[ENREDANDO ARQUITECTURAS AUTONÓMAS, SOFTWARE LIBRE Y REUTILIZACIÓN]
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A tod_s aquell_s que luchan por una cultura llena de libertad y libre de poder.
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[enredando arquitecturas aut贸nomas, software libre y reutilizaci贸n]
Caja de Herramientas Arquitectura y Compromiso Social Sevilla, 2012
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Título: Caja de Herramientas 1ª Edición: Abril 2012 Autores de los textos (en orden de aparición): José Pérez de Lama aka Osfa, Rubén Ibán Díaz Parra, Eduardo Serrano, Joaquín del Moral, Pablo Manzón Rey, Alejandro González Rodríguez. Revisión del texto y la maqueta: Santiago Fernández Patón Maquetación y diseño: Alejandro González Rodríguez Edición: Arquitectura y Compromiso Social Impresión: Servigraf S.L.
A excepción de aquellos contenidos donde se expresen de manera particular otras condiciones, la edición en su conjunto se publica bajo una licencia Creative Commons reconocimiento-compartir igual 2.5 España. Esta licencia permite copiar, exhibir, distribuir e interpretar los contenidos de este libro, siempre que se cumplan las siguientes condiciones: - Reconocimiento: deberá respetarse la autoría del texto y las imágenes. El nombre de l*s autor*s deberá aparecer reflejado en todo caso. - Compartir igual: el material creado puede ser modificado y distribuido pero bajo la misma licencia que el material original. Se deberán establecer claramente los términos de esta licencia para cualquier uso o distribución de la obra. Se podrá prescindir de cualquiera de estas condiciones con permiso expreso de l*s autor*s. http://creativecommons.org/licenses/by/2.5/es/ En la maquetación de este libro se han empleado las fuentes libres FreeSans y FreeSerif: http://www.gnu.org/software/freefont/
Este libro cuenta con la Ayuda de Gastos de Funcionamiento a Asociaciones Universitarias de la Universidad de Sevilla.
Arquitectura
Compromiso Social
Introducción
Arquitectura FLOS José Pérez de Lama aka Osfa
14
CSOA Sin Nombre
52
Los Okupas y la Arquitectura
56
El Huerto del Rey Moro frente al Urbicidio
62
La reutilización es el Autostop de la Arquitectura
66
Proyectos transparentes para la Casa Invisible
70
¿Qué es lo que hace a un espacio biopolítico?
78
Carpapilio
94
Huerto de Barriles
98
t-reused
102
Agua Matutina
106
Carritos
110
Fragmentacciones
114
Modulark 1.0
118
PROPUESTAS
REFLEXIONES
Rubén Ibán Díaz Parra
Eduardo Serrano
Joaquín del Moral
Pablo Manzón Rey
Eduardo Serrano
Toni Negri, Constantin Petcou. Doina Petrescu y Anne Querrien
Javier Carbajo y Daniel Villalonga
Luis Gorostiza y Antonio Gros
Oopart
Luciano Furcas, Arturo Jiménez y Francisco Vaz Cano
Basurama
José Eduardo Medina y Diego Peña
VidaJoc y Straddle3
Epílogo: Semillas contra burbujas
Alejandro González
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Este libro que tienes en tus manos es el resultado de varios años de trabajo autogestionado en torno a una serie de ideas, bajo el nombre Caja de Herramientas. Una de las ideas que podemos encontrar detrás de ese nombre es que en la actualidad coexiste un paradigma arquitectónico diferente al tradicional, desencantado con una disciplina que hace tiempo se alió con los faustos mediáticos del capital: con el poder inmobiliario y financiero que ha invadido medio mundo con cáscaras huecas de acero, ladrillo y hormigón. Esta premisa puede ir acompañada de otra: hacen falta instituciones y actos constituyentes para la constitución de una subjetividad atravesada por una misma flecha y, por lo tanto, con un potencial de transformación radical —desde la raíz— de la realidad, y de emancipación individual y social. Este paradigma trabaja con los movimientos sociales y en espacios de autonomía, trabaja reutilizando materiales por convicción y necesidad, y difunde sus hallazgos de manera colaborativa para conseguir su multiplicación. Esta manera de actuar es completamente opuesta a la del rol tradicional que se conoce: donde uno o una se casa con un poder privado o público para que éste le permita desarrollar su fantasía de la manera más onerosa posible; donde se construye, generalmente, sin pensar de manera responsable en los materiales y técnicas empleados más allá de como recursos para el desarrollo de un branding contemporáneo; donde no se tiene en cuenta que existen muchísimas construcciones vacías que piden a gritos su reutilización y apropiación, lo que exige desarrollar otras tecnologías —en el sentido lato del término— no contempladas en la disciplina formal y, por último, donde se usa casi como único medio de difusión un artefacto cultural (la revista de arquitectura), que suele ser un catálogo de competividades en el terreno de la innovación disciplinar, un trasunto vacío que permitirá conseguir más clientes más ricos, para seguir con el mismo ciclo sin sentido que no es honesto: es onanista. Así que organizamos un con-curso con muchas facetas: queríamos producir propuestas para espacios autónomos y dar cauces a una inteligencia creadora no apropiada, afirmando que las satisfacciones propias de la creación pueden tomar forma en los espacios informales de los movimientos urbanos; generar discurso, reflexión y discusión en torno a estos temas y disponer la simiente de una base de datos en código abierto, es decir, algo más que un expositor: una caja de herramientas, un lugar de recursos transparentes para la multitud. Esta experiencia es un paso pequeño y humilde en esa dirección.
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Caja de Herramientas se presentó en 2008 como con-curso de arquitectura organizado por Arquitectura y Compromiso Social, donde se pedían propuestas basadas en la reutilización para ser compartidas posteriormente en un repositorio abierto vía web, como propuestas completamente genéricas y decontextualizadas o situadas en dos espacios ocupados/autónomos sevillanos: el Huerto del Rey Moro y el CSOA —Centro Social Okupado y Autogestionado— Sin Nombre. Como jurado del concurso invitamos a Santiago Cirugeda, cuya seminal trayectoría ha sido de una fuerte influencia en todas estas cuestiones y a quien agradecemos enormemente su desinteresada aportación que nos ayudó a valorar las propuestas desde su dilatada experiencia. Aunque el concurso no era competitivo decidimos destacar de entre todas la propuesta Agua Matutina, de Luciano Furcas, Arturo Jiménez y Javier Vaz Cano. Organizamos también un encuentro, celebrado previamente en la Escuela de Arquitectura de Sevilla, al que vinieron una serie de personas a hablarnos de las cuestiones que se entrelazaban en esta experiencia. Vinieron Constantin Petcou, de Atelier de Architecture Autogéree —AAA—, colectivo protagonista en un par de experiencias sobresalientes de esta nueva arquitectura: Ecobox y Le 56, situados en París; Joaquín Moral e Ibán Díaz para hablarnos de los contextos en torno a los espacios escogidos para el concurso, el Huerto del Rey Moro y Sin Nombre; Eduardo Serrano, del colectivo Rizoma, fuertemente implicado en la Casa Invisible de Málaga; José Pérez de Lama, aka Osfa, de hackitectura.net, para hablar de esas arquitecturas de código abierto que tan bien conoce y Míster, de Basurama, colectivo con una destacada trayectoria sobre la reutilización en la arquitectura. Este libro contiene aportaciones de cada uno de los ponentes del seminario y extractos de las propuestas presentadas al concurso. Como no disponíamos de la ponencia de AAA, tradujimos una interesante discusión entre sus miembros y Toni Negri, pensador fundamental e influyente de la autonomía europea. Puedes descargar las propuestas presentadas al concurso desde la página web de Arquitectura y Compromiso Social:
http://www.arquisocial.org
[Reflexiones]
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Arquitectura FLOS [Free / Libre Open Source Architecture] Del DIY [Do It Yourself] al DIWO [Do It With Others]
Arquitectura FLOS José Pérez de Lama
hackitectura.net [0] Universidad de Sevilla Sevilla-Venecia-Sevilla verano-otoño-invierno de 2009
Creative Commons 3.0 Attribution-Share Alike Unported
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(0) hackitectura.net es un equipo de arquitectos y programadores formado por Pablo de Soto, Sergio Moreno y José Pérez de Lama. La mayor parte de las reflexiones que aquí se presentan son el resultado del trabajo colectivo del grupo. También tengo que agradecer a Aretí Nikolopoulou y Manuel Gutiérrez de Rueda su colaboración en la discusión de los contenidos de este artículo.
Compartir es bueno_ incluso en el futuro
En la novela The Diamond Age [1995], Neal Stephenson imagina un escenario futuro —que sitúa hacia 2050 en la región de Shanghai—, en el que las casas de la gente normal están conectadas a una red que se denomina The Feed —La Alimentación—. Ésta consiste en un sistema de abastecimiento de materias primas atómicamente puras, y de interfaces domésticas que son unidades de fabricación nanotecnológica, que permiten manufacturar en casa bienes y objetos de consumo cotidiano: comida, muebles, ropa, pequeñas máquinas, etcétera. Las interfaces estándar tienen las dimensiones y el aspecto de un frigorífico. Para fabricarse, por ejemplo, un pantalón, es necesario descargarse el archivo que debe leer e interpretar el interfaz. Los archivos de los objetos más convencionales son de descarga gratuita, pero cuando se quiere un objeto más especial o personalizado, entonces es necesario pagar por el archivo. En primera instancia, este modelo nos resulta atractivo y deseable. Sin embargo, descubrimos en el desarrollo de la novela que existe un movimiento revolucionario, clandestino y temido por muchos, cuyo enemigo es precisamente el Feed. Defiende una tecnología diferente, que se denomina The Seed —La Semilla—. Las tecnologías de La Semilla, promovidas por un movimiento llamado Cryptnet, permitirían que la gente sintetizara, reciclando, sus propia materias primas, y por otro, funcionaría como un sistema de archivos abiertos y libres... Frente el modelo centralizado de Feed, Seed plantea un modelo en red radicalmente abierta que acabaría con el control por parte de las corporaciones de los nodos críticos del sistema de producción material... Capitalismo cognitivo Podríamos hablar de dos posiciones polares en relación con la generación de conocimiento, que se representan en la historia de Neal Stephenson. Por un lado estaría la generación de conocimiento que se desea hacer proliferar, que se desea compartir, como una vía para transformar el mundo, para mejorar la sociedad; quizás también por el propio gozo de compartir auello que creemos que es bueno — como cuando contamos una buena historia a los amigos, o les recomendamos una buena receta de cocina—. Por otro, estaría la producción o el uso del conocimiento con el objetivo de hacerlo rentable en el mercado, esto es, de ganar dinero. Este segundo polo, estaría asociado a la creación de una posición relativa de privilegio —entre los que tienen el conocimiento, o disponen de la tecnología, y los que no lo tienen—, que puede estar relacionada con el mercado, pero también con el poder en un sentido más genérico. Estas dos posiciones son hoy, en la era que algunos denominan del capitalismo cognitivo [Boutang,
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2004], especialmente significativas en los ámbitos del conocimiento tecnológico, la
investigación y la educación. Podemos pensar que la arquitectura como práctica, que tiene que ver con el conocimiento y la tecnología, podría también participar de este debate. Éste es, entonces, el objeto del presente texto. Es de suponer que la educación pública y en general los proyectos políticos que vienen de la Ilustración participan del primer polo que defiende la difusión del conocimiento, en particular del conocimiento científico, como una forma de mejorar la sociedad en su conjunto, y de favorecer el desarrollo personal. En los últimos años, sin embargo, se vienen enfatizando —o quizás se vienen haciendo más evidentes— las relaciones del conocimiento con el poder y con la economía. Si bien la crítica de las relaciones entre saber y poder ha sido desarrollada al menos desde los años 60 —por ejemplo, por parte de Michel Foucault o Deleuze [1987]—, en años más recientes, autores como Manuel Castells [1997] han subrayado la relevancia del conocimiento en las relaciones de poder de lo que él denomina la sociedad de la información. En esta línea, es ya un tópico de amplia difusión, la idea de que el conocimiento, el avance tecnológico y la creatividad —enunciadas por ejemplo como I+D+i— constituyen una de las principales fuentes de riqueza de las sociedades avanzadas contemporáneas. En este contexto, el nuevo capitalismo intenta modelar las subjetividades e imponer un marco jurídico e institucional para la conversión del conocimiento y la innovación tecnológica, pero también de la innovación social y cultural, en las principales mercancías del sistema económico emergente [Holmes, 2001]. Se produce la aparente paradoja de que, por un lado, el capital necesita de una población con un alto nivel de formación y creatividad, imprescindible para la producción permanente de innovación en la que se basa la economía actual, y por el otro, el mismo capital necesita asegurarse que el valor generado por el conocimiento y la innovación producidas se mantenga bajo su control. En este contexto es donde debe situarse el actual debate sobre la tendencia a la privatización de la educación, el creciente desarrollo de conocimiento propietario (como en el caso del software o la biotecnología), las políticas cada vez más agresivas sobre propiedad intelectual, etc. Como resultará evidente a cualquiera, estas tendencias suponen una contradicción radical con los presupuestos, al menos ideales, en los que se basa nuestra tradición cultural y educativa desde la Ilustración. Conectando con la tradición ilustrada, el marxismo, y especialmente el anarquismo, insistieron en la necesidad de la educación y el acceso al conocimiento como vía de emancipación y de liberación. A este respecto podemos identificar dos aspectos principales: el primero tendría que ver con la producción de otras subjetividades y deseos, emancipados o liberados de la dominación de la cultura burguesa-capitalística; el segundo aspecto tendría que ver con la reapropiación social o la transformación de las ciencias y de las técnicas de acuerdo con objetivos y valores no predominantemente económicos
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—valores igualitarios, comunitarios, la ecológicos, vinculados a la paz, la justicia social, la salud, o la promoción de las diferencias y las singularidades [Guattari, 2000]. El movimiento del software libre como nuevo modelo de producción cooperativa Curiosamente, o quizás justamente, a la vez que se ha venido produciendo la emergencia del capitalismo cognitivo, también se ha desarrollado un movimiento social y tecnológico global cuyos presupuestos ideológicos y horizonte de transformación social son radicalmente opuestos a aquél. Se trata, por supuesto, del movimiento del software libre. El debate sobre la precedencia de uno u otro, del llamado capitalismo cognitivo o del movimiento hacker en torno al software libre, que plantean entre otros los post-operaistas, constituye una discusión de gran interés [Hardt y Negri, 2000; Holmes, 2001; Rodríguez, 2003; Stallman, 2004]. Una buena narración de la emergencia del software libre, se encuentra en Smart Mobs, de Howard Rheingold [2002], una de las primeras obras de divulgación tecnológica en la que se trata de la cuestión de la cooperación a escala multitudinaria y global en el ámbito digital. Desde sus inicios, el software estuvo muy vinculado a la tradición que hemos llamado ilustrada, de un conocimiento que se compartía, un marco sociocultural que algunos han descrito como gift economy o economía del don o del regalo. Efectivamente, el trabajo con los primeros ordenadores, sobre todo en California, pero también en la Costa Este, era muy próximo a la cultura que podría denominarse hippy de la década de los 60 [Himanen, 2002; Castells, 2002]. En la década de los 70, sin embargo —el período en que comienza a incubarse el posfordismo—, surgen di[1] Lo que se comenta aquí es la narración de Howard Rheingold [2002]. versas iniciativas para dar un estatuto mercantil al softChristopher Kelty en Two Bits [2008] ware, que hasta entonces nunca se había considerado matiza esta historia explicando como como algo susceptible de ser vendido [1]. Rheingold el software para los main frames señala a un joven Bill Gates como el primer hackerhabía tenido siempre un estatuto programador que se pasaría al lado oscuro, intentando comercial o académico —aunque se concebía como un componente cobrar por el uso de un programa que había escrito inseparable del hardware—. La [1976] —algo que resultó inicialmente inverosímil para historia del sistema operativo Unix sus compañeros de la época [2002: 49]—. De aquella, representaría para Kelty el inicio de entonces sorprendente invención, surgiría Windows y el las prácticas de compartir el código imperio Microsoft. El mismo año, esgrimiendo razones a partir de las que surge el software libre. similares a las de Gates, se produce la privatización de Unix por parte de la AT&T (entonces la principal empresa de telefonía de Estados Unidos). Unix era el sistema operativo que los programadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) habían ido desarrollando de forma cooperativa hasta aquella época. Richard Stallman, entonces investigador en el MIT, experimentó lo que significaba aquel cambio
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cuando solicitó el código para escribir un nuevo driver para una impresora que no funcionaba como él quería. La respuesta fue que ya no tenía permiso para acceder al código del driver, ni tampoco por supuesto al del resto del sistema. Entonces Stallman se dio cuenta de la enormidad de lo sucedido. Y comenzó a pensar en el desarrollo de una nueva forma de escribir y usar software que garantizara que el se pudiera seguir escribiendo código y compartiéndolo como lo habían hecho hasta entonces, y que nadie pudiera apropiarse, como había ocurrido con la AT&T, de lo que él consideraba un bien compartido de la comunidad de programadores y usuarios (2002: 36). Al cabo de algunos años (hacia 1985), podemos decir que Richard Stallman inventó el concepto de software libre con el establecimiento de la licencia GPL y la creación de la Free Software Foundation [Kelty, 2008: 176–209]. Como comentaba el propio Stallman en una conferencia en la Casa Invisible de Málaga en 2008, en aquel momento no sabía si lo que había imaginado sería posible, pero no tenía otra manera de probar que lo fuera, más que poniéndose a hacerlo. Comenzó a desarrollar el sistema operativo GNU, acrónimo recursivo, muy del gusto del entorno de Stallman de la época, que significa GNUʼs not Unix [Kelty, 2008: 166]. En el
Richard Stallman en la Casa Invisible de Málaga, 2008. Fotografía: Casa Invisible–Jorge Dragón
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proceso, con los miles de colaboradores que hicieron suya la idea, el proyecto GNU dio ocasión, no sólo a algo que tiene que ver con el software, sino a toda una nueva forma de producción, que podría calificarse en muchos sentidos de revolucionaria. Una nueva forma de producción que se basa en las redes distribuidas sobre Internet, en la reproductibilidad sin coste de lo digital y en una idea de la autoría, que no tiene tanto que ver con la propiedad privada, como con la idea tradicional de los commons, o bienes del común. En 2002 Rheingold describía esta nueva modalidad de los bienes comunes como los innovation commons; otros usan creative commons, y en castellano se viene imponiendo la denominación de procomún o procomunes. Recordemos en qué consiste el software libre según fue enunciado por la Free Software Foundation [http:// fsf.org] iniciada por Richard Stallman [1985], y en particular, la licencia GPL (ʻGeneral Public Licenseʼ) que lo caracteriza. Esta licencia, establece que el software libre debe garantizar cuatro libertades, que son: 0 La libertad de usarlo, para cualquier propósito. 1 La libertad de poder estudiar como funciona el programa, y poder modificarlo para que haga lo que uno desee; el acceso al código fuente es una precondición de esta libertad. 2 La libertad de distribuir copias, de manera que puedas ayudar a tu vecino. 3 La libertad de distribuir copias de tus versiones mejoradas a otros. Haciendo esto puedes dar a toda la comunidad la oportunidad de beneficiarse de tus cambios; el acceso al código fuente es una precondición de esta libertad [http://www.gnu.org/philosophy/free-sw.html]. Mientras que las libertades 1 y 3 son principalmente para los desarrolladores, las libertades 0 y 2 son fundamentales para los usuarios. La FSF recomienda además publicar el software libre con licencia copyleft [http://www.gnu.org/copyleft/copyleft.html], que añade una condición adicional, como es que la distribución de las versiones modificadas de un software sigan distribuyéndose necesariamente como software libre. Hay que recordar también que el término ʻfreeʼ en free software, no quiere decir ʻgratisʼ, sino ʻlibreʼ, como en castellano —por esta razón se viene usando recientemente también el término FLOSS (ʻFree Libre Open Source Softwareʼ)—. Como se deduce de su lectura, las cuatro libertades no suponen que el software libre sea necesariamente gratis o gratuito. Aunque con frecuencia el uso del software libre es gratuito, también puede distribuirse comercialmente. Sin embargo, por su propia filosofía y por su proceso de producción los precios resultan siempre mucho más baratos que los del software propietario equivalente. Y siempre existe la posibilidad de copiarlo gratuitamente. Aún así, el software libre genera una economía rica y dinámica, como atestigua la existencia de cientos de miles de programadores y de millo-
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nes de usuarios por todo el mundo. Se trata de una economía que se basa en los servicios y en la cooperación, y que se funda en la abundancia de los bienes digitales, que pueden ser reproducidos a un coste que se aproxima a cero —como en el caso bien conocido de la música—, en lugar de en la escasez de los bienes materiales, que caracterizó las economías tradicionales. ¿Cómo se ha conseguido esto? Sin duda tiene que ver entre otras cuestiones con la cooperación multitudinaria que han hecho posible Internet y la World Wide Web. Se hace adecuado, entonces, hacer algunos comentarios sobre la WWW y su génesis. La WWW como dominio público Internet, como es conocido, comienza, con el proyecto Darpanet [1969], a partir de la cooperación, entre el aparato militar estadounidense y una serie de universidades, para la creación de una red de comunicación distribuida. Al cabo de veinte años, Arpanet se había metamorfoseado en una red global, que pasa a denominarse Internet, significativamente emancipada de lo militar, y centrada sobre todo en los ámbitos universitarios y científicos. En 1989, Tim Berners-Lee, un joven investigador, entonces radicado en el CERN en Suiza, propone el diagrama de lo que devendría en relativamente poco tiempo la WWW. El desarrollo es llevado a cabo por Berners-Lee y sus colaboradores —en su mayoría, amigos, becarios y estudiantes—. Se basó en un breve conjunto de protocolos (http, html, y domain name servers) que hicieron posible la emergencia de uno de los fenómenos socio-técnicos más radicalmente transformadores de la última parte del siglo 20. La WWW, es una composición del concepto de hipertexto y de la red distribuida de Internet: la WWW cabalgaría sobre Internet, escribe Berners-Lee en su propia narración de la historia de esta extraordinaria invención-emergencia [2000]. Un proceder y una lógica hacker: conocer un sistema existente para darle un nuevo uso, para el que no había sido inicialmente diseñado. La historia de la emergencia de la WWW es sin duda compleja, llena de contingencias, intereses, negociaciones, alianzas, y tal vez azar, pero sin duda, uno de los ingredientes que me gusta destacar, es el de la decisión de Berners-Lee de licenciar la WWW en el Public Domain, esto es, la decisión de que el uso de los protocolos que hacen posible la WWW fuera público, libre y gratuito [2000: 72–74]. Esta decisión no sólo hizo posible, el crecimiento proliferante de usuarios y contenidos —algo que quizás no hubiera ocurrido si lo hubiera licenciado con otra formula más restrictiva—, sino que además confirió a la WWW un carácter comparable en muchos sentidos al del espacio público tradicional. Un espacio público, singular por muchas razones, entre otras, porque entre sus potenciales estaba el de convertirse en un nuevo espacio/ herramienta productivo y distribuido, que fue la forma en que lo usaron las comunidades de software libre.
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Diagrama/memorándum en que se plantean los principios de la WWW, Tim Berners-Lee, 1989.
