Luces 2020- Selección de Microcuentos & Poesías del mundo- Proyecto BCR

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Editado en Argentina 25 de Agosto 2020


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Poetas y escritores compartiendo el candil de su palabra

SelecciĂłn de Microcuentos & PoesĂ­as del mundo Organizado & Antologado por Proyecto BCR & Beatriz del Carmen Ruiz


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El Proyecto BCR es un trabajo gratuito de difusión literaria y cultural y mayormente se dedica a la edición gráfica y textual de material poético y narrativo de escritores de todo el mundo con el objetivo que de que la literatura esté al alcance de todos de manera gratuita.

No se realiza corrección ortográfica de los textos ya que, como lo explican nuestras convocatorias, los mismos son copia textual del material enviado por los escritores que se comprometen a enviar su material corregido.


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Prólogo VOLAREMOS TAN ALTO Cuando nos toque en suerte o cuando nos procuremos conseguir con esfuerzo la posible la esperanza, la quimera del sueño postergado, la belleza del mundo entre las manos será el momento justo de alcanzar lo imposible y volaremos tan alto… Y no sobre la gente, ni sobre los problemas. Volaremos tan alto para ver que es posible el amar a la gente, el vencer los problemas, el poder superarse mano a mano a uno mismo para hacernos mejores, eso es volar muy alto. Por eso alcemos vuelo congraciando los pasos, hermanando los sueños. Levantemos el mundo todos juntos ahora, que ni un alma en la tierra pueda quedarse sola. Beatriz del Carmen Ruiz


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7 Robert Allen Goodrich Valderrama Panamá

EN MEDIO DE LA NIEBLA De entre la niebla florecen las flores más bellas de múltiples colores mientras el sol brilla en los cielos alejando las sombras de amores extraños de pasiones inconclusas de preguntas sin respuestas de miedos y orgullos en medio de la niebla. Robert Allen Goodrich Valderrama Panamá

SOBREVIVIR A LOS TIEMPOS Caer y levantarse he allí las ganas de vivir de luchar sin perder la fe, ni la esperanza es cuestión de tiempo sobreviviremos a los tiempos.


8 Omar Efraín Martínez Meza Puyo, Ecuador “Tal vez abril ya partió y yo no me resigno. David Fuks

AMAR SIN CONTRATIEMPO El tiempo en el amor no cuenta, sería una huella sangrienta, todo cúmulo de experiencia saca a luz lo que el ser dispone en esencia. La flor abre sus pétalos para disfrute de su perfume y esto, hace que sume felicidades sin intervalos. Cuando una hoja seca del árbol se desprende, el ciclo de la vida se comprende y, nos hace agradecer la recompensa. De estar vivos, abiertos y apasionados, de redescubrirnos sin edad ni tiempo y amar sin contratiempo.


9 Omar Efraín Martínez Meza Puyo, Ecuador “Ámame cuando menos lo merezca ya que es cuando más lo necesito.” Proverbio chino

PIEL A PIEL Te amo por designio en la carrera de la vida y claro, se necesita meta y porvenir seguro. Tal vez, te merezca o no te pertenezca. Lo real, vierte natural como vuelo de ave rapaz. El amor es, entre dos seres dispuestos a juntar gustos y compartir deseos Con besos apasionados. Contigo, se anula todo frío el calor es mutuo, sabes a miel y dejaremos todo, en el contacto piel a piel.


10 Liliana Beatriz Vázquez Santa Fe, Argentina

SECRETOS DE LUNA Sueño de luna que andas por las cornisas de mi cielo con tus pupilas de nácar en los vaivenes del tiempo. Sueño de luna que andas despertando sentimientos por mis noches solitarias de jazmines y de espejos. ¿Será que este azul que cantas en esta brisa de enero le acerca esta cruel nostalgia que anda entre mis recuerdos? ¿Será que también me extraña, que, como barco sin puerto, en la misma luna blanca esconde su sentimiento? ¡Oh, luna que cantas, luna que andas por esa oscura piel del cielo, desnúdame en su mirada y escóndeme entre su sueño!


11 Liliana Beatriz Vázquez Santa Fe, Argentina

ELLA Allí en las plazas donde se cruzan soledades como pájaros en los árboles está siempre ella los grandes ojos fijos vaciada la mirada de infinitos Mira sin embargo los espantos de los hombres las tristernas despebienvenidas los coranidos de los abrazos los estrellantos los espasmoíras Cuando los dioses de las noches y los días cumplen la cíclica muertevida estática ella los mira Solilúnica solemne en el silencio de luces y de sombras Amisoluna amiviento amilluvia su quietud ampara el musgo que crece clandestino al destino secreto de su corazón sin latido a su piel de cal de alba a la definitiva ausencia en su lágrima de rocío.


12 Lindsay Fiore Vitale (seud.) Sullana, Perú

BIOGRAFÍA DE UNA ILUSIÓN Lo sé. Hay algo en tus ojos que pertenece al mar. Hay visajes de manjares que aquietan mis dolores. Que encabritan este cansancio de años. Tus ojos, tus ojos caen sobre mí como las primeras luces del alba asolando los diques ininteligibles de mi ignominia, y forestan el territorio en penumbras del corazón con tu ternura en racimos. Quiebras a dentelladas mis pestilentes máscaras y todas las antiguas penas que amordazaron mi alegría circundante. No sé qué dioses encendieron la inmarcesible lámpara de tu ternura asistida de furias en los espejos de agua intactos de la memoria. Pero siempre vienen encendiendo calladamente como lirios fluorescentes mi agónica inocencia y tus ojos como ópalos multicolores alumbran mis oscuros pasadizos y desvelos.


13 Lindsay Fiore Vitale (seud.) Sullana, Perú

PRECUELA Nunca fui como todas las niñas: risible. Que se ponían a lavar lágrimas al borde del río y se fumaban su soledad cual hojas de coca. Odiaba a las muñecas que encarcelaban en sí mismas a otras mujeres. Olía penas, evanescentes penas en el aire que atrapaba casi devotamente con frágiles señuelos de sonrisas. Debajo de mis pies ignoro el vértigo y el destino de un mundo que se mueve en letanía de sombras. El tráfico insomne de la tristeza no se detiene ante la rauda carrera de las horas en trasiego. La tarde trenza enigmas que el tiempo dilucida. Y no hay retorno para los días color sepia que se transformaron para siempre con la furia indómita de los años. La niña que fui abraza la tristeza de Galápagos en la cartografía de sus senos impúberes. Mi madre practicaba el oficio del hipnotismo. Hipnotizaba lunas, pájaros de canto melifluo, también hombres que cortan el oro del espacio en esa caverna lóbrega que es su vientre. De ella aprendí que el tiempo es la niña astral que enhebra ordalías en su mano virgen


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agobiada por la vaharada de dioses fariseos. Ya no elijo la noche para encerrarme en sus esclusas. Elijo el silencio, el mar, el lenguaje vital para vivir y comunicar el sol a mis heridas en que recalan las sombras y el viento sur.


15 Laura Casamayor Buenos Aires, Argentina

SI... Si tuviera la vida por delante tal vez esperaría algún regreso, archivaría mi deseo en un estante, sería prudente con los dogmas del exceso. Callaría por no ofender las apariencias, diría que mañana es otro día, me basaría en el dictamen de la ciencia, afirmaría no saber lo que sabía. Dejaría para otro día los te amo, intentaría ser más política y correcta, esquivaría los frutos del manzano, prometería andar siempre en línea recta. Pero solo tengo


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el minuto que transcurre... (Tan breve, tan eterno, tan humano...)

Laura Casamayor Buenos Aires, Argentina

SIN FILTROS No quiero ser la sombra que tapiza en silencio los descorteses pasos de los jueces turno no le temo al reclamo de los altos cipreses ni al graznido siniestro del pรกjaro nocturno. Yo soy, si no les gusta lo siento por los otros, no he venido a este mundo a cumplir con las normas de los que van viviendo la imagen de las fotos cambiando en el mercado contenido por formas. Me gusta este momento, esta vida, este cielo, me duele la injusticia, me atenaza la historia,


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me gritan los maĂąanas, me abrazan los intentos, me araĂąa el desconsuelo, me empuja la memoria. Con este privilegio de ser por un instante un cuerpo que respira, ama, suda, camina, no pretendo otra cosa que seguir adelante aceptando con gusto la rosa y sus espinas.


18 Walterio Mon (seud.) Buenos Aires, Argentina

EL VIAJE TRIPARTITO El yerno detuvo el vehículo. En la mano de enfrente estaba la que otrora fuera su casa. - Con cuidado don Chicho, - advirtió el joven- ¡no se vaya a caer! Había cruzado la calle sin mirar. Atravesó el boulevard casi encantado por aquella visión. Como un dique que colapsa y deja fluir el río, cincuenta años de distancia se deshicieron en ese instante. Se paró frente al domicilio. La entrada, la ventana de su dormitorio, el pasillo que llevaba al fondo… De pronto se abrió una puerta. Un señor que salió de la casa se sorprendió al ver tres individuos parados en la vereda. -Buenos días- saludó con cortesía -Buenos días señor- pronunció don Chicho- perdón por la molestia. Yo soy hijo de Amelia, la que les vendió la casa. Yo me crié acá… El hombre asombrado, comenzó a conversar con don Chicho. -Disculpe que no lo haga entrar, pero justo vamos a almorzar a la casa de un pariente. Si usted quiere pasar en otro momento, no hay problema… Don Chicho se disculpó nuevamente y dijo que no haría falta. Mientras los dos acompañantes observaban la situación a cierta distancia, don Chicho llamó en la casa de al lado.


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-Chiquita, Chiquita, ¿estás? -¿Quién es? - respondió una señora por la mirilla -Soy yo, Chicho. -¡Chicho! ¡¿pero qué haces por acá?! -Nada… vine a ver unas tierras para hacer un negocio… Los viejos conversaron un rato largo… Otra vez en la ruta, cada uno pensaba en el viaje. Un viaje que había sido por etapas. Un viaje que contenía otros viajes. Cuando cruzamos el puente Justo José de Urquiza, más conocido como complejo Zárate Brazo Largo, el tío dijo: -¡Qué bárbaro ché, el regreso siempre parece más corto que la ida! Efectivamente, el viaje había sido más rápido que a la ida. El único que no estaba de acuerdo era don Chicho, para él, el regreso le había llevado más de cincuenta años.

Walterio Mon (seud.) Buenos Aires, Argentina

EL CORDOBÉS -¡Para dormir me quedo en mi casa!- dijo el cordobés. Esa fue la frase mágica que me impidió ceder al sueño.


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Tomamos mate como lo hacían los gauchos, “para matar el tiempo”, ya que hacía rato estábamos satisfechos. Pero no había otra cosa que hacer, que mirar las cañas como si fueran péndulos. Creíamos ver movimientos de “pique”, cuando sólo se agitaban por el viento. De tanto en tanto sacaba mi caña para verificar la carnada. Absorto en esta tarea, de repente, escuché que el cordobés comenzó a gritar -¡El termo! ¡El termo!”- yo no entendía qué me quería decir. -¡Agarrá el termo que me va a romper “la blanquita”!- Entonces, miré su caña y pude corroborar que, efectivamente, esta se torcía de una manera compulsiva y violenta. Yo también pensé que se iba a romper, entonces dejé mi coligüe a medio sacar, apoyada sobre las tablas del muelle y fui a ayudarlo. Tomé con cuidado el termo y lo puse a resguardo. El cordobés agarró su caña de fibra de vidrio y comenzó a recoger la línea, que se enrollaba en su reel Escualo, con un ritmo parsimonioso. Se notaba que traía un “bicho” grande, por la pelea que estaba dando. En ese momento, cuando el pez buscó la profundidad para escapar, le dije que lo trajera más despacio… el animal aprovechó la oportunidad y de un tirón, cortó la tanza provocando un chicotazo que zumbó en nuestros oídos. Una lágrima iracunda le humedeció los párpados. El cordobés comenzó a lamentarse y a inferir improperios al aire.


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No hubo reproches hacia mi persona, aunque me apené mucho por la pérdida. Un remordimiento me llamó al silencio, porque un pescador avezado sabe, que no debe opinar cuando el otro está luchando con su presa. Sin desanimarse, el cordobés redobló la apuesta. Sacó de su equipo un chicote de acero y un anzuelo más grande. Mientras lo preparaba murmuraba entre dientes, “ahora no te me vas a escapar”. Como si fuera una pelea entre dos especies iguales, como si estuviese reeditando, aquella memorable película del “viejo y el mar”.


22 Yadira Patricia Cano Peña Guanajuato, México

VÍCTOR Aún es él, maravillosamente ha pulido su esencia, pero aún es él, extraordinariamente mejoró la versión de sí mismo, pero aún es él y es magnífico que siga siendo él. Conserva aquel porte místico ese contraste cálido y frío que en el recuerdo guardé. Su luz nunca se apaga, la oscuridad ha querido alcanzarlo y la lluvia ha querido extinguirlo. Pero resulta, que incluso en las noches sin luna he podido verlo. Va pintando estrellas y camina con ellas. Nada lo detiene, ¡semejante audacia había visto jamás! Sembrador de arte, todo lo transforma allá donde va ¿Cómo irradia plenitud y logra contagiarla? es un misterio, Luchador incansable y lo mejor es, que aún es él.


23 Yadira Patricia Cano Peña Guanajuato, México

YO NO ROMPÍ MI PLATO FAVORITO Yo no rompí mi plato favorito, lo había estado cuidando tanto pero no pude negarme a prestarlo y ahora una grieta lo está atravesando. Yo no derramé el agua de mi florero lo dejé bien puesto, en la mesa, al centro pensé que a este lugar hacía bello. Pero hoy que desperté, lo encontré deshecho. Yo no ensucié el piso de azulejo, esta mañana muy temprano lo he pulido y quise compartir con todos su reflejo pero ahora de lodo está batido. ¡Qué desastre tan penoso! Mi plato roto, mi florero deshecho y el piso lodoso. Sé que yo no lo he hecho, sé que alguien más ha sido, ese alguien sigue en su lecho fingiendo que nada ha ocurrido. ¿Cómo voy a remediarlo? Pues como siempre lo he hecho. No he aprendido a ignorarlo


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pero empieza a doler este peso. El remedio es la distancia, sé que es lo que se ha querido. Ya aquí es corta mi estancia, aguanta un poco, pronto me habré ido. Tardé mucho en darme cuenta, tú aun no lo has visto. ¿Qué pasará cuando descubras, que yo no rompí mi plato favorito?


25 Isabel Nieto Grando Córdoba, Argentina

PLEGARIA Quiero juntar palabras, solo mías, que broten de los labios como un rezo. Quiero la luz que flota a mediodía merodeando el rumor de los ciruelos. Busco la luna que cruza el alambrado junto a la noche que me acuna el sueño, enfría su silueta en la represa sigue las huellas de senderos viejos. Y se elevan las voces suplicantes cuando el viento agita las campanas. Los labios trasmutan los deseos. Manos juntas recitan la plegaria.

Isabel Nieto Grando Córdoba, Argentina

LIBROS Siempre he buscado la luz a través de la palabra. El amor en poesía que llena de lumbre el alma fue mi carencia total,


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y la alegrĂ­a mas cara que a veces un niĂąo sueĂąa esconder bajo la almohada. Son mis mejores amigos que resbalan de mi cama. Muchos libros por el suelo otros duermen sobre mi alma.


27 Graciela Rina Brizuela Tucumán, Argentina

LAS HORAS AUSENTES Los pasos muy lentos, la mirada ausente fija en el sur, la voz baja, casi inaudible se desliza por el tobogán de los recuerdos cual pelota de fútbol que grita su gol. El mar tiñe sus pupilas y la mirada, ayer encendida, hoy tiene vacíos insondables. La rutina se descuelga en una memoria dormida. Las horas sobreviven calladas, desposeídas, desnudas de recuerdos, de rostros y nombres…


28 Graciela Rina Brizuela Tucumán, Argentina

AURORA DE LA VIDA Del alba al crepúsculo, el aire que circunda a todo el mundo trae siempre un hálito de vida, un cielo insomne con estrellas, un jardín universal, el olor a sol, a lluvia, a luna escondida… La vida es un río, circula por el universo, melodía ancestral que vibra en lo eterno. Sinfonía del mundo, la luz que lo ilumina tiende en un instante, majestuosas maravillas. La vida cae en cascadas, el aire sabe a vida, a esencia, a palabra, a cielo, a río, a montaña, a espera en el camino, a aurora, a crepúsculo. A la luz de amor divino.


29 Jairo Abelardo Centeno Villamizar Saravena, Colombia reside en Aguazul

SIN CITA Siete de la noche, el cielo muestra todas las luces de su bóveda celeste. El paraguas lo llevo abierto. Una mujer curiosa se acerca desde el norte. Incrédula. Me dice: "Disculpe, cree usted que lloverá". Miro sus pies cubiertos por unas cuantas correas en sus sandalias veraneras, sus piernas lucen suaves y delicadamente depiladas. Su cadera prominente, deseable. Viste una camisola ceñida que deja ver atributos de un cuerpo consentido por el gimnasio. El paraguas no es una premonición de lluvia, es una forma de sobrellevar el lamento de almas atormentadas, de buscar calma en medio de tanto trabajo como segador. Veo sus ojos tristes, ausentes. Veo su presentimiento y sus ojos quieren apagarse. Empieza a faltarle el aliento, a desplomarse a mi lado. No puedo ayudarle. No tengo ese poder. El paraguas ya no está. En cambio, la hoz pesada se me va hacia el suelo y engancha su alma tibia. A medida que la arrastro, gruesas gotas de lluvia caen de un cielo que ahora está cubierto de nubes.


30 Jairo Abelardo Centeno Villamizar Saravena, Colombia reside en Aguazul

LA ÚLTIMA LEGUA El capitán Nemo entró por el golfo de México. Navegó río arriba. Superó sin dificultad cada obstáculo del Mississippi. El cuarto día de luna llena conquistó la sima del lago Itasca. Aguardó la oscuridad de la noche siguiente escuchando la melodía del sordo. En el fondo halló la compuerta, la clave de acceso era la misma desde 1776. Vio al Tío Sam en el estudio leyendo un microrrelato en Facebook. "Si estás aquí es porque la hora llegó" dijo Sam. "Ni un minuto más, ni uno menos, lo que es, será", contestó Nemo. Colocó sobre el viejo escritorio el paño con las monedas de oro de la doble águila de 1933 y las fundió. En el molde quedaron listas en minutos dos balas esperando la pólvora. "¿Por qué dos capitán?, no pensarás cambiar el pacto". Nemo aclaró: "El mar ya no es un lugar seguro".


31 Víctor Oscar Maldonado Córdoba, Argentina

X. El señor X. arrastra desde la infancia dos obsesiones: construir un cohete capaz de llegar al sol, y encontrar el amor que justifique su existencia. Cada una de estas empresas no envidia el riesgo de la otra. El señor X. trazó planes y planos buena parte de su vida. Cuando los tiempos estuvieron maduros, se endeudó con un vasto crédito a tasas usurarias, consiguió los materiales y el software adecuado para cristalizar sus sueños y, a la par de una incipiente relación amorosa con la oficial de la sección de créditos personales del banco, construyó un cohete oblongo y feo que tenía más de brillo fálico que de artefacto volador. El amor y la gloria asomaban de las manos en el horizonte de sus esperanzas. El día del lanzamiento fue el adecuado: excelente temperatura, cielo diáfano, sin vientos de superficie. Luego del conteo de rigor, el cohete se elevó atronando el sorprendido mediodía dominical, pero se desarmó a los pocos segundos del despegue. El señor X. dio de narices en el patio trasero de su casa. El Sol tendría que esperar un poco más por el intrépido astronauta. El retraso en el pago del crédito llevó al señor X. a los estrados judiciales. El embargo de sus


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bienes erosionó su muy precaria economía, y el señor X. se vio arrastrado a la quiebra; durante el proceso, la oficial del banco pidió el traslado a una sucursal lejana. Los intentos subsiguientes del señor X. por cristalizar sus proyectos terminaron en rotundos fracasos económicos y sentimentales. Él insiste, pese a todo. Hoy es un hombre solitario que agota sus horas naufragando entre bocetos de carlingas y poemas rancios.

Víctor Oscar Maldonado Córdoba, Argentina

EL POEMA DE ARENA No es la página la que está en blanco, sino yo, viejo cuenco reseco que se hunde en un profundo mar de arena: seco, a un puñado de metros de la fuente; resquebrajado, como el inocente que intuye la injusta sentencia; solo, mientras el tiempo me constriñe


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en un grano imposible de su abúlico reloj de arena. Sé que no llueven dones del cielo, sé que la lira de la musa no es la misma: arriba, el indiferente Cosmos que no me ama; abajo, la página en blanco que me abisma.


34 Alicia Corominas La Rioja, Argentina

DE PASO POR AQUÍ Venimos a la vida con un manojo de hilos incoloros Llegamos a un lugar desconocido construido con frío o abrasado en amor. A los hilos livianos que trajimos les pondremos color y los anudaremos a otras hebras ajenas que nos ayudarán a tejer la propia historia. Iremos componiendo la trama con minucioso empeño para que no se agoten las hebras antes de terminar la obra.

Alicia Corominas La Rioja, Argentina

TODO ES POSIBLE Puedes estar al sol sin ver la luz.


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Puedes estar a oscuras sin que te rocen las tinieblas. Puede ser que aún cantes con el alma encogida. Puede ser que alguien se empeñe en derrumbar tus sueños pero no alcance nunca tu profunda armazón. Puede ser que de pronto necesiten tu mano y no te llamen. Puede que oigas sus pasos acercarse y no hagas nada o te ocultes inmóvil dejando que se alejen. Los bajones, los vuelcos, los yerros, los aciertos, los reproches, las dudas pasan en remolinos. Todo es posible… mientras en el reloj corren los años.


36 Jenny Villarreal Casarrubias Guerrero, México

SOMOS Somos el recuento de nuestros fragmentos esparcidos como lluvia entre los otros, el mundo y el tiempo. Almas en vilo, cuerpos amorfos. Eslabones de palabras forjados entre siglos de oscuros naufragios. Tesoros oxidados entre piélagos de silencios. Somos en esencia la memoria de los días. Cúmulo de instantes que entre amaneceres despiertan. Fugaces se desintegran al contacto con el viento. Errantes se escurren gota a gota, entre las grietas de los efímeros momentos. Se beben, de la cotidiana eternidad. Se respiran… esbozando con su aliento las efímeras huellas del frágil peregrino que somos. Islas del mundo que desde el horizonte observan. Somos el melancólico soplo de las noches que existieron,


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cenizas de siluetas que deambulan en los lúgubres ensueños, estigmas sobrevivientes en póstumos epitafios, errabundas sombras del tiempo… Somos la suma infinita de las muertes cotidianas. Conjuros de memorias que habitan los nómadas vientos. Instantes de luz y sombras que agonizan entre letanías, en el eterno naufragio de la transparencia de los días.


38 Jenny Villarreal Casarrubias Guerrero, México

ALEGORÌA DE UN ENSUEÑO Tú me miras con los ojos de tu historia. Me sonríes con la luz de tus mañanas. Me hablas con el canto de tus sueños. Me abrazas con la mar de tu nostalgia… Alegoría de añoranzas suspendida entre deseos, de los besos que no dimos, de los días, que desde antes se nos fueron. Tu presencia germinó la flor de mi ternura, abrigando mi destierro a mil leguas bajo el cielo. Cúmulo de miradas que en tu búsqueda se pierden en un infinito incierto. Amor… Diacronía de instantes. Épica leyenda del esbozo de un sentir tatuado en silencio. Desde entonces, como fiel evocación te veo en el espejo en que me miro. En el recuerdo de lo inexistente, latente, en el deseo que es mi exilio. Tu mirada, bella travesía al infinito,


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a la sed de lo inexplorado, a la mar de lo prohibido. A la invitaciĂłn de otro tiempo a tu lado, cariĂąo mĂ­o.


