Navegando por la costa turca de Bodrum en goleta

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Bahía de la isla de San Nicolás, también isla de Gemiler, con restos de la ciudad del siglo V.

El color de los

sueños

turquesa

La costa turca entre Bodrum y Fethiye fue el territorio fronterizo en el que los imperios

gar en goleta y disfrutar de las puestas de sol o de los saltos a 2.000 metros de altura. Las posibilida-

orientales pugnaban con los occidentales. Hoy son un lugar plácido de extraordinaria belleza perfecto para navedes están ahí, sólo hay que elegir... o cogerlo todo. Fotos: Álex del Río. Texto: @bernardofuertes


n la oscura sala , casi escondidas en un rincón, según se entra a la derecha, se encuentran unas minúsculas vasijas de vidrio del siglo II d.C. que utilizaban las mujeres de los cortejos fúnebres para recoger sus propias lágrimas. A juzgar por la belleza de los objetos, está claro que en aquella época las lágrimas tenían mucha más importancia que hoy en día. Estamos en el castillo de Bodrum, al suroeste de Turquía. En el lugar en el que no se sabe si nadas en el Egeo o en el Mediterráneo. Aquella fortaleza del siglo XV, comenzada a construir por los caballeros de San Juan utilizando los materiales del cercano Mausoleo de Halicarnaso, alberga hoy el museo de arqueología submarina. Antes incluso del control de entrada, en una sala alargada bajo la muralla, tras una puerta poco visible, a la izquierda, se encuentra una sala de exposiciones

mirar el mapa que hay en la entrada al Mausoleo. Allí con idílicos iconos se sitúan las siete maravillas del mundo antiguo: La estatua de Zeus en Olimpia, el faro de Alejandría, las pirámides de Egipto, los jardines colgantes de Babilonia, el coloso de Rodas y –dentro de la actual Turquía– el templo de Artemisa, en Éfeso, y algo más hacia el sur, este Mausoleo de Halicarnaso. El mundo antiguo al completo, las bases de nuestra civilización, están aquí. Hoy apenas quedan algunos pedazos de las gigantescas columnas y unos simpáticos gatos que retozan melosos junto a los pocos turistas que hasta allí se acercan. La arqueología, las maquetas y un vídeo un tanto incomprensible muestran cómo debió ser aquella gigantesca tumba. Una gigantesca mole de más de 50 metros de altura en cuya cúspide había una cuadriga con Mausolo, rey de Caria, y su hermana y mujer Artemisia. El proyecto fue finalizado por Artemisia. No muy lejos del Mausoleo se encuentra el anfiteatro romano del siglo II d.C. En algunas noches de verano se organizan conciertos y el zaz, un instrumento tradicional turco de cuerda parecido a un laud, tañe sus notas profundas más allá de los siglos. En

Arriba, el jardín contemplado desde una de las suites de The Residence Mauritius y la piscina. Abajo, plato del restaurante The Plantation y la playa aledaña. En la otra página, water skiing en la laguna de Mauricio.

Los movimientos sísmicos han forjado no solo el paisaje, también han modulado el carácter de la gente. Nada es eterno. temporales que guardaba una muy grata sorpresa. El fotógrafo Oğuz Nusret Bilik, exponía sus obras. Todas en blanco en negro, todas con único tema, la relación entre las esculturas de la Grecia clásica y el hombre-mujer de hoy en día. Aquellas fotos mostraban como todo cambia pero como el ser humano es exáctamente igual a cómo lo era hace dos milenios, sólo varían las vestimentas. Una muleta de hoy en día encaja a la perfección en la estatua de un Adonis mutilado por el paso del tiempo, de los hombres, las venganzas y de los terremotos. Los movimientos sísmicos han forjado la orografía y el carácter de esta zona con grandes convulsiones históricas. Un fascinante ejemplo (y digo fascinante porque no se puede decir que sea muy bello debido al paso de los terremotos y al empleo de sus materiales para construir el ya mencionado castillo de Bodrum) es el templo del rey Mausolo, de Halicarnaso. Pasó a la historia como el Mausoleo de Halicarnaso, una de las Siete Maravillas de la Humanidad, allá por el siglo IV a.C. Para comprender la verdadera importancia que tuvo esta zona del mundo clásico solo hay que

