HAIVANJOE NG CORTIÑAS Santo Domingo Julio, 2016
CASI TODO SOBRE LA ECONOMÍA DOMINICANA Por Haivanjoe NG Cortiñas Derechos reservados Prohibida la reproducción total o parcial sin la previa autorización. Portada: Haivan NG, Félix Cepeda, Shalen Pérez y Beatriz Lassis. Diseño / diagramación / edición: Beatriz Lassis Rodríguez Fotografía: Adalberto Then Auditor gramatical: Eduardo Díaz Guerra ISBN Obra Independiente: 978-9945-8722-2-4 Primera edición: Julio © 2016 Impresión: Editora de Luxe, S.A. Calle José Desiderio Valverde No. 102 Zona Universitaria, Sto.Dgo., Rep. Dom.
ÍNDICE Agradecimientos Introducción Prólogos I.- Valoración e indicadores económicos -Neutralidad valorativa en los análisis económicos -Cómo, quiénes, por y para qué el gobierno toma las decisiones económicas -Lo que señalan los indicadores económicos -La capacidad predictiva del índice de confianza del consumidor -Entre lo estimado y registrado: Grado de error II.- Los mercados -El mercado cambiario -El mercado de valores -El mercado de trabajo -El sistema de intermediación financiera -El sistema previsional -Evolución de la composición relativa de los préstamos bancarios -Los márgenes de intermediación financiera y cambiaria III.- Las finanzas públicas -Los ingresos fiscales -Cómo evaluar la ejecución presupuestaria -Una medición al tamaño del sector público -Comportamiento del financiamiento presupuestario y los canales de transmisión -Promoviendo el Pacto Fiscal -Hacia una regla fiscal cuantitativa -El perfil del financiamiento del SPNF -Más sobre la deuda pública -Obstáculos al control interno de las finanzas públicas
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IV.-Sectores externo y monetario -Evidencia empírica de la tasa de política monetaria, efecto traspaso a la tasa de interés bancaria -Nivel “adecuado” de las reservas internacionales -Evaluando el programa monetario -La dirección del balance de la cuenta corriente, importancia macroprudencial para el sector financiero -Cuantificando el impacto de las remesas -Evaluando la liquidez monetaria
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V.-Los precios -El índice de precios al consumidor -Evaluación al primer esquema de metas de inflación -Influencia de la depreciación sobre la inflación -Cómo calcular el precio de los combustibles
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VI.-Un ángulo de la macroeconomía -Una aproximación al grado de apalancamiento financiero de la economía -Crecimiento económico y baja inflación: “no lo creo” -Acerca del PIB dominicano -Eclipse económico -Notas sobre el ahorro nacional -Hacia un cambio en el modelo económico -La economía dominicana en 3 minutos o 350 palabras -Valores acumulados de la economía
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Agradecimientos
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gradecer es tener gratitud, por eso aprovecho este espacio para mostrar la valoración de sentimiento máximo hacia el divino creador de todo lo que respira y se mueve en la tierra y el universo, al permitir que un grupo de personas se involucrara en el proyecto de escribir mi segundo libro, que es el que tienen en sus manos, soportando que les hablara sobre el curso del desarrollo de un tema, y porque les permitió también aportar ideas para identificar los temas tratados. De igual manera, al leer en forma crítica algunas de las partes de los capítulos, así como por escucharme cuando les decía cómo estaba concibiendo la estructuración de los mismos; y naturalmente, al prologuista invitado, al auditor gramatical, a los que colaboraron con el diseño de la portada, al editor y al colaborador de la edición, por haber posibilitado la elaboración de Casi todo sobre la economía dominicana. A la que le robé el tiempo que le pertenece, por estar escribiendo durante largas horas este libro, Soraya Fernández, dueña de mis sentimientos de pareja; por eso ella es la coautora, al dejarme lo que marca un reloj. A mis dos hijos, Isesy y Haivan, que no me reclamaron nada por dedicar alrededor de 950 horas a leer, analizar y escribir las 87,732 palabras que aparecen impresas en blanco y negro sobre las 306 páginas que tienen en sus manos. Gracias a todos, Haivanjoe NG Cortiñas
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Introducción
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a economía es ciencia porque tiene objeto de estudio, métodos, formula leyes, elabora teorías basadas en hipótesis y soluciona problemas de producción, distribución y satisfacción de necesidades humanas; pero no es experimental, como tampoco exacta; es de aproximación, por su naturaleza social, influenciada frecuentemente por ideologías. En esta aseveración se fundamenta la utilización del adjetivo Casi, empleado al inicio del título del libro, pues su contenido no abarca la totalidad, aunque sí intenta acercase a ella. El título completo: Casi todo sobre la economía dominicana, responde al interés de abarcar un amplio abanico de temas, los fundamentales, tratados en forma separada o incluidos como subtemas en el desarrollo de otros de relativa mayor importancia; de manera que lo que tienes a mano procura responder la mayoría de las inquietudes que puedas tener sobre aquellos aspectos de la macroeconomía del país. Si deseas, haz una pausa antes de proseguir con la lectura del libro; formúlate una pregunta acerca de algún tema del ámbito macroeconómico que pueda ser de tu interés, y al hacértela, consulta el índice del libro. Si no aparece la respuesta en forma directa o indirecta, tal vez no sea el libro que andas buscando; pero espera, no lo descartes, pues el título de cada uno de los temas del índice, aunque no significa que lo diga todo, sí podría sugerir que lo tiene casi todo, al ser abordado como elemento central, marginal, o vinculante. Si la pregunta o inquietud no te surge, lo intentaré por ti. Veamos. Todo lo que decimos los economistas está impregnado o salpicado por teorías de contenido ideológico; entonces, no somos neutrales, aunque sí podemos estar cerca, o con una parte de la verdad, cuando lo que decimos está sustentado con evidencias, como son los indicadores, que permiten cuantificar los hechos económicos. Si tienes algún tipo
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de preocupación de esta naturaleza, podrás tener la oportunidad de leerla en el primer capítulo. Probablemente en algún momento te has preguntado acerca de quiénes toman las decisiones económicas en el gobierno, y si lo que piensas sobre lo que le puede ocurrir a la economía termina aconteciendo, justo también las respuestas a esas expectativas se encuentran abordadas en el capítulo 1. El libro lo componen seis capítulos. Si quieres saber lo relativo al valor del peso dominicano, sobre quiénes participan en la compra y venta de una divisa, su estructura, regulación, o quién fija su precio, lo encontrarás en el tema del mercado cambiario, que aparece en el capítulo II. En la misma línea de los mercados, si necesitas conocer acerca de qué es un mercado de valores, cómo funciona, quienes participan, quién lo regula, cuál es su utilidad e importancia, lo podrás leer en esta parte del libro. Si diriges tu mirada hacia el por qué existe un alto desempleo, cuáles sectores de la economía generan más ocupación; o bien, por qué unos son informales y otros no, en tus manos tienes la oportunidad de saberlo, al leer una parte del capítulo II. Continuando con el mercado, si procuras entender la composición del sistema de intermediación financiera, su importancia en la economía, los indicadores principales, la regulación/supervisión, los márgenes, el destino de la cartera de préstamos, todo esto también aparece en el segundo capítulo. Si la mirada sigue inquieta, y la diriges al mercado previsional, queriendo conocer sobre los afiliados, cotizantes, aportes, patrimonio, rentabilidad de los fondos de pensiones, así como los tipos de pensiones, sus datos y descripción, lo podrás apreciar en el capítulo II.
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Cuando las preguntas estén relacionadas con las finanzas públicas del país, en el capítulo III podrás leer sobre el comportamiento e importancia de los ingresos fiscales, las necesidades de financiamiento, la conveniencia del pacto fiscal, la ejecución del presupuesto nacional según el tipo de gasto, el tamaño del sector público, el perfil de la deuda; además, la parte que implica el control de los recursos públicos. Como es muy probable que las inquietudes continúen, pues los temas económicos son tantos como problemas de esa misma naturaleza tenemos los ciudadanos, si quieres indagar sobre las exportaciones, importaciones, las reservas internacionales, la tasa monetaria y de interés, el programa monetario del Banco Central, dichos temas aparecen en el capítulo IV. De igual forma, como los precios de la economía resultan ser muchas veces un problema, al tiempo que un desafío, las interrogantes que puedas tener sobre la tasa de inflación, su conformación, el significado, las variables que la generan y propagan; incluyendo la inquietud semanal que se manifiesta en los medios de comunicación, sobre cómo se determinan los precios de los combustibles, el capítulo V te ofrece la oportunidad de entenderlas. Finalmente, en el capítulo VI, las preguntas que puedas tener acerca del PIB dominicano, incluyendo aquella que tiene que ver con no sentirte representado cuando se ofrecen los datos del desempeño económico del país, así como por qué se escribe con insistencia acerca de la insuficiencia de ahorro nacional, como manera de justificar el endeudamiento público, y en forma complementaria, el grado de endeudamiento de toda la economía; o bien si el modelo económico doméstico dejó de ser útil, sus respuestas las podrás ver en el referido capítulo. Si tienes alguna inquietud no encontrada en el índice del libro, entonces se justifica su título, en cuanto a que es casi, no todo, sobre la economía dominicana.
