorzal colorado (Turdus rufiventris).
Torcaza común, una de las aves silvestres mas vistas en los parques de la ciudad. ALEC EARNSHAW
EDUARDO HAENE
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Parque Tres de Febrero, ciudad de Buenos Aires
refugio de biodiversidad urbana EDUARDO HAENE Ingeniero Agrónomo. Naturalista. Fue técnico en la Administración de Parques Nacionales y director del Departamento Educativo de Aves Argentinas. Tambien ocupó la Gerencia Operativa de la Reserva Ecológica Costanera Sur. Hoy se desempeña en la Dirección de Espacios Verdes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
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Dedicado a José Pérez y Diego Zelaya, autores de “Observando aves en los lagos de Palermo”
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene el más estratégico espacio geográfico para generar modelos y tendencias en la conservación del patrimonio natural-cultural en el contexto urbano. Tres de Febrero, conocido como los “bosques de Palermo”, es su parque emblemático y aún tiene chance de conservar y enriquecer la vida silvestre porteña. Los vecinos son los mayores protagonistas de este cambio y, a la vez, los principales beneficiarios.
Los jacarandás enmarcan un charco temporario en la plaza Ecuador, Parque Tres de Febrero. Estos ambientes esporádicos brindan refugio a insectos acuáticos e inclusive anfibios.
a ley 4.334 sancionada el 18 de octubre de 2012 encomienda la realización del plan de manejo del Parque Tres de Febrero. Como parte de la caracterización, hay que relevar flora y fauna. Después de 140 años de su fundación, ¿qué biodiversidad sobrevivió en el espacio verde más grande de la ciudad? Una mirada con “ojos ambientales” nos depara sorpresas y desafíos interesantes.
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Diversidad ambiental Hoy podemos reconocer cinco unidades ambientales en Palermo: bosques, césped, lagunas, estanques y charcos temporarios. Hay 13 lagunas que constituyen uno de los mayores atractivos del sitio. La más grande es la laguna Regatas, cuyo fondo adoquinado impide el arraigo de vegetación y el retiro de plantas acuáticas con maquinarias, lo que
El Parque Tres de Febrero a principios del siglo XX (foto gentileza de Osvaldo Guerrica Echavarría). empobrecen lo que podría ser un paraíso de vida silvestre. En el Campo de Golf todavía encontramos muestras de lagunas ribereñas rebosantes de vida. El relieve con hondonadas centrales en cada plaza, considerado un defecto de diseño, permite la existencia de charcos temporarios. Crían allí gran parte de los insectos acuáticos que evitan desovar en las lagunas, donde los peces predan su descendencia. María Soledad Fontanarrosa y otros investigadores de la Universidad de Buenos Aires documentaron la existencia de una diversidad de invertebrados similar a la de ambientes no urbanos. Los estanques, en particular los presentes en el Jardín Zoológico, brindan una oferta de hábitats acuáticos que aprovechan animales silvestres. El ejemplo más típico es el pato barcino. Utiliza todos los ambientes: anida en árboles, se alimenta en el césped y humedales temporarios, y cría tanto en lagunas como estanques.
Grandes sectores de césped alternan con arboledas de diferente densidad. Podemos apreciar un variado elenco de aves que suelen alimentarse en el pasto y buscar refugio y anidar en árboles, desde horneros, calandrias y zorzal colorado hasta garza chiflón, carpintero real y carancho, la rapaz habitual de Palermo.
Flora Si bien el Parque tiene una combinación de estilos paisajísticos europeos de fines del siglo XIX, es sumamente interesante la búsqueda que han hecho sus diseñadores, como Charles Thays y Benito Carrasco, para sumar plantas argentinas. Los dos árboles mejor representados son tipa y jacarandá, típicos de selvas y bosques montanos del noroeste argentino. Ensa-
EDUARDO HAENE
Adultos de pato barcino con sus pichones en una laguna del Campo de Golf del Parque Tres de Febrero (izquierda). Una vista de otra laguna de la misma zona (centro). Un sapito de panza amarilla (derecha) en un charco temporario del Parque.