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Bazar vs. Fábrica La característica más destacada de Linux no es tanto técnica, como sociológica. Hasta el desarrollo de Linux, todo el mundo creía que cualquier software de la complejidad de un sistema operativo tenía que ser desarrollado según un método detalladamente coordinado, por un grupo de personas relativamente pequeño y estrechamente unido […] Linux evolucionó de un modo completamente diferente. Desde casi el comienzo fue bastante casualmente hackeado por enormes grupos de voluntarios que se coordinaron exclusivamente vía Internet. La calidad se conseguía, no mediante rígidos estándares o mecanismo autocráticos, sino mediante la ingenua y simple estrategia de publicar el código cada semana y recibir feedback de cientos de usuarios al cabo de pocos días, creando una especie de acelerada selección darwiniana de las mutaciones introducidas por los desarrolladores. [E.S. Raymond, citado por Rheingold, 2002: 51–52]. A principio de la década de 1990, Linus Torvalds, un estudiante finlandés se incorpora efectivamente a esta historia seminal del software libre cuando concibe un plan para desarrollar el kernel, el núcleo central, del sistema operativo GNU, que el equipo de Stallman se retrasaba en escribir. Torvalds lanza su propuesta de trabajo a la red, una propuesta que simplifica enormemente el plan del equipo GNU, y ésta es recibida por cientos de programadores que trabajando en modo bazar, según lo calificaría Eric S. Raymond, logran desarrollar para 1991, integrando el nuevo kernel en el trabajo precedente del proyecto GNU, la primera versión completa de un sistema operativo con licencia GPL —sistema operativo que se debe denominar, apropiadamente, GNU–Linux. A partir de aquí se desarrollan numerosas distribuciones de Linux, que lo hacen cada vez más eficaz y fácil de usar, y múltiples aplicaciones de software libre que hacen que cada vez puedan hacerse más y más cosas en este nuevo marco socio-técnico. Entre estos desarrollos es posible destacar algunos hitos, como el programa Apache para gestión de servidores de Internet, sobre el cual, ya en el año 2002, corrían la mayoría de los servidores de Internet [Rheingold, 2002: 53], con el resultado de democratizar radicalmente la posibilidad de tener un servidor propio y de esta manera contribuir a la proliferación de Internet como espacio público. En segundo lugar podría mencionarse el paquete LAMP (Linux, Apache, MySql y Php: sistema operativo, servidor, base de datos y programas para web interactiva) sobre el que se desarrolla sustantivamente la llamada «web social» o «web 2.0». En tercer lugar cabria mencionar Ubuntu, una distribución de Linux para usuarios no expertos, que ha logrado hacer accesible el sistema operativo a millones de usuarios. Y finalmente, en este abreviadísimo inventario cabría mencionar el navegador Firefox, que compite ventajosamente, en eficacia y confianza para
[imagen] Compañeros de hackitectura.net y redes asociadas en el medialab de Geneva03 / WSIS? We Seize!, [Anti]Cumbre Global de la Sociedad de la Información / World Summit for the Information Society, Ginebra, diciembre de 2003
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(2) Las herramientas libres para trabajar en arquitectura y modelado 3D constituyen uno de los campos en los que el software libre está menos desarrollado. A descatar el software de modelado 3D y animación Blender [http://www.blender.org], que está siendo usado por ejemplo en el Fablab de MIT para modelado 3D. Otra herramienta libre de 3D valorada por muchos usuarios, especialmente por su capacidad para trabajar con VRML, es Truespace [http://www.caligari.com]. En 2008 el proyecto fue adquirido por Microsoft, que en 2009 anunció que detenía su mantenimiento y desarrollo. QCAD, una herramienta para diseño de ingeniería en 2D tiene una edición comunitaria licenciada con GPL [http://www.ribbonsoft.com/qcad. html]. Sería de gran interés, como señalo en el Anexo de este artículo, la investigación, el inventario y el testeo de las herramientas de software libre para trabajos relacionados con arquitectura.
los usuarios, con el Explorer de Gates, y que se ha constituido actualmente en un nuevo estándar de facto para navegar por Internet [2]. Es importante subrayar, tal como lo hace Richard Stallman, los matices entre el Software Libre y el software Open Source o de código abierto, términos que se usan en ocasiones como equivalentes, pero que no lo son exactamente. Según enfatiza el fundador de la Free Software Foundation en sus frecuentes presentaciones, el open source centra su punto de vista en la mejor calidad, la mayor oportunidad de innovación y, como consecuencia, las oportunidades de negocio que hace posible que el código sea accesible y compartido por la comunidad de programadores. En este sentido, una empresa que esté a favor del Open Source, podría emplear o desarrollar software libre en parte de su producción, por su evidente economía, y sin embargo, combinarlo con ciertos módulos de software propietario, de forma que la combinación de ambos, no permita la libre utilización de sus desarrollos completos por parte de la comunidad —que sin embargo es la que lo ha hecho parcialmente posible con el desarrollo de los componentes libres que se integran en el sistema—. El discurso sobre una nueva economía de tipo capitalista, basada en la cooperación social a gran escala, de la que gigantes
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empresariales como Google, Amazon o Facebook son capaces de extraer valor de forma estratégica, haciendo públicos parte de sus datos o procedimientos pero reservándose rigurosamente otros, estaría en esta línea de un uso estratégico del open source, ajeno sin embargo a la filosofía del software libre. El libro de Horace Tapscott [2008] apropiadamente titulado Wikinomics. How Mass Collaboration Changes Everything presenta un interesante panorama de la utilización capitalista del modelo open source. Por contra, o en contraste, los partidarios del software libre ponen el énfasis en la libertades asociadas a éste. Su objetivo no es tanto de orden económico, como de orden social o político. Este planteamiento sitúa el énfasis en la cuestión del conocimiento como un bien común, la socialización de los (nuevos) medios de producción y la idea de una sociedad que se funda en la fraternidad (como habrían dicho los ilustrados), la cooperación libre y la emulación intelectual, y no en el beneficio o la competencia empresarial. Parece adecuado intentar desarrollar en este momento, la idea de los commons, que algunos autores vienen denominando en castellano procomún. Los commons tienen como referencia los terrenos comunales de la tradición anglo-americana, que con diferentes variaciones, en nuestra tradición española y también en la latinoamericana corresponderían a los ejidos [3]. Eran éstos unos terrenos del común, ni privados ni públicos en el sentido contemporáneo de este término, que podían ser usados por los miembros de la comunidad vinculada a ellos. En un ciertos ámbitos [3] Resulta de interés que una de las culturales estos commons también podían ser recurdemandas de los Zapatistas históricos y de los contemporáneos fuera y sos como el agua para el riego, o la pesca. También sea la reivindación de los ejidos, las podríamos pensar en el aire que respiramos como un tierras comunitarias. La formaliza- bien común. Según estudian autores como Linebaugh ción de los ejidos, que venían de la y Rediker [2001], el primer capitalismo centra una de tradición hispánica, al menos desde sus ofensivas en la expropiación y privatización de los el Medievo, fue la manera jurídica en que los conquistadores españoles commons y la consolidación de la propiedad privada adaptaron las prácticas indígenas de como forma principal de relación con la tierra. Como uso comunitario de la tierra en el Sur ya se ha mencionado, esta figura de los commons de México, prácticas que siguen es- es una de las que se viene usando para describir tando vigentes hoy en los territorios la dimensión comunitaria del software libre y del rebeldes zapatistas. conocimiento y los bienes culturales en general. Una de las ideas a este respecto es que la creación cultural, tecnológica o científica no es tanto un acto individual, según intentó subrayar la Modernidad, como una producción colectiva, que no podría ocurrir sin los conocimientos y prácticas que la precedieron y sin el medio actual en que se produce; una circunstancia que la interconectividad de la sociedad red no hace sino multiplicar. La continuidad histórica, al menos desde la Ilustración, de la cultura y de la innovación se basa efectivamente en esta dimensión compartida y comunitaria. Los movimientos del software y la cultura libres, con su experimentación sobre los innovation o creative commons, se proponen la construcción de otras formas de producción y otras relaciones sociales.
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Del software libre a la cultura libre El éxito proliferante del software libre, hizo que, pronto, esta nueva forma de producción sedujera a mucha gente, y que técnicos, creadores o artistas no directamente implicados en el desarrollo de software empezaran a imaginar cómo podría extenderse esta forma de organización y de distribución de su trabajo a sus propios ámbitos [Lessig, 2005 y 2009; González Barahona et ali, 2006; Kelty, 2008] —y, entre estos, más recientemente, al ámbito de la arquitectura. [4] Existen otras licencias libres El proceso más como la Aire Incondicional desarrollada por el colectivo barcelonés intenso de investigación y producción tal vez se haya Platoniq. También hay una crítica desarrollado en torno a la concepción de las licencias significativa y sofisticada de las Creative Commons [http://www.creativecommons.org [4], licencias Creative Commons que arpromovidas por el jurista y profesor de la Universigumenta que su planteamiento está más próximo al Open Source que a dad de Harvard, Lawrence Lessig [2005, 2009]. Estas la filosofía del software libre, y que licencias plantean extender y adaptar el concepto se centra en defender los derechos de las licencias GPL —que definen el software libre de los productores en lugar del de según la Free Software Foundation—, a nuevos los usuarios, esto es, de la comuámbitos de la producción cultural, immaterial o con nidad, como es el caso para las libertades del software libre. Puede una fuerte componente inmaterial, como pueden ser verse la entrada Creative Commons los textos, las imágenes, la música, el vídeo, el arte, – Critiques, de la web de la P2P los trabajos científicos, etcétera. Como la GPL, las Fundation [http://p2pfoundation.net/ licencias Creative Commons (CC) son propiamente un Creative_Commons_-_Critiques, hackeo de la legislación de copyright o derechos de consultada en diciembre de 2009] o el artículo de Benjamin Mako autor. Las CC dan a los autores diversas alternativas, Hill [2005], Towards a Standard of que pueden limitar o condicionar la copia, la modificaFreedom: Creative Commons and ción o la distribución de los trabajos. Las principales the Free Software Movement [http:// alternativas son: www.advogato.org/article/851.html].
a) Reconocimiento (ʻAttributionʼ), que indica que deberá consignarse el nombre de los autores cuando se use el trabajo; b) Distribuir igual (ʻShare Alikeʼ), que indica que los trabajos resultantes de la modificación de la obra deben ser distribuidos igualmente con licencia Creative Commons; c) Sin obras derivadas (ʻNo Derivative Worksʼ), cuando no permite que la obra sea modificada por otros; d) No comercial (ʻNon Commercialʼ), que establece que la obra no podrá usarse para usos comerciales por otras personas diferentes de los autores. Este texto, por ejemplo, se distribuye con licencia Creative Commons, Attribution-Share Alike, lo cual quiere decir que es posible leerlo libremente, reproducirlo y distribuirlo mencionando el autor, y también hacer trabajos derivados, con la condición de que éstos también se distribuyan con la misma licencia.
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Creative Commons está traducida y adaptada a múltiples idiomas y legislaciones locales, y ofrece, a través de la WWW, un procedimiento sencillo para elegir las licencias y para especificarlas adecuadamente en los trabajos, así como una base de datos en la que registrar los trabajos que se distribuyen con este criterio. Las modalidades Sin obras derivadas y No comercial, son consideradas como especialmente restrictivas por parte de los críticos de Creative Commons, comparándolas con las libertades del software libre.
Modelo 3D de un microcontrolador Arduino. Jon Paul. [http://www.bussoli.com/node/37]
Hardware Libre Un siguiente paso que querría señalar en este texto, es de la producción de hardware libre. Aunque no se trate del único, es de destacar el proyecto Arduino, [http://www. arduino.cc], iniciado hacia el año 2005, y liderado por David Cuartielles, zaragozano de la Universidad de Malmoe, y Massimo Banzi, del laboratorio de interactividad de Ivrea. Según lo definen sus autores: Arduino es una plataforma open source para el prototipado electrónico basada en hardware y software de fácil uso. Está destinada a artistas, diseñadores, aficionados y cualquiera interesado en la creación de objetos o entornos interactivos. Consiste concretamente en una placa con microcontrolador (hardware) y un lenguaje de programación que la complementa —aunque también puede usarse con otros lenguajes de programación y controlarse con diversos programas como Pure Data—. Actualmente existen múltiples modelos de Arduino. El diseño original de las placas está publicado (Eagle CAD) y licenciado con Creative Commons Reconocimiento-Distribuir Igual. Los componentes que integran los arduinos son económicos y de carácter estándar, lo cual permite que, en teoría, cualquier persona con conocimientos básicos de electrónica básica pueda fabricárselo. El software Arduino está licenciado con GPL para el entorno Java, y con LGPL para las librerías del microcontrolador escritas en C++, según se puede leer en la web del proyecto.
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En la práctica el equipo Arduino negoció con diversos fabricante la producción a gran escala de los diferentes modelos, para que puedan ser comprados a un precio muy competitivo respecto de sistemas equivalentes. El concepto y el precio de Arduino, hizo que se convirtiera casi de inmediato en un nuevo estándar, no sólo para el aprendizaje de la electrónica, sino especialmente para proyectos artísticos tecnológicos. Adicionalmente, es de especial interés que muchos de estos proyectos artísticos se publican con licencias libres en diversas webs y blogs indexadas en la red de Arduino, de manera que se ha generado una extensa base de datos libre, de dispositivos y programas, sobre la cual pueden seguirse desarrollando nuevos proyectos, constituyéndose en un excelente ejemplo de producción colectiva de conocimiento, a la vez que un interesante ejemplo de producción material con criterios de cultura libre. Arquitectura FLOS [Free Libre Open Source] Conference on the Postcapitalist City, Pula, Croacia, 2009. Presentación de hackitectura. net en el patio del Rojc, antigua residencia militar, hoy centro social (originalmente ocupado) que aloja a numerosos colectivos de la ciudad. Sesión final de trabajo en edificio militar en la península de Muzil. Imágenes: Pulska Grupa
Mientras que starchitects como Rem Koolhaas ironizan, quizás, registrando con copyright algunos de sus conceptos arquitectónicos [Mutaciones, 2000: 313, 318–335] y patentando algunas de sus soluciones formales [Content, 2005: 73–83, 510–513], investigadores de generaciones más jóvenes vienen especulando y experimentando sobre la posible relevancia de los modelos del software y la cultura libres para la arquitectura, la ciudad y el territorio. La traslación de los conceptos de la cultura libre al ámbito de lo arquitec-
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tónico, sin embargo, no es inmediata, sino que es compleja y plantea múltiples instancias y posibilidades [Kelty, 2008]. Parece clara la alternativa de distribuir con una licencia libre el diseño de un componente o sistema constructivo, en lugar de hacerlo mediante un sistema de patente convencional. Las nuevas prácticas de fabricación digital o F2F (ʻFile to Factoryʼ), en las que un dispositivo robótico corta, fresa o imprime un modelo digital [Oosterhuis, 2003], igualmente suponen un amplio campo de experimentación para el potencial desarrollo de una cultura (material-digital, en este caso) libre. O cuando la arquitectura y el espacio público comienzan a concebirse como un híbrido entre elementos tectónicos, redes, hardware, software y flujos de datos, también aparece un nuevo campo de investigación para la aplicación de prácticas de producción y distribución libres. Resulta del mayor interés aún, final(5) No es fácil hacer una síntesis mente, imaginar qué podría ser un espacio arquitectónico o sobre la influencia de los valores, el pensamiento y las prácticas de los un espacio público con licencia Creative Commons, como años 60 y primeros 70, y el retorno proponían los compañeros de la Fábrica de Sombreros en crítico de éstas durante las últimas Sevilla, desafortunadamente desalojada en 2009; o incluso dos décadas en los campos del arte, una ciudad Creative Commons, según la propuesta para la arquitectura, la sociedad y la políla reutilización de Muzil, un área militar de 180 hectáreas tica. En el campo de las tecnologías digitales figuras como Steve Woz- de la ciudad de Pula, Croacia, formulada en el debate final niak (creador con 25 años del primer de la Conference on the Postcapitalist City [2009]. Esta ordenador personal en el marco del línea de pensamiento nos conecta con la tradición antigua Homebrew Computer Club y luego y medieval de los commons, ejidos, recursos y terrenos fundador de Apple) o Stewart Brand comunales; que suponen un estatuto jurídico que garan(Merry Pranksters, Whole Earth Catalogue, The WELL, MIT Medialab, tiza el uso compartido de un territorio o equipamiento por Electronic Frontier Foundation...) o el parte de una comunidad que es a la vez responsable de su propio Richard Stallman representan mantenimiento. esta continuidad de forma explícita. Sobre Wozniak puede verse por ejemplo Himanen [2002: 200-202], y sobre Brand, Turner [2008]. También en términos más genéricos puede verse el ya comentado Castells, 2002: 185-191. En arquitectura y urbanismo este interés renovado por los 60 y 70 puede ilustrarse con el redescubrimiento de los situacionistas y New Babylon (años 50-60), Aldo Van Eyck, Cedric Price, Archizoom o Archigram, por citar sólo algunos de los casos más destacados.
Santiago Cirugeda y straddle3: entre el DIY y el DIWO [Do It With Others]
Abordemos algunos casos de estudio, entonces. Para empezar podemos ver cómo el pensamiento que inspira a las comunidades de software libre es compartido por muchas prácticas no centradas en lo digital. Aunque sin duda, la cuestión habría que expresarla al revés. Esto es, el pensamiento que inspira el software libre surge directamente de las prácticas de los años 60 caracterizadas por el antiautoritarismo, y la invención de formas de compatibilización entre cooperación y autonomía [5], que son las mismas que siguen alimentando ciertas prácticas radicales de la arquitectura y las artes. Entre los arquitectos actuales de los que podríamos afirmar que trabajan con criterios de código abierto/ software libre, podríamos tomar como ejemplo a Santiago Cirugeda y su equipo Recetas Urbanas [http://recetasurbanas.net], que
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desde finales de los 90 vienen desarrollando y publicando buena parte de sus intervenciones arquitectónicas para ser usadas, leídas y adaptadas por otros personas, con o sin su colaboración. En su discurso, Cirugeda no usa estrictamente el modelo del software libre, aunque sin embargo podemos afirmar que comparte ciertos aspectos de su filosofía, particularmente en cuanto a la forma de distribución de las herramientas y el conocimiento que produce. Su libro de 2007 se introduce con la siguiente advertencia que resuena vivamente a la literatura del software libre: Todas las estrategias urbanas mostradas a continuación pueden ser utilizadas por los ciudadanos que se animen a hacerlo. Se recomienda un uso exhaustivo de las distintas localizaciones y situaciones urbanas en las que el ciudadano quiera intervenir. Nos nos hacemos responsables de los daños físicos o psíquicos que el uso de estas estrategias pueda ocasionar. El propio nombre del equipo Recetas Urbanas, representa una de las referencias frecuentemente usadas por los defensores del software y la cultura libre, como es el de las recetas de cocina.
Algunos ejemplos: En el caso de la ampliación de vivienda mediante sistema de andamios, Situación Urbana 05, 1998, [2007: 30–33] o en el de las microviviendas en azoteas, Situación Urbana 07, 2000, [2007: 40–45], Cirugeda ofrecía, y sigue ofreciendo, información detallada, tanto al respecto de los intrincados huecos legales que explota para poder desarrollar sus proyectos, como de los propios diseños constructivos, de manera que cualquier ciudadano, según advierte, puede reproducir sus intervenciones adaptándolas a sus propias necesidades.
Pista Digital, Sevilla. Recetas Urbanas y Salud López.
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Más recientemente, en el proyecto de construcción de un espacio para los estudiantes en la Facultad de Bellas Artes de Málaga, también conocido como «Trincheras» o «Trincharte», Situación urbana 13, 2005–2006, [2007: 72–77] y en el proyecto colaborativo con Aula Abierta, en Granada, también para la construcción de un espacio autónomo dentro de la universidad, a partir del reciclaje, pieza a pieza, de un edificio existente, Situación Urbana 14, 2006–2007, [2007: 78-83], el equipo desarrolló y publicó fichas [6] La expresión «DIWO» (ʻDo It With Othersʼ) la escuché por primera detalladas de todo el proceso constructivo —que vez en el taller impartido por Jimmy sirvieron por un lado para garantizar la seguridad de Hertz , Raphael Isdant y Jean Yves los trabajos de auto-construcción por parte de los Gratius —NUIGroup— en la WikiPla- estudiantes, y por otro para conferir al proyecto un za París en mayo de 2009. Jimmy carácter de conocimiento abierto, fácilmente reproHertz [http://sassexperience.org/] ducible en otras situaciones. [7] Recetas Urbanas junto a Además de su carácter straddle3.net (David Juárez, Michele open source, los trabajos de Recetas Urbanas y de Peccoraro y colaboradores) vienen promoviendo los encuentros de las redes con las que colaboran presentan caracteArquitecturas Colectivas (Girona, rísticas que podríamos asimilar a lo que se denomiSevilla, Cáceres, 2009) que agrupan na cultura o ética hacker [Himanen, 2002; Rheingold, a un amplio de colectivos arquitectó2002], razón adicional que nos hace incluirlos en nicos, sociales y artísticos en torno esta breve relación de casos de estudio. Entre otras, a formas similares de trabajo [http:// straddle3.net/arquitecturascolecti- estarían la común vinculación a la cultura del DIY vas/]. Straddle3 en colaboración con (Do It Yourself: ʻHazlo Tú Mismoʼ), e incluso a la Nautarquía diseño en 2008 un juego variación sobre ésta que algunos denominan DIY/ de rol denominado Modulark que DIWO (Do It With Others: ʻHazlo con Otrosʼ) [6]; una se propone como un manual open práctica en la que no hay separación entre el diseño source para la construcción de arquitecturas libres, colaborativas y eco- y la construcción, entre la teoría y la práctica, —lo lógicas [http://www.modulark.net]. que en el mundo hacker se describe habitualmente El concurso Caja de Herramientas, con la expresión hands-on—. Finalmente habría que 2008–2009, para el que escribo este señalar el carácter modular de sus producciones que artículo, promovido por Arquitectura posibilita el continuo reciclaje y su uso con nuevas y Compromiso Social, significó un importante hito, consiguiendo reunir modificaciones en sucesivos proyectos [7]. a un interesante grupo de arquitectos y propuestas en torno a estas líneas de investigación.
