Cuando cae la tarde Jenny Cabrera

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Cuando Cae la tarde

Jennny Cabrera “La Maye”


Catalogación

Primera Edición Cuando Cae la tarde 2019

Jenny Cabrera “La Maye” Revista Literaria Naciones Unidas de las Letras www.aveviajera.org/nacionesunidasdelasletrasuniletras2/id1142.html ISBN:

email: Editor: Joseph Berolo Diseño y Diagramación: Martha Sonia Herrera Muñoz Impresión y acabado: Editorial Ave Viajera S.A.S. www.aveviajera.org/editorialaveviajerasas/ email:editorialaveviajerasas@gmail.com ©De ésta edición: Editorial Ave Viajera S.A.S., 2019 Depósito Legal ISBN: Reservados todos los Derechos de Autor. Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial o por cualquier medio o procedimiento incluida la fotocopia y el tratamiento informático virtual en cualquier forma, sin la autorización escrita de los autores. Impreso en Colombia / Printed in Colombia


Puede parecer inútil mi palabra cuando hablo del instante que hace gris mi estancia y el reloj egoísta me acompaña… Jenny



Cuando Cae la tarde / Jenny Cabrera

Prólogo

C

on una fuerza inusitada, una especie de motor desmedido y sin frenos nos encontramos de frente con las diademas que soportan la corona de la poesía. Así nace el verso reluciente que escuchan Rafael Pombo o Jorge Isaacs bajo los árboles y flores que dan sombra y color al parque de los poetas. En esa gama de colores y de tonalidades donde el padre sol nos ilumina para dar paso a su consorte la luna, se deja ver también la humanidad del poeta. De esa humanidad es que se trata este prefacio, que más allá de la descripción de una obra, se acerca como un vendaval, como una marejada sin límites a la historia cercana de lo que hoy somos y deja escudriñar el alma en cada una de sus líneas, como si fuese un mantra repetitivo, un cordel que sostiene un puente colgante entre dos ciudades estratégicas de una guerra sin fin, donde la única tregua que debe existir es la del escritor y el lector. La de la cognición y la emoción. Aquella común-unión para ascender al altar donde se lee poesía como la de Cuando Cae la tarde.

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Un altar sagrado donde el intertexto pasa a ser alegoría homenaje del internalismo de la autora, donde cada uno de los poemas es un grito desaforado y sinecdóquico por entrever las figuras retóricas que bien armadas, nos deleitan y hacen levantar de la tumba a mujeres activistas, a su dolor más profundo y a poetas de otros tiempos y otras latitudes como lo fueron la Pizarnik, Alfonsina Storni o la misma Anne Sexton o escritoras de la talla de Simone de Beauvoir, hasta levantar las banderas de una beldad que vive la revolución de ser mujer a través de las letras como lo es Jenny Cabrera, “La Maye”, como le bautizara el viento de los afectos que le ´profesamos. Son formulismos del por si acaso, aquellos bautizos que no se dan sino por conciencia de quienes somos y para que estamos hechos. En La Maye, “el deber ser” del poeta va más allá de su propia deontología que escribe en una hoja en blanco y a “manos Yenitas” lo que debe ser un poema de Verdad. Desde mis raíces surgir como ave fénix renovar mi sangre alivianar el llanto. Recuperar la fe en lo indecible abandonar la duda entre mis manos ser fruto y puerto de llegada para alguien. A través de sus versos, nos vamos descubriendo con el azar que devela la misma poesía. Allí, lentamente y con el andar que tienen los que reconocen a cada paso la senda de la sensibilidad intrínseca, llegamos al develado verdadero. Es decir, a ese camino que se llama hilar y tejer

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el lirismo desde el punto de vista del activismo poético y de un compromiso que llama al que lee, a cumplir con algún cometido que ancestralmente parece que se le hubiese otorgado a la autora. Es como una especie de detonación. Aquella deflagración que va adelante del disparo. Así suena la poesía de Jenny, zurciendo los aires entre nubes amodorradas por su desvelo de poeta. Cuando el mundo no duerme, la poesía se desvela y en ese intríngulis de creación, el verso coloca su hamaca entre el fresno, entre la ceiba, entre la ceiba o el sauce llorón, los árboles más icónicos del bosque de la poesía para arribar a la prensa editorial y ser leído . Por eso, existe en este poemarcoíris todo tipo de alusiones a la esperanza. En su poema del “Sin Ticket de Regreso” encontramos la coherencia cuando invoca a los desplazados del mundo a la solidaridad poética, Jenny acude ala más grande de las ternuras humanas cuando de ser comprometido se trata, y se refiere al viajero sempiterno, repleto de maletas huérfanas, que está en el momento en el que puede ser separado por fuerzas externas que significan la madurez o la muerte de una vida por cadalsos ajenos. Los obligaron a volar sin alas Y a dejar en cada vuelo la esperanza. El retorno, un imposible que se marcha. La bienaventuranza de la incertidumbre hecha realidad, por aquel viaje que, a la luz de cualquier ojo, se antoja tan respetable como providencial, en el mismo momento que se descubre que el retorno para aquellos seres, es la

