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En esta obra colectiva, creada y diseñada por el Departamento Editorial de AZ editora S.A., participó el siguiente equipo: Director editorial: Diego F. Barros Jefa de edición: Norma Alicia Sosa Pereyra Director de proyectos digitales: Patricio Baleani Edición: Soledad Alejandra Gillio Diseño de maqueta: Equipo AZ sobre una idea de Estudio ZKY&SKY Diseño de íconos: Julia Domínguez / joy!design Diseño: María C. Martorell Selección de textos: Elena Luchetti Propuestas de actividades: Adriana Abarrategui, Ma. Alejandra Lumia Ilustración de tapa: Juan Devoto (Apen) Ilustraciones de interior: Cristian Bernardini (pp. 6-7; p. 15; 29 a 31; 59 a 61), Héctor Borlasca (p. 9); Diana Briones (p. 11); Anabella Albanese (p. 13; 43 a 45); Eduardo Karacachoff (p. 17; 33 a 35); Carlos Pinto (p. 19; 40-41); Gabriel San Martín (p. 21; p. 27); Teté Cirigliano (p. 23; 47; 57); Gaby Thiery (p. 25); Federico Combi (p. 52) Fotografías Archivo AZ, Alarroca, Crisco1492, Peterson, Pixabay, Wikimedia Commons Producción: Fernando J. Caruso © Herederos de María Elena Walsh c/o Schavelzon Graham Agencia Literaria Limericks de la Vaca y del Hipopótamo (p. 13); Canción del pescador (p. 17) © Herederos de Elsa Bornemann c/o Schavelzon Graham Agencia Literaria Cuento anaranjado que puede transformarse en blanco (p. 15)
© Montenegro 1335 (C1427ANA) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Tel.: (054 11) 4552-0505 AZ.com.ar Libro de edición argentina Hecho el depósito según la Ley 11.723 Derechos reservados AZ editora S. A. ha dado término a la impresión de esta obra en noviembre de 2018. Impreso en Argentina
VENTANITAS DE LECTURA
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JUGAR CON PALABRAS RONDA CON TRABALENGUAS, Oche Califa .............................. 6 Volviendo a la ronda de trabalenguas................................ 8 ADIVINANZAS, anónimas .................................................................... 9 Volviendo a las adivinanzas ................................................... 10 LA MARIPOSA - PECECITO, Diana Briones ............................... 11 Volviendo los caligramas............................................................... 12 JUGAMOS CON PALABRAS DE ANIMALES, María Elena Walsh .................................................................................. 13 Volviendo a los limericks........................................................... 14
HISTORIAS CON ANIMALES CUENTO ANARANJADO QUE PUEDE TRANSFORMARSE EN BLANCO, Elsa Bornemann................. Volviendo al poema .................................................................... CANCIÓN DEL PESCADOR, María Elena Walsh....................... Volviendo a la canción................................................................ SECRETO, María Cristina Ramos...................................................... Volviendo al poema .................................................................... RECETA PARA CONGELAR HUEVOS DE DINOSAURIOS ................................................................................ Volviendo a la receta .................................................................. UNA MARIPOSA, Iô Sôgi ................................................................... Volviendo al haiku ........................................................................
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PALABRAS MOJADAS UNA NOCHE DE VERANO, Antonio Machado .......................... Volviendo al poema ......................................................................... NOCHE EN EL RÍO, Atahualpa Yupanqui ..................................... Volviendo a la canción ...................................................................
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ÍNDICE
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GOYITO MARINERO, Sara Zapata................................................... Volviendo al cuento .................................................................... DÍAS DE MONTAÑA, Margarita Mainé.......................................... Volviendo a la novela.................................................................. ¡CUÁNTAS AGUAS!, Diccionario de la Real Academia Española.................................... Volviendo a las definiciones....................................................
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EN LA CASA LA CASA DE LA TORTUGA, versión de E. Luchetti ................ Volviendo a la fábula .................................................................. LOS TRES CHANCHITOS, James Orchard Halliwell-Phillipps .................................................... Volviendo al cuento .................................................................... EN PAMPLONA HAY UNA PLAZA, P. Guerrero (comp.)........ Volviendo a la retahíla................................................................ LA CASA DE TUCUMÁN, E. Luchetti ............................................ Volviendo al texto informativo ............................................. EL PLANO DE LA CASA DE SARMIENTO................................... Volviendo al plano .......................................................................
