Escuela “Benito Juárez” N° 9 D.E 17
Cuentos con gatos 5° grado Turno Mañana 2013
Quinto A Cuentos con gatos / Quinto A – 1ª. ed. – Buenos Aires : Escuela Benito Juárez, 2013. 34 p. : il. I . NARRATIVA
Cuentos con gatos Alumnos de 5º grado A Docente: Cecilia Martinez Profesora de Plástica: Silvina Insaurralde Maestra Bibliotecaria: Sandra Molina Queda prohibida su reproducción total o parcial. ISBN en trámite.
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INDICE
Cáp. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22
Título El gato Jeff Un cuento con gatos El gato que aprendió a vivir tranquilo Mi gato hablador La gata Morita El gato espía supersecreto La gatita Michi Los John y Randy Mindre Y Harry El gato que no para de bailar El gato solitario El gato, el policía y el niño Galgui, el miedoso El gato Félix La noche El malvado ladron, Mumi y Federico La supergata Mi gata Luli y Yo La gata hechizada de Julieta El gato mágico Chatrán el gato mágico La gata Carmela
Pág. 3 4 6 7 9 11 13 15 17 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 39 40
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1- El gato Jeff Había una vez un gato llamado Jeff. Su pelaje era de color negro, sus ojos verdes y grandes como cacerolas y tenía una cola larga como una serpiente. Su dueño se llamaba Franco y cuando le regalaron el gato no sabía que nombre ponerle. Un día por internet le pasaron un link, lo abrió y apareció una cara de terror que lo asustó mucho y como a él le gustaban tanto las historias de terror, decidió que su gato se llamaría Jeff, igual que el personaje de internet. Pero la verdad es que Franco no le prestaba mucha atención a su gato porque prefería mirar o leer historias de terror. Un día el gato se cansó de estar solo y se fue a la calle a buscar a alguien con quien jugar. Mientras trepaba a un árbol pudo ver que por el techo del vecino paseaba una gatita color rosa ¡Era hermosa! Jeff le guiñó el ojo y la gatita le sonrió. Creo que estoy enamorado, pensó el gato. Al otro día Jeff terminó de comer y tomar su agua y salió a buscar a la gatita, pero no la encontró. De repente vio a dos hombres encapuchados y una patita de gata que asomaba de adentro de una bolsa ¡son ladrones! Pensó. Jeff salió a buscarla y corrió más rápido que una Ferrari. Se subió al techo del auto pero los ladrones hicieron un derrape y tiraron al gato a la calle. Jeff siguió el rastro de los bandidos y llegó a la fábrica donde la tenían atrapada. Ahí se dio cuenta de que coleccionaban gatos de colores raros. Esperó a que haya nadie y entró. Rompió la soga con sus uñas y al fin la rescató. Corrieron juntos como un rayo hasta llegar a la casa de la gatita. Lo invitó a tomar agua y a comer su rica comida. Un tiempo después se pusieron de novios, tuvieron hijitos y vivieron felices para siempre. Franco
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2- Un cuento con gatos Me gustan mucho los animales y quería tener otra mascota en casa, me regalaron una gatita negra y suave, se portaba tan bien como una dama, la llamé Sandi. Es adorable y tranquila. La rescataron de un refugio para gatos por eso está flaca y es tímida con nosotros. En mi casa ya tenía un gato macho, Flower. Era gracioso pero muy tranquilo, como un gato hippy porque es todo paz. Flower le enseñó a Sandi a jugar con ovillitos de lana y pelotitas de papel, se trepaban a las cortinas largos ratos y corrían por el patio, olían las flores y se asombraban de tanto verde que había afuera. Cuando venía la nochecita entraban a la casa y comían pescado en lata. Los dos amigos se llevaban bien porque eran compinches, estaban siempre uno al ladito del otro, dormían juntos y paseaban por toda la casa. Los dos se enamoraron, ya no jugaban conmigo y no los podía llevar juntos en la canasta de la bicicleta a pasear. Flower, que dormía todo el tiempo conmigo, empezó a dormir con Sandi y no jugaba en mi habitación con los peluches, ni tomaba sol estirado en el estante de mi biblioteca. Ahora Sandi y Flower dormían juntos debajo del sillón con la estufa y sólo los veíamos cuando comían la comida.
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Un día la encontramos a Sandi con mucha panza y nos enteramos que estaba embarazada y mi familia se puso feliz y yo también. Un fin de semana nació la nueva y única gatita, pero nos asustamos por que ¡era verde, con manchas azules y rojas!. La llevamos al veterinario y nos dijo que, ERA UN EXTRATERESTRE GATUNO, o algo así.
Fin
Martina
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3- El gato que aprendió a vivir tranquilo Érase una vez un gato que durante muchos años había vivido tranquilo y bien alimentado en una casa de campo. Se llamaba Pablito, tenía un pelaje suave, su cola era esponjosa, sus ojos eran brillantes y sus orejas puntiagudas. Todo iba muy bien, hasta que un día llegó un perro buldog y al gato se le acabó la tranquilidad.
