MITOS Y LEYENDAS DE LA REGIÃ’N LA LIBERTAD
EL CERRO LAS CABRAS El sr: Ordoñez, sentado en una de las sillas de la biblioteca Municipal ―Julio Garrido Malaver‖, aquella que está ubicado en el tercer piso del palacio Municipal, mientras tomaba un vaso de gaseosa manifestó lo siguiente: Conozco un poco acerca del por qué al Cerro las cabras, se le conoce con ese nombre, me lo conto un sr de apellido… mejor dejemos lo del apellido, porque ahora no recuerdo, fue una noche mientras hacíamos guardia en el velorio de un amigo común, conto que los primeros habitantes estaban ocupando tierras eriazas de El porvenir. En otoño e invierno, cuando hay lloviznas, las arenas de los cerros devasten de verde y por lógica, también llegan animales a pastar. Entre los animales teníamos vizcachas, conejos silvestres, siervos, palomitas y cabras salvajes. Al principio fueron pocas, pero con el tiempo fueron aumentando, conforme iba aumentando el pasto en las arenas. Los habitantes venían con buenos ojos la llegada de los animales. Reboños completos se desplazan por la arena enverdecida. Las personas, en especial las mujeres, premunidas de canasta y costales iban a recoger leña y algunos huevecitos de las aves que hacían sus nidos en medio de la vegetación. La gente ya no decían vamos al campo, sino más bien vamos a las cabras, pues las cabras y sus rebaños se desplazaban con naturalidad en su mundo verde. Se hablaba de inmensos rebaños de 100, 200, y 300 cabras c/u. Cierto día, cuando el sol estaba en su caso, observaron atónitos en la cúspide del cerro, la figura de un descomunal cabro macho, de pelambre dorada que cuando le daban los rayos del sol, su pelambre destellaba resplandores que segaban los ojos humanos. Dos cuernos, símbolo de poder, valentía y agresividad se podían distinguir a contra luz. Eso fue el primer día y luego en forma intermitente seguía apareciendo. Creció la codicia en todos aquellos buenos hombres que se convirtieron en cazadores. Armados de palos, sogas y rifles, se juntaron más de 10 personas, todas adultas. Se apoyaron de 4 jumentos para llevar fiambre por lo menos para una semana. Agua no llevaban, pues existían puquios donde bebían los animales mayores. Amaneció, los rayos solares despertaron a los dormidos. Todo parecía normal. Los hombres cazaron algunos animalitos para el sustento de la comitiva. Almorzaron tranquilos. Esta tranquilidad no me gusta, decía uno. Se pusieron nerviosos. Nada sucedía. Eran las 5 de la tarde. Allá, allá, grito una de
la comitiva. Efectivamente, allá en cúspide del cerro está el cabro macho. Orgulloso. Retando a los intrusos. Los miraba, altivo. Hizo el intento de cornear. No obstante que estaba bastante distante, los hombres se asustaron. Estaban a un poco menos de un kilómetro. Iniciaron el ascenso. Cuatro hombres trazaban el camino. Aquella tarde avanzaron unos 500m. Agotados. Algunos magullados. Uno de ellos dijo con cierto desánimo, ya no está, bajemos. No, esperamos un día mas, dijo otro. Se quedaron. Ese día paso sin novedad, llego la noche. En el cielo brillaban las estrellas. Conversaron largo rato hasta quedar dormido bajo las estrellas, soñando con el gigante macho. Al día siguiente todo fue normal. Era viernes, él estaba en su plenitud, nuevamente divisaron al gigante cobro. Tomaron fuerzas. Estaban a un poco menos de 100m, sigilosos avanzaron, estaban a un poco menos de 50m. Todos contenían la respiración. Toda la belleza del animal se mostró a sus ojos. Siguieron avanzando, el macho cabro no se dio por enterado. Llegaron hasta una distancia de 10m de su presa, pero en un abrir y cerrar de ojos, el gran macho cabro desapareció. Si desaprecio. Se hizo nada. Nada. Nada de la nada. No ser posible. Desapareció. Cuando la historia que se ha hecho leyenda, que el macho cabro de vez en cuando aparece, pero también desaparece en lo alto de la cima del cerro LAS CABRAS. Aparece orgulloso sin que nadie lo haya podido cazar. Algunos dicen que es de oro macizo y que debe haber un hechizo en lo alto de cerro. Por lo pronto, nadie ha dado con su guarida. Cada vez que nos acercamos a él, desaparece. EL CERRO BOLONGO Me había hablado mucho del cerro bolongo. El porqué de su forma siempre ha sido un enigma. Dicen algunos que el cerro bolongo se formó hace millones de años cuando al enfriarse aparecieron las hendiduras que tiene nuestra costa peruana. Esos altibajos que forman las cordilleras occidentales. Claro nuestro distrito está formado por una serie de cerros. También me hablado que un oasis educativo se estaba construyendo en medio del arenal, casi en las faldas del cerro bolongo que era el colegio ―VIRGEN DEL CARMEN‖ fui a visitar, aun no tenía puerta. Escuche voces. Una vos inconfundible. Era la mensajera de la providencia. Era la misionera de la verdad, del trabajo, de la perseverancia. Era la reverenda madre María Petronila Dugón Pérez.
Luego de los saludos y recuerdos. Le manifesté el porqué de mi presencia y de a tarea que me habían encomendado. Sabe usted algo sobre el cerro bolongo, el porqué de su forma. Acaso existe una leyenda. Claro. Claro que existe. Allá por los primeros años del siglo XX, una madre de familia cargaba un vástago. El progenitor era un hombre de mucho dinero, pero muy irrespirable para reconocer a sus hijos. Se rumoreaba que tenía más de 15 mujeres. Las embarazaba pero jamás se hacía cargo del problema. Ella había venido a pie a Trujillo desde Santiago de chuco. En el hospital el Belén no fue admitida. Fue u otro nosocomio, igual. La veían, revisaban su vientre, movían la cabeza, no se puede. Así fueron pasando los días y días, faltaba muy poco para el nacimiento. Conversando, averiguando, le dijeron que cerca de aquellos cerros que se pierden a la distancia, vivía cierta pariente que lo podría atender. Una noche, de esas en que suceden cosas, que solamente la naturaleza y dios conocen. La mujer camino tanto, hasta llegar a un montículo de arena. Sus fuerzas flaqueaban. Tenía mucho dolor abdominal. Voy a descasar, dijo y se acostó en la pequeña duna de arena y roca. Se tapó el único vestido que tenía. Sin más testigo que la noche, alumbró. Nacieron mellizos. Un varón y una mujer. La historia cuenta que la madre murió y que la niña se convirtió en una gran pradera de verde pasto y el hombrecito en una enorme piedra. Es por ello que cuando uno mira al cerro bolongo, tiene la impresión de ver a una mujer acostada con la cabeza pequeña y un gran vientre. Si subimos a la cumbre, podemos observar la gran división existente: la verde pradera por un lado y por el otro, la piedra símbolo de fortaleza. EL CERRO PRESIDIO Uno de los pobladores, es don Víctor Leónidas Marcial Martínez. En su folleto ―El porvenir, diez años de la historia 1947-1957‖, publicado en enero del 2000, reseña que cuando él llegó a vivir en 1947, siendo uno de los primeros en iniciar una dura tarea de construir una vivienda. Tal como habíamos señalado más arriba, cuentan los pobladores, que el lugar llamado Presidió, ahora denominado el mirador, allí en la parte derecha de aquel cerro de granito, había cárceles rudimentarias. Cárceles incrustadas en pleno cerro. Cárceles que eran una especie de tumbas, sin ninguna ventilación ni vestigio de salubridad.
