Un “chico” bien “grande”
El “uno” del mundo era de Rampla En esta segunda entrega de “Papel y Lápiz” hemos intentado relacionarla de alguna manera con algo que nos tiene ocupados a todos en estos momentos y sobretodo a quienes nos gusta el fútbol. En estos días de Junio, seguramente hay pocos temas que nos llamen mas la atención que el Campeonato Mundial de Fútbol. Por este motivo dedicamos esta segunda entrega a quien fue el primer arquero campeón del mundo, Enrique Ballestero, portero de la Selección Uruguaya de 1930 y jugador, ni más ni menos, de nuestro gran Rampla Juniors. Ballestero fue tractorista del frigorífico Swift cuando el esplendor en la industria frigorífica radicaba en el Cerro y vivía en esta pujante Villa del Cerro, mas precisamente en la calle Turquía 144, donde estaba la antigua sede de Rampla.
Ballesteros con la selección campeona del primer Mundial (1930) En sus inicios como futbolista jugó en Solferino, luego en el Dublin (1921), Misiones (1922) y en 1924 comienza a integrar el primer equipo de Rampla Juniors donde tendría una larga trayectoria ya que jugaría en su querido Rampla por 11 temporadas. Quienes lo vieron jugar, lo definen como: “... un extraordinario arquero, de gran vista y elegancia para atajar. Ponía nervioso a todos, cuando un shot pasaba cerca del horizontal y ni movía la cabeza hacia arriba. Salía a tomar los centros con total seguridad y sabia hacerse cubrir con los backs cuando salía. Lo conocí muy bien pues trabajó en el Frigorífico Swift en los gloriosos días del gran Rampla Juniors.” Precisamente, cuando defendía a los rojiverdes se consagro Campeón del mundo en 1930.” Su primer gran consagración fue en el año 1927 cuando se coronó Campeón Uruguayo con Rampla Juniors. En 1928 jugaran juntos por primera vez, Ballestero, Aguirre y Arispe y lo seguirían haciendo hasta 1934 , constituyéndose en el mejor triángulo de Rampla de todos los tiempos y uno de los mejores del fútbol uruguayo.
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