La oveja que caminó en el cielo

Page 1

LA OVEJA QUE CAMINÓ EN EL CIELO

Texto: Pablo Cifuentes Vladilo Ilustración: Bárbara Valdés Concha


Oveja Blanca y Oveja Negra nunca se habían visto, a pesar de que vivían en el mismo redil. Muchas ovejas mayores veían con malos ojos el hecho de que las ovejas negras y blancas pudieran llevarse bien. Lorem ipsum

Oveja Blanca y Oveja negra nunca se habían visto, a pesar de que vivían en el mismo redil. Muchas ovejas mayores veían con malos ojos el hecho de que las ovejas negras y blancas pudieran llevarse bien.




Un día llegaron los hombres con sus máquinas de pelar ovejas y Oveja Blanca tuvo miedo. Qué frío sentiría. - ¿Sin lana, con este frío? – Se dijo Oveja Blanca y decidió escapar para dar un paseo, mientras las ovejas mayores se dejaban esquilar, rezongando entre dientes.



Al mismo tiempo, Oveja Negra, a quien por alguna razón nunca le cortaban la lana, había salido a dar una vuelta. Naturalmente se encontraron y esto es –más o menoslo que pudieron haber conversado.



- ¿Estás perdida? – Preguntó Oveja Negra. - ¿Por qué lo dices? – Respondió, intentando sonar segura, Oveja Blanca. - No vienen muchas ovejas blancas por acá. Además hoy es día de cortalanas, la mayoría de las ovejas blancas como tú alardean de sus cortes nuevos. - A mí no me gusta, me da miedo… y frío.


Oveja Negra entendiĂł que Oveja Blanca no era igual a todas las ovejas del rebaĂąo y se pusieron a caminar juntas.


- A veces yo también tengo miedo – Dijo Oveja Negra después de un rato de silencio. - ¿Miedo de qué? Ustedes, las ovejas negras, parecen muy seguras. - De repente pienso que las ovejas se hicieron originalmente blancas, pero algunas quedamos mal. Por eso somos poquitas. - Los hombres dicen que las cosas que escasean son las más valiosas, aunque yo no entiendo mucho de eso. - Entonces ustedes, que son más ¿valen menos? Dijo sorprendida oveja negra. - No lo creo. - Tampoco yo. Me ha gustado caminar contigo, eso es valioso- Entonces ambas sonrieron.



Oveja Blanca y Oveja Negra caminaron otro rato en silencio. De pronto Oveja negra tuvo una idea: - ÂżQuieres caminar en el cielo?


Oveja Blanca se sorprendió y preguntó entre risas: – ¿Cómo dices? ¿Caminar en el cielo? Las ovejas no podemos hacer eso. Podemos caminar por la pampa, por los prados. Algunas veces cuando el piño se amontona tenemos que caminar unas sobre otras, pero nunca podríamos llegar hasta el cielo.



- Las ovejas blancas lo complican todo. No es tan difícil como suena. Obviamente si tratas de elevarte será imposible, no podemos volar y tu peso te hará caer. Sería un esfuerzo inútil y sin sentido. - Entonces ¿Cómo voy a caminar en el cielo si no puedo llegar hasta él? - Piensa con sencillez, Oveja Blanca. Mira ¿Dónde está el cielo?


- Arriba - Lógico ¿no? Y… ¿con qué caminas? - Con las patas… - ¿Ya ves? ¿Lo vas entendiendo? - ¿Entender qué? - ¡Ay! Oveja Blanca, ustedes son demasiado tradicionales. Fíjate bien. Si las ovejas caminamos con las patas y el cielo está arriba ¿dónde hay que poner las patas? - Mmm… ¿arriba? - ¡Bien! ¿Ves? No era tan difícil.


En ese momento Oveja Negra se ech贸 sobre el suelo y rod贸 suavemente hasta recostarse sobre su lomo. Luego con tranquilidad apunt贸 sus patas hacia el cielo y comenz贸 a moverlas como si caminara.



Oveja Blanca la miraba con extraĂąeza al comienzo, pero al ďŹ nal se contagiĂł con la risa de Oveja Negra y quiso intentarlo.




Las dos ovejas se quedaron largo rato caminando en el cielo y vieron cĂłmo las nubes y los pĂĄjaros y las primeras estrellas que empezaron a salir se movĂ­an bajo sus pies.


Ese día Oveja Blanca aprendió muchas cosas, pero la más importante fue que para caminar en el cielo sólo hace falta poner el suelo arriba y el cielo abajo; y mover las patas con ganas.




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.