Caladas de viento ALBERTO AV
Adrián
Aunque suene a tópico, Alberto es de aquellas personalidades que no se pueden describir, pues ello implicaría enmarcarlo dentro de unos límites. Es pura pasión, y lo muestra en cada acto o cada letra que sale de su pluma. Para bien o para mal. No tiene ningún pudor por sus ideas y se asegura de mostrártelas si le concedes un cigarrillo y un ron, porque Alberto es una eterna sonrisa acompañada de una vulgar carcajada. Vive por y para su «manada», y si formas parte de ella, morirá por ti si es necesario. Es un tipo soñador, inspirado siempre por el viento de poniente y olor a
Alberto AV
salitre, y si te descuidas, en seguida te puedes ver dentro de sus sueños con la misma ilusión con la que le verás tocar su guitarra y recordando su amada Granada. Es un «todo o nada», pues si no te absorbe es porque «le caes mal», aunque si lo hace…, será tu mayor devoto, porque Alberto no existiría si no existiese el amor. Amor carnal, fraternal, amor pasional y, muchas veces, incluso narcisista, de tal manera que le hace alguien singular y extravagante e incluso excéntrico, apartándose de lo común. Y le encanta. Por ello no puedo describir a Alberto, porque lo más acertado sería decir que Alberto simplemente es.
Iván
¿Quieres saber quién es Alberto Antolín? Es el
niño subido en la higuera, desmenuzando el tiempo que pasa con pensamientos y palabras, el ábaco con quién siempre puedo contar. Es la sinceridad dolorosa, las palabras que llegan, sacuden y quitan vendas. Aquí no encontrarás orden y claridad, pero tendrás la oportunidad de experimentar la realidad de su cabeza sin tapujos. Vacía tu mente para que así puedas impregnarte al máximo de toda su esencia.
Irene
Habría que tomarse un café (o dos) con Alberto
para empezar a entender cómo piensa, leer unas páginas de su poesía para entender cómo siente. Cómo piensa y cómo siente a veces chocan como una ola en una roca, pero «ese es él». ÉL en mayúsculas para mí, puro arrebato de pasión por lo que le gusta. Y la poesía es lo que más le gusta. Por eso a lo mejor no es el mejor, a lo mejor su poesía es solo para unos pocos, pero de lo que no hay duda es que es «autentica», puro sentimiento. No te deja indiferente, para bien o para mal (como él mismo). Pero eso solo lo sabrán si se toman un café (o dos) con él.
1 ¿Quién soy?
Yo no soy un discurso intelectual,
soy más bien nimio y falto de letra. Yo no soy la distinción por mis modales, soy algo tosco, virulento y haraposo. Yo no soy una definición de artista, soy un nudo en la garganta que no sé expresar. A veces soy y otras no, pero cuando soy... Soy una sombra de parra, el equilibrio perfecto del duermevela, la carcajada inherente al desahogo, el cenicero lleno de pensamientos, el redoble de tambores antes del show final, la mirada vergonzosa.
Alberto AV
De vez en cuando, el poniente, otras, sin embargo, soy el levante. Soy la distracción de la calle, ese que canta en el metro, soy el que sabe renacer sin haber muerto. Soy la distancia mínima de dos pares de labios, pura intensidad. Soy tan grande como una ilusión, pero tan chico que puedo caber sin problemas en el bolsillo de las «moneillas» del vaquero gastado. Soy olivo, pensamiento añil, un geranio, un caballo, un cosmos, una generación corrupta, un ideal pasado de moda, un collar de espuma, una tilde, una botella vacía que llena un cubo de palabras ebrias. Un silencio, una clave de Fa, un diapasón que no vibra, una criba, un corchete, y cuando estoy recién comido, un paréntesis. Un beso detrás del lóbulo de la oreja, un lobo feroz que come pasteles con la abuela. Una voz que empieza a quebrarse. Un galán de medio día. Una cerveza fría. Soy ni más ni menos, ni menos ni más, soy yo.
2 Reflexión
¿Un beso?... ¿Cuántas cosas se puede escribir sobre un beso, o sobre la sombra de uno de ellos? Primero, habría que distinguir los besos que existen, y si conocemos todos los existentes. Pero en este caso hablaré sobre el que da la vida, el que da color a la mirada, y por el que alma siempre suspira. Ese es el de AMOR. Y pensareis con impaciencia, ¿otros versos dedicados al amor? Y os gritaré con los dientes hinchados: «¡SÍ, OTRA VEZ EL AMOR! ¡QUE NOS DISPARA, NOS MATA, NOS ALZA Y NOS HUNDE…!». Pero es la única forma física que conocemos y en la que sabemos describir que es amor. Un beso nos diluye en los labios de la otra persona, y se nos
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entrega como un regalo. Un beso puede arrancar del pecho los latidos. Se nos cierran los parpados por inercia, porque no son necesarios para notar las irregularidades de la piel, el azulado aroma que nos rodea, el sabor inquietante a futuro que se nota tras el primer segundo. El beso aparentemente no es más que dos líneas paralelas, que después de una sonrisa y un silencio altanero, se tornan perpendiculares. Y que cuando se extingue, parece que un sueño hubiera acabado con el simple fin de florecer como realidad. Un beso destruye oleajes, puertas, muros, fronteras, ventoleras, hasta la misma razón si es preciso, pero lo realmente magnífico y lo que más me gusta de un beso es lo que construye. Un presente en cada milímetro de espacio recorrido entre los labios, una divinidad por la que vivir, una estrella, una poesía, un libro, un bosque de álamos que nos impulsan hasta el infinito y vuelta. Un beso es esencialmente... magia
3 Definición de un poeta
Un poeta es filósofo de sentimientos,
y que metáfora tras metáfora, crea un paradigma sin hipótesis que valga. Un poeta es un cuentacuentos que, sin prisa, te graba a palabras, las aventuras de su corazón. Un poeta es un soldado que no lucha contra la hoja en blanco, sino que se hace tinta y se estrella contra ella. Un poeta es médico de las almas tristes, que con sus dedos frágiles de escribir nos hace vomitar el alma a los pies. Un poeta es un constructor de oraciones, que con ladrillos de saliva crea palacios, montañas y flores.
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Un poeta es la más humilde versión de profesor, que con su vida de veredas te explica el porqué de esa sonrisa. Un poeta es un actor exponencial y un físico que no atribuye su naturaleza a ninguna ecuación. Es un trotamundos, sin salir de su habitación, un poeta es un astronauta que se comerá la Luna con su pluma, un jardinero triste que, con sus caricias aún más tristes, poda con esmero el tallo de las ensoñaciones, un banquero de recursos y transgresiones, un inventor de palabras y afecciones, un relojero que no teme al tiempo, un taxista que se regala a la vida. Un poeta soy, eres, es, somos, sois y son. Un poeta no es un poeta, sino un planeta.
Este no es un libro de leer, es un libro de ojear, para que te pares a tomarte un segundo después de cada lectura. Disfruta de cada palabra es-
106797 788419 9
ISBN 978-84-19106-79-7
crita como si fuera tuya.
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