El último viaje

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Fabián Sevilla Ilustraciones de Fernando Falcone



Manada de mensajes

Eran las seis de la tarde. Como de costumbre, en hora pico el subte iba atestado de la gente que volvía del trabajo o de atender otros asuntos. Pero a Thiago el azar le había concedido un asiento libre, por lo que viajaba sin ser empujado o pisoteado. Frente a él había una pared de pasajeros aga‑ rrados a un caño. En sus caras se notaban el mal‑ humor y la impaciencia por llegar a sus hogares, sumados a la molestia por el calor que invadía el vagón haciéndolos sudar. 13


“¡Joya —pensó Thiago—. Estoy sentadito y ni siquiera puedo ver si hay una embarazada a la que tenga que cederle el asiento. Si mi suerte sigue así, cuando llegue habrá pasado la tormenta”. De pronto algo lo sacó de sus pensamientos. Sin motivo aparente, los que iban de pie en el punto exacto del vagón en el que Thiago via‑ jaba sentado comenzaron a moverse. Como si hubieran pactado dividirse, un grupo se corrió hacia la izquierda y el otro hacia la derecha. De ese modo pudo descubrir a un anciano que, frente a él, ocupaba uno de los asientos laterales. Thiago le calculó unos ochenta años. Le resultó muy llamativa su manera de vestir: llevaba puesto un traje gris, deslucido por miles de años de uso. También le pareció bastante raro que, con la quietud de una esfinge, fuera mirando el celular que sostenía con ambas manos, como sin ver. Le llamó la atención la caja envuelta para regalo que hacía equilibrio encima de las rodillas del viejo. Y algo más: el tipo no tenía medias ni zapatos, ¡iba descalzo! 14



“Debe ser uno de esos que se cuelan en el subte —pensó Thiago—. Espero que no tenga olor a patas, si no… ¡me bajo antes!”. Sin preguntarse la razón por la que de pronto la pared de viajeros se había abierto dejándolo frente al anciano, Thiago dejó de espiarlo y sacó el celular. Le quedaban diez estaciones para bajarse y el aparatito era algo así como un completísimo kit contra el aburrimiento. Primero mantuvo una chatla vía WhatsApp con su papá. Viejo, ya estoy volviendo Llevo lo que fui a cobrar Bien guardadito en un bolsillo

Buenísimo, Thia! Aquí ya está lloviendo Pinta para tormenta con tutti Llueve, ¿por dónde andás? Voy en el subte, ¡por suerte!

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Nos vemos en un rato

Cumplido ese trámite, Thiago decidió pasar el resto del trayecto perdiendo el tiempo. Podía revisar historias en Instagram o recurrir a alguno de los ochocientos juegos que tenía descargados en el celular. Eligió la segunda opción. Y así estuvo hasta que la atención que le demandaba disponer estra‑ tégicamente una serie de plantas virtuales para detener a una horda de zombis, también virtuales, fue interrumpida. Escuchó aullidos de lobo. Era su ringtone noti‑ ficándole que había recibido un nuevo mensaje. Dejó en pausa su arduo y trascendental y peligrosí‑ simo trabajo de jardinero en combate con muertos vivientes para revisar su casilla de WhatsApp. El mensaje provenía de una cuenta sin iden‑ tidad. Además de que no estaba en su lista de con‑ tactos tenía un número menos. Era como si el hombre invisible le hubiese mandado un mensaje. Encima, 17


la cuenta no había mostrado actividad reciente y estaba fuera de línea. Pero eso no fue lo que más picó su curiosidad. El mensaje que acababa de recibir se reducía a un emoji: —No tendrán nada mejor que hacer… —mur‑ muró Thiago esbozando una sonrisa. Iba a responder el insólito mensaje con una pregunta. Quería saber si quien lo había enviado era Fico o Rocío o Juanma, o cualquier otro del grupito de sus mejores amigos del curso. No tuvo tiempo de tipear la primera letra. De inmediato, los aullidos del ringtone fueron convirtiendo su casilla en una verdadera manada. Unos detrás de otros, casi simultáneamente, iban entrando nuevos mensajes. Aullidos, mensaje… Aullidos, mensaje… 18