Cada vez que Pablito quería hacer algo el buldog lo perseguía y no lo dejaba tranquilo ¡Le hacía la vida imposible! Le comía la comida, lo molestaba cuando dormía la siesta, no lo dejaba jugar con su pelota de lana. El Gato intentó de todo para que el perro lo dejara tranquilo, pero como nada funcionaba, se escapó. Sus dueños salieron a buscarlo. Luego de muchos días lo encontraron en un callejón. El gato había pasado hambre, frío y tenía un montón de rasguños porque se había peleado con otros gatos. Cuando Pablito regresó a su casa se dio cuenta que es mejor aprender a ser más tolerante y compartir, aunque seamos diferentes, que vivir solo y escapando. Leandro.
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4- Mi gato hablador
Me
gustan mucho los animales y quería tener uno en casa. Se me ocurrió entonces, pedir un gato como regalo de cumpleaños. Estaba muy emocionado de saber cuál era mi regalo y si... ¡¡fue mi mascota!!! Mi cumple estuvo muy bueno y al llegar a casa pensé un nombre para mi gato y le puse Napoleón.
Mi gato era lindo, su cola era peluda, sus ojos brillantes y sus orejas muy grandes.
Un día salimos con mi familia al cine y tuvimos que dejar a nuestro gato en casa. Antes de ver la peli fuimos a almorzar. Al 7
salir de la sala le dije a mi papá que la peli estuvo muy buena. Me imaginaba ser como el protagonista de la historia que ayudaba a todos los animales y tenía una mascota que hablaba...Sí! Qué bueno sería!!!!!! Al llegar a casa nuestro gato estaba muy raro pero pensé que era porque nos había extrañado. Al día siguiente, al despertarme, escuché voces y me sorprendí tanto, tanto al ver que mi sueño se hacía realidad... mi gato podía hablar!!!!!!! Salté de la cama de alegría y me quedé mudo porque no podía creer lo que estaba viendo. Las charlas que teníamos con Napoleón eran súper divertidas, además me enseñaba juegos y cantábamos canciones. Pero sólo yo podía oírlo. A la noche cantaba tan fuerte con sus maullidos que nadie en el barrio podía dormir. Una tarde salió de paseo. Pasaron muchas horas y no regresó. Un vecino nos dijo que vio cuando se lo llevaban a una tienda de mascotas, que era un lugar donde tenían a perros y gatos extraviados. Al llegar a ese lugar, que por suerte quedaba cerca de casa, fue muy grande mi desilusión al ver que Napoleón no estaba allí. A través de la compu tratamos de ubicarlo en otra tienda y por suerte lo encontramos!!!!!! Al llegar, lo vimos muy triste porque estaba solo en una jaula. Apenas nos vio saltó de alegría igual que nosotros que pudimos nuevamente regresar a casa con mi fiel compañero. De ahora en más voy a tratar de cuidarlo mejor para que no se escape de nuevo porque lo extrañé mucho. Además tenemos un secreto compartido, algo que nadie puede imaginar... Gonzalo.
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5- La gata Morita
Érase una vez una gata que durante muchos años vivió tranquila y bien alimentada, en una casa de campo. Su nombre era Morita, tenía un pelaje oscuro medio negro, sus ojos eran amarillos y sus orejas estaban siempre derechas. A la hora de comer siempre buscaba su platito de comida y a la hora de dormir se estiraba como si fuera un elástico.
Morita tenía una vida tranquila hasta que apareció un problema: sus dueños compraron un gato llamado Felipe. Los gatos no se llevaban muy bien y se peleaban mucho. Morita estaba muy celosa porque el gato tenía toda la atención de la familia y además siempre la molestaba y la acusaban de cosas que ella no hacía.
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Una noche se propuso vengar de Felipe. Se levantó de su camita y vio que el gato estaba durmiendo. Morita sacó sus afiladas uñas e intentó arañarlo para sacarle los pelos y darle una lección, pero no pudo porque tuvo miedo de despertarlo. A la mañana siguiente mientras desayunaban su plato con leche, Morita pensaba un nuevo plan, pero esta vez para echarlo de la casa. Estaba tan distraída pensando en vengarse que, en un descuido, tiró con su pata toda la leche. Felipe sintió pena por ella y le compartió la leche de su plato. Morita se dio cuenta que al final Felipe no era tan malo como ella pensaba. Le propuso hacer las pases, se amigaron y fueron felices para siempre.
Fin
Santi.
