EL DÍA
OPINIÓN
ESA DE
EDAGGIÓN
Ochenta y dos «Testigos de Jehová», ©o el bautizo en i a Plaza de Toros de Santa Cruz. Antes, los «Testigos» se buscaban sólo para :las bodas; pero ahora también, por lo visto, para >!os bautizos.
IEMAS ISLEÑOS
milagros de la Virgen marinera ¡demás, echen suertes entre ¡todos, y sobre quien la suerte cayere, aquel muera y sea manjar de los demás». Intervie Tormentas y corsarios eran <ne -la rna.no generóse y protecentonces ei terror de los ma- tora de 51,1 a que, como siem•riinos. Y en estas eventualida- pre, salva a los suyos en apudes se encomendaban a Ella ros. en busca de .remedio a sus maLos años han pasado, pero les y aflicciones. en la playa de Candelaria So>s Fray Alonso refiere varios de pensamientos tienen vuelos de estos milagros: «De cómo Núes gaviota, En ella canta Ja mar y tra Señora libró a u»n navio que canta la tierra. De ©lia se aliba pa-ra India, de sus enemi- za el himno mudo y expresivo gos»; «De un navio de vizcaí- de! fervor que, con mtiz de alenos que fue libre de enemi- gría, es eco de dolores, de gos y de un bajo en que esta- penas que una mano buena — ba enea liado»; «De un navio mano de madre— supo y sabrá portugués que fue Ubre»; «De siempre calmar. un hombre Llamado AJfaro, que Hace 112 años que Pío IX viniendo ©n un navio dieron nombró a la Virgen de Cancorsarios con él»... delaria como •Patróna de! ArViene luego el capítulo de chipiélago. •las tempestades. De cuando el Por mar llegó Ja noticia a la largo látigo del viento hacía isla que, como nave de piedra venir abajo y con estruendo guarda celosamente en su hisias aitas pirámides de blancas toria e.l paso por su puerto veías: «De nueve hombres que de Santa Cruz —adía por 1823 en bajel quebrado vinieron a Cancelaría desde la costa de 'Málaga»; «De un navio que fue ¡libre de una gran tormemta que le dio, por medio de las reliquias de Nuestra Señora de Candelaria»; «De uina barca que perdió la derrota y Nuestra Se ñora la trajo a puerto, es maNo hay locallidad alguna de ravilloso»; «De otro navio que •la isla, y yo diría que hasta Nuestra Señora .libró*... La sencililez preside la pro- de las islas, que haya- expey sa del fraile que, desde la en- rimentado más desarrollo tonces lejana Guatemala, arri- una mayor transformación que bó a Tenerife. Narra de cómo si Puerto da la Cruz. Pero si el navio de Lope de Verres bien es cierto que ha contaera blanco de ios ingleses que do para ello con el «boom» «así le tiraban toda su artüle- del turismo, tampoco pued-Q ría que pasaba de claro en cla- negarse que ese impulso esro el navio vizcaíno, haciéndo- tuvo amparado y estimulado siempre por hombres que lo un harnero». En la embarcación que per- sabían ¡lo que se estaban haf dió la derrota cuando iba a la ciando y que han sabido apro esa coyuntura espe pesca de Berbería, se planteó vechar 1 e-1 problema grave de la falta cte qufl se 'les ofreció. Recuerdo que fue don Isid eaiimentos y «acuerdan enquien, tre sí que para que todos no doro Luz Cárpenter, perezcan, y quede alguno si' siendo alcalde de la ciudad quiera que en tierra de nue- y presidente de! Cabildo Insuvas de su desastre fi-n de los lar, puso la primera piedra dü
yn
— de un joven sacerdote, Juan María Mastai Ferret, que iba destinado como secreta ni o del pro ton ota rio de Valparaíso. Años más tarde, este pasa jejo que llegó en el bergantín redondo «Eloísa», subiría al solio p i ni i f icio y, con el nombre de Pío IX, daría a la Virgen de Candelaria el título cuyo pri« mer centenario se conmemoró en diciembre de 1967. El luego Pío IX estuvo en Santa Cruz de Tenerife en u»n velero cargado de Historia — así, con mayúscula— ya que en ei citado «Eloiísa» iba como tripulante tGius-eppe Garibaldi y, como simple grumete, Gluseppe Gambetta, .padre del que fue famoso político León Gambetta, el sucesor de Napoleón III en la dirección de Jos des** tinos de Francia. Tres hombres de importancia indiscutible —-de plena tras candencia para todo el siglo XIX— se cruzaron, una y otra
vez, en la cubierta del pequeño y gran velero que daba al viento Ja bandera genove,sa. En aquellas largas singladuras, el «Eloísa» se fue acercando al Nuevo Continente mientras, tras sí, dejaba la leve estela. Los destinos de la vieja Europa estaban implícitos e inéditos en aquellos tres hombres que, entre la mar y el cielo, aguardaban el momento de alcanzar la tierra presentida. la isí:a recuerda doblemente a Pío SX. Lo recuerda como humilde pasajero en un lento velero que, como todos los de su época, iba en alas de sus velas abiertas, repletas de brisa y sol. Lo recuerd-a co-mo el Papa, que, hace 112 años nombró a la Virgen de la isla -—esta Vk gen de Candelaria que es de todos— como Patraña Principal del Archipiélago.
