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Empleo, crecimiento e inflación

Durante la pandemia varios gobiernos, entre ellos y principalmente Estados Unidos fue frontal en seguir usando políticas de apoyo a personas y empresas para lograr una pronta recuperación de la economía. La reducción de tasas de interés y las facilidades de liquidez fueron utilizadas por varias ocasiones. Una baja tasa de interés y recursos en poder del público generaron una creciente demanda que logró recuperar en un solo año la brusca caída económica consecuencia de la pandemia, pero también dejó una puerta abierta a un proceso inflacionario que en los últimos meses ha registrado récord al rondar el 9% anual al haberse juntado a los problemas logísticos, la guerra de Rusia y Ucrania. En estos días están usando la misma política, pero en reversa, se está pasando de la reducción de la tasa de interés hacia incrementos, por cuarta vez en el año, con la finalidad de controlar la inflación y es de esperar que aquello tendrá impactos en crecimiento económico y empleo durante el enfriamiento de la economía. No es un problema aislado, la práctica se repite en algunas economías desarrolladas preocupadas por la inflación y el impacto ya empieza a sentirse en las estimaciones de crecimiento económico global que han sufrido ajustes a la baja para este 2022. A Estados Unidos, tres meses atrás el FMI le auguraba un crecimiento de 3.7%, ahora lo estima en 2.3%;

China, de 4.4% se lo reduce a 3.3%. Para América Latina no es tan grave el ajuste de crecimiento, incluso lo mejora de 2.5% a 3% para este 2022 por la mejor ejecutoria esperada de Brasil y México, pero deja clara una preocupación para algunas economías sobre qué tan lejanos están escenarios de no pago de deuda consecuencia del aumento en la tasa de interés a nivel global en la búsqueda de controlar la inflación.

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Observando el resultado esperado del PIB real para Ecuador en este 2022, llegaría a USD 71 mil millones y no alcanzaría a igualar al dato de 2018 y si miramos algo más hacia atrás, en realidad nuestro rezago en crecimiento nos sitúa alrededor de 2015, lo que debería encender las alarmas para emprender políticas que se enfoquen en el crecimiento para no acentuar problemas de empleo y pobreza.

No es poca cosa y de bajo impacto para nuestra economía que nuestros principales socios comerciales estén corrigiendo a la baja sus expectativas de crecimiento económico y que el deseo de la autoridad monetaria de dichos países sea afectar el consumo restringiendo su demanda. Nuestras exportaciones a dichos mercados podrían verse afectadas y amerita ir evaluando estrategias para acomodarse a una nueva realidad económica y comercial que podría acompañarnos por un tiempo.

Para este 2022 no nos salvaremos de sufrir el impacto de incrementos de precios. El mismo FMI que hace unos meses estimaba la inflación ecuato- riana en menos de 4%, la ubica sobre 5% en su último reporte del mes de julio.

El rol del sector privado para anticiparse será crítico con la finalidad de no afectar drásticamente el empleo en un entorno sin un claro motor de crecimiento de la economía, dentro de un programa con el FMI que aún insiste en el recorte del gasto como norte y del cual es complejo salir al no contar con fuentes alternativas de financiamiento.

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