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6- El gato espía supersecreto Érase una vez un gato muy escurridizo y muy atento, que había vivido muchos años. Casi nunca se lo veía porque, en realidad, era un gato espía que luchaba contra el mal. Trabajaba en un lugar súper secreto que se llamaba A.E.S.S (Animales Espías Súper Secretos). Su peor enemigo era un mutante loco que por un experimento se volvió súper fuerte. Un día, el gato salió a cumplir una misión para salvar al mundo. Si el no iba la bomba del malvado doctor mutante explotaría y el mundo con ella. Era una misión muy importante, de vida o muerte. Así que preparó su mejor equipo y se fue en su auto volador tras el doctor mutante. La base del doctor estaba en el mar. El gato estacionó su auto sobre la costa y se fue hasta la gran base en su submarino. Cuando llegó no encontró ninguna entrada, entonces hizo una con su rayo láser y entró por ahí. El doctor ni cuenta se dio de la presencia del gato. Pero lo que el gato no sabía era que el doctor tenía cuatro trampas esperándolo. El agente esquivó tres trampas, mientras comenzaban a sonar las alarmas. Pero la última lo atrapó en una cápsula láser. El doctor se acercaba riéndose a carcajadas, llegó a un gran tablero y presionó un botón ¡Mi plan está en marcha! Gritó. Salió corriendo hasta el submarino del gato, se subió y escapó como un rayo. Mientras tanto el gato trataba de escapar, sólo quedaban minutos nada más para que explotara la bomba. En ese momento recordó que traía en su bolsillo un rubí desactivador de láser. Rápidamente lo sacó y lo puso en el láser. La puerta de la trampa se abrió y salió corriendo o a desactivar la bomba. Quedaban sólo diez segundos. Cortó unos cables y la bomba se paró.
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Parte de la misión estaba cumplida ¡había salvado al mundo! Pero el doctor ya estabas muy lejos. Encontrarlo y llevarlo a la cárcel...Esa sería su próxima misión... Fin.
Leonel
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7- La gatita Michi Hace mucho tiempo una gatita llamada Michi vivía en una mansión. Ella tenía una dueña que se llamaba Anabela. Anabela la llevaba todos los días al parque. Un día los padres de Ana le dijeron en la cena que se iban a mudar lejos de la ciudad y que no podían llevar a Michi. Ana se puso muy triste así que la llevó a la casa de su mejor amiga Camila.
Pero a Camila no le gustaban mucho los gatos. Esperó a que su amiga se fuera y encerró a Michi en un cuarto. Michi se dio cuenta de lo que planeaba Camila, entonces escapó. Se fue a la casa en la que vivía con su dueña, que ya estaba vacía. Entró al cuarto de Anabela y se escondió debajo de su cama porque sabía que Camila iba a ir a buscarla. De repente 13
escuchó ruidos y sintió los pasos de alguien que subía por la escalera. Desesperada salió de sus escondite y vio que un rayito de luz entraba por la ventana ¡había quedado abierta! Michi aprovechó para escapar al parque y esconderse entre los arbustos. Allí encontró a sus cuatro mejores amigos: Marco, Luz , Robin y Luna. Les contó su problema y ellos le prometieron ayudarla a huir de Camila. Pensaron un rato y decidieron que lo mejor era ir a la casa de Luna porque estaba a las afueras de la ciudad. Así Michi y sus amigos vivieron felices para siempre y no volvieron a saber de la vida de la traicionera Camila. Fin Iara.
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8- Los gatos Jonh y Randy Había una vez un gato llamado Jonh que vivía en Buenos Aires, Argentina. Tenía un pelaje muy brillante su cola era larga y negra, ojos grandes y era algo regordete. Su familia estaba formada por su papá, su mamá y él. Al papá le gustaba mucho viajar, por eso viajaban por todos los países cada año y nunca se quedaban en el mismo lugar. En uno de los viajes Jonh tuvo una enfermedad muy rara. Buscando un remedio para curarlo recorrieron todos los lugares posibles, visitaron a cientos de médicos, pero no encontraban la cura. Su padre se sentía responsable de lo que le estaba pasando a su hijo. Pasaron tres semanas y estaban tan tristes que llegaron a pensar que el pequeño moriría. Una mañana el padre estaba comprando en una tienda y se le acercó un viejo gato que lo miró fijo con sus extraños ojos rojos y le preguntó ¿por qué está tan triste? El padre de Jonh, sin saber por qué, le contó su problema. Si usted quiere yo puedo ayudarlo, le dijo el viejo. En el bosque donde vivo existen unas plantas que podrán curar la enfermedad de su pequeño. Esa misma tarde salieron a buscar las plantas al bosque. Las juntaron y las llevaron a la casa del viejo. Allí hizo un preparado en un mortero, lo puso en un recipiente, le agregó agua y anotó indicaciones para tomarlo. El viejo gato era uno de los pocos integrantes que quedaba de una tribu de gatos originarios y de sus antepasados había aprendido todo lo que sabía. Esa noche el padre de Jonh llegó a su casa y le dio de beber el preparado. Así entendió que viajar por el mundo no era lo que lo hacía verdaderamente feliz. Y por fin vivieron felices para siempre.
