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Alkarren barri 282 (Otsaila/Febrero)

Junto a las personas enfermas

La Diócesis acompaña en los hospitales y residencias

Este próximo 11 de febrero comienza la Campaña del Enfermo, que culminará el 22 de mayo (VI Domingo de Pascua). En esta ocasión la Iglesia universal quiere poner el acento en la importancia de “acompañar en el sufrimiento”. Y es que es ésta una cuestión que han visto acentuadas las personas que en la Diócesis de Bilbao forman parte de los equipos de Pastoral de la Salud. Son personas voluntarias, en muchos casos, que donan su tiempo y su cariño a otras que se encuentran en residencias o en hospitales. Son grupos preparados, formados en escuchar y acompañar, desde Jesús, a quienes, durante este tiempo de pandemia, “están viviendo en soledad la enfermedad”. Con motivo de esta jornada, tenemos en cuenta y agradecemos, en particular, a los profesionales de la sanidad que están dándolo todo en situaciones laborales muy sacrificadas, atendiendo y curando a las personas enfermas. No son héroes, son personas, pero entregadas •

La Jornada del Enfermo fue instituida hace 30 años para sensibilizar sobre la necesidad de asistir a las personas enfermas y a quienes les cuidan y, con motivo de esta fecha, recogemos el testimonio de personas que trabajan en el ámbito de la Pastoral de la Salud en nuestra Diócesis.

Carmen López coordina los equipos del Servicio de Atención Religiosa y Espiritual (SARE) de los hospitales de Gorliz y Urduliz, formados, además, por los sacerdotes: Félix Larrondo y Borja Uriarte, apoyados por Ignacio Fernández, Javier Etxebarria, Aitor Solabarrieta y Txema Beriain, fundamentalmente para celebración de unciones.

La presencia física en los centros la realiza fundamentalmente Carmen, pero la atención es 24 horas al día y cuentan con el apoyo de voluntariado algunas mañanas y fines de semana. “El trabajo que se realiza en los hospitales -explica Carmen- se ha resentido de manera importante por la situación de pandemia en la que nos encontramos desde hace casi dos años, motivo por el que la Eucaristía que se celebraba los sábados por la mañana en Gorliz está suspendida, por ejemplo”. López destaca que el hecho de que el equipo sea el mismo en los dos hospitales resulta muy ventajoso, ya que dadas las características de ambos (agudos y larga estancia) “podemos continuar el acompañamiento cuando se producen traslados de Urduliz a Gorliz”.

Grupos de Pastoral de la Salud

También está el trabajo en las comunidades de los grupos de Pastoral de la Salud de las parroquias y de otras personas que, aun no perteneciendo a ningún grupo, también colaboran. La tarea que se realizaba sobre todo en residencias, cada vez menos en domicilio, ha visto reducida su actividad durante el tiempo de pandemia, a pesar de que muchos acompañamientos se han hecho telefónicamente. “Esta labor – destaca Carmen- es muy importante, también en cuanto a la coordinación con el servicio en los hospitales, dado que se intenta que la atención y acompañamiento hospitalario no acabe con el alta, sino que procuramos hacer un seguimiento una vez la persona vuelve a casa o a la residencia, de aquellos casos en los que es posible, siempre que así lo permita la persona o en su caso la familia. Así mismo, también se coordina la atención en sentido inverso, cuando se puede: desde las personas de Pastoral de la Salud se avisa al SARE (Servicio de Atención Religiosa y Espiritual) para realizar visitas cuando tienen noticia de que alguien ingresa en el hospital”.

Formación

Es muy importante que quienes llevan a cabo esta tarea estén suficientemente formados y dispongan de oportunidades de reciclaje, por lo que la oferta en este sentido es fundamental. El curso pasado hubo un taller de duelo y este año se está dedicando especialmente al Testamento Vital, además de la campaña que cada año se propone desde la Conferencia Episcopal.

Retos

Carmen López señala algunos de los retos de este ámbito pastoral en la vicaría VI, como el ser capaces de seguir el ritmo que nos va demandando la pandemia; renovar/incrementar el número de agentes que se dedican a esta tarea (la mayoría son personas mayores con muchos años de dedicación); mejorar la coordinación entre hospitales y territorio; dar a conocer el servicio (SARE) entre la feligresía y mejorar el conocimiento que la comunidad tiene sobre el sacramento de la unción, “tan importante en esta tarea y que a veces no es bien entendido” •

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