Aullidos, mensaje…

Thiago pensó que como chiste se pasaba de la raya. Tal vez no se trataba de alguno de sus amigos, sino de un desconocido que había elegido un número al azar —¡justo el suyo!— solo para molestar. Y estaba logrando descolocarlo. Aullidos, mensaje…

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Más sobre el autor: FABIÁN SEVILLA

Me llamo Fabián Sevilla y nací en 1970, en Mendoza, Argentina, donde vivo y escribo. Sí, porque soy escritor de cuentos, novelas y teatro, y también dicto talleres para quienes quieren aprender a escribir literatura. Soy autor de novelas, libros de cuentos para niños y jóvenes, y obras de teatro. Con mi novela El viernes que llovió un circo gané el Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor 2013, que otorga la Fundación SM. Me encantan las pelis de terror porque, además de entretenerme, me motivan a escribir libros como este. Espero que te cause mucho miedo y sirva para que te inspire a leer más y, quién sabe, a escribir tus propios relatos.

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Más sobre el ilustrador: FERNANDO FALCONE

Hago dibujos desde que tengo memoria. Desde muy chico mi mente estuvo poblada de seres fantásticos, y descubrí que el dibujo era la manera de traer ese universo imaginario a la realidad. La literatura, las películas, la observación de la naturaleza y el trabajo de diferentes artistas ayudaron a que esa población creciera hasta el día de hoy. Más adelante me di cuenta de que solo con la imaginación no era suficiente, así que me ocupé de mejorar la técnica y practicar para trasladar de la mejor manera posible las ideas al papel. Estudié en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y a partir del año 2006 comencé a colaborar con editoriales de Argentina y de otros países. Actualmente me dedico a ilustrar libros para niños, jóvenes y adultos, y a las artes visuales en general. Es una actividad fascinante y complicada al mismo tiempo, porque además de mi trabajo, es un medio de expresión único con el que puedo identificarme y materializar lo que imagino.


EXTRA

BO LETO

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Un boleto de acceso para que puedas entrar, recorrer, participar y disfrutar de la experiencia de la lectura. La ficción nos abre la oportunidad de conocer nuevos mundos; algunos parecen más reales que otros, pero en todos vos elegís hacia dónde te llevan. El viaje sigue: hay un boleto extra que te está esperando.

Entrevistamos a Fabián y le preguntamos sobre su escritura, la inspiración y mucho más.

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Índice

En el baúl ........................................................... 7 Una propuesta desconfiable ....................... 9 Manada de mensajes .................................. 13 El anciano del paquete............................... 21 ¿Te asustan los fantasmas? ....................... 27 La muchacha sin paraguas ...................... 35 Ni antes ni después ..................................... 43 Un poco de humor negro ......................... 51 La dirección contraria ............................... 59 El momento del cazador .......................... 63 El ratón chiquito, chiquito… ................. 71 El último viaje ............................................... 79 Tres rostros conocidos ............................... 87 El asesino cuadrangular ............................ 93 Más sobre el autor .....................................100 Más sobre el ilustrador.............................101 Boleto extra...................................................102


El último viaje Hay un movimiento. Se escucha el ruido. Thiago no sabe qué es lo que sucede, quiénes son, qué buscan. Lo han elegido porque no le tiene miedo al miedo. Ojalá, esta vez, él sí pueda cumplir con el plan. Será un viaje por la ciudad en el que debe subir y bajar del taxi en el momento indicado. Ni un instante antes, ni uno después.

Nivel Lector

087-0401

EXTRA

BOLETO

El celular de Thiago suena. Aullidos, mensaje, aullidos, ¿fantasmas?

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