40 Althea Romeo-Mark Antigua y Barbuda Reside en Suiza

RESIDIENDO EN LOS LÍMITES DE LA PERTENENCIA Vivimos en la franja entre naciones, en el borde de culturas, corazones y mentes trasplantados. No pertenecemos a ningún lugar y pertenecemos a todos un pie entre puertas, nunca verdaderamente adentro. No podemos hacer reclamos a ningún lugar, con certeza, como siendo una parte de él, sino en cambio, un extranjero para aquellos que no pueden ver más allá de sus propios ojos. Yendo hacia atrás en las generaciones nuestra gente nunca fue de un solo lugar y seguimos cruzando continentes y océanos por el bien del amor, la libertad, la vida.


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Espíritus ancestrales dispersados alrededor del mundo, vivimos en los límites de la pertenencia. Traducción: Liliana Susana Doyle, Buenos Aires, Argentina © Althea Romeo-Mark 2018,“Residing on the Borders of Belonging,” “Breakfast,” and “Out of the Blue,” DoveTales:Empathy in Art/Embracing the Other, An International Journal of the Arts, Published by Writing for Peace, McNoughton and Gunn, USA, 2018

RESIDING ON THE BORDERS OF BELONGING We live on the fringe within nations, on the edge of cultures, hearts and minds transplanted. We belong everywhere and nowhere, a foot in doors, never quite inside. We cannot lay claim to a place with certainty, being a part of it, yet an alien to those who cannot see beyond their own eyes.


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Going back generations our people were never of one place, and we continue to cross continents and oceans for the sake of love, liberty, livelihood. Ancestral spirits scattered around the world, we live on the borders of belonging. © Althea Romeo-Mark 2018,“Residing on the Borders of Belonging,” “Breakfast,” and “Out of the Blue,” DoveTales:Empathy in Art/Embracing the Other, An International Journal of the Arts, Published by Writing for Peace, McNoughton and Gunn, USA, 2018


43 Julio Almirón Corrientes, Argentina reside en Buenos Aires

LA VIDA Se abre el cielo en feroz estafa el mundo es un vientre con manos de papel Ya no hay refugio cuando el dolor llega nacer, es el primer paso hacia una hambrienta vida que se tiñe de golpes.

Julio Almirón Corrientes, Argentina reside en Buenos Aires

RESUCITAR Resucitar… entre las piedras caricias


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que las bocas no perciben Reptar entre tumbas como un rayo de luz; AquĂ­, aquĂ­ ya no hay infierno que nos libere de nosotros mismos.


45 María Esther Cuestas Córdoba, Argentina

Abril se va… Esparció un mullido manto de hojas amarillas y ocres, abono generoso para la tierra hambrienta. Abril fue largo… Mes de desasosiego y de miedos. El corazón resistía, resguardando sus latidos. Abril se va… Y en el monte se respira. Miro hacia lo alto… Veo entre las sombras de los árboles, posado sobre una rama, un búho. Guardián de la vida, protector de la noche Abril dejó anhelos de esperanza flotando en el aire


46 María Esther Cuestas Córdoba, Argentina

Los muros altos de la casa, intimidan La mirada se pierde en una pared blanca. El jardín tras esos muros parece pintado. Las flores no perfuman, la hierba no respira… Las risas de los niños ya se han evaporado. Finalmente, me he atrevido a traspasar la puerta. Antes, he soltado los pájaros.


47 Graciela Ríos Lobos San Juan, Argentina reside en Neuquén

CONFUNDIDO Es tu gran confusión y no es mi paz interior ni mis silencios lo que te hacen temblar, sin razón. El amor te ha llegado y no te quieres amarrar la sorpresa te deja perplejo y no te quieres quedar. Tus ojos celestes, cielo mío, asombrados no pueden creer que en este mar de mis ojos, en este mar de silencio y soledad has encontrado la paz. Corres y te escapas entre la confusión no das más y dejas escapar, al amor de tu vida a lo que no te trae paz. Es una guerra interna que tienes por negarte a amar y así dejas al amor irse… Y así me dejas volar…


48 Graciela Ríos Lobos San Juan, Argentina reside en Neuquén

MÁS ALLÁ DEL CIELO Si miras el cielo como lo miran mis ojos llorarás sin consuelo, te atraparán los ángeles y la música entre los sueños… Si miras el cielo como lo miran mis ojos al llegar la tarde nos encontraremos sonriendo, caminaremos juntos abriendo las puertas hacia un sol radiante que iluminará nuestros pasos donde el amor nos lleve liberados, despojados de todo mal que inundaba el ocaso del sufrimiento. Al llegar la tarde, no retrocedas amado, aquí descansará mi espíritu estarás buscando el frágil sentir de mi alma, el tibio calor de nuestros sentimientos se forjará estampado en un arcoíris allá atrapados los sueños, en el firmamento.


49 Adela Margarita Salas Buenos Aires, Argentina

ENCUENTRO Hay un otoño paciente que aguarda, el marchitar de las uvas en las viñas. Que necesita del sol con tibieza blanda y el susurro de una brisa perfumada. Ese otoño mío, será tu primavera, tendrá el incipiente aroma de la hierba y, el colorido de las margaritas sobre laderas reverdecidas. En esa ambivalencia de estaciones, se detendrán premisas con utopías de versos y recados de esperas. Nada será imposible entre hojas que, escapan en aventuras de ocres detrás del viento y, tus flores que, se aquieten en un jardín de quimeras rojas. La vida, en tanto, juega y nos entretiene con vaivenes de sueños e ilusiones compartidas, será así, al pasar de las estaciones, llegará el momento en que, mi invierno insolente, escape para entibiarse en brazos de tu verano.


50 Adela Margarita Salas Buenos Aires, Argentina

OFRENDA No tendré la avidez de las estrellas para dejarte luz eterna, ni poseo el embrujo de la luna, para atraparte y retenerte. Pero sé amarte, a mi manera a contra reloj del vuelo de las aves acercando nidos de calandrias para que no te falte el rumoroso arrullo de mis vuelos. Te ofrezco apenas, el sosiego de mis manos que, en artesanal delirio, harán de tu espalda, camino de sensaciones, que jamás se te borrará. Te dejaré a diario, sobre tus labios un beso de aliento tibio para que, el sabor mentolado de mis pensamientos, te haga recordarme, en mañanas de ausencias que, algún día sentiremos. No luzco caracolas en mi piel para acercarte rumores de inmensidades pero, cariño mío, la inmensidad de mis sentidos tornará tus noches en caldero de experiencias nuevas, con memorias eternas, aunque yo, no quede a tu lado.


51 Miriam Adriana Cano Córdoba, Argentina

HILO DE LUZ Un hilo de luz va hasta ti, viene hacia mí. Una fibra álmica nos comunica en la distancia. El hilo de oro valioso, fuerte, incorruptible, es camino de Fe.. Por eso hoy vas por tus sueños, Y el hilo de luz estará siempre como camino de vuelta tal cual mi corazón, Insobornable, esperando el abrazo, el viaje por tus ojos, y la plática añorada.


52 Miriam Adriana Cano Córdoba, Argentina

SUS OJOS Sentada sobre la silla Solo sus ojos hablan Con infinita tristeza Lo que sus labios callan. En la quietud del regazo Sus manos trenzan silencios y yo quisiera sentarme a su lado en esa tarde. Des ovillando recuerdos Que fue de tus ilusiones Qué de tu amor callado. Con quien pasaste los años De soledad y desarraigo Que pasó con esos hijos Que la vida ha dispersado. Me gustaría contarte Que uno de ellos te ha buscado Que te recordó por siempre, en sus cantos te ha nombrado , Y que murió sin saber Que en un lugar no lejano Latía tu corazón En medio del desamparo. Pero ya pasó tu tiempo ellos también se marcharon Y solo quedó la foto Con tus tristes ojos, Callados.


53 José Luis Frasinetti Buenos Aires, Argentina

GUIÓN Le puso un poco de color a sus mejillas pero algo le faltaba en los ojos y en los labios. Tenía que hacerlo lento y, tal como figuraba en el guión, la mujer se acercó un poco más al espejo. Debía no ver y no vio. Con delicada sensualidad debía seguir acercándose y, tal como figuraba en la escena 7, la mujer lo fue haciendo al pie de la letra. Si bien no era una actriz profesional, sus compañeros de teatro la elogiaban y mucho. Lo que nunca supo fue lo que el guionista había indicado para su escena final. Solo los dos camarógrafos fueron testigos de lo que -a creer o reventar- debía suceder en la última toma de la escena 7: Al momento de retocarse los párpados, la mujer se acercó tanto al espejo que, como en el clásico mito de Narciso, fue devorada sin piedad por la oscuridad más transparente de las aguas.


54 José Luis Frasinetti Buenos Aires, Argentina

XLII Hay un corazón de leche tibia en el centro más sublime de la taza. El cielo, que anda en pájaros, me trae el aleteo de las sábanas tendidas. Hay sol en la hojarasca y en el andar cansino de mi madre bajo el ramaje gris de los ciruelos. ¿De dónde es esta paz de vuelos blancos? ¿Este jardín florido? ¿Esta delicia del sol, jugando a la rayuela con los tordos? La casa teje, en hilos invisibles, la eternidad del día. Las ventanas respiran un otoño de sepias y hojeo en cada foto el perfume de todos los instantes. Allá, desde el cordel de los crepúsculos, vuelan en gris los trapos de las nubes. Pero acá (donde es río la memoria) hay un corazón de leche tibia en el centro más sublime de la taza.


55 Adriana Irma Maggio Capital Federal, Argentina

LO QUE QUEDA En la fugacidad de lo que somos hay instantes imperecederos. César Suárez

Qué será de ese instante cuando yo me vaya esa breve luz ese relámpago que no llegó a felicidad ¿se apagará conmigo? ¿o seguirá temblando aunque yo muera? ¿Podré heredarlo a mis hijos? ¿Besarlos de eternidad por un momento / antes de partir y dejarles algo de todo lo que no de todo lo que nunca y que por un soplo de tiempo / para ellos la vida sea como una flor en el agua? ¿Sabrán mis hijos que ese fulgor era mío y que esa escasa infinitud es mi última caricia?


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Qué será de lo perpetuo cuando yo termine y vacíen mis armarios.

Adriana Irma Maggio Capital Federal, Argentina

PARTO No siempre los días nacen solos. A veces hay que meter las manos en la aurora y ayudarlos a salir como a potrillos. Sostenerlos erguidos sobre sus patas trémulas limpiarles la oscuridad que les dejó la noche y empezar a alimentarlos como a hijos. Luchar contra la sombra a puro instinto maternal para que vivan.


57 Katterin Palma Sucre, Cumaná Venezuela

SIEMPRE TRES Desde el momento en que lo vi quede flechada y de un simple enamoramiento instantáneo lo que sentía por él llego a convertirse en amor. Lo mismo creí de él. Decidí tener la osadía de contarle mis sentimientos, para mí él demostraba que sentía algo más que amistad. Resulta que esa misma mañana cuando le dije todo ya era muy tarde, pues había conocido a otra chica y estaba enamorado. Esta historia no termino ahí, por supuesto mi corazón quedo hecho trizas y llore por varias noches. Pero mi enamorado tenía planes muy diferentes de los que yo jamás me habría podido imaginar y, sin embargo acepte. Mantenía una hermosa relación con su pareja, era el novio perfecto a los ojos de todos, mientras que por otro lado estaba con una chica con la que compartía fogosos momentos de intimidad, yo vendría a ser la tercera. Resulta que solo tuvimos un encuentro casual, pero paso algo que tendría fuertes consecuencias. Justo en mi primera vez. Quede embarazada. Embarazada y asustada. Lo primero que hice fue decírselo, sus palabras me dejaron petrificada “tienes que abortar” en un primer momento eso también cruzo por mi mente, pero no sabía si sería capaz de hacer tal acto si ni siquiera podía


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pronunciar la palabra “aborto”. Me comento que la otra chica con la que se veía lo había hecho y que no había tenido mayores complicaciones, que era conveniente que yo lo hiciera igual. Ese chico el cual creí amar , tuvo el poder para convencer a sus dos relaciones clandestinas de que se deshicieran de lo que llevaban en sus vientres, aceptamos por motivos diferentes o yo qué sé nunca supe quien fue la otra mujer con la que estaba, ahora todo eso da igual. ¿El final de esta historia?, el universo nos da muchas sorpresas algunas agradables y otras totalmente inesperadas. Después de un mes su novia se había enterado de que estaba embarazada. Tuvo la dicha de que el maravilloso universo lo complaciera con unas hermosas trillizas... Espero que su karma sea inmenso.

Katterin Palma Sucre, Cumaná Venezuela

COMO UNA MUÑECA ROTA Una noche tuve un sueño, en donde lo veía a él, mi amado. En mi sueño quedamos en encontrarnos al salir de clases, así que estaba muy emocionada. Él me dijo que me esperaría frente a la biblioteca,


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así que al terminar mis actividades, salí a nuestro encuentro. Todo parecía tan real. Ahí estaba, tan guapo como siempre con su uniforme universitario. De inmediato me vio también, yo corrí entre la multitud para llegar hacia donde se encontraba. Quise darle un beso, pero antes él tomó mi mano y nuestros dedos se entrelazaron de una forma tan íntima que sentí una especie de corriente tan fuerte, que creí que todos a nuestro alrededor la habían notado y finalizo dándome un dulce beso en la mano. Pero había algo diferente en él, le dije “hola, amor ¿Cómo estás?” y no me respondió, le pregunte si algo iba mal y solo me dijo que lo siguiera, claro que lo seguí. Lo seguiría hasta el mismo infierno si él me lo pidiera. Al avanzar entre la multitud nos encontramos frente a una puerta blanca, era una pequeña habitación y yo iba de su mano. Le pregunte que si quería que pasara, él nuevamente no me contesto. De repente me soltó y me dio un pequeño empujón hacia el cuarto. Dentro del mismo pude ver unas cajas, las cuales contenían juguetes que en su mayoría eran muñecas, pero estaban rotas. Estaba muy asustada, pues la puerta estaba cerrada y él ya no se encontraba conmigo, me había abandonado ¿Acaso es así como él me veía?, ¿una muñeca?, ¿una muñeca rota que puede botar cuando quiera y comprarse una nueva?


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Desperté con mi corazón latiéndome mucho, pero me di cuenta de que solo se trababa de un mal sueño, lo que no sabía era que ese sueño era un aviso de lo que sucedería ese día.


61 Santiago Ernesto Müller Córdoba, Argentina

EL RITUAL Las lluvias de abril, que se deslizan mansamente sobre el monte en los atardeceres, renuevan de mi niñez, el recuerdo del ritual del hacedor de lluvias. Mi Abuelo. Él realizo el ritual, cuando por cumplir una promesa nos llevó a mi hermana y a mí a conocer unos primos en medio del monte chaqueño. La visita esta acordada solo por tres días, pero se extendió por una semana. Todo para nosotros, niños de la ciudad, era una aventura. El ver como ordeñaban las cabras, montar a caballo, amamantar los cabritos y participar de caminatas junto a los primos hasta el rio hicieron que el tiempo avanzara con demasiada prisa. La pregunta si podíamos quedarnos más tiempo, no se hizo esperar. Solo que llueva, respondió el abuelo. ¿Y cómo hacemos para que llueva? Podemos hacer la danza del hacedor de lluvias: dijo uno de mis primos. A mi abuelo se la enseño el suyo, así como a tu abuelo. Mi padre tiene la piedra mágica, que era del abuelo, que fue un curandero toba. El abuelo sonreía ante nuestras ocurrencias, pero al ver la piedra en las manos de mi primo, se quedó un momento pensativo, con los ojos distante, luego dijo: bueno probemos.


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Bajo del algarrobo, puso la piedra sobre la tierra, alzo las manos al cielo, y todos los niños giramos en torno a ella junto con el abuelo, que entonaba en lengua toba una canción a sus dioses. A la mañana siguiente, el camino hacia el pueblo estaba inundado por la lluvia.

Santiago Ernesto Müller Córdoba, Argentina

POR SER Por ser desde niño ciego pedí a los ojos de mi alma que no perdieran la calma y que encendieran su fuego. El ser que escucho mi ruego me compartió su alegría. Un mundo de fantasía extendió ante la mirada que se olvidó de su nada para volverse poesía.


63 Fidel Alcántara Lévano Chincha- Ica, Perú reside en Moquegua

LA OSCURIDAD DEL SILENCIO Más allá de la noche Donde la sombra extiende su penumbra La sinfonía del viento Le hace fondo Al inerte luto del espacio Y las voces a lo lejos Agonizan en su perpetuo letargo Y el rumor nocturno Entre brumas se extiende Tiñendo de azabache El horizonte opaco De fúnebre ilusión, Más todo queda en silencio Y hasta el latido del alma Descansa con su música monótona Y la energía vital Bajo cósmica brisa Se estira lentamente a la espera del sol Para nacer con el día Despojado de tinieblas.


64 Fidel Alcántara Lévano Chincha- Ica, Perú reside en Moquegua

EL HORIZONTE DEL VERBO La voz cae desmallada En el espacio volátil Del silencio Y el eco sutil de su trova Se va con el viento Para no volver. Más abre huella Hasta en el frío ser Deshojando el sueño De la realidad. El asombro en el rostro De los seres fugaces Quiebran la quietud Del orbe gris Y la noche espesa Se derrumba En el solaz espacio Del iluso horizonte Y el día se acorta Del tamaño de un suspiro.


65 Cristina Rodríguez San Luis, Argentina

ESPERA El río atraviesa la ciudad serrana. Hay dos formas de ir de un lado al otro: un delgado puente colgante que lo cruza, y un camino de piedra que lo bordea. En su luna de miel, visitaron la ciudad. Yo no voy por el puente. Me mareo. _ Entonces andá por el caminito y esperame al final. Yo cruzo por el puente. _ Está bien_ asintió la flamante esposa. Han pasado treinta años… Aún está esperándolo al final del camino.

Cristina Rodríguez San Luis, Argentina

FELICIDAD Cae la lluvia agitada por el viento. A través de la ventana, la mirada vaga entre los árboles, cuyas ramas se doblegan bajo el peso del agua. De pronto… ¡Un nidito! Pequeño, imperceptible entre las hojas. Adentro, dos piquitos apuntan al cielo. Un pajarito, diminuto, lo


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cuida desde afuera, meciéndose al compás de la rama que el viento mece. Dos pichoncitos, tranquilos, confían en el maternal amparo. ¡Que arrecie la lluvia! ¡Que no amaine el viento! Aquí, se detuvo la felicidad.


67 Ebe Baima Cerri Córdoba, Argentina

CONTEMPLACIÓN Una luna de sal se deshuesa en el agua. Sus pestañas tiritan en un último intento por abrazar las fauces del abisal océano. Una luna geronte sin prisas y sin miedos que redime su cuerpo entre espacios sin dueños… cuando la noche avanza con anclajes de sombras trepando escalinatas invisibles de duendes que habitan el silencio. Una luna de sal agoniza en temblores y esfuma su mirada en el espejo frío…insensible…del agua, que en su vaivén constante disemina inconsciente las sentidas palabras que algún enamorado le confiara una noche desahogando nostalgias. Mi luna peregrina esclava de los tiempos. Señora de la noche con ropaje de vientos. Cuántas nostalgias mías desordenando ausencias entre hilos de plata mancillando los sueños. Sueños … cual barcas peregrinas en enarcados versos que mi luna de sal deja en silentes surcos antes de cubrir sus duelos desfogando el océano.


68 Ebe Baima Cerri CĂłrdoba, Argentina

PARTIDA Una sola ascensiĂłn a lo infinito Un solo horizonte inadecuado caminando por la lĂ­nea irreverente de la impoluta necedad del ser humano. Una sola inquietud... de la partida. Sin acordar permisos...ni despedida. Partir con la desnudez misma del origen dejando resbalar hacia el olvido y sin culpas el final indeseado del destino. Una sola inquietud...la despedida. Y como desenhebrar sin que nos duela la atemporal sobrecarga de la vida.


69 Magdalena Pizzio Capital Federal, Argentina reside en Neuquén

NUEVA ESPERANZA El niño creía que estaba solo. A salvo. Único. Caminó por días para poder hallar un amigo…un perro…un pájaro, una lombriz... tal vez un sapito. Pero, más caminaba más cansado y solo se sentía, mirando con ansiedad las nubes blancas, sin asomo de lluvia ni nubes negras. La adversidad se encaramaba en sus párpados y en medio de su llanto encontró el cristalino cauce de una vertiente, a la hora del crepúsculo. En medio de la pequeña corriente el sapito. Ese que concede deseos. Ese que llenó de nuevo la Tierra de buenos seres humanos y de esperanza.


70 Magdalena Pizzio Capital Federal, Argentina reside en Neuquén

ÑANDUTÍ DEL MAR Las puntillas del mar se descosen en granos de arena y vuelan al espacio celeste como panaderos del alba. Lejano e inasible el sol rojea el horizonte esperando las sombras cuando las estrellas desganan un bostezo que el furioso viento sacude. Alba y ocaso se unen quizás detrás de las nubes mientras el mar sigue… sigue bordando la orilla.


71 Brenda Carolina Ascencio Trejo Coatepeque, El Salvador

VIVIENDO LOS VERSOS Vago es el pensamiento, Entre risas de agonía Flota el sentimiento y se pierde la alegría Entre cantos y rumores, El cristal se oscurece, Sí no pierdes tus temores, El corazón se empobrece. No te alejes de tus sueños o la vida perderás Quién espera sin descanso, La felicidad encontrará. Con bondad y dulce paz, Tranquilidad para el alma, Algo nuevo se descubre entre tormentas y calma. Vagos pensamientos de confusas discusiones, Letras que en silencio aprobaron las lecciones. Silencio entre el tiempo, Nada más que recordar, Cuando las cosas se olvidan ya no hay marcha atrás Cuentan las líneas que pasión es sufrir Me apasionare de las letras y del bello existir


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Pensamientos inquietantes de sus versos soñadores Páginas en blanco y todo pierde sus colores

Brenda Carolina Ascencio Trejo Coatepeque, El Salvador

¿EVADIR? Evadir... Sí, Evadir. Evadiría el silencio, Sí éste no tuviera tú nombre, No lo puedo evadir, por qué tú haces que el todo se transforme. Evadiría la vida, Sí tan sólo en ella no existieras. Evadiría el dolor, Sí de el no aprendiera. Evadiría sonreír, Porque fuiste tú quién dijo que sonriera. No lo puedo evadir, Y sin importar cuanto quiera. Evadiría escribirte, Si las palabras no fueran mi vida. Más es la forma en que sano mis heridas. Evadiría las risas,


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Si envenenaran el corazón, Pero aún en trizas, Fuentes de vida son. Evadiría todo, Si eso fuera nada. Te evadiría a ti, Sí tan solo no importarás...


74 Gladys Guadalupe Corrientes, Argentina

MADRE Conmueve el cimiento primogénito Tu cuerpo doblado como un sauce Que llora en nostalgias La tristeza. Algo ha silenciado la música Y no es silencio. Los verdes y las flores Lo desmienten, Con dedos de pianista entretejes Futuros de grandeza esperanzados. Baila la vida, canta Ríe, vive… en tus nietos. Una extraña fuerza paradójica En genes de tus genes heredados Enfrenta los molinos de la muerte. Con garras generosas luchas… y vences. ¡Levanta los ojos! ¡ mírame! Quiero verte sonreír madre.


75 Gladys Guadalupe Corrientes, Argentina

EL PIANO Y YO Hay un piano en mi habitación Rectángulo, madera oscura Casi un sarcófago. Silencio y nada. Me sonrío. Sé lo que esconde Sé lo que espera. Medio siglo de audacia Lo desnuda Se inclina sobre su lecho Negro y blanco Y se mueven frenéticamente Al unísono. Todas las musas despiertan. Atrevidas, descalzas, deslizan sus túnicas Nos rodean, nos incitan Y juntos reímos cantamos, danzamos. Somos libres.


76 Elma Sueldo Córdoba, Argentina

SENTIDOS Otoño, generoso de luz derrama tibieza en el paisaje. Arrullo de palomas en los tejados… Amoroso rumor de benteveos juguetea en los fresnos. La esperanza renace en sus hojas amarillas. Hay mariposas obstinadas entre las campanillas blancas. Húmedas esencias exhala el pasto revitalizado. El sol aroma la ropa tendida. Ovillo gatuno en la maceta, felicidad plena. Algunas abejas visitan el limonero de frescos azahares. Todo el ambiente se embalsama de poleo. La vida bulle resistiendo la adversidad.


