-Tenerife, domingo, 16 de noviembre de 1986
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N las primeras horas de la mañana del 9 de octubre de 1938, procedente de Las Palmas arribó el vapor correo «La Raima» —el mismo que vuelve a la vida en los varaderos de Nuvasa— que, al mando del capitán Cafranga, venía con pasajeros, correspondencia y carga. Por la noche, por don Manuel Cruz fue despachado para Santa Cruz de La Rdma, al tiempo que otro de la Trasmediterránea, el «Gomera» —capitán Oliver— zarpaba para el puerto de la capital grancanaria. Eran los tiempos de la guerra civil y, por tanto, el puerto de la Isla pasaba por una auténtica «varadera», término que entonces significaba una baja en el tráfico normal. Por la tarde, tras Punta Anaga apareció la estampa marinera de un gran buque de guerra que, tras caer a estribor, quedó navegando en franca demanda de la bocana del puerto. Se trataba del «Deustschland», el primero de los célebres «acorazados de bolsillo» con que la Marina de Guerra alemana había soslayado los acuerdos de limitación de tonelaje impuestos por el Tratado de Versalles. Venía al mando del capitán de navio Wenneker y, ya con práctico Los submarinos alemanes «U-27» y «U-30», abarloados en el Muelle Sur el 12 de octubre de 1938. Lucen la empavesada por la a su bordo, el «Deutschland» festividad del día y, pot la popa, destaca —pintado de blanco— el «Santa Cruz», que en la Segunda Guerra Mundial fue el «Thor», arrumbó —en el «avante poca» de crucero auxiliar que capturó o hundió 22 mercantes aliados las entradas—- al fondeadero situado frente a Valleseco, donde con férreo estrépito dejó caer sus anclas y, poco a poco, aproó al tiempo reinante. En la estela del «acorazado de bolsillo» navegaba el petrolero «Samland» que, militarizado, lucía el pabellón de la Marina y venía al mando del teniente Bartel. El «Samland» se aguantó sobre López— arribaron los fruteros res. El «Ponzano» —de la MacEstas maniobras de salida eran Cortaban raudas el océano tinerla máquina mientras el «Deust- observadas desde otros dos pe- feño y eran, inconfundibles, dos «Adeje» e «Isora» y, de Buenos Andrews Ltd., naviera con sede Aires, con carga de trigo lo hizo en Londres y muy ligada al tráschland» maniobraba y, luego, queños buques de guerra alema- submarinos que, buscando el reel francés «Strabon» —capitán fico con España— mantenía enentró en puerto, fondeó, borneó nes —los submarinos «U-27» y doso de la costa, venían arrumHagaret—- que atracó en el Mue- tonces línea regular frutera eny quedó amarrado en la boya que «U-30»— que, desde el día an- bados a la bocana del puerto. lle Sur y, por su popa, lo hizo in- tre Liverpool y Canarias y, con estaba, justamente, frente a la terior, estaban atracados en el Tras cambiar señales con el mediatamente después el moder- él a la consignación de Miller y playa de La Peñita. Muelle Sur y, hasta el 13, no se «Deutschland», los submarinos nísimo frutero «Santa Cruz» — Compañía lo hacían sus gemelos El «Deutschland» procedía de hicieron a la mar. «U-27» y «U-30» tomaron práccapitán Schierlock— de bande- «Palacio», «Pelayo» y «Pinto». Tánger, puerto en el que se le En las primeras horas del día tico y, más tarde, proa a tierra ra alemana; éste venía de Ham- El 24, una vez finalizó las opeunió el «Samland» que, fondea10, por el Norte recalaron dos si- atracaron casi en el arranque del burgo y Las Palmas y, tras car- raciones de carga, el «Ponzano» do en Vigo, recibió órdenes en luetas de cargueros que navega- Muelle Sur. Venían de Cádiz y, gar fruta, en la madrugada del 14 fue despachado para Las Palmas tal sentido. Durante su corta es- ban en franca demanda del puer- en la entonces cuarta sección del ftie despachado por don Jacobo y el puerto inglés de procedentancia, el «Deutschland» cata- to. Una era conocida, la del rá- citado Muelle permanecieron Ahlers para Amberes y Ham- cia. pultó uno de sus dos hidros Ara- pido «Breñas», de la Fred Olsen hasta que, el día 13, se hicieron Cuando ya los submarinos do —de doble flotador— que, Line, que llegaba de Londres — a la mar y, ya en franquía, burgo. El día 13 —fecha en que, al preparaban la maniobra de salitras sobrevolar la Isla, amaró en al mando del capitán Klocker— arrumbaron a Gibralíar. mediodía, se hicieron a la mar da, dio fondo el carguero alemán las cercanías del buque y, con la para cargar fruta con destino al El «U-27» venía al mando del los dos submarinos— arribó pri- «Togo» —capitán Rousselet— grúa, fue luego metido a bordo. puerto de procedencia. La otra, comandante Franz y, su gemelo, Más tarde —el día 11— el «aco- más lenta y adornada con negro el «U-30», al del comandante meramente el «Águila de Oro», que, tras bornear, quedó atracarazado de bolsillo» zarpó rumbo y espeso penacho de humo, era Cabarss. Allí, proa a tierra, des- seguido por el «Dómine» que, al do en el Muelle