Redes distribuidas de inteligencia colectiva para la Nueva Economía
Aunque podamos vincular el trabajo de Cirugeda y otros al paradigma FLOS, la primera noticia que tuve sobre esta relación potencial entre open source y arquitectura, expresada como tal, fue en el año 2000 en las presentaciones de los proyectos de tesis de máster de SCI-Arc, una de las escuelas de arquitectura de Los Ángeles, California [Pérez de Lama, 2007: 330–331]. Se trataba de un proyecto titulado @NCD (At No Cost Design) global design collaborative, cuyos autores eran Ted Ngai y Kai Riedesser, y que había sido tutorizado por Michael Speaks y Karl Chu. El proyecto de tesis de máster no proponía un edificio, diseño urbano u ordenación territorial,
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Extractos del folleto distribuido por los autores, Ted Ngai y Kai Riedesser, en la presentación del proyecto @NCD, SCI-Arc, Los Angeles, 2000
sino un concepto logístico-organizativo para una producción alternativa de la arquitectura, según una lógica global, distribuida y colaborativa, paralela a la de los desarrollos pioneros de software libre. @NCD se basaba en una plataforma online a la que diseñadores distribuidos globalmente subían diseños arquitectónicos, que iban desde componentes estructurales a edificios completos, creando una repositorio de productos arquitectónicos de código abierto disponibles para su descarga, uso y modificación, tanto por parte del público como por parte de otros diseñadores. El uso de los módulos arquitectónicos de @NCD, podía ser gratuito o a cambio de un cierta cantidad de dinero, que, debido al tipo de organización distribuida y comunitaria y a la propia ideología del proyecto, sería significativamente más bajo que el de productos equivalentes en el mercado arquitectónico tradicional. En el estudio desarrollado por el equipo de @NCD, la idea era que la economía de escala correspondiente a una comunidad de clientes —usuarios global haría posible precios muy bajos por unidad de producto—. Esta economía de escala permitía que el esfuerzo de diseño dedicado a cada elemento o sistema fuera mayor que cuando se trata de diseños para casos singulares. También resultaba de interés la posibilidad de ir incorporando mejoras
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a los productos por parte de la comunidad. El sistema se configuraba además de forma análoga a como se organiza el software, esto es, mediante objetos, módulos y paquetes susceptibles de ser combinados entre sí. La idea, pionera en su momento, de @NCD podía imaginarse como una especie de Ikea autoorganizado horizontalmente en una comunidad global. @NCD se concebía como una organización sin ánimo de lucro en la que participarían arquitectos individuales, empresas de arquitectura, diseñadores y fabricantes de materiales y equipos, todos los cuales recibirían honorarios de los clientes, que a cambio podrían acceder a una arquitectura de mayor calidad y más económica, y tendrían acceso a una mayor variedad de elección. La red serviría además como una herramienta de marketing para los diseñadores y técnicos participantes. En el documento producido para la presentación, @NCD exponía que tenía tres de las características principales de lo que entonces se denominaba la «Nueva Economía»: era un proyecto global; se centraba en cosas intangibles, como la información, las ideas y las relaciones; y finalmente, estaba inmensamente interconectado. Podríamos decir que el concepto de @NCD trataba de actualizar el sueño de la Bauhaus, de un diseño de calidad y económicamente accesible, imaginado entonces en el marco de los sistemas de producción industrial, al nuevo marco de la producción global, flexible y digital de principios del siglo 21. Desafortunadamente, @NCD no llegó a desarrollarse más allá del concepto inicial. El proyecto se situaba aparentemente más próximo a la ideología del open source que a la del free software, muy en la línea del tecno-optimismo empresarial californiano de la época representado paradigmáticamente por la revista Wired. Quizás se planteó demasiado pronto, en un momento en que aún no se daban las condiciones necesarias para su desarrollo. El inicio de las investigaciones sobre fabricación digital en arquitectura que se iniciarían casi inmediatamente en torno a la Universidad de Columbia (Nueva York) y al Massachusetts Institute of Technology (MIT), abre una vía aún más rica para este tipo de proyectos, que paso a presentar a continuación. Una red de laboratorios de fabricación digital Trabajando también dentro del paradigma open source destaca actualmente, de forma sobresaliente, el proyecto FabLab, liderado por Neil Gershenfeld, director del Center for Bits and Atoms del Massachusetts Institute of Technology [http://www.cba.mit.edu], y por Haakon Karlsen Jr, presidente de la red global de fablabs [http://fab.cba.mit.edu/about/labs/]. Los fablabs o laboratorios de fabricación digital surgen del potencial de la composición del diseño digital y la maquinaria CNC (ʻComputer Numeric Controlʼ). Estas prácticas
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Diapositiva de la presentación de Neil Gershenfeld (2007-2009) sobre el proyecto Fab Lab [http://fab.cba.mit.edu/about/faq/ — consultado en 2008]
podemos decir que constituyen la cuarta generación de la aplicación de las tecnologías digitales al ámbito de la arquitectura [8]. La primera (principios de los años 80) habría sido la asociada al uso de programas de CAD (ʻComputer Aided Designʼ) para el dibujo más eficiente de planos arquitectónicos; la segunda (finales de los 80) correspondería al uso de programas de 3D para la generación de perspectivas y vistas (renders) para la visualización de los proyectos; la tercera (mediados de los años 90) habría estado asociada al uso de tecnologías digitales para el diseño y la generación de formas (topológicas según algunas denominaciones) inviables de pensar y de proyectar con los medios precedentes; la cuarta, finalmente (finales de los 90 y principios del siglo 21) sería la de la fabricación digital, que consiste en la fabricación material de formas diseñadas digitalmente mediante el uso de maquinaria controlada por ordenador (cortadoras, fresadoras, impresoras 3D, dobladoras…) capaz de interpretar directamente los archivos digitales pare el corte o modelado de elementos materiales. Así como la tercera generación surge de la aplicación de [9] Marta Malé-Alemany, 2009, conferencia en el curso Transfor- software procedente de las industrias audiovisuales maciones. Arte y Estética desde (animación, cine, efectos especiales) al ámbito de la 1960 [2ª Edición, Centro Andaluz arquitectura, la cuarta, emerge de la adaptación de de Arte Contemporáneo, Sevilla, 14 software y hardware procedente de las industrias pede enero de 2009]. The New Real sadas (aeroespacial, naval, automovilística) al ámbito in Architecture es el título de una exposición retrospectiva sobre el de la arquitectura. La vuelta a una nueva materialidad trabajo de Toyo Ito que tuvo lugar bajo la que subyace un código digital que la controla, en el año 2006 en la Tokyo Opera como si fuera el ADN de un ser vivo, hace que diverCity Art Gallery [http://www.operaci- sos autores utilicen expresiones como digital matety.jp/ag/exh77/index_e.html] riality [Malé-Alemany, 2009] o The New Real [Ito, 2006] [8] La cronología que aquí se presenta no pretende tener un carácter riguroso. Se basa en lo expuesto por Marta Malé Alemany en diversas conferencias, así como en la experiencia propia. No se considera el uso de programas de lo que podríamos denominar CAE o Computer Aided Engineering (cálculo de estructuras, instalaciones, medioambiente, presupuestos y mediciones, etc.) y su integración con los programas de diseño formal o constructivo, un campo de enorme relevancia y desarrollo.
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para describirla [9]. La condición de que exista un código digital que nos permita, dada la maquinaria adecuada, (re)producir un objeto material de forma precisa, nos invita a pensar potenciales nuevas formas de producción y distribución de los objetos arquitectónicos, similares a las de otros bienes atravesados por lo digital como son el propio software, los textos, las imágenes, la música, el vídeo o los dispositivos electrónicos. Cabría destacar también la cuestión del llamado diseño paramétrico como un tema de interés en relación con la reproductibilidad y distribución de los diseños para la fabricación digital. [10] La cuestión de la conceptua- Este paradigma supone el diseño de modelos digitalización de diferentes fablabs y su les que podríamos denominar también relacionales o tipología actual se la debo a mis conversaciones con Aretí Nikolo- topológicos, cuyas formas están definidas mediante poulou, arquitecta e investigado- parámetros que susceptibles de ser modificados para ra, formada en la cuestión de la cada materialización o instancia singular, de forma fabricación digital en el Instituto de similar a como el mismo diseño de una camisa se Arquitectura Avanzada de Cataluña, adapta a diferentes tallas. Podríamos imaginar así Barcelona diseños de sillas que se adapten a diferentes dimensiones corporales, pero también sistemas para la construcción de paramentos que se adapten a diferentes dimensiones o a diferentes condiciones ambientales… [Sakamoto, 2009]. La fabricación digital para la arquitectura plantea la posibilidad —o quizás la necesidad— de nuevas estrategias de diseño, nuevos materiales y nuevos procesos constructivos, que tiene que ser investigados. También es relevante la conceptualización de lo que puedan ser los fablabs relacionados con la producción arquitectónica [10]. Actualmente, se pueden identificar al menos tres tipos de fablabs, que hacen énfasis en diferentes líneas de investigación. Uno es el modelo que podríamos calificar como dominante o hegemónico, en el imaginario académico, y que podría estar representado por las prácticas de la Universidad de Columbia o el DRL de la Architectural Association de Londres, en el que la investigación se centra en las nuevas formas, y también materiales y procesos constructivos que las nuevas herramientas permiten o invitan a imaginar. Esta línea de investigación conecta directamente con el uso que de estas tecnologías vienen haciendo empresas globales de arquitectura como pueden ser Frank Gehry, Zaha Hadid, Foster o UN Studio. Un segundo modelo sería el de los fablabs comunitarios, que estarían representados por la red del MIT que comentaré a continuación, que centra su investigación en los potenciales de innovación social de estas tecnologías. Este segundo modelo plantea su aplicación para la creación de equipamientos urbanos de escala barrio en los que se socialice la tecnología y la innovación, y en los que se fabriquen objetos y dispositivos, orientados principalmente a satisfacer necesidades cotidianas, desde muebles a utensilios —aunque también elementos constructivos o infraestructurales de pequeña y mediana escala.
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Cartografía de la Fabricación Digital para la arquitectura en la actualidad. J. Pérez de Lama y A. Nikolopoulou, 2010.
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[11] Desde 2009 contamos con un fablab en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, que es el primero en una escuela de arquitectura en el Estado Español. El fablab de la ETSA cuenta con una cortadora láser, dos fresadoras y una impresora 3D. Está integrado desde septiembre de 2009 en el Centro de Innovación y Diseño (IND), dirigido por Manuel Gutiérrez de Rueda y el autor de este artículo [http://www. etsa.us.es/index.php?option=com_ content&view=article&id=813&Item id=160].
Un tercer modelo sería el de la llamada fabricación personal, que tendría un carácter parecido al anterior pero centrado en el ámbito doméstico o familiar. Este modelo plantea la hipótesis de un proceso análogo al del ordenador durante los últimos 30 años, en los que éste pasó de equipamiento singular y exclusivo de centros de investigación y universidades a artefacto doméstico. A estos dos últimos modelos se les viene denominado «fabbing», y a sus protagonistas, «fabbers» [11]. Centrémonos entonces en el segundo de los modelos de fablab. Resulta de interés la lectura de la Carta de la red Fab Lab del MIT [Fab Charter, 2007]:
— Misión: los fab labs son una red global de laboratorios locales, que posibilitan la invención haciendo accesible a los individuos herramientas de fabricación digital. — Acceso. Puedes usar el fab lab para hacer casi cualquier cosa (que no haga daño a nadie); debes aprender a hacerlo tú mismo; y debes compartir el uso del lab con otros usos y usuarios. — Educación: el aprendizaje en el fab lab se basa en hacer proyectos y en aprender de los compañeros; se espera que contribuyas documentando (los procesos) y enseñando (a otros). — Responsabilidad. Eres responsable de: – Seguridad. Saber como trabajar sin hacer daño a nadie ni estropear las máquinas. – Limpieza. Dejar el lab más limpio que como lo encontraste. – Funcionamiento. Ayudar en el mantenimiento de, la reparación de y la información sobre las herramientas, materiales e incidentes. — Secreto. Los diseños y procesos desarrollados en el lab deben hacerse accesibles para el uso individual aunque la propiedad intelectual puede protegerse según la elección de cada cual. — Negocio: las actividades comerciales pueden ser incubadas en los fab labs aunque no deben entrar en conflicto con el acceso libre, deberán crecer hacia afuera más que en el interior del lab, y se espera que beneficien a los inventores, los labs y las redes que contribuyan a su éxito. Efectivamente, se trata de espacios comunitarios equipados con maquinaria de fabricación digital y ordenadores, que comparten entre sí recursos y conocimientos a escala global. Actualmente existen unos 35 fab labs asociados, distribuidos entre Norteamérica, Asia, África y Europa. En el Estado Español existen dos: uno, asociado al Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña en Barcelona y otro, en sus primeras etapas de desarrollo en Bermeo, Vizcaya. En la web de la red aparece un tercer proyecto en Cádiz (proyecto liderado por Luis Lafuente, Doctor por el MIT, que fue brevemente profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla).
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Cada fab lab cuenta típicamente con «una cortadora láser controlada por ordenador para construir estructuras tridimensionales a partir de piezas planas, una fresadora de control numérico para fabricar muebles y elementos arquitectónicos de escala doméstica, un plotter de corte (signcutter) para producir plantillas, circuitos flexibles y antenas, una fresadora de precisión (con resolución de micrones) para hacer moldes tridimensionales y [12] Como anécdota puede mencionarse la que comentaba en una placas electrónicas rígidas, y herramientas de proconferencia el pasado 2008 en Bar- gramación para diseñar circuitos integrados de bajo celona Hakon Karlson, presidente de coste y alta velocidad... Este inventario de equipos la red global y fundador del primero está en contínua evolución, con la meta de que un de los fab labs ubicado en Noruega: fablab sea capaz de hacer un fablab» [Gershenfeld, el fab lab de Kenia-Arora, uno de los de más reciente creación de la http://fab.cba.mit.edu/about/faq/]. Además, diversos fab red, tiene una conexión a Internet labs cuentan con impresoras 3D y otra maquinaria a través de de satélites LEO (ʻLow de mayores prestaciones. El coste aproximado de Earth Orbitingʼ) rusos —una solución los equipos es de 50 000 dólares USA. Los equipos muy poco convencional, que debe electromecánicos se complementan con conexión a utilizar varios satélites al tratarse de artefactos que no son geoestaciona- Internet que incluye posibilidades de videoconferenrios, pero que les permite un acceso cia para trabajo en red [12]. a Internet a muy bajo coste.
Proyecto Yourhouse. Lawrence Sass, 2009. [http://mit.edu/yourhouse/index1a. html]
La conexión a Internet, como en el universo del software libre [Kelty, 2008], es un aspecto fundamental de la red Fab Lab, ya que es la que hace posible compartir los conocimientos, entre otros, las experiencias organizativas y en el uso de la maquinaria —que por esta razón se intenta que sea la misma en los diferentes fab labs—, los estándares y protocolos, el software (en gran parte libre), los tutoriales y materiales docentes, y el código fuente de buena parte de los proyectos, sobre todo de los diseños electrónicos. La red parte del know how desarrollado desde el MIT, aunque su objetivo es que la innovación vaya produciéndose progresivamente de forma distribuida, en cada uno de los nodos de la red y en la interacción entre éstos. Actualmente existen varios doctorandos de MIT estudiando cómo su usan y qué se produce en los laboratorios de todo el mundo, la mayoría de los cuales están ubicados en países del Sur, como Kenia,
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Afganistán o Suráfrica, en enclaves que se considerarían de bajo nivel tecnológico desde una perspectiva convencional [Karlson, 2008] [13]. Un elemento de [13] Haakon Karlsen Jr, 2009, conreferencia en la red fab lab es el curso impartido por ferencia impartida en el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña Neil Gershenfeld desde hace algunos años en el MIT (sede de Can Valldaura, Barcelo- titulado How to Make Almost Anything (‘Cómo hacer na), en mayo de 2009. casi cualquier cosa’, http://fab.cba.mit.edu/classes/ MIT/863.09/); en este curso, con el apoyo de diversos especialistas, Gershenfeld y sus estudiantes investigan el uso de maquinaria CNC y componentes electrónicos para la construcción de estructuras tridimensionales a partir de elementos planos para escala pequeña (press fit, cortadora láser); placas de circuitos impresos (PCB, Printed Circuit Board); sistemas de escaneado e impresión (escáneres e impresoras 3D); dispositivos electrónicos de toma de datos (inputs, microeletrónica); estructuras tridimensionales de escala grande (cortadora, fresadora); dispositivos electrónicos para salida de data (outputs, microeletrónica); moldes y fundidos (fresadora); dispositivos que integran los diversos sistemas [2008].
Prototipo de mobile fabber. Maciej Burdalski, Iaac 2009. Tutores del proyecto: Marta Malé Alemany y José Pérez de Lama (tesis final de máster) [http://maciekburdalski.wordpress. com/]
Sin embargo, desde 2007 Gershenfeld imparte otro curso que se titula How to Make Something That Makes (Almost) Anything —‘Cómo hacer algo que haga (casi) cualquier cosa’, [http://fab.cba.mit.edu/classes/MIT/961.09/ – Gershenfeld, 2005]—, en el que plantea no ya la aproximación a la fabricación digital y electrónica, sino la fabricación de máquinas de control por ordenador (CNC) —algo que se viene denominando Fab 2.0—. Ya no se trata sólo de la posibilidad de poder utilizar maquinaria compleja y especial para fabricar objetos y dispositivos, sino de fabricar las propias máquinas, de utilizar las máquinas CNC para fabricar otras máquinas CNC. El interés de este planteamiento es múltiple: por un lado ofrece la posibilidad de diseñar y fabricar máquinas específicas para las necesidades o recursos de un cierto lugar; por otro, la posibilidad de generar un sistema proliferante, en el que una máquina o conjunto de máquinas pueda reproducirse
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[imagen] Fablab Sevilla. [14] El proyecto pionero en máquinas CNC autoreplicables es RepRap [http://reprap.org]. RepRap es además un proyecto de hardware libre. Actualmente existen otros similares como Fab@ Home o Makerbot. Marta Malé Alemany, en colaboración este curso 2009–2010 con Víctor Viña, imparte en el Máster de Arquitectura Avanzada del IAAC un curso similar al de Neil Gershenfeld en el que pide a los estudiantes el diseño y la construcción de máquinas de CNC para problemas y situaciones específicos planteados por los propios estudiantes. El pasado curso 2008–2009 tuve la oportunidad de tutorizar la tesis final de Máster del arquitecto Maciej Budalski, consistente en un fabber móvil, un vehículo robotizado equipado con fresadora-cortadora CNC [http:// maciekburdalski.wordpress.com/]. Existen otras referencias parecidas en la web http://instructables.com. También es de interés reseñar las investigaciones para maquinaria CNC de gran escala como pueden ser los trabajos de Behrok Khoshnevis en la Universidad del Sur de California [http://www.contourcrafting.org] o el proyecto de Enrico Dini, D-Shape [http://d-shape. com], que desafortunadamente no se desarrollan en el marco de la filosofía open source. El origen del concepto de máquina capaz de autoreproducirse se debe a John Von Neuman, y ocupa un lugar centarl en las investigaciones de Gershenfeld y su equipo [Gershenfeld, 2005]. [15] Vicente Guallart, 2009, conferencia en el curso Transformaciones. Arte y Estética desde 1960 (2ª Edición, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Sevilla, 14 de enero de 2009).
a sí misma, transformando así radicalmente una de las condiciones fundamentales de la era industrial, como era la de la propiedad de las máquinas como medios de producción [14]. El proyecto Fab Lab cuenta con tres áreas principales, descritas por los dominios de Internet, como son: .net, la red de fab labs que he venido describiendo; .edu, centrada en los aspectos educativos, que desde 2009 se centran en la llamada Fab Academy [http://www.fabacademy.org], coordinada desde Barcelona; y .com que sería el área de desarrollo de proyectos comerciales o mercantiles que permitiría la autonomía económica de los diferentes nodos, así como la verdadera extensión del particular planteamiento sociotécnico de la red a entornos productivos más amplios que los hasta ahora abarcados [15]. En este sentido, proyectos como Fabberz, iniciados durante sus estudios en el Iaac por Josiah Barnes y Raquel Gallego —cuya tesis de fin de máster [2009] centrada en la conceptualización del proyecto tuve la suerte de tutorizar—, resultan de gran interés. Fabberz, actualmente en fase de testeo [http://fabberz.wordpress.com], actualiza la idea anteriormente comentada de @NCD, situándola en el nuevo contexto de la fabricación digital. El proyecto consiste específicamente en una plataforma de Internet, que se propone conectar globalmente a arquitectos-diseñado-
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res, laboratorios de fabricación y consumidores o usarios finales. La innovación radica fundamentalmente en la incorporación de los fab labs a la red, de forma que un usuario hipotético elige un diseño subido a la plataforma y a continuación puede elegir, entre los asociados a la red, el fab lab en que se fabricará, valorando comparativamente precios de fabricación y envío, plazos y calidades, de forma parecida a como tenemos la posibilidad de elegir, en ciertas ocasiones un servidor desde el que descargar un software. En principio Fabberz ofrecerá la posibilidad de publicar diseños con diferentes tipos de licencia, con la opción de hacerlo con Creative Commons o similares, así como de ofrecer diseños gratuitamente o a cambio del pago de una cierta cantidad —a distribuir entre la propia plataforma, el/la diseñador/a, y en su caso, el laboratorio de fabricación [16]. Es oportuno mencionar ahora que en la analogía entre software libre y diseños/ objetos de fabricación digital libres el paralelismo no es del todo inmediato. En el caso del software existen dos instancias principales, como son, el código fuente (el programa escrito en un lenguaje de programación como puede ser C++) y el archivo en código binario, el programa que podemos correr en nuestro ordenador. La disponibilidad del código fuente es la que caracteriza específicamente el carácter libre de una cierta pieza de software, según el planteamiento original de Richard Stallman. Éste puede ser compilado como código binario para ser usado (primera libertad), puedes ser leído por las personas que conozcan el lenguaje de programación (segunda libertad), puede ser modificado (tercera libertad) y puede ser redistribuido como código fuente y como código binario (cuarta libertad). En el caso de objetos o arquitecturas FLOS, la libertad tiene que ser analizada en un mayor número de capas; o quizás tendríamos que hablar de la posibilidad de múltiples libertades interconectadas, dado que se no se trata de un código ejecutable en el mismo sentido estricto en el que se ejecuta una programa de software. La reflexión debe plantearse en relación con las libertades que interesan a los diferentes niveles de productores-usuarios. Por ilustrarlo con un ejemplo, podríamos pensar en una persona que quisiera poder imprimirse una silla, otra a la que le interesaría adaptar el diseño de ésta para cambiar las dimensiones, el material o la máquina con que se va a construir, y una tercera, finalmente, a la que le interesara evolucionar el diseño para convertirla, por ejemplo, en un sillón o incluso utilizar algunos de los módulos originales para emplearlos en otro diseño diferente.
[16] Además del proyecto Fabberz existen diversas iniciativas en este sentido. En primer lugar la de la propia red Fab Lab, donde efectivamente se comparten archivos libres. Sin embargo la organización de sus múltiples webs es bastante caótica y no ofrece ninguna sistematización de repositorios, navegación u otras utilidades. También está el proyecto web Ponoko [http://www.ponoko.com], con un planteamiento parecido a Fabberz, aunque con un nivel conceptual y de diseño no demasiado sofisticados, y poco desarrollo del apartado de distribución. Finalmente, la ya mencionada plataforma instructables.com cuenta con diseños de gran interés, ha desarrollado una importante comunidad y funciona con gran eficacia. De momento, sin embargo, sus contenidos no son demasiado relevantes desde el punto de vista arquitectónico.
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En el primer caso, se trataría de hacer libre el archivo de corte, fresado o impresión (con las instrucciones sobre su implementación en determinada o determinadas máquinas). En el segundo y en el tercer caso se necesitarían los archivos 3D o los scripts de estos archivos (especialmente si se tratara de un diseño de tipo paramétrico). Aquí habría que indicar otros tres campos que afectarían al carácter libre del diseño, según pudimos discutir en el reciente hackmeeting de Madrid (Madhack 2009): el primero tendría que ver con el software de modelado 3D y otros complementarios en el caso de que se trabaje también en 2D (por ejemplo con cortadora láser); el segundo tendría que ver con el software para la fase CAM del proceso —el software que controla las máquinas CNC—; el tercero tendría que ver con las propias máquinas en tanto que sean hardware propietario o libre. En los tres casos existen proyectos y prácticas, algunas de las cuales se han mencionado previamente (ver notas 1 y 13), aunque hasta ahora no están suficientemente desarrollados como para un uso competitivo con las alternativas propietarias.