77 Elma Sueldo Córdoba, Argentina

TU ABRAZO El cielo acuchillado de relámpagos se derrumba estruendoso, mientras me acurruco en tu abrazo, nido seguro. Mis súbitos temores huyen impelidos por la cálida brisa de tu afecto. La respiración se aquieta somnolienta, los oídos confían y los ojos se cierran nuevamente. La tormenta se olvida y duermo feliz.


78 Isabel Cristina Murrieta López Sonora, México

EL PETIRROJO ENAMORADO Me atraganté por décima vez pues parecía que se habían sincronizado mi intención de tomar el café, con el aleteo ya cansado de un petirrojo, que elevaba su vuelo frente al ventanal y tocaba con su pico el cristal. Volteaba su pequeña cabeza a un lado, se elevaba y arremetía contra la limpia vidriera en vanos intentos de la desesperada criatura, cuyo rojo plumaje se confundía con el sangrante pico. Cada vez se quedaba más tiempo sobre la verde vara que lo sostenía, recuperando fuerza para embestir nuevamente aquel espejo, que reflejaba su propia y bella anatomía, convirtiéndose a sí mismo en presa de sus intentos por conquistar a la “dueña” de sus amoríos, insistiendo una y otra vez, golpeando su pico contra el cristal. Vana intención. Enamorado, se estrelló una y otra vez, sin ver al resto de las avecillas que revoloteaban a su alrededor, perdiendo el tiempo y causándose daño en ególatra intento de conquistarse a sí mismo. Así, existen hombres y mujeres que pasan la vida admirándose, adulándose sin parar, ignorando a quien seguramente les podría brindar el amor y la


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atención que buscan en el reflejo de sí mismos ante un espejo.

Isabel Cristina Murrieta López Sonora, México

EL TESORO DE DON CASIMIRO (Y DON LIBORIO) Don Casimiro era un hombre muy rico, pero siempre andaba pasando hambres. Llegaba a la hora de la comida o del café a las casas de sus vecinos para ser invitado. La gente se preguntaba por qué, si tenía tanto ganado, era tan miserable y vivía en pobreza extrema. Y se molestaban con él, pues mataba vacas y vendía hasta la piel. No daba un pedazo ni de vísceras a la gente que no tenía para comprarle. Carmen, siendo una niña le decía a su padre: te aseguro que Don Casimiro, tiene enterrado el dinero. Cállate Carmen, le decía su padre. No inventes. Así pasó el tiempo y Don Casimiro murió. Su casa se quedó abandonada. La familia no volvió a abrir las puertas y dice Carmen que los pasos de Don Casimiro se escuchaban caminando


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constantemente frente a la ventana de la cocina. Nadie quería comprar la casa. Hasta que llegó Don Liborio X, quien compró la casa y poco a poco empezó a arreglarla. Por alguna razón, quizá por miedo, nunca intentaban arreglar la cocina. Los pasos seguían oyéndose y hay quien dice que incluso vieron a Don Casimiro parado frente al fogón. Al paso de varios años, Don Liborio, que en realidad era muy pobre, empezó a arreglar la cocina tan despacio como habían arreglado el resto de la casa. Poco a Poco, sin embargo, en forma repentina, la casa fue arreglada muy hermosa, como solo un rico podría hacerlo. La gente se preguntaba de donde había salido el dinero para hacerlo. Nadie supo nada hasta que Don Liborio le habló al papá de Carmen y le dijo: amigo, como tú eres de confianza y no andas de mitotero te voy a contar un secreto: me encontré el entierro de Don Casimiro. ¿En dónde?, preguntó el papá de Carmen. Estaba enterrado bajo la tierra del horno, en la hornilla de la cocina. Carmen sonrió cuando su padre le dijo: tenías razón. Don Casimiro sí tenía un entierro


81 Basilio Eduardo Romero Quinteros Córdoba, Argentina reside en Santa Fe

ESTRELLA Deja, Amigo, deja que en la noche me hunda en su negra sombra con una sola Estrella: Aquella. Tan lejana. Tan luminosa. Tan diáfana. Y tan hermosa: Aquella. Deja que sienta la inmensidad de la vida. Y vuelve la vista a la especie humana. Y mira sus odios. Su guerra. Sus falsedades. Su envidia. Sus crímenes. Su ceguera. Todas sus luchas, para nada. Aquella, Amigo mío, esa Estrella, es la Esperanza.


82 Basilio Eduardo Romero Quinteros Córdoba, Argentina reside en Santa Fe

AMAR ES NO TENER Amar es no tener que pedir perdón. Amas y nada más. Amar siempre es tirarte al vacío, te puedes sentir correspondido o sentir el vacío de la caída sin fin. Pero debes amar para sentirte vivo.


83 Miriam Barbera Mendoza, Argentina

LAURA Laura suplicaba a sus padres que le permitieran quedarse ese día en casa. No quería ir a la escuela; no daba explicaciones; sólo no quería ir. Sus ruegos no fueron escuchados. La obligaron a subir al auto. Le dolía la panza; el corazón por no ser escuchada. Debía haberle contado a su mamá lo que ocurría cada vez que recorría los pasillos de entrada y en los recreos con sus compañeros. Entró al colegio bajando la mirada, tratando de hacerse invisible, el corazón se le había detenido y contenía la respiración intentando pasar desapercibida, caminaba en cámara lenta, con pasos dubitativos. Rogaba que sus victimarios, no hubiesen venido este día y así ella podría respirar tranquila y aflojar su cuerpo. Desde que comenzara las clases en esa nueva escuela, estaba siendo mortificada por un grupo de compañeros que la mortificaban por su cuerpo. Giró su cabellera hacia adelante, mirando hacia atrás y los vio. Venían juntos ya riéndose, señalándola, pasaron a su lado diciéndole groserías en voz baja para no ser escuchados por el portero que los recibía. Sintió un aire huracanado soplando a su lado. Un abismo se abrió a su paso. Quería que la tierra la tragara. La boca reseca le impedía acumular saliva. Quería avanzar y sus piernas no le respondían. Necesitaba huir de sus verdugos. El


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sudor que corría por su cara la quemaba. Sus ojos inyectados de sangre dieron rienda suelta al dolor… Llegó al aula conmocionada, no pudo disimularlo más. Se detuvo al frente de la clase mirando a sus compañeros; si no hacía frente a esta situación hoy; sabía que no podría volver. Laura secó sus lágrimas; mirando a su maestra; en ese momento supo que si ella no aprendía a aceptar y querer su cuerpo, las burlas continuarían. Debía dejar que la vergüenza y la culpa se alejaran de ella definitivamente. Solo así sería aceptada y respetada por sus pares. Cuando los alumnos la escucharon hablar de su cuerpo con tanto valor, cada uno sintió en su interior la cobardía de sus actos. Nunca más volvieron a burlarse de Laura.


85 Miriam Barbera Mendoza, Argentina

PORTADOR DE SUEÑOS En la anchura del celeste mar se mece; cual barco frágil de papel, Un pequeño gigante portador de sueños; danza su vela al viento. Y en cada movimiento una ilusión serpentea. El cielo azul teñido de rojizo recibe cada suspiro cada clamor. Las lágrimas de los viajeros se hacen a la mar, atravesadas de añoranza por la tierra abandonada. En busca de un futuro van, de un mundo mejor de un universo sin dolor. Dejando atrás guerras, familia, amores. Van rumbo a lo desconocido con equipaje de fantasías; se encuentran en alta mar.


86 Elsa D. Solórzano Chiapas, México

LAVANDA Las compré el mismo día y las sembré en el jardín, dejando entre ambas medio metro de distancia. Eran una planta de lavanda y otra de romero. Me esmeré en cuidarlas. Comenzaron a crecer hermosas, pero de repente noté que una de ellas florecía y se extendía invadiendo el espacio de la otra. La podé un poco y aproveché el aroma de sus hojas y flores, secándolas para preparar popurrí y llenar saquitos aromáticos. Una mañana descubrí con horror que la planta de lavanda, la que más había crecido, fue arrancada desde su raíz y estaba tirada en medio del jardín. De inmediato procedí a escarbar y volver a sembrarla. Pero al día siguiente ocurrió lo mismo, y así a diario durante una semana. Llamé al jardinero, buscó por todos lados, pero no encontró algún animalejo que hiciera semejante travesura. Estaba intrigada ¿qué estaría pasando? Una noche lo descubrí. Un pequeño duendecillo con un gorrito verde fluorescente, era quien dañaba mi mata de lavanda. Lo atrapé con una red de cazar mariposas que tenía a mano. Gritó desesperado, mientras yo lo miraba furiosa esperando una explicación a su fechoría. Le pregunté y me contestó que la lavanda le molestaba, que el romero era su hogar y por eso no quería otra planta aromática cerca.


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Le dije que no lo soltaría a menos que prometiera dejar de arrancar mi planta. Me juró que lo haría, pero que la pusiera lejos del romero. Entonces lo solté y huyó velozmente, desapareciendo de mi vista. Al día siguiente, sembré la lavanda en el extremo más apartado del jardín y coloqué debajo de ella un gnomo de cerámica que compré en el mercado, como precaución por si el duendecillo faltaba a su promesa.

Elsa D. Solórzano Chiapas, México

ROMERO Mi abuela siempre decía: una buena mujer yerbabuena y romero en casa ha de tener. Eran sus plantas favoritas, por todos los usos culinarios y medicinales que les daba. A mí no me gustaba mucho el olor del romero, pero ella decía que era una planta santa, porque la virgen María tendía los pañales del niño Jesús en sus ramas y cuando colocó sobre ella su manto, brotaron unas flores azules. Desde entonces me puse observar la planta, para ver si florecía, pero por más que pasaban los


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meses, únicamente encontraba sus hojitas verdes, puntiagudas como espinas. Al ver mi interés, la abuela, que vivía con nosotros, me sugirió que pusiera una rama debajo de la almohada, que el romero ayudaba a dormir bien y no tener pesadillas. De pronto ocurrió algo muy extraño: mi memoria se volvió impresionante. Era capaz de repetir cualquier cosa que escuchara o leyera. Recitaba las lecciones sin error y sabía los nombres y apellidos completos de todos mis compañeros de clase. Mi maestra me entregó un libro de poesías para que las aprendiera y me convertí entonces en la declamadora oficial de la escuela. Una tarde mientras volvía a casa después del colegio, un hombre me jaló del brazo tratando de llevarme con él. Comencé a gritar y a resistirme, quiso taparme la boca, pero en ese momento salieron algunos vecinos y me rescataron. Me llevaron con mi familia; yo no paraba de llorar. La abuela fue por unas ramas de albahaca y romero y me curó de espanto. El olor del romero comenzó a relajarme y me quedé dormida. Al día siguiente, mi madre me sacó al jardín para que me diera un poco el sol, pues aún tenía la palidez del susto. Entonces miré con asombro que el romero estaba cubierto de pequeñas florecillas azules. La abuela sonrió y me dijo: ha florecido porque ocurrió un milagro.


89 Carlos Alberto Boaglio Córdoba, Argentina

MOJADO Los pájaros cantan con mi voz con la esperanza de que tú me oigas. Aquí la lluvia es puntiaguda y moja mucho. Un tren se estira sobre unos rieles que también cantan. No hay pasaje de ida. No hay pasaje de vuelta. Las alas húmedas pesan, como pesa la pena. Tus ojos ciegos no quieren verme, sin embargo te busco en un andén sin techo. Estoy mojado por dentro y por fuera y no encuentro el paraguas de tus manos que han volado lejos. La tarde, plumosa y loca, ha borrado el horizonte de tus labios que han mutado en mueca. No ha dejado de llover ni en los nidos, ni en el campo, ni siquiera en el humo de ese tren que parte. Empapado de silencios recito versos en los charcos.


90 Carlos Alberto Boaglio Córdoba, Argentina

UNA MUJER DUERME ESTIRADA Una mujer duerme estirada en la playa arenosa de mi cama. Ella no percibe la ondulación del mar de las sábanas que se confunden con la marea baja. La luna es un faro que regala reflejos azulados a la tez de sus piernas y de sus manos. Hay paz en ella. Quizás su sueño sea de muelles, de puertos, de bahías, de un barco que se mece, de un sol que es una brasa, de una piel que traspira, de un gemido profundo que llega en la distancia. Una mujer duerme relajada en la playa arenosa de mi cama. Hay besos como peces moribundos entre sus labios saciados. Y hay restos de algunos caracoles que han quedado debajo de la almohada. Su pelo está enredado de algas de suspiros,


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y las valvas de sus ojos encierran las perlas de todas las miradas. Mientras guardo en la palma de mi mano todo el paisaje de su cuerpo, yo, la miro. En la arena blanca de mi cama, ella duerme tranquila, enamorada.


92 Ricardo Ponce Castillo Coquimbo, Chile

LA CARICIA Soy cruel, lo se, cuando voy a actuar me clono en un rayo, y al tocarte todos los sensores de tu cuerpo se estremecen a tal grado que la temperatura sube al cénit del placer, los ojos resplandecen sólo a un contacto. Me tienen miedo, soy la puerta de entrada al mundo que los humanos sueñan desde que su cuerpo comienza a caminar por los senderos primigenios del amor. Mi existencia nació cuando los delirios


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enceguecidos me indicaron llenos de pasión cual iba a ser mi trabajo.

Ricardo Ponce Castillo Coquimbo, Chile

TU MIRADA Al principio no soy importante, cumplo la simple misión de guiarlos por los caminos de la vida, pero luego, cuando nuestras miradas se cruzan, erupcionan los volcanes, rugen las olas del mar, el viento frío estremece tu cuerpo y te lleva a nacer en el mágico mundo del amor.


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Sí, también soy cruel, la maraña de los sentimientos fluye como cascada, forman al unísono el jardín que nos regala el aroma de las flores para luego cobijarnos en un mundo aún desconocido, pero que se torna dulzura, encanto, un pasaje al valle del amor.


95 Antonella Gatti Córdoba, Argentina

El día está parcialmente nublado, los rayos del sol se instalan en los pliegues que se me hacen cuando me río fuerte. Me gusta cuando una nube tapa la estrella gigante a la que le gusta ponerme la piel roja y morena. Me gusta porque puedo ser en paz, y no tengo que arrugar el entrecejo. Parcialmente nublado está bien, porque no tengo que huir a la sombra, y no tengo frío cuando sopla el viento. Parcialmente nublado, parcialmente soleado, como todos los momentos que viví desde chiquita, ni muy felices, ni muy tristes.


96 Antonella Gatti Córdoba, Argentina

Lágrimas de cristal besando mejillas rosadas, recorriendo la piel caliente que se siente fría ahora, que está helada de noche, en un universo en el que no estás. ¿Por qué el invierno me cuenta sobre todos los recuerdos que pudimos haber tenido? Lágrimas de cristal que caen como copos de azúcar sobre la espuma del café, y el vidrio empañado del colectivo, que solloza sobre pérdidas y sentimientos mojados tirados en la almohada. ¿Por qué sobrevivir no es estimulante si vos no estás ahí, riendo con todos los sonidos de las estrellas? Nieve azul descansando sobre la ventana de mi habitación con la tristeza de los domingos por la tarde, que cuentan en voz baja cuántas noches me quedan antes de darme por vencida.


97 Miguel Torres Pereira Arjona-Bolívar, Colombia

EN MEDIO DE LA TARDE Un largo, un oscuro salón tal vez la infancia Aurelio Arturo

En el celaje del relámpago hallé el camino de la infancia un corredor apacible un patio súbito de encantos el escondite secreto de esos días cantados en la algarabía de la tarde Infancia ungida con hierbas y asombros en el filo de la luz con una ronda de pocas voces Sólo éramos tres anudando miedos en el reclamo del trueno en la desolación de los espejos en los baúles y su abandono Sólo éramos tres en medio de la tarde en el corazón de la noche Esta ceniza que declina El tiempo vorágine de anuncios nos devora desde adentro revela en su primer resplandor la negación que seremos el celaje infinito


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de un recuerdo sin formas memoria nómada que aviva el fuego

Miguel Torres Pereira Arjona-Bolívar, Colombia

MEMORIA DEL VUELO Con los últimos pájaros viaja la tarde buscamos en el ocaso vestigio de otras alas rutas desconocidas del viento Una roca nos muestra la caverna los dioses nos regalaron el fuego la memoria del vuelo Hoy buscamos entre huellas indecisas un manojo de plumas su renuncia que nos duele el eco triste del canto que perdimos.


99 Anahí Duzevich Bezoz Santa Fe, Argentina

INTERMEDIO “ Oh, pureza que nunca ni un recado me dejaste, al partir el triste barro…” César Vallejos

Intimidada en esquinas de universos donde nada me pertenece, y “ todo… es nada,” sigo asida al lado oscuro de los vientos, al extremo del agua, al tiempo en que la flor se marchita para arrojar su semilla. Sobre las fisuras de este intermedio busco el reino de los milagros, capaz de edificar su luz sobre las deshechas horas en tinieblas. En esta estadío voraz, borbotean los siglos entre mis dedos. Y hay lágrimas recién paridas para reposar… en las huidas predestinadas.


100 Anahí Duzevich Bezoz Santa Fe, Argentina

SUMERGIDA EN EL PULSO DEL TIEMPO “... hemos puesto algo de nosotros en todas partes”… Marcel Proust.

Sumergida en el pulso del tiempo me visto con todos sus paisajes me someto a relojes que me hacen migajas. Me habito y voy palpando mi sombra hasta encontrar mis huesos sobre las playas previas de mi último nacimiento.


101 Avelino(seud.) Mendoza, Argentina reside en Buenos Aires

EL ESCRIBIÓ Quiso escribir, pero escribir no en letra fría, muerta sino, exactamente como hablaba y quiso hablar, no sólo por hablar sino para decir profundamente lo que pensaba. Y se dispuso a pensar pero pensar estrictamente lo que sentía. Entonces se miró el ombligo descubrió su centro, su máxima importancia. Y dicen que desde entonces desde aquel suceso extraordinario escribe, escribe, escribe todos los santos días…

Avelino(seud.) Mendoza, Argentina reside en Buenos Aires

CUANDO TE VAS


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Cuando te vas y en la vereda entre otros transeúntes que también me importan, pero menos. Tu vestidura clara es un fantasma, una forma difusa que se mece y tu cabello marrón mancha inestable, ondeando bandera de tu ausencia. Yo soy entonces el amante triste al que un vacío tenebroso le lleva todo lo que quiere. Cuando te vas me quedo frío y mi cara es tan tonta como un trapo cuando te vas se me hace un hueco entre los brazos, un vacío que no llena tan siquiera el recuerdo más bonito. Entonces quisiera crecer, crecer desesperadamente, transformarme en cohete, romper con las paredes, las distancias, correr con largas piernas a buscar un refugio en tu mirada. Escabullirme a la palabra soledad, escapar de esta intemperie fría a encerrarme nuevamente entre las tibias paredes de tus besos.


103 María Angelina Bustos Bargas Córdoba, Argentina

ÁRBOL Árbol, porción de vida follaje del mundo sueño del ave encarcelada. Árbol, grito de savia herida de machete. Raíz ancestral . Tristeza de madera acurrucada cuando el temblor del hachero sacude tu entraña. Destierro de nido. Un dolor de pájaro te encadena. Sombra del caminante. Cuna del mosto que se gesta fragrante. Tonel, sol y viñedo. Porción de patria. Una lagrima de arcilla reposa entre los sunchos que circundan tu destino.


104 María Angelina Bustos Bargas Córdoba, Argentina

HEREDAD Hay memoria anidada en los frutos silvestres. En el perfume de los tilos. La historia reposa el sueño ancestral en un peldaño de escarcha. Deja su impronta en el crepúsculo Viste piel de lucha cotidiana y vuelve a nuestros días derribando muros con ansias de dignidad. Mujer, manantial de vida. Hembra en tu vientre fecundo una melodía angelical amarra una lucha mansa. Pinta esencia de luna en tus pupilas gastadas. Mientras tu regazo inventa nanas para acunar el mundo.


105 Julio Pizzio Capital Federal, Argentina Reside en Buenos Aires

STAND BY Entre tú y yo hay algo pendiente… No es espacio o tiempo la disyuntiva existente… Son los dos, ¡los dos! Y también somos los dos que no podemos por ahora atravesar por ese puente. Emmanuel Gerardo Robl'es de Verda. Dice que lo escribió Emmanuel pero... yo no sé si creerle. ((Un intruso)).


106 Julio Pizzio Capital Federal, Argentina Reside en Buenos Aires

cuando se acaban las palabras Si no hay más que decir ¿qué hago ahora? que van de vacaciones las palabras, cada quien, con su simple abracadabra busca un rato, un año o una hora. Si no es ésta, será tal vez alguna esa hora, aún, desconocida que nos ponga, enfrente, lo que pida el devenir de soles y de lunas. <><><> Aspiraba este verso vagabundo a decir, un apenas, lo que siente mas lucha sin futuro este presente que en pasado se torna en un segundo. Como cada segundo positivo se agrega a su minuto transformado palabra tras palabra voy forjando el último final, definitivo…


107 Higorca Gómez Carrasco Barcelona, España

RECUERDOS Tenía entre mis manos una figurita, me la habían regalado un grupo de amigas, la mire con ternura recordando los momentos que habíamos pasado juntas. De pronto note una sensación extraña ¿qué me estaba pasando? Por el rabillo del ojo me pareció… ¡no puede ser!, fui hasta el espejo y… vi unas alas finas, muy suaves, de mil colores saliendo de mi espalda. Con una agilidad tremenda me encontré sobre la enorme higuera del jardín, asomándome por una rama pude ver como los peces del estanque sacaban las cabezas mirando perplejos. Seguí volando, era divertido, de pronto me encontré entre nubes blancas, parecían de algodón, era una extraña sensación, cerré los ojos y metí mi dedo para comprobar si eran de verdad - ¡ay, ay! ¿de dónde sale esa voz? Pensé. ¿No me ves?, repitió, ¡estoy aquí! Entonces pude ver una cabecita de pelo rubio y ensortijado, con una sonriente cara sonrosada. ¿Quién eres?, pregunte ¡soy un ángel! Me has clavado el dedo y por eso he gritado, busco a las personas buenas, pero… ¿qué haces tú aquí, como has venido? ¿No me ves?, soy un hada, mira mis alas de colores, quiero ver mundo y por eso he subido.


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Me despedí con un gesto de la mano, seguí volando, subía y bajaba, conociendo lugares insospechados, me parecieron muy hermosos. Encontré en mi alocado vuelo un grupo de mariposas, llenaban el cielo con mil colores, jugaban conmigo, ¡era maravilloso encontrarme en aquel universo! Baje y me quede en una magnifica alfombra verde, acostada miraba aquellas nubes que seguramente escondían más de una cara en busca de la bondad humana. El fresco de la hierba me despertó, sentí algo en mi mano, miré y pude ver aquella figurita, aquel hada que un día unas amigas me regalaron y que todavía hoy conservo.

Higorca Gómez Carrasco Barcelona, España

AYER Cuando las canas asoman, cuando empiezan a brillar sobre mi cabeza, miro a través de la ventana, llueve, miro a mi lado y te encuentro, tu mano y la mía entrelazadas, igual que siempre, a pesar de los años.


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Te siento cerca, muy cerca, no importa el paso del tiempo, seguimos juntos amĂĄndonos, como si fuese el primer dĂ­a, me quieres y te quiero, nuestras miradas se cruzan no hace falta hablar, ellas, las miradas lo dicen todo.


110 María del Carmen Fernández La Rioja, Argentina

HASTA QUE SUCEDA Soy la que comparte amaneceres en la tibia almohada de los años la que carga en la nave de la vida la sangre y la sonrisa de los hijos Sé de vendavales, de soplos y relámpagos a veces soy la hiena, otras la leona pero bien prendida a las amarras conozco los secretos del tiempo cuando se oculta la luna En las urgencias aprieto sus manos a las mías hasta que la marea pase No claudico, sostengo el timón hasta que suceda lo que sucede el tiempo


111 María del Carmen Fernández La Rioja, Argentina

ELLA Muchas lluvias mojaron sus ojos en las siluetas de la noche Varias puertas se cerraron en su lucha y palabras tajantes estrujaron la angustia de su alma Inventó respuestas en el acoso de la pobreza que la topó con mentiras y promesas Cargó la cruz de la violencia inaugurando atardeceres de silencio Uniendo las sílabas de la vida callada exhausta enhiesta segura enfrenta al tiempo rompiendo la trama del fantasma de las voces de la turba y hace nacer una esperanza cada día


112 Natalia Sol Peralta Buenos Aires, Argentina reside en San Juan

ESTÍO Y la poesía no era más que eso; el color de mis piernas empastadas en el azul cielo, mis ojos distorsionando todo lo verde, enredando simbolismos, mi sangre sintiéndose savia, mis miembros tallos y el alma toda árbol proliferándose adentro.