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Prólogo I
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omo indica el título de este libro, el profesor Haivanjoe NG Cortiñas se propone ofrecer una amplia panorámica de la evolución de la economía dominicana en los últimos tiempos. La generalidad de las variables que componen un análisis económico técnico están incorporadas en este estudio. En efecto, nos encontramos con temas como los mercados de trabajo y cambiario, las finanzas públicas, el sector externo, el sector monetario, la evolución de los precios y los componentes del producto interno bruto por sectores. Al final de la obra, recapitula trece variables sobre las cuales construye su esquema analítico y conceptual. Una aproximación de este género reviste importancia, habida cuenta del déficit en las últimas décadas de parte de los historiadores y cientistas sociales en general por aproximarse a la realidad presente. Hasta la década de 1980, sobre la base de estudios de economistas individuales y de informes colectivos de entidades como Onaplan o la Academia de Ciencias, se disponía de aproximaciones sistemáticas e históricas del desempeño de la economía dominicana. Hoy, hasta donde puede apreciar un no economista, la tendencia es a la elaboración mayormente de informes puntuales centrados en la coyuntura. Por lo menos, en su generalidad los interesados no tienen acceso a una visión global de lo que acontece, a no ser que por su cuenta se dediquen a reunir las series que prepara el Banco Central y otros organismos gubernamentales. NG Cortiñas muestra en este libro un dominio académico avalado adicionalmente en una prolongada experiencia en el sector público. Tiene un doble propósito: divulgativo, por una parte, gracias a una exposición didáctica, en el que va hilvanando las categorías económicas en su materialización en nuestro país; e interpretativo, mediante juicios acerca del desempeño de esas variables dentro del conjunto de la economía. Los períodos que se toman de referencia varían entre la década de 1990 y los primeros años del siglo XXI. Muchas de las series llegan
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hasta 2015 y casi todas hasta 2014. En todos los casos, el análisis es de largo o mediano plazo, a diferencia del estilado comúnmente por los economistas, centrado en coyunturas de corto plazo. Lo relevante es que el marco temporal de NG Cortiñas por una parte coincide con vacíos de conocimiento sistemático y sobre todo, con la modificación de los fundamentos de la economía nacional. Hasta la década de 1970 en la composición de las exportaciones primaban casi inalteradamente los cuatro productos agrícolas sobre los cuales se asentó el inicio de la modernización a finales del siglo XIX. En la década de 1980 se abrió una tendencia que ha llevado a la primacía del sector servicios y a la minimización del aporte de la agropecuaria o en términos generales, el sector primario. De manera que, en este texto, un interesado ajeno al análisis de los vaivenes coyunturales tiene una valiosa herramienta para acercarse a lo que acontece en la República Dominicana de la actualidad. En términos de disciplina especializada, en buena medida los economistas se han alejado de la sociedad y entre los otros cientistas sociales se ha tomado distancia de la noción que acuerda planos de determinación a los fenómenos económicos sobre la totalidad social. Este es un libro técnico, pero al mismo tiempo contiene variables que abren la posibilidad de conectar las categorías de análisis utilizadas con una dimensión socio-histórica más amplia. En esa medida, constituye un aporte que trasciende sus mismos marcos de análisis. Me permito hacer breves señalamientos al respecto, animado por las informaciones e interpretaciones sistematizadas por NG Cortiñas. Por una parte, nos encontramos con un crecimiento sostenido de la economía, medida a través de la categoría de Producto Interno Bruto. No es la primera vez que esto sucede en el país, ciertamente. Durante la posguerra se registró una tasa parecida, que concluyó junto a la crisis de la dictadura de Trujillo. Algo todavía más intenso aunque breve se produjo entre 1969 y 1974, en buena medida sobre la base del incentivo de la producción manufacturera (“sustitución de importaciones”), que incluía las zonas francas y la inversión pública, sobre todo en construcción. El
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desenvolvimiento de la década de 1990 respondió al agotamiento del modelo en cuestión, para centrarse en los servicios, particularmente en el turismo, como la fuente crucial para la obtención de divisas, a lo que se agregaron otros factores como el incremento de las remesas provenientes del exterior y de la producción en zonas francas, aunque esta última con oscilaciones temporales importantes. En ningún momento, salvo coyunturas menores, ha menguado el papel de la construcción en la reproducción del conjunto, ni la función estimuladora del gasto público. No obstante la dimensión de largo plazo, destaca la transformación cuantitativa que se ha operado en la República Dominicana desde la década de 1990. Comparando cifras diríamos que nos encontramos en otro país. Basta referir que en los últimos once años el PIB creció a un promedio anual de 6.5% o que el per cápita de ingresos de los dominicanos pasó de 1,336 dólares en 1991 a 6,480 en 2014. Aun así, no comporta riesgos estar de acuerdo con la conclusión de NG Cortiñas de que este modelo basado en servicios está agotado, pues depende en medida considerable de estímulos derivados del déficit de las cuentas estatales y del balance de cuenta corriente con el exterior. Presiona la recurrencia al endeudamiento externo, que en los últimos años promedia cifras cercanas a 1,500 millones de dólares. En adición, NG Cortiñas introduce temas fundamentales para la reflexión, como la escasa relación entre el incremento del PIB, global y per cápita, y la persistencia del nivel de desempleo y, por ende, de elevados índices de pobreza. De todo ello se desprende que, pese a su dinamismo cuantitativo, la economía dominicana continúa adoleciendo de deficiencias neurálgicas. La más importante es la continuidad de la pobreza en segmentos considerables, si no mayoritarios, de la población, dependiendo de cómo se conceptualice esa categoría. Se trata de una falla ante todo moral, ya que entraña la ratificación de la injusticia como signo sistémico. Pero además se trata de una falla estructural, en tanto que traba las potencialidades de expansión de esa economía en beneficio de la población dominicana.
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Un segundo problema sistémico que se ratifica en la lectura de este libro se origina en la composición del producto. La referida primacía del sector servicios entraña contradicciones inevitables y límites insuperables a la gestación de un entorno que asegure condiciones de reproducción virtuosa. NG Cortiñas pone de relieve la relación entre los servicios, la economía informal, el desempleo crónico y la continuidad de la pobreza, en contraste con el dinamismo del PIB. Las limitaciones señaladas nos llevan a una conclusión fundamental: lo importante no es solo el crecimiento, sino la calidad del crecimiento, lo que implica se debe poner atención prioritaria a la formulación de políticas de desarrollo productivo para superar las limitaciones observadas. Por supuesto que esas políticas implican grandes componentes de políticas sociales, en primer término en educación, para solo señalar el decisivo, además de fuertes reformulaciones en la calidad en el gasto público. En conclusión, este libro invita a reflexionar sobre la realidad presente de la sociedad dominicana y los cambios imperativos para un futuro mejor.