A esas cárceles les enviaban especialmente a los chinos que habían faltado a la ley, a lo que habían cometido faltas graves, como haber violado a una persona, haberse embriagado y cometido actos bochornosos. A estas personas encarceladas no lo daban agua, ni comida por lo menos 72 horas, cuando era reincidente el castigo se duplicaba hasta 144 horas ósea 6 días. Los familiares eran castigados en caso que le llevaran algún alimento o agua. Naturalmente muchas personas morían en aquel lugar. Muchas veces no se acordaban de él y sus huesos eran cremados en el mejor de los casos o simplemente ahí quedaban. Hasta 15 ò 20 años, todavía se podían observar esas cárceles. Los habitantes de ahora los han destruido para que no queden vestigios nefastos de esta parte de la historia. Se dice que los viernes 13 del calendario, a eso de las 12 de noche, se escuchan llantos lastimeros de personas que solicitan un poco de agua y un poco de alimento LA CRUZ VERDE Los cerros tienen o esconden una serie de cosas para que las nuevas generaciones sepan que el porvenir si tiene historia, pero que poco se conoce. Ubiquemos nuestro pensamiento en uno de los cerros. En su cima se encuentra una cruz verde, ¿Por qué el de su cruz verde? Claro que en moche también hay una cruz verde, casi al llegar al cementerio, pero en el porvenir ¿Por qué, si no hay cementerio alguno? (cercano, queremos decir). Subamos lentamente, paso a paso. No nos apresuremos. Fijemos nuestra vista en algo de particular que tiene alguna de sus piedras. Esa parte del distrito había empezado a poblarse los primeros años de la década del 60 ò 70, antes no. En cierta ocasión cuando todo estaba tranquilo, de pronto ennegreció. Las tinieblas eran tan densas que no se podía ver ni la punta de nuestra nariz y era apenas las 11 de la noche. Repentinamente en el aire se formó una figura de cruz. Las personas asustadas por este fenómeno se santificaron y desapareció la figura. Todo esto no tendría significado si en medio de las luces no hubieran visto que se estaba formando la figura de una persona con cuernos, barba de chivo viejo, ojos de los cuales salían centellas. Tenía una sonrisa burlona. Bueno, así lo describe más de una persona. Mucho antes de que sucediera esto, especialmente las personas mayores salían sacar sus sillas, bancas, algún costal y en la vereda de sus rusticas viviendas conversaban de todo hasta altas horas de la noche.
Las murmuración primero en el barrio, luego en toda la vencida si iban desvaneciendo a medida que el tiempo pasaba. Todo volvía a la normalidad. Ya nadie se acordaba de lo sucedido. Alguien había dicho que habría sido producto del chacchar coca o haber bebido más de la cuenta el famoso cañazo. Con nitidez meridiana, como si fuera noche recuerdan los viejos moradores, que estaban en sus conversaciones sobre asuntos de la política nacional. La clara luna dominaba el cielo. Los luceros brillaban enamoradas. Las personas platicaban. De pronto todo se oscureció. Aparecieron bolas de fuego sobre las piedras. De las piedras surgió una voz que decía: ―silencio…silencio…yo soy el amo del mundo…y…yo doy riquezas…yo pido su alma…‖ no pudieron más, dos mujeres se desmayaron. Una persona mayor se sobrepuso al espanto y trazando una cruz en el cielo, junto sus índices en el aire y dijo, primero con vos lastimera, luego con vos potente, como si fuera el último grito de su vida: ―Tú no eres Dios. Dios es nuestro padre. Vive Dios por siempre. Tú ya estás muerto‖ Ese lugar eligieron para sentirse protegidos la Cruz Verde. LA DAMA VIAJERA Y EL CHOFER Hace muchos años el sr Bocanegra, él era un chofer de una cisterna que llevaba agua a los barrios, él trabajaba en la Municipalidad de El Porvenir. Volvamos nuestro amigo Bocanegra. También debo manifestar en honor a la verdad que jamás le he visto beber licor alguno. Es por ello que me llamó la atención cuando me conto lo siguiente: Yo, siempre he sido chofer. Creo que nací para ser chofer. En cierta ocasión estuvimos acarreando agua para aplanar lo que ahora se conoce como Av. Jaime Blanco. Mi tarea empezaba a las 6 de la tarde, hasta las 12 de la noche. Seis horas de ir y venir trayendo agua y regar toda la Av. Usted sabe que la Av. Tiene más de 20 cuadras. Ya había hecho 5 viajes. En el sexto viaje, regresando de Laredo, a la altura de la Casa Amarilla, me hizo señas una mujer para que la trajera El Porvenir. Una señorita a las 11:30 de la noche, me pareció algo raro, pero no pensé otra cosa; llevaba pantalón blanco, blusa también blanca. No me fije en los zapatos, pero si en su rostro. Era bonita, joven. Como no tenía otro acompañante, se sentó a mi lado. También recuerdo que llevaba una casaca de tela de color oscuro. Al principio íbamos callados, más adelante la señorita, inicio la conversación: -Yo no soy de acá. Estoy de visita en casa de un familiar. Hoy mismo me iré de viaje. -¿Desde cuándo esta por acá? Pregunté
-Hace poco tiempo- respondió. -A dónde se dirige, hoy mismo. -Voy a visitar a un familiar en El Porvenir. Me fije, por un momento en su casaca. Tenía un dibujo muy sugestivo: Una dama que se perdía en la noche. -Ah, fue de mi amigo- sonrió. -¿Su amigo? Interrogué. -Si de mi amigo, bueno de mi novio. La respuesta fue un poco cortante, es por ello que también corte la conversación. En esos momentos un vehículo que venía en sentido contrario me hizo señales con las luces. Afiné la vista, estamos por ingresar a la curva del colegio san Martín de Porres. Por unos instantes me olvide de mi pareja. Volví la vista a mi acompañante. Había desaparecido. Si desaparecido. Mi pareja, mi acompañante, la señorita había desaparecido. Se me helo la sangre. Baje la velocidad al mínimo. Desconcertado, observado el asiento vació, solo encontré la casaca. ¿Cómo ha bajado, en que momento lo hizo? Un miedo incontenible se apoderó de mí. Menos mal que ya estaba en el pueblo y algunas personas transitaban. Eso me tranquilizó. ¿Qué hago con la casaca? Al día siguiente, a eso de las 10 dela mañana llegue hasta la casa amarrilla .Toque la única puerta. Salió una señora anciana. Le conté lo que había sucedido y que la señorita me había dicho que allí vivía. Unas lágrimas rodaron por sus mejillas. Es mi hijita, dijo. Mi hijita murió en un accidente hace ya varios años. ¿Cómo? ¿Varios años? Sí señor, no le miento. Se llamaba Julia Espinoza. Tenía 18 años cuando murió. Mi hijita… mi pobre hijita. Cuando regresa al porvenir vera usted una Cruz al lado izquierda de la carretera, no le engaño, hace ya más de20 años. Mi hijita, mi pobre hijita. Gracias por la casaca. Ya con esta son 20 las que me vienen a entregar. Ojalá mi hijita ya descanse en paz. Por este tiempo murió. Gracias señor, gracias por la casaca… LA TORTUGA En un festín de los dioses hizo falta la comida y no era fácil ni inmediato el conseguirla. La tortuga, antiguo dios, participante de la fiesta, se había encargado de preparar el festín y sobre ella recayó, naturalmente, la abierta censura y la responsabilidad íntegra. Todos los dioses se dirigieron a ella pidiéndole explicaciones y alimentos, pero ni unos ni otros pudieron ser ofrecidos.