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Fin.
Mariano
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9- Mindre y Harry Mindre era una gata peluda, tenía una cola esponjosa, los ojos celestes y le encantaba ser buena con todos. Siempre estaba arreglada, perfumada y vestida elegantemente. En un día lluvioso estaba acostada en su cómoda cucha de plumas mirando por la ventana y vio un gato empapado acostado debajo de un árbol. Mindre se puso muy triste .Tendría que dejar pasar al gato, pensó. Abrió la puerta, llamó al gato y cuando se acercó le dijo amablemente: -Hola soy Mindre, ¿vos cómo te llamas? -Yo no tengo nombre, soy un gato que vaga todo el tiempo y siempre he querido tener un nombre y una familia. Le contestó el gato, avergonzado y tartamudeando de frío. ¡Quieres vivír aquí! Le propuso Mindre rápidamente. ¿Estás segura?, preguntó el gato. Claro, puedes vivir aquí si lo deseas. Respondió ella. El gato saltó de contento, como si le hubieran dado nuevamente la vida, y le dijo: ¡Muchas gracias Mindre! De verdad te agradezco, nadie hizo algo así por mí. Entraron a la casa y la gata le dio de comer un plato lleno de albóndigas con fideos. Después vieron una película y se fueron a dormir. Al otro día, el gato se levantó y estaba tan contento que brillaba como el sol de esa mañana. Estuve pensando algo que te va a gustar ¿Te quieres llamar Harry? Preguntó la gata. Me gusta ese nombre, contestó él. Entonces tus deseos están cumplidos, desde hoy tienes un nombre y una familia. Y así Mindre y Harry vivieron felices para siempre. Dalia.
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10- El gato que no para de bailar Un día en Gatulandia una linda familia tuvo un bebé muy hermoso al que llamaron Facundo. Desde chiquito le encantaba bailar, igual que a su hermano mayor Carlitox, que era bailarín. -Mamá quiero bailar- le dijo a la mamá: -Bueno, entonces hijo debemos llevarte a practicar-le respondió ella. Y fue a inscribirlo en un salón de baile ¡con tan solo 5 años! Pero al llegar, algo salió mal... los salones de baile aceptaban sólo niños mayores de 7 años. Facundo se puso muy triste.
Después de un par de días en que la mamá estuvo pensando en una solución se le ocurrió que podía abrir un salón de baile. Pasó el tiempo, hasta que llegó un día en 18
que se decidió a hacerlo. Se lo dijo a facundo y él se emocionó mucho. Pero el que no se puso muy contento fue su hermano Carlitox porque sentía que ya no le importaba tanto a su mamá como antes. La mamá empezó a buscar en Internet cómo dar clases de baile y así aprendió a dar clases y abrió su salón ¡y era muy buena profesora! Cada vez llegaba más gente para tomar clases. Facundo aprendió a bailar y llegó a ser un gran bailarín, pero además ganaron mucho dinero con el salón de baile. Mientras tanto Carlitox se ponía cada vez más celoso. Pasó mucho tiempo, Facundo se hizo grande y con el dinero que ganó la mamá lo inscribió en un concurso de baile. Pero Carlitox, que era muy competitivo, también se anotó. Los hermanos concursaron y llegaron a la final. Pero el mayor hizo trampa para ganar y le puso a Facundo aceite en el piso para que se cayera. Pero Facundo lo vio, se lo dijo a los jueces y Carlitox fue descalificado por trampa. Facundo ganó el concurso y el hermano le pidió disculpas por hacer trampa.
Jerónimo.
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11- El gato solitario
Érase una vez un gato que durante muchos años había vivido tranquilo y bien alimentado en una casa de campo. El tenía muchos amigos y era muy valiente porque siempre los defendía. Pero un día su mejor amigo lo traicionó y contó su más valioso secreto. Eso lo volvió muy malo. Los amigos se sorprendieron porque no pensaban que iba a reaccionar tan mal. Así pasó el tiempo y el gato se quedó solitario. Nunca salía de su triste casa y nadie lo visitaba. Hasta que un día de tormenta muy fuerte con rayos, golpearon su puerta. Era un gatito perdido. El gatito le preguntó si podía pasar y el gato solitario le respondió malhumorado, que sí. Y lo dejó que se quedara a dormir.
