N° 8 · noviembre/diciembre de 2015 Los donativos entregados a esta Fundación son deducibles en la Declaración de la Renta. C.I.F. nº R-2800175-H
Y se hizo uno de los nuestros (cfr. Flp 2,5-9): La Navidad en un pueblo de Filipinas.
“En estos momentos, las dos cosas más necesarias son: ¡Misericordia y más misericordia!” (Papa Francisco)
El 8 de diciembre, en la fiesta de la Inmaculada Concepción y medio siglo después de finalizar el Concilio Vaticano II, la Iglesia penetra simbólicamente por la “Puerta Santa” en el Año Santo de la Misericordia. Sin embargo, para millones de refugiados parece que la puerta hacia un futuro mejor permanece cerrada en sus países de origen. Cada vez para más personas, todo lo que se necesita para una vida verdaderamente digna resulta inaccesible, y la dignidad de muchas personas se ve mancillada y esclavizada por el pecado. El respeto a la dignidad del hombre, exigido especialmente por el Concilio Vaticano II, se ve amenazado, y el hombre se enajena de sí mismo. No obstante, Dios espera hasta que el hombre vuelva en sí y regrese a casa. En la mirada misericordiosa de Dios, el hombre encuentra de nuevo su grandeza y la paz. Según una vieja leyenda, al final de una larga vida, cuando ya era anciano, a Adán le asaltó una gran nostalgia del Paraíso perdido. Por tanto, se puso en camino y, una vez ante las puertas cerradas del Paraíso, intentó abrirlas con las últimas fuerzas que le
quedaban y gritó de viva voz: “¡Quiero volver a casa!” Pero sólo la nueva Eva sin mácula y llena de gracia –la Inmaculada– podía abrir las puertas del Paraíso desde dentro. María se encontraba en Belén y, a falta de hogar, tuvo que dar a luz al Niño Divino en un establo y depositarlo en un pesebre, para luego huir con él y José a Egipto. Por eso, solo ella como Madre puede llevarnos de nuevo a casa.
sondable misericordia de Dios pues, si no, nos rebajamos y ponemos en peligro la verdadera felicidad. La misericordia de Dios es inexorablemente fiel a la grandeza del hombre. Por eso, el filósofo francés Emmanuel Levinas escribe: “Dios no nos colma de bienes, sino que nos impulsa a la bondad, que es mejor que todos los bienes que podamos recibir”.
Queridos amigos, Dios se hace hombre, y cada una de nuestras acciones debe dar testimonio de esta in¡Cada una de nuestras finita bondad de Dios. Así se lo acciones debe dar testimonio dijo Jesús a Santa Faustina: hija Mía, que soy el Amor de la bondad infinita de Dios! “Di, y la Misericordia mismos. Cuando un alma se acerca a Mí Millones de personas huyen en estos mo- con confianza, la colmo con tal abundancia mentos de la brutalidad de la guerra, el de gracias que ella no puede contenerlas en lucro y el poder, y buscan un lugar donde sí misma, sino que las irradia sobre otras ser felices. La ola de solidaridad es grande almas”. en muchos países, pero, no obstante, el exilio nunca tendrá fin sin la ayuda de la In- ¡Os deseo una bendecida Navidad y un maculada, pues en ella, la misericordia feliz año 2016! divina no tiene límites. Y es que no solo se trata de tener un buen corazón y de mostrarse solidario siguiendo la premisa de que “lo principal es que todos estén satisfeP. Martin M. Barta chos”. Para eso no se necesita un Dios de Asistente Eclesiástico la misericordia. Nosotros necesitamos la in1
S ir ia
Tener esperanza como Job
La iglesia está en pie, pero eso es todo lo que tiene: Obispo Antoine.