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traducción de esa fuerza imposible que continuamente permanece al tránsito de la marcha. Entonces pasa de aquel regreso que nos cuenta, al poema desesperanzado. A la iniquidad misma del “puede ser” que se nos viene encima y se nos desgaja como un aguacero incólume a nuestra propia condición humana, el desnudo sempiterno del poeta que busca siempre la razón de ser en el poema y que no la encuentra, porque simplemente la realidad está “en la otra orilla”, la que no se duerme, la que siempre está presente más allá del río que separa a las palabras de la realidad omnisciente. Como aquel sastre de mariposas en el que el ciudadano Mestre invoca a Ledo Ivo, los versos de La Maye, toman las alas de las gaviotas remontando golondrinas de verano que alumbran nuevos días en ese paisaje de caña de azúcar y olvido que recuerda los de nuestra realidad. La poesía social en este poemario, acaricia las lágrimas desérticas en la mejilla agreste de Hibo, una niña somalí reflejando el pasto de barbarie en nuestros días y llegan a romperse como una cascada primigenia al No me gusta del poema rabioso en el espacio abierto, la casa grande de alcobas deshabitadas con seres humanos sin sonrisa alguna o con la muestra innecesaria del afecto ante las pupilas de un Gólgota que no nos bendice por más de que le recemos. Sus alcobas des-habitadas Sus puertas anchas y una casera que recibe siempre con sonrisa hueca. Y viene trastocándose y ebrio de hábitos innecesarios, el enumerar lento de sus días, alumbrado por aquel

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insectario intermitente que les conté, “de nuevo” el roce de la memoria y la nostalgia, las treinta y cinco lunas del universo mequetrefe muestran el dolor de la relación afectiva, el me dueles crónico con la esperanza de un salvamento prodigioso y difuso del amor que espera y que sabe que existe y salva, de quieros y “dejavùes solitarios” que exaltan la nostalgia y animan a la poesía a exorcizar recuerdos pero a denunciar por sí misma a la esperanza venidera con cigarras de Sherezadas y Ariadnas de Soy y No estoy, en el existencialismo que deviene la poeta de un tren que la lleva del cosmos al “Transtierro”. Así, en medio de una caja de Pandora hecha letras, se esmera por dejarse notar una que otra “Raíz” con dioses crueles sin compasión alguna, la libélula del recuerdo que se enciende cada vez que las neuronas así lo indican. Entonces las letras parecen ver el ocaso que solo es el comienzo de un nuevo día y anuncian la lluvia desvencijada, la transliteración de la amodorrada luna en un sol rojo “Cuando cae la tarde”. Aquí, como se suele decir en poesía, no hay marcha atrás en el instante, pues hay un reloj egoísta que nos hace el amor sin que lo veamos. Así los ojos del que no quiere ver, encuentran las almas ciegas y las conduce nuevamente a los caminos de esperanza que trata de mostrarnos “La Maye” en cada una de sus letras… en estas líneas que pegan a grito herido la necesidad inmarcesible de querer ser para que el lector las reconozca, aquel encuentro con la noche, la luz, la muerte y el silencio. Yuri Zambrano Médico, escritor y poeta colombiano

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Audaz y resiliente Jenny Cabrera vive tan intensamente como escribe. Escribe tan intensamente como vive. Porque en ella, escritura y vida transitan los mismos senderos, los mismos anhelos, las mismas pasiones. Ella siente hasta los huesos, no se guarda nada. Lucha, triunfa, es vencida, vuelve a levantarse y a pelear para redimir belleza y esperanza en medio de tanta injusticia, de tanta miseria. Ella llega con “el lila que vence los más grandes miedos” luego de haber “llorado treinta y cinco (o mil) lunas” reconociéndose una sobreviviente de la ira de los cielos. Ella es poeta pero ante todo una guerrera, una luchadora y su poesía está atravesada por esa actitud de vida audaz y resiliente. Trama sus textos a partir de sentires muchas veces lacerantes pero a la vez paridores de nuevas palabras y nuevos colores donde encontrar asilo y argumento. “Tejemos sentimientos con delicados hilos / cortamos la distancia / de intrincados ovillos / corremos al abrazo / y nos transformamos / en duendes, hadas, niños“.

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Su escritura transparenta un crecimiento interior, una búsqueda qué tiene como ventura haber encontrado una senda clara y un destino definido. Y así caminar sus versos resulta en un viaje efectivo y disfrutable para el lector Jenny elige correr los riesgos obstinadamente, plantándose lúcida y consciente ante el “Dolor y más dolor / Dolor en el recuerdo / dolor en la esperanza” Elige permanecer valientemente sensible y ha desarrollado la poco frecuente virtud de plasmar con delicadeza esos sentires. Preñada de milagros, va pariendo vida, llegando a todos los confines en un grito silencioso. Ella habita los utópicos senderos y a medida que los transita, crece. Me ha tocado ser feliz testigo de ese ascenso. Como ella es canto y es cóndor y “la palabra le nace hijos” no cabe esperar más que un constante florecimiento en su literatura. Regocija notar como Jenny no cesa de vestirse de colores, de nacer a la vida, hilando destellos y desencantos como si se tratase de un collar de prismas mágicos. Alerta y fecunda, atraviesa apogeos y desgarros hasta que encuentra reparo en “Un balcón en el marco del recuerdo / la taza de café humeante / con su pequeña danza / que me regala un canto nuevo “ Y así “espera a ser fruto de nuevo“. No hay tropiezo que le quite la sonrisa. No hay derrota que le quite la esperanza. Que nada la mueva de su casa: la poesía. Esa casa que luce cada día mejores vistas, más bellos jardines y balcones hacia la utopía que nos hace caminar. Arriar banderas no es justamente un hábito en esta poeta: “Milagriar un día de la semana / transformarlo en domingo luminoso

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“y“ ver cómo nace una historia en mi camino”. Ella nuevamente: vence. Jenny constantemente retorna a las raíces pero no para simplemente ovillarse en ellas sino para beber de esa savia y dar el paso hacia adelante nutrida en ese humus de contundente lírica colombiana. Quedan gentilmente invitados entonces a navegar por los mares de estas letras que nutren, que iluminan. Quién sino ella. Son tiempos donde este tipo de guerreras se hacen absolutamente indispensables. Con Jenny la poesía “fue nuestro primer encuentro / y seguimos (y seguiremos) encontrándonos“, qué duda cabe, porque “Somos brotes nutridos / en un mismo cuenco / alegría y dolor aunados“. Y porque nunca será inútil la palabra.

