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CONSEJOS DE SALUD

Por: Despres, Cliff Health Science Center

En las últimas dos décadas, la sociedad ha prestado mucha atención a la marihuana. Pero pocas personas saben que el cuerpo humano produce naturalmente sustancias químicas similares al delta-9-tetrahidrocannabinol, o THC, el compuesto psicoactivo de la marihuana, que proviene de la planta Cannabis sativa. Estas sustancias se denominan endocannabinoides y se encuentran en todas las especies de vertebrados. Evolutivamente, la aparición de endocannabinoides en animales vertebrados se dio 575 millones de años antes que la del Cannabis sativa. Es como si el cuerpo humano tuviera su propia versión de una plántula de marihuana en su interior, produciendo constantemente pequeñas cantidades de endocannabinoides. Los endocannabinoides no se descubrieron hasta 1992. Desde entonces, la investigación ha revelado que son fundamentales para muchas funciones fisiológicas importantes que regulan la salud humana. Un desequilibrio en la producción de endocannabinoides, o en la capacidad de respuesta del cuerpo a ellos, puede provocar trastornos clínicos importantes, como la obesidad y enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares e inflamatorias. Los inmunólogos llevamos más de dos décadas estudiando los efectos de los cannabinoides de la marihuana y los endocannabinoides de los vertebrados sobre la inflamación y el cáncer. La investigación en nuestro laboratorio ha demostrado que los endocannabinoides regulan la inflamación y otras funciones inmunitarias.

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¿Qué es el sistema endocannabinoide?

Existe una variedad de tejidos en el cuerpo, incluidos el cerebro, los músculos, el tejido adiposo y las células inmunitarias, que producen pequeñas cantidades de endocannabinoides. Hay dos tipos principales de endocannabinoides: anandamida o AEA y 2-araquidonoil glicerol, conocido como 2-AG.Ambos pueden activar los receptores de cannabinoides del cuerpo, que reciben y procesan señales químicas en las células. Uno de estos receptores, llamado CB1, se encuentra predominantemente en el cerebro. El otro, llamado CB2, se encuentra principalmente en las células inmunitarias. Es principalmente a través de la activación de estos dos receptores que los endocannabinoides controlan muchas funciones corporales. Los receptores se pueden comparar con una “cerradura” y los endocannabinoides con una “llave” que puede abrir la cerradura y acceder a las células. Todos estos receptores y moléculas endocannabinoides juntos se conocen como el sistema endocannabinoide. La planta de cannabis contiene otro compuesto llamado cannabidiol o CBD, que se ha vuelto popular por sus propiedades medicinales. A diferencia del THC, el CBD no tiene propiedades psicoactivas porque no activa los receptores CB1 en el cerebro. Tampoco activa los receptores CB2, por lo que su acción sobre las células inmunitarias es independiente de los receptores CB2.

A principios de 2023, se legalizó para uso recreativo en 21 estados de Estados Unidos y en Washington, D.C., y su uso con fines médicos ha crecido significativamente en los últimos 20 años.

Descubren mecanismo que usan las neuronas del cerebro para repararse.- Comprender cómo se mantienen sanas y funcionales las neuronas a lo largo de toda una vida de actividad cerebral es clave. Ahora, un equipo científico ha identificado un nuevo mecanismo de reparación de daños en el ADN que se produce exclusivamente en este tipo de células. La investigación, realizada en ratones y publicada en la revista Nature, revela un complejo proteico que inicia una vía para reparar las roturas del ADN inducidas por la actividad neuronal, lo que ayuda a explicar por qué las neuronas siguen funcionando a lo largo del tiempo a pesar de su intenso trabajo repetitivo. “Es necesario seguir investigando, pero creemos que se trata de un mecanismo muy prometedor para explicar cómo las neuronas mantienen su longevidad a lo largo del tiempo”, afirma Elizabeth Pollina, que realizó este trabajo como investigadora en la Facultad de Medicina de Harvard y ahora es profesora en la Universidad de Washington. Los resultados abren la vía a una nueva estrategia para reparar los daños del ADN en las neuronas y si se confirman en otros estudios con animales y luego en humanos, podrían ayudar a los científicos a comprender el proceso preciso por el que las neuronas del cerebro se descomponen durante el envejecimiento o en enfermedades neurodegenerativas. Comentarios al email de salud. lasamericasnewspaper@yahoo.com

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