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Introducción
Introducción
Aliados es un mazo de cartas que busca, a través de retos y reflexiones, dar espacio a las conversaciones que actualmente no estamos teniendo entre hombres. A partir de una dinámica incluyente de grupo, que toma lugar en aulas universitarias, Aliados busca generar un diálogo positivo y constructivo en torno a las concepciones de masculinidades.
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Contexto
Aliados nace tomando en consideración el contexto de protestas y activismo en la Ciudad de México en el 2020 y busca crear un espacio abierto y libre de juicios para desafiar el machismo, en donde los hombres tengan la oportunidad de hacerse preguntas, cuestionarse, dudar y expresarse.
A través de una serie de debates, actividades y reflexiones, esta herramienta incita la deconstrucción de roles de género y de la masculinidad hegemónica, ya que actualmente existen miles de formas de ser hombre y debemos darnos la oportunidad de explorarlas libremente.
La caja de la masculinidad
La caja de la masculinidad es una herramienta y espacio metafórico que alude a las diferentes creencias y construcciones sociales que dictan cómo un hombre debe vivir su masculinidad, asumiendo que existe únicamente una forma de ser hombre. Esta caja estructura de qué manera deberían actuar y pensar los hombres para así encajar perfectamente en el ideal masculino de la sociedad contemporánea. El concepto surge como resultado de un estudio realizado por Unilever, Axe y Promundo en el 2017, quienes realizaron una investigación a hombres jóvenes de 18 a 30 años en Estados Unidos, Reino Unido y México, con el propósito de medir qué tanto se encuentran programados en sus mentes estos mensajes de la sociedad y cómo los interiorizan personalmente, además de demostrar la enorme influencia que estas creencias ejercen en diversas áreas de sus vidas.
La caja alude a un conjunto de creencias transmitidas por los padres, familias, medios de comunicación, los pares, las mujeres y otros miembros de la sociedad que presionan a los varones para que se comporten de una cierta manera. Estas presiones les exigen valerse por si mismos sin pedir ayuda, actuar como machos, ser físicamente atractivos, ceñirse a roles de género que son rígidos, ser heterosexuales, realizar proezas sexuales y resolver los conflictos por medio de la agresión. (Heilman, Barkery y Harrison, 2017, p.8)
El contexto en el cual vivimos constantemente está cambiando y actualizándose, ya sea de manera política o social, y es por eso que resulta imperante romper con estas definiciones y entender que las masculinidades deben acompañar este cambio. La investigación de Promundo señala cómo existen muchos hombres, o personas que se identifican como tal, que no se encuentran conscientes de lo afectados que están por seguir atrapados en esta caja de la masculinidad, mientras que aquellos que se encuentran “fuera”, al rechazar estos estrictos ideales, viven vidas más auténticas, libres y positivas.
Los 7 pilares
La caja se construye en torno a siete pilares que representan las ideas restrictivas acerca de lo que significa ser hombre:
1. Autosuficiencia: Expectativa generalizada de que los hombres sean autosuficientes, más que nada ante su salud física y emocional. Por ejemplo, hablando de hombres que no se sienten cómodos con pedir ayuda psicológica a pesar de necesitarla.
2. Ser fuerte: Creencia de que un hombre verdadero debe ser un macho. Se relaciona con su disposición a defender su reputación peleando o recurriendo a la fuerza física. Asimismo, habla sobre una invulnerabilidad emocional, es decir, cuando deben mantener una apariencia de dureza a pesar de estar sobrellevando una situación de vulnerabilidad.
3. Atractivo físico: Exigencia que tienen los hombres de “lucir bien”, pero sin dar a notar que se esforzaron demasiado por hacerlo. Por ejemplo, en este estándar entra la creencia tóxica de que un hombre no puede cuidarse la piel, maquillarse o depilarse porque eso pondría en duda su masculinidad.
4. Roles masculinos rígidos: Roles de género que generan expectativas como creer que el hombre deberá ser el proveedor de la casa, mientras la mujer cuidará de los niños. Estereotipos como el pensar que el hombre siempre debe pagar la cuenta o que los hombres deben enfocarse a carreras de negocios mientras las mujeres sólo pueden estudiar arte.
5. Heterosexualidad y homofobia: Estereotipo de que “un hombre de verdad” debe ser heterosexual y homofóbico. Llega a tal extremo, que un hombre ni siquiera se siente cómodo admitiendo que otro hombre es atractivo, porque pondría en duda su sexualidad.
6. Hipersexualidad: Creencia de que un “hombre de verdad” es adicto al sexo, que su hombría se define por el número de parejas sexuales que tenga y que un niño se convierte en hombre únicamente después de haber perdido su virginidad.
7. Agresión y control: Necesidad que tienen los hombres de probar su masculinidad a través de la violencia y ejerciendo control en diferentes aspectos de sus vidas, como la pareja, el hogar y las actividades que compartan con mujeres.
El estudio demostró efectos negativos en seis ámbitos: “satisfacción con la vida y confianza en sí mismo, salud mental, amistad y búsqueda de apoyo, comportamientos de riesgo, atractivo físico, bullying y violencia” (Heilman, Barkery y Harrison, 2017, p.9).
Entonces, la pregunta es: ¿cómo se libera uno de la caja de la masculinidad? En el estudio aseguran que el proceso “no es perfectamente lineal y tampoco sencillo.” (Heilman, Barkery y Harrison, 2017, p.10). No obstante, identificar el enorme impacto negativo que tiene permanecer en ella, al igual que estar informado sobre los beneficios de escaparla, es un gran comienzo. Al final del día, estos cambios colectivos se reflejan a grande escala cuando uno comienza desde la reflexión individual y el cambio de hábitos cotidianos.
Si te interesa hacer algo al respecto, este mazo es para tí.