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yaron el uso ornamental de árboles del país como ombú, lapacho, los dos palos borrachos y seibo e innovaron con chañar, lapachillo, ñangapirí, guabiyú, lapacho amarillo, anacahuita, ubajay, quebracho colorado chaqueño, viraró o marmelero, cedro misionero y coronillo, entre otros. Entre los exóticos más frecuentes están eucaliptos, casuarina y pino de las Canarias. Liliana Suppa y José María Menini, que encabezan el relevamiento botánico del Parque, remarcan la importancia histórica que tiene contar aquí con individuos centenarios de especies poco representadas en otras plazas argentinas. Dispersados por aves han prosperado en todas las plazas ejemplares silvestres de mburucuyá o pasionaria, tala e ibapoy, el gomero nativo.
Fauna
La gran intensidad de muestreo eleva el elenco ornitológico a unas 136 especies. Cuando analizamos cuáles son las aves que podemos considerar habitantes estables del Parque, el número se reduce a 52, de las cuales 12 están asociadas a humedales: tres macáes, biguá, pato barcino, tres garzas, carau, pollona negra, gallaretas, martín pescador chico. Cynthia Guevara y Leonel Roget, del Club Observadores de Aves (COA) Carancho de Palermo (ver recuadro), apuntan la importancia creciente de los pájaros para vecinos y visitantes, y su rol como indicadoras de la calidad ambiental. Alejandro Pérez, gerente operativo del Parque Tres de Febrero, fue comprendiendo el gran potencial del sitio para generar conciencia de EDUARDO HAENE
Seibo en la Plaza Páez.
EDUARDO HAENE
temas ambientales. Junto al COA, Pérez ha promovido salidas de observación de aves y plantación de plantas nativas. Cuando comparamos la diversidad de animales vertebrados con la de las reservas naturales de los EDUARDO HAENE
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EZEQUIEL PAOLINI
Club de observadores de aves carancho
COA Carancho y el PCRAR: liberación de una hembra de taguató en Palermo.
El Club de Observadores de Aves de Palermo (COA Carancho), de la red de Aves Argentinas, es uno de los 70 COA que la asociación desarrolla en el país y que representan a la red en diversas localidades. Los COA se forman cuando al menos 5 socios de una localidad deciden llevar allí las metas y objetivos de la asociación. El COA Carancho es un club muy activo. Realiza salidas de observación de aves los fines de semana, campañas de plantación de flora nativa y otras tareas de concientización y educación. Entre ellas, junto al Programa de Conservación y Rescate de Aves Rapaces (PCRAR - Zoo de Buenos Aires y Fundación Cabure-í), organiza jornadas de liberación de aves en el Parque Tres de Febrero, con ejemplares que por algún motivo perdieron su libertad pero pueden ser recuperados y devueltos a la naturaleza. + info: Facebook COA PALERMO / coa.palermo@avesargentinas.org.ar
alrededores, podemos valorar mejor la importancia biológica del sitio. En Palermo hay 163 de estas especies, apenas un 30% menos que el total de especies presentes en la región. Lo notable es que hasta principios del siglo XX, Tres de Febrero mantenía una diversidad biológica interesantísima, comparable a las mejores reservas de la zona. Sobrevivían allí grandes humedales, similares a los que hemos visto en los momentos de esplendor de la Reserva Costanera Sur. Aunque no se llegó a instrumentar, el Parque llegaba hasta la ribera del Plata. La construcción de la avenida Costanera y luego el aeroparque Jorge Newbery, redujeron la superficie del área y se perdieron esos espacios “baldíos”, que hoy interpretamos como “pulmones de biodiversidad” dentro del corredor biológico que constituye el Río de la Plata y su ribera.
