Ernesto guevara de la serna, el che, biografía inacabada, v antonio lópez, 8 oct 2015

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ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA

“el Che”

V. Antonio López Madrid 2015


Ernesto Guevara de la Serna

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Ernesto Guevara de la Serna - “el Che” Biografía inacabada Madrid 2015©

Recopilación de datos e imágenes biográficos Fuentes varias, que se citan al final del documento Por el diseño, impresión, encuadernación y difusión V. Antonio López® Ejemplar difundido sin ánimo de lucro Madrid, 8 de octubre de 2015 48ª aniversario de su asesinato a manos del Imperialismo USA

Se alienta su difusión total o parcial, si se mencionan las fuentes y se hace sin ánimo de lucro. .

Imagen de portada de Alberto Korda realizada el 5/03/1960, recortada sirve de icono para el consumo. En la contraportada estatua situada en Santa Clara donde descansan sus restos. Autor: José Ramón De Lázaro Bencomo más conocido cómo; José Delarra.

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ÍNDICE CAPÍTULO

PÁGINA

Presentación………………………………………………. Ernesto Guevara de la Serna……………………………… Viajes……………………………………………………… Primer viaje latinoamericano ……………………………... Segundo viaje latinoamericano……………………………. El Che en Guatemala……………………………………….. México……………………………………………………... La Revolución Cubana…………………………………….. Sierra Maestra……………………………………………... Batalla de Santa Clara……………………………………... Primer Gobierno…………………………………………... Buscando aliados…………………………………………... Invasión de Bahía de Cochinos……………………………. Intervención en el CIES 1961 (Discurso)………………….. A la Unión de Jóvenes Comunistas (Discurso)…………… Ante la Asamblea de la ONU 1964 (Discurso)…………….. Carta de despedida………………………………………… Conferencia Afroasiática en Argelia (Discurso)…………. El socialismo y el hombre en Cuba (Artículo)……………. República Democrática del Congo…………………………. Crear dos, tres, Vietnam (Artículo)………………………… Campaña de Bolivia………………………………………... El 8 de octubre de 1967…………………………………….. Grupo guerrillero del Che en Bolivia………………………. Tania………………………………………………………... Juan Vitalo Acuña Núñez………………………………….. Hasta siempre comandante…………………………………. Las leyendas………………………………………………... Se dice, se comenta, se injuria, se insulta, se miente………. Anexo – Un espía, dos Judas y un Imperio para asesinar a un hombre Epílogo……………………………………………………… Fuentes………………………………………………………

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“Pasé mucho tiempo con el Che Guevara, mientras yo estaba en La Habana. Creo que fue mucho menos un mercenario y mucho más un luchador por la libertad”. Maureen O´ Hara

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DEDICATORIA A todos los pueblos

que lucharon, luchan y lucharán contra el imperialismo, sea este del signo que sea y de la época que les toque sufrirlo.

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PRESENTACIÓN

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ificil, muy dificil presentar la biografía de un mito, más que un mito es por derecho propio una leyenda. Todo lo que escriba ya está escrito, todos los adjetivos ya han sido utilizados, cualquier suceso que omita el mito me perseguirá. Pero, por encima de todo está el hombre, y de ese, si osaré escribir a fuer de no ser nada original. Solo se me ocurre acudir a mi memoria y analizar al hombre que recuerdo cuando la leyenda aún no lo había elevado por encima de los seres humanos. Sí, tuve la inmensa fortuna de ser coetáneo por unos años del mito, eso me dará argumentos para poder opinar sobre él, aunque un poco deformados por que en esa etapa de mi pensamiento político era algo sectario, intentaré soslayarla y ser algo menos intransigente con la ortodoxia que en aquella época. Recién estrenado el año 1959 nos enteramos de que un grupo de barbudos habían entrado en La Habana, eran los primeros guerrilleros del Movimiento 26 de julio; Camilo Cienfuegos, Fidel Castro, el Che Guevara, Raúl Castro y Juan Almeida, días más tarde entrarían victoriosos el resto de combatientes de Sierra Maestra, habían pasado poco más de dos años desde el desembarco del Granma en la playa Las Coloradas el 2 de diciembre de 1956. Yo era un niño (14 años y medio), mi mundo era otro, solo teníamos el diario “Pueblo” que compraba mi padre por la tarde, (era vespertino) y algunas noches “Radio Rebelde”, (porque se oía muy mal) pero recuerdo que entre nosotros se decía mucho; “Fidel, los curas a cortar caña y el que no quiera pá España”, recuerdo que al principio del triunfo de la revolución se tenía una gran simpatía por Fidel y los barbudos, “(…) en esto llegó el comandante y mandó parar”. Si hubiese sido en este tiempo de la aldea global el impacto hubiese sido extraordinario, pero los hubiesen tratado como terroristas de Al Qaeda, seguro, Después llegarían las campañas de recogida de la zafra de la caña de azúcar donde todos los barbudos se arremangaban para ayudar, la campaña de alfabetización con miles de estudiantes repartidos por toda Cuba, (1960-61) enseñando a los mayores, logrando erradicar el analfabetismo en toda la isla, más tarde la invasión de Bahía de Cochinos (1961) con Fidel subido en un tanque dirigiendo la defensa, después llegó la crisis de los misiles (1962) que pudo costar una guerra nuclear entre EE.UU. y la URSS. Al imperio se le estaba rebelando su patio trasero y los jóvenes en España le estábamos perdiendo el miedo al franquismo En España era todo lo contrario, aquí se firman acuerdos de bases militares con el imperio USA, a cambio de leche en polvo y queso amarillo para las escuelas, para sacarnos del raquitismo físico y mental, Algunos aún siguen en él, otros evolucionamos a un estado de conciencia superior, (muy pocos la verdad).

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Poco después el Che pronuncia la llamada; Declaración de Argel, dentro del Segundo Seminario Económico de Solidaridad Afroasiática (1965), que levantó ampollas dentro de los mal llamados países socialistas, (porque no pasaron de la etapa de “capitalismo de estado” necesaria en países no desarrollados muy agrícolas y previa al socialismo) por criticar su intercambio desigual con el tercer mundo y el error de querer competir con el capitalismo en producción y consumo, cosa que le costó a la URSS el derrumbe posterior y a China pasarse al lado de los imperios (fue profético). Parece que este discurso marcó un antes y un después en la decisión del Che de irse primero al Congo (1965-66) y poco después a Bolivia (1966-67). Desde mi punto de vista, el Che descubre con pesar donde se puede llegar por el camino de la burocracia instalada en los partidos comunistas de Europa y no quiere llegar a eso, no sé si tuvo desacuerdos con Fidel o no, lo cierto es que cuando deja el Congo y llega a Checoslovaquia, Fidel pide hablar con él, el Che accede a ese encuentro pero parece ser que la decisión ya la tiene tomada. Poco después nos llegó el mazazo, El Che había sido asesinado por los lacayos del imperio, la CIA y sus boinas verdes en Bolivia (1967). El mayo del 68 francés lo encumbró a la cima donde solo habitan las leyendas. Y empezamos a conocerle, empezamos a quererle, aparecieron sus diarios del viaje que hizo por toda América en motocicleta siendo joven, nos propuso que creáramos el hombre nuevo del siglo XXI, y nos inculcó el amor por la revolución allí donde habitáramos y sobre todo una conciencia anti- imperialista e internacionalista, crear dos, tres, Vietnam…(1967). Pero Bolivia no era Cuba, no se hizo un estudio pormenorizado de la situación del campesinado boliviano. Los partidos comunistas de Latinoamérica cómo los europeos estaban divididos en dos; los pro-chinos y los pro-soviéticos, más los trotskistas por otro lado, era un movimiento comunista dividido que solo beneficiaba al imperialismo. El Partido Comunista de Bolivia no prestó su apoyo, aunque hubo comunistas bolivianos en la guerrilla, lo hicieron por convicción personal y no como estrategia de su Comité Central o su Secretario General, Mario Monje, con la excusa de que antes era necesaria una labor de masas, contraria a la estrategia del Che que pensaba que allí donde hay condiciones objetivas se pueden y se deben crear las subjetivas. Y un dato muy importante a tener en cuenta, la URSS había firmado un acuerdo tácito (no escrito) de no agresión con EE.UU. de coexistencia pacífica. Pero el Che prefirió pasar a la Historia luchando, a morir de viejo “socialdemócrata” en cualquier lugar de su querida Latinoamérica. Sabía que no llegaría a ser abuelo. No quisiera entrar en polémicas inútiles a esta alturas de la Historia, pero ante el fracaso estrepitoso de la experiencia congoleña parece más una huida hacia adelante que un proyecto madurado y acabado, agravado por la lectura de Fidel Castro de su carta de despedida.

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¿Fue intencionado el acto de Fidel para conducir al Che a un punto de no retorno? Nunca lo sabremos, aunque algunos historiadores lo dan por cierto. Dejando a un lado el mito para la mitología, la leyenda para los relatos de verano alrededor de una hoguera de campamento de boy scouts, debemos acercarnos al personaje con sus pequeñas miserias y la grandeza de los seres humanos en toda su dimensión, solo así comprenderemos el desprendido sacrificio que hizo para liberar a Latinoamérica de la bota del imperialismo yanqui. Yo considero a Ernesto Guevara un marxista o comunista sin partido, con rasgos originales muy poco ortodoxos, excepto en su concepción de la idea de la toma del poder por el proletariado que se acerca mucho a la de Mao Tse Tung; (Mao Zedong, se escribe ahora) “(…) todo poder nace del fusil” y, el siempre necesario desarrollo de la conciencia de clase con la subsiguiente transformación en hombres nuevos socialistas. Escribiré algo, no mucho, porque no merece la pena remover agua pasada de otros personajes que gravitan alrededor de la estrella principal, me refiero al argentino Ciro Roberto Bustos Marco, el francés Jules Régis Debray y, por su relación necesaria, Tania. No comprendo que hacen estos dos personajes en Bolivia, además de cobardes y chivatos fueron determinantes a la hora de la caida del grupo del Che. Agravado por el hecho concreto de que Tania se encarga de ponerlos en contacto y cuando lo consigue se queda ella también abandonando su trabajo de inteligencia que hacía de mil maravillas en La Paz, cometiendo un error que la costaría su valiosa vida. Estos errores y alguna casualidad que otra llevan al Che a la muerte sin apenas enfrentamientos directos con el ejército boliviano, cuando la intención del Che era preparar una escuela guerrillera en Bolivia evitando enfrentamientos directos con los militares de Bolivia, para una vez entrenados los suficientes guerrilleros iniciar una guerra de guerrillas por todo el continente Latinoamericano, por eso eligió Bolivia. Él pensó estar llamado a seguir los pasos de Martí, Bolívar, Sandino, José San Martín, etc., sus viajes por todo Latinoamérica le convencen de que es necesario el hombre nuevo del siguiente milenio, no confía demasiado en las viejas generaciones, por eso pone todo su empeño en la educación de los jóvenes, esa arcilla todavía sin modelar. Escribiré sobre el hombre y, también de las leyendas, aunque estas últimas no necesitan documentarse, se alimentan ellas solas. Del Che se ha escrito todo o casi todo, espero contribuir con algo original que enriquezca su corta pero intensa biografía, cosa dificil donde las haya.

V. Antonio López

Madrid, 8 de octubre de 2015

En el 48º aniversario del asesinato de unos hombres, una idea y un sueño 9


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“No creo que Vd. y yo seamos parientes cercanos, pero si Vd. tiembla de indignación cada vez que se comete una injusticia en cualquier parte del mundo, entonces somos compañeros, que es mucho más importante…” El Che

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ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA Ernesto Guevara de la Serna. Nació el 14 de junio (algunos investigadores dicen en mayo) de 1928 en Rosario (Argentina). Fue el mayor de los cinco hijos de Ernesto Rafael Guevara Lynch (19011987) y de Celia de la Serna (1906-1965). Ambos pertenecían a familias de la clase alta y de la aristocracia argentina. Un tatarabuelo paterno, Patricio Julián Lynch y Roo, fue incluso considerado el hombre más rico de Sudamérica. Aunque muchas de las biografías del luego llamado Che Guevara y el relato de la propia familia, atribuyen a su madre ser descendiente de José de la Serna e Hinojosa, último virrey español de Lima, esta circunstancia se revela inverosímil ya que el virrey José de la Serna murió sin dejar descendientes. Celia de la Serna descendía del también español Juan Manuel de la Serna y de la Quintana (de origen cántabro; nacido en Ontón) quien se trasladó al Virreinato del Río de la Plata a finales del siglo XVIII, radicándose en la ciudad de Montevideo, donde se casó en 1802 con la americana Paula Catalina Rafaela Loaces y Arandía. La familia nuclear que integraba con sus padres y hermanos estaba socialmente ubicada en la clase media alta. Ernesto Rafael Guevara Lynch llevó una vida económicamente desahogada gracias a las rentas que obtenía de la herencia recibida de sus padres. Al nacer su hijo, acababa de comprar junto con parte de la herencia de su esposa, una importante plantación de yerba mate en Caraguataí, una zona rural de la provincia de Misiones, en el área de Montecarlo, a unos 200 km al norte de la capital Posadas, sobre el río Paraná. En aquellos tiempos los trabajadores de los yerbatales, conocidos como mensúes, estaban sometidos a un régimen de explotación laboral prácticamente de esclavitud, como ilustra la novela El río oscuro, de Alfredo Varela, sobre la que se realizó la película Las aguas bajan turbias, ambientada en el trabajo de los yerbatales de aquellos años. La propiedad fue bautizada con el nombre de La Misionera y su explotación llevó a instalar luego un molino yerbatero en Rosario. Los Guevara también obtenían ingresos del Astillero Río de la Plata que era propiedad de varios miembros de su familia y estaba ubicado en San Fernando hasta que resultó incendiado en 1930. Sin embargo, estos negocios no permitieron a la familia prosperar lo suficiente por lo que resolvieron la venta del yerbatal, en la década de 1940, para instalar una inmobiliaria y comprar una casa en Buenos Aires. En Córdoba, Ernesto padre instaló con un socio una empresa de construcción civil que quebró en 1947.

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En 1948, recibió otra importante herencia tras la muerte de su madre, Ana Isabel Lynch Ortiz. Algunas biografías le atribuyen incorrectamente el título de ingeniero e ideología socialista. Se volvió a casar y tuvo tres hijos. En 1987, (poco antes de morir) escribió un libro con el título Mi hijo el Che – Editorial: Arte y Literatura. Celia de la Serna pertenecía a una tradicional familia aristocrática de grandes estancieros bonaerenses. Su padre se suicidó cuando ella tenía dos años y su madre murió cuando tenía quince. Quedó entonces al cuidado de su hermana Carmen y una tía. Perteneció a una generación de mujeres argentinas de clase alta progresistas que promovieron el feminismo, la libertad sexual y la autonomía de las mujeres, cuya más fiel representante fue Victoria Ocampo. Con el fin de ordenar bien la orientación inicial del humanismo del Che es conveniente retroceder a la guerra civil española (1936-1939) afectó aún más a los Guevara y su progenie. En primer lugar porque el cuñado de Celia, el poeta comunista y algo dandi Cayetano Córdova Iturburu, participó en ella valerosamente más de un año, como enviado especial de Crítica, el único diario antifranquista de Buenos Aires; todos los demás eran partidarios de Franco. Luego porque su mujer, Carmen de la Serna, comunista como él, decidió, justificándose en la tosferina de uno de sus hijos, ir con sus dos retoños a reunirse en Alta Gracia con su hermana menor Celia. Finalmente, porque numerosos hijos de republicanos españoles, exiliados en Córdoba y en su región, serán algunos de los mejores amigos de infancia y adolescencia del joven Ernesto. Ernesto cursó sus estudios primarios en las escuelas públicas San Martín y Santiago de Liniers entre 1937 y 1941. Sus estudios secundarios los realizó entre 1942 y 1946, primero en el Colegio Nacional de Monserrat (cuatro años), terminando el ciclo en el Colegio Nacional Deán Funes, ubicados en la ciudad de Córdoba, donde la familia terminó mudándose en 1943. El asma determinó en gran medida las características de la infancia de Ernesto Guevara. Los ataques eran constantes y de una severidad tal que lo llevaban incluso a quedar postrado días enteros. Limitó sus posibilidades de ir a la escuela, a la que recién ingresó en 1937 cuando tenía ocho años comenzando en segundo grado (saltando primero inferior y superior). Restringió sus posibilidades de hacer deporte, actividad que le apasionaba y que igualmente practicó aunque muchas veces sus amigos debían cargarlo para volver a su casa. Para combatir el asma estaba sujeto a constantes dietas y tratamientos médicos. Por otro lado su enfermedad lo hizo un extraordinario lector, un gran aficionado al ajedrez y generó en él un fuerte espíritu de disciplina y autocontrol.

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En 1942, Ernesto Guevara inició sus estudios secundarios en el Colegio Deán Funes, ubicado en la esquina de Perú e Independencia, del barrio Pueyrredón (en la ciudad de Córdoba). Córdoba, que por entonces contaba con unos 350.000 habitantes, comenzaba a sufrir transformaciones decisivas debido a un notable proceso de industrialización por el que fue llamada la Detroit argentina. Cursó sus estudios secundarios (entre 1942 y 1946) en un momento de grandes cambios y transformaciones políticas en la Argentina. Entre 1943 y 1946 habría de surgir el peronismo que contó con un apoyo masivo de la clase obrera e inversamente un rechazo masivo de las clases media y alta. Los estudiantes fueron uno de los grupos que más activamente se movilizaron contra el peronismo naciente, bajo el lema de “no a la dictadura de las alpargatas”. Una vez en la escuela secundaria e instalado en Córdoba (Argentina), la vida de Ernesto se hizo más pública. Contra lo que suelen decir algunas biografías, Ernesto Guevara no tuvo ninguna militancia política ni social en Córdoba (ni luego en Buenos Aires). Él mismo lo dijo: “No tuve preocupaciones sociales en mi adolescencia, ni participé en las luchas políticas o estudiantiles de Argentina.” Los padres de Ernesto y toda su familia, por supuesto, eran abiertamente antiperonistas, como lo era la gran mayoría de la clase media y la clase alta. Ernesto en cambio, nunca parece haber sostenido posiciones antiperonistas. Por el contrario, se sabe que la familia le atribuía sentimientos favorables al peronismo, que les recomendaba a las empleadas domésticas de su casa y de las casas de sus amigos que votaran al peronismo, y que sentía respeto por Perón a quien llamaba «el capo». Años después, ya en plena Revolución cubana, utilizó una de las palabras favoritas de Eva Perón, “descamisados”, para bautizar al grupo de novatos bajo su mando en la guerrilla, y poco antes, al enterarse del golpe militar que derrocó a Perón escribió en una carta a su madre: “Te confieso con toda sinceridad que la caída de Perón me amargó profundamente, no por él, por lo que significaba para toda América, pues mal que te pese y a pesar de la claudicación forzosa de los últimos tiempos, Argentina era el paladín de todos los que pensamos que el enemigo está en el norte.” Con respecto al Partido Comunista Argentino, Ernesto rechazó explícita y abiertamente su posición, en tanto criticaba con dureza su sectarismo. Si alguna ideología clara comenzaba a asomar en Ernesto Guevara, en los últimos años de su adolescencia, fue su posición antimperialista y en particular su posición acérrimamente

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contraria al imperialismo estadounidense, una ideología con profundas raíces en la cultura política-social argentina. En este sentido, escandalizó a sus familiares y conocidos, cuando se opuso a que la Argentina le declarara la guerra a la Alemania nazi en 1945, sosteniendo que se realizaba por presión de Estados Unidos y que debía mantenerse neutral. Un hecho importante se produjo cuando en noviembre de 1943 su mejor amigo, Alberto Granado y otros estudiantes, fueron detenidos por la policía durante una manifestación estudiantil contra el gobierno. Ernesto y Tomás Granado iban a la cárcel a visitar a Alberto a diario. Contra todo lo esperado, cuando se organizó una gran marcha para reclamar la libertad de Alberto y los demás presos políticos, Ernesto no solo se negó a participar, sino que sostuvo que; “(…) la marcha es un gesto inútil que solo conseguirán que los caguen a palos, yo solo iría si me dan un revólver”.

Buenos Aires, medicina y los viajes Ernesto Guevara permaneció en Buenos Aires desde enero de 1947 hasta el 7 de julio de 1952, cuando partiría en su primer viaje por América Latina. El primer año la familia vivió en la casa de su abuela materna, recientemente fallecida, ubicada en Arenales y Uriburu, en el exclusivo barrio de Recoleta, o Barrio Norte, a dos cuadras de la facultad de Medicina de la Universidad de Ernesto Guevara (1º de la derecha) con integrantes de su equipo de Buenos Aires, en la que empezaría a estudiar en rugby en 1948. 1948 para graduarse de médico el 11 de abril de 1953. Al año siguiente su padre vendió el yerbatal, compró una casa en Aráoz 2180, en el barrio de Palermo y abrió una inmobiliaria en la esquina de Paraguay y Aráoz. En este período Ernesto se dedicó a su carrera y comenzó a trabajar como asistente en una clínica especializada en alergias que se dedicaba a la investigación del asma, dirigida por el Dr. Salvador Pisani. En la facultad de Medicina conoció a Berta Gilda Tita Infante, una cordobesa militante universitaria comunista con la que mantendría una fuerte amistad por el resto de su vida. En Buenos Aires Guevara se dedicó a jugar al rugby, deporte característico de la clase alta porteña, primero en el importante San Isidro Club y luego, debido a sus limitaciones con el asma, en el pequeño y desaparecido Yporá Rugby Club (1948) y en el Atalaya Polo Club (1949). Editó entonces la primera revista dedicada al rugby de la Argentina, con el nombre Tackle, y en la que también escribía crónicas bajo el seudónimo “Chang Cho”, en alusión a su propio sobrenombre “Chancho”.

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También continuó con sus intensas actividades de lectura y la escritura de sus cuadernos filosóficos. En estos años demostró una creciente dedicación a la filosofía social. En su tercer cuaderno revela un gran interés en el pensamiento de Carlos Marx. También prestó gran atención a las ideas de Nehru sobre el proceso de descolonización e industrialización en la India, anotando y recomendando calurosamente su libro El descubrimiento de la India. En 1950 se enamoró de María del Carmen Chichina Ferreyra, una joven de 16 años perteneciente a una de las familias más ricas y aristocráticas de Córdoba. La relación duró más de dos años, a pesar de la oposición frontal de la familia, que lo veía como un “hippie enfermizo” por su aspecto, sus ideas radicales y provocadoras, y su deseo de casarse y pasar la luna de miel en un viaje en casa rodante por América Latina. Años después Chichina diría de Ernesto: “Me fascinó su físico obstinado y su carácter anti solemne; su desparpajo en la vestimenta nos daba risa y, al mismo tiempo, un poco de vergüenza. (...) Éramos tan sofisticados que Ernesto nos parecía un oprobio. Él aceptaba nuestras bromas sin inmutarse.” Estando en Buenos Aires Ernesto Guevara comenzó a viajar precariamente, a dedo, bicicleta o en moto, con poco dinero, cada vez más lejos. Los viajes de Guevara significarían una experiencia social y humana, que lo pondría en contacto con los trabajadores y las personas humildes de la Argentina y América Latina, y que finalmente lo llevarían a integrar el grupo guerrillero que realizaría la Revolución cubana.

Los viajes Una vez instalado en Buenos Aires, Ernesto comenzó a viajar sin recursos, generalmente a Córdoba con su amigo Carlos Figueroa.

Viaje al noroeste argentino (1951) El 1 de enero de 1950 realizó su primer viaje solo, en una bicicleta con motor marca Cucchiolo, visitando a su amigo Alberto Granado en San Francisco (Córdoba), a sus amigos de la infancia en Córdoba Capital, continuando luego hacia el noroeste para conocer las provincias más pobres y atrasadas del país, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, y volver por San Juan, Mendoza, San Luis. En total recorrió 4.500 kilómetros. En su cuaderno de viaje Guevara incluyó la siguiente reflexión: 15


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“Por lo menos no me nutro con las mismas formas que los turistas y me extraña ver en los mapas de propaganda de Jujuy, por ejemplo: el Altar de la Patria, la catedral donde se bendijo la enseña patria, la joya del púlpito y la milagrosa virgencita de Río Blanco y Pompeya. (...) No, no se conoce así un pueblo, una forma y una interpretación de la vida, aquello es la lujosa cubierta, pero su alma está reflejada en los enfermos de los hospitales, los asilados en la comisaría o el peatón ansioso con quien se intima, mientras el Río Grande muestra su crecido cauce turbulento por debajo.” Al volver a Buenos Aires la empresa fabricante del motor le ofreció realizar un aviso publicitario, que incluía la foto de Ernesto Guevara en su bicicleta y una carta suya donde decía: “Ha funcionado a la perfección durante mi largo viaje y solo observé que hacia el final perdía compresión, razón por la cual la envío a usted para reparación.” El aviso fue publicado en la difundida revista deportiva El Gráfico en la página 49 de la edición del 19 de mayo de 1950.

Los viajes en el buque petrolero de YPF (1951) En 1951 Guevara fue contratado como paramédico de a bordo en la flota de la empresa petrolera estatal argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). El 9 de febrero se embarcó por primera vez. En estos viajes recorrió la costa atlántica de Sudamérica, desde el puerto patagónico de Comodoro Rivadavia hasta la entonces colonia británica de Trinidad y Tobago, pasando por Curaçao, Guyana Británica, Venezuela, y varios puertos de Brasil.

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Primer viaje latinoamericano (1952) En 1952, Ernesto Guevara realizó con Alberto Granado el primero de sus dos viajes internacionales por América. Salieron el 4 de enero de 1952, desde San Francisco, Córdoba en la moto de Granado, llamada la Poderosa II. El viaje duró siete meses y después de pasar por Buenos Aires, Miramar y Bariloche, entraron a Chile por el lago Todos los Santos. En Chile pasaron por Osorno, Valdivia, Temuco y Santiago donde abandonaron la moto, averiada definitivamente. Se dirigieron al puerto de Valparaíso desde donde viajaron como polizones en un buque carguero hasta Antofagasta. Desde allí por tierra, principalmente en camiones, visitaron la gigantesca mina de cobre de Chuquicamata para Itinerario del primer viaje realizado dirigirse luego a la frontera con Perú, subiendo en 1952 con Alberto Granado. Las la cordillera por la provincia de Tarata, en la líneas rojas corresponden a viajes en avión. La película Diarios de región de Tacna, hasta al lago Titicaca. En abril motocicleta es la historia de este llegaron al Cusco, la antigua capital del Imperio viaje. Inca. Visitaron las ciudades incaicas del Valle Sagrado de los Incas y Machu Pichu y luego partieron hacia Abancay, capital de la Región Apurímac, donde visitaron el leprosorio de Huambo, cerca de la ciudad de Andahuaylas. El 1 de mayo de 1952 arribaron a Lima donde establecieron una estrecha relación con el médico Hugo Pesce, conocido especialista en lepra, discípulo de José Carlos Mariátegui y dirigente del Partido Comunista Peruano, que influiría decisivamente en las decisiones de vida que adoptaría Guevara. El doctor Pesce los conduce al Hospital Portada de Guía, un leprosorio ubicado en la periferia de Lima. En este lugar atienden a los pacientes del mal de Hansen y habitan por unos meses. De allí se dirigieron a Pucallpa donde embarcaron hacia Iquitos y se instalaron para colaborar con el leprosorio de San Pablo a las orillas del río Amazonas, donde médicos y pacientes les regalaron una balsa llamada Mambo-Tango para continuar su viaje navegando el río aguas abajo. En balsa llegaron hasta la población fronteriza colombiana de Leticia, donde desempeñaron como entrenadores del equipo de fútbol del pueblo. Volaron en hidroavión a Bogotá y allí se alojaron en las instalaciones de la ciudad universitaria de la Universidad Nacional de Colombia y su hospital, el San Juan de Dios.

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En ese momento, Colombia atravesaba la época de La Violencia, donde fueron arrestados pero prontamente liberados. En bus se dirigieron a Caracas, capital de Venezuela, donde Granado obtuvo empleo en un leprosorio por recomendación de Pesce. Ernesto, por su parte, debía terminar sus estudios, por lo que decidió volver, utilizando un avión de carga de un familiar que hacía escala previa en Miami, donde trabajó de empleado doméstico de una azafata y lavaplatos en un restaurante. El 31 de julio de 1952 volvió a Buenos Aires. Tanto Guevara como Granado realizaron diarios de viaje, mundialmente conocidos como Diarios de motocicleta, en los cuales se basó la película de Walter Salles de 2004, que relata este periplo. Para ambos el viaje significó un contacto directo con los sectores sociales más relegados y explotados de América Latina. Para Ernesto Guevara resultó importante para comenzar a definir sus ideas y sentimientos sobre las graves desigualdades sociales latinoamericanas, el papel de los Estados Unidos y cuáles podrían ser las soluciones. La influencia del médico Hugo Pesce sobre Ernesto fue muy grande, tanto por su visión mariateguista del marxismo, que replanteaba el papel de los indígenas y campesinos en los cambios sociales en América Latina, como por el ejemplo personal de vida como médico dedicado a los problemas de salud de los pobres y marginados. Al publicar su primer libro, La guerra de guerrillas, Guevara le envió un ejemplar dedicado a Pesce diciéndole que reconocía haberle provocado “(…) un gran cambio en mi actitud frente a la vida.” Una muestra de esas primeras ideas las expuso el 14 de junio de 1952, cuando cumplía 24 años, y el personal del leprosorio de San Pablo le ofreció una fiesta. Guevara anotó sus impresiones de ese día bajo el título de “El día de San Guevara”, y cuenta haber dicho las siguientes palabras a sus anfitriones: “Creemos, y después de este viaje más firmemente que antes, que la división de América en nacionalidades inciertas e ilusorias es completamente ficticia. Constituimos una sola raza mestiza, que desde México hasta el estrecho de Magallanes presenta notables similitudes etnográficas. Por eso, tratando de quitarme toda carga de provincialismo exiguo, brindo por Perú y por América Unida.” Al regresar a Buenos Aires, Guevara revisó su diario y redactó unas Notas de viaje donde, entre otras cosas dice: “El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina. El que las ordena y pule, “yo”, no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por nuestra “Mayúscula América” me ha cambiado más de lo que creí.”

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Segundo viaje latinoamericano (1953-1954) Finalizó sus estudios de medicina en la UBA (Universidad Nacional de Buenos Aires). En seis meses aprobó las 14 asignaturas que le faltaban, y el 11 de abril de 1953 recibió el título de médico, registrado bajo el legajo 1058, registro 1116, folio 153 de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires En 1953 Ernesto Guevara inició con su amigo de la infancia Carlos Calica Ferrer el segundo de sus dos viajes internacionales por América. El objetivo era ir a Caracas donde los esperaba Alberto Granado. Salieron el 7 de julio de 1953, desde Buenos Aires en tren hacia Bolivia. Permanecieron varias semanas en La Paz en pleno proceso de la revolución iniciada en 1952 por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Allí conocieron a Ricardo Rojo, que luego integraría un grupo de viajeros argentinos que se iría ampliando. Ernesto y Calica siguieron camino a Puno, Cuzco y Machu Pichu, para luego dirigirse a Itinerario del segundo viaje de Lima, donde volvió a ver al Dr. Pesce. De Ernesto Guevara, 1953-1956. Lima viajaron a Guayaquil, Ecuador, en autobús. Allí integraron un grupo de argentinos compuesto por ellos dos, Ricardo Rojo, Eduardo Gualo García, Oscar Valdo Valdovinos y Andro Petiso Herrero, que convivieron comunitariamente en la misma pensión. En Guayaquil, Ernesto decidió ir hacia Guatemala para ver la revolución que estaba liderando allí el coronel Jacobo Arbenz. Calica entonces se separó de Ernesto para dirigirse a Caracas, donde Alberto Granado lo esperaba, quedándose a vivir allí por diez años. Tras complicadas gestiones Ernesto se embarcó con Gualo García hasta Panamá, donde permaneció unos meses, en condiciones económicas críticas. De allí cruzaron a Costa Rica, luego a Nicaragua haciendo dedo. Allí se encontraron con Rojo y los hermanos Walter y Domingo Beveraggi Allende, continuando con este último en auto hacia Guatemala, pasando por Honduras y El Salvador. El 24 de diciembre de 1953 llegó sin dinero a Guatemala, donde se instalaría.

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El Che en Guatemala (1954) Ernesto Guevara estuvo poco más de nueve meses en Guatemala. Su vida allí fue difícil, contradictoria y compleja, con respecto tanto a su vida personal como a sus ideas y la definición del papel que deseaba representar. En 1954 Guatemala estaba en una situación política crítica. Diez años antes un movimiento estudiantil encuadrado en el amplio movimiento Frase del Che Guevara sobre su estadía en de la Reforma Universitaria Guatemala. En el Memorial en Santa Clara. latinoamericana, había derrocado al dictador Jorge Ubico Castañeda e impuesto un sistema democrático por primera vez en la historia guatemalteca, resultando electo presidente Juan José Arévalo. Arévalo, un educador formado en la Argentina que se adhería a una ideología que él denominaba “socialismo espiritual”, inició una serie de reformas políticas y sociales. Su sucesor (elegido en 1951), el coronel Jacobo Arbenz, profundizó tales medidas y en 1952 inició un importante proceso de reforma agraria, que afectó seriamente los intereses de la empresa estadounidense United Fruit, que tenía sólidos lazos con la administración del presidente Eisenhower. Sosteniendo que se trataba de un gobierno comunista, Estados Unidos comenzó a operar entonces para desestabilizar Guatemala y derrocar al gobierno de Arbenz. El golpe de Estado se inició el 18 de junio de 1954, con el bombardeo de la ciudad por aviones militares y la invasión desde Honduras de un ejército golpista al mando de Carlos Castillo Armas y el apoyo desembozado de la CIA. La lucha duró hasta el 3 de julio cuando Castillo Armas tomó la capital y dio inicio a un largo período de dictaduras militares. Guevara llegó seis meses antes del golpe. Durante ese tiempo intentó reiteradamente trabajar como médico del Estado pero las diversas gestiones nunca se concretaron y sus problemas económicos fueron muy serios. En aquellos días Guatemala era un hervidero de grupos de exiliados y militantes progresistas e izquierdistas, fundamentalmente latinoamericanos. Al poco de llegar conocería a Hilda Gadea, una exiliada peruana dirigente del APRA que colaboraba con el gobierno de Arbenz y que más adelante se convertiría en su primera esposa. Mientras tanto, conocería a la familia del exiliado nicaragüense Edelberto Torres,

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donde a su vez conoció a un grupo de exiliados cubanos participantes en la toma del Cuartel Moncada, entre los que se encontraba Antonio Ñico López. Ñico López y Ernesto establecieron una sólida amistad. Fue precisamente Ñico quien le puso el mote del “Che”, a raíz del uso permanente que Ernesto hacía de esa palabra típica del dialecto rioplatense, utilizada para convocar al otro. Las ideas de Guevara habían evolucionado, volviéndose mucho más comprometidas políticamente, con una clara simpatía por el comunismo. Pese a ello se mantendría apartado de cualquier organización política y cuando poco después, el Partido Guatemalteco de los Trabajadores (PGT), de tendencia comunista, le comunicara que debía afiliarse al partido para poder trabajar de médico en el Estado, rechazó indignado la petición. Su incipiente pensamiento político se manifestó abiertamente por primera vez en una carta enviada a su tía Beatriz el 10 de diciembre de 1953, poco antes de llegar a Guatemala donde dice, entre otras cosas: “En el paso tuve la oportunidad de pasar por los dominios de la United Fruit, convenciéndome una vez más de lo terrible que son estos pulpos. He jurado ante una estampa del viejo y llorado camarada Stalin no descansar hasta ver aniquilados estos pulpos capitalistas. En Guatemala me perfeccionaré y lograré lo que me falta para ser un revolucionario auténtico. (...) Tu sobrino, el de la salud de hierro, el estómago vacío y la luciente fe en el porvenir socialista. Chau. Chancho.” En Guatemala comenzó a diseñar un libro titulado La función del médico en América Latina en el que consideraba que la “medicina social preventiva” y el médico constituían un eje central para una transformación revolucionaria orientada a establecer una sociedad socialista. A fines de mayo de 1954, Guevara salió de Guatemala hacia El Salvador para renovar el visado, aprovechando para visitar San Salvador y las ruinas mayas de Chalchuapa y Quiriguá, estas últimas nuevamente en Guatemala. Al regresar a Guatemala la situación del gobierno era desesperada y el ataque inminente. El 16 de junio aviones de mercenarios militares comenzaron a bombardear la ciudad de Guatemala y dos días después un ejército al mando de Castillo Armas ingresó al país desde Honduras. Ernesto se inscribió en las brigadas de sanidad y en las brigadas juveniles comunistas que patrullaban las calles por la noche. Su brigada llevaba el nombre de Augusto César Sandino y estaba liderada por el voluntario nicaragüense Rodolfo Romero, al que varios años después el Che recurriría para

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organizar la guerrilla en Nicaragua. Las milicias infructuosamente al gobierno la entrega de armas.

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comunistas

reclamaron

El 27 de junio de 1954 los jefes del Ejército de Guatemala decidieron desconocer la autoridad de Arbenz y exigir su renuncia. Seis días después Castillo Armas entraba a la capital para establecer una dictadura y derogar las medidas sociales adoptadas por el gobierno democrático. De la caída del gobierno de Arbenz el Che Guevara sacaría conclusiones fundamentales que luego incidirían directamente en sus actos durante la Revolución cubana. En particular Guevara concluyó que era indispensable depurar al ejército de potenciales golpistas, pues en los momentos cruciales estos desconocían la cadena de mando y se volvían contra el gobierno. Pocos días después en una carta a su madre concluía: “La traición y el patrioterismo siguen siendo patrimonio exclusivo del ejército, y una vez más se prueba el aforismo que indica que la liquidación del ejército debe ser el principio de una verdadera democracia.” También le escribiría a su amiga Tita Infante: “Los periódicos de Las Américas publicaban mentiras. Ante todo, no hubo asesinato ni nada que se le parezca. Debería haber habido unos cuantos fusilamientos al comienzo pero es otra cosa. Si se hubieran producido esos fusilamientos, el gobierno hubiera conservado la posibilidad de devolver el golpe.” Hilda fue detenida y Ernesto se refugió en la embajada argentina donde fue incluido entre los refugiados comunistas. A fines de agosto llegó el salvoconducto para él, yendo de inmediato a buscar a Hilda, quien había sido liberada poco antes. Sin embargo la relación entre ambos parecía terminada y a mediados de septiembre Ernesto se fue solo a México.

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México (1954-1956) El Che Guevara permanecería algo más de dos años en México. Allí definió sus ideas políticas, se casó, tuvo a su primera hija e ingresó al Movimiento 26 de Julio dirigido por Fidel Castro con el fin de formar un grupo guerrillero en Cuba para derrocar al dictador Batista e iniciar una revolución social. En 1954 México era una suerte de santuario para los perseguidos políticos de todo el mundo. Por otra parte México había desarrollado una sólida cultura popular con identidad latinoamericana derivada de la Revolución mexicana de 1910, la primera revolución social triunfante de la historia, representada en los famosos murales de Rivera, Siqueiros y Orozco; en la reformista UNAM, en un cine de lenguaje propio con estrellas como Cantinflas y María Félix, así como en manifestaciones musicales propias de su identidad como el bolero y la ranchera. En México, Guevara trabajó un tiempo de fotógrafo para la argentina Agencia Latina que cerró poco después y luego para el Hospital General y el Hospital Infantil por un pequeño salario como alergista e investigador. Antes de que terminara 1954 Hilda Gadea se radicó también en México, reiniciando el tipo de relación compleja que habían mantenido en Guatemala, en las que se combinaban las relaciones sexuales con la actitud maternal de ella, así como un fuerte entendimiento cultural. Pocos días después se encontró por casualidad en la calle con Ñico López, quien lo invitaría a asistir a las reuniones del grupo de cubanos “moncadistas”1 que se reunían coordinados por María Antonia González en un departamento céntrico ubicado en Emparán. Por aquel entonces Fidel Castro cumplía una condena de diez años de prisión en Cuba por haber dirigido el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953. El hecho lo había convertido en una figura nacional. En mayo de 1955 el dictador Fulgencio Batista sancionó una ley de amnistía, dejando en libertad a Fidel Castro, su hermano Raúl y otros dieciocho “moncadistas”. Poco después, el 12 de junio crearon el Movimiento 26 de Julio, una organización cuyo fin era derrocar a Batista y que tenía una ideología antimperialista-democrática fundada en las ideas de José Martí y mayoritariamente anticomunista. Por aquel entonces, a poco de iniciada la Guerra Fría y como herencia del macartismo se generalizó en América Latina la acusación de «comunismo» como táctica para desprestigiar y reprimir los movimientos democráticos y sociales. Juan José Arévalo alertaría sobre este mecanismo en su libro Anti Comunismo en América Latina (1959).

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Partidarios del asalto al cuartel de la Moncada.

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En junio de 1955, Raúl Castro se estableció en México con el fin de preparar la llegada de su hermano, desde donde este organizaría un grupo guerrillero para volver a Cuba. En cuanto llegó, conoció a Ernesto Guevara; ambos congeniaron desde el primer momento. Raúl Castro, a diferencia de Fidel, había pertenecido al Partido Comunista, llamado en Cuba Partido Socialista Popular (PSP) y era mucho más radical en sus actitudes y posiciones. El 7 de julio Fidel Castro llegó a México. Dos semanas después le ofreció al Che unirse al Movimiento 26 de Julio como médico y este aceptó inmediatamente. Casi simultáneamente Hilda Gadea le comunicó que estaba embarazada y el 18 de agosto se casaron, aunque era obvio que para Guevara se trataba de una decisión obligada por las circunstancias. Ambos se mudaron entonces a un apartamento en la calle Nápoles nº 40, en Colonia Juárez. En febrero de 1956 un grupo de unas veinte personas iniciaron el entrenamiento en guerra de guerrillas bajo el mando del coronel español Alberto Bayo Giroud. El 15 de febrero nació su hija Hilda Beatriz Guevara Gadea. Poco después escribió las últimas líneas del diario que había iniciado en Buenos Aires al partir para su segundo viaje latinoamericano: “Ha pasado mucho tiempo y muchos acontecimientos nuevos se han declarado. Solo expondré los más importantes: desde el 15 de febrero de 1956 soy padre; Hilda Beatriz Guevara es la primogénita. (...) Mis proyectos para el futuro son nebulosos pero espero terminar un par de trabajos de investigación. Este año puede ser importante para mi futuro. Ya me fui de los hospitales. Escribiré con más detalle.” Canto a Fidel Vámonos ardiente profeta de la aurora por recónditos senderos inalámbricos a liberar el verde caimán que tanto amas. Cuando suene el primer disparo y se despierte en virginal asombro la manigua entera allí, a tu lado, seremos combatientes, nos tendrás… Cuando tu voz derrame hacia los cuatro vientos reforma agraria, justicia, pan, libertad, allí, a tu lado, con idéntico acento, nos tendrás…

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Bandera del Movimiento 26 de julio


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Y cuando llegue el final de la jornada la sanitaria operación contra el tirano, allí, a tu lado, aguardando la postrer batalla, nos tendrás... Y si en nuestro camino se interpone el hierro, pedimos un sudario de cubanas lágrimas para que se cubran los guerrilleros huesos en el tránsito de la historia americana. Nada más… Por Ernesto Guevara (1956) Los entrenamientos se realizaron en un rancho del municipio de Chalco, en el estado de México, donde estaban recibiendo un curso de comando y entrenamiento en guerra de guerrilla impartido por el coronel Alberto Bayo Giroud. El Che ocultó su asma, se destacó en el entrenamiento militar y se convirtió en uno de los líderes del grupo. Entre el 20 y el 24 de junio de 1956 Fidel Castro, su hermano Raúl, el Che Guevara y la mayor parte del grupo del Movimiento 26 de Julio en México fueron arrestados por la policía mexicana. En esa oportunidad la conducta de Ernesto fue extraña, pues en las tres veces que lo interrogaron confesó abiertamente que era comunista, que se estaban preparando para realizar una revolución en Cuba y que era partidario de la lucha armada revolucionaria en toda América Latina. Fidel Castro con posterioridad pondría esa conducta del Che como un ejemplo de su “honestidad a carta cabal”. Obtener la libertad del grupo fue sumamente difícil, especialmente la de Ernesto Guevara, que permaneció detenido cuando Fidel Castro fue liberado el 24 de julio, debido a que tenía sus papeles migratorios vencidos y se había confesado comunista. Con el fin de obtener la libertad del Che, Castro demoró la salida hacia Cuba y realizó gestiones entre las autoridades mexicanas que han permanecido ocultas. Fue en ese momento cuando Ernesto escribió un poema titulado Canto a Fidel que se reproduce más arriba y que pone en evidencia hasta qué punto había sido influenciado por el líder cubano.

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El 25 de noviembre de 1956, desde el Puerto de Tuxpan, 82 hombres, entre ellos Ernesto Guevara, partieron hacia Cuba en un yate llamado Granma.

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La Revolución cubana

El desastre de la llegada a Cuba El 25 de noviembre de 1956 un grupo de 82 guerrilleros del Movimiento 26 de Julio que se habían entrenado en México se embarcaron en el puerto de Túxpam rumbo a Cuba en el yate Granma. Dirigidos por Fidel Castro, en el grupo se encontraban también Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida y el Che Guevara, entre otros. La travesía duró siete días, dos más de lo planeado, debido a lo cual el grupo que iba a apoyar su llegada a Cuba ya se había retirado. Antes del amanecer del 2 de diciembre el yate encalló en la costa sudoccidental, cerca de la playa de Las Coloradas, en el Golfo de Guacanayabo, por lo que los rebeldes debieron dejar la mayor parte de las municiones, alimentos y medicinas en el barco. Tres días después, cuando aún trataban de organizarse, el grupo fue emboscado por el ejército en Alegría de Pío. La mayor parte del grupo murió en el combate, fueron ejecutados o detenidos. El resto se dispersó y recién volvió a reunirse en Sierra Maestra el 21 de diciembre. Guevara fue herido superficialmente en el cuello y cayó en una especie de sopor del que fue sacado por Juan Almeida Bosque, para reorganizar un grupo de ocho hombres en situación desesperada por el hambre, la sed y la persecución del ejército. La cantidad exacta de sobrevivientes se desconoce. Aunque la historia oficial habla de doce, se sabe que en Sierra Maestra se reunieron al menos 20 guerrilleros de los 82 que llegaron en el Granma. La idea de los doce hombres, parece haber sido tomada de un episodio de la independencia cubana en 1868, en Yara, Oriente de Cuba, cuando la tropa comandada por Carlos Manuel de Céspedes se enfrentó con un destacamento colonialista y fueron derrotados. Cuenta la tradición oral que al quedarse solo Céspedes con un puñado de patriotas, un desalentado le insinuó la rendición, replicando aquel: “Aún quedamos doce hombres; que bastan para conseguir la Independencia de Cuba”.

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En esa oportunidad el Che Guevara fue severamente reprendido por Fidel Castro debido a la pérdida de las armas, que habían sido escondidas por orden de aquél en la casa de un campesino luego allanada por el ejército. Como símbolo de degradación Castro le quitó la pistola al Che. Años después recordaría que la “amarga recriminación” de Fidel, “(…) siguió grabada en mi mente por el resto de la campaña y hasta el día de hoy”. La debacle del desembarco fue noticia de primera plana y en la lista de muertos dada por el gobierno de Batista aparecían los dos hermanos Castro y Ernesto Guevara, afectando hondamente a su familia. Sin embargo el último día del año recibieron una nota manuscrita suya, con sello del correo cubano, que decía: “Queridos viejos: Estoy perfectamente, gasté solo 2 y me quedan cinco. Sigo trabajando en lo mismo, las noticias son esporádicas y lo seguirán siendo, pero confíen en que Dios sea argentino. Un gran abrazo a todos, Teté.”

Aquí bromea con sus padres en referencia a que siempre decía que tenía “siete vidas” como los gatos y, por supuesto ya sabían sus padres a que “trabajo” se refería. 28


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Sierra Maestra

Mapa de Sierra Maestra

.Sierra Maestra es un cordón montañoso alargado ubicado sobre la costa en el extremo sudeste de la isla de Cuba, a poco más de 800 km de su capital, La Habana, ubicada en el otro extremo. Su punto más alto es el pico Turquino (1.974msnm), ubicado aproximadamente en el centro. Mide 250 km de largo por 60 km de ancho. Por el extremo oriental de la cadena las últimas estribaciones conectan con la ciudad de Santiago de Cuba en tanto que por la parte central conecta al norte con la ciudad de Bayamo. En la década de 1950 la región estaba totalmente cubierta de selva tropical, densa y húmeda. Se trataba de una zona marginal, habitada por unos 60.000 campesinos, llamados guajiros en Cuba, dedicados a la agricultura de supervivencia en tierras de posesión precaria, y también por bandoleros, contrabandistas, fugitivos y terratenientes que imponían su poder a punta de pistola. Actualmente la zona contiene varios parques nacionales.

El precario comienzo Una vez establecido el grupo guerrillero en Sierra Maestra, el Movimiento 26 de Julio se organizó en todo el país con el fin de apoyar a la guerrilla en la sierra, mientras que en las ciudades del llano buscaban establecer alianzas con otros partidos opositores, los sindicatos, el movimiento estudiantil y la propia embajada de Estados Unidos. La existencia de dos sectores en el Movimiento 26 de Julio, denominados El Llano y La Sierra, y las tensiones que irían apareciendo entre ambos, serían muy importantes en el futuro. Entre los dirigentes más importantes que actuaban en el llano se encontraban Frank País, Vilma Espín, Celia Sánchez, Faustino Pérez, Carlos Franqui, Haydée Santamaría, Armando Hart, René Ramos Latour (Daniel), mayoritariamente demócratas anticomunistas.

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En Sierra Maestra, el Che Guevara actuó como médico y combatiente. A pesar de sufrir de fuertes ataques de asma en un país que por su clima tiene uno de los porcentajes más altos de asma del mundo, rápidamente se destacó por su valor temerario, su visión táctica y la capacidad de mando. Guevara también impuso su personalidad al mostrarse estricto frente a los actos de indisciplina, de traición y criminales, no solo en la propia tropa, sino también con respecto a los soldados enemigos y a los campesinos que habitaban la zona. Esta faceta se hizo evidente el 17 de febrero de 1957, cuando descubrieron que uno de los guerrilleros, Eutimio Guerra, era un traidor que había brindado al enemigo la situación del grupo, lo que permitió al ejército bombardear su posición en el pico Caracas y luego emboscarlos en los Altos de Espinosa, poniéndolos al borde de la derrota definitiva. Fidel Castro decidió entonces que sería fusilado por traición, pero sin indicar quienes lo ejecutarían. Ante la indecisión general fue el Che Guevara quien lo ejecutó disparándole un tiro en la cabeza, demostrando una frialdad y dureza frente a los crímenes en tiempos de guerra que lo harían famoso. Por el contrario, Guevara parece haber actuado con tolerancia frente a los errores de sus propios hombres y los prisioneros enemigos. En varias oportunidades intervino ante Fidel Castro para evitar ejecuciones, así como atendió médicamente a soldados heridos, prohibiendo estrictamente las torturas o el fusilamiento de prisioneros. Durante los primeros meses de 1957 el pequeño grupo guerrillero se mantuvo precariamente con escaso apoyo de la población rural en la zona, con poca disciplina militar, albergando infiltrados, acosados por una red de espías campesinos (chivatos) y por las tropas del gobierno. Se sucedieron una serie de pequeños combates, como el ataque al destacamento de La Paz (2 soldados muertos), Arroyo del Infierno (3 soldados muertos), el bombardeo aéreo del cerro Caracas (sin bajas), la emboscada de los Altos de Espinosa (1 guerrillero muerto). A fines de febrero apareció en el New York Times, el periódico más leído de los Estados Unidos, una entrevista a Fidel Castro realizada por Herbert Matthews en Sierra Maestra. El impacto fue enorme y comenzó a generar una gran simpatía hacia los guerrilleros en la opinión pública nacional e internacional. En ese momento, con el fin de estrechar relaciones con los campesinos que habitaban en la Sierra, los guajiros, el grupo guerrillero empezó a ofrecer los servicios médicos del Che Guevara, que comenzó así a ser conocido en la región. El 28 de abril Fidel Castro logró otro fuerte golpe de efecto: dio una conferencia de prensa para la cadena de radio y televisión estadounidense CBS, en la cima del pico Turquino, la montaña más alta de Cuba. Para fines de mayo el ejército guerrillero había crecido a 128 combatientes bien armados y entrenados y el 28 de mayo produjo su primera acción de cierta magnitud, el ataque al Cuartel de El Uvero, donde murieron 6 guerrilleros y 14 soldados y hubo gran cantidad de heridos de ambos bandos.