La honda crítica de los dioses y la profunda desesperación de la tortuga hicieron que ésta se sacrificara a sí misma, en aras al hambre de sus congéneres del Cielo, y por un acto de magia inmediato y supremo, ya convertida de Dios en animal, se dejó comer. Mas, para que todos los dioses pudieran disfrutar de su alimento predilecto, hizo que su carne fuera igual a la de varios animales, lista para ser comida y para los diferentes gustos de cada uno de los dioses. Por eso la leyenda encuentra aquí explicada la razón por la cual la carne de la tortuga es de diferentes aspectos, colores y sabores, puesto que su carne está formada por las de gallina, de cerdo y de pescado. Los dioses asistentes a la fiesta, para no sufrir otra vez, en algún nuevo banquete, las molestias del hambre y la demora, y para castigarla, la desterraron del Cielo; diéronle por atributo la pereza, remedo de su imprevisión; hicieron que pudiera estarse sin comer mucho tiempo, para que recordara la falta cometida y a fin de que no fuera codiciada su carne, en algún otro banquete de los dioses, le pusieron sobre esa misma carne una coraza del todo invulnerable. Sin embargo, no pudieron olvidar su sacrificio en beneficio de ellos y por esto le permitieron que siguiera dando las mismas carnes diferentes que les había ofrecido a ellos, en su mágico festín, realizando el milagro, por haber sido dios, de poseer la carne del animal que vuela, del animal que corre y del animal que nada, símbolo de los tres elementos que se hallan sobre la superficie de la tierra: aire, tierra y agua. (Relatado por el señor Bernardino Olazábal).
LA IGUANA QUE DESTROZO A LA LUNA Félam se llamó antiguamente e pueblo de Mórrope, el cual existía desde antes de la conquista española y antes también que los Incas subyugaran al Gran Chimú. En tiempos del Inca Yupanqui ―se retiraron las nubes muchos meses, que sobrevino a Félam una gran epidemia, infructífera la tierra y secos los montes‖, dice le curioso y detallado manuscrito del cura de Mórrope, licenciado don Justo Modesto Rubiños y de Andrade. Debido a esta sequía, los de Félam decidieron abandonar esas tierras e irse a residir al cercano pueblo de Pacora, y lo hubiera hecho sino se produce el siguiente acontecimiento, que cambió sustancialmente la vida y la ubicación del pueblo de Félam. Tres chicos se hallaban jugando hacia el oriente de aquel pueblo primitivo; concentrándose a perseguir a una iguana, la cual se escondió en la tierra. Los chicuelos, por seguirla, comenzaron a ampliar la entrada por donde había aquel animal, pero en lugar de encontrar a la iguana encontraron agua. Al aviso que dieron a sus padres, el pueblo en pleno se constituyó en el sitio y trabajando todos fue aumentando el tamaño de aquella brecha, hasta que saltó un chorro de agua dulce y cristalina. En ese mismo sitio se cavó, después,un pozo el cual durante muchos años ha venido sirviendo para todos los usos y que se encuentra en la inmediaciones del pueblo de Mórrope, a donde se trasladó el antigua pueblo de Félam. Este hecho dio motivo para que se formara, del propio barro de aquel pozo, una enorme iguana, la cual fue colocada en el adoratorio público, como señal de agradecimiento y de respeto, desterrando a la Luna, que ocupaba ese lugar, y , además en prueba de profunda devoción y supremo agradecimiento, como singo de gratitud y de solemnidad, se procedió al sacrificio de los tres inocentes chicuelos, descubridores del pozo y del agua. A este pozo le dieron por nombre Murrup, que en lengua mochica significa iguana y que después se convirtió en Mórrope actual. Así, pues, Félam, que quiere decir sentarse a descansar, porque en ese lugar se detenían los traficantes y que es actualmente conocido con el nombre de El Paraje, situado entre Sechura y Mórrope, fue el primitivo asiento de este último pueblo.
Se señala la fecundación de Félam hacia el año de 1125, en que el cacique Culloc – Capac vino del Cuzco, fundando el pueblo de pacora, haciendo del Félam antiguo su ―guaranga‖ o sea su anexo.
La leyenda de la niña y la muñeca Esta leyenda tiene sus variantes en diversas capitales del mundo, pero el dato constante es su protagonista, una niña pequeña. Ella aborda a las personas en la calle, y su aspecto dulce e indefenso, hace que cualquiera le preste atención. La pequeña se acerca, te toma de la mano y te ofrece como regalo su muñeca. Un gesto de lo más tierno, pensaría la mayoría. Pero es aquí donde comienza lo interesante. Si respondes que no y te marchas, te encontrarás con ella una y otra vez, en muchas situaciones de la vida diaria. Si corres, la niña te seguirá y seguirá hasta que aceptes el regalo, aunque pasen los años. Te lleva hasta el punto de creerla una alucinación, que nadie a parte de ti puede ver. El único rincón seguro es tu casa, porque por alguna razón no puede entrar en ella. Haciendo que te vuelvas ermitaño, pasando la vida encerrado.
Si aceptas el regalo, la niña te da un beso y te confiesa que en realidad no se trata de un regalo, sino de un préstamo, y que un día volverá por ella. Te pide que cuides muy bien a su muñeca y luego desaparecerá entre la gente.
A pesar de lo extraño del suceso, es probable que pronto te olvides del pacto y abandones la muñeca en un rincón. Si eres listo, notaras que todo aquello que le pase a la muñeca, también te está ocurriendo a ti, existe un vínculo estrecho entre ella y tú, como si tratara de vudú, si ella pierde una de sus extremidades, la tuya sufrirá el mismo destino. En este caso, cuidaras la muñeca, de la mejor manera posible, porque sabes que te va en ello la vida. Pero a todos aquellos que les cueste trabajo entenderlo, botaran la muñeca a la basura y perderán la vida cuando esta sea destruida. La leyenda de la niña y la muñeca Finalmente, cuando la niña se presenta nuevamente ante ti y te pida la muñeca de regreso: será el día de tu muerte.
