ALAS DE COLIBRÍ

Page 1

ALAS DE COLIBRÍ

ALAS DE COLIBRÍ

1


escucha el susurro dorado ALAS DE COLIBRÍ.

que, la ingrávida estela del ángel de la vida,

PRIMER VUELO.

va sembrando con ecos de alabanzas intemporales.

Entre la risa y el llanto se abren las veredas

El río las recibe con sonrisa cristalina;

por donde transita el canto.

el árbol las atrapa en sus hojas áureas; el pájaro las guarda en sus plumas albas,

Entre el canto y la palabra

las flores las reciben como aroma

vuelan aires de alas de colibrí

(de rocío.

hasta el alma que como flor se asombra. Miro absorto y maravillado Entre el asombro y el temor

la especial quietud de las luces,

viaja, de noche engalanada, la belleza

galas de íntimo fulgor celeste.

iluminada por resplandores de dolor. Destella un relámpago Entre el dolor y la maravilla

en el pensamiento,

se expande la dorada estela,

en ese instante pasa mi universo;

onda del amor que en la noche brilla.

los dos huyen tras el ángel de la vida dejándome, solo, con mi yo profundo,

Entre el amor y el canto

ahora vestíbulo diáfano del palacio

danzan la vida y la muerte

donde habita mi eternidad.

al son de los versos de la risa y el llanto. Despojado de mis corpóreos ropajes, y de los sellos de la fe y de la esperanza, PLUMAS EN LAS ALAS.

penetro, atraído por mi ser, en tan arcano alcázar.

Es la tarde de reposada queda, sin rumores en el viento,

Todo lo llena una luz divina,

sin cantos de pájaros;

reflejo de mil colores sin nombre;

no hay murmullo de hojas

todo lo llena la voz divina,

aún siendo tarde de otoño.

palabras calladas de mil oraciones;

Todo en anhelante mutismo

todo lo ocupa esa presencia eterna,

ALAS DE COLIBRÍ

2


plenitud de vacío concreto donde acaban los mil misterios.

Llegaron cabalgando en rocines de fuego con armadura de hierro,

PRESENCIA.

tremolando estandartes negros de desolación e irónico miedo;

Hay un mundo muy cercano lacrado con el sello de la palabra

llegaron cabalgando

(hierático eco del verbo)

sobre la inmensa llanura

en el corazón del misterio;

cristalizada de sueños efebos;

lo presentimos como aurora crepuscular,

llegaron cabalgando,

lo sentimos, palpitando al mediodía,

en trote asincrónico

cercano, muy cercano,

con la historia sacra del hombre,

tanto que lo ignoramos,

asolando los jardines blancos.

y en la noche cuando lo vivimos

Y un día,

creemos que lo soñamos.

del confín de tanta desolación, surgieron ángeles con vestidura talar

ROMANCE DE LAS ALAS.

portando el caduceo dorado de la refulgente esperanza;

Ángeles y demonios

mas un mal viento lo hurtó

ya están otra vez rondando

olvidándolo en un hontanar

los misterios del trasfondo del alma,

entre escarpadas cimas quebradas.

y en su herido cielo una trápala de cuervos blancos y negros

Vagaba la razón, perdida y fascinada,

trapichean con las luces y las sombras

entre los círculos de agua y fuego

de la amedrentada memoria.

de batallas incontroladas por somáticas entes que la habitaban.

Ángeles y demonios,

La asíntona locura

cuervos y urracas,

pujaba con su lezna ardiente

antaño fueron fantasmas sin nombre

para ser juez y parte;

alimentándose de la sangre negra

tejió su trama, con fidelidad de araña,

cuajada en las abiertas heridas

de hilo vaporoso

laceradas por el alfanje del pasado.

segregado por los hálitos

ALAS DE COLIBRÍ

3


del dolor incisivo

tierra y cielo, todo en opacos fríos,

producido por la contienda espectral.

se tiñeron de negros hielos.