113 Natalia Sol Peralta Buenos Aires, Argentina reside en San Juan

NUEVO OTOÑO Un nuevo otoño está aquí. Mientras todo parece morir en la naturaleza algo en mí vuelve a la vida. Es que me siento tan libre cuando todo cae y me empuja a soltar los dolores y los miedos resecos. El otoño es la esperanza de todo lo que ha de renovarse. Mientras tanto me dejo caer con la brisa en silencio.


114 Jorge Osvaldo Pacheco Yáñez Ciudad de México, México reside en Temixco

CAVILANDO Si indolente es la elocuencia, alabado sea el silencio. La ignorancia labra al necio, su torpeza lo sentencia. Un trayecto sin estudios es parcela de repudios; entre surcos con asedios y los tedios cual remedios. Es la opción y es el dilema recurrente en cada tema; ante el triste desencanto de apreciar que falta tanto. No existe ninguna fuerza que cultura no destuerza, con sensata dirección, cuando llueve ilustración. Lo asignado es muy diverso, así terso el universo. El destino se nos clava como el agua que socava. La incultura no es pecado, pecador infortunado,


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es aquel que aun ignorante tiene porte de arrogante.

Jorge Osvaldo Pacheco Yáñez Ciudad de México, México reside en Temixco

INALTERABLE El pasado se proyecta y nos advierte, que lo hecho, finaliza con la muerte; puntualiza lo decente e indecente y origina y establece el precedente. Lo que ha sido define tu presente, aunque se haya olvidado fácilmente. Desenvuelve, fracciona y endereza; modifica y sacude con sorpresa. Lo ocurrido girara en cada suceso, formará buena parte del proceso, de lo actual y del hecho venidero; como parte elemental de tu sendero. es inútil que intentaras deshacerte, de la parte que pudiera hasta dolerte. Va sellado como todo lo vivido, sea muy malo, regular o muy querido.


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se prudente como vives actualmente, lo que pase ya maĂąana es permanente y otra vez quedarĂĄ como un doblez: tu decides, si al derecho o al revĂŠs.


117 Amanda Giorgi Córdoba, Argentina

SAL ENTRE LA SAL Nunca se había comido las uñas. Al ver la décima mutilada comprobó la explosión de todo el dolor vivido. Escupió asqueada, tenía olor a sangre. Caminó resuelta. Las olas ya consolaban su piel. Cuando su boca besó al mar, quiso entregarse a él. Junto a la segunda bocanada, el ahogo se le atragantó reviviendo los golpes y ultrajes machistas. Detrás de oscuros oleajes, el amor ya era un navío sin regreso. Miró el cielo. Una luna roja, increíblemente roja, borboteaba como aquella imagen sangrante donde un vendaval de miedos era centella con pulsaciones de espanto. Creyó ver en esa esfera escarlata, el hueco de su ira y el filo del acero que giraba por un hartazgo de humillaciones. Sus manos, maremotos incontrolables, lo habían derrotado por ventaja en la sorpresa. Lágrimas fueron sal entre la sal del mar. Al regresar a la playa, la mujer no pudo descifrar si ella era cobarde o valiente. Tal vez después del encierro lo sabría…


118 Amanda Giorgi Córdoba, Argentina

LA MANDOLINA Y EL TIO LUIS Con sueños atrapados en sus claves, las partituras acicateaban la lustrosa mandolina esperando lucirse en imaginativos paisajes americanos. Por la cubierta del navío, Luis memorizaba notas musicales aprendidas militarmente. (Fue parte de la banda italiana). Mandolina “Capecci” y tío Luis, un redondel de adversidades. Desenlace fallido en alas de cansancios. Manos ajadas por el arado desordenaron cuerdas y memoria… Herrumbradas por el elástico de la cama encontraron aquellas partituras. Y la mandolina, en manos de un niño que sacaba las curvadas maderitas de palisandro, para ver si la música aun estaba viva.


119 Alejandra Zenklusen Santa Fe, Argentina reside en Córdoba

PAJARITOS EN LA CABEZA Pajaritos salen de tu cabeza algunos se posan en la mía, allí se enlazan y enderezan. Pajaritos salen en bandadas son de variados colores, y vienen a posarse distraídos sobre mis hombros caídos. Pajaritos salen de tu corazón algunos amarillos y naranjas, otros amarronados y grisáceos. Ellos salen a volar y se posan allí donde el dolor llama y allí donde el amor clama.


120 Alejandra Zenklusen Santa Fe, Argentina reside en CĂłrdoba

TREN DE VIDA El tren de vida es un granito y me hace mĂĄs que feliz. El tren de vida sigue corriendo entre largos y antiguos rieles de esperanzas compartidas, pasajeros que quieren vivir entre charlas y el murmullo. Todos vamos al mismo lugar y sin siquiera saberlo. El tren de vida te impulsa a que sigas compartiendo tupidos y extensos campos de amorosas miradas, abrazos, comprensiones y emociones mientras recorre tĂş vida.


121 Mirta Noemi Vignapiano Buenos Aires, Argentina

HUMO La lluvia apagó la llama Que en un momento quiso quemar Los misterios de un corazón Buscando en la huella De una brasa humeante. Es el fuego como un juego Como una mancha de carmín Como un beso huyendo sorprendido No queriendo dejarse capturar. Es un instante de súbita locura Como de vergüenza echarse a llorar Igual la niña que en segundos aprende A pintar sus labios con sabor a fruta. Es emoción, tu y yo lo sabemos Es con el alma cuando navegamos En ese mar que nos da su paraíso. Son nuestros espíritus, se encuentran Vuelan libres al viento, Despejan la niebla


122 Mirta Noemi Vignapiano Buenos Aires, Argentina

NO SABER De la tarde sale hacía la noche Algo que uno intenta comprender De la sombra baila la ronda Como duende oculto en un corazón solo. De la tierra donde uno ama y palpita Nuestro ser siente ese olor a vida continua Del espíritu que es libre corriendo al verde Del sentimiento en flor, como capullo, Aguardando a la abeja amiga. De la lluvia, como bendición de Dios De los sueños que todos tenemos De las alegrías, más cuanto pasan los días Del sol calentando si tenemos frío. De un dolor pasajero, que saca boleto En el primer viaje hacía lo inesperado Del estremecimiento feliz de estar vivo De acariciar lo más amado, De abrir las manos guardando recuerdos Escondiendo la llave. Cada palabra que se escribe Encierra un misterio y una verdad Cada día, cada hora, cada minuto, Cada luna, cada estrella, igual nosotros.


123 Susana Tulián Córdoba, Argentina reside en Santa Cruz

AMOR ETERNO Destejo el tiempo para revivir la sinfonía de una perla en otoño, preludio de un tiempo no esperado. Busco rostros entre astros y fotos viejas para vestirme de presencias en este presente de nostalgia Abrazo cada verso escrito para declamarlo como el más bello soneto de la vida Me embriago de su dulzura en el ocaso de mi vida sin juzgar su justicia. vuelo sin negar la tristeza de los grises sabiendo que detrás puedo encontrar el arco iris. Destejo un tiempo para cobijarme en su lado derecho y soñar con un amor eterno.


124 Susana Tulián Córdoba, Argentina reside en Santa Cruz

INSTANTES Pedacitos de instantes que guarda el pan untado en mate cocido y risas Jugué entre el polvo que atropellaba los árboles Fue tiempo del patio ¡Irremplazable! La ronda lo esperaba con canciones de niñas que sucedían como guirnaldas y cada tanto una pelota de trapo escapaba de la gambeta Pedacitos de instantes que guarda la tierra perfumada de pago Siempre simulo olvido así el blanco evoca y mi alma goza.


125 Hugo Orlando Ramírez Santiago del Estero, Argentina

NOCHE Es noche amor. Te nombré en el aroma de las flores. En el color de la bruma de esta ciudad que esconde las preguntas. Te llamé tan despacito para que no lo oyera el viento leve ahí afuera. Te soñé despierto conociéndote recién en esa calle donde dudé si ya te conocía. Sabiendo que antes de conocerte ya tenía tu nombre la ternura.


126 Hugo Orlando Ramírez Santiago del Estero, Argentina

PALABRAS QUE DIGO A flor de piel las palabras sólo saben ser noche, silencio desmedido, apasionada sombra, pensamiento. Por no saber cambiar un mundo injusto, mi voz viene de adentro en un rezo de palabras. Y ya no sé quien soy ni de quien son esas palabras insurrectas. Vienen de corazones que alguna vez tuvieron mucho que decir. Yo dejo salir esas palabras que sólo fueron noche, silencio desmedido, pensamiento. Pidiendo que algo cambie.


127 Luciana Elsa Bonzo Suárez Buenos Aires, Argentina

LUCES DE LA NOCHE Carolina había recibido un ultimátum. Durante meses charlaba cada noche con Marcelo, el hombre que conoció por Badoo, pero ella siempre le daba excusas para juntarse a tomar un café. Una noche de charcos coloreados con rojos y amarillos, con pasos cortos y vacilantes, llegó al bar acordado. Empujó la puerta y con ella entró el viento helado del sur. Se arremolinaron los vagos recuerdos en su mente: dos tazas de café humeantes, un llamado, una mala noticia. —¡Carolina, estás igual! —la saludó la camarera. —¿Te parece? —respondió con una sonrisa nostálgica. Marcelo observó la escena y comprendió porqué lo había citado allí: la conocían. No sabía los motivos de la desconfianza pero tampoco le interesaban. Evidentemente no era una presa fácil. Pagó su cuenta a la cajera y se fue silbando bajito. Carolina nunca más supo de él.


128 Luciana Elsa Bonzo Suárez Buenos Aires, Argentina

EL PAÍS DEL NO ME ACUERDO Hace kilómetros que no cruzás un camión, un auto. Los afiches a la vera de la ruta te miran desafiantes. Los soles de la noche te encandilan y sentís en tus sienes los últimos aplausos de un corazón destrozado. Una mano en el volante y la otra en la botella de whisky. No vas a llegar muy lejos. No te importa. Solo buscás la frontera con el alba, el país del olvido donde nadie sepa tu nombre, ni siquiera vos. Un golpe te saca del camino después de la curva que no viste. Una bolsa de aire amortigua los latigazos de tu cuerpo. Se acercan unas sirenas. Unos días después abrís los ojos enceguecidos por una luz blanca, brillante. —No se alarme, señor. Está en un hospital. Ha sufrido un terrible accidente y estuvo en coma — te explica una enfermera— ¿Cómo se llama? —te pregunta. —No sé.


129 Cintia Fabiana del Valle Díaz Jujuy, Argentina

LUNA Dama oronda de palidez prestada, dueña de las noches, en espera enamorada. Ocultando realeza, seducción y encanto tus pasos diriges al próximo acto. Mecida en sueños con canciones que arrebolan tus mejillas suaves de chiquilla encantadora. Te envuelves sutil en trozos de seda y mitad sugerente a todos nos muestras. Antes de entrar a la próxima escena, tu visión se torna de extrema belleza. Nívea presides la noche a las doce, provocando al lobo, celoso consorte. ¡Selene! Te invocan los hombres insomnes, con febriles poemas tú les respondes. Desvelada noctámbula y grácil diosa, tu traje desgastas hora tras hora. Y vuelve al comienzo tu eterna obra descansas serena, oculta en las sombras.


130 Cintia Fabiana del Valle Díaz Jujuy, Argentina

GRITO DE MUJER Grito de mujer que por impulso se levanta y se yergue ferviente y anhelante ¿Cómo lograr la paz en adelante, si no parte de una fémina garganta? Paz interior, de ella partimos, será sede, paz libre de cadenas y guadañas, que nada la retenga ni cercene, es un deseo que palpita en las entrañas. Paz que por dulce no sea menos fuerte, paz alegre que no lleve menos compromiso, paz que inunde y no tenga que pedir permiso, paz que circule, se contagie y sea simiente. Nuestras armas… las que nos dieron los poetas, como ruiseñores la paz entonaremos, comprensivas y persuasivas, siempre alertas, por la virtud y las lágrimas venceremos. Será una lucha minuciosa, constante, desde cada lugar humilde o encumbrado, dando ejemplo del trabajo realizado, firmes en nuestra convicción dignificante. No habrá acantilado, ni habrá muralla que ponga coto, pues, ya estamos duchas,


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unidas en ĂŠsta, nuestra noble lucha, marcharemos en el frente a la batalla. Y por segunda vez redimidas del pasado, dejaremos esta posta y serĂĄ herencia: recordadas por lograr paz en las conciencias y no por transmisoras de original pecado.


132 Teresita Pirra Córdoba, Argentina

INCA Inflexible tendón prominentes músculos viento cincelador de hombros incas Después la tierra, vientre profundo, fagocitó los huesos. Pero en algún jadeo se le escapó tan ancestral gemido que anda rondando desde entonces de andenería en andenería de siglo en siglo.

Teresita Pirra Córdoba, Argentina

DEVORADA DE HOMBROS 3 Devoraría la sal de tu hombro desnudo


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viril moreno con mi boca reseca sedienta ansiosa de ser devorada. 4 Tengo hambre de hombros no de hombres Tengo hambre de hombros que ahuequen sus clavĂ­culas para que mi cabeza se tome un descanso y mire de soslayo la oreja que desea escucharla. 5 Mil hombros millares de hombros coloridos descoloridos enhiestos encorvados son devorados por el reloj. Mil hombros millares de hombros marchan (sin escuchar) al ritmo de Pink Floyd y caen indefectiblemente en la picadora de carne.


134 Claudia Alejandra Auriol Santa Fe, Argentina

FIN DEL JUEGO Vive la ciudad acorralada. Complejas estructuras. Impenetrables barrios convergen obscenos. Los de nariz aguileña huelen la oportunidad Los demás polvo blanco que paraliza el cerebro. Ambas se necesitan las primeras para empoderarse las segundas para ser aceptadas. Ascender a ser elite tiene su alto precio. Alguien pone el juego en acción Tácticas. Estrategias. Ya casi en la cúspide negras sobre negras sin grises ni matices. Estrategias. En el medio una grieta que alguien sella sin compasión. Fin del juego.


135 Claudia Alejandra Auriol Santa Fe, Argentina

CUANDO CALLAN LOS VIENTOS El mundo giró en reversa como un huracán de pasiones muertas. Fuimos cayendo en la pena y en el lento palpitar de un deseo musitamos un último rezo. Después, vino la nada, devorando la quimeras. Sin escrúpulos. Raudamente. Y nosotros y los otros acallamos con el viento lo que no quisimos decir cuando aún estábamos a tiempo.


136 Olga Liliana Reinoso Capital Federal, Argentina reside en La Pampa

CARTA DE SATISFACCIÓN Lucila (hasta el infierno): No sé si siento pena o alivio. O ambas cosas. Con vos siempre fue la ambigüedad. Admiración y odio. O impotencia. O deseo incumplido. Nos parecíamos mucho. Nos gustaban las mismas cosas. Y los mismos hombres. O casi. A Omar lo despreciaste cuando yo moría de amor por él. Pero le presenté a la mujer de su vida y así logré que dejara de pensar en vos. Las dos éramos poetas talentosas, gráciles decidoras de la palabra. Dilapidábamos simpatía, juventud y belleza. Pero los hombres te elegían a vos. Y vos te dabas el lujo de rechazarlos para esclavizarlos a tu destino. No sé qué hechizo usabas, qué pócima les daba tu sonrisa, qué indigno sortilegio emanabas para envenenarlos de deseo. Y hasta sedujiste a tu compañera de facultad, te acostaste con ella para luego desecharla. Comencé a tramar tu muerte mucho antes de que la crispación se me notara. Pero inevitablemente me enamoraba de tus víctimas y eso me debilitaba. Con el obsecuente de Luis decidí oponer resistencia hasta el final; y cuando tu desamor lo aniquiló me ofrecí como brebaje de consuelo.


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Fue un holocausto. Cada vez que me hacía el amor tenía que asumir la metamorfosis y transformarme en vos para sentir que alguna caricia o algún beso pordiosero alcanzaran mi cuerpo mutilado. Ayer, cuando trajo la noticia de tu muerte, supe que otra vez habías ganado. Porque si fue difícil competir con Lucila viva, esta Lucila muerta se vuelve invencible. Entonces tomé la decisión y descerrajé el 38 en su corazón para rematarte. Enseguida me entregué a la policía. No es mi estilo andar huyendo. Pero la liberación que significa que ningún otro hombre se vaya a enamorar de vos, bien vale todos los años de prisión con que me condenen. Julia (desde la vida)

Olga Liliana Reinoso Capital Federal, Argentina reside en La Pampa

NIÑA DESOLADA ¿Quién era la indefensa que inventaba galaxias? En la inmensa llanura la arropaban los atardeceres.


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Presa ya de la asfixia del desamor o del amor equivocado (dos crímenes iguales) voces inciertas la incitaban a huir. ¿Quién era? ¿qué soñaba entre la multitud del miedo? Tan pequeña tan grande tan ingenua. Jugaba en los jardines hacía magia festejaba los libros. Se fue en un tren fantasma con todas las preguntas. Vive en una mujer. Sin respuestas.


139 Liliana Zeppilli Córdoba, Argentina

SIGUE TU CAMINO No debo atarte a mi vuelo de pájaro sin aire, a mis grandes distancias entre el latir de mis sueños, a innumerables ambiciones de excelsas palabras, a mis extensos territorios de frases abiertas, a mis oscuros abismos de nostalgias sin tiempo, a mis insistentes buceos en profundidades sedientas, a mi aventurero barrilete aferrado a remolinos, ¡no debo archivarte en mi poema inconcluso!


140 Liliana Zeppilli Córdoba, Argentina

NO LA ABANDONES Si tú no provocaste la furia del mar, no le temas. Si no has enfurecido al viento, no le temas. No temas a sus desbordes, si no has sublevado al río. No temas al universo si no has generado su rechazo. Si no eres polinizador, no aceptes las mieles que te brindan. Cuando te ofrezcan fragancias, no aceptes si no cultivas flores. Si te dan panes, no los tomes si no has sembrado o segado el campo. Si te regalan abrigos, no los uses si no has producido o hilado sus fibras. ¡No temas a las presiones! ¡No aceptes dádivas! ¡Protege tu dignidad, no la entregues! La vida está en cada latir de tu corazón, ¡no la abandones, se oxigena solo con tu libertad!


141 Marcelo Eduardo Gómez Bello Tucumán, Argentina

CUANDO LA REALIDAD ES AUN MÁS REAL Cuando la realidad es Aun más real, El amanecer Entra y golpea los días. Por la puerta pasa, Se sumerge en el espejo Hasta perderse… ¿Cómo podría encender el alma? Si las lámparas están Rotas Y sin besos. Pero jamás es tarde Para vestirse De animal salvaje, Cuando la realidad es Aun más bestial.


142 Marcelo Eduardo Gómez Bello Tucumán, Argentina

LODO Y ALEGRÍA De pronto el lodo es transparente y el fin es brillante ¿Qué alegría tan solemne? Las luces no alumbran ni destellan. Sin miedo, sin sentido luce el sueño soñando. No hay lugar para el día ni razón para pensar… Solo hay poco tiempo, lodo y alegría.


143 Nélida Ruiz San Juan, Argentina

ERA… Eran esos días... el amor en pleno vuelo tú lleno de vida parecías vertiente dándome vida. Era la pasión y el beso una danza inacabada. todo color y primavera. tú el todo... en cada amanecer de las mañanas no había dolor ni llanto, ni enojos. era todo alegría, juegos, risas. Heridas del pasado no dolían sólo contaba tu voz tus manos cálidas el diálogo sincero, las noches eternas. Era... un mundo de dos a la medida.


144 Nélida Ruiz San Juan, Argentina

SONIDO DE MI CASA Esta noche escucho el sonido de mi casa. En concierto el silencio invita a saborear la sonrisa de mis nietos los pasitos de algodón del gato Azabachín que trepa por la ventana. Una voz llama “mamá” El golpeteo del viento hamaca la puerta cancel. Todo es paz y elocuencia mi alma despliega alegría. Mas… cada latido gira en recuerdos. En este momento el sonido de mi casa es un libro abierto de emociones, memoria y vida.


145 María del Refugio Sandoval Olivas Chihuahua, México

EMPATÍA El dolor de una amiga, es dolor que taladra es dolor que aniquila, es dolor que quebranta Es un corazón roto, es nostalgia en el alma es mirada ausente, lágrima a flor de piel Es tristeza, melancolía es nostalgia depresiva El dolor de una amiga me ha dejado perpleja al no encontrar palabras que logren sanar su herida. El dolor de una amiga solo lo cura el tiempo van cerrando las lesiones dejando las cicatrices de las penas infringidas. El dolor de una amiga es aflicción que lastima.


146 María del Refugio Sandoval Olivas Chihuahua, México

MADRECITA Aquí está mi madre, sentada a mi lado hablando de cosas, tocando mis manos, lo que más añora, lo que más disfruta, es volver a reconstruir su pasado. Habla de sus logros, y de sus esfuerzos, de grandes amores que le acompañaron, de muchos esfuerzos y de tantas lágrimas por tantos amores que la vida le ha arrancado. Tiene en su casita, una galería, fotos del pasado, recuerdos del ayer, pero en cada uno de ellos, hay tantas historias, que a la gente gusta de hacerle saber. Yo cierro mis ojos, y vivo sus sueños, recreo los momentos, revivo su ayer, me invento los guiones y los personajes les busco colores y pongo ropajes, y veo a mi madre, niña y joven otra vez. Eso y muchas cosas hago yo a su lado a veces reímos a veces lloramos, hablo de mis hijos y de mi trabajo, le cuento mis sueños y mis añoranzas, y le doy las gracias porque en sus entrañas, formó a esta familia con todo su ser.


147 Martha Grondona Salta, Argentina

QUIZÁS por instantes me parece que siento todavía una chispa de vida aquí en el pecho como quien ve crecer la barba a un muerto con el mismo horror vi brotar la madera de una silla quizás como a ella me falte dar un brote todavía


148 Martha Grondona Salta, Argentina

III dónde estaba el ángel y la ciudad entera de espalda cuando se estrelló la luna muchachita pequeña quién te arrojó la manzana para que resbales a calle abierta tus pechos no despuntaron todavía mujer niña madre niña el mundo crece en tu vientre la vida o puso en tu regazo ¿qué harás niña con tu niño?


149 Sara Andrés Mendoza, Argentina

PUNTUALIDAD Caminaba el relojero como cada tarde, con el maletín en su mano izquierda y en la derecha sostenía con firmeza la correa de su perro. La calle bajaba hacia el poniente y él siempre disfrutaba de los últimos rayos del sol, nunca trabajaba hasta la noche. No te apures, Nerón, calma, le recomendó a su perro, que no dejaba de ladrar. Llegaron por fin a casa. Al abrir la puerta sintió un soplo de aire frío que lo hizo temblar. Se le cayó el maletín. El perro gimió y se le adhirió a los pantalones. Recogió el maletín y como pudo llegó a la cocina, allí estaba su mujer con los hijos, en llamativo silencio alrededor de la mesa. En vano quiso llamarles la atención, los nombró a cada uno pero no reaccionaron. ¿Que le sucedía a su familia? Se acercó a su esposa y fue en ese momento cuando recordó. Leyó el anuncio que ella sostenía; era igual al que recibió días antes en la relojería. "Señores vecinos a las 18:00 horas en punto del día jueves nuestra próspera comunidad será transferida a la tercera dimensión, rogamos puntual asistencia para no retrasar el programa. Lugar de


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concentración Playón municipal. Evite inconvenientes". Consultó su reloj de bolsillo eran las 17:59, su mano temblaba mientras dolorosas arrugas crecían por su cuerpo. Se sintió sin fuerzas, solo alcanzó a apoyarse sobre el respaldo de una silla y el mismo aire frío de la entrada deshizo los cuerpos mientras el reloj de la pared daba las 18:00 en punto.