tiempos podía albergar a 10.000 personas para algunas representaciones pero en la actualidad sólo admite 4.000 espectadores. Bastante bien conservado, a pesar de los terremotos, como será omnipresente en este viaje. Si los menciono tanto es porque, más allá de la información que pueda estudiar, tuve la ocasión de vivir uno de ellos. De pequeña magnitud, 5,3, en la escala Richter, pero suficiente intensidad como para preocupar pero no para impedir que continuase disfrutando de aquel pescado denton en la terraza colgante del restaurante Kafedaki. El entorno es idílico, está a unos 15 minutos en coche del centro de Bodrum pero el desplazamiento merece la pena porque está construido en una de las colinas que rodean la ciudad y con las mejores vistas sobre la bahía. Un poco más hacia el norte, a unos 10 minutos por la carretera D330, llegamos hasta Torba, una antigua villa de pescadores en la que se esconde una de las mayores joyas que haya podido visitar en los últimos años, el hotel Casa Dell’Arte. El concepto es fácil de resumir una de las familias más ricas de Turquía colecciona arte. En un momento dado deciden que

En el golfo de Marmaris, disfrutando de un sol radiante en la goleta, Isabel luce un bikini rosa de Carioca y camisa estampada de Just Cavalli. Las sandalias joya son de Roberto Cavalli y los pendientes en aro de coral son de Helena Rohner.


Panorámica de la ciudad y el puerto de las goletas desde el castillo de Bodrum, puerto de partida de nuestra singladura.

Mezes, aperitivos, en el restaurante Gonka Balik. A la izquierda, estatua decapitada en el castillo de Bodrum. La terraza del restaurante Gonka Balik. Arriba, en el hotel Casa Dell’Arte, Isabel viste total look de Prada en tricotina de color tinta bordada en pedrería.

Ruinas en Dalyan. Izq, el embarcadero del hotel Casa Dell’Arte, Isabel luce un bikini negro y coral de Agent Provocateur. Anfiteatro en Kaunos. La ciudad era un importante puerto pero el mar retrocedió y quedó en el olvido.

El zapato de raso violeta bordado es de Prada y la pulsera con anillo de cadenas metálicas y charms, de Chanel.


Tumbas licias excavadas en la roca de Dalyan. La mejor y casi única forma de acceder es con barca remontando el estuario del río Dalyan.

parte de ese arte debe ser disfrutado por más gente. Crean un hotel museo y lo llenan con las muestras más destacadas de la pintura turca y universal pero como las zonas comunes no son suficientes, se colman también las 12 habitaciones, cada una con su signo del zodiaco, con cuadros valorados en miles de euros. “En algunas de las estancias hay más de dos millones de dólares en obras de arte”, me cuenta Buraq, el gerente del hotel. Es un todo un personaje en la zona, si necesitas cualquier cosa te lo consigue. “He llegado a pedir la comanda por teléfono a un cliente que se encuentra en un restaurante y no logra entenderse en turco. Los huéspedes me llaman para lo que sea. Hacemos un servicio de babysitter con ellos”, comenta riendo mientras sigue hablando por el manos libres. No sé si me responde a mi o un cliente. Es muy nervioso y habla a toda velocidad. El polo opuesto de Gamze Büyükkuşoğlu, la hija pequeña de la familia de mecenas dueña del museo y que lleva la dirección artística del hotel y de la fundación. Tranquila, relajada, con una visión del mundo más humanista, ejerce de mecenas apadrinando y alojando en sus instalaciones a una selección de artistas para que se dediquen a crear durante largas temporadas. La conversación con ella es un auténtico placer. Habla de cómo fomentar el arte, de la manera con la que su familia ha hecho fortuna en la industria de la automoción y de lo poco que le interesa a ella el mundo empresarial. Su reino no es de este mundo y su hotel tampoco. En la misma playa, contiguo se encuentra el restaurante Gonca Balik, una joyita escondida en este pueblecito de Torba. Tan pegado al mar que algunas mesas están en muelles sobre el agua. Perfecto para disfrutar del atardecer degustando cocina tradicional turca, mariscos y pescados como el hamsi, un tipo de anchoa que sólo se pesca en el mar Negro o comenzar la comida con un trago del tradicional raki, la bebida anisada turca que es mejor mezclar con agua. Es el restaurante que llevas en tu imaginación cuando viajas por el Mediterráneo. Burak, infatigable se ofreció para enseñarnos la conocida noche de Bodrum. Quedamos en Marina Yacht Club, en el Newold Club, un lugar exclusivo y como tal abarrotado de guapas y guapos de todo el continente con ganas de exhibirse y bailar con la música en directo. Desde allí un transfer acuático nos llevó hasta el centro de Bodrum donde miles de personas bailan y beben hasta altas horas. Cualquiera de los locales desde los que mana la música son apetecibles pero para encontrar algo más selecto hay que ir al Barbeast, frente a los muelles. Fotógrafos, decoradores, arquitectos de mediana edad (siendo generosos) se reúnen allí para tomar copas y bailar hasta la madrugada. La música relajada no es la protagonista absoluta y permite disfrutar de la fácil conversación con cualquiera, algo muy sencillo si tenemos en cuenta el carácter abierto de los turcos de esta parte del país.