Desafíos verdes Uno de las mayores preocupaciones actuales es la sumatoria de intervenciones que afectan la identidad de Palermo. Se acumulan cambios con criterios disímiles, que van desvirtuando su integridad paisajística emblemática. Durante la década de 2000 la Fundación Ciudad había promovido de forma participativa un plan de manejo del Parque Tres de Febrero. Es oportuno rescatar de este valioso antecedente la búsqueda de la visión singular que tiene el área y la necesidad de volver a pensar el proyecto integrado a su entorno. Consensuar la esencia de Palermo debe ser el punto de partida. Osvaldo Guerrica Echevarría, de la Asociación Amigos del Lago de Palermo reconoce que “la biodiversidad del Parque es uno de los raros privilegios que nos queda -a los porteños y sus visitantes-, por ello su conservación ha sido uno de nuestros principios rectores”. En ese contexto es posible instrumentar un sistema de nodos y corredores de vida silvestre en el Parque Tres de Febrero que permitan la supervivencia de la
biodiversidad actual, e incluso recuperar parte de la pérdida, a través de: 1. Conservar con un manejo acorde los tesoros naturales que han sobrevivido, como algunas lagunas, tres humedales temporarios, dos colonias de nidificación y los árboles valiosos convertidos en “monumentos naturales”. 2. Aprovechar los espacios sin diseño paisajístico aún, canteros vacíos y la buena predisposición de los administradores de los espacios privados y concesionados del Parque Tres de Febrero para mantener el estilo paisajístico propio del sitio con plantas nativas. En definitiva, retomar la inquietud fundacional de utilizar especies argentinas para decorar Palermo. 3. Interpretar los recursos naturales y culturales del Parque. Desde carteles para reconocer lugares y especies hasta afiches, información en la red, circuitos temáticos, guías profesionales y un sistema de centros educativos. En el discurso inaugural del Parque, el 11 de noviembre de 1875, Domingo Faustino Sarmiento había señalado “El Parque 3 de Febrero será de hoy en adelante el patrimonio del pueblo”. Hoy asumimos patrimonio con una significación estratégica para valorar los recursos naturales y culturales. Esa concepción fundacional resulta inspiradora para analizar la biodiversidad de Palermo y orientarnos a conservarla y ofrecerla como material para la educación y la recreación. Actualizado, el sueño de Sarmiento mantiene una vigencia cautivante Glosario: Anacahuita (Blepharocalyx salicisfolius), Biguá (Phalacrocorax brasilianus), Calandria (Mimus sp.), Carancho (Caracara plancus), Carau (Aramus guarauna), Carpintero real (Colaptes melanochloros), Casuarina (Casuarina cunninghamiana), Cedro misionero (Cedrela fissilis), Coronillo (Scutia buxifolia), Chañar (Geoffroea decorticans), Eucalipto (Eucalyptus sp.), Gallareta (Fulica sp.), Garza chiflón (Syrigma sibilatrix), Guabiyú (Eugenia pungens), Hornero (Furnarius rufus), Jacarandá (Jacaranda micrantha), Lapachillo (Handroanthus chrysotrichus), Lapacho amarillo (Handroanthus ochraceus), Lapacho (Handroanthus sp.),Macá grande (Podiceps major), Macá pico grueso (Podilymbus podiceps), Macá común (Rollandia rolland), Martín pescador chico (Chloroceryle americana), Ñangapirí (Eugenia uniflora), Ombú (Phytolacca dioica), Palo borracho (Chorisia sp.), Pato barcino (Anas flavirostris), Pino de las Canarias (Pinus canariensis), Pollona negra (Gallinula chloropus), Quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae), Sapito de panza amarilla (Rhinella fernandezae), Seibo (Erythrina crista-galli), Taguató (Buteo magnirostris), Tipa (Tipuana tipu), Ubajay (Hexachlamis edulis), Viraró (Ruprechtia laxiflora), Zorzal colorado (Turdus rufiventris).
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POR LIC. VALERIA PELLIZA Departamentode deDesarrollo Conservación - Reserva El Bagual. Aves Argentinas Subsecretaria Turístico, Ministerio de Turismo de la Nación
la observación de aves como producto turístico en la Argentina
Logros de un año de trabajo
Estamos cumpliendo un año de trabajo conjunto entre el Ministerio de Turismo de la Nación, la Administración de Parques Nacionales y Aves Argentinas, una alianza estratégica que nos ha permitido avanzar en el desarrollo de la observación de aves como producto turístico en la Argentina.