Sara Andrés Mendoza, Argentina

PEOR SI ES DE NOCHE La noche fagocita los cuerpos, los unifica, los atempera y los subyuga en hileras fantasmales. La ciudad y el campo se asemejan. La primera, entre murmullos a media luz y media máquina continúa su trajín y el segundo deja que las actividades necesarias continúen entre lámparas y candiles. La noche ejerce presión sobre los sentidos, éstos se rebelan y provocan una enardecida combustión de cuerpo, alma y centinela estrellado. Peor si es noche sin luna, oscura, tangible.


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En ese estado se hallaba Fermín, gesticulando como si quisiera apartar de sí, un manto adherente que lo sofocara. Cuando despertó, a eso de las tres de la mañana, se aproximó a la ventana para aspirar un poco de aire fresco y recibió una lluvia de tierra, pasto y estiércol humedecido. Intentó abrir la puerta pero una fuerza extraña lo envió debajo del ropero. Se incorporó como pudo. Buscó la linterna que siempre guardaba en la mesa de luz, solo que ahora no estaba, Se deslizó hasta la pared y como pudo se incorporó, fue cuando sintió las ramas del duraznero sobre la cabeza. Ahí cayó en la cuenta de que el techo ya no estaba allí. Para Fermín, la noche era como una mujer, enigmática y generadora de problemas, quizás por eso nunca se casó. Salió al patio y al instante lo lamentó. Donde debía estar el aljibe resplandecía algo como un torso y a unos pasos más allá se mecían bultos colgados de una fina soga. El caballo relinchaba y daba coces. Quiso llamar al perro pero su garganta se lo impidió y el cuerpo tampoco lo acompañó en el deseo de permanecer en pie. Así lo encontró la madrugada, entumecido, con los ojos desorbitados y agradeciendo con susurros entrecortados que hubiera terminado el sismo y las réplicas.


152 María Ester Sorbello Capital Federal, Argentina

INCERTIDUMBRE ¿Adónde se van los sueños que no se cumplen? ¿Quedarán en un rincón abandonados? ¿Quedarán en las manos vacías? ¿En los ojos secos? ¿Quedará en la boca un gusto amargo? ¿O estarán dormidos esperando que algún día alguien los cumpla?


153 María Ester Sorbello Capital Federal, Argentina

MI VIAJE Hace mucho que he salido navegar por esos mares. Algunos ya conocidos, otros nunca visitados. Y no por mucho navegar siempre encontré el camino. Muchos cantos de sirenas y otros tantos espejismos. Hasta que un día aprendí a guiarme por mi instinto. Solo escuché al canto que dicta mi corazón. Y creo que estoy llegando justo ahí donde deseaba. Solo disfruto de la vida y lo que ella me regala.


154 Facundo Exequiel Azcurra Mendoza, Argentina reside en San Juan

ESTACIONES En primavera florecen aves en el cielo, en los ríos se gestan peces, en el hombre nace el alma; En verano madura el viento, los árboles se vuelven sabios, las multitudes enloquecen; En otoño las tardes y las mañanas alcanzan la belleza, la armonía y lo conmovedor; Pero en invierno estoy yo, solo, pensando en lo que viene, en lo que pasó, en lo que sigue siendo, en lo que nunca fue y en lo que será cuando llegue el próximo invierno.


155 Facundo Exequiel Azcurra Mendoza, Argentina reside en San Juan

LAS PALABRAS En el siglo de las palabras ligeras, Que mientras se miran al espejo Pretenden ser vuelos al atardecer, Ser rociĂł sobre las calles, Una caricia eternizada: Mejor nos quedemos mudos. A la palabra falsa Que con la pulcritud intacta, Que revuelve la basura, Se mira en los mendigos Y en los astros cree ver un equilibrio: Nos volvamos crueles. Ante las oleadas Que rompen contra la costa Y son la novedad Que nadie ha visto: Entendamos de quĂŠ naufragio son estos restos.


156 Darío Gonzalo Fuenzalida Jujuy, Argentina

LUNA DE SANGRE Aquella noche no se escucharon nada más que mis pasos en la durmiente ciudad. Aseché a mi presa y, cual bestia con astucia innata arremetí sobre él, pero su cuerpo no resistió la violencia de mi ser. Repentinamente la noche dejó de ser oscura y la ciudad dejó de dormir, por lo que la calma me abandonó (con la misma facilidad con la que se abandona a un niño que confía). Entonces lo comprendí; alguien había sido testigo de mi crimen y ocultar mi pecado no estaba en sus planes. Corrí desesperado, pero no fui tan veloz, ya que alcanzarme no fue problema alguno. Levanté la vista y miré directamente a los ojos a ese ser y lo comprendí, su furia respondía al hecho de que, debido a la violencia de mi acto, gran cantidad de sangre llegó a salpicarla pintándola por completo de rojo y a diferencia de mí, a ella todos podían verla. Aunque no dijo nada, lo supe: una vez que se prueba, siempre se quiere más. Por lo que pacté con ella. Cada vez que en su ser despierte la sed de sangre, con la mía ha de alimentarse y a cambio callará mi pecado y se atribuirá los que a futuro vendrán. Porque solo así las noches se oscurecerán y la ciudad soñará.


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Desde de hoy y por toda la eternidad, los días en que la luna se vista con sangre saldré a cazar, sabiendo que la sed de ambos jamás terminará.

Darío Gonzalo Fuenzalida Jujuy, Argentina

LLUVIA Años antes, en otoño, una bruja lanzó su maldición contra un joven, desde entonces una lúgubre nube gris empezó a seguirle sin dejar de llover en ningún instante sobre él. Aquello le provocó mucha tristeza, por lo se exilió lejos del contacto de todo ser. Tan solo en días tormentosos podía salir de su hogar, ya que así su nube se fusionaba con las demás y podía pasar desapercibido. Fue durante primavera, en una de sus salidas que conoció a una bella doncella y bajo un venusto roble de antaño juraron amarse. Sin embargo, cuando la luz crepuscular acarició el rostro de la mujer, el augurio de la lluvia que se tornaba llovizna, anunciaba su inminente deceso. Por lo que el joven tuvo que marcharse sin mediar


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palabra alguna, intentando salvaguardar así su secreto. La mujer sufrió la partida de su amado, pero jamás se resignó al hecho de perderlo y lo buscó sin descanso hasta que un día lo encontró. Desde entonces ambos se aman cada día más y más. Respecto a la maldición, aquella nunca desapareció, pero la pareja adora salir diariamente a reír y retozar de felicidad bajo la lluvia.


159 Néstor Ramón Alonso Buenos Aires, Argentina

PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE Es un tiempo que discurre en sordina este atardecer la fisonomía del mañana, no reflejada aún en los espejos se apresta a hacer noche en medio de lo que la traerá todo rueda por un declive cercado de sombras incipientes los contornos del paisaje comienzan a perder nitidez, junto al resto la pobre escenografía de este cuarto, las cosas que lo pueblan todo lo que comienza a hablar en voz baja, casi en secreto, susurros de esta hora incierta, indeterminada, donde las cosas parecen flotar ingraves, una luz decreciente adelgaza la línea del horizonte hasta la indeterminación de un cabello entre tierra y cielo sin embargo, mientras escribo, algo se recorta con nitidez contra esa creciente indefinición, una íntima inquietud


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un temblor casi imperceptible, delata a aquello que espera en mi todo lo que aún no sabe si ha de llegar.

Néstor Ramón Alonso Buenos Aires, Argentina

LOS MONSTRUOS El niño pide que quede la lámpara encendida, teme a la noche cargada de secretos, como a una selva plagada de peligros, teme al silencio que mora en los rincones como un monstruo al acecho a la madre le duele esa sangre temblando como joven gacela cercada por la sombra de un tigre no apagará la lámpara, le dirá entre caricias que no tema, que ella esta cerca, en el cuarto contiguo, que no lo desabraza, que custodia su sueño armada con la espada de su amor invencible


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más tarde, el niño ha de crecer hasta el hombre como los árboles crecen hasta la copa y dormirá arropado por las sombras y olvidará fantasmas. Para entonces, ya sabrá que los monstruos traman sus actos en lo oscuro pero habitar, habitan en la luz.


162 Marlene Denis Cuba reside en Barcelona, España

ALGO MUY SIMPLE, AL FIN Y AL CABO I hay que amarse sin pedir permiso con todo el después de la esperanza porque si no tus labios seguirán tentando mis pasiones y será el angelus en mi lengua será carne de mi carne en las enciclopedias la nulidad de los cuerpos el vacío… y entonces ¿hacia dónde volarán los sueños?


163 Marlene Denis Cuba reside en Barcelona, EspaĂąa

II yo no te pido que soportes mi carga o que dibujes estrellas de colores en el techo. no puedo pedir otra cosa que no sea tu sonrisa en los atardeceres melancĂłlicos cuando siento a mi isla arrebatada en torno al ansia de estrujar contra mis labios sus paisajes.


164 María Rosa Schverdt Córdoba, Argentina

VIAJE A LA VIDA Ella se encuentra en un majestuoso firmamento cósmico. Nadie la ve. Nadie sabe que existe. Las aventuras burbujeantes de un espíritu andariego hoy son vestigios de un libertinaje infinito guiado por un mágico polvo de estrellas. Una urdimbre de dèjá vu se teje y desteje dentro del telar de su memoria. Un destino tan cierto como impreciso prepara las valijas del asombro. El viaje comienza. Sismos de emociones la invitan a confundirse entre el dolor y el placer de un deseo descontrolado. La sorprende el impacto. Siente que un flash intenso la une a algo dejando atrás la estación de lo abstracto para desembarcar en lo concreto. La intensidad quedó atrás. Ahora habita en un refugio bendito donde parece bucear en aguas cálidas entre brisas de caricias y pequeñas olas de susurros; custodiadas por melodías de paz y de anhelos. Ella se encuentra en un vientre sagrado. Ella se siente. Su alma existe. Aquel impacto decisivo que la transportaba en un viaje de sueños la sitúa en el trasbordo de un túnel subfluvial; donde la luz de la pureza encandila su mirada a ciegas. Debe atravesarlo. Teme hacerlo. Siente calor, siente frío. Avanza. Está cerca. El sacrificio vale la pena. Sabe que la esperan.


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Decidida resuelve asomar. Dos manos extendidas la reciben con alegría. _¡Es una niña!_ Se escucha decir. ¡Bienvenida a la vida! Otro viaje está por comenzar.

María Rosa Schverdt Córdoba, Argentina

DESAHOGO En la penumbra de su habitación la lucha por no dejarla escapar es cada vez más difícil. Ella sabe que su prisionera intentará fugarse una y otra vez. Tiene que ser fuerte, pelear para retenerla; aún con su tristeza. Los segundos parecen horas. Se siente vulnerable, no cree poder tenerla cautiva por mucho tiempo más. Cierra sus ojos resignada. Los recuerdos la torturan sin piedad. La prisionera aprovecha ese instante crucial para escapar ante el primer pestañeo. Disimuladamente comienza a escurrirse para liberarse. Ella no pudo evitarlo. Ni bien abrió sus ojos tristes; la lágrima rodó por su mejilla.


166 Zaida Juárez Santiago del Estero, Argentina

ELLA Ella avanza con su destreza sin igual, por aquel paisaje conocido, con sus brazos elevados con plasticidad, con su expresión absorta,desafiando al poniente. Una mariposa sale a su encuentro, abriendo paso a un futuro pleno de realizaciones especiales. Ella decidió archivar un pasado con tristezas infinitas, con flores marchitas. Ella con su espíritu de fervorosas canciones, de sus merecidos logros, detenida en esa mirada, que sucumbe la soledad.


167 Zaida Juárez Santiago del Estero, Argentina

A MI PADRE Vives en cada rincón de nuestro hogar, como un ángel alado, que custodia nuestro andar. Estás en el perímetro de nuestros sueños, en los proyectos que diseñaste, en tu paso terrenal. Es el legado ancestral tu alegría desbordante, los sones de eternas melodías, tu pasión por defender a los humildes. Mi constelación multicolor mi guía constante, mi modelo a seguir, mi amado padre.


168 Patricia E. Segura CĂłrdoba, Argentina

INTANGIBILIDAD Tan intangible como tu cuerpo es mi necesidad de abrazarte porque corroes mi piel con solo recordarte inunda mis sentidos el hecho de pensarte sublevas mariposas aquietadas hace tiempo. Intangible perfume testosterona lejana caducidad de caricias que permanecen contigo tal vez‌en otros cuerpos


169 Patricia E. Segura Cรณrdoba, Argentina

REENCUENTRO Ausente de mi escalo hasta tu cielo en la brillante espesura de la noche aferrada al naufragio de tus lรกgrimas que gimen aterradoras la huida de mi canto. Cruzando la densa negrura del portal todo serรก una fiesta de blanco con mi cola enredada en tus estrellas y mis cabellos lecho donde apaciguar tanta ausencia.


170 Teresita Morán Valcheff San Luis, Argentina

EL ÚLTIMO GRITO Talamos el último árbol y el corazón de la tierra ahogó su inútil grito en el atroz silencio de los cielos. Las arenas borraron las huellas de los pájaros. No había esperanzas para el trino sólo abanicos de miedo sacudían las hojas. Un viento de agonía amarilleaba en el aire. Nadie escuchó las palabras del hijo originario Madre Tierra. Pacha. Ñuke. Todos uno con ella. Hermanos los hombres animales y el árbol. Disparamos preguntas a un cielo malquistado. Burdas saetas para un sordo reclamo.


171 Teresita Morán Valcheff San Luis, Argentina

PERSISTENCIA DEL AZUL A mis abuelos inmigrantes

Roen las pálidas aguas de la ausencia tu esqueleto de madera solitario anclado en el puerto de nostalgias del azul de los ojos de mi abuelo. Hubo un pañuelo de lágrimas herido minúsculo en la inmensidad de la distancia punto crucial para grabar en sombras toda la luz en la tristura ciega de la madre allá plantada como una flor abatida por los vientos que a otro puerto a su hijo lo empujaban. Solo cenizas el barco el pañuelo aquella madre y la casa en la lejana España que mi abuelo siempre extrañaría. La luna memoriosa y el viejo mar testigo omnipresente me devuelven las reliquias del naufragio y el azul de los ojos de mi abuelo en los ojos de mis nietos renacido.


172 Marianella Sáenz Mora San José, Costa Rica

ÓLEO Hoy hoy es el día de que vengas a mí con tu paleta. Desliza el frambuesa sutil de mi bata de baño recoge con tus manos mi cabello mojado y deja besos suspensivos en mi espalda. Cuando tu mano recorre mis hombros resbalan y se desvanecen mis miedos. El preludio en desuso me cubre dichoso mientras la luz entra con una alegría inocente y se ancla en mis ojos. Deja que el terciopelo de mi amado diván se adueñe del francés con que susurras cuando todo el aire de la estancia parece insuficiente y nuestros labios se encuentran sonriendo con picardía. Bésame déjate perder en los eternos jardines de mi tacto en esa suavidad que te seduce aunque entre las tonalidades de verde, lo mire de lejos y tú lo sepas


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y yo me dé cuenta que se eterniza en el lienzo de tu melancolía aquella pausa oculta en el silencio mientras besas las cicatrices que él me besó primero.

Marianella Sáenz Mora San José, Costa Rica

INCREPARTE Con el tiempo todo se vuelve sombra. Tú sabes que hemos sido universo, estrellas, risa, silencio, palabra hasta que transformados por el tiempo nos convertimos en niebla de la nostalgia integrados completamente en tu esencia, compañera lóbrega y volátil de nuestros días de luz. Entonces nos descubrimos tratando de adivinarnos el rostro ingrávidos, rotos, inconscientes del instante en el que carentes de los límites del tacto


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hemos pasado a contener más aire y nuestro paso es más etéreo e impalpable siempre de prisa como nubes sobre la sierra. Vamos cifrando una metáfora sin aroma, un sueño de luz para que la eternidad, inexorable nos proyecte cuando inevitablemente consumados seamos como tú, sombra.


175 Malvina del Valle Paz Espíndola Santiago del Estero, Argentina

TUS MANOS Manos con arrugas y heridas marcadas por el tiempo. Con líneas y surcos profundos que guardan historias de vida y amor. Manos que en noches de insomnio se apoyaban cariñosas en mi frente entregándome calor y sanación. Manos que se ajaron, se pusieron pesadas del diario trabajo de amasar el pan. Manos que endulzan, que salan, que curan, que alientan, que aplauden para festejar. Manos que tomaron las mías, me dieron calor en años de infancia y los primeros pasos; sanaron mis golpes, acariciaron mi rostro, peinaron cabellos, cosieron vestidos, tomaron mi lápiz para escribir tu nombre por primera vez. Manos que nunca se fueron…que siempre las miro, que las siento cálidas, que las siento suaves, las aprieto fuerte aunque ya no estás. Tus manos, que al marcharte para consolarme tomaron las mías. Madre…tus manos y mis manos


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son lazos eternos de vida.

Malvina del Valle Paz Espíndola Santiago del Estero, Argentina

LUNA Que alumbras de la noche a la mañana, entregas tu fulgor con mucha calma y te enciendes al atardecer. Que acunas con tus brazos maternales paseas en tu cálido regazo cantando melodías primorosas a cada niño nacido y por nacer. Que miras de lo alto al caminante, Dibujas sus senderos, lo acompañas, Pisas el mar, te balanceas para bañar tu desnudez. Luna… te miro tu cara iluminada me intriga lo que oculta tu otra cara, sorprende ver cómo te agrandas vestida de oro y plata. Luna…que mágicas noches me acompañas, Alientas mi esperanza y alegría. Luna…Eres silenciosa compañía, te miro enamorada del sol encenderte de rojo y de pasión.


177 Rafael Oscar Costa Córdoba, Argentina

AL ABORDAJE El mar azul, respiraba plácidamente esa mañana. Su vaivén blanquecino refrescaba la arena, dejando un sabor salado tras sus huellas. El barco se adormecía al compás de las olas indecisas. Mi espada, mientras reposaba en mi cintura, destellaba la luz del astro mayor del día. Soy el capitán Escarlata, dile a tu jefe que entregue sus armas y se rinda, o no vivirá para contarlo... El emisario se retiró con cara compungida, dándome la espalda. ¿Atacamos capitán? me preguntaron. No, respondí, cumpliré mi palabra de esperar. El emisario entro en la carpa de campaña distante unos cien metros, pasaron unos minutos cuando el ejército enemigo comenzó a desplegarse, armas en mano. Por lo visto no había intención de entregarse. Levanté mi brazo y ordene el ataque. Comande las tropas, fue un ataque veloz, los mandobles de los aceros de derecha a izquierda iban abriendo surcos en el bando enemigo. Los caídos estaban por todos lados, pero había que recuperar el fuerte sin pensar en el costo que semejante empresa demandaría. Poco a poco me abrí camino hacia el general contrario, era gallardo, alto y robusto aunque no


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demasiado hábil con la espada, una mancha roja deslizaba por su cabeza. Cuando lo enfrentó, le pido que se rinda, que es su última oportunidad. No hay caso, su respuesta fue un golpe mortal dirigido a mi cabeza que pude detener de milagro. Enojado por su ataque, mi espada cortó diestra su defensa, le arrebate su arma, y pude ver en sus ojos el terror del final que se avecinaba. Con mis dos manos me aprestaba a abordar mortalmente su pecho... Hijo, cuidado las plantas...la voz de mi madre detuvo lo que hubiera sido una estocada fatal para las lambertianas. A mí alrededor, cientos de hojas desparramadas en el piso, eran testigos de la cruenta batalla.

Rafael Oscar Costa Córdoba, Argentina

CORDONES FLOJOS Todavía no terminaba de entender por qué no creían mis explicaciones. Sentado en la cama de mi cuarto, miré el portafolio reposando en el piso, su corazón de


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cuero aún palpita alborotado por el destrato que recibieron mis amigos, los pelados y fieles zapatos marrones. Al fin y al cabo ellos no tenían la culpa de tener los cordones flojos. Todo comenzó en el recreo largo de la mañana, había dejado de llover y en el patio de los baldosines de cemento, los charcos más obstinados reflejaban las aventuras entre guardapolvos, figuritas y pelotas improvisadas con una media de cada uno de los jugadores. Al partido se le moría el tiempo, la campana presta a volver a cantar, en el último suspiro de libertad. A un metro del arco vacío estaba a punto de patear al gol consagratorio…cuando se me salió un zapato. Con tal suerte, que lo que entró en el arco fue mi zapato izquierdo. Cual si fuera un cuerpo teledirigido, recorrió el trayecto aéreo desde el patio hacia la ventana abierta de la administración. Finalizando su rebelde viaje en el tazón de café con leche que estaba sobre el escritorio. Me llevaron hasta la dirección, caminando con un pie calzado y el otro desnudo, mientras maquinaba qué decir. Inútil fue explicar que mi cordón se había aflojado y que no había tenido intención de decorar las libretas de los alumnos con pequitas marrones. Ni siquiera mis pedidos de disculpas alcanzaron. Ahora contemplo la nota del cuaderno que debo llevar firmada por mis padres para el lunes, calculando qué que otras penitencias deberé enfrentar, todo por tener los cordones flojos.


180 Nora Scaglione Santa Fe, Argentina

¡TANTA BELLEZA! ¡TANTA LEJANÍA! Bajo el sol, absorta dibujaba. Yo la miraba. Ella sonreía. Pardos sueños en papel construía, el mal destino los adormilaba. Ella soñaba. Yo, la admiraba. ¡La aurora en sus ojos veía! ¡Tanta belleza! ¡Tanta lejanía! Procaz vuelo, de mí la alejaba. La noche vestía melancolía, del amor desolado y herido. ¡Penar de mi corazón en agonía! En sus labios un silencio ceñido, una vitrola, una melodía, un adiós cruel en mi sangre vertido.

Nora Scaglione Santa Fe, Argentina

AMIGO MIO


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Amigo mío, taciturno siempre absorto en su mundo caminante ensoñado arrobando en gélidos inviernos y en los más bellos veranos la gema de sus recuerdos como si el tiempo no hubiera pasado, resistiendo hostiles vientos e inclementes tempestades, cuando el destino victorioso alardeaba con quebrarlo … ¡La pucha que iba a ganarle! Afloró sin más su bravura de “paisano cimarrón y valiente” y con gallarda postura al destino declaró abiertamente -¡La vida para mí es canto, es milagro y es deleite! ¡Es honra de mi familia, amor por mi linaje! ¡Es orgullo de mis amigos, tesoros de mi pasado y mi presente! ¡Son … esas buenas compañías con las manos extendidas si la vida golpea fuerte! ¡Son … las cuerdas de una guitarra, un verso del Nano que suena un buen vino en mi mano y el vuelo de mi libertad que huele a dulce gardenia!


182 Martha Zárate Righi San Juan, Argentina reside en Córdoba

ANOCHE SOÑÉ Anoche soñé que la Patria era un cielo abierto rodeado de espejos dónde se veían todos los defectos todos los aciertos. No había injusticia ni droga ni hambre y los mandatarios cuidaban nuestro suelo lograban que todo ser humano ganara su sustento. Anoche soñé que la Patria era un cielo abierto todo tan hermoso todo tan perfecto que hasta los poetas morían contentos. Anoche soñé que no estaba soñando y desperté sonriendo.


183 Martha Zárate Righi San Juan, Argentina reside en Córdoba

MURMULLO Es apenas así... Cómo un murmullo. Tus manos y mis manos aletean. El corazón escapa al infinito Y las palabras fluyen por los ojos. ansias y zozobras se dispersan llenando de ternura los umbrales. En la difusa luz del gris azul entre místicas llanuras y frágiles quebradas tenebrosas el amor es siembra que perdura Vamos tras el horizonte al encuentro y somos un dos en el cálido portal de los recuerdos.