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SEGUIR A UN AUTOR TODOS LOS NO, Ana María Shua ................................................... Volviendo al poema .................................................................... COPLAS DE ANA MARÍA SHUA PARA DIVERTIRSE .......... Volviendo a las coplas................................................................ EL CAMELLO PERDIDO, Ana María Shua ................................... Volviendo al cuento .................................................................... ANA MARÍA SHUA: BIOGRAFÍA ................................................... Volviendo a la biografía ............................................................
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ÍNDICE
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POEMAS EN LA CASA
RONDA CON TRABALENGUAS La cantidad de participantes puede ir de cinco a doce. Forman la ronda, comienzan a girar tomados de la mano y cantan:
Señores, soy de Ezpeleta, donde llevamos limpia la camiseta. Señores, yo soy de Quilmes, donde patean en patas los tiros libres. Se para la ronda y al batir de palmas se dice, lo más ligero posible, el siguiente trabalenguas:
Claudia, la calva, se clavó un clavo. Calma, no es nada, clama su mamá. El primero que se equivoca sale de la ronda y espera en un costado. Sigue:
Señores, yo soy de Haedo, donde llegó un pingüino viajando a dedo. Señores, yo soy de Merlo, donde se ponen locos los que están cuerdos.
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Se repite el trabalenguas. Si alguien se equivoca, se dice:
Uno, dos y tres, suelto el preso y preso el juez. Se va el que se equivocó y regresa el que había salido. Sigue:
Señores, soy de Martínez, donde no usan chupetes los gurrumines. Señores, yo soy de Tigre, donde pican los peces que Dios me libre. Se repite el trabalenguas y, si alguien se equivoca se vuelve a decir: “uno, dos y tres, suelto el preso y preso el juez”. Sale el que se equivocó y regresa el que había salido. Se recomienza la ronda con las primeras rimas, hasta que alguien dice que tiene hambre y, entonces, cada cual se va para su casa. OCHE CALIFA, Para escuchar a la tortuga que sueña, Buenos Aires, Colihue, 2005.
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VOLVIENDO A LOS LIMERICKS
1. Entre todos, escriban en el pizarrón una lista de preguntas para la vaca del poema; algunas que se relacionen con su forma de vida; otras, con su trabajo, con su familia, etc. Después, uno del grupo será la vaca y responderá las preguntas. Túrnense para hacer de vaca. No repitan las respuestas. - ¿Con qué otra cosa podría comer la vaca? ¿Seguiría siendo una vaca rara? ¿Por qué? - ¿Qué otro elemento podría tener en vez de cara? - ¿Y qué acciones raras para una vaca, además de volar? - Podría hablar también en… 2. Respondan entre todos. - Si la vaca y el hipopótamo participaran de un concurso de belleza, ¿cuál ganaría? - ¿Todos están de acuerdo? - ¿Vieron alguna vez un hipopotamito? - ¿Dónde podría ser su casita? ¿Qué usaría como cuna? 3. ¿Cómo se podría transformar el limerick del Hipopótamo en una adivinanza cuya respuesta fuera “El Hipopotamito”? Díctenle a la seño. Corrijan hasta que quede bien.
Pakapaka produjo 26 microprogramas de animación de un minuto, que representan otros tantos limericks, como el de la lombriz, el caracol, el cangrejo, la tortuga, de los 42 que contiene el libro de María Elena, el Zoo loco. ¿Y si los ven?
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HISTORIAS CON ANIMALES
CUENTO ANARANJADO QUE PUEDE TRANSFORMARSE
EN
BLANCO
Un lagarto anaranjado se fabricó un par de zancos –para cruzar una zanja sin mojarse las chinelas– y los pintó de naranja bajo la luz de una vela. Pero los hizo tan largos, que en vez de cruzar la zanja –como quería intentar– sus gigantescas zancadas le permitieron cruzar una aldea anaranjada. (Si no te gusta el color que colorea este cuento o crees que no combina con el lagarto y sus zancos... ¡pasalo por lavandina... y tendrás un cuento blanco!) ELSA BORNEMANN,
Disparatario, Buenos Aires, Santillana, 2015.