a observación de aves se presenta como una oportunidad para la diversificación de la oferta turística, extendiendo la estadía de los visitantes al descubrir una nueva actividad a realizar en el destino, a la vez que contribuye a la educación ambiental, favorece la conservación de las áreas naturales, genera beneficios económicos y empleo en las comunidades receptoras. A partir de la identificación de espacios prioritarios en todo el territorio nacional, ya sea por su importancia para la conservación del ambiente, de las especies que lo habitan o por su potencialidad turística, se avanzó en el acompañamiento sobre la temática en el Corredor del Río Uruguay (Entre Ríos) que incluye el Parque Nacional El Palmar, en la Microrregión Turística Esteros del Iberá (Corrientes) y en el Corredor del Paraná Inferior (Buenos Aires) con la Reserva Natural Otamendi. Por otra parte, la articulación entre las tres instituciones, permitió aunar esfuerzos para colaborar con las provincias interesadas en desarrollar el producto, ofrecer capacitación para difundir los conocimientos específicos de la actividad, tanto a través de cursos presenciales como online y mejorar el enfoque de la
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MINISTERIO DE TURISMO
promoción tanto nacional como internacional. Se realizaron los primeros viajes de familiarización para prensa extranjera y operadores turísticos especializados coordinados entre la Subsecretaría de Desarrollo Turístico del Mintur y el Instituto Nacional de Promoción Turística (INPROTUR) que contaron con la participación de Tim Appleton, referente mundial en la actividad de observación de aves y organizador de la Birdfair UK. Gracias a la articulación con la APN, se ha avanzado en el Registro de Guías de Observadores de Aves en los Parques Nacionales Iguazú y El Palmar que ya cuentan con guías especializados en observación de aves y habilitados luego de rendir y aprobar un examen de idoneidad en estas áreas protegidas. Todavía son muchos los desafíos a los cuales nos enfrentamos pero ciertamente, la sinergia lograda permitirá que sea posible consolidar a la observación de aves como producto turístico MINISTERIO DE TURISMO
Actividades en Esteros del Iberá y en la Reserva Natural Otamendi.
Alta mar Nº 12 38 • Aves Argentinas N&C |
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TIERRA FIRME
En Ushuaia En febrero pasado estuvimos en Ushuaia brindando una charla para los tripulantes del buque pesquero “Centurión del Atlántico”, con los resultados obtenidos en el embarque del año pasado en el uso de LEPs. A partir de las pruebas realizadas en 2014 por los instructores de Albatros Task Force, comenzaron a usarse de manera voluntaria por parte de la tripulación. A esta presentación concurrieron 15 marineros que se encuentran trabajando actualmente con el despliegue de las LEPs y coincidieron que el uso de las líneas reduce la mortalidad de las aves marinas en los cables de arrastre y de sonda. Además se entregaron nuevas LEPs y se mantiene una comunicación constante con la tripulación. También tuvimos la oportunidad de dar a conocer en los medios de difusión de Ushuaia, algunos detalles del proyecto en el cual se está trabajando junto a Fundación Vida Silvestre y al CONICET. A través de una entrevista en la radio Fundación Austral y en el noticiero del canal local se pudo explicar por qué se trabaja en la conservación de estas especies de aves marinas, sus características, los resultados preliminares del proyecto en cuestión y los pasos a seguir para reducir la mortalidad de las aves marinas. Por último, y como frutilla del postre, tuvimos un encuentro con los integrantes del COA Ushuaia en el cual debatimos sobre las acciones futuras. Foto superior: Nahuel Chavez compartiendo un grato momento con el COA Ushuaia. Se observan las cartillas para identificación de aves marinas.
