22 DÍA DE FIESTA / II
EL DÍA, Tenerife, domingo, 16 de septiembre de 1984
La vela, con toda su gallardía, en aguas de la ciudad marinera se cruza —de vuelta encontrada- con un modernísimo carguero de tipo «ro-ro» NA escala más —y con esta son ya treinta y ocho— de la fragata «Danmark» en Santa Cruz de Tenerife. Una vez más, el fino y airoso velero, buqueescuela de la Marina Mercante danesa, lanza al aire sus palos machos, masteleros y mastelerillos, a la buena sombra de Anaga. Y, como siempre, en las mismas aguas refleja su estampa marinera, llena de la gracia y gallardía de antaño. En la imagen, un bricbarca de velas abiertas que, proa a la mar alta y libre, de vuelta encontrada se cruza en aguas de Santa Cruz con el sofisticado carguero —el «Kolsnaren», de la Transatlantic sueca y de 28.092 toneladas— que, de silueta maciza y chimenea trasera, bien luce a popa la espectacular rampa que le permite el rápido embarque y desembarque de carga rodada de hasta 500 toneladas. En aguas de la ciudad marinera, dos ejemplos de la navegación, uno de antaño y otro de ahora: la vela con toda su poesía —con toda su gallardía y prestancia— casi banda a banda con la modernidad del «roro» sueco que, sin negro penacho de humo, navega con el rítmico respirar del motor diesel y, como siempre, deja estela de espumas rotas. A la sombra de Anaga, primero fueron los veleros —fraga tas, bricbarcas, bergantines redondos, goletas de velacho, goletas, balandras, pailebots, etc.— los que arribaron con la limosna de la brisa en las lonas y rompiendo la tierna corteza del océano. Luego recalaron los vapores —primera, allá por 1837 los británicos «Atalanta» y «Berenice» que, con propulsión de ruedas, navegaban ha cia la India— los cuales llega
U
Santa Cruz de ayer y de hoy
ban con sus remos el agua dormida de la dársena, agua a la que despertaban con cuchilladas de plata.
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Vuelve la «Danmark» a la sombra de Anaga ban con dos colores, escarlata y negro, síntesis del dragón de lengua de fuego y jadeo de pul món. Eran barcos en que el vapor bramaba en cada hendidura y, a la vista de tierra, se hacía grito en la laringe de la sirena. Eran barcos con hornos de horror, con fuego blanco, compacto como joya inmóvil. En los hornos de las calderas, paletadas de carbón —paletadas de infierno— mientras medio fogonero era de oro, sudoroso, y la o ra mitad de fría espalda mojada. En los veleros, los marineros que, como en la «Danmark» y nuestro «Elcano», aprenden en la dura y buena escuela de la navegación a vela en la mar alta. Aún quedan buenos veleros —«Gloria», «Bolívar», «Guayas», «Esmeralda», «Sagres», «George Stage», «Christian Radich», «Falken», «Sir Winston Churchill», «Tovarisch», «Sedov», etc.,— que, con sus esbeltos aparejos, ponen sobre el azul de la mar la poca poesía que queda en ella. Ante la imagen, evocamos —y más ante la estampa de la «Danmark» en puerto— aquellos vapores que llevaban su hura can propio, su huracán prendido. Eran los vapores que, muy en lo hondo, llevaban hombres de párpados inflamados —hombres entre manómetros, indicadores de presión, aceite y regu la dores— que, con los del puen-
AYUNTAMIENTO DE ARONA ALCALDÍA Terminados los trabajos de elaboración del Proyecto de Delimitación de Suelo Urbano, Normas Subsidiarias de Planeamiento y Plan General de Ordenación Municipal, en un grado de desarrollo que permite formular los criterios, objetivos y soluciones generales de planeamiento, se abre un periodo de información pública de dos meses, contados desde el día siguiente a la inserción del correspondiente anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia. Publicado el referido anuncio en el número 103, de fecha 27 de agosto del año en curso, las Corporaciones, asociaciones y particulares podrán durante el mencionado plazo formular sugerencias y, en su caso, alternativas de planeamiento. Lo que se hace público para general conocimiento y a los efectos previstos en el artículo 125 del Reglamento de Planeamiento Urbanístico.
