Marina Barbero ILUSTRADO POR
MBRichart
El verano se estaba acabando y los últimos días había llovido sin parar, por eso, cuando el sábado por la mañana el sol, por fin, se decidió a saludar, Pi, Pa y Pepe no lo pensaron dos veces...
Y allí estaban los tres, navegando por el canal en aquella extraña barquita que el abuelo había estado fabricando con esmero durante todas las vacaciones. —¡Todo en orden a la vista! —gritó Pepe desde su lugar de observador en lo alto del palo de la sombrilla. ¡Qué buena idea había tenido el abuelo! La sombrilla les servía de techo para protegerse del sol y del agua y, además, desde allí Pepe podía divisar todos los peligros. El viaje iba a ser emocionante, muy emocionante.
La nave era genial. El abuelo había construido la barca con todas las cosas que había ido reuniendo en sus salidas «en busca de tesoros imposibles»: la sombrilla desgastada de doña Rosa, la rueda de la bici de Amaya, la mesa vieja de la cocina, la silla de Clarita y el taburete olvidado en la buhardilla. Con todos estos tesoros y otros muchos como pedales, flotadores, telas, palas de jardín, incluso un cubo, el abuelo había construido la mejor barca que nadie en el mundo pudiera imaginarse. Aquella fantástica nave estaba pintada de colores muy fuertes, y por eso no era de extrañar que la gente se quedara con la boca abierta al verlos pasar navegando por el canal.
El equilibro de Morfeo i
Un tranquilo paseo en barca acaba convirtiéndose en un viaje emocionante en busca de un nombre olvidado.
ISBN 978-84-18789-34-2
9 788418
789342