Leyenda del fantasma de la Avenida La Avenida Lázaro Cárdenas, es una vialidad muy importante de Guadalajara, Jalisco. Conecta con el poblado de Chápala, y es muy conocida por la gran cantidad de accidentes que suceden en ella. Se puede contar al menos uno diario, algunos demasiado fuertes con consecuencias mortales . Se identifica como la causa a una mujer que se aparece misteriosamente en medio del camino,
distrayendo a los conductores. Cuando estos intentan esquivarla sufren fatales percances y otros tantos aseguran haberla atropellado. Muchos testigos dicen que estos sucesos son causados por una presencia del más allá, que se aparece a altas horas de la noche, en medio de la oscuridad, se cruza frente a los autos, causando accidentes a diestra y siniestra. Es bien sabido que los lugares donde suceden muertes trágicas conservan las energías de las personas que fallecieron ahí, algunas quedan tan impregnadas, que permanecen vagando por tiempo indefinido, repitiendo su mortal desenlace una y otra vez.
Según declaraciones hechas por los accidentados sienten que la atropellan, incluso que la despedazan con sus autos, pero cuando los servicios de emergencia buscan a la persona herida, no pueden si quiera encontrar rastros de que alguien haya sido lastimado al exterior del vehículo, extienden su búsqueda hasta los arboles cercanos también sin resultados. Por lo cual después de tantos incidentes, han llegado a tomarlo como algo común, sin sorprenderse al escuchar una y otra vez la misma historia. Se dice que al parecer ese lugar fue un paradero de camiones de carga, donde los choferes de las unidades se paraban a descansar, tomar sus alimentos y en ocasiones contratar los servicios de mujeres de la vida galante, se piensa que una de ellas fue estrangulada o asesinada, y ahora sedienta de venganza, cruza frente a los automóviles causando accidentes. Leyenda del fantasma de la Avenida
LA LEYENDA DEL CERRO CAMPANA En la parte norte de la ciudad de San Ignacio, se encuentra ubicado un cerro que presenta una forma muy inusual, presenta la figura con la apariencia de una majestuosa mujer sentada sobre un sillón. De la base de esta roca fluye un agua cristalina que nunca se opaca y en el trayecto de su recorrido crecen flores y rosas con pétalos brillantes. Cuenta la leyenda que en sus aguas, algunas veces, se ve nadar una patita que tiene las plumas de oro y se dice que, quienes han tratado de cogerla, han perdido la razón. Se cuenta que hace muchísimos años, en dicha zona, existía un cerro a quien le llamaban campana, en este lugar, existía una ciudad muy hermosa, cuyos habitantes se enemistaron con el jefe de otra tribu, cierto día se levantaron todos ellos contra la tribu enemiga. En tal pelea, el jefe de la tribu enemiga fue herido y escapó rumbo a la sierra, donde se entrevistó con un brujo y le pidió encarecidamente que encantara a todo sus atacantes y a el cerro donde habitaban. El brujo aceptó la petición del jefe y encantó a toda la población que se convirtieron en rocas y al cerro que se convirtió en laguna. Cuentan los pobladores que al pasar por el cerro campana en día jueves o viernes Santo, escuchan el sonido de una campana, el canto de gallos y, de vez en cuando las melodías de una banda de músicos
Mito Del Cóndor
En un pueblo un hombre vivía con su hija, ella tenía como tarea cuidar a las ovejas. Todos los días iba un joven a visitarla mientras ella cuidaba las ovejas, hasta que un día se hicieron buenos amigos.
Un día soleado empezaron a jugar a que él la cargaba y ella a él, cuando de pronto ella se dio cuenta que estaba volando. Desde ese día el joven se convirtió en su cóndor, él la cuidaba, la alimentaba. Pasaron muchos años los dos crecieron tuvieron hijos, pero ella no dejaba de pensar en su padre y todas las noches lloraba ya que había abandonado a su padre y lo había dejado solo con los animales.
Un día ella se encontraba regando las flores y encontró a una mariposa la cual le pidió ayuda para volver a ver a su padre, la mariposa le dijo al cóndor que su esposa y sus hijos habían desaparecido, mientras la mariposa hablaba con el esposo ella escapaba con sus hijos y regresaba con su padre.
Desde que ella regresó con su padre, el cóndor jamás volvió, ella todos los días volaba para ver si veía al cóndor pero nunca más lo volvió a ver.
La leyenda de la rubia del cerro Chilco Desde hace muchísimos años una misteriosa rubia es el embeleso de choferes, escritores, poetas y amantes en Pacasmayo (Región Libertad), y sus alrededores. Los que han tenido la dicha de
encontrarse junto a ella viven momentos de intensa felicidad, sobre todo cuando el afortunado, cree que ha logrado conquistar el corazón de la rubia más bella que ojos humanos han podido contemplar. Dicen que la rubia es una bellísima mujer joven de cabellos de oro, ojos azules como el cielo, de tez suave como terciopelo, labios rojos como coral y de un cuerpo esbelto y lozano como una diosa. La particularidad de esta bella mujer es que casi siempre se le aparece sólo a los choferes, por el lugar llamado el Cerro Chilco (también llamado San Pedro), y pide la conduzcan a Pacasmayo; a veces más bien prefiere ir al cementerio. Acepta gustosa tomar alguna bebida en los restaurantes de la ciudad, pero al menor descuido desaparece dejando al galán plantado con los "crespos hecho". Algunos que la han conocido, han tenido que ser conducidos al hospital para recuperarse de la tremenda crisis nerviosa tras el suceso. Esta bellísima aparición ha logrado cautivar más de un corazón: el poeta Jacinto Mendoza Liza, en su poemario "tesoros y Misterios de Cupisnique", cautivado por la rubia del Cerro Chilco, le dedicó estas líneas: "Hermosa rubia de tez nácar, Mejillas rosas, carmín sus labios Que de entre abiertos cáliz de lirios Hermosas perlas se ven brillar. Ojos celestes, igual que el cielo, Son dos luceros que en esas noches De intermitentes luces fugaces, Hacen más lindo su hermoso pelo.