te, bien pastoreaban el incendio de los hornos por todos los océanos del mundo. Luego fue el rítmico respirar de los motores, el de las turbi ñas de gas y la propulsión nuclear pero, pese a todo —y bien lo pone de manifiesto la ima gen— la vela continúa en la lámina inquieta de la mar y, en ella, sus flamear y gualdrapa zos son como campanas que repican alborozadas de gloria. Sí, solemne es la eternidad del canto del océano en movimiento, pero también lo es cuando, con todo el trapo largo —como ahora lo hace la «Dan mark», nuestra fragata que, co mo bien dijo Ernesto Salcedo, es la novia de Santa Cruz— un velero nos llega por la santa soledad del Atlántico. Con las blancas velas de la «Danmark» —foques, mayor, velachos, jua netes, estays, cangreja, etc.— llega hasta el alma todo el resonar de las estrellas y, cuando el silencio se hace más intenso, el ruido fresco de la roda que rompe el agua amarga. La fragata «Danmark» —todo un romance flotante— arribó por vez primera durante su viaje inaugural, en noviembre de 1933. Sus anclas mordieron el fondo de la bahía santacrucera cuando, aún, en la ciudad marinera los gallos cantaban e inventaban un amanecer de ar bolados^en las azoteas y patios que eran verdaderos corazones de sol. La mar libre, la que sal taba como un potro sin silla, entonces estaba domesticada por el brazo del Muelle Sur que crecía y crecía, que daba buena
protección a las gabarras car boberas —aquellas con festón de defensas y repletas del Car diff de poco humo y mucha fuerza— que eran base del entonces tráfico de escala, aquel del carboneo y refresco de la aguada que tantos y tan buenos barcos traía a Santa Cruz. La imagen es como el recuerdo de un recuerdo. Es el encuentro de la vela, en todo su esplendor, con uno de los sofis ticados cargueros que hoy navegan por los océanos. Ahí está el ayer que bien representa la «Danmark» con el hoy que nos viene con la estampa del «Kols naren». Ahí, el buen velero que tiene por sueño una victoria sobre las olas y, también, el moderno carguero que arriba al puerto con antigüedad salada, bien llena de donaire. Aquí, luz marina que cae de ios cántaros del cielo y, como luz de sal, luego sube de la es puma que muere en la costa. En el ancho sendero del océano, dos siluetas marineras —una que recala y otra que zar pa— frente a la, ciudad, Santa Cruz de Tenerife, que nació junto a la playa de Añaza, al filo de la ola, junto a la mar alta y marea. Santa Cruz de Tenerife supo galardonar con la Medalla de la Ciudad al «Juan Sebastián de Elcano», buque-escuela de la Marina de Guerra española y, posteriormente, la misma distinción se otorgó a la «Danmark» danesa, fragata cuyo buen nombre luce con orgullo legítimo una calle de nuestra ciudad. En aquella ocasión me
morable, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife otorgó el nombramiento de Hijo Adop tivo al señor Peder.C. Larsen, cónsul general de Dinamarca —buen amigo de todos y hermano en el corazón— que, sin lu gar a dudas, es el mejor «chicharrero» nacido más allá de Punta de Anaga. Todo se va en la vida. Se va o perece pero, ahí está la imagen de la vela que, cuando pa sada la cumbre de la vida, víe ne a recordarnos la niñez y la juventud. En el Muelle Sur, la estampa de la fragata «Dan mark» siempre fiel a la escala tinerfeña; es velero que, tanto ha vivido, que bien quiere vivir otro tanto, A la sombra de sus tres palos y velas, muchos jóvenes fabricaron sueños y, como en el caso del capitán Betsen, llegaron a mandarla. La «Danmark» ha navegado bajo el galopar cálido del Sol y el tranquilo y frío de la Luna. Vino por vez primera a Santa Cruz cuando los botes destroza
La estampa de la «Danmark» nos viene en claros atardeceres de lejana infancia cuando, frente a la playa de San Antonio, fondeó banda a banda con la alemana «Deutschland», otro buque-escuela destinado a la formación de los jóvenes que, luego, serían oficiales de la flota mercante de su país. La evocamos hoy entre aquellos barcos de línea precisa y preciosa, vapores que eran la sal íntima de la vida marinera de Santa Cruz. Han pasado los años y las décadas y, como siempre, la «Danmark» —«nuestra» fragata «Danmark»— vuelve con la sencillez de su casco fino y elegante que,, con su proa y bauprés hacia Punta de Anaga, es como un símbolo de lejanas singladuras. Ante el documento gráfico —del buen amigo Juan Jesús— recordamos la fragata siempre fiel a su escala tinerfeña. Abrimos, pues, las entrañas de nuestras almas. Y es que ante la «Danmark» todos volvemos a la niñez de gozo tranquilo, a los días cálidos, a las sorpresas del cotidiano descubrir del mundo desde la sombra tranquila de la vieja marquesina y la centenaria farola.— Juan A. Padrón Albornoz
TALLER DE JOYERÍA Y GRABADOS
Isla de la Madera, 13
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SANTA CRUZ DE TENERIFE
Ministerio de Trabajo Escuela Social de Tenerife AVISO URGENTE _37 AÑOS^
Por el presente se convoca a los señores Graduados Sociales que deseen convalidar su Título por el de Diplomado Universitario, a una comparecencia en esta Escuela Social, que tendrá lugar el próximo día 20 del corriente mes, jueves, a las 18 horas, al objeto de informarles sobre los trámites a seguir, sin perjuicio de las solicitudes presentadas. Santa Cruz de Tenerife, a 11 de septiembre de 1984.
Experiencia en Turismo: Títulos Universitarios:
Diplomas en Turismo:
Consultor, Profesor Universitario, Funcionario Gubernamental, Escritor y Conferenciante Admón. de Empresas, Universidad de Chile, Profesor Mercantil, Universidad Complutense. Gestión del Turismo, O.I.T. (N. Unidas), Italia Tecnología de Infraestructuras Turísticas, Colegio Ingenieros de C.C. y Píos., Barcelona.
ESTUDIARÍA OFERTAS DE TRABAJO, como Ejecutivo de Empresa de Turismo ó Institución de prestigio y solvencia en Isla de Tenerife.