A la mañana siguiente conversaron: 20
-¿Tenés muchos amigos?-preguntó el gatito -No tengo amigos-respondió el otro. -¿Por qué no tenés amigos? Seguro pasó algo terrible para que te quedarás tan solo-afirmó el pequeño. -Sí, fue algo terrible, mi mejor amigo les contó a otros amigos mi mayor secreto...¡Que le tengo miedo a las ratas! Desde ese momento me empezaron a burlar y yo me alejéexplicó el solitario. El gatito, riéndose a carcajadas, le aconsejó que fuera con ellos y les exija una disculpa por haberlo burlado y por contar su secreto. -¡¿Pero vos también me estás burlando?!-Preguntó furioso el dueño de casa. -¡No! Es que lo que te pasó les pasa a dos gatos cada 100 mil gatos. Pero la opinión de los demás sobre vos no tiene que volverse tu realidad. Vos tenés que creer en vos mismo porque muchos gatos tienen algo oculto, algo que guardar de su vida personal- Explicó el más pequeño. El gato solitario le agradeció mucho al gatito por darle esos buenos consejos como un buen amigo. Y así, como un hombre valiente, el gato fue a buscar a sus amigos y les pidió una disculpa. Ellos se la pidieron y él también se disculpó por reaccionar tan mal. Desde entonces el gato volvió a ser como antes...Un gato muy amigable. Y colorín colorado este cuento ha terminado. Franco del Risco.
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12- El gato, el Policía y el Niño A Martín le gustan mucho los animales y para su cumpleaños quería un gato. Cuando llegó el día sus papás le regalaron un gato muy lindo de pelo marrón y que además era muy rápido. Al otro día el niño decidió llamarlo Matías. Una tarde Matías escuchó a los papás de Martín decir que se querían ir de vacaciones a la casa del tío Lucas y que querían llevarlo. Matías se sentía raro porque era la primera vez que iba de vacaciones. Cuando llegó el día de viajar a la casa del tío Lucas, en La Plata, Matías estaba tan asustado que rebotaba como una pelota adentro del auto. Cuando llegaron seguía temblando pero estaba un poco más calmado. A la noche todos se fueron a la cama. Matías salió por la ventana y tomó aire. De repente se le cerró la ventana y se quedó afuera. Se acostó en un colchón roto que había por ahí y se durmió toda la noche. Al otro día, cuando se despertó, estaba asustado. Mientras que esperaba a que alguien le abriera se acercó un perro ¡MUY GRANDE! Y lo empezó a perseguir. Pero no lo pudo alcanzar porque se escondió en un lugarcito y se durmió. A la mañana siguiente apareció un policía vestido de azul y cuando vio al gato pensó que estaba perdido. Entonces decidió quedárselo unos días hasta que alguien lo reclame. Le sacó una foto y pegó carteles por el barrio. Una tarde, cuando volvía de la escuela, Martín encontró un cartel de Matías y fue a reclamarlo. Así recuperó a 22
Matías y para festejar se fueron con el tío Lucas a Pinamar. Ahora Matías viaja sin asustarse y ya no tiene miedo cuando sale de vacaciones. Esa vez y todas las que salieron de vacaciones la pasaron muy bien.
FIN Valentín.
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13- Galgui, el miedoso Había una vez un gato llamado Galgui que vivía en una casa abandonada muy linda y grande que estaba en el campo. Vivía con sus dueños Daniela, su papá Rodolfo y sus hermanos Fabricio y Florencia. Galgui dormía solo en una pieza oscura. Pero él era muy miedoso y le daba terror la pieza donde él dormía. Y sobre todo en las noches de lluvia con truenos. Una noche, precisamente de lluvia y ruidosos truenos, Galgui tuvo mucho miedo y se fue a dormir con su hermano Fabricio. De pronto...toc-toc-toc...un ruido en la puerta de entrada lo despertó ¿Escuchaste eso Fabricio? -Preguntó. ¡Basta, deja de imaginar cosas y dormí! Le respondió el hermano. Al rato...toc-toctoc...Otra vez los golpes en la puerta, pero esta vez con más fuerza. Fabricio pegó un salto en la cama ¡Esta vez lo escuché!-Le dijo al hermano, temblando de miedo. Bu-bu-bu-eno bajemos a ver -propuso Galgui. Mientras bajaban las escaleras se encontraron a Florencia. A medida que se acercaban el ruido era más fuerte. ¿Quién abre? preguntó Florencia. ¡Voy yo que soy el mayor! -Respondió Fabricio.¡Qué sorpresa se llevaron al abrir la puerta! Había un gatito chiquito que temblaba de frío. Florencia lo cargó en su espalda y lo llevó a su cuarto para que se secara y duerma bien calentito. A la mañana siguiente, cuando se despertaban todos, no sabían cómo hacer para explicarles a sus papás lo del gatito. ¡Lo bajamos y listo! -Propuso Galgui. Bajaron al comedor, llegaron a la mesa, Daniela y Rodolfo abrieron los ojos grandes como dos monedas de oro y se miraron ¿Quién es el pequeño? Es Tomás, contestó Florencia y comenzó a contar lo que había pasado. ¡Bueno, brindemos por el nuevo integrante en la familia! -Habló el padre. Y por fin Galgui dejó de tener miedo porque desde ese día compartió su habitación con su nuevo hermano Tomás.
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FIN
Lucas.