Miguel Culaciati Periodista, escritor y poeta. Italoargentino


Dedicatoria Al Dios del amor y a quienes creen que el amor salva y sostuvieron mi mano para que no cayera. A mis dos inmensos amigos: Juri Zambrano y Miguel Culaciatti quienes pusieron su corazรณn en sus bellos prรณlogos para mis versos. Y a Joseph Berolo mi editor, amigo y creador de Semillas de Juventud Siglo XXI, por su amistad, respaldo y fe absoluta en mi trabajo.



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Cuando cae la tarde

Puede parecer inútil mi palabra cuando hablo del instante que hace gris mi estancia y el reloj egoísta me acompaña. Puede ser subjetivo el sagrado momento en que se abrazan la tarde y la noche ese hilo de tiempo, una mezcla enmarañada de embelesos, de recordar la edad que nos atrapa, el de la inútil lágrima , las manos o los labios que se unieron, los anhelos, los adioses, lo humano, lo etéreo. Para mí es el encuentro de la noche, la luz, la muerte y el silencio. Busco con avidez de náufraga

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Imposible

Me perdí en la maraña de palabras huecas, de mentiras. He caminado hasta el cansancio tratando de encontrarme soy etérea ya no existo intento tocar mis puertas abarrotar mi instinto reconocerme en otros pero no soy. Me perdí no hay un faro, una cuerda, un punto de luz… que ate mi regreso.

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Difuso Te he buscado en cada línea del poema pero no logro hallarte te busqué en la línea, esa que encontré en mi mano cubierta de tus lirios y en la canción que me dejaste. Premonitoria como César, me vi en París pero sin ti, en un jueves de lluvia. Aún no te hallo en mi futuro. Temo que no te cumplas en mi historia A veces creo hallarte, pero te veo difuso. Hoy he encontrado mis miedos tal vez sean ellos los que no me dejan hallarte en un verso.

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Poema 11 De vez en cuando el rumor de la tarde me trae tu ausencia y ella sabe a rabia. Te explico por qué llegué tarde a la cita en el café por qué no pude hacer la compra por qué los niños se quedaron esperando mi llegada y por qué vieron el mar entristecido en cada una de mis lágrimas... De vez en cuando siento tu presencia tan lejana… tan lejana…

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Saudades 5 Esta soledad tan llena de palabras vacías, este no poder palpar la piel que llevo que parece eterea, que no siento. Este no saber quién soy, que arde como el fuego, las saudades atrevidas infiltrando cada espacio de mi cuerpo, esto, es lo único que tengo... ¡Saudades!

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Fragmentos Fugaz este momento que transgrede el tiempo que desconoce el camino e ignora el punto exacto de llegada que solo deja fragmentos de la estela que se pierde frente a mí. No sé, si es la tarea de vivir o es la de escribir el verso o mi mente que falla y la lucidez se marcha. Y solamente soy vacío.

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Maestro Sin compasión alguna artero te clavas en mi piel tienes el coraje de amputar lo que estorba. Y yo aprendí aprendí de ti, a tejer distancias inventé un océano entre corazón y mente y como tú, aprendí a cortar de tajo y a venerar la espina que me dio el olvido.

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No recuerdo Te volviste humo en mi memoria tal vez menos que eso porque el humo huele y su olor molesta pero tú, ni eso  eres. O tal vez apareces cuando me acuerdo que no me acordé de buscarte entre la gente y lo que es peor para tu ufana vanidad, no me acordé de buscarte de mi alma entre sus pliegues.

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Soy raiz Me quedé plantada en la estación de un marzo cualquiera... mi mano resignada dijo adiós. A veces los dioses crueles sin compasión alguna deciden los caminos de otros y esos, los otros se deslizan sobre un llanto tenue y casi siempre sobreviven a la ira de los cielos.

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Abril El lugar de tu casa es una esquina cualquiera que se llama abril está tejida de silencios nunca existió, ni nosotros en ella. En sus paredes no hubo un lienzo donde me dibujaste tus manos no trazaron senderos en mi cuerpo. No existió jamás el paraíso tu nombre, una jugada de la imaginación. Tu esquina realmente no existe.

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Tal vez Soy nada más que un verso en mi camino, en mi ternura, en mi lujuria en mis sueños. En la guerrera que llevo dentro, en mi mano tendida, en mi cara de enojo, en mi pasión en mi anhelo. Un verso que lo descubre todo y que produce miedo que desvanece la niebla, que resume la angustia o el desvelo de un beso, ese abrazo perdido y un sinfín de te quieros. Pero al final de todo, solo queda lo que soy… ¡Solo un verso!

