Ghiselle González Calvo con su hijo 21/7/2012.
Quién fue Ghiselle González Calvo Ghiselle González Calvo nació el 22 de enero de 1936 en San José, Costa Rica, hija de Jorge González Madrigal y Luz Calvo Brenes, familia de clase media baja. Se trata de una familia que habita el área sur este de la capital de Costa Rica en los barrios proletarios. La familia habita entre el Paseo Sarmiento y el popular Barrio Luján. La familia tuvo roles de género muy tradicionales siendo el padre empleado judicial y la madre de oficios del hogar. Ghiselle es la menor de tres. Doña Luz es hija de una mujer fuerte y luchadora, Adela Brenes Valverde, quien tuvo que sobreponerse al abandono de su esposo y criar a sus tres hijos. Con el apoyo económico de éstos, compran una pequeña propiedad en Barrio Luján, en la cual construyen cuatro pequeñas casitas. En una de ellas habita la familia de Ghiselle. Doña Luz recibe esta propiedad como legado y con las rentas apoya el ingreso del Luz Calvo Brenes con sus hijas e hijo. Circa 1937.
hogar y luego lidera el mantenimiento de sus hijos cuando el hogar con Jorge González se deshace.
Cuatro Casitas de la Familia Calvo Brenes año 2009
La juventud de Ghiselle transcurre en los años 50 llena de sueños de aprendizaje y de conocer el mundo. Sin embargo, la situación económica familiar le demanda contribuir con su trabajo al mantenimiento de la familia. Logra terminar su bachillerato de secundaria en la educación nocturna en el Colegio Omar Dengo en 1959. No posee recursos para cursar una carrera universitaria, pero logra tomar cursos de mecanografía y del idioma inglés en horas no laborales. Ello le posibilita ingresar a trabajar como auxiliar en el Registro Civil de Costa Rica. En el patio de una de las casitas de la familia. Circa 1952.
Credencial del Registro Civil de Ghiselle González en 1960
En esa institución conoce a Bernardo Aguilar Gaucherand con quien contrae matrimonio en octubre de 1960. De ese matrimonio nace Bernardo, su hijo mayor, en setiembre de 1961. La relación se torna abusiva y Ghiselle acciona judicialmente pidiendo el divorcio, una acción verdaderamente inusual para una mujer a principios de los años 60. Logra que se decrete el divorcio por los tribunales de justicia en un tiempo sumamente corto, quedando consumado el 31 de enero de 1963. Con el apoyo de su madre Luz, quien se hace cargo del cuido en el día de su hijo, continúa trabajando en el Registro Civil, adonde llega a ser Registradora de Nacimientos. Conoce a Heinz Thiele Eichele, quien se convierte en su segundo esposo en 1964. En 1965 nace su hija Elke. La pareja se percata con el tiempo que Elke presenta características diferentes en su desarrollo mental. Para 1967 tienen plena conciencia de que su hija es una persona discapacitada, posteriormente comprendiendo que se trata de un cuadro de autismo de bajo rendimiento.
Con su hija y su hijo en 1966.
Ghiselle González decide salir de su trabajo en el Registro Civil y se dedica tiempo completo a los trabajos de desarrollo de su propio pequeño negocio familiar de alquiler de inmuebles y la crianza y educación de sus hijos, tareas en la cuales recibe fuerte apoyo de su hermana Cecilia y de su madre Luz.
Producto de su propia vivencia, los valores que basan su trabajo formativo son la solidaridad y el respeto para con las y los más vulnerables, la ética de trabajo como única forma de lograr alcanzar metas profesionales y económicas, el carácter fuerte y la equidad de género, entre otros. Mediante su trabajo y tesón logra impulsar la educación de su hijo hasta los años universitarios. Llega a su tercera edad con muchos frutos. Con la semilla de su impulso y fuerte trabajo se extienden las ramas del árbol familiar a cuatro nietos producto del matrimonio de su hijo con Ligia Umaña Ledezma. Asimismo, la familia cuenta, gracias a ese empuje, con las herramientas para mayor resiliencia en el campo material. Sin embargo, ante todo, su mayor efecto está en el legado que siembra desde la perspectiva ética y de visión del mundo que permea a toda la familia.
Luz Calvo Brenes (madre), Ghiselle González Calvo y Cecilia González Calvo (hermana) en la presentación de tesis para Lic. En Derecho de Bernardo Aguilar González en 1987.
Sus últimos años los concentra en el cuido y apoyo de su hija Elke. En el año 2017 comienza a sufrir quebrantos de salud que llevan a su muerte en marzo del año 2018.
Ghiselle González conversando con sus nietos en 2012. Junto a ella su hija Elke y su esposo Heinz.
Resultado de ese legado, sus sobrinos y nietos, la recuerdan como una lideresa fuerte, muy humana y ejemplar por su capacidad de lucha, su inteligencia y su resiliencia.
Celebrando el Día de las Madres del 2017
Celebrando su legado, su hijo leyó en su funeral la siguiente elegía:
“¿QUÉ NOS ENSEÑÓ MAMÁ? Mamá nos enseñó que Paco y Lola* estaba equivocado y que no estaba bien que mamá amasara la masa mientras papá leía el periódico. Que las familias son guiadas y lideradas muchas veces por mujeres fuertes. En la nuestra mi abuela Luz, mi tía Ceci y ella nos dieron un ejemplo. Nos enseñó que los monstruos no viven en los lugares oscuros de la casa y que se van cuando te acompaña mamá. Que los dolores de muela se alivian con calorcito y un clavito de olor. Nos enseñó que la constancia y la consistencia son necesarias para enfrentar los retos que nos plantea la vida. Que las discapacidades están en el que las sufre y el que las mira. Que la solidaridad y el respeto del prójimo son aspiraciones sobre las cuales todavía nuestra sociedad tiene muchos que aprender. Nos enseñó a volar y a soñar y a curar las desilusiones con un sueño nuevo por el cual luchar. A atesorar el conocimiento como un medio esencial para nuestro crecimiento personal y compromiso con los demás. A buscar a Dios a la par del conocimiento y a no aferrarnos a los dogmas. Que no hay revolución que valga la pena si no se puede también bailar. Nos enseñó a buscar en nuestras raíces las respuestas que muchas veces no encontramos. A amar a Barrio Luján, el Paseo Sarmiento, a Costa Rica. Los valores cívicos y la importancia de los buenos ejemplos.
Nos enseñó en el último año… que cuando aprendemos a cuidar a nuestros mayores la vida se vuelve un círculo para hacer que las cuentas cierren. Que nos demos cuenta del valor de la paciencia y la dedicación que tienen las madres cuando nos limpian, cuidan, se desvelan y nos alimentan cuando no podemos caminar o correr y no hacemos más que llorar. Mamá nos enseñó a volar y que nunca es tarde para cumplir las promesas.”
*Libro infantil que se usaba en la primaria en Costa Rica en los años 60s y 70s que presentaba los roles de género desde una perspectiva extremadamente patriarcal.