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VOLVIENDO A LA CANCIÓN
1. El autor de Noche en el río fue un popular poeta y cantor argentino. Averigüen algunos datos acerca de su vida y escuchen Don Ata, la canción que canta Soledad Pastorutti. - ¿Qué descubrieron? 2. Este poema está formado por tres estrofas y la rima en las tres es igual. Elijan cuál de las siguientes es la pareja de versos que riman entre sí: versos 1 y 3, versos 2 y 4, versos 1 y 4. Demuestren que la pareja de versos que eligieron es la respuesta correcta copiando en el pizarrón las palabras que riman entre sí en cada estrofa. 3. ¿Qué significa que “se calla la tarde”? - ¿Qué relación tienen los elementos de la segunda estrofa con el río? - ¿De qué manera expresa el autor que habla de la noche? - ¿A qué aspecto del río se refiere fundamentalmente? ¿A su color, a su temperatura o a su sonido? Señalen en el poema palabras o frases que justifiquen sus respuestas.
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GOYITO MARINERO Desde que mi amigo Goyito se hizo marinero es el chico más feliz del mundo. Todas las semanas les manda a sus papás y a sus hermanitos unas preciosas tarjetas postales desde cada puerto a donde llega su barco. El verano pasado estuvo en Brasil y se hizo amigo de un negrito llamado Dedé. Dedé habla portugués, igual que los otros chicos de Brasil. ¿Cómo pudieron entenderse para hacerse amigos? Muy sencillo: a todos los chicos del mundo les gusta jugar, que es lo mejor que existe para entenderse bien en cualquier idioma. Dedé iba a la playa muy temprano a pescar cangrejos con un lienzo fino y Goyito aprendió a hacerlo con él.
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–¿Para qué pescás cangrejos, Dedé? –le dijo Goyito el primer día. –Para que mi mamá haga sopa de cangrejos –le contestó Dedé. –La mía hace sopa de fideos finos –dijo Goyito. –Seguro que son difíciles de pescar –dijo Dedé. Un día Goyito fue a la casa de su amigo Dedé, que vivía con su papá, su mamá y muchos hermanitos en un pueblo al lado del mar. La mamá hizo la sopa, el papá, que era pescador, cantó una canción muy bonita que se llamaba “La canción del pescador”, y los hermanos de Dedé le mostraron un hermoso papagayo colorido. A Goyito le gustó la sopa, pero mucho más le gustó el papagayo, y muchísimo más le gustó la canción. ¡Lástima que faltaba tan poco tiempo para despedirse de sus amigos! –Mi barco zarpa dentro de una semana –dijo Goyito. –¡Qué pena! –exclamaron todos. Y aunque las separaciones son tristes, el día que zarpaba el barco, Dedé y sus hermanos lo fueron a despedir. ¿Saben qué le llevaron de regalo? Nada menos que el hermoso papagayo colorido.
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–¡Gracias, chicos! –les decía Goyito, agitando un pañuelo desde el barco. –¡No tardes mucho en volver! –le respondían Dedé y sus hermanos. Cuando Goyito llegó a su casa de la Argentina, todos quedaron encantados con el papagayo colorido, que parecía sentirse como en su casa. –Lástima que no aprendí la canción del pescador –dijo Goyito–. Era una canción muy bonita que cantaba el papá de Dedé. Y entonces, para asombro de todos, el papagayo comenzó a cantar la canción del pescador. Goyito y sus hermanos se rieron mucho, ¿saben por qué? Porque los papagayos tienen buena memoria, pero muy mala voz. Y colorín colorado, la canción del papagayo colorido ha terminado. SARA ZAPATA, Cuentos de pan y manteca, Buenos Aires, Colihue, 1995.