Roberto Cassá
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Prólogo II
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uien me animó a escribir esta obra no fue una persona; menos aun, un grupo de personas: fue no más que mi condición de ex servidor público -luego de 26 años de serlo-, circunstancia que brindó oportunidad y tiempo para idearlo y escribirlo, justo durante un año. Esa es la génesis de este libro, Casi todo sobre la economía dominicana, que ahora tienes en tus manos. Como cualquier otro, presenta delimitación temporal y espacial. La primera se refiere a acontecimientos económicos ocurridos en una serie de años, entre una o dos décadas, para períodos largos y menos largos y los medianos, referidos a cinco años atrás, hasta llegar al 2015. En la delimitación espacial, todos los análisis son referidos a la economía dominicana, con algunas referencias de otros países, cuando aplica, y solo un tema podría lucir fuera de contexto, el del control interno; sin embargo, dado que este es tratado en el ámbito de las finanzas públicas, encuentra sentido que aparezca como parte integral complementaria del libro. El tiempo desocupado en lo formal abrió espacio para escribir Casi todo sobre la economía dominicana, teniendo como motor impulsor diez posibles razones que contribuyeron a generar cada uno de los temas que aparecen en este libro. La primera razón está asociada a que la generalidad de las personas no les cree a los economistas; estos las subestiman, intentando sustituirles sus estómagos con análisis interpretando la realidad; esta razón general sirvió de sombrilla para las nueve razones restantes. La población piensa, como segunda razón, que los economistas solo escriben sobre variables que, al asumir valores, se convierten en números, tornándose difíciles de entender, si no se dispone de fundamentos. Un
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argumento lo suficientemente apegado a la verdad; entonces, es un desafío para el que quiera aportar en la dirección opuesta. En la misma dirección, los ciudadanos consideran como tercera razón que los economistas no se dan entender, porque utilizan un lenguaje abstracto al teorizar sobre los acontecimientos económicos simples. Cierto, hablamos de apalancamiento, cuando podemos decir endeudamiento. Una cuarta razón señala que los economistas no se ponen de acuerdo, que sus opiniones son tantas como problemas económicos tienen los ciudadanos. Correcto. Es tanto así que, al evaluar el desempeño económico medido por el PIB, unos lo califican de positivo, mientras otros lo cuestionan. La quinta razón podría ser: ¿Para qué leer sobre economía, si eso no eleva el alma, y más bien remite a un mundo complejo, de conflictos y malas noticias? Verdadero. La mayoría de las noticias económicas desplegadas en primera plana dan cuenta de lunes negro en la bolsa de valores, cae el valor del dólar, Grecia no puede pagar su deuda externa, y los instrumentos de deuda de Puerto Rico son calificados bonos basura. Como sexta razón: Los análisis económicos no ayudan a la imaginación, como una novela, poema o cuento; muy por el contrario, abruman al lector, como las informaciones económicas tienden a decir se eleva el precio de la carne, sube la tarifa de los colegios, el gobierno toma más dinero prestado. En la séptima razón, leer economía no es entretenido; más bien, resulta aburrido porque fastidia la vida simple con datos e interpretaciones complejas. También cierto: con tan solo decir ingreso per cápita, cuando podría decirse, el ingreso por persona. La octava razón se asocia a que los libros de economía no son escritos coloquialmente, sino que siempre están redactados con un lenguaje
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técnico y muy formal. Igualmente correcto. Ejemplo de ello es cuando se afirma: la tasa de inflación sin inflación subyacente. En la novena razón, porque el lector no se siente reflejado en las cifras que se ofrecen; por el contrario, aduce que esos números solo están en el Banco Central o en Hacienda. Verdad meridiana, solo que la gran diferencia es que los datos sobre la economía siempre se refieren a la macroeconomía; mientras que lo personal es un campo de la microeconomía. Como décima razón, porque los economistas frecuentemente hacen uso de estimaciones y como tal no son certeras, salvo excepciones. Casi meridiano, al ofrecer un dato sobre cómo se comportará la economía, el profesional del área se protege y agrega, dadas tales condiciones, la variable se podría comportar de tal manera, y también, manteniendo constantes el resto de las variables, el comportamiento podría ser de tal forma. Estas diez razones forman parte de la motivación, y al mismo tiempo, del desafío de Casi todo sobre la economía dominicana; y más aun, porque se ha estructurado atendiendo al interés de que recoja los principales temas macroeconómicos que los distintos medios de comunicación, en calidad de noticias o análisis, sirven a la ciudadanía, aunque los mismos sigan siendo poco entendidos por el público no especializado en esos temas. El título, Casi todo sobre la economía dominicana, responde al interés de abarcar un amplio abanico de temas actuales o permanentes, trabajados en forma separada, o incluidos como subtemas en el tratamiento de otros, de relativa mayor importancia; de manera que este libro no debe verse como uno de historia económica dominicana. Haivanjoe NG Cortiñas
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Capítulo
Valoración e indicadores económicos
Neutralidad valorativa: Es entendida como aquella en donde el juicio de valor está alineado con los hechos recogidos en forma de datos; de haber alguna proyección, no debe desviarse en forma significativa de lo registrado. • Neutralidad valorativa en los análisis económicos Los economistas, al hacer sus análisis económicos, procuran datos, los organizan, preparan indicadores, los examinan y evalúan, tanto en el plano cuantitativo como cualitativo, establecen relaciones causales o asociaciones entre las variables -cuando las hay-, básicamente con el propósito de diagnosticar, proyectar, comparar y proponer políticas económicas de carácter público; e incluso también para criticar resultados económicos. Al realizar los análisis, en la generalidad de los casos se enarbola en forma explícita –aunque, en ocasiones, implícita- la neutralidad valorativa, con el deliberado propósito de presentar realismo y objetividad en la ponderación, y por lo tanto, independencia profesional. Sin embargo, en la mayoría de las veces se oculta el componente filosófico de la epistemología, en la dimensión de los preceptos teóricos/ideológicos y de intereses envueltos. La dimensión teórica/ideológica, basada en la adopción de ideas sistematizadas o en una escuela del pensamiento económico, y la de intereses, involucra conveniencias personales, políticas, económicas y hasta de envidia, una razón que alcanza lo psicológico. El análisis económico que presenta una postura definida desde el punto de vista epistemólogo adquiere, a juicio nuestro, los grados de coherente y transparente; lo contrario es tenebroso, por ser oculto. Lo anterior sugiere que los análisis económicos están impregnados de juicios de valor, y caen, en consecuencia, en lo que se denomina economía normativa, en “lo que debiera ser”; en contraposición, cuando se trata de describir y proyectar los datos, entonces se hace economía positiva, lo que es. Solo se cae en neutralidad valorativa, esto es, sin sesgo de juicios de valor que alteren deliberadamente la interpretación o en forma oculta,
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cuando el análisis está en línea con la descripción de los datos y se produce un elevado grado de certidumbre del pronóstico respecto a lo registrado. En la República Dominicana existe bastante evidencia de análisis económicos sesgados por precondiciones como las indicadas, lo que ha contribuido a crear confusiones entre los ciudadanos, llevándolos luego a ser incrédulos sobre lo expresado por los economistas, al momento de evaluar un hecho o situación económica, incluso cuando el análisis ha sido objetivo e independiente, es decir, con neutralidad valorativa. Entonces, por esa vía, determinados mitos se convierten en “realidades”, o verdades se transforman en “mentiras” para el común de los ciudadanos, como podría ser el caso de la afirmación que da cuenta del año de la historia económica contemporánea donde la deuda pública ha sido mayor, respecto al tamaño de la economía. Para dar realismo a la aseveración, se presentan datos absolutos de un período respecto a otro, sin considerar el tamaño de la economía, lo que hubiera podido ponerla en una perspectiva más precisa. Tal es el caso de la deuda pública como porcentaje del PIB. La percepción que tiene la población es que, en la actualidad, ese indicador es el más alto de la historia de los últimos 45 años, cuando lo cierto es que el nivel de endeudamiento más elevado fue registrado en 1990, cuando alcanzó casi el 84.0%. En la misma línea, por décadas se ha afirmado que el modelo económico es insostenible, y para que la afirmación luzca real, se muestran datos del crecimiento de la deuda pública. Sin embargo, el servicio de la deuda no ha tenido retrasos, y la calificación riesgo-país ha mejorado, aunque eso no significa que el modelo no esté dando señales de agotamiento. La afirmación anterior está evidenciada en que para 2004, la calificación de riesgo dada por Standard & Poor’s al país fue de CC hacia abajo; en cambio, para 2012 había variado en forma positiva, situándose en B+, calificación que continuó mejorando al colocarse en BB- para 2016. De igual forma, al momento de presentar y analizar las estadísticas sobre el mercado de trabajo, indicando que la tasa de desempleo es de un porcentaje determinado, al compararlo con un año anterior, se pretende mostrar que la nueva cifra revela una disminución, sin precisar