Al día siguiente embarcamos en la goleta SunWorld VIII. Localizarla no fue fácil porque en el mismo puerto, junto al castillo, hay decenas de barcos estilo goleta. El panorama es realmente impresionante. Todos esos barcos estaban allí ofreciendo la popa al muelle para que los pasajeros puedan subir cómodamente por las largas pasarelas. La fina decoración y el trabajo en madera de cada uno de ellos es digno de contemplación. Un espectáculo realmente hermoso tanto si eres aficionado a la náutica como si no. Los mástiles apuntando al cielo esperando la orden de zarpar. Diccionario naútico. Los marineros atareados baldeanEslora. La longitud del barco do la cubierta, sacando brillo a cada medida desde la proa (parte delantera del barco) hasta la metal, adujando cabos (ordenándopopa (parte trasera). los para que estén listos para usarse). Manga. La anchura del Con una actividad constante pero barco medida desde estribor (derecha) a babor (izquierda). no frenética. A bordo hay que saber Calado. Tamaño del barco, conservar y aparentar calma, como medido desde la superficie la mañana en la que el marinero del agua hasta el punto más Ismael, se acercó, apresuradamente bajo de la quilla. Adujar. Ordenar los pero sin correr, al capitán, le susurró cabos de tal manera que se algo al oído, Tayfun, con inmaculado puedan emplear de manera uniforme de capitán, apagó motores rápida sin impedimentos y los dos desaparecieron por el salón ante cualquier situación de emergencia. camino de la cocina, con aparente Bitácora. Pieza que sirve calma. A pesar de su tranquilidad, el de base al timón y otros olfato no engañaba, algo se estaba instrumentos necesarios para la navegación: compás, sonda, chamuscando y venía de los fogogps, anemómetro... nes. El conato de incendio se quedó Botavara. Brazo perpenen amago y al cabo de unos minudicular al mástil y que sirve tos el capitán volvió para retomar para que las velas permanezcan desplegadas. Uno de los la historia donde la había dejado. objetos más peligrosos por Me estaba contando como los crusus imprevistos movimientos. zados que atravesaban Anatolia de Tambucho. Cada uno de los compartimentos del camino a Jerusalén, haya por el siglo barco que se pueden cerrar XIII, llegaron a Konya, capital de los con una tapa y permite el selyúcidas y observaron como los almacenamiento de objetos. gobernantes llevaban engarzadas en Resulta muy útil saber qué se guarda en cada uno de ellos. sus armas y escudos unas llamativas Timón. Es la pala que se piedras de color azul verdoso a las encuentra sumergida debajo que atribuían buena fortuna en los del casco y permite cambiar combates. Los cruzados las asimiel rumbo. No es lo mismo que la rueda que sirve para laron y llevaron de vuelta a Eurogirar el timón. pa llamándolas turquesas, por ser Mascarón. La figura tallada piedras procedentes de Turquía. Sin en madera que se coloca en la proa y sirve para protegerembargo allí no se pueden encontrar se frente a las vicisitudes de puesto que todas son importadas de la navegación. tierras orientales y habían llegado a través de la ruta de la seda. Hoy en día su nombre se usa para definir el color de las aguas con las que todos soñamos. La primera experiencia a bordo siempre es la selección del camarote, salvo que lo tengamos muy organizado lo habitual es que cada uno vaya asentando su equipaje donde pueda (intentad no llevar maletas muy rígidas porque en un barco no hacen más que ocupar un espacio muy preciado). Si la navegación se prevé tranquila los más cómo-


En el Castillo de Bodrum, Isabel descansa sobre un piso de mosaico del siglo V. El delicado vestido negro de gasa con estampado de pensamientos en una gama de rojos y marrones es de Gucci.