184 Mayda Álvarez Ferrer Barranquilla, Colombia

CONFABULACION Vi pasar con el ocaso, el tiempo y el silencio, burlones, sarcásticos, malévolos, vi como el viento llevaba en sus cabellos, el fuego de mis besos, la tonta confianza de amarle y el ansia contenida de mi pecho, parose amedrentada la tristeza con su carga de nostalgias y a un soplo quitó al viento el anhelo de la espera, la quimera de los días, ilusiones tejidas en penumbras, y un beso dormido entre los labios, vi que ufano, con lejía, borraba el corazón el sello de la entrega, inocente amor que no sabía de desprecio y lejanía, le amé, como se aman la aurora y el rocío creí, como se confían el tiempo y la esperanza, en loco desvarío entregué mis vagas percepciones que hoy flotan como hojas del otoño, vi vagar el corazón, suspendido en el espacio de la espera, entre sombras del destino, desgraciadamente aun le amo, asi se confabulen sin piedad, el adiós y la espera el desamor y mis afectos.


185 Mayda Álvarez Ferrer Barranquilla, Colombia

NO SABRÁS DE AMORES Te soñé tantas veces en mi mundo perdido sin descubrir siquiera, que ya te habías ido amé tu risa loca amé cuando callabas y cuando me mirabas no conoces de amores, como yo te he querido ni el sabor de unos besos ni tener las caricias que sin mí, no has podido no sabrás del rocío de largas madrugadas ni de un rayo de sol que caliente tú almohada ni el olor de un suspiro que te despertara en las noches sombrías soledad de tu alcoba, ansiarás unas manos, siendo escaso de todas recordarás las mías Llegará tú final sin haber conocido quien te sepa amar como yo te he querido.e sol calcine la ausencia o sane la herida.


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que un rayo de sol calcine la ausencia o sane la herida.


187 Alicia S. Loza Achával Córdoba, Argentina

DOMINGOS Iba bajando por entre las piedras hacia el círculo de árboles que apantallan la mañana a desplomarme en los brazos de la hamaca a mirar el cielo que se iba escapando por entre las ramas sin más en unas páginas que llevaba leí que hoy es domingo miré el fresco del estanque con sus pescaditos y escuché recostada a los pájaros picotear los higos ya maduros y a las moras que quedaron de algunas promesas fui acariciando uno a uno a mis perros custodios que bien podrían ser ángeles a mi sentir la brisa de la sombra del verano y el reflejo de la casa vieja en cada gota de sol era puro amor existen mil definiciones de domingo una para cada soledad


188 Alicia S. Loza Achával Córdoba, Argentina

HURACÁN El mar se ha vuelto un juguete del viento. Toda su pasión ha roto mariposas de soles. Bandadas de hormigas vuelan, huyen de un cielo cargado de furia. Los peces ya no están. ¿Qué es la muerte sino esta isla que se va, se va y se va? Escucho su llanto: El de un bebé abandonado que se mece en una cuna de olas, se hunde y tiende por última vez sus brazos buscando a la Madre Tierra en algún lugar de la tormenta.


189 Víctor Vickheg Espinosa Ciudad de México, México reside en Guanajuato

DISMAL Pensando en una dimensión distinta gran sentencia a mejorar mí esencia conspiro contra mentes muertas, siniestros, complejos, desechos. Sonidos evocan mágicos senderos allí nace el fuego que da vida a estrellas monumentos al olvido caminante de pies fríos nueva dimensión espera. ¡Congela el tiempo¡ ¡Destroza el fracaso¡ Venid elegidos, seguid mis pasos seamos uno con la tierra seamos uno con el cosmos contemplemos la extinción de murallas de ignorancia que separan humildad y preservan arrogancia su objetivo es marginar a quienes somos diferentes no lo podrán conseguir al margen del tiempo


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donde todo comienza Dismal Caminante eterno, Dismal Caminante eterno.

Víctor Vickheg Espinosa Ciudad de México, México reside en Guanajuato

CUANDO ME VAYA DE ESTE MUNDO Cuando me vaya de este mundo quiero llevar en mi memoria solo los mejores momentos. los malos momentos serán junto con mi cuerpo el alimento que nutrirá a los gusanos.


191 María Elena Altamirano Córdoba, Argentina

CONTENEDORES DE SUEÑOS Muchos niños a la espera de un mañana, con manitos suaves acarician el futuro, con pasitos cortos caminan a su encuentro y su mirada curiosa les revela todo un mundo. Despreocupados emprendieron el camino, Tal vez juntos o cada uno por su lado, con la certeza que algo bueno les espera y que la pena es llevadera si se está acompañado. No será corto ni tan fácil el camino, mientras sigan adelante por la vida, sin temor por el tiempo y la distancia, y confiando que hay “alguien” que los cuida. El mundo , allá fuera, no es tan simple, La inocencia de a poco les robará, pero los bellos recuerdos de la infancia, por siempre y para siempre en sus almas vivirán. Por eso, si tienes un niño cerca tuyo Cuida tus palabras, tu proceder, tus sentimientos Enséñales lo bonito de la vida porque son, del mundo que viene, los cimientos.


192 María Elena Altamirano Córdoba, Argentina

AGRADECIDA Me levanto cada día con una inmensa alegría por el ser y por estar. Y necesito decirlo, no es un derecho adquirido que el universo nos da. Es todo una bendición, la vida y su misión, el amor y la amistad. Y todo eso motiva que yo esté agradecida por tener un día más


193 Gladis Mabel Domínguez Núñez Corrientes, Argentina reside en Córdoba

ALBORADA Me siento rara a esta hora cuando veo el esqueleto de la tarde los huesos primitivos del sol se difuminan entre colores que sangran y se diluyen en la fuga. Entonces, cuando siento que también me diluyo algo crece por dentro encendiéndome y sucede la magia. Veo el lucero asomando cargado de promesas ya no temo la noche. Junto mis huesos y todo el cansancio sabiendo que mañana una nueva aurora me llenará de asombro.


194 Gladis Mabel Domínguez Núñez Corrientes, Argentina reside en Córdoba

FRASQUITO La mirada se va con la brisa y acaricia en sus manos un frasquito las nubes han bajado a sus cabellos hay hojas otoñales en las arrugas de la cara. Achica los ojos lleva el frasco hasta su pecho y suspira. Me acerco silenciosa mis manos de ternura se apoyan en la espalda. Me muestra sonriente y me dice -acá guardo los mejores momentos.Apoyo la cabeza en su hombro suspirando le digo -abuela enséñame tu secreto para atrapar al tiempo-


195 Juan Carlos Rodríguez Buenos Aires, Argentina

UN SOPLO DE AMARGURA La crecida nos interpela nos pregunta qué hicimos, qué hicieron. Todas las inundaciones son grises y marrones, mientras somos parte de una cifra, de una estadística miserable haciendo agua por todos lados. Las ilusiones y los sueños se ahogan mientras el agua sube por escalinatas, calles y conciencias. Desde el auto veo muñecas calvas flotando, ojos abiertos, árboles pelados. El lodazal oculta la esperanza y hay familias sin consuelo. Hasta mi memoria está anegada. No admite que hay un dolor de siglos en las aguas impuras Y aquella mujer, que se quedó vacía saca con sus manos la tristeza del agua con la resignación del que pierde todo. Hay olor a selva concentrada. Un soplo de amargura. Un salmo en el viento. Y el gemido de la impotencia que desarma.


196 Juan Carlos Rodríguez Buenos Aires, Argentina

LLAMARTE A CADA RATO En estos días sacudidos por desesperaciones, impregnados de tormentas, de resignaciones varias, siento que puedo acostarme a la vera de tu frontera lateral esa que linda con la cordillera donde hay rocas y arenas, la piel de tus playas y el águila socavando a la ballena. Los temblores no son del sismo son del orgasmo que te interpela en tanto yo, como siempre en otra cosa después del clímax tomo ese tinto que me recuerda a bayas, y también a canela, me acurruco en tu regazo indolente y me quedo dormido para poder escucharte entre sueños mientras preparas las tostadas las untas con tu miel y vuelves a la cama, me retas por la copa derramada y tu acento tiene sabor a revancha. Siento que quererte es llamarte a cada rato mientras comes semillas como los gorriones. En ese mágico momento me olvido de la revolución y me rindo.


197 Susana Zogbi Córdoba, Argentina

VIAJERO Fabricó la mochila con un girón de nube, herrajes de luna y puso por broche el sol de un estío. En ella fue guardando lo necesario. Al fondo colocó las sonrisas más firmes ésas que te sostienen cuando aprieta el dolor. Después sumó otras sonrisas diversas de ésas que se esparcen en las calles, o entre los cerros, los ríos, el mar. No faltaron tampoco los piares que entregan las aves ni los que se tiñen con el color de una flor. Después vinieron las alegrías que dan los logros, las del gozo, las del amor. En los rincones que quedaban libres las sonrisitas cómplices de la amistad se acomodaron de dos en dos. Arriba de todo con mucho cuidado en cajita de fino cristal guardó los gorjeos de los recién nacidos porque en ellos estaba la sonrisa de Dios y desplegando las alas


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partió sin decir adiós.

Susana Zogbi Córdoba, Argentina

Y LLUEVE Del otro lado del tiempo brotan surtidores dulces y vuelvo a estar en un patio violáceo de uvita chinche. Porque llueve… El murmullo del agua me adormece. Llueve. Uno a uno se cierran los postigos, solo escucho que llueve.


199 María del Rosario Alarcón Santa Fe, Argentina

BITÁCORA Pienso y a veces escribo. Mujer, navegante, a veces, escribo. Escribo palabras que nunca terminan. Las luces son faros errantes y reflejan los mundos por donde navego. Entonces, relato los ritmos, acompaso sílabas, armó abruptamente palabras sentidas, que agrupó en versos. Bitácoras de caminos inciertos. Pienso, observó y siento. Mujer navegante haciendo caminos, que luego, a veces… escribo.


200 María del Rosario Alarcón Santa Fe, Argentina

SOBRE LOS HOMBROS La verdad cargada sobre el hombro. La mochila raída de esperanza. El fasito, guardado de respaldo. Y los años, poquitos, pesados, en su espalda. Él le gana al sol cada mañana y guarda su casa en la mochila, se amanece entre monedas y semáforos y la vida le corre descalza hacia la vía.


201 Beatriz Teresa Bustos Córdoba, Argentina

VIGILIA El silencio amordaza las veredas. Sujeto la barbarie de mis riendas. Entre racimos de sombras la luna se derrumba. Idéntica me desmorono entre mi niebla. Una mudez de campanarios penetra la honda dimensión de la calma. Yo entiendo la profunda melancolía de las campanas. Pájaros de sombras se acurrucan en la techumbre desolada. Yo, me ovillo en el tálamo de plata. Diminutos espejos se quiebran como pan de incienso, y ruedan sobre la ventana cristalinas monedas que intentan sobornarme. Solo quiero sentir cómo mi sangre nutre las arterias. Busco el calor que ya no clama. No me sirven para saldar lo que al amor le debo. Ni me aprovecha el pan de lisonjas, para alimentar las aves memoriosas. Únicamente me suplen los espejos ya quebrados. La noche, se ha dormido entre los pliegues de otra noche desterrada. Pasé todas sus horas juntando restos de mi alma. El alba me encontró reconstruida. Renacida. Esperanzada.


202 Beatriz Teresa Bustos Córdoba, Argentina

INVISIBILIDAD Deberías estar en la escuela Manuel, no es hora de mendigar, necesitas estudiar, te ayudará en la vida. Me miró con sus profundos ojos y sonrió. Yo me apoyé en mi bastón, hurgué en el bolso y saqué un par de monedas, luego se las entregué. Se alejó adorando en el altar percudido de sus manos, los pequeños soles que, jamás le alcanzarán para calmar tanta desidia. Me quedé mirándolo como se alejaba, con todas las palabras que por años pronuncié en mi profesión, denunciándome. Él, desconocía que, mi limosna, contribuía a hipotecar su libertad…Yo, lo sabía.


203 Karina Valeria Garrido Buenos Aires, Argentina

A VECES A veces me desplomo Algo así como caer al vacío Mis ojos se tornan Un tanto oscuros, Mi corazón se tiñe de gris, La tristeza apuñala Mi alma en el instante En que desfallezco Mas inspiro Mis lágrimas Anudo la congoja Me dibujo una sonrisa E intento volver a iluminarme. Me inyecto Una dosis de fortaleza Y vuelvo a renacer.


204 Karina Valeria Garrido Buenos Aires, Argentina

SABOR CANELA Un recuerdo sabor canela Se desliza por mi mente Y de añoranza me llena. Resucita aromas Que desprenden melancolías. El arroz con leche De mi abuela, Las manzanas al horno De mi mamá, Las esencias Que abundaban En cada lugar. Desteje imágenes Que se asoman, confundidas. Un recuerdo sabor a canela Fluye por mis venas Desliza mis emociones Renueva sensaciones adormecidas.


205 Griselda Rulfo Córdoba, Argentina

LA NIÑA Piensa en la infancia cronológica y en esta infancia del corazón que hoy estalla. La de las tristezas ocultas en los tarros vacíos de café. Y en esta otra infancia de enamorar palabras que saltan de un abanico de páginas en blanco. Entre ambas niñas hay una historia sin fin. Entre ojos tiernos y ojos turbios. Con una lágrima compartida.


206 Griselda Rulfo Córdoba, Argentina

ELLA Ella vive entre la agonía y el éxtasis. Ama y odia con la intensidad del fuego. Corre. La persiguen. La acosan. La protegen y lastiman. Es solidaria. Es engañada. Y aunque intenta evocar los mojones de su andar por el mundo no lo logra. Porque su historia está quemada de recuerdos.


207 Erniris Ruiz Ciudad de Bolívar, Venezuela

DESTINO Fluir de atardeceres crepusculares Imponentes, erguidos, suspendidos En el ocaso permanente. Noche serena inmersa en desolación Nubes secretas acompañan la obscuridad Árboles proyectan sombras gigantes Penumbra cómplice de Morfeo Tenue llovizna que hidrata Hojas secas del pasado. Brisa suave, discreta, imperceptible, Suprime la calidez de la noche La luna embelesada de ensueño Mira inefable la obscuridad. Luceros alumbran senderos Iluminan el destino postergado De un encuentro acariciado Deseado anhelado.


208 Erniris Ruiz Ciudad de Bolívar, Venezuela

CENIZAS Entre cenizas encontré tu olvido polvo inquieto desencadenante de tu recuerdo residuos expulsados al aire, al vacío. Se evaporó desintegró cada palabra cada beso, cada caricia sentida cada momento de amor. El tiempo no detiene su curso Transcurre, pasa, sigue propicia eventos simultáneos allí estas tú siempre en el recuerdo. La vorágine desenfrenada se manifiesta y apareces recordando tu existencia. No te pienso, no te tengo, no te deseo Solo el polvo en brisa clama tu presencia.


209 Juan Carlos Frontera Córdoba, Argentina

EL MATE Compañero de secretas historias de silencios compartidos, de solitarios instantes de tiempos difíciles, de alegres amaneceres, de gusto amargo o dulce, de sabor a hojas nativas, de agua fría o caliente, de noches interminables. Sos la infusión infaltable de tradición argentina. Calabaza, yerba mate y bombilla.


210 Juan Carlos Frontera Córdoba, Argentina

PAISAJE COTIDIANO En un día cálido de invierno los une la misma demanda, un lugar, la gomería. Dos realidades sociales, un asalariado de clase media, un humilde jornalero, el buen automóvil de trabajo, el carro de tracción a sangre.


211 Sonia Martínez Córdoba, Argentina

ERES UN MISTERIO Tus ojos detienen el paisaje. Tus manos lo creen ya pintado, trazado en un mundo imaginario. Silencias el sonido, lo callas cuando gritas, lo gritas cuando callas… Eres un misterio… Te miro y no te entiendo. Te busco y no te encuentro. Eres un misterio… Horas encantadas. Minutos solapados, escucharte yo quisiera contar tu vida entera. Eres un misterio… Eres…mi misterio.


212 Sonia Martínez Córdoba, Argentina

ESPACIO… No le des espacio a la tristeza. No le des tu tiempo al sufrimiento. Que los sueños invadan tu cabeza Y que el dolor se escabulla con el viento. Ahuyenta con sonrisas, la pereza. Invéntale ilusiones al tormento. Deja que fluya la nobleza y sople para ti, un hálito de aliento. Cuando la resiliencia aplaque tus sentidos Y los sentimientos se llenen de pureza tu corazón habrá entendido y ya no le dará espacio a la tristeza.


213 Yaritza R. Nieves González Patillas, Puerto Rico

ETERNA PRIMAVERA Ha llegado el invierno y su vida ha llenado de una frialdad extrema. Ya no canta ni sonriente, el frío le ha atrofiado su poder de cantar, se haya inconsciente ante las bajas temperaturas que rodean su mente. Ya no está rozagante viajando a todos lados, sus alas están pegadas a su cuerpo con clavos, como un aguijón el frío ha clavado sus manos. Una triste desesperanza en sus cabellos se ha alojado dejando su blancura salir por cada hebra que rodea su cabeza. Ya no ve su belleza tiene los ojos empañados con ese frío que la paraliza desde que se fue retirando el verano. Todo está congelado a su alrededor. El tiempo se ha detenido, todo está congelado. De pronto una llamita enciende su corazón y derrite toda la nieve que ha llenado su ser interior. La llama de la esperanza cobra vida en su interior y el hielo se derrite en su ardiente calor. La nieve de los años no puede extinguir la llama que arde desde antes de su existir. Llega la primavera y comienza a sentir que vale la pena volver a resurgir. Sus alas se extienden cuando el calor derritió los clavos de hielo que la atrapaban y no la dejaban vivir. Ahora vuela alto para el calor del sol naciente recibir y vivir en la eterna primavera volando gozosa en el ahora y aquí, aunque la nieve siga cayendo sólo vive en esa llama que por fin pudo sentir.


214 Yaritza R. Nieves González Patillas, Puerto Rico

BESOS DE FUEGO Besos de fuego recibe mi alma al clarear el alba. Cada día, me embeleso, ante tanto esplendor. Me lleno de emoción, se calienta mi pecho con ese Amor tan bello, que siento en mi corazón. Ese ardiente calor me llena de un éxtasis supremo que se agranda en mi pecho y me llena de calor. Esa ardiente sensación quema todo mi ser y me da nueva vida en lo profundo de mi ser. Su fuego me abraza y acaricia mi ser y me entrego en silencio en mi nuevo renacer. Una rica dulzura, me rodea y me aquieta


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mientras mi alma despierta al calor de ese Amor que como besos ardientes me devora en mi ser interior con su fragante Amor. Mi corazรณn se abre como una flor ante la ardiente caricia de tu Sublime y Eterno Amor.


216 Verónica Leyes Castro Buenos Aires, Argentina

LA BOLSA DE DORMIR Buscaba hacía días aquel Zippo tallado que me había regalado mí viejo. Vacié los cajones. Di vueltas los colchones. Me arroje bajo cada mueble de la casa. Era increíble. Era una suerte de universo paralelo que se trataba de modo voraz las pequeñas cosas. Similar al misterio de las medias pérdidas y los útiles escolares en el colegio. Recuerdo que mí madre,harta ya de que perdiera mí goma de borrar, optó por atarla a la cartuchera , como si eso garantizara de algún modo su retorno. Pero no había manera. Y entonces invadida por el desasosiego,se enojaba conmigo. Así me sentía ahora, desconcertado y enfurecido, haciendo de la casa un campo de guerra . Cada centímetro fue esculcado. No hubo un solo milímetro, de los marcos siquiera, que no alcanzarán mis dedos buscando aquel tesoro. Varios días pasaron , y la resignación ya había hecho lo suyo, provocándome el olvido de la búsqueda. Más una tarde, a punto de salir de viaje ,aliste mis cosas.


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Una carpa vieja, mis linternas y la garrafita , y las cajas de curitas que siempre me daba mí novia. Y al final, me dispuse a revisar la bolsa de dormir, que hacía años también mí padre,me había dejado. Cuando la despliego, el brillante perdido cae pesadamente al suelo ,y adentro, algo escrito con marcador indeleble : "no te olvides que está tiene este bolsillo secreto ".

Verónica Leyes Castro Buenos Aires, Argentina

SILENCIO Se hacía tarde,y ella dibujaba la luna en la ventana empañada. Todos en la casa se encontraban en sus mundos propios. Unos jugaban a las cartas ,otros veían la novela de turno,y el perro perseguía ,como atolondrado,su propia cola. Su pequeña cabeza soñaba despierta con el próximo día. Soñaba con la tienda que visitaría entonces,con el vestido que pronto tendría en sus manos para ser la princesa de su cuento de hadas.


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La cocina despedĂ­a el perfume las verduras frescas de la huerta y el ruido del agua estallando a borbotones. Otra noche. Solo una noche mĂĄs. Mientras afuera las estrellas se agigantaban y adentro reinaba ,en su rincĂłn lleno de deseos, el pensativo silencio.


219 Aída Redero Santa Fe, Argentina reside en Córdoba

USANDO LA PALABRA Hay días en que brotan las palabras como hormigas solidarias tras un mismo objetivo. Hoy es un día de esos… Media tarde. El sonido del monte se transforma en canciones. Apuran pensamientos. Palabras y palabras servidas como platos sobre el rojo del mantel, se mancha de armonía, se cubre de gorjeos y el duende bailotea puñados de nostalgias; El ojo de mi hermano me pulsa la mirada en la difusa nube de mis necesidades. Una tarde exquisita, donde giran recuerdos. Un enorme carrusel de abrazos enciende hogueras en la imaginación. Una tarde perfecta,


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con todos los iris de mis buenos amigos. Con todas las huellas de mis seres queridos. Usando la palabra‌ Una tarde perfecta yo diría!


221 Aída Redero Santa Fe, Argentina reside en Córdoba

REMOLINO Un puñado de sombra orbitando el espacio detrás de todo, detrás de nada. Salpican manotazos sus dedos salitrosos ausencia de mañanas hay en su ir y venir. Noches insomnes tras las quimeras deshilan y arman un historial. Cohibida su existencia desde siempre transita nubes de polvo y sal. Se destruye bajo el sol sintiendo frío y derrite las nieves su calor. Un puñado de sombras devorando todo rayo de luz ante sus pies.


222 Rosa Lía Cuello Santa Fe, Argentina

APRENDER A VOLAR Busco el silencio vestida de mar sin caracolas una sonrisa sobrevive en la piel de mi memoria. Disfruto los espacios la casa se amolda a las ausencias y pasos sin huellas pierden identidad en cada ruido diferente. Al norte de la vida siempre hay soles el mundo sigue intacto. Los sueños sueñan que ya se han cumplido las sombras se acomodan en el suspiro del tiempo. En mi garganta la noche habitada de nostalgia. Un ángel cierra las ventanas en el espejo un adiós silente se expande por la casa sombría. la soledad navega en mi espalda …y descubro que mis alas crecieron..


223 Rosa Lía Cuello Santa Fe, Argentina

SIMETRÍA Desde la plana geografía de esta vida sólo pretendo que nadie me detenga mientras intento la permanencia efímera del cuerpo en concordancia estrecha con mis versos. Quiero seguir creciendo con el alma para encontrar la simetría de mi especie.


224 Jorge López Garcés Popayán, Colombia reside en Tuluá

SILENCIO DE LA PIEL De pronto, despierto como después De una dolorosa embriaguez, Sumergido en un pantano De sombríos fantasmas. Sordo al canto de la luz al borde del día. Entonces soy un hombre mudo, Como el invierno que me habita. Pero a veces, el aire palpita En la claridad del jardín materno. Mis ojos gritan al sol como abriendo Un libro nuevo. Un tropel de colores inicia su abecedario Matinal en el camino del viento. Solo los árboles conocen el secreto de su canto. El incendio del estío late en sus hojas Breves como labios mudos. En estancias de fuego, el tiempo Camina presuroso. Los recuerdos se arropan al paso Del caballo del día. Y empiezo a escribir desde el silencio de la piel. Quiero sanar mis locuras Y borrar mis pesadillas. Escuchar los lamentos de las piedras. Exorcizar la maldición de los espejos. La palabra que nace Es solo la rebelión de la hormiga.


225 Jorge López Garcés Popayán, Colombia reside en Tuluá

SOMBRA QUE PASA Lenta, la tarde se desgrana Aburrida de sol. Pero mi habitación tiene Un techo de lluvia. Solo respiro una Desorbitada lejanía Quebrada en mil pedazos. Mi corazón es ahora Una cisterna vacía. Aquí, siempre tan lejos, Tu voz es una sombra que pasa Entre la soledad y ese valle Interminable como una pesadilla. En el silencio de la poesía Mi angustia sin orillas Te ve en el agua que enmudece. El olvido camina sin rozarnos Porque tus manos y las mías Se anudaron en lo más hondo del tiempo.