[imagen] Diagrama multicapa de la extensión del paradigma del software libre a los procesos de diseño y fabricación digital. J. Pérez de lama y A. Nikolopoulou, 2010.
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Cabe además hacer dos comentarios adicionales. El primer comentario no tendría que ver estrictamente con las libertades, aunque sí con la viabilidad del trabajo en red a gran escala. Para hacerlo posible es necesario el desarrollo de estándares y protocolos para la comunicación eficiente y abierta entre diseñadores, software, fabbers, hardware, y posiblemente, instituciones reguladoras, si tratáramos de productos de escala arquitectónica [17]. El segundo comentario tendría que ver con la accesibilidad a los medios o herramientas de producción en un momento y un lugar concretos. En este sentido tanto la publicación de tutoriales y manuales, como el desarrollo de comunidades online compartiendo conocimientos —como incluso el uso táctico de software propietario pero de fácil acceso, mientras se desarrollan herramientas libres y fáciles de usar—, parecen condiciones necesarias para la construcción de una esfera de libertades en el campo de la fabricación digital para la arquitectura [Kelty, 2008]. Algunas de estas cuestiones se desarrollan un poco más en el anexo al final del presente artículo.
[17] Recientemente vengo desarrollando el estudio del concepto de máquina según Félix Guattari para conceptualizar la forma de ver la arquitectura que intentamos poner en práctica en hackitectura. net. Para Guattari, máquina que se opone a estructura o sistema, es un ensamblaje intenso y a la vez permanentemente inestable o precario de componentes heterogéneos —espaciales, subjetivos, tecnológicos, sociales...— que da lugar a un cierta gama de acontecimientos de lo real [Pérez de Lama, 2009 y 2010].
WikiPlaza como proyecto/experimento de arquitectura FLOS WikiPlaza es un proyecto que hackitectura.net viene desarrollando desde el año 2005. Aunque se inicia en este año, supone una síntesis del trabajo previo de los componentes del grupo llevado a cabo, al menos, desde 1999. WikiPlaza parte concretamente de la propuesta ganadora del concurso internacional para la construcción de la Plaza de las Libertades en Sevilla, un trabajo realizado en colaboración de José Morales, Sara de Giles y Esther Pizarro. A pesar de haber ganado el concurso, lo que, según las bases, suponía hacer a continuación los proyectos de ejecución y la construcción, el Ayuntamiento de Sevilla decidió no llevarlo a cabo —al menos hasta la fecha—. Considerando que se trataba de una línea de trabajo de gran interés, hackitectura.net continuó trabajando el concepto arquitectónico propuesto, emancipándolo del proyecto de la Plaza de las Libertades, y transformándolo en un nuevo diagrama susceptible de ser aplicado, con declinaciones específicas, en diferentes situaciones. La idea original del proyecto consistía en ensamblar saberes y experiencias tecnológicas desarrolladas en los ámbitos del arte, la arquitectura y los movimientos sociales (software y hardware libre, redes libres, hacklabs y hackmeetings, comunicación independiente, redes sociales digitales, experimentación audiovisual, video streaming...), para la configuración de un espacio público activo e híbrido entre lo físico, lo social y lo digital; un dispositivo para la producción social del espacio
Diagrama conceptos Wikiplaza Bastille, PĂŠrez de Lama / hackitectura.net, 2009
Wikiplaza Bastille, ParĂs hackitectura.net, 2009
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mediada por tecnologías digitales libres, y gestionada por sus propios habitantes. El uso del prefijo «wiki» (como en Wikipedia), propone la imagen de la construcción de una plaza que sea permanentemente editable por la comunidad que la habita; una comunidad sociotécnica que se organiza como una red horizontal, y que imaginamos como un híbrido entre la asamblea de un centro social y el colectivo encargado de la gestión de un Indymedia [18]. La WikiPlaza, como la mayoría de los proyectos de hackitectura.net se basa en la concepción del territorio contemporáneo como el resultado de la interacción-hibridación del espacio físico tradicional, sus habitantes y una serie de capas tecnológicas, entre las que sobresale, quizás por su novedad, aunque no sólo por esto, la capa de las redes y flujos electrónicos. La arquitectura contemporánea se concibe así compuesta, no sólo de materiales físicos que configuran espacios geométricos y ambientes termodinámicos o estéticos, sino también de conexiones, interfaces, flujos electrónicos e imágenes, y de los dispositivos (software, hardware, netware) que los hacen posibles. Como en ocasiones planteamos para la WikiPlaza, la perspectiva de concebir los territorios como verdaderos ensamblajes o agenciamientos de humanos, medio físico y máquinas —lo que algunos denominan «territorio cíborg»— resulta más eficaz de [19] WikiPlaza es un proyecto cocara a producir nuevos acontecimientos, que otras milaborativo que se ha ido desarrollando con la participación de una radas tradicionales que dificultan la comprensión de los amplia red de amigos y compañe- nuevos fenómenos y contribuyen a reforzar la reproducros, entre otros, Laura H. Andrade, ción del estado actual de las cosas, cuestión no siempre straddle3.net, Ewen Chardronnet, deseable [Pérez de Lama, 2007b]. David Pello Zako, Alex Muñoz, Pensar la posibilidad Lluis Gómez, Pablo Martín, Xabi Manzanares, Susanna Tesconi y de hacer una arquitectura de este tipo como una Penélope Serrano, Pedro Soler, arquitectura FLOS, supone que no se trata sólo de Labomedia, Sur.tv, Borja Baños, desarrollar como libres los elementos tectónIcos, sino, Belén Barrigón, Carlos Bauza, además, el conjunto de componentes heterogéneos Corinne Laurent Dell’Accio… que conforman el territorio WikiPlaza. Hackitectura. En 2009 recbimos una beca de investigación de la Fundación net tiende a conceptualizar estos componentes como Centro de Estudios Andaluces con spaceware (los elementos tradicionalmente arquitectóla que estamos desarollando el nicos), hardware, software, netware y humanware (que concepto y la documentación del serían los diagramas organizativos o sociales que haproyecto como arquitectura FLOS cen funcionar lo que podríamos denominar la máquina de carácter modular [http://wikiplaza.org]. arquitectónica WikiPlaza [19]. A través de la construcción de varios prototipos temporales —Festival Futur en [18] Indymedia es una red global de centros de medios independientes basadas en la WWW y el software y la cultura libres. Fundada en Seattle en 1999 está estrechamente vinculada a los orígenes de la web social, que más tarde se denominaría web 2.0. Los principios de Indymedia se basan en la diversidad, la multiplicidad, el consenso, la transparencia, el respeto a las minorías, el trabajo colaborativo y la cooperación sin mando. Personalmente y con hackitectura.net estuvimos vinculados activamente a Indymedia Estrecho [http://estrecho.indymedia.org] desde su fundación en 2003 hasta al menos el año 2007. Para más detalles pueden verse las webs de indymedia en http:// www.indymedia.org. Puede verse también mi libro Devenires cíborg. Arquitectura, urbanismo y redes de comunicación [2006: 69-76].
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[20] Acabando la revisión del presente artículo he encontrado una propuesta de definición de la cultura del software libre como esfera pública recursiva [Kelty, 2008] que aporta interesantes matices al concepto de wikiPlaza como nuevo espacio público. Kelty propone que este tipo de esfera pública se caracteriza por la interacción entre la acción discursiva de la comunidad y las infraestructuras que la hacen posible, cuyo mantenimiento y contínua transformación son uno de los aspectos claves del debate y la acción de la propia comunidad. A la vez, se trata de una espacio público que no es estrictamente presencial o físico sino como en el caso de la «República de las Letras» habermasiana, un espacio extendido con interfaces presenciales ocasionales, múltiples y discretos. Agradezco a Antón Fernández de la Rota, de la Universidade Invisíbel de A Coruña, la recomendación que me hizo de este texto. [21] Sobre esta cuestión se centró un reciente encuentro organizado por la Universidad Nómada y la Casa Invisible: Cultural governance vs institutions of the common: The right to the city and the new politics of culture, Málaga, junio de 2009 [http://www.universidadnomada.net/ spip.php?article342]. [imagen] Diagrama módulos WikiPlaza J. Pérez de Lama, hackitectura.net, 2009
Seine, París, mayo–junio de 2009 y Festival Ingrávid, Figueres, septiembre de 2009— el proyecto ha evolucionado hacia una configuración modular que nos proponemos desarrollar según el paradigma del software libre [20]. Llamamos matriz de usos a este sistema de módulos. La idea es que cada uno de los diferentes módulos o infraestructuras que participan en la habilitación del espacio público —plató de TV, open medialab, open performance, talleres de tecnología con niños, cartografía participativa…— se desarrollen con una combinación de licencias GPL y Creative Commons, manuales y protocolos, de forma que colectivos, centros educativos, sociales y culturales, puedan apropiarse de cada uno los módulos y de la matriz en su conjunto, y de acuerdo con las libertades del software libre, usarlos (1), leer su código (2), modificarlos (3) y redistribuirlos (4) con una licencia similar. El objetivo es que la matriz se convierta en un bien común, que pueda ir creciendo y enriqueciéndose con el trabajo de la comunidad de usuarios y desarrolladores, encarnándose en múltiples declinaciones, y generando una red distribuida de espacios públicos que funcionen como laboratorios de cooperación social y tecnológica [21]. Cada uno de los módulos está formado en principio por spaceware, hardware, software, netware y humanware. La cuestión que nos ocupa actualmente es la organización de estas capas y el diseño de un sistema de repositorios (análogo, por ejemplo, a sourceforge.net para el caso del software libre) capaz de articular de forma eficaz la complejidad multicapa de las arquitecturas que planteamos, y que sirva a la vez como soporte para otras prácticas como las del colectivo Arquitecturas Colectivas.
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[22] En este sentido, una interesante referencia es el trabajo del grupo bricolabs [http://bricolabs.net]. También supone una interesante reflexión la propuesta de nuevos objetos / nuevas procesos de fabricación y reciclaje que Bruce Sterling [2004, 2005] define con el término spimes: «The future will see a new kind of object... that will be sustainable, enhanceable, and uniquely identifiable. Sterling coins the term “spime” for them, these future manufactured objects with informational support so extensive and rich that they are regarded as material instantiations of an immaterial system. Spimes are designed on screens, fabricated by digital means, and precisely tracked through space and time. They are made of substances that can be folded back into the production stream of future spimes, challenging all of us to become involved in their production» [http://mitpress. mit.edu/catalog/item/default. asp?tid=10603&ttype=2].
Espacios Creative Commons
Esta teoría y esta práctica se alejan del entendimiento exclusivo de la arquitectura como un objeto o un dispositivo generador de una cierta atmósfera, para asumirla como una máquina, a medias entre la caja de herramientas, la interfaz y la infraestructura, una máquina que supone la composición y a la vez la producción de unas ciertas relaciones sociales, una cierta producción de subjetividades, unas ciertas relaciones entre humanos, tecnosfera y medio físico [Pérez de Lama, 2010; Guattari, 1995]. Desde este planteamiento es posible pasar a la cuestión que planteaba el centro social La Fábrica de Sombreros en Sevilla. ¿Qué significaría hacer un espacio o un equipamiento Creative Commons? —cuestión que también asumimos específicamente para el proyecto WikiPlaza—. El definir un espacio como commons resulta relativamente claro. Supondría dotarlo de un estatuto normativo que, por un lado, garantizara su uso por parte de la comunidad, imposibilitando su apropiación tanto por parte de agentes privados como por parte de las instituciones estatales, autonómicas o locales; y que, por otro lado, estableciera un sistema de autogobierno para el mantenimiento y la gestión democráticos y participativos del espacio o equipamiento. Supondría por tanto la invención de lo que determinados sectores políticos vienen denominando nuevas instituciones del común [22]. El siginficado del primer término, creative (‘creativos’), tendríamos que inventarlo, pues no creo que existan precedentes explícitos. En [imagen] Este Espacio está bajo una licencia Creative Commons, primera instancia sugiere la idea de que se trata de Centro Social la Fábrica de Som- una institución resultante de la creatividad; esto es, breros, Sevilla, 2007 (este espacio inventada, creada por la comunidad que la sustenta. experimental fue desafortunadamen- Sugiere que puede —y quizá debe— ser usada y te desalojado en el año 2008) modificada de forma permanente. Sugiere finalmente, que se trata de un espacio en el que la creatividad —de formas de vida, de pensamiento, tecnológica, artística...— constituye un aspecto central de su devenir. Supondría en resumen, un paradigma, o una heterotopía, de una cierto proyecto para la transformación de la metrópolis posmoderna.
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Anexo: Programa de investigación para la convergencia de la fabricación digital en arquitectura, el movimiento del software libre y la ética hacker En el último hackmeeting (MadHack, Madrid 2009, http://www. sindominio.net/hackmeeting/) presenté una ponencia junto a Aretí Nikolopoulou sobre la
potencial convergencia entre la fabricación digital para la arquitectura y las prácticas y la comunidad hacker. La presentación concluía con un diagrama/programa de los posibles trabajos de investigación y desarrollo a llevar a cabo en este sentido, que es la que ampliada, relaciono a continuación:
1— Desarrollo / adaptación de software libre CAD-CAE-CAM para fabricación digital en arquitectura. 2— Construcción de comunidades online en torno a la fabricación digital y la arquitectura FLOS. 3— Programación y mantenimiento de repositorios al servicio de estas comunidades (software, diseños, etc). 4— Creación de fablabs ligados a las comunidades hackers y a las comunidades en general; sindicación, organización en red de fablabs a diversas escalas 5— Fab 2.0 / desarrollo de máquinas FLOS para fabricación digital (hardware libre). 6— Colaboración en los procesos de desarrollo de estándares y protocolos vinculados a la fabricación digital para la arquitectura. 7— Profundización en la convergencia / integración entre/de la fabricación digital (materalidad digital) y el territorio cíborg, espacio de los flujos electrónicos o virtualidad real. 8— Incorporación de la perspectiva medioambiental-ecológica a los procesos de fabricación digital: materiales, reciclaje, consumo energético, etc. [23]
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C.S.O.A. Sin Nombre, Centro social okupado y autogestionado Sin Nombre, Sevilla.
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Centro Social Okupado Autogestionado Sin Nombre c/San Bernardo, 42
CSOA
Sin Nombre Ib谩n D铆az Parra
Enredante del CSOA Sin Nombre, ge贸grafo. Universidad de Sevilla.
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El nombre de este espacio dice gran parte del modelo de gestión y de la situación en la que se encuentra. Se trata de un centro social, un espacio que sirve como soporte para actividades grupales lúdicas, culturales y políticas, especialmente dirigido a la gente joven. En él se realizan actividades de diferente tipo, desde espectáculos, tipo teatro o concierto, a reuniones de grupos políticos, de vecinos, de jóvenes, talleres, y espacios para el deporte y para el ensayo musical. Se trata de un espacio ocupado, en una situación por lo tanto de constante precariedad. El espacio es propiedad de la Administración local de Sevilla y llevaba en desuso desde 1994. La situación parece estable por el momento y no ha habido ningún interés por parte de la Administración por entrar en contacto con la asamblea que gestiona el centro. El espacio está destinado a ser Centro Cívico, uno de los muchos que ha prometido la Administración para la presente legislatura, por lo que no es descartable que haya movimientos al respecto en un plazo medio. Es un espacio autogestionado, todas las actividades tienen una gran autonomía, la rehabilitación del espacio y todos los gastos son financiados con la propia actividad del centro y llevadas a cabo por las personas que de él participan. No se recibe ningún tipo de subvención de institución alguna, y se es independiente de cualquier estructura política o institucional ajena al propio centro. Las decisiones se toman de forma asamblearia, con cargos rotatorios muy básicos (fundamentalmente el de tesorero) y a partir de grupos de trabajo con tareas específicas (rehabilitación, difusión, etc.). Se procura también que todos los colectivos que de una forma u otra utilizan el espacio se encuentren representados en la asamblea y puedan participar de la toma de decisiones. El Edificio y el Barrio El edificio que ocupa el centro social es un antiguo colegio de adultos, fechado con probabilidad en la década de 1930. El estado en que se encuentra es ampliamente mejorable, de tal forma que existen salas perfectamente rehabilitadas al mismo tiempo que otras se encuentran clausuradas y en obras, principalmente debido a los techos. Este colegio se ubica sobre la Calle San Bernardo, principal eje interior del antiguo arrabal sevillano de San Bernardo. Este núcleo se situó sobre un probable arrabal musulmán dedicado a la horticultura. Sin embargo, su configuración actual responde a la colonización cristiana, con notables transformaciones por la ubicación en su interior de una fábrica de cañones del ejército en el siglo XVIII. Entre los últimos años del siglo XVIII y la primera mitad del XX podemos hablar de un barrio obrero en el que la mayor parte de la
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población se ocupaba en la industria militar (fábricas de cañones, pirotecnia y fusiles), así como en otros centros de trabajo, fábricas próximas al ferrocarril o el matadero municipal, por ejemplo. Sufre un notable proceso de abandono, en parte por la fuga del capital privado hacia los nuevos desarrollos entre las décadas de 1940 y 1970, y en parte por la nefasta planificación del PGOU de 1963 que determina una operación de tabula rasa sobre el barrio para convertirlo en centro comercial. Esta operación nunca se llevó a cabo pero impidió la obtención de licencia alguna de reforma entre la década de 1960 y mediados de los años ochenta. A esto y al deterioro natural del envejecido caserío se le añade el fuerte impacto de las riadas de 1961 y 1963. De esta forma el barrio se degrada progresivamente social, económica y urbanísticamente. A partir del desarrollo del PGOU de 1987 el espacio adquiere una nueva centralidad. Se acomete la rehabilitación o demolición de gran parte de las viviendas viejas y se suceden los desalojos forzosos o a cambio de indemnizaciones de la mayor parte de la población tradicional que todavía permanecía en el barrio. De esta forma el espacio revalorizado y las nuevas viviendas pasan a ser ocupados por clases medias-altas sevillanas, consumándose uno de los procesos más rápidos e intensos de gentrificación de la ciudad de Sevilla. Breve Historia del Espacio El espacio se ocupa por primera vez en 1996 como acción de la Asamblea Preokupación, de la que formaban parte muchos de los activistas de las casas ocupadas desalojadas en el periodo 1994-1995. La ocupación a penas dura cinco días, tras los cuales es desalojada con violencia. Ocho años después, en diciembre del 2004, siguiendo vacías las instalaciones, vuelve a ser ocupado por un grupo de jóvenes, relacionados previamente con la ocupación sólo en cuanto usuarios del CSOA Casas Viejas. Desde un principio se entra en contacto con algunos vecinos antiguos del barrio, y una de las primeras actividades que se realizan consiste en unas jornadas de debate contra la especulación que cuentan con la participación de un nutrido grupo de vecinos. Este mismo grupo de vecinos comienza a reunirse en el CSOA planeando lo que sería el mayor hito de la historia del centro. Se trata de la ocupación de un bloque de viviendas públicas, construidas hacía más de dos años y desocupadas, por parte de un grupo de quince familias del barrio amenazadas de desalojo. A partir de este momento el CSOA pasa por etapas de mayor o menor actividad, y su asamblea cambia de composición en varias ocasiones. El segundo mayor hito del centro se produce con la inauguración del rocódromo autogestionado de San Bernardo
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en el año 2007, el mayor rocódromo cubierto de Andalucía, lo que convierte el espacio en un punto neurálgico de la comunidad de escaladores sevillanos. En diciembre del 2007, con el desalojo de Casas Viejas, el espacio pasa a acoger gran parte de la actividad de este otro centro. Actualmente sigue acogiendo varias asambleas, incluida la de los vecinos, sala de exposiciones, sala de espectáculos, talleres, el rocódromo público, un estudio de arquitectura, un grupo de lectura y locales de ensayo.
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Aparecido originalmente en la revista Circo (n潞 135, 2006). 6 de febrero de 2006
Los Okupas y la Arquitectura Eduardo Serrano
Enredante de la Fundaci贸n Rizoma, arquitecto.