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Luego del combate Castro tomó la decisión de dejar al Che Guevara a cargo de los heridos para no demorar al grupo principal ante la inminente persecución por parte de las tropas del gobierno. Guevara entonces atendió a todos los heridos, de ambos bandos, y llegó a un acuerdo de caballeros con el médico del cuartel para dejar a los heridos más graves con la condición de que se los respetara al ser detenidos, pacto que fue cumplido por el ejército cubano. El Che y cuatro hombres (Joel Iglesias, Alejandro Oñate (Cantinflas), «Vilo» Acuña y un guía) debieron entonces hacerse cargo de esconder, proteger y curar a los siete guerrilleros heridos durante cincuenta días. En ese lapso Guevara no solo atendió y mantuvo protegidos a todos, sino que impuso disciplina en el grupo, reclutó nuevos guerrilleros, obtuvo el apoyo decisivo de uno de los mayorales de un gran latifundio de la zona y estableció un sistema de aprovisionamiento y comunicación con la ciudad de Santiago. Cuando volvió a unirse con el resto, el 17 de julio, el Che tenía un pequeño ejército autónomo de 26 combatientes. Para entonces los rebeldes ya habían conseguido liberar un pequeño territorio al oeste del Pico Turquino y 200 hombres disciplinados y confiados. Ese día Fidel Castro decidió formar una segunda columna con 75 hombres, a la que denominaría después Cuarta Columna para generar la sensación de mayor cantidad de tropas. Simultáneamente ascendió al Che Guevara al grado de capitán y cinco días después lo designó comandante de la formación. Hasta ese momento solo Fidel Castro tenía grado de comandante. En lo sucesivo el trato hacia él debía ser de Comandante Che Guevara.

Comandante de la llamada Cuarta Columna La Segunda Columna (llamada luego “Cuarta” para confundir al enemigo) estuvo integrada originalmente por cuatro pelotones a cargo de Juan Almeida, Ramiro Valdés, Ciro Redondo y Lalo Sardiñas. Posteriormente se integraría Camilo Cienfuegos, con quien establecería una estrecha amistad, reemplazando a Lalo Sardiñas como su segundo al mando. Guevara se distinguiría por integrar sus tropas con guajiros y negros, que constituían entonces el sector más marginado del país, en un tiempo que el racismo y la segregación racial aún era una fuerza poderosa, incluso entre los propios miembros del Movimiento 26 de Julio. A los novatos que integraban la columna los bautizó “descamisados”, la célebre palabra que Eva Perón utilizaba para dirigirse a los trabajadores argentinos, también despreciados con el término “cabecitas negras”. Uno de estos, Enrique Acevedo, un adolescente de quince años a quien Guevara nombró jefe de la Comisión de Disciplina de la columna escribió en sus impresiones en un diario:

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“Todos lo tratan con gran respeto. Es duro, seco, a veces irónico con algunos. Sus modales son suaves. Al impartir una orden se ve que manda de verdad. Se cumple en el acto.” Lograría, tras algunas batallas y escaramuzas victoriosas (Bueycito, El Hombrito), tomar el control de la zona del Hombrito y establecer una base permanente. Allí construyó un hospital, una panadería, una armería, una zapatería y una talabartería para crear una infraestructura industrial de apoyo. También lanzó el periódico El Cubano Libre. Una de las funciones de la columna del Che fue detectar y ejecutar a los espías e infiltrados, así como imponer el orden en la región, ejecutando a los bandoleros que aprovechaban la situación para asesinar y violar mujeres, muchas veces atribuyéndose la identidad de los propios guerrilleros. La estricta disciplina en la columna comandada por Guevara hizo que varios guerrilleros pidieran su traslado a la otra columna, pero al mismo tiempo su comportamiento justo e igualitario, y la capacitación que impartía a sus hombres, desde la alfabetización hasta literatura política compleja, terminó conformando un grupo fuertemente solidario. Las tropas del gobierno estaban dirigidas por Ángel Sánchez Mosquera quien implementó una política de guerra sucia en la región. El 29 de noviembre de 1957 atacaron causando dos muertes, entre ellas la de Ciro Redondo. El Che resultó herido (en un pie) al igual que Cantinflas y otros cinco combatientes y la base de El Hombrito quedó completamente destruida. La columna se trasladó entonces al lugar llamado La Mesa, donde volvieron a construir la base con toda su infraestructura y poniendo además en marcha una radio, Radio Rebelde, que empezó a emitir el 24 de febrero de 1958 y aún se encuentra en el aire. Al comenzar 1958 Fidel Castro se había convertido en el hombre más solicitado por la prensa internacional y decenas de periodistas de todo el mundo iban a Sierra Maestra a entrevistarlo. Por su parte el Che Guevara se convirtió en el personaje central de la prensa que defendía a Batista. Evelio Lafferte, un teniente del ejército cubano tomado prisionero y que luego pasó a integrar la columna del Che recordaba: “La propaganda contra él (Guevara) era masiva; se decía que era un asesino a sueldo, un criminal patológico..., un mercenario, que prestaba servicios al comunismo internacional... que utilizaban métodos terroristas que socializaban a las mujeres y quitaban a los hijos... Ellos decían que a los soldados que caían prisioneros, los amarraban a un árbol y les abrían el vientre con una bayoneta.” En febrero el ejército sacó a 23 militantes del Movimiento 26 de Julio y los fusilaron en las primeras estribaciones de la sierra, para simular que habían obtenido una victoria contra la guerrilla castrista. El hecho fue un escándalo que desprestigió más al gobierno de Batista.

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El 16 de febrero el ejército guerrillero atacó el cuartel de Pino del Agua con varias bajas en los dos bandos. Poco después llegó el periodista argentino Jorge Masetti, de tendencia peronista, quien luego sería uno de los fundadores de la agencia de noticias cubana Prensa Latina y el organizador en Salta (Argentina) en 1963 del primer intento guerrillero del Che Guevara fuera de Cuba. El Che entraría en conflicto con los dirigentes del Movimiento 26 de Julio que actuaban en el llano. Estos lo consideraban un marxista extremista con demasiada influencia sobre Fidel Castro, y aquél los consideraba; “(…) derechistas con una concepción tímida de la lucha y dispuestos a complacer a Estados Unidos”.

La ofensiva de Batista y la creación de la Columna Nº 8 El 27 de febrero de 1958 Fidel Castro decidió ampliar las operaciones de la guerrilla creando tres nuevas columnas al mando de Juan Almeida, Raúl Castro y Camilo Cienfuegos, a quienes designó comandantes. Almeida debía actuar en la zona oriental de Sierra Maestra, Raúl Castro debía abrir un Segundo Frente e instalarse en la Sierra Cristal, al norte de Santiago. En abril Camilo Cienfuegos fue designado jefe militar de la zona comprendida entre las ciudades de Bayamo, Manzanillo y Las Tunas, mientras que Castro establecía su cuartel general en La Plata. El 3 de mayo se realizó una Reunión en Altos de Mompié del Movimiento 26 de Julio, que resultó clave y en la que fue drásticamente reorganizado para imponer la hegemonía de Fidel Castro y del grupo de la sierra por encima de los integrantes del llano. El Che Guevara, que desempeñó un papel fundamental en la reunión, escribió en 1964 un artículo refiriéndose al hecho: “Lo más importante es que se analizaban y juzgaban dos concepciones que estuvieron en pugna durante toda la etapa anterior de la guerra. La concepción guerrillera saldría de allí triunfante, consolidado el prestigio y la autoridad de Fidel... Surgía ya una sola capacidad dirigente, la de la Sierra, y concretamente, un dirigente único, un comandante en jefe, Fidel Castro.” Para entonces el ejército de Batista, a las órdenes del general Eulogio Cantillo preparaba una amplia ofensiva sobre los rebeldes. Fidel Castro dispuso entonces que el Che Guevara dejara la Cuarta Columna y se hiciera cargo de la Escuela Militar en Minas del Frío, en la cual se adiestraba a los novatos. Este recibió la orden con cierto fastidio, pero se puso a organizar febrilmente la retaguardia, construyendo incluso una pista aérea cerca de La Plata. En esos días Camilo Cienfuegos le escribió: “Che. Hermano del alma: Recibí tu nota, veo que Fidel te ha puesto al frente de la Escuela Militar, mucho me alegra pues de ese modo podremos contar en el futuro

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con soldados de primera, cuando me dijeron que venías a “hacernos el regalo de tu presencia”, no me agradó mucho, tú has desempeñado papel principalísimo en esta contienda; si te necesitamos en esta etapa insurreccional más te necesita Cuba cuando la guerra termine por lo tanto bien hace el Gigante en cuidarte. Mucho me gustaría estar siempre a tu lado, fuiste por mucho tiempo mi jefe y siempre lo seguirás siendo. Gracias a ti tengo la oportunidad de ser ahora más útil, haré lo indecible por no hacerte quedar mal. Tu eterno chicharrón. Camilo.” Estando en Minas del Frío Ernesto Guevara mantuvo una relación sentimental y comenzó a convivir con Zoila Rodríguez García, una guajira que vivía en Sierra Maestra y que, al igual que toda su familia, colaboraba activamente con la guerrilla. En un testimonio posterior, Zoila cuenta de este modo la relación que mantuvieron: “En mí surgió un amor muy grande y muy lindo, me comprometí con él, no sólo como combatiente, sino como mujer. Un día me pidió que le trajera un libro de su mochila; tenía las letras doradas, le pregunté si eran de oro. Le hizo gracia la pregunta, se rio y me respondió: “Este libro es de comunismo”. Me dio vergüenza preguntarle qué quería decir “comunismo”, porque esa palabra nunca la había escuchado.” El 6 de mayo comenzó la ofensiva. El ejército contaba con 10 000 hombres, de los cuales dos terceras partes eran conscriptos (servicio militar obligatorio). El plan era desgastar a los guerrilleros, que entonces contaban con 280 hombres y algunas mujeres, con bombardeos masivos de napalm y explosivos para ir rodeándolos en un círculo cada vez más estrecho. Durante las primeras semanas de la ofensiva las fuerzas del gobierno estuvieron a punto de derrotar a la guerrilla, que sufrió grandes pérdidas y desorganización en sus filas, mientras aumentaba el espíritu de derrota y las deserciones. Por su parte Guevara organizó con los reclutas de la escuela de Minas del Frío una nueva columna, que llevó el número Ocho y el nombre de Ciro Redondo en homenaje al lugarteniente caído en combate el año anterior. Cuando Raúl Castro ―que se encontraba en Sierra Cristal―, secuestró el 26 de junio por su propia iniciativa a 49 estadounidenses, el Che criticó su conducta como “peligroso extremismo”. Sin embargo las tropas gubernamentales fueron incapaces de acorralar a los guerrilleros, que se escurrían permanentemente, y para julio los rebeldes comenzaron a recuperar la iniciativa. El 20 de julio obtuvieron su primera gran victoria en Jigüe y el mismo día la mayor parte de las fuerzas opositoras firmó el Pacto de Caracas, reconociendo a Fidel Castro como comandante en jefe. El 28 de julio la columna al mando del Che sitió a las tropas del gobierno en Las Vegas, que huyeron abandonando la posición. El 30 de julio murió en combate

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René Ramos Latour, principal adversario del Che Guevara en el Movimiento 26 de Julio, quien sin embargo escribió en su diario: “Profundas divergencias ideológicas me separaban de René Ramos y éramos enemigos políticos, pero supo morir cumpliendo con su deber, en la primera línea y quien muere así es porque siente un impulso interior que yo le negara y que en esta hora rectifico.” El 7 de agosto de 1958 el ejército inició su retirada en masa de Sierra Maestra. La debilidad de Batista se hizo evidente y Fidel Castro decidió entonces expandir la guerra al resto de Cuba. El Che Guevara y Camilo Cienfuegos debían marchar al norte para dividir la isla en dos y preparar el ataque a la estratégica ciudad de Santa Clara, llave del camino a La Habana, mientras que Fidel y Raúl Castro permanecerían en el Oriente para controlar la región y atacar finalmente Santiago de Cuba

Panorámica de Sierra Maestra

La batalla de Santa Clara El 31 de agosto de 1958 las columnas del Che Guevara y Camilo Cienfuegos partieron a pie hacia el occidente cubano. Tardaron seis semanas en llegar a la zona montañosa del Escambray, en la antigua provincia de Las Villas, integrada por las actuales provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus y Cienfuegos, en el centro de la isla, después de atravesar unos 600 km de zonas pantanosas, acosados por los aviones y pelotones del gobierno. Guevara instalaría su campamento en Caballete de Casas, una meseta inaccesible ubicada a 630 metros de altura, en el actual municipio de Sancti Spíritus.

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Allí creó una escuela militar siguiendo el modelo utilizado en Sierra Maestra para entrenar nuevos voluntarios, así como una central hidroeléctrica, un hospital, diversos talleres y fábricas y un periódico: El Miliciano. En la zona actuaban otras fuerzas guerrilleras, como el Segundo Frente Nacional del Escambray dirigido por el español Eloy Gutiérrez Menoyo, el Directorio Revolucionario dirigido por Faure Chomón y Rolando Cubela, y el Partido Socialista Popular (comunista). También actuaban las fuerzas guerrilleras y políticas locales del Movimiento 26 de Julio cuyo principal dirigente era Enrique Oltuski. El Che también conocería a Aleida March, una activa militante del Movimiento 26 de Julio de ideas anticomunistas, que se convertiría en su segunda esposa en 1959 y con quien tendría cuatro hijos. El 3 de noviembre de 1958 Batista realizó elecciones para intentar atenuar la oposición generalizada y producir una salida electoral que aislara a los grupos guerrilleros. Estos y los grupos de oposición sabotearon las elecciones que registraron una bajísima participación, deslegitimando completamente al candidato que resultó electo, Andrés Rivero Agüero, que nunca llegó a asumir la presidencia. En Las Villas el Che Guevara terminó de dar forma a la Columna Ocho ubicando en los puestos clave a los hombres en los que más confiaba, la mayoría procedentes de los sectores más humildes. Entre ellos se destacaban los hombres de su escolta Juan Alberto Castellanos, Hermes Peña, Carlos Coello (Tuma), Leonardo Tamayo (Urbano) y Harry Villegas (Pombo). También estaban ya entonces bajo su mando soldados que compondrían su grupo más íntimo, como Joel Iglesias, Roberto Rodríguez (el Vaquerito), Juan Vitalio Acuna (Vilo), Orlando Pantoja (Olo), Eliseo Reyes, Manuel Hernández Osorio, Jesús Suárez Gayol (el Rubio), Orlando Borrego. Muchos de esos hombres compondrían el famoso Pelotón Suicida al mando de “El Vaquerito”, integrado por voluntarios y encargado de las misiones más difíciles. A fines de noviembre las tropas del gobierno atacaron la posición del Che Guevara y Camilo Cienfuegos. Los combates duraron una semana, al final de la cual el ejército de Batista se retiró desordenadamente y con grandes pérdidas de hombres y equipos. Guevara y Cienfuegos contraatacaron entonces, siguiendo una estrategia de aislamiento de las guarniciones del gobierno entre sí, dinamitando los caminos y puentes ferroviarios. En los días siguientes los regimientos fueron capitulando uno a uno: Fomento, Guayos, Cabaiguán (donde el Che se fracturó el codo por lo que fue entablillado y su brazo puesto en cabestrillo), Placetas, Sancti Spíritus. Luego, la columna de Cienfuegos se dirigió a tomar Yaguajay, en una importante batalla que se extendió desde el 21 hasta el 31 de diciembre, mientras que Guevara tomaba Remedios y el puerto de Caibarién el 26 de diciembre y al día siguiente el cuartel de Camajuaní, donde las tropas del gobierno huyeron sin combatir. Quedó así libre el camino para atacar Santa Clara, cuarta ciudad de Cuba y último bastión del gobierno antes de La Habana. Batista fortificó Santa Clara enviando 2.000 soldados y un tren blindado, a las órdenes del oficial más capacitado a su

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disposición, el coronel Joaquín Casillas. En total las fuerzas del gobierno sumaban 3.500 soldados para hacer frente a 350 guerrilleros. El 28 de diciembre comenzó el ataque. La batalla fue sangrienta y se extendió durante tres días por toda la ciudad. Allí murió uno de los hombres más destacados de la Columna Ocho, Roberto el Vaquerito Rodríguez. Guevara había establecido que la prioridad de la batalla era el tren blindado, que fue finalmente tomado el 29 de diciembre por la tarde. La toma del tren blindado fue el hecho desencadenante de la caída de Batista. Conocida la noticia, el dictador tomó la decisión de huir de Cuba, lo que hizo pocas horas después, a las tres de la mañana del 1 de enero de 1959, con sus familiares, y varios funcionarios, entre ellos el presidente electo Andrés Rivero Agüero y su hermano que era el alcalde de La Habana. Entretanto las fuerzas rebeldes triunfantes en toda la isla, —incluidas las tropas de Guevara — procedían a detener a miembros de la dictadura de Batista y fusilar a aquellos considerados como criminales de guerra en juicios sumarísimos. En Santa Clara el Che Guevara dio la orden de fusilar al jefe de policía, Cornelio Rojas, entre otros detenidos. El coronel Joaquín Casillas, quien había sido condenado en 1948 por asesinar al sindicalista Jesús Menéndez y luego dejado en libertad, fue detenido y también resultó muerto. La versión oficial indica que Casillas fue muerto mientras intentaba fugarse. Siguiendo órdenes de Fidel Castro, las columnas del Che Guevara y Camilo Cienfuegos se dirigieron entonces a La Habana a ocupar los cuarteles de Columbia y La Cabaña, lo que hicieron los días 2 y 3 de enero de 1959, respectivamente

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Che Guevara y Fidel Castro (1959)

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Primer Gobierno

El presidente del gobierno revolucionario. Manuel Urrutia, junto al Che Guevara y Camilo Cienfuegos.

Una vez tomado el poder, la oposición formó un nuevo gobierno. El Presidente fue Manuel Urrutia Lleó y el Primer Ministro José Miró Cardona. Los ministros fueron Regino Boti (Economía), Rufo López Fresquet (Hacienda), Roberto Agramonte (Relaciones Exteriores), Armando Hart (Educación), Enrique Oltuski (Comunicaciones), Luis Orlando Rodríguez (Interior), Osvaldo Dorticós Torrado (Leyes Revolucionarias) y Faustino Pérez (Recuperación de Propiedad Adquirida Ilegalmente). Fidel Castro permanecía como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Se trataba de un gobierno moderado y pronunciadamente anticomunista. Inicialmente el Comandante Ernesto Guevara fue designado jefe de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, pero luego desempeñó diversas funciones claves, entre ellas Director del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), Ministro de Industria y presidente del Banco Nacional, además de representar internacionalmente a Cuba en varias ocasiones entre las que se destacan las que llevaron a la firma de los acuerdos comerciales y militares con la Unión Soviética. Ernesto Guevara también tomó parte del grupo compuesto por Antonio Núñez Jiménez, Pedro Miret, Alfredo Guevara, Vilma Espin, Oscar Pino Santos y Segundo Ceballos, que operaba desde los inicios de la revolución en el máximo secreto, a espaldas del gobierno excluyendo Fidel Castro. Este grupo se reunía todas las noches en la casa que habitó Guevara en Tarará, un balneario cercano a La Habana. El grupo funcionaba bajo la supervisión de Fidel Castro y tenía como fin elaborar y definir leyes

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claves, como la de reforma agraria y creación del INRA, actuando como un verdadero gobierno paralelo. Una de la primeras decisiones del nuevo gobierno, fueron los juicios revolucionarios como parte del proceso conocido como Comisión Depuradora contra personas consideradas criminales de guerra o muy asociadas con el régimen de Batista, y más adelante nuevos opositores como el Comandante del Segundo Frente Nacional del Escambray, Jesús Carreras Zayas, acusado de apoyar una rebelión en 1960. Entre enero y abril de 1959, alrededor de mil fueron denunciados y juzgados por medio de juicios sumarísimos de los cuales 550 fueron fusilados. Ernesto Guevara en su condición de jefe de La Cabaña durante los primeros meses de la revolución, tuvo a su cargo los juicios y ejecución contra los detenidos en Fidel Castro y el Che Guevara en una la fortaleza. La opinión personal de manifestación en La Habana, ya en el gobierno. Guevara sobre los fusilamientos fue expuesta públicamente ante las Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1964: “Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado; fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario. Nuestra lucha es una lucha a muerte. Nosotros sabemos cuál sería el resultado de una batalla perdida y también tienen que saber los gusanos cuál es el resultado de la batalla perdida hoy en Cuba.” Para tal fin Guevara estableció un sistema judicial con tribunales de primera instancia y un tribunal de apelación bajo su presidencia, que desarrollaron su actuación en audiencias públicas, con fiscales acusadores, abogados defensores y testigos. La legitimidad de los juicios revolucionarios y los fusilamientos por el gobierno cubano

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son objeto de intensos debates que oponen frontalmente a quienes simpatizan con la Revolución cubana de aquellos que se le oponen. El 7 de febrero de 1959 el gobierno sancionó una nueva Constitución que incluía un artículo especialmente redactado para el Che Guevara, otorgando la ciudadanía a cualquier extranjero que hubiera combatido a Batista durante dos años o más y ejercido el cargo de comandante durante un año. Pocos días después el presidente Urrutia declaró a Ernesto Guevara como ciudadano cubano de nacimiento. En los meses posteriores a la toma del poder, los sectores más moderados del gobierno fueron siendo desplazados por los sectores más radicales, entre los que se encontraba el Che Guevara como una de sus figuras más destacadas. A partir de su experiencia en la caída del gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala el Che Guevara estaba convencido que Estados Unidos no permitiría las reformas económicas y sociales que proponía la revolución, y que en caso de no poder neutralizarlas a través de los funcionarios conservadores en el gobierno, impulsaría medidas cada vez más agresivas llegando incluso a la invasión en caso de ser necesario. Por esa razón Guevara era partidario no solo de depurar el ejército y el gobierno de elementos conservadores, sino de radicalizar la revolución para instalar un sistema socialista, prepararse para una confrontación abierta con Estados Unidos, buscar el apoyo de la Unión Soviética y abrir nuevos focos guerrilleros en América Latina para realizar una revolución de alcance continental. En ese sentido, su influencia en el camino que finalmente siguió la Revolución cubana, fue notable. Un ejemplo de la influencia del Che Guevara en la Revolución cubana ha sido puesto de manifiesto por el hijo de Anastás Mikoyán, Viceprimer ministro soviético que acompañó a su padre en la visita que este hizo a Cuba en 1960, al relatar el siguiente diálogo entre Fidel Castro y Ernesto Guevara: “Ellos (por Fidel Castro y Guevara) dijeron que sólo podían sobrevivir con la ayuda soviética y tendrían que esconder esto de los capitalistas en Cuba (…)” Fidel dijo: “Tendremos que sobrellevar estas condiciones en Cuba por cinco a diez años”. Entonces el Che lo interrumpió: “Si no lo haces en dos o tres años estás acabado”. Antes de desempeñar un cargo formal Guevara participó activamente en la elaboración de la ley de reforma agraria y la creación del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), impulsando la versión más radical de esta, que prohibía absolutamente el latifundio y dejaba sin efecto el requisito constitucional de la indemnización previa. Ernesto Guevara pensaba que existía un vínculo inseparable entre la reforma agraria y la guerrilla y decía lo siguiente: “El guerrillero es, fundamentalmente, y antes que nada, un revolucionario agrario. Interpreta los deseos de la gran masa campesina de ser dueña de la tierra, dueña de

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los medios de producción, de sus animales, de todo aquello por lo que ha luchado durante años, de lo que constituye su vida y constituirá también su cementerio... Este Movimiento no inventó la Reforma Agraria. La llevará a cabo. La llevará a cabo íntegramente hasta que no quede campesino sin tierra, ni tierra sin trabajar.” Simultáneamente los periodistas Jorge Masetti y Carlos María Gutiérrez le propusieron al Che Guevara crear una agencia de noticias independiente de las grandes agencias internacionales, tomando como modelo la Agencia Latina de Noticias que había creado Juan Perón y en la que el propio Guevara había trabajado en México. El proyecto fue aprobado y Cuba creó la agencia Prensa Latina, aún existente, cuyo primer director fue el propio Masetti y en la que trabajarían intelectuales como Gabriel García Márquez, Rodolfo Walsh, etc. El 7 de mayo de 1959 se aprobó la ley de reforma agraria y de creación del INRA. Poco después, el 22 de mayo, el Che Guevara se casó con Aleida March y el 12 de junio salió en el primero de sus viajes diplomáticos internacionales, con el fin de abrir nuevos mercados para el azúcar, producto fundamental de la economía cubana, por entonces dependiente de forma casi exclusiva del mercado estadounidense. Entre los destinos de su viaje visitó países y líderes que estaban impulsando experiencias de cambios sociales profundos, que luego constituirían lo que dio en llamarse el movimiento del Tercer Mundo, entre ellos Egipto, donde se reunió con el general Gamal Abdel Nasser; Indonesia, donde se entrevistó con Sukarno; India, donde conoció a Jawaharlal Nehru y Yugoslavia, con Josip Broz Tito. Entre otros importantes resultados del viaje, Cuba estableció relaciones comerciales con la Unión Soviética que finalmente se comprometió a comprar medio millón de toneladas de azúcar. En ese entonces la cuota cubana en el mercado estadounidense era de casi 3 millones de toneladas. Durante ese viaje le escribió a su madre una interesante reflexión introspectiva: “Algo que realmente se ha desarrollado en mí es la sensación de lo masivo en contraposición con lo personal; soy el mismo solitario que era, buscando mi camino sin ayuda personal, pero ahora poseo el sentido de mi deber histórico. No tengo hogar ni mujer ni hijos ni padres ni hermanos ni hermanas, mis amigos son mis amigos en tanto piensen políticamente como yo y sin embargo estoy contento, siento algo en la vida, no solo una poderosa fuerza interior, que siempre sentí, sino también el poder de inyectarla a los demás y el sentido absolutamente fatalista de mi misión que me despoja del miedo.”

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Buscando aliados La situación se polarizó rápidamente. Inmediatamente después de la caída de Batista comenzaron a organizarse actividades militares y terroristas contra el nuevo gobierno, así como la preparación de tropas para invadir Cuba. Desde 1959 el dictador Trujillo en la República Dominicana apoyaba un ejército guerrillero denominado Legión Anticomunista del Caribe con el plan de invadir Cuba. En Estados Unidos la CIA comenzó a organizar sabotajes e impulsar la organización de grupos guerrilleros Ernesto Guevara en Moscú, anticastristas sobre la base de Noviembre de 1964 exfuncionarios de Batista, como La Rosa Blanca, y la creciente cantidad de exiliados cubanos opuestos a las medidas cada vez más radicales y procomunistas de la Revolución cubana. En septiembre de 1959 el Che Guevara fue designado para organizar el Departamento de Industrialización del INRA, que se convertiría al año siguiente en Ministerio de Industria. Poco después, el 26 de noviembre de 1959, ante la renuncia y huida de la mayoría de los especialistas, fue nombrado como presidente del Banco Nacional. Curiosamente, firmó los billetes emitidos durante su gestión únicamente con su apodo “Che”. El 20 de febrero de 1960 se creó la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN), cuyo principal promotor fue Guevara y que establecía la planificación centralizada en Cuba. Desde sus cargos económicos el Che Guevara impulsó la nacionalización de empresas nacionales y extranjeras y sectores claves de la economía, la planificación centralizada y el trabajo voluntario. Guevara buscó también desarrollar la industria pesada mediante la industria siderúrgica, con el fin de romper la especialización económica y la dependencia del azúcar. Contó con el apoyo de un grupo de jóvenes que se formaron como especialistas con él, desde que la Columna 8 se encontraba en Escambray, entre los que se destacó Orlando Borrego, su viceministro, quien habría de ocupar altos cargos económicos en el futuro. Apoyó también la supresión de la autonomía universitaria, una de las principales banderas del movimiento latinoamericano de la Reforma Universitaria.

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El 28 de julio de 1960, ante el Primer Congreso de Juventudes Latinoamericanas, realizado en La Habana, el Che sostuvo un concepto que luego desarrollaría ampliamente: la idea del “hombre nuevo socialista”, al que concebía como un nuevo tipo humano que se desarrollaría a la par del socialismo, y en el que el sentimiento de solidaridad y compromiso con la sociedad se impondría al interés y egoísmo personal. El trabajo voluntario era para él una expresión fundamental del hombre nuevo. Él personalmente dedicaba todos los sábados al trabajo voluntario, en las líneas de producción de las fábricas, la zafra, como obrero en las obras de construcción, y promovía esa actitud entre los demás funcionarios, los que no siempre recibieron de buena gana su austeridad y su propuesta de dar ejemplo con el comportamiento personal. Una de las características por las que se destacó el Che Guevara en la función pública fue una estricta austeridad y la falta de privilegios para él y su familia que insistió en extremar. Por ejemplo, cuando fue designado presidente del Banco Nacional, renunció a los 2000 pesos que le correspondían por el cargo, Simone de Beauvoir, Jean Paul Sartre y el Che manteniendo solo su salario de Guevara conversando en Cuba en 1960. Sartre comandante, que era de 250 pesos. escribiría después que el Che era; “(…) el ser humano más completo de nuestra época”. Cuando sus padres lo visitaron en Cuba en 1959, él les puso un automóvil a su disposición pero les comunicó que debían pagar la gasolina. No llevaba a su esposa en los viajes internacionales y prohibía al personal militar bajo sus órdenes que concurrieran a cabarés, prostíbulos y cualquier fiesta que no obedeciera estrictamente a las necesidades de la misión. El 7 de noviembre de 1960 el Che Guevara viajó durante dos meses por los países comunistas: Checoslovaquia, Unión Soviética, China, Corea y Alemania Democrática. En la Unión Soviética fue invitado a compartir con el primer ministro Nikita Jrushchov y el resto del Soviet Supremo la tribuna principal en el desfile de celebración del aniversario de la Revolución rusa, lo que constituía un hecho excepcional. El embajador de la Unión Soviética en Cuba lo recuerda así: “Era un personaje altamente organizado; no tenía en ese sentido nada de latinoamericano, era más bien alemán. Puntual, exacto, era asombroso para todos los que han conocido América Latina.” El viaje fue muy exitoso y tanto la Unión Soviética como China se comprometieron a comprar la mayor parte de la zafra cubana. En China conoció a Mao Zedong y Zhou

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Enlai. En Alemania Democrática conocería a Tamara Bunke, una argentina-alemana, que poco después se trasladaría a Cuba y que integraría más adelante la guerrilla del Che en Bolivia, con el nombre de Tania. Pero por encima de todas las cosas el viaje tuvo como resultado principal consolidar la alianza entre Cuba y la Unión Soviética. Un informe de inteligencia del Departamento de Estado de los Estados Unidos evalúa el resultado del viaje de Guevara del siguiente modo: “Cuando finalizó la visita, Cuba tenía acuerdos comerciales financieros, además de vínculos culturales, con todos los países del bloque, relaciones diplomáticas con todos menos Alemania Oriental y acuerdos de asistencia científica y técnica con todos menos Albania.”

INVASIÓN DE BAHÍA DE COCHINOS El 3 de enero de 1961, en una de las últimas medidas de su gobierno antes de entregar el poder a John F. Kennedy, el presidente Eisenhower cortó las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba. El enfrentamiento abierto era inminente. El 17 de abril de 1961 se produjo la invasión de Bahía de Cochinos desde Nicaragua, donde fueron despedidos y arengados por el dictador Luis Somoza Debayle, por parte de un ejército de 1.500 hombres mayoritariamente cubanos, entrenados en Guatemala, utilizando buques de la United Fruit Company, con el apoyo abierto de la CIA. Al día siguiente era evidente que el ejército cubano había controlado la situación. La CIA le pidió entonces al presidente Kennedy, quien había asumido la presidencia hacía menos de tres meses, la intervención abierta de Estados Unidos con la Fuerza Aérea, pero este se negó. Por esta razón la comunidad cubana anticastrista en Estados Unidos sostuvo públicamente que el presidente Kennedy era un traidor. Cuatro meses después Kennedy propuso una Alianza para el Progreso en la reunión de la OEA en Punta del Este, un inédito plan de ayuda masiva para el desarrollo de los países latinoamericanos. Es obvio que fue la Revolución cubana y el apoyo que le demostraba la población lo que impulsó a Estados Unidos a promover un plan cuyo objetivo declarado era reducir la pobreza y las desigualdades en el subcontinente. Cuba, representada en la ocasión por el Che Guevara, no se opuso en principio al plan estadounidense, pero sostuvo que era necesario primero que Estados Unidos permitiera el libre comercio de los productos latinoamericanos, eliminara los subsidios proteccionistas a sus productos, y que se promoviera la industrialización de América Latina. Con motivo de este viaje, Guevara se reunió con los presidentes democráticos de Argentina, Arturo Frondizi, y Brasil, Jânio Quadros. Los dos presidentes fueron derrocados poco después en sendos golpes militares apoyados por Estados Unidos y en

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ambos casos, la reunión con el Che fue uno de los argumentos utilizados por los militares golpistas. El fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos causó el despido del director de la CIA, Allen Dulles, y su reemplazo por John McCone. En noviembre de 1961 la CIA estableció un gigantesco programa llamado Operación Mangosta, dirigido por Edward Lansdale, con el fin de organizar actos de sabotaje, terrorismo, asesinatos selectivos de los líderes cubanos, ataques militares e infiltraciones que desestabilizaran al gobierno cubano y lo llevaran al colapso para octubre de 1962. La ofensiva de aislamiento contra Cuba avanzó en enero de 1962 cuando los países americanos tomaron la decisión de excluirla de la OEA.

Crisis de los misiles Como respuesta, a fines de junio de 1962, la Unión Soviética y Cuba tomaron la decisión de instalar misiles atómicos en Cuba, lo que entendían era el único modo de disuadir a Estados Unidos de invadir Cuba, además de suponer para las relaciones soviético-estadounidenses un paso más en la Guerra Fría (en agosto de 1961 se había construido el muro de Berlín, en febrero de 1962 se había producido el novelesco intercambio de prisioneros consecuencia del caso del avión espía U-2, y proseguía la implicación estadounidense en el conflicto de Vietnam). El Che Guevara tuvo una participación activa en la elaboración del tratado entre la República de Cuba y la Unión Soviética, viajando allí a finales de agosto para cerrarlo. El hecho llevaría a la llamada crisis de los misiles de Cuba que puso al mundo al borde de la guerra nuclear y finalizaría con un dificultoso acuerdo entre Kennedy y Jruschov, presionados ambos por los sectores belicistas de sus respectivos países, por el cual Estados Unidos se comprometió a no invadir Cuba y retirar los misiles que tenía instalados en Turquía apuntando a la Unión Soviética, y esta a retirar los misiles cubanos. El 4 de diciembre de 1962 el diario socialista británico Daily Worker publicó una entrevista a Ernesto Guevara realizada por Sam Rusell. Allí expresó crudamente su molestia por el acuerdo entre Kennedy y Jruschov declarando: “Si los cohetes hubieran permanecido, los hubiéramos usado todos y dirigido hacia el corazón mismo de los Estados Unidos, incluyendo Nueva York, en nuestra defensa contra la agresión. Pero no los tenemos, así que pelearemos con lo que tenemos.”

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Cuba no admite que se separe la economía de la política Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) de la OEA. 8 de agosto de 1961 Che Guevara Señor Presidente, señores delegados: Como todas las delegaciones, tenemos que empezar agradeciendo al gobierno y al pueblo de Uruguay la cordial acogida que nos ha dispensado en esta visita. Quisiera también agradecer personalmente al señor Presidente de la asamblea el obsequio que nos hiciera de las obras completas de Rodó, y explicarle que no iniciamos esta alegación con una cita de ese grande americano por dos circunstancias. La primera es que volvemos a Ariel2 después de muchos años para buscar algo que representará, en el momento actual, las ideas de alguien que más que uruguayo es americano nuestro, americano del río Bravo hacia el sur. Y no lo traje porque Rodó manifiesta en todo su Ariel, la lucha violenta y las contradicciones de los pueblos latinoamericanos contra la nación que hace cincuenta años ya, también está interfiriendo nuestra economía y nuestra libertad política. Y la segunda razón, señor Presidente, es que el presidente de una de las delegaciones aquí presente nos hizo el regalo de una cita de Martí para iniciar su intervención. Contestaremos, pues, a Martí con Martí, pero con el Martí antimperialista y anti-feudal, que murió de cara a las balas españolas luchando por la libertad de su patria y tratando de impedir con la libertad de Cuba que los Estados Unidos cayeran sobre la América Latina, como dijera en una de sus últimas cartas. En aquella Conferencia Monetaria Internacional, que el señor presidente del banco recordó hablando de los 70 años de espera del Banco Interamericano en su alocución inaugural, decía Martí: 2

Ariel es un ensayo publicado por el uruguayo José Enrique Rodó en 1900 y considerado como una de las obras de mayor influencia en el campo de la cultura y la política latinoamericanas.

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“Quien dice unión económica, dice unión política. El pueblo que compra, manda. El pueblo que vende, sirve. Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad. El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse vende a más de uno. El influjo excesivo de un país en el comercio de otro, se convierte en influjo político. La política es obra de los hombres, que rinden sus sentimientos al interés, o sacrifican al interés una parte de sus sentimientos. Cuando un pueblo fuerte da de comer a otro, se hace servir de él. Cuando un pueblo fuerte quiere dar batalla a otro, compele a la alianza y al servicio a los que necesitan de él. (...) El pueblo que quiera ser libre, sea libre en negocios. Distribuya sus negocios entre países igualmente fuertes. Si ha de preferir a alguno, prefiera al que lo necesite menos. (...) Ni uniones de América contra Europa, ni con Europa contra un pueblo de América. El caso geográfico de vivir juntos en América no obliga, sino en la mente de algún candidato o algún bachiller, a unión política. El comercio va por las vertientes de tierra y agua y detrás de quien tiene algo que cambiar por él, sea monarquía o república. La unión, con el mundo, y no con una parte de él, no con una parte de él; contra otra. Si algún oficio tiene la familia de repúblicas de América, no es ir de arria de una de ellas contra las repúblicas futuras”. Ese era Martí hace 70 años, señor Presidente. Bien. Cumpliendo el deber elemental de evocación y retribuyendo la gentileza al señor delegado que nos la hiciera antes pasamos a la parte fundamental de esta intervención nuestra, al análisis de por qué estamos aquí, a caracterizar la conferencia. Y tengo que decir, señor Presidente, que disiento, en nombre de Cuba, de casi todas las afirmaciones que se han hecho, aunque no sé si de todos los pensamientos íntimos de cada uno. Tengo que decir que Cuba interpreta que esta es una conferencia política, que Cuba no admite que se separe la economía de la política y que entiende que marchan constantemente juntas. Por eso no puede haber técnicos que hablen de técnicas, cuando está de por medio el destino de los pueblos. Y voy a explicar, además, por qué esta conferencia es política, porque todas las conferencias económicas son políticas; pero es además política, porque está concebida contra Cuba, y está concebida contra el ejemplo que Cuba significa en todo el continente americano. Y si no, el día 10, en Fuerte Amador, zona del Canal, el General Becker, mientras instruye una serie de militares latinoamericanos en el arte de reprimir a los pueblos, habla de la Conferencia Técnica de Montevideo y dice que hay que ayudarla. Pero eso no es nada; en el mensaje inaugural del 5 de agosto de 1961, el presidente Kennedy afirmó:

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“Ustedes, los participantes de esta conferencia, atraviesan un momento histórico en la vida de este hemisferio. Esta reunión es algo más que una discusión de temas económicos o una conferencia técnica sobre el desarrollo: constituye, en verdad, una demostración de capacidad de las naciones libres para resolver los problemas materiales y humanos del mundo entero”. Podría seguir con la cita del señor Primer Ministro del Perú, donde se refiere a temas políticos, también, pero para no cansar a los señores delegados, pues preveo que mi intervención será algo larga, me referiré a algunas afirmaciones hechas por los técnicos, a los que nosotros le ponemos comillas, del punto V del temario. En la página 2 al final, como conclusión definitiva, dice: “(…) establecer, en el plano hemisférico y en el nacional, procedimientos regulares de consulta con los comités asesores sindicales, a fin de que puedan cumplir un papel influyente en la formulación política de los programas que se aprueban en la Reunión Extraordinaria.” Y para remachar mi afirmación, para que no quede duda de mi derecho a hablar de política, que es lo que pienso hacer, en nombre del gobierno de Cuba, una cita de la página 7 de ese mismo informe del punto V en discusión: “La tardanza en aceptar el deber que incumbe a los medios de información democrática en orden a defender a los valores esenciales de nuestra civilización, sin desfallecimiento ni compromiso de orden material, significaría un daño irreparable para la sociedad democrática y el peligro inminente de la desaparición de las libertades que hoy gozan como ha ocurrido en Cuba —Cuba, con todas las letras —, donde hoy solo existen prensa, radio, televisión y cine controlados por el orden absoluto del Gobierno”. Es decir, señores delegados, que en el informe a discutir se enjuicia a Cuba desde el punto de vista político: pues bien, desde el punto de vista político Cuba dirá todas sus verdades y, además, desde el punto de vista económico también. Estamos de acuerdo en una sola cosa con el informe del punto V de los señores técnicos, en una sola frase, que define la situación actual: “(…) una nueva etapa comienza en las relaciones de los pueblos de América”, dice, y es cierto. Nada más que esa nueva etapa comienza bajo el signo de Cuba, Territorio Libre de América, y esta Conferencia y el trato especial que han tenido las delegaciones y los créditos que se aprueben tienen todos el nombre de Cuba, les guste o no les guste a los beneficiarios, porque ha habido un cambio cualitativo en América, que es que un día se puede alzar en armas, destruir a un ejército opresor, implantar un nuevo ejército popular, plantear frente al monstruo invencible, esperar el ataque del monstruo y derrotarlo también y eso es algo nuevo en América, señores: eso es lo que hace hablar

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este lenguaje nuevo y que las relaciones se hagan más fáciles entre todos, menos naturalmente, entre los dos grandes rivales de esta Conferencia. Cuba, en este momento, no puede ni siquiera hablar de América sola. Cuba es parte de un mundo que está en tensión, angustiado, porque no sabe si una de las partes —la más débil, pero la más agresiva —, cometerá el torpe error de desencadenar un conflicto que necesariamente sería tonto. Y Cuba está atenta, señores delegados, porque sabe que el imperialismo sucumbiría envuelto en sus propias llamas, pero que Cuba también sufriría en sus carnes el precio de la derrota del imperialismo, y aspira a que se produzca por otros medios. Cuba aspira a que sus hijos vean un porvenir mejor, y a no tener que cobrar el precio de la victoria a costa de millones de seres humanos destruidos por la metralla atómica. La situación está tensa en el mundo. Aquí estamos reunidos no solo por Cuba, ni mucho menos. El imperialismo necesita asegurar su retaguardia, porque la batalla está en todos los lados, en un momento de profunda tensión. La Unión Soviética ha reafirmado su decisión de firmar la paz en Berlín, y el presidente Kennedy ha anunciado que puede ir hasta la guerra por Berlín. Pero no está Berlín solamente, no está Cuba solamente: está Laos, por otro lado está el Congo, donde Lumumba fue asesinado por el imperialismo; está el Vietnam dividido, está Corea dividida, Formosa en manos de la pandilla de Chang Kai-Chek, Argelia desangrada, y que ahora pretenden dividirla también y Túnez, cuya población el otro día fue ametrallada por cometer el “crimen” de querer reivindicar su territorio. Así es el mundo de hoy, señores delegados, y es así que asistimos a esta conferencia para que los pueblos vayan hacia un futuro feliz, de desarrollo armónico, o que se conviertan en apéndices del imperialismo en la preparación de una nueva y terrible guerra, o, si no, también que se desangren en luchas intestinas cuando los pueblos —como casi todos ustedes lo han anunciado — cansados de esperar, cansados de ser engañados una vez más, inicien el camino que Cuba una vez inició; el de tomar las armas, el de luchar dentro del territorio, el de quitarles armas al ejército enemigo que representa la reacción y el de destruir, hasta sus bases, todo un orden social que está hecho para explotar al pueblo. La historia de la Revolución cubana es corta en años, señor Presidente, y rica en hechos positivos y rica también, en conocer la amargura de las agresiones. Simplemente puntualizaremos algunas palabras para que se entienda bien que hay una larga cadena que nos lleva a desembocar aquí. En octubre de 1959, solamente se había realizado la Reforma Agraria como medida fundamental económica del Gobierno Revolucionario. Aviones piratas, que partían de Estados Unidos, volaron sobre el territorio de La Habana y, como consecuencia de los propios proyectiles que arrojaron, más que el fuego de nuestras baterías antiaéreas, se produjeron dos muertos y un centenar de heridos. Luego, tuvo lugar la quema de los campos de caña, que es una agresión económica, una agresión a

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nuestra riqueza, y que fue negada por los Estados Unidos hasta que estalló un avión — con piloto y todo — y se demostró, indiscutiblemente, la procedencia de esas naves piratas. Esta vez el gobierno norteamericano tuvo la gentileza de pedir disculpas. Fue también bombardeado por esas naves el central España, en febrero de 1960. En marzo de ese año, el vapor La Coubre que traía armas y municiones de Bélgica, estalló en los muelles de La Habana en un accidente que los técnicos catalogaron de intencional, y que produjo 100 muertos. En mayo de 1960, el conflicto con el imperialismo se hizo frontal y agudo. Las compañías de petróleo que operaban en Cuba, invocando el derecho de la fuerza y desdeñando las leyes de la república, que especificaban bien claro sus obligaciones, se negaron a procesar petróleo que habíamos comprado en la Unión Soviética, en uso de nuestro libre derecho a comerciar con todo el mundo y no con una parte de él como decía Martí. Todos saben cómo respondió la Unión Soviética mandándonos, en un verdadero esfuerzo, centenares de naves para mover 3.600.000 toneladas anuales —el total de nuestra importación de petróleo crudo —, y mantener funcionando nuestra vida interna, nuestras fábricas, en fin, todo el aparato industrial que se mueve hoy a partir del petróleo. En julio de 1960 se produce la agresión económica contra el azúcar cubano, que algunos gobiernos no han visto todavía. Se agudizan las contradicciones y se produce la reunión de la OEA en Costa Rica, en agosto de 1960. Allí —en agosto de 1960, repito —, se declara que se condena... Para decirlo en sus términos exactos: “(…) se condena enérgicamente la intervención aun cuando sea condicionada, de una potencia extra continental en asuntos de las repúblicas americanas, y declara que la aceptación de una amenaza de intervención extra continental por parte de un estado americano pone en peligro la solidaridad y la seguridad americanas, lo que obliga a la Organización de los Estados Americanos a desaprobarla y rechazarla con igual energía.” Es decir, los países hermanos de América, reunidos en Costa Rica, nos negaron el derecho a que nos defendieran. Es una de las más curiosas negociaciones que se han producido en la historia del derecho internacional. Naturalmente que nuestro pueblo es un poco desobediente a la voz de las asambleas, y se reunió en la asamblea de La Habana aprobando, por unanimidad —más de un millón de manos levantadas al cielo, una sexta parte de la población total del país —, la declaración que se llamó Declaración de La Habana, en la cual, en algunos de sus puntos expresa: “La Asamblea General Nacional del Pueblo reafirma —y está segura de hacerlo como expresión de un criterio común a los pueblos de la América Latina—, que la

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democracia no es compatible con la oligarquía financiera, con la existencia de la discriminación del negro y los desmanes del Ku-Klux-Klan, con la persecución que privó de sus cargos a científicos como (Robert Julius) Oppenheimer, que impidió durante años que el mundo escuchara la voz maravillosa de Paul Robeson, preso en su propio país, que llevó a la muerte, ante la protesta y el espanto del mundo entero y pese a la apelación de gobernantes de diversos países y del Papa Pío XII, a los esposos Rosenberg. La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba expresa la convicción cubana de que la democracia no puede consistir solo en el ejercicio de un voto electoral que casi siempre es ficticio y está manejado por latifundistas y políticos profesionales, sino en el derecho de los ciudadanos a decidir, como ahora lo hace esta asamblea del pueblo, sus propios destinos. La democracia, además, solo existirá en América Latina cuando los pueblos sean realmente libres para escoger, cuando los humildes no estén reducidos por el hambre, la desigualdad social, el analfabetismo y los sistemas jurídicos a la más ominosa impotencia.” Además, en aquel momento “La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba, condena, en fin, la explotación del hombre por el hombre.” Aquella fue una declaración de nuestro pueblo, hecha a la faz del mundo, para demostrar nuestra decisión de defender con las armas, con la sangre y con la vida, nuestra libertad y nuestro derecho a dirigir los destinos del país en la forma que nuestro pueblo consideró más conveniente. Vinieron después muchas escaramuzas y batallas verbales a veces, con los hechos otras, hasta que en diciembre de 1960 la cuota azucarera cubana en el mercado americano fue definitivamente cortada. La Unión Soviética respondió en la forma que ustedes conocen otros países socialistas también y se firmaron contratos para vender en toda el área socialista 4.000.000 de toneladas, a un precio preferencial de cuatro centavos, lo que naturalmente salvó la situación de Cuba que es hasta hoy tan mono productor, desgraciadamente, como la mayoría de los pueblos de América, y tan dependiente de un solo mercado, de un solo producto —en ese momento —, como lo son hoy los restantes países hermanos. Pareció que el presidente Kennedy inauguraba la nueva época de que tanto se ha hablado, y a pesar de que también la lucha verbal había sido dura entre el presidente Kennedy y el Primer Ministro de nuestro gobierno, esperamos que mejoraran las cosas. El presidente Kennedy pronunció un discurso en el que se advertía claramente una serie de actitudes a tomar en América, pero parecía anunciar al mundo que el caso de Cuba debía considerarse como algo ya cristalizado. Nosotros estábamos movilizados en aquella época, después del discurso de Kennedy, y al día siguiente se ordenó la desmovilización. Desgraciadamente, el día 13

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de marzo de 1961, el presidente Kennedy hablaba de la Alianza para el Progreso. Hubo ese mismo día, además, un ataque pirata a nuestra refinería en Santiago de Cuba, poniendo en peligro las instalaciones y cobrando la vida de uno de sus defensores. Estábamos pues ante una situación de hecho. En aquel discurso, que no dudo será memorable, Kennedy hablaba también de que esperaba que los pueblos de Cuba y la República Dominicana, por los que él manifestaba una gran simpatía, pudieran ingresar en el seno de las naciones libres. Al mes se producía Playa Girón, y pocos días después era asesinado misteriosamente el presidente Trujillo. Nosotros siempre fuimos enemigos del presidente Trujillo, simplemente establecemos el hecho crudo, y que no se ha esclarecido de ninguna manera hasta hoy. Después, se estableció una verdadera obra maestra de beligerancia e ingenuidad política, que dio en llamarse “Libro Blanco” según las revistas que hablan tanto de los Estados Unidos, hasta provocar las iras del presidente Kennedy. Su autor es uno de los distinguidos asesores de la delegación norteamericana, que hoy está con nosotros. Es una acusación llena de tergiversaciones sobre la realidad cubana, que estaba concebida para la preparación que ya venía. “El régimen de Castro representa un peligro para la auténtica revolución de América...”, porque la palabra revolución también necesita, como decía alguno de los miembros de la presidencia, limpiar fondos de vez en cuando. “El régimen de Castro es renuente a negociar amistosamente...”, a pesar de que muchas veces hemos dicho que nos sentamos en pie de igualdad a discutir nuestros problemas con Estados Unidos, y aprovecho la oportunidad ahora, en nombre de mi gobierno, señor Presidente, para afirmar, una vez más, que Cuba está dispuesta a sentarse a discutir en pie de igualdad todo lo que la delegación de Estados Unidos quiera discutir, nada más que sobre la base estricta de que no haya condiciones previas. Es decir, que nuestra posición es clarísima al respecto. Se llamaba, en el “Libro Blanco”, al pueblo de Cuba a la subversión y a la revolución “contra el régimen de Castro”, pero, sin embargo, el día 13 de abril el presidente Kennedy, una vez más, tomaba la palabra y afirmaba categóricamente que no invadiría Cuba y que las fuerzas armadas de los Estados Unidos no intervendrían nunca en los asuntos internos de Cuba. Dos días después, aviones desconocidos bombardeaban nuestros aeropuertos y reducían a cenizas la mayor parte de nuestra fuerza aérea, vetusta, remanente de lo que habían dejado los batistianos en su fuga. El señor (Adlai) Stevenson, en el Consejo de Seguridad, dio enfática seguridad de que eran pilotos cubanos, de nuestra fuerza aérea, “(…) descontentos con el régimen de Castro”, los que habían cometido tal hecho y afirmó haber conversado con ellos. El día 19 de abril se produce la fracasada invasión donde nuestro pueblo entero, compacto en pie de guerra, demostró una vez más que hay fuerzas mayores que la fuerza indiscriminada de las armas, que hay valores más grandes que los valores del

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dinero, y se lanzó en tropel por los estrechísimos callejones que conducían al campo de batalla, siendo masacrados en el camino de ellos por la superioridad aérea enemiga. Nueve pilotos cubanos fueron los héroes de aquella jornada, con los viejos aparatos. Dos de ellos rindieron su vida; siete son testigos excepcionales del triunfo de las armas de la libertad. Acabó Playa Girón, para no decir nada más sobre esto, porque “a confesión de parte relevo de pruebas”, señores delegados, el presidente Kennedy tomó sobre sí la responsabilidad total de la agresión. Y, además, quizás en ese momento no recordó las palabras que había pronunciado pocos días antes. Podríamos pensar nosotros que había acabado la historia de las agresiones. Como dicen los periodistas, les contaré una primicia. El día 26 de julio de este año, grupos contrarrevolucionarios armados en la Base Naval de Guantánamo iban a esperar al comandante Raúl Castro en dos lugares estratégicos, para asesinarlo. El plan era inteligente y macabro. Le tirarían al comandante Raúl Castro mientras iba por la carretera, de su casa a la manifestación con que celebramos nuestra fecha revolucionaria. Si fracasaban, dinamitarían la base, o mejor dicho, harían estallar las bases ya dinamitadas del palco desde donde presidiría nuestro compañero Raúl Castro esa manifestación patriótica. Y pocas horas después, señores delegados, morteros norteamericanos, desde territorio cubano, empezarían a disparar sobre la Base de Guantánamo. El mundo entero, entonces, se explicaría claramente la cosa, los cubanos, exasperados, porque en sus rencillas particulares uno de esos “comunistas que existen ahí” fue asesinado, empezaríamos a atacar la Base Naval de Guantánamo, y los “pobres” Estados Unidos no tendrían otra cosa que defenderse. Ese era el plan, que nuestras fuerzas de seguridad, bastante más efectivas de lo que pudiera suponerse, descubrieron hace unos días. Bien. Por todo esto que he relatado es por lo que considero que la Revolución cubana no puede venir a esta asamblea de ilustres técnicos a hablar de cosas técnicas. Yo sé que ustedes piensan que además porque no saben, y quizás tengan razón. Pero lo fundamental es que la política y los hechos, tan tozudos que constantemente están presentes en nuestra situación, nos impiden venir a hablar de números o analizar las perfecciones de los técnicos del CIES. Hay una serie de problemas políticos que están dando vueltas. Uno de ellos es político-económico, es el de los tractores. Quinientos tractores no es un valor de cambio. Quinientos tractores es lo que estima nuestro Gobierno que puede permitirle reparar los daños materiales que hicieron los 1.200 mercenarios. No pagan ni una vida, porque las vidas de nuestros ciudadanos no estamos acostumbrados a valorarlas en dólares o en equipos de cualquier clase. Y mucho menos la vida de los niños que murieron en Playa Girón, de las mujeres que murieron en Playa Girón. Pero nosotros avisamos que si les parece una transacción odiosa del tiempo de la piratería, el cambiar seres humanos —a quienes nosotros llamamos gusanos —, por tractores, podríamos

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hacer la transacción de seres humanos por seres humanos. Hablamos a los señores de Estados Unidos, les recordábamos al gran patriota Albizu Campos, moribundo ya después de años y años de estar en una mazmorra del imperio, y les ofrecimos lo que quisieran por la libertad de Albizu Campos; recordamos a los países de América que tuvieran presos políticos en sus cárceles que podríamos hacer el cambio, nadie respondió. Naturalmente, nosotros no podemos forzar ese trueque. Está simplemente, a disposición de quienes estiman que la libertad de los “valerosos” contrarrevolucionarios cubanos —el único ejército del mundo que se rindió completo, casi sin bajas —, quien estime que estos sujetos deben estar en libertad, pues que deje en libertad a sus presos políticos, y toda América estará con sus cárceles resplandecientes, o al menos sus cárceles políticas sin preocupaciones. Hay algún otro problema, también de índole político-económico. Es, señor Presidente, que nuestra flota aérea de transporte está quedándose, avión por avión, en los Estados Unidos. El procedimiento es simple. Suben algunas damas con armas ocultas en las ropas, se las dan a sus cómplices, los cómplices asesinan al custodio, le ponen en la cabeza la pistola al piloto, el piloto enfila hacia Miami, y una compañía, legalmente, por supuesto —por que en Estados Unidos todo se hace legalmente —, establece un recurso por deudas contra el Estado cubano, y entonces el avión se confisca. Pero resulta que hubo uno de los tantos cubanos patriotas, —además hubo un norteamericano patriota, pero ese no es nuestro — que andaba por ahí, y él solito, sin que nadie le dijera nada, decidió enmendar la plana de los robadores de bimotores, y trajo a las playas cubanas un cuatrimotor precioso. Naturalmente, nosotros no vamos a utilizar ese cuatrimotor, que no es nuestro. La propiedad privada la respetamos nosotros, pero exigimos el derecho de que se nos respete, señores; exigimos el derecho de que no haya más farsas; el derecho de que haya órganos americanos que puedan hablar y decirles a los Estados Unidos: “Señores, ustedes están haciendo un vulgar atropello; no se pueden quitar los aviones a un Estado, aunque esté contra ustedes; esos aviones no son suyos, devuelvan esos aviones, o serán sancionados.” Naturalmente, sabemos que, desgraciadamente, no hay organismo interamericano que tenga esa fuerza. Apelamos sin embargo, en este augusto cónclave, al sentimiento de equidad y justicia de la delegación de los Estados Unidos, para que se normalice la situación de los robos respectivos de aviones. (El Presidente del consejo interrumpe al delegado de Cuba) Señor Presidente: La presidencia observa que no se puede hacer ninguna clase de manifestación.