En un momento (instante eterno)

Como punta de iceberg misterioso

prendidos en la red de la locura

surgieron, en el piélago del rostro,

quedaron Ángeles y demonios.

una sonrisa horizontal de hielo negro

Un brioso bramido,

y una mirada vertical de cristal bruno

espeluznante relámpago

de dos carbones oscurecidos

del alma que se parte,

que, de vez en cuando

fue el final de escusado drama.

desde una olvidada fuente solitaria, emanan una gota de cristal puro

En el silencio pantagruélico de la nada

que las manos recogían

genero el orate su reino

guardándola en un arca de dolor.

poblándolo de seres andróginos.

El infinito reloj de arena

Fueron príncipes: grandes bucos;

fue consumiendo la de todo desierto,

fueron princesas: erimias aladas

grano a grano,

sobre serpientes de fuego;

lamento a lamento;

a su alrededor miles de bufones negros,

tras la arena de hielo negro

grajos, cornejas y buitres

surgió

forman el cortejo bullanguero

el etéreo aire de ardiente viento.

de colérica bacanal nutriéndose de vegetales razones,

Sonrisa horizontal de hálito negro

que florecen regadas por un tenue río

y mirada vertical lasciva e hiriente

nacido de un lejano hontanar

de dos tiznas rojas,

entre escarpadas cimas quebradas.

dejando caer , de vez en cuando, una gota áurea de pureza

Marchaba la comitiva

desde un astro de un universo olvidado,

por la senda de una espiral sinfín;

que sus manos humanas recogían

a su paso todo queda desierto y yermo;

forjando en ellas un arca de dolor.

las llanuras de la mente, siempre abiertas y ya

Fue una ínfima princesa

para siempre sin horizonte,

quien descubrió,

quedan en solitaria espera

siguiendo el tenue rastro

de épocas florecientes y feraces.

de agua y fuego dolientes,

Así, tomadas por tan espectral cortejo,

el tesoro oculto de tan divina arca;

ALAS DE COLIBRÍ

4


al abrirla, un diamantino fulgor,

no...

como halo de sol vivificador,

vuela al aire haciéndose polvo;

la envolvió en un capullo de aureolas

sí, no, sí, no...

de pensamientos de luna.

Me he quedado sin flor y sin el blanco del papel;

El infinito reloj del viento

sólo tengo un tallo,

tañía sus más gélidas tormentas

derrotado y destrozado,

cuando del capullo

de pensamiento oscurecido.

se reveló una crisálida euménide alada de colibrí alba:

Fuera

sonrisa abierta de límpido rosa,

las margaritas ríen al sol

mirada clara con el reflejo del cielo

con palabras blancas

sembrando colores en el firmamento.

que un colibrí de primavera embebió cuando era sonrisa fresca

Ángeles y demonios

(nieve y sol) en la tierra

están otra vez rondando

durmiente del invierno.

la inquieta alma del colibrí, embelesada en misterios azules. Mariposas blancas y palomas cándidas jugaban con las luces irisadas

VERSOS NEGROS.

de los enigmas del presente... allí a lo lejos, sin horizonte,

Fuegos artificiales:

quedaba el futuro ausente...

resplandor de colores: farfulla de luciérnagas espurias de efímera presencia engalanando la noche

DESTELLOS.

con ficticios dondiegos...

En un desesperado arrebato

Ya no están...

(desenlace pasional)

...¿y la noche?:

del corazón inquieto

Queda de oscuridad lacónica,

he intentado construir estrofas

de ingrávida bóveda malherida

deshojando margaritas de liras:

por los fatuos relámpagos

Sí...

de luminarias artificiales,

camina sobre el papel;

que han bebido su néctar

ALAS DE COLIBRÍ

5


de terciopelo negro.

robadas a una luna hureña.