Cada lugar que pisas en estas tierras es capaz de conta un momento clave de la HISTORIA Y CULTURA OCCIDENTAL


dos en cualquier embarcación son los camarotes de proa porque están alejados del ruido de los motores y de las zonas comunes de mayor tránsito como la cocina, salón-comedor y puesto de mando o bitácora. Es recomendable deshacer rápido el equipaje y dejar las cosas más necesarias a mano. No se suele pasar demasiado tiempo en los camarotes cuando hay tanto que disfrutar en cubierta. Una vez comenzada la singladura nuestra primera excursión nos llevó hasta el estuario del río Dalyan. Allí hay que abandonar el barco y subir en una lancha más pequeña que es la única que tiene permiso para adentrarse en el estuario. Su importancia biológica es extraordinaria. Se trata de uno de los pocos lugares en el mundo en el que se reproduce la tortuga caretta caretta o tortuga boba. Su alimentación a base de crustáceos es un atractivo turístico en la desembocadura del río. Pescadores jubilados ofrecen como cebo gigantescos cangrejos azules que las tortugas acuden a devorar. Los mismos cangrejos que, una vez cocidos, ofrecen a los espectadores por cuatro euros la ración . Si algo distingue estas goletas de otras embarcaciones es la variedad y riqueza de las comidas durante la travesía. Nuestro cocinero se llama Ahmet. Un chico joven, un tanto hosco, será porqué solo habla turco y yo no soy capaz de decir ni gracias (tesekküler y no estoy muy seguro). Tiene unos 25 años y, sin embargo, ya lleva tres estudiando en la escuela de hostelería. Con las limitaciones que toda cocina de barco conlleva (aunque este tenga 30 metros de eslora) consigue hacer auténticas delicias culinarias. Me sorprendió el bulgur, trigo cocido y Estos restos cortado que se deja secar al sol y arqueológicos son conocidos como se sirve con perejil (como muchos el Hammam de otros platos); me gustó el mücver, Cleopatra, en la unas tortillas hechas con calababahia del mismo nombre. El paisaje za, cilantro y patata; me aligeró la dieta la variedad de verduras y te hará sentir como una reina. Dicen que hortalizas, ensaladas con los tomalas aguas minerales tes más sabrosos que jamás haya del entorno eran probado, judías verdes con mucho uno de sus secretos de belleza. que decir, cantidades ingentes de yogurt, pescados de nombres difíciles de apuntar pero que me advierten que ya pocos son salvajes porque están proliferando las piscifactorías por la costa turca. Durante cuatro días no probé el döner kebab, tan tópicamente unido a Turquía como la paella a España. Quisiera dejar un último renglón en este paréntesis culinario para hablar de la berenjena (Patlıcan) de la que nunca hubiera dicho que pudiese llegar a comer tanto y en tan diferentes preparaciones. De hecho, la única compra de avituallamiento que vi hacer en el barco fue el día en el que se acabaron las berenjenas y Ahmet tuvo que bajar a tierra para comprar cinco kilos más.


Alimentando a las tortugas caretta caretta, minarete en Bodrum y la popa del Sunworld VIII.

Detalle del omnipresente ojo de Fátima, Vista del estuario de Dalyan desde el parapente a 2.000 metros de altura.

En el Mausoleo de Halicarnaso, Isabel luce un vestido plisado de Emilio Pucci, zapatos de Robert Clergerie y pulsera de Chanel. Obra fotográfica del artista Oguz Nusret Bilik, expuesta en el castillo de Bodrum.

La modelo camina por el hotel Casa Dell’Arte vistiendo un total look de Paco Rabanne. El top y la chaqueta de red negra se bordan con eslabones de metal y ochos de piel de potro. Minifalda de seda azul eléctrico y sandalias de piel de potro y tobillera metálica.

Cocinero del restaurante Garo´s en Türbükü. Sunworld fondeado en el Valle de las Mariposas.

Créditos de producción: Estilismo: Andrés Acosta. Modelo: Isabel Cañete. Maquillaje y peluquería: Francisco Cabrera para Christian Dior.