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que en la metodología del cálculo se varió la edad de la población que es considerada económicamente activa (de 10 años a 15), resultando engañosa la comparación y, por tanto, una manipulación. En el lado opuesto, una verdad es transformada en mentira en el análisis económico: es el caso del gasto corriente, al señalar que su aumento es resultado del incremento de la nómina, sin precisar que el servicio de la deuda pública, en el componente del pago de los intereses, aporta en forma importante en el crecimiento del gasto corriente. Ese tipo de análisis lo que pretende es convencer de que la política tiene una alta incidencia en el gasto público, y que este pudiera mejorar, en calidad y en su destino, por igual. Como evidencia del papel creciente jugado por el servicio de la deuda del sector público no financiero, para 1990 era de 7.8% del total del gasto corriente, en 2010 de 15.6% y a diciembre de 2015 cerró sobre el 19.0%. Un caso concreto, que podría ser señalado como contaminado por la condición teórico/ideológica es el relativo al manejo de las finanzas públicas, en un contexto de caída de ingresos corrientes, elevación de precios internacionales del petróleo y crisis financiera internacional, que de alguna forma impactó negativamente las economías que dependen de importar hidrocarburos y que sus divisas están fuertemente vinculadas al turismo y remesas, como fue el período 2007-2012, con la crisis económica en los principales países industrializados del mundo. La posición de política económica para decidir sobre la economía nacional en el escenario señalado podría enfrentar dos opciones extremas, la del enfoque del equilibrio presupuestario, que apuesta por una ejecución de las finanzas públicas sobre la base de supeditar el nivel de gasto respecto al nivel de los ingresos corrientes, sin considerar sus efectos contractivos sobre la economía; o el enfoque que recomienda una política fiscal expansiva contracíclica, para garantizar un grado de desempeño económico razonable en variables estratégicas como el PIB, empleo y tasa de inflación baja y estable. Esa discusión prevaleció en muchos países. En Estados Unidos, en el continente europeo y en Dominicana también. La opción que tomaron en el primer y en el último país fue la de expandir el gasto público, logrando ambos avanzar, Estados Unidos en salir primero de la crisis internacional, y la economía nacional presentando elevado crecimiento
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económico (un 5.8% promedio anual), con estabilidad de precios, al presentar tasa de inflación de un dígito. Cualquier análisis económico de naturaleza crítica que no precise que sus juicios están guiados por una determinada corriente de pensamiento económico, no estaría haciendo un ejercicio cercano a la neutralidad valorativa, sino lo contrario, contaminándolo con juicios de valor carentes de coherencia y transparencia. Si un análisis sobre la economía es encargado por un sector económico determinado, la tendencia general del profesional es empujar los datos e interpretación hacia la dirección del cliente. Esa conducta obedece a dos razones, la primera, porque debe defender o proteger al que le paga, y segundo, como forma de encontrar lógica a las recomendaciones o críticas a la opinión encargada. Aquí, la ética resulta escasa o nula. Esa postura es fácil de advertir en aquellos profesionales que antes cuestionaban el endeudamiento, porque generaba déficit fiscal, y viceversa; pero ahora se justifican bajo el argumento de que se tiene una estrategia de reestructuración de los pasivos externos y domésticos, sin precisar que el entorno ha cambiado, que hoy ha cedido en forma importante la crisis financiera internacional y que los precios del barril del petróleo han caído a precios históricos. Si la evaluación económica la realizan los economistas de un partido político de la oposición, la ponderación siempre será crítica, por entender que es su papel defender los intereses de la población; luego, cuando llegan a la dirección del gobierno, ya sea en la versión de aliados o porque ganaron las elecciones, entonces el análisis asume el color del partido de gobierno de turno. Los que antes hacían junto con ellos las críticas, al quedarse en la oposición solo son numerólogos, como forma de descalificarlos al enjuiciar, por ejemplo, el destino del gasto público en los últimos años. Naturalmente, no se queda atrás el componente del nivel académico y experiencia del profesional que realiza el análisis económico. Ahí la contaminación de la valoración no viene dada por el enfoque no revelado, sino por la limitación para comprender y aplicar conceptos básicos del ámbito fiscal o monetario.
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Al realizar alguna crítica o defensa, no es lo mismo cuantificar el balance fiscal sin considerar el método del registro contable, esto es, si se asume el devengado o percibido, o ambos a la vez; o incluso valorar el desempeño fiscal a partir del flujo de caja, y no por la ejecución presupuestaria por el método del devengado; los juicios de valor externados sin realizar esas debidas precisiones podrían conducir a errores, pero declarados en forma pública por algún economista es opinión pública, sumándose a la deformación de la verdad, y fortaleciendo la confusión del público, o la descalificación por parte de este por los economistas. Por el lado monetario, diferentes análisis económicos apuntan a criticar la postura del Banco Central, al indicar que asume una posición contractiva en materia de la base monetaria, que afecta la liquidez de la economía y los bolsillos de los ciudadanos, sin detenerse a precisar que el objetivo de toda autoridad monetaria es cuidar la estabilidad de los precios con baja inflación, especialmente si se ha asumido el esquema de metas de inflación como herramienta básica de la política monetaria. Tal aseveración es común escucharla o leerla en aquellos economistas que se encuentran en la acera de la oposición, pues con ese tipo de señalamientos se alinean a los intereses de la población, que quiere ver dinero circulando en la calle, sin importar los efectos contraproducentes que a la misma ciudadanía podría provocarle, al generar esa postura efectos inflacionarios que impactan los ingresos de los asalariados, como en forma apriorística es altamente posible. La ausencia de neutralidad valorativa se hace más perniciosa si quienes toman decisiones de políticas públicas lo hacen para alinearse a instancias de superior decisión, en los casos que implica alteración o violación al marco legal regulatorio, donde se establece que la interacción libre de la oferta y la demanda es el mecanismo para fijar precios; sin embargo, el mecanismo del mercado es sustituido por acuerdos “institucionales” para poner techo de precio y reducirlo en forma gradual, como forma de alinearse, repetimos, a políticas populistas. Por el lado de la envidia como conducta psicológica, si el análisis económico lo realiza un compañero de aula universitaria, porque ha resultado más aventajado en el ejercicio profesional, devienen las críticas de sus iguales, a veces descalificándolo en forma olímpica, sin ningún tipo de sustento, o en ocasiones, realizando algún tipo de esfuerzo analítico, a fin de contradecir al que fuera su compañero de estudios.
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En este tipo de casos, la ausencia de neutralidad valorativa viene dada por competencia profesional, misma que contribuye a crearle confusión a los ciudadanos que se documentan de los distintos análisis económicos que realizan esos profesionales, sin darse cuenta el lector que el componente “envidia de aula” está pesando en su crítica. Las ponderaciones que aparecen en las siguientes páginas no están exentas ni del juicio de valor ni de la imprecisión profesional, ni tampoco de algún interés político; empero, el autor hace esfuerzos en un mayor ejercicio de economía positiva que normativa; incluso en los casos de la última, nunca los juicios están desprovistos de alguna evidencia empírica que permita, sino demostrar lo que se pretende, al menos permitir no negarlo. De igual manera los análisis económicos abordados aquí tratan de no establecer relaciones causales entre una y otra variable, sino que se limitan a establecer grados de asociación, como forma de dejar espacio para no asumir posiciones absolutas sobre eventos económicos acontecidos en un tiempo determinado, o bien sobre situaciones presentadas en escenarios particulares, donde el contexto condiciona el desempeño de muchas variables económicas. A partir de lo antes expresado, este libro considera que los análisis económicos, de alguna manera, pudieran presentar limitaciones, omisiones y juicios de valor que los aleje o acerque al esfuerzo por hacer neutralidad valorativa en la ponderación, pero no sobre la base de la manipulación oculta y deliberada en la selección de los datos y posterior presentación, sino como un ejercicio que pretende ser coherente y transparente por parte del autor.
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Decisión económica gubernamental: Formarse un juicio resolutivo, a fin de emprender acciones con el propósito de obtener resultados a favor del crecimiento y estabilidad macroeconómica, previo a un análisis. • Cómo, quiénes, por y para qué el gobierno toma las decisiones económicas Como toda decisión pública, y la de política económica gubernamental también lo es, el principio básico de una toma de decisión económica es que quien la determine esté investido del principio de legalidad, lo cual supone la ausencia de la voluntad individual, al margen del mandato del orden jurídico prevaleciente. Algunos hacedores de opinión -menos calificados- consideran que las decisiones económicas gubernamentales las toman los políticos, quedando entre líneas que no las deciden los profesionales de la economía, como una forma de descalificarlas. De todas maneras, independientemente de en quién o quiénes recaigan dichas decisiones, el punto de partida debe ser si existe la autoridad legal para hacerlo, vale decir, el principio de legalidad, tanto en la acepción de su designación o elección, como si se sujeta al orden legal establecido para decidir asuntos de política económica. Otro problema que tiene la afirmación de que son los políticos quienes toman las decisiones económicas, está en que no las ven como parte integral de un organigrama del Estado; así como tampoco de un sistema coordinado que abarca lo fiscal y monetario, tanto a lo interno de esas áreas, como a lo externo, con su vinculación con el Poder Ejecutivo. En una sociedad abiertamente democrática, las máximas autoridades públicas son electas por el voto de los ciudadanos. Los aspirantes a dirigir el gobierno nacional o local, al someterse al escrutinio, lo hacen en calidad de políticos, más que por su perfil profesional; aunque este sea un factor ponderado e importante, aunque no una condición preestablecida para su elección pública. Conforme las distintas leyes que rigen las instituciones responsables de guiar las políticas económicas sectoriales, a los que las deben dirigir sí se les contempla cumplir con un perfil profesional acorde con las funciones del organismo público correspondiente, como forma de que pueda conducirlo con la mejor calidad previsible posible.