Ha quedado la noche con manto de bruna soledad,

Más alejados, más profundos,

triste, apagada, gris.

revolotean grajos y cornejas cenicientas barbullando los ecos luctuosos

Palabras artificiales

de las lacerantes habaneras.

engañando a la memoria y a la razón

Por las frondas de tupidas zarzas

estallan encadenando

llegan maldiciones de cielos atrapados;

liras de rígidos versos.

y un macho cabrío ríe con carcajadas

Han quedado las palabras

sus balidos de glosa mohína.

selladas con letra muda; huellas sigilosas, rotas,

La luna, huraña y soberbia, es

recorridas por una voz sombría.

(ametrallada

Queda el verbo taciturno

por los ladridos de una perra en celo

por el sarcasmo silente

copulando con un sombrío grifo

del verso apagado y gris.

que armoniza la velada con timbales.

Llorando estás el colibrí

Y en el centro de tan esperpéntico circo

en una lejana rama

se encuentra la palabra de fuego

de la conciencia escarchada;

avivando los rescoldos (pensamientos)

plañendo su soledad

de la pasión del alma velando al tiempo.

perlas de lánguido pensamiento. ¡Callad, ¿Quién ha encantado sus alas

cesen habaneras y zarabandas!;

para que vuelen

es hora de que cante la sombra

tras quimeras artificiales?.

traslúcida del pensamiento ígneo: las cálidas liras del sueño impulsivo de las alas del colibrí.

TRÁPALAS SILENTES. Bailan los sapos con zapatos de claque;

...Y LAS ALAS BUSCAN.

las ranas, para no ser menos, croan habaneras sobre piedras plateadas

ALAS DE COLIBRÍ

Iba el aire, persiguiendo

6


ninfas de alas blancas,

está reposando el pasado,

dibujando corceles de fuego

como yaciente mártir,

en el rostro del viento.

esperando su ensalzamiento; está llena de fuego y aire,

Buscaba ser memoria en la palabra

caos de recuerdos ancestrales.

que, después de los tiempos, con exaltación lo nombrara.

Es la mente piélago bravío de sueños soñados

Surgieron mil sonidos incisivos

donde flota la botella,

de infinitas gargantas,

entre encrespadas olas

todas las aves a una rasgaron

de altaneras crestas negras,

el cielo que las encumbra.

como bajel arrogante buscando nuevos horizontes,

Buscaban ser color en la palabra

playas donde renovarse

que, entre astros y estrellas,

de los duros combates.

en cometa irisada las recreara. Pero es tan fuerte el mar, Caminaba el hombre

y tan fuertes, tan fuertes,

tras la estela de un ángel

los ingrávidos elementos

desafiando, con su locura,

que pueblan la mente

los más escarpados desfiladeros.

(el peor de ellos el tiempo, inseparable compañero)

Y subió...y subió...

que es arrojada contra los muros

estigmatizándose

que encadenan la ilusión

su rojo corazón.

en ariscos arrefices y acantilados.

Buscaba la empírea palabra

Se quiebra en mil pedazos.

por la que un día surgió

El aire azul de las alegrías

del Dios poeta que lo creara.

se pierde entre nebulosas, atraído por ángeles guardianes alimentando a rebeldes quimeras;

¿RECUERDA EL ECO?.

mientras el fuego de las desilusiones, ahora más ardiente y pesado,

En la botella vaporosa

lacera con aflicción y pena

de la vegetal memoria

al corazón de los recuerdos.

ALAS DE COLIBRÍ

7


Duermen la palabra y el sueño. Lo que pudo ser flores de edén son ahora espinas de cizaña.

La madreselva, con flores

¡Qué difícil retener las alegrías!.

incoloras, serpentea entre las piedras de fuego,

En la bóveda de los puntos cardinales

por donde el lagarto busca

resuena con más fuerza

las lágrimas de su risa.

la carcajada del destino, quien ha engalanado a la vida

Duermen la palabra y el sueño.

de rígido bufón danzante, para perderlo en el laberinto

Mece el viento, con aromas

tramado por el tiempo,

agrios, la cuna del niño;

trastabillando, intentando piruetas

cuna alba vacía de sueños

para alcanzar

que pende de un dogal férreo,

el sutil rayo de luz que no cesa.

cadena de cuentos grises.

