y su camino hacia las estrellas Daniela
Ilustrado por Beatriz BobadillaYrene Martínez
Queridos lectores, me gustaría empezar diciendo que este cuento no comenzará con un «Érase una vez». Este es un cuento en el que deseo contaros mi historia, sobre cómo inicié mi camino hacia las estrellas, pero antes me gustaría presentarme y que me conozcáis un poquito, así que me gustaría comenzar con un «¡Hola! ¿Cómo estáis?».
Mi nombre es Daniela, tengo seis años y voy a 1º. de primaria, ¡me encanta el cole!, sobre todo, educación física, ¿y a vosotros?
También me encanta saltar, escalar, subirme a los árboles, correr... y, por supuesto, escribir. Me encanta escribir minicuentos y cartas, muchas cartas a mi familia y amigos. Seguro que más de uno se siente identificado conmigo, ¿verdad?
Me gustaría contaros que nosotros somos tres hermanos, mi madre dice que es el número perfecto, yo soy la mayor, y cuando me dice que soy quien los convirtió en padres, ¡me encanta! Aunque a veces, mis hermanos y yo nos peleamos mucho, y pienso que estaría mejor sola, pero luego lo pienso mejor, y mis pensamientos dan un giro completo, porque lo reconozco: los quiero demasiado.
A veces le digo a mi mamá que también quiero tener tres hijos como ella, pero otras lo pienso mejor, y creo que es más divertido ser abuela que mamá, ¡sí!, prefiero ser abuela, porque ser mamá es agotador.
Mis hermanos son Oliver de cinco años, e Irene de dos años y medio; en mi casa no nos aburrimos nunca, ya que mi madre se encarga de que todas las tardes tengamos juegos, salidas al parque, manualidades o circuitos que hacer. Sí, sí, circuitos, ¿sabéis cómo los hacemos? Ponemos sillas, cojines y varios obstáculos por el comedor, y tenemos que pasarlos superrápido. A mis hermanos y a mí nos encanta, si no lo habéis probado, os lo recomiendo, ¡os va a encantar! Como también nos encantan las misiones que nos hace papá. Nos encanta ir al campo y buscar bichos, o cosas misteriosas, buscar huellas y averiguar de qué animal o monstruo son. ¡Hemos llegado a encontrar hasta huellas de dinosaurios!
Este último año ha sido muy divertido, viajamos a un parque de atracciones gigante, ¡me encantó! Allí cumplí mis seis años, y en el desayuno me sorprendieron cantándome los trabajadores el cumpleaños feliz, junto a una tarta de tortitas. ¡Me quedé con la boca abierta! ¿Qué cómo lo sabían? Se lo dije yo, ¡estaba claro!, ese día estaba eufórica porque cumplía seis años y estábamos los cinco de viaje en un lugar superchulo, ¡claro que se lo decía a todo el mundo!, pero no me esperaba esa sorpresa, ¡me encantó!
En verano descubrimos nuevas playas, y conocí a nuevos amiguitos, ¡me encanta hacer amigos allá donde voy! A Oliver le cuesta un poco más, es más vergonzoso, pero enseguida se anima y se viene conmigo. ¿Vosotros sois de mi equipo, de los que como yo se lanzan a conocer a otros niños, o del equipo de Oliver, que se espera a que alguien dé el primer paso para después unirse? Aunque lo cierto es que ahora… debe ser él quien dé el primer paso… Bueno, si no, ahí está Irene para darle ese empujoncito que necesita, que en ese aspecto, es igualita a mí. La verdad es que Oliver y yo, aunque nos peleamos muchas veces (Sí, ya sé que es normal, ¡somos hermanos! ¿Quién no se pelea con sus hermanos?), estamos muy unidos y nos queremos mucho. Nos llevamos solo un año, trece meses exactamente, y dicen que nos hemos criado como gemelos. Reímos y lloramos juntos, si él llora, yo lloro, estamos sincronizados, para lo bueno y para lo malo. E Irene es mi hermanita pequeña, a la que me encanta cuidar, proteger, enseñar... ¡es tan mona!
He tenido una vida muy feliz, aunque reconozco que me enfado mucho, pero también amo con todo mi ser. Mi mamá dice que todo lo vivo con intensidad, tanto lo bueno, como lo malo, que soy todo CORAZÓN. ¡Ay, mi corazón! Luego os hablaré de él, porque me ha cambiado la vida por completo, y a mi familia también.