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¿Qué tienen en común estos tres conjuntos de cosas: los venerables buicks, cadillacs, fords de La Habana, los programas de código abierto y los edificios okupados? Los autos habaneros escapan al destino de la chatarra (ahora plenamente reciclable) que debe dar paso a un nuevo automóvil, que a su vez será sustituido (morirá) cuando le llegue su obsolescencia; viven una existencia con final no predefinido a cambio de perder su identidad a lo largo de múltiples parcheos, adaptaciones, sustituciones, tunings, hibridaciones: metamorfosis en el seno de una comunidad de usuarios, conductores y mecánicos que saben lo que vale un trasto de éstos y en cambio ignoran su precio. Por su parte el código abierto permite que un programa sea transformado, mejorado, adaptado, multiplicado mediante copia, bifurcado a lo largo de las múltiples intervenciones de la comunidad hacker. Y de los edificios okupados ahora me ocuparé, pues ésta no deja de ser una revista de arquitectura. Estos fenómenos y muchos otros exhiben parecidas características: productos tecnológicos que caen en un territorio social singular, ajeno o incluso antagonista al de la sociedad normalizada por el intermediario universal que llamamos «Mercancía». Son justamente mercancías que dejan de serlo, objetos que pierden sus destinos originarios componiéndose de múltiples modos con las cosas que pueblan los territorios de lo común. En estos procesos igualmente desfallecen o se recomponen en maneras poco ortodoxas otras dicotomías: producción-consumo, expertos-legos, medios-fines, subjetividad-objetividad, público-privado, abandono (o destrucción)reciclaje… Es el testimonio de que existe una vida que se desliza, audaz e inteligente, entre los polos del pensamiento dicotómico dominante. Justo ese tercer planeta que hizo irresoluble el problema de los tres cuerpos gravitatorios desde los tiempos de Newton. Tal vez son los okupas quienes mejor han entendido la oportunidad para hacerse un territorio a partir de la ruina en nuestras ciudades. El movimiento okupa es es típico del tardocapitalismo y abre a una opción que nos lleva mucho más lejos que intentar resolver el problema del alojamiento, proponiéndose más bien como un modo de vida; mostrando a través de una acción de múltiple espectro que la habitación no se reduce a conseguir vivienda y recuperando su dimensión propiamente urbana), que podría resumirse en el rechazo a la vinculación funcionalista entre espacios y habitantes (o actividad o, igualmente en términos urbanísticos, uso). Clark Kent sentencia al final de un telefilm de la serie Supermán: «Ahora cada uno ha vuelto a su sitio». No concebimos nuestra cotidianidad de otra manera: «cada cosa en su lugar», «toda actividad en su momento», «cualquier criatura con su nombre»; y más próximo a nuestro saber disciplinar: «para toda función su espacio o su forma«, «una zona para cada uso urbanístico», «zapatero a tus zapatos»… Es posible pensar un álgebra elemental del gobierno territorial aprovechando precisamente los postulados de la economía capitalista; así el axioma I2 de cierta economía académica reza:
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Existe una aplicación suprayectiva (St) —también denominada sobreyectiva o exhaustiva— entre el conjunto de los objetos económicos y otro conjunto que denominaremos de los agentes económicos [...], es decir, a cada agente económico le corresponde en exclusividad uno o más objetos económicos. Toda mercancía debe tener su propietario; y consecuentemente todo bien que no está sujeto a un propietario no puede considerarse objeto económico. El propietario a su vez es el que tiene la potestad para gobernar ese objeto, al mismo tiempo que es su representante (es decir, lo representa, habla por el objeto) en la comunidad de los propietarios. Existe, pues, una operación discursiva fundamental y de alcance muy general: el establecimiento de dos conjuntos de elementos (A y B) que han de estar cuidadosamente separados; sobre cada conjunto se establece una partición, resultando diversos subconjuntos igualmente separados; finalmente a cada subconjunto de A (viviendas para alquilar, por ejemplo) se le hace corresponder uno o varios subconjuntos de B (inmigrantes, por caso) y viceversa. Estas correspondencias podrán variar en el tiempo pero siempre de acuerdo con un orden preestablecido. La totalidad de correspondencias que en tiempo y espacio están permitidas constituyen el ámbito de lo legal; e ilegales serán las correspondencias no previstas. Pero hay una tercera posibilidad consistente en que no haya correspondencias, es decir, que las particiones en el seno de A o B se emborronen, que se mezclen de un mundo indiscernible, violando el principio fundamental de la separación: no es legal, tampoco ilegal, es simplemente, a-legal, una tercera situación que se escurre entre los polos de la dicotomía jurídica, escapando de su tiránica alternativa (una de dos: o legal o ilegal). Un edificio debe cumplir varios tipos de regímenes legales; entre otros: ocupar una parcela separada de las demás, pertenecer a un propietario conocido, destinarse a los usos previstos en el planeamiento urbanístico, disponer de una distribución adecuada para las actividades a las que está destinado, así como que sus espacios cumplan las condiciones métricas y ambientales prescritas, estar ocupado por aquellos que su propietario y la ley permiten… Los edificios deshabitados, sin uso, en ruinas... ¿están fuera de la legalidad? No, pues ésta establece también qué condiciones deben cumplir las cosas que temporalmente pierden utilidad; así, desde el punto de vista urbanístico el que no esté habitado equivale a un usocero que no escapa a la partición de usos urbanísticos y por lo tanto, siempre que cumpla ciertos requisitos (que no se ponga en peligro los edificios colindantes, por ejemplo, vulnerando, otra vez, el axioma de la separación, ahora la que se establece entre parcelas) no deja de ser legal. Llegan los okupas. ¿Qué pasa? Ningún título legal ampara su acción; ejercen una posesión de hecho, aunque no sean el propietario reconocido ni medie contrato con éste; cancelan la ordenación urbanística pues ejercen actividades indeterminadas (¿residen-
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cia? ¿equipamiento? ¿oficinas? ¿comercio? ¿talleres? ¿almacenes?... las palabras también pierden sus contornos precisos y se con–funden) en mezclas variables y cambiantes; disponen con una libertad descarada de los espacios arquitectónicos, transformándolos profundamente. Además irradian por todo el barrio multitud de nuevas actividades, componiéndose con las diversas fuerzas locales, estableciendo complicidades, suscitando rechazos, lanzando procesos, tensionando y destruyendo equilibrios, dividiendo a la opinión pública, causando problemas a los políticos. Ahora ensayan el autogobierno, ya no quieren ser representados por los políticos profesionales. Son ellos los que deciden qué usos tienen lugar en esa parte de la ciudad, en vez de los urbanistas. Son ellos mismos sus propios arquitectos al planear y emprender obras, al utilizar los espacios según sus conveniencias. Alteran el devenir de las mercancías; aprovechan esa oportunidad maravillosa de la utilidad-cero de los edificios, una vez que han cumplido su vida útil, o simétricamente, cuando están en obras y todavía no pueden ser utilizados, para ponerlos al servicio de actividades no económicas o insertadas en circuitos sumamente irregulares o clandestinos. Mientras el inmueble esté ocupado el precio de suelo es cercano a cero; sin embargo su valor de uso es muy alto al hacer posible una intensa vida social. Ahora las rentas urbanas de posición no son capturadas por su propietario individual sino aprovechadas por sus habitantes y los del barrio en la medida en que cumpla un servicio efectivo a esa comunidad; el flujo de riqueza ya no es segmentado ni sus fragmentos imputados separadamente a agentes o propietarios determinados. La habitación como mercancía y como biodispositivo de gobierno es posible a partir de la operación elemental cuyo algoritmo ha sido antes descrito. Es imprescindible que los conjuntos A y B, en este caso alojamientos y habitantes, estén separados, que se produzcan y gestionen por separado. Es la expresión axiomática capitalista la que dicta que los medios de producción (herramientas, tecnologías, etc.) no deben estar bajo el control de los trabajadores. En nuestro caso estamos en lo mismo: aunque nominalmente las viviendas sean propiedad de sus habitantes, aunque los equipamientos, incluyendo las vías públicas, sean en teoría propiedad de la colectividad, lo importante es que sus promotores empresariales o políticos no pierdan el control (cómo se ejerce este control sin necesidad de retener la propiedad es otro asunto que no cabe en la limitada extensión de este artículo) de esas correspondencias estratégicas entre propiedades de suelo y zonificación urbanística, entre producción inmobiliaria y consumidores, entre espacios y actividades, etc., en fin, entre significados y significantes. Y la demostración de que esto es justamente lo que sucede es que existe un grupo de expertos, los arquitectos, quienes disfrutan en exclusiva del privilegio de determinar cómo serán las viviendas y demás espacios de habitación (otro ejemplo de separación: lo que era y es capacidad inherente al ser social pasa a función conferida jurídica-
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mente a un grupo específico de expertos bajo la fórmula de las competencias profesionales, sean exclusivas o compartidas). Sólo debemos responder de nuestro trabajo, en cuanto a la funcionalidad se refiere, ante nuestros clientes, no ante sus futuros usuarios. La okupación prescinde del algoritmo mencionado y del principio de separación: habitantes y habitaciones entran, se relacionan de modos indeterministas, múltiples a la vez en el espacio y en el tiempo (es decir, multiplicidades). Y de esa mezcla surge el territorio vivo. Los okupas no sólo irrumpen con una conflictiva alegalidad en la propiedad inmobiliaria. También okupan parcelas de lo que entendemos es nuestro más preciado patrimonio como arquitectos. Igual que cuestionan con sus acciones a-legales el límite entre lo legal y lo ilegal, también destruyen de raíz la ecuación espacioactividad, el corazón funcionalista de nuestra actividad profesional, de un modo mucho más profundo e inquietante que lo realizado por la crítica posmoderna al Movimiento Moderno.
Bibliografía José Manuel NAREDO, 1987. La economía en evolución, Siglo XXI, Madrid, p.437. Cornelius CASTORIADIS, 1999, Figuras de lo pensable, Cátedra y Universitat de Valencia, Valencia, p. 76.
Algunos espacios de El Huerto del Rey Moro
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El Huerto del Rey Moro frente al Urbicidio Joaqu铆n del Moral
Enredante de la Plataforma La Noria, arquitecto.
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Los cascos históricos andaluces sufren en la actualidad la última fase de un proceso que, desde las políticas de rehabilitación patrimonial de los años 80 y la letal repercusión de los Planes Especiales de Reforma Interior (PERI), ha transformado radicalmente la realidad de los barrios y gentes que los integran a través de una gentrificación despiadada, planes URBAN especulativos, más planes especiales y las nuevas Áreas de Gestión Integral planteadas por la administración autonómica para, mediante Áreas de Rehabilitación Concertada (ARC) entre las administraciones autonómica y municipal, y a través de la espectacularización de los espacios públicos y la rehabilitación de la vivienda, introducir los últimos resquicios de un pasado presente en la escenografía muerta del cartón piedra y las frases populistas… («Sevilla la construcción de…» una pesadilla.) [1] Pocos son los rincones intramuros que han escapado a la máquina urbanizadora que todo lo devora. Difícil es que esta ciudad dentro de la ciudad, herencia de su última etapa pretecnológica y de transformación hacia el espectáculo urbicida, albergue espacios [1] Nota del editor: públicos que permitan su uso y disfrute sin la temáEn referencia a un conocido lema de la Gerencia de Urbanismo de tica rentabilidad económica del velador, la porra y el Sevilla: «Sevilla, la construcción de prohibido jugar a la pelota. un sueño» En la ciudad de Sevilla, sorprendentemente, aún sobrevive el mayor espacio público del casco histórico no urbanizado ni mercantilizado: el Huerto del Rey Moro. Antigua huerta precolombina, como casi todo el casco histórico norte entorno a los conventos, se encuentra situado entre las calles Sol y Enladrillada en uno de los barrios con mayor densidad edificatoria de la ciudad, en el sector noreste, tras los Jardines del Valle. Vinculada a la Casa del Rey Moro, casa gótico-mudejar de fines del s.XV y la más antigua construcción doméstica excluyendo al Alcázar y las residencias palaciegas, el Huerto del Rey Moro cuenta con 5000 m² de espacio vacío lleno de árboles, flora, fauna, niñ@s y vecin@s. Casa y Huerta del Rey Moro fueron declaradas «Bien de Interés Cultural» (BIC), con la categoría de «Monumento», en el año 2001. Abandonadas durante los últimos siglos, casa y huerta se transformaron de acuerdo a las necesidades del vecindario. En su momento la casa se transforma en Casa de Vecinos y la huerta en lugar de abastecimiento de higos, moras, nísperos, limones y naranjas de los árboles existentes y los productos hortícolas de los que cultivaron la huerta en épocas de necesidad. Los mayores del lugar aún recuerdan sus aventuras entre los restos de acequias, pozos, aljibes y albercas que configuraban este jardín-huerta, restos hoy desaparecidos bajo un relleno de escombros que ha ido colmatando y nivelando este singular espacio. Tras años de bucólico y despiadado olvido, como el sufrido por el resto del barrio, la Huerta del Rey Moro vive desde hace tres años un revitalizante resurgir debido a la necesidad y el trabajo de sus vecin@s. Necesidad, por la ausencia de espacios públicos de
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encuentro, y trabajo por que han sido sus reivindicaciones y constancia las que han llenado de vida urbana y vecinal este maravilloso jardín público. El 15 de febrero de 2004 se inauguraba de forma vecinal la ocupación del espacio para uso y disfrute del vecindario. Desde entonces hasta hoy múltiples han sido las reivindicaciones, propuestas y actividades que la plataforma de amig@s de la Huerta del Rey Moro, La Noria, creada por vecin@s, asociaciones y colectivos del barrio para la revitalización y uso de este espacio, han presentado a las administraciones públicas competentes. El potencial de la Huerta del Rey Moro como espacio lúdico y de encuentro se revela como inmanente al mismo sin la necesidad de la clásica urbanización del espacio para su correcto uso que impone el urbanismo de autocad y catálogo. Diferentes espacios arbolados y vacíos verdes permiten albergar el reposo y el ocio entorno a actividades medioambientales, comidas populares, un cine de verano, jornadas infantiles de juegos, actuaciones musicales, teatrales, títeres, talleres de pintura y muchas otras propuestas que se dinamizan y trabajan por la plataforma La Noria. Uno de los proyectos más importantes que se ha realizado hasta ahora en la Huerta del Rey Moro es la creación de un programa de huertos escolares con los colegios públicos del entorno. Este proyecto ha vinculado al huerto a 800 escolares que han realizado múltiples jornadas de trabajo en torno a la cultura hortofrutícola y medioambiental, lo que ha permitido generar una pequeña infraestructura de huertos donde nuestros hij@s han aprendido a semillar, transplantar, distinguir variedades, tratar plagas, instalar sistemas de riego y múltiples actividades en torno a la alimentación saludable y una cultura, la de la huerta y los productos ecológicos, que tan importante repercusión tiene en nuestra salud y nuestro medioambiente, su biodiversidad y nuestro futuro, tanto económico como sostenible. Toda esta realidad se enfrenta a una planificación urbanística, la determinada por el Plan General de Ordenación Urbana de 1987, íntegramente heredado por el PGOU de 2006 (ARI-DC 05 Huerta del Rey Moro), que únicamente trata de obtener rentabilidad política a través de la promoción de viviendas públicas y la privatización de la huerta como jardín semi-privado, no respetando las determinaciones del Plan Especial del Casco Histórico, que establece la declaración como Monumento de la integridad de la huerta y como usos de su espacio: «la huerta arqueológica previa a 1492, huertas pedagógicas y científicas, esparcimiento y recreo compatibles con la huerta, organización de eventos y fiestas compatibles con la huerta, residencial y servicios de interés público y social». A pesar de esta específica protección las condiciones particulares de la unidad de ejecución UE-2 Huerta del Rey Moro, determinadas por el Plan Especial del Casco Histórico Sector 3 Santa Paula-Santa Lucía, contemplan la construcción de viviendas en este vestigio incomparable del urbanismo sevillano. Aduciendo a la recuperación de la sección clásica
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del callejero se pretenden construir dos bloques de viviendas que cerrarían la potencial permeabilidad espacial y visual de la calle Enladrillada, cuyo precario cerramiento actual podría sustituirse por un cierre ligero, como en los parques, para contemplar el espectacular vacío verde que esconde. Esta desafortunada interpretación del espacio actual y su potencial como espacio público de encuentro, tan necesario en estos barrios carentes de espacios de esparcimiento y ocio al aire libre, plantea un futuro incierto en el que la convivencia del proceso vecinal en marcha y la responsabilidades de la administración para con la ciudad y sus vecin@s deben de consensuarse según las necesidades reales del barrio y de acuerdo a sus carencias en materia de espacios públicos y equipamientos, que no necesariamente de vivienda, de las que aún quedan algunas miles vacías en el centro. Frente al urbicidio. Esta es la postura del Huerto del Rey Moro y de la plataforma La Noria, imbuidos en una lucha ardua y tediosa contra las legislaciones y planes urbanísticos que, a golpe de m² de manchas de colores y espectaculares fotomontajes, se han olvidado que la ciudad, sus cánones y referentes, se ha forjado en la cotidianeidad de la calle y la plaza, la vivencia espacial y humana a través de relaciones espaciales y económicas espontáneas y variables, no estigmatizadas ni mercantilizadas por la rentabilidad turística a largo plazo o por la rentabilidad política cuatrienal. Evitemos el urbicidio.
El Huerto del Rey Moro Huerto del Rey Moro, Sevilla.
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La reutilización es el autostop de la arquitectura Este texto nace con la idea de reorganizar algunas ideas sobre la reutilización en el ámbito arquitectónico
y algunas de las cosas que hemos ido aprendiendo en los últimos años.
La Reutilización es el Autostop de la Arquitectura Pablo Rey Mazón
Miembro de Basurama, arquitecto.
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La reutilización en arquitectura no es un fenómeno nuevo. La construcción tradicional en piedra y madera ha sido, y es, un ejemplo de la reutilización directa de los elementos constructivos: piedras labradas y vigas de madera siguen siendo en muchos pueblos materiales muy preciados. Muchas construcciones, entre las cuales la más célebre es la mezquita-catedral de Córdoba, son un excelente ejemplo de la reutilización de elementos pertenecientes a otros edificios: toda una muestra de falta de prejuicios y adelanto de cuestiones presentes en el proyecto contemporáneo. La construcción edificatoria es la actividad humana que mayor gasto energético y residuo genera. Por tanto, es lógico pensar en la construcción con elementos prefabricados que permiten un mayor grado de reutilización. En la actualidad, el tipo de construcción in situ más extendido es el que usa el ladrillo y el hormigón. Es posible el reciclaje del escombro para hacer zahorras o grava para carreteras, pero no es válido para elementos de carga u hormigón armado. Esto es así en el mejor de los supuestos, ya que muchas de las pequeñas obras de reforma van a dar con sus escombros en pequeños vertederos descontrolados. Erre que Erre La famosa regla de las tres erres, propuesta por el movimiento ecologista hace varias décadas, propugnaba la reducción, la reutilización y el reciclaje, en ese orden de prioridad. Simplificaba, con una regla nemotécnica, los diferentes métodos para que no siguieran proliferando los residuos y se diera paso a un consumo más responsable. Existen otras erres que acompañan a estas tres, como son, por ejemplo, la reparación, la recuperación y la rehabilitación. Muchos de los esfuerzos de la industria, con la bandera del progreso y el desarrollo por delante, han sido encaminados a centrar el debate en el reciclado; en concreto, en el uso de objetos reciclables o de material reciclado. El objetivo principal es continuar produciendo para que la máquina nunca se detenga. De este modo hemos visto cómo muchos productos, en este caso consumibles asociados al sector de la alimentación, han pasado de tener formatos retornables a formatos reciclables. La publicidad nos sigue bombardeando con lo sublime del reciclaje y consigue convencernos de que un producto como el tetrabrick, compuesto por plástico, aluminio y cartón, es más verde y amigable que una botella reutilizable. Pero volvamos a la arquitectura. A la hora de construir con basura se pretende poner de nuevo en funcionamiento objetos preexistentes. Reutilización contra Reciclaje El reciclaje es un proceso por el cual se somete a un producto a un ciclo de tratamiento que lo reduce a sus componentes básicos para obtener una materia prima.
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La reutilización consiste en la puesta en funcionamiento de elementos constructivos u objetos para su mismo uso u otro nuevo. Ambos procesos requieren un gasto de energía en el traslado de los materiales. El reciclaje necesitará además de energía extra para realizar su proceso de transformación. La reutilización evita este gasto pero se enfrenta a otros problemas: disponibilidad de los materiales, adecuación al proyecto, desmontaje y transporte. Construir desde la reutilización obliga a modificar la manera de proyectar: se diseña a partir de lo que se tiene. Un proyecto podrá realizarse si se dispone de unos materiales, o bien a partir de un estudio de los residuos de la zona. Los arquitectos holandeses 2012 Architecten (Recyclicity) proponen como método de proyecto una investigación del entorno donde se construirá para encontrar los materiales de desecho que generen los comercios o industrias cercanas. El costo económico y energético de transportar materiales disponibles a muchos kilómetros de distancia descarta la viabilidad de su uso. La idea es reintroducir como materia prima el desecho pero con el menor costo energético posible. A la hora de afrontar este tipo de proyectos casi siempre será mejor disponer de un material u objeto seriado, posiblemente un residuo de carácter industrial. [1] http://www.millegomme.com/ El problema habitual a la hora de utilizar cualquier otro material encontrado en la calle o contenedor es su carácter incidental: podremos operar con él una vez pero no nos permitirá generar [2] http://www.cadc.auburn.edu/ un sistema constructivo. Uno de los problemas habituales de muchas de las propuestas relacionadas con la reutilización es precisamente ése, la viabilidad en la repetición de las propuestas. Sin embargo, existen materiales casi ubicuos y gratuitos en las sociedades desarrolladas e industrializadas, como pueden ser los palés, neumáticos de coche, lonas publicitarias y cartón que nos permiten construir soluciones-tipo repetibles en [3] http://www.husly.net/ el mundo entero. Muchas veces trabajar con un solo material produce las mejores soluciones. Es el caso de los proyectos de neumáticos de Millegomme [1], lunas de coches de Rural Studio [2] (EE. UU.) o los diversos sistemas de construcción con palés de Carisimo & Tomboly/Corvalán [4] http://www.el-recetario.net/ (Paraguay) y Husly (Noruega) [3]. Existen diversos recetarios [5] http://www.superuse.org que tratan de organizar, compartir y difundir todas estas soluciones constructivas. Entre otros, el dedicado a muebles de Makea [4], el compendio de soluciones/conceptos/ materiales de Superuse [5] o la misma Caja de Herramientas [6] que aquí se presenta. Como cualquier recopilación de ca[6] http://cajadeherramientas.cc rácter abierto, dejan cosas fuera y mezcla diferentes tipos de proyectos, escala y calidades, pero se sigue tratando de [7] Puedes descargar parte del libro instrumentos muy valiosos y catálogos inspiradores a la desde su web 2008, http://rotordb.org/ projects/2008_Deutschland_i_H/. Es el hora de afrontar un proyecto. El colectivo Rotor (Bélgicatálogo de la exposición ca), por ejemplo, ha recogido en su libro Deutschland in de nombre homónimo. Herbst [7] una base de datos de residuos industriales y sus posibles reutilizaciones. ¿Sería posible pensar en un
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banco de datos de desechos disponibles y abierto? Parece que este tipo de sistemas ya existen en algunas regiones, como la bolsa de subproductos industriales de Cataluña [8], pero no está claro hasta [9] Durante la preparación del festival Basurama Industrial que qué punto se han integrado en la manera de funcionar realizamos en Valdemoro en 2006 de la producción industrial [9]. [8] http://www.subproductes.com/
teníamos como objetivo presentar el polígono industrial en el mismo centro de su ciudad. Para ello realizamos una investigación para ver qué desechos nos podían ofrecer las diferentes industrias y ponerlos a disposición de los ciudadanos. Generamos una lista de desechos habituales e industrias que estaban dispuestos a cederlos. Por último llevamos parte de esos materiales a una plaza para permitir que fueran usados por los interesados. Muy lejos de convertirse en un banco de datos activo sí que sirvió para estudiar la viabilidad del sistema. http://www.basurama.org/b06_ jam_sesion_valdemoro.htm
Basurama. Reutilización contra Reciclaje. 2010. Caja de Herramientas
La reutilización es un método que precisa de más tiempo que el habitual, ya que comprende la búsqueda de materiales y su adecuación al proyecto. La búsqueda del material es una forma de hacernos conscientes y partícipes en el proceso constructivo, pero por otro lado uno de los problemas es que hace difícil que se extienda su uso. Buscar y adecuar el proyecto a los materiales puede alargar la fase del preproyecto. Éste no es el único de los problemas asociados a esta forma de construir. La reutilización de elementos constructivos no está regulada, al menos en nuestro país, lo que hace que la mayoría de las veces sea complicado legalizar una construcción. Si a ello le sumamos que la reutilización no tiene por qué ser más barata (debido a los costos de transporte, la preparación y obtención del material) podría decirse que las cuentas no son favorables. Sin embargo, reutilizar sigue siendo la mejor forma de no producir residuos a la hora de construir, siempre que dispongamos de tiempo, ganas y no queramos gastar mucho dinero. Es el autostop de la arquitectura. La reutilización proporciona también resultados que no sería posible alcanzar con material nuevo. ¿Vais a tirar esa lona que tenéis en la fachada? Nunca se pierde nada por preguntar.
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Ideas y apuntes breves sobre lo que puede ser la actuación arquitectónica en la Casa Invisible de Málaga, escritos y divulgados desde el 18 al 30 de Julio de 2008.
Proyectos transparentes para la Casa Invisible Eduardo Serrano
Enredante de Fundación Rizoma, arquitecto.