Aún reina la tranquilidad en Latakia. Aquí, en la diócesis de los maronitas, en el noroeste de Siria, la guerra todavía no forma parte de la vida cotidiana. Por eso, la mayoría de los cristianos se han refugiado ahí, en los brazos abiertos de Mons. Antoine Chbeir. Es el Obispo de la Eparquía de Lattaquié desde hace medio año. En las fronteras de su nueva diócesis arrecia la guerra y a diario llegan desplazados, tanto cristianos como musulmanes. Con sus más de cincuenta mil creyentes, es la mayor diócesis de la Iglesia Maronita (la mayor Iglesia oriental en comunión con Roma), mientras que en Damasco viven unos tres mil maronitas y en Alepo, otros mil. Pese a todo, Mons. Antoine Chbeir, que ha escrito su tesis doctoral sobre el Libro de Job, conserva la esperanza. Job, que todo lo pierde y que todo lo gana con su humildad y esperanza en Dios. “El Señor me lo dio; el Señor me lo quitó; bendito sea el nombre del Señor”, dice Job al final. Sobre el significado del sufrimiento, Mons. Antoine podría pronunciar conferen-
cias enteras, y esto lo transmite de forma fehaciente. El Obispo reza con los creyentes y los visita también en las zonas en guerra de la periferia de su diócesis –en Homs y Hana–, donde los islamistas han disparado sobre todas las cruces que se han encontrado. En algunas iglesias carecen de lo más necesario: cálices, cruces, vestiduras litúrgicas… “Tenía trece años cuando comenzó la guerra en Líbano, y desde entonces sé lo que es la incertidumbre e inseguridad en el día a día: ¿habrá hoy algo de comer, acecharán francotiradores en los tejados, explotará un coche bomba o se derrumbará un gobierno?” De su pueblo en Líbano, medianamente seguro, se trasladó a Tartús. Rodeado de refugiados, ve esperanza como Job. “Dios convierte la catástrofe económica y existencial en un tesoro espiritual”. Así, asegura que la catedral de la diócesis también se llena los días entre semana, y que los domingos apenas hay sitio para la gente. “Antes y después de la Misa, la gente reza, y la mayoría de las veces, reza el Rosario”. Rezan por la paz y para que puedan permanecer en su patria.
Ejército del amor en Latakia: Mons. Antoine y sus sacerdotes esperan recibir estipendios de Misa.
nero ni un techo y, a menudo, también carecen de cama y baño”. Es preciso proveer a los desplazados de comida y ropa. Mons. Antoine cita el proverbio “estómago vacío no tiene oídos”. El salario de los sacerdotes (140 euros al mes) no alcanza para vivir y mantener la parroquia e incluso esta cantidad el Obispo sólo la puede entregar en pocas ocasiones. Seis de los 32 sacerdotes son ancianos o están enfermos, y los ingresos de la diócesis solo cubren el 2% de los gastos. En sus parroquias, la gente tiene que subsistir con dos euros al día, por lo que no tienen nada que darle a él o a sus sacerdotes. Es un callejón sin salida, como en el Libro de Job. Mons. Antoine apuesta por la misericordia divina y por la Eucaristía, y nos pide estipendios de Misa. A cambio, nos ofrece ponencias sobre el Nuevo y el Antiguo Testamento: es todo lo que puede darnos. Sin embargo, no hace falta ninguna ponencia para saber lo que quiere Dios y lo que necesitan este Obispo con los brazos abiertos y sus sacerdotes y desplazados: misericordia activa.
Rezan por la paz y para poder quedarse.
De momento aún tienen seguridad y calma para rezar: “Bajo tu amparo...” 2
La principal preocupación del Obispo son los sacerdotes y los desplazados. En algunas parroquias, los sacerdotes “no tienen ni di-
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Quieren quedarse pese a todo Cientos de miles de perseguidos y expulsados se dirigen a Europa, donde reciben ayuda. ¿Pero qué pasa con los perseguidos que huyen de la guerra y permanecen en sus países, por ejemplo, en Sudán o Burundi? Es preciso que no se conviertan en los olvidados de la crisis global. Desde hace décadas, la mayoría de los cristianos en Sudán no conocen nada más que la guerra pero, no obstante, albergan esperanzas en un futuro mejor en su país. Los Padres y Hermanas Combonianos los ayudan, en consonancia con el lema del primer Obispo de Jartum, San Daniel Comboni (1831-1881), a “salvar África con África”. Esta visión precisa de educación y formación, pues para muchas profesiones se necesitan conocimientos específicos. Pero los conocimientos también son necesarios para una fe viva, y más aún en un entorno islámico. Para la asignatura de Religión en las escuelas de los Combonianos se necesitan maestros cristianos, pero el Estado no se ocupa de ello. En la actualidad, los 77 estudiantes (entre ellos, 27 mujeres jóvenes) que se preparan para ello en el College Hermano
Lograron sobrevivir: Refugiados de Malakal.
