Luz mágica en el corazón

Pamela Mayorga

L uz mágica corazón en el

Ilustrado por Ratoninos

Capítulo 1

El despertar

Había una vez, en una lejana tierra donde todo era bosque, montañas, árboles frondosos llenos de vida, una noble doncella llamada Carlota. Era muy bella por dentro y por fuera, sin embargo, era tímida, tanto que no hablaba con nadie que se le acercara, ya que se ponía colorada, temblaba y se quedaba sin respiración.

Un día Carlota salió del castillo de sus padres como todas las mañanas para

caminar por el jardín, el cual tenía bellos rosales de todos los colores que puedas imaginar. Le gustaba admirar las flores y sentarse a observar la puesta del sol, escuchar a los pájaros cantar y sentir el aire tocar sus mejillas. Al llegar al límite de su bello jardín, observó a un caballero caminar apresuradamente hacia la parte sur del bosque, y en el momento en que lo miraba fijamente, el joven levantó su rostro y puso su mirada en ella, provocando que la doncella bajara el rostro, ya que, debido a su timidez, no podía verlo directamente, al darse cuenta el caballero de esta reacción decidió seguir su camino y evitar hablarle. Con el transcurso de los días, la doncella continúo realizando su rutina de forma diaria, y se sorprendió al ver que seguía encontrándose al caballero en los límites de su jardín. —¡Qué extraño es esto!, un caballero rodeando el jardín a diario, tengo que saber a dónde va —dijo la doncella en voz alta.

Por lo que Carlota decidió que se armaría de valor y que al día siguiente estaría muy temprano esperando al caballero para averiguar a dónde se dirigiría, claro, todo sin que el caballero se diera cuenta.

Tal como lo había planeado, al día siguiente la doncella comenzó a seguir al caballero. Durante todo el camino, la doncella se maravillaba de la naturaleza que había fuera del castillo: ver venados correr, ríos con agua cristalina y clara que, si querías, podrías beber de ella, árboles con hojas de color azul y morado; era tan grande, asombroso y mágico lo que veía que no creía que fuera real.

Mientras tanto, una joven ardilla la observaba a lo lejos sobre una rama de un árbol, y decidió bajar y hacerle plática.

—Oye, tú, ¿qué haces aquí? —dijo la ardilla en voz alta.

Sorprendida la doncella al escuchar hablar a una ardilla, dio un gran salto del susto y dijo: —¿Cómo es posible que hables mi idioma?

—Claro que hablamos tu idioma, solo que elegimos a quién hablarle, tú no eres de por aquí. ¿Qué buscas en esta parte del bosque mágico? —dijo la ardilla en voz alta.

La doncella, que estaba muy confundida y sorprendida, no podía creer lo que veía y mucho menos lo que escuchaba.

—Esto es un sueño, no es posible —decía la doncella.

Mientas Carlota hablaba para sí, el caballero al que había estado siguiendo se apareció de la nada y dijo:

—Me has estado siguiendo, eres la doncella del castillo de Kaef.

—Sí, ella te ha seguido y viene a quitarnos la magia —contestó la ardilla un poco molesta.

—No, no, yo no vengo a quitarles nada —dijo la doncella.

—Te seguí porque quería conocer a dónde te diriges, ya que pasas diario enfrente de nuestro jardín.

El caballero se presentó y dijo:

—Me llamo Christophe, soy príncipe del reino que está a un lado suyo. Descubrí este mágico lugar por casualidad, pues un día que estaba cabalgando con mi caballo, tomamos esta ruta por accidente, y al percatarme de la magia, no dudé en venir diario a explorarlo para aprender más de él.

—¿Aprender? —preguntó la doncella.

—Así es, todos los animales, árboles y ríos tienen vida, ellos sienten y hablan; las hojas te ven y platican, hasta he hecho una nueva amiga, ya la conociste, es Flovera, la ardilla con quien estabas charlando.

La doncella no comprendía cómo era que, por tantos años, había estado sin salir del castillo y poder explorar esa parte, si tan solo hubiera hablado antes con el caballero, podría haber estado en el bosque desde hace mucho tiempo.

—No sé, porque no había venido antes —dijo la doncella en voz alta.

—No debes reprocharte —le contestó el caballero.

—Estuviste mucho tiempo con miedo a salir y no te animabas a seguirme o hablarme, caminaba frente a tu jardín esperando que lo hicieras, pues sabía que algún día ibas a hacerlo, tanto que por ello estás aquí. Yo no podía hablarte del bosque mágico, tú debías ser quien lo descubriera y confiaras en tu intuición, pero ya que estás conmigo, podemos disfrutar y compartir la magia del bosque.

La doncella, emocionada por las palabras del caballero, comprendió que su timidez no servía de nada y, mucho menos, el tener miedo.

—Es importante ser cauteloso; sin embargo, el miedo trae inseguridad y no te deja avanzar, a partir de ahora tendré más seguridad y confiaré en que mi intuición me guía, estoy ahora más segura de que la magia se hace presente en todo momento —dijo la doncella sonriendo a la joven ardilla y a el caballero.

eu n tospara ALARGAR-LA

Carlota es una bella y tímida doncella que vive con sus padres, y un día, gracias a un noble caballero que conoce de forma casual, descubrirá el bosque mágico de Kaef, donde viven criaturas especiales que logran comunicarse con Carlota, gracias a su encanto, viviendo además aventuras y situaciones mágicas y maravillosas, como sumergirse en la búsqueda de un nuevo hogar para Tico, una lombriz muy exigente y testaruda; recibir la ayuda de un pajarito cada vez que la pequeña lo necesita; o incluso un accidente inesperado con su abuela que llevará a toda su familia a un momento de tristeza. Estas y otras vivencias le enseñarán la importancia de coexistir con todo lo que le rodea, disfrutando de lo que hace cada día.

Valores Implícitos:

A través de este cuento se potencian valores como el amor y el respeto al prójimo, a la naturaleza y a los animales. Además de la honradez, la lealtad, la generosidad, la bondad y la gratitud, los cuales son pilares básicos en la formación desde la infancia, pues así se logra confianza y seguridad en uno mismo y en los demás, fomentando la empatía y la solidaridad, con lo cual se facilita que en su vida diaria puedan desarrollar actividades en equipo.