Érase una vez en una biblioteca 4

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¡YO SOY MI HISTORIA PREFERIDA!

Érase una vez, en un pueblo muy muy cercano, hace mucho tiempo, un anciano que vivía en un pueblo pequeñito. Pero no era un aldeano normal, sino el bibliotecario de la única biblioteca del pueblo. Él siempre decía que era el dueño de una acumulación de acción, aventura, emoción...pero nunca nadie le hacía caso. Algunos decían que era para hacer publicidad a su biblioteca. Pero lo que más se decía era que estaba loco. Este anciano se llamaba Franckcish, o así es como lo llamaban, nadie estaba seguro de que se llamara así. Franckish leía todos los días el mismo libro: "¿Monstruos, o algo más?". Podríamos decir que estaba viciado a esta novela de aventuras. Cada día leía cien páginas, y, cuando lo acababa, empezaba de nuevo. Un día iba a leerlo después de un día de trabajo muy muy duro, lo cogió de la estantería de uno de los pasillos de esa inmensa y húmeda biblioteca, lo puso en su mesa, y cuando lo abrió descubrió que...¡no había nada! El viejo se quedó ojiplático, estaba tan enfadado que quería volcar la mesa, pero no pudo hacerlo ya que cuando fue a tocar lo que quedaba de las hojas, porque parecía que las habían arrancado, ¡atravesó el libro! Franckcish se volvió a quedar con los ojos tan grandes que parecía que se le iban a salir cuando fue a ver la otra parte para ver si veía su mano, pero no la vio. Pensó que se trataba de que su mano había abandonado esta realidad y se había ido a una dimensión paralela, o algo parecido. Y así era, porque cuando fue a meter la cabeza, para ver qué había dentro, se encontró con un pueblo pobre y pequeño. A éste lo envolvía un inmenso prado. Franckish puso el libro en el suelo y metió un pie y luego otro, y de pies a cabeza se hundió dentro del libro. En un momento estaba en el paisaje que he dicho antes, y caminando hacia el pueblo se dio cuenta de que se sentía mucho más ágil y no le costaba andar. ¡Se sentía como cuando tenía veinte años! Cuando llegó al pueblo, preguntó en qué sitio estaba y todos le decían: - "Mason, qué tal con el último dragón?" Y: -"¿Cómo lo venciste?" Franckcish estaba muy confuso, hasta que se acordó del libro, de que su protagonista se llamaba Alec Mason, y cuando intentó recordar más, recordó que Alec tenía los ojos azules, o incluso casi transparentes y el pelo rubio oro. Franckcish pidió un espejo y los aldeanos se lo trajeron rápido. Y así era. También tenía la cara ovalada y larga, algo pálido y los dientes perfectamente blancos, como describía el libro. Franckcish dijo en voz alta: -"¡Yo soy mi historia preferida!"


De repente, a lo lejos, se escuchó un rugido tan fuerte que los aldeanos dejaron de preguntar y se fueron a sus casas, y Franckcish recordó que en el cuento venía un dragón escupefuego del sur, y cuando vio la enorme figura del animal se echó para atrás y notó algo en su cintura. No se lo podía creer: era una espada de un metro o por ahí. Siempre quiso vivir una aventura, y ahora no podía dejar escapar una oportunidad única como ésta. Cogió su espada y, viendo una carretilla con la cosecha del pueblo dentro, corrió hacia ella y pegó un salto de más de dos metros. Por unos segundos pensó que volaba, pero se concentró en lo que importaba: el dragón. Cogió la espada por los dos lados (punta y empuñadura) y le cortó la cabeza. Cayó al suelo haciendo una voltereta y cuando todos le iban a felicitar se fue corriendo donde le había dejado el libro y esperó a que le llevase de vuelta a su verdadera casa. Pero no pasó nada. Luego dijo: -"¡Abracadabra!" Y tampoco pasó nada. Y por último, cuando algunos aldeanos que le perseguían ya le habían alcanzado dijo: -"Llévame a casa". Y, de repente, estaba en su biblioteca. Cuando quiso ir corriendo a contárselo a su familia, no pudo. Se sintió pesado, viejo, le dolía la espalda y dijo:

-"Es la cruda realidad".

FIN

Autor: Guillermo M. 5º B NOTA DEL AUTOR: ¿Cómo se pronuncian los nombres? -Franckcish: francisk -Mason: meison


LA BIBLIOTECA MÁGICA San Loreto era un colegio normal y corriente, con sus profesores, con su gimnasio. Tenía su cocina, su patio, su orientador escolar un poco hippie como la serie de dibujos Gumball. Y tenía algo muy extraño, ¡Le faltaba la biblioteca! Como todo colegio normal y corriente tenía sus alumnos. Había tres que eran inseparables y que ahora os voy a presentar; Andrés el gruñón, Luis el simpaticón y María la chispa. Los motes no estaban puestos solo por hacer gracia describían acertadamente a nuestros héroes.