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Las decisiones económicas gubernamentales poseen una gran importancia, porque de ellas se derivan aspectos que inciden en la vida de las personas, como también sobre distintos sectores y organizaciones; de ahí que desde el origen, definición y aplicación resulten polémicas, en la mayoría de los casos, con sesgo valorativo. Por la importancia indicada es que las decisiones económicas gubernamentales cada vez adquieren una connotación más plural y participativa, que en el caso dominicano se inició con los Consejos de Gobierno, de Desarrollo Provincial, de Ministros, y se ha fortalecido con la participación activa de los diferentes sectores de la sociedad, cuando de leyes y ordenanzas económicas se trata. En el país, las decisiones económicas públicas adquirieron nivel de especie de gobierno corporativo con formalidad a partir de la circular del 29 de marzo de 1972, que emitió el entonces presidente de la República, Dr. Joaquín Balaguer, a fin de que en forma semanal se hicieran reuniones del Consejo de Gobierno, para tomar decisiones tendentes a resolver problemas de toda índole, incluyendo los económicos. Posteriormente, para 2004, el presidente de turno, Dr. Leonel Fernández, emitió el Decreto No. 1092-04, creando al Consejo de Gobierno, como órgano superior colegiado para toma de decisiones generales del Estado que involucren el uso de recursos públicos, integrado por el Presidente y Vicepresidente de la República, los secretarios de Estado (luego, ministros) y directores generales. Más recientemente, y con rango Constitucional de 2010, se consagró en el artículo 137 la figura del Consejo de Ministros, compuesto por el Presidente y Vicepresidente de la República, además de los ministros. Todas las decisiones económicas del gobierno general se toman atendiendo a dos áreas fundamentales, la fiscal y la monetaria. La primera está basada en la Ley No. 494-06 del Ministerio de Hacienda, que funge como organismo rector de las finanzas públicas, y la segunda, regida por la Ley 183-02, denominada Ley Monetaria y Financiera, teniendo como entidad pública al Banco Central; ambas entidades se vinculan con la parte relativa a quiénes toman las decisiones económicas en el gobierno. Por el lado del área fiscal, el Ministerio de Hacienda tiene la misión de elaborar y proponer al Poder Ejecutivo la política fiscal del gobierno,
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que comprende los ingresos, gastos y financiamiento del sector público, asegurando la sostenibilidad fiscal que favorezca la estabilidad y crecimiento macroeconómico de manera simultánea. En la contraparte, el área monetaria tiene como responsable al Banco Central, encargado de ejecutar la política monetaria, cambiaria y financiera del Estado, esta última a nivel del sistema financiero, previa aprobación por la Junta Monetaria, como órgano superior de la administración monetaria y financiera, todas a los fines de propiciar estabilidad de precios. Se aprecia que tanto el Ministerio de Hacienda como el Banco Central, tienen las responsabilidades de conducir las políticas fiscal y monetaria del país, con el objetivo de inducir al crecimiento económico en el marco de la estabilidad, siendo una forma de responder la pregunta de para qué son las decisiones económicas del gobierno. La vida económica de la nación continúa a finales de cada año, con la formulación del presupuesto general de ingresos y gastos públicos, elaborado por el gobierno central y aprobado por el Congreso de la República, y se inicia también cada año con su ejecución. En base a la Ley Orgánica de Presupuesto, la número 423-06, la Dirección General de Presupuesto, como rectora del Sistema de Presupuesto, dependencia del Ministerio de Hacienda, tiene la facultad de formular el presupuesto anual, atendiendo a una relación con los Sistemas Nacional de Planificación e Inversión Pública, de Compras y Contrataciones, Control Interno y Administración de Recursos Humanos y Bienes Nacionales. Por su lado, el Ministerio de Hacienda tiene la obligación de someterlo a la consideración del Consejo de Ministros, previa ponderación en el Consejo Nacional de Desarrollo, a los fines de aprobación intermedia y posterior envío al Congreso de la República, para su discusión y aprobación final, como paso anterior a su publicación mediante la Gaceta Oficial. El presupuesto general del Estado establece la política de ingresos fiscales anuales, donde se identifican las distintas fuentes de ingresos, tanto los de vocación permanente como los que serán permanentes, y los extraordinarios, por el lado de las donaciones y financiamiento interno y externo, con el propósito de estimar la restricción presupuestaria.
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De igual forma, el presupuesto de la nación identifica su política de gasto anual, en la que establece sus metas del manejo del balance fiscal; así como también las prioridades del gasto público en términos de los sectores y grupos poblacionales. Con el inicio de la ejecución presupuestaria, se incorporan los sistemas de control interno, tesorería, contabilidad y crédito público, a los fines de integrar la administración financiera del Estado. En forma complementaria, se mantienen coordinaciones permanentes y sistemáticas con la administración tributaria nacional, que recae en las Direcciones Generales de Impuestos Internos y Aduanas. El presupuesto general del Estado, debidamente sancionado por los involucrados, contiene el tipo y naturaleza de la política fiscal del año, en cuanto al carácter contracíclico o neutral de las finanzas públicas, para incidir previsiblemente sobre la economía en la dimensión de expandir el gasto cuando se contrae la economía, restringirlo cuando se expande en forma de sobrecalentamiento, o no producir variación, si la economía muestra desempeño como el esperado. Por el lado monetario, el día a día del inicio de cada año tiene su génesis en la formulación del programa monetario que elabora el Departamento de Programación Monetaria y Estudios Económicos del Banco Central, entidad pública que lo somete a la consideración y aprobación de la Junta Monetaria, como órgano rector de la Administración Monetaria y Financiera, previa definición de la adopción del tipo de política monetaria a implementar en el curso del año. La política monetaria y su programa monetario operan, desde 2012, bajo la sombrilla del Esquema de Metas de Inflación, como prioridad para el logro de un nivel de inflación bajo y estable; de manera que el carácter expansivo, contractivo, o neutral de la política monetaria y sus instrumentos dependen del logro de la meta inflacionaria. El programa monetario, en adición a la meta de inflación, establece dispositivos, a fin de que sean amigables con el propósito fiscal y del crecimiento económico esperado. Los dispositivos quedan enmarcados básicamente en los siguientes indicadores monetarios: las reservas internacionales netas, la base monetaria restringida y la cartera de crédito bancaria para el sector privado.