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Vestido de gris Mi adormecida luz pasó rápidamente con su traje de llanto no hubo tiempo para cantarle al beso oscureció el silencio. Mis manos buscaron el verano, eran hojas de invierno devastación mi cuerpo. Pasó fugaz la vida. ¿Qué fue de la prisa que buscaba el encuentro, y mi rostro de luces y tu fuego, tu fuego? Que frágil el amor que grises los momentos que torpes los abrazos que damos a destiempo.

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Soledad Un deja vu me deja vernos atrapados entre la sombra y el silencio. ¿Qué quedó de los instantes, las ansias, las esperas nuestros cuerpos? Solo veo un escrito y el amor sin espacio entre nosotros. La piel cansada que se ríe de los cielos y me anuncia en una foto a una niña que emerge solitaria.

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Seguramente En una tarde de lluvia como aquellas vividas en un místico instante nos hallaremos. Seremos dos fantasmas que se encuentran y solo habrá hielo en nuestros ojos. Algún día nos cruzaremos, tú, vacío... yo después de la lluvia, florecida.

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Ya no estoy Hace tanto que no escribo que no hallo el camino para llegar a la hoja en blanco. He olvidado el olor del papel y sus amorĂ­os con la tinta he perdido los recuerdos entre la bruma que desteje el tiempo ellos atrevidos sueĂąan que se pierden en un verso. Ahora solo soy una enorme lĂĄgrima y un grito: no estoy, ni yo, ni la hoja ni la tinta y mucho menos el alma para el sentimiento.

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Soledad Este dolor tan lleno de nostalgia tan a sabor a sal. Tan sabor a hojas que mastica el viento. Tan ruina, tan naufragio ÂĄtan vacĂ­o!

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Diáspora Soy diáspora constante soy mujer todo me pertenece y nada es mío. Extraña y errante de mi propia senda soy la frontera que debo dominar como si fuera la guerrera y la guerra. Por momentos no me reconozco. En el etéreo devenir de suspiros de universo mi opción liberadora: es el transtierro.

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Fórmula Dirás que cada día duele menos que los recuerdos son más sombra que la herida ya no debe sangrar que el síndrome de abstinencia por tu cuerpo no debe producir escalofríos que la palabra olvido no dejará su huella en mí. Cómo explicarte que la formula que puede salvarme, aún no existe que tiempo más distancia elevados al cuadrado y divididos por tu ausencia aún no se inventó.

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Verdad Desde mis raíces surgir como ave fénix renovar mi sangre alivianar el llanto. Recuperar la fe en lo indecible abandonar la duda entre mis manos ser fruto y puerto de llegada para alguien. Pero todo esto es una utopía lo cierto, lo fríamente cierto es esta levedad del ser predicha desde todos los tiempos. Estas pocas ganas de surgir de entre las ruinas y este basto deseo de hundirme… de hundirme

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Hombre de nieve ¿Dónde estás? La que te pregunta el rostro en el espejo no soy yo, han pasado siglos por mi piel y ella devastada narra cada lágrima. Hoy me siento torpe... ¿Cómo no pude presentirte? ¿Cómo falló mi sexto sentido? ese que dicen que tenemos todas. ¿Cómo no pude presentir que eras hombre de nieve ,que la luz te daña que el sol te disuelve? Si un día aparecieras sentiría que mi noche fue vencida y que este rio hirviente que me cubre como hiedra, de tajo se iría. Pero estoy segura hombre de nieve que la luz del sol siempre te destruye.


Sin “ticket” de regreso (A los desplazados del mundo.)

La maleta viaja huérfana de todo el corazón sembrado de distancia y de los ojos una cascada triste salta. Los obligaron a volar sin alas y a dejar en cada vuelo la esperanza el retorno, un imposible… que se marcha.


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Puede ser A los desplazados del mundo

Es posible que despuĂŠs del noticiero y para nuestra conveniencia ya no los miremos. Que tratemos de olvidarlos. Que pensemos: es otra orilla... un dĂ­a descubriremos que la tierra es redonda y que puedes ser el que gira y tal vez

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Hibo de Somalia A las víctimas de la mutilación genital

El dolor cobarde huye te dijeron Hibo, ¡eres valiente! mañana serás mujercita. El filo descarado abrió tus carnes de mujer niña tus seis años no impidieron la barbarie. Hibo si te sirve de consuelo al otro lado del mundo miles de nosotras sentimos el filo salvaje. En la distancia sabrás que con tu misma rabia nos alzaremos para que no haya más fríos en la sangre. te abrazamos hibo, niña de Somalia.

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Hora Tercia Cuentan que en una tarde gris de dolores y espinas, después de la hora tercia los hombres habían matado un santo. Han pasado siglos y seguimos matándolo. Desde entonces a la hora de cielos de luto nos asalta la duda: ¿Aquel hombre puso pie en la tierra o fue en la soledad, un sueño? Y si solo buscamos expiar nuestra culpa ¿y si nada es cierto o si nada es falso? ¿si no hubo un hombre justo que enseñó a poner la otra mejilla? ¿y si no hubo historia, y si no hay pecado? y solamente pasamos pasamos…

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Sin darnos cuenta Nos desprendemos de las manos que nos atan…suavemente. Los párpados abrazan una lágrima que disuelve el hilo de plata. Casi siempre es igual a nuestro origen nos celebró la vida con el llanto y con él se nos despide. Pocas veces se ansía la partida y de seguro tampoco acompaña ese instante la sonrisa... no se puede reír cuando se pierde y es el único motivo por el que marchamos.

