LA TERRIBLE SOLEDAD DEL DIOS MUERTO Al paso que va la vida cada día sin perro que le ladre todo me habla de soldad y de la muerte de Dios es una lástima que siglos Dios no dé la cara ni al hombre ni a la mujer, almas en pena que se los lleva el diablo que Dios da a entender que nadie tiene que ver con la obra de su creación. No creo que exista algo más grave que la soledad de Dios risa de arena, risa de piedra, risa de burla y risa de barro que da la impresión que tiene vergüenza de lo mismo que se supone él ha creado. Cuánto sufren hombres y mujeres a imagen y semejanza suya por el Dios duro, cruel, seco, fosilizado, arena, piedra, risa, burla y barro muerto que no da señales de vida que las iglesias después de las misas son lujosos cementerios que no se sabe para qué sirve tanto ornamento. A mí me espanta y aterroriza un Dios sin sentido duro, cruel, seco, de piedra, madera, cera, pan de miga, cruel y ajeno al hombre envuelto en oro, plata, piedras preciosas incienso, mirra y todas esas obscenas riquezas con millones de muertos que no conocen de resurrecciones. ¿Qué de la vida que me duele en todo el cuerpo? ¿Qué del amor que me duele en todo el cuerpo? ¿Qué de mis padres y mis hermanos muertos? ¿Dónde están mis padres y mis hermanos muertos? ¿Dónde están mis amores y recuerdos que no resucitan? Bien que pudieran consolarme de la muerte de Dios. A mí me parece burla, risa abierta o confesión de parte 49