Y de nuevo,

Duermen la palabra y el sueño.

sin saber como ni por qué, se encierran los recuerdos

Está desvelado el búho

en una botella vaporosa

(es hora de mediodía)

de la vegetal memoria,

por el recio croar de ranas

para crear, con el aire azul

suspirando por ver llorar

y el intenso fuego,

al sol sus últimas lágrimas.

el espacio de los sueños. Duermen la palabra y el sueño. Y la sombra vespertina COMPAÑEROS.

se ríe de la noche, arada por cometas que se fugan

Bajan los ríos agostados;

llevando sonrisa vítrea

ya no lloran las montañas.

en traje añil de hojalata.

Hay fríos azules plomizos de auroras crepusculares

Duermen la palabra y el sueño

apuñalando la luna.

en cruel mortaja de polvo, hollín de sangre y olvido,

ALAS DE COLIBRÍ

8


bajo la dejadez seca de una flor inmaculada.

Sé que está ahí. Y espero (¿o desespero?) en la incómoda silla de las horas; cambiante con el tiempo

ALAS DESEANTES.

va diluyéndose la impaciencia, como sombra de ciprés

Sé que está ahí.

en el mediodía de luz cenital.

Oteo el horizonte, deseándolo íntimo y cercano,

Sé que está ahí.

buscando en él

Jugando con la silueta

esa aurora de pasión roja

huida de la luz,

que abre la vida.

como un niño nonato revoloteando en un mar

Sé que está ahí.

de cálido aire amniótico.

Tras estos muros y estos cristales, arquitectura negra

Sí, está ahí.

con ojos traslúcidos

Mi sombra, creció conmigo

de esperanza inerte y absurda,

y es también dueña de mis recuerdos,

que sólo reflejan luz opaca

siempre me enseño el camino

de sus artificiales piedras.

hacia la fuente de luz.

Sé que está ahí.

Ahí, ahí está;

En la insondable ruleta

atrapada por la sombra cristalina.

de la rosa de los vientos;

Ahí está,

y que llega lo mismo,

refulgiendo como luminaria nova.

con el viento cálido y sereno,

Ahí está

que tras la tormenta

la palabra única;

de cualquier mal viento.

la más intransigente palabra que en el silencio todo lo nombra;

Sé que está ahí.

la palabra angular

Tras una nube de recuerdos.

que llega más allá de los límites

Sé también, porque lo veo,

del alfa y del omega,

que a su alrededor giran

más allá...

negras nubes de misterios.

ALAS DE COLIBRÍ

9


Ahí está la fértil palabra

inmutable e inefable de la palabra.

sembrando y engendrando: la voz y la letra, el color y la línea, la piedra y la forma,

ALAS DE JUGLAR.

el sonido y la música, el movimiento y la danza,

Se encuentra el juglar

...

bajo un sinfín de estrellas blancas

Sí, está ahí.

en una bóveda de cielo lapislázuli. Se encuentra el juglar sobre la llanura teñida de esmeralda; y en el aire aromas de poléo y espliego.

INMUTABLE Danzan los astros Mirar y no ver:

la salmodia de los grillos y de las ranas;

ceguedad vacía;

las luciérnagas

todo es provecho para un luctuoso gozo

restriegan sus vientres fosforescentes

de efímera presencia, absurda e irreal.

en el halo de la luna.

Mirar y sentir. Es vuelo sutil

Un cisne azul

el del aroma escondido tras la sombra

se recoge en el trigal,

de la palabra erguida como ciprés.

todavía de caña verde, y meciéndose en este oleaje verde

Sentir para abrir

deja escapar su posesivo canto.

el corazón lleno. Servirá de yunque donde la palabra

Alza el juglar su mano,

martilleará el opaco canto del hombre.

bañada por todos los azules, tratando de alcanzar el sello

Escuchar su música.

de tan refulgente arcano.