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EN LA CASA
LA CASA DE LA TORTUGA Había una vez una tortuga que iba siempre con su casa a cuestas, como todas, toditas las tortugas. Como su casa-caparazón era pesada, caminaba despacio. Los otros animales se reían porque tardaba muchísimo. Un día, se cansó de que se burlaran, dejó su casa debajo de unas plantas y continuó caminando con rapidez. Les demostró
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a los demás animales que podía ser tan veloz como cualquiera de ellos. Pero otro día hubo una gran lluvia. La tortuga, empapada, se lamentaba: –¡Con lo bien que estaría ahora en mi casita, protegida del chaparrón! ¿Por qué la dejé? Volvió a dónde la había ocultado y siguió con su casita a cuestas, como antes. Y decidió no deshacerse nunca más de ella, por lento que fuera su caminar. A veces es mejor ir más despacio en la vida, pero más seguro. Adaptación: E. LUCHETTI
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SEGUIR UN AUTOR
TODOS LOS NO No toques a los perros por la calle, a los gatos tampoco, no toques los faroles, las paredes o los cocos, no toques mis papeles, no toques mi cartera, no toques la tele, la computadora, la heladera, la nariz, el gomero, el techo, la vajilla, no toques las estrellas, los monos, las vainillas, no toques la perinola, la llave, la bombilla, no te subas a la silla, no te subas a la mesa, no te subas al ropero, a la ventana, a mi cabeza, a la luna, a la escalera, al escritorio,
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no te subas a la cama, al trampolín, a la cabeza, ni al cohete, ni al colectivo, ni a la reja. No comas fruta que esté verde o esté sucia, no comas nada que cualquiera te convide, no comas maderitas, ni pasto ni frambuesas, ni piedras que se te atragantan, ni arena, tierra o basura. No comas de la fuente, de la lata, de la mesa. Y por favor no te comas las orejas. No pises la ropa, los pasteles, el charquito, no pises mis zapatos, ni a tu hermano chiquito. No pises, decía mi mamá, hablándome despacio. Pero yo no le hacía ningún caso. ANA MARÍA SHUA,
en Las cosas que odio y otras exageraciones, Buenos Aires, Santillana, 2016.
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EL CAMELLO PERDIDO Tres sabios muy amigos viajaban juntos por el mundo. Una vez, en uno de sus viajes, se encontraron con un hombre que había perdido a su camello. Estaba muy afligido y a todos los que pasaban les preguntaba si lo habían visto. –¿Tu camello es ciego de un ojo? –preguntó el primer sabio. –¿Le falta uno de los dientes de adelante? –preguntó el segundo. –¿Es rengo de una pata? –quiso saber el tercero. –¡Sí, tienen razón en todo! ¿Ustedes lo vieron? –dijo el dueño del camello perdido. –No lo vimos, pero sabemos que llevaba carga –dijo el primer sabio. –De un lado, llevaba miel –dijo el segundo sabio. –Y del otro, granos de trigo –dijo el tercero. Y le aconsejaron en qué dirección buscarlo. Pero el camellero no les creyó. ¡Sabían demasiado!
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Seguro que habían visto a su camello y se lo habían robado. Fue enseguida a denunciarlos. Al juez le pareció que de verdad esos hombres podían ser los ladrones, y mandó a ponerlos presos. Unas horas después, buscando en la dirección que le habían señalado los tres sabios, el dueño del camello encontró a su animal con toda su carga. Como era un hombre honesto, fue a decirle al juez que los pusiera en libertad. –¿Y cómo sabían tantas cosas si nunca lo habían visto? –quiso saber el juez, con mucha curiosidad. –Vimos sus huellas. Una de las marcas era más débil que las otras, por eso me di cuenta de que el camello era rengo –dijo el primer sabio.
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–Había mordisqueado las plantas de un solo lado del camino: por eso supe que era ciego de un ojo –dijo el segundo sabio. –Por la forma en que estaban cortadas las hojas, me di cuenta de que había perdido un diente –continuó el tercer sabio. –Las huellas eran profundas, y por eso sabíamos que llevaba carga –dijo el primer sabio. –De un lado del camino se amontonaban las abejas para libar la miel que salpicaba la carga –dijo el segundo. –Y del otro lado venían ejércitos de hormigas a llevarse los granos de trigo que se le caían –explicó el segundo. El camellero les pidió disculpas y les agradeció mucho. El juez los puso en libertad. Y los tres sabios siguieron adelante hacia su destino. Todavía se los encontrará enseñando su sabiduría por los caminos del mundo. ANA MARÍA SHUA, en El camello perdido, Buenos Aires, Planeta, 2017.
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