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Podríamos definir la cultura como la expresión (es decir exteriorización) de lo social. La cultura es cosa viva, tiene que ver con los intereses de los que están vivos, valiosa en cuanto desencadenante de movimiento social y personal, en modo alguno como simple información acerca de una cosa cerrada en el pasado, por ejemplo. La cultura implica procesos, no sólo objetos. Los procesos los podemos entender de dos maneras: como acumulación secuencial que proyecta y determina un futuro; pero también como proceso creativo que interrumpe la serie, que desvela o plantea lo problemático y rompe los determinismos. Actualmente tiende a confundirse cultura con ocio y con entretenimiento, presentándose cada vez más como mera mercancía. Como en casi todo la dimensión del consumo oculta la de la producción; podríamos decir que el espacio para la creación cultural es al espacio de exhibición cultural lo que el horno del pan es a los anaqueles de la bollería, como lo caliente y trabajoso es a lo tranquilamente consumible. Pero en cada ocasión hay un placer, un gozo asociado, tanto al esfuerzo creativo como a la recepción y degustación. La creación cultural es por tanto inherente al devenir social, pero... ¿cómo se entiende actualmente lo social? Entre las fórmulas más afortunadas, en cuanto a popularidad, utilizadas tanto por unos como por otros, están los términos-logo del tipo «software social», «web social», «web 2.0», etc. A pesar de su mixtificadora retórica proveniente de la tecnología telemática lo que sí es relevante en estos términos es el nuevo énfasis en el protagonismo de las personas, del ciudadano común (aunque «conectado», lo cual no es matiz carente de importancia). ¿Cuáles podrían ser las notas características diferenciadoras respecto los dispositivos sociales convencionales? Podemos apuntar provisionalmente y de manera incompleta las siguientes características, que más que describir una realidad existente suponen un conjunto de aspiraciones (causas y efectos a la vez) sobre lo que debería presumir la sociedad «creativa» (aunque de hecho son atributos nada exclusivos de nuestro momento histórico): — El hábito de compartir, es decir una horizontalidad social que no se define por ser principalmente competitiva, ni siquiera como método que conduce a fines más valiosos. — Producción de colaboración e inteligencia distribuida y espontánea, escasamente dirigida; trabajo autorganizado y no jerarquizado. — Igualitarismo y libre accesibilidad, transparencia. — Los sujetos o autores individuales ceden ante la fuerza de los sujetos colectivos, masivos y anónimos, transindividuales y complejos. — Aspiración a la autonomía de gobierno, al autogobierno.
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— Emergencia de una tecnología social que se impone ante lo tecnológico convencional. — Tecnologías (de todo tipo) de código abierto. — Disolución de las dicotomías de funciones sociales: entre expertos y legos, entre autores y lectores, entre productores y consumidores, etc. — Procesos no lineales y creatividad. — Bienes informacionales, por lo tanto inmateriales, de utilidad indefinida, no desgastables, transformables y reversibles. — El tipo de propiedad ya no sería la privada ni la pública sino el llamado procomún. — Economía parcialmente independiente de la monetaria. — Frugalidad económica y grandes efectos con medios modestos. — Propagación de la información por contagio, complicidad y afectividad. — Flexibilidad y capacidad de adaptación extremas. — Un estilo de pensamiento que podría calificarse como conexionista o también ecologista generalizado. — Cuestionamiento de los procesos físicos expansivos de carácter indefinido debido a la constatación de límites absolutos. — Reconocimiento del carácter terriblemente conflictivo de la situación contemporánea. — Etc. Nótese que ninguna de los cualidades mencionadas son exclusivas de Internet o de las tecnologías telemáticas; ni siquiera son novedades históricas, pues la vida cotidiana, al menos hasta la introducción de los comportamientos reglados típicos de la modernidad, ostenta tales atributos (son cosas de sentido común, como dice José María Romero). No obstante la aparición de unas condiciones espaciotemporales derivadas de lo que Virilio denomina «velocidad absoluta» (la de la luz en el cibermundo) ha resultado crucial, propiciando la aparición por doquier de densidades territoriales (que engloban lo social) de carácter crítico (debido a que se alcanza una masa crítica de agentes en copresencia, lo cual produce fenómenos de emergencia de creatividad impensables de otro modo) que se manifiestan en la aceleración de procesos inventivos que atañen a la transformación tanto de las estructuras como de las subjetividades y la consiguiente profundización de la naturaleza cyborg de las terminales de la Red, como acoplamiento (real y operativo, no metafórico) entre un agente humano y una máquina cibernética. En contra de una opinión muy extendida, las nuevas tecnologías, lejos de cancelar las capacidades preexistentes, las potencian, y de modo principal los poderes del cuerpo, y con ello la relación presencial directa. Acudiendo a un precedente histórico podríamos compararlo con el fenómeno de emergencia del lenguaje hablado, el cual no sustituyó a la comunicación gestual, contribuyendo decisivamente al desarrollo de las artes corporales, tal como la danza.
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Esto es un ligero esbozo de la cultura de la que hablamos, a la que aspiramos, o mejor dicho, las condiciones de posibilidad de la cultura creativa contemporánea, tal como la entendemos. Pasamos ahora a comentar cuál es nuestra propuesta para el proyecto de actuación en La Casa Invisible. Nuestra tesis es que el inmueble de la calle Nosquera nº 11 no solamente es un espacio apropiado para los que se denominan «creadores invisibles», sino que la actuación sobre él es inseparable del proyecto cultural que desde hace casi año y medio están llevando a cabo. La idea central del planteamiento de dicho proyecto coincide plenamente con lo que Heidegger explicaba acerca del habitar como algo muy próximo al construir; no se trata en este momento de acudir a la manida cita erudita, sino de rescatar el pensamiento del filósofo alemán, ahora más oportuno que nunca. Tampoco se trata de aplicar una receta, más bien destacar una coincidencia que se explica fácilmente por tener una base común en el zócalo profundo del devenir social y cultural contemporáneos. El proyecto convencional moderno, el que constituye el canon de la práctica de los arquitectos, aborda el «problema» del ajuste entre las actividades y las necesidades de los futuros usuarios con los espacios que han de construirse para albergar dichos usos y personas. Sin embargo esta ecuación funcionalista que en origen hace depender la definición de los espacios respecto un previo análisis de quiénes y cómo habitarán el futuro edificio, ha invertido totalmente el orden de los factores en la operatividad del profesional (y por supuesto en la mente de los promotores, para los que sólo existe el usuario-consumidor, al que ni siquiera se puede llamar «habitante» en el sentido antes mencionado), volviéndose una «variable dependiente» según el método habitual de redactar proyectos, partiendo de la suposición de unas ciertas necesidades para las que existe un completo catálogo, sumamente codificado, de parámetros espaciales y técnicos, limitándose el estudio de la funcionalidad arquitectónica a combinar o distribuir los espacios para que funcionen del modo más eficiente, siempre según los presupuestos del mismo saber arquitectónico; constriñéndose a una tarea casi mecánica en la mayoría de los casos, olvidándose de que en gran medida el sentido social de su trabajo consiste en proporcionar una habitación adecuada a unas necesidades sociales siempre irreductiblemente singulares, para las que poco valen las recetas arquitectónicas que reciben el nombre de «tipologías». (Debemos advertir que esto no supone juicio moral alguno hacía los profesionales de la arquitectura ni, por supuesto, en relación con el proyecto, ya redactado en su fase básica, para el edificio de emprendedores culturales previsto por el ayuntamiento en el mismo inmueble que ahora es conocido como Casa Invisible.) Se trata por tanto de la aplicación de un saber teoremático, en el que la teoría es previa y define cómo debe ser la práctica, método que lamentablemente se ha hecho habitual en todos los saberes heredados (por
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eso precisamente los consideramos obsoletos), incluyendo la práctica científica clásica, en estos momentos severamente en crisis. El proyecto que proponemos recupera la relación viva entre habitantes y lugar, y justamente según las pautas de lo que antes se ha presentado como la creación cultural contemporánea. En este caso es especialmente oportuno, tal como ha expuesto el experto en gestión cultural Santiago Eraso en relación con su propia experiencia en el centro donostiarra Arteleku, donde optaron al final por definir los espacios una vez decididas las actividades, sumamente variadas y diferentes unas de otras y en permanente cambio, lo que supone un análisis de sus requerimientos y una negociación de lo que conviene hacer. En este aspecto coincidió con la idea, defendida permanentemente por nosotros, de que la interacción de los usuarios con el edificio es parte del propio proyecto cultural. Con el fin de fijar ideas pondremos al final de este texto una comparación entre las características propias del proyecto arquitectónico convencional y las que nosotros pensamos debe tener un modo de proyectar que consideremos adecuado al caso y que no dudamos en atribuirle una fuerte carga de innovación cultural. Como se puede deducir de las consideraciones que se exponen en este texto semejante modo de actuar está impregnado de las mismas características que antes hemos atribuido a tal proceder cultural creativo, y que podemos resumir de la siguiente manera: — La participación social extendida a todos los ciudadanos, no sólo con derecho a informarse sino a participar de una manera activa en las decisiones y en la vigilancia de su aplicación. — Un entendimiento nuevo de lo referente al tiempo: antes lo valioso se atribuía a lo que permanecía inalterable, al objeto cerrado y claramente definido; ahora todo está en proceso, y no sólo de tipo acumulativo, sino también disruptivo, es decir creativo. — Relevancia de los bienes inmateriales, es decir de todo eso que ha propiciado que la sociedad actual sea retóricamente definida como la del conocimiento. Pero la consecuencia es que una economía de los bienes inmateriales no es una economía de la escasez. — Sin que sea contradictorio con lo anterior, más bien parte de una misma situación, constatamos una nueva importancia de lo territorial y, en primer lugar de ese territorio primario e íntimo que llamamos cuerpo. — No separación de medios y finalidades, lo que de por sí nos informa de todo un posicionamiento ético. [Tabla] Diferencias entre la arquitectura convencional y la propuesta para la Casa Invisible de Málaga.
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ACTUACIÓN ARQUITECTÓNICA CONVENCIONAL
MODO DE ACTUAR QUE PROPONEMOS
SOBRE LOS SUJETOS Y AGENTES Tarea exclusiva de un grupo reducido de ciudadanos reconocidos como expertos; sólo los promotores pueden influir sobre tal proceso. Separación entre los que saben y los legos.
Tarea de una comunidad con gran riqueza de especialidades diferentes. Todos saben y todos son también ignorantes; la cuestión es el intercambio de conocimientos y habilidades.
El proyecto es una propiedad intelectual sujeta a estrictos condicionantes legales de reproducción y utilización, definidas en el régimen del copyright.
El proyecto es un procomún, una propiedad que no es ni privada ni pública, sino de todos, con condiciones de reproducción y utilización de acuerdo con el régimen de copyleft.
Existe una estricta definición de funciones sociales, por un lado la actividad de los agentes (promotores y técnicos-autores) y por otra la pasividad de los receptores (usuarios futuros).
El usuario es un ciudadano activo, al mismo tiempo productor y receptor, mientras que los técnicos, expertos en un saber especializado, entran en un proceso de aprendizaje y continua reformulación de su propio saber.
Sólo los promotores y los técnicos o autores se benefician de tal proceso, en cuanto adquisición de conocimiento nuevo, manifestándose en el enriquecimiento de los modelos proyectuales propiedad de los técnicos.
El proceso proyectual es la ocasión para crear sociabilidad; se trata de un catalizador de procesos sociales. El conocimiento adquirido adopta la forma de una nueva capacidad estratégica de la colectividad implicada en dicho proceso.
SOBRE EL PROCESO PROYECTUAL El proceso de redacción culmina en un proyecto único (ineludiblemente necesita una licencia de obra mayor). A partir de una definición previa de necesidades según estándares propios de un hipotético ciudadano medio, en realidad producto del imaginario de los profesionales, pertenecientes en su mayoría a la clase media. El modelo de la tecnología directa define un proceso cerrado (caja negra).
Se despliega en una serie sin fin predeterminado de pequeños documentos (puede realizarse en muchas de sus fases con licencias de obra menor). Las necesidades aparecen e informan el proyecto a medida que la actuación material se lleva a cabo; ésta (y con ella el mismo proyecto) continúa mientras haya necesidad de adaptación a los requerimientos de los habitantes (es decir, toda la vida). La combinación de tecnologías directa e inversa producen procesos abiertos y transparentes.
La magnitud del esfuerzo empleado y de la documentación realizada hacen muy costosos los procesos de revisión.
La fragmentación de fases de pequeña entidad y coste facilitan los procesos reversibles y proporcionan plasticidad y capacidad de adaptación.
Hay una estricta separación entre medios y fines u objetivos, entre método y contenido específico de cada proyecto.
El proyecto como instrumento o medio es ya un fin en sí mismo, desde el momento en que está cargado de subjetividad y sociabilidad humanas; el método se construye a la vez que el contenido.
Se supone que las necesidades de los nuevos usos y la rentabilidad de la operación son en general incompatibles con el edificio existente, lo que conduce a su sustitución, sólo atemperada por las limitaciones normatvas, habitualmente dirigidas a conseguir una escenografía urbana tipo parque temático.
Las posibilidades de uso de los espacios habitables de los edificios antiguos son a menudo insospechadas; el aprovechamiento de las condiciones propias de esos edificios surge a menudo en el curso del acomodo espontáneo de los usuarios, de un proceso de habitación, entendido como “diálogo” vivo entre los habitantes y el lugar de habitación.
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ACTUACIÓN ARQUITECTÓNICA CONVENCIONAL
MODO DE ACTUAR QUE PROPONEMOS
EL PROYECTO DESDE EL PUNTO DE VISTA ONTOLÓGICO El proyecto es un objeto (material y discursivo) macroscópico y pesado.
El proyecto es una multiplicidad de objetos de pequeño tamaño por lo que puede ser definido como un proceso más que como un objeto.
El proyecto es un modelo, un constructo teórico de validez supuestamente universal.
El proyecto es una singularidad irreductible, del mismo modo que la casa, es decir la habitación más sus habitantes componen una realidad única.
ECONOMÍA DE LA ACTUACIÓN Gasto concentrado e importante tanto para honorarios del proyecto como para la ejecución de la obra. Existe la tendencia a incrementar la edificabilidad del edificio original, resultado de una mentalidad supeditada a la premisa de la actividad económica siempre en expansión y a la necesidad de maximizar la rentabilidad por encima de otras consideraciones no económicas.
El gasto se reparte a lo largo de las pequeñas actuaciones. Si se asume que físicamente lo que tenemos es suficiente; que el gasto del edificio original ya está amortizado; que no necesitamos lujos ni ostentaciones; y que es muy irresponsable obviar las externalidades sociales, económicas y medioambientales, la contención en la intervención aparece como una decisión acertada.
EN RELACIÓN CON LA OBRA La fase de redacción y aprobación del proyecto están fuertemente separadas de la realización de la obra: el proyecto sobredetermina la obra.
Proyecto y obra son polos de un proceso recursivo en donde se condicionan recíprocamente.
La actuación se realiza de una sola vez y por la envergadura de las operaciones y requerimientos de los medios utilizados se hace incompatible con el uso del inmueble.
Al llevarse a cabo de un modo paulatino y por segmentos del edificio, así como por la utilización de medios manuales, la ejecución de la obra es compatible con la utilización del resto de dependencias.
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[i] EcoBOX, ParĂs Izquierda: patio exterior adaptado mediante palets reutilizados a jardĂn y huerto urbano. Derecha: montaje del interior de la nave con dispositivo movil hecho de material reutilizado.
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Traducción al castellano de la discusión publicada originalmente en la revista Multitudes nº 31, Enero 2008. Traducción de Alejandro González.
¿Qué es lo que construye un espacio biopolítico? Una discusión con Antonio Negri. Anne Querrien, Doina Petrescu, Constantin Petcou. Atelier de Architecture Autogéree
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Toni Negri
—No sé si llegaron a vosotros las últimas noticias sobre los disturbios que se han producido recientemente. Me refiero a Dinamarca y a la lucha por un centro social, que las autoridades habían desalojado, y por el que la gente implicada no dejó de luchar durante todo el mes de Agosto. O sobre todos los aspectos increíbles que rodearon Rostock, en el perímetro del lugar de encuentro del G8, donde se organizaron toda una serie de revueltas urbanas. Hoy el lema de los movimientos autónomos europeos es «retomar la metrópolis, retomar la ciudad, retomar el centro» lo que se ha convertido en un grito común. Estos movimientos que nacen en el centro de las ciudades son, desde un punto de vista político, un asunto extremadamente importante. También hubo una gran movilización en Italia, en Vicenza —un antiguo bastión católico—, donde se sitúa una base de la OTAN. La gente se rebeló contra el proyecto de expansión de la base y la intensificación de actividades del aeropuerto militar, porque los alemanes habían decidido vaciar la gran base de la OTAN en Frankfurt y como resultado Vicenza se había convertido inmediatamente en la solución alternativa. Los americanos están transfiriendo todo su potencial de intervenciones militares a Vicenza y Udine —con miras sobre todo a Oriente Próximo— y a esto es a lo que la gente —no sólo del movimiento, sino residentes de la ciudad en general— se oponía. De este modo las luchas se extienden por el tablero: movimientos antiglobalización, grupos vecinales, católicos, pacifistas, ecologistas… Es un nuevo activismo, político y urbano, y es una imagen diferente de la ciudad. Por ejemplo la gente dice: no queremos que la guerra se instale en nuestras ciudades. Claramente, esto no tiene nada que ver con los centros sociales en la forma que toman a través de toda Italia o en cualquier lado o en Christiania. Pero es excitante. Lo de Christiania también es impresionante. Creo que hay unas 500 personas [1] N.d.T.: alude a los encarceladas en Copenhage. Este movimiento duró todo el bloques negro y rosa (Black Verano. Block y Pink Block), que Es un modelo de resistencia… A la primera no surgieron en el movimiento antiglobalización. había deseo alguno de provocación o confrontación directa y fueron calificados de «rosa». Pero como estaban luchando por su espacio y su libertad… ¡se convirtieron en «negros»! [1] Lo que es fundamental es el paso de una idea de construcción de lugares contraculturales a la idea de una resistencia activa. Constantin Petcou
—¿Conoces algún ejemplo reciente más que los de Christiania? ¿Experimentos que induzcan cambios «suaves»? Toni
—Decir «suavidad» es como intentar decir que la diagonal política puede existir fuera del diagrama biopolítico. O, diciéndolo de una manera más brutal, caricaturesca, como si los otros modos de vida pudieran estar por encima de la realidad de las relaciones de poder; como si uno pudiera estar «fuera» de
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las relaciones de poder. Soy de la opinión que uno ha de considerar siempre la diagonal política dentro del diagrama biopolítico. No se puede creer que las acciones que tocan a la vida en todos sus aspectos más concretos —en el contexto biopolítico, en el contexto urbano— pueden estar «separadas»: estamos siempre atrapados en relaciones. En tus análisis, en tus relaciones, siempre debes considerar la relación que existe entre la diagonal política y el diagrama biopolítico. Constantin
—¿Qué es exactamente el diagrama biopolítico?
Toni
—El diagrama biopolítico es el espacio en el que el fenómeno de la reproducción de la vida organizada (social y política) es controlado y capturado en todas sus dimensiones —tiene que ver con la circulación del dinero, la presencia policial, la normalización de los estilos de vida, la represión, la explotación de la vida, con la doma de las subjetividades…—. Frente a esto está lo que yo llamo la «diagonal política», esto es, la relación que tienes con estas relaciones de poder y que no puedes evitar tener. El problema es saber en qué lado estás: en el lado del poder de la vida que resiste o en el de su explotación biopolítica. Lo que está en juego en la ciudad a menudo toma su forma en la lucha por la reapropiación de una serie de servicios esenciales para la vida (la cuestión del alojamiento; la distribución de agua, gas, electricidad o telefonía; el acceso al conocimiento…). Constantin
—Aquí estamos hablando de luchas políticas de una escala más bien global, que nos resultan interesantes, pero que igual son menos interesantes para aquéllos que viven en la prisa del dia a dia, encajonados en un modo de vida que les es impuesto por otros. Cuando nosotros nos referimos al espacio biopolítico nos referimos a una escala bastante más pequeña del mismo, donde los habitantes «estándar» pueden encontrarse entre ellos y reformular sus vidas, que controlan todo lo bien que pueden. Todos los ejemplos de los que hemos hablado son muy importantes, pero hay muy poca gente interesada en ellos más allá de los activistas, en el sentido fuerte de la palabra. Nosotros estamos investigando sobre un activismo «blando» o «débil», que cualquiera puede llevar a la práctica, empezando por la oposición al consumismo, a proyectos locales indeseables por los cambios urbanos que producirían, etc. y en los que los activistas (en el sentido fuerte de la palabra), que están más interesados en los problemas globales, no están comprometidos. De este modo existe un desnivel entre los dos niveles de acción; puede que haya otra diagonal entre las escalas biopolíticas globales y las otras. Anne Querrien
—Con respecto a la exclusión, que es un importante fenómeno de los grandes centros urbanos europeos, la gente está emprendiendo
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pequeñas luchas y acciones de resistencia en una problemática que no es la de la representación de los excluidos frente a la sociedad global. Hay una serie de acciones que hacen uso de ocupaciones, no necesariamente mediante la okupación, sino mediante la negociación, para que estos espacios vuelvan a la vida de una manera que no sigue una lógica de exclusión sino de desarrollo de los micropoderes locales. Por ejemplo, ayer nos encontrábamos entre dos bloques de viviendas del Ayuntamiento, en el distrito municipal 20, un sitio que previamente había sido tan solo escombros y donde ahora —con dinero de la Delegación Política Municipal, el Ayuntamiento, el Consejo de Asuntos Culturales Regionales (DRAC) y la Prefectura— hay una especie de edificio donde se pueden celebrar encuentros, hay espacio para jardines y donde [2] Ver imágenes en incluso habrá una biblioteca. La gente de los bloques del otro lado página siguiente. de la calle venían a preguntar: «¿qué está pasando aquí?». [2] Doina Petrescu
—Es a través del espacio que podemos construir un vínculo con esta diagonal política, donde uno puede empezar por oponerse él mismo formulando contrapropuestas y de dónde un contrapoder puede surgir. Estos espacios —Felix Guattari hablaba de vacuolas— existen necesariamente para crear rupturas y especificar relaciones de poder de modo que aquellos subyugados por estas relaciones sean capaces de estar en primera línea para formularlas o confrontarlas; de otra manera éstos siempre se encontraran representados por otros, aquellos más politizados y acostumbrados a las luchas. Toni
—Todo de lo que me habláis es un campo fascinante de experimentación. Yo también pienso que los intersticios representan una dimensión esencial, porque le permiten a uno situarse en un espacio que es precisamente un inter-medio y que demanda que uno se enfrente al problema de los distintos lenguajes y el vínculo que hay entre ellos o el que hay entre las relaciones de poder (la explotación biopolítica de la vida) y la fuerza (la resistencia que es expresada en la práctica experimental de un espacio intersticial). Este es casi un problema artístico. La pregunta que siempre me hago —y que no se contradice con lo que decís— es, finalmente: «¿dónde está el éxodo a mi hogar?» ¿Cuál es el espacio para aquellos que quieren emprender un éxodo del poder y su dominación? Para mí, el éxodo a veces también requiere fuerza. Y ésta es, paradójicamente, un éxodo que no busca un «fuera» del poder, sino que afirma el rechazo al poder, la libertad en la cara del poder, en el interior de sus redes. Fuerza… me habláis de multitudes débiles, blandas… Y para mí, el uso de estos adjetivos es bastante problemático. En el caso de esta «débil» y moderada producción, ¿cuál es la producción de su subjetividad específica? ¿Cuál es la especifidad de esta producción? ¿A dónde nos lleva?
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[i] Le 56, Par铆s Interior y exterior de la actuaci贸n.
