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Presentación

A los pies de Collserola, bajo la montaña de San Pedro Mártir, cerca de la antigua villa de Sarrià, se recorta la imponente silueta del monasterio de Santa María de Pedralbes, uno de los mejores ejemplos del gótico catalán. Un reducto de tranquilidad en el bullicio de una ciudad como Barcelona, que nos transporta al pasado.

El monasterio fue erigido por una reina, Elisenda de Moncada, la última esposa del rey Jaime II el Justo, en 1327, para una comunidad de mujeres que dedicaban su vida terrenal a la oración siguiendo la Regla de las clarisas, hermanas espirituales de los franciscanos.

Los vínculos del monasterio con la ciudad y la Corona le han permitido perdurar hasta el presente, de forma prácticamente inalterada, tanto en su con guración arquitectónica como en los bienes muebles que la comunidad ha ido atesorando a lo largo de los siglos. Pese a la pérdida de parte de su patrimonio artístico, el monasterio de Pedralbes es hoy un raro ejemplo y testimonio de pervivencia de una comunidad religiosa femenina en un mismo cenobio a lo largo de casi siete siglos.

A partir de un viejo pacto entre la reina fundadora y los representantes del antiguo Consell de Cent (Consejo de Ciento) de Barcelona, en 1972 la comunidad de clarisas se dirigió al Ayuntamiento de la ciudad para rmar un acuerdo mediante el cual el Consistorio municipal construiría un nuevo convento para la comunidad a cambio de abrir el edi cio histórico a la ciudadanía como museo. Desde el año 1983, el monasterio de Pedralbes muestra su magní co interior, con uno de los mayores claustros góticos del mundo, y todas las estancias en las que discurría la vida de la comunidad, tanto las dedicadas al culto como a los asuntos más cotidianos, junto a las diversas colecciones de objetos que son la expresión tangible de las vivencias de esa misma comunidad. En los últimos años, el museo del monasterio se ha adecuado a los retos que una sociedad diversa y plural requiere. El museo no se presenta únicamente como un espacio donde se conservan y muestran estancias y objetos de un pasado histórico, sino como un lugar abierto a todo el mundo, donde los testimonios de este pasado nos interpelan. Los visitantes no sólo observan sino que se les invita a participar de múltiples actividades pensadas para abordar todos aquellos aspectos que explican la vida de la comunidad a lo largo de los tiempos en diálogo con el mundo exterior, pero que a su vez conectan totalmente con nuestro presente. Patrimonio, mujeres, espiritualidad, han de nido históricamente la esencia de este monasterio y constituyen la base del relato y de la programación que ofrece hoy el Museo del Monasterio de Pedralbes.

Santa Clara de Asís

Anónimo de los Países Bajos. Óleo sobre madera del siglo xvi.

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