Leve sudario, cubre sus formas Excelsas curvas de gran belleza Trasluce hermosa, clara belleza Con su cadencia resalta más". Finalmente agregaremos una nota trágica que ocurrió en los ‗80s y que perennizó esta leyenda: El 29 y 31 de Marzo de 1982, el diario local "Ultimas Noticias" trae la noticia trágica. Sucedió así: El chofer Luis del Campo Torres, de regreso a Trujillo, sabiendo sobre la "aparecida", no quiso regresar solo, se detuvo en San Pedro para buscar pasajeros, pero no consiguió ninguno. Se fue solo. Al llegar al Cerro Chilco, intempestivamente aparece una mujer, él sugestionado, creyendo que era la rubia, -pensó: a mí no me lo va hacer- así que, aceleró su carro atropellando a ―En el cerro Campana queda frente a la cumbre, en el camino a Trujillo, saliendo de Chicama. En tiempos no muy remotos, hubo también un palenque de ladrones, los que detenían a los viajeros y los desvalijaban, guardando en aquel cerro, los tesoros que reunían con sus robos. ―Acabó con los ladrones el enérgico General Suárez, cuando fue Prefecto de La Libertad (1860-62). Hasta ahora muchos recuerdan la figura austera y resuelta de quien, como intendente de Lima, también cobró fama o por su afán de meter en regla a toda clase de contraventores. Tiempo hubo en Lima en que las gentes de cierta condición temblaban cuando se oía el grito de ―allí viene el intendente‖. ―Fue el General Suárez quien acabó con los ladrones, dando una tremenda batida en los alrededores de Trujillo y en Ascope, que por estar rodeado de encañadas y desfiladeros se prestaba para las maniobras y escapatoria de los bandoleros, pero al extinguir a la banda de ladrones, no pudo acabar con la creencia general de que en los cerros existían tesoros dejados por los ladrones‖.
―Allá, por los años 50 un tal Manuel Mendo, yendo para Huanchaco en compañía de José Nazarero y José Manuel Alcántara, conversó sobre entierros y bandidos con sus compañeros de arrieraje, porque los tres se dedicaban a esa clase de negocio, que hoy a languidecido por razón del progreso. Nazarero conocía la versión de que existía un gran tesoro en el cerro y propuso a Mendo buscar juntos, pero Mendo no aceptó; Alcántara en tanto se mantuvo silencioso, como quien oye llover, y nada dijo‖. ―Pasaron los días y el tal Alcántara se hizo acompañar por su sobrino, mozo y resuelto, y buscando, y buscando encontró el entierro (por lo menos uno de ellos) y salió de pobre, dejó el arrieraje, y al poco tiempo después compró el fundo llamado ―Alcantarilla‖ y comenzó a señorear como hombre de posición acomodada. Hasta hoy hay gente que señala ese lugar y afirma que todavía quedan monedas y valijas de oro y plata en el cerro Campana‖. ―Además de esta versión, también otro de nuestros literatos contemporáneos, el señor Max Linder, nos ofrece una sugestiva leyenda, sobre la tradición que prevalece en el pueblo de Huanchaco, acerca de la existencia de una campana de oro macizo, que sin duda, perteneció a los Chimús, sepultada en la cavernosidad de dicho cerro, que siempre sirvió como guía o punto de orientación a los navegantes‖. La mujer. Después de haberle pasado el carro por encima, pensó ¿y si no era la rubia...? Se volvió a San Pedro para dar cuenta a la policía. Cuando llegaron al lugar del incidente, allí estaba la pobre mujer todavía La leyenda del entierro en el cerro Campana con vida
EL BORRACHITO PERDIDO Dicen que había siempre un borrachito que los camioneros traileros lo llevaban siempre a descansar a diferentes sitios donde iba destinada la carga. A veces dicen que se malograba el camión en plena playa y lo mandaban al borrachito a que comprara repuestos par el camión. De tanto ir y venir, el borrachito siempre acostumbraba llevar sus botellitas, se trastornaba y se perdía confundiéndose de camino. Cierto día como siempre se fue en un camión y como se malogró el carro con carga en plena playa de Puémape, lo mandaron al borrachín a traer repuestos y se perdió. Dicen que él se fue y se metió en un cueva de un cerro creyendo que era una casa, entonces la cueva se cerró y desapareció para siempre, quedando grabado su nombre ―Lolo‖ en un montón de arena frente a la cueva. Todas las noches los chóferes que se quedan por algún motivo lo ven y oyen cantar y cuando se le acercan se mete a la cueva y desaparece. Todos los días en el alba, mediodía y atardecer , la cueva para abierta, pero en la noche se cierra y se abre saliendo el borrachito y entrando. Sin regresar a su hogar y su pueblo donde vivía.
LA CHANCHA ENCANTADA
Cuentan que en años anteriores, Pacasmayo era habitado por muy pocos pobladores y que ocurrían casos muy extraños como el de la chancha encantada. Cierto día un señor venía un poco embriagado seía casi como las doce de la noche cuando de pronto apareció una chancha encantada; muy hermosa, gorda y llena de vida. Esta señor dijo ¿quién habrá dejado su lindo animal suelto?...yo me lo voy a llevar a casa a casa y como está sin dueño, no importa. Pero qué ocurrió, este hombre al acercarse al hermoso animal,éste se iba més allá; cuando el hombre se dio cuenta estaba cerca del desaguadero que desemboca en la playa-anteriormente era la acequia de 28 de Julio donde se bañaban cristalinas;hoy es undesaguadero semiseco y sólo contiene desperdicios-.Entonces al hombre sele quitó la borrachera y se fue corriendo a su casa que que dasba muy cerca .Le contó lo sucedido a su hermano y éste fanfarrón.A ese hombre no se le había quitado el susto y encantamiento de esta poderosa chancha.Este,pensándolo dos veces,dijo:tengo que atraparla;y sin comunicarlo a nadie se levantó justo a la misma hora de lo ocurrido. Agazapado en una esquina-donde la había encontrado anteriormente,llevando un enorme fierro para golpearla en la cabeza-esperaba. Finalmente apareció dicho animal y el señor le incrustó un fuerte golpe que le hizo dar un fuerte grito como si fuera una persona:dijo ¡ay!,y desapareció.El fierro que le habíagolpeado estaba de sangre muy rojo,,el hombre se quedoó muy frío,pero siguió caminando y la volvio a encontrar sana y salva.Ahora le arrojó piedras,pero no le hacía nada.Ya era más o menos la una de la mañana,entonces se dijo:¡que raro,esto debe ser un encantamiento!...Se fue a su casa y en el camino encontró dos amigos que venían de trabajar,eran del turno de noche.Les contó lo sucedido y les comentaron que también la habián visto anteriormente,que era una vieja bruja que a las doce de la noche se transformaba en chancha. Le dijeron que nunca la iba de la ambición que tenía por la chancha. Y cuentan,pues,que una vez muerta esa mujer desapareció la chancha. La espada de Pizarro Vamos a hablar de la célebre espada del conquistador del Perú, Francisco Pizarro; ya que se hizo famosa en plena invasión napoleónica. Estamos pues en 1809, en plena irrupción de las tropas invasoras. La espada por entonces se
guardaba en el palacio de los Marqueses de la Conquista, como un trofeo histórico, donde era admirada por propios y extraños. Todos sabemos que nuestra causa fue apoyada por los ingleses. Un ejemplo claro fue el escocés Downie, quien formó una guerrilla de extremeños; en vista de su abnegado proceder la entonces marquesa de la Conquista le regaló la célebre espada. En los olivares de Castilleja de la Cuesta (Sevilla) se batió la guerrilla de Downie contra los franceses y, en lo más reñido de la acción, tratando el escocés de saltar por un hueco a la entrada del puente de Triana, fue abatido del caballo y herido en la mejilla y en un ojo. Downie que se vio perdido, aún tuvo ánimos para arrojar la espada a los extremeños para evitar así que los enemigos se apoderaran de ella. Los guerrilleros recogieron el arma y enardecidos por ese acto se arrojaron como las fieras contra los franceses, a quienes vencieron. Posteriormente, la histórica espada fue llevada a la Armería Real de Madrid, donde en la actualidad se encuentra. Antes de finalizar el trabajo, tengo que decir que la moderna crítica histórica ha tenido que trabajar fatigosamente para destruir leyendas y presentar los hechos y los personajes históricos libres de las fábulas maravillosas con que la imaginación popular las había revestido. Por tanto, esa es la labor de ustedes, estudiosos e investigadores; la de analizar, indagar y registrar estos hechos para que también puedan engrosar, más si cabe, los anales de nuestra historia. Y si no es así, entonces que perduren y vaguen todas éstas, como hasta ahora, por las brumas de la historia y de la voz popular, con el nombre, eso si, de leyendas. La leyenda de la rubia del cerro Chilco Desde hace muchísimos años una misteriosa rubia es el embeleso de choferes, escritores, poetas y amantes en Pacasmayo (Región Libertad), y sus alrededores. Los que han tenido la dicha de encontrarse junto a ella viven momentos de intensa felicidad, sobre todo cuando el afortunado, cree que ha logrado conquistar el corazón de la rubia mas bella que ojos humanos han podido contemplar. Dicen que la rubia es una bellísima mujer joven de cabellos de oro, ojos azules como el cielo, de tez suave como terciopelo, labios rojos como coral y de un cuerpo esbelto y lozano como una diosa.
