Santa Cruz y los barcos
Hoy, el «Sea Cloud of Grand Cayman en crucero de turismo ROCEDENTE de Puerto del Rosario y escalas, a las 10 de esta mañana arribará al puerto de la capital tinerfeña el bricbarca de cuatro palos «Sea Cloud of Grand Cayman», único gran velero —lujoso velero— dedicado a realizar cruceros de instrucción por los océanos del mundo. Para las 7 de la tarde está prevista su salida y, desde aquí, arrumbará a Funchal. Ya son 57 ios años de mar que pesan sobre las cuadernas del «Sea Cioud of Grand Cayman» que, diseñado por la célebre firma Cox and Stevens —especializada en el trazado de grandes yates "de recreo— se construyó en los astilleros hamburgueses de la Krupp Germaniawerft por encargo de Marjorie Hutton, millonaria norteamericana que, en 1931, se hizo cargo de la flamante y lujosa unidad. Por entonces, el magnífico bricbarca lucía el nombre de «Hussar» y sustituia a otro que, del mismo nombre y propiedad de la señora Hutton, había sido construido en 1923. Este, una goleta de tres palos, 585 toneladas y casco finísimo, fue vendido entonces a Mr. Unger Vetlesen y, con el nuevo «Hussar», la millonaria norteamericana realizó, con numerosos invitados, varios cruceros de turismo por el Caribe. El «Sea Cloud» era —y es— un bricbarca de cuatro palos y líneas muy marineras que, entre los palos del trinquete y mayor proel, luce una chimenea corta y ancha. De 2.323 toneladas de registro bruto y 1.187 netas, son sus principales dimensiones 96,31 metros de eslora por 15 de manga y, en sus cuatro palos, larga una muy respetable cantidad de lona. La estampa marinera, apenas cambiada en el transcurso de su vida marinera, es elegante y fina; al aire las flechas de sus cuatro palos, el casco, de cubierta corrida, está enmarcado por la gracia de la proa y las líneas de popa. El hecho de que sobre él se levanten nuevas superestructuras y un par de botes en pescantes de gravedad, no hace que se rompa la armonía del casco —antes azul oscuro y desde hace muchos años de blanco— que, allá por 1931, resbaló por una de las gradas de la Krupp. El «Hussar» compitió en lujo, allá por los años anteriores a la segunda guerra mundial, con otros grandes yates —«Noparo», «Adler», «Alva», «Carola», etc.— bajo la bandera de las es-
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trellas y las barras. Luego, cuando su propietaria se divorció de su primer marido para, luego, contraer matrimonio con Joseph E. Davies —pocos años más tarde embajador estadounidense en la Unión Soviética— el «Hussar» fue rebautizado «Sea Cioud». Blanco de velas abiertas, el bricbarea de cuatro palos cruzó el Mediterráneo y, durante largo tiempo, estuvo basado en Monaco, hecho que bien quedó plasmado en los sellos de Correos del Principado que, en varias series popularizaron la gracia de su estampa marinera en la bahía de Montecarlo, por entonces —y también ahora— imán y meta de todos los grandes yates. AÑOS DE GUERRA Y PAZ En 1939, en Europa se quebró el frágil cristal de la paz y, ya en aguas norteamericanas, el «Sea Cloud» quedó amarrado a la espera de los acontecimientos. Vino luego el ataque japonés a Pearl Harbourt y, como otros muchos yates USA, el «Sea Cloud» fue cedido para el esfuerzo bélico de la nación. En abril de 1942, el bricbarca pasó a la flota del United States Coast Guard con el numeral «WPG 284» y con él también lo hizo el «Mayflower» —WPG 183»— que no era otro que el antiguo yate del presidente de los Estados Unidos. Con ellos, otras unidades —«Bodkin», «North Star», etc.— y el «Cobb», primer buque del que despegó un helicóptero. La misión del «Sea Cloud» fue entonces la de facilitar información meteorológica y, así, una y otra vez cruzó a vela y a motor las aguas del Caribe y las costeras de los Estados Unidos hasta que, en noviembre de Í944, se le asignó el numeral «IX 99» y fue transferido a la Marina de Guerra de su país. El «Sea Cloud» se unió a la enorme flota de unidades auxiliares —antiguos acorazados y cruceros, pontones, buquesescuela, etc.— que desempeñaban una labor silenciosa y desconocida, pero eficiente, en los rincones de los arsenales y bases navales. Con el «Sea Cloud», el casco del antiguo crucero español «Reina Mercedes» —hundido, ya desarmado, en Santiago de Cuba, y reflotado por los norteamericanos— y, con él, dos antiguos enemigos, «Olympia» y «Oregon», y otros buques, entre ellos algunos nue-
