RITA Y CHLOe
UNA AVENTURA SURREALISTA ••• guchy
RITA Y CHLOe UNA AVENTURA SURREALISTA •••
guchy
Le dedico este libro a Rita y a Chloe, dos nenas maravillosas, que son mis hijas. Cuando sea grande, quiero ser como ellas. Pero también va aquí mi homenaje a la nena que fui
*Banda de sonido recomendada para leer este cuento: Amelie from Montmartre, de Yann Tiersen
“No ha de ser el miedo a la locura el que nos obligue a poner a media asta la bandera de la imaginación”. André Breton, Manifiestos del surrealismo
Rita y Chloe estaban de viaje con sus padres.
A veces se divertían.
Todo era viejo y hacía mucho calor.
La comida, rara. Salvo los helados, todo tenía gusto a asco.
En los viajes veían cosas nuevas, aprendían mucho. La gente tenía costumbres tan diferentes a las suyas…
En España, muchas mujeres andan en tetas en la playa. “Es cómodo”, pensaron Rita y Chloe.
En Francia, vieron dos mamás para un nene, o dos papás rubios para unos mellizos africanos. No había de esas familias en su colegio, ni en su barrio. Tampoco sabían que muchos niños huían de sus países en balsas y que atravesaban mares y noches buscando paz y comida.
Sus padres les explicaban todo, con mucha dedicación. Y eso también era parte de la felicidad de esas aventuras en familia: estar los cuatro, 24 horas juntos.
Un día, cuando nadie las veía -lo que sucedía poco porque sus padres eran muy controladores- metieron la cabeza en una fuente. Y por suerte que lo hicieron, porque allí descubrieron algo que no solo cambiaría su viaje, sino también sus vidas: un par de antiparras.
Pensaron que se les habrían caído a algún otro desobediente, que también metió la cabeza dentro de la fuente. Se trataría de alguien muy precavido, que llevaba antiparras para sumergirse en cualquier momento. Aunque un poco olvidadizo.
Rápidamente se las pusieron y fue entonces cuando comprobaron algo increíble: aquellas antiparras no eran como las que tenían para nadar, éstas transformaban la realidad, o al menos cómo ellas la veían.
Chloe vio un viñedo que tenía flores en vez de uvas.
A su turno, Rita juró ver dos plantas como las que tenía su abuela en macetas, pero gigantes.
El hallazgo se convirtió en el mejor de sus juguetes, pero también -y sobre todo- en su gran secreto. Porque no siempre estaban de acuerdo, pero esta vez coincidieron en no contárselo a sus padres para no tener que devolverlas.
Así fue como empezó aquel juego apasionante, en el que pusieron la imaginación al poder.
Pidieron ir al baño solas, increíblemente las dejaron, y Rita vio muchas Chloes con caras raras y un sombrero amarillo, que reconoció de un sueño que había tenido de bebé.
Chloe la vio a Rita con forma de rosa.
O, abrazando a la luna. “Todo es posible, como suele decirse”, dijo la mayor.
Como todas las hermanas, peleaban por un turno más largo con las antiparras. Pero, también, como casi todas las hermanas, lo resolvieron compartiendo. Pronto descubrieron que si se ponían las antiparras para ver las fotos en la cámara de su mamá, que era fotógrafa y les sacaba miles de fotos por día, aparecían las imágenes más insólitas.
Chloe con la cara del conejo del cuento que su papá les contaba antes de dormir, Rita con la del unicornio que sueña con encontrar en un bosque.
“Lo maravilloso es siempre bello, cualquier especie de maravilloso es bello, y no hay nada fuera de lo maravilloso que sea bello”.
¿Por qué algunos hombres se disfrazan de mujeres y algunas mujeres se disfrazan de hombres?
“La imagen es una creación pura del espíritu”.
Todas estas escenas eran imposibles de ver en la realidad, pero no les resultaban desconocidas, ni a Rita ni a Chloe, porque alguna vez las habían soñado. Así, gracias a las antiparras, pudieron disfrutar de volver a ver sus sueños, que solían ser aventuras maravillosas pero rápidamente olvidadas.
Su mamá tenía
3 costumbres molestas:
1
Hacerles el mismo corte de pelo.
2
Vestirlas igual.
3 Agobiarlas con las fotos.
Pero, desde que habían descubierto esas mágicas y misteriosas antiparras, posar para ella ya no era un incordio. Sabían que luego verían las escenas más divertidas. Aunque Rita a veces se olvidaba y salía con cara rara para rebelarse.
Chloe, como la mayoría de las hermanas mayores, sonreía para la foto si se lo pedían. Lo mismo, si le daban un conjunto igual al de su hermana, emitía una queja suave y se lo ponía. Pero Rita, realmente estaba enojada.
Los museos siempre eran parte de sus viajes. Rita y Chloe los disfrutaban. Una vez, Chloe tocó un cuadro enorme en blanco y negro, con un toro, un caballo y una mujer llorando, y un señor muy serio la retó. Otra vez, Rita se rió del pito de una escultura y no pasó nada. Ese día habían ido a un museo, y justo cuando se les cayó la botella de agua, su mamá les sacó una foto frente a dos cuadros: uno con girasoles y el otro de un dormitorio. Pero cuando las antiparras revelaron su nueva versión, aparecieron los retratos de dos nenas muy parecidas, entre sí y a Rita y Chloe.