Una de las muchas goletas que se mueven por la costa. La navegación por estas aguas es muy tranquila. Siempre hay una zona protegida de los vientos.

Las GOLETAS TURCAS son bellas embarcaciones de madera diseñadas para aprovechar los vientos locales

Estructuras de las viviendas próximas a la iglesia de San Nicolás, en la isla Gemiler (o isla de San Nicolás).


Después de contemplar como también se alimentaban las tortugas proseguimos río arriba hasta encontrar uno de los grandes objetivos del viaje, las tumbas licias excavadas en la roca de Dalyan. Se pueden observar desde la barca. Son espectaculares templos funerarios excavados en las paredes que recuerdan a Petra. Muy próximas están las ruinas de Kaunos. Mejor conservadas porque el estado invierte mucho y porque sus constructores originales tuvieron la precaución de fijar las piedras con tirantes metálicos para poder soportar mejor los terremotos. Esta ciudad, al igual que Éfeso y Troya, perdió importancia cuando el mar se retiró dejándola sin puerto y con una gran extensión de marismas alrededor lo que facillito la proliferación de mosquitos y propició una epidemia de malaria que diezmó la población. Para quitarnos el mal sabor de boca de aquella pujante ciudad que desapareció por la enfermedad, navegamos hasta el valle de las mariposas, cerca de Fethiye, un lugar absolutamente idílico del estilo de ‘La Playa’, de Leonardo di Caprio. Escondida entre paredes verticales de más de 200 metros de altura, esta cala salvaje protegida contra el urbanismo, tiene apenas 100 metros de anchura. Dos barcos, una casita y un chiringuito con nueve sombrillas son los únicos símbolos de civilización. El agua tiene 1.000 tonalidades distintas y está en calma. A pesar de la presencia del chiringuito, la única forma de llegar hasta este paraíso es por mar o haciendo un peligroso descenso alpinista, cosa que hacen algunos locales para ahorrarse los 50 céntimos que cuesta la entrada al valle. Apenas pude ver algunos ejemplares de los millones de mariposas que aseguran que pueblan el valle. Sin embargo sí que encontré una colonia hippie que hacía las veces de alojamiento para la escuela de buceo. Tras un ascenso realmente com plicado por el cauce del torrente llegué hasta una enorme roca con un amenazador cartel que advertía de todo tipo de males, también la muerte, para quien siguiese la ascensión. Demasiado para mi, me di la vuelta y puede deleitarme con la belleza del valle que había a mis pies. No estaban por allí los millones de mariposas pero ni falta que hacía, aunque tampoco lo pongo en duda porque sí que vi los cientos de telas de araña esperando con ansiedad la llegada del maná. De vuelta a la playa, lamentablemente, sí que nos encontramos con una pequeña tropa de gente que venían a hacer exáctamente lo mismo que acabábamos de hacer y a quitarnos nuestro pequeño sueño de pioneros en una isla virgen. Por fortuna el capitán Tayfun tuvo un gesto que le sacó del hieratismo propio de su cargo. Confesó que a unos minutos de allí se encontraba su pueblo materno, una zona que conocía perfectamente. Decidió llevarnos con la lancha auxiliar para revelarnos uno de los lugares que mejores recuerdos infantiles le traían y que en adelante también pasarán a grabarse en mi particular archivo de “el lugar más maravilloso en el

que he estado jamás”, hasta el momento... Después de casi dos millas naúticas llegamos hasta un acantilado del que caía una estruendosa cascada que moría diréctamente en el mar. Pudimos bañarnos en el mar con una cortina de agua dulce cayendo sobre nuestras cabezas. Reconozco que aquella sensación me hizo sentir privilegiado. Sin embargo el día no había acabado y reservaba una de las experiencias más intensas del viaje. En un momento de inconsciente valor habíamos hecho una reserva para lanzarnos en parapente con un monitor pegado a la espalda. El Sunworld nos llevó hasta la bahía de Ölüdeniz,cerca de Fethiye, desembarcamos y fuimos hasta las oficinas junto a la playa de Sky Sports. Desde ese momento una nebulosa de cobardía matiza mis recuerdos. Firmé algunos papeles renunciando a mi alma y a no sé que más. Me subí a una furgoneta junto a otros siete valientes y sus correspondientes monitores y comenzamos a ascender por una carretera imposible. Salvamos 2.000 metros de desnivel en media hora de tiempo y una vida de pánico. Al llegar a la cima la alternativa de la vuelta por aquel camino se me antojaba peor que lanzarme al vacío colgado de un chico al que no conocía de nada. La urgencia de las condiciones atmosféricas no me permitió grandes debates internos, había que saltar ya. Tres pasitos sobre la cresta de la montaña y ya estaba volando. Allá abajo, a dos mil quinientos metros de distancia (aquello seguía ascendiendo) el suelo se veía muy duro, incluso el agua del mar que dibujaba mapas parecía muy firme.