226 MarĂ­a Cristina Sorrentino Capital Federal, Argentina

PIEDRA RODADA El suspiro del viento rompe el silencio y pule su canto. Talla el oleaje la dureza de los siglos desgranando en abrazos cristalino corazĂłn de cuarzo. Eterna viajera una y otra vez la besa la espuma. Siento su frĂ­a lisura sobre mi palma abierta y comprendo que a veces la insistencia y el tiempo obran los cambios.


227 María Cristina Sorrentino Capital Federal, Argentina

MARCESCENTE Como hojas en otoño la palabra anda perdida no encuentra su lugar esta mañana. Huye del papel en blanco queda a la intemperie y no anida en mi poema. Escondida entre el ramaje se niega a perpetuar viejos recuerdos y enjugar lágrimas secas. En el silencio se instala -casi ceniza en un paisaje yermopermanece mustia entre mis dedos hasta brotar de nuevo.


228 Yessika María Rengifo Castillo Colombia, Bogotá

SIEMPRE ERES TÚ Entre cantos de margaritas y los besos de la luna, viven tus fotografías en los balcones de casa. Tus llamadas en el triste teléfono que se dan los amantes perdidos en promesas del sol. Siempre eres tú. Sobre mi vida que persiste con recordar tu sonrisa como dulces cantos. Siempre eres tu cielo mío, que ilumina mi corazón.

Yessika María Rengifo Castillo Colombia, Bogotá

OTOÑOS En octubre veo que mis manos frías y mis pies perdidos en recuerdos de tus melancólicos ojos juegan otoños que endulzan nuestra historia.


229 Alicia Susana Baigorria Capital Federal, Argentina reside en Buenos Aires

TARDE DE LLUVIA Cuando llueve a la tarde, y la lluvia limpia sobre tejados sucios con gotas transparentes, siento que en mi alma llueve también con fuerza y se limpian las negras y rudas experiencias. Como nubarrón obscuro que transforma el viento y horada un momento tibio rayo de sol, así es, la razón, en negro pensamiento: se transforma en calma después del aluvión. Cuando llueve a la tarde se desmaya el alma en suspiros crecientes que terminan en calma. Cuando llueve a la tarde se aclara el pensamiento que se duerme en la noche profundamente quieto.


230 Alicia Susana Baigorria Capital Federal, Argentina reside en Buenos Aires

MARIPOSA DE OTOÑO Escribí estos versos, un día de otoño Junto a la abierta ventana de la tarde. El sol tibio pincela el ramaje que arde y esa hoja que cae, repleta de oro, deslumbra mis ojos . Efigie tallada de tul. Oscilante circulo, cercenando el aire, suspendiendo el giro, lento y uniforme, que baja a la tierra, estallando en luz. Imagen furtiva que en los recuerdos vive, Chispa brillante que enciende mi ser, déjame Olvidarte, germinante hoja de destellos, Marcaste un instante, preludio de amantes. Un atardecer de rojos puñales brillantes. Mariposa amarilla. Solcito que cae.


231 María Silvia Paschetta Argentina

HERMANA VIEJA Darme permiso Quedarme quieta Darle/ por una vez/ la bienvenida a esa hermana tan vieja que nació conmigo Tantas veces negada tantas más expulsada o repudiada tantas sin resultados que valieran Darme permiso Quedarme quieta Por una vez decirle te conozco ya no te temo tomate un mate conmigo acá en mi patio/ que es el tuyo Miremos cómo se va la tarde Hermana vieja Hermana desde siempre (si naciste conmigo y nunca me dejaste) Puedo aceptarte hoy


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mi hermana repudiada mi hermana más profunda mi tristeza

María Silvia Paschetta Argentina

CORAZÓN DE TIZA “Cuando todo duerma/ te robaré un color” Alberto Spínetta

Yo tenía el corazón de tiza pero no lo sabía (que la tiza no sabe que es de tiza) En la piel de rayón tenía un zurcido invisible pero zurcido al fin Mis ojos de papel eran acaso barcos en charcos infantiles No sabía de tiempos ni de sueños despacios No sabía reír No pensaba en correr


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ni en dibujarme ni en la miel en el pecho cuando se entrega al fin Pequeños pies corrientes habitando colores En el vientre un desierto Una voz sin gorrión No me supe quedar esperando hasta el alba Encarcelé el color Yo tenía una vez el corazón de tiza y una reja sin sol


234 Raceli Colla Pérsico Córdoba, Argentina

…Y FUI A TIRAR LA FUENTE …Y fui a tirar la fuente, arrojé la fuente de recuerdos amargos, lo hice sin prisa, eligiendo y de frente. El río de mi alma, la arrastró despacio en sus ondas azules la cubrió de estrellas; y del cielo en celestes lagos sepultó rumores de antiguos dolores, despertando de mi amor las voces en el etéreo rumbo de sonatas bellas. Arrojé la fuente de mis sueños truncos en las hondas corrientes donde el alma alienta, deshice las sombras de agudas cornisas; y sembré de soles mis propios rincones. Desnudé a la vera de mis sueños nuevos zarzales y juncos esparciendo aromas, canciones y risas. Arrojé la fuente de mis amarguras; y nací a la aurora de ignotas ternuras.


235 Raceli Colla Pérsico Córdoba, Argentina

AMOR Rayo de luz hendiendo las sombras de mi vida. Asomada al universo de magas sinfonías plasmaste en mi alma pentagramas musicales. Con escalas, arpegios y sonidos me trajiste de la vida la magia sutil de la armonía. De tu mano crecí en el horizonte azul de los poemas, armónico hechizo desnudando anhelos en la mente y en la piel. Amor… mi rayo de luz en el palpitar insomne de la idea. Me despiertas en la incierta ochava de mis dudas; y al amparo de tus retos crezco en la esencia y en el alma de las cosas. Crezco de tu mano rondando del pensamiento las esquinas, del místico al temporal interrogante voy contigo. Mi rayo de luz. Mi voz señera. Mi mundo mío.


236 Mónica Cristina Cena Buenos Aires, Argentina

LA OTRA El velorio había terminado y Estefi había quedado sola con su difunto marido en una vasija de cerámica. Hasta el auto de la cochería la había olvidado en el crematorio. Con impresión, agarró la urna mortuoria ardiente como el sol. Y recordó ese día de calor cuando él le juró que ella era el único amor de su vida, que “la otra” era Marcela. Y ella le creyó. Ya en su casa, seguía aferrada a la urna: parecía una piel afiebrada. Recordó la vez que él, en su deliro, la llamó “Marcela”. Luego él le dijo que había sido porque sentía culpa. Y ella le creyó. Buscó un lugar significativo, que evocara momentos felices, para poner la vasija. Nada en la casa tenía esa huella: no había fotos de viajes, de fiestas o de pareja. Nada donde estuviesen juntos. Entonces comprendió. “La otra” siempre fui yo, pensó. Y vació el contenido de la urna en la basura.


237 Mónica Cristina Cena Buenos Aires, Argentina

ENFERMEDAD El hombre salió del consultorio médico con la receta en la mano. Se sentía enfermo, cansado, sólo un hilo de esperanza lo animaba a seguir. Entró en un bar, pidió un café, y mientras esperaba volvió a leer la receta: R/p Al levantarse dé tres inspiraciones frente a la ventana, salga al jardín y corte una flor para su mujer y llévesela. Tómela de la mano y caminen juntos durante una hora recordando viejos tiempos.


238 Yenis Judith Muñoz Mindiola Guajira, Colombia

AÚN TE ESPERO Desde hace algunas noches, mi cuerpo sediento, empapado de deseo, espera ansioso del verbo conjugado por usted para que pueda explorar y colonizar mis sentidos. Con el vino en su boca y en mi piel sus manos, conscientes del paraíso ni un trozo de la dermis quedará donde usted, con mi complicidad, no deje escrito un verso con indeleble tinta de dulce saliva. Ni el tiempo, después del tiempo, podrá borrarle. Si llegase la ausencia y, este cuerpo que envejecerá con la partida de las noches, tranquilo pudiese mirarse en el espejo, aspiro seguir leyendo en mi piel con avidez aquella pasión para continuarla respirando, alimentándome de su poesía y ataviada con su recuerdo.


239 Yenis Judith Muñoz Mindiola Guajira, Colombia

TENGO GANAS Mi silencio clama en soledad por un querer desconocido, original, que logre enamorarse como se encariña el músico de las féminas notas de su acordeón, que sin remedio quede atrapado en la locura sonora de mi piel, que comparta el insomnio de mis oscuros días y de las noches escritas en sombras. Que sea amante de sus fantasmas y las mías, del miedo al posible tacto de mis pies fuera de la sábana. Que se enamore, como el sol, de la penumbra de un eclipse, del frío de mi corazón, de cada momento donde siento el peso del mundo para mi sola. Tengo ganas de ese amor, desconocido, original.


240 Jacobo Mansilla Capital Federal, Argentina reside en Buenos Aires

EL POETA Después de rajarse un tiro en el corazón el hombre vomitaba imágenes (con las ayudas de las palabras aliadas) de tristezas y alegrías se perfumaba de sapiencia y retomaba el camino del mundo “es el método y los riesgos del oficio” declaraba a los curiosos amigos de la verdad mientras jugaba con su catador aparato de embelleceres y descentramientos sobre las cosas de este mundo


241 Jacobo Mansilla Capital Federal, Argentina reside en Buenos Aires

CONTEMPLACION Puedo tocar la belleza tan solo con los ojos me reposo andando sin memoria con huellas y disfruto libremente como los niĂąos en juegos sin reglas


242 Ana Bazán Mendoza, Argentina

LA CASITA El día estaba planeado. La victoria del regalo prometido, se cumpliría como una sorpresa no anunciada. Imaginó las sonrisas, las caras asombradas, la alegría. Se durmió soñando con ello. Lo que había deseado para sus hijos y no pudo ser, la casita del árbol. -¡Pero con ellos, no! – se dijo el día que cobró su primer sueldo. Aunque con ese sueldo tuvo que pagar cuentas, remedios, expensas… Y cuatro años después, allí estaba, en su patio, listo y esperando que la vuelta de las vacaciones, no fuera una decepción. Plastilinas en la heladera, un caballito nuevo sobre la mesita de luz, heladitos de cola en el frízer y la pileta súper llena para el mayor. Pero, se quedó dormida soñando con ello.


243 Ana Bazán Mendoza, Argentina

INQUIETUDES Me he olvidado: de todo mi pasado Canciones que escuchaba, he olvidado si me gustaban, no recuerdo sus nombres. Recuerdo, cantilenas pobres. Me he imaginado: Cómo será mi futuro. Cómo afrontar el rechazo. Cómo no caer en el absurdo, cómo ceñirte, en mis brazos. Cómo ofrecerte, mi mundo. Me he preguntado: ¿Qué pasará luego de encontrarte? ¿Qué encontrarás para aceptarme? ¿Qué aceptarás, para dejar que te amé? ¿Qué amarás, luego de conocerme? ¿Qué podré hacer, para olvidarte?


244 Noemí Rubiano La Pampa, Argentina

MELANCOLÍA EN UN ATARDECER Detrás de un brazo del árbol se oculta como asombrado, transformando el azul celeste en cálidos anaranjados. Los campos muestran gentiles al pastizal con su verdor, y en la línea del horizonte una bruma apareció. Tierra del caldén y pastizales tierra del cultivo y ganado, es mi tierra, es mi Pampa la tierra de mis cantares. Nací y crecí en una chacra donde contemplé atardeceres, solo quedaron recuerdos y anécdotas entre los olmos. Por eso hoy al contemplar el atractivo atardecer, de mi puño saltó un relato por la melancolía del ayer.


245 Noemí Rubiano La Pampa, Argentina

SOLIDARIDAD Sin esperar nada a cambio entregarse a los demás, es un bello camino llamado solidaridad. Ese sublime don que nos colma el corazón, ver muchedumbre cooperando es sinónimo de amor. Si damos con convicción nuestro corazón se inunda, abrazar al de al lado dar todo lo bueno de uno. Un mensaje de amor y esperanza, otras veces ofrecer el hombro, son signos de apoyo que une pueblos con pueblos. Quien sabe amarse así mismo sabe amar a los demás, así de simple es la acción llamada Solidaridad.


246 Elbis Gilardi Santa Fe, Argentina reside en Córdoba

APRENDIZAJE La mujer es la que llora la lluvia de los nidos el huracán en los rosales. La que aprieta el silencio para no difamar el albedrío de los ojos. La mujer se tejió el ombligo como quiso como más le gustó. Como tejen el edén las subversivas. La mujer aprendió a llevar tinajas pero no las que rasgan las espaldas sino las que ayudan a beber el agua clara el agua de la furia, el nuevo patrimonio ceñido entre los senos gloriosos de comida. La mujer tiene piernas, tiene sexo, tiene voz. Puede llorar sobre el nido, el huracán y los silencios solamente necesita plantarse en la tierra cavar su propio pozo. Alimentar el hambre y luego con toda esa heredad que la redime convertirse nuevamente en mujer y caminar con orgullo sobre la paja austera de los nidos.


247 Elbis Gilardi Santa Fe, Argentina reside en Córdoba

TE VI EN MIS SUEÑOS Me gustó abrazarte. Sabía al perfume de siempre tu cuerpo y tu pelo mustio las manos pequeñas pero fuertes recorrieron ávidas el ámbito de mi cintura. Me gustó abrazarte. aún latía el amor eterno que nos promulgamos. Nada fue oportuno decir. Simplemente: cómo has crecido qué fue de tu vida… Me gustó abrazarte y llorar de tiempo en tu hombro. Volvimos a intercambiar el alma y la procesión de versos. Todos en la menudencia de tu pulso joven. Me gustó abrazarte ya desvanecido dentro de mi sueño. Llevabas la chaqueta roja como me gustaba.


248 Laura Olalla Madrid, España

RECLUSA Contrariada de besos retiro el agua de mis pómulos. Atravesando edades contemplo un mar en agonía. Mi hacienda son temores que ejercen la vigilia. Entre muros opacos duerme la determinación. Quisiera ser templanza para desafiar al viento que ejerce la locura. Tengo anhelo en la palma de las manos; una lumbre encendida renace en cada poro que aguarda el cielo de la libertad; me baño en el inmenso espectro de su añoranza; cuando vuelva a buscarme, su cascada presente será la abundancia de mis eternas horas. (Pero qué digo, la Libertad está en mí. Por qué soñarla…) del libro: Fugitivas del mar


249 Laura Olalla Madrid, España

PADRE Como el cometa errante se pronuncia allá en la infinitud del universo, a mi dolor regresa tu memoria. Mira la herida aquí, en lo más amado. En el mástil altivo de la rama, donde el aroma vive y se trasciende, besamos, sí, la flor y la olvidamos. Pero en tus manos nace y crece el lirio, como recinto que un vigía alumbra en su casa más íntima. Tú y yo, padre, existimos en los cálidos labios de la ausencia. del libro: Estirpe de Gacela


250 Susana Noé Salta, Argentina reside en Tucumán

QUIERO Quiero ser la noche abrazar tus sueños Quiero ser viento Borrando el olvido Una madre que trae La infancia perdida Invisible, Bailar enamorar al río Envolverme con lianas y trenzas de junco Con brillo de estrellas que nunca se apagan Quiero ser fuego que incendie tu corazón Con besos de agua saciar tu sed


251 Susana Noé Salta, Argentina reside en Tucumán

OTOÑO Descubrír tu risa y tu mirada sobre mí Pudo convertirme en ángel Ahora, estoy de vuelta, sobre las otoñales hojas, me hundo en tus pisadas Aprisiono los recuerdos revivo los besos de color rojo Y sobre el solitario banco reposa mi etérea vida extiendo mis alas en forma de abrazos, me estiro, estiro Con ellas te busco en las raíces del añoso árbol he dejado un beso, por si vienes mañana


252 Marta Altamirano de Álvarez Córdoba, Argentina

RESURGIR ¿En qué momento completó el silencio, el taciturno andar, sombrío, errante, en días que se vuelven noches, tan llenos de olvido, que el amor no cabe?. ¿En qué abandono te petrificaste?; ¿Cuándo el puñal atravesó el sentido?; ¿Y los sueños que te habían – dime niñaSe han marchado o solo se han dormido? ¿En qué aguacero se diluyó tu risa y la inocente mirada se ha escondido?; ¿Qué impiadoso mortal te ha arrebatado, la osadía de volar en un suspiro?; ¡No lo permitas más! ¡Yérguete ahora y cabalga intrépida en las sombras, que los sueños se alzarán dichosos! En sus voces contarás tu historia, como el Fénix que resurge de la nada, volando hacia el cielo, cantando su gloria.


253 Marta Altamirano de Álvarez Córdoba, Argentina

UNO TIENE… Uno tiene los pasos anidados de huellas; ampollados de absurdos que siempre dolerán. Heridas que circundan creo más de un milenio, y lluvias peregrinas, que se angustian sin más. Uno tiene las manos de milagros vestidas, taciturnas de ausencias, mendigas en su afán. Cual cuenco protectoras, resguardan las caricias entramadas de urdimbres de lucha salitral. Uno tiene los ojos, palpando soledades. Con sabores de sueños que no pudieron ser. La mirada enlongada de ayeres primigenios Y astillada la sangre, -polvorienta vejezUno tiene la vida circundando el abismo, Resistiendo al arbitrio del destino final, Sostenido en el filo de la mano de un niño, Que acompaña sonriendo en esa inmensidad.


254 Norma Minniti Capital Federal, Argentina

CAMINO DE PINZAS Mi espíritu, cruel y vengativo se ha despertado gladiador en la mañana. La otrora orgullosa rosa está desnuda y avergonzada por la acción cruenta y despiadada de cientos de pinzas meticulosas, de corte preciso, de corte implacable, de trabajo incansable de hormigas malvadas. Y allí estoy yo para hacerle justicia a la pobre desdichada con ahínco espolvoreando, con tesón rociando, con obstinación cubriendo de venenos varios las sendas trazadas. ¿Lograré rendirlas o seré un Goliat vencido por esas leñadoras sin prisa y sin pausa?


255 Norma Minniti Capital Federal, Argentina

PETRICOR Tiempo de lluvia, tierra fragante. Me sumerjo en un viaje a los sentidos. Plantas renacidas, agradecen perfumando. Caricia de lluvia, evapora el fuego del verano. Naturaleza pródiga… yo palpito el milagro devenido: semilla, lluvia, brote, retoño, árbol, flor, fruto. Las palabras cobran significado cuando la tierra exhala la vida.


256 Nelli del Valle Espeche La Rioja, Argentina

LA BAILARINA Suena una dulce melodía que despierta el corazón de la bailarina, moviendo lentamente sus pies para deslizarse al ritmo de la danza. Desafiando la magia y sensualidad alza vuelo en los brazos de la música. Un despliegue de figuras va formando al compás del ritmo en un avance de giros llevando la libertad de la pasión y la cadencia. Deja caer como pinceladas, abarcando todo el espacio mientras se aleja llevándose la fragancia de la danza y la melodía.


257 Nelli del Valle Espeche La Rioja, Argentina

EL DISFRAZ Arquetipo del hombre seductor se presenta en el salón de fiesta. Las miradas femeninas siguen su presencia soñando con este varón. La imaginación vuela y va más allá de la realidad sin hacer un alto. Sienten que son dueñas de esos largos brazos y del palpitar corazón. Su porte elegante con ademanes suaves y sonrisa encantadora va creciendo en su yo. Al descubrir miradas de envidia en sus pares y acariciadoras en las damas. Pero todos ignoran que solo es un disfraz ocultando su soledad.


258 Rosa Beatriz GonzĂĄles San Juan, Argentina

VITAL El amanecer un infinito de luminosidad revelando casi todo. Inexorable la tarde despliega su ser, ensombreciendo los restos de horas gastadas.

El pĂŠndulo oscila con nuestras vidas a cuestas.


259 Rosa Beatriz GonzĂĄles San Juan, Argentina

TIEMPO EN CUSTODIA A solas con nosotros, espacios llenos y vacĂ­os pendulados de luz y niebla. Ilusiones guardadas escapando cuando pueden. Realidad aprisionada entre quimeras que sostienen. Lienzo donde se vuelcan colores y palabras de prometidos encuentros. Nos rescataremos.


260 Damián Leonel Viloria Misiones, Argentina reside en Córdoba

DESNUDARSE Quitemos las palabras “drama” y “complicado”. Quitemos, también, “cuerpo”, “espacio” y “horario”. Quitemos “casa”, “departamento”, “calle”, “vecindario”. Quitemos todo, hasta “quitar”. Quitémonos (por qué no) “quitémonos”. Entonces, nosotros; ni siquiera “nosotros”. Entonces, vos; tal vez, yo. Entonces uno y el otro.


261 Damián Leonel Viloria Misiones, Argentina reside en Córdoba

VIDA Frágil, muda, llega. Los pies, detrás, la sombra. Huir es el único destino. ¿De quién, sino de nadie, es el camino? Tras varios intentos prófugos, rozan las yemas el velo. Cae, ya viejo, el cuerpo. Frágil, mudo, vencido. Vuelve uno al sitio oscuro donde el silencio desteje las alas de los pájaros.


262 Patricia Bustos Córdoba, Argentina

MAGDALENA Se tomó de un sorbo sus ojos los bebió con sed de náufrago. La melancolía rugió como un león al acecho. Ellos se desvistieron en medio de la jungla gris. Mientras los fantasmas se apareaban entre las sombras él le devolvió el beso curvo del silencio en la sal y la arena de los párpados. Sin hablar perdiendo el don de las libertades aparentes transformando la fruta codiciada en una cárcel a contratiempo de la voz en un extenso ejercicio de magullar la carne y someterla luego a la irrefutable perdida de la conciencia.


263 Patricia Bustos Córdoba, Argentina

Beso la lluvia dentro del cuarto. Llueve en la piel y en las fisuras indecentes de la pared en los cinco pliegues de su frente en los puntos cardinales de la alfombra. Beso la lluvia en la comisura de los labios. La beso en sus mejillas de nube de nardo urdidas en cáñamo y aceite. Beso el pedrusco y la gota perfumada que desciende desde el cuello hasta el gorrión que aletea en el pecho lo escucho pulsar lo abrigo hasta que profetice el enigma en la sombra de mis ojos. Gotas difusas dedos arenosos grieta senil y holocausto que se deshace en besos de lluvia. Lluvia te nombro. Te guardo. Te oculto en la cartera roída te llevo en el reverso de mis días nublados.


264 Adriana Mónica Lamela Neuquén, Argentina

ORIUNDOS El viento humilla la ciudad sopla hasta el hartazgo y las esquinas alucinan con faldas, papeles y hojas secas. Sopla y condena todo ser vivo a bajar la cabeza sin piedad. Del otro lado de la barda se doblan los pinares Luego llueve y el viento se acobarda. Lágrimas sucias de absurdas dimensiones resbalan en los ventanales y hasta los gatos maldicen ser oriundos de este lado del mundo El aroma sediento de tus umbrales trasciende las calles, retoza sobre las vías y trasnocha en las avenidas Las horas se irán soltando A oscuras o envueltas en rocío Nadie recordará la tierra escarbando en los ojos Dios barre polvo y memoria Y abraza con orgullo la inmensidad patagónica.


265 Adriana Mónica Lamela Neuquén, Argentina

CARRUSEL INFINITO La visión se aloja entre las líneas rectas del instinto; habita los huecos que el tiempo Voy sin escudos, detrás del silencio. Voy entre las cercas lunares, río abajo, implorando al temporal que no desgarre la tarde Y la ciudad es una vieja oquedad en el otoño Doy vueltas, una y otra vez, como si me hubiera trepado a un carrusel que jamás se va a detener Me gusta la ironía de arañar el papel con la mano ondulante y moverme por el aire cerca del asfalto. Él dijo que volvería a creer y yo intento creer Pero todos aprendemos que las certezas no son de este mundo. Nunca fui del todo pájaro. En realidad, no.


266 María Norma Bischoff Córdoba, Argentina

ODISEA Odisea de vida trayecto de glorias ocasiones de espinas siempre fe en el alma. Latente esperanza que nunca se evade. Mi interior brilla paz me colma de luz. Luz que refulge sumergida en mi ser. Me susurra… ¡Adelante! La odisea avanza. Trayecto de azahares elixir milagroso, la noche deslumbra cuando la paz es tu aliada.