A los dos días fueron a otro museo, y esta vez hicieron su propia prueba. Chloe llevó su cámara y fotografiaron todas las obras que pudieron.
Las antiparras volvieron a cambiar las piezas reales por otras. Así aparecieron los retratos de personas muy parecidas, algunas idénticas.
Lo mismo ocurrió cuando visitaron la casa de un pintor que tenía unos bigotes muy divertidos. “Este señor y sus amigos inventaron el surrealismo”, les dijo su papá antes de entrar. “¿Qué es eso?”, preguntó Rita. “Eran artistas y escritores que se inspiraban en los sueños para crear”. Al ver las obras de aquel señor de bigotes para arriba y ojos muy abiertos, las hermanas pensaron que eran parecidas a las que solían aparecer con las antiparras. Pero la magia se dio igual, cuando en lugar de un extraño paisaje con relojes blandos aparecieron dos Fridas de la mano.
Perplejas, Rita y Chloe se preguntaron qué mensaje les estaría transmitiendo este extraño par de antiparras. Primero les revelaba el mundo de sus sueños, y ahora un montón de personas iguales, que las miraban como queriéndoles decir algo…
Se concentraron en las imágenes, hicieron zoom en los detalles, hasta que descubrieron algo que las hizo saltar de la silla.
Muy chiquititas y bastante escondidas, ¡allí estaban las antiparras! A veces en las manos de uno de los gemelos, otras en el piso, sobre el fondo, en un bolsillo... ¿Por qué las habían tenido todos ellos, también?
¿Qué tenían en común Rita y Chloe con todas esas personas idénticas? Esto era algo que cualquiera que pudiese ver diría: vestían igual, tenían el mismo corte de pelo y rasgos similares o iguales.
Pero había otra cosa, algo que sólo podía notar quien se sintiese identificado con ellos, y era cierta mueca de enojo, en los dos personajes o en uno. Rita y Chloe sabían bien a qué se debía: a nadie le gusta que lo vistan igual que a otro.
Pero, ¿qué tenían que ver las antiparras?
Buscaron su lupa y las inspeccionaron, hasta que apareció una leyenda reveladora: “Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo”.
A Chloe le sonó la frase y recordó que se la había dicho el Principito al zorro, en ese libro que su bisabuela le había regalado.
Le explicó a Rita lo que suponía: las antiparras serían de su autor, el escritor Antoine de SaintExupéry, que también era aviador.
Al día siguiente, el último antes de volver a su casa, decidieron seguir la mágica cadena de la que habían sido parte. Escondieron las antiparras en un huequito de una escultura importante, donde seguro pronto pondrían a dos hermanos como ellas, vestidos iguales para una foto.
Para despedirse, y en honor a la aventura de las antiparras, se sacaron una foto con el deseo de verse reflejadas tal cual eran y querían verse frente al mundo.
Al tiempo, un día cualquiera, le contaron la aventura a su mamá.
Ella se emocionó y jamás volvió a vestirlas iguales. “Perdón”, les dijo apenas.
“La revuelta y solamente la revuelta es creadora de la luz, y esta luz no puede tomar sino tres caminos: la poesía, la libertad o el amor”. André Breton •••
Fin
Notas y algunas definiciones para padres o niños curisos: Las frases que aparecen en el cuento entre comillas fueron tomadas del primer Manifiesto surrealista (1924) de André Breton, escritor y poeta francés considerado el padre del surrealismo. SURREALISMO: Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar tanto verbalmente o por escrito o de cualquier otro modo el funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento, con exclusión de todo control ejercido por la razón y al margen de cualquier preocupación estética o moral.
Los 10 surrealistas más famosos del arte fueron: Salvador Dalí (el señor de los bigotes graciosos). Pintor y escritor español. Joan Miró. Pintor español. René Magritte. Pintor belga. Max Ernst. Pintor alemán. Dorothea Tanning. Escultora, ilustradora, pintora y escritora estadounidense. Marcel Duchamp. Artista francés. Pablo Picasso (el autor del cuadro que tocó Chloe y después la retaron). Pintor español. Frida Kahlo (autora de Las dos Fridas de la mano que revelaron las antiparras de Rita y Chloe). Pintora mexicana. Man Ray. Artista estadounidense. Giorgio de Chirico. Pintor italiano.
Artistas y obras que aparecen en el cuento: (Muchas son anónimas, o sea que no sabemos quién las hizo) Yoshitomo Nara Ignacio Coló (de su serie Al mismo tiempo) Agustina Tato (de su serie Donde la luna es ronda) Peter Zelewski Loretta Lux Gill Button Diane Arbus Frida KahloA
gracias
A Clau. A mis hijas, las protagonistas de todo. A mi hermana Manuela, que hizo el diseño. A los amigos de Turma que tanto tuvieron que ver con este libro. A Martín Bollati. A Lina Etchesuri. A Rosana Simonassi. A Selva Almada. A Julián Teubal. A Santiago Craig. A la vida. Al arte.
los sueños y lo maravilloso sobre
esta es la historia de dos hermanas que durante un viaje descubren algo que cambiará sus vidas. •••