La particularidad de esta bella mujer es que casi siempre se le aparece sólo a los choferes, por el lugar llamado el Cerro Chilco (también llamado San Pedro), y pide la conduzcan a Pacasmayo; a veces más bien prefiere ir al cementerio. Acepta gustosa tomar alguna bebida en los restaurantes de la ciudad, pero al menor descuido desaparece dejando al galán plantado con los "crespos hecho". Algunos que la han conocido, han tenido que ser conducidos al hospital para recuperarse de la tremenda crisis nerviosa tras el suceso. Esta bellísima aparición ha logrado cautivar más de un corazón: el poeta Jacinto Mendoza Liza, en su poemario "tesoros y Misterios de Cupisnique", cautivado por la rubia del Cerro Chilco, le dedicó estas líneas: "Hermosa rubia de tez nácar, mejillas rosas, carmín sus labios que de entre abiertos cáliz de lirios hermosas perlas se ven brillar. Ojos celestes, igual que el cielo, son dos luceros que en esas noches de intermitentes luces fugaces, hacen más lindo su hermoso pelo. Leve sudario, cubre sus formas excelsas curvas de gran belleza trasluce hermosa, clara belleza con su cadencia resalta más". Finalmente agregaremos una nota trágica que ocurrió en los ‗80s y que perennizó esta leyenda: El 29 y 31 de Marzo de 1982, el diario local "Ultimas Noticias" trae la noticia trágica. Sucedió así: El chofer Luis del Campo Torres, de regreso a Trujillo, sabiendo sobre la "aparecida", no quiso regresar solo, se detuvo en San Pedro para buscar pasajeros, pero no consiguió ninguno. Se fue solo. Al llegar al Cerro Chilco, intempestivamente aparece una mujer, él sugestionado, creyendo que era la rubia, -pensó: a mí no me lo va hacer- así que, aceleró su carro atropellando a la mujer. Después de haberle pasado el carro por encima, pensó ¿y si no era la rubia...? Se volvió a San Pedro para dar cuenta a la policía. Cuando llegaron al lugar del incidente, allí estaba la pobre mujer todavía con vida,… y no era rubia. La llevaron a la Clínica, a donde llegó cadáver.
Leyendas de CASA GraNDE EL JINETE FANTASMA Esta versión ha sido proporcionada por el Sr. Manuel Alonso Landauro, profundo conocedor de la hostoria de Ascope. había en el siglo pasado un tráfico intenso entre las poblaciones andinas y Ascope, los vecinos de Casacas venían a vender sus productos y a gozar del verano. Una pareja de recien casados se dispuso a pasar su luna de miel en la floreciente ciudad de Ascope. Bajaron de la ubérrima ciudad de Cascas, cuando los rayos solares se difundían maravillosos por el camino que conducía a la costa. Despues de hacer un largo alto, para descanzar y tomar sus alimentos, lograron llegar al atardecer a un lugar llamado "La Encañada". Los viejos ascopanos suelen narrar historietas de asesinatos, apariciones siniestras, asaltos, robos, y abusos sin nombre que cometían los asaltantes en este desolado paraje, camino del trayecto de Casacas, a la ciudad de Ascope. Los antedichos viajeros llegaron a las 6 de la tarde a este lugar, de repente al esposo le sobrevino la necesidad de la cual nadie puede prescindir y separándose un poco de su esposa, le dijo: que siguiera delante y que le esperase al fin des estrecho de la encañada, despues de terminar su necesidad, al cerrar la oración de la tarde, montó su caballo, la oscurida ya invadía todo, pero cual no sería su sorpresa, que tuvo el viajero, por que siente junto a su esposa, a otro jinete, que se prendía de él, lleno de espanto el hombre se desmayó al llegar al lugar donde se encontraba su esposa esperándole, cuando volvió en si, no se expresaba bien, a los pocos días después de llegar Ascope, fallecía por la fuerte impresión que tuvo. "La Gringa de Mocollope" Mocollope es una pequeña localidad que queda en la provincia de Ascope, en La Libertad. Que queda cerca a donde yo vivo... En esta localidad es famosa la leyenda acerca de la gringa de mocollope, que supuestamente es un fantasma que a veces se aparece en la carretera camino a esta localidad. Hay muchas personas que dicen haberla visto... a continuacion contare una historia que le sucedio al tio de un amigo, un camionero. Este señor cuenta que cuando trabajaba, una noche tuvo que manejar hasta Mocollope desde Casa Grande(distrito famoso por su empresa azucarera), el viaje era de al menos una media hora... resulta que estaba en camino a mocollope y ve a una chica solitaria haciendole señas para que la recoja. Segun el cuenta, esta chica tenia el cabello castaño, ojos claros, era muy blanca y estaba
vestida normalmente con vestido nada fuera de lo comun y una casaca que sostenia en un brazo. El señor hace parar el camion y la recoje, dice que conversaron muy amenamente, le pregunto su edad su nombre a que se dedicaba, etc... En definitiva una conversacion comun, segun el señor esta chica era hermosa y queria conocerla mas, en pocas palabras queria sacar plan. Resulta que en medio de la conversacion, la chica le dice al señor que la deje justo en donde estaban, el señor se sorprendio, porque era un lugar en donde ni siquiera habian casas... y le dice: estas segura que quieres que te deje aqui? no quieres que te acompañe o algo? ante esto la chica le dice que no se preocupe. El señor frena el camion y la chica baja y la deja ahi donde le dijo. Bueno resulta que ni bien pone en marcha nuevamente el camion, descubre que la chica se habia olvidado su casaca... y decide frenar de nuevo el camion y baja a entregarle su casaca, para esto la chica ya habia desaparecido, camina un poco hacia donde penso él que la chica habia ido, llamandola por su nombre... en eso se topa con una tumba y en la lapida decia el nombre de la chicaSegun me dijo el señor en ese instante tiro la casaca y se fue corriendo al camion y se regreso para Casa Grande, les conto a todos sus amigos y estos le dijeron: has visto a la gringa de Mocollope... Se dice que si la recoges ella siempre dejara algo a proposito contigo, si lo conservas=mueres :S, otros dicen que seduce al conductor del vehiculo que la recoja y luego se transforma en un cuerpo muerto calaverico... y que esto causa que el conductor se asuste y pierda el control del vehiculo en ese instante y se estrelle contra algun ficu, que hay varios x esa zona. Ha habido varios accidentes por esa zona... Muchas personas dicen haberla visto en la carretera... y al tener conocimiento de la leyenda se asustan y pasan de frente... Bueno espero que les haya gustado la historia... y aprovecho para que si alguien tiene alguna leyenda de este tipo de su localidad o cerca a ella que la cuente saludos a todos! Aqui un video para q vean como es el camino... La Casona Maldita de Casa Grande Dos albañiles que estaban reforzando las columnas de la vieja casona conocida como ―El palomar‖. Una vieja construcción que pertenecía a los antiguos dueños de Casa Grande (Los Gildemeister). Encontraron algo maldito y peligroso, cuando escavaron bajo los viejos cimientos de esta antigua casona. Nunca se debe tocar cosas de la tierra, cuando sea oro o plata, y más aún cuando lleva mucho tiempo enterrada.