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Señor delegado de Cuba: Bien, señor Presidente. Es necesario explicar qué es la Revolución cubana, qué es este hecho especial que ha hecho hervir la sangre de los imperios del mundo y también hervir la sangre, pero de esperanza, de los desposeídos del mundo, al menos. Es una Reforma Agraria, anti-feudal y antimperialista, que fue transformándose por imperio de su evolución interna y de sus agresiones externas, en una revolución socialista y que la proclama así, ante la faz de América: Una revolución socialista. Una revolución socialista que tomó la tierra del que tenía mucho y se la dio al que estaba asalariado en esa tierra, o la distribuyó en cooperativas entre otros grupos de personas que no tenían ni siquiera tierra donde trabajar, aun cuando fuera como asalariado. Es una revolución que llegó al poder con su propio ejército y sobre las ruinas del ejército de la opresión; que se sentó en el poder, miró a su alrededor, y se dedicó, sistemáticamente, a destruir todas las formas anteriores de dictaduras de una clase explotadora sobre la clase de los explotados, destruyó el ejército totalmente, como casta, como institución, no como hombres, salvo los criminales de guerra, que fueron fusilados. También de cara a la opinión pública del continente y con la conciencia bien tranquila. Es una revolución que ha reafirmado la soberanía nacional y, por primera vez, ha planteado para sí y para todos los pueblos de América, y para todos los pueblos del mundo, la reivindicación de los territorios injustamente ocupados por otras potencias.

Es una revolución que tiene una política exterior independiente, que viene aquí a esta reunión de Estados Americanos, como uno más entre los latinoamericanos; que va a la reunión de los países no alineados como uno de sus miembros importantes y que se sienta en las deliberaciones con los países socialistas, y que estos le consideran un país hermano. Es, pues, una revolución con características humanistas. Es solidaria con todos los pueblos oprimidos del mundo; solidaria, señor Presidente, porque también decía Martí: “Todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre.” Y cada vez que una potencia imperial avasalla a un territorio, les está dando una bofetada a todos los habitantes de ese territorio. Por eso nosotros luchamos por la independencia de los países, luchamos por la reivindicación de los territorios ocupados. Apoyamos a Panamá, que tiene un pedazo de su territorio ocupado por los Estados Unidos. Llamamos Islas Malvinas, y no Falkland, a las del sur de Argentina, y llamamos Isla del Cisne a la que Estados Unidos arrebató a Honduras y desde donde nos está agrediendo por medios telegráficos y radiales. Luchamos constantemente aquí, en América, por la independencia de las Guayanas y de las Antillas Británicas, donde aceptamos el hecho de Belice independiente, porque Guatemala ya ha renunciado a su soberanía sobre ese pedazo de su territorio; y luchamos también en el África, en el Asia, en cualquier lugar del 56


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mundo donde el poderoso oprime al débil para que el débil alcance su independencia, su autodeterminación y su derecho a dirigirse como estado soberano. Nuestro pueblo, permítasenos decirlo, en ocasión del terremoto que asoló a Chile, fue a ayudarlo en la medida de sus fuerzas, con su producto único, con el azúcar. Una ayuda pequeña, pero sin embargo, fue una ayuda que no exigía nada; fue simplemente la entrega al país hermano, al pueblo hermano, de algo de alimento para sobrellevar esas horas angustiosas. Ni nos tiene que agradecer nada ese pueblo, ni mucho menos, nos debe nada. Nuestro deber hizo que entregáramos lo que entregamos. Nuestra revolución nacionalizó la economía nacional, nacionalizó todo el comercio exterior, que está ahora en manos del Estado, y se dedicó a su diversificación, comerciando con todo el mundo; nacionalizó el sistema bancario para tener en sus manos el instrumento eficaz con que ejercer técnicamente el crédito de acuerdo con las necesidades del país. Hace participar a sus trabajadores en la dirección de la economía nacional planificada, y ha realizado, hace pocos meses, la Reforma Urbana, mediante la cual entregó a cada habitante del país la casa donde residía, quedando dueño de aquella con la sola condición de pagar lo mismo que estaba pagando hasta ese momento, de acuerdo con una tabla, durante determinado número de años. Tomó muchas medidas de afirmación de la dignidad humana, incluyendo entre las primeras, la abolición de la discriminación racial, que existía, señores delegados; en una forma sutil, pero existía. Las playas de nuestra isla no servían para que se bañaran el negro ni el pobre, porque pertenecían a un club privado, y venían turistas de otras playas a los que no les gusta bañarse con los negros. Nuestros hoteles, los grandes hoteles de La Habana, que eran construidos por compañías extranjeras, no permitían dormir allí a los negros, porque a los turistas que venían de otros países no les gustaban los negros. Así era nuestro país; la mujer no tenía ninguna clase de derecho igualitario; se le pagaba menos por el trabajo igual, se le discriminaba como en la mayoría de nuestros países americanos. La ciudad y el campo eran dos zonas en permanente lucha y de esa lucha sacaba el imperialismo la fuerza de trabajo suficiente, para pagar mal y a destiempo. Nosotros realizamos una revolución en todo esto y realizamos, también, una auténtica revolución en la educación, la cultura y la salud. Este año queda eliminado el analfabetismo en Cuba. Ciento cuatro mil alfabetizadores de todas las edades alfabetizan a un millón doscientos cincuenta mil analfabetos, porque en Cuba sí había analfabetos, muchos más de los que las estadísticas oficiales de tiempos anteriores decían. Este año, la enseñanza primaria será en forma gratuita y obligatoria, hemos convertido los cuarteles en escuelas; hemos realizado la reforma universitaria, dando

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libre acceso a todo el pueblo a la cultura superior, las ciencias y la tecnología moderna, hemos hecho una gran exaltación de los valores nacionales, frente a la deformación cultural producida por el imperialismo, y las manifestaciones de nuestro arte recogen los aplausos de todos los pueblos del mundo —de todos no, en algunos lugares no los dejan entrar —, exaltación del patrimonio cultural de toda nuestra América Latina, que se manifiesta en premios anuales dados a literatos de todas las latitudes de América, y cuyo premio de poesía, señor Presidente, ganó el laureado poeta Roberto Ibáñez, en la última confrontación; hemos extendido la función de la medicina en beneficio de campesinos y trabajadores urbanos humildes; deportes para todo el pueblo, que se refleja en 75.000 personas desfilando el 25 de julio en una fiesta deportiva realizada en honor del primer cosmonauta del mundo, Yuri Gagarin; la apertura de las playas populares, a todos, por supuesto sin distinción de colores ni de ideología, y, además, gratuita; y los círculos sociales obreros, en que fueron transformados todos los círculos exclusivistas de nuestro país, que había muchos. Bien, señores técnicos, compañeros delegados, ha llegado la hora de referirse a la parte económica del temario. El punto I, es muy amplio. Hecho también por técnicos muy sesudos, es la planificación del desarrollo económico y social en la América Latina. La primera incongruencia que observamos en el trabajo está expresada en esta frase: “A veces se expresa la idea de que un aumento en el nivel y la diversidad de la actividad económica redunda necesariamente en la mejoría de las condiciones sanitarias. Sin embargo, el grupo es de la opinión que el mejoramiento de las condiciones sanitarias no solo es deseable en sí mismo, sino que constituye un requisito esencial, previo al crecimiento económico y debe formar, por lo tanto, parte esencial de los programas de desarrollo de la región.” Esto, por otra parte, se ve reflejado, también, en la estructura de los préstamos del Banco Internacional de Desarrollo, pues en el análisis que hicimos de los 120 millones prestados en primer término, 40 millones, es decir, una tercera parte, corresponden directamente a préstamos de este tipo; para casas de habitación, para acueductos, alcantarillados. Es un poco... yo no sé, pero casi lo calificaría como una condición colonial. Me da la impresión de que se está pensando en hacer la letrina como una cosa fundamental. Eso mejora las condiciones sociales del pobre indio, del pobre negro, del pobre individuo que yace en una condición subhumana; “(…) vamos a hacerle letrinas y entonces, después que le hagamos letrinas, y después que su educación le haya permitido mantenerla limpia, entonces podrá gozar de los beneficios de la producción.” Porque es de hacer notar, señores delegados, que el tema de la

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industrialización no figura en el análisis de los señores técnicos. Para los señores técnicos, planificar es planificar la letrina. Lo demás, ¡quién sabe cuándo se hará! Si me permite, el señor Presidente, lamentaré profundamente, en nombre de la delegación cubana, haber perdido los servicios de un técnico tan eficiente como el que dirigió este primer grupo, el doctor Felipe Pazos. Con su inteligencia y su capacidad de trabajo, y nuestra actividad revolucionaria, en dos años Cuba sería el paraíso de la letrina, aun cuando no tuviéramos ni una de las 250 fábricas que estamos empezando a construir, aun cuando no hubiéramos hecho Reforma Agraria. Yo me pregunto, señores delegados, si es que se pretende tomar el pelo, no a Cuba, porque Cuba está al margen, puesto que la Alianza para el Progreso no está con Cuba, sino en contra, y no se establece darle un centavo a Cuba, pero sí a todos los demás delegados. ¿No se tiene un poco la impresión de que se les está tomando el pelo? Se dan dólares para hacer carreteras, se dan dólares para hacer caminos, se dan dólares para hacer alcantarillas; señores, ¿con qué se hacen las alcantarillas? No se necesita ser un genio para eso. ¿Por qué no se dan dólares para equipos, dólares para maquinarias, dólares para que nuestros países subdesarrollados, todos, puedan convertirse en países industriales, agrícolas, de una vez? Realmente, es triste. En la página 10, en los elementos de planificación del desarrollo, en el punto VI, se establece quién es el verdadero autor de este plan. Dice el punto VI: “Establecer bases más sólidas para la concesión y utilización de ayuda financiera externa, especialmente el proporcionar criterios eficaces para evaluar proyectos individuales”. Nosotros no vamos a establecer las bases más sólidas para la concesión y utilización, porque nosotros no somos, son ustedes los que reciben, no los que conceden, y nosotros quienes miramos, y quienes conceden son los Estados Unidos. Entonces este punto VI es redactado directamente por los Estados Unidos y este es el espíritu de todo este engendro llamado punto I. Pero bien, quiero dejar constancia de una cosa; hemos hablado mucho de política, hemos denunciado que hay aquí una confabulación política; en conversaciones con los señores delegados hemos puntualizado el derecho de Cuba a expresar estas opiniones, porque se ataca directamente a Cuba en el punto V. Sin embargo, Cuba no viene, como pretenden algunos periódicos o muchos voceros de empresas de información extranjera, a sabotear la reunión. Cuba viene a condenar lo condenable desde el punto de vista de los principios, pero viene también a trabajar armónicamente, si es que se puede, para conseguir enderezar esto, que ha nacido muy torcido, y está dispuesta a colaborar con todos los señores delegados para enderezarlo y hacer un bonito proyecto. El honorable señor Douglas Dillon, en su discurso, citó el financiamiento, porque es importante. Nosotros, para juntarnos todos

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a hablar de desarrollo tenemos que hablar de financiamiento, y todos nos hemos juntado para hablar con el único país que tiene capitales para financiar. Dice el señor Dillon: “Mirando hacia los años venideros a todas las fuentes de financiamiento externo — entidades internacionales, Europa y el Japón, así como Norteamérica, las nuevas inversiones privadas y las inversiones de fondos públicos —, si Latinoamérica toma las medidas internas necesarias, condición previa, podrá lógicamente esperar que sus esfuerzos” —no es tampoco que si toma las medidas ya está, sino que “podrá lógicamente esperar” —, “serán igualados por un flujo de capital del orden de por lo menos 20.000 millones de dólares en los próximos diez años. Y la mayoría de estos fondos procederán de fuentes oficiales.” ¿Esto es lo que hay? No, lo que hay son 500 millones aprobados, esto es de lo que se habla. Bien, hay que puntualizar bien esto, porque es el centro de la cuestión. ¿Qué quiere decir? — y yo aseguro que no lo pregunto por nosotros, sino en el bien de todos. ¿Qué quiere decir; “(…) si Latinoamérica toma las medidas internas necesarias?” y ¿qué quiere decir; “(…) podrá lógicamente esperar?” Creo que después, en el trabajo de las comisiones o en el momento en que el representante de los Estados Unidos lo juzgue oportuno, habrá que precisar un poco este detalle, porque 20.000 millones es una cifra interesante. Es nada menos que 2/3 de la cifra que nuestro Primer Ministro anunció como necesaria para el desarrollo de América; un poquito más que se empuje y llegamos a los 30.000 millones. Pero hay que llegar a esos 30.000 millones contantes y sonantes, uno a uno, en las arcas nacionales de cada uno de los países de América, menos esta pobre cenicienta que, probable mente, no recibirá nada. Allí es donde nosotros podemos ayudar, no en plan de chantaje, como se está previniendo, porque se dice: no, Cuba es la gallina de los huevos de oro, está Cuba, mientras esté Cuba, los Estados Unidos dan. No, nosotros no venimos en esa forma, nosotros venimos a trabajar, a tratar de luchar en el plano de los principios y las ideas, para que nuestros pueblos se desarrollen, porque todos o casi todos los señores representantes le han dicho: si la Alianza para el Progreso fracasa nada puede detener las olas de los movimientos populares; si la Alianza para el Progreso fracasa y nosotros estamos interesados en que no fracase, en la medida en que signifique para América una real mejoría en los niveles de vida de todos sus 200 millones de habitantes. Puedo hacer esta afirmación con honestidad y con toda sinceridad. Nosotros hemos diagnosticado y previsto la revolución social en América, la verdadera, porque los acontecimientos se están desarrollando de otra manera, porque se pretende frenar a los pueblos con bayonetas y cuando el pueblo sabe que puede tomar las bayonetas y volverlas contra quien las empuña, ya está perdido quien las

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empuña. Pero si el camino de los pueblos se quiere llevar por este del desarrollo lógico y armónico, por préstamos a largo plazo, con intereses bajos, como anunció el señor Dillon, a 50 años de plazo, también nosotros estamos de acuerdo. Lo único, señores delegados, es que todos juntos tenemos que trabajar para que aquí se concrete esa cifra y para asegurar que el Congreso de Estados Unidos la apruebe; porque no se olviden que estamos frente a un régimen presidencial y parlamentario, no es una dictadura como Cuba donde se para un señor representante de Cuba, habla en nombre del gobierno, y hay responsabilidad de sus actos; aquí, además, tiene que ser ratificado allí, y la experiencia de todos los señores delegados es que muchas veces no fueron ratificadas allí las promesas que se hicieron aquí... La tasa de crecimiento que se da como una cosa bellísima para toda América, es 2,5% de crecimiento neto. Bolivia anunció 5% para 10 años, nosotros felicitamos al representante de Bolivia y le decimos, que con un poquito de esfuerzo y de movilización de las fuerzas populares, puede decir 10%. Nosotros hablamos de 10% de desarrollo sin miedo alguno, 10% de desarrollo es la tasa que prevé Cuba para los años venideros. ¿Qué indica esto, señores delegados? Que si cada uno va por el camino que va, cuando América, que actualmente tiene aproximadamente un per cápita de 330 dólares, ve crecer su producto neto en 2,5%, va a tener 500 dólares allá por el año 1980, 500 dólares per cápita. Claro que para muchos países es un verdadero fenómeno. ¿Qué piensa tener Cuba en el año 1980? Pues un ingreso neto per cápita de unos 3.000 dólares; más que los Estados Unidos. Y si no nos creen, perfecto, aquí estamos para la competencia, señores. Que se nos deje en paz, que nos dejen desarrollar y que dentro de 20 años vengamos todos de nuevo a ver si el canto de sirena era el de la Cuba revolucionaria o era otro. Pero nosotros anunciamos, responsablemente, esa tasa de crecimiento anual. Los expertos sugieren sustitución de ineficientes latifundios y minifundios por fincas bien equipadas. Nosotros decimos: ¿quieren hacer Reforma Agraria? Tomen la tierra al que tiene mucha y dénsela al que no tiene. Así se hace Reforma Agraria. Lo demás es canto de sirena. La forma de hacerla; si se entrega un pedazo de parcela, de acuerdo con todas las reglas de la propiedad privada; si se hace en propiedad colectiva; si se hace una mezcla —como tenemos nosotros—, eso depende de las peculiaridades de cada pueblo; pero la Reforma Agraria se hace liquidando los latifundios, no yendo a colonizar allá lejos. Y así podría hablar de la redistribución del ingreso que en Cuba se hizo efectiva, porque se le quita a los que tienen más y se les permite tener más a los que no tienen nada o a los que tienen menos, porque hemos hecho la Reforma Agraria, porque hemos hecho la Reforma Urbana, porque hemos rebajado las tarifas eléctricas y telefónicas —que entre paréntesis, esta fue la primera escaramuza con las compañías monopolistas extranjeras—, porque hemos hecho círculos sociales obreros y círculos

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infantiles, donde los niños de los obreros van a recibir alimentación y viven mientras sus padres trabajan; porque hemos hecho playas populares y porque hemos nacionalizado la enseñanza, que es absolutamente gratuita. Además, estamos trabajando en un amplio plan de salud. De industrialización hablaré aparte, porque es la base fundamental del desarrollo y así lo interpretamos nosotros. Pero, hay un punto que es muy importante —es el filtro, el purificar, los técnicos, creo que son siete, de nuevo, señores — el peligro de la letrinocracia, metido en medio de los acuerdos con que los pueblos quieren mejorar su nivel de vida; otra vez políticos disfrazados de técnicos diciendo: aquí sí y aquí no; porque tú has hecho tal cosa y tal cosa, sí, pero en realidad, porque eres un fácil instrumento de quien da los medios; y a ti no, porque has hecho esto mal; pero en realidad, porque no eres instrumento de quien da los medios, porque dices por ejemplo, que no puedes aceptar como precio de algún préstamo, que Cuba sea agredida. Ese es el peligro, sin contar que los pequeños, como en todos lados, son los que reciben poco o nada. Hay, señores delegados, un solo lugar donde los pequeños tienen derecho al “pataleo”, y es aquí, donde cada voto es un voto, y donde eso hay que votarlo, y pueden los pequeños —si están en actitud de hacerlo —, contar con el voto militante de Cuba en contra de las medidas de los “siete”, que es esterilizante, purificante y estimada a canalizar el crédito con disfraces técnicos por caminos diferentes. ¿Cuál es la posición que verdaderamente conduce a una auténtica planificación, que debe tener coordinación con todos pero que no puede estar sujeta a ningún otro organismo supra nacional? Nosotros entendemos —y así lo hicimos en nuestro país— señores delegados, que la condición previa para que haya una verdadera planificación económica es que el poder político esté en manos de la clase trabajadora. Ese es el sine qua non de la verdadera planificación para nosotros. Además es necesaria la eliminación total de los monopolios imperialistas y el control estatal de las actividades productivas fundamentales. Amarrados bien de esos tres cabos, se entra a la planificación del desarrollo económico; si no, se perderá todo en palabras, en discursos y en reuniones. Además, hay dos requisitos que permitirán hacer o no que este desarrollo aproveche las potencialidades dormidas en el seno de los pueblos, que están esperando que despierten. Son, por un lado, el de la dirección central racional de la economía por un poder único, que tenga facultades de decisión —no estoy hablando de facultades dictatoriales, sino facultades de decisión — y, por otro, el de la participación activa de todo el pueblo en las tareas de la planificación. Naturalmente, para que todo el pueblo participe en las tareas de la planificación, tendrá que ser todo el pueblo dueño de los medios de producción, si no, difícilmente participará. El pueblo no querrá, y los dueños de las empresas donde trabaja me parece que tampoco.

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Bien, podemos hablar unos minutos de lo que Cuba ha obtenido por su camino, comerciando con todo el mundo, “yendo por las vertientes del comercio”, decía Martí. Nosotros tenemos firmados, hasta estos momentos, créditos por 357 millones de dólares con los países socialistas y estamos en conversaciones —que son conversaciones de verdad — por ciento cuarenta y pico de millones más, con lo cual llegaremos a los 500 millones, en préstamos en estos cinco años. Ese préstamo que nos da posesión y el dominio de nuestro desarrollo económico, llega, como dijimos, a los 500 millones —la cifra que los Estados Unidos dan a toda América — solamente para nuestra pequeña república. Esto, llevado a la República de Cuba, trasladado a América, significaría que los Estados Unidos para proporcionar o para hacer el mismo trabajo, tendría que dar 15.000 millones de dólares —hablo de pesos a dólares, porque en nuestro país valen lo mismo. Treinta mil millones de dólares en diez años; la cifra que nuestro Primer Ministro solicitara y con eso, si hay una acertada conducción del proceso económico, América Latina, en solo cinco años sería otra cosa. Pasamos, ahora, al punto II del temario. Y, naturalmente, antes de analizarlo, formularemos una cuestión política. Amigos nuestros —que hay muchos, aunque no lo parezca —, en estas reuniones, nos preguntaban si estábamos dispuestos a reingresar al seno de las naciones latinoamericanas, y estamos luchando porque no se nos expulse, porque no se nos obligue a abandonar el seno de las repúblicas latinoamericanas. Lo que no queremos es ser arria, como hablara Martí. Sencillamente eso. Nosotros denunciamos los peligros de la integración económica de la América Latina, porque conocemos los ejemplos de Europa, y además, América Latina ha conocido ya en su propia carne lo que costó para ella la integración económica de Europa. Denunciamos el peligro de que los monopolios internacionales manejaran totalmente los procesos del comercio dentro de las asociaciones de libre comercio. Pero nosotros lo anunciamos también aquí, al seno de la Conferencia, y esperamos que se nos acepte, que estamos dispuestos a ingresar a la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio, como uno más, criticando también lo que haya que criticar, pero cumpliendo todos los requisitos, siempre y cuando se respete, de Cuba, su peculiar organización económica y social, y se acepte ya como un hecho consumado e irreversible, su gobierno socialista. Y, además, la igualdad de trato y el disfrute equitativo de las ventajas de la división internacional del trabajo, también deben ser extensivos a Cuba. Cuba debe participar activamente y puede contribuir mucho, para mejorar muchos de los grandes “cuellos de botella”, que existen en las economías de nuestros países, con la ayuda de la economía planificada, dirigida centralmente y con una meta clara y definida. Sin embargo, Cuba propone también las siguientes medidas: propone la iniciación de negociaciones bilaterales inmediatas para la evacuación de bases o territorios en países miembros ocupados por otros países miembros, para que no se

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produzcan casos como el que denunciaba la delegación de Panamá, donde la política financiera de Panamá no se puede cumplir en un pedazo de su territorio. A nosotros nos ocurre lo mismo, y quisiéramos que desapareciera esa anomalía, hablando desde el punto de vista económico. Nosotros proponemos el estudio de planes racionales de desarrollo y la coordinación de asistencia técnica y financiera de todos los países industrializados, sin distinciones ideológicas ni geográficas de ninguna especie; nosotros proponemos también que se recaben las garantías para salvaguardar los intereses de los países miembros más débiles: la proscripción de los actos de agresión económica de unos miembros contra otros; la garantía para proteger a los empresarios latinoamericanos contra la competencia de los monopolios extranjeros; la reducción de los aranceles norteamericanos para productos industriales de los países latinoamericanos integrados, y establecimos que, a nuestro juicio, el financiamiento externo sería bueno que solo se produjera con inversiones directas que reunieran las siguientes condiciones: no sujetarlos a exigencias políticas, no discriminarlos contra empresas estatales, asignarlos de acuerdo con los intereses del país receptor, que no tengan tasas de interés mayor del tres por ciento, que su plazo de amortización no sea inferior a 10 años y pueda ser ampliable por dificultades en la balanza de pagos; proscripción de la incautación o confiscación de naves y aeronaves de un país miembro por otro; iniciación de reformas tributarias que no incidan sobre las masas trabajadoras y protejan contra la acción de los monopolios extranjeros. El punto III del temario ha sido tratado con la misma delicadeza por los señores miembros: con sus dos suaves pincitas han tomado el asunto, han levantado un poquito el velo, y lo han dejado caer inmediatamente, porque la cosa es dura... “Hubiera sido deseable —dice — y hasta tentador para el grupo formular recomendaciones ambiciosas y espectaculares... No lo hizo, sin embargo, debido a los numerosos y complejos problemas técnicos que habría sido necesario resolver. Así es como las recomendaciones que se formulan tuvieron necesariamente que limitarse a aquellos que se consideraron técnicamente realizables.” No sé si seré demasiado perspicaz, pero creo leer entre líneas, que no hay pronunciamiento. La delegación cubana plantea en forma concreta que de esta reunión debe obtenerse: garantía de precios estatales, sin “pudiera” ni “podría”; sin “examinaríamos” ni “examinaremos”, sino garantías de precios estables, mercados crecientes o al menos estables, garantías contra agresiones, o garantías contra la suspensión unilateral de compras, en mercados tradicionales, garantías contra el dumping de excedentes agrícolas subsidiadas, garantías contra el proteccionismo a la producción de productos primarios, creación de las condiciones en los países

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industrializados para las compras de productos primarios con mayor grado de elaboración. Cuba manifiesta que sería deseable que la delegación de Estados Unidos conteste, en el seno de las comisiones, si continuará subsidiando su producción de cobre, de plomo, de zinc, de azúcar, de algodón, de trigo o de lana. Cuba pregunta si Estados Unidos continuará presionando para que los excedentes de productos primarios no sean vendidos a los países socialistas, ampliando así su mercado. Y viene el punto V del temario, porque el IV es nada más que un informe. Este punto V es la otra cara de la moneda. Fidel Castro dijo, en ocasión de la Conferencia de Costa Rica, que los Estados Unidos habían ido “Con una bolsa de oro en una mano y un garrote en la otra”. Hoy, aquí, los Estados Unidos vienen con la bolsa de oro —afortunadamente más grande — en una mano, y la barrera para aislar a Cuba en la otra. Es, de todas maneras, un triunfo de las circunstancias históricas. Pero en el punto V del temario se establece un programa de medidas en América Latina para la regimentación del pensamiento, la subordinación del movimiento sindical y, si se puede, la preparación de la agresión militar contra Cuba. Se prevén tres pasos, a través de toda la lectura: movilización, desde ahora mismo, de los medios de difusión y propaganda latino americana contra la Revolución cubana y contra las luchas de nuestros pueblos por su libertad; constitución, en reunión posterior, de una federación interamericana de prensa, radio, televisión y cine, que permita a Estados Unidos dirigir la política de todos los órganos de opinión de América Latina, de todos —ahora no hay muchos que estén fuera de su esfera de influencia —, pero pretende de todos modos controlar mono políticamente las nuevas empresas de información y absorber a cuantas sea posible de las antiguas. Todo esto para hacer algo insólito que se ha anunciado aquí con toda tranquilidad. Se pretende, señores delegados, establecer el Mercado Común de la Cultura, organizado, dirigido, pagado, domesticado; la cultura toda de América al servicio de los planes de propaganda del imperialismo, para demostrar que el hambre de nuestro pueblo no es hambre, sino pereza ¡magnífico! Frente a esto, nosotros respondemos: debe hacerse una exhortación a que los órganos de opinión de América Latina se hagan partícipes de los ideales de liberación nacional de cada pueblo latino americano. Se debe hacer una exhortación al intercambio de información, medios culturales, órganos de prensa, y la realización de visitas directas sin discriminaciones entre nuestros pueblos, porque un norteamericano que va a Cuba tiene cinco años de prisión en estos momentos; a los gobiernos latinoamericanos para que garanticen las libertades que permitan al movimiento obrero la organización sindical independiente, la defensa de los intereses de los obreros y la lucha por la independencia verdadera de sus pueblos; y condenación total, absoluta, del punto V, como un intento del imperialismo de domesticar lo único que nuestros pueblos estaban ahora salvando del desastre: la cultura nacional.

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Me voy a permitir, señores delegados, dar un esquema de los objetivos del primer plan de desarrollo económico de Cuba en este próximo cuatrienio. La tasa del crecimiento global será del 12%, es decir, más del 9,5% per cápita neto, en material industrial, transformación de Cuba en el país más industrial de América Latina en relación con su población, como lo indican los datos siguientes: Primer lugar en América Latina en la producción per cápita de acero, cemento, energía eléctrica y, exceptuando Venezuela, refinación de petróleo; primer lugar en América Latina en tractores, rayón, calzado, tejidos, etc.; segundo lugar en el mundo en producción de níquel metálico (hasta hoy Cuba solo había producido concentrados); la producción de níqueles en 1965 será de 70.000 toneladas métricas, lo que constituye aproximadamente el 30% de la producción mundial; y, además, producirá 2.600 millones de toneladas métricas de cobalto metálico; producción de 8,5 a 9 millones de toneladas de azúcar; inicio de la transformación de la industria azucarera en sucro química. Para lograr estas medidas, fáciles de anunciar, que demandan un enorme trabajo y el esfuerzo de todo un pueblo para cumplirse y un financiamiento externo muy grande, hecho con un criterio de ayuda y no de explotación, se han tomado las siguientes medidas; se van a hacer inversiones en industrias por más de 1.000 millones de pesos —el peso cubano equivale al dólar —, en la instalación de 800 mega watts de generación eléctrica. En 1960 la capacidad instalada —exceptuando la industria azucarera, que trabaja temporalmente — era de 621 mega watts. Instalación de 205 industrias, entre las cuales las más importantes son las 22 siguientes: una nueva planta de refinación de níquel metálico, lo que elevará el total a 70.000 toneladas; una refinería de petróleo para 2 millones de toneladas de petróleo crudo; la primera planta siderúrgica de 700.000 toneladas y que en este cuatrienio llegará a las 500.000 toneladas de acero; la ampliación de nuestras plantas para producir tubos de acero con costura, en 25.000 toneladas métricas; tractores, 5.000 unidades anuales; motocicletas, 10.000 unidades anuales; tres plantas de cemento y ampliación de las existentes por un total de 1 millones toneladas, lo que elevará nuestra producción a 2.500.000 toneladas anuales; envases metálicos, 201 millones de unidades; ampliación de nuestras fábricas de vidrio a 23.700 toneladas métricas anuales; en vidrio plano, 1 millones de metros cuadrados; una fábrica nueva de chapas de bagazo, 10 000 metros cúbicos; una planta de celulosa de bagazo, 60.000 toneladas métricas aparte de una de celulosa de madera para 40.000 toneladas métricas anuales; una planta de nitrato de amonio, 60.000 toneladas; 81.000 toneladas métricas de superfosfato triple; 132.000 toneladas métricas de ácido nítrico; 85.000 toneladas métricas de amoníaco, 8 nuevas fábricas textiles y ampliación de las existentes con 451.000 husos; una fábrica de sacos de kenaf para 16 millones de sacos, y así, otras de menor importancia, hasta el número de 205 hasta estos momentos. Estos créditos han sido contratados hasta el presente de la siguiente forma: 200 millones de dólares con la Unión Soviética; 60 millones de dólares con la República

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Popular China; 40 millones con la República Socialista de Checoslovaquia; 15 millones con la República Popular de Rumania; 15 millones con la República Popular de Hungría; 12 millones con la República Popular de Polonia; 10 millones con la República Democrática Alemana y 5 millones con la República Democrática de Bulgaria. El total contratado hasta la fecha es de 357 millones. Las nuevas negociaciones que esperamos culminar pronto son fundamentalmente con la Unión Soviética que, como país más industrializado del área socialista, es el que nos ha brindado su apoyo más decidido. En materia agrícola, se propone Cuba alcanzar la autosuficiencia en la producción de alimentos, incluyendo grasas y arroz, no en trigo, autosuficiencia en algodón y fibras duras; creación de excedentes exportables de frutas tropicales y otros productos agrícolas cuya contribución a las exportaciones triplicarán los niveles actuales. En materia de comercio exterior, aumentará el valor de las exportaciones el 75% en relación con el año 1960; diversificación de la economía; el azúcar y sus derivados serán alrededor del 60% del valor de las exportaciones, y no el 80% como ahora. En materia de construcción: eliminación del 40% del déficit actual de vivienda, incluyendo los bohíos, que son los ranchos nuestros; combinación racional de materiales de construcción para que, sin sacrificar la calidad, aumente el uso de los materiales locales. Hay un punto en que me gustaría detenerme un minuto; es en la educación. Nos hemos reído del grupo de técnicos que ponía la educación y la sanidad como condición sine qua non para iniciar el camino del desarrollo. Para nosotros eso es una aberración, pero no es menos cierto que una vez iniciado el camino del desarrollo, la educación debe marchar paralela a él. Sin una educación tecnológica adecuada, el desarrollo se frena. Por lo tanto, Cuba ha realizado la reforma integral de la educación, ha ampliado y mejorado servicios educativos y ha planificado integralmente la educación. Actualmente está en primer lugar en América Latina en la asignación de recursos para la educación; se dedica el 5,3% del ingreso nacional. Los países desarrollados emplean del 3 al 4, y América Latina del uno al 2% del ingreso nacional. En Cuba el 28,3% de los gastos corrientes del Estado son para el Ministerio de Educación; incluyendo otros organismos que gastan en educación, sube ese porcentaje al 30%. Entre los países latinoamericanos, la mayoría emplean el 21% de su presupuesto. El aumento del presupuesto de educación, de 75 millones en 1958 a 128 millones en 1961, un 71% de crecimiento. Y los gastos totales de educación, incluyendo alfabetización y construcciones escolares, en 170 millones; 25 pesos per cápita. En Dinamarca, por ejemplo, se gastan 25 pesos per cápita al año en educación; en Francia, 15; en América Latina, 5. Creación, en 2 años, de 10.000 aulas y nombramiento de 10.000 nuevos maestros. Es el primer país de Latinoamérica que satisface plenamente las necesidades de instrucción primaria para toda la población

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escolar, aspiración del proyecto principal de la UNESCO en América Latina para 1978, ya satisfecha en este momento en Cuba. Estas medidas y estas cifras realmente maravillosas y absolutamente verídicas que presentamos aquí, señores delegados, han sido posibles por las siguientes medidas: nacionalización de la enseñanza, haciéndola laica y gratuita y permitiendo el aprovechamiento total de sus servicios; creación de un sistema de becas que garantice la satisfacción de todas las necesidades de los estudiantes, de acuerdo con el siguiente plan: becas, 20.000 para escuelas secundarias básicas, de séptimo a noveno grados; 3.000 para institutos preuniversitarios; 3.000 para instrumentos de arte; 6.000 las universidades; 1.500 para cursos de inseminación artificial; 1.200 para cursos sobre maquinaria agrícola; 1.000 para cursos de corte y costura y preparación básica para el hogar, para las campesinas; 1.200 para preparación de maestros de montañas; 750 para cursos de iniciación del magisterio primario; 10.000, entre becas y “bolsas de estudios”, para alumnos de enseñanza tecnológica; y, además, cientos de becas para estudiar tecnología en los países socialistas; creación de 100 centros de educación secundaria, con lo que cada municipio tendrá por lo menos uno. Este año, en Cuba, como anuncié, se liquida el analfabetismo. Es un maravilloso espectáculo. Hasta el momento actual 104.500 brigadistas, casi todos ellos estudiantes de entre 10 y 18 años, han inundado el país de un extremo a otro para ir directamente al bohío del campesino, para ir a la casa del obrero, para convencer al hombre anciano que ya no quiere estudiar, y liquidar, así, el analfabetismo en Cuba. Cada vez que una fábrica liquida el analfabetismo entre sus obreros, iza una bandera azul que anuncia el hecho al pueblo de Cuba; cada vez que una cooperativa liquida el analfabetismo entre sus campesinos, levanta la misma enseña. Y 104.500 jóvenes estudiantes, que tienen como enseña un libro y un farol, para dar la luz de la enseñanza en las regiones atrasadas, y que pertenecen a las Brigadas “Conrado Benítez”, con lo cual se honra el nombre del primer mártir de la educación de la Revolución cubana, que fue ahorcado por un grupo de contrarrevolucionarios por el grave delito de estar en las montañas de nuestra tierra, enseñando a leer a los campesinos. Esa es la diferencia, señores delegados, entre nuestro país y los que lo combaten. Ciento cincuenta y seis mil alfabetizadores voluntarios, que no ocupan su tiempo completo como obreros y profesionales, trabajan en la enseñanza; 32.000 maestros dirigen ese ejército, y solo con la cooperación activa de todo el pueblo de Cuba se pueden haber logrado cifras de tanta trascendencia. Se ha hecho todo eso en un año, o mejor dicho, en dos años: siete cuarteles regimentales se han convertido en ciudades escolares; 27 cuarteles en escuelas, y todo esto bajo el peligro de las agresiones imperialistas. La Ciudad Escolar “Camilo Cienfuegos” tiene actualmente 5.000 alumnos procedentes de la Sierra Maestra, y en construcción unidades para 20 alumnos; se proyecta construir una ciudad similar en cada provincia; cada ciudad

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escolar se autoabastecerá de alimentos, iniciando a los niños campesinos en las tareas de las técnicas agrícolas. Además, se han establecido nuevos métodos de enseñanza. La escuela primaria pasó de 1958 a 1959, de 602.000 a 1.231.700 alumnos; la secundaria básica de 21.900 a 83.800; comercio, de 8.900 a 21.300; tecnológicamente de 5.600 a 11.500. Se han invertido 48 millones de pesos en construcciones escolares en solo dos años. La Imprenta Nacional garantiza textos y demás impresos para todos los escolares, gratuitamente. Dos cadenas de televisión, que cubren todo el territorio nacional, son un poderoso medio de difusión masiva para la enseñanza. Así mismo, toda la radio nacional está al servicio del Ministerio de Educación. El Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, cuyas siglas son el INDER, promueve el desarrollo físico en forma masiva. Ese es, señores delegados, el panorama cultural de Cuba en estos momentos. Ahora viene la parte final de nuestra intervención, la parte de las definiciones, porque queremos precisar bien nuestra posición. Hemos denunciado la Alianza para el Progreso como un vehículo destinado a separar al pueblo de Cuba de los otros pueblos de América Latina, a esterilizar el ejemplo de la Revolución cubana y después, a domesticar a los pueblos de acuerdo con las indicaciones del imperialismo. Quisiera que se me permitiera demostrar cabalmente esto. Hay muchos documentos interesantes en el mundo. Nosotros distribuimos entre los delegados algunos documentos que llegaron a nuestras manos y que demuestran, por ejemplo, la opinión que tiene el imperialismo del gobierno de Venezuela, cuyo canciller, hace unos días, nos atacara duramente quizás por entender que nosotros estábamos violando leyes de amistad con su pueblo o su gobierno. Sin embargo, es interesante precisar que manos amigas nos hicieron llegar un documento interesante. Es un informe de un documento secreto dirigido al embajador Moscoso, en Venezuela, por sus asesores John M. Cates, J. Irving Tragen y Robert Cox. En uno de sus párrafos dice este documento, hablando de las medidas que hay que tomar en Venezuela para hacer una verdadera Alianza para el Progreso, dirigida por los Estados Unidos: “Reforma de la burocracia. Todos los planes que se formulen —hablando de Venezuela— todos los programas que se inicien para el desarrollo económico de Venezuela, ya sea por el gobierno venezolano o por técnicos norteamericanos, tendrán que ser puestos en práctica a través de la burocracia venezolana. Pero, mientras la administración pública de este país se caracterice por la ineptitud, la indiferencia, la ineficiencia, el formalismo partidista en el otorgamiento de empleos, el latrocinio, la duplicidad de funciones y la creación de impuestos privados, será prácticamente imposible hacer que pasen proyectos dinámicos y eficaces a través de la maquinaria gubernamental. La reforma del aparato administrativo es

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posiblemente, por lo tanto, la necesidad más fundamental ya que no solo se dirige a rectificar un desajuste básico económico y social, sino que también implica reacondicionar el instrumento mismo con el que se deberán plasmar todas las demás reformas básicas y proyectos de desarrollo.” Hay muchas cosas interesantes en este documento que pondremos a disposición de los señores delegados, donde se habla, también, de los nativos. Después de enseñar a los nativos, se deja a los nativos. Nosotros somos nativos, nada más. Pero hay algo muy interesante, señores delegados, y es la recomendación que da el señor Cates al señor Moscoso de lo que hay que hacer en Venezuela y por qué hay que hacerlo. Dice así: “Los Estados Unidos se verán en la necesidad, probablemente más rápido de lo que se piense, de señalar a los godos, a la oligarquía, a los nuevos ricos, a los sectores económicos nacionales y extranjeros en general, a los militares y al clero, que tendrán en última instancia que elegir entre dos cosas: contribuir al establecimiento en Venezuela de una sociedad basada en las masas, en tanto que ellos retienen parte de su status quo y riqueza o tener que hacer frente a la pérdida de sus privilegios (y muy posiblemente la muerte misma en el paredón) (este es un informe de los norteamericanos a sus embajadores) si las fuerzas de la moderación y el progreso son desplazadas en Venezuela.” Después esto se completa y da la imagen del cuadro y de todo el tinglado en que se va a empezar a desarrollar esta Conferencia, con otros informes de las instrucciones secretas dirigidas por el Departamento de Estado Norteamericano, en América Latina, sobre el “Caso Cuba”. Es muy importante esto, porque es lo que ya descubre dónde estaba la mamá del cordero. Dice así— me voy a permitir extractar un poco, aunque después lo circulemos, en honor a la brevedad que ya he violado algo: “De inicio, se dio ampliamente por sentado en la América Latina que la invasión estaba respaldada por los Estados Unidos y que, por lo tanto, tendría éxito. La mayoría de los gobiernos y sectores responsables de la población estaban preparados para aceptar un hecho consumado (fait accompli), aunque existían recelos acerca de la violación del principio de no intervención. Los comunistas y otros elementos vehementes pro-Castro, tomaron inmediatamente la ofensiva con demostraciones y actos de violencia dirigidos contra agencias de los Estados Unidos en varios países, especialmente en Argentina, Bolivia y México. Sin embargo, tales actividades latinoamericanas y pro- Castro, recibieron un respaldo limitado y tuvieron menos efecto del que pudiera haberse esperado. El fracaso de la invasión desalentó a los sectores anti-Castro los cuales consideraban que los Estados Unidos debían hacer algo dramático que restaurara

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su dañado prestigio, pero fue acogido con alegría por los comunistas y otros elementos pro-Castro. En la mayoría de los casos, las reacciones de los gobiernos latino americanos no fueron sorprendentes. Con la excepción de Haití y la República Dominicana, las repúblicas que ya habían roto o suspendido sus relaciones con Cuba expresaron su comprensión de la posición norteamericana. Honduras se unió al campo antiCastro, suspendiendo sus relaciones en abril y proponiendo la formación de una alianza de naciones centro americanas y del Caribe para habérselas por la fuerza con Cuba. La proposición —que fue sugerida también independientemente por Nicaragua — fue abandonada calladamente cuando Venezuela rehusó respaldarla. Venezuela, Colombia y Panamá expresaron una seria preocupación por las penetraciones soviéticas y del comunismo internacional en Cuba, pero se mantuvieron a favor de realizar algún tipo de acción colectiva de la OEA. Acción colectiva de la OEA —entramos en terreno conocido —, para habérselas con el problema cubano. Una opinión similar fue adoptada por Argentina, Uruguay y Costa Rica. Chile, Ecuador, Bolivia, Brasil y México, rehusaron respaldar toda posición que implicara una intervención en los asuntos internos de Cuba. Esa actitud fue probablemente muy intensa en Chile, donde el gobierno encontró una fuerte oposición en todas las esferas a una intervención militar abierta por algún Estado contra el régimen de Castro. En Brasil y Ecuador, la cuestión provocó serias divisiones en el Gabinete, en el Congreso y en los partidos políticos. En el caso del Ecuador, la posición intransigente pro-Cuba del presidente Velasco, fue sacudida pero no alterada, por el descubrimiento de que comunistas ecuatorianos estaban siendo entrenados dentro del país en las tácticas de guerrillas, por revolucionarios pro-Castro. Asimismo, existen muy pocas dudas de que algunos de los elementos anteriores no comprometidos de la América Latina han quedado impresionados favorablemente por la habilidad de Castro en sobrevivir a un ataque militar, apoyado por los Estados Unidos, contra el régimen. Muchos que habían vacilado en comprometerse antes, porque suponían que los Estados Unidos eliminarían al régimen de Castro con el tiempo, puede que hayan cambiado ahora de opinión. La victoria de Castro les ha demostrado el carácter permanente y factible de la Revolución cubana. Además, su victoria ha excitado, sin duda, la latente actitud antinorteamericana que prevalece en gran parte de la América Latina. En todos los aspectos, los estados miembros de la OEA son ahora menos hostiles a la intervención de los Estados Unidos en Cuba que antes de la invasión, pero una mayoría —incluyendo Brasil y México, que suman más de la mitad de la población de la América Latina — no está dispuesta a intervenir activamente y ni siquiera a unirse en una cuarentena contra Cuba. Tampoco pudiera esperarse que la