Sergi son, para muchos alumnos, sus salvadores, porque sin clase de Religión Católica, los pequeños tendrían que asistir a la clase de Islam, razón por la cual muchos ya han perdido la Fe. Nosotros hemos prometido 18.600 euros para la formación de los maestros de Religión.
tanta gente, pero ningún Estado ni municipio acude en su ayuda. Nosotros hemos prometido una ayuda a la subsistencia de las escuelas de 50.000 euros para este año escolar, para que la esperanza tenga un futuro. En la Diócesis de Malakal 70.000 cristianos expulsados de sus poblados de Sudán del Sur luchan por subsistir y no morir de hambre. También allí, las Hermanas Combonianas y el P. Angelo trabajan sin descanso. Nos han pedido mijo, sobre todo, para los ancianos y los niños. Nosotros les haremos llegar 57.000 euros para comprar este cereal. ¿Quién quiere ayudarnos?
28 de los futuros maestros son de Sudán del Sur, donde arrecia la guerra, y también muchos de los 3.600 alumnos y alumnas de las seis escuelas vienen del sur, mientras que otros fueron expulsados de Darfur o de las montañas Nuba. Sus familias se han refugiado en la Archidiócesis de Jartum, que, entretanto, cuenta con más de un millón de creyentes. Evidentemente, la diócesis no da de sí para También en el pequeño Estado de Burundi, los desplazados corren peligro de caer en el olvido. La crisis política de la primavera ha desembocado en disturbios que se asemejan a una guerra civil: cientos de personas han perdido la vida y cientos de miles han huido (unos 200.000, al extranjero). El caos se extiende por el país. De nuevo es la Iglesia la que ofrece refugio a los perseguidos y expulsados. La Conferencia Episcopal pide ayuda, y, junto con otras instituciones, Ayuda a la Iglesia Necesitada se ofrece a socorrerla, para que los cristianos burundeses experimenten, precisamente en Navidad, la misericordia de la Madre Iglesia. La mayor obra de miseBurundi: Refugio en ricordia de la historia salvífica fue la encarnauna escuela católica. ción de Dios, que es amor, y esto debemos convertirlo en algo tangible.
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ad Navid “Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida”. Lo que dice el Papa Francisco en su bula Misericordiae Vultus (MV) para convocar el recién iniciado Año de la Misericordia no es ni más ni menos que la medida del amor. Nosotros invitamos, precisamente en esta fiesta del Nacimiento del Señor, a dedicarnos con esta mirada y esta medida a los hermanos de la Iglesia necesitada.
Regalos de Navidad para la Iglesia
necesitada
50 euros: Viajes pastorales en Rusia “Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el límite de nuestro pecado” (MV, 2). En Rusia, esta vía recorre literalmente el campo y las montañas. Irkutsk es la mayor diócesis del mundo (8 millones de kilómetros cuadrados) y está consagrada a San José. Los sacerdotes la recorren durante días enteros para atender a los católicos dispersos entre el lago Baikal y Vladivostok, a orillas del Pacífico; entre Jakutia (una de las regiones más frías del mundo) y Jabárovsk, en la frontera con China. El Obispo,
Algunos las llaman “carreteras”: Para el Obispo Cyryl y sus sacerdotes, son las infinitas vías de la misericordia. 4
Mons. Cyryl Klimowicz aplica la siguiente regla: Hasta mil kilómetros, en coche; más, en tren o avión. Aquí, el “límite” para los 42 sacerdotes reside en la inmensidad, la infinita amplitud del territorio. Ellos son portadores y mensajeros de esperanza para los creyentes; son signos y testigos de que Dios los ve y ama incluso en los rincones más remotos de la tierra; y en estos rincones, una visita es como la Navidad. También los sacerdotes de las dos diócesis de Novosibirsk y Sarátov tienen que recorrer largos caminos: en 2013 ello supuso unos 630.000 kilómetros para los 50 sacerdotes de Novosibirsk. Estos necesarios viajes pastorales cuestan mucho dinero, por lo que apoyamos a Irkutsk con 25.000, a Novosibirsk con 20.000 y a Sarátov con 15.000 euros. La última de las cuatro diócesis rusas, la de Moscú, cubre sus propios gastos. Con 50 euros mensuales un sacerdote recorre una media de cuatro mil kilómetros para llevarles a los creyentes la Eucaristía y la gracia de los sacramentos, para llevarles al Señor, para llevarles a “Jesucristo, el rostro de la misericordia del Padre”.