Confieso que fui incapaz de relajarme hasta que no recogí mis pertenencias de las taquillas y que todavía me tiemblan las piernas al recordarlo pero aquella experiencia hace que todo valga la pena. El retorno a la goleta con la pequeña lancha neumática a toda velocidad dando botes sobre las olas se queda en algo anecdótico después del salto. Ni siquiera el escorpión que estuve a punto de pisar esa misma noche en una isla visitando unas ruinas del siglo VII cuando ya había oscurecido consiguió quitarme de la cabeza el momento en el que despegué. Al día siguiente las emociones se calmaron y volvieron a aparecer los datos interesantes, como que aquella isla del escorpión en realidad era la de San Nicolás que era oriundo de la zona. El que luego sería patrón de las bebidas de cola comenzó siendo el patrono de los marineros que esculpían su figura en el mascarón de proa de los barcos para protegerse de las tormentas. O que el minúsculo fruto del algarrobo que abundaba por las islas era el que utilizaron los egipcios para medir los kilates del oro. Aquellos mismos egipcios con los que Cleopatra llegó a esta zona y encargó la construcción de un hammam en el que se bañaba para conservar su legendaria belleza. Si bien es difícil que uno consiga esa perfección si se consigue una sonrisa de felicidad al nadar entre aquellas ruinas semisumergidas. No lejos de allí, también dice la leyenda, cayo Ícaro tras su intento de llegar hasta el sol y ver cómo se derretían sus alas de cera. Las mías eran de nylon, en forma de parapente, y me permitieron tocar el cielo en un intento de encontrar el agua del color de mis sueños. Turquesa.

CUADERNO DE VIAJE Cómo llegar. Turkish Airlines ofrece vuelos diarios a Bodrum y Dalaman con escala en Estambul. Cómo navegar. Aproache. Tel. 91 591 34 52 – 93 225 02 66 www.aproache.com.Alquiler de goletas. La Sunworld VIII, es una embarcación de 30 metros de eslora que en septiembre cuesta cerca de1.300€ diarios de alquiler. Dispone de ocho camarotes con espacio para dormir hasta 16 personas. En temporada alta, julio y agosto, puede llegar a suponer 1.800€ al día. Dónde comer. Kafedaki restaurante en las colinas con vistas a la bahía de Bodrum. (Oasis Arkasi, Karaburgaz Mevkii Pedesa Villalari Alti, Bodrum; tel. +90 (252) 317 02 75; precio medio 50€ con vino; www.kafedakibodrum.com). Gonca Balik,Torba, Bodrum. Kilise Mevkii, Mutku Sokak, 15. Buenos Mezes, pequeños platos

para compartir. Ensaladas, verduras, mariscos y pescados locales. Dónde dormir. Casa Dell’Arte Bodrum. Un hotel que más que un simple alojamiento es toda una experiencia. Torba Mahallesi, ismet inönü Caddesi, 64-66 Torba, Bodrum; tel. +90 (252) 367 18 48; HD: 550€; www.casadellartebodrum.com Dónde bailar. Newold Club. En Bodrum, en la Marina Yacht Club. Barbeast, Bodrum. Neyzen Tevfik Caddesi, 26; tel. +90 (252) 313 28 18. Sky Sports Paragliding. Parapente. Carsi Cadessi Tonoz Club, Ölüdeniz; tel. +90 (252) 617 05 11; www.skysports-turkey.com) saltos en tandem desde más de 2.000 metros por 80€. Emoción garantizada. Agradecemos a Pasión Turca y a la Oficina de Turismo de Turquía el soporte para la realización de este reportaje. www.turismodeturquia.com


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