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Organización le diera de antemano su aprobación a la intervención directa de los Estados Unidos, excepto en el caso de que Castro esté involucrado, sin lugar a dudas, en un ataque a un gobierno latinoamericano. Aun cuando los Estados Unidos tuvieran éxito —lo cual luce improbable — en persuadir a la mayoría de los estados latinoamericanos a unirse en una cuarentena a Cuba, el intento no tendría éxito total. De seguro México y Brasil rehusarían cooperar y servirían de canal para los viajes y otras comunicaciones entre América Latina y Cuba. La oposición mantenida por México durante mucho tiempo a la intervención de cualquier tipo, no representaría un obstáculo insuperable a la acción colectiva de la OEA contra Cuba. La actitud del Brasil, sin embargo, que ejerce una fuerte influencia sobre sus vecinos suramericanos, es decisiva para la cooperación hemisférica. Mientras el Brasil rehúse actuar contra Castro, es probable que un número de otras naciones, incluyendo Argentina y Chile, no tengan deseos de arriesgarse a repercusiones internas adversas por complacer a los Estados Unidos. La magnitud de la amenaza que constituyen Castro y los comunistas en otras partes de la América Latina, seguirá probable mente dependiendo en lo fundamental, de los siguientes factores: a. La habilidad del régimen en mantener su posición; b. Su eficacia en demostrar el éxito de su modo de abordar los problemas de reforma y desarrollo; y c. La habilidad de los elementos no comunistas en otros países latinoamericanos en proporcionar alternativas, factibles y popularmente aceptables. Sí, mediante la propaganda, etc., Castro puede convencer a los elementos desafectos que existen en la América Latina, de que realmente se están haciendo reformas sociales —es decir, si de esto que decimos se convencen los señores delegados —, que es verdad básica que benefician a las clases más pobres crecerá el atractivo del ejemplo cubano y seguirá inspirando imitadores de izquierda en toda la zona. El peligro no es tanto de que un aparato subversivo, con su centro en La Habana, pueda exportar la revolución, como de que una creciente miseria y descontento entre las masas del pueblo latinoamericano proporcione a los elementos pro-Castro, oportunidades de actuar.” Después de considerar si nosotros intervenimos o no, razonan: “Es probable que los cubanos actúen cautelosamente a este respecto durante algún tiempo. Probablemente no estén deseosos de arriesgarse a que se intercepte y se ponga al descubierto alguna operación de filibusterismo o suministro militar, proveniente de Cuba. Tal eventualidad traería como resultado un mayor endurecimiento de la opinión oficial contra Cuba, acaso hasta el punto de proporcionar un respaldo tácito a la intervención norteamericana, o dar por lo menos posibles motivos para sanciones por parte de la OEA. Por estas razones y debido a la preocupación de Castro por la defensa de su territorio, en este momento,

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el uso de fuerzas militares cubanas para apoyar la insurrección en otras partes, es extremadamente improbable.” De modo, señores delegados que tengan dudas, observen que el gobierno de los Estados Unidos admite que es muy difícil que nuestras tropas interfieran en las cuestiones nacionales de otros países. “A medida que pasa el tiempo, y ante la ausencia de una intervención directa de Cuba en los asuntos internos de estados vecinos, los presentes temores al castrismo, a la intervención soviética en el régimen, a su naturaleza "socialista" —ellos lo ponen entre comillas — y a la repugnancia por la represión del estado policial de Castro, tenderán a decrecer y la política tradicional de no intervención se reafirmará.” Dice después: “Aparte de su efecto directo sobre el prestigio de los Estados Unidos en esa zona — que indudablemente ha descendido como resultado del fracaso de la invasión— la supervivencia del régimen de Castro pudiera tener un profundo efecto sobre la vida política americana en estos años venideros. La misma prepara la escena para una lucha política promovida en los términos promovidos por la propaganda comunista durante mucho tiempo en este hemisferio, quedando de un lado las fuerzas “populares” —entre comillas — antinorteamericanas, y del otro, los grupos aliados a los Estados Unidos. A los gobiernos que prometen una reforma evolutiva por un período de años, aun a un ritmo acelerado, se les enfrentarán los líderes políticos que prometerán un remedio inmediato a los males sociales, mediante la confiscación de propiedades y el vuelco de la sociedad. El peligro más inmediato del ejemplo de Castro para la América Latina pudiera muy bien ser el peligro para la estabilidad de aquellos gobiernos que están actualmente intentando cambios evolutivos, sociales y económicos, más bien que para los que han tratado de impedir tales cambios, en parte debido a las tensiones y a las excitadas esperanzas que acompañan a los cambios sociales y al desarrollo económico. Los desocupados de la ciudad y los campesinos sin tierras de Venezuela y Perú, por ejemplo, los cuales han esperado que Acción Democrática y el APRA efectúen reformas, constituyen una fuente expedita de fuerza política, para el político que los convenza de que el cambio puede ser efectuado mucho más rápidamente de lo que han prometido los movimientos social democráticos. El apoyo popular que actualmente disfrutan los grupos que buscan cambios evolutivos o el respaldo potencial que normalmente pudieran obtener a medida que las masas latino americanas se tornan más activas políticamente, se perderá en la medida en que los líderes políticos extremistas,

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utilizando el ejemplo de Castro, puedan hacer surgir apoyo para el cambio revolucionario.” Y en el último párrafo, señores, aparece nuestra amiga aquí presente: “La Alianza para el Progreso, que pudiera muy bien proporcionar el estímulo para llevar a cabo programas más intensos de reforma, pero a menos que estos se inicien rápidamente y comiencen pronto a mostrar resultados positivos, es probable que no sea un contrapeso suficiente a la creciente presión de la extrema izquierda.” Los años que tenemos por delante serán testigos, casi seguramente, de una carrera entre aquellas fuerzas que están intentando iniciar programas evolutivos de reformas y las que están tratando de generar apoyo de masas para la revolución fundamental económica y social. Si los moderados se quedan atrás en esta carrera, pudieran, con el tiempo, verse privados de su apoyo de masas y cogidos en una posición insostenible entre los extremos de la derecha y la izquierda. Estos son, señores delegados, los documentos que la delegación de Cuba quería presentar a ustedes, para analizar descarnadamente la Alianza para el Progreso. Ya sabemos todo el íntimo sentir del Departamento de Estado norteamericano: “Es que hay que hacer que los países de Latinoamérica crezcan, porque si no, viene un fenómeno que se llama castrismo, que es tremendo para los Estados Unidos.” Pues bien, señores, hagamos la Alianza para el Progreso en esos términos; que crezcan de verdad las economías de todos los países miembros de la Organización de los Estados Americanos; que crezcan, para que consuman sus productos y no para convertirse en fuente de recursos para los monopolios norteamericanos; que crezcan para asegurar la paz social, no para crear nuevas reservas para una eventual guerra de conquista; que crezcan para nosotros, no para los de afuera. Y a todos ustedes, señores delegados, la delegación de Cuba les dice, con toda franqueza: queremos, dentro de nuestras condiciones, estar dentro de la familia latinoamericana, queremos convivir con Latinoamérica; queremos verlos crecer, si fuera posible, al mismo ritmo que estamos creciendo nosotros, pero no nos oponemos a que crezcan a otro ritmo. Lo que sí exigimos es la garantía de la no agresión para nuestras fronteras. No podemos dejar de exportar ejemplo, como quieren los Estados Unidos, porque el ejemplo es algo espiritual que traspasa las fronteras. Lo que sí damos la garantía de que no exportaremos revolución, damos la garantía de que no se moverá un fusil de Cuba, de que no se moverá una sola arma de Cuba, para ir a luchar en ningún otro país de América.

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Lo que no podemos asegurar es que la idea de Cuba deje de implantarse en algún otro país de América, y lo que aseguramos en esta Conferencia es que si no se toman medidas urgentes de prevención social, el ejemplo de Cuba sí prenderá en los pueblos y entonces, sí, aquella exclamación que una vez diera mucho que pensar, que hizo Fidel un 26 de julio y que se interpretó como una agresión, volverá a ser cierta. Fidel dijo que si seguían las condiciones sociales como hasta ahora, “(…) la cordillera de los Andes sería la Sierra Maestra de América”. Nosotros, señores delegados, llamamos a la Alianza para el Progreso, a la alianza pacífica para el progreso de todos. No nos oponemos a que nos dejen de lado en la repartición de los créditos, pero sí nos oponemos a que se nos deje de lado en la intervención de la vida cultural y espiritual de nuestros pueblos latinoamericanos, a los cuales pertenecemos. Lo que nunca admitiremos es que se nos coarte nuestra libertad de comerciar y tener relaciones con todos los pueblos del mundo, y de lo que nos defenderemos con todas nuestras fuerzas, es de cualquier intento de agresión extranjera, sea hecho por la potencia imperial, o sea hecho por algún organismo latinoamericano que engloba el deseo de algunos, de vernos liquidados. Para finalizar, señor Presidente, señores delegados, quiero decirles que hace algún tiempo, tuvimos una reunión en el Estado Mayor de las Fuerzas Revolucionarias de nuestro país, Estado Mayor al cual pertenezco. Se trataba de una agresión contra Cuba, que sabíamos que vendría, pero no sabíamos aun cuándo ni por dónde. Pensamos que sería muy grande; de hecho iba a ser muy grande. Esto se produjo antes de la famosa advertencia del Primer Ministro de la Unión Soviética, Nikita Jruschov, de que sus cohetes podían volar más allá de las fronteras soviéticas. Nosotros no habíamos pedido esa ayuda y no conocíamos esa disposición de ayuda. Por eso nos reunimos sabiendo que llegaba la invasión, para afrontar, como revolucionarios, nuestro destino final. Sabíamos que si los Estados Unidos invadían a Cuba, habría una hecatombe, pero en definitiva, seríamos derrotados y expulsados de todos los lugares habitados del país. Propusimos entonces, los miembros del Estado Mayor, que Fidel Castro se retirara a un reducto de la montaña y que uno de nosotros tomara a su cargo la defensa de La Habana. Nuestro Primer Ministro y Jefe contestó aquella vez, con palabras que lo enaltecen —como en todos sus actos — que; “(…) si los Estados Unidos invadían a Cuba y La Habana se defendiera como debiera defenderse, cientos de miles de hombres, mujeres y niños, morirían ante el ímpetu de las armas yanquis, no se puede pedir a un gobernante de un pueblo en revolución, que se refugie en la montaña; mi lugar estará aquí, donde se encontrarán mis muertos queridos, y que aquí, con ellos, cumpliré mi misión histórica.”

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No se produjo esa invasión, pero mantenemos ese espíritu, señores delegados. Por eso puedo predecir que la Revolución cubana es invencible, porque tiene un pueblo y porque tiene un gobernante como el que gobierna a Cuba. Eso es todo, señores delegados. Fuente: marxists.org ***** Esta impresionante intervención de Che Guevara, supuso un varapalo para el imperio yanqui y dejó bien a las claras donde estaba Cuba, y que pensaba de la Alianza para el Progreso del presidente Kennedy, donde denuncia la continua provocación a la que fue sometido el gobierno y el pueblo cubano en aquellos años, la he incluido por que los más jóvenes la deben leer y aprender, es un poco larga pero merece la pena conocerla. Echo de menos una denuncia de la academia militar yanqui, “Escuela de las Américas”, instalada en Panamá (desde1950), nido de víboras y de golpistas, instruidos en las más refinadas técnicas de tortura que uno se pueda imaginar. Después de esto llegó la expulsión de la OEA (Organización de Estados Americanos). Más tarde el bloqueo asesino del imperio, que llegó al límite de lo inhumano, prohibiendo comercializar incluso las medicinas más básicas y que permanece hasta nuestros días, posiblemente no exista un solo país en el mundo que soporte un crimen como este —prolongado en el tiempo —, solo el pueblo cubano sabe del sacrificio (durante más de 50 años) que ha supuesto este bloqueo para varias generaciones de cubanos y cubanas. Y una cosa que no debía sorprender al Che, la táctica de auto-agredirse para después responder vilmente la ha utilizado EE.UU., siempre, contra España, contra Vietnam, contra los indígenas de su país, es una forma recurrente que utiliza en todos los conflictos, es hora de desenmascararlos. ***** Este documento (y algunos más de este dosier) tiene los derechos de autor concedidos por, la (segunda esposa del Che) Dra. Aleida March Torres, a Ocean Press, que administra todos los documentos del Che Guevara en el mundo, he solicitado permiso para poderlo publicar, si no me lo concede me arriesgo a ser denunciado por no respetar los derechos de propiedad intelectual. Espero que el Che no se enfade mucho. Lo de Aleida March y Ocean Press no me importa tanto, asumo mi responsabilidad, porque entre otras consideraciones fue una intervención pública, en el marco de una reunión oficial en representación del gobierno de Cuba. *****

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Discurso a La Unión de Jóvenes Comunistas La Habana, 20 de octubre de 1962 Che Guevara Queridos compañeros: Una de las tareas más gratas de un revolucionario, es ir observando en el transcurso de los años de Revolución cómo se van formando, decantando y fortaleciendo las instituciones que nacieron al inicio de la Revolución; cómo se convierten en verdaderas instituciones con fuerza, vigor y autoridad entre las masas, aquellas organizaciones que empezaron en pequeña escala con muchas dificultades, con muchas indecisiones, y se fueron transformando, mediante el trabajo diario y el contacto con las masas, en pujantes representaciones del movimiento revolucionario de hoy. La Unión de Jóvenes Comunistas tiene casi los mismos años que nuestra Revolución, a través de los distintos nombres que tuviera, a través de las distintas formas de organización. Al principio fue una emanación del Ejército Rebelde. De allí quizás surgiera también su nombre. Era una organización ligada al ejército para iniciar a la juventud cubana en las tareas masivas de la defensa nacional, que era el problema más urgente y el que precisaba de una solución más rápida. En el antiguo Departamento de Instrucción del Ejército Rebelde nacieron la Asociación de Jóvenes Rebeldes y las Milicias Nacionales Revolucionarias. Después adquirieron vida propia: esta última la de una pujante formación de pueblo armado, representante del pueblo armado y con categoría propia, fundida con nuestro ejército en las tareas de defensa. La otra, como una organización destinada a la superación política de la juventud cubana. Después, cuando se fue consolidando la Revolución y pudimos ya plantearnos las tareas nuevas que se ven en el horizonte sugirió el compañero Fidel el cambio de nombre de esta organización. Un cambio de nombres que es toda una expresión de principios. La Unión de Jóvenes Comunistas, está directamente orientada hacia el futuro. Está vertebrada con vista al futuro luminoso de la sociedad socialista, después de atravesar el camino difícil en que estamos ahora de la construcción de una sociedad nueva, en el camino del afianzamiento total de la dictadura de clase, expresada a través de la sociedad socialista, para llegar finalmente a la sociedad sin clases, la sociedad perfecta, la sociedad que ustedes serán los encargados de construir, de orientar y de dirigir en el futuro. Para ello, la Unión de Jóvenes Comunistas alza sus símbolos, que son los símbolos de todo el pueblo de Cuba: el estudio, el trabajo y el fusil. Y en sus medallones se muestran los de los más altos exponentes de la juventud cubana, muertos ambos trágicamente sin poder llegar a ver el resultado final de esta lucha en que todos estamos empeñados: Julio Antonio Mella y Camilo Cienfuegos. ...La Unión de Jóvenes Comunistas tiene que definirse con una sola palabra: vanguardia. Ustedes, compañeros, deben ser la vanguardia de todos los movimientos. Los primeros en estar dispuestos para los sacrificios que la Revolución demande, cualquiera que sea la índole de esos sacrificios. Los primeros en el trabajo.

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Los primeros en el estudio. Los primeros en la defensa del país. Y plantearse esta tarea no sólo como la expresión total de la juventud de Cuba, no sólo como una tarea de grandes masas vertebradas en una institución, sino como las tareas diarias de cada uno de los integrantes de la Unión de Jóvenes Comunistas. Para ello, hay que plantearse tareas reales y concretas, tareas de trabajo cotidiano que no pueden admitir el más mínimo desmayo. ...Al mismo tiempo, todos y cada uno de ustedes deben tener presente que ser joven comunista, pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas, no es una gracia que alguien les concede, ni es una gracia que ustedes conceden al Estado o a la Revolución. Pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas debe ser el más alto honor de un joven de la sociedad nueva. Debe ser un honor por el que luchen en cada momento de su existencia. Y, además, el honor de mantenerse y mantener en alto el nombre individual dentro del gran nombre de la Unión de Jóvenes Comunistas. Debe ser un empeño constante también. En esta forma avanzaremos aún más rápidamente. Acostumbrándonos a pensar como masa, a actuar con las iniciativas que nos brinda la gran iniciativa de la masa obrera y las iniciativas de nuestros máximos dirigentes; y, al mismo tiempo, actuar siempre como individuos, permanentemente preocupados de nuestros propios actos, permanentemente preocupados de que nuestros actos no manchen nuestro nombre ni el nombre de la asociación a que pertenecemos. En el momento en que la defensa del país era la tarea más importante la juventud estuvo presente. Hoy la defensa del país sigue ocupando el primer lugar en nuestros deberes. Pero no debemos olvidar que la consigna que guía a los Jóvenes Comunistas está íntimamente unida entre sí: no puede haber defensa del país solamente en el ejercicio de las armas, prestas a la defensa, sino que, además debemos defender el país construyéndolo con nuestro trabajo y preparando los nuevos cuadros técnicos para acelerar su desarrollo en los años venideros. Ahora esta tarea adquiere una importancia enorme y está a la misma altura que la del ejercicio directo de las armas. Cuando se plantearon problemas como estos la juventud dijo presente una vez más. Los jóvenes brigadistas respondiendo al llamamiento de la Revolución, invadieron todos los rincones del país. Y así, en pocos meses y en batalla muy dura —donde hubo incluso mártires de la Revolución, mártires de la educación —, pudimos anunciar una situación nueva en América: la de que Cuba era el territorio libre de analfabetismo en América. El estudio a todos los niveles es también hoy una tarea de la juventud. El estudio mezclado con el trabajo, como en los casos de los jóvenes estudiantes que están recogiendo café en Oriente, que utilizan sus vacaciones para recoger un grano tan importante en nuestro país, para nuestro comercio exterior, para nosotros, que consumimos una gran cantidad de café todos los días. Esta tarea es similar a la de la alfabetización. Es una tarea de sacrificio que se hace alegremente, reuniéndose los compañeros estudiantes -una vez más- en las montañas de nuestro país para llevar allí su mensaje revolucionario. .....Además, la Unión de Jóvenes Comunistas ha avanzado mucho en su organización.

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De aquel débil embrión que se formara como apéndice del Ejército Rebelde, a esta organización de hoy, hay una gran diferencia. Por todas partes, en todos los centros de trabajo, en todos los organismos administrativos, en todos los lugares donde puedan ejercer su acción, allí hay jóvenes comunistas y allí están trabajando para la Revolución. El avance organizativo debe ser considerado también como un logro importante de la Unión de Jóvenes Comunistas. Sin embargo, compañeros, en este camino difícil ha habido muchos problemas, ha habido dificultades grandes, ha habido errores groseros, y no siempre hemos podido superarlos. Es evidente que la Unión de Jóvenes Comunistas, como organismo menor, como hermano menor de las Organizaciones Revolucionarias Integradas, tiene que beber allí de las experiencias de los compañeros que han trabajado más en todas las tareas revolucionarias, y debe escuchar siempre —con respeto — la voz de esa experiencia. Pero la juventud tiene que crear. Una juventud que no crea es una anomalía,.... Así debemos definir y analizar objetivamente todos nuestros organismos para seguir limpiando. Saber, para no caernos, para no tropezar e irnos al suelo; conocer nuestras debilidades para aprender a resolverlas, conocer nuestras flaquezas para liquidarlas y adquirir más fuerza. Esa falta de iniciativa propia se debe al desconocimiento, durante un buen tiempo, de la dialéctica que mueve los organismos de masas y al olvido de que los organismos como la Unión de Jóvenes Comunistas no pueden ser simplemente de dirección, no pueden ser algo que constantemente mande directivas hacia las bases y que no reciba nada de ellas. Se pensaba que la Unión de Jóvenes Comunistas y todas las organizaciones de Cuba eran organizaciones de una sola línea. Una sola línea que iba desde la cabeza hacia las bases, pero que no tenía un cable de retorno que trajera la comunicación de las bases. Un doble y constante intercambio de experiencias, de ideas, de directivas, que vienen a ser las más importantes, las que hicieran centrar el trabajo de nuestra juventud. Al mismo tiempo se podían recoger los puntos en que estuviera más flojo el trabajo, los puntos donde se flaqueara más. ...Cuando se observa una brigada de trabajo voluntario donde se supone que están los Jóvenes Comunistas en muchos casos no los hay. No hay uno. El dirigente tenía que ir a una reunión, el otro estaba enfermo, el de más allá no se había enterado bien. Y el resultado es que la actitud fundamental, la actitud de vanguardia del pueblo, la actitud de ejemplo viviente que conmueve y lleva adelante a todo el mundo —como hicieron los jóvenes de Playa Girón —, esa actitud no se repite en el trabajo. La seriedad que debe tener la juventud de hoy para afrontar los grandes compromisos, y “el compromiso” mayor es la construcción de la sociedad socialista no se refleja en el trabajo concreto. Hay debilidades grandes y hay que trabajar sobre ellas. Trabajar organizando, trabajar puntualizando el lugar donde duele, el lugar donde hay debilidades que corregir, y trabajar sobre cada uno de ustedes para poner bien claro en sus conciencias que no puede ser buen comunista aquel que solamente piensa en la Revolución cuando llega el momento del sacrificio,

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del combate, de la aventura heroica, de lo que se sale de lo vulgar y de lo cotidiano y, sin embargo, en el trabajo diario es mediocre o menos que mediocre. ¿Cómo puede ser eso, si ustedes reciben ya el nombre de Jóvenes Comunistas, el nombre que nosotros, como organización dirigente, partido dirigente, todavía no tenemos? Ustedes que tienen que construir un futuro en el cual el trabajo será la dignidad máxima del hombre, el trabajo será un deber social, un gusto que se da el hombre, donde el trabajo será creador al máximo y todo el mundo deberá estar interesado en su trabajo y en el de los demás, en el avance de la sociedad, día a día. ¿Cómo puede ser que ustedes que ya hoy tienen ese nombre, desdeñan el trabajo? Ah! hay una falla. Una falla de organización, de esclarecimiento, de trabajo. Una falla además, humana. A todos nosotros —a todos, yo creo — nos gusta mucho más aquello que rompe la monotonía de la vida, aquello que de pronto, una vez cada cierto tiempo, lo hace pensar a uno en su propio valor, en el valor que tiene dentro de la sociedad. Y me imagino el orgullo de aquellos compañeros que estaban en unas "cuatro bocas", por ejemplo, defendiendo su patria de los aviones yanquis, y de pronto a alguien le tocaba la suerte de ver que sus balas alcanzaban un avión enemigo. Evidentemente es el momento más feliz en la vida de un hombre. Eso nunca se olvida. Nunca lo olvidarán los compañeros a los que les tocó vivir esa experiencia. Pero nosotros tenemos que defender nuestra Revolución, la que estamos haciendo todos los días. Y para poder defenderla, hay que ir construyéndola, fortificándola con ese trabajo que hoy no le gusta a la juventud, o que, por lo menos, considera como el último de sus deberes, porque conserva todavía la mentalidad antigua, la mentalidad proveniente del mundo capitalista, o sea que el trabajo es, sí, un deber, es una necesidad, pero un deber y una necesidad tristes. ....Hacer del trabajo algo creador, algo nuevo es quizás el punto más flojo de nuestra Unión de Jóvenes Comunistas. Hoy por eso recalco este punto, y en medio de la alegría de festejar esta fecha aniversario, vuelvo a poner la pequeña gota de amargura para tocar el punto sensible, para llamar a la juventud a que reaccione.

Generación F (Blog de la Generación de Fidel) ***** Recomiendo especialmente a los más jóvenes el siguiente discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas de 1964, para que constaten no solo la posición de Cuba ante el mundo, y conocer la personalidad de Che Guevara, sino para que vean que casi nada ha cambiado desde entonces, todo lo contrario, casi todo está peor. Sobre todo porque no hay movimientos revolucionarios anti-imperialistas. El imperialismo es la fase superior del capitalismo, seguro que será la más larga, la más cruel y la más dificil de superar por el movimiento obrero.

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Discurso del Comandante Che Guevara en la Asamblea General de las Naciones Unidas “Porque esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera e irrenunciable independencia”.

Revolución 12 de diciembre de 1964

Intervención del Che en la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1964

Señor Presidente, Señores Delegados: La representación de Cuba ante esta Asamblea se complace en cumplir, en primer término, el agradable deber de saludar la incorporación de tres nuevas naciones al importante número de las que aquí discuten problemas del mundo. Saludamos, pues, en las personas de su Presidente y Primeros Ministros, a los pueblos de Zambia, Malawi y Malta y hacemos votos porque estos países se incorporen desde el primer momento al grupo de naciones no alineadas que luchan contra el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo. Hacemos llegar también nuestra felicitación al Presidente de esta Asamblea, cuya exaltación a tan alto cargo tiene singular significación, pues ella refleja esta nueva etapa histórica de resonantes triunfos para los pueblos de África, hasta ayer sometidos al sistema colonial del imperialismo y que hoy, en su inmensa mayoría, en el ejercicio legítimo de su libre determinación, se han constituido en Estados soberanos. Ya ha sonado la hora postrera del colonialismo y millones de habitantes de África, Asia y América Latina se levantan al encuentro de una nueva vida e imponen su irrestricto derecho a la autodeterminación y el desarrollo independiente de sus naciones. Le deseamos, Señor Presidente, el mayor de los éxitos en la tarea que le fuera encomendada por los países miembros. Cuba viene a fijar su posición sobre los puntos más importantes de controversia y lo hará con todo el sentido de la responsabilidad 81


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que entraña el hacer uso de esta tribuna, pero, al mismo tiempo, respondiendo al deber insoslayable de hablar con toda claridad y franqueza. Quisiéramos ver desperezarse a esta Asamblea y marchar hacia adelante, que las Comisiones comenzaran su trabajo y que éste no se detuviera en la primera confrontación. El imperialismo quiere convertir esta reunión en un vano torneo oratorio en vez de resolver los graves problemas del mundo; debemos impedírselo. Esta Asamblea no debiera recordarse en el futuro sólo por el número XIX que la identifica. A lograr ese fin van encaminados nuestros esfuerzos. Nos sentimos con el derecho y la obligación de hacerlo debido a que nuestro país es uno de los puntos constantes de fricción, uno de los lugares donde los principios que sustentan los derechos de los países pequeños a su soberanía están sometidos a prueba día a día, y minuto a minuto y, al mismo tiempo, una de las trincheras de la libertad del mundo situada a pocos pasos de imperialismo norteamericano para mostrar con su acción, con su ejemplo diario, que los pueblos sí pueden liberarse y sí pueden mantenerse libres en las actuales condiciones de la humanidad. Desde luego, ahora existe un campo socialista cada día más fuerte y con armas de contención más poderosas. Pero se requieren condiciones adicionales para la supervivencia: mantener la cohesión interna, tener fe en los propios destinos y decisión irrenunciable de luchar hasta la muerte en defensa del país y de la revolución. En Cuba se dan esas condiciones, Señores Delegados. De todos los problemas candentes que deben tratarse en esta Asamblea, uno de los que para nosotros tiene particular significación y cuya definición creemos debe hacerse en forma que no deje dudas a nadie, es el de la coexistencia pacífica entre Estados de diferentes regímenes económico-sociales. Mucho se ha avanzado en el mundo en este campo; pero el imperialismo —norteamericano sobre todo —, ha pretendido hacer creer que la coexistencia pacífica es de uso exclusivo de las grandes potencias de la tierra. Nosotros expresamos aquí lo mismo que nuestro Presidente expresara en El Cairo y lo que después quedara plasmado en la declaración de la Segunda Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno de países No Alineados: que no puede haber coexistencia pacífica entre poderosos solamente, si se pretende asegurar la paz del mundo. La coexistencia pacífica debe ejercitarse entre todos los Estados, independientemente de su tamaño, de las anteriores relaciones históricas que los ligara y de los problemas que se suscitaren entre algunos de ellos, en un momento dado. Actualmente, el tipo de coexistencia pacífica a que nosotros aspiramos no se cumple en multitud de casos. El reino de Camboya, simplemente por mantener una actitud neutral y no plegarse a las maquinaciones del imperialismo norteamericano se ha visto

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sujeto a toda clase de ataques alevosos y brutales partiendo de las bases que los yanquis tienen en Vietnam del Sur. Laos, país dividido, ha sido objeto también de agresiones imperialistas de todo tipo, su pueblo masacrado desde el aire, las convenciones que se firmaran en Ginebra han sido violadas y parte del territorio está en constante peligro de ser atacado a mansalva por las fuerzas imperialistas. La República Democrática de Vietnam, que sabe de todas estas historias de agresiones como pocos pueblos en la tierra, ha visto una vez más violadas sus fronteras, ha visto como aviones de bombardeo y cazas enemigos disparaban contra sus instalaciones; como los barcos de guerra norteamericanos, violando aguas territoriales, atacaban sus puesto navales. En estos instantes, sobre la República Democrática de Vietnam pesa la amenaza de que los guerreristas norteamericanos extiendan abiertamente sobre su territorio y su pueblo la guerra que, desde hace varios años, están llevando a cabo contra el pueblo de Vietnam del Sur. La Unión Soviética y la República Popular China, han hecho advertencias serias a los Estados Unidos. Estamos frente a un caso en el cual la paz del mundo está en peligro, pero, además, la vida de millones de seres de toda esta zona del Asia está constantemente amenazada, dependiendo de los caprichos del invasor norteamericano. La coexistencia pacífica también se ha puesto a prueba en una forma brutal en Chipre debido a presiones del gobierno turco y de la OTAN, obligando a una heroica y enérgica defensa de su soberanía hecha por el pueblo de Chipre y su gobierno. En todos estos lugares del mundo, el imperialismo trata de imponer su versión de lo que debe ser la coexistencia; son los pueblos oprimidos, en alianza con el campo socialista, los que le deben enseñar cuál es la verdadera, y es obligación de las Naciones Unidas apoyarlos. También hay que esclarecer que no solamente en relaciones en las cuales están imputados Estados soberanos, los conceptos sobre la coexistencia pacífica deben ser bien definidos. Como marxistas, hemos mantenido que la coexistencia pacífica ente naciones no engloba la coexistencia entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos. Es, además, un principio proclamado en el seno de esta Organización, el derecho a la plena independencia contra todas las formas de opresión colonial. Por eso, expresamos nuestra solidaridad hacia los pueblos, hoy coloniales, de la Guinea llamada portuguesa, de Angola o Mozambique, masacrados por el delito de demandar su libertad y estamos dispuestos a ayudarlos en la medida de nuestras fuerzas, de acuerdo con la declaración del Cairo. Expresamos nuestra solidaridad al pueblo de Puerto Rico y su gran líder, Pedro Albizu Campos, el que, en un acto más de hipocresía, ha sido dejado en libertad a la edad de

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72 años, sin habla casi, paralítico después de haber pasado en la cárcel toda una vida. Albizu Campos es un símbolo de la América todavía irredenta pero indómita. Años y años de prisiones, presiones casi insoportables en la cárcel, torturas mentales, la soledad, el aislamiento total de su pueblo y de su familia, la insolencia del conquistador y de sus lacayos en la tierra que le vio nacer; nada dobló su voluntad. La Delegación de Cuba rinde, en nombre de su pueblo, homenaje de admiración y gratitud a un patriota que dignifica a nuestra América. Los norteamericanos han pretendido durante años convertir a Puerto Rico en un espejo de cultura híbrida; habla española con inflexiones en inglés, habla española con bisagras en el lomo para inclinarlo ante el soldado yanqui. Soldados portorriqueños han sido empleados como carne de cañón en guerras del imperio, como en Corea, y hasta para disparar contra sus propios hermanos, como es la masacre perpetrada por el ejército norteamericano, hace algunos meses, contra el pueblo inerme de Panamá, una de las más recientes fechorías del imperialismo yanqui. Sin embargo, a pesar de esa tremenda violentación de su voluntad y su destino histórico, el pueblo de Puerto Rico ha conservado su cultura, su carácter latino, sus sentimientos nacionales, que muestran por sí mismos la implacable vocación de independencia yacente en las masas de la isla latinoamericana. También debemos advertir que el principio de la coexistencia pacífica no entraña el derecho a burlar la voluntad de los pueblos, como ocurre en el caso de la Guayana llamada británica, en que el gobierno del Primer Ministro Cheddy Jagan ha sido víctima de toda clase de presiones y maniobras y se ha ido dilatando el instante de otorgarle la independencia, en la búsqueda de métodos que permitan burlar los deseos populares y asegurar la docilidad de un gobierno distinto al actual colocado allí por turbios manejos, para entonces otorgar una libertad castrada a este pedazo de tierra americana. Cualesquiera que sean los caminos que la Guayana se vea obligada a seguir para obtenerla, hacia su pueblo va el apoyo moral y militante de Cuba. Debemos señalar, asimismo, que las islas de Guadalupe y Martinica están luchando por su autonomía desde hace tiempo, sin lograrla, y ese estado de cosas no debe seguir. Una vez más elevamos nuestra voz para alertar al mundo sobre lo que está ocurriendo en Sur África; la brutal política del “Apartheid” se aplica ante los ojos de las naciones del mundo. Los pueblos de África se ven obligados a soportar que en ese continente todavía se oficialice la superioridad de una raza sobre otra, que se asesine

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impunemente en nombre de esa superioridad racial. ¿Las Naciones Unidas no harán nada para impedirlo? Quería referirme específicamente al doloroso caso del Congo, único en la historia del mundo moderno, que muestra cómo se pueden burlar con la más absoluta impunidad, con el cinismo más insolente, el derecho de los pueblos. Las ingentes riquezas que tiene el Congo y que las naciones imperialistas quieren mantener bajo su control son los motivos directos de todo esto. En la intervención que hubiera de hacer, a raíz de su primera visita a las Naciones Unidas, el compañero Fidel Castro advertía que todo el problema de la coexistencia entre las naciones se reducía al problema de la apropiación indebida de riquezas ajenas, y hacía la advocación siguiente: “cese la filosofía del despojo y cesará la filosofía de la guerra”. Pero la filosofía del despojo no sólo no ha cesado, sino que se mantiene más fuerte que nunca y, por eso, los mismos que utilizaron el nombre de las Naciones Unidas para perpetrar el asesinato de Lumumba, hoy, en nombre de la defensa de la raza blanca, asesinan a millares de congoleños. ¿Cómo es posible que olvidemos la forma en que fue traicionada la esperanza que Patricio Lumumba puso en las Naciones Unidas? ¿Cómo es posible que olvidemos los rejuegos y maniobras que sucedieron a la ocupación de ese país por las tropas de las Naciones Unidas, bajo cuyos auspicios actuaron impunemente los asesinos del gran patriota africano? ¿Cómo podremos olvidar, Señores Delegados, que quien desacató la autoridad de las Naciones Unidas en el Congo, y no precisamente por razones patrióticas, sino en virtud de pugnas entre imperialistas, fue Moisé Tshombe, que inició la secesión de Katanga con el apoyo belga? ¿Y cómo justificar, cómo explicar que, al final de toda la acción de las Naciones Unidas, Tshombe, desalojado de Katanga, regrese dueño y señor del Congo? ¿Quién podría negar el triste papel que los imperialistas obligaron a jugar a la Organización de Naciones Unidas? En resumen se hicieron aparatosas movilizaciones para evitar la escisión de Katanga y hoy Tshombe está en el poder, las riquezas del Congo en manos imperialistas... y los gastos deben pagarlos las naciones dignas. ¡Qué buen negocio hacen los mercaderes de la guerra! Por eso, el gobierno de Cuba apoya la justa actitud de la Unión Soviética, al negarse a pagar los gastos del crimen. Para colmo de escarnio, nos arrojan ahora al rostro estas últimas acciones que han llenado de indignación al mundo. ¿Quiénes son los autores? Paracaidistas belgas, transportados por aviones norteamericanos que partieron de bases inglesas. Nos recordamos que ayer, casi, veíamos a un pequeño país de Europa, trabajador y civilizado, el reino de Bélgica, invadido por las hordas hitlerianas; amargaba nuestra conciencia el saber de ese

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pequeño pueblo masacrado por el imperialismo germano y lo veíamos con cariño. Pero esta otra cara de la moneda imperialista era la que muchos no percibíamos. Quizás hijos de patriotas belgas que murieran por defender la libertad de su país, son los que asesinaran a mansalva a millares de congoleños en nombre de la raza blanca, así como ellos sufrieron la bota germana porque su contenido de sangre aria no era suficientemente elevado. Nuestros ojos libres se abren hoy a nuevos horizontes y son capaces de ver lo que ayer nuestra condición de esclavos coloniales nos impedía observar; que la “civilización occidental” esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de hienas y chacales. Porque nada más que ese nombre merecen los que han ido a cumplir tan “humanitarias” tareas al Congo. Animal carnicero que se ceba en los pueblos inermes; eso es lo que hace el imperialismo con el hombre, eso es lo que distingue al “blanco” imperial. Todos los hombres libres del mundo deben aprestarse a vengar el crimen del Congo. Quizás muchos de aquellos soldados, convertidos en sub-hombres por la maquinaria imperialista, piensen de buena fe que están defendiendo los derechos de una raza superior; pero en esta Asamblea son mayoritarios los pueblos que tienen sus pieles tostadas por distintos soles, coloreadas por distintos pigmentos, y han llegado a comprender plenamente que la diferencia entre los hombres no está dada por el color de la piel, sino por las formas de propiedad de los medios de producción, por las relaciones de producción. La delegación cubana hace llegar su saludo a los pueblos de Rhodesia del Sur y África Sudoccidental, oprimidos por minorías de colonos blancos. A Basutolandia, Bechuania y Swazilandia, a la Somalia francesa, al pueblo árabe de Palestina, a Adén y los protectorados, a Omán y a todos los pueblos en conflicto con el imperialismo o el colonialismo y les reitera su apoyo. Formula además votos por una justa solución al conflicto que la hermana República de Indonesia encara con Malasia. Señor Presidente: uno de los temas fundamentales de esta Conferencia es el del desarme general y completo. Expresamos nuestro acuerdo con el desarme general y completo; propugnamos además, la destrucción total de los artefactos termonucleares y apoyamos la celebración de una conferencia de todos los países del mundo para llevar a cabo estas aspiraciones de los pueblos. Nuestro Primer Ministro advertía, en su intervención ante esta Asamblea, que siempre las carreras armamentistas han llevado a la guerra. Hay nuevas potencias atómicas en el mundo; las posibilidades de una confrontación crecen.

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Nosotros consideramos que es necesaria esta conferencia con el objetivo de lograr la destrucción total de las armas termonucleares y, como primera medida, la prohibición total de las pruebas. Al mismo tiempo, debe establecerse claramente la obligación de todos los países de respetar las actuales fronteras de otros estados; de no ejercer acción agresiva alguna, aun cuando sea con armas convencionales. Al unirnos a la voz de todos los países del mundo que piden el desarme general y completo, la destrucción de todo el arsenal atómico, el cese absoluto de la fabricación de nuevos artefactos termonucleares y las pruebas atómicas de cualquier tipo, creemos necesario puntualizar que, además, debe también respetarse la integridad territorial de las naciones y debe detenerse el brazo armado del imperialismo, no menos peligroso porque solamente empuñe armas convencionales. Quienes asesinaron miles de indefensos ciudadanos del Congo, no se sirvieron del arma atómica; han sido armas convencionales, empuñadas por el imperialismo, las causantes de tanta muerte. Aun cuando las medidas aquí preconizadas, de hacerse efectivas, harían inútil la mención, es conveniente recalcar que no podemos adherirnos a ningún pacto regional de desnuclearización mientras Estados Unidos mantenga bases agresivas en nuestro propio territorio, en Puerto Rico, Panamá, y otros estados americanos donde se considera con derecho a emplazar, sin restricción alguna, tanto armas convencionales que nucleares. Descontando que las últimas resoluciones de la OEA, contra nuestro país, al que se podría agredir invocando el Tratado de Río, hace necesaria la posesión de todos los medios defensivos a nuestro alcance. Creemos que, si la conferencia de que hablábamos lograra todos esos objetivos, cosa difícil, desgraciadamente, sería la más trascendental en la historia de la humanidad. Para asegurar esto sería preciso contar con la presencia de la República Popular China, y de ahí el hecho obligado de la realización de una reunión de ese tipo. Pero sería mucho más sencillo para los pueblos del mundo reconocer la verdad innegable de que existe la República Popular China, cuyos gobernantes son representantes únicos de su pueblo y darle el asiento a ella destinado, actualmente usurpado por la camarilla que con apoyo norteamericano mantiene en su poder la provincia de Taiwán. El problema de la representación de China en las Naciones Unidas no puede considerarse en modo alguno como el caso de un nuevo ingreso en la Organización sino de restaurar los legítimos derechos de la República Popular China. Debemos repudiar enérgicamente el complot de las “dos Chinas”. La camarilla Chiangkaishekista de Taiwán no puede permanecer en la Organización de las Naciones Unidas. Se trata, repetimos, de expulsar al usurpador e instalar al legítimo representante del pueblo chino.

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Advertimos además contra la insistencia del Gobierno de los Estados Unidos en presentar el problema de la legítima representación de China en la ONU como una “cuestión importante” al objeto de imponer el quórum extraordinario de votación de las dos terceras partes de los miembros presentes y votantes. El ingreso de la República Popular China al seno de las Naciones Unidas es realmente una cuestión importante para el mundo en su totalidad, pero no para el mecanismo de las Naciones Unidas donde debe constituir una mera cuestión de procedimiento. De esta forma se haría justicia, pero casi tan importante como hacer justicia quedaría, además, demostrado de una vez que esta augusta asamblea tiene ojos para ver, oídos para oír, lengua propia para hablar, criterio certero para elaborar decisiones. La difusión de armas atómicas entre los países de la OTAN y, particularmente la posesión de estos artefactos de destrucción en masa por la República Federal Alemana, alejarían más aún la posibilidad de un acuerdo sobre el desarme, y unido a estos acuerdos va el problema de la reunificación pacífica de Alemania. Mientras no se logre un entendimiento claro, debe reconocerse la existencia de dos Alemanias, la República Democrática Alemana y la República Federal. El problema alemán no puede arreglarse si no es con la participación directa en las negociaciones de la República Democrática Alemana, con plenos derechos. Tocaremos solamente los temas sobre desarrollo económico y comercio internacional que tienen amplia representación en la agenda. En este mismo año del 64 se celebró la Conferencia de Ginebra donde se trataron multitud de puntos relacionados con estos aspectos de las relaciones internacionales. Las advertencias y predicciones de nuestra delegación se han visto confirmadas plenamente, para desgracia de los países económicamente dependientes. Sólo queremos dejar señalado que, en lo que a Cuba respecta, los Estados Unidos de América no han cumplido recomendaciones explícitas de esa Conferencia y, recientemente, el Gobierno norteamericano prohibió también la venta de medicinas a Cuba, quitándose definitivamente la máscara de humanitarismo con que pretendió ocultar el carácter agresivo que tiene el bloqueo contra el pueblo de Cuba. Por otra parte, expresamos una vez más que las lacras coloniales que detienen el desarrollo de los pueblos no se expresan solamente en relaciones de índole política: el llamado deterioro de los términos de intercambio no es otra cosa que el resultado del intercambio desigual entre países productores de materia prima y países industriales que dominan los mercados e imponen la aparente justicia de un intercambio igual de valores.

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Mientras los pueblos económicamente dependientes no se liberen de los mercados capitalistas y, en firme bloque con los países socialistas, impongan nuestras relaciones entre explotadores y explotados, no habrá desarrollo económico sólido, y se retrocederá, en ciertas ocasiones volviendo a caer los países débiles bajo el dominio político de los imperialistas y colonialistas. Por último, Señores Delegados, hay que establecer claramente que se están realizando en el área del Caribe maniobras y preparativos para agredir a Cuba. En las costas de Nicaragua sobre todo, en Costa Rica también, en la zona del Canal de Panamá, en las Islas Vieques de Puerto Rico, en la Florida; probablemente, en otros puntos del territorio de los Estados Unidos y, quizás, también en Honduras, se están entrenando mercenarios cubanos y de otras nacionalidades con algún fin que no debe ser el más pacífico. Después de un sonado escándalo, el Gobierno de Costa Rica, se afirma, ha ordenado la liquidación de todos los campos de adiestramiento de cubanos exiliados en ese país. Nadie sabe si esa actitud es sincera o si constituye una simple coartada, debido a que los mercenarios entrenados allí estén a punto de cometer alguna fechoría. Esperamos que se tome clara conciencia de la existencia real de bases de agresión, lo que hemos denunciado desde hace tiempo, y se medite sobre la responsabilidad internacional que tiene el gobierno de un país que autoriza y facilita el entrenamiento de mercenarios para atacar a Cuba. Es de hacer notar que las noticias sobre el entrenamiento de mercenarios en distintos puntos del Caribe y la participación que tiene en tales actos el Gobierno norteamericano se dan con toda naturalidad en los periódicos de los Estados Unidos. No sabemos de ninguna voz latinoamericana que haya protestado oficialmente por ello. Esto nos muestra el cinismo con que manejan los Estados Unidos a sus peones. Los sutiles Cancilleres de la OEA que tuvieron ojos para ver escudos cubanos y encontrar pruebas “irrefutables” en las armas yanquis exhibidas en Venezuela, no ven los preparativos de agresión que se muestran en los Estados Unidos, como no oyeron la voz del presidente Kennedy que se declaraba explícitamente agresor de Cuba en Playa Girón. En algunos casos es una ceguera provocada por el odio de las clases dominantes de países latinoamericanos sobre nuestra Revolución; en otros, más tristes aún, es producto de los deslumbrantes resplandores de Mammon3.

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Mammón es un término utilizado en el Nuevo Testamento para describir la abundancia o avaricia material.

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Como es de todos conocido, después de la tremenda conmoción llamada crisis del Caribe, los Estados Unidos contrajeron con la Unión Soviética determinados compromisos que culminaron en la retirada de cierto tipo de armas que las continuas agresiones de aquel país, como el ataque mercenario de Playa Girón y las amenazas de invadir nuestra patria, nos obligaron a emplazar en Cuba en acto de legítima e irrenunciable defensa. Pretendieron los norteamericanos, además, que las Naciones Unidas inspeccionaran nuestro territorio, a lo que nos negamos enfáticamente, ya que Cuba no reconoce el derecho de los Estados Unidos, ni de nadie en el mundo, a determinar el tipo de armas que pueda tener dentro de sus fronteras. En este sentido, sólo acataríamos acuerdos multilaterales, con iguales obligaciones para todas las partes. Como ha dicho Fidel Castro: “Mientras el concepto de soberanía exista como prerrogativa de las naciones y de los pueblos independientes; como derecho de todos los pueblos, nosotros no aceptamos la exclusión de nuestro pueblo de ese derecho. Mientras el mundo se rija por esos principios, mientras el mundo se rija por esos conceptos que tengan validez universal, porque son universalmente aceptados y consagrados por los pueblos, nosotros no aceptaremos que se nos prive de ninguno de esos derechos, nosotros no renunciaremos a ninguno de esos derechos”. El señor Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, entendió nuestras razones. Sin embargo, los Estados Unidos pretendieron establecer una nueva prerrogativa arbitraria e ilegal: la de violar el espacio aéreo de cualquier país pequeño. Así han estado surcando el aire de nuestra patria aviones U-2 y otros tipos de aparatos espías que, con toda impunidad, navegan en nuestro espacio aéreo. Hemos hecho todas las advertencias necesarias para que cesen las violaciones aéreas, así como las provocaciones que los marinos yanquis hacen contra nuestras postas de vigilancia en la zona de Guantánamo, los vuelos rasantes de aviones sobre buques nuestros o de otras nacionalidades en aguas internacionales, los ataques piratas a barcos de distintas banderas y las infiltraciones de espías, saboteadores y armas en nuestra isla. Nosotros queremos construir el socialismo; nos hemos declarado partidarios de los que luchan por la paz; nos hemos declarado dentro del grupo de países no alineados, a pesar de ser marxistas leninistas, porque los no alineados, como nosotros, luchan contra el imperialismo. Queremos paz, queremos construir una vida mejor para nuestro pueblo y, por eso, eludimos al máximo caer en las provocaciones maquinadas por los

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yanquis, pero conocemos la mentalidad de sus gobernantes; quieren hacernos pagar muy caro el precio de esa paz. Nosotros contestamos que ese precio no puede llegar más allá de las fronteras de la dignidad. Y Cuba reafirma, una vez más, el derecho a tener en su territorio las armas que le conviniere y su negativa a reconocer el derecho de ninguna potencia de la tierra, por potente que sea, a violar nuestro suelo, aguas jurisdiccionales o espacio aéreo. Si en alguna asamblea Cuba adquiere obligaciones de carácter colectivo, las cumplirá fielmente; mientras esto no suceda, mantiene plenamente todos sus derechos, igual que cualquier otra nación. Ante las exigencias del imperialismo, nuestro Primer Ministro planteó los cinco puntos necesarios para que existiera una sólida paz en el Caribe. Estos son: Primero: Cese del bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y económica que ejercen los Estados Unidos en todas partes del mundo contra nuestro país. Segundo: Cese de todas las actividades subversivas, lanzamiento y desembarco de armas y explosivos por aire y mar, organización de invasiones mercenarias, filtración de espías y saboteadores, acciones todas que se llevan a cabo desde el territorio de los Estados Unidos y de algunos países cómplices. Tercero: Cese de los ataques piratas que se llevan a cabo desde bases existentes en los Estados Unidos y en Puerto Rico. Cuarto: Cese de todas las violaciones de nuestro espacio aéreo y naval por aviones y navíos de guerra norteamericanos. Quinto: Retirada de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio cubano ocupado por los Estados Unidos. No se ha cumplido ninguna de estas exigencias elementales, y desde la Base Naval de Guantánamo, continúa el hostigamiento de nuestras fuerzas. Dicha Base se ha convertido en guarida de malhechores y catapulta de introducción de éstos en nuestro territorio. Cansaríamos a esta Asamblea si hiciéramos un relato medianamente detallado de la multitud de provocaciones de todo tipo. Baste decir que el número de ellas, incluidos los primeros días de este mes de diciembre, alcanza la cifra de 1.323, solamente en 1964.