Andrés le llamaba el gruñón porque bastaba con cualquier cosa para enfadarse. A Luis le llamaban el simpaticón porque arreglaba los conflictos sobre todo los de Andrés. A María la llamaban la chispa porque tenía una inteligencia superior a la de los demás, sabía deducir las cosas. Era un día en el que Andrés se había enfadado. Pero estaba vez Andrés se había esfumado, no aparecía por ningún sitio. Luis y María lo estaban buscando alocadamente, lo buscaban por todo el colegio. Cuando creían que habían buscado por todo el colegio no era cierto, había un pasillo oscuro que nunca habían visto. Encontraron a Andrés pero ya no estaba enfadado, estaba hipnotizado mirando una puerta. Había un cartel que ponía “Biblioteca”. Los tres se quedaron sorprendidos, todo el mundo sabía que en ese colegio no había biblioteca. Después de discutir si iban a entrar por su cuenta o llamar a un adulto. Decidieron entrar con un poco de temor. La sala que se encontraron era grande y redonda, con mucho polvo y con telarañas. En el centro de la sala había una mesa polvorienta y encima de la mesa había un libro, era el único de la biblioteca que parecía muy antiguo. -

Hola, acercaros por favor- Era el libro que sorprendentemente les hablaba.

Los tres amigos estaban asombrados pero aun así se acercaron y escucharon. Así escucharon del libro la historia de un brujo famoso por leer mucho. Y que había metido todas las historias del mundo en ese libro. Pero tenía un gran defecto, ¡Que se enfadaba fácilmente! (como Andrés).


Paso que un día se cortó con la hoja de un libro y se enfadó mucho, mucho, mucho, tanto que maldijo la biblioteca. Solo se abría cada mil años y casualmente coincidía con ese mismo día. Para romper la maldición necesitaban averiguar cuál era el cuento favorito del brujo cuando era niño. Tenían cada uno una oportunidad. El primero que habló fue Andrés. Razonó que tratándose de un brujo su cuento favorito sería “El aprendiz de brujo” y así lo dijo. -Has fallado- dijo el libro sin inmutarse. Le tocó el turno a Luis. Pensó que siendo un niño le gustaría las chuches, y su cuento favorito sería “Hensel y Gretel” y así lo dijo. -Has fallado igualmente, -dijo el libro. Y le tocó el turno a María. Sin pensar dos veces María hojeó el libro hasta que encontró una página mancha de sangre en una de las esquinas. La página estaba más gastada y usada que las demás y pertenecía al cuento “El sastrecillo valiente” -¡El cuento es el del sastrecillo valiente! –Exclamó María. -¡Acertaste! –dijo el libro alegre. Al instante la biblioteca se transformó en una biblioteca de colegio con libros y cuentos que todos pueden disfrutar desde entonces. Andrés aprendió a no enfadarse tanto. Leyre Y. 5º B

FIN


Estábamos en la biblioteca del cole estudiando para un examen de historia, estudiamos allí porque es un sitio tranquilo y tenemos todos los libros que necesitamos para consultar las dudas. La biblioteca es grande y está separada por secciones y cada estantería es para un público; la estantería roja es para niños pequeños y la estantería marrón es para adultos. Ese día estaba mirando hacía la estantería marrón y me llamaba la atención un libro grande y con pinta de ser muy antiguo, me levanté y lo cogí, me senté y, ¡ZAS! se abrió solo, entonces me di cuenta de que no era un libro normal. En una ciudad muy antigua (del imperio romano) vinieron dos hombres fuertes, con sandalias, faldas y escudos, yo les pregunté qué porqué venían a por mí, ellos no me contestaron, solo me dijeron que me iban a llevar a su emperador. Tardamos unos 45 minutos en llegar ya que en aquella época no se habían inventado los coches ni motos…. Yo fui con ellos hasta su templo romano ¡era impresionante! Nos metimos dentro y allí estaba el César esperándome, me dijeron que me arrodillara ante él. Me contaron una profecía romana que hablaba de un elegido que para mi sorpresa ese era yo. Se pensaban que yo era un dios con muchos poderes que lucharía con sus soldados y ganarían las guerras, yo intenté contarles que era pequeño y no sabía luchar. Me dijeron que no había tiempo que perder que había que entrenar. Pasaron meses y meses ya estaba listo ya era uno de ellos, sabía manejar la espada mejor que ningún otro soldado. Y de repente a lo lejos escuché ¡Álvaro! ¡Álvaro! Era mi amigo Pablo, cuando me di cuenta de que todo era un sueño, pues me había quedado dormido en la biblioteca. FIN ÁLVARO S. 5ºB