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No me gusta Salgo de esta casa grande tan llena de lágrimas salgo y en mi piel hay rabia. Sus alcobas des-habitadas sus puertas anchas y una casera que recibe siempre con sonrisa falsa. Sigue sin gustarme esta casa grande sus jardines, tan olor a des-vida. Salgo sabiendo que en cada visita uno se va quedando de a poquito que vamos sin querer, dejando la señal de nuestra propia partida. Un día, más tarde que temprano, llegaré en silencio descalza y desnuda y tú, casera, me abrirás la puerta.

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In - humanos Septiembre 11-2001

Dolor y más dolor dolor en el recuerdo en la esperanza en la imagen que a la historia pasa en el grito de angustia al ver volar las almas dolor de las cenizas que nos cubren de lágrimas. Terror en la mirada recordando el pasado mil flores y mil llantos los niños ,la rabia, el destino y el futuro ¡huérfano de cielo!

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Enemigo III Maquinas, anulas, pulverizas ¡te conozco! Me desnudaste tantas lunas, que olvidé las veces que en tus brazos, fui solo arcilla y las otras que el submundo conocí de tu mano. Has encogido mis entrañas en mis lágrimas has navegado. Si, hablo de ti alfa y omega tú el del primer y último llanto tú el del engaño, el subrepticio el prepotente, el que nos vuelve ingenuos, crédulos de mejores tiempos. Sé que estarás agazapado a la espera de mi próximo paso por eso hoy te canto, soy tu chamana, te exorcizo, te excomulgo, te alejo hago fiesta a tu recuerdo. Hasta mi próximo nudo en la garganta señor dolor

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II Buscar el rayo desde la misma oscuridad. Cimentar el futuro sobre la palabra cierta. Abrazar sin abrazo y dejar que los ojos se extasĂ­en ante el milagro.



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Certezas Buscar el rayo desde la misma oscuridad. Cimentar el futuro sobre la palabra cierta. Abrazar sin abrazo Y dejar que los ojos se extasíen ante el milagro. Asumir la tarea como una epifanía. y a cada paso penetrar la duda con la señal de la verdad. conocer la génesis y el alumbramiento. Y al final de la tarde, caminar despacio con la certeza de haber nacido otra vez.

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Triunfo Hoy saldré a la calle vestida de colores nuevos de verde esperanza el vestido en mis ojos un arcoíris pomarrosa en mis mejillas y mi boca será del color de los besos llevaré aretes de victoria y triunfo miraré de frente. Lejos quedará el ropaje gris de tu recuerdo el color del llanto ya no irá conmigo estoy harta de fingir que vivo me visto de colores y nazco. Como escudo llevaré mi nombre.

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Contradicción He llorado treinta y cinco lunas viejas las nuevas ya no existen. He visto al sol ponerse a pleno medio día. He visto en el espejo un rostro derretido como cera y un inventario gris donde se pierden mis recuerdos. Y hallé en él dos inscripciones: ¡No olvides que te sigo esperando! y la otra: ¡No vuelvas, no vuelvas!

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Color recuerdo Llegas con rumor de brisa tibia con esplendor de terracota con los verdes esperanza el blanco huĂŠrfano de cielo y el recuerdo en un azul eterno. Llegas con el lila que vence los mĂĄs grandes miedos.

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Sin culpa Sigo estacionada en el lugar donde me dejaste no te sorprendas soy peremne, soy de amar, es mi certeza. No me quejo, no te culpo no hay grilletes impuestos al dolor no estoy presa, mis manos siguen libres y ni siquiera me acuerdo, que soy prematura canción de invierno. Soy desgano de días soleados en mí, este amor no se extingue y no es por ti, no te culpes, es por él por el amor mismo, que se instaló en mi sin permiso desde mi origen.

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Poema Un balcón en el marco del recuerdo la taza de café humeante con su pequeña danza que me regala un canto nuevo. Un nombre y un sol que alegre te cobija y cómplice me mira. Dijiste el árbol- lo recuerdoy recuerdo también tus manos frías una frase atropellada y una mañana nueva para los dos. Fue nuestro primer encuentro y seguimos encontrándonos.

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Tu paso huella Milagriar un dĂ­a de la semana transformarlo en domingo luminoso ver cĂłmo nace una historia en mi camino pasar y ver la estela de mi huella en tu recuerdo y que dejes el milagro de tu risa ÂĄsimple, llana y generosa! es sentirme nueva y amasar la fe por un instante.

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De nuevo Como la raíz más honda me dueles me hace tu recuerdo tronco envejecido y hueco. Como la distancia del mar y su hondura, así me dañas. Sumo raíz y mar y todos mis dolores y resto al tiempo tu nombre para que se pierda en el silencio.

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Irreal Soñé un amor excedes lo soñado. Tú sueñas el abrazo yo el beso y el abrazo tú sueñas la mañana limpia yo tu compañía. Tú sueñas explorar adolescente todos los años que se vinieron encima yo celebrar tus utopías. Juntos hemos sumado calendarios con suave filigrana hemos tejido el tiempo solo hasta mañana no hay más y lo sabemos. Las horas que contamos, son un sorbo de tiempo que se escapa entre los dedos y amamos infinitamente ese momento.

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Quiero

Quiero nacer desde mí ser tu origen, quiero ser tu oscuridad del sueño y la luz del último momento. Quiero nacer en ti y que me nazcas que me navegues, que me guíes. Quiero deshacer mi entraña en la última caricia de tu boca.