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La lista abarca provocaciones menores, como violación de la línea divisoria, lanzamiento de objetos desde territorio controlado por los norteamericanos, realización de actos de exhibicionismo sexual por norteamericanos de ambos sexos, ofensas de palabra; otros de carácter más grave como disparos de armas de pequeño calibre, manipulación de armas apuntando a nuestro territorio y ofensas a nuestra enseña nacional; provocaciones gravísimas son: el cruce de la línea divisoria provocando incendios en instalaciones del lado cubano y disparos con fusiles, hecho repetido 78 veces durante el año, con el saldo doloroso de la muerte del soldado Ramón López Peña, de resultas de dos disparos efectuados por las postas norteamericanas situadas a 3,5 kilómetros de la costa por el límite noroeste. Esta gravísima provocación fue hecha a las 19:07, del día 19 de julio de 1964, y el Primer Ministro de nuestro Gobierno manifestó públicamente, el 26 de Julio, que de repetirse el hecho, se daría orden a nuestras tropas de repeler la agresión. Simultáneamente, se ordenó el retiro de las líneas de avanzada de las fuerzas cubanas hacia posiciones más alejadas de la divisoria y la construcción de casamatas adecuadas. 1.323 provocaciones en 340 días significan aproximadamente 4 diarias. Sólo un ejército perfectamente disciplinado y con la moral del nuestro puede resistir tal cúmulo de actos hostiles sin perder la ecuanimidad. 47 países reunidos en la Segunda Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno de países No Alineados, en El Cairo, acordaron, por unanimidad: “La Conferencia advirtiendo con preocupación que las bases militares extranjeras constituyen, en la práctica, un medio para ejercer presión sobre las naciones, y entorpecen su emancipación y su desarrollo, según sus concepciones ideológicas, políticas, económicas y culturales, declara que apoya sin reserva a los países que tratan de lograr la supresión de las bases extranjeras establecidas en su territorio y pide a todos los Estados la inmediata evacuación de las tropas y bases que tienen en otros países”. La Conferencia considera que el mantenimiento por los Estados Unidos de América de una base militar en Guantánamo (Cuba), contra la voluntad del Gobierno y del pueblo de Cuba, y contra las disposiciones de la Declaración de la Conferencia de Belgrado, constituye una violación de la soberanía y de la integridad territorial de Cuba. La Conferencia, considerando que el Gobierno de Cuba se declara dispuesto a resolver su litigio con el Gobierno de los Estados Unidos de América acerca de la base de Guantánamo en condiciones de igualdad, pide encarecidamente al Gobierno de los Estados Unidos que entable negociaciones con el Gobierno de Cuba para evacuar esa base.

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El gobierno de los Estados Unidos no ha respondido a esa instancia de la Conferencia de El Cairo y pretende mantener indefinidamente ocupado por la fuerza un pedazo de nuestro territorio, desde el cual lleva a cabo agresiones como las detalladas anteriormente. La Organización de Estados Americanos, también llamada por los pueblos Ministerio de las Colonias norteamericanas, nos condenó “enérgicamente”, aun cuando ya antes nos había excluido de su seno, ordenando a los países miembros que rompieran relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba. La OEA autorizó la agresión a nuestro país, en cualquier momento, con cualquier pretexto, violando las más elementales leyes internacionales e ignorando por completo a la Organización de las Naciones Unidas. A aquella medida se opusieron con sus votos los países de Uruguay, Bolivia, Chile y México; y se opuso a cumplir la sanción, una vez aprobada, el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos; desde entonces no tenemos relaciones con países latinoamericanos salvo con aquel Estado, cumpliéndose así una de las etapas previas de la agresión directa del imperialismo. Queremos aclarar, una vez más, que nuestra preocupación por Latinoamérica está basada en los lazos que nos unen: la lengua que hablamos, la cultura que sustentamos, el amo común que tuvimos. Que no nos anima otra causa para desear la liberación de Latinoamérica del yugo colonial norteamericano. Si alguno de los países latinoamericanos aquí presentes decidiera restablecer relaciones con Cuba, estaríamos dispuestos a hacerlo sobre bases de igualdad y no con el criterio de que es una dádiva a nuestro gobierno el reconocimiento como país libre del mundo, porque ese reconocimiento lo obtuvimos con nuestra sangre en los días de la lucha de liberación, lo adquirimos con sangre en la defensa de nuestras playas frente a la invasión yanqui. Aun cuando nosotros rechazamos que se nos pretenda atribuir injerencias en los asuntos internos de otros países, no podemos negar nuestra simpatía hacia los pueblos que luchan por su liberación y debemos cumplir con la obligación de nuestro gobierno y nuestro pueblo de expresar contundentemente al mundo que apoyamos moralmente y nos solidarizamos con los pueblos que luchan en cualquier parte del mundo para hacer realidad los derechos de soberanía plena proclamados en la Carta de las Naciones Unidas. Los Estados Unidos sí intervienen; lo han hecho históricamente en América. Cuba conoce desde fines del siglo pasado esta verdad, pero la conocen también Colombia, Venezuela, Nicaragua y la América Central en general, México, Haití, Santo Domingo.

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En años recientes, además de nuestro pueblo, conocen de la agresión directa Panamá, donde los “marines” del Canal tiraron a mansalva sobre el pueblo inerme; Santo Domingo, cuyas costas fueron violadas por la flota yanqui para evitar el estallido de la justa ira popular, luego del asesinato de Trujillo; y Colombia, cuya capital fue tomada por asalto a raíz de la rebelión provocada por el asesinato de Gaitán. Se producen intervenciones solapadas por intermedio de las misiones militares que participan en la represión interna, organizando las fuerzas destinadas a ese fin en buen número de países, y también en todos los golpes de estado, llamados “gorilazos”, que tantas veces se repitieron en el continente americano durante los últimos tiempos. Concretamente, intervienen fuerzas de los Estados Unidos en la represión de los pueblos de Venezuela, Colombia y Guatemala que luchan con las armas por su libertad. En el primero de los países nombrados, no sólo asesoran al ejército y a la policía, sino que también dirigen los genocidios efectuados desde el aire contra la población campesina de amplias regiones insurgentes y, las compañías yanquis instaladas allí, hacen presiones de todo tipo para aumentar la injerencia directa. Los imperialistas se preparan a reprimir a los pueblos americanos y están formando la internacional del crimen. Los Estados Unidos intervienen en América invocando la defensa de las instituciones libres. Llegará el día en que esta Asamblea adquiera aún más madurez y le demande al gobierno norteamericano garantías para la vida de la población negra y latinoamericana que vive en este país, norteamericanos de origen o adopción, la mayoría de ellos. ¿Cómo puede constituirse en gendarme de la libertad quien asesina a sus propios hijos y los discrimina diariamente por el color de la piel, quien deja en libertad a los asesinos de los negros, los protege además, y castiga a la población negra por exigir el respeto a sus legítimos derechos de hombres libres? Comprendemos que hoy la Asamblea no está en condiciones de demandar explicaciones sobre hechos, pero debe quedar claramente sentado que el gobierno de los Estados Unidos no es gendarme de la libertad, sino perpetuador de la explotación y la opresión contra los pueblos del mundo y contra buena parte de su propio pueblo. Al lenguaje anfibológico con que algunos delegados han dibujado el caso de Cuba y la OEA nosotros contestamos con palabras contundentes y proclamamos que los pueblos de América cobrarán a los gobiernos entreguistas su traición. Cuba, —señores delegados — libre y soberana, sin cadenas que la aten a nadie, sin inversiones extranjeras en su territorio, sin procónsules que orienten su política, puede hablar con la frente alta en esta Asamblea y demostrar la justeza de la frase con que la bautizaran: “Territorio Libre de América”.

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Nuestro ejemplo fructificará en el Continente como lo hace ya, en cierta medida en Guatemala, Colombia y Venezuela. No hay enemigo pequeño ni fuerza desdeñable, porque ya no hay pueblos aislados. Como establece la Segunda Declaración de La Habana: “Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de doscientos millones de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honrados del mundo.” Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados; la van a escribir las masas progresistas, los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina. Lucha en masas y de ideas, epopeya que llevarán adelante nuestros pueblos maltratados y despreciados por el imperialismo, nuestros pueblos desconocidos hasta hoy, que ya empiezan a quitarle el sueño. Nos consideraban rebaño impotente y sumiso y ya se empieza a asustar de ese rebaño, rebaño gigante de doscientos millones de latinoamericanos en los que advierte ya sus sepultureros el capital monopolista yanqui. La hora de su reivindicación, la hora que ella misma se ha elegido, la vienen señalando con precisión también de un extremo a otro del Continente. Ahora esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el Continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir, porque ahora los campos y las montañas de América, por las faldas de sus sierras, por sus llanuras y sus selvas, entre la soledad o el tráfico de las ciudades, en las costas de los grandes océanos y ríos, se empieza a estremecer este mundo lleno de corazones con los puños calientes de deseos de morir por lo suyo, de conquistar sus derechos casi quinientos años burlados por unos y por otros. Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia. Ya se los ve por los caminos un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los «olimpos» gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve, armados de piedras, de palos, de machetes, en un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, afincando sus garfios en las tierras que les pertenecen y defendiéndolas con sus vidas; se les ve, llevando sus cartelones, sus banderas, sus consignas; haciéndolas correr en el viento, por entre las montañas o a lo largo de los llanos. Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar por

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entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron. “Porque esta gran humanidad ha dicho ¡Basta! y ha echado a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera e irrenunciable independencia.” Todo eso, Señores Delegados, esta disposición nueva de un continente, de América, está plasmado y resumido en el grito que, día a día, nuestras masas proclaman como expresión irrefutable de su decisión de lucha, paralizando la mano armada del invasor. Proclama que cuenta con la comprensión y el apoyo de todos los pueblos del mundo y especialmente, del campo socialista, encabezado por la Unión Soviética. Esa proclama es: Patria o muerte. Periódico Revolución, 12 de diciembre de 1964. Extraído de Rebelión

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Carta de despedida para Fidel y el pueblo de Cuba Habana 3/10/65 “Año de la Agricultura” Fidel: me acuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir de toda la tensión de los preparativos. Un día pasaron preguntando a quién se debería avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierta, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera), muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria. Hoy todo tiene un tono menos dramático, porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que ataba a la República Cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que es el mío. Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de ministro, de mi grado de comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, solo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos. Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente claridad tus cualidades de conductor y de revolucionario. He vivido días magníficos sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe. Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días. Me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu forma de pensar de ver y apreciar los peligros y los principios. Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado a ti por tu responsabilidad al frente de Cuba, y llegó la hora de separarnos. Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor: aquí dejo lo más puro entre mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me admitió como hijo. Eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo donde quiera que esté: esto conforta y cura con creces cualquier desgarradura. Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emana de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo y trataré de ser fiel, hasta las últimas consecuencias de mis actos, que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra revolución y lo sigo 97


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estando. Que en donde quiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegro que así sea. Que no pido nada para ellos pues el estado les dará lo suficiente para vivir y educarse. Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo pero siento que son innecesarias: las palabras no pueden expresar lo que quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas. ¡Hasta la victoria siempre! ¡Patria o muerte! Te abraza con fervor revolucionario. Ernesto Guevara. CHE.

Che Guevara y Fidel en Playa Girón

Esta carta fue leída el 3 de octubre de 1965 por Fidel, justo el día que se cambió el nombre del Partido Unido de la Revolución Socialista por el nombre de Partido Comunista de Cuba y se presentaba su primer Comité Central, (pero fue escrita mucho antes) y, antes también corrieron ríos de tinta sobre sus posibles desavenencias con Fidel, que si estaba en Vietnam, que si le habían fusilado, que estaba secuestrado por los servicios secretos castristas, en fin de todo, ya sabemos lo “listos” que son los voceros del imperio, que son expertos en sondear con mentiras para sacar alguna verdad. Pues no, estaba en el Congo y además liberaba a Cuba y a su comandante de toda responsabilidad, lo hacía consciente del peligro que conllevaba su decisión. Una vez conocida su marcha a otras tierras y otras luchas, Carlos Puebla escribe la canción que reproduzco en la siguiente página, hay 200 versiones de la misma y muchos artistas la han cantado en alguna ocasión.

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Hasta siempre (Comandante Che Guevara) Aprendimos a quererte Desde la histórica altura Donde el sol de tu bravura Le puso un cerco a la muerte.

Aquí se queda la clara, La entrañable transparencia De tu querida presencia Comandante Che Guevara.

Aquí se queda la clara, La entrañable transparencia, De tu querida presencia Comandante Che Guevara.

Tu amor revolucionario Te conduce a nueva empresa Donde esperan la firmeza De tu brazo libertario.

Tu mano gloriosa y fuerte Desde la historia dispara Cuando toda Santa Clara Se despierta para verte.

Aquí se queda la clara, La entrañable transparencia, De tu querida presencia Comandante Che Guevara.

Aquí se queda la clara, La entrañable transparencia, De tu querida presencia Comandante Che Guevara.

Seguiremos adelante Como junto a ti seguimos Y con Fidel te decimos: Hasta siempre comandante.

Vienes quemando la brisa Con soles de primavera Para plantar la bandera Con la luz de tu sonrisa

Aquí se queda la clara, La entrañable transparencia, De tu querida presencia Comandante Che Guevara.

Carlos Puebla (1965)

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En la Conferencia Afroasiática en Argelia Che Guevara Argel, 24 de febrero de 1965 Discurso pronunciado en el Segundo Seminario Económico de Solidaridad Afroasiática de Argel Conocido como; “Declaración de Argel”. Queridos hermanos: Cuba llega a esta Conferencia a elevar por sí sola la voz de los pueblos de América Latina (1) y, como en otras oportunidades lo recalcáramos, también lo hace en su condición de país subdesarrollado que, al mismo tiempo, construye el socialismo. No es por casualidad que a nuestra representación se le permite emitir su opinión en el círculo de los pueblos de Asia y de África. (2) Una aspiración común, la derrota del imperialismo, nos une en nuestra marcha hacia el futuro; un pasado común de lucha contra el mismo enemigo nos ha unido a lo largo del camino. Esta es una asamblea de los pueblos en lucha; ella se desarrolla en dos frentes de igual importancia y exige el total de nuestros esfuerzos. La lucha contra el imperialismo por librarse de las trabas coloniales o neocoloniales, que se lleva a efecto a través de las armas políticas, de las armas de fuego o por combinaciones de ambas, no está desligada de la lucha contra el atraso y la pobreza; ambas son etapas de un mismo camino que conduce a la creación de una sociedad nueva, rica y justa a la vez. Es imperioso obtener el poder político y liquidar a las clases opresoras, pero, después hay que afrontar la segunda etapa de la lucha que adquiere características, si cabe, más difícil que la anterior. Desde que los capitales monopolistas se apoderaron del mundo, han mantenido en la pobreza a la mayoría de la humanidad repartiéndose las ganancias entre el grupo de países más fuertes. El nivel de vida de esos países está basado en la miseria de los nuestros; para elevar el nivel de vida de los pueblos subdesarrollados, hay que luchar, pues, contra el imperialismo. Y cada vez que un país se desgaja del árbol imperialista, se está ganando no solamente una batalla parcial contra el enemigo fundamental, sino también contribuyendo a su real debilitamiento y dando un paso hacia la victoria definitiva. No hay fronteras en esta lucha a muerte, no podemos permanecer indiferentes frente a lo que ocurre en cualquier parte del mundo, una victoria de cualquier país sobre el

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imperialismo es una victoria nuestra, así como la derrota de una nación cualquiera es una derrota para todos. El ejercicio del internacionalismo proletario es no solo un deber de los pueblos que luchan por asegurar un futuro mejor; además, es una necesidad insoslayable. Si el enemigo imperialista, norteamericano o cualquier otro, desarrolla su acción contra los pueblos subdesarrollados y los países socialistas, una lógica elemental determina la necesidad de la alianza de los pueblos subdesarrollados y de los países socialistas; si no hubiera ningún otro factor de unión, el enemigo común debiera constituirlo. (3) Claro que estas uniones no se pueden hacer espontáneamente, sin discusiones, sin que anteceda un pacto, doloroso a veces. Cada vez que se libera un país, dijimos, es una derrota del sistema imperialista mundial, pero debemos convenir en que el desgajamiento no sucede por el mero hecho de proclamarse una independencia o lograrse una victoria por las armas en una revolución; sucede cuando el dominio económico imperialista cesa de ejercerse sobre un pueblo. Por lo tanto, a los países socialistas les interesa como cosa vital que se produzcan efectivamente estos desgajamientos y es nuestro deber internacional, el deber fijado por la ideología que nos dirige, el contribuir con nuestros esfuerzos a que la liberación se haga lo más rápida y profundamente que sea posible. De todo esto debe extraerse una conclusión: el desarrollo de los países que empiezan ahora el camino de la liberación, debe costar a los países socialistas. Lo decimos así, sin el menor ánimo de chantaje o de espectacularidad, ni para la búsqueda fácil de una aproximación mayor al conjunto de los pueblos afroasiáticos; es una convicción profunda. No puede existir socialismo si en las conciencias no se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraternal frente a la humanidad, tanto de índole individual, en la sociedad en la que se construye o está construido el socialismo, como de índole mundial en relación a todos los pueblos que sufren la opresión imperialista. Creemos que con este espíritu debe afrontarse la responsabilidad de ayuda a los países dependientes y que no debe hablarse más de desarrollar un comercio de beneficio mutuo basado en los precios que la ley del valor y las relaciones internacionales del intercambio desigual, producto de la ley del valor, oponen a los países atrasados.(4) ¿Cómo puede significar “beneficio mutuo” vender a precios del mercado mundial las materias primas que cuestan sudor y sufrimientos sin límites a los países atrasados y comprar a precios de mercado mundial las máquinas producidas en las grandes fábricas automatizadas del presente?

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Si establecemos ese tipo de relación entre los dos grupos de naciones, debemos convenir en que los países socialistas son, en cierta manera, cómplices de la explotación imperial. Se puede argüir que el monto del intercambio con los países subdesarrollados, constituye una parte insignificante del comercio exterior de estos países. Es una gran verdad, pero no elimina el carácter inmoral del cambio. Los países socialistas tienen el deber moral de liquidar su complicidad tácita con los países explotadores del Occidente. El hecho de que sea hoy pequeño el comercio no quiere decir nada: Cuba en el año 50 vendía ocasionalmente azúcar a algún país del bloque socialista, sobre todo a través de corredores ingleses o de otra nacionalidad. Y hoy el 80% de su comercio se desarrolla en esa área; todos sus abastecimientos vitales vienen del campo socialista y de hecho ha ingresado en ese campo. No podemos decir que este ingreso se haya producido por el mero aumento del comercio, ni que haya aumentado el comercio por el hecho de romper la viejas estructuras y encarar la forma socialista de desarrollo; ambos extremos se tocan y unos y otros se interrelacionan. Nosotros no empezamos la carrera que terminará en el comunismo con todos los pasos previstos, como producto lógico de un desarrollo ideológico que marchara con un fin determinado; las verdades del socialismo, más las crudas verdades del imperialismo, fueron forjando a nuestro pueblo y enseñándole el camino que luego hemos adoptado conscientemente. Los pueblos de África y de Asia que vayan a su liberación definitiva deberán emprender esa misma ruta; la emprenderán más tarde o más temprano, aunque su socialismo tome hoy cualquier adjetivo definitorio. No hay otra definición de socialismo, válida para nosotros, que la abolición de la explotación del hombre por el hombre. Mientras esto no se produzca, se está en el período de construcción de la sociedad socialista y si en vez de producirse este fenómeno, la tarea de la supresión de la explotación se estanca o, aun, se retrocede en ella, no es válido hablar siquiera de construcción del socialismo. (5) Tenemos que preparar las condiciones para que nuestros hermanos entren directa y conscientemente en la ruta de la abolición definitiva de la explotación, pero no podemos invitarlos a entrar, si nosotros somos un cómplice en esa explotación. Si nos preguntaran cuáles son los métodos para fijar precios equitativos, no podríamos contestar, no conocemos la magnitud práctica de esta cuestión, solo sabemos que, después de discusiones políticas, la Unión Soviética y Cuba han firmado acuerdos ventajosos para nosotros mediante los cuales llegaremos a vender hasta cinco millones de toneladas a precios fijos superiores a los normales en el llamado mercado libre mundial azucarero. La República Popular China también mantiene esos precios de compra.

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Esto es solo un antecedente, la tarea real consiste en fijar los precios que permitan el desarrollo. Un gran cambio de concepción consistirá en cambiar el orden de las relaciones internacionales; no debe ser el comercio exterior el que fije la política sino, por el contrario, aquel debe estar subordinado a una política fraternal hacia los pueblos. Analizaremos brevemente el problema de los créditos a largo plazo para desarrollar industrias básicas. Frecuentemente nos encontramos con que los países beneficiarios se aprestan a fundar bases industriales desproporcionadas a su capacidad actual, cuyos productos no se consumirán en el territorio y cuyas reservas se comprometerán en el esfuerzo. Nuestro razonamiento es que las inversiones de los estados socialistas en su propio territorio pesan directamente sobre el presupuesto estatal y no se recuperan sino a través de la utilización de los productos en el proceso completo de su elaboración, hasta llegar a los últimos extremos de la manufactura. Nuestra proposición es que se piense en la posibilidad de realizar inversiones de ese tipo en los países subdesarrollados. De esta manera se podría poner en movimiento una fuerza inmensa, subyacente en nuestros continentes que han sido miserablemente explotados, pero nunca ayudados en su desarrollo, y empezar una nueva etapa de auténtica división internacional del trabajo basada, no en la historia de lo que hasta hoy se ha hecho, sino en la historia futura de lo que se puede hacer. Los estados en cuyos territorios se emplazarán las nuevas inversiones tendrían todos los derechos inherentes a una propiedad soberana sobre los mismos sin que mediare pago o crédito alguno, quedando obligados los poseedores a suministrar determinadas cantidades de productos a los países inversionistas, durante determinada cantidad de años y a un precio determinado. Es digna de estudiar también la forma de financiar la parte local de los gastos en que debe incurrir un país que realice inversiones de este tipo. Una forma de ayuda, que no signifique erogaciones en divisas libremente convertibles, podría ser el suministro de productos de fácil venta a los gobiernos de los países subdesarrollados, mediante créditos a largo plazo. Otro de los difíciles problemas a resolver es el de la conquista de la técnica. (6) Es bien conocido por todos la carencia de técnicos que sufrimos los países en desarrollo. Faltan instituciones y cuadros de enseñanza. Faltan a veces, la real conciencia de

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nuestras necesidades y la decisión de llevar a cabo una política de desarrollo técnico cultural e ideológico a la que se asigne una primera prioridad. Los países socialistas deben suministrar la ayuda para formar los organismos de educación técnica, insistir en la importancia capital de este hecho y suministrar los cuadros que suplan la carencia actual. Es preciso insistir más sobre este último punto: los técnicos que vienen a nuestros países deben ser ejemplares. Son compañeros que deberán enfrentarse a un medio desconocido, muchas veces hostil a la técnica, que habla una lengua distinta y tiene hábitos totalmente diferentes. Los técnicos que se enfrenten a la difícil tarea deben ser, ante todo, comunistas, en el sentido más profundo y noble de la palabra: con esa sola cualidad, más un mínimo de organización y de flexibilidad, se harán maravillas. Sabemos que se puede lograr porque los países hermanos nos han enviado cierto número de técnicos que han hecho más por el desarrollo de nuestro país que diez institutos y han contribuido a nuestra amistad más que diez embajadores o cien recepciones diplomáticas. Si se pudiera llegar a una efectiva realización de los puntos que hemos anotado y, además, se pusiera al alcance de los países subdesarrollados toda la tecnología de los países adelantados, sin utilizar los métodos actuales de patentes que cubren descubrimientos de unos u otros, habríamos progresado mucho en nuestra tarea común. El imperialismo ha sido derrotado en muchas batallas parciales. Pero es una fuerza considerable en el mundo y no se puede aspirar a su derrota definitiva sino con el esfuerzo y el sacrificio de todos. Sin embargo, el conjunto de medidas propuestas no se puede realizar unilateralmente. El desarrollo de los subdesarrollados debe costar a los países socialistas; de acuerdo, pero también deben ponerse en tensión las fuerzas de los países subdesarrollados y tomar firmemente la ruta de la construcción de una sociedad nueva —póngasele el nombre que se le ponga — donde la máquina, instrumento de trabajo, no sea instrumento de explotación del hombre por el hombre. Tampoco se puede pretender la confianza de los países socialistas cuando se juega al balance entre capitalismo y socialismo y se trata de utilizar ambas fuerzas como elementos contrapuestos, para sacar de esa competencia determinadas ventajas. Una nueva política de absoluta seriedad debe regir las relaciones entre los dos grupos de sociedades. Es conveniente recalcar una vez más, que los medios de producción deben estar preferentemente en manos del Estado, para que vayan desapareciendo gradualmente los signos de la explotación.

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Por otra parte, no se puede abandonar el desarrollo a la improvisación más absoluta; hay que planificar la construcción de la nueva sociedad. La planificación es una de las leyes del socialismo y sin ella no existiría aquel. Sin una planificación correcta no puede existir una suficiente garantía de que todos los sectores económicos de cualquier país se liguen armoniosamente para dar los saltos hacia delante que demanda esta época que estamos viviendo. La planificación no es un problema aislado de cada uno de nuestros países, pequeños, distorsionados en su desarrollo, poseedores de algunas materias primas, o productores de algunos productos manufacturados o semi manufacturados, carentes de la mayoría de los otros. (7) Ésta deberá tender desde el primer momento, a cierta regionalidad para poder compenetrar las economías de los países y llegar así a una integración sobre la base de un auténtico beneficio mutuo. Creemos que el camino actual está lleno de peligros, peligros que no son inventados ni previstos para un lejano futuro por alguna mente superior, son el resultado palpable de realidades que nos azotan. La lucha contra el colonialismo ha alcanzado sus etapas finales pero en la era actual, el estatus colonial no es sino una consecuencia de la dominación imperialista. Mientras el imperialismo exista, por definición, ejercerá su dominación sobre otros países; esa dominación se llama hoy neocolonialismo. El neocolonialismo se desarrolló primero en Suramérica, en todo un continente, y hoy empieza a hacerse notar con intensidad creciente en África y Asia. Su forma de penetración y desarrollo tiene características distintas; una, es la brutal que conocimos en el Congo. La fuerza bruta, sin consideraciones ni tapujos de ninguna especie, es su arma extrema. Hay otra más sutil: la penetración en los países que se liberan políticamente, la ligazón con las nacientes burguesías autóctonas, el desarrollo de una clase burguesa parasitaria y en estrecha alianza con los intereses metropolitanos apoyados en un cierto bienestar o desarrollo transitorio del nivel de vida de los pueblos, debido a que, en países muy atrasados, el paso simple de las relaciones feudales a las relaciones capitalistas significa un avance grande, independientemente de las consecuencias nefastas que acarreen a la larga para los trabajadores. El neocolonialismo ha mostrado sus garras en el Congo; ese no es un signo de poder sino de debilidad; ha debido recurrir a su arma extrema, la fuerza como argumento económico, lo que engendra reacciones opuestas de gran intensidad. Pero también se ejerce en otra serie de países de África y del Asia en forma mucho más sutil y se está rápidamente creando lo que algunos han llamado la sur americanización de estos continentes, es decir, el desarrollo de una burguesía parasitaria que no agrega nada a la riqueza nacional que, incluso, deposita fuera del país en los bancos capitalistas sus ingentes ganancias mal habidas y que pacta con el extranjero para obtener más beneficios, con un desprecio absoluto por el bienestar de su pueblo.

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Hay otros peligros también, como el de la concurrencia entre países hermanos, amigos políticamente y, a veces vecinos que están tratando de desarrollar las mismas inversiones en el mismo tiempo y para mercados que muchas veces no lo admiten. Esta concurrencia tiene el defecto de gastar energías que podrían utilizarse de forma de una complementación económica mucho más vasta, además de permitir el juego de los monopolios imperialistas. En ocasiones, frente a la imposibilidad real de realizar determinada inversión con la ayuda del campo socialista, se realiza ésta mediante acuerdos con los capitalistas. Y esas inversiones capitalistas tienen no solo el defecto de la forma en que se realizan los préstamos, sino también otros complementarios de mucha importancia, como es el establecimiento de sociedades mixtas con un peligroso vecino. Como, en general, las inversiones son paralelas a las de otros estados, esto propende a las divisiones entre países amigos por diferencias económicas e instaura el peligro de la corrupción emanada de la presencia constante del capitalismo, hábil en la presentación de imágenes de desarrollo y bienestar que nublan el entendimiento de mucha gente. Tiempo después, la caída de los precios en los mercados es la consecuencia de una saturación de producción similar. Los países afectados se ven en la obligación de pedir nuevos préstamos o permitir inversiones complementarias para la concurrencia. La caída de la economía en manos de los monopolios y un retorno lento pero seguro al pasado es la consecuencia final de una tal política. A nuestro entender, la única forma segura de realizar inversiones con la participación de las potencias imperialistas es la participación directa del estado como comprador íntegro de los bienes, limitando la acción imperialista a los contratos de suministros y no dejándolos entrar más allá de la puerta de calle de nuestra casa. Y aquí sí es lícito aprovechar las contradicciones interimperialistas para conseguir condiciones menos onerosas. Hay que prestar atención a las “desinteresadas” ayudas económicas, culturales, etc., que el imperialismo otorga de por sí o a través de estados títeres mejor recibidos en ciertas partes del mundo. Si todos los peligros apuntados no se ven a tiempo, el camino neocolonial puede inaugurarse en países que han empezado con fe y entusiasmo su tarea de liberación nacional, estableciéndose la dominación de los monopolios con sutileza, en una graduación tal que es muy difícil percibir sus efectos hasta que éstos se hacen sentir brutalmente. Hay toda una tarea por realizar, problemas inmensos se plantean a nuestros dos mundos, el de los países socialistas y este llamado el Tercer Mundo; problemas que están directamente relacionados con el hombre y su bienestar y con la lucha contra el principal culpable de nuestro atraso.

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Frente a ellos, todos los países y los pueblos, conscientes de sus deberes, de los peligros que entraña la situación, de los sacrificios que entraña el desarrollo, debemos tomar medidas concretas para que nuestra amistad se ligue en los dos planos, el económico y el político, que nunca pueden marchar separados, y formar un gran bloque compacto que a su vez ayude a nuevos países a liberarse no solo del poder político sino también del poder económico imperialista. El aspecto de la liberación por las armas de un poder político opresor debe tratarse según las reglas del internacionalismo proletario: si constituye un absurdo al pensar que un director de empresa de un país socialista en guerra vaya a dudar en enviar los tanques que produce a un frente donde no haya garantía de pago, no menos absurdo debe parecer el que se averigüe la posibilidad de pago de un pueblo que lucha por la liberación o ya necesite esas armas para defender su libertad. Las armas no pueden ser mercancía en nuestros mundos, deben entregarse sin costo alguno y en las cantidades necesarias y posibles a los pueblos que las demandan, para disparar contra el enemigo común. Ese es el espíritu con que la URSS y la República Popular China nos han brindado su ayuda militar. Somos socialistas, constituimos una garantía de utilización de esas armas, pero no somos los únicos y todos debemos tener el mismo tratamiento. El ominoso ataque del imperialismo norteamericano contra Vietnam o el Congo debe responderse suministrando a esos países hermanos todos los instrumentos de defensa que necesiten y dándoles toda nuestra solidaridad sin condición alguna. En el aspecto económico, necesitamos vencer el camino del desarrollo con la técnica más avanzada posible. No podemos ponernos a seguir la larga escala ascendente de la humanidad desde el feudalismo hasta la era atómica y automática, porque sería un camino de ingentes sacrificios y parcialmente inútil. La técnica hay que tomarla donde esté; hay que dar el gran salto técnico para ir disminuyendo la diferencia que hoy existe entre los países más desarrollados y nosotros. Ésta debe estar en las grandes fábricas y también en una agricultura convenientemente desarrollada y, sobre todo, debe tener sus pilares en una cultura técnica e ideológica con la suficiente fuerza y base de masas como para permitir la nutrición continua de los institutos y los aparatos de investigación que hay que crear en cada país y de los hombres que vayan ejerciendo la técnica actual y que sean capaces de adaptarse a las nuevas técnicas adquiridas. Estos cuadros deben tener una clara conciencia de su deber para con la sociedad en la cual viven; no podrá haber una cultura técnica adecuada si no está complementada con una cultura ideológica. Y, en la mayoría de nuestros países, no podrá haber una base suficiente de desarrollo industrial, que es el que determina el desarrollo de la sociedad moderna, si no se empieza por asegurar al pueblo la comida necesaria, los bienes de consumo más imprescindibles y una educación adecuada.

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Hay que gastar una buena parte del ingreso nacional en las inversiones llamadas improductivas de la educación y hay que dar una atención preferente al desarrollo de la productividad agrícola. Ésta ha alcanzado niveles realmente increíbles en muchos países capitalistas, provocando el contrasentido de crisis de superproducción de invasión de granos y otros productos alimenticios o de materias primas industriales provenientes de países desarrollados, cuando hay todo un mundo que padece hambre y que tiene tierra y hombres suficientes para producir varias veces lo que el mundo entero necesita para nutrirse. La agricultura debe ser considerada como un pilar fundamental en el desarrollo y, para ello, los cambios de la estructura agrícola y la adaptación a las nuevas posibilidades de la técnica y a las nuevas obligaciones de la eliminación de la explotación del hombre, deben constituir aspectos fundamentales del trabajo. Antes de tomar determinaciones costosas que pudieran ocasionar daños irreparables, es preciso hacer una prospección cuidadosa del territorio nacional, constituyendo este aspecto uno de los pasos preliminares de la investigación económica y exigencia elemental en una correcta planificación. Apoyamos calurosamente la proposición de Argelia en el sentido de institucionalizar nuestras relaciones. Queremos solamente presentar algunas consideraciones complementarias. Primero: Para que la unión sea instrumento de la lucha contra el imperialismo, es preciso el concurso de los pueblos latinoamericanos y la alianza de los países socialistas. Segundo: Debe velarse por el carácter revolucionario de la unión, impidiendo el acceso a ella de gobiernos o movimientos que no estén identificados con las aspiraciones generales de los pueblos y creando mecanismos que permitan la separación de alguno que se separe de la ruta justa, sea gobierno o movimiento popular. Tercero: Debe propugnarse el establecimiento de nuevas relaciones en pie de igualdad entre nuestros países y los capitalistas, estableciendo una jurisprudencia revolucionaria que nos ampare en caso de conflicto y dé nuevo contenido a las relaciones entre nosotros y el resto del mundo. Hablamos un lenguaje revolucionario y luchamos honestamente por el triunfo de esa causa, pero muchas veces nos enredamos nosotros mismos en las mallas de un derecho internacional creado como resultado de las confrontaciones de las potencias imperialistas y no por la lucha de los pueblos libres, y de los pueblos justos.

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Nuestros pueblos, por ejemplo, sufren la presión angustiosa de bases extranjeras emplazadas en su territorio o deben llevar el pesado fardo de deudas externas de increíble magnitud. La historia de estas taras es bien conocida de todos; gobiernos títeres, gobiernos debilitados por una larga lucha de liberación o el desarrollo de las leyes capitalistas del mercado, han permitido la firma de acuerdos que amenazan nuestra estabilidad interna y comprometen nuestro porvenir. Es la hora de sacudirnos el yugo, imponer la renegociación de las deudas externas opresivas y obligar a los imperialistas a abandonar sus bases de agresión. No quisiera acabar estas palabras, esta repetición de conceptos de todos ustedes conocidos, sin hacer un llamado de atención a este seminario en el sentido de que Cuba no es el único país americano; simplemente, es el que tiene la oportunidad de hablar hoy ante ustedes; que otros pueblos están derramando su sangre, para lograr el derecho que nosotros tenemos y, desde aquí, y de todas las conferencias y en todos los lugares, donde se produzcan, simultáneamente con el saludo a los pueblos heroicos de Vietnam, de Laos, de la Guinea llamada Portuguesa, de Suráfrica o Palestina, a todos los países explotados que luchan por su emancipación debemos extender nuestra voz amiga, nuestra mano y nuestro aliento, a los pueblos hermanos de Venezuela, de Guatemala y de Colombia, que hoy, con las manos armadas, están diciendo definitivamente, ¡No!, al enemigo imperialista. Y hay pocos escenarios para afirmarlo tan simbólicos como Argel, una de las más heroicas capitales de la libertad. Que el magnífico pueblo argelino, entrenado como pocos en los sufrimientos de la independencia, bajo la decidida dirección de su partido, con nuestro querido compañero Ahmed Ben Bella a la cabeza, nos sirva de inspiración en esta lucha sin cuartel contra el imperialismo mundial.

NOTAS 1.- Che Guevara pronunció un discurso en el Segundo Seminario Económico Afro-Asiático de Solidaridad, el 24 de febrero de 1965. Él estaba realizando una visita a África desde diciembre, después de dirigirse a la Asamblea General de Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1964. En este crucial tiempo, el Che estaba preparando su participación en el movimiento de liberación en el Congo, el que comenzó en abril de 1965. En esta edición se incorporó un discurso con las primeras correcciones hechas por el Che Guevara en el original publicado de la versión del discurso en Argelia. Las correcciones fueron posibles por el documento original que se conserva en los archivos personales del Che Guevara, guardados en el Centro de Estudios Che Guevara, en La Habana. 2.- Durante la participación en la Conferencia de Argelia, el Che reflejó las relaciones de Cuba con el Tercer Mundo. Después del triunfo de la revolución, de junio a septiembre, el Che hizo un recorrido por varios países relacionados con el Pacto de Bandung. El Pacto de Bandung fue el precursor de lo que más tarde se convirtió en Movimiento de Países No Alineados. En el primer Seminario sobre Planificación en Argelia, el 16 de julio de 1963, el Che había delineado la

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experiencia de la Revolución cubana, explicando que él había aceptado la invitación para “ofrecer solo una pequeña historia de nuestro desarrollo económico, de nuestros errores y triunfos, los cuales podrían serles útiles a ustedes en un futuro cercano...” 3.- En este discurso el Che definió de forma muy precisa sus tesis revolucionarias para el Tercer Mundo y la integración de la lucha por la liberación nacional con ideas socialistas. El Che llamó en Argelia a los países socialistas a un incondicional y radical apoyo al Tercer Mundo, provocando mucho debate. No obstante, la historia probaría que tenía razón. 4.- Esta definición de intercambio desigual había partido de un profundo análisis hecho en Ginebra el 25 de marzo de 1964, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Economía y Desarrollo en el Tercer Mundo: “Estamos en nuestro deber... de atraer la atención de los presentes de que mientras el estatus quo se ha mantenido y la justicia esté determinada por poderosos intereses... será difícil eliminar las tensiones prevalecientes que ponen en peligro a la humanidad.” 5.- Para el Che, el significado inherente al socialismo era vencer la explotación como un paso esencial hacia la justa y humana sociedad. El Che hizo una exposición en este tema del debate que fue frecuentemente mal interpretada, como fue su énfasis en la necesidad por la unidad internacional en la lucha por el socialismo. La idea del Che era que las fuerzas socialistas internacionales podrían contribuir al desarrollo social y económico de los pueblos que se liberaran. 6.- La participación directa del Che desde 1959 a 1965 en la construcción de una base material y tecnológica para el desarrollo de la sociedad cubana está estrechamente ligada a su idea de la creación de un hombre y una mujer nueva. Esta es una cuestión que él retoma constantemente, considerando esto uno de los dos principales pilares sobre los cuales una nueva sociedad podría ser construida. Esta estrategia no solo fue para resolver problemas inmediatos sino para crear ciertas estructuras que podrían asegurar a Cuba un desarrollo científico y tecnológico futuro. Él fue capaz de desarrollar esta estrategia durante el tiempo que encabezó el Ministerio de Industrias. Para leer más sobre este tópico, ver su discurso: “Pueden las universidades estar llenas de negros, mulatos, trabajadores y campesinos” (1960) y “Jóvenes y revolucionarios" (1964). 7.- En este esfuerzo por entender las tareas en la transición a una economía socialista, el Che vio el papel vital de la planificación económica, especialmente en la construcción de la economía socialista en una nación subdesarrollada que mantenía elementos del capitalismo. Esta planificación es necesaria porque representa el primer intento humano para controlar las fuerzas económicas y caracteriza este período de transición. El llamó la atención también a la inclinación dentro del socialismo a reformar el sistema económico por alienación del mercado, intereses materiales y la ley del valor. Para contrarrestar esta tendencia, el Che planteaba la centralización y la planificación antiburocrática que enriquecen la conciencia. Su idea era usar la conciencia y la acción organizada como la fuerza fundamental de dirigir la planificación. Para más información sobre el tema, ver su artículo “La significación del planteamientos socialista” (1964).

Fuente: marxists.org

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Che Guevara con Ben Bella en el aeropuerto a su llegada a Argel

“Dejaba atrás casi once años de trabajo para la Revolución Cubana al lado de Fidel, un hogar feliz, hasta donde puede llamarse hogar la vivienda de un revolucionario consagrado a su tarea, y un montón de hijos que apenas sabían de mi cariño. Se reiniciaba el ciclo.” —Ernesto Che Guevara— ***** Si queréis conocer al CHE no dejéis de leer esta carta que escribe desde Argelia. Y aunque ya tenía previsto su marcha de Cuba hace una serena defensa de la validez de la revolución, el proceso de cambio positivo de los cubanos y de su líder Fidel.

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El socialismo y el hombre en Cuba Una antología mínima Che Guevara Argelia, marzo de 1965 Estimado compañero4: Acabo estas notas en viaje por África, animado del deseo de cumplir, aunque tardíamente, mi promesa. Quisiera hacerlo tratando el tema del título. Creo que pudiera ser interesante para los lectores uruguayos. Es común escuchar de boca de los voceros capitalistas, como un argumento en la lucha ideológica contra el socialismo, la afirmación de que este sistema social o el período de construcción del socialismo al que estamos nosotros abocados, se caracteriza por la abolición del individuo en aras del Estado. No pretenderé refutar esta afirmación sobre una base meramente teórica, sino establecer los hechos tal cual se viven en Cuba y agregar comentarios de índole general. Primero esbozaré a grandes rasgos la historia de nuestra lucha revolucionaria antes y después de la toma del poder. Como es sabido, la fecha precisa en que se iniciaron las acciones revolucionarias que culminaron el primero de enero de 1959, fue el 26 de julio de 1953. Un grupo de hombres dirigidos por Fidel Castro atacó la madrugada de ese día el cuartel Moncada, en la provincia de Oriente. El ataque fue un fracaso, el fracaso se transformó en desastre y los sobrevivientes fueron a parar a la cárcel, para reiniciar, luego de ser amnistiados, la lucha revolucionaria. Durante este proceso, en el cual solamente existían gérmenes de socialismo, el hombre era un factor fundamental. En él se confiaba, individualizado, específico, con nombre y apellido, y de su capacidad de acción dependía el triunfo o el fracaso del hecho encomendado. Llego la etapa de la lucha guerrillera. Esta se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Fue esta vanguardia el agente catalizador, el que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria. También en ella, en el marco del proceso de proletarización de nuestro pensamiento, de la revolución que se operaba en nuestros hábitos, en nuestras mentes, el individuo fue el factor fundamental. Este artículo fue escrito en forma de carta a Carlos Quijano, editor de Marcha, un semanario que se publicaba en Montevideo, (Uruguay) el 12 de marzo de 1965.

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Cada uno de los combatientes de la Sierra Maestra que alcanzara algún grado superior en las fuerzas revolucionarias, tiene una historia de hechos notables en su haber. En base a estos lograba sus grados. Fue la primera época heroica, en la cual se disputaban por lograr un cargo de mayor responsabilidad, de mayor peligro, sin otra satisfacción que el cumplimiento del deber. En nuestro trabajo de educación revolucionaria, volvemos a menudo sobre este tema aleccionador. En la actitud de nuestros combatientes se vislumbra al hombre del futuro. En otras oportunidades de nuestra historia se repitió el hecho de la entrega total a la causa revolucionaria. Durante la Crisis de Octubre o en los días del ciclón Flora, vimos actos de valor y sacrificio excepcionales realizados por todo un pueblo. Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica, es una de nuestras tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico. En enero de 1959 se estableció el gobierno revolucionario con la participación en él de varios miembros de la burguesía entreguista. La presencia del Ejército Rebelde constituía la garantía de poder, como factor fundamental de fuerza. Se produjeron enseguida contradicciones serias, resueltas, en primera instancia, en febrero del 59, cuando Fidel Castro asumió la jefatura de gobierno con el cargo de primer ministro. Culminaba el proceso en julio del mismo año, al renunciar el presidente Urrutia ante la presión de las masas. Aparecía en la historia de la Revolución Cubana, ahora con caracteres nítidos, un personaje que se repetirá sistemáticamente: la masa. Este ente multifacético no es, como se pretende, la suma de elementos de la misma categoría (reducidos a la misma categoría, además, por el sistema impuesto), que actúa como un manso rebaño. Es verdad que sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro, pero el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas. La masa participó en la reforma agraria y en el difícil empeño de la administración de las empresas estatales; pasó por la experiencia heroica de Playa Girón; se forjó en las luchas contra las distintas bandas de bandidos armadas por la CIA; vivió una de las definiciones más importantes de los tiempos modernos en la Crisis de Octubre y sigue hoy trabajando en la construcción del socialismo. Vistas las cosas desde un punto de vista superficial, pudiera parecer que tienen razón aquellos que hablan de supeditación del individuo al Estado, la masa realiza con entusiasmo y disciplina sin iguales las tareas que el gobierno fija, ya sean de índole económica, cultural, de defensa, deportiva, etcétera. La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya. Otras veces, experiencias locales se toman por el partido y el gobierno para hacerlas generales, siguiendo el mismo procedimiento.

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Sin embargo, el Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectificar. Así sucedió en marzo de 1962 ante una política sectaria impuesta al partido por Aníbal Escalante. Es evidente que el mecanismo no basta para asegurar una sucesión de medidas sensatas y que falta una conexión más estructurada con las masas. Debemos mejorarla durante el curso de los próximos años pero, en el caso de las iniciativas surgidas de estratos superiores del gobierno utilizamos por ahora el método casi intuitivo de auscultar las reacciones generales frente a los problemas planteados. Maestro en ello es Fidel, cuyo particular modo de integración con el pueblo solo puede apreciarse viéndolo actuar. En las grandes concentraciones públicas se observa algo así como el diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor. Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto, coronado por nuestro grito de lucha y victoria. Lo difícil de entender, para quien no viva la experiencia de la revolución, es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes. En el capitalismo se pueden ver algunos fenómenos de este tipo cuando aparecen políticos capaces de lograr la movilización popular, pero si no se trata de un auténtico movimiento social, en cuyo caso no es plenamente lícito hablar de capitalismo, el movimiento vivirá lo que la vida de quien lo impulse o hasta el fin de las ilusiones populares, impuesto por el rigor de la sociedad capitalista. En esta, el hombre está dirigido por un frío ordenamiento que, habitualmente, escapa al dominio de la comprensión. El ejemplar humano, enajenado, tiene un invisible cordón umbilical que le liga a la sociedad en su conjunto: la ley del valor. Ella actúa en todos los aspectos de la vida, va modelando su camino y su destino. Las leyes del capitalismo, invisibles para el común de las gentes y ciegas, actúan sobre el individuo sin que este se percate. Solo ve la amplitud de un horizonte que aparece infinito. Así lo presenta la propaganda capitalista que pretende extraer del caso Rockefeller —verídico o no —, una lección sobre las posibilidades de éxito. La miseria que es necesario acumular para que surja un ejemplo así y la suma de ruindades que conlleva una fortuna de esa magnitud, no aparecen en el cuadro y no siempre es posible a las fuerzas populares aclarar estos conceptos. (Cabría aquí la disquisición sobre cómo en los países imperialistas los obreros van perdiendo su espíritu internacional de clase al influjo de una cierta complicidad en la explotación de los países dependientes y cómo este hecho, al mismo tiempo, lima el espíritu de lucha

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de las masas en el propio país, pero ese es un tema que sale de la intención de estas notas.) De todos modos, se muestra el camino con escollos que aparentemente, un individuo con las cualidades necesarias puede superar para llegar a la meta. El premio se avizora en la lejanía; el camino es solitario. Además, es una carrera de lobos: solamente se puede llegar sobre el fracaso de otros. Intentaré, ahora, definir al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad. Creo que lo más sencillo es reconocer su cualidad de no hecho, de producto no acabado. Las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas. El proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación directa e indirecta, por otro, el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación. La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no solo en la conciencia individual en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de este período de transición con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia. En el esquema de Marx se concebía el período de transición como resultado de la transformación explosiva del sistema capitalista destrozado por sus contradicciones; en la realidad posterior se ha visto cómo se desgajan del árbol imperialista algunos países que constituyen ramas débiles, fenómeno previsto por Lenin. En estos, el capitalismo se ha desarrollado lo suficiente como para hacer sentir sus efectos, de un modo u otro, sobre el pueblo, pero no son sus propias contradicciones las que, agotadas todas las posibilidades, hacen saltar el sistema. La lucha de liberación contra un opresor externo, la miseria provocada por accidentes extraños, como la guerra, cuyas consecuencias hacen recaer las clases privilegiadas sobre los explotados, los movimientos de liberación destinados a derrocar regímenes neocoloniales, son los factores habituales de desencadenamiento. La acción consciente hace el resto. En estos países no se ha producido todavía una educación completa para el trabajo social y la riqueza dista de estar al alcance de las masas mediante el simple proceso de apropiación. El subdesarrollo por un lado y la habitual fuga de capitales hacia países «civilizados» por otro, hacen imposible un cambio rápido y sin sacrificios. Resta un gran tramo a recorrer en la construcción de la base económica y la tentación de seguir los caminos trillados del interés material, como palanca impulsora de un desarrollo acelerado, es muy grande.

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Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo. De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Este instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social. Como ya dije, en momentos de peligro extremo es fácil potenciar los estímulos morales; para mantener su vigencia, es necesario el desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categorías nuevas. La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela. Las grandes líneas del fenómeno son similares al proceso de formación de la conciencia capitalista en su primera época. El capitalismo recurre a la fuerza, pero, además, educa a la gente en el sistema. La propaganda directa se realiza por los encargados de explicar la ineluctabilidad de un régimen de clase, ya sea de origen divino o por imposición de la naturaleza como ente mecánico. Esto aplaca a las masas que se ven oprimidas por un mal contra el cual no es posible la lucha. A continuación viene la esperanza, y en esto se diferencia de los anteriores regímenes de casta que no daban salida posible. Para algunos continuará vigente todavía la fórmula de casta: el premio a los obedientes consiste en el arribo, después de la muerte, a otros mundos maravillosos donde los buenos son los premiados, con lo que se sigue la vieja tradición. Para otros, la innovación; la separación en clases es fatal, pero los individuos pueden salir de aquella a que pertenecen mediante el trabajo, la iniciativa, etcétera. Este proceso, y el de autoeducación para el triunfo, deben ser profundamente hipócritas: es la demostración interesada de que una mentira es verdad. En nuestro caso, la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. La explicación es convincente porque es verdadera; no precisa de subterfugios. Se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparto de divulgación del partido. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía. Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa como aquella otra.