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Las reservas internacionales, por aquello del soporte a las importaciones y compromisos de deuda externa; la base monetaria, debido a que el nivel del circulante debe estar en armonía con el crecimiento del PIB y la inflación, y finalmente, la cartera de crédito, para que esté alineada con el nivel de crecimiento económico esperado. El cómo y por qué se toman las decisiones económicas gubernamentales tiene su fundamento legal y organizacional como el descrito precedentemente; pero los insumos que alimentan las decisiones tienen su origen en lo que se puede denominar la agenda pública, misma que está determinada por tres tipos de agenda: la del programa de gobierno del partido de turno, la agenda de los diferentes sectores de la vida nacional y la agenda personal del Presidente, que resulta de una combinación de su visión, más la que hace suya a partir de las peticiones y reclamos de comunidades y población en general. Como se puede advertir, el cómo, por qué y quiénes son los que toman las decisiones económicas en el gobierno están vinculados por la legitimidad de lo que representan, por el marco legal que rige sus actuaciones, por la aspiración de contribuir con el desarrollo económico y por la connotación de legitimidad de las agendas, al originarse en la elección popular y el consenso. Entonces, al ejecutarse la operatividad de las políticas económicas a través de instrumentos y ordenanzas que promueve el gobierno, aparecen y se involucran distintas situaciones, las cuales tienen como escenarios principales, no únicos, el Palacio Presidencial, el Ministerio de Hacienda y el Banco Central. A nivel del Palacio Presidencial está la instancia del Ministro Administrativo de la Presidencia, y la máxima, que recae en el Presidente de la República. La primera atiende solicitudes de la operatividad propia de los organismos estatales que dependen del capítulo presupuestario de la presidencia, así como algunas coordinaciones que involucran a la Dirección General de Presupuesto, a los fines de establecer prioridades en la aprobación del gasto público, en función de situaciones que se crean en las coyunturas y que no las puede prever el presupuesto nacional, al momento de su elaboración. Cuando las decisiones implican montos importantes, o bien, se requiere hacer una programación en el corto plazo de aprobaciones, para que
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estas estén alineadas con las demandas coyunturales, provocadas por situaciones adversas, de orden social o natural, de alguna forma se involucra el Presidente de la República. En la misma línea, cuando la iniciativa privada quiere emprender algún proyecto importante, que necesite de alguna facilidad administrativa de la burocracia gubernamental o de apoyo complementario, que implique gasto público, el funcionario del área agencia un encuentro con el Presidente de la República, quien, previo a estar debidamente informado por el funcionario del área, accede a facilitar el encuentro, donde también se invita a otros funcionarios que en algún tramo de sus áreas de desempeño tengan que involucrarse en la ejecución de la iniciativa privada; todo ello para viabilizar las coordinaciones correspondientes. Cuando el funcionario entiende que el agente económico debe interactuar con el Presidente de la República, se considera que el servidor público ha realizado la debida diligencia del inversionista, con el propósito de depurarlo y no someter al primer mandatario a eventuales problemas de reputación. Periódicamente, los funcionarios del área económica del gobierno informan al Presidente de la República sobre la marcha de sus respectivas carteras y dependencias, a los fines de monitorear el comportamiento real de los ingresos, gastos, la actividad macroeconómica y los indicadores monetarios y financieros. Algunas de esas reuniones se habilitan con el propósito de abordar temas de carácter estructural, como una reforma fiscal o un acuerdo de trascendencia, como el del Fondo Monetario Internacional, etc. A nivel del Ministerio de Hacienda, en ese escenario y con alta frecuencia, se realizan reuniones, tanto para el tema de las cuotas trimestrales de la asignación presupuestaria como para el manejo de la deuda pública interna y externa; paralelamente, se hace lo propio para dar seguimiento al componente del ingreso público. En el día a día, o en Hacienda o en la Dirección General de Presupuesto se efectúan reuniones con los incumbentes de las distintas dependencias gubernamentales, en interés de priorizar y agilizar sus aprobaciones presupuestarias. Esta operatividad, que se ejecuta en función de la disponibilidad de los ingresos que recibe el gobierno, marca el nivel de dinamismo de cada una de las instituciones y el impacto en los sectores económicos y sociales con los cuales trabajan.
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Cumplido el proceso de aprobación de la asignación presupuestaria, que implica apropiación presupuestaria y disponibilidad en el balance de la cuenta, continúa el paso intermedio del control interno, que lo ejerce la Contraloría General de la República, el cual, una vez estén satisfechos todos los requisitos establecidos por dispositivos legales, envía finalmente a la ejecución del pago, que lo formaliza la Tesorería Nacional, en función de la disponibilidad de liquidez de sus cuentas en el Banco de Reservas. En la misma línea del campo fiscal, cuando el gobierno requiere de acciones legales tocantes a leyes de carácter económico y financiero, o contratos que involucren aspectos de soberanía, se agencia el apoyo del Poder Legislativo, para lo cual acude a la figura del enlace entre el Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional, cuando existe, o bien lo hace directamente con el Presidente del Senado de la República, o el de la Cámara de Diputados; marginalmente también lo hace con los voceros de los partidos que tienen representación legislativa, si la iniciativa representa previsiblemente opiniones encontradas. En complemento, el Banco Central, a final de cada mes, realiza su reunión de Política Monetaria, en la que efectúa una evaluación integral de todos los componentes de la economía, el entorno internacional, el desempeño de los indicadores monetarios, la ejecución de la política fiscal, el comportamiento de la actividad económica y los precios, con el propósito de establecer la tasa de política monetaria que regirá para el siguiente mes, en un entorno de metas de inflación. El establecimiento de la tasa de política monetaria es una información e instrumento útil no solo para los hacedores de la política monetaria, sino también para los agentes económicos y público en general, debido a que esta incidirá en las tasas de interés del sistema bancario, en el ritmo de la inversión vía crédito, el consumo privado y el ahorro familiar. Si el movimiento de la tasa monetaria es hacia el alza, la señal es de una política restrictiva, por la subida inducida de la tasa de interés bancaria y su efecto contractivo sobre el crédito, promoviendo evitar sobrecalentamiento en la economía, que se produce con el crecimiento del consumo, en desproporción con el aumento de la capacidad productiva nacional, generando presiones inflacionarias.
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Cuando la tasa monetaria es hacia la baja, la política monetaria es de tipo expansivo, y se ejecuta con el propósito de incidir en la caída de la tasa de interés bancario, propiciar elevación del consumo y la inversión. Finalmente, cuando la tasa monetaria permanece sin variación, es de tipo neutral sobre las variables previstas. Otro mecanismo que implementa el Banco Central es el de la reunión trimestral para evaluar el programa monetario, que efectúa con el deliberado propósito de ponderar la utilización, si es necesario, de los instrumentos y mecanismos de mercado, como es el encaje legal y las operaciones de mercado abierto, ambos para incidir en la magnitud del circulante en la economía. El encaje legal, como proporción de los pasivos que tienen que tener las entidades financieras en el Banco Central, para hacer frente a los retiros inesperados de los depósitos de sus clientes. Cuando la autoridad monetaria eleva el encaje legal, restringe el dinero en circulación, y cuando lo disminuye, lo aumenta; también es utilizado como fomento selectivo del crédito. En cuanto a las operaciones de mercado abierto, estas también se realizan para incidir en la magnitud del circulante, pero solo pueden hacerse con títulos de deuda pública o los emitidos por el Banco Central, y las operaciones son exclusivas con las entidades de intermediación financiera y los inversionistas institucionales, esto es, con las personas jurídicas. De acuerdo al comportamiento coyuntural del mercado cambiario, el Banco Central también interviene en el mismo mediante la inyección de divisas, como forma de proveerle liquidez y bajar presiones al tipo de cambio, estacional o no. El Banco Central, como entidad que preside la Junta Monetaria, se agencia la aprobación del referido órgano a sus principales decisiones, o al menos, le mantiene periódica y debidamente informado sobre la marcha de los principales indicadores económicos del país y el entorno internacional vinculante. De esa forma, en términos generales, opera la dinámica para la toma de decisiones económicas en el gobierno dominicano, cuyos resultados regularmente se anuncian a la ciudadanía, como muestra de transparencia creciente en el ejercicio de la administración pública.
