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La relación defensas-intestino: uno de los pilares básicos para estar fuertes y combatir las agresiones externas
En el dominio de la nutrición, explorar los vínculos entre dieta y salud es fundamental para el establecimiento de las bases de un buen funcionamiento del sistema inmunológico. Reforzar la inmunidad, a través de lo que comemos, se ha vuelto indispensable, si queremos que nuestro sistema inmune actúe con eficiencia. Incluir en la dieta ciertos nutrientes puede mejorar la inmunidad ante agresiones externas.
¿Cómo actúan en nuestro organismo, estos nutrientes?
Su modo de acción se basa en el refuerzo y la optimización del funcionamiento del sistema inmune. Además, algunos de estos compuestos naturales, gracias a su elevado potencial antioxidante, llevan a cabo actividades de eliminación de radicales libres y actúan como antiinflamatorios y reparadores de las mucosas. Es importante saber que más del 65% de las células inmunes en el cuerpo se encuentran en el intestino.
Depurar el intestino y mantener una buena salud intestinal, consumiendo los alimentos adecuados, es fundamental para tener unas defensas fuertes.
Los datos epidemiológicos sugieren que la ingesta de alimentos ricos en ciertos fitoquímicos pueden protegernos contra las enfermedades y agresores externos como son los agentes infecciosos. Alimentos como las bayas de saúco, de grosellero, los arándanos… y en general los frutos rojos, los contienen. Estos compuestos tan importantes para fortalecer la inmunidad, también actúan como grandes antioxidantes, que nos ayudarán al control de la inflamación.
Las bayas de saúco y de grosellero negro, son dos indispensables por sus propiedades medicinales asociadas a su contenido en polifenoles, o compuestos con propiedades antioxidantes, antinflamatorias e incluso antivirales, de demostrada eficacia. La inclusión en la dieta de estos frutos rojos, afecta de forma positiva a nuestras mucosas, tanto a la respiratoria como a la intestinal, y actúan contrarrestando el estrés oxidativo, contribuyendo también a la reducción de la inflamación y a la reparación de las mucosas dañadas por una infección. Los concentrados de bayas de saúco y grosellero negro podemos encontrarlos en forma de jarabe balsámico unidos también a otras sustancias de interés para nuestro sistema respiratorio e inmunológico, como son: el propóleo, los extractos de plantas como el tomillo, el gordolobo, el regaliz y los aceites esenciales como el eucalipto radiata, la ravintsara y el mirto. La combinación de todos ellos puede constituir una buena ayuda para potenciar nuestras defensas y combatir a los agresores externos.
Autora: Maribel Saíz Cayuela, Licenciada en Ciencias biológicas, PGD.