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Pero el proceso es consciente; el individuo recibe continuamente el impacto del nuevo poder social y percibe que no está completamente adecuado a él. Bajo el influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora. Se auto educa. En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas. Descontando aquellos cuya falta de educación los hace tender al camino solitario, a la autosatisfacción de sus ambiciones, los hay que aun dentro de este nuevo panorama de marcha conjunta, tienen tendencia a caminar aislados de la masa que acompañan. Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma. Ya no marchan completamente solos, por veredas extraviadas, hacia lejanos anhelos. Siguen a su vanguardia, constituida por el partido, por los obreros de avanzada, por los hombres de avanzada que caminan ligados a las masas y en estrecha comunión con ellas. Las vanguardias tienen su vista puesta en el futuro y en su recompensa, pero esta no se vislumbra como algo individual; el premio es la nueva sociedad donde los hombres tendrán características distintas: la sociedad del hombre comunista. El camino es largo y lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo. A pesar de la importancia dada a los estímulos morales, el hecho de que exista la división en dos grupos principales (excluyendo, claro está, a la fracción minoritaria de los que no participan, por una razón u otra en la construcción del socialismo), indica la relativa falta de desarrollo de la conciencia social. El grupo de vanguardia es ideológicamente más avanzado que la masa; esta conoce los valores nuevos, pero insuficientemente. Mientras en los primeros se produce un cambio cualitativo que le permite ir al sacrificio en su función de avanzada, los segundos sólo ven a medias y deben ser sometidos a estímulos y presiones de cierta intensidad; es la dictadura del proletariado ejerciéndose no sólo sobre la clase derrotada, sino también individualmente, sobre la clase vencedora. Todo esto entraña, para su éxito total, la necesidad de una serie de mecanismos, las instituciones revolucionarias. En la imagen de las multitudes marchando hacia el futuro, encaja el concepto de institucionalización como el de un conjunto armónico de

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canales, escalones, represas, aparatos bien aceitados que permitan esa marcha, que permitan la selección natural de los destinados a caminar en la vanguardia y que adjudiquen el premio y el castigo a los que cumplen o atenten contra la sociedad en construcción. Esta institucionalidad de la Revolución todavía no se ha logrado. Buscamos algo nuevo que permita la perfecta identificación entre el Gobierno y la comunidad en su conjunto, ajustada a las condiciones peculiares de la construcción del socialismo y huyendo al máximo de los lugares comunes de la democracia burguesa, trasplantados a la sociedad en formación (como las cámaras legislativas, por ejemplo). Se han hecho algunas experiencias dedicadas a crear paulatinamente la institucionalización de la Revolución, pero sin demasiada prisa. El freno mayor que hemos tenido ha sido el miedo a que cualquier aspecto formal nos separe de las masas y del individuo, nos haga perder de vista la última y más importante ambición revolucionaria que es ver al hombre liberado de su enajenación. No obstante la carencia de instituciones, lo que debe superarse gradualmente, ahora las masas hacen la historia como el conjunto consciente de individuos que luchan por una misma causa. El hombre, en el socialismo, a pesar de su aparente estandarización, es más completo; a pesar de la falta del mecanismo perfecto para ello, su posibilidad de expresarse y hacerse sentir en el aparato social es infinitamente mayor. Todavía es preciso acentuar su participación consciente, individual y colectiva, en todos los mecanismos de dirección y de producción y ligarla a la idea de la necesidad de la educación técnica e ideológica, de manera que sienta cómo estos procesos son estrechamente interdependientes y sus avances son paralelos. Así logrará la total consciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas todas las cadenas de la enajenación. Esto se traducirá concretamente en la reapropiación de su naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana a través de la cultura y el arte. Para que se desarrolle en la primera, el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía-hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple el deber. El hombre comienza a liberar su pensamiento del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo. Empieza a verse retratado en su obra y a comprender su magnitud humana a través del objeto creado, del trabajo realizado. Esto ya no entraña dejar una parte de su ser en forma de fuerza de trabajo vendida, que no le pertenece más, sino que significa una emanación de sí mismo, un aporte a la vida común en que se refleja; el cumplimiento de su deber social.

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Hacemos todo lo posible por darle al trabajo esta nueva categoría de deber social y unirlo al desarrollo de la técnica, por un lado, lo que dará condiciones para una mayor libertad, y al trabajo voluntario por otro, basados en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía. Claro que todavía hay aspectos coactivos en el trabajo, aun cuando sea necesario; el hombre no ha transformado toda la coerción que lo rodea en reflejo condicionado de naturaleza social y todavía produce, en muchos casos, bajo la presión del medio (compulsión moral, la llama Fidel). Todavía le falta el lograr la completa recreación espiritual ante su propia obra, sin la presión directa del medio social, pero ligado a él por los nuevos hábitos. Esto será el comunismo. El cambio no se produce automáticamente en la conciencia, como no se produce tampoco en la economía. Las variaciones son lentas y no son rítmicas; hay períodos de aceleración, otros pausados e incluso, de retroceso. Debemos considerar, además como apuntáramos antes, que no estamos frente al período de transición puro, tal como lo viera Marx en la Crítica del Programa de Gotha, sino de una nueva fase no prevista por él; primer período de transición del comunismo o de la construcción del socialismo. Este transcurre en medio de violentas luchas de clase y con elementos de capitalismo en su seno que oscurecen la comprensión cabal de su esencia. Si a esto se agrega el escolasticismo que ha frenado el desarrollo de la filosofía marxista e impedido el tratamiento sistemático del período, cuya economía política no se ha desarrollado, debemos convenir en que todavía estamos en pañales y es preciso dedicarse a investigar todas las características primordiales del mismo antes de elaborar una teoría económica y política de mayor alcance. La teoría que resulte dará indefectiblemente preeminencia a los dos pilares de la construcción: la formación del hombre nuevo y el desarrollo de la técnica. En ambos aspectos nos falta mucho por hacer, pero es menos excusable el atraso en cuanto a la concepción de la técnica como base fundamental, ya que aquí no se trata de avanzar a ciegas sino de seguir durante un buen tramo el camino abierto por los países más adelantados del mundo. Por ello Fidel machaca con tanta insistencia sobre la necesidad de la formación tecnológica y científica de todo nuestro pueblo y más aún, de su vanguardia. En el campo de las ideas que conducen a actividades no productivas, es más fácil ver la división entre la necesidad material y espiritual. Desde hace mucho tiempo el hombre trata de liberarse de la enajenación mediante la cultura y el arte. Muere diariamente las ocho y más horas en que actúa como mercancía para resucitar en su creación espiritual, pero este remedio porta los gérmenes de la misma enfermedad.: es un ser solitario el que busca comunión con la naturaleza. Defiende su individualidad

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oprimida por el medio y reacciona ante las ideas estéticas como un ser único cuya aspiración es permanecer inmaculado. Se trata sólo de un intento de fuga. La ley del valor no es ya un mero reflejo de las relaciones de producción; los capitalistas monopolistas la rodean de un complicado andamiaje que la convierte en una sierva dócil, aun cuando los métodos que emplean sean puramente empíricos. La superestructura impone un tipo de arte en el cual hay que educar a los artistas. Los rebeldes son dominados por la maquinaria y sólo los talentos excepcionales podrán crear su propia obra. Los restantes devienen asalariados vergonzantes o son triturados. Se inventa la investigación artística a la que se da como definitoria de la libertad, pero esta «investigación» tiene sus límites imperceptibles hasta el momento de chocar con ellos, vale decir, de plantearse los reales problemas del hombre y su enajenación. La angustia sin sentido o el pasatiempo vulgar constituyen válvulas cómodas a la inquietud humana; se combate la idea de hacer del arte un arma de denuncia. Si se respetan las leyes del juego se consiguen todos los honores; los que podría tener un mono al inventar piruetas. La condición es no tratar de escapar de la jaula invisible. Cuando la Revolución tomó el poder se produjo el éxodo de los domesticados totales; los demás, revolucionarios o no, vieron un camino nuevo. La investigación artística cobró nuevo impulso. Sin embargo, las rutas estaban más o menos trazadas y el sentido del concepto fuga se escondió tras la palabra libertad. En los propios revolucionarios se mantuvo muchas veces esta actitud, reflejo del idealismo burgués en la conciencia. En países que pasaron por un proceso similar se pretendió combatir estas tendencias con un dogmatismo exagerado. La cultura general se convirtió casi en un tabú y se proclamó el summum de la aspiración cultural, una representación formalmente exacta de la naturaleza, convirtiéndose ésta, luego, en una representación mecánica de la realidad social que se quería hacer ver; la sociedad ideal, casi sin conflictos ni contradicciones, que se buscaba crear. El socialismo es joven y comete errores. Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarias para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creó. (Otra vez se plantea el tema de la relación entre forma y contenido.) La desorientación es grande y los problemas de la construcción material nos absorben. No hay artistas de gran autoridad que, a su vez, tengan gran autoridad revolucionaria. Los hombres del Partido deben tomar esa tarea entre las manos y buscar el logro del objetivo principal: educar al pueblo.

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Se busca entonces la simplificación, lo que entiende todo el mundo, que es lo que entienden los funcionarios. Se anula la auténtica investigación artística y se reduce al problema de la cultura general a una apropiación del presente socialista y del pasado muerto (por tanto, no peligroso). Así nace el realismo socialista sobre las bases del arte del siglo pasado. Pero el arte realista del siglo XIX, también es de clase, más puramente capitalista, quizás, que este arte decadente del siglo XX, donde se transparenta la angustia del hombre enajenado. El capitalismo en cultura ha dado todo de sí y no queda de él sino el anuncio de un cadáver maloliente en arte, su decadencia de hoy. Pero, ¿por qué pretender buscar en las formas congeladas del realismo socialista la única receta válida? No se puede oponer al realismo socialista «la libertad», porque ésta no existe todavía, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva; pero no se pretenda condenar a todas la formas de arte posteriores a la primer mitad del siglo XIX desde el trono pontificio del realismo a ultranza, pues se caería en un error proudhoniano de retorno al pasado, poniéndole camisa de fuerza a la expresión artística del hombre que nace y se construye hoy. Falta el desarrollo de un mecanismo ideológico cultural que permita la investigación y desbroce la mala hierba, tan fácilmente multiplicable en el terreno abonado de la subvención estatal. En nuestro país, el error del mecanicismo realista no se ha dado, pero sí otro signo de contrario. Y ha sido por no comprender la necesidad de la creación del hombre nuevo, que no sea el que represente las ideas del siglo XIX, pero tampoco las de nuestro siglo decadente y morboso. El hombre del siglo XXI es el que debemos crear, aunque todavía es una aspiración subjetiva y no sistematizada. Precisamente éste es uno de los puntos fundamentales de nuestro estudio y de nuestro trabajo y en la medida en que logremos éxitos concretos sobre una base teórica o, viceversa, extraigamos conclusiones teóricas de carácter amplio sobre la base de nuestra investigación concreta, habremos hecho un aporte valioso al marxismo-leninismo, a la causa de la humanidad. La reacción contra el hombre del siglo XIX nos ha traído la reincidencia en el decadentismo del siglo XX; no es un error demasiado grave, pero debemos superarlo, so pena de abrir un ancho cauce al revisionismo. Las grandes multitudes se van desarrollando, las nuevas ideas van alcanzando adecuado ímpetu en el seno de la sociedad, las posibilidades materiales de desarrollo integral de absolutamente todos sus miembros, hacen mucho más fructífera la labor. El presente es de lucha, el futuro es nuestro. Resumiendo, la culpabilidad de muchos de nuestros intelectuales y artistas reside en su pecado original; no son auténticamente revolucionarios. Podemos intentar injertar el olmo para que dé peras, pero simultáneamente hay que sembrar perales. Las nuevas generaciones vendrán libres del pecado original. Las posibilidades de que surjan artistas excepcionales serán tanto mayores cuanto más se haya ensanchado el campo de la cultura y la posibilidad de expresión.

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Nuestra tarea consiste en impedir que la generación actual, dislocada por sus conflictos, se pervierta y pervierta a las nuevas. No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni “becarios” que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas. Ya vendrán los revolucionarios que entonen el canto del hombre nuevo con la auténtica voz del pueblo. Es un proceso que requiere tiempo.

En nuestra sociedad, juegan un papel la juventud y el Partido. Particularmente importante es la primera, por ser la arcilla maleable con que se puede construir al hombre nuevo sin ninguna de las taras anteriores. Ella recibe un trato acorde con nuestras ambiciones. Su educación es cada vez más completa y no olvidamos su integración al trabajo desde los primeros instantes. Nuestros becarios hacen trabajo físico en sus vacaciones o simultáneamente con el estudio. El trabajo es un premio en ciertos casos, un instrumento de educación, en otros, jamás un castigo. Una nueva generación nace. El Partido es una organización de vanguardia. Los mejores trabajadores son propuestos por sus compañeros para integrarlo. Este es minoritario pero de gran autoridad por la calidad de sus cuadros. Nuestra aspiración es que el Partido sea de masas, pero cuando las masas hayan alcanzado el nivel de desarrollo de la vanguardia, es decir, cuando estén educados para el comunismo. Y a esa educación va encaminado el trabajo. El Partido es el ejemplo vivo; sus cuadros deben dictar cátedras de laboriosidad y sacrificio, deben llevar, con su acción, a las masas, al fin de la tarea revolucionaria, lo que entraña años de duro bregar contra las dificultades de la construcción, los enemigos de clase, las lacras del pasado, el imperialismo… Quisiera explicar ahora el papel que juega la personalidad, el hombre como individuo de las masas que hacen la historia. Es nuestra experiencia no una receta. Fidel dio a la Revolución el impulso en los primeros años, la dirección, la tónica siempre, peros hay un buen grupo de revolucionarios que se desarrollan en el mismo sentido que el dirigente máximo y una gran masa que sigue a sus dirigente porque les tiene fe; y les tiene fe, porque ellos han sabido interpretar sus anhelos. No se trata de cuántos kilogramos de carne se come o de cuántas veces por año se pueda ir alguien a pasearse en la playa, ni de cuántas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad. El individuo de nuestro país sabe que la época gloriosa que le toca vivir es de sacrificio; conoce el sacrificio. Los primeros lo conocieron en la Sierra Maestra y dondequiera que se luchó; después lo hemos conocido en toda Cuba. Cuba es la vanguardia de América y debe hacer sacrificios porque ocupa el lugar de

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avanzada, porque indica a las masas de América Latina el camino de la libertad plena. Dentro del país, los dirigentes tienen que cumplir su papel de vanguardia; y, hay que decirlo con toda sinceridad, en una revolución verdadera a la que se le da todo, de la cual no se espera ninguna retribución material, la tarea del revolucionario de vanguardia es a la vez magnífica y angustiosa. Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizás sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado una mente fría y tomar decisiones dolorosas son que se contraiga un músculo. Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas más sagradas y hacerlo único, indivisible. No pueden descender con su pequeña dosis de cariño cotidiano hacia los lugares donde el hombre común lo ejercita. Los dirigentes de la Revolución tienen hijos que en sus primeros balbuceos, no aprenden a nombrar al padre; mujeres que deben ser parte del sacrificio general de su vida para llevar la Revolución a su destino; el marco de los amigos responde estrictamente al marco de los compañeros de Revolución. No hay vida fuera de ella. En esas condiciones, hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización. El revolucionario, motor ideológico de la revolución dentro de su partido, se consume en esa actividad ininterrumpida que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial. Si su afán de revolucionario se embota cuando las tareas más apremiantes se ven realizadas a escala local y se olvida el internacionalismo proletario, la revolución que dirige deja de ser una fuerza impulsora y se sume en una cómoda modorra, aprovechada por nuestros enemigos irreconciliables, el imperialismo, que gana terreno. El internacionalismo proletario es un deber pero también es una necesidad revolucionaria. Así educamos a nuestro pueblo. Claro que hay peligros presentes en las actuales circunstancias. No sólo el del dogmatismo, no sólo el de congelar las relaciones con las masas en medio de la gran tarea; también existe el peligro de las debilidades en que se puede caer. Si un hombre piensa que, para dedicar su vida entera a la revolución, no puede distraer su mente por la preocupación de que a un hijo le falte determinado producto, que los zapatos de los niños estén rotos, que su familia carezca de determinado bien 124


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necesario, bajo este razonamiento deja infiltrarse los gérmenes de la futura corrupción. En nuestro caso, hemos mantenido que nuestros hijos deben tener y carecer de lo que tienen y de lo que carecen los hijos del hombre común; y nuestra familia debe comprenderlo y luchar por ello. La revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario. Así vamos marchando. A la cabeza de la inmensa columna —no nos avergüenza ni nos intimida decirlo — va Fidel, después, los mejores cuadros del Partido, e inmediatamente, tan cerca que se siente su enorme fuerza, va el pueblo en su conjunto sólida armazón de individualidades que caminan hacia un fin común; individuos que han alcanzado la conciencia de lo que es necesario hacer; hombres que luchan por salir del reino de la necesidad y entrar en el de la verdadera libertad. Esa inmensa muchedumbre se ordena; su orden responde a la conciencia de la necesidad del mismo ya no es fuerza dispersa, divisible en miles de fracciones disparadas al espacio como fragmentos de granada, tratando de alcanzar por cualquier medio, en lucha reñida con sus iguales, una posición, algo que permita apoyo frente al futuro incierto. Sabemos que hay sacrificios delante de nosotros y que debemos pagar un precio por el hecho heroico de constituir una vanguardia como nación. Nosotros, dirigentes, sabemos que tenemos que pagar un precio por tener derecho a decir que estamos a la cabeza del pueblo que está a la cabeza de América. Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio, conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte. Permítame intentar unas conclusiones: • Nosotros, socialistas, somos más libres porque somos más plenos; somos más plenos por ser más libres. • El esqueleto de nuestra libertad completa está formado, falta la sustancia proteica y el ropaje; los crearemos. • Nuestra libertad y su sostén cotidiano tienen color de sangre y están henchidos de sacrificio. • Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos. • El camino es largo y desconocido en parte; conocemos nuestras limitaciones. Haremos el hombre del siglo XXI: nosotros mismos.

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• Nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo con una nueva técnica. • La personalidad juega el papel de movilización y dirección en cuanto que encarna las más altas virtudes y aspiraciones del pueblo y no se separa de la ruta. • Quien abre el camino es el grupo de vanguardia, los mejores entre los buenos, el Partido. • La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera. • Si esta carta balbuceante aclara algo, ha cumplido el objetivo con que la mando. Reciba nuestro saludo ritual, como un apretón de manos o un “Ave María Purísima.” Patria o muerte. Fuente: Marxists.org

Che Guevara en el Congo donde llegó en abril de 1965

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República Democrática del Congo A finales de 1964 el Che Guevara había decidido dejar el gobierno para encabezar el envío de tropas cubanas a otros países con el fin de apoyar los movimientos revolucionarios en marcha. África y en especial la República Democrática del Congo, donde Patrice Lumumba había sido asesinado en 1961 con participación de la CIA, y en la que una guerrilla rebelde apoyada desde Tanzania estaba actuando, le pareció una causa apropiada para intervenir. La República Democrática del Congo, ubicada en el centro del África y con fronteras con nueve países, se le aparecía al Che como un gigantesco “foco” desde el que se podría irradiar la revolución a todo el continente. A principios de 1965 le escribió una famosa Che Guevara y Desiré Kabila carta a Fidel Castro renunciando a todos sus cargos y a la nacionalidad cubana y anunciando su partida hacia “nuevos campos de batalla”. Es en esa carta donde aparece, en la firma, la frase “hasta la victoria siempre”, ampliamente difundida desde entonces. La carta fue leída por Castro durante el Primer Congreso del Partido Comunista Cubano y retrasmitida a través de la televisión en octubre de ese mismo año, causando una enorme sensación, tanto dentro como fuera de Cuba. Para entonces el Che Guevara había desaparecido de la vida pública y su paradero era desconocido. El 19 de abril llegó bajo la identidad falsa de Ramón Benítez a la ciudad de Dar es Salaam en Tanzania, presidida entonces por el líder anticolonialista Julius Nyerere, desde donde se organizaría el apoyo cubano a los rebeldes congoleños. Cuba había decidido apoyar la lucha del Comité Nacional de Liberación (CNL) del Congo. El año anterior, el CNL había logrado establecer por pocos meses, una “zona liberada” bajo el nombre de República Popular del Congo, con capital en Stanleyville (hoy Kisangani) y en ese momento mantenía un gobierno en el exilio dirigido por Cristophe Gbenye y luchaba por mantener el control sobre una amplia zona en la región oriental del país, en la frontera con Tanzania y Burundi, sobre el lago Tanganika. El Che Guevara mantuvo contacto directo con Laurent-Désiré Kabila, por entonces un líder militar de segundo rango.

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El Che se presentó a combatir en el Congo sin previo aviso a ninguno de los líderes rebeldes, acto que fue mal recibido por estos, por las implicancias internacionales. Por otra parte, Guevara se instalaría en la zona de combate, mientras que los líderes militares congoleños casi no iban al frente de batalla y permanecían la mayor parte del tiempo en la ciudad de Dar es Salaam, en Tanzania. La participación cubana en la rebelión congoleña fue una experiencia desastrosa. Los cuadernos redactados por Guevara comienzan con la siguiente frase:

“Esta es la historia de un fracaso”. La falta de conocimiento del idioma suajili y las costumbres, las múltiples fracciones internas y externas de los grupos revolucionarios, la desorganización y falta de disciplina de las tropas, y finalmente el cese del apoyo de Tanzania, llevaron a una derrota tras otra. De ese modo, el Che, al mando de 120 cubanos, entre ellos algunos de su círculo íntimo, como Carlos Coello (Tuma) y Harry Villegas (Pombo), se vio obligado a ordenar una retirada de emergencia cuando el Ejército de Liberación del Congo decidió abandonar la lucha y las tropas de mercenarios blancos que apoyaban al gobierno habían ocupado la mayor parte de la «zona liberada» y se disponían a tomar la base y hacerlos prisioneros. Durante la campaña, que duró nueve meses, murieron seis guerrilleros cubanos y, finalmente tras el abandono de la lucha por parte de los congoleños, Guevara debió retirarse en una situación que calificó de vergonzosa el 20 de noviembre de 1965. Él mismo le envió un mensaje a Nyerere quejándose por el cese del apoyo de Tanzania que decía: “Cuba ofreció ayuda sujeta a la aprobación de Tanzania, esta aceptó y la ayuda se hizo efectiva. Era sin condiciones ni límites de tiempo. Comprendemos las dificultades de Tanzania hoy, pero no estamos de acuerdo con sus planteamientos. Cuba no retrocede de sus compromisos ni puede aceptar una fuga vergonzosa dejando al hermano en desgracia a merced de los mercenarios.” En una de sus últimas anotaciones en los cuadernos del Congo dice: “No hubo un solo rasgo de grandeza en esa retirada”. Tres días después de que Guevara abandonara el Congo Joseph Mobutu tomaba el poder mediante un golpe de Estado instalando una dictadura que duraría treinta años. En 1996, Laurent-Désiré Kabila, el líder guerrillero al que asesorara el Che en el Congo, conduciría una rebelión armada que lo llevaría a derrocar a Mobutu.

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CREAR DOS, TRES... VIETNAM Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental Primera edición: En La Habana, Cuba, el 16 de abril de 1967, en forma de folleto como suplemento especial para la revista Tricontinental, órgano del Secretariado Ejecutivo de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL). Ernesto Che Guevara Ya se han cumplido veintiún años desde el fin de la última conflagración mundial y diversas publicaciones, en infinidad de lenguas, celebran el acontecimiento simbolizado en la derrota del Japón. Hay un clima de aparente optimismo en muchos sectores de los dispares campos en que el mundo se divide. Veintiún años sin guerra mundial, en estos tiempos de confrontaciones máximas, de choques violentos y cambios repentinos, parecen una cifra muy alta. Pero, sin analizar los resultados prácticos de esa paz por la que todos nos manifestamos dispuestos a luchar (la miseria, la degradación, la explotación cada vez mayor de enormes sectores del mundo) cabe preguntarse si ella es real. No es la intención de estas notas historiar los diversos conflictos de carácter local que se han sucedido desde la rendición del Japón, no es tampoco nuestra tarea hacer un recuento, numeroso y creciente, de luchas civiles ocurridas durante estos años de pretendida paz. Bástenos poner como ejemplos contra el desmedido optimismo las guerras de Corea y Vietnam. En la primera, tras años de lucha feroz, la parte norte del país quedó sumida en la más terrible devastación que figure en los anales de la guerra moderna; acribillada de bombas; sin fábricas, escuelas u hospitales; sin ningún tipo de habitación para albergar a diez millones de habitantes. En esta guerra intervinieron, bajo la fementida bandera de las Naciones Unidas, decenas de países conducidos militarmente por los Estados Unidos, con la participación masiva de soldados de esa nacionalidad u el uso, como carne de cañón, de la población sudcoreana enrolada. En el otro bando, el ejército y el pueblo de Corea y los voluntarios de la República Popular China contaron con el abastecimiento y asesoría del aparato militar soviético. Por parte de los norteamericanos se hicieron toda clase de pruebas de armas de destrucción, excluyendo las termonucleares pero incluyendo las bacteriológicas y químicas, en escala limitada. En Vietnam, se han sucedido acciones bélicas, sostenidas por las fuerzas patrióticas de ese país casi ininterrumpidamente contra tres potencias imperialistas: Japón, cuyo poderío sufriera una caída vertical a partir de las bombas de

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Hiroshima y Nagasaki; Francia, que recupera de aquel país vencido sus colonias indochinas e ignoraba las promesas hechas en momentos difíciles; y los Estados Unidos, en esta última fase de la contienda. Hubieron confrontaciones limitadas en todos los continentes, aun cuando en el americano, durante mucho tiempo, sólo se produjeron conatos de lucha de liberación y cuartelazos, hasta que la Revolución cubana diera su clarinada de alerta sobre la importancia de esta región y atrajera las iras imperialistas, obligándola a la defensa de sus costas en Playa Girón, primero, y durante la Crisis de Octubre, después. Este último incidente pudo haber provocado una guerra de incalculables proporciones, al producirse, en torno a Cuba, el choque de norteamericanos y soviéticos. Pero, evidentemente, el foco de las contradicciones, en estos momentos, está radicado en los territorios de la península indochina y los países aledaños. Laos y Vietnam son sacudidos por guerras civiles, que dejan de ser tales al hacerse presente, con todo su poderío, el imperialismo norteamericano, y toda la zona se convierte en una peligrosa espoleta presta a detonar. En Vietnam la confrontación ha adquirido características de una agudeza extrema. Tampoco es nuestra intención historiar esta guerra. Simplemente, señalaremos algunos hitos de recuerdo. En 1954, tras la derrota aniquilante de Dien-Bien-Phu, se firmaron los acuerdos de Ginebra, que dividían al país en dos zonas y estipulaban la realización de elecciones en un plazo de 18 meses para determinar quienes debían gobernar a Vietnam y cómo se reunificaría el país. Los norteamericanos no firmaron dicho documento, comenzando las maniobras para sustituir al emperador Bao Dai, títere francés, por un hombre adecuado a sus intenciones. Este resultó ser Ngo Din Diem, cuyo trágico fin es conocido de todos. En los meses posteriores a la firma del acuerdo, reinó el optimismo en el campo de las fuerzas populares. Se desmantelaron reductos de lucha antifrancesa en el sur del país y se esperó el cumplimiento de lo pactado. Pero pronto comprendieron los patriotas que no habría elecciones a menos que los Estados Unidos se sintieran capaces de imponer su voluntad en las urnas, cosa que no podía ocurrir, aun utilizando todos los métodos de fraude conocidos. Nuevamente se iniciaron las luchas en el sur del país y fueron adquiriendo mayor intensidad hasta llegar al momento actual, en que el ejército norteamericano se compone de casi medio millón de invasores, mientras las fuerzas títeres disminuyen su número, y sobre todo, han perdido totalmente la combatividad. Hace cerca de dos años que los norteamericanos comenzaron el bombardeo sistemático de la República Democrática de Vietnam en un intento más de frenar la

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combatividad del sur y obligar a una conferencia desde posiciones de fuerza. Al principio los bombardeos fueron más o menos aislados y se revestían de la máscara de represalias por supuestas provocaciones del norte. Después aumentaron en intensidad y método, hasta convertirse en una gigantesca batida llevada a cabo por unidades aéreas de los Estados Unidos, día a día, con el propósito de destruir todo vestigio de civilización en la zona norte del país. Es un episodio de la tristemente célebre escalada. Las aspiraciones materiales del mundo yanqui se han cumplido en buena parte a pesar de la denodada defensa de las unidades antiaéreas vietnamitas, de los más de 1,700 aviones derribados y de la ayuda del campo socialista en material de guerra. Hay una penosa realidad: Vietnam, esa nación que representa las aspiraciones, las esperanzas de victoria de todo un mundo preterido, está trágicamente solo. Ese pueblo debe soportar los embates de la técnica norteamericana, casi a mansalva en el sur, con algunas posibilidades de defensa en el norte, pero siempre solo. La solidaridad del mundo progresista para con el pueblo de Vietnam semeja a la amarga ironía que significaba para los gladiadores del circo romano el estímulo de la plebe. No se trata de desear éxitos al agredido, sino de correr su misma suerte; acompañarlo a la muerte o la victoria. Cuando analizamos la soledad vietnamita nos asalta la angustia de este momento ilógico de la humanidad. El imperialismo norteamericano es culpable de agresión; sus crímenes son inmensos y repartidos por todo el orbe. ¡Ya lo sabemos, señores! Pero también son culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Vietnam parte inviolable del territorio socialista, corriendo, así, los riesgos de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a una decisión a los imperialistas norteamericanos. Y son culpables los que mantienen una guerra de denuestos y zancadillas comenzada hace ya buen tiempo por los representantes de las dos más grandes potencias del campo socialista. Preguntemos, para lograr una respuesta honrada: ¿Está o no aislado el Vietnam, haciendo equilibrios peligrosos entre las dos potencias en pugna? Y ¡qué grandeza la de ese pueblo! ¡Qué estoicismo y valor, el de ese pueblo! Y qué lección para el mundo entraña esa lucha. Hasta dentro de mucho tiempo no sabremos si el presidente Johnson pensaba en serio iniciar algunas de las reformas necesarias a un pueblo para limar aristas de las contradicciones de clase que asoman con fuerza explosiva y cada vez más frecuentemente. Lo cierto es que las mejoras anunciadas bajo el pomposo título de lucha por la gran sociedad han caído en el sumidero de Vietnam. El más grande de los poderes imperialistas siente en sus entrañas el desangramiento provocado por un país pobre y atrasado y su fabulosa economía se resiente del esfuerzo de guerra. Matar deja de ser el más cómodo negocio de los monopolios.

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Armas de contención, y no en número suficiente, es todo lo que tienen estos soldados maravillosos, además del amor a su patria, a su sociedad y un valor a toda prueba. Pero el imperialismo se empantana en Vietnam, no halla camino de salida y busca desesperadamente alguno que le permita sortear con dignidad este peligroso trance en que se ve. Más los "cuatro puntos" del norte y "los cinco" del sur lo atenazan, haciendo aún más decidida la confrontación. Todo parece indicar que la paz, esa paz precaria a la que se ha dado tal nombre, sólo porque no se ha producido ninguna conflagración de carácter mundial, está otra vez en peligro de romperse ante cualquier paso irreversible e inaceptable, dado por los norteamericanos. Y, a nosotros, explotados del mundo, ¿cuál es el papel que nos corresponde? Los pueblos de tres continentes observan y aprenden su lección en Vietnam. Ya que, con la amenaza de guerra, los imperialistas ejercen su chantaje sobre la humanidad, no temer la guerra es la respuesta justa. Atacar dura e ininterrumpidamente en cada punto de confrontación, debe ser la táctica general de los pueblos. Pero, en los lugares en que esta mísera paz que sufrimos no ha sido rota, ¿cuál será nuestra tarea? Liberarnos a cualquier precio. El panorama del mundo muestra una gran complejidad. La tarea de la liberación espera aún a países de la vieja Europa, suficientemente desarrollados para sentir todas las contradicciones del capitalismo, pero tan débiles que no pueden seguir ya seguir el rumbo del imperialismo o iniciar esa ruta. Ahí las contradicciones alcanzarán en los próximos años carácter explosivo, pero sus problemas y, por ende, la solución de los mismos son diferentes a las de nuestros pueblos dependientes y atrasados económicamente. El campo fundamental de la explotación del imperialismo abarca los tres continentes atrasados, América, Asia y África. Cada país tiene características propias, pero los continentes, en su conjunto, también las presentan. América constituye un conjunto más o menos homogéneo y en la casi totalidad de su territorio los capitales monopolistas norteamericanos mantienen una primacía absoluta. Los gobiernos títeres o, en el mejor de los casos, débiles y medrosos, no pueden imponerse a las órdenes del amo yanqui. Los norteamericanos han llegado casi al máximo de su dominación política y económica, poco más podrían avanzar ya. Cualquier cambio de la situación podría convertirse en un retroceso en su primacía. Su política es mantenerlo conquistado. La línea de acción se reduce en el momento actual, al uso brutal de la fuerza para impedir movimientos de liberación de cualquier tipo que sean. Bajo el slogan; "no permitiremos otra Cuba", se encubre la posibilidad de agresiones a mansalva, como la perpetrada contra Santo Domingo o, anteriormente, la masacre de

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Panamá, y la clara advertencia de que las tropas yanquis están dispuestas a intervenir en cualquier lugar de América donde el orden establecido sea alterado, poniendo en peligro sus intereses. Esa política cuenta con una impunidad casi absoluta; la OEA es una máscara cómoda, por desprestigiada que esté; la ONU es de una ineficiencia rayana en el ridículo o en lo trágico; los ejércitos de todos los países de América están listos a intervenir para aplastar a sus pueblos. Se ha formado, de hecho, la internacional del crimen y la traición. Por otra parte las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo y solo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución. Asia es un continente de características diferentes. Las luchas de liberación contra una serie de poderes coloniales europeos, dieron por resultado el establecimiento de gobiernos más o menos progresistas, cuya evolución posterior ha sido, en algunos casos, de profundización de los objetivos primarios de la liberación nacional y en otros de reversión hacia posiciones pro imperialistas. Dado el punto de vista económico, Estados Unidos tenía poco que perder y mucho que ganar en Asia. Los cambios le favorecen; se lucha por desplazar a otros poderes neocoloniales, penetrar nuevas esferas de acción en el campo económico, a veces directamente, otras utilizando al Japón. Pero existen condiciones políticas especiales, sobre todo en la península indochina, que le dan características de capital importancia al Asia y juegan un papel importante en la estrategia militar global del imperialismo norteamericano. Este ejerce un cerco a China a través de Corea del Sur, Japón, Taiwán, Vietnam del Sur y Tailandia, por lo menos. Esa doble situación: un interés estratégico tan importante como el cerco militar a la República Popular China y la ambición de sus capitales por penetrar esos grandes mercados que todavía no dominan, hacen que el Asia sea uno de los lugares más explosivos del mundo actual, a pesar de la aparente estabilidad fuera del área vietnamita. Perteneciendo geográficamente a este continente, pero con sus propias contradicciones, el Oriente Medio está en plena ebullición, sin que se pueda prever hasta dónde llegará esa guerra fría entre Israel, respaldada por los imperialistas, y los países progresistas de la zona. Es otro de los volcanes amenazadores del mundo. El África ofrece las características de ser un campo casi virgen para la invasión neocolonial. Se han producido cambios que, en alguna medida, obligaron a los poderes neocoloniales a ceder sus antiguas prerrogativas de carácter absoluto. Pero, cuando los

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procesos se llevan a cabo ininterrumpidamente, al colonialismo sucede, sin violencia, un neocolonialismo de iguales efectos en cuanto a la dominación económica se refiere. Estados Unidos no tenía colonias en esta región y ahora lucha por penetrar en los antiguos cotos cerrados de sus socios. Se puede asegurar que África constituye, en los planes estratégicos del imperialismo norteamericano su reservorio a largo plazo; sus inversiones actuales sólo tienen importancia en la Unión Sudafricana y comienza su penetración en el Congo, Nigeria y otros países, donde se inicia una violenta competencia (con carácter pacífico hasta ahora) con otros poderes imperialistas. No tiene todavía grandes intereses que defender salvo su pretendido derecho a intervenir en cada lugar del globo en que sus monopolios olfateen buenas ganancias o la existencia de grandes reservas de materias primas. Todos estos antecedentes hacen lícito el planteamiento interrogante sobre las posibilidades de liberación de los pueblos a corto o mediano plazo. Si analizamos el África veremos que se lucha con alguna intensidad en las colonias portuguesas de Guinea, Mozambique y Angola, con particular éxito en la primera y con éxito variable en las dos restantes. Que todavía se asiste a la lucha entre sucesores de Lumumba y los viejos cómplices de Tshombe en el Congo, lucha que, en el momento actual, parece inclinarse a favor de los últimos, los que han "pacificado" en su propio provecho una gran parte del país, aunque la guerra se mantenga latente. En Rhodesia el problema es diferente: el imperialismo británico utilizó todos los mecanismos a su alcance para entregar el poder a la minoría blanca que lo detenta actualmente. El conflicto, desde el punto de vista de Inglaterra, es absolutamente anti oficial, sólo que esta potencia, con su habitual habilidad diplomática presenta una fachada de disgustos ante las medidas tomadas por el gobierno de Ian Smith, y es apoyada en su taimada actitud por algunos de los países del Commonwealth que la siguen, y atacada por una buena parte de los países del África Negra, sean o no dóciles vasallos económicos del imperialismo inglés. En Rhodesia la situación puede tornarse sumamente explosiva si cristalizaran los esfuerzos de los patriotas negros para alzarse en armas y este movimiento fuera apoyado efectivamente por las naciones africanas vecinas. Pero por ahora todos sus problemas se ventilan en organismos tan inicuos como la ONU, la Commonwealth o la OUA. Sin embargo, la evolución política y social del África no hace prever una situación revolucionaria continental. Las luchas de liberación contra los portugueses deben terminar victoriosamente, pero Portugal no significa nada en la nómina imperialista. Las confrontaciones de importancia revolucionaria son las que ponen en jaque a todo

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el aparato imperialista, aunque no por eso dejemos de luchar por la liberación de las tres colonias portuguesas y por la profundización de sus revoluciones. Cuando las masas negras de Sudáfrica o Rhodesia inicien su auténtica lucha revolucionaria, se habrá iniciado una nueva época en el África. O, cuando las masas empobrecidas de un país se lancen a rescatar su derecho a una vida digna, de las manos de las oligarquías gobernantes. Hasta ahora se suceden los golpes cuartelarios en que un grupo de oficiales reemplaza a otro o a un gobernante que ya no sirva a sus intereses de casta y a los de las potencias que los manejan solapadamente, pero no hay convulsiones populares. En el Congo se dieron fugazmente estas características impulsadas por el recuerdo de Lumumba, pero han ido perdiendo fuerza en los últimos meses. En Asia, como vimos, la situación es explosiva, y no son sólo Vietnam y Laos, donde se lucha, los puntos de fricción. También lo es Cambodia, donde en cualquier momento puede iniciarse la agresión directa norteamericana, Tailandia, Malasia y, por supuesto, Indonesia, donde no podemos pensar que se haya dicho la última palabra pese al aniquilamiento del Partido Comunista de ese país, al ocupar el poder los reaccionarios. Y, por supuesto, el Oriente Medio. En América Latina se lucha con las armas en la mano en Guatemala, Colombia, Venezuela y Bolivia y despuntan ya los primeros brotes en Brasil. Hay otros focos de resistencia que aparecen y se extinguen. Pero casi todos los países de este continente están maduros para una lucha de tipo tal, que para resultar triunfante, no puede conformarse con menos que la instauración de un gobierno de corte socialista. En este continente se habla prácticamente una lengua, salvo el caso excepcional del Brasil, con cuyo pueblo los de habla hispana pueden entenderse, dada la similitud de ambos idiomas. Hay una identidad tan grande entre las clases de estos países que logran una identificación de tipo “internacional americano”, mucho más completa que en otros continentes. Lengua, costumbres, religión, amo común, los unen. El grado y las formas de explotación son similares en sus efectos para explotadores y explotados de una buena parte de los países de nuestra América. Y la rebelión está madurando aceleradamente en ella. Podemos preguntarnos: esta rebelión, ¿cómo fructificará?; ¿de qué tipo será? Hemos sostenido desde hace tiempo, que dadas sus características similares, la lucha en América adquirirá, en su momento, dimensiones continentales. Será escenario de muchas grandes batallas dadas por la humanidad para su liberación. En el marco de esa lucha de alcance continental, las que actualmente se sostienen en forma activa son sólo episodios, pero ya han dado los mártires que figurarán en la

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historia americana como entregando su cuota de sangre necesaria en esta última etapa de la lucha por la libertad plena del hombre. Allí figurarán los nombres del comandante Turcios Lima, del cura Camilo Torres, del comandante Fabricio Ojeda, de los comandantes Lobatón y Luis de la Puente Uceda, figuras principalísimas en los movimientos revolucionarios de Guatemala, Colombia, Venezuela y Perú. Pero la movilización activa del pueblo crea sus nuevos dirigentes: César Montes y Yon Sosa levantan la bandera en Guatemala, Fabio Vázquez y Marulanda lo hacen en Colombia, Douglas Bravo en el occidente del país y Américo Martín en El Bachiller, dirigen sus respectivos frentes en Venezuela. Nuevos brotes de guerra surgirán en estos y otros países americanos, como ya ha ocurrido en Bolivia, e irán creciendo, con todas las vicisitudes que entraña este peligroso oficio de revolucionario moderno. Muchos morirán víctimas de sus errores, otros caerán en el duro combate que se avecina; nuevos luchadores y nuevos dirigentes surgirán al calor de la lucha revolucionaria. El pueblo irá formando sus combatientes y sus conductores en el marco selectivo de la guerra misma, y los agentes yanquis de represión aumentarán. Hoy hay asesores en todos los países donde la lucha armada se mantiene y el ejército peruano realizó, al parecer, una exitosa batida contra los revolucionarios de ese país, también asesorado y entrenado por los yanquis. Pero si los focos de guerra se llevan con suficiente destreza política y militar, se harán prácticamente imbatibles y exigirán nuevos envíos de los yanquis. En el propio Perú, con tenacidad y firmeza, nuevas figuras aún no completamente conocidas, reorganizan la lucha guerrillera. Poco a poco, las armas obsoletas que bastan para la represión de pequeñas bandas armadas, irán convirtiéndose en armas modernas y los grupos de asesores en combatientes norteamericanos, hasta que, en un momento dado, se vean obligados a enviar cantidades crecientes de tropas regulares para asegurar la relativa estabilidad de un poder cuyo ejército nacional títere se desintegra ante los combates de las guerrillas. Es el camino de Vietnam; es el camino que deben seguir los pueblos; es el camino que seguirá América, con la característica especial de que los grupos en armas pudieran formar algo así como Juntas de Coordinación para hacer más difícil la tarea represiva del imperialismo yanqui y facilitar la propia causa. América, continente olvidado por las últimas luchas políticas de liberación, que empieza a hacerse sentir a través de la Tricontinental en la voz de la vanguardia de sus pueblos, que es la Revolución cubana, tendrá una tarea de mucho mayor relieve: la de la creación del segundo o tercer Vietnam del mundo. En definitiva, hay que tener en cuenta que el imperialismo es un sistema mundial, última etapa del capitalismo, y que hay que batirlo en una gran confrontación mundial. La finalidad estratégica de esa lucha debe ser la destrucción del imperialismo. La participación que nos toca a nosotros, los explotados y atrasados del mundo, es la de

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eliminar las bases de sustentación del imperialismo: nuestros pueblos oprimidos, de donde extraen capitales, materias primas, técnicos y obreros baratos y a donde exportan nuevos capitales —instrumentos de dominación —, armas y toda clase de artículos, sumiéndonos en una dependencia absoluta. El elemento fundamental de esa finalidad estratégica será, entonces, la liberación real de los pueblos; liberación que se producirá, a través de lucha armada, en la mayoría de los casos, y que tendrá, en América, casi indefectiblemente, la propiedad de convertirse en una revolución socialista. Al enfocar la destrucción del imperialismo, hay que identificar a su cabeza, la que no es otra que los Estados Unidos de Norteamérica. Debemos realizar una tarea de tipo general que tenga como finalidad táctica sacar al enemigo de su ambiente obligándolo a luchar en lugares donde sus hábitos de vida choquen con la realidad imperante. No se debe despreciar al adversario; el soldado norteamericano tiene capacidad técnica y está respaldado por medios de tal magnitud que lo hacen temible. Le falta esencialmente la motivación ideológica, que tienen en grado sumo sus más enconados rivales de hoy: los soldados vietnamitas. Solamente podremos triunfar sobre ese ejército en la medida en que logremos minar su moral. Y ésta se mina infligiéndole derrotas y ocasionándole sufrimientos repetidos. Pero este pequeño esquema de victorias encierra dentro de sí sacrificios inmensos de los pueblos, sacrificios que debe exigirse desde hoy, a la luz del día, y que quizás sean menos dolorosos que los que debieron soportar si rehuyéramos constantemente el combate, para tratar de que otros sean los que nos saquen las castañas del fuego. Claro que, el último país en liberarse, muy probablemente lo hará sin lucha armada, y los sufrimientos de una guerra larga y tan cruel como la que hacen los imperialistas, se le ahorrarán a ese pueblo. Pero tal vez sea imposible eludir esa lucha o sus efectos, en una contienda de carácter mundial y se sufra igual o más aún. No podemos predecir el futuro, pero jamás debemos ceder a la tentación claudicante de ser los abanderados de un pueblo que anhela su libertad, pero reniega de la lucha que ésta conlleva y la espera como un mendrugo de victoria. Es absolutamente justo evitar todo sacrificio inútil. Por eso es tan importante el esclarecimiento de las posibilidades efectivas que tiene la América dependiente de liberarse en formas pacíficas. Para nosotros está clara la solución de este interrogante; podrá ser o no el momento actual el indicado para iniciar la lucha, pero no podemos hacernos ninguna ilusión, ni tenemos derecho a ello de lograr la libertad sin combatir. Y los combates no serán meras luchas callejeras de piedras contra gases lacrimógenos, ni de huelgas generales pacíficas; ni será la lucha de un pueblo enfurecido que destruya en dos o tres días el andamiaje represivo de las oligarquías gobernantes; será

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una lucha larga, cruenta, donde su frente estará en los refugios guerrilleros, en las ciudades, en las casas de los combatientes —donde la represión irá buscando víctimas fáciles entre sus familiares — en la población campesina masacrada, en las aldeas o ciudades destruidas por el bombardeo enemigo. Nos empujan a esa lucha; no hay más remedio que prepararla y decidirse a emprenderla. Los comienzos no serán fáciles; serán sumamente difíciles. Toda la capacidad de represión, toda la capacidad de brutalidad y demagogia de las oligarquías se pondrá al servicio de su causa. Nuestra misión, en la primera hora, es sobrevivir, después actuará el ejemplo perenne de la guerrilla realizando la propaganda armada en la acepción vietnamita de la frase, vale decir, la propaganda de los tiros, de los combates que se ganan o se pierden, pero se dan, contra los enemigos. La gran enseñanza de la invencibilidad de la guerrilla prendiendo en las masas de los desposeídos. La galvanización del espíritu nacional, la preparación para tareas más duras, para resistir represiones más violentas. El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal. Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aun dentro de los mismos: atacarlo dondequiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite. Entonces su moral irá decayendo. Se hará más bestial todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que asoma. Y que se desarrolle un verdadero internacionalismo proletario; con ejércitos proletarios internacionales, donde la bandera bajo la que se luche sea la causa sagrada de la redención de la humanidad, de tal modo que morir bajo las enseñas de Vietnam, de Venezuela, de Guatemala, de Laos, de Guinea, de Colombia, de Bolivia, de Brasil, para citar sólo los escenarios actuales de la lucha armada sea igualmente glorioso y apetecible para un americano, un asiático, un africano y, aun, un europeo. Cada gota de sangre derramada en un territorio bajo cuya bandera no se ha nacido, es experiencia que recoge quien sobrevive para aplicarla luego en la lucha por la liberación de su lugar de origen. Y cada pueblo que se libere, es una fase de la batalla por la liberación del propio pueblo que se ha ganado. Es la hora de atemperar nuestras discrepancias y ponerlo todo al servicio de la lucha. Que agitan grandes controversias al mundo que lucha por la libertad, lo sabemos todos y no lo podemos esconder. Que han adquirido un carácter y una agudeza tales que luce sumamente difícil, si no

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imposible, el diálogo y la conciliación, también lo sabemos. Buscar métodos para iniciar un diálogo que los contendientes rehúyen es una tarea inútil. Pero el enemigo está allí, golpea todos los días y amenaza con nuevos golpes y esos golpes nos unirán, hoy, mañana o pasado. Quienes antes lo capten y se preparen a esa unión necesaria tendrán el reconocimiento de los pueblos. Dadas las virulencias e intransigencias con que se defiende cada causa, nosotros, los desposeídos, no podemos tomar partido por una u otra forma de manifestar las discrepancias, aun cuando coincidamos a veces con algunos planteamientos de una u otra parte, o en mayor medida con los de una parte que con los de la otra. En el momento de la lucha, la forma en que se hacen visibles las actuales diferencias constituyen una debilidad; pero en el estado en que se encuentran, querer arreglarlas mediante palabras es una ilusión. La historia las irá borrando o dándoles su verdadera explicación. En nuestro mundo en lucha, todo lo que sea discrepancia en torno a la táctica, método de acción para la consecución de objetivos limitados, debe analizarse con el respeto que merecen las apreciaciones ajenas. En cuanto al gran objetivo estratégico, la destrucción total del imperialismo por medio de la lucha, debemos ser intransigentes. Sinteticemos así nuestras aspiraciones de victoria: destrucción del imperialismo mediante la eliminación de su baluarte más fuerte: el dominio imperialista de los Estados Unidos de Norteamérica. Tomar como función táctica la liberación gradual de los pueblos, uno a uno o por grupos, llevando al enemigo a una lucha difícil fuera de su terreno; liquidándole sus bases de sustentación, que son territorios dependientes. Eso significa una guerra larga. Y, lo repetimos una vez más, una guerra cruel. Que nadie se engañe cuando la vaya a iniciar y que nadie vacile en iniciarla por temor a los resultados que pueda traer para su pueblo. Es casi la única esperanza de victoria. No podemos eludir el llamado de la hora. Nos lo enseña Vietnam con su permanente lección de heroísmo, su trágica y cotidiana lección de lucha y de muerte para lograr la victoria final. Allí, los soldados del imperialismo encuentran la incomodidad de quien, acostumbrado al nivel de vida que ostenta la nación norteamericana, tiene que enfrentarse con la tierra hostil; la inseguridad de quien no puede moverse sin sentir que pisa territorio enemigo; la muerte a los que avanzan más allá de sus reductos fortificados, la hostilidad permanente de toda la población. Todo eso va provocando la repercusión interior en los Estados Unidos; va haciendo surgir un factor atenuado por el imperialismo en pleno vigor, la lucha de clases aun dentro de su propio territorio.

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¡Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Vietnam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su heroísmo cotidiano, con sus golpes repetidos al imperialismo, con la obligación que entraña para éste de dispersar sus fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo! Y si todos fuéramos capaces de unirnos, para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún más efectiva, ¡qué grande sería el futuro, y qué cercano! Si a nosotros, los que en un pequeño punto del mapa del mundo cumplimos el deber que preconizamos y ponemos a disposición de la lucha este poco que nos es permitido dar: nuestras vidas, nuestro sacrificio, nos toca alguno de estos días lanzar el último suspiro sobre cualquier tierra, ya nuestra, regada con nuestra sangre, sépase que hemos medido el alcance de nuestros actos y que no nos consideramos nada más que elementos en el gran ejército del proletariado, pero nos sentimos orgullosos de haber aprendido de la Revolución cubana y de su gran dirigente máximo la gran lección que emana de su actitud en esta parte del mundo: “(…) qué importan los peligros o sacrificios de un hombre o de un pueblo, cuando está en juego el destino de la humanidad.” Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de Norteamérica. En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ése, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria. Fuente: marxists.org Este mensaje fue leído en la Reunión de la Tricontinental porque el Che ya estaba en Bolivia, donde empieza su diario el 7 de noviembre de 1966, diario fotografiado por el agente de la CIA, Félix Ismael Rodríguez Mendigutia, el mismo que le preguntó en La Higuera si sabía quién era y le dijo: Si, un traidor, y le escupió en su asquerosa cara.