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Indicador económico: Es un valor estadístico que muestra la magnitud del comportamiento de un hecho económico referente a un momento determinado. • Lo que señalan los indicadores económicos El contenido de los análisis que abordan distintos aspectos de la economía dominicana hace uso frecuente de estadísticas puntuales, representativas del tema, sea para tratar la economía agregada como la sectorial. Dentro de cada una se identifican y muestran las posibles asociaciones entre las variables, y para posibilitar esto, se acude a la utilización de un grupo de indicadores económicos que permiten monitorear el desempeño durante un período determinado. La estadística, al tener por objeto reunir en forma sistemática información cuantitativa, pasa a ser un auxiliar fundamental en cualquier proceso de investigación económica. En la República Dominicana, el organismo oficial que realiza la función de captar, procesar y publicar las informaciones cuantitativas, es la Oficina Nacional de Estadística (ONE). La ONE clasifica la historia de la recopilación de datos en el país en seis períodos. El primero da cuenta que el inicio de las estadísticas se produjo en 1514, con la repartición de los indios; posteriormente, con la realización del primer censo de Antonio Osorio, en los tiempos de las llamadas devastaciones que llevan su apellido, desde entonces y hasta ahora, cinco períodos más completan el recorrido de la evolución de las estadísticas dominicanas. El sexto período, comprendido entre los años de 2004 hasta 2012, la ONE lo señala como el más importante, porque implicó la búsqueda de la excelencia, con la puesta en marcha del Plan Estratégico Quinquenal 2005-10, en tanto se realizaron las primeras encuestas, como la de Hogares de Propósitos Múltiples, la de Ingresos y Gastos de Hogares, la de Actividad Económica, el Directorio de Empresas y Establecimiento, los Perfiles Sociodemográficos Provinciales y Municipales y las Estadísticas Virtuales sobre Comercio Exterior, mismas que le han dado a la República Dominicana la producción de más y mejores informaciones estadísticas oportunas, fortaleciendo de esa manera su sistema nacional. El ámbito de acción de la ONE abarca los censos, encuestas, estadísticas económicas, demográficas, sociales, culturales, de medio ambiente,
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género, precios y costos. La Ley 50-96 es el marco jurídico fundamental que crea y sirve de soporte a las actividades de la ONE. En adición a lo afirmado por la ONE, otros factores han incidido en el fortalecimiento del sistema nacional de estadísticas, entre los cuales se encuentran: mayor dotación de plataforma informática, integración de los distintos organismos públicos hacia un mejor sistema integrado de datos y elevación de la cultura estadística por parte de los actores. De manera que por el lado de la oferta, el país dispone hoy de una mayor cantidad, calidad y oportunidad de información, y por el lado de la demanda, los usuarios tienen mayor y mejor acceso, prácticamente sin ningún tipo de limitación, dado que hoy también se dispone de la Ley 200-04 de acceso a la información pública. Sin lugar a dudas, la dotación de estadísticas de calidad, resultado de mejores métodos, técnicas, uso de tecnología, personal capacitado y control de calidad es un paso importante de avance, adquiriendo mayor relevancia en la medida que los datos son comunicados eficazmente por parte del emisor de la información a través de los medios adecuados. A partir de la divulgación de calidad y oportunidad en la información, los receptores o usuarios están en mejor capacidad de poder construir indicadores que permitan diagnosticar, interpretar, proyectar y elaborar políticas públicas en el ámbito de la economía en forma más precisa y a favor de los ciudadanos del país, en sus diferentes calidades, como agentes económicos, consumidores o proveedores de servicios. De manera que analizar especificaciones de la economía dominicana con el auxilio estadístico y los indicadores que se pueden construir, resulta oportuno, conveniente, útil, y por lo tanto, necesario para su comprensión práctica entre profesionales, estudiantes, hacedores de opinión y público en general. La importancia que tiene construir indicadores económicos deviene al permitir medir cambios en una variable, observar su comportamiento, inclusive a través del tiempo, asociarla a otras variables, realizar comparaciones, siempre y cuando esto se realice apegado a criterios homogéneos, y también posibilita cuantificar la magnitud del desempeño de una variable económica, permitiendo hacerlo para el corto, mediano y largo plazo, como forma de anticipar determinados resultados.
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Los indicadores que se incorporan en cada uno de los análisis responden a los criterios de consistencia y periodicidad con la que se publican y a la ponderación de la coyuntura macroeconómica, entendida como aquella que se refiere a una determinada situación en el tiempo. A continuación, se presentan algunos indicadores que por su uso generalizado, merecen una explicación para una mejor comprensión. • Principales indicadores económicos Un número aislado es poco lo que puede mostrar; de ahí la importancia en la sistemacidad de la información. A lo largo de los diferentes temas considerados, el lector podrá encontrar una cantidad apreciable de indicadores, referidos tanto a variables totales como a las sectoriales de la economía. Uno de los indicadores comúnmente utilizados en los análisis, reportes e informes sobre economía es la tasa de crecimiento porcentual. Su cálculo es sencillo y se obtiene por la resta del valor de la variable presente y pasado, entre el valor de la variable del pasado, multiplicado por 100. Cuando el resultado es positivo, muestra crecimiento. Este tipo de desempeño puede ser mayor o menor que el período anterior; si es inferior, entonces se puede hablar que el aumento ha perdido intensidad. Cuando es negativo, indica decrecimiento de la variable. Al medir la tasa de crecimiento se está cuantificando la magnitud del aumento del tamaño de la variable económica involucrada, la cual puede ser el PIB, los ingresos corrientes, el gasto público, las remesas, la inversión extranjera, el tipo de cambio, la cartera de crédito de la banca, las exportaciones, entre otras. Al comparar tasas de crecimiento usualmente también se utiliza el término “anualizada”, que implica que se está contrastando un período menor a un año versus igual tiempo, expresado sobre la base de un año, esto es, un mes de un año contra el mismo mes de otro año. El promedio simple es otro indicador de gran utilidad. Su cálculo se deriva al dividir la suma total de los valores de la variable económica seleccionada entre el número de eventos. Cuando se trata de promedio anual, se refiere a la división de la sumatoria entre los 12 meses del año.
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Los promedios simples normalmente son utilizados de alguna manera para descontaminar el valor obtenido de los valores extremos inusuales, sean estos altos o bajos. Un indicador más preciso es el promedio ponderado. Su medición toma en consideración el peso que tiene cada uno de los valores de los componentes de la variable económica. Las ponderaciones son multiplicadas por cada uno de los valores de las variables involucradas, y sus resultados son sumados y luego divididos por la cantidad de factores, y el efecto final es el promedio ponderado. Además, es de uso muy común, en los análisis económicos, referirse a la expresión “contribución”, especialmente cuando se aborda el comportamiento de una variable agregada que está compuesta por varios elementos, factores o sectores. El aporte de cada uno de estos, al presentar también un determinado desempeño dentro del total, puede ser medido al dividir su resultado dentro del total de la variable; de esa forma se obtiene el peso, participación o contribución. A lo largo del tiempo, las variables económicas presentan fluctuaciones o cambios que pueden ser expansivos o contractivos; a esto se le denomina, en la literatura especializada, como ciclo económico. La relación que los economistas hacemos entre el indicador económico y el ciclo económico apunta básicamente en tres direcciones: procíclico, contracíclico y acíclico. El indicador económico tiene un comportamiento procíclico cuando se mueve en la misma dirección que la economía agregada. Es contracíclico cuando su movimiento va en dirección opuesta, y acíclico cuando el desplazamiento no se asocia al de la economía en general. En economía, el indicador más importante es el Producto Interno Bruto (PIB), por agrupar el valor final de todos los bienes y servicios durante un año. Su composición viene por el consumo, la inversión, las exportaciones y las importaciones. Conforme a la metodología de las cuentas nacionales, el Banco Central de la República Dominicana mide al PIB en función de cuatro enfoques: el de la producción, compuesto por cada uno de sus sectores (agropecuario, industrial, comercio, electricidad, comunicaciones, etc.), el del gasto, que considera componentes de la demanda final de la economía, como el
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consumo final, la formación bruta interna y la variación de las existencias, conformadas por los bienes y servicios que se produjeron o importaron, pero no han sido utilizados, el enfoque del ingreso, que considera los componentes de las remuneraciones salariales, los excedentes y el ingreso mixto bruto, los impuestos a la producción y la subvenciones y, finalmente, el de las cuentas de los sectores institucionales, integradas por todos los tipos de sociedades financieras, gobierno general, los hogares y las instituciones sin fines de lucro. Por el lado del sector externo de una economía, los indicadores más relevantes están asociados a la balanza de pagos, la que registra todas las transacciones que realiza el país con el resto del mundo, sean estas contra prestación de productos y servicios o no. Del indicador de la balanza de pagos, los dos balances de uso más generalizado son la balanza comercial y el saldo de la cuenta corriente. El primero registra la diferencia entre exportaciones e importaciones totales, y el segundo, además de incluir al primero, incorpora el balance de servicios, como remesas, turismo, etc., y los movimientos de capitales, que van desde la inversión extranjera, el endeudamiento, el servicio de la deuda externa, etc. La importancia del balance del sector externo es porque influye de manera directa en el nivel de las Reservas Internacionales (RI) del país, y este, a su vez, en el grado de liquidez internacional para cumplir los compromisos externos, en el tipo de cambio, en la capacidad de pagos internacionales, e indirectamente, en la tasa de interés doméstica. Los indicadores asociados con las RI son los que las relacionan con las importaciones, como forma de saber la capacidad para fondear las importaciones del país durante un período. Generalmente, se asumen tres meses, con la base monetaria restringida, a fin de soportar la salida masiva de capitales y evitar la exposición a la dolarización de la economía, el servicio de la deuda externa, para medir el propósito de disponer de liquidez externa, entre otros. Otro indicador que se deriva del sector externo es el de la deuda externa, medio que las economías utilizan para complementar su ahorro local para promover inversiones, reestructuración de pasivos, entre otros; la evolución de su magnitud provoca interés en la medida de si ese tipo de deuda es sostenible.