Vuelo frágil del aire;

Intento vano.

cadencia de un ritmo de alegrías latentes en el constante devenir de la vida.

Tiende el juglar su mano,

Y ver sin mirar;

de vitral rojo, hacia la tierra

brisa, blanca paz,

tratando de alcanzar

donde el canto es templado con la belleza

la profundidad virginal

ALAS DE COLIBRÍ

10


de su eternidad.

la única e indivisible palabra.

Cruel vanidad. Se encuentra el juglar Entonces se abren, extendiéndose

ante el verbo elemental

en el espacio pálido

que anima el canto de su voz

que dejan abiertas las manos,

y la melodía de su canción.

agujeros de soledad

Y tiene alas de colibrí.

por donde penetra el viento bruno de los desiertos desolados.

Quien antes fuera juglar en el valle del tiempo

En un último intento

es ahora poeta

une el juglar sus manos

en el Valle del Colibrí.

y, conteniendo su impotencia con la rabia de los sueños, llora ingenuas lágrimas de ámbar cristalino.

ESENCIAS.

Un rayo de halo verde

Es la palabra ala de colibrí

se refleja

tremolando inquieta en el pensamiento,

en la última lágrima nacida,

y persiguiendo las huellas en flor

a la que un cálido céfiro eleva.

de los aromas primigenios.

Ante los ojos húmedos del juglar

¡A libar!,

queda suspendida –estática gnosis-

¡a libar al alba!

como ínfima porción de arco iris.

antes que los recuerdos tiñan

Detiene su caída la arena del reloj;

de crepúsculos grises

paran su danza los astros;

las antenas nacaradas de conciencia..

el grillo se muda al invierno;

El feraz aire la lleva,

las luciérnagas se entregan

hacia jardines irisados

al fulgir de las estrellas;

por el reflejo de las corolas,

y el cisne azul ora en silencio.

iluminando las ansias de volar.

Liba el colibrí del néctar

¡A libar!,

de esta concluyente lágrima,

¡a libar al alba!,

mientras sus alas pronuncian

que se acercan jinetes

ALAS DE COLIBRÍ

11


con espadas brunas

No dejaré que el mal viento

dispuestos a segar el recóndito tallo,

oree el pensamiento de mis ojos.

raíz y tallo, del pensamiento. Cantaré con las brisas cálidas ¡Huye colibrí que no sajen

que del jardín de naranjos y limoneros

también tus alas áureas!.

regalan fragancias de azahar.

Deja las cálidas llanuras, no sea que un águila negra

Volaré sobre las arenas áureas

esté acechando tu vuelo.

que embelesan los corazones

En las altas cumbres

con fascinantes piedras doradas.

está la fontana

No dejaré que la movediza arena

de donde un día emergiste

me atrape para volverme piedra.

(antes que cualquier tiempo). Cantaré en las playas desoladas ¡A libar!,

donde anida la gaviota solitaria

¡a libar en este alba albo

sus dulces sueños de aire y tierra.

que la flor de edelweiss ha florecido para ti!.

Alas de colibrí para cantar; cantar con la palabra: de agua clara, los susurros del río; de brisa cálida, la voz del viento;

VUELO FINAL.

de íntima sencillez, los sueños de la solitaria soledad de la palabra.

Volaré con alas de colibrí sobre quebrados acantilados de aguas pútridas y turbulentas. No dejaré que esos ríos me lleven a mares sin fondo. Cantaré a los riachuelos en el hontanar de donde brotan aguas claras de reflejos plateados. Volaré sobre los vientos gélidos que cortan los azules cielos con melladas espadas grises.

ALAS DE COLIBRÍ

12


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.