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Campaña de Bolivia Tras la retirada del Congo, el Che se ocultó varias semanas en la embajada cubana en Tanzania donde aprovechó para escribir su memoria de la fracasada experiencia, que luego se publicaría en 1999 como: Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo. Con posterioridad se trasladó a Praga donde permaneció por cinco meses en una casa de seguridad del servicio secreto cubano. Se trata de uno de los períodos menos conocidos de su vida en los que analizó sus próximos pasos que lo llevarían a iniciar la acción guerrillera en Bolivia. Algunos de sus biógrafos consideran que es altamente probable que haya estudiado y escrito mucho, pero hasta 2006 no había certeza de que existan los supuestos cuadernos de Praga. Sin embargo, de este período datan las anotaciones y comentarios al manual oficial soviético sobre Economía política, con gran variedad de críticas y reformulaciones del llamado socialismo científico. Estos textos fueron considerados una herejía y aún permanecen en su mayor parte inéditos. Tras analizar varias opciones, decidió establecer un foco guerrillero en Bolivia, un país que, estando en el corazón de Sudamérica, y limitando con Argentina, Chile, Perú, Brasil y Paraguay, permitía extender con facilidad la guerra de guerrillas a todo el subcontinente, sobre todo a su país natal. El 21 de julio de 1966 el Che volvió secretamente a Cuba. Allí se reunió con Fidel Castro, su esposa, Orlando Borrego y el grupo de guerrilleros que lo acompañaría a Bolivia. El 2 de noviembre, sin revelar su identidad, vio por última vez a sus hijos, con excepción de Hilda Beatriz, la mayor, debido a que podría reconocerlo. Años más tarde su esposa la Dra. Aleida March publicaría la carta de Fidel pidiendo que regrese a Cuba. Esta carta está publicada en Rebelión el 2/11/2009 y forma parte del Prólogo del libro, Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo publicado por la editorial latinoamericana el Ocean Sur en julio de 2009, dice así:

Querido Ramón (Che Guevara): Los acontecimientos han ido delante de mis proyectos de carta. Me había leído íntegro el proyecto de libro sobre tu experiencia en el C. (Congo) y también, de nuevo, el manual sobre guerrillas, al objeto de poder hacer un análisis lo mejor posible sobre estos temas, sobre todo, teniendo en cuenta el interés práctico con relación a los planes en la tierra de Carlitos (Carlos Gardel). Aunque de inmediato no tiene objeto que te hable de esos temas, me limito por el momento a decirte que encontré sumamente interesante el trabajo sobre el C. y creo que vale realmente la pena el esfuerzo que hiciste para dejar constancia escrita de todo. (…).

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Sobre tu situación Acabo de leer tu carta a Bracero (Osmany Cienfuegos) y de hablar extensamente con la Doctora (Aleida March). En los días en que aquí parecía inminente una agresión yo sugerí a varios compañeros la idea de proponerte que vinieras; idea que realmente resultó estar en la mente de todos. El Gallego (Manuel Piñeiro) se encargó de sondear tu opinión. Por la carta a Bracero veo que tú estabas pensando exactamente igual. Pero en estos precisos instantes ya no podemos hacer planes en ese supuesto, porque, como te explicaba, nuestra impresión ahora es que de momento no va a ocurrir nada. Sin embargo, me parece que, dada la delicada e inquietante situación en que te encuentras ahí, debes, de todas formas, considerar la conveniencia de darte un salto hasta aquí. Tengo muy en cuenta que tú eres particularmente renuente a considerar cualquier alternativa que incluso poner por ahora un pie en Cuba, como no sea en el muy excepcional caso mencionado arriba. Eso, sin embargo, analizado fría y objetivamente, obstaculiza tus propósitos; algo peor, los pone en riesgo. A mí me cuesta trabajo resignarme a la idea de que eso sea correcto e incluso de que pueda justificarse desde un punto de vista revolucionario. Tu estancia en el llamado punto intermedio aumenta los riesgos; dificulta extraordinariamente las tareas prácticas a realizar; lejos de acelerar, retrasa la realización de los planes y te somete, además, a una espera innecesariamente angustiosa, incierta, impaciente. Y todo eso, ¿por qué y para qué? No media ninguna cuestión de principios, de honor o de moral revolucionaria que te impida hacer un uso eficaz y cabal de las facilidades con que realmente puedes contar para cumplir tus objetivos. Hacer uso de las ventajas que objetivamente significan poder entrar y salir de aquí, coordinar, planear, seleccionar y entrenar cuadros y hacer desde aquí todo lo que con tanto trabajo solo deficientemente puedes realizar desde ahí u otro punto similar, no significa ningún fraude, ninguna mentira, ningún engaño al pueblo cubano o al mundo. Ni hoy, ni mañana, ni nunca nadie podría considerarlo una falta, y menos que nadie tú ante tu propia conciencia. Lo que sí sería una falta grave, imperdonable, es hacer las cosas mal pudiéndolas hacer bien. Tener un fracaso cuando existen todas las posibilidades del éxito. No insinúo ni remotamente un abandono o posposición de los planes ni me dejo llevar de consideraciones pesimistas ante las dificultades surgidas. Muy al contrario, porque creo que las dificultades pueden ser superadas y que contamos más que nunca con la experiencia, la convicción y los medios para llevar a cabo los planes con éxito, es por lo que sostengo que debemos hacer el uso más racional y óptimo de los conocimientos; los recursos y las facilidades que se cuenta. ¿Es que realmente desde que se engendró la ya vieja idea tuya de proseguir la acción en el otro escenario,

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has podido alguna vez disponer de tiempo para dedicarte por entero a la cuestión para concebir, organizar y ejecutar los planes hasta donde ello sea posible? (…) Es una enorme ventaja en este caso que tú puedes utilizar esto, disponer de casas, fincas aisladas, montañas, cayos solitarios y todo cuanto sea absolutamente necesario para organizar y dirigir personalmente los planes, dedicando a ello ciento por ciento tu tiempo, auxiliándote de cuantas personas sean necesarias, sin que tu ubicación la conozcan más que un reducidísimo número de personas. Tú sabes absolutamente bien que puedes contar con estas facilidades, que no existe la más remota posibilidad de que por razones de estado o de política vayas a encontrar dificultades o interferencias. Lo más difícil de todo, que fue la desconexión oficial, ha sido logrado, y no sin tener que pagar un determinado precio de calumnias, intrigas, etcétera. ¿Es justo que no saquemos todo el provecho posible de ello? ¿Pudo contar ningún revolucionario con tan ideales condiciones para cumplir su misión histórica en una hora en que esa misión cobra singular relevancia para la humanidad, cuando se entabla la más decisiva y crucial lucha por el triunfo de los pueblos? (…) (…) ¿Por qué no hacer las cosas bien hechas si tenemos todas las posibilidades para ello? ¿Por qué no nos tomamos el mínimo de tiempo necesario aunque se trabaje con la mayor rapidez? ¿Es que acaso Marx, Engels, Lenin, Bolívar, Martí no tuvieron que someterse a esperas que en ocasiones duraron décadas? Y en aquellas épocas no existían ni el avión ni el radio ni los demás medios que hoy acortan las distancias y aumentan el rendimiento de cada hora de la vida de un hombre. Nosotros en Méjico, tuvimos que invertir 18 meses antes de regresar aquí. Yo no te planteo una espera de décadas ni de años siquiera, solo de meses, puesto que yo creo que en cuestión de meses, trabajando en la forma que te sugiero, puedes ponerte en marcha en condiciones extraordinariamente más favorables de las que estamos tratando de lograr ahora. Sé que cumples los treinta y ocho el día 14. ¿Piensas acaso que a esa edad un hombre empieza a ser viejo? Por lo tanto esta carta fue escrita en mayo-junio de 1966. Espero no te produzcan fastidio y preocupación estas líneas. Sé que si las analizas serenamente me darás la razón con la honestidad que te caracteriza. Pero aunque tomes otra decisión absolutamente distinta, no me sentiré por eso defraudado. Te las escribo con entrañable afecto y la más profunda y sincera admiración a tu lúcida y noble inteligencia, tu intachable conducta y tu inquebrantable carácter de revolucionario íntegro, y el hecho de que puedas ver las cosas de otra forma no variará un ápice esos sentimientos ni entibiará lo más mínimo nuestra cooperación. F. C. R.

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Ese mismo año el Che regresa a Cuba. Tras dos meses y medio de intenso entrenamiento en riguroso secreto en la provincia cubana de Pinar del Río en una finca expropiada a un yanqui en 1959. Parten para Bolivia a últimos de octubre de 1966, en grupos de tres en tres, donde reciben el apoyo de la red que dirige en La Paz, Tamara Bunke (Tania), con militantes de ELN de Bolivia. El Partido Comunista de Bolivia y su secretario general Mario Monje se mantienen al margen, tienen que cumplir con los deseos de los soviéticos de coexistencia pacífica con el imperio. En 1966 Bolivia estaba gobernada por una dictadura militar dirigida por el General René Barrientos, que había derrocado al Presidente Víctor Paz Estenssoro y puesto fin a la Revolución de 1952, de tendencia nacionalista-popular, impulsada por el MNR. El 7 de noviembre de 1966, día en que comienza su Diario de Bolivia, Ernesto Guevara se instaló en una zona montañosa y selvática ubicada cerca del río Ñancahuazú, en el sudeste del país, donde las últimas estribaciones de la Cordillera de los Andes se unen con la región del Gran Chaco. El grupo guerrillero estable estaba integrado por 16 cubanos, entre ellos muchos de los hombres de su círculo íntimo (la flor y nata de la revolución cubana), 26 bolivianos, 3 peruanos y 2 argentinos. En total 47 combatientes, de los cuales Tania era la única mujer, que se incorpora a la guerrilla junto a Debray y Bustos en febrero de 1967, aunque en el grupo de apoyo desempeñó también un importante papel Loyola Guzmán quien resultó detenida y torturada. El 11 de marzo de 1967 dos desertores fueron detenidos poniendo sobre aviso al gobierno, que, ese mismo día, solicitó la cooperación de Estados Unidos y organizó un sistema de inteligencia coordinado con Argentina, Brasil, Chile, Perú y Paraguay. El 23 de marzo comenzaron los enfrentamientos armados: el ELN copó a una unidad militar y mató a siete soldados. Poco después dejaron el campamento para escapar del cerco que comenzó a formar el ejército boliviano. El 3 de abril Guevara dividió sus fuerzas, poniendo a Juan Acuña Núñez (Vilo o Joaquín) al mando de la segunda columna. Ambos grupos se separaron y no volverían a encontrarse. En sucesivas escaramuzas fueron muriendo sus hombres: Jesús Suárez Gayol, Jorge Vázquez Viaña (Loro), a quien dieron por desaparecido, y Eliseo Reyes, que lo acompañaba desde Sierra Maestra. El 20 de abril la guerrilla sufrió un duro golpe al ser capturados Régis Debray y Ciro Bustos, junto a un falso periodista anglo-chileno de nombre George Andrew Roth miembro de la CIA, cuando intentaban dejar la zona. Ambos fueron torturados y terminaron brindando información clave, el francés hablando más de la cuenta, cosa que sigue haciendo con el Che 48 años enterrado y el argentino proporcionando dibujos de todos los guerrilleros a la CIA, se cubrieron de “gloria” los dos.

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Los actos de Debray y Bustos, bajo tortura o no, no tienen escusa porque la cobardía ya la habían demostrado mucho antes de abandonar al grupo guerrillero y el Che se dio cuenta de inmediato, por eso les propuso abandonar la zona lo antes posible. En ese momento escribió su Mensaje a los Pueblos del Mundo que fue leído en la reunión de la Tricontinental (Asia, África y América Latina), y que contiene sus afirmaciones más radicales y contundentes, proponiendo una guerra mundial abierta contra Estados Unidos, en clara contradicción con la “coexistencia pacífica” que sostenía por entonces la Unión Soviética y los partidos comunistas latinoamericanos dentro del marco conceptual de la Guerra Fría. Guevara encabezó ese documento con una de sus frases más recordadas:

Crear dos, tres...Vietnam, es la consigna. El texto del documento está referido a las guerras limitadas que se generaron en todos los continentes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, señalando la extrema crueldad que los Estados Unidos estaba aplicando en Vietnam y cómo, a pesar de que el pueblo vietnamita estaba luchando solo, la superpotencia estadounidense se encontraba “empantanada”. Guevara concluye entonces que el imperialismo utiliza la guerra como chantaje y que la respuesta de los pueblos debería ser no temer a la guerra. El Che continúa diciendo en el documento que, bajo la consigna; “no permitiremos otra Cuba”, los Estados Unidos estaban afirmando que estaban dispuestos a una cruenta intervención generalizada con el fin de evitarlo. Analiza luego las intervenciones en cada continente, para concluir que en América Latina estaba madurando una rebelión, que adquiriría carácter continental. Guevara advierte entonces que la liberación no sería permitida por Estados Unidos pacíficamente, y que no había que hacerse ilusiones, ya que se trataría de una guerra larga, en la que “la represión irá buscando víctimas fáciles”, masacrando a la población campesina o bombardeando ciudades. Debido entonces que los pueblos eran empujados a la lucha, no había más remedio que prepararse para ella. Sostiene que las oligarquías utilizarían “toda la capacidad de represión, toda la capacidad de brutalidad y demagogia”, y que la primera tarea sería sobrevivir y prepararse espiritualmente para “resistir represiones más violentas”. Propone entonces recurrir al odio como “factor de lucha” para soportar esas agresiones y poder “galvanizar el espíritu nacional”, sosteniendo que “un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal”. Advierte entonces que luego, habrá que llevar la guerra también a los países agresores, y que seguramente eso los harían más bestiales pero también minaría su moral. Y termina sosteniendo que todas las luchas populares del mundo deberían unirse:

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Ernesto Guevara de la Serna

1928

“Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de Norteamérica”. El 1 de agosto de 1967, la CIA envió dos agentes para sumarse a la caza del Che Guevara: los cubano-estadounidenses Gustavo Villoldo y Félix Ismael Rodríguez. El 31 de agosto de 1967, el ejército emboscó a la segunda columna en Vado del Yeso, cuando cruzaban el río, resultando que todos excepto uno morirían: Vilo Acuña, Tamara Bunke, Apolinar Aquino, Walter Arencibia, Moisés Guevara, Gustavo Machín, Freddy Maymura, Israel Reyes y Restituto Cabrera. Sus cuerpos fueron expuestos primero como trofeos, y luego enterrados clandestinamente. Después de dar un gran rodeo y tomar Samaipata por unas horas, la primera columna había quedado aislada y con la salida hacia el Río Grande bloqueada, lo que los obligó a subir la montaña en dirección a La Higuera. El 26 de septiembre entraron al pequeño caserío de La Higuera y, al salir, la vanguardia fue emboscada, muriendo tres de ellos (Coco Peredo, Mario Gutiérrez y Manuel Hernández). Los 17 supervivientes escaparon trepando aún más y el 7 de octubre comenzaron a bajar hacia el río. Esa noche Ernesto Guevara hizo la última anotación en su diario: “OCTUBRE 7. Se cumplieron los 11 meses de nuestra inauguración guerrillera sin complicaciones, bucólicamente; hasta las 12.30 hora en que una vieja, pastoreando sus chivas entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apresarla. La mujer no ha dado ninguna noticia fidedigna sobre los soldados, contestando a todo que no sabe, que hace tiempo que no va por allí. Sólo dio información sobre los caminos; de resultados del informe de la vieja se desprende que estamos aproximadamente a una legua de Higueras y otra de Jagüey y unas 2 de Pucará. A las 17.30, Inti, Aniceto y Pablito fueron a casa de la vieja que tiene una hija postrada y una medio enana; se le dieron 50 pesos con el encargo de que no fuera a hablar ni una palabra, pero con pocas esperanzas de que cumpla a pesar de sus promesas. Salimos los 17 con una luna muy pequeña y la marcha fue muy fatigosa y dejando mucho rastro por el cañón donde estábamos, que no tiene casas cerca, pero sí sembradíos de papa regados por acequias del mismo arroyo. A las 2 paramos a descansar, pues ya era inútil seguir avanzando. El Chino se convierte en una verdadera carga cuando hay que caminar de noche. El Ejército dio una rara información sobre la presencia de 250 hombres en Serrano para impedir el paso de los cercados en número de 37 dando la zona de nuestro refugio entre el río Acero y el Oro. La noticia parece diversionista”

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“El Che”

1967

El 8 de octubre de 1967 El grupo de guerrilleros que comandaba Che Guevara fueron sorprendidos en la Quebrada del Yuro. El Che Guevara ordenó dividir el grupo en dos, enviando a los enfermos delante y quedándose con el resto a enfrentarse a las tropas del gobierno. Harry Villegas (Pombo), uno de los cinco sobrevivientes, cuenta así ese momento crítico: “Yo pienso que él pudo escapar. Pero traía un grupo de gente enferma que no se podía desplazar a la misma velocidad que él. Cuando el ejército comienza la persecución, decide pararse y dice a los enfermos que sigan. Entretanto el cerco se va cerrando. Sin embargo, los enfermos logran salir. O sea, el enemigo fue más lento que los enfermos. A los que venían en la persecución directa, el Che los aguanta. Cuando él va a continuar, el cerco se cerró y entonces se produce el enfrentamiento directo. Pero si él hubiese salido con los enfermos, se habría salvado.” Transcurridas tres horas de combate, Guevara resultó herido levemente en una pierna y capturado con Simeón Cuba (Willy), mientras que tres de sus hombres perdieron la vida: Rene Martínez Tamayo, Orlando Pantoja (Olo) y Aniceto Reinaga. Alberto Fernández Montes de Oca fue malherido y murió al día siguiente. También al día siguiente sería capturado Juan Pablo Chang (el Chino). Otros cuatro guerrilleros fueron perseguidos y murieron en el Combate de Cajones, cuatro días después: Octavio de la Concepción de la Pedraja (Moro), Francisco Huanca (Pablo), Lucio Garvan (Eustaquio) y Jaime Arana (Chapaco). Los seis guerrilleros que iban delante, Harry Villegas (Pombo), Dariel Alarcón (Benigno), Leonardo Tamayo (Urbano), Inti Peredo, David Adriazola (Darío) y Julio Méndez Korne (Ñato) lograron escapar. El ejército los persiguió abatiendo a Ñato, pero los cinco restantes lograron finalmente salir de Bolivia hacia Chile.

9 de octubre de 1967 - 1:10 pm, La Higuera (Bolivia) En el combate de Quebrada del Churo, Guevara fue herido de bala en su pierna izquierda, hecho prisionero junto con Simeón Cuba (Willy) y trasladado a La Higuera donde fueron recluidos en la escuela, en aulas separadas. Allí colocarían también los cadáveres de los guerrilleros muertos y también sería recluido al día siguiente, Juan Pablo Chang. Entre las pertenencias requisadas por los militares estaba el Diario que el Che llevaba en Bolivia. El 9 de octubre por la mañana el gobierno de Bolivia anunció que Ernesto Guevara había muerto en combate el día anterior. Simultáneamente llegaron el coronel Joaquín Zenteno Anaya y el agente de la CIA Félix Rodríguez Mendigutia.

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Ernesto Guevara de la Serna

1928

Poco después del mediodía el presidente Barrientos dio la orden de ejecutar al Che Guevara. Existen dudas y versiones contradictorias sobre el grado de apoyo que la decisión tuvo por parte de Estados Unidos, pero lo cierto es que, tal como está registrado en el propio informe secreto de Félix Rodríguez, la CIA estaba presente en el lugar. Fue el agente Rodríguez quien recibió la orden de fusilar a Guevara y quien la transmitió a los oficiales bolivianos, así como fue él también quien le comunicó al Che Guevara que sería fusilado. Antes del fusilamiento Félix Ismael Rodríguez lo interrogó y lo sacó del aula para tomarle varias fotografías, las últimas en las que aparece con vida. El propio Rodríguez relata ese momento de este modo: “Salí de la habitación, aquello estaba lleno de soldados afuera. Me dirigí al Sargento Terán que sabía que estaba siendo de ejecutor de todo eso. Le dije, sargento hay instrucciones de su gobierno de eliminar al prisionero. Me puse la mano al nivel de la barbilla. No le tire de aquí para arriba, tírele de aquí para abajo pues se supone que este hombre haya muerto de heridas en combate. Sí mi capitán, sí mi capitán dijo. Era aproximadamente la una de la tarde de Bolivia. De ahí entonces me retire al lugar avanzado donde yo había fotografiado el diario y a la una y diez aproximadamente escuche una ráfaga pequeña. Mandé a Terán que efectuara la orden. Le dije que debía dispararle (al Che) bajo el cuello ya que así podríamos probar que había sido muerto en combate. Terán pidió un fusil y entró a la sala con dos soldados: cuando escuché los disparos anoté en mi cuaderno 1:10 pm, 9 de octubre de 1967.” Entrevista de Claudio Gatti a Félix Ismael Rodríguez Mendigutia Lo que no cuenta el “gusano” de Félix Ismael, es la primera escena dice José Miguel Ayoroa (Coronel boliviano): “Uno de los hombres de la CIA era Félix Rodríguez, un cubano exiliado, que entró en la escuelita al grito de “¿Tú sabes quién soy yo?”. El Che lo miró con asco y le contestó: “Sí, un traidor”, y le escupió en la cara.”

Escuela de La Higuera, donde estuvo prisionero y asesinado el Che Guevara. 148


“El Che”

1967

Bueno pues, Pierre Kalfon en su libro; Che Ernesto Guevara, una leyenda de nuestro siglo Círculo de Lectores (1998) págs. 588/589 escribe otra versión de los hechos. En ellas explica que el coronel Zenteno está nervioso, ha contactado dos veces por radio poco codificada y pregunta; ¿Todavía nada?,- Todavía nada mí coronel – le responden. Sobre las 11 La Paz responde: “Nada de prisioneros”, lo cual significa; ejecución inmediata. “No queremos otro Debray” para Barrientos enfrentarse a otro proceso sería su tumba cómo político. Para Félix Ismael Rodríguez el agente de la CIA que está presente esto supone un contratiempo, la agencia había estado especulando con el posible asesinato del Che a manos de Fidel Castro y ahora aparece vivo en Bolivia, le trastoca toda la campaña, necesita al Che vivo para llevarlo a EE.UU. e iniciar otra que demuestre el peligro del comunismo para los pueblos de América. Esto entra en contradicción con la anterior versión. Poco antes Simeón Cuba y Juan Pablo Chang habían corrido la misma suerte. En 1977 la revista Paris Match entrevistó a Mario Terán quien relató del siguiente modo los últimos instantes del Che Guevara: “Dudé 40 minutos antes de ejecutar la orden. Me fui a ver al coronel Pérez con la esperanza de que la hubiera anulado. Pero el coronel se puso furioso. Así es que fui. Ése fue el peor momento de mi vida. Cuando llegué, el Che estaba sentado en un banco. Al verme dijo: “Usted ha venido a matarme”. Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. Entonces me preguntó: “¿Qué han dicho los otros?”. Le respondí que no habían dicho nada y él contestó: “¡Eran unos valientes!”. Yo no me atreví a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. “¡Póngase sereno —me dijo— y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!”. Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto.” Curiosamente serían los médicos cubanos quienes en 2007 devolverían la vista a Terán, operándole de cataratas, en el marco de una de las campañas de solidaridad con el gobierno boliviano de Evo Morales; la noticia se dio a conocer por el periódico oficial Granma en el aniversario de la muerte de Guevara que decía en titulares:

“Mario Terán intentó con su crimen destruir un sueño y una idea. El Che vuelve a ganar otro combate. Y continúa en campaña.”

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Ernesto Guevara de la Serna

1928

El hijo de Terán pidió al periódico de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra que se publicara una nota de agradecimiento a los médicos cubanos por la labor realizada. La tarde del 9 de octubre de 1967, el cuerpo del Che Guevara fue llevado en helicóptero a Vallegrande y fue colocado en el lavadero del hospital Nuestro Señor de Malta, donde permaneció en exhibición pública durante ese día y todo el día siguiente, introduciéndosele gran cantidad de formaldehído para evitar la descomposición. Cientos de personas (soldados, pobladores, curiosos, periodistas) concurrieron a ver el cuerpo. Hay gran cantidad de fotos de esos momentos, en las que el Che aparece con los ojos abiertos. Las monjas del hospital y las mujeres de la villa señalaron su parecido con Jesucristo y le cortaron mechones de cabello para preservarlos como reliquias. Los soldados y funcionarios se quedaron con cosas que llevaba el Che al morir. Debido a que ya estaba decidido que se haría desaparecer el cuerpo del Che Guevara, como el del resto de los guerrilleros, la noche del 10 de octubre se le cortaron las manos al cadáver para conservarlas como prueba de la muerte. Existen diversas versiones sobre el destino final del cadáver. El General Juan José Torres declaró que el cuerpo había sido cremado, mientras que el General Alfredo Ovando afirmó lo contrario. Hay consenso entre los militares bolivianos presentes en el lugar de que la orden de cremación fue real pero que no pudo ser ejecutada por carecer de los medios adecuados, y también para evitar una eventual reacción negativa de la población debido al hecho de que en Bolivia la cremación era ilegal. También existía cierto consenso en que el cadáver del Che había sido enterrado en la madrugada del 11 de octubre por el teniente coronel Selich, en una fosa diferente de los otros seis guerrilleros.

Búsqueda y hallazgo del cuerpo Desde el mismo año de su muerte el gobierno cubano comenzó la investigación tendente al hallazgo de los restos del Che Guevara y sus compañeros, sin mayores resultados. En 1995 viajó a Bolivia el doctor Jorge González Pérez, entonces director del Instituto de Medicina Legal de Cuba, dando inicio al proceso que los encontraría en 1997. Entre diciembre de 1995 y marzo de 1996, se habían hallado los restos de cuatro compañeros de Guevara que habían muerto en el combate del 14 de octubre de 1967 en Cajones. Estos fueron, Jaime Arana Campero, Octavio de la Concepción de la Pedraza, Lucio Edilverto Garvan Hidalgo y Francisco Huanca Flores. La investigación tenía como objetivo la recuperación de todos los guerrilleros caídos. De los 36 cadáveres 23 estaban enterrados en Vallegrande y 13 en otras zonas. 150


“El Che”

1967

El 28 de junio de 1997, gracias a las declaraciones el General retirado Mario Vargas Salinas y las presiones internacionales que llevaron al gobierno boliviano de Gonzalo Sánchez a autorizar el inicio de investigaciones, un equipo de científicos cubanos encontró en Valle Grande siete cuerpos enterrados clandestinamente en una sola fosa común, e identificaron entre ellos, con apoyo del Equipo Argentino de Antropología Forense, que fue el primer grupo que llegó el 29 de noviembre de 1995, al de Ernesto Guevara y los de seis de sus hombres, Alberto Fernández Montes de Oca (Pacho), René Martínez Tamayo (Arturo), Orlando Pantoja Tamayo (Olo), Aniceto Reinaga (Aniceto), Simeón Cuba (Willy) y Juan Pablo Chang (El Chino). El cadáver, de acuerdo con el informe del equipo, carecía de manos, registraba un alto contenido de formaldehído, y llevaba ropa y elementos compatibles con los que se supone que tenía al momento de ser enterrado (se encontró cubierto con una chaqueta que en uno de los bolsillos tenía una bolsa con picadura de tabaco de pipa). El 12 de julio de 1997 los presuntos restos fueron llevados a Cuba, donde fueron recibidos por una multitud para ser sepultados en Santa Clara en el Memorial de Ernesto Guevara donde se encuentran actualmente los restos de la mayoría de los guerrilleros que le acompañaron en su expedición.

Pensamiento El Che Guevara desarrolló una serie de ideas y conceptos que se han conocido como “guevarismo”. Su pensamiento tomaba el antimperialismo, el marxismo y el comunismo como elementos de base, pero con reflexiones sobre la forma de realizar una revolución y crear una sociedad socialista que le dieron identidad propia. Guevara otorgaba un papel fundamental a la lucha armada. A partir de su propia experiencia desarrolló toda una teoría sobre la guerrilla que ha sido definida como “foquismo”. Para él, cuando en un país existían “condiciones objetivas” para una revolución, un pequeño “foco” guerrillero podía crear las “condiciones subjetivas” y desencadenar un alzamiento general de la población. Para el Che existía un vínculo estrecho entre la guerrilla, los campesinos y la reforma agraria. Esta posición diferenció su pensamiento del socialismo europeo o soviético, más relacionado con la importancia de la clase obrera industrial, y lo acercó a las ideas maoístas. Su libro; La guerra de guerrillas, es un manual donde se exponen las tácticas y estrategias usadas en la guerrilla cubana.

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Ernesto Guevara de la Serna

1928

Otorgaba un rol fundamental a la ética individual, tanto del guerrillero durante la revolución, como del ciudadano en la sociedad socialista. Este aspecto lo desarrolló bajo el concepto del “hombre nuevo socialista”, al que veía como un individuo fuertemente movido por una ética personal que lo impulsa a la solidaridad y al bien común sin necesidad de incentivos materiales para ello. En este sentido Guevara otorgaba un valor central al trabajo voluntario al que veía como la actividad fundamental para formar al “hombre nuevo del segundo milenio”.

Memorial Ernesto Che Guevara – Santa Clara (Cuba)

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“El Che”

1967

GRUPO GUERRILLERO DEL CHE EN BOLIVIA NOMBRE

NACIONALIDAD

CONSECUENCIA

DETALLE

Murió ahogado

26/02/1967

Benjamín Coronado Córdova Lorgio Vaca Machetti Jesús Suárez Gayol

“ Cubano

Murió ahogado Muerto en combate

16/03/1967 10/04/1967

Jorge Vázquez Viaña

Boliviano

Asesinado clandestinamente

Herido en combate fue secuestrado del hospital por el ejército el 22/04/1967

Francés

No deja de injuriar al Che tras 48 años enterrado

Boliviano

Sobreviviente Jules Régis Debray Ciro Roberto Bustos Marco Eliseo Reyes Rodríguez Casildo Condón Vargas Antonio Sánchez Díaz Carlos Coello Coello “Tuma” Julio Velazco Montaño Serapio Aquino Tudela Raúl Quispaya Choque

Sobreviviente

Detenido el 20/04/1967 condenado a 30 años amnistiado en 1970

Argentino

Por miedo a la izquierda vive exiliado en Suecia

Detenido el 20/04/1967 condenado a 30 años amnistiado en 1970

Cubano

Muerto en combate

25/04/1967

Boliviano

02/06/1967

Cubano

02/06/1967

Cubano

26/06/1967

Boliviano

Abandonó y fue asesinado clandestinamente

Capturado por el Ejército boliviano el 30/06/1967

Muerto en combate

09/07/1967

30/07/1967

Eusebio Tapia Aruni

Sobreviviente

Fue detenido por el ejército el 25 de julio de 1967, fue detenido, torturado y condenado a 30 años de prisión. Amnistiado en 1970.

José María Martínez Antonio Núñez Tardío

Cubano

Muerto en combate

30/07/1967

Boliviano

09/08/1967

Cubano

Emboscada de Vado del Yeso el 31/08/1967

Cubano

Juan Vitalo Acuña Tamara Bunke Bider “Tania” Apolinar Aquino Quispe Walter Arencibia Ayala Moisés Guevara Rodríguez Gustavo Machín Hoed Israel Reyes Sayas

Argentina-Cubana Boliviano “ “

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Ernesto Guevara de la Serna

Fredy Maymura Hurtado José Castillo Chávez Restituto José Cabrera Roberto Pereda Leigue Manuel Hernández Osorio Antonio Domínguez Flores Orlando Jiménez Bazán René Martínez Tamayo Orlando Pantoja Tamayo Aniceto Reinaga Gordillo

1928

Boliviano

Asesinado clandestinamente

Hecho prisionero el 31 de agosto de 1967 en la emboscada de Puerto Mauricio. Asesinado horas después.

Sobreviviente

Único sobreviviente del Vado del Yeso.

Peruano

Asesinado clandestinamente

Sobreviviente de la emboscada de Puerto Mauricio del 31 de agosto de 1967. Fue atrapado y asesinado el 4 de septiembre de 1967, en el Río Palmarito

Boliviano

Muerto en combate

Quebrada de Batán, 26/09/1967

Cubano

Boliviano

Sobreviviente

Se entregó el 26/09/1967

Fue detenido por el ejército el 26/09/1967, fue detenido, torturado y condenado a 30 años de prisión. Amnistiado en 1970.

Cubano

Muerto en combate

Quebrada del Yuro 08/10/1967

Boliviano

Alberto Fernández Montes de Oca

Cubano

Ernesto Guevara el "Che"

Argentino-Cubano

Herido en combate, murió asesinado y ejecutado clandestinamente

Desangrado sin asistencia médica, un día después el 09/10/1967 Fusilado en La Higuera para simular muerte en combate el 09/10/1967.

Boliviano

Peruano

Cubano

Muerto en combate

12/10/1967

Boliviano

Asesinado clandestinamente

Peruano

Boliviano

Muerto en combate

15/11/1967

Sobreviviente

En 1969 volvió a organizar el ELN. Delatado y capturado en La Paz fue asesinado el 9//09/1969.

Simeón Cuba Sarabia Juan Pablo Chang Navarro “el Chino” Octavio de la Concepción de la Pedraza Jaime Arana Campero Lucio Edilberto Garvan Francisco Huanca Flores Julio Luis Méndez Korne Guido Álvaro Pereda

“ “

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“El Che”

1967

David Adriazola Veizaga

Boliviano

Sobreviviente

Antonio Villegas Tamayo

Cubano

Daniel Alarcón Ramírez

Leonardo Tamayo Núñez

Salustio Choque Choque

Loyola Guzmán Lara

En 1969 volvió a organizar el ELN. Delatado y capturado en La Paz fue asesinado el 31/12/1969.

Con posterioridad fue General de Brigada del Ejército Cubano. Con posterioridad se hizo opositor al gobierno de Fidel Castro. Con posterioridad fue coronel del ejército cubano.

Boliviano

Fue detenido, torturado y condenado a 30 años de prisión. Amnistiado en 1970.

Boliviana

Sobreviviente. Actualmente es una activista de los Derechos Humanos. Formó parte del Frente Amplio en las elecciones de 2014.

Fue detenida en la ciudad de La Paz, en septiembre de 1967 e intentó suicidarse arrojándose por una ventana cuando era interrogada.

En mula en la selva boliviana. Existe una historia poco edificante para la leyenda que la cabalga, pero la dejo si tengo espacio, para mejor ocasión.

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Ernesto Guevara de la Serna

1928

No quiero terminar este triste capítulo sin un recuerdo especial para un gran hombre; Carlos Coello Coello “Tuma”, no pudo conocer a su primer hijo, su mujer Esmérida Ferrer le puso por nombre Tuma en su memoria. Cuando se despidió de ella la dijo; “A donde vaya el Che, yo voy. Donde muera el Che, muero yo.” Una bala asesina le destrozó el hígado el 26 de junio de 1967. Que la madre tierra te sea leve Tuma. 156


“El Che”

1967

TANIA Haydee Tamara Bunke Bíder (Buenos Aires, Argentina, 19 de noviembre de 1937 – 31 de agosto de 1967 Vado del Yeso-Bolivia), más conocida como Tania.

Juventud Tamara Bunke Bider nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el 19 de noviembre de 1937. Su padre era alemán y su madre polaca, ambos militantes comunistas. En 1952, Tamara emigró junto a sus padres a la República Democrática Alemana, siendo admitida dentro del Partido Socialista Unificado de Alemania en 1955, a los 18 años. Posteriormente realizó viajes a países de África y América Latina, realizando estudios sobre folklore, aunque tras 1960 se sospechó que viajaba por órdenes del servicio de inteligencia de Alemania Oriental (Stasi). En Berlín Oriental estudió en la Facultad de Letras de la Universidad Humboldt, habiendo sido también instructora de tiro deportivo. Recibió con alegría el triunfo de la Revolución Cubana y conoció al Che Guevara en 1960, cuando éste viajó a la Alemania Oriental al frente de una delegación comercial del gobierno revolucionario cubano.

En Cuba En 1961 Tamara Bunke fue invitada a Cuba por el Ballet Nacional de ese país, a través de Alicia Alonso, siendo que dicho viaje no fue inicialmente aceptado por el Ministerio de Seguridad Interior de Alemania Oriental, al considerare a Bunke como un excelente proyecto de agente para la Stasi que no debería desaprovecharse en beneficio de otro país. Aun así Bunke insistió en aceptar la invitación, invocando la importancia decisiva de la revolución cubana, por lo cual la jefatura de la Stasi (dirigida entonces por Markus Wolf) no puso más objeciones. El gobierno de Alemania Oriental, no obstante, se desentendió oficialmente de las actividades futuras de Tamara Bunke, aunque mantuvo su afiliación en el Partido Socialista Unificado de Alemania.

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Ernesto Guevara de la Serna

1928

Bunke llegó a Cuba el 12 de mayo de 1961 y estudió periodismo en la Universidad de La Habana. Posteriormente, al hablar francés, inglés, alemán y español, trabajó en el Ministerio de Educación (MINED), el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) y en la dirección nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). En 1963 comenzó a entrenarse con el fin de servir en tareas de inteligencia de los servicios de espionaje cubanos, y en esta época comienza a ser conocida como Tania. En Cienfuegos preparó su plan práctico-operativo. El motivo de elegir “Tania” como nombre de guerra fue que Zoya Kosmodemyanskaya, partisana soviética durante la Segunda Guerra Mundial, también había llevado Tania como nombre en la clandestinidad.

En Bolivia Tras el entrenamiento por parte del Ministerio del Interior cubano, Tamara Bunke llegó a Bolivia en 1964 con órdenes directas del Che Guevara de establecer relaciones con representantes de la clase política y del ejército, con el fin de crear condiciones favorables para la apertura de un futuro frente revolucionario. Con el fin de cumplir esta tarea adoptó la identidad de Laura Gutiérrez Bauer. En La Paz se vinculó con los pintores Juan Ortega Leytón y Moisés Chire Barrientos, resultando este último pariente del presidente boliviano. Además, estableció relación con Gonzalo López Muñoz, jefe de la Dirección Nacional de Informaciones de la Presidencia. Su grado de infiltración fue tan alto que trabó amistad con Alfredo Ovando Candía, Ministro de Defensa, y René Barrientos Ortuño, Presidente de Bolivia. Impartió clases particulares de idioma alemán a los hijos de la clase alta local, a fin de relacionarse con sus familiares y obtener información útil para las guerrillas de Guevara, a las cuales apoyaría en cuanto recibiera las órdenes oportunas. A comienzos de 1966, habiendo sido evaluado su trabajo como exitoso por el gobierno cubano, se le comunicó a Bunke que le había sido concedida la incorporación al Partido Comunista de Cuba. Contrajo matrimonio, por otra parte, con Mario Martínez, un estudiante boliviano de ingeniería eléctrica, con lo cual obtuvo el pasaporte boliviano y consiguió mayor libertad de movimientos para sus actividades de infiltración.

Guerrilla y muerte Las tareas de Bunke consistían en ser una espía “durmiente”, dedicada sólo a reunir datos mediante la infiltración, esperando alguna orden para poder entrar en acción. De

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“El Che”

1967

hecho, durante su estancia en Bolivia las actividades de Tamara Bunke se concentraron en recoger datos e información que pudieran ser útiles al servicio de espionaje en Cuba y sus jefes nunca pensaron su participación activa en una guerrilla. No obstante, al saber mediante sus jefes en Cuba que el Che Guevara había llegado a Bolivia para iniciar una lucha de guerrillas, Tamara Bunke quiere unirse al grupo guerrillero para entrar en combate y escoge un pretexto muy poco meditado. En La Paz la encargan que acerque a Jules Régis Debray (periodista francés) y Ciro Roberto Bustos Marco (artista argentino) hasta Vallegrande que quieren unirse a la guerrilla, los lleva en su Jeep y lo aparca en un garaje, cuando contactan con Che Guevara, éste la pide que se marche y continúe con su trabajo para el espionaje cubano en La Paz, Tania insiste en integrarse como combatiente, aprovechando que había recibido entrenamiento en el manejo de armas tanto en Alemania Oriental como en Cuba. Así terminó incorporándose al grupo del comandante Juan Vitalio Acuña Núñez “Joaquín”, pero destinada en la práctica a funciones de enfermería e intendencia, lejos de la primera línea de combate. Grave error; el Jeep fue encontrado semanas más tarde con toda la documentación y muchos datos de su labor de espía en Bolivia, y ya no pudo incorporarse a su antigua misión. Cuando el Che dividió su columna en dos, su fuerza se debilitó (las mismas no volverían a reunirse) y eso forzó a que Tamara fuese incorporada como combatiente pese a que su salud se había quebrantado a causa de las dificultades de la vida en los campamentos guerrilleros y el duro clima tropical. La argentina murió en combate, con el fusil en la mano, el 31 de agosto de 1967 a los 29 años de edad, durante una emboscada a la que fue guiada junto a su grupo por Honorato Rojas en Vado del Yeso, Puerto Mauricio, en el Río Grande de Bolivia, junto a siete guerrilleros más entre ellos Juan Vitalo Acuña Núñez. Después de la masacre, los soldados sacaron los cadáveres del agua y los llevaron a Vallegrande, donde los enterraron en una fosa común en las afueras de la ciudad. El cadáver de Tania no fue hallado hasta una semana después, el río la arrastró a tres kilómetros del tiroteo y la matanza. Los militares ataron el cuerpo a los patines de un helicóptero y lo trasladaron a Vallegrande, donde fue enterrada con honores militares en un lugar secreto, hasta que en septiembre de 1998 sus restos fueron hallados en una fosa cerca del Rotary Club, en las proximidades del aeródromo de Vallegrande. De allí fueron trasladados al mausoleo de Santa Clara donde descansan sus restos al lado de los del Che y el resto de compañeros. Su madre pidió que la cubrieran con la bandera cubana. *****

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Ernesto Guevara de la Serna

El Che curando a dos de los hijos de Honorato Rojas (El judas)

Guerrilleros pasando un vado

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“El Che”

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Juan Vitalo Acuña Núñez (Vilo o Joaquín) Juan Vitalio Acuña Núñez, (1925-1967) campesino de la zona de Purial de Vicara, un lomerío de la Sierra Maestra. Fue uno de los campesinos que ayudaron a los rebeldes liderados por Fidel Castro, cuando luchaban para derrocar al gobierno de Batista. Nació el 27 de enero de 1925 en una finca de su abuelo y donde su padre, Jesús Acuña, formó familia junto a Lydia Núñez. Vivió en un humilde bohío con el piso de tierra y techo de guano. Era el hijo mayor de la pareja, en este lugar vivió hasta que llegó el momento de partir junto a las tropas del Ejército Rebelde a luchar contra las fuerzas de Batista. Sus dos hermanos y él siempre estuvieron muy unidos. Juntos hacían todo lo que se les ocurría. Sólo asistieron hasta el quinto grado en la escuela, porque tenían que ayudar a su padre en la recogida de café en las lomas y en las labores del campo y el corte de caña. La vida del campesino en aquellos momentos de la República era pésima. Lydia, la hermana, recuerda que Vilo adoraba a la madre y era el compañero inseparable del padre. Sus hermanos lo consideran una persona abnegada, bondadosa y jaranera, siempre con una décima dispuesta a cantarle a la vida.

La lucha armada en la Sierra Maestra En cuanto supo del desembarco de Fidel y de los demás expedicionarios por las playas Las Coloradas, se dispuso a ayudarlo en todo lo que fuese necesario. Se cuenta que estaba en Pilón en los cortes de caña y de pronto dejó su trabajo y dijo: “Yo me voy”. Se dirigió a su casa, le explicó a su padre sus deseos y le pidió que cuidara de su esposa e hijas. El 24 de abril de 1957 partió en busca de los combatientes a luchar contra el régimen de Batista. Vilo Acuña no entendía mucho de política, apenas sabía leer y escribir, pero había sufrido en carne propia la penosa situación del hombre pobre en Cuba y aprendió pronto y bien las enseñanzas de Fidel, Raúl y el Che.

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En mayo llegó a la tropa que comandaba Fidel Castro. En esos días se gestaba el primer gran enfrentamiento del Ejército Rebelde; el combate del Cuartel El Uvero, donde este inexperto ejército recibiría su bautismo de fuego. Finalizada la acción, Fidel le encomendó a Ernesto Guevara hacerse cargo de los heridos, entre los que se encontraba Juan Almeida Bosque y Kike Escalona, para trasladarlos a un sitio seguro hasta su recuperación. Vilo estaba entre los cinco hombres encargados del cuidado de los heridos, por su condición de conocedor de la zona y de buen combatiente. Pronto el Che le empezó a confiar tareas arriesgadas y de mucha responsabilidad, que le permitieron aquilatar a este combatiente fuerte, disciplinado y alegre hasta en los momentos más difíciles. El Che lo designó jefe de la escuadra de vanguardia, proponiendo él a otro compañero tal vez por modestia, ya que según él no se merecía tal honor. Acuña y la escuadra a su mando guiaron a la columna tratando, como ordenó el Che, de evitar a los guardias y sin tocar ni tomar nada de los campesinos de la zona donde operaban. Siempre daba aliento a la tropa guerrillera con sus chistes y bromas a los combatientes que pasan hasta casi una semana sin encontrar alimentos por aquellos parajes. En julio de 1957 Fidel Castro ascendió al Che a comandante y a Vilo a teniente. Al crearse la segunda columna del Ejército Rebelde, a la cual se le asigna el número cuatro, el Jefe de la Revolución designó como jefe al joven médico argentino y el recio campesino pasó a la retaguardia como segundo al mando de Ciro Redondo. Vilo Acuña participó en los combates del Uvero, El Hombrito, Mar verde, Oro de Guisa, Las minas. En el combate de Pino del Agua le salvó la vida a Camilo Cienfuegos, cuando fue herido. Preparó una hamaca y cargó, sin relevo hasta La Pata de la Mesa, el cuerpo herido del guerrillero. Al año de estar luchando en la Sierra Maestra y por orden directa de Fidel Castro, el Che lo ascendió a capitán y después de la derrota de la ofensiva de la tiranía en el verano del año 1958, cuando se reorganizaron las fuerzas guerrilleras para realizar nuevos y más efectivos golpes a Batista, Vilo Acuña fue designado jefe de retaguardia de la columna del comandante Guillermo García Frías en el III Frente, al mando de Juan Almeida Bosque. En noviembre de 1958 fue nombrado comandante por Fidel y organizó su propia columna, que tuvo como jefe de la retaguardia al hoy general de brigada Lino Carreras. Vilo Acuña era uno de los empleados-matones de Crescencio Pérez al momento del desembarco de Granma. Crescencio Pérez Montano no era un campesino

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vulgar y común, sino uno bien influyente con extensos sembrados de marihuana y decenas de jornaleros-matones bajo su mando y era más que conocido en la región de la Sierra Maestra. De hecho, a Crescencio Pérez le llamaban el bandido de la Sierra Maestra porque mantenía el control sobre 50,000 campesinos en un área de 2.900km² No es fácil saber de las relaciones entre Crescencio que así lo llamaban en las Sierra, y otro bandido social de status e intereses similares, Edesio Hernández, el llamado Rey de La Sierra Maestra

Tras el triunfo de la Revolución Después de enero de 1959 vendrán años de intenso trabajo para los dirigentes de la Revolución Cubana y el pueblo cubano en general. Vilo Acuña realizó estudios en los que se ira convirtiendo en un oficial capacitado, que concluye en 1964 la Escuela Superior de Guerra y es seleccionado miembro del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba en 1965, por los innumerables servicios prestados a la Patria.

Junto al Che en Bolivia En al año 1966 el Comandante Ernesto Che Guevara lo escoge para militar en la guerrilla internacionalista que emprendería la lucha en las selvas bolivianas; lo designa su segundo al mando y jefe de la retaguardia guerrillera. Se encontraba muy cerca de cumplir 42 años y sería el combatiente de mayor edad de la tropa. Con plena confianza en sus cualidades y capacidad, el Che lo dejó al frente de un grupo de combatientes entre los que estaba Tania, encargándole, como en la Sierra Maestra, cuidar de los enfermos y de los cuatro hombres de la "resaca". El 17 de abril de 1967 el Guerrillero Heroico escribe en su diario: “Mandé a buscar a los 4 rezagados para que se quedaran con Joaquín (Vilo Acuña) y a este le ordené hacer una exploración por la zona para impedir un movimiento excesivo y esperarnos durante tres días, al cabo de los cuales debe permanecer por la zona pero sin combatir frontalmente y esperarnos hasta el regreso”. José Castillo Chávez, (Paco), quien fuera uno de los hombres de la "resaca" y el único sobreviviente de la traicionera emboscada del vado de Puerto Mauricio, califica a Joaquín como; “(…) un hombre tranquilo, firme en las decisiones y principios, que respetaba mucho al Che, por eso pensó mucho antes de tomar la decisión de abandonar la zona donde había indicado el jefe guerrillero que permanecieran". Aquel hombre tenía un carácter típico del campesino cubano y sufrió mucho de los pies en los últimos meses de la guerrilla; el único par de zapatos 44 que tenía se gastaron y se vio imposibilitado de conseguir otros porque ninguno le servía.

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Andaba por los ríos con los pies descalzos kilómetros y kilómetros. El 31 de agosto de 1967, a las cinco de la tarde, el grupo guerrillero comenzó la marcha con Braulio a la vanguardia, ya caía la noche cuando llegaron al recodo del río, la columna inició el cruce del vado y Joaquín (Vilo Acuña) fue el último combatiente en entrar al agua. Sin sospechar la traición de Honorato Rojas, el campesino que los guiaba, y con su acostumbrada amabilidad se despidió de él, agradeciéndole su colaboración. Solamente había entrado en el río unos metros cuando comenzó el tiroteo. El entonces el capitán del ejército boliviano Mario Vargas Salinas y sus soldados, quienes acechaban en la maleza, comenzaron a disparar desde ambas orillas. Cuenta Paco que Joaquín es herido, pero logra salir del río: “Caminaba con dificultad cuando lo vi caer. Los soldados no dejaban de disparar por la espalda y el frente”.

La playa del río Maisicuri quedó teñida con la sangre de un hombre extraordinario.

Guerrilleros en un descanso

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HASTA LA VICTORIA SIEMPRE COMANDANTE Che Comandante No porque hayas caído tu luz es menos alta. Un caballo de fuego sostiene tu escultura guerrillera entre el viento y las nubes de la Sierra. No por callado eres silencio. Y no porque te quemen, porque te disimulen bajo tierra, porque te escondan en cementerios, bosques, páramos, van a impedir que te encontremos Che Comandante, amigo. Con sus dientes de júbilo Norteamérica ríe. Más de pronto revuélvese en su lecho de dólares. Se le cuaja la risa en una máscara, y tu gran cuerpo de metal sube, se disemina en las guerrillas, como tábanos, y tu ancho nombre herido por soldados ilumina la noche americana como una estrella súbita, caída en medio de una orgía. Tú lo sabias, Guevara, pero no lo dijiste por modestia, por no hablar de ti mismo. Che Comandante, amigo. Estás en todas partes. En el indio hecho de sueño y cobre. Y en el negro revuelto en espumosa muchedumbre, y en el ser petrolero y salitrero,

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y en el terrible desamparo de la banana, y en la gran pampa de las pieles, y en el azúcar y en la sal y en los cafetos, tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron, vivo, como no te querían, Che Comandante, amigo. Cuba te sabe de memoria. Rostro de barbas que clarean. Y marfil y aceituna en la piel de santo joven. Firme la voz que ordena sin mandar, que manda compañera, ordena amiga, tierna y dura de jefe camarada. Te vemos cada día ministro, cada día soldado, cada día gente llana y difícil cada día. Y puro como un niño o como un hombre puro, Che Comandante, amigo. Pasas en tu descolorido, roto, agujereado traje de campaña. El de la selva, como antes fue el de la Sierra. Semidesnudo el poderoso pecho de fusil y palabra, de ardiente vendaval y lenta rosa. No hay descanso. ¡Salud Guevara! O mejor todavía desde el hondón americano: Esperanos. Partiremos contigo. Queremos morir para vivir como tú has muerto, para vivir como tú vives, Che Comandante, amigo. Nicolás Guillén (1967)

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Las leyendas Como todo buen mito que se precie tiene su leyenda, incluso su maldición no expresada por él, sino por todos los oprimidos del imperio. Leyendas hay tres: La primera se refiere a Tania. Dicen los lugareños del Vado del Yeso donde cayó Tania y sus compañeros traicionados, que en los días de niebla se oye la voz de Tania cantando a lo lejos, otros dicen que los llama a todos uno por uno, Apolinar, Fredy, Gustavo, Israel, Juan, Moisés, Walter… otros la han visto emerger de las aguas con una guitarra al hombro vestida de campesina y un cesto lleno de frutos. La segunda es del Che, la imaginaría popular es asombrosa, dicen que se aparece cada 9 de octubre en la Higuera para curar de nuevo a los niños de Honorato el Judas boliviano. Los bolivianos llevan sus niños enfermos para que les cure. Hoy es casi adorado cómo san Ernesto de la Higuera, debe ser el único santo ateo o al menos agnóstico. La tercera es sobre el traidor Honorato Rojas. Cuentan sus vecinos que Honorato después de unos meses, el jueves santo de 1968, volvió al Vado del Yeso para purificar su cuerpo y que las aguas se llevaran sus pecados al mar, la mar los devolvió y con ellos regresaron los guerrilleros para buscarle y hacer justicia, cosa que ocurrió el mes de julio de 1969, cuando un guerrillero del renacido ELN de Bolivia le disparó dos tiros en la cabeza en presencia de su segunda esposa. La finca que le regaló el presidente Barrientos se la dieron a unos soldados pero estos la rechazaron porque las almas de los guerrilleros se presentaban todas las noches buscando a Honorato.

