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Cosquín Rock
COSQUÍN ROCK REGRESO CON GLORIA
Luego de un año de ausencia por la pandemia, el clásico festival regresó con presentaciones de Babasónicos, La Mona Giménez, Fito Páez, Divididos, Airbag, Bandalos Chinos, María Becerra, Skay, Ciro, Wos y decenas de artistas de todos los géneros.
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POR WALTER GARRÉ | FOTOS: TUTE DELACROIX
Cuando en febrero de 2020 finalizó la edición 20 aniversario del Cosquín Rock todo era celebración: el festival rompía récords de convocatoria, se anunciaba su llegada a la ciudad de Buenos Aires y la expansión mundial continuaba creciendo. Lo bueno a veces dura poco, y muy pronto la euforia se transformó en incertidumbre. Poco más de un mes después, términos como Covid, protocolos, pandemia y cuarentena abandonaban los estudios de Hollywood y pasaban a formar parte de nuestra vida cotidiana.
Pero el Cosquín siempre sorteó los obstáculos con tenacidad y trabajo, y esta vez no fue la excepción; si en el vigésimo aniversario el festival había subido la apuesta, esta nueva edición (sábado 12 y domingo 13 de febrero) volvió recargada: nueve escenarios con artistas de todos los géneros fueron parte de dos jornadas inolvidables en las sierras de Santa María de Punilla.
DÍA 1: BAJO EL SOL
Sueño de Pescado y Cruzando el Charco fueron los encargados de comenzar a animar el escenario Norte, mientras Malena Villa y además contaron nuevamente con la participación de Wos en el escenario para “Pistolas”, con un freestyle que hizo delirar al público. También hicieron una emotiva versión de “Maradó”, la primera en Cosquín luego de la pérdida del máximo ídolo deportivo de nuestro país.
Mientras tanto, en el escenario Sur se cocinaba uno de los secretos mejor guardados de la noche. Trueno se preparaba para una de las presentaciones más importantes de su corta carrera, con una serie de colaboraciones explosivas: luego del BZRP Freestyle, llego el momento de “Mamichula” con Nicky Nicole en el escenario y “Sangría” con la tercera presencia de Wos en la noche de Cosquín. El Kuelgue, Guasones, y todo el color y alegría de los Auténticos Decadentes marcaron el final de un día para recordar. Chau, hasta mañana, con Fito Páez y la Mona cómo principales promesas.
Clara Cava inauguraban el sur, Silvina Moreno hacía lo propio en el Boomerang y los Mentidores rompían el hielo en la Casita del Blues. Pasadas las 16 Eruca Sativa salió al escenario Norte arrancando con Día Mil, seguido de Sorojchi y por quienes vendrán.
Bajo un sol tremendo (valga el homenaje) miles de jóvenes se fueron acercando desde temprano al predio, con ganas de exprimir cada minuto de música y vivir una jornada diferente. Amigos, familia, parejas, solos y solas; el Cosquín encuentra en el federalismo y la diversidad el encanto tan necesario después de tanto tiempo de pandemia.
A continuación, en el mismo stage llegó el turno de El Mató a un Policia Motorizado, quienes, como nos tienen acostumbrados, brindaron un sólido show de 10 canciones de duración. Con la llegada del atardecer, la elección de escenarios se puso difícil. ¿Wos o Turf? ¿Skay o Julieta Venegas? ¿Sol Pereyra, Juana Molina o Celeste Carballo? La buena noticia es que hay público para todos: mientras Wos defendía el lugar conseguido con autoridad hace dos años en el escenario Norte, Turf tocaba ante una multitud exultante de alegría en el extremo sur del predio.
El anochecer fue inaugurado por Babasónicos, históricos de Cosquín y uno de los puntos más altos de la primera jornada; atravesando tres décadas de carrera (y luego de dos ediciones de excursión en el escenario Sur) los de Lanús volvieron al escenario Norte cerrando cualquier grieta generacional posible: aquí no hubo divisiones entre millenials , centennials o generación X, sino que todos disfrutaron de la fiesta popular de los baba.
“Sin mi Diablo”, “Desfachatados”, “Carismático” o “Yegua” maridan perfectamente con “La Pregunta” o “La izquierda de la noche”, demostrando la habilidad de la banda para mantener un sonido propio y coherente pese a los cambios de estilo. En el mismo momento, pero en el escenario Sur, La Delio Valdez desplegó toda su alegría poniendo al público a bailar, seguidos de la sorprendente Cami, una de las revelaciones de la jornada.
A las 22:30 llegó el número oficial de concurrentes: 45.000 personas (que parecían más a simple vista) y uno de los momentos más esperados de la noche con el show de Ciro y los Persas. La banda presentó un equilibrado repertorio, maridando hits con temas no tan conocidos y
DÍA 2: AL RITMO DE LA MONA
Mucho se habló en la previa sobre el line up y su apertura a nuevos géneros. Pero lejos de quitarle espacio al rock, el festival amplió de manera considerable la oferta musical de calidad, con una
presencia importante de bandas de rock combinadas con una saludable variedad artistas y expresiones.
El domingo desde temprano la amplia oferta hacía difícil la elección de escenario. Ainda en el escenario Sur daba el puntapié inicial mientras en el otro extremo del predio Nagual y Ciclonautas entregaban su cuota de rock en el escenario Norte.
En esta edición se desplegaron dos nuevos escenarios: El Paraguay y El Boomerang (pirámide homenaje a Glastonbury incluida) ideal para propuestas intimistas. En este último se presentaron los coloridos Gativideo con una propuesta refrescante e innovadora: “Gracias por venir a vernos, en vez de ir a comprar un pancho”, dijo Renzo Montalbano, vocalista de la banda, ante las risas del público que bailó sus canciones. En el campo, algunos integrantes de los Bandalos Chinos se acercaron a ver el show, hasta que alguien del público descubrió la presencia de Goyo Degano, que muy amablemente se sacó fotos con todos los que se lo pidieron.
El power rock de Airbag fue uno de los primeros golpes fuertes en el atardecer con un show demoledor que dejó a todos con ganas de más. Una de las perlas fue la inclusión en su lista de un cover de “Balada del diablo y la muerte”, festejada especialmente por los fans de la Renga. En el escenario sur, era el turno de Fito Páez, uno de los shows más esperados del fin de semana: el rosarino arrancó su presentación con “Vamos a Lograrlo” y “El Chico de la Tapa”, continuando con un set con alternó clásicos: “11 y 6”, “El amor después del amor”, “Brillante sobre el mic”, “Circo beat”, “A rodar mi vida”, “Mariposa tecnicolor” y el cierre con “Dar es dar” y “Dale alegría a mi corazón”.
Con la llegada de la noche, Divididos, hizo gala de su apodo de aplanadora del rock, mientras en los escenarios alternativos el espectro musical seguía ampliándose: el ascendente Dillom en el Nuevas Tintas, la dulzura de Chiara Parravicini en el Boomerang y lo mejor de la cumbia cordobesa llegaba al escenario Paraguay con Sabor Canela.
María Becerra confirmó en Cosquín su popularidad ascendente y se llevó todas las miradas en el escenario Sur, mientras en el norte la Kermesse redonda hacía saltar y cantar a la comunidad ricotera. En el otro extremo del predio, Bandalos Chinos y su Paranoia Pop hacía lo propio con un show bien hitero que incluyó “Demasiado”, “Vámonos de viaje”, “Departamento” y “Mi fiesta” entre otros.
El esperado cierre ocurrió poco después de la medianoche, con la presencia de la Mona Jiménez que montó un espectáculo único.