267 María Norma Bischoff Córdoba, Argentina

ESPERANZA Subliminales arpegios en el aire se esfuman. Ígneo resplandor amortecina el firmamento. Una calma tensa el aire impregna. El protervo enemigo asedia la tierra. Súplicas aladas se esparcen por doquier. Sombras arcanas las mentes obnubilan. La fe cual maná impregna corazones. El universo irradia Un futuro de esperanzas.


268 Pedro González Domínguez Chiapas, México

LOS OJOS La corriente, se llevó la alegría de sus ojos; están bañados de lluvia y de tormenta; los que ayer miraban diferente, ni los rayos, son capaces de pintar sus lágrimas. Dos albercas, rebalsan con la fuerza del dolor, y de la lluvia, sin que medien las canículas, para un receso de la angustia. El verano se fue, y con él, los sin sabores. Hoy, el sol resplandece y termina la tristeza; el mejor brebaje, para cualquier nublado, es el tiempo y dos pócimas de optimismo.


269 Pedro González Domínguez Chiapas, México

EL CUERPO Tiritando, sin ningún consuelo que le ayude, a terminar con la ducha a media calle. El frío de la ausencia, le cala, por no tener ánimos, para abrigarse; la lluvia moja más, a su alma, que a su cuerpo inmune. Ella camina despacio, para sentir la noche y calentar más, que a sus pies y manos, su realidad sin rumbo. Sólo encuentra consuelo, en los brazos de Morfeo, quien la acaricia con ternura, la abraza y la protege, hasta que despierta el día.


270 Aldo AlemĂĄn Laurencigh CĂłrdoba, Argentina

XVIII Sometido al invierno para siempre no te importan ya la lluvia ni los atardeceres. Un cavilar de sombras teje su telaraĂąa en tus perdidos huesos y permaneces callado, con la grava final de mis preguntas, transformando tu arquitectura, tu gastado maderamen, aunque sangren mis pupilas por tu descantillada imagen fugitiva y te nombren mis labios fervorosamente. del libro: Afuerada sombra (Jazmines y Suites)


271 Aldo Alemán Laurencigh Córdoba, Argentina

X Perdida ya a mis ojos te siento desgarrada de mi corazón, sin poder decirte palabras al oído, desprendida al fin de tu ternura y tu memoria declinada. Estoy sin ti poblado por el grito y mi esqueleto andante escribiendo poemas como siempre, ensimismando penas y alegrías, sintiendo el invierno por mis huesos, transitando un planeta donde la muerte muere para exaltar la vida. del libro: Afuerada sombra (Jazmines y Suites)


272 Demetrio Navarro del Ángel San Luis Potosí, México

OTREDAD Bullicio que fluye embravecido ¡Clama tu memoria! la de ayer, la de hoy, la de otros . Angustia, tristeza sentenciada entre la indiferencia que subyace. Desencuentros que respiran en la soledad asustada, los marginados protestan en medio de la oscuridad. La casta de los demonios se libera, corazones en conflicto, almas vacías que se acrisolan en los silencios que nos habitan. El hastío tiene un límite melancólico que se ahoga entre la hipocresía, la intriga, y los silencios obligados. Un tiempo universal se subleva, ¡La tierra palpita con un estruendo profundo! ¡la infamia es desterrada! ¡las alas se baten con la impronta de la esperanza!


273 Demetrio Navarro del Ángel San Luis Potosí, México

CONEXIÓN DE AMOR Eres el conjuro primitivo, la excentricidad imperceptible, la versión desmentida del moralismo tribal el eureka divino en los vacíos abominables, protagonista de mi sed infinita. Eres el residente viral y dramático envuelto en camuflaje de almas, círculo de amantes caprichosos que aceptan la aventura mística, ¡La tribulación impertinente de los días! Conexión ritual, vórtice de luz, destino innato mundano, errante, nómada ¡No importa! ¡Cualquier ángulo en ti es perfecto!


274 Carlos Daniel Cécere Córdoba, Argentina

SIN PALABRAS Caminaba por la arena y el mar enloqueció. El cielo mordió tu boca y una estrella enmudeció. Enmudecieron las olas y tus ojos afinados se extraviaron de amor. Enmudeció tu cabello al caer sobre tu hombro. ¡Sos nieve...enmudecida en calor! ¡un destello! bello cuerpo con tus senos de nácar, salvajes y con luz. Enmudecida tu danza girando en llamaradas. ¡Ohh! alejado del muelle resignado y con pasión tomé mi barca, abracé fuerte al viento que susurró tus secretos, como la hierba que no tiene fruto ni olor. Hay quietud en mi espera pero tengo soledad. Mi corazón no se calla... Esperaré tu regreso


275

enmudeció por vos. del libro: Miradas y Silencios

Carlos Daniel Cécere Córdoba, Argentina

LUZ DE LUNA Hay olor a manzanilla, el suelo es de terciopelo verde. Las piedras van lamiendo el paisaje luego la luna los baña con su mística luz.


276 Carlos Ariel Albornoz Cรณrdoba Argentina

CONCIENCIA Todo el plomo del cielo se derrite sobre la conciencia de mi hermano ยกdesea gritar su culpa a los cuatro vientos! Pero el ancla del silencio se enreda con cuatro naves encalladas en su garganta. Tiro de las cuerdas hasta desatar el nudo, conversamos... Caen las ropas de su alma y me descalzo: el suelo que transito es terreno sagrado. Al sentarme en su silla, comprendo que el perdรณn es viento y me siento aliviado.


277 Carlos Ariel Albornoz Córdoba Argentina

PAISAJE ÍNTIMO ¡Un temblor en tu cuerpo me conmueve! al caer con la tarde tu vestido, son tus pechos nenúfares que asoman desde el vasto paisaje del ombligo. Sobre el loto azulado de tu abdomen van cayendo mis besos cual rocío y en la espalda se vuelven un cardumen de salmones subiendo por los ríos. Nos arrastra con fuerza la corriente por un delta fecundo y estuarino, al abrir las compuertas del deseo en su cauce acabamos sumergidos. Desde el lecho, asida a mi firmeza, vas flotando con ímpetu lascivo: te sostengo evitando que te ahogues. ¡Por el agua acunados nos dormimos! Soy un golfo internándome en tus cabos: la erosión de mi paso son los rizos que enredados descuellan en tus hombros, ¡por mis olas rompiéndose entre riscos!


278 Raúl Enrique Ledesma Capital Federal, Argentina reside en Córdoba

UN PUEBLO CON ÁNGELES BUENOS Sumergidos en los recuerdos de un pueblo adonde aprendí a caminar de la mano de mi Madre, mi padre convaleciente decidió que Villa Bustos, sería nuestro lugar en el mundo. Nos prestaron un ranchito en una pequeña chacra a orillas de la Ruta 38 (hoy un súper mercado, ocupa el lugar). Al fondo el canal de riego que alimentaba los sembradíos del pueblo. Apenas caminaba allí mismo tuve mi primera aventura, la tarde mediaba cuando mi madre, noto que yo no estaba en la pequeña habitación, salió al patio y se imaginó lo peor, con desesperación llamó a mi padre y corrieron hasta la acequia caudalosa de orillas barrosas, la recorrieron hacia el Sur, pasando más allá de la Capilla San Roque, y Raulito no estaba, desesperación, volvieron a la chacra sembrada de maíz, cubierta por las altas plantas ya secas, con las mazorcas para cosechar. Tupidos los surcos de yuyos bajos. Mis padres…Línea por línea minuciosamente recorrieron, en busca del niño perdido. La chacra comenzaba a orillas de la ruta y terminaba en la acequia, unas dos Hectáreas de tierra. La tarde comenzaba a declinar y el recorrido llegaba a su fin.


279

Cuando fui adolecente, mi madre, contándome la anécdota…Que cuando se les venía la noche en todo sentido, desesperados con vecinos que ayudaban en la búsqueda…Allí en el último surco a orillas del cauce de agua del canal, el tipito se había tapado y armado con las chalas una regia cama y lo encontraron durmiendo plácidamente, arrullado por la música del viento y el canto de los pájaros…Sorprendido por el encuentro se tomó de las manos de sus padres y con las primeras sombras se sumergieron en el sendero de la chacra. Esa fue mi primera aventura en donde tengo la dicha de seguir viviendo y en donde siempre existieron los ÁNGELES BUENOS.


280 Raúl Enrique Ledesma Capital Federal, Argentina reside en Córdoba

TE REGALO UNA MIRADA Tarde soleada de otoño, las hojas descansan en su lecho de muerte, la arena revuelta bajo los columpios del parque, el corretear de los niños con sus voces chillonas, alegran el espacio, junto a los bancos de madera y al pie del añoso Ciprés. Me encontraba escribiendo en mi cuaderno de apuntes, las vivencias de un día complicado de asuntos mundanos, tan enfrascado en mí, que tarde un buen rato en darme cuenta… Que del asiento vecino al mío alguien diminuto…Con sus grandes ojos negros…Observaba… Levante la vista, una joven mamá conversaba con otra mayor, un niño muy pequeño escondía su carita atrás de las tablas del respaldo. Cuando escribía, el curioso se asomaba...Con el rabo de la mirada, estudiaba yo su inocencia. Así paso un buen rato hasta que el decidió enfrentarme, me miró muy serio, le regalé una tierna ojeada y el me devolvió la mejor sonrisa, en el momento que el sol en su último destello alumbró su rostro ¡Feliz¡ de luz. Me quede pensando que ese pequeño niño con su cálida inocencia, su vistazo y su sonrisa, en una fracción de tiempo habían logrado, lo que a nosotros los mayores humanos nos cuesta tanto entender de convivencia. Niño…Me regalaste la mejor mirada, nunca conocí tu nombre pero si tu sonrisa de ángel.


281 Claudia Elisa Saquicela Novillo Cuenca, Ecuador

LA VIDA ES EL PRESTAMO ¿La vida es el préstamo vigente de suspiros…marca el ritmo del tiempo de vidas paralelas, cuantos ojos necesita ella para ver menos que un ciego? ¿Cuántas toneladas de agua necesita para ahogar su angustia? ¿Porque busca algo que nunca ha encontrado? Y ella exprimió sus poesías hasta quedarse tuerta, su verdad suicida vivió y murió de nuevo enconando su voz sin eco, ¿Qué se acabó dentro de ti?, ¿qué se rompió dentro de ti?, para reponer, te canté con la voz de la memoria…te di mis dones de la no existencia…me bañé con la dulzura de tu sudor, me envenené con tus restos vivos, ¡te embelesé con mis caderas y mis muslos! Te enseñé a vivir con menos…te regalé mi clímax, tus carencias son mi centro de gravedad… porque atravesaste todos mis infiernos, me soñaste con los ojos abiertos… Para prestarme tu no vida, alquilarme tu no dicha, y venderme tu no amor…


282 Claudia Elisa Saquicela Novillo Cuenca, Ecuador

LOS BESOS MUDOS ¡Hay besos condenatorios!, besos inclementes e irreconocibles…besos de lo que serás, Besos alcalinos curtidos que des-nacen…besos sordos de corazón y mudos de espíritu, Son besos porque tú lo concedes…besos de reflejo y de tierra, besos de pasado y de futuro, besos de hoy y de nunca, besos inocentes y colectivos, besos de ciénaga y de jaquecas, ¡besos tupidos y de alivio!, besos de vertebras…que son cuerpos idos, que los ansían, ¡son almas sinceras que los desean¡, corazones ardidos que los sueñan! Con ellos hurgo mis heridas infectadas, gozo con las miradas sin ojos, mis cabellos crecen bajo tierra, y mi sobra se parece a la piel de mi fuego a tientas.


283 Luis Lorenzo Fontana Entre Ríos, Argentina

BADAWI Crece; intensa. Como un lejano viento caliente, Nacido en las arenas vivas del Ad – Dahna, Que de pronto es torbellino, Que se vuelve Ritual de giros Y ondula el paisaje Como si un rugiente demonio Surgido en las dunas Castigase todas las miradas, Atrapando todos los silencios. La noche es una cascada salvaje Y breve que se agita En cada golpe del darbuka; Como si fuese Un acto de magia de viejos Guerreros beduinos En los desiertos. Sospechan algunos Andadores de leyendas; Que tal vez, Cuando danza tu cuerpo; llena el aire De símbolos con música, Cuando bailas, No eres quien eres Sino una salvaje Badawi


284

De Laniph, pintando la noche De pura vida.

Luis Lorenzo Fontana Entre Ríos, Argentina

FURIOSO Y VIVO ESTA RESUELTO. AUN CON TEMORES FLORECIDOS EN PLENO OTOÑO, Y UN PAISAJE DE OCRES INDISCRETOS, VOY A TRATAR, VOY A INTENTAR RECOGER, PARA ROMPER TODAS LAS MEMORIAS DE VOS GUARDADAS CON RECELO. ESCULPIR EN EL LIENZO DELICADO DE LA PIEL MEMORIAS NUEVAS; UNA POR UNA, LAS DE LOS GESTOS LAS DE CADA CARICIA, ANTIGUAS, NUEVAS. LA DESNUDEZ PAULATINA. MIS MANOS LABORIOSAS ENLAZANDO TU PELO. TU BOCA LLAMANDO A PURO SILENCIO


285

PARA QUE LA ENCUENTRE MI BOCA Y FUNDIR SOLAS, LA SECRETA ALGARABIA DE LOS LABIOS HERIDOS DE ESPERA Y SANARLOS; HUMEDOS DE PRESENTE FURIOSO Y VIVO. TUYO, MIO. ALTAR DE LUJURIA SACRIFICANDO CUERPOS DESNUDOS FINALMENTE DE TODOS LOS MIEDOS ESCONDIDOS.-


286


287

Ă?ndice foto biogrĂĄfico de escritores y poetas que compartieron la luz de su verbo


288 Páginas 49 y 50

Páginas 55 y 56

Páginas 264 y 265

Adela Margarita Salas

Adriana Irma Maggio

Adriana Mónica Lamela

Buenos Aires, Argentina

Capital Federal, Argentina

Neuquén, Argentina

Páginas 219 a 221

Aída Redero Santa Fe, Argentina reside en Córdoba

Páginas 119 y 120

Alejandra Zenklusen Santa Fe, Argentina reside en Córdoba

Página 270 y 271

Aldo Alemán Laurencigh Córdoba, Argentina Página 229 y 230

Página 34 y 35

Alicia Corominas La Rioja, Argentina

Página 187 y 188

Alicia S. Loza Achával Córdoba, Argentina

Alicia Susana Baigorria Capital Federal, Argentina reside en Buenos Aires

Página 40 a 42

Althea Romeo-Mark

Páginas 117 y 118

Amanda Giorgi

Páginas 242 y 243

Ana Bazán

Antigua y Barbuda reside en Suiza

Córdoba, Argentina

Página 99 y 100

Página 95 y 96

Avelino

Anahí Duzevich Bezoz

Antonella Gatti

Santa Fe, Argentina

Córdoba, Argentina

Mendoza, Argentina reside en Buenos Aires

Mendoza, Argentina Páginas 101 y 102

Página 81 y 48

Basilio Eduardo Romero Quinteros Córdoba, Argentina reside en Santa Fe

Página 71 a 73

Brenda Carolina Ascencio Trejo Coatepeque, El Salvador

Páginas 89 a 91

Carlos Alberto Boaglio Córdoba, Argentina

Páginas 129 a 131

Carlos Ariel Albornoz

Cintia Fabiana del Valle Díaz

Córdoba, Argentina

Jujuy, Argentina

Página 276 y 277

Página 281 y 282

Páginas 134 y 135

Claudia Alejandra Auriol Córdoba, Argentina Página 260 y 261

Claudia Elisa Saquicela Novillo

Cristina Rodríguez

Cuenca, Ecuador

San Luis, Argentina

Página 65 y 66

Damián Leonel Viloria Misiones, Argentina reside en Córdoba


289 Páginas 156 a 158

Darío Gonzalo Fuenzalida Jujuy, Argentina

Páginas 272 a 273

Demetrio Navarro del Ángel San Luis Potosí, México

Páginas 67 y 68

Ebe Baima Cerri Córdoba, Argentina

Página 146 y 147

Elbis Gilardi Santa Fe, Argentina reside en Córdoba Página 207 y 208

Erniris Ruiz Ciudad de Bolívar Venezuela

Páginas 76 y 77

Elma Sueldo Córdoba, Argentina Página 154 y 155

Facundo Exequiel Azcurra Mendoza, Argentina reside en San Juan

Páginas 86 a 88

Elsa D. Solórzano Chiapas, México Página 63 y 64

Fidel Alcántara Lévano Chincha- Ica, Perú reside en Moquegua

Página 193 y 194

Gladis Mabel Domínguez Núñez

Páginas 74 y 75

Corrientes, Argentina reside en Córdoba

Corrientes, Argentina

Gladys Guadalupe

Página 27 y 28

Graciela Rina Brizuela Tucumán, Argentina

Página 47 y 48

Graciela Ríos Lobos San Juan, Argentina reside en Neuquén Página 125 y 126

Página 205 y 206

Griselda Rulfo Córdoba, Argentina

Isabel Cristina Santiago del EsteroPor los que yaMurrieta López no están. Página 240 y 241

Jacobo Mansilla Capital Federal, Argentina reside en Buenos Aires

Barcelona, España

Página 78 a 80

Hugo Orlando Ramírez

Argentina Por los

Página 107 a 109

Higorca Gómez Carrasco

Sonora, Méxicoa alguien que han perdido Página 29 y 30

Jairo Abelardo Centeno Villamizar Saravena, Colombia

Página 25 y 26

Isabel Nieto Grando Córdoba, Argentina Página 36 a 39

Jenny Villarreal Casarrubias Guerrero, México

Página 224 y 225

Jorge López Garcés Popayán, Colombia reside en Tuluá

Página 53 a 54

Páginas 209 y 210

José Luis Frasinetti

Juan Carlos Frontera

Buenos Aires, Argentina

Córdoba, Argentina


290 Página 43 y 44

Página 105 y 106

Página 195 a 196

Julio Almirón

Julio Pizzio

Juan Carlos Rodríguez

Corrientes, Argentina reside en Buenos Aires

Capital Federal, Argentina reside en Buenos Aires

Buenos Aires, Argentina Página 203 y 204

Karina Valeria Garrido Buenos Aires, Argentina

Página 12 a 14

Lindsay Fiore Vitale Sullana, Perú

Páginas 57 a 60

Katterin Palma Sucre, Cumaná Venezuela

Página 139 y 140

Liliana Zeppilli

Buenos Aires, Argentina

Buenos Aires, Argentina

Página 10 y 11

Liliana Beatriz Vázquez

Córdoba, Argentina

Santa Fe, Argentina

Página 283 a 285

Magdalena Pizzio

Luis Lorenzo Fontana

Capital Federal, Argentina reside en Neuquén

Página 127 y 128

Luciana Elsa Bonzo Suárez

Página 15 a 17

Laura Casamayor

Página 69 y 70

Entre Ríos, Argentina

Página 175 y 176

Malvina del Valle Paz Espíndola Santiago del Estero Argentina

Página 141 a 142

María Ester Sorbello

Marcelo Eduardo Gómez Bello

Capital Federal, Argentina

Tucumán, Argentina

Página 152 y 153

Página 110 a 111 Páginas 226 y 227

María Cristina Sorrentino Capital Federal, Argentina

María del Carmen Fernández La Rioja, Argentina

Página 145 y 146

María del Refugio Sandoval Olivas Chihuahua, México

Páginas 199 y 200

María del Rosario Alarcón Santa Fe, Argentina

Páginas 191 y 192

Página 45 y 46

María Elena Altamirano

María Esther Cuestas

Córdoba, Argentina

Córdoba, Argentina

Página 266 y 267

Página 164 y 165

Página 231 a 233

María Norma Bischoff

María Rosa Schverdt

María Silvia Paschetta

Córdoba, Argentina

Córdoba, Argentina

Argentina


291 Páginas 172 a 174

Marianella Sáenz Mora San José, Costa Rica

Páginas 252 y 253

Páginas 162 a 163

Cuba

Marta Altamirano de Álvarez

reside en Barcelona, España

Córdoba, Argentina

Marlene Denis

Página 182 y 184 Página 147 y 148

Martha Zárate Righi

Página 184 a 186

Martha Grondona

San Juan, Argentina reside en Córdoba

Mayda Álvarez Ferrer

Salta, Argentina

Barranquilla, Colombia

Página 97 y 98

Miguel Torres Pereira

Página 51 y 52

Arjona-Bolívar Colombia

Miriam Adriana Cano

Miriam Barbera

Córdoba, Argentina

Mendoza, Argentina

Páginas 83 a 86

Páginas 112 a 113

Natalia Sol Peralta

Páginas 236 a 237

Página 121 a 122

Mirta Noemi Vignapiano

Mónica Cristina Cena

Buenos Aires, Argentina

Buenos Aires, Argentina

Buenos Aires, Argentina reside en San Juan

Páginas 256 y 257

Páginas 159 a 161

Página 143 y 144

Nélida Ruiz

Nelli del Valle Espeche

Néstor Ramón Alonso

San Juan, Argentina

La Rioja, Argentina

Buenos Aires, Argentina Páginas 254 y 255

Páginas 180 y 181

Páginas 244 y 245

Norma Minniti

Nora Scaglione

Noemí Rubiano

Capital Federal, Argentina

Santa Fe, Argentina

La Pampa, Argentina

Página 8 y 9

Página 136 y 138

Olga Liliana Reinoso Capital Federal, Argentina reside en La Pampa

Omar Efraín Martínez Meza

Patricia Bustos

Puyo, Ecuador

Córdoba, Argentina

Páginas 262 y 263

Página 268 y 269 Página 234 y 235

Pedro González Domínguez

Página 168 y 169

Patricia E. Segura Córdoba, Argentina

Raceli Colla Pérsico Córdoba, Argentina

Chiapas, México Página 114 a 116

Jorge Osvaldo Pacheco Yáñez

Página 248 a 249

Ciudad de México, México

Madrid, España

Laura Olalla


Página 278 a 280 Página 177 y 179

Rafael Oscar Costa Córdoba, Argentina

Páginas 92 a 94

292 Raúl Enrique Ledesma

Ricardo Ponce Castillo

Capital Federal, Argentina reside en Córdoba

Coquimbo, Chile

Página 7

Robert Allen Goodrich Valderrama

Rosa Lía Cuello

Rosa Beatriz Gonzáles

Panamá

Santa Fe, Argentina

San Juan, Argentina

Páginas 258 y 259

Página 222 y 223

Página 211 y 212

Página 149 a 151

Página 61 y 62

Sonia Martínez

Sara Andrés

Santiago Ernesto Müller

Córdoba, Argentina

Mendoza, Argentina

Córdoba, Argentina

Páginas 123 y 124

Páginas 250 y 251

Susana Noé Salta, Argentina reside en Tucumán

Susana Tulián

Página 197 y 198

Córdoba, Argentina reside en Santa Cruz

Córdoba, Argentina

Susana Zogbi

Página 216 a 218

Páginas 132 y 133

Página 170 y 171

Verónica Leyes Castro

Teresita Pirra

Teresita Morán Valcheff San Luis, Argentina

Córdoba, Argentina

Página 31 y 33

Víctor Vickheg Espinosa

Buenos Aires, Argentina

Página 189 a 190

Víctor Oscar Maldonado

Página 18 a 21

Walterio Mon

Ciudad de México, México reside en Guanajuato

Córdoba, Argentina

Buenos Aires, Argentina Páginas 238 a 239

Página 213 a 215

Página 22 a 24

Yenis Judith Muñoz Mindiola

Yaritza R. Nieves González

Yadira Patricia Cano Peña

Guajira, Colombia

Patillas, Puerto Rico

Guanajuato, México Página 228

Yessika María Rengifo Castillo

Página 166 y 167

Página 103 y 104

Zaida Juárez

María Angelina Bustos Bargas

Santiago del Estero Argentina

Colombia, Bogotá

Página 201 y 202

Beatriz Teresa Bustos Córdoba, Argentina

Córdoba, Argentina Página 274 y 275

Carlos Daniel Cécere Córdoba, Argentina


293editor Datos de


294


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