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100 euros: Paquetes para Alepo “Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación” (MV, 2). Paz y salvación: esto es lo que más anhelan los cristianos sirios. Desde hace dos mil años, desde los tiempos de los Apóstoles, viven y rezan allí. Saulo se dirigió a Damasco para llevárselos encadenados (cfr. He 9, 2): ya entonces tenían que temer por sus vidas, y hoy más aún: quien puede huye
Soportar el invierno: La Hna. Annie y dos de sus protegidos
del Ejército de Al Asad o de los sanguinarios bárbaros del Estado Islámico. La peor situación se registra en Alepo y Al Hasaka, donde se han librado batallas durante meses. Allí los cristianos, víctimas de la pobreza, las bombas, el agotamiento y la falta de trabajo, dependen de la compasión ajena. La Hna. Annie Demerjian nos pide para ellos ropa y zapatos, sobre todo zapatos para los niños, para que soporten el invierno. Un par de zapatos para niños cuesta unos diez euros, y la mayoría de las familias tiene más de dos hijos. Junto con chaquetas, pantalones, mantas, harina y otros víveres se puede preparar un paquete de Navidad por 100 euros. La Hna. Annie ha acordado precios especiales con varias tiendas, porque quiere comprar grandes cantidades para los cristianos de Alepo y Al Hasaka. Según sus cálculos, con 70.000 euros se podría entregar un paquete a todas las familias necesitadas. Pero el paquete contendría algo más que zapatos: la Hna.
Aprender el amor: Elegir zapatos también para los paquetes de los demás.
Annie quiere que los rostros traumatizados de Alepo vuelvan a sonreír, y sabe que esta sonrisa se encuentra en los paquetes, pues son paquetes de amor. Nosotros creemos que, entre nosotros, seguro que hay 700 bienhechores deseosos de llevar paz y alegría a Alepo con estos paquetes.
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20 euros: Cursos para el matrimonio y la familia en la India “El perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para al- el crecimiento demográfico y el aumento canzar la serenidad del corazón” (MV, 9). de los bautizos. Ahora, la diócesis apuesta en su nueva evangelización por la Una conclusión del Sínodo de los Obis- habitantes son católicos (hace cuarenta familia, y para ello forma a matrimonios pos en Roma ha sido que en la pastoral años, solo lo eran 40.000). El crecimiento para que ejerzan de instructores matrimohay que prestar más atención a la prepa- espiritual no ha evolucionado a la par que niales y familiares en las 43 parroquias. ración para el matrimonio cristiano y que “La familia es la cuna de la vida y del también las parejas ya casadas y las famiamor”, nos escribe el director de la Colias precisan de un acompañamiento esmisión para la Familia, P. Thomas Manpiritual más intenso. Saber perdonar y kin. “Nuestras familias saben muy poco conversar afectuosamente, entender las sobre su fe, sobre el sacramento del manecesidades de los demás, saber decir firtrimonio y sobre educación cristiana”. El memente no a las drogas, al alcohol y a P. Thomas quiere cambiar esta realidad y, las seducciones de la sociedad, o decir sí desde la Comisión, atacar el problema de a las exigencias de una educación crisraíz con la pastoral matrimonial y famitiana: todo esto se puede aprender, y es liar. La Navidad es, para ello, la festiviprecisamente lo que hay que transmitir en dad más indicada. Nosotros le ayudamos una sociedad en la que los valores cristiaa financiar la formación de sus instructonos amenazan con sucumbir. Esto tamres con 11.000 euros. ¿Quién quiere pobién es preciso en la Diócesis de Tura Clase en Tura: Saber más sobre la dignerle al P. Thomas 20 euros bajo el árbol (India), donde 300.000 de los 861.000 nidad y el bienestar de los esposos. de Navidad?