Sur para llevar a Santa Cruz de La Palma acom- la del vapor griego «Michael Li- cansaron de sus singladuras los mando del capitán Gaspar, venía a cabo faenas de descarga y supañado por el «Samland» que, vanos» —capitán Papalios— que, dos submarinos alemanes y, en de Las Palmas para cargar para ministro de combustible, agua y por cierto, tuvo que recurrir a la consignado a Hamilton, venía de los días que en Santa Cruz per- Pasajes; tras el «motor-ship» de víveres. Procedía de Hamburgo ayuda de los pequeños remolca- Newcastle con un cargo comple- manecieron, compartieron el en- la Trasmediterránea, el nuevo y Amberes y, al día siguiente, fue dores del puerto —«Elsie», to de carbón para Sumatra. Aquí tonces único Muelle Sur —el «Tormes» de Pinillos que, al despachado por don Jacobo Ah«Cory», «Britannia» y «Salafondeó para rellenar carboneras Norte estaba en obras— con bar- mando del capitán Morell, venía lers para Las Palmas y los numemanca»— pues, cargado hasta de su iti—pese a su modernidad utiliza- cos que, como luego veremos, a cargar fruta para Sevilla, puer- rosos puertos las marcas, en marea baja había ba tal combustible— y, horas también dejaron huellas impere- to para el que, al día siguiente, nerario africano. tocado fondo con la popa. Y, Apenas atracado el «Togo», el más tarde, zarpó para, vía Ciu- cederas en la historia de la mar. fue despachado por don Antonio mientras el «acorazado de bolsiEl día 11, de Sevilla arribó el Ledesma. La siguiente escala fue «U-27» largó amarras y, dando dad del Cabo, navegar hasta su llo» se aguantaba sobre la máqui«Aragón», de la Trasmediterrá- la del frutero inglés «Ponzano» atrás, ya en el centro de la dárlejano destino. na mar afuera, el petrolero daba nea, seguido luego por los «Go- que, al mando del capitán Jones, sena borneó haciendo ciaboga; Posteriormente, tras Punta avante toda y, finalmente, quedó mera» y «La Palma». Al día si- llegó de Liverpool y Las Palmas luego, ya con la proa hacia la boAnaga aparecieron dos estilizalibre y pudo zarpar sin más con- das y rápidas siluetas que, gri- guiente, tras el «León y Casti- para, en fondeo, quedar a la es- cana, dio avante al tiempo que tratiempos. llo» —al mando de don Elíseo pera de órdenes de sus armado- saludaba a los mercantes surtos ses, alzaban poco sobre la mar.
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El submarino «U-30» y el hundimiento del «Athenia»
en puerto. Ya en franquía, moderó hasta que el «U-30» se colocó en su estela y, en línea de fila, aumentaron la velocidad y, envueltos en los leves escapes de sus motores, con rapidez se perdieron de vista tras Punta Anaga. Estos dos submarinos tuvieron amplia historia, no sólo por lo que luego significaron en la Segunda Guerra Mundial, sino también en lo que representaron en el resurgir de este tipo de buque en la Marina alemana. En julio de 1919, el teniente Karl Doenitz fue repatriado después de permanecer en un campo de prisioneros desde octubre del año anterior, fecha en que fue hundido el submarino a su mando. En Kiel, el Alto Mando de la Marina le informó que estaba dispuesta su admisión en el servicio activo. La contrapropuesta de Doenitz fue: ¿Llegaremos a tener de nuevo submarinos en fecha próxima?. Y, aunque Alemania estaba aherrojada por las cláusulas del Tratado de Versalles, la respuesta fue que no siempre habría que continuarse en igual situación y que, para dentro de unos años, se esperaba disponer de tales unidades. Oficialmente, Alemania no pudo tener tales buques hasta el 15 de junio de 1935, fecha que señaló la botadura del «U4» en los astilleros de la Deutsche Werft, en Kiel. Pero, mientras tanto, técnicos alemanes habían trabajado, en astilleros extranjeros, en la construcción de submarinos. Alemanes eran los diseños y, alemanes también, los especialistas y gran parte del material utilizado en la construcción de dichas unidades. En 1927, la Wilton-Fijenoord holandesa entregó a la Marina turca los «Birinci Inonu» e «Ikinci Inokiu», de 505 toneladas; mientras, en Finlandia la Críchton-Vulkan construía los «Vetehinen», «Vesihiisi», «Iko-. Turso», «Saukko» y «Vesíkko», con tonelaje que variaba entre las 490 y 136 toneladas. Pero fue en España, en los astilleros gaditanos de Echevarrieta y Larriñaga, donde se comenzó la construcción del «Gür» que, vendido luego a Turquía, sirvió de prototipo para los futuros submarinos de la Kriegsmarine. Sus planos sirvieron para la serie «IA», mientras que los utilizados para la construcción del finlandés «Vetehinen» fueron seleccionados para la «VII A», compuesta por diez unidades; entre estos se encontraban las dos, «U-27» y «U-30», que el 10 de octubre de 1938 arribaron a Santa Cruz de Tenerife y cuya imagen ha guardado para la posteridad José Delgado Salazar, buen santacrucero.
Juan A. P&drón Albornoz
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