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ESA NO ES MI CHAMBA
Esta es una frase muy común en cualquier espacio de trabajo, estamos tan acostumbrados a dar el 10% en las cosas que no vemos la importancia de nuestro rol en un equipo.
¿Te has puesto a pensar que pasaría si todos en el equipo dieran su 100% día a día? Muy simple, tus niveles de estrés bajarían, tus horas laborales serían esas que te habían prometido cuando te contrataron y sobre todo el entorno laboral sería muy saludable.
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Cuando aplicamos nuestras capacidades, disciplinas y hábitos subyacentes a cualquier tarea estamos mostrando el nivel de responsabilidad con la que la estamos asumiendo. Te comparto unos consejos para que pongas en práctica de manera inmediata.
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AGREGA VALOR A CADA COSA QUE HAGAS:
No te quedes en la zona de confort solo porque “no me lo pidieron”. Atrévete a dar el máximo, rompe esquemas y se un líder, no un trabajador.
TEN UNA COMUNICACIÓN EFECTIVA:
Lo primero es comprender claramente los objetivos a largo plazo de tu proyecto, cómo contribuye tu trabajo individual a que tu equipo alcance esos objetivos y, sobre todo, se respetuoso con los demás.
ELIMINA LA AMBIGÜEDAD: Antes de iniciar una tarea debes tener una claridad sobre lo que deben hacer para tener éxito, no des por hecho nada ni te quedes con dudas.
SE RESPONSABLE: Tu eres el único responsable de tus acciones, de tus decisiones y de tus resultados. Mantén el enfoque en todas tus actividades y cumple en tiempo, calidad y costo.
SE RESILIENTE: Los cambios en los proyectos son inevitables, puedes toparte también con decepciones y obstáculos. ¡Enfréntalo y supérarlo! La adversidad genera resiliencia, así que no huyas, ¡acéptelo!
TOMA BUENAS DECISIONES:
Siempre que decidas algo piensa, ¿Es oportuno? ¿Cómo impactará? ¿Existe otra forma? ¿Qué riesgos implica?