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Cigarra 2 Recorrerte con la sed que da el desierto inventar un altar de sueños. Saber que significa la suma de dos cuerpos olvidar el recato, el pudor inventar un paraíso - infierno danzar como cigarras un místico ritual y por última y primera vez amarnos

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Caminaremos Juntos buscaremos la luz de la mañana que nace nuestros ojos serán su dueño. La soledad ya no estará huérfana nuestros cuerpos serán nuevos seremos dos críos estrenando el paraíso. Habrá ternura en nuestras manos serán cosecha permanente aún en el hastío sumarás y restarás a mis contornos, serás el Artista moldeando su antojo. Caminaremos hasta el fin, a los dos nos vencerá el amor él vencerá mis miedos.

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Soy No soy Ariadna que va dejando hilachas de futuro en el camino. No soy Penélope no tejo y destejo sin esperanza alguna hasta perderme en una noche que no existe. Soy la que teje finos hilos de color lila la que hilvana el futuro la que crea los sueños y estrecha en sus manos la nueva mañana. No soy penélope, ni Ariadna ¡Soy yo! Tejo para nutrir mi anhelo tejo porque quiero hacerlo sonrío y tejo abrazo, beso, amo y tejo. Sí me llamas sherezada no me disgusta soy la mujer que quise ser en mis sueños.

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La tarea Deseo recorrerte como playa nueva de norte a sur, de este a oeste y dejar vencida mi piel en tu arena. Convertirme en tu plana de tarea y reprobarte una y otra vez ยกReprobarte! Hacer que de mis abismos aprendas, ser tu maestra y que repruebes para que me repases dichoso, de nuevo cada tarde.

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Mariposa, luz y día Vuelas hoy sobre una ola ¿Te atreviste a soltar el cabello y los sueños entre el azul y azul? ¿Ya te embarga un perfume marino las letras inconclusas la nostalgia, los sentidos? No olvides que en tierra firme algunos tropezamos de cuando en vez con bocanadas de recuerdos que inevitablemente cantan una canción de mar.

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Al regreso Cuando regreses trae sal del mar entre tus labios y los siete colores de una barracuda. Trae los sones que cantan manos negras trae en el alma arena blanca para borrar nostalgias para regar el verso para sembrar de brisa tus sueĂąos y mis sueĂąos.

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Amigos Tejemos sentimientos con delicados hilos cortamos la distancia de intricados ovillos corremos al abrazo y nos transformamos en duendes, hadas, niĂąos. Somos brotes nutridos en un mismo cuenco alegrĂ­a y dolor aunados familia sin que la sangre medie cariĂąo solidario, parido desde un solo motivo: ser amigos.

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Sembradora de futuro A la vendededra de frutos en el mercado

Lava la esperanza con manos del mañana, su espiga del trigo la observa. Ella con paciencia de hada buena y todos los sueños sin estrenar acomoda mandarinas, naranjas y pomelos que mezcla con un sol verde cansancio y el sabor del miedo de un nuevo día que no sabe si llegará. Aun así, acomoda frutos de una tierra que la desabraza y sonríe a su espiga en el trigal que espera para germinar, la luz de sus ojos. Ella, la utopía ve pasar veloz los sueños y con fe los alimenta.

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Seis letras Hay una palabra que me duele en la sangre que me hierve, que se atasca y en un instante nace y muere que me arroja a la orilla que me salva y me pierde que se bate en mil duelos o a carcajadas me sostiene. Que arranca mis raíces y vuelve a sembrarlas en tardes descreídas o torpes mañanas. La palabra que me nace hijos y une a retazos mi esperanza esa palabra de seis letras la del canto y la del rezo la de dolor de madre la que sigue doliendo: ¡Patria!

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Pachamama Soy canto majestuoso nido de luz siembra de himnos. Voy pariendo vida llego a los confines en un grito silencioso. Soy cóndor milenario y soy paloma nutro caminos de esperanza los perfumo de anhelos mis pinceles colorean las distancias. Duermo anhelante espero la caricia nueva de un sol enamorado que me ame y me preñe de milagros que me haga madre de una canción de todos y un verde suave cubra mi desnudez de iris ¡Mi ondulación perfecta! Soy canto, soy cóndor habito los utópicos senderos que cruzaron todos soy parturienta de esperanzas soy madre, soy ustedes - ¡Soy la Pachamama!

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Cuando Cae la tarde / Jenny Cabrera

Soñar no cuesta nada Soñar, no cuesta nada! nos dicen y cuesta menos soñar la patria nuestra tan justa como madre buena en calma, tierna, equilibrada. La soñamos de distintas maneras: un amigo la pinta en bella flor un joven le grita con delirio otros le cantamos versos mi madre una oración. Soñamos a la guerra, habitante lejano soñamos ser semilla de surco que celebra y a la calle empinada, a la calle del miedo la soñamos libre, libre como el viento. Lo céntrico y excéntrico en alianza el mismo hombre con los pies de barro y la verdad en las manos. En esta tierra soñar no cuesta nada hacer el sueño, ¡cuesta menos!

