ALICIA en la AZOTEA de enfrente
Ilustraciones de Faro Miguez

1 Sola

A las tres y media, la abuela María recogió del colegio a su nieta Alicia. Es lo que hacía todas las tardes desde que llegó con su hija Teresa a la capital. Al pasar por el parque, Alicia quería entrar para jugar con algún niño del barrio y pasearse en los columpios.
¿No estás harta de jugar con tus compañeras en el colegio? —le preguntó entonces la abuela.
—Pero cómo voy a estar harta, abuela, si no quieren jugar conmigo.
—¿Y por qué no?

—Porque soy la última en todo. Y además se meten conmigo.
—¿Qué te dicen?
—«Gafita, cuatro ojos, capitana de los piojos».
—¿Pero no serán todas?
—Sí, todas. Porque en el colegio y en el recreo todas hacen lo que les dice la Vero, que es la mandona de la clase. Y ninguna se atreve a enfrentarse a ella.
—¿Ni tu compañera de banca tampoco?
—Es que no tengo, abuela. Estoy sola al final de la clase, y a mi lado solo se sienta el profe de apoyo cuando me ayuda en la clase de Matemáticas y de Lengua.
—Entonces tendré que hablar con la profesora y contarle lo que te pasa.
—Si vas, abuela, me dirán además que soy una chivata.
—¡Qué chivata ni qué leches!
—Olvídate del cole, abuela, y deja que me quede un ratito en el parque.

—Pero tu madre me tiene dicho y requetedicho que tenemos que irnos directamente del colegio al piso sin pararnos en ningún sitio.
—Mi madre no se va a enterar.
—Sabes que el problema no es que tu madre se entere, sino que aparezca tu padre y te lleve al pueblo. Si eso sucede, tu madre me mata. Así que nada de parque.
—Solo un poquito, porfa.
—No insistas más, Alicia. Y anda ligera que aún tienes que merendar, hacer los deberes y estudiar. A ver si puedes mejorar ¿No te gustaría dejar de ser la última?
En cuanto llegaron al piso, Alicia se fue para su habitación y empezó a sacar de su mochila el cuaderno, los lápices y los libros, mientras su abuela le preparaba la merienda en la cocina. Luego, como todas las tardes, se comió un bocadillo de jamón de york y se bebió un buen vaso de leche con Cola Cao en la salita mientras veía la televisión. Cuan -
do terminó, le rogó a su abuela que la dejara bajar al portal para jugar un ratito con los niños del bloque.
—Lo siento, Alicia, pero aún tengo que preparar la cena, antes de que tu madre vuelva de la peluquería.
—Pero puedo bajar sola. No me va a pasar nada. Me puedes ver desde la ventana.
—Te repito lo de antes.
—¡Pues ojalá venga mi padre y me lleve al pueblo! Allí puedo estar en la calle todo el tiempo que me da la gana. Y tengo muchas, muchísimas amigas con las que jugar.
—Yo también echo de menos a mis vecinas y a mis gallinas «¡Pita, pita, pita...!». Pero me tengo que aguantar porque allí tu padre nos hacia la vida imposible.
—Ya lo sé, abuela, pero sigo echando tanto de menos a mis amigas que no sé lo que haría para estar ahora con ellas.
—No te preocupes, que ya volveremos cuando podamos.
—Bueno, me voy entonces a mi cuarto a terminar los deberes.
La abuela, mientras tanto, se fue a la cocina a finalizar la cena, y luego a la salita para acabar con la plancha. Después se acomodó en su mecedora y continuó tejiendo su pañito de ganchillo para la mesa camilla. Cuando se cansó, fue a la habitación de su nieta y le preguntó:
—¿Te queda mucho?
—¿Por qué?
—¿No quieres que te cuente una de mis historias o que te lea algo?
—Sí, claro. Pero espera un poco a que termine estas cuentas de multiplicar —le contestó Alicia, sin levantar la cabeza del cuaderno.
—Anda, descansa un poco que te vas a poner mala.
—Pero tengo que terminarlos porque si no...
—Ya lo sé, pero los tendrás terminados antes de que tu madre llegue.
—Que no, abuela, que luego ya sabemos lo que pasa. Ocho por nueve son setenta y dos, y me llevo siete...
—Bueno, avísame cuando los termines.
La abuela María volvió a la salita y metió su punto de ganchillo dentro de la talega de tela. Estaba colgada de uno de los brazos de su mecedora. Ese era su único momento de descanso, pues siempre andaba trajinando de un lado para otro del piso y haciendo tareas. Cuando su hija volviera de trabajar, se lo encontraría todo hecho. Y ella se sentiría útil y se alegraría.
Pero, por otro lado, la abuela María no había tenido un buen día. No había podido hablar más de dos minutos seguidos con nadie. Ni siquiera con el espejo de su peinadora. Y eso era demasiado para una conversadora tan fenomenal como ella, a la que le gustaba tanto hablar con todo el mundo. Luego se quedó mirando, con la mente en blanco, las azoteas de los bloques de pisos de la acera de enfrente, que se veían a través de la ventana. Hasta
Alicia tiene dificultades con los estudios y es la última de su clase; además, su pupitre está situado al final del aula. Sufre el acoso constante de la Vero y de sus compinches, y nadie la tiene en cuenta, salvo su madre y su abuela.
Pero todo cambia el día que Alicia viaja hasta la azotea de enfrente para ayudar a las prendas que los vecinos han tendido mal en los tendederos. Cuando termina de tenderlas como es debido, las prendas le ofrecen su amistad y le regalan una preciosa pulsera como recuerdo de su visita.
Al día siguiente, cuando Alicia vuelve a la escuela, es tanto lo que ha aprendido en su fantástico viaje que empieza a actuar de otra manera con resultados verdaderamente sorprendentes. ¿Conseguirá amigos que la quieran tanto como los de la azotea?
VALORES IMPLÍCITOS:
En el trepidante, imaginativo y maravilloso viaje de Alicia, el lector descubrirá la importancia de confiar en uno mismo, de ayudar a los demás y de tener buenos amigos. Una historia y unos personajes que nos hablan tanto de solidaridad como de respeto e igualdad.
A partir de 10 años babidibulibros.com
ISBN