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14- El gato Félix Había una vez un chico llamado Agustín. Un día volvía de la escuela y se encontró con un gato. Lo cargó y lo llevó a su casa. Le puso Felix de nombre. Ellos se hicieron muy amigos y en poco tiempo se volvieron inseparables. El gato siempre esperaba en la puerta a que Agustín llegara de la escuela. Pero una tarde el gato no estaba. El chico y su madre salieron a buscarlo por el campo y el bosque, pero no lo encontraron. Entonces decidieron ir a buscarlo a la ciudad, ya que el chico tenía a sus tíos allí. El papá se quedó en la casa por si el animal volvía. Cuando llegaron a la ciudad lo primero que hicieron fue ir por las calles a buscar a Felix. Pasaron todo el día buscando, pero Felix no apareció. A la mañana siguiente se levantaron muy temprano para seguir con la búsqueda. Pasó otro día más y nada. Ellos estaban muy nerviosos y decidieron volver a la casa de sus tíos a descansar. Mientras tanto, en la casa de Felix, el padre ya estaba con el gato y decidió ir a la ciudad y llevarlo de sorpresa. Llamó por teléfono a su mujer. -Llego a la hora de la cena y luego volvemos para casa. -Dijo el marido. Riiiiin, sonó el timbre...Felix abrió la puerta y vio al gato, se puso feliz y llorando lo abrazó. Después de cenar regresaron a su casa y todo volvió a la normalidad.
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FIN MatĂas.
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15- La noche Érase una vez un gato blanco y rojo que hacía muchos años vivía solitario en una casa de campo deshabitada. Pero un día, su vida cambió. Una mañana lo despertaron voces. Al abrir los ojos vio que la puerta estaba abierta y había cajas apiladas en la entrada. No quiso hacer ruido y siguió mirando quietito desde la cocina. Minutos después cruzó la puerta un niño y avanzando hacia la cocina vio al gato. ¡Mamá, papá! ¡Miren, encontré un gato! Gritó de alegría. A Eduardo, así se llamaba el niño, le gustaban mucho los animales y en especial los gatos.¿Me lo puedo quedar? preguntó a los padres, que no estaban muy convencidos de tener al gato, pero Eduardo los convenció. Le puso de nombre Messi como su jugador favorito y estaba muy feliz con su gato, al que alimentaba y acariciaba. Un día decidieron salir al bosque que tenían cerca de su casa. Era un inmenso pinar, pero también había mezclados otros árboles. Eligieron trepar al árbol grande, unos de los más altos. Treparon casi hasta la punta y se sentaron en una rama a descansar. Pasaron un rato largo observando el bosque, atardecía y pronto se haría de noche. Tenían que volver a su casa, pero tardaron mucho en bajar. Se hizo de noche y estaba muy oscuro ¡apenas veían sus propias manos¡ Se perdieron en el bosque y no sabían que hacer. Pensaron que lo mejor era esperar y pensar. Esperaron… esperaron...y de repente una luz brillante alumbró todo la zona del bosque en la que estaban ellos. Eduardo estaba asombrado y asustado a la vez. Empezaron a aparecer pequeños brillos por el cielo que iluminaban todo el bosque. 28
Ahora sí podemos ir a casa dijo Eduardo. Al llegar a su casa le contó al padre lo que había pasado. Eso que veía hijo es la noche- Le contestó el padre. Eduardo se quedó observando el cielo estrellado con su gato. A partir de ese día todas las noches Eduardo y Messi salen a contemplar las estrellas y la hermosa luna juntos.
Nandai.
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16- El malvado ladrón, Mumi y Federico Érase una vez una gata llamada Mumi que durante muchos años había vivido tranquila y bien alimentada en una casa de campo. Una tarde, aburrida de hacer todos los días lo mismo, salió a caminar por los alrededores y se perdió. Cuando sus dueños se dieron cuenta que no estaba salieron a buscarla, pero no la encontraron ¡A Mumi la había capturado un hombre muy malo! Mumi compartía sus días con otros gatos que, como ella, también habían sido robados por el malvado ladrón. La pobre minina estaba triste y arrepentida de haberse escapado.
Mientras tanto sus dueños, que desesperadamente, decidieron poner encontrarla:
la buscaban carteles para
“Mumi está perdida. Como no tenemos fotos suyas, la describimos: Es muy peluda, tiene cola larga, y las orejas
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pequeñas, sus ojos son grandes y tienen un brillo relampagueante... como el de una linterna. A la hora de almorzar come rápido y a la hora de dormir ronca. Cuando camina hace ruido con uñas de las patas y también tiene bigotes largos” Como pasaba el tiempo y los dueños pensaban que nunca la iban a encontrar, compraron un gato al que llamaron Federico. Federico les recordaba a Mumi porque hacía muchas cosas parecidas a las que hacía la gata. Una tarde lo sacaron a pasear y como era un gato muy mimoso, se acercaba a acariciar a toda la gente.
