EN VIAJE INAUGURAL EL MIKHAIL LERMONTOV ARRIBO A NUESTRO PUERTO EL 28 DE ABRIL DE 1972

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EL DÍA Santa Cruz y los barcos

En viaje inaugural, el «Mikhail Lermontov» arribó a nuestro puerto el 28 de abril de 1972 Con la noticia de la arribada forzosa del «Black Prince» a Vigo cuando, con 259 pasajeros, navegaba de Canarias a Londres, la del naufragio del «Mikhail Lermontov» en aguas de Nueva Zelanda. El primero desembarcó tres pasajeros y otros tantos tripulantes que resultaron heridos durante el fuerte temporal sufrido por el ferry de la Fred Olsen Line y, por lo que respecta al «liner» soviético, las informaciones son contradictorias; unas afirman que sólo ha desaparecido un tripulante pero, según la policía neozelandesa, tal número oscila entre los 16 y 70. Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética reforzó su flota trasatlántica con unidades que, con anterioridad, habían arbolado pabellón alemán, algún finlandés y el rumano «Basarabia», que no es otro que el actual «Ukraina» que, vía Santa C~uz de Tenerife, hace la línea La HabanaLuanda. De la flota de anteguerra que seguía a flote en 1945, destacaba el «Vyacheslav Molotov», un trasatlántico de 7.494 toneladas que, en 1940, había sido construido en los astilleros holandeses de la Nederlansche Dopk. Con éste —que en 1957 fue rebautizado «Baltika»— se restablecieron algunas líneas regulares, y también, con antiguos trasatlánticos alemanes, de entre los que destacaba el «Rossiya», antiguo «Patria», que para la Hapag había sido construido en 1938. Este trasatlántico —en el que se firmó la rendición alemana y fue luego sede del Gobierno provisional— hizo un par de escalas en Santa Cruz de Tenerife hace pocos años, y rebautizado «Aniva» el pasado noviembre* poco después zarpó dé Odessa con rumbo al puerto japonés de Kure, donde está siendo desguazado.

Un año después, el trasatlántico hundido inauguró la línea Leningrado-Nueva York

Embarcaciones que acudieron al lugar del hundimiento

«Mikhail Lermontov» pertenecía a una serie de cinco trasatlánticos construidos en los astilleros alemanes de Wismar LOS NUEVOS TRASATLÁNTICOS Para modernizar su flota de trasatlánticos, los dirigentes de la flota mercante soviética contrataron con los astilleros alemanes de la firma MathiasThesen, de Wismar, la construcción de cinco unidades de 19.000 toneladas que, si bien de momento harían la línea Leningrado-Montreal, en invierno navegarían en cruceros de turismo. El 15 de junio de 1963 fue botado el primero de dichos «liners», el «Ivan Franko», que comenzó a navegar en noviembre del año siguiente. El 13 de abril de 1966, tras varios cruceros de turismo, el segundo de la serie, el Aleksandr Pushkin», zarpó rumbo a Montreal

y, tras él, en abril de 1967 se entregó el «Taras Schevchenko», seguido en junio de 1968 por el «Shota Rustaveli». El último de la serie fue, precisamente, el «Mikhail lermontov». Botado el 31 de diciembre de 1970 en los citados astilleros de la Mathias-Thesen —era la construcción número 129 de la empresa— en febrero de 1972 inició las pruebas de mar, motores y consumo. Aceptado por sus armadores, el 21 de abril zarpó de Bremen rumbo a Santa Cruz de Tenerife, puerto en el que —justo una semana después— atracó en el Muelle Sur. Venía con la cámara completa, tal y como siempre lo hizo siempre que por aquí recaló. De 19.872 toneladas, las principales dimensiones del «Mik,-.

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hail lermontov» eran 175,77 metros de eslora total, 156 entre perpendiculares, 23,98 de manga, 16,21 de puntal y 8,16 de calado. El casco estaba reforzado para, en invierno, navegar entre los hielos del Báltico y el equipo propulsor compuesto por dos motores diesel que, del tipo Sulzer, se construyeron bajo licencia en las factorías de la Cegielski, en Poznan; para facilitar las maniobras de borneo y gobierno en aguas congestionadas por el tráfico, a proa disponía de dos unidades de propulsión lateral. Con acomodación para 700 pasajeros en clase única, la tri1 pulación estaba compuesta por 300 personas entre cubierta, máquinas y fonda. La estampa marinera —como la de sus gemelos— era sencilla y gallarda. El casco estaba enmarcado

por proa lanzada —las anclas en escabenes de nicho— y popa de crucero.'Las cubiertas de paseo disponían de amplias cristaleras, pues estos trasatlánticos se diseñaron y construyeron para navegar en el Atlántico Norte. Los botes, en pescantes de gravedad, permitían una cubierta alta que, despejada, se empleaba para la práctica de deportes al aire libre. En sus primeros años de mar, el «Lermontov» lució el casco pintado de negro y, con un cintón blanco, resaltaba el arrufo gracioso y elegante de su estampa marinera. Últimamente se pintó de blanco, color más acorde con los cruceros de turismo a los que, desde 1975, lo dedicaron sus armadores. Tras aquel viaje inaugural a Santa Cruz de Tenerife —viaje similar al de los «France», «Queen Elizabetfa 2», «Michelangelo», «Raffaello», etc.— el

9 de junio de 1972 cruzó de Bremerhaven a Montreal y, al año siguiente, el 28 de mayo zarpó de Leningrado rumbo a Nueva York, línea que sirvió hasta 1975. Hizo historia a su llegada a la capital neoyorkina pues, por lo que respecta a trasatlánticos rusos, ya se habían olvidado los tiempos de los «liners» de la Russian East Asiatic que, con anterioridad a 1914, recalaban regularmente con los de la entonces célebre Flota Voluntaria Rusa. Con el hundimiento del «Milkhail Lermontov» desaparece una estampa marinera muy bien conocida en aguas de Santa Cruz de Tenerife, un atrasatiántico que, siempre con turismo, era huésped fijo del Muelle Sur. Desaparecido, se le recordará cada vez que uno de sus gemelos —«Ivan Franko», «Shota Rustaveli», etc.— pasee por nuestras aguas la duplicidad de su silueta.—- Juan A. Padrón Albornoz


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