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Cuando Cae la Tarde / Jenny Cabrera

Mis raices tesoros Una colcha de colores verdevida remarca mis caminos en vuelo. El olor de un trapiche de antes, los corteros y su risa blanca un verde mantolor de valle que se besa con el rio grande la pavesa juguetona que pigmenta mis sueños y deja besos dulces con sabor a caña y corte Para que viva siempre en la memoria recorro ese camino, hoy con mis hijos siembro semillas de recuerdo en mi Valle del Cauca cañadulce, risas, ilusión, amoramigos y el amor por nuestra tierracasa

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Cuando Cae la tarde / Jenny Cabrera

Bautizo

Por culpa de Yuri Zambrano

Descubrir que mi nombre tiene sabor que depende de quien me nombra. Descubrir a Jenny a Maria Jenny o Jenita... es para mi un portento. Para el poeta: la Maye es fruta fresca. La María de mi madre es la historia de amor no contada, la historia mía o la de ella. O el y Yenita de la abuela, amor a manos llenas que tuvo siempre como ofrenda. Y el Jenny a secas para aquellos que aún no me conocen y no me vieron vestida de luna, de sueños…de poema.

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Cuando Cae la Tarde / Jenny Cabrera

Desafío Desde un furioso galope dentro de ti, desde ahí te traía para mí, el destino. Con tu cabello al viento, coqueto y tu mano que deslizabas en mis sueños. De tu mente traicionada por tus ojos de niño del sonido del agua que trasmutas en versos de la canción que entonas de los ojos que cierras para sentirme cerca naces claro, rotundo… Es inútil que escondas el sol con un dedo detrás del muro, estás: ave, flor, gacela, ruido de manantial agua fresca, rayo de sol en playa nueva. Deja volar al niño, al fin al cabo qué es la vida si no un sueño por jugar.

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Cuando Cae la tarde / Jenny Cabrera

El milagro Celebrar la vida casi como un canto una vez al año ¡Celebrarnos! Armar estanterías durante doce meses. ¡Inventar peldaños! caminar descalzos muy de vez en cuando. Contar despacito los ciclos, las horas, perfumar recuerdos guardar mil respuestas y olvidar la duda. Una que otra vez sentir la amargura que roza con el signo de la despedida. Y al final de cuentas, al paso del tiempo recorrer con prisa la invencible cita: la del calendario, que por unas horas nos deja ser niños y juega a entregarnos doce lunas nuevas. a llevarse lejos nuestra guerra interna y en ritual alegre decirnos muy quedo: ¡Feliz cumpleaños!

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Cuando Cae la Tarde / Jenny Cabrera

Cuando llueve Hay una lluvia bendita esta mañana de luz aperezada, que desnuda y purifica que delicada abraza y acaricia y provoca danza entre las verdes alas de las plantas. Hay un café que humea en esta lluvia amanecida y me lleva a ti amor del alba. Cíclicos recuerdos enlazados a la lluvia. saudades tejidas a tu cercano nombre notas amaderadas que imagino tuyas que atrevidas vuelan que me llegan ¡Inevitables como esta cercanía de la lluvia!

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Cuando Cae la tarde / Jenny Cabrera

Infancia Hoy te recorro infancia desde mi recuerdo vuelve el columpio a elevarme con el viento me besa un rio milenario, un tañir melancólico y vuelvo a la pequeña escuela. Pude recorrer mis patios, el abrazo de mi madre y mis hermanas las manos cansadas de mi padre asegurando el nudo de los juegos. Y pude revivir la campana de las cuatro elevando una oración de despedida por aquellos que iniciaban su noche eterna. Hoy pude recorrerte infancia.

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Cuando Cae la Tarde / Jenny Cabrera

En mi casa, una mata de caña Hay un recuerdo que mezcla barro dulce con mis manos de niña que araña la tierra y al filo de mi sed me regala la dicha. Azucarada estopa que vence penurias de mi día. Esperábamos lunas, para ver el milagro, el tallo que hacía fiesta la vida. Hoy viajan conmigo en la mochila dulces trozos de alegría, caña dulce, sueños vuelvo al origen de la vida.

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Cuando Cae la tarde / Jenny Cabrera

Sellado El lienzo que te contiene ahora desvaneciente es una maltrecha figura la pátina terminó por extinguirte te cubrió de mi rabia y el dolor que sembrabas. Se perdió en el tiempo tu rostro tu cuerpo, la inmensa falsedad de tu beso que tenía el color de la mentira. Recojo el lienzo después de mis lágrimas estrujo tu nombre letra a letra. No importa si te quedas instalado en la memoria y recibes mi primera mirada cuando inicio la labor, y pincel en mano entro a mi pasado. Lo que queda sellado para ti es mi cuarto interior lleno de pinceles luminosos que no pierden la esperanza.

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Cuando Cae la Tarde / Jenny Cabrera

Milagro Si un miércoles de canela y muerte amor, aparecieras, como una epifanía yo sería una lágrima irredenta un renuevo de universo un árbol primigenio la manzana, el pecado y el paraíso al mismo tiempo.

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Cuando Cae la tarde / Jenny Cabrera

Biografia Literaria María Jenny Cabrera (Maye ) Cali, Colombia. Escribe desde su adolescencia, guiada por su madre de quien escuchó la poesía de Gabriela Mistral y Alfonsina Storni, que posiblemente la llevaron a sentir en su alma de niña la fuerza del amor como el epicentro de todas las inquietudes humanas y espirituales. Egresada de la Universidad del Valle - Gestión Ejecutiva. Miembro de Mujeres Poetas Internacional- Grito de Mujer. Participa en el proyecto Cultural Sur- Palabra en el Mundo. Ocupa el cargo de Delegada Cultural Internacional de Naciones Unidas de las Letras, Uniletras- Fundadora del Taller de Poesía Semillas de Juventud Siglo XXI en donde se ha destacado por su obra literaria en favor de la paz y armonía universal y su dedicación al cultivo de las Bellas Artes entre la juventud de su ciudad natal Cali, Colombia. Obras publicadas. Travesía del Alma, y Cruce de Caminos, Tres Antologías Compartidas: La Piel del Tiempo, Travesía en Azul, Cauca y Colección de Poesía del Valle del Cauca y Colombia. Poemario Paraisos Encontra-Dos. Sus poemas han sido publicados en diversos medios virtuales e impresos, entre ellos: Revista Literaria Ave Viajera. Plenilunio, Revista Médica La Píldora y la Revista Cantarrana. Su Poema Amor de Siglos fue seleccionado, en el concurso Poesía Al Viento-Festival Internacional de Poesía de Cali, en homenaje a La Loma de la Cruz.