El hombre que tenía a Mumi paseaba por la misma plaza, se sentó a acariciar a Federico y a conversar con sus dueños. Ellos le contaron la historia de Mumi. El malvado ladrón de gatos pensó que era su oportunidad para pedirles dinero a cambio de su gata. Entonces les propuso devolverla a cambio de una suma de dinero y sus dueños dijeron que sí. Al otro día se encontraron en el mismo lugar, el hombre tomó el dinero y Mumi volvió con sus dueños a su hogar y se prometió no volver a escaparse nunca...aunque esta vez ya no estaría sola porque en su casa la esperaba un nuevo amigo.
FIN. Priscila.
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17- La súper gata Érase una vez una gata llamada Puma, era de color gris y sus ojos amarillos como el sol. Durante muchos años había vivido tranquila y bien alimentada en una casa en el campo. Hasta que un día la familia trajo un nuevo integrante: un perro negro, muy grande y ruidoso. A Puma le asustaba mucho y su tranquilidad había terminado. El perro negro quería jugar con ella pero siempre salía lastimada. Si no cuidaba su comida el perro se la comía y así seguía con todo lo que encontraba, la comida de la gallina y de la familia. Como todas las mañanas Puma salía a caminar por los campos sembrados pero, siguiendo un pajarito, se fue muy lejos de su casa y no supo volver. Estuvo muchos días perdida, hasta que una mañana la encontró una bruja. La bruja la llevó a su casa, le dio de comer y le hizo una cama de color azul. Esa misma tarde la bruja le hizo tomar unas pociones para que pudiera volar y ser súper fuerte. La gata las tomó y salió rápido volando a buscar a su familia e intentar sacar al perro a la calle. Al llegar a su casa encontró al perro y salió volando hacia el parque para que la siguiera. Al perro lo agarró y lo llevó la perrera Y la gata volvió a su casa contenta soñando que su familia le daba de comer, pero esta vez…sin que nadie la moleste.
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Joaquín.
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18- Mi gata Luli y yo Yo tenía una gata llamada Luli y la quería mucho porque era muy tierna y le gustaba jugar. Un día de sol nos fuimos a pasear al lago. Al anochecer cuando llegamos a casa teníamos la sensación de que nos faltaba algo ¡Nos habíamos olvidado a Luli!
Al otro día nos fuimos tempranito a buscarla. Cuando llegamos al lugar un señor nos dijo que recién había visto pasar una gata perdida y que se iba directo al lago. Mis hermanos y yo salimos corriendo a buscarla y cerquita del lago la vimos. ¡Ahí está! ¡Apurate que la vi! -Gritábamos desesperados. Pero de repente...un perro salió de entre los arbustos y nos amenazó. Nos quedamos todos como estatuas, duros en el lugar. Comenzamos a caminar despacio sin sacarle la mirada al perro que nos gruñía y nos clavaba la mirada como si fuera a comernos. Me acordé que en mi bolsillo guardaba un alfajor que no había comido en el desayuno. Lo saqué con cuidado y lo abrí para cortarlo en pedacitos. Uno a uno se los fui tirando al perro para entretenerlo y mientras tanto mi hermano mayor comenzaba a 34
acercarse a Luli para rescatarla. En ese momento se escuchó un grito desde lejos que decía ¡Camilo vení a comer! El perro paró sus orejas y salió corriendo directo a la voz. Respiré y corrimos todos a buscar a Luli, que ya estaba en los brazos mi hermano. Y así volvimos felices a casa y también vivimos felices para siempre Antonella.
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19- La gata hechizada de Julieta Mi nombre es Julieta. Me gustan mucho los animales y quería tener alguno en casa. Por eso se me ocurrió, para mi cumpleaños número nueve pedir de regalo, un gato. Y la mañana de mi cumpleaños recibí la sorpresa: ¡un gato de color rosa con manchas violetas! Le puse de nombre Manchita Rosa. Un día fuimos a la plaza y Manchita Rosa pasó toda la tarde dando vueltas en el pasto fresco. Pero a la hora de volver no quería salir de ahí y cuando quise agarrarla se subió a un gran árbol. Le pedí a un hombre que me ayudara a bajarla. La gata saltaba por las ramas y daba vueltas sin para como un trompo. ¡Pero esta gata está hechizada! Yo no puedo ayudarte, dijo el hombre y se fue corriendo. Cansada de esperar me quedé dormida. En ese rato Manchita decidió bajar y salió corriendo hacia el puente. La seguí, la busqué en el puente y debajo de él, pero no pude encontrarla. ¡Qué raro! ¡Había desaparecido como por arte de magia! Mientras volvía a mi casa no dejaba de pensar en lo que había dicho el hombre ¿Manchita Rosa estaría hechizada?