Curioso: Hasta la fecha, los quie tenían su «primer bautizo», aunque de sangre en las plazas de toros, según los cronistas tradicionales, eran los toreros. Ahora también hay en los ruedos «bautizos» pero de agua. Al ver las fotografías en EL DÍA de ayer die Sos que recibían el sacramento, en bañador y entrando en la pileta, un amigo mío, limpiándose el sudor, comentó: —jAsí, cualquiera!
—Menos mal, me dijo otro, que han escogido estos día-s de mucho calor, parque vamos a ver quién es e! guapo que se bautiza así en diciembre o enero.
Leímos aysr en este mismo periódico un angustioso comentario titulado «¡Hay que salvar a ios cocodrilos!». Creemos que nosotros no tenemos que preocupan nos en este sentido. Aquí hay «caimanes» para parar un tren. Lo que es posible es que algunos de ellos estén ahora veraneando en sus respectivos apartamentos.
«Las Palmas ya tiene a Brindis!», decía ayer, en un titular, «Jomada Deportiva». Putas, nada; hagamos un «brindis!» con champán por Brindis i. ALTOBER
J, A. Padrón Albornoz
SIN OLVIDAR A LA POBLACIÓN AUTÓCTONA
VERSOS
ese desarrollo ytf canora da opinión de algunos, abrió cauces y ofreció fatalidades a los inversionistas. Después han seguido oíros alcaldes que se han volcado asimismo con entusiasmo y cariño en pro de ese apogeo turístico Por eso uno se atrevería e dec»' qui* quizá el Puerto de la Cruz ha tenido el mejot plantel de alcaldes con que ha contado 'la isía. Por lo menos a uno así fe ha parecido en orden a las realizaciones que en todo momento han llevado a cabo y por esa especie de paternaíismo que los mismos han brindado siempre a quienes han acudido allí a dejar su dinero y a construir
FESTIVOS
SEÑA INÉS A LAS IESTAS DE CANDELARIA
nuevas Instalaciones, que ali! están y son un exponente de esa gran realidad turística que es hoy la ciudad de! Pe ñon. Muchos han criticado, ea cierto, esas moles y torres de hierro y cemento armado que conforman la parte nueva de« núcleo urbano, partiendo de la Avenida de Colón, pero eso se consideró necesario si se quería albergar a todo el turismo que nos llegaba, y, a juicio de los alcaldes, en pri mer lugar el citado señor Lu¿ Cárpenter, todo ello venía a constituir lo que pudiérarnoa llamar la «ciíy» o el Manhat tan portuense. Es el centro neurálgico del turismo, qug allí vive y allí se desenvuelve No puede decirse, no obs tante, que el Puerto de la Cruz se ha quedado reducido a eso. Tiene todavía bellos rincones que guardan un an cestral atractivo y el Ayuntamiento en los últimos años se ha preocupado mucho de velar por estos rincones Y, lo que es más importante, no ha descuidado el derecho que
MONTERO, el del Sobradillo ¡Ohf pueblo de Candelaria!, el que conserva en su armita a nuestra Virgen Morena, a la Patrona bonita;
f güeña, a lo que diba, Montados en una guagua nos vamos a ver tus fiestas con un poquito de magua.
el que nos muestra —quizás en contra de sus deseosuna plaza algo istropiada y unos machangos muy feos;
Y digo porque y a mi dir en
ei que dende anoche esté celebrando sus festejos pa recreyo de los mozos Y —¡cómo ITO/— de los viejos,
se ¡acia enantes. ¡Ay, cabañeros! ¿por qué quitaron esas costumbres de viajar ansina? ¿&h?
drento de un rato, a lo más, también en esa estaré en compaña dé mi Juan , y de mi nieto José
£sfo no quiere dícír que nos vayamos p'allá tristones como urra vela, ni mucho menos, '¡qué- val
pa ver primero a ia Virgen con (a mayor atención y, luego,. Güeno, dispués, que venga ía divirsión.
¿Que no hay carros? Pos nos vamos en la guagua, si siñor; la cosa es dír a las fiestas sin perder el güen humor.
Mi jija y mi yerno, en cambio, se fueron, ios cabezudos, a la playa en donde hoy S8 bañan cuasi desnudos.