La maldición (o la cuarta leyenda) Ahora ha nacido una cuarta leyenda y es la que todos los implicados en el asesinato de “el Che”, les ha perseguido su maldición y están muriendo todos uno por uno, pero claro hay explicación para todo. En primer lugar el tiempo transcurrido da lugar a que vayan muriendo, en segundo lugar al ser personajes que rozaban la frontera de la delincuencia y el mundo del hampa no es de extrañar que les ocurran “accidentes”, pero la maldición cobra verisimilitud. Vean, vean ustedes En los siguientes quince años después de su asesinato en la Higuera (Bolivia), bajo el signo de una serie de sorprendentes casualidades, sin duda atribuibles a que los personajes involucrados vivían en tiempos inciertos y al filo de la navaja, la mayoría de aquellos que tuvieron que ver con la captura, la orden de asesinato y la desaparición del cadáver de Ernesto Guevara, sufrieron ajusticiados por los herederos de la guerrilla, deportados, enfermaron misteriosamente, fueron tiroteados, 167


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víctimas de grupos terroristas de una izquierda fantasmagórica o de la derecha más cavernícola o asesinados a palos por sus propios ex-compañeros. Como si el fantasma del Che retornara a pedir cuentas a sus asesinos, una sistemática ola de violencia fue tocando uno a uno a casi todos los participantes en aquellos acontecimientos. No es pues sorprendente que este cúmulo de casualidades diera nacimiento a la Leyenda de la maldición del Che, que según el rumor popular hubiera organizado desde el más allá la coordinación de estos accidentes, atentados y enfermedades; un segundo rumor, sin ninguna prueba que lo apoyara, atribuyó a los servicios secretos cubanos una operación de venganza internacional de todos los implicados. Curiosamente, los que propalaban la primera hipótesis no se sentían tan orgullosos del hecho como aquel escritor cubano que una vez le sugirió al historiador sonriendo: “Los servicios nuestros...”, con un cierto tono de satisfacción en la voz. Honorato Rojas se volvió una “figura” pública tras aquella fotografía en que el vicepresidente Siles (Hernán Siles Zuazo, luego presidente dos veces de Bolivia, en el transcurso de los años 1956- 1960 y 1982-1985) lo felicitaba por haber delatado a la guerrilla y haber conducido al grupo de Tania y Vilo Acuña a la emboscada en el Vado del Yeso, una foto patética con Honorato vestido de ranger, con una gorra que le quedaba grande y su hija de año y medio en brazos. Vivía a unos kilómetros de Santa Cruz en un ranchito de cinco hectáreas que le había regalado Barrientos (presidente boliviano de ésa época). Su esposa, Andrea Vega, jamás le perdonó su traición y le abandonó, Honorato se marchó para Tejerina también en las proximidades de Santa Cruz, y allí se casó de segundas nupcias con Fructuosa Ávalos, estando con ella el 14 de Julio del 69, un comando del renacido ELN —que lideraba el “Inti” Peredo —, lo ajustició de dos disparos en la cabeza. Aquí empezó la cuarta y última leyenda llamada; “La maldición del Che”. El caso de Honorato Rojas, es por lo menos curioso; fue detenido tres veces. Las dos primeras veces aguantó las torturas sin que delatara o colaborase con las militares bolivianos. La tercera y última fue todo diferente: EE.UU., se estaba tomando muy en serio la campaña guerrillera en Bolivia y desplazó expresamente a un agente de la CIA, llamado Irving Ross, experto en interrogatorios con mucha experiencia en Vietnam, Lasos y Camboya, que utilizó un arma más poderosa que la tortura; la avaricia humana. Prometió a Honorato Rojas un rancho en EE.UU. y todas las comodidades humanas para él y su numerosa familia, por supuesto nada de eso se cumplió, ni siquiera los tres mil dólares de recompensa. (Roma no paga a traidores). Se tuvo que conformar con una parcelita en Tejerina en la provincia de Santa Cruz, que le dio el presidente Barrientos. Y sería el propio René Barrientos Ortuño el segundo en caer. Presidente de Bolivia, y el que confirmó la orden de ajusticiamiento del Che, menos de un año más

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tarde moría carbonizado al desplomarse cerca de la población de Arque el helicóptero en que viajaba el 29 de Abril del 69. El accidente nunca ha podido ser explicado. El rumor acusó a su viejo compañero, el general Alfredo Ovando Candía, de estar detrás del asesinato, en un momento en que Barrientos preparaba un autogolpe de Estado para liberarse de oposiciones internas y externas. Por cierto que Ovando fue arrojado en 1970 del palacio presidencial, al que había llegado gracias a un golpe militar contra el sustituto de Barrientos por otro militar, el general Rogelio Miranda Valdivia. El escritor Jorge Gallardo, quien estuvo en estrecho contacto con la cúpula militar que protagonizó el golpe progresista de Juan José Torres González, (asesinado en Argentina en 1976) años después de los sucesos, contaba: "Tres años después de la muerte del Che, la superstición popular presagiaba que desde su tumba se llevaría consigo a los responsables de su muerte". Y un par de historiadores cubanos que recorrieron el sur de Bolivia en la zona donde operó la guerrilla del Che, registraban: “A partir de esas creencias comenzó a circular entre los militares bolivianos y sus familiares una carta cadena, la cual decía que la muerte de Barrientos era un castigo de dios y que a todos los culpables del asesinato del Che una grave desgracia los esperaba. Para poder salvarse recomendaba rezar tres padres nuestros y tres aves marías. Había que reproducirla en nueve copias y enviarla a igual cantidad de destinatarios”. O bien las copias de la carta-cadena resultaron insuficientes, o bien los actos se sucedían sin ninguna coordinación, el caso es que poco después del "accidente" de Barrientos una nueva muerte colaboró a que el rumor siguiera creciendo: el 10 de Octubre de 1970, un día después del tercer aniversario de la muerte del Che, falleció en un accidente de automóvil el teniente Mario Eduardo Huerta Lorenzeti, quien había sido el primer oficial que participó en su captura. La cadena prosiguió con el violento asesinato del teniente coronel Andrés Selich Chop (educado militarmente en la Escuela de las Américas, como todos ellos supongo) quien fue uno de los pocos militares de alta graduación que entrevistó al Che en la escuela de La Higuera y trató de humillarlo. Al principio de la década de los 70, y bajo el gobierno de Bánzer, de quien había sido ministro de Interior, fue muerto a palos en una sesión de "interrogatorio" realizada por agentes de seguridad

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militar, cuando lo sorprendieron fraguando uno más de la cadena de golpes de Estado que componen la historia de Bolivia. Poco después el coronel Roberto Quintanilla Pérez, quien como jefe de inteligencia del Ministerio del interior presenció la amputación de las manos del cadáver del Che para su posterior identificación y años más tarde fue el asesino material de Inti Peredo (guerrillero integrante de la Guerrilla de Ñancahuazú), fue ajusticiado en Hamburgo en Abril del 71 por una militante del ELN, Mónica Earlt. Presentándose como una ciudadana alemana que requería una visa para Bolivia, Mónica entró en el consulado, solicitó ver al coronel Quintanilla y llevada a su presencia lo mató de dos tiros en el pecho con una pistola con silenciador, desapareciendo inmune tras la operación. La "maldición" del Che no sólo era portada por militantes revolucionarios, a veces cobraba una forma diferente: el agente de la CIA que identificó al Che y luego fotografió su diario, Félix Ismael Rodríguez, este nauseabundo personaje tiene la desfachatez de presumir de llevar el reloj personal del Che, (dice que un Rolex), cosa improbable ya que el reloj del Che era el de su abuela paterna que le entregó su padre en el aeropuerto de La Habana, cuando regresó a Argentina de su primer viaje a Cuba en 1959. Cuenta este sicario a sueldo del imperio, que desde su regreso a Miami comenzó a sufrir de asma, a pesar de que el asma suele manifestarse en la infancia y él no tenía antecedentes de haber sufrido nunca ésta enfermedad. “Cuando llegué aquí a Miami (…) acabé con un ataque de asma. Me hicieron unas pruebas de alergia de todo tipo y nada salió positivo. Concluyeron que era o la maldición del Che o algo psicológico, lo mismo me daba en climas secos que húmedos, fríos que calurosos.” El mayor Juan Miguel Ayoroa Montaño, cuyos ranger actuaron en la fase final de la campaña contra el Che e intervinieron en su captura y muerte, pero relegado del mando por la CIA. En 1972 fue deportado por el gobierno de Bánzer a finales de septiembre de ese año, que se exilió a Paraguay acusado de acciones subversivas. Juan José Torres, quien era jefe del Estado mayor del ejército boliviano durante la campaña del Che y suscribió la orden de ejecución, llegó años más tarde al poder, del que fue expulsado por un golpe militar de signo conservador y el 12 de febrero del 76 cayó asesinado de tres balazos por la ultraderechista triple A en Buenos Aires Dos meses más tarde, en mayo del 76, en el extremo opuesto del espectro político, fue el general Joaquín Zenteno Anaya, quien siendo comandante de la VIII división transmitió la orden de ejecutar al Che, el que fue ajusticiado a balazos en París cuando ejercía las funciones de embajador de Bolivia, por un efímero comando

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autonombrado Brigada Internacionalista Che Guevara que nunca volvió a actuar después de esta operación. Zenteno recibió tres tiros a quemarropa de calibre 7.65 ante la puerta de su oficina. Los investigadores lo relacionaron con que había sido acusado públicamente de proteger a viejos nazis ocultos en Bolivia, como Barbie. El capitán Mario Vargas Salinas, al mando de la emboscada del Vado del Yeso y que después se hizo cargo de ocultar el cadáver del Che y sus compañeros, sufrió trastornos psicológicos porque “los muertos lo perseguían y venían a buscarlo.” Gary Prado Salmón, el capitán que capturó al Che, sufrió una herida de bala que le perforó dos pulmones y le lesionó la columna vertebral dejándolo paralítico, cuando se enfrentaba a la ocupación de un campamento petrolero en Santa Cruz por un grupo fascista a principios del 81. Curiosamente, el tiro se lo dio accidentalmente uno de sus propios soldados cuyo nombre nunca fue dado a conocer. Veinte años después de los sucesos, el ex ministro del Interior Antonio Arguedas Mendieta cumplía ocho años de cárcel en una cárcel boliviana por el secuestro de un comerciante, tras haber sido tiroteado y bombardeado por desconocidos a fines de la década de los 60. En el año 2000, según noticias del general Arana, murió en La Paz a causa de un bombazo. Poco se sabe sobre el destino del suboficial Mario Terán Salazar; aunque se ha dicho en algunos periódicos que vaga alcoholizado por la calles de Cochabamba, perseguido en sus pesadillas por la imagen del Che y que, al igual que el Sargento Bernardino Huanca Buitrago, ha tenido que someterse a frecuentes tratamientos psiquiátricos. LA PAZ (AFP, EFE, ANSA) 2010. Una jueza boliviana ordenó la detención domiciliaria del general retirado Gary Prado Salmón —quien capturó en 1967 a Ernesto “Che” Guevara— y lo acusó de lazos con una desarticulada banda de mercenarios. La jueza Betty Yañíquez tomó la decisión en contra de Prado, de 71 años, al ligarlo con el grupo del boliviano-croata Eduardo Rózsa Flores, muerto a tiros por la policía en abril del año pasado, en una polémica incursión de policías en un hotel de Santa Cruz. Eduardo Rózsa Flores es señalado por el gobierno de Evo Morales como el líder de una banda contratada para organizar la secesión del próspero departamento boliviano de Santa Cruz, e incluso de haber planeado el asesinato del mandatario. Gary Prado Salmón contó que conoció a Rózsa cuando este lo buscó, identificándose como periodista croata con el argumento de que era para hacerle una entrevista en relación a la historia de la captura de Guevara. Prado quedó parapléjico a mediados de la década de los 80 tras recibir un disparo que le dañó la columna vertebral durante un intento (enésimo) de golpe de Estado en Bolivia.

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SE DICE, SE COMENTA, SE ESPECULA, SE INSULTA, SE PONTIFICA, SE CALUMNIA, SE LADRA… LUEGO CABALGAMOS “Solo los detalles son interesantes” Thomas Mann

Leído en la red de la aldea global

“Existen ahora muy buenas condiciones para desarrollar el negocio del Che”, dice Karen Wachtel, propietaria de la agencia de viajes Chaco Guarani Tours, que jugó un rol clave en el desarrollo del “Camino del Che”, que conecta los hitos de la campaña de la guerrilla de Guevara. “Yo no estaba de acuerdo con su versión de la historia y después la gente se me acercó, me habló al respecto y me di cuenta de que podíamos usar al Che para nuestro beneficio", señaló. elmundo.esInternacional 25/06/2006 Señora Karen, Vd. me da asco, reniego de mi condición humana cuando me encuentro con especimes como Vd., está Vd. faltando el respeto a un ser humano asesinado a sangre fría por sicarios del imperio más brutal que se ha conocido y Vd. habla de comercio, de chalaneos, de que se convence por puro comercio… de verdad que dan asco. Y todo esto ocurre en la Bolivia del sr. Evo Morales donde se narra la muerte del Che diciendo; “(…) falleció de un disparo”. Realmente ¿este mundo va algún lugar que no sea un estercolero? leyendo lo que opina su propietaria estoy seguro que esa agencia ni es chaco, ni guaraní, seguro. Cuéntenos su versión de los hechos Sra. Karen, quizás montemos un circo mediático para enriquecernos. Leído en La Razón: sin firma. “(…) Estos homenajes (se refiere a un homenaje al Che) solo interesan a los fanáticos marxistas que añoran a ídolos prefabricados sobre mentiras de un asesino” y continua escribiendo para quien quiera leerlo – “Además han montado un negocio de todo tipo de mercaderías para seguir subsistiendo a costa de ignorantes; bajando en el ascensor de casa con un joven vecino que llevaba una camiseta del guerrillero le pregunté; ¿sabes quién es ese? Y me contesta; No, pero me gusta su cara. Para esto ha quedado la supuesta valentía del ídolo marxista, para un negocio del que supuestamente reniegan.”

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Vamos por partes Sr. o Sra., señores o señoras de La sinRazón, ¿existe algo más científico y menos fanático que el marxismo?, y quizás lo está escribiendo un/a practicante de una religión que solo se basa en la fe (creer en lo que no se ve), y hablando de asesinos no me negarán que algunos miles de asesinatos se han cometido como pretexto de la inviolabilidad de su dogma ¿o no?, por otra parte que su joven vecino sea idiota o ignorante no quiere decir que todos los jóvenes lo sean. Por una vez y sin que sirva de precedente estoy de acuerdo con la proliferación de artículos de merchandising (o como se diga), sobre el icono del Che, pero… es el sistema capitalista quien más se beneficia de él ¿o no? De todas formas el insulto de catalogar al Che de asesino me parece insoportable para cualquier ser inteligente, no se sostiene en absoluto ante ningún juez, en una revolución evidentemente se lucha a muerte, es tu vida o la del contrario están en juego las vidas de los contendientes por lo tanto luchas para defender tus ideales y tu vida, puedes vencer o ser abatido, a la vista está el resultado final. Los 550 fusilados en la revolución cubana fueron declarados culpables por tribunales, él lo fue simulando muerte en combate acribillado impunemente en una escuela por los “campeones mundiales de los derechos humanos”, eso no fue un asesinato ¿verdad? Lo dicho; en esta aldea global en la que ha convertido el planeta, los infundios pululan por doquier, pero a cada cerdo le suele llegar su san Martín, tiempo al tiempo.

***** He llegado casi al final de mi trabajo, solo me queda un Anexo final, el epílogo y las Fuentes, he ocupado muchas horas de lectura que doy por bien empleadas. En cuanto al documento, he omitido todas las historias que algunos investigadores escriben por boca de antiguos guerrilleros sobrevivientes que cuentan las “miserias” humanas que todos tenemos. Por ejemplo; en una marcha por la selva boliviana la mula donde iba montado el Che se pinchó con una planta en una pata, se encabritó y le tiró al suelo, enfurecido la pinchó en el cuello con una navaja, después la curaron y no pasó nada, hay que tener en cuenta que eran los últimos días de la guerrilla y el estado anímico estaba por los suelos. Este hecho y otros parecidos no añaden nada a los hechos históricos vividos por el Che, si acaso humanizan más al personaje. En cuanto a Tania sí que tiene un comportamiento de indisciplina y comete errores graves, que al final la costó la vida, no debió abandonar su trabajo en La Paz y mucho menos abandonar el Jeep en un garaje de Vallegrande. En cuanto al final del Che supuso un mazazo que a todos/as nos sobrecogió, excepto a la República Popular de China y Albania que tienen el “bochornoso honor” de ser los únicos países del bloque mal llamado “socialista” que no enviaron condolencias tras su asesinato, muy en consonancia con el futuro “revolucionario” que les reservaba la historia a los dos. *****

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Como habéis podido observar (si habéis llegado hasta aquí) he incluido algunos textos copiados de Marxists Internet Archive pero, conviene saber que hay un litigio entre la esposa de Ernesto Che Guevara, la Dra. Aleida March Torres, que preside el Centro de Estudios Che Guevara que a su vez tiene vendidos los derechos a la editorial Ocean Press, pero aunque había un acuerdo por tres años entre Marxists y Ocean Press, Aleida Guevara le reclama a Marxists una cantidad por esas publicaciones que ya se han realizado. Marxists no está de acuerdo y ha dejado desde 2008 (que espiró el contrato) de publicar nuevos documentos del Che. Desconozco los argumentos de la otra parte, pero en principio me parece vergonzoso este mercadeo bochornoso, el Che no estaría de acuerdo con esta situación. Adjunto debajo la nota de Marxists. -----------------------------------------

En noviembre de 2005 el Marxists Internet Archive subscribió un acuerdo con Ocean Press, administrador mundial de la propiedad intelectual reclamada por la Sra Aleida March y el Centro de Estudios Che Guevara, por medio del cual nuestras instituciones colaborarían en la publicación digital de las obras del Che y Ocean Press sería nuestro único proveedor de transcripciones de textos del Che. Aunque ese acuerdo ha caducado y aunque marxists.org mantiene su desacuerdo con los reclamos de propiedad intelectual del Centro de Estudios Che Guevara, la Sra. March de Guevara, y Ocean Press sobre las palabras del Che, nos vemos impedidos, por esos reclamos, de publicar nuevos textos de Che Guevara en inglés y castellano. Los textos proporcionados por Ocean Press están señalados con el logotipo de la editorial.

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ANEXO Un espía, dos Judas y un Imperio para asesinar a un hombre Indudablemente se cometieron errores, pero no se puede obviar que intervinieron factores externos que ayudaron a la debacle de la guerrilla en Bolivia. Cuando el 20 de abril de 1967 detienen a Jules Régis Debray y Ciro Roberto Bustos Marco, junto a un falso periodista anglo-chileno de nombre George Andrew Roth miembro de la CIA, el ejército ya conocía muchos detalles de los guerrilleros, pero estos corroboraron esos detalles, quizás el personaje más digno de los tres sea el del sicario a sueldo de la CIA, al fin y al cabo solo hacía su trabajo. En principio no tenía muchas ganas de escribir sobre estos personajes que los que tenemos cierta edad ya conocíamos, pero pensé que si escribo sobre ello no lo hago para nuestra generación, si no para los más jóvenes que la desconoce y pueden encontrarse en cualquier momento con un escrito o una injuria de Debray y su incontinencia verbal sobre una persona que no puede defenderse por que lleva muerta 48 años. Este personaje es despreciable como todos los de su clase, de la que intentó desclasarse para arribar a la cúspide de la “gauche divine” sin sospechar que su origen le traicionaría en cualquier momento, su trayectoria desde su detención no ha hecho más que ensuciarse día a día, lo mismo es una demencia senil disimulada con exabruptos anti-Che. En los primeros días de su detención no dudó en acudir a su mamaíta para que extendiera todas las redes familiares y le salvara el pellejo, desde De Gaulle hasta el Papa pasando por las Asociaciones de Derechos Humano tan eficaz en salvar vidas burguesas como tan incapaz de salvar vidas plebeyas si además son demonios comunistas, menos aún. Del “artista” Ciro Bustos ¿qué decir?, su declaración “solo” contenía 60.000 palabras y profusamente ilustrada con veinte dibujos a mano alzada de otros tantos guerrilleros, unos reales y otros inventados, ya se sabe que cuando un “artista” está inspirado no puede parar. En estas fechas sigue insistiendo en decir que lo que dijo ya lo sabían los militares bolivianos y la CIA, que no renuncia a su pasado y sigue pensando lo mismo, pero él se exilió a Suecia cuando la izquierda argentina lo declaró “persona non grata”, por si acaso. Por lo demás decir que Israel Reyes Zayas (Braulio) cometió otro error grave al dejar su diario abandonado en el campamento central, pero al igual que Tania ellos pagaron sus errores con sus vidas, mientras que otros todavía viven a costa de sus traiciones. Os dejo con una pequeña semblanza de los tres personajes de aquél 20 de abril de 1967.

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George Andrew Roth Un miembro de la CIA en la guerrilla de Bolivia Ismael Valdés Rodríguez 9 de octubre de 2014 Se tienen pocas noticias de este personaje, y las que se tienen son confusas, algunas fuentes dicen que es de nacionalidad anglo-chilena, otras dicen que era chilenonorteamericano. El propio Che dudaba mucho de sus credenciales, observó que en el pasaporte tenía tachada la profesión donde decía estudiante habían puesto periodista y él se presentó como fotógrafo de la revista Life El 20 de abril, una semana antes de la firma del memorando de entendimiento, Regis Debray y el argentino Ciro Bustos abandonaron el campo de la guerrilla junto con el periodista George Andrew Roth. Éste había rastreado a la guerrilla y pudo haber sido colaborador de la CIA. Debray no sabía nada de esa posible participación. Debray pensó, erróneamente que él y Bustos también se presentarían como periodistas. Su plan no funcionó, y después de entrar a una aldea el mismo día que abandonaron al Che, Debray, Bustos y Roth fueron capturados por el ejército boliviano. Su rápida captura y el hecho de que Roth fuera liberado en junio bajo fianza y nunca más se supo de él. Antes que los otros prestan credibilidad a la afirmación de que Roth ciertamente trabajaba para la CIA. Debray y Bustos fueron torturados. A Debray le golpearon con un martillo. Bustos confesó cuando le mostraron fotos de sus hijas. Admitieron que el Che estaba en Bolivia, suministrando confirmación sólida, por primera vez, de lo que sospechaban los gobiernos de EE.UU. y Bolivia. Bustos incluso hizo a mano retratos exactos de los guerrilleros. Un agente de la CIA, un cubanoestadounidense con el nombre de código Gabriel García García, ayudó en los interrogatorios. Sobre este personaje el Che apunta en su diario el 19 de abril de 1967: “A las 13:00 la posta nos trajo un presente griego: un periodista inglés de apellido Roth que venía, traído por unos niños de Lagunilla, tras nuestras huellas. Los documentos estaban en regla pero había cosas sospechosas: el pasaporte estaba tachado en la profesión de estudiante y cambiado por la de periodista (en realidad dice ser fotógrafo); tiene visa de Puerto Rico y luego confesó haber sido profesor de español para los alumnos de ese cuerpo;…” Por su parte Inti Peredo anotó en su diario ese día: “Nuevamente me correspondió interrogar al prisionero. Contó que había estado con el ejército en nuestro campamento central y que incluso se había encontrado un diario de Braulio, donde decía que Ramón era el Che.” 176


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Harry Villegas Tamayo en su libro “Pombo un hombre de la guerrilla del Che” plantea que en febrero de 1968, a su llegada a Chile en unión de Leonardo Tamayo Núñez (Urbano) y Dariel Alarcón Ramírez (Benigno) sostuvieron un encuentro con Roth. Valoremos su testimonio: “Pudimos ver y hablar con Roth, aquel que decía ser periodista inglés y que estuvo en el monte y salió con Debray y Bustos. Dijo estar en esos momentos como fotógrafo de la revista Life. Raro encuentro”. Andrew Roth era un agente de la CIA que tenía la misión de contactar con la guerrilla e identificar la presencia del Che. Traía elaborada la hipótesis de que el gobierno boliviano conocía de la presencia del Che en la guerrilla, que su seudónimo era Ramón y que todo se supo gracias a una indiscreción del guerrillero cubano Braulio (Israel Reyes Zayas), al dejar abandonado su diario en el campamento central. Todo esto obedeció a una maniobra desinformativa de la CIA, para tratar de encubrir a los verdaderos informantes, crear incertidumbre dentro de la guerrilla e influir negativamente en la conciencia de los guerrilleros, sembrando dudas, recelos y resentimientos que dieran origen a divisiones internas. La tarea más siniestra de este asalariado de la CIA fue la de esparcir una sustancia química en la ropa de los guerrilleros, para con la utilización de los perros amaestrados olfatear el rastro dejado por estos y localizar el lugar donde ponían las bases. En realidad Roth obtuvo información de inteligencia suficiente, que le permitió al ejército boliviano realizar las posteriores operaciones militares con asesoramiento de la CIA. A continuación describimos como acontecieron los hechos, para tener una aproximación y una apreciación más objetiva de la realidad histórica. El 19 de abril de 1967 (día de la anotación del Che en su diario), salen de la guerrilla Regis Debray, Ciro Bustos y George Andrew Roth. Poco después son detenidos. Comienza aquí la segunda parte del juego diseñado por la CIA. Debray es trasladado al día siguiente, 20 de abril, en helicóptero a la Base aérea de Choreti, en las cercanías de Camiri, mientras Bustos y Roth eran trasladados en un jeep. Es este el momento en que el hábil agente de la CIA, de manera sutil le arranca confesiones interesantes a Bustos. Como es conocido, Ciro y Debray fueron sujetos a un dilatado proceso jurídico, mientras que Roth salía “libre bajo fianza.” Una manera muy común en estos casos, para desinfiltrar al agente de la CIA. Es así que Roth desapareció poco después, fugazmente, sin dejar rastro.

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Sin dudas, para la CIA el Che fue un objetivo principal en su actividad de inteligencia y como se aprecia en este texto utilizó agentes y oficiales, desde la cobertura de periodistas, siendo esta, una vía factible y recurrente.

Israel Valdés Rodríguez Profesor e historiador, miembro del secretariado permanente de la Unión de Historiadores de Cuba. *** Es curioso porque entre 1958 y 1959 Fidel Castro desenmascara a otro agente de la CIA que haciéndose pasar por periodista lo entrevistó y estuvo 13 días en Sierra Maestra olfateando todo lo que pudo, este era de origen húngaro y asómbrense se hacía llamar; Andrew Saint George, parece ser que la CIA tiene poca variedad de nombres y apellidos y se ve forzada a repetirlos y bailarlos. Por supuesto de estos personajes no hay imágenes que ofreceros para identificarlos.

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Jules Régis Debray La traición de Régis Debray al Che Guevara Germán Uribe Rebelión - 23/02/2008 “El Judas del Che Guevara”Tomás Eloy Martínez “Le dio por traicionar a un hombre muerto”. Carlos M. Vilas

Recientemente la prensa mundial se ocupó con amplitud de la conmemoración del cuarenta aniversario de la muerte de Ernesto "Che" Guevara de la Serna. Con todo, nadie que yo sepa incursionó en el papel determinante que el intelectual francés Régis Debray desempeñara en aquel histórico acontecimiento. Supe de la existencia de Debray, si mal no recuerdo, un poco antes de que arribara a Bolivia para reunirse allí con Guevara a comienzos de 1967, concretamente el 20 de marzo, puesto que en su diario el Che se refería así a la llegada de quien por un tiempo cargara con el mote de Dantón o El francés: “…viene a quedarse, pero yo le pedí que volviera a organizar una red de ayuda en Francia y de paso fuera a Cuba, cosa que coincide con sus deseos de casarse y tener un hijo con su compañera”. Algo, no retengo bien concretamente qué, oí y leí en París mientras me encontraba estudiando Filosofía en la Sorbona sobre sus actividades como intelectual progresista entre los años 64 y 66. En abril del 67 me informé por "Le Monde" que había sido detenido por el ejército boliviano y que se le seguiría un juicio por un tribunal militar como presunto jefe y responsable organizador de la guerrilla en dicho país. Inmediatamente se levantó una polvareda mundial orquestada desde Francia clamando por el respeto a su vida y a sus derechos civiles y humanos. Todos los de nuestra generación recordamos, también, el éxito editorial y la asombrosa divulgación por aquella época de dos de sus obras: "El castrismo: la larga Marcha de América Latina", pero sobre todo, el más publicitado libro político de aquellos tiempos, "¿Revolución en la revolución?". Después, Debray regresa libre a Francia y en París continua por un breve período su brega política e intelectual siempre dentro de las trincheras de la izquierda. Pero como el andar de la Historia no se detiene ni oculta nada bajo el sol, el final de su "larga marcha revolucionaria" vino a ser expuesta en la triste dimensión que ya se conoce y que Tomás Eloy Martínez sintetizara al llamarlo sin tapujos como "El Judas

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del Che Guevara", o Carlos M. Vilas resaltando que, contrariamente a lo que le pasó a Pinochet con Allende, a Debray “le dio por traicionar a un hombre muerto”. El antiguo "Dantón" o "El francés" de entonces, en una entrevista define al Che como a un hombre arbitrario y sectario, insinuándolo como sicópata autoritario. Y más, se ha consagrado a publicar algunos libros en los que hace todo por deshonrar su figura mítica, llegando en uno de ellos, "Alabado nuestros señores", a calificarlo de "cruel, fanático y despótico". Y todo esto sin sonrojo alguno tras haber explotado su nombre. Es por ello que ahora nos hemos preguntado si sus recurrentes injurias y el bullicio de su arrepentimiento, no serán acaso producto de un truco político o de un trueque comercial, de reblandecimiento, vejez, amnesia, ingratitud o locura. Lo cierto es que esta nueva postura oportunista del otrora "compañero del Che", nos da la oportunidad para volver sobre una vieja tesis según la cual Régis Debray con sus dos libros de corte revolucionario ya mencionados, antes que favorecer la imagen y la lucha por el nuevo hombre que libró el Che, lo que hizo fue vulgarizar su pensamiento llevándolo malintencionadamente a las categorías de voluntarismo, foquismo y guevarismo. Además, respecto a su delación o traición, siempre quedó una estela de duda sobre las declaraciones que pudo haber dado al ser detenido por el general Ovando. Este general vociferaba pocos días después, y por primera vez en público, que tenía ahora sí la certeza de que Guevara se encontraba en territorio boliviano. “Se basa —dice el Che en su Diario refiriéndose a la perentoria afirmación de Ovando — en las declaraciones de Debray que, parece, habló más de lo necesario.” Pero, naturalmente, aquí no termina todo. En abril 20 del 1967 el ejército boliviano captura a dos hombres que hacen parte de la red de apoyo del foco guerrillero creado por Guevara. Identificados, sus nombres responden a los de Régis Debray y Ciro Bustos. En un extenso reportaje de Miguel Bonasso a Bustos, cuando aquel le pregunta años después "si había leído lo que decía de él Oriana Fallaci en un reciente reportaje a Elisabeth Burgos, la mujer de Régis Debray", aseverando que “El único que habló fue Ciro Bustos que, atemorizado por la amenaza de muerte contra su mujer y sus hijos, el 23 de abril dibujó el retrato de doce guerrilleros entre los que se encontraba el Che”, el pintor argentino, airado, replicó con una serie de detalles acusando de falsedad a la Fallaci pero no sin dejar de mencionar a nuestro hombre: "Además no te olvides –dijo textualmente– que se había producido la involuntaria confesión del Loro Vázquez, el guerrillero que estaba herido y al que Eduardo González de la CIA le montó una mise en scène para que creyera que un periodista enviado por Fidel Castro quería saber noticias del Che… a mí me hicieron escuchar la cinta en donde Debray, ante la evidencia de lo del

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Loro, también admitía que había venido a hacerle un reportaje al Che y que lo había conseguido." Ahora bien, suponiendo que es confiable todo lo dicho por Ciro Bustos durante sus 3 años de prisión hasta ser amnistiado junto con Debray por el presidente Juan José Torres unas pocas semanas antes de aquel 9 de octubre en que el Che fue asesinado, ¿quién puede asegurarnos que fue Debray quien tuvo menor o ninguna culpa en la delación? Tan la tuvo, que a partir de su mencionada amnistía conseguida por el gobierno y el "establishment" francés, se dedicó no tanto a limpiar su imagen como a mancillar la del Che. Y habría que tenerse en cuenta, igualmente, lo que escribieran Tomás Eloy Martínez y Ana de Skalon. La cineasta y periodista esposa de Bonasso se explayó acerca de los orígenes familiares y sociales de Debray y por los mismos, las consecuencias casi lógicas de su traición: “Un informe confidencial de la Cancillería británica sostiene que el intelectual francés Régis Debray guarda en su memoria el haber hablado de sus amigos a sus enemigos durante su interrogatorio… este documento cuenta de relaciones de sus padres con el poder del Estado y de la Iglesia Católica el que se pondrá en marcha a partir de su detención en Bolivia. La familia Debray conoce bien qué timbres tocar en el gobierno... el Quai d'Orsay, a pesar de su desconcierto, instruyó a que la embajada francesa en La Paz actuase en el asunto... El Vaticano fue persuadido de presionar discretamente a favor de un juicio al menos razonable... y hasta el general De Gaulle se vio en la necesidad de enviar un mensaje personal al presidente Barrientos… Aparentemente les contó a sus interrogadores dónde y cuándo había conocido al Che Guevara. Posteriormente Debray sostuvo que no le dijo nada al ejército boliviano que ellos ya no supiesen. De todas maneras, Che Guevara fue descubierto y fusilado el 8 de octubre”. Entre tanto, Tomás Eloy, como ya dijimos, reputándolo como “El Judas del Che Guevara”, sentencia: “Todos los mitos se construyen alrededor de dos figuras antípodas: la del que crea y la del que destruye. Si alguien descubre el fuego, otro debe robarlo; si alguien elige sacrificarse para salvar a la humanidad, otro lo tiene que traicionar. Esa ley remota alcanzó también al Che Guevara, cuya imagen mitológica es ahora la del héroe obstinado que triunfa contra toda flaqueza, contra toda adversidad, y que elige la muerte antes de que la muerte lo elija a él. Si el Che encarna la pasión, ¿quién encarna entonces la traición, la codicia, la otra cara del mito?”. Luego, retomando las conclusiones del ya famoso documental ¿Quién traicionó al Che Guevara?, recuerda cómo “(…) dos testigos centrales de la historia

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afirman que el delator fue Debray: uno es un ex agente de la CIA; el otro es el comandante Gary Prado, jefe del pelotón que apresó al Che en la selva de Bolivia.” Aleida Guevara, hija del Che, no duda en señalar que queriendo protegerlo, “(…) mi papá se desvió para sacar a Debray de la selva y tenemos la impresión de que, cuando Debray cayó preso, habló de más.” ¿Podría entonces caberle responsabilidad tangible y culpa histórica a Régis Debray en la muerte del Che Guevara y en el fracaso de la revolución en Bolivia? Sin embargo, no nos corresponde juzgar sobre este asunto puntual, o sobre lo que hizo o no hizo entonces o hace ahora el intelectual francés. No sabemos lo que le reserve la Historia, y si lo juzga y lo perdona, pero no creemos que los latinoamericanos y los hombres y mujeres de muchas partes del mundo que creían y creen en aquella gesta, que se apasionaron con ella, le perdonarán a Debray su escupitajo en la tumba del Che. En fin, lo que quisiera resaltar ahora es que, 40 años después, mientras el Che se inscribe en la Historia convulsionándola aún a través de sus imágenes, de su resonante nombre y de su ejemplo de hombre vertical, Régis Debray continúa mimetizado en ella vanagloriándose de su traición. Germán Uribe Nacido en Armenia, (Colombia) el 22 de abril de 1943. Es un ex-diplomático, periodista y escritor. Gran hombre, ha dejado de escribir porque se está quedando ciego de una enfermedad irreversible. 18/07/2015.

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Crónicas de luz y sombras Ciro Bustos, historia de un náufrago Luciano Álvarez 13 de noviembre de 2010 - Diario El País de Uruguay

La mirada triste y la nariz abultada, le dan un parecido a John Guielguld, el actor inglés. Vive jubilado en Suecia pero nació en Mendoza, (Argentina), en 1932. Sufre una jaqueca crónica, apenas moderada por un analgésico del que siempre tiene provisión. Salvo para los expertos en “cheología”, su nombre dice poco. Sólo es Ciro Bustos, el Judas que delató al Che. La fascinación por la Revolución Cubana le había llegado a los 28 años. Allá marchó. Puso un taller de cerámica, mientras soñaba con un destino heroico. Pareció encontrarlo en 1962 cuando supo que el Che Guevara, pretendía generar un foco guerrillero en la Argentina. El Che les advirtió que la misión sería “larga, delicada e improbable, que era seguro que no sobrevivamos, ni tú ni yo. ¿Estás dispuesto?”. Confortado con el obvio “sí”, agregó: “A partir de ahora, pueden considerarse como muertos, el tiempo que les quede es un regalo”. En 1963 estaban en la Argentina. Bustos recorrió los medios de comunicación con una declaración de guerra al gobierno de Arturo Illia, fechada el 9 de julio de 1963, dos días después de su triunfo electoral. La repercusión fue mínima. No había quien los tomara en serio, salvo los jóvenes burgueses, metidos a intelectuales neomarxistas que editaban la revista "Pasado y presente" y otros muchachos universitarios. La red fue más importante que la guerrilla misma: treinta hombres, que deambulaban por la provincia de Salta, cerca de Bolivia, dirigidos por Jorge Masetti, el "Comandante Segundo", que esperaba al primero, el propio Guevara. Terminaron matándose entre ellos, procurando demostrar disciplina y dureza ante la duda. Los que iban “estaban de acuerdo con el planteo, algunos no sabían toda la dimensión. Venían, llegaban y se enteraban de que esto no era un grupo de boy scouts, sino que venía el Che.” Así lo recuerda Bustos. A los pocos meses ya no existían; unos fueron muertos o capturados; Masetti, que mandó fusilar a varios débiles —un muchacho bancario de lentes gruesos, entre ellos — se lo tragó la selva. Bustos que seguía organizando redes, pudo escapar, aparentemente pasó por Uruguay. Nuevamente recibió el mensaje: “El Che quiere verte”. Se fue a Bolivia. En La Paz debía encontrarse con Régis Debray, un francés de 27 años, estrella del neomarxismo,

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amigo de Fidel y disparatado maestro en la teoría y práctica de la guerrilla. Juntos fueron al encuentro del Che, a comienzos de marzo de 1967. No pasarán muchos días para que Debray sienta el miedo. “El francés ha defendido con mucha vehemencia el deseo de partir precisando que él sería más útil afuera.”, escribió el Che en su diario (28 de marzo). Esa humana y razonable debilidad sería perdonable si no fuera por lo que Debray hizo con el resto de su vida. El 20 de abril Régis Debray, Ciro Bustos y George Andrew Roth, un periodista que también andaba husmeando en la guerrilla, dejaron el campamento; y a las pocas horas fueron detenidos. Sus captores ya sabían todo lo que necesitaban saber. “Ni Debray ni yo fuimos torturados —reconoce Bustos — Cuando nos detuvieron, el ejército boliviano sólo necesitaba confirmaciones, no informaciones. Ya sabían que el Che estaba allí.” Debray era un personaje célebre, amparado por la misma embajada francesa —sus padres pertenecían a la elite gaullista — y por toda la izquierda intelectual. De modo que no se tomaron el trabajo de tratarlos mal. Debray compadreó un poco, Roth tomó fotos y Bustos trató de mantener la identidad falsa con la que se movía. Cuando llegaron los datos desde la Argentina la situación se le puso difícil. Le dieron una oportunidad. Si era artista que lo demostrara dibujando al Che; ¿quién no conocía por entonces el rostro del Che? Luego hizo otros veinte bocetos, la mayoría de personajes conocidos o ya prisioneros y otros inexistentes. Esos inútiles dibujos fueron su probable salvación y su segura desgracia. Luego de un juicio espectáculo Debray y Bustos fueron condenados a treinta años. Desde la cárcel, el francés continuó dando cátedra sobre la revolución, dio entrevistas y no dejó de compadrear. Bustos guardó silencio. Para la navidad del 70 fueron liberados y un avión los desembarcó en el Chile eufórico de la Unidad Popular. Salvador Allende dispuso un auto oficial para recibir a Debray y alojarlo lujosamente. De Bustos nadie se acordó; el rumor ya corría. Terminó refugiado en Suecia y durante treinta años guardó un silencio parecido a la muerte. Las principales biografías del Che no ponen en duda su traición: “La declaración de Ciro Bustos tuvo unas 60.000 palabras. ¡60.000 palabras…!”, se indigna, con el énfasis de la verdad, Pierre Kalfon, diplomático e historiador francés, uno de los varios turistas de la revolución que frecuentaban las agregaturas culturales de Latinoamérica, cuando este era un continente seductor para París. “¡Un testimonio de 60.000

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palabras!” insiste ante Erik Gandini y Tarik Saleh, los dos jóvenes periodistas que lo entrevistan para el documental: “Sacrificio, ¿Quién traicionó al Che?” (2001). “¿Ud. Leyó esos documentos…? –Sí, claro. -. Responde con seguridad. “Pero Ud. No los leyó…” le retrucan. El hombre queda sorprendido, sabe que lo acaban de descubrir, no sabe cómo, pero lo sabe: “Me dieron algunos… algunos… pasajes… pero… hasta que…” Gandini y Saleh le habían dado una pequeña voz a Bustos. “En estos más de 30 años, lo único que ha funcionado es la mentira. Todo el mundo miente”, sostiene sin exaltarse. En julio de 2007 pasó por la Argentina, para agregar sus 510 páginas a la literatura guevarista: “El Che quiere verte. La historia jamás contada del Che”. A lo largo de tantos años aún prende velas al mismo santo; parece no haber olvidado ni aprendido nada. Bajo el paradigma de “sigo creyendo en los ideales por los que luché”, pretende justificar sus locuras juveniles. No es un Judas, tampoco es un héroe, apenas un individuo desgraciado que debe aferrarse a su patera, mientras ve pasar el yate de Debray y sus amigos. Luciano Álvarez Fuente: Días de Historia Pero está tomado de El País Digital de Uruguay del 13/11/2010

***** No sé porque este personaje me da pena, ahora resulta que las 60.000 palabras las dijo de un tirón sin que le torturaran, debe tener un léxico muy variado porque hablar durante 60.000 palabras sin decir nada nuevo hay que ser hábil y listo, tener en cuenta que este documento tiene 72.000 en 190 páginas. Con él, termino el Anexo final y el documento, espero os sea útil. Y si tenéis que darme algún “cuzco” me la dais, ya sabéis: valopez3@gmail.com

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Otro mapa de la zona de operaciones de la guerrilla

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Epílogo Con respecto al “humanismo” y la concepción del hombre nuevo propia del pensamiento del Che es posible rastrear como antecesor a Aníbal Ponce, marxista argentino (1898-1938), que el Che había leído y estudiado de joven. En su obra, Ponce opone el humanismo burgués al humanismo del proletariado. En la primer parte de su libro, realiza un recorrido por los inicios y el desarrollo del humanismo de la burguesía, considerándolo como aquella corriente de pensamiento, que surge como principal “ideóloga” de la burguesía desde sus comienzos, luchando contra la iglesia y el feudalismo. El humanismo burgués se caracterizó por “la exaltación de los valores racionales, la separación del entendimiento de todas las otras funciones que la acción exige y el trabajo impone (…) Para que existan hombres libres, despreocupados del trabajo, era menester una turba de asalariados y de siervos que asegurasen el ocio de los amos”. Lejos de aproximarse a los hombres, los humanistas de esta época, no hacen más que contribuir a mantener la ignorancia y prolongar la mansedumbre de los trabajadores. En palabras de Aníbal Ponce, “lo que al principio había sido en manos de la burguesía un instrumento de lucha contra la Iglesia y el feudalismo, se convirtió después en un sistema excelente para estabilizar los privilegios adquiridos”. A su vez, destaca el autor que la cultura antigua (de los latinos y griegos) que fue asimilada por la burguesía, se caracteriza por una “concepción estática de la historia.” Así esta corriente de pensamiento tendrá también su correlato en la idea de “humanidades” que impregna la educación y es concebida como la mejor opción para “orientar a los jóvenes hacia soluciones conformistas.” Es interesante el recorrido que realiza este autor porque muestra que lo que se defendía desde este movimiento era al “hombre abstracto”, “liberado de las contingencias de la vida práctica y social”, valorando la intelectualidad por encima de la lucha y la acción. El humanismo del proletariado se caracterizará por dejar de depositar la felicidad en el pasado al criticar la sociedad de su tiempo; más bien señalará al presente y al futuro como el momento de lucha y acción, en el cual “el cielo que el proletariado asalta, es (…) el reino que el hombre aspira a construir sobre la propia tierra”. Esta corriente, busca integrar lo que el capitalismo separó; la misma máquina que en el capitalismo esclaviza al obrero y lo enajena, ahora es “una de las condiciones absolutamente necesarias” para el triunfo del proletariado y para la emergencia de este humanismo de los trabajadores. En esta parte de su trabajo, Aníbal Ponce introducirá la idea de “hombre nuevo”, “hombre completo” que luego retomará el Che. Esta idea de “hombre nuevo”, como una totalidad, es construida por Ponce retomando el pensamiento de Marx, pero también tras visitar Rusia en plena revolución y observar cómo las masas se han elevado a sí mismas, a partir de “la atmósfera moral” que ha creado la revolución y “que hace del trabajo productivo

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una función real de todo el mundo (…)”. Así, Ponce rescata los planteamientos de Marx al describir cómo el individuo “mutilado por la especialidad” en el capitalismo solo recuperará su “sed de totalidad” con la toma del poder por parte del proletariado. Así, en el comunismo se podrá unir la “teoría y la práctica”, “la inteligencia y la voluntad”, la “cultura y el trabajo productivo”, conformando así al “hombre completo”. Sin embargo, el terror al empoderamiento de las masas la hizo “renegar de esa ciencia y arrojarla en el seno de las supersticiones religiosas”. Por contraposición la cultura en las manos de los trabajadores “no tiene secretos que esconder ni conquistas que renegar”. Así, las masas, en el comunismo son las únicas capaces de “dar al hombre la totalidad de sus dimensiones”. Siempre ha sido más útil para el capitalismo-imperialismo, levantar imágenes intencionadas del Che cómo: el aventurero, el rebelde, el guerrillero, el idealista, el romántico, el funcionario. Sin embargo, se ha hecho poco el ejercicio de brindar la imagen completa e integral de Ernesto Guevara. No solo lo que él fue (como militante comprometido con la transformación de la realidad Latinoamericana) si no lo que representa en tanto generación y corriente de pensamiento y acción política. En este epílogo intenté hacer un esbozo del pensamiento político del Che y de su práctica política. Su pensamiento (y en toda una corriente de la Revolución Cubana) se condensa una visión particular de la historia y del papel que juega el factor subjetivo, la cultura, la educación y la ética en los procesos revolucionarios. Para llegar al comunismo no se puede avanzar en una sola línea o esperar que la conciencia socialista sea parida por determinadas condiciones materiales; se debe tener en cuenta tanto la creación del medio material del comunismo así como el desarrollo de la conciencia social del hombre. El pensamiento del Che Guevara, lejos de asentarse en una lectura voluntarista o basarse solamente en la práctica, tiene una raíz profunda en el estudio y en la formación política sobre todo del pensamiento de Carlos Marx. Varias de las ideas presentes en Marx y presentes en Aníbal Ponce, son retomadas y reencarnadas en el pensamiento y en la práctica política del Che. Esto fue el Che, —o eso me gustaría creer — más allá de leyendas e historias falsas creadas desde el imperio para desviar la mirada de su verdadera dimensión humana, social y política. V. Antonio López

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Otras fuentes no citadas: Muchos de los escritos o capítulos he puesto la fuente, en otros sin embargo no he puesto nada, quizás porque en el mismo capítulo son varias, por orden de importancia en el dosier son estas: • Wikipedia • Che – Una leyenda de nuestro siglo – Pierre Kalfon – Edición: Círculo de Lectores (1997) • Bolivia: ensayo de revolución continental – Humberto Vázquez Viaña y Ramiro Aliaga Saravia – ELN de Bolivia (1970) • Bolivia: Cuando el mito se hace leyenda - Andrés Amenedo – Para: Centro de Estudios Políticos Ernesto Che Guevara – Ediciones: Pensamiento y Debate (1999) • Obras; de Aníbal Ponce – Edición Casas de las Américas (1975) • Imágenes: La mayoría son de Internet – Otras son del Álbum: Cuba la fotografía de los años 60 – Editado por la Fototeca Nacional de Cuba (1988) Desde el principio de este trabajo me propuse no incluir ninguna imagen del cadáver del Che, lo he conseguido, eso lo dejo para los “buitres carroñeros”, que a fe que los hay. Como siempre agradecer a los/as que han escrito, opinado y publicado algo que me haya inspirado, los párrafos en cursiva son de mi entera responsabilidad, espero que os sirva para conocer algo más a la persona, de Ernesto Guevara de la Serna, el Che cómo mito o leyenda que cada uno saque sus propias conclusiones, pero en mi opinión solo viéndolo cómo la persona que fue, podemos valorar mucho más su obra. En el documento Bolivia: ensayo de revolución continental podéis observar el nombre del autor; Humberto Vázquez Viaña este hombre era hermano del guerrillero boliviano Jorge Vázquez Viaña, asesinado clandestinamente, fue herido en combate y secuestrado del hospital por el ejército el 22/04/1967, hicieron desaparecer el cuerpo y nunca ha sido encontrado. Humberto junto al coautor Ramiro Aliaga Saravia eran miembros de ELN de Bolivia hasta 1970 y formaban parte de la red de apoyo de Tania en La Paz, aunque recibieron instrucción de guerrilleros por dos meses y medio nunca entraron en combate, Humberto se exilió en Suecia desde donde ha publicado numerosos trabajos sobre los movimientos sociales de Latinoamérica en especial Bolivia, desmitificador de la figura del Che y muy crítico con la lucha armada. Murió de cáncer en Suecia en el año 2013 a los 76 años de edad. Él y su hermano Jorge eran hijos de Humberto Vázquez Machicado, un prestigioso historiador boliviano.

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Recopilado, diseñado, editado y encuadernado Por: V. Antonio López In Memoriam del Che En el 48º aniversario de su asesinato Madrid, 8 de octubre de 2015©

La imagen de la contraportada es una estatua del Che, brazo izquierdo en cabestrillo, de cuando se rompió el codo en la batalla de Santa Clara (final de 1958), que forma parte inseparable del Memorial a su nombre en Santa Clara (Cuba)

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