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Fin. Brenda
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20- El gato Mágico Érase una vez un gato llamado Tomás. Tomás era travieso y saltaba de un lado a otro. Un día estaba paseando tranquilo y se cruzó con una pandilla de gatos callejeros. Los gatos lo empezaron a molestar y Tomás huyó corriendo y se metió en una casa abandonada. Allí se encontró con un gato que se presentó como “el Gato Brujo”. Tomás sólo alcanzó a decir, mientras temblaba de miedo: -Hooola, yo… yo soy Tomás. Y de pronto....aparecieron los gatos callejeros que corrían como rayos hacia él. Tomás trató de esconderse pero el Gato Brujo le dijo: -Tomás no tengas miedo. En realidad el Gato Brujo no era brujo, era mágico y se convirtió en un gran perro que asustó y espantó a los gatos callejeros. Tomás le agradeció y le dijo: -Quiero ser mágico y hacer magia igual que vos. -Es una gran responsabilidad. La magia sólo debe usarse para defenderse de los gatos como a los que espantécontestó el Gato Brujo. Tomás aceptó esa responsabilidad. Y fueron pasando los días, mientras aprendía a ser mago. Hasta que un día tuvo mucho poder, tanto o más que el Gato Brujo. -Llegó el momento de que te vayas... Pero recuerda siempre que un gran poder viene con una gran responsabilidad -Dijo el Gato BrujoTomás le agradeció y partió feliz a su casa. Charly. Fin 38
21- Chatrán, el gato mágico Érase una vez, en un pueblo muy lejano de la ciudad, un hombre llamado Juan Francisco. Halló a un pequeño, solitario y pacífico gato al que bautizó “Chatrán”. El hombre decidió llevárselo a su casa de Campo y darle un techo. Pasaron unas horas y Juan tenía que irse a descansar para poder hacer su rutina de todos los días a la mañana siguiente. Mandó al gato a dormir al jardín de la entrada de la casa……pero sucedió algo muy extraño mientras Juan dormía…Chatrán hacía guardia cuando un gato mágico se le puso al lado. El gato era raro y poseía poderes sorprendentes: desde volar por los aires, hasta meterse en muebles cuyas puertas estén cerradas. Pero eso no es todo, el gato mágico sacó de su oreja un polvo mágico como su nombre y se lo esparció a Chatrán mientras decía sus palabras mágicas:”Tus acciones cambiarán una vez que esparza éste polvo y ya no serás el mismo” y el gato mágico desapareció. De repente Chatrán comenzó a sentirse raro y empezó a descomponerse. Había pasado un largo tiempo de convivencia entre Juan Y Chatrán y el hombre ya estaba un poco aturdido por las cosas raras que pasaban en su casa desde la llegada del gato. Por eso una mañana decidió hacer unos volantes para regalarlo. El aviso decía así: “Regalo bonito gato, color gris, con manchas blancas por falta de presencia en la casa.” Pasaron unos días y finalmente una familia con 2 hijos adoptó a éste hermoso gato mágico, sin saber que estaba “embrujado” y que iba a hacerlos enloquecer. Fin Walter.
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22- La gata Carmela
Érase una vez una gata que durante muchos años había vivido tranquila y bien alimentada en una casa de campo. Pero ella no era una gata cualquiera, era una gata mágica. Se llamaba CARMELA. Su cuerpo era rosa y tenía rayas y algunas manchas con forma de estrellas en su cabeza. Ella hace tiempo que había ingresado a una escuela en la que le enseñarían a pelear contra los villanos del pueblo. En la escuela aprendió a volar y a tirar rayos láser desde sus manchas. Por fin se recibió como “gata experta en combatir villanos” y volvió feliz a su casa. Al tiempo apareció el dueño de casa con un perro. Al parecer ellos se conocían porque, a pesar de ser perro y gato, se miraban como si no se quisieran desde hace tiempo. Pero este perro tampoco era un perro ordinario. Él también se había recibido en una escuela de perros mágicos. Tenía unos colmillos poderosos y sabía volar, como la gata. Pasaron los días y los meses y el rencor que se tenían aumentaba. Entonces Carmela recordó por qué lo odiaba tanto: -¡Esos colmillos son los que casi me dejan sin cola cuando era cachorra! -¡Te desafío a pelar duro! Y el que pierde se tiene que ir de esta casa- Le dijo Carmela al perro. La gata creía que tenía ventaja porque sabía volar, pero el perro también sabía volar, entonces estaban de igual a igual. Decidieron que el combate sería esa misma noche pero lejos de la casa de campo. Llegó la noche y se encontraron. Pelearon, pelearon y pelearon. Los dos estaban muy pero muy lastimados. Hasta que se dieron
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cuenta de que esa lucha no tenĂa sentido y que en realidad estaban enamorados. Se curaron el uno al otro y se fueron juntos para vivir felices para siempre.
FIN Aixa.
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Este libro se termino de imprimir a los 29 días del mes de octubre de 2013, en la Escuela Nº 9 “Benito Júarez” D.E 17. CABA
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