Pues como debe de ser muchas veces las personas somos muy descuidadas con los objetos que pertenecen a otros tiempos y que guardan maleficios u otros secretos. Estos señores, al ver tremendo hallazgo no dudaron en quedarse con la valiosa fortuna. Ya que precisamente costaba de dos barras de oro sólido. Pasó mucho tiempo desde aquel día del hallazgo de los albañiles, y se dice que los bandidos nunca más se los vio por este lugar. Pero algo siniestro vendría a reclamar lo que es suyo, mucho tiempo después. Una noche del mes de agosto de 1991 un día oscuro sombrío y silencioso. Algo sucedía en esa misma casona donde los sujetos, anteriormente mencionados, encontraron las barras de oro. Una niña de doce años expresaba síntomas de estar poseída por el diablo. Cuando la sombra de la noche extendía su manto negro empezaba a tener un comportamiento raro. Más aun cuando se escuchaba un silbido a esa hora, las doce de la noche. La niña se revolcaba y las cosas de los ambientes contiguos hacían ruido, un ruido escandaloso. Y no solo eso, la niña también convulsionaba gimiendo y gritando cosas horrorosas.Con un terror espeluznante y macabro que envolvía le lugar. Su joven madre no sabía qué hacer, no podía luchar contra los sombríos espíritus que atacaban a su menor hija. Entonces, optó por buscar el apoyo de unos hermanos evangelistas, quienes acudieron rápidamente la noche siguiente, muy puntuales y armados de valor. A la media noche las puertas comenzaron a crujir nuevamente, las cosas a moverse, el silbido a sonar más fuerte. Y como si fuera poco, la casa a vibrar. El fenómeno siniestro asusto a los evangelistas y arrodillados comenzaron a rezar y clamar a Dios para que los malos espíritus abandonaran la casa y llegara la paz. Cuando todo paso, la niña terminó en el corral pálida, muy pálida y hablando sola. Sus cabellos tenues y delicados, parecido a la telaraña, se esparcían delicadamente, como si alguien jugara con ellos. La madre lo miraba aterrada, en esos instantes una loca angustia oprimía su corazón, y sacando fuerzas de sus flaquezas acudió hacia ella y la abrazo. La levantó y la retornó a su alcoba. Los evangelistas y ella velaron esa noche para que la niña durmiera tranquila. La madre no quería que llegara la noche por temor a que volviera el demonio. Otra noche, cuando se hallaban sentadas en el sofá de la sala, se escuchó el silbido y que las cosas empezaban a moverse sin causa alguna. La madre Corrió para ver qué es lo que sucedía, pero, no encontró nada anormal. Al entrar a la habitación de su hija le dijo que no se preocupara, porque se trataba de su amiguito, un pequeño niño rubio, que siempre solía venir para que jugaran.
—Él está aquí , a mi lado mamá— dijo la niña. —Yo no veo a nadie hijita — le respondió. —Pero, yo sí, mamá. Exaltada la abrazó y así abrazadas permanecieron en silencio. Un fuerte ruido de la puerta les interrumpió sus meditaciones. Era su esposo que llegaba acompañado de dos evangelistas procedentes de Cartavio quienes venían con biblia en mano. La señora dijo a su esposo: —La niña a estado divagando…dice haber estado aquí su amiguito, un pequeño niño rubio. — ¡Calma, calma, mujer! …estos señores nos van a ayudar a resolver nuestro problema. —Ojala, así sea. En esos instantes se respiraba ahí una atmósfera de dolor todo estaba envuelto por un aire de melancolía profunda e irremisible. Cuando tocó las doce y nuevamente los silbidos y los ruidos comenzaron a oírse. Esto incomodó a los padres de la niña , y los evangelistas muy espantados salieron de la casa. Los padres no podían soportar esa situación. Dichas incoherencias que salían de la boca de su menor hija, con esos gritos espantosos .hicieron que fuera a ver al párroco de la localidad (Casa Grande) a quien le contaron con lujo de detalle lo que sucedía con su hijita a las doce de la noche. El cura no le creía.— Esto es inaudito en pleno siglo xx — dijo muy exaltado .Si cree que son locuras, le invitamos a nuestra casa, hoy a las doce de la noche, le dijeron. —no se preocupe ahí estaré puntualmente — dijo el párroco. Un cuarto para las doce, el cura ya se hallaba en la casa de la niña. Lo hicieron pasar y se sentaron en el sofá de la sala. La niña se encontraba dormida en su alcoba. A las doce en punto la niña comenzó a dar de gritos aterradores y desesperados: — ¡Mamá, mamita! ¡Ven por favor!... ¡Estoy volando por los aires! Al escuchar las palabras. Los tres corrieron. Al entrar a la alcoba, se quedaron estupefactos. — ¡Mama bájame!— le repetía insistentemente la niña gritando aterrada de miedo. Ante esa situación el párroco sacó una cruz y un escapulario de su sotana y con voz enérgica comenzó a decir:
—¡Espíritu del mal, en nombre de Dios te pido que abandones esta casa!— al mismo tiempo que rociaba con agua bendita el cuarto. Un buen rato el cura permaneció tembloroso, tambaleante. De pronto, todo se iluminó con una luz extraña, que entraba por las ventanas, llegando la calma y paz en esa casona. La niña no volvió a sufrir más de esos ataques. A partir de la fecha comenzó a llevar vida normal. Gracias a la valentía de este párroco que dio dura pela a este espíritu lleno de maldad.