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Constantin
—En espacios como éstos hay sobre todo gente desempleada, retirada, artistas intermitentes; gente que tiene mucho tiempo pero no una subjetividad valorada socialmente en los entornos sociales y profesionales del capitalismo. A través de su implicación y la realización de actividades (cine, jardinería, música, encuentros…) crean posiciones, roles, subjetividades con las que construyen una agregación entre unos y otros. Y estas subjetividades sobrepasan la identidad porque es a través de la intersubjetividad que ellos llegan a ese punto, creando relaciones colectivas y, finalmente, esto también produce un proyecto mental y social. Precisamente esto pasa con el tiempo, a través de las prácticas cotidianas, en largos períodos de tiempo, lo que no es específico de las luchas frontales, altamente visibles (de hecho, Felix Guattari subraya la importancia de los «territorios existenciales» duraderos para la producción de subjetividad y heterogénesis). No se pueden producir espacios existenciales en movimientos que son demasiado agitados, así que debes unir las condiciones de heterogénesis, que es lo que nosotros definimos como alterología. Cuando dejas a los otros manifestarse por ellos mismos y construir su subjetividad, hay menos violencia, se escucha más al otro: hay más reciprocidad. E incluso se pueden alcanzar dimensiones políticas sin que estuviera previsto desde el principio, como pasó con ECObox: hay gente que vino al jardín, que empezó a tomar parte en los debates y que finalmente acabó protestando frente al Ayuntamiento con pancartas; entre ellos gente que ni siquiera tenía «papeles». Nunca imaginaron que acabarían así; y fue posible porque había un grupo, no estaban solos, y porque sus acciones y su proyecto eran coherentes, una obvia «buena causa». Y es sin duda difícil entrar en esta alterología, porque el capitalismo fundamentalmente enfatiza una lógica de individualismo. ¿Ves contradicciones entre las distintas escalas biopolíticas: abstracta, general, simbólica… y las escalas cotidianas, ordinarias? Toni
—Hay algunas concepciones de lo biopolítico que lo consideran tan sólo como el campo donde la expresión del biopoder se despliega en la realidad como la forma extrema a través de la cual la fuerza racional o burocrática —e instrumental— del poder político consigue organizarse. Contrariamente, es obvio que el biopoder es algo que se desarrolla a varios niveles: primero al nivel de los micro-conflictos, esto es, allí donde ni la represión ni el consenso son extendidos, pero donde el conflicto se reintroduce constantemente. Después en un segundo nivel, cuando esta situación de conflicto también es productiva —los momentos de lucha también son momentos de producción de subjetividad—. La lucha de clase como una lucha de clases no es muy interesante. Lo que es interesante es la lucha de clase como fábrica de conflictos, donde las subjetividades proponen y construyen por ellas mismas a través de
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situaciones de conflicto. La explotación es el núcleo de este proceso; está en el centro de lo biopolítico. La intensidad de la explotación es algo que alcanza al alma —no malinterpretéis el término—: pasa a través del cuerpo y toca la manera en la que pensamos, nuestras imaginaciones, deseos y pasiones. Y es sobre esto, sobre esta intensidad corporal y su completa singularidad que uno debe determinar su resistencia. Doina
—Si, pero… ¿cómo? Esa es la cuestión.
Toni
—A través de la acción, a través del «hacer», a través del ponerse en marcha. Es el único camino. En el pasado uno podía imaginar un mundo en el que la anticipación intelectual era un complemento para la acción, y la hacía capaz de alcanzar un cierto nivel de universalidad. Hoy, la producción material es alimentada por la producción intelectual, las dos están entrelazadas y forman parte de este contexto biopolítico. Sin la producción intelectual no existiría este gigantesco poder del capitalismo. Y, simultaneamante, uno debe ser capaz de imaginar una resistencia completa en la que los elementos corporales e intelectuales sean inseparables, y que en vez de ser el campo donde la dominación capitalista se consolida y reformula sean la verdadera materia para una nueva organización de resistencia. Para mí, el problema es construir otra sociedad en la que existan libertad, igualdad, solidaridad… y alegría. No soy pesimista, no creo que debamos limitar la resistencia a pequeñas unidades, a micro-unidades. Tengo una comprensión de la historia llena de saltos, discontinuidades, rupturas, una acumulación de estas cosas «blandas» de las que habláis que, para mí, no excluye en absoluto que nos lleven a un umbral desde el cual uno pueda romper violentamente y crear un evento, algo nuevo. Doina
—Pero precisamente para alcanzar este umbral hace falta un tiempo de acumulación. Toni
—Uno no debe teorizarlo. Todas las traiciones han surgido siempre a través de una noción de que el tiempo era más importante que la imaginación de la ruptura. Obviamente, hay tiempo —el tiempo de la ciudad, del trabajo, del viajar, aquel entre la vida y la muerte—, está dado, está ahí. Pero… ¿para qué teorizarlo? Vengo de una generación que polemizó sobre todo: reformismo, traición y, también, tiempo… Constantin
—Y en tu opinión, ¿quién construye hoy en día espacios biopolíticos? ¿Conoces ejemplos a pequeña escala?
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Toni
—Sólo conozco aquellos alrededor mía. Por ejemplo, en Venecia, conozco grupos de personas que ocuparon sus viviendas. Se juntaron y construyeron espacios —de solidaridad, de cotidianeidad, de luchas compartidas, de producción comunal—. Esto puede tomar la forma de las cooperativas en las que trabajan, o de asociaciones de ayuda mutua para los más vulnerables, migrantes, desempleadas, enfermos, personas mayores… En este contexto son situaciones sindicales tipo, pero trabajando contra los sindicatos oficiales… y haciéndolo muy bien. Se hacen cargo de un territorio muy extenso, muy complejo, pero también muy rico y contradictorio, que moviliza a muchos hombres y mujeres y que experimenta con otros modelos de intervención política y organizativa y, más ampliamente, con otros estilos de vida. De cualquier manera, hay dos maneras de entender esto. A un lado, tienes la «manera ONG» y, en el otro, la manera «movimiento social». En Italia es éste último el que está ganando más y más terreno. Por ejemplo, en Padova, el Ayuntamiento aprobó toda una serie de medidas contra el desorden y la imagen negativa que resultaba de la acusación que responsabilizaba a la prostitución de la degradación de la ciudad. Pero los residentes de muchos barrios organizaron una «reacción contra la reacción», contra el alcalde y en solidaridad con las «chicas». Hubo manifestaciones y se llegó tan lejos como ¡para tapiar la puerta del alcalde con ladrillos! Más allá del asunto de la prostitución, protestaban contra una represión normalizadora que reinaba en sus vidas en un sentido más amplio. Fue un travesti brasileño —magnífico a la cabeza del asunto— con un excepcional talento oratorio y una finura política increíble, el que lo gestionó, organizó y desarrolló todo y el que lo encauzó a una lucha común por todas las libertades. Así que planteo: ¿cómo va uno de la represión de la prostitución a la creación de un «pequeño jardín para todos»? Constantin
—¿Cómo se juntan estas acciones de pequeña escala y se organizan para alcanzar un escala mayor? Toni
—Estas escalas son muy distintas. Hay un nivel de participación mínima: por la tarde la gente come o bebe junta, viven en el mismo vecindario y, por ejemplo, un dia ocuparán pisos vacíos y se auto-organizarán. Lucharán por mantener su ocupación. Hoy en día, este es un fenómeno creciente, no sólo porque hay una necesidad de esto, sino también porque es una nueva manera de vivir y luchar, de crear, de organizarse juntos… Al principio, éste era completamente un asunto de la clase trabajadora: trabajadores ayudándose unos a otros siguiendo una tradición muy antigua, pero de una manera completamente reinventada por la reciente industrialización de nuestra sociedad. Son básicamente prácticas asociativas, pero que suponen alternativas al movimien-
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to de los trabajadores, porque éste acabó reduciéndose un número determinado de mecanismos estalinistas. Prácticas alternativas, seguro, pero todavía completamente de clase trabajadora. Los trabajadores acabaron ampliando sus demandas: no sólo alojamiento, sino además retribución por las horas gastadas yendo a trabajar todos los días, por ejemplo. Cuando sus jefes se negaron a concederles esto, ellos ocuparon la casa vecina a la fábrica, para estar más cerca. En Italia, donde comenzó en los 60, éste ha sido básicamente el proceso. Más tarde, en la crisis de los 70, un aspecto fue el de la resistencia armada con, por ejemplo, fenómenos de lucha contra, sobre todo, la defensa de los privilegios y la posición social de algunos. La violencia saltó a escena y te aseguro que las formas «debiles» o «blandas» de solidaridad que tienes en mente fueron a menudo el elemento fundamental sobre los que se construyó la lucha armada, porque era un territorio donde la confianza era esencial. Paradójicamente, lo «blando» a menudo generó una violencia real, porque uno se encontraba a si mismo en una reacción afectiva que tenía más que ver con la complicidad nacida de la cercanía que con una decisión política… Uno ha de tener cuidado con esto… Después hubo terribles reveses, que tuvieron consecuencias: represión política, drogas, desarraigo; y, algo más tarde, el renacimiento de los «centros sociales»; lugares donde uno buscaba juntar nuevas experiencias políticas, intentando relanzarlas e inventar algo nuevo… En realidad, es en Italia a comienzos de los 90 que todo comienza de nuevo, y es también una nueva generación. Una nueva generación que no tiene la misma historia, que está redescubriendo lo político. No la política institucional, sino más bien otra relación con lo político, en la que lo que yo llamaba la «diagonal política» se hace posible. Esto tiene que ver con la creación del partido verde; son ellos los que lo construyeron, en parte instrumentalmente, para tener una estructura que se pudiera beneficiar de la asistencia ofrecida por varios gobiernos municipales y, en parte, porque las preocupaciones por el estado del planeta empezaban a surgir como un campo para luchas comunes… En Italia hay muchos ejemplos de esto… Todos caracterizados por dinámicas de «movimiento social». Usando vuestro «modelo», si uno puede llamarlo de tal manera, de aquí en adelante: un modo intensivo, casi interiorizado, en el que el pasaje hacia la formación de una «conciencia», de un «darse cuenta» común —incluso siendo éstas expresiones horribles, y no debería decirlo así— es esencial. Este es un entrenamiento fantástico, absolutamente real y al mismo tiempo utópico donde cada persona se reinventa a si misma con las otras… No considero que el calificativo utópico sea algo negativo como tal, pero prefiero que no sea usado para escapar a la materialidad de las relaciones de poder, de la realidad —porque es ahí donde uno debe actuar y no en una dimensión onírica irreal…—. Y sé exactamente que vuestra respuesta va a ser: «nosotros ya estamos en el proceso de transformarnos a nosotros mismos a cada instante». Sí, pero en la cruda realidad yo también necesito algo que no dependa de la
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representación de lo que ya está ahí. Un salto en el que uno pueda empezar a hablar no sólo de solidaridad, sino también de democracia, por ejemplo. Hay un momento en que uno debe dar el salto, este pasaje, para plantear el verdadero y gran problema que está detrás de todas estas micro-prácticas de las que hablamos y pensar cómo darle respuesta… Constantin
—De hecho hablamos sobre ellas, no directamente pero trabajando mucho sobre estos asuntos. El hecho es que no hay jerarquía entre los tipos de actividades porque, volviendo a los ejemplos básicos, hay gente que vino a hacer jardinería y acabó debatiendo sobre política y cultura, pero ¡nunca pasó lo contrario! Estamos intentando crear transversalidades en direcciones diferentes, en todas cuando es posible y esto tiene mucho que ver con la mocracia, con las condiciones de igualdad y con el acceso al conocimiento. Toni
—¿En qué pienso cuando defino un contexto biopolítico? Por ejemplo sobre la cantidad de dinero que el Estado o las instituciones capitalistas, independientemente de su contexto específico, ponen en juego. Pero también, de manera «mezclada», sobre las vidas de la gente. No hay un contexto «puro» que sea totalmente político —o apolítico— o, en otro nivel, un contexto de miseria total o esterilidad total o un espacio que esté totalmente liberado en relación a estas mismas relaciones de poder. Para mí esto es lo interesante acerca de los intersticios: llevar los testimonios a la complejidad, volverlos un arma en vez de estar subyugados a ellos como si fueran una «impureza» o una «debilidad». Por consiguiente, para mí, este es el paso de una temática de solidaridad y activismo «débil» a un activismo más fuerte o a una reflexión más general sobre la democracia, lo que significa tener todas estas cosas en cuenta. Constantin Toni
—¿Qué hay que tener en cuenta, exactamente?
—Todos estos flujos que se intersectan, y que son flujos reales.
Doina
—Tan pronto como aislas un espacio cualquier cosa se representa ahí: todos los conflictos sociales, flujos y cuestiones son planteadas… aquellas sobre los recursos, sobre el tiempo de compartir o de apropiación. Toni
—Con el trabajador-masa, hace treinta años, era imposible intentar, siquiera imaginar, semejantes formas asociativas. Todo esto era rápidamente reducido a la familia, a formas de reproducción social, a ciertos tipos
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de agregación o, en el mejor de los casos, a una cooperativa, generalmente como parte de una célula de partido. Estoy completamente convencido que las nuevas formas de producción, comunicación y circulación de lenguajes y conocimiento son de enorme ayuda para hacer trabajar los elementos afectivos —esenciales para las nuevas formas de «asociación»—. Estamos, hoy en día, en un contexto biopolítico de trabajo inmaterial (con una componente intelectual y afectiva), un contexto en el que lo que era considerado un «individuo» es repensado como una «singularidad» en un flujo de singularidades plurales y diferentes que construyen relaciones y distribuciones compartidas, componen lo que son y crean un nuevo «común». Esta no es la antigua superestructura, es un material base en el que cada uno se inserta mientras permanece abierto a la posibilidad de construir un nuevo ser, nuevos lenguajes, nuevas relaciones y estilos de vida, un nuevo valor... Y estoy convencido de que en ningún sitio esto es tan visible y lleno de fuerza como en la dimensión urbana. Algo se ha movido y se ha autoorganizado en la ciudad —evidente en lo sucedido en las banlieus parisinas— y es algo fundamental. Uno podría mencionar multitud de ejemplos distintos. En Rostock, este verano, fue la primera vez en Alemania que los movimientos fueron más allá del límite tradicional definido por trabajadores y sindicatos. Este es un salto importante. Pero, antes de Rostock, hubo otras experiencias nuevas en Europa. La organización de los trabajadores precarios, la producción urbana y los espacios urbanos… Desde el punto de vista de la organización social todo esto es extremadamente nuevo. Hay muchos inmigrantes en ciertos sectores del trabajo inmaterial, hay una inmigración intelectual y cualificada, y en un sentido más amplio una inteligencia social que está por todos los lados, incluso en los migrantes «económicos», que solían estar menos cualificados. La relación con el conocimiento y la cooperación ha desplazado completamente la diferencia entre lo material y lo inmaterial y la cuestión de la cualificación incluyendo aquella en la ilegalidad o en la más absoluta precariedad… Doina
—Creo que los espacios de los que estamos hablando permiten exactamente éso… Transitan a través de múltiples tipos de ocupaciones… Algunas son ilegales, otras pueden ser negociadas, pero diría que el hecho de tener un espacio es extremadamente importante. Lo que yo entendí de tu seminario sobre la metrópolis es que, de hecho, la metrópolis actual como espacio de producción biopolítica es algo así como el equivalente a una fábrica y ha de ser vista como el espacio de resistencia y lucha. Es en la metrópolis donde tenemos que crear estos espacios de encuentros que pueden tomar diferentes formas. Incluso el espacio de un café puede ser importante. Para que éstos sean acumulativos, ha de haber recurrencia, repetición, continuidad y temporalidades sociales a largo plazo. Es bueno tener Rostock, pero también es bueno que Rostock viniera después de Edimburgo, que haya recurrencia y continuidad por todos los lados.
~/CdH/_AAA–Toni_Negri_/Qué_es_lo_que_construye_un_espacio_biopolítico
Constantin
—La dimensión política no es natural. Es más que una dimensión social. Ya mismo los elementos políticos se aprenden a través de la educación; hay diferentes tipos de culturas y sociabilidad, y la política es incluso más, de este modo, toma parte en los derechos constitucionales de uno, en la democracia e igualdad. Para mí la subjetividad, lo pre-individual, es un tipo de condición pre-política. Para ser capaz de actuar políticamente uno debe estar ya en algún sitio y de este modo, nosotros, a través de nuestras acciones intentamos recibir la emergencia de las subjetividades para después, si es posible, ir más allá. Pero no creo que cualquiera pueda, tal cual, actuar en una escala política grande y conectarse a las redes activistas. Antes, las luchas políticas tomaban lugar en los espacios de trabajo, a través de la figura del trabajador industrial... este es cada vez menos frecuente como caso. A veces definimos los espacios en que estamos trabajando con los habitantes como sindicatos de vecinos porque, desde que el espacio de trabajo no funciona más como puerta de entrada a la política, el habitante, incluso el inmigrante ofrece una entrada a otras formas de práctica política. Toni
—Yo incluso le propuse al secretario general del sindicato del metal italiano transformar los consejos obreros en centros sociales urbanos… Si la ciudad es el lugar donde se produce la creación de valor, debería ser evidente que debemos transformar los consejos obreros en lugares que ya no están reservados sólamente a los operarios del sector, y que deberían estar abiertos a todos los hombres y mujeres que permiten la producción… Debería haber sindicatos ciudadanos, en el que una preocupación fundamental sea el cuidado de los más frágiles y explotados: los migrantes, las mujeres, los jóvenes y mayores… El secretario general no estaba en contra de la idea, incluso parecía bastante fascinado con ella… Doina
—Me gustaría plantear otra cuestión sobre la invención y la creatividad porque, como dices, de alguna manera forzaste a este personaje político hacer algo nuevo e inesperado: mirar los mismos espacios de otra manera, transformarlos de bolsas en centros sociales; en mi opinión, esta es una acción creativa. Toni
—En realidad creo que un lugar biopolítico, como la ciudad, es un espacio de mestizaje, de encuentros… y, sobre todo, de una expresión política, ética e intelectual que cada vez tiene mayor importancia. Uno debe imaginarse esto exactamente del mismo modo en el que uno ha considerado siempre al lenguaje o a la construcción de la riqueza: como acumulaciones. Pero éstas
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son más que una simple adición de partes. La creación no es el acto de un genio y, ciertamente, no es algo individual o algo que sólo pertenezca a las vanguardias. Esta es la razón por la que el copyright siempre es algo profundamente arbitrario y casi criminal: es un acto de apropiación a costa de una realidad común de la multitud. Y la política, esta política de la que hablamos, tiene que ver con la organización, la estructuración y la institucionalización de lo biopolítico como una subjetivación del común y la resistencia. Lo biopolítico está lleno de posibles instituciones. La institución es también un excedente de realidad. El Estado es más viejo y pobre que estas instituciones. Ya desde que entendí esto comencé a pensar que la institución debería convertirse en una realidad continuamente abierta en la que los poderes constituyentes no serían excluidos, sino integrados. Una institución en permanente transformación. En general, el poder constituyente es visto como algo que sirve para fundar un sistema, y tan sólo eso. En las fuentes del sistema jurídico el poder constituyente no aparece como tal, ¡es pre-jurídico! Debe ceder su sitio al poder constituido como único creador de instituciones. Esto es de lo que uno debe desprenderse: no; el poder constituyente puede ser un elemento jurídico, esto es, una institución que debe constantemente producir otras instituciones. Entonces, se necesita un lugar para que esto suceda. Hoy en día creo que este lugar es la ciudad. Constantin
—¿Y cómo se puede mantener de modo casi permanente este poder constituyente para que no se institucionalice? Toni
—Un poder constituyente produce sujetos, pero estos sujetos deben juntarse. La producción de subjetividad no es un acto de innovación o el destello de un genio, es una acumulación, una sedimentación y, de cualquier manera, algo en permanente movimiento. Es la construcción del común mediante la constitución de colectividades. Hay muchos movimientos que no dejan ninguna acumulación real. Mientras que otros sí. Piensa tan sólo en cuando ocurrió la rebelión increíble de las banlieues. La próxima vez se partirá de un escalón más alto, políticamente hablando. Hay umbrales de acumulación irreversible. Piensa en Rostock: no quiero decir que fuera un nuevo 1905 revolucionario, el comienzo de un nuevo ciclo de revoluciones. Lo que digo es que es la primera vez en Alemania, desde las protestas anti-nucleares de mediados de los 80 en la que ha habido una verdadera movilización nacional para la que los elementos construidos por la base, las formas de cooperación y articulación, las discusiones y puntos de consenso entre la gente que experimenta con prácticas como las tuyas o con otras, aquellos que han vuelto a la política dándose cuenta de que lo que está en juego aquí es la vida… más brevemente, en la que todas estas experiencias de mediación con la diagonal política se han vuelto fundamentales. Un ámbito entero de la creatividad política y social se ha acumulado y encontrado la oportunidad para expresarse a si misma, tomar forma e intentar autoorganizarse. Y esta no fue una insurrección salvaje, espontánea y descon-
~/CdH/_AAA–Toni_Negri_/Qué_es_lo_que_construye_un_espacio_biopolítico
trolada. La dimensión urbana es fundamental, tanto como la cuestión del precariado; uno debe por ello repensar la construcción y la organización de lo político desde la base. El problema de la democracia no es sólo el del anti-fascismo: es la disposición de metas, la construcción de dimensiones conflictuales y proyectuales compartidas, es la confluencia y la creación de lo común a través de las diferencias… es la capacidad de trabajar en común.
...es la capacidad de trabajar en común.
[Propuestas]
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Carpapilio Javier Carbajo y Daniel Villalonga Daniel Villalonga estudió arquitectura en Madrid, y pronto se interesó en disciplinas satélite como la producción de proyectos y eventos con otros profesionales con intereses comunes, como pueden ser el diseño, las instalaciones o la arquitectura efímera. En 2011 diseña para La Ciudad de la Cultura Container Inside, un museo portátil autogestionado por artistas independientes. Su línea de trabajo actual consiste en realizar pequeñas envolventes a partir de materiales reciclados. Su último proyecto, Globus Popus, sobre estructuras hinchables a partir de un globo aerostático, junto a la diseñadora Lucía Mestre.
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http://cargocollective.com/container_inside [1] http://globuspopus.com/ [2] Javier Carbajo, pendiente de entregar en el PFC en la ETSA de Sevilla: «me resulta muy interesante y gratificante acabar construyendo con tus propias manos un diseño, algo poco habitual en la profesión. Inquietudes: la construcción eficiente y sostenible; la hibridación de la arquitectura con otras disciplinas.»
Montaje de una maqueta a pequeña escala mostrando el sistema de plegado de la pieza.
~/CdH/_Javier_Carbajo–Daniel_Villalonga_/Carpapilio/
La Caja de Herramientas nos ofreció la oportunidad de llevar a la práctica un proyecto teórico que estábamos desarrollando en esos momentos para la universidad de Sevilla. En ese momento nos interesó especialmente la reutilización de materiales y el reciclaje junto a la posibilidad de poner en común los distintos proyectos con diferentes profesionales para desarrollarlos colectivamente. El prototipo realizado es una bóveda plegable construida con cartón. Se puede utilizar como aula taller, exposiciones o meramente como soporte de proyección. Se puede plegar y transportar con facilidad dando pie a diversidad de usos según la necesidad. El proyecto parte de un patrón de plegado de origami que reduce las piezas a un módulo triangular que se repite según la profundidad deseada de la bóveda. La relación entre base y altura del triángulo define la altura libre de la bóveda que una vez plegada se puede cerrar en un anillo o en un arco, por lo que buscamos una dimensión lo suficientemente grande para que cupiese una persona. Dentro de los materiales planteados para la construcción necesitábamos una unidad suficientemente rígida y de fácil acceso, razón por lo que nos decantamos por el cartón como material base, ya que se encuentra con abundancia y gratuidad. Las juntas entre piezas es lo más delicado y se resuelven con cinta americana por ambos lados o tela pegada con cola que da unidad a toda la manta.
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[i] Vista de los m贸dulos de cart贸n y planos de ensamblaje.
~/CdH/_Javier_Carbajoโ Daniel_Villalonga_/Carpapilio/
Esta propuesta es una estructura portรกtil de cartรณn reutilizado a partir de cajas estรกndar. Basa su sistema de construcciรณn en el origami y se planteรณ localizado en el patio trasero de CSOA Sin Nombre, aunque es una estructura portรกtil que, dado su carรกcter de cubierta desmontable, puede utilizarse en distintas situaciones como infraestructura de eventos temporales o como complemento semipermanente a otro espacio, autรณnomo o privado.
Montaje de la pieza sobre una posible ubicaciรณn en el patio trasero de CSOA Sin Nombre
Su sistema de construcciรณn estรก modulado en piezas de cartรณn plegado que se ensamblan unas a otras, tras reforzarse previamente mediante cinta americana en los encuentros y diagonales.
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Huerto de Barriles Luis Gorostiza y Antonio Gros Luis Gorostiza (Pontevedra, 1980) Arquitecto por la ETSAM. Tras una primera experiencia en Madrid, donde participa en tanto en el desarrollo de proyectos de ejecución como en la presentación de concursos, en octubre 2009 emigra a África occidental, actualmente residiendo en Burkina Faso, trabajando principalmente en el Plan de Inversiones Inmobiliarias de la FUNDACION 2IE como arquitecto y director de la célula de gestión y desarrollando otros proyectos en paralelo. Las preocupaciones principales de su trabajo han sido la optimización de recursos constructivos limitados para crear espacios arquitectónicos de calidad; la adaptación de esa arquitectura al clima extremo del país utilizando el mínimo de recursos energéticos artificiales; el estudio de los materiales y técnicas de construcción vernáculas como parte de esta estrategia global de sostenibilidad constructiva y de confort. Antonio Gros (Ceuta, 1977) Arquitecto por la ETSAS. Después de 4 años en Madrid, donde compagina el trabajo en un estudio internacional de arquitectura con la realización de numerosos concursos de vivienda y espacio público, se traslada a Granada para cursar un máster de paisajismo y enfocar sus intereses hacia la interacción entre arquitectura y paisaje.
Fragmento de la planta de la propuesta, donde se plantea la correcta ubicación de la misma en función de los dos usos propuestos: huertos -sur- y grada -norte.
~/CdH/_Luis_Gorostiza–Antonio_Gros_/Huerto_de_Barriles/
De las cerca de 300 000 toneladas de neumáticos fuera de uso que se generan cada año en España, tan sólo un 10% se recicla, de acuerdo con las Directivas de la Unión Europea en la materia. El resto de los países comunitarios sitúan esta cifra en el 90%. Casi la mitad de los neumáticos usados en España se deposita en vertederos controlados sin tratar, el 15% se deposita después de ser triturado y el 40% no está controlado. El principal foco de contaminación nace de la quema directa del neumático. Durante el año 2009 el sector industrial generó en España 1,4 millones de toneladas de residuos clasificados como peligrosos según la normativa comunitaria, de los cuales al menos el 15% carecieron de gestión, y el 40% de los que la tuvieron fueron destinados al vertido y a la incineración. Todo ello sin contar el pasivo ambiental procedente de antiguos vertederos y polígonos industriales ya desaparecidos. El 37% del total de residuos peligrosos provenía de la industria química y del caucho. Los residuos peligrosos son aquellos que contienen en su composición una o varias sustancias que les confieren características peligrosas, en cantidades o concentraciones tales, que representan un riesgo para la salud humana, los recursos naturales o el medio ambiente. También se consideran residuos peligrosos los recipientes y envases que hayan contenido estas sustancias. El impacto negativo de estas sustancias se ve agravado cuando son difíciles de degradar en la naturaleza. Los ecosistemas naturales se han preparado durante millones de años de evolución para asimilar y degradar las sustancias naturales. Pero en la actualidad se sintetizan miles de productos que nunca habían existido antes y algunos de ellos permanecen muchos años antes de ser eliminados. Otro hecho que aumenta el impacto es la bioacumulación, que es el proceso por el que se acumulan sustancias químicas en organismos vivos —bioacumuladores— de forma que éstos alcanzan concentraciones más elevadas que aquéllas presentes en el medio ambiente o los alimentos. Las sustancias propensas a la bioacumulación alcanzan concentraciones crecientes a medida que se avanza en el nivel trófico de la cadena alimentaria. En función de cada sustancia, éstas pueden producirse a partir de fuentes abióticas (suelo, aire, agua), o bióticas (otros organismos vivos), siendo las principales vías de introducción de una sustancia química en un organismo vivo la respiratoria, la digestiva y la integumentaria —a través de la piel.
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Esta propuesta parte de la reutilización y ensamblaje de neumáticos y bidones metálicos para generar un paisaje-estructura multifuncional: soporte para un huerto-jardín y graderío pensado para eventos al aire libre
~/CdH/_Luis_Gorostiza–Antonio_Gros_/Huerto_de_Barriles/
Sección del conjunto y vista del ensamblaje de las piezas. La propuesta apuesta por una cimentación ligera de ladrillo para transformarse en orografía nueva del Huerto.
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t.reused
Oopart
Grupo de trabajo derivado de la Escuela de Arquitectura de Granada, interesado en el cuestionamiento y revisión de su propia disciplina, así como en la capacidad de ésta para hibridarse con otros ámbitos. La breve experiencia conjunta surge en torno a inquietudes compartidas, y abarca sistemas de representación, visualización de datos, medios de participación, aspectos técnico-tecnológicos, etc. Oopart es acrónimo de «Out of Place Artifact» (literalmente, ʻArtefacto Fuera de Lugarʼ), término acuñado para hacer referencia a aquellos objetos paleontológicos y arqueológicos encontrados en lugares y circunstancias muy extraños o incluso imposibles para la óptica tradicional de dichas disciplinas. Pese a suponer una crítica constante al trabajo de los científicos (¿cómo llega algo a un sitio donde no puede estar?), su realidad está siempre en cuestión.
http://ayp.unia.es/r08/spip.php?article17
Montaje de la estrategia de aislamiento Conostrucción, parte de la propuesta global.
~/CdH/_oopart_/tReused/
— Existen empresas privadas de recogida, tratamiento y reutilización de materiales en desuso y residuales, así como puntos limpios a pequeña escala (recogida de residuos domésticos). Proponemos la creación de una herramienta colectiva de gestión de productos residuales de la ciudad como interpolación de ambas. Se trata de un sistema de intercambio de información. — En los procesos de construcción de la ciudad los intermediarios, supuestos especialistas, han usurpado la palabra. Proponemos una apertura de esta información. Procesos de expropiación de saberes populares. — En medio de la rápida transición en la que estamos inmersos, las propuestas a realizar difícilmente solucionarán problemas globales. Se trata pues de generar condiciones y herramientas. — Frente a la confianza en la aparición de materiales cada vez más tecnológicos, se propone la utilización de los disponibles en cada situación, pero con una perspectiva adaptada, transformada e incorporada a una nueva cultura material de utilización y reutilización, construcción y deconstrucción, de caducidad finita y ciclos temporales. — Trabajando en estos contextos, resulta imprescindible estudiar desde la propiedad del suelo (cuyos sistemas de apropiación son muy rígidos e indeformables) hasta la propiedad de los propios materiales. Son estos últimos los que sí podrían fácilmente ser gestionados colectivamente.
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[i] Cuatro de las estrategias de t.reused.
t.reused es una batería de propuestas descontextualizadas para las que se propone un contexto: diferentes espacios de la ciudad de Granada. Abarcan muchas tecnologías arquitectónicas desde una óptica low-cost: el aislamiento —Conostrucción o Brick,brick—, la señaleútica —Pinchitus— o el mobiliario público —como en Para-soleil o Trompocletas.
~/CdH/_oopart_/tReused/
Para ello se emplean multitud de soluciones: parasoles hechos con somieres, bancos de botellas de plástico, aislamiento térmico mediante conos de carretera y bolsas de plástico, aislamiento acústico mediante tetrabricks…
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Agua Matutina Luciano Furcas, Arturo Jiménez y Javier Vaz Cano Arturo Jiménez y Javier Vaz Cano son arquitectos, con base en Sevilla. Arturo ha trabajado en los últimos años en el colectivo de arquitectura sieteZeta, nacido en la escuela de arquitectura de Sevilla, caracterizado por su visión transdisciplinar. Luciano Furcas es permacultor y trabaja con el colectivo de arquitectura y permacultura maZetas. http://hackitectura.net/escuelas/tiki-index.php?page=sietezeta http://www.mazetas.org/
Planta del núcleo de la propuesta: Torre de filtrado de agua pluvial y estanque de almacenamiento.
~/CdH/_Luchano_Furcas–Arturo_Jiménez–Javier_Vaz_Cano_/Agua_Matutina/
Agua matutina es una propuesta que investiga, a partir del ciclo del agua, una solución más o menos genérica de recogida y filtrado de aguas pluviales, adaptada al espacio del Huerto del Rey Moro. El núcleo central de la propuesta parte del ciclo del agua para sugerir un uso vinculado a los huertos de este espacio. Mediante un sistema constructivo basado en palés, neumáticos y bañeras, se generan dos elementos: una torre que filtra el agua de lluvia para su reutilización y consumo y una laguna conectada a la misma, que genera otro uso productivo —piscifactoría— y que permitirá su almacenamiento. Para ello se realiza un estudio exhaustivo donde se analizan el contexto del espacio y las posibilidades que se derivan para introducir estrategias de permacultura que permitan mejorar y optimizar el espacio actual.
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Composición de las secciones constructivas de los módulos (en la propuesta son adyacentes). En ellas se aprecia el planteamiento de construcción: estanque de neumáticos reutilizados sobre lámina impermeable y torre de bañeras con estructura de palets y un sistema eólico para el bombeo del agua a la piscina.
~/CdH/_Luchano_Furcas–Arturo_Jiménez–Javier_Vaz_Cano_/Agua_Matutina/
Vista de la propuesta emplazada en el contexto del Huerto.
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carritos Basurama Basurama es un colectivo dedicado a la investigación, la gestión y la producción cultural desde 2001 que ha centrado su área de estudio y actuación en los procesos productivos, la generación de desechos que éstos implican y las posibilidades creativas que suscita esta coyuntura contemporánea. Nacido en la Escuela de Arquitectura de Madrid ha ido evolucionando y adoptando nuevas formas desde sus orígenes. Pretende estudiar fenómenos inherentes a la producción masiva de basura real y virtual en la sociedad de consumo aportando nuevas visiones que actúen como generadores de pensamiento y actitud. Detecta resquicios dentro de estos procesos de generación y consumo que no sólo plantean interrogantes sobre nuestra forma de explotar los recursos, sino también sobre nuestra forma de pensar, de trabajar, de percibir la realidad. http://www.basurama.org
El Carrito Balancín es fruto del trabajo de Eloísa Ávila, Alejandro Jiménez y Mariana Santiago. Perfiles metálicos para un balancín circense móvil. El Carrito Bicicocina Rodante es fruto de la colaboración con el colectivo Bicitekas, que necesitaba un taller móvil para sus salidas por la ciudad. En el Vocho Móvil trabajaron José Luís Pyty, Uriel Galicia Vargas y Andrés Sanchez y se construyó para dotar a la Radio del Faro de Oriente de un altavoz portátil para el barrio. La nevera sirvió para contener la circuitería y baterías, perfiles metálicos y unas ruedas de coche hicieron el resto. El carrito La Rueda Humana es un trabajo de Lod Calavera, que a partir de unos aros metálicos construyó esta rueda de hámster para humanos.
Propuestas construidas. México, Septiembre de 2008.
~/CdH/_Basurama_/Carritos/
El proyecto que aquí presentamos pertenece a RUS México [http://www.basurama.org/b08_rus_mexico.htm] y tenía como objetivo poner en valor la labor que
desempeñan los pepenadores (recolectores informales de residuos) de basura de México DF desde el punto de vista urbano, ecológico y social. Entender los carritos que utilizan los pepenadores como una forma de entender la ciudad distinta y más rica que la que plantea la hegemonía del automóvil. Osvaldo «el Pato» [http://www.basurama.org/blog/2008/09/06/osvaldo-el-pato/] nos estuvo contando cómo era su carro de pepena. Se desarrollaron, en un formato de taller [http://www.basurama.org/b08_rus_mexico.htm] en el Faro de Oriente [http://www. elfarodeoriente.org/], una especie de centro cultural-escuela de oficios, diferentes prototipos de carritos: para experimentar la ciudad de una manera más rica, para reclamar la calle como un espacio de encuentro, de juego y de sorpresa. Las soluciones de los carritos atendían a necesidades y deseos de los talleristas o colectivos implicados. Lejos de ofrecer soluciones universales, algunas piezas son difícilmente repetibles, los planos y fotos muestran posibilidades de las que partir. Basurama actuó como organizador y ayudante en la construcción de todos ellos. Se empleó chatarra que tuvo que ser comprada a un depósito o en el Tianguis (ʻmercadilloʼ) del Salado. Los carritos marcharon en una jornada festiva desde Iztapalapa hasta el centro de la ciudad.
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~/CdH/_Basurama_/Carritos/
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fragmentacciones José Eduardo Medina y Diego Peña Somos dos estudiantes de la escuela de arquitectura de Sevilla. Actualmente nos encontramos terminando nuestros estudios y, Caja de Herramientas fue una de nuestras primeras experiencias dentro de los concursos de arquitectura. El marco de investigación propuesto, en torno a los espacios autogestionados, la idiosincrasia particular del concurso y la posibilidad de desarrollo colectivo y ejecución de la propuesta, fueron los principales alicientes que nos llevaron a interesarnos por la convocatoria y realizar el proyecto.
Fachada del Huerto del Rey Moro a la calle Enladrillada
~/CdH/_José_Eduardo_Medina–Diego_Peña_/fragmentacciones
Desde el enunciado del concurso se definían dos localizaciones para el desarrollo de los proyectos: el CSOA Sin Nombre y el Huerto del Rey Moro. El Huerto del Rey Moro era un lugar que conocíamos y con un contexto urbano que presentaba un problema de alta densidad de suelo edificado y escasez de espacios públicos. La intención de partida del proyecto nació de la necesidad de integrar la parcela dentro de la red viaria de la zona, manteniendo por un lado el carácter de antigua huerta urbana, diferente al de la plaza o el jardín, evitando la segregación del espacio respecto a la calle. Tras analizar el lugar, entendimos que una prioridad para su integración era la intervención en sus límites. El huerto se encuentra insertado entre medianeras de viviendas, haciendo que su accesibilidad quede restringida en gran parte de su perímetro. La estrategia del proyecto se basa en permeabilizar el acceso desde la calle Enladrillada, que discurre tangencialmente a uno de sus bordes, generando un dispositivo que ejerciera como foco de atracción y proyectara el interior hacia el espacio público. Un borde habitable, que más allá de su función de cerramiento exterior, se convirtiera en parte del mobiliario disponible para el desarrollo de actividades colectivas. Eliminando el muro actual de bloques de hormigón, se construía una estructura ligera utilizando diferentes chapas metálicas recicladas que describían un límite discontinuo y jugaban con la permeabilidad visual del interior, por medio de una celosía de huecos donde se dibujaban especies relacionadas con las huertas tradicionales.
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Montajes de la intervenci贸n sobre la fachada del Huerto del Rey Moro. La propuesta apuesta por sustituirla por piezas recicladas de industria metal煤rgica, tratadas superficialmente para permitir que el interior del hermoso huerto salga a la calle.
~/CdH/_José_Eduardo_Medina–Diego_Peña_/fragmentacciones
Alzado y planta de la intervención. La propuesta rompe la alineación con la calle proponiendo que la entrada al espacio tenga un vestíbulo de transición.
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modulark 1.0 VidaJoc + Straddle3
La Associació VidaJoc, educació, joc i cibercultura, nace a principios del año 2008 como resultado de experiencias particulares de un grupo de personas plenamente interesadas en el desarrollo de herramientas y proyectos para la aproximación de la educación social a Internet. Hasta el momento, y desde hace unos cinco años, hemos ido practicando y consolidando toda una serie de vivencias comunicativas y proyectos virtuales particulares que han permitido que un grupo de ánimas ocultas apueste por publicar y llevar más allá eso que nació como una experiencia propia y trasladarlo a un ámbito profesional donde poder experimentar más allá de nuestro círculo y entorno. http://www.vidajoc.com/org/ En straddle3 entendemos la arquitectura como la configuración compleja del entorno habitado. Éste puede ser construido tanto con palabras, sonidos o bits, como por piedras, madera o ladrillo. Straddle3 aborda cada trabajo con mentalidad abierta y atendiendo a las condiciones que aporta su construcción. Nos llamamos constructores porque tenemos una tendencia natural a responsabilizamos directamente de la fase constructiva de los trabajos, ya sea física, gráfica o electrónica. http://straddle3.net/
~/CdH/_straddle3–vidaJoc_/modulark/
Modulark [descárgalo en http://www.modulark.net/] es un juego de cartas creado para las jornadas Sociedades Intencionales y Arquitecturas Modulares del proyecto Nautarquía [http://www.espaisideral.org/], en Junio de 2008. Modulark es una propuesta lúdica que permite experimentar con proyectos autónomos de arquitecturas modulares, adoptando la forma de un juego de cartas didáctico que permite experimentar con formas de creación y autogestión a través de elementos arquitectónicos, energéticos, de soporte vital y otros factores. Con una dinámica propia y a través de relaciones de código abierto entre los jugadores, se pueden diseñar y compartir proyectos a partir del que la vida (la partida de cartas) te ofrece. El azar y la habilidad estratégica serán determinantes para llegar a poder vivir y producir. Modulark es copyleft, se puede usar, copiar y modificar siempre que no cambie esta licencia, se haga constar el origen de la propuesta y, si es posible, se informe a sus autores.
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Estas son muestas de las cartas que forman la baraja donde podemos ver ya parte del funcionamiento: roles para cada jugador* (la hacker, el mago, etc.), recursos espaciales (lona, bambĂş, etc.) o infraestructurales (acceso a luz o agua corrientes), incidentes (el accidente) y la dinĂĄmica de turnos que estructura el juego.
~/CdH/_straddle3–vidaJoc_/modulark/
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[EpĂlogo]
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Texto originalmente escrito como crítica al concurso de arquitectura Aviva 2007
Epílogo
Semillas contra Burbujas Alejandro González Rodríguez
Enredante de Arquitectura y Compromiso Social, arquitecto.
«El ámbito de la propuesta, que constituye uno de los accesos principales a la plaza, se encuentra afectado por la tensión que provoca el contacto de la plaza con la vía rodada, y la presencia del solar vacío con el cerramiento deteriorado y sus linderos medianeros vistos. El objeto del concurso consiste en desarrollar una propuesta de arquitectura efímera que permita adecentar y revitalizar el extremo sureste de la Plaza de la Alameda de Hércules mediante la intervención en el cerramiento del solar vacío situado en la confluencia de la Plaza con la calle Amor de Dios, pendiente de expropiación para la construcción de un equipamiento público.» [Extracto de la memoria de Aviva 2007, concurso de arquitectura efímera organizado por la Junta de Andalucía en distintos lugares de las capitales provinciales de la región.] La Alameda de Hércules, en Sevilla, padece actualmente lo que se denomina proceso de gentrificación o elitización del territorio, un proceso de exclusión y transformación social espacializado, que comenzó hace más de diez años con los planes Urban y que se desarrolla actualmente en la forma de proyecto urbanístico de autor con el revestimiento modélico y sostenible, incuestionable, de la peatonalización. Estos procesos urbanos tienen su origen en determinada convergencia de intereses por parte de los poderes públicos y privados. La generación de espacios-marca (interés del poder «público» municipal por sus capacidades de electoralización y rentabilidad) con/por la consiguiente alza de valores inmobiliarios (interés del poder privado) y, por lo tanto, la natural sustitución de un estrato social que genera menos plusvalía por otro de mayor nivel de renta, capaz de pagar los nuevos costes de estar en la centralidad de la metrópolis y disfrutar de un espacio «de diseño». Y comienzan a reproducirse las casas vacías, los desalojos. Los solares. El debate sobre qué se puede hacer desde el punto de vista proyectual con estos espacio-tiempos aparece irresuelto y en desarrollo. Ocupaciones temporales y permanentes de edificios en desuso y solares, generación y aprovechamiento de herramientas legales, construcción de eventos, infraestructuras temporales y participativas para servicios sociales públicos o autónomos, nuevas herramientas ecológicas y digitales… Un catálogo de nuevas situaciones temporales e irregulares y, en definitiva, nuevos retos arquitectónicos y urbanísticos que investigar e intentar resolver. Pero, además, con la dificultad añadida de que estas operaciones en sí mismas y por sí solas corren el riesgo de ocultar los síntomas de las enfermedades urbanas que padecen nuestras ciudades en vez de suponer algún tipo de remedio, en vez de constituirse como procesos de reciclaje urbano generando utilidad social (en su sentido de «común», sin pasar necesariamente por la estatalización o municipalización del concepto) a determinadas situaciones indeseables mientras éstas se resuelven a través de los cambios pertinentes en el planeamiento, la legislación y la dirección de las políticas públicas y urbanas. Cambios que también hay que impulsar de forma activa.
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Todo esto hace reflexionar sobre la propuesta del concurso Aviva 2007 para Sevilla, que provoca la desagradable sensación de encontrarnos ante un ladrillo más en un proceso clásico de gentrificación. Una operación pública puntual parcheando y cualificando una operación urbanística de escala mayor y gran componente privado. Resuelta desde un punto de vista publicitario, sustituyendo un vacío antiestético por una obra de autor con el marchamo del compromiso entre el político y la ciudadanía genérica, el turismo, la ecología y el arte. En este caso concreto, en vez de reflexionar críticamente e investigar las causas y potencialidades de los vacíos urbanos en el centro de la metrópolis, lo que se hace es participar de forma activa en la parte necesaria de políticas urbanas de la dinámica que los genera. Se ocultan los síntomas y se fortalecen las causas. La palabra que mejor encuentro para definir esta situación es perversión. La alternativa sería la de escoger un solar o planteamiento que tuviera proyección como objeto experimental y que fuera sintomático de problemas genéricos o situaciones urbanísticas y urbanas persistentes en la ciudad global-local o, en caso de ser un caso muy particular, el de ser un proyecto con un gran rendimiento social y ciudadano, más allá de los posibles para un solar parche sin más interés paradigmático que el de servir de ejemplo del funcionamiento de la cosmética institucional, independientemente de la calidad de las propuestas, que seguro las habrá espléndidas desde un punto de vista exclusivamente disciplinar. Se trataría más bien de crear un laboratorio de ideas, menos interesante por sus ganador s, que por la caja de herramientas que suponga el conjunto de estrategias desarrollado por todos l s participantes. Situaciones o artefactos no creados para ser colocados en los lujosos escaparates urbanos de la ciudadmarca, siquiera en sus espacios de centralidad. Construidos tan sólo para ser experimentados en su factibilidad real, mientras se exponen por completo en la estructura descentralizada y proliferante de la red, para su puesta en uso y desarrollo por parte de la inteligencia colectiva y autónoma. No plantear más postales satinadas de la ciudad contemporánea, sino más bien procesos arquitectónicos de código abierto, como los del software libre: semillas contra burbujas.
/$ sudo kill -9 capitalism
Arquitectura y Compromiso Social