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Vuestra ayuda lo hace posible En Cuba apoyáis a las Hijas Mínimas de María Inmaculada, que os están muy, muy agradecidas por la ayuda al transporte que les habéis facilitado, pero que son muy humildes para describirnos su sacrificada labor. Una religiosa nativa nos escribe: “Estas Hermanas mexicanas han abandonado a sus familias, su patria y sus trabajos en hospitales y residencias para prestar a los pobres su servicio de amor. La alegría con la que sirven, devolviéndoles así a las personas la conciencia de su dignidad, es impresionante. Al igual que Cristo, no vacilan, sino que agarran el paño y le lavan los pies al prójimo”. Actúan y en sus actos se revela su amor. Muchos de estos actos los realizan gracias a vuestra ayuda.
Necesidad, amor y gratitud: Vuestras cartas Carta al Padre Tocino Querido Padre Tocino: Me llamo Patricia, tengo 8 años y voy a hacer la Primera Comunión. Te envío este dinero que he recogido vendiendo pulseras y rosarios hechos por mí para que se lo des a los niños de Siria e Irak que no tienen nada, sólo al Niño Jesús. Te quiero mucho y le digo a mi ángel de la guarda, que se llama Rafael, que los cuide mucho. Una niña española
a los sacerdotes más necesitados. Además, así participo en la misión de la Iglesia. Una virgen consagrada francesa
Tan agradecido Actualmente curso octavo en una escuela católica. He indagado un poco en lo que hace Ayuda a la Iglesia Necesitada, y estoy muy agradecido de que den de comer a los pobres y de que se enfrenten al extremismo. Por desgracia, no puedo enviarles dinero, pero voy a rezar por ustedes cada día para que Dios los proteja. Participar en la misión En el verano de este año he sido admiUn joven bienhechor estadounidense tida como virgen consagrada. Como su joven esposa deseo seguir a Cristo La Iglesia Universal en la sala de estar y, por ello, quiero entregarles para Sus reportajes y retransmisiones siempre Misas el dinero que me han regalado son interesantes y me traen a la Iglesia con motivo de mi consagración. Así me Universal a mi sala de estar. Dios los hago a mí misma el mayor regalo, bendiga. al tiempo que algo de valor y consuelo Una bienhechora alemana
Los donativos pueden enviarse a: AYUDA A LA IGLESIA NECESITADA 28028 MADRID, Ferrer del Río 14 Tel.: 91 725 92 12
08006 BARCELONA, Luis Antúnez 24-2º-2a Tel.: 93 237 37 63
39001 SANTANDER, Florida 3 Tel.: 607 409 734
45002 TOLEDO, Arco de Palacio 2 Tel.: 648 539 475
46008 VALENCIA, Pº de la Pechina 41 - 8º Tel.: 609 322 630
28901 GETAFE, Almendro 4 Tel.: 680 559 526
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Barón Johannes Heereman, Presidente Ejecutivo
Queridos amigos, Cuando pienso en la misericordia, pienso en el Papa Francisco y en qué debe cambiar nuestra Iglesia: debe volver a acercarse a las personas y a sus necesidades reales. En relación con la misericordia siempre me viene a la mente el cuadro de Rembrandt El retorno del Hijo pródigo, que nos muestra cómo es Dios: siempre dispuesto a empezar de nuevo. Pero el Padre misericordioso no quiere que nos deleitemos con hermosos cuadros antiguos, sino que nosotros mismos abracemos a los hijos pródigos, que los recojamos y les concedamos protección, cobijo y un nuevo comienzo. Y cuando reflexiono sobre la misericordia, también pienso enseguida en Ayuda a la Iglesia Necesitada y en vosotros. ¡Qué comunidad tan maravillosa en la que la misericordia se escribe con mayúsculas! Día a día vemos que no os dan igual los más necesitados. Vosotros os encargáis de que la Iglesia que sufre experimente una auténtica solidaridad cristiana. En vosotros vemos al cristiano que anhela el Papa Francisco: “¡Cómo quisiera una Iglesia para los pobres!” Por todo ello, gracias de corazón.
Redacción: Jürgen Liminski Editor responsable: Kirche in Not El Boletín es gratuito, aunque se aceptan donativos para ayudar a su envío. Impreso en España. De licentia competentis auctoritatis ecclesiasticae. D.L.M.-11011-1986 www.acn-intl.org