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Líneas de pesca En los primeros meses del año dimos inicio a un nuevo proyecto desde el Programa Marino. Lo denominamos Programa de Reducción de Monofilamento y Líneas de Pesca que tiene por objetivo minimizar la cantidad de monofilamento (tanza) y líneas de pesca perdidos o desechados por los pescadores deportivos en las costas y procurar una correcta disposición y reciclado de los materiales recuperados. La participación de los pescadores deportivos, comunidades locales, funcionarios municipales y miembros de Aves Argentinas son clave para alcanzar las metas propuestas. Como una primera actividad se efectuó una campaña de difusión del programa en torneos de pesca realizados en el Partido de Tres Arroyos, mediante la entrega de más de 3.500 folletos informativos a los pescadores, y en diversos medios de comunicación se difundieron notas y entrevistas acerca del programa. También se inició la recuperación de monofilamento y líneas de pesca en desuso durante los concursos de pesca a través de recorridas de playa y mediante la distribución de contenedores en comercios para la disposición de estos materiales en las localidades de
A BORDO
La elocuente imagen de una gaviota cangrejera enredada con una línea de pesca, en una de las piezas gráficas de comunicación elaboradas.
Claromecó y Reta. Para las actividades en Tres Arroyos se contó con la colaboración del Secretario de Gestión Ambiental del Municipio Ing. Ricardo D´Annunzio y los guardaparques municipales Enrique Achigar, Eduardo Álvarez y Rubén La Canale. En los próximos meses iremos contactándonos con distintos organizaciones, socios y público en general para llevar este programa hasta cada rincón de nuestra geografía.
Buenas noticias para las aves marinas (segunda parte) Como ya les comentamos en el ALTAMAR anterior, desde el 1º de octubre del año pasado y por 6 meses, se está desarrollando un experimento piloto para pruebas operativas de las líneas espantapájaros (LEPs) en buques pesqueros arrastreros. Además de la participación de Aves Argentinas, la prueba cuenta con el apoyo de distintas organizaciones académicas (IIMyC-UNMdP-CONICET) y otras de la sociedad civil (Fundación Vida Silvestre Argentina) con las que formamos parte del Grupo de Asesoramiento Técnico del Plan de Acción Nacional para Reducir la Interacción de Aves con Pesquerías en la República Argentina (PAN-Aves). Asimismo, personal del Programa de Observadores a Bordo del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) y de la Dirección de Control y Fiscalización de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación (SSPyA) están llevando adelante la tarea de relevar los datos de cada una de las pruebas realizadas. Hasta el momento se han brindado tres talleres, en los cuales participaron más de 45 inspectores y observadores nacionales, se cubrieron 9 embarcaciones con observadores o inspectores y a cada personal embarcado se le suministró dos líneas espantapájaros armadas, repuestos de líneas secundarias, planillas, cartillas de identificación de aves marinas del Mar Argentino y folletería ad hoc. Previamente a cada una de las mareas, se tomó contacto con el Armador y/o el Capitán a fin de explicar los motivos de la Prueba Piloto y de facilitar el trabajo futuro del embarcado. Al culminar esta prueba se analizarán los resultados obtenidos para mejorar la propuesta de resolución sobre el uso de las líneas en estos buques..
Un miembro del grupo de inspectores embarcados de la Dirección de Control y Fiscalización de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación colaborando con la prueba.
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REVOLOTEANDO EN LA WEB Por Alec Earnshaw
Aves de la RECS (Reserva Ecológica Costanera Sur) www.reservacostanera.com.ar
La Reserva Ecológica Costanera Sur, en la ciudad de Buenos Aires, tiene un excelente sitio de apoyo para los observadores de aves. El sitio ReservaCostanera fue iniciado en 2006, siendo Cora Rimoldi, Alberto Gurni y J. Simón Tagtachian sus actuales administradores e incansables artífices, en tanto una creciente lista de colaboradores aporta fotos y registros, y contribuye con relatos y notas. Los observadores que visitamos la reserva conocemos bien el valiosísimo recurso publicado aquí: la información siempre actual de los últimos hallazgos, y el listado completo de avistamientos semanales, mensuales y anuales, que nos permite anticipar aquello que buscaremos en nuestra próxima recorrida. Además, el carácter siempre didáctico del sitio es también una gran ayuda para los menos experimentados, empezando por la colección de fotos de todas las aves registradas en la reserva. Nos enseña cuales son las especies que arriban para el verano, y cuáles son los visitantes invernales. Abundan las notas temáticas e instructivas que nos ayudan a diferenciar especies similares, como la muy completa colección fotográfica sobre las “Aves Negras”, o sobre los tres pepiteros que podemos ver aquí. En tanto, oportunas fotos sirven para ilustrar tan variados temas como el “Plumaje Nupcial”, la “Visión Monocular” o los “Gastrolitos”. De