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Forma parte del Grupo de Poesía El Palabreo, de la Universidad Santiago de Cali, del Grupo Palabras Mayores de la Red Relata Nacional. del Grupo Sábados Literario y del Grupo Plenilunio. Editora y compiladora de la antología: Colección de Poesía El Parque de los Poetas. Otras actividades Directora *Fundadora Casa de Poesía Cali. Consejera Municipal de Cultura-Área Literatura. Editora de la Antología de Poesía del Valle del Cauca. Productora programa de televisión “Poesía por Siempre” Productora y directora. Canal universitario. Productora del Recital Poesía al Parque con el respaldo de la alcaldía y la empresa privada. Universidad Santiago de Cali Instructora de poesía. Directora Fundación “Haciendo Ciudad, Hacemos País” Jurado en diversos concursos nacionales e interrnacionales.


Cuando Cae la tarde / Jenny Cabrera

Epilogo Divina locura poética, esta de Jenny Cabrera, escribí con motivo de la publicación en abril del 2014 de su poemario, Paraísos Encontra-Dos: “eternos caminos/solo para enterarnos /cuando ilumina el frio/que lo único cierto/es que estamos solos / irremediablemente solos…”. Hoy, cuando cae la tarde de un largo día, tan largo como todos los transcurridos desde ese abril cuando la Maye proclamó: “Eso somos(…) Quijotes de la Vida / vagando por estéril campo /defendiendo sueños/si acaso los sueños / para no morir en vano”, hoy, me declaro presente en el ocaso de una historia que quiere ser contada por la musa asomada a la ventana de la luna desde un balcón en la tierra prometida, brindándole a la vida que renace de su postura antigua, aquella cuando supo amar y aprendió a perder y vio llegar muchas tardes y se arrulló en el olvido que se tejió en las sombras. Hoy, me proclamo faro para iluminar el rumbo que trazó el amor y con la musa proclamar: Desde mis raíces surgir como ave fénix renovar mi sangre alivianar el llanto. Recuperar la fe en lo indecible abandonar la duda entre mis manos ser fruto y puerto de llegada para alguien.

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Hoy, me declaro ausente de la barca que bogara sola presintiendo la noche del olvido, perdida en altamar, a la deriva, para asistir al concierto de Jenny Cabrera que declara: Hoy saldré a la calle vestida de colores nuevos de verde esperanza el vestido en mis ojos un arcoíris pomarrosa en mis mejillas y mi boca será del color de los besos llevaré aretes de victoria y triunfo. … (…) no te sorprendassoy perenne, soy de amar, es mi certeza.

Hoy, me declaro presente cuando asoma la tarde y la Maye nos invita a: Asumir la tarea como una epifanía. y a cada paso penetrar la duda con la señal de la verdad. conocer la génesis y el alumbramiento. Y al final de la tarde, caminar despacio con la certeza de haber nacido otra vez. Unidos en la verdad de la poesía de Jenny, más allá de su quijotesco empeño: No me quejo, no te culpo no hay grilletes impuestos al dolor no estoy presa, mis manos siguen libres y ni siquiera me acuerdo, que soy prematura canción de invierno.

…recorreremos muchas veces la senda de su nostalgia y le diremos al Amor: Llegas con rumor de brisa tibia con esplendor de terracota con los verdes esperanza el blanco huérfano de cielo y el recuerdo en un azul eterno. Joseph Berolo - 2019


Cuando Cae la tarde / Jenny Cabrera

Indice Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Audaz y resiliente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuando cae la tarde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Imposible. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Difuso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Poema 11. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Saudades 5. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fragmentos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Maestro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . No recuerdo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Soy raiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Abril. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tal vez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Vestido de gris. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Soledad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Seguramente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ya no estoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Soledad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diáspora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fórmula. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Verdad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hombre de nieve . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sin ticket “de regreso”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Puede ser. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hibo de Somalia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hora tercia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sin darnos cuenta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . No me gusta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Inhumanos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Enemigo III. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

5 10 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42

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Cuando Cae la Tarde / Jenny Cabrera

In- humanos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Enemigo III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Segunda Parte Certezas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Triunfo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Contradicción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Color recuerdo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sin culpa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Poema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tu paso huella. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . De nuevo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Irreal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Quiero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cigarra 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Caminaremos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Soy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La tarea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mariposa Luz Luz y día. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Al regreso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Amigos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sembradora de futuro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Seis letras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pacha mama. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Soñar no cuesta nada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mis raices tesoros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bautizo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Desafio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El milagro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuando llueve. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Infancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . En mi casa, una mata de caña. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sellado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Milagro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Biografia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Epílogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Se terminĂł de imprimir esta obra en los talleres de la Editorial Ave Viajera S.A.S., ChĂ­a, Cundinamarca, Colombia. Julio 2019


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