ALUMNOS QUE BUSCAN UN TESORO En la población de Ascope, llamaa por su clima primaveral, la PERLA DEL VALLE CHICAMA, sucedió exactamente hace más de 40 años (esta historia fue escrita en el año 1969) una anecdota digna de ser tenida encuenta, estos datos meloe proporcionó el imponderable amigo Don Franciso Villoslado. ya fallecido y de agradable recordación. En tiempo del insigne educador ascopano Don Julio Sagástegui Lozada, hombre estudioso, con una sabiduría de Clerc, inquieto por derramar a manos llenas los conocimientos que atesoraba, a atl punto, que a pesar de los pocos medios de difusión. logró publicar para bien y aprendizaje de sus alumnos, varios libros, de matemáticas, religión y ciencias naturales. Don Julio Sagaàstegui Lozada, nació en Ascope por el año 1858, habiendo fallecido en 1930, lleno de méritos en el campo de la enseñanza, haciéndose justicia a su honorable persona, ya que el Centro Escolar de Ascope, lleva su nombre y las generacones de ascopanos lo recuerdan con cariño. El referido maestro Julio Sagastegui regentaba una escuela primaria en Ascope y tenía una bien montada biblioteca, que se consideraba en aquel entonces, como lomejor que existía en aquel lugar. Dos alumnos que etsudiaban en la escuela, del quinto año de estudios le pidieron que les prestase uno de los tomos del Tesoro de la JUventud, ellos recibieron las llaves del estante de libros y enlugar de sacar lo pedido, tomaron un libro que decía "Magia Negra y arte para conseguir tesoros ocultos". En su ingenuidad los jóvenes inexpertos pensaron que se harían millonarios en forma muy fácil y poniendo en práctica las indicaciones del libro, buscaron el tesoro oculto de la siguiente manera. VISITE WWW.DEPERU.COM Primero deberían extraer una calavera de algún cementerio y enterrarla en un huerto de árboles. Luego en cada sentido de la calavera, deberían colocar una haba y al momento de invocar a Belcebú o Satanás, deberían tener una haba en la boca. VISITE WWW.DEPERU.COM Luego deberìan invocar a belcebú, quien se les aparecería para señalar el lugar del tesoro ocualto. Demás está decir que los alumnos ejecutaron lo indicado por el libro de magia, al pie de la letra y deberían estar en la noche al huerto donde hubiese árboles, a las 11 de la noche llegaron al lugar,
donde bebieron pisco con pólvora, para animarse a realizar su aventura. habiendo dado el reloj las 12 en la torre sw la iglesia, entraron en el huerto donde habían enterrado la calavera empezando a invocar a satanás. pero cual no sería el pánico de sus personas, cuando sienten un fuerte temblor en la tierra y un viento impetuoso, que en forma aterradora monía los árboles, amedrentados por esto huyeron despavoridos sin pensar en lo sucesivo en tesoros ocultos.
EL GALLO DE LA ENCAÑADA ―En el lugar denominado La Encañada, en el camino de Ascope para Cascas vía de Cajamarca, hay una piedra, muy bien colocada sobre pequeñas pedruscos. Tiene más ó menos ocho metros y llama la atención de los viajeros. Los Cajamarquinos tienen la costumbres de poner en ella, cuando salen a la costa una crucecita para asegurarse así el regreso al terruño porque es fama que quien no lo hiciera, no volvería a ver el suelo natal. Esa costumbre subsiste y da a la piedra dela Encañada un aspecto característico y pintoresco, por la profusión de crucecitas que la cubren‖. ―La tal piedra está colocada en forma muy rara, que sorprende é intriga, según afirman cuanto lo han visto. Atrás de ella hay un pocito que, en todo tiempo, tiene agua, y en una peña que está cortada, hay como grabado un gallo en actitud de cantar. Con estos materiales, la anónima y siempre rica imaginación popular ha hecho una bellísima conseja‖. ―Ahora ñaupas, en tiempos de gentiles, llevaban unos indios esa piedra para ponerla de puente, nada menos que en el Marañón, y parece que, á pesar de la enormidad de la distancia y los difíciles caminos, debían de estar en el lugar de su destino en fecha fija y determinada. Naturalmente, hoy nos sorprende la ingenuidad geográfica del asunto, pero se trata de días de maravilla, y en lugar donde San Bartolo pudo saltar siete kilómetros, no tiene importancia un viajecito en un día desde La Encañada hasta el Marañón‖. ―Pero sucedió que se tardaron, que les amaneció en esa encrucijada y que como en la amarga noche Nuestro Señor, cantó el gallo para avisarles, como lo hiciera con San Pedro, que estaba en falta. Asustáronse los indios, buscaron al animal que cantaba, y cuando vieron que estaba grabado en el pedrón, echáronse a correr, presas de terror, abandonando la piedra, que por esa razón, no está sirviendo de puente en el Marañón...‖.
Recorrido Turístico La Libertad
Ruinas de Chan Chan Chan Chan se ubica en el valle de Moche, frente al mar, a mitad de camino entre el balneario de Huanchaco y la ciudad de Trujillo, capital del departamento de La Libertad en la costa norte del Perú El sitio arqueológico cubre un área aproximada de 20 kilómetros cuadrados. La zona central esta formada por un conjunto de 10 recintos amurallados (llamados ―ciudadelas‖) y otras pirámides solitarias. Este conjunto central, cubre un área de 6 kilómetros cuadrados, aproximadamente. El resto, está formado por una multitud de pequeñas estructuras mal conservadas, veredas, canales, murallas y cementerios. Desde fines del intermedio temprano (600 d.C.), y comienzos del horizonte medio (700 d.C.) -fase Moche V- en la costa norte del Perú, surgen nuevos modelos de ciudades, donde la estructura principal no será únicamente una pirámide ceremonial, sino una gran cantidad de cuartos y edificios cercados por grandes muros (―canchones‖), que acompañan a ésta como la parte más importante del asentamiento. Un ejemplo de esto lo tenemos en las urbes Moche V de Pampa Grande, en el cercano valle de Lambayeque y Galindo, en el mismo valle de Moche. Lejos de las diferencias formales, en ambos, se pueden notar la importancia que tienen los grandes recintos amurallados, que albergan edificios dedicados a funciones administrativas, y por supuesto, ceremoniales. Otro ejemplo, lejano físicamente, pero contemporáneo, son las ciudades de Cajamarquilla y Pachacamac en la Costa Central (ambos, próximos a Lima).