repente hallaremos valiosos tesoros, como la adorable colección de fotos de pichones de patos, o el menú “Costumbres”, que mediante fotos, textos y videos ilustra comportamientos característicos de más de treinta especies de aves. También podemos bajar e imprimir una muy útil y cuidadosamente preparada “Lista de Campo” para anotar las especies observadas durante nuestras salidas. Una de sus páginas repasa el resto de la fauna de la reserva que también está presente, incluyendo una completísima sección sobre mariposas contribuida por Ezequiel Núñez Bustos, máximo referente en la materia. Otro de los tesoros del sitio es la exhaustiva lista de plantas presentes en la reserva, relevada por un especialista de la talla de Alberto Gurni. En tanto, los nostálgicos hallarán una sorprendente colección de fotos históricas de cómo se formó la reserva, los incendios, monumentos y las obras más recientes. El sitio se completa con mapas de los senderos de la reserva, información de cómo llegar, horarios de apertura, actividades, etc. Es de destacar la dedicación, constancia y calidad informativa brindada en este sitio, y el esfuerzo que representa mantenerlo siempre actualizado –literalmente– al día. Es un ejemplo que merece ser replicado por voluntarios o COAs que custodian otras reservas naturales urbanas del país.
FUENTES OFIDIOS, en torno de una condena Raúl L. Carman Vázquez Mazzini Editores & Fundación de Historia Natural Félix de Azara Buenos Aires 2014, 46 pp.
En un hipotético podio de las fobias humanas, es harto probable que figurasen alto los ofidios; víboras y su parentela son objeto de una inquina que atraviesa muchísimos siglos y casi no distingue entre las más diversas sociedades. Raúl L. Carman pone esta vez su pluma precisa, erudita, siempre amena, a la tarea de bucear en la raigambre de ese atavismo. El resultado es un librito que condensa una apabullante información y nos pasea por un variado espectro de civilizaciones: leyendas y supersticiones, las fuentes bíblicas y tradiciones religiosas, la medicina y el arte son reseñadas con prolijidad y respaldadas con oportunas citas. Es importante recalcar que en estas páginas el autor concilia un enriquecimiento desde vertientes que convergen. Raúl Carman, con varias décadas de trayectoria imbricando su sólida cultura con la pasión por defender el patrimonio natural, nos ofrece la oportunidad de ilustrarnos al tiempo que contar con mejores argumentos para intentar revertir esa tirria ancestral. M. G. C.
Restauración del Paisaje Metropolitano Gabriel Burgueño Orientación Gráfica Editora - Buenos Aires 2014, 288 pp.
Se trata de la publicación de la tesis de doctorado de Gabriel Burgueño (Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires). El abordaje de la tesis parte de un compromiso ideológico: considera al paisaje como una construcción cultural, por lo tanto definible, tanto su existencia como su ética y estética. Propone definir la identidad mediante el paisaje y otorgar, a la vez, identidad al mismo. Puntualmente, el trabajo consiste en la descripción y propuesta de planificación del paisaje en las áreas naturales actualmente establecidas y otras potenciales de la Región Metropolitana de Buenos Aires. Analiza las condiciones ambientales y ecológicas de los remanentes de paisaje originario en el área de estudio. Es decir, las reservas naturales urbanas, los parques públicos, las áreas vacantes y otros sitios con vestigios de naturaleza que existen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el primer cordón de la provincia. También propone lineamientos para restaurar el paisaje modificado, atendiendo a los requerimientos actuales de los espacios urbanos y suburbanos. Quizá el aporte más novedoso de Burgueño sea la propuesta de restauración del paisaje ribereño de la región metropolitana, para evocar las principales comunidades vegetales. Este libro también permite apreciar la necesaria complementariedad de las áreas verdes urbanas y suburbanas para el disfrute de los que viven en el mayor conglomerado urbano del país. Puede adquirirse en la tienda de Aves Argentinas. G. A.