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Zoe Gotusso
En un año a puro movimiento abrió los shows de Coldplay en River y cerró en el Teatro Gran Rex el pasado 16 de noviembre. por JOSEFINA ARMENDARIZ | foto RAFA KOGAN
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E
n la vida y música de zoe gotusso están floreciendo un sinfín de oportunidades. Desde su álbum debut en diciembre del 2020, la artista cordobesa nunca se detuvo: Mi primer día triste la condujo por Europa, América, todo el país y le concedió su primer teatro Gran Rex el 16 de noviembre. Cuando todo eso parecía suficiente, apareció Coldplay para probar que la música podía seguir sorprendiéndola. Chris Martin la invitó a abrir sus diez recitales en River. “Pude agradecerle y decirle que me estaba abriendo una puerta muy grande”, celebra.
La conjunción de talento, carisma y disciplina están transformando a Zoe en una atleta de la música. También se volvió un poco más consciente de que un gran espacio conlleva una gran responsabilidad. “Espero hacer buen uso del lugar que tengo y del movimiento que tengo dentro y fuera del país”.
Con un segundo disco en camino -al que invitó a producir a Cachorro López-, Zoe es la prueba viva de que el movimiento genera más movimiento. Desde sus inicios en Salvapantallas, cada paso dado hoy se materializa haciendo realidad sus más grandes sueños: “Está sucediendo todo eso por lo que trabajé”.
ESTÁN SUCEDIENDO UN MONTÓN DE COSAS CON VOS…
Me gusta que te des cuenta porque yo vivo todas estas cosas y sí, es un montón. El año ya venía increíble con la gira que habíamos hecho. Los conciertos, el disco que no paró de crecer y el que estoy preparando, pero en eso aparece esta locura para coronar el año de hacer diez River con Coldplay y terminar mi año con otro Gran Rex. Me siento contenta, muy ilusionada y empoderada porque está sucediendo todo eso por lo que trabajé, esto me dio gasolina nueva. Además, siento que tomé otro ritmo de trabajo, estoy aprendiendo a ser una atleta de la música y eso es porque amo lo que hago y soy muy activa.
ESTÁS PASEANDO POR TODO EL PAÍS CON TU MÚSICA, ¿QUÉ SE SIENTE VIAJAR GRACIAS A ELLA?
Es una fortuna, un privilegio. Hay muchísima gente apasionada de la música que desearía estar arriba de un escenario y no se le da, por eso espero hacer buen uso del lugar que tengo y del movimiento que tengo dentro y fuera del país. Ahora me doy cuenta de que, además del canal de la música, existe el canal del mensaje y están relacionados. Cuando viajo pienso en que no he llegado sola, sino que hay mucha gente que quería que yo esté ahí. Por eso pienso mucho en el mensaje que quiero dejar a esas personas, tratando de abordarlo con la mayor naturalidad posible.
¿QUÉ SENTISTE LA PRIMERA VEZ QUE PISASTE RIVER?
No lo conocía, entré a probar sonido y me impresionó, me reía de la alegría. La primera noche que salí a tocar había muchísima gente. Creía que al ser más temprano no iba a ser tanta, pero me dieron un súper lugar y la gente estaba muy predispuesta a escucharme.
ES COMO SI ESTUVIERAS ENCARGADA DE HACER LA ENTRADA EN CALOR EN UNA COMPETENCIA…
Sí, como que pongo el primer riego a la semilla. Es un gran desafío para mí. Yo no hago esos estadios con esa cantidad de gente. Me entrena porque son diez recitales en los que aprendo muchísimo e intento animarme a hacer cosas distintas. Lo interesante es que la gente no me va a ver a mí, se encuentra
conmigo. Pero me reciben muy bien igual y hasta siento que se alegran de que este ahí. Me siento muy cómoda, no me voy a olvidar nunca de esto.
¿QUÉ TAL TE PARECIERON LOS CHICOS DE COLDPLAY Y EL RECITAL?
El recital, muy bueno. Ellos, muy educados. Hablé con Chris las primeras dos noches. Vino a buscarme, a agradecerme, a preguntarme si estaba bien y si me estaban tratando bien. También me preguntó por mi show y me pidió que le presente a mis músicos. Además, pude agradecerle y decirle que me estaba abriendo una puerta muy grande y que lo estaba disfrutando muchísimo.
¿QUÉ ZOE DESCUBRISTE ESTE AÑO?
Descubrí que soy una, pero me descubrí como una Zoe 2.0. Siento que evolucioné y espero que en algún momento haya una Zoe 3.0 ¿Quién me quita lo bailado de hacer un River? Nadie. Y eso me da experiencia, seguridad y expansión. Además, me siento más humana, yo pensaba que estaba acá solo por mi música, pero ahora veo (me doy cuenta) que también estoy acá por la humanidad. En mi casa han sido muy estrictos conmigo en cuanto a ser educada. Creo que eso me ha llevado a buenos puertos.
RECIÉN VIMOS LAS IMÁGENES DEL VIDEO QUE VAS A SACAR DE “DESNUDA” EN VIVO, ¿QUÉ SENTÍS AL VER LAS IMÁGENES DE TODAS TUS AVENTURAS DE ESTE AÑO?
Siento mucho amor. Quizás es muy cursi la palabra, pero es súper real. La gente me trata muy bien, conectan con mi música. No sé qué sabor tendrá para la gente mi música, pero el sabor que yo recibo de ellos es muy amoroso, puedo verlo en sus caras y sonrisas. A veces vuelvo a mi casa y lloro un montón porque me desborda tanto amor, lo agradezco muchísimo.
¿Y TE DESBORDA HACIA MÁS MÚSICA TAMBIÉN?
Sí, estoy yendo todas las mañanas al estudio antes de irme a River.
¿HAY ALGO DE TIEMPO EN ESA AGENDA?
Estoy aprendiendo también a cuidar a la gente que quiero porque a veces me paso de trabajo. Me gusta tanto trabajar que me he vuelto un poco adicta al movimiento, pero intento reflexionar sobre eso para poder pasar tiempo con mi gente.
¿QUÉ NOS PODÉS CONTAR SOBRE LA MÚSICA QUE ESTÁS HACIENDO?
Estoy trabajando con un productor que admiro mucho, Cachorro López. Ha trabajado en discos que a mí me cautivaron mucho. A nosotros nos presentaron y fue un encuentro hermoso. Fui a su estudio y me contó que estaba en un momento en el que no quería hacer discos. Yo le conté que hace dos años que estaba componiendo, que no quería hacer singles, quería hacer todo un disco. Pero como no teníamos compromiso alguno entre nosotros, le pedí mostrarle las canciones. Aceptó y a la semana siguiente volví para mostrárselas. Una semana más tarde, me dijo que quería grabar el disco. Hoy en día estamos trabajando juntos y está saliendo algo muy lindo.