EL LIBRO MÁGICO Esta historia transcurre en el colegio La Garena, es decir el mío. Elena y Beatriz cuidaban un libro llamado “ GREG, DE CASA EN CASA”. Era un libro muy especial , nadie sabía su don , ni siquiera Beatriz y Elena lo conocían . Su don era ser un libro mágico, su magia era desconocida. Ese mismo día Beatriz se dio cuenta de que el libro no estaba, había desaparecido. Avisó a Fernando, el director del colegio, y él, muy sorprendido, lo comunicó a todo el colegio. Pasadas dos o tres horas, un alumno llamado Adrián Quiñoá se presentó en el despacho del director. Adrián le contó que lo había leído es misma noche. Adrián no se explicaba cómo había llegado el libro a su casa. En ese momento, apareció Manu, otro alumno del colegio, contando que a él le había pasado lo mismo. Tampoco imaginaba como había llegado el libro a su casa. ¡Eso es imposible! –dijo Rafa, otro alumno del colegio-, yo también lo he leído esta misma noche. Pero… ¡yo también lo he tenido en casa! –dijo Dani-.Era el cuarto alumno que le había pasado lo mismo. Pablo M., David y varios alumnos más contaban la misma historia. Lo que había pasado era todo una locura, algo inexplicable. Después de mucho buscar por todo el colegio, Beatriz regresó a la biblioteca. Beatriz que nunca está triste, en ese momento lo estaba. Beatriz se acercó al estante donde estaba siempre situado el libro, cuando de repente…¡El libro había vuelto a su lugar! Algo mágico había sucedido. Algo que nadie entendía. Después de lo que os he contado, ¿imagináis por qué el libro se titula así? Gorka T. 5ºB


Érase una vez una biblioteca grande y vieja que tenía 9 estanterías. Estaba bastante claro que eran de estilo renacentista. En el medio 4 mesas con patas de metal, la biblioteca tenía 2 ordenadores que nunca solían funcionar. Lla bibliotecaria se llamaba Laura, tenía unos 62 años, llevaba gafas y tenía muchas arrugas. Esa biblioteca tenía secretos que nadie podía imaginar. Nuestra historia transcurre alrededor de 3 amigos, llamados Cole, Jay y Rick: COLE: Era un chaval fuerte y alto dispuesto a encontrar problemas y aventuras. JAY: Era un chico de estatura media y listo, era rápido, siempre estaba gastando bromas a sus amigos. RICK: Era bajito y delgado, bastante listo, y siempre lo más lógico posible. Esta historia empieza un día en el que Jay iba corriendo a casa de sus amigos gritando. -

¡He encontrado algo! Rápido Cole, Rick, vamos.

Los dos amigos empezaron a correr detrás de su amigo. Cuando llegaron, se sorprendieron al ver que aquel lugar al que les llevaba era la biblioteca. El trío entró en la biblioteca y saludaron amablemente a la bibliotecaria Laura. Jay les dirigió hasta la parte de historia, cogió un papel entre medias de dos libros viejos y deteriorados. Era un pergamino con un tipo de letra muy rara. Los 3 chicos se quedaron pensando hasta que Cole dijo: -

Había visto este tipo de letra debajo de esa mesa.

Los chavales se dirigieron a la mesa, vieron que los símbolos coincidían. Rick que había estado muy callado hasta que dijo: -

Yo sé lo que significa, 3 pasos a la derecha 9 para delante y te encontrarás con la trampilla. Los chicos se encontraron con la trampilla, era muy pesada pero Cole el más fuerte la levantó.

Avanzaron por un pasadizo de piedra y oscuro, menos mal que Cole llevaba una linterna, llegó un momento en el que el pasadizo se hizo muy estrecho; sólo cabía Rick. El chico avanzó sudoroso y arañado por el pasadizo hasta que vio una luz. Se acercó cada vez más rápido hasta que descubrió un gran tesoro. El chico cogió todo lo que pudo y se lo trajo a sus amigos llorando de la emoción sabiendo que acababa de descubrir algo prodigioso.

Diego M. 5º B


Tomy y Billy En un lugar llamado “biblioteca” que era muy grande y llena de polvo vivían unos seres extraños llamados “libros”. Tomy era un libro chiquitín e ignorado por la gente. Un día cuando el capitán libro falleció se dio cuenta de que la llave que abría el cofre donde estaba la corona se encontraba en el castillo encantado de la colina. Tomy comenzó su gran aventura con su perrito Billy, que era un poco más pequeño que él, y se encontraron con un ogro en el puente antiguo, que estaba hecho añicos, el ogro estaba dormido y la suerte que tuvieron que pudieron cruzar el puente sin problemas. Después se encontraron con que la puerta del castillo estaba cerrada, pero Billy con su buen olfato consiguió encontrarla. -¡Menos mal! ¡Gracias, Billy! – suspiró Tomy. -¡Guau, guau! –exclamó Billy. Cuando entraron todo estaba sucio y olía fatal, pero tuvieron que acostumbrarse a ese mal olor. Al final había un pasillo y al fondo un hombre que vestía de morado. -¿Cómo os llamáis? –preguntó- Si queréis os puedo ayudar. -Soy Tomy y este es Billy y nos encantaría que nos ayudaras. -¿Qué buscáis?- contestó. -La llave para abrir el cofre donde se halla la corona del capitán libro. Y así fue, el hombre les dio la llave y se fueron hacía la biblioteca. Organizaron una gran fiesta en honor a la coronación del nuevo rey. -¡Lo hemos conseguido!- exclamó Tomy. -¡Guau, guau!- le contestó Billy. Y así fue como un librito como él, ignorado y chiquitín paso a ser un libro popular y admirado por los demás.

Fin Ivana Z. 5º B



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