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Para los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), la deuda es sostenible cuando el país está en capacidad de cumplir con sus obligaciones y, simultáneamente, no comprometer el crecimiento económico. Entre los indicadores de solvencia que permiten medir la capacidad de pago se encuentran la relación deuda externa, exportaciones y reservas internacionales sobre el PIB nominal en dólares. Si la medición del grado de solvencia y de riesgos se extiende hacia el total de la deuda pública del sector no financiero, entonces se podrían incorporar la relación entre la indicada deuda sobre el PIB nominal y sobre los ingresos corrientes; de esa forma, se estaría midiendo el nivel de solvencia de la economía en su conjunto. En la misma línea, es de uso generalizado referirse al nivel de depreciación de la moneda nacional frente a una divisa. Para obtenerlo, se divide el tipo de cambio nominal presente entre el tipo de cambio nominal del pasado, multiplicado por cien, con el propósito de expresarlo en porcentaje. La utilidad de conocer la magnitud de la depreciación viene porque es una de las formas para medir el poder de compra de la moneda nacional, así como para relacionarlo con la posibilidad de aumentar los volúmenes de exportación. A su vez, para medir el tipo de cambio real entre la moneda local y una divisa (dólar), se divide el tipo de cambio nominal entre el dólar, y su resultado se multiplica por el cociente entre los índices de precios de ambas monedas, siendo el numerador el índice de la divisa y el denominador, el índice de la moneda local. El indicador de naturaleza macroeconómica, asociado a los precios, es la tasa de inflación, dado que al medir su variación, lo hace para un conjunto de bienes y servicios representativos de la cultura alimentaria, de salud, educación y recreación. Básicamente, en una economía de mercado, los productos y servicios escasean cuando se genera un exceso de demanda o una reducción en la oferta, trayendo como resultado el incremento de los precios; en ocasiones, como causante de inflación, se le adiciona el exceso de medio circulante y la depreciación de la moneda nacional.
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En la economía dominicana, la tasa de inflación es cuantificada para categorías de quintiles. El número uno corresponde a la población de menores ingresos; hasta la número cinco, perteneciente a la de mayores ingresos, también se mide para grupos de bienes y servicios, por artículos, por regiones y la subyacente. La medición de la tasa de inflación se realiza en base al índice de precios (IP), que representa el costo de una canasta de bienes y servicios representativo de una economía. Operativamente, se traduce en la diferencia del IP presente, menos el IP pasado dividido por el IP pasado, multiplicado por cien, para expresarlo en por ciento. La importancia de conocer la tasa de inflación está vinculada a que es un referente fundamental directo de la política monetaria y su tasa de interés, especialmente cuando se produce algún movimiento en la inflación subyacente, e indirectamente, dada su incidencia en la tasa de interés de todos los mercados, en el tipo de cambio y el poder adquisitivo de los salarios. Por el lado del dinero, los indicadores de uso más pronunciado son la base monetaria, integrada por los billetes y monedas en poder del público y en las cajas de los bancos, el Medio Circulante 1 (M1), compuesto por los billetes y monedas en poder del público más las cuentas de cheques en moneda nacional y extranjera, depósitos en cuentas corrientes y a la vista, y el Medio Circulante 2 (M2), que agrupa al anterior más los activos financieros de los residentes. El manejo de estos indicadores adquiere relevancia porque permite calcular la velocidad del dinero en un año, la cual se deriva del cociente entre el PIB nominal y la cantidad de dinero, que puede ser el M1 o M2, dependiendo del objeto del análisis; y también nos ayuda a medir la cantidad de dinero que se ha gastado en una economía, al multiplicar la velocidad del dinero por el M2. En el caso del segmento de las finanzas públicas, los indicadores de uso más frecuentes son los ingresos corrientes, renglón compuesto por los ingresos tributarios y no tributarios, el balance fiscal, resultado de la diferencia entre los ingresos y gastos totales, el déficit fiscal como proporción del PIB, que se deriva del cociente entre el balance fiscal negativo sobre el PIB nominal, la presión tributaria, que mide el porcentaje de los ingresos tributarios sobre el PIB nominal, el gasto público como
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proporción del PIB nominal, que cuantifica el tamaño del gobierno en la economía, entre otros. La medición del déficit fiscal sobre el PIB nominal muestra la magnitud en que debe financiarse, al tiempo que sugiere cuánto tiene que aportar una economía para reducir el referido déficit, si es medido por el lado de los ingresos. Si es por el lado de los gastos, la proporción que debe disminuirse de estos, y también podría ser una combinación de ambos. El indicador que amplía aun más el grado de solvencia financiera del gobierno es cuando se le incorpora el componente de la deuda interna a la externa, y se divide sobre el PIB nominal. En el mismo orden, pero vinculados al sector externo de la economía, están los indicadores que resultan de las remesas familiares, por el papel que juegan sobre variables como las reservas internacionales netas, el servicio de la deuda pública externa, las importaciones, su participación dentro del total de divisas en el país, entre otros, como forma de inyectarle liquidez en divisas en la dirección de ingresos sin contra prestación de servicios y bienes de consumo y durables. Para el sector de intermediación bancaria, los indicadores de interés público son los márgenes de intermediación que se derivan de la diferencia entre la tasa activa y la pasiva, el grado de bancarización, medido por la participación de los activos, de la cartera de préstamos, las captaciones sobre el PIB, y la tasa activa real, resultado de restarle a la tasa de interés nominal la tasa de inflación, el índice de morosidad, derivado del cociente entre cartera vencida sobre la cartera total, el índice de solvencia bancaria mínimo, 10.0%, establecido en base a la regulación bancaria vigente, etc. La relevancia de estos indicadores está en que señalan el grado de eficiencia de la banca, por el lado de los márgenes, la profundidad bancaria, por establecer el nivel de influencia que tiene el sector sobre la economía, la tasa real, porque le permite a los usuarios del dinero saber cuándo es racional ahorrar (tasa real positiva), consumir (tasa real negativa), o invertir fuera del sector financiero (tasa real negativa), la morosidad, porque muestra parte de la calidad de la cartera de préstamos de la entidad bancaria, y el cumplimiento del 10.0%, porque, además de cumplir con un requerimiento legal, indica parte de la salud financiera de la entidad de intermediación financiera.
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Otro indicador auxiliar es el de la elasticidad, al permitir medir el grado de respuesta que tiene una variable económica ante cambios en otra, como podría ser el de la elasticidad tributaria/PIB, elasticidad crédito/ PIB, elasticidad apalancamiento/PIB, entre otras. En cuanto al indicador del ahorro nacional, como soporte de la inversión en términos de fondeo, su determinación está dada por la diferencia entre el ingreso nacional y el consumo final, tomando en consideración que primero se cuantifica el balance neto entre las exportaciones e importaciones, y luego, a este se le descuentan las maquinarias y equipos importados. El residual corresponde a los valores de los bienes de consumo importados, los cuales se le restan al consumo, para determinar el consumo final. Con las indicaciones ofrecidas, el lector podrá estar en mejores condiciones para interpretar, con mayor precisión, el alcance de los indicadores económicos incorporados en las distintas temáticas seleccionadas para abordar en forma representativa aquellos aspectos de la economía dominicana considerados básicos y de publicación periódica en los medios informativos del país.
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El índice de confianza del consumidor: Es la medición del nivel de percepción sobre el estado de la economía nacional, así como de las expectativas, especialmente en el corto plazo. • La capacidad predictiva del Índice de Confianza del Consumidor El origen de la medición del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se sitúa para 1967 en la Universidad de Michigan de los Estados Unidos; en la República Dominicana se ubica en 2007, implementada por la entonces Secretaría de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo, hoy convertida en ministerio. Desde 2007, la periodicidad de aplicación de la encuesta que permite construir el ICC dominicano es semestral, aplicada originalmente en abril y octubre de cada año, y luego en otros meses. Para ello se establecieron cuatro dominios geográficos: el gran Santo Domingo, Santiago, País Turístico y el no Turístico. El tamaño de la muestra es de alrededor de 2,000 entrevistas, el error muestral máximo, de 5.0% y el nivel de confianza, de 95.0%, conforme lo revela la ficha técnica metodológica. El ICC muestra la valoración sobre el estado actual y expectativas futuras de la situación económica personal y del país, y se le agregan cuatro indicadores denominados complementarios, que miden la valoración sobre precios, mercado de trabajo, ahorro y consumo. El análisis desarrollado sobre el ICC tiene como horizonte temporal el período 2007-15, que abarca las 16 encuestas aplicadas y se centra en una constatación entre la predicción que muestran los índices de expectativa y complementario, con los resultados económicos registrados a nivel del PIB, consumo privado, ahorro, mercado de trabajo, y la inflación, a modo de procurar una aproximación a la capacidad predictiva que ha tenido el referido índice durante el tiempo que ha venido aplicándose. Podría inferirse, por las variables que mide el ICC, que la opinión de los 2,000 entrevistados pretende valorar, en la acepción