El bricbarca «Sea Cloud of Grand Cayman», durante una de sus escalas en Londres
El famoso velero perteneció a la millonaria Marjorie Hutton y al presidente Trujillo vos y averiados cargueros del tipo «Liberty». Corno buque-escuela —también como cuartel flotante— el «Sea Cloud» vio pasar los años tristes de la guerra y cuando terminó la contienda, fue devuelto a su propietaria. Modernizado en 1947 —incluso con un nuevo juego completo de velas— fue más tarde adquirido por Rafael Leónidas Trujillo Molina, presidente de la República Dominicana, que pagó por él un millón y medio de dólares. Sobre tal compra muchos se especuló, ya que se dijo iba a ser yate presidencial, misión que entonces desempeñaba el «Mella», ex-
«Presidente Trujillo» que antes había sido la fragata «Carlplace», de la Marina de Guerra canadiense. La compra del «Sea Cloud» se* hizo para reemplazar a la goleta «Duarte» —de dos palos y 170 toneladas— que en la Marina dominicana realizaba misiones de buque-escuela. Construida en 1943 ~_se llamaba entonces «Nueva Tioditie»— la goleta se encontraba en mal estado y, por ello, se fue a la compra de un velero que tomase su lugar. Con el nuevo nombre de «Patria», el antiguo bricbarca izó los colores de la Marina dominica-
na pero, luego, lo dicho se convirtió en realidad; el hermoso velero fue utilizado como yate presidencial y más tarde, ya con el nombre de «Angelita», pasó al servicio de Ranfis Trujillo, hijo del presidente dominicano. Fue en este velero donde los restos de Rafael Leónidas Trujillo —muerto en atentado— fueron llevados a Martinica y, ya en 1963, fue vendido a un residente en Louisiana. Otros cambios de propietario y, ya en 1959, pasó a la Antarna Inc., empresa que lo rebautizó «Antarna» y modernizó. Entre las obras realizadas figuró la instalación de nuevo equipo propul-
sor y, al mando del capitán Malcolm Palmer, inició una serie de cruceros entre Miami y la costa mexicana de Cozamel. Con nuevo juego de velas —hecho en Escocia y cosido a mano en Suecia— el velero volvió a sus mejores tiempos pero, tras divergencias sobre un pago de reparaciones, quedó amarrado en el puerto panameño de Colón. Pleitos y más pleitos y, ya en 1978, el «Antarna» fue adquirido por una empresa alemana que, tras rebautizarlo de nuevo «Sea Cloud», lo llevó a Hamburgo para, una vez más, modernizarlo para su posterior empleo en cruceros de turismo. En 1979 se anunció la llegada del «Sea Cloud» a nuestro puerto, pero un nuevo pleito determinó su embargo temporal en Oporto pero, una vez solucionada la situación financiera de sus armadores, cruzó el Atlántico en crucero de turismo. En el verano de 1979 volvió a Europa, navegó con turistas por el Báltico y participó en las regatas organizadas por la Sail Training Association. Tras escala en Londres, arrumbó a Santa Cruz de Tenerife, puerto al que arribó el 4 de noviembre de 1980 y coincidió con el «Simón Bolívar» venezolano, que iba en viaje de entrega a la Armada de su país. Por entonces —y según la revista «Ships Monthly»— su fletamento costaba 35.000 libras por semana, cifra que, lógicamente,, habrá sufrido un considerable incremento. Hoy, con su estampa graciosa y arrufada, de nuevo en Santa Cruz de Tenerife, el «Sea Cioud of Grand Cayman», el bricbarca que, tanto por su historia, diseño y características, figura en los anales de la construcción naval.
Juan A. Padrón Albornoz
EN MARCHA LA CELEBRACIÓN DE <CANLACTEOS-88».~La primera muestra específica de productos lácteos de Canarias abrirá sus puertas al público mañana, día 30 de los corrientes, en el Parque Cultural «Viera y Clavijo» de Santa Cruz de Tenerife, contando con la colaboración del sector vitivinícola de Canarias, que presentará en dicho certamen la contraetiqueta que se aplicará a todas las botellas de vino de la comarca Tacoronte-Acentejo. Diferentes actividades se incluyen en la programación de CANLÁCTEOS, orientadas todas ellas a la divulgación de las producciones del sector lácteo de las islas. Doce empresas y productores, a título individual, ofrecerán sus productos en el Certamen Monográfico de Quesos que se ha establecido, participando en la Primera Cata Regional que al respecto ha sido contemplada. La programación incluye el primer certamen monográfico de Transformados Lácteos y el primer concurso de postres canarios.
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