Y ahora menos, sí eso es cierto lo que en mi pueblo querido está diciendo la gente. Pos sigún tengo entendido»
¡Mié que ansina en Si a esto que abaje
todo aquél Que deha perras —y yo debo en demasía—% ya no pagaré ni un céntimo con esto de la amnistía.
bonito bañarse plena marea! también llaman moda, Dios y lo vea.
con desconsuelo, me hubiera gustado, Juan también, ¿pos no? un carro enramado.
(F-
la población autóctona tiene allí unas duchas públicas, para que iodo el mundo, sin también al desfrute de todoa abonar cantidad alguna, pue aquellos bienes que deben ser comunes, porque pertene da servirse de las mismas. Estos son detalles que dicen al pueblo. Así podemos cen mucho en favor del acver cómo se ha construido tual alcaide y de sus colabouna playa, con diques de radores en la Corporación Mu contención —la Playa de Marnicipal, puesto que, a pesar tiánez—, que es para uso da de que el turismo lo viene íi todos y se ha puesto en conser todo en aquella ciudad, diciones no sólo de uso, smo ya que puede decirse casi también de ornamentaiidad, que hoy en día es su razón todo aquel sector de la cosde ser, no por eso íos regita urbana que arranca de la dores municipales marginan a ermita de San Telmo y que es la población locaí, á la que uno de los más hermosos lusiempre, por lo visto, tienen gares de la ciu¿ad; con un siempre muy en cuenta en la mar que bate casi continua-» hora de las decisiones y de mente contra las rocas, pr^ los proyectos. sentando un mayor atractivo bajo los focos durante la noCada día que va uno a! che. Puerto de la Cruz, encuentra algo nuevo: obras de mejora Ahora, hace pocos días, he y ornamentación. Y es por rnos visto córno han convertí ! ello, como decíamos al princido en plaza utilizable para e pio, por lo que es para penpúblico —la gente se estaba bañando hasta de noche— 3¡ sar que el Puerto de la Cruz puertito pesquero cercano a ha tenido fa suerte de contar la Plaza del Charco. Nos llamó siempre con hombres de gran la atención esta delicadeza iniciativa y de gran amor 5 por la ciudad de' municipio portuense en preocupación ¡ favor de ¡a población local, • a l frente de sus Corporaciones., pero más nos sorprendió ver PUNIÓ que incluso se han instalado
INCOMPRENSIBLE Por José MORALES
E. Aívarez Puga escribió en "Mundo": Estos días han caído bastantes mitos, La publicación de un solo capitulo de las memorias de Ramón Serrano Suñer ha bastado para derrumbar hasta los cimientos el "mito de Hendaya", tantas veces sacado a colación para resaltar virtudes de la raza. Ha bastado con que llamara a las cosas por su nvmbre y aportara una serie de datos hasta ahora desconocidos para que todo lo que nos habían proclamado quedara convertido en pape! mojado. Pero en este proceso desmitificador se ha ido más lejos. Ricardo de la Cierva ha hablado ya de la "II Dictadura*'. Antes solamente Fernández Carvajal había osado utilizar el vocablo de "dictadura" si bien suavizándolo con los calificativos de "constituyente y de desarrollo".
Otro de los mitos tenía por objeto afirmar que en España no existían presos políticos. Todos eran, en cuanto que habían trasgredido las leyes delincuentes comunes según nos decían, fn unas recientes declaraciones a un periódico francés, 'Fraga Ir Ibar ne reconoce abiertamente que de las 15.000 personas que constituían nuestra población penal antes de aplicarse el último indulto, T.5QO eran presos políticos. Nada menos que el W% de los ocupantes de tas cárceles españolas estaban privados de su libertad por razones ideológicas. Esperemos que, con los mitos, caigan también los tabúes, Nuestra sociedad, hipócrita hasta extremos insospechados, precisa ver con un poco más de claridad en una serie de temas que la gente rechaza a priori sin dedicarse a estudiarlos previamente.
CLAVIJO El sexo, el divorcio, las relaciones prematrimoniales, la educación sexual limpia y pura, son tabúes que aún nadie se atreve a plantear. Y como nadie se atreve a plantearlos y buscar soluciones se produ-' ce un fenómeno de incultura generalizada que conduce a planteamientos erróneos y falsos problemas o hacia desviacipnismos que pueden conducir hasta la prostitución y los malos hábitos, Los tabúes* deben caer ya y para siempre. Frente a la pornografía asquerosa que inunda los quioscos en la actualidad, indudablemente más sana sería una educación sexual desde ía infancia, que ayude a comprender a las futuras generaciones tos misterios deí mtmdo y de la vida. Seffá te más sano y más honesto ya <n*e lo resulta: Incomprensible.