EL ÁRBOL Y EL RETRATO. ANTONIO Y JAVIER EGEA. Las tierras del norte de Almería están pobladas de almendros y de olivos. Sin embargo, Antonio Egea centra su mirada en otros dos árboles menos comunes: la solitaria sabina de la Sierra de María y la secuoya que salvó del olvido reconvirtiendo sus ramas y su tronco en obra de arte. Antonio Egea, pintor y artista total, músico, escultor, maestro jubilado y paseante observador de la vida se parece a estos árboles tan poco comunes. Esa sabina, que el poeta Julio Alfredo Egea convirtiera en símbolo y el botánico Rufino Sagredo admiró y analizó científicamente, es un arbusto que los siglos han convertido en árbol solitario de aspecto poco llamativo por fuera, pero en ella, como en Antonio, lo importante está dentro, cuando la sabina nos acoge bajo sus ramas caídas como en un abrazo, que nos protege de la lluvia o del sol. Y descubrimos la belleza y el encanto de sus raíces, que se aferran a la tierra como a una madre y surgen como venas al aire de la vida entre los vientos que discurren por ese pasillo de Chirivel, en el centro del paisaje de la comarca, vía de paso entre el Levante y Andalucía. El artista encuentra en la naturaleza o en el tronco de una secuoya lo que los demás tal vez no vemos y nos lo ofrece, como aquellos hombres de Altamira que vieron en las protuberancias de la roca a los bisontes. Así es la mirada de Antonio Egea, desentrañando de las cosas la imagen que luego convierte en obra de arte y nos muestra la manera de mezclarse con todo lo creado a través del arte, de esa fusión de la pintura, la escultura y de un tronco de secuoya.
El árbol es un símbolo en Antonio que va más allá, porque el arte se transmite por contagio, por la savia heredada que fluye de unas generaciones a otras. Y como en un árbol genealógico vemos la transmisión artística que su padre, Evaristo, ha dejado como huella en Antonio, y que él ha sabido también transmitir a su hijo Javier. Javier Egea es un pintor libre y un retratista original, donde a veces se mueve entre el gesto serio o sereno del personaje o la caricatura, que tanto comunica. Sus retratos nos muestran, más allá del trabajado proceso técnico de creación, la búsqueda de un momento, de un gesto que defina el interior de la persona retratada. Entonces, cuando por fin se revela en la imagen aquello que el pintor iba buscando, todo lo demás pasa a un segundo plano porque el objetivo está conseguido y el cuadro puede ir dándose por terminado aunque queden sin definir totalmente las manos o la ropa. Y ese es el oficio libre del pintor que entiende el retrato como una búsqueda de la esencia de la persona retratada. Porque al final pocas cosas importan más que esta impronta. Y esa mirada también es externa hacia paisaje y objetos en otros cuadros. Pero es el retrato donde el pintor se comunica sin palabras con los demás y nos da su visión de las cosas, donde somos individuos únicos y a su vez formamos parte de una colectividad, porque en el fondo todos nos parecemos, mientras el tiempo fluye y se escapa camino de la muerte y del olvido. Diego Reche, 8 de setiembre de 2017.
SEMBLANZA DE ANTONIO EGEA Antonio Egea Martínez nace en Chirivel en 1950, hace bachillerato en Vélez Rubio y magisterio en Almería. Cursa estudios de arte en Valencia y Barcelona. Se casa, tiene dos hijos y tras ejercer tres años su profesión en Sabadell, establece su residencia en Vélez Rubio, en una casa señorial que compra y restaura y donde se hace un estudio de pintura y grabado el cual sigue utilizando. Esta localidad, a través de su Ayuntamiento, le concede el premio Maimón, un reconocimiento por su colaboración abnegada y en ella ejerce de maestro de primaria hasta jubilarse. El término jubilado o de cese como funcionario civil en el ejercicio de su carrera o destino, dada la personalidad de Antonio, es bastante desacertado y engañoso puesto que para él estar vivo es estar activo, porque es además maestro grabador y un estudioso de la pintura. Hace más de cuarenta años que le conozco y siempre le recuerdo con un pincel en la mano, es decir, como un pintor perseverante y paciente para conseguir el objetivo marcado. Es la faceta predominante que seguirá practicando hasta que muera un día muy lejano. Añadiría, además de las facetas de pintor y grabador, la de investigador de técnicas artísticas como las de escultura, fotografía o la música, la que ha usado como esparcimiento, cuando formaba parte de un trío que versionaba canciones populares durante años. Estuvo un año preparando su ingreso en Bellas Artes en Valencia que aprobó y no pudo continuar posteriormente, practicó la pintura del desnudo en el Real Círculo Artístico y todas las técnicas en una
academia libre de Barcelona, además de asistir a múltiples cursos de grabado. El dibujo, la tinta china, la cera, el óleo, el acrílico, el collage, técnicas mixtas como tierras de colores de la zona amasadas con cola y aplicadas sobre lienzo, madera, etc y, por último, el grabado que es lo que ocupa el noventa por ciento de su trabajo artístico hoy día. Va desde el figurativo hasta el abstracto y son fases de su evolución como pintor y dentro de esto, las variaciones y afán de estudio de diferentes estilos, hacen que su obra sea ingente y dispersa. Ha expuesto innumerables veces tanto dentro como fuera de Andalucía, a nivel nacional, e internacional (Alemania y Filadelfia). Fue diplomado por su selección, a nivel nacional, en el certamen de grabado MUFART del año 2009. Ha sido elegido como un representante actual de los grabadores almerienses para exponer una de sus obras de forma permanente en el Museo de Arte de Almería – Espacio II. Está ligado al Museo Comarcal Miguel Guirao de Vélez Rubio y es miembro del Centro de Estudios Velezanos. Desde el año 2005 hasta 2017 es miembro fundador y presidente del Grupo Gabar Asociación Artística, nacida con el fin de potenciar a los artistas y el arte de la Comarca de los Vélez. Esta asociación está constituida por un conjunto multidisciplinar de medio centenar de artistas diferentes, pero con una connotación preferente hacia la pintura, que ha paseado los distintos estilos de sus pintores, de forma colectiva, por la geografía provincial, nacional e internacional. Lector incansable de todo tipo de textos y principalmente de historia, arte y literatura, ha ilustrado algunas publicaciones de la revista Alfaix, la reedición de la obra “Retratos Humanos de mi pueblo” en 1998, del velezano Miguel Guirao Gea y publicado por Revista Velezana, libros de poesía como “Tríptico” y “En el brocal” y de prosa “El albergue y otros relatos” de Antonio B. Castillo. No da las espaldas a otras expresiones artísticas como lo demuestra el hecho de colaborar en la realización de cinco cortos documentales, relacionados todos con la comarca de los Vélez: “Chirivel” “Chirivel en fiestas” “Julio Alfredo Egea” “Pedro Gilabert” y “Grupo Gabar X aniversario” que habla sobre las actividades y obras realizadas por este grupo en los diez primeros años de existencia. Muchas circunstancias hubo en su vida, y momentos en los que participé, y veo a Antonio como un Galeón majestuoso con las velas desplegadas en sus tres palos, capaz de catar todos los vientos y salir airoso de cualquier tormenta sin perder el rumbo que lo lleve a puerto. Antonio B. Castillo
DÍPTICO Técnica: Madera de secuoya Autor: Antonio Egea
SABINA ALBAR II Técnica: Mixta sobre madera Autor: Antonio Egea
JAVIER EGEA Estimado lector, esta usted a punto de sumergirse en un increíble mundo onírico, invadido por personajes atemporales, modelados de una manera casi fauvista y escenarios inquietantemente absurdos. Así es la obra de Javier Egea, una ventana abierta a un mundo interior invadido por una atmósfera asfixiante en la que cualquier cosa parece a punto de ocurrir en ese preciso momento en el que el silencio lo inunda todo. Las acciones de los personajes parecen no atender a la lógica en su rutina diaria, ajenos, quizás a la mirada indiscreta del observador. A pesar de ser criaturas deformes e inadaptados en su mayoría, hay, sin embargo, cierta ternura en la manera de representarlos en el lienzo. Se nos revelan en todo su esplendor, llenos de color y dramatismo, componiendo una visión patética del alma, de la irracionalidad que vive en nosotros, que es inherente al ser humano y que sin embargo puede ser bella y delicada. Este artista posee una de las trayectorias más personales, sinceras y consecuentes dentro del panorama pictórico andaluz. Alejado de cualquier tipo de efectismo, de formulas trilladas hasta la saciedad y de una manera de hacer homogénea en nuestra generación, consigue con una pintura desnuda, precaria y austera hacernos conectar de manera instantánea con la psique de sus personajes, pero hay, no obstante, otra vertiente en su obra, de igual o mayor interés: los retratos de pequeño y gran formato.
En casi su totalidad están compuestos por familiares y personas muy allegadas. Parece como si tuviera que conocer en profundidad al retratado para poder representarlo de una manera psicológica mas que física. Con frecuencia están cargados de tensión y aparecen sosteniendo la mirada al espectador, abiertos en canal ante la opinión de quien los observa y que a su vez, es observado. En cuanto a la técnica, están resueltos con una pincelada dura, cargada de colores muy poco saturados, casi grises, empleando un trazo rápido y nervioso que recorre toda la dermis del retratado. Los fondos planos, con muy pocos matices de color, hacen que centremos nuestra atención, aún más en la persona que nos mira. Todo esto se encuentra en la obra de Javier Egea, heredero de una sensibilidad especial que ha ido pasando de padres a hijos en su árbol genealógico, digno sucesor de su linaje artístico.
Jesús Berral Rejano Artista plástico e ilustrador
PAPÁ EVARISTO II (detalle) Técnica: Óleo sobre lienzo Autor: Javier Egea
PAPÁ, MAMÁ Y GILDA Técnica: Óleo sobre lienzo Autor: Javier Egea
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Antonio Egea Martínez C/ Carrera del Carmen, nº 16. 04820 VÉLEZ RUBIO (Almería) Telf.: 950 410 588
Javier Egea pekenyahormiga@hotmail.com
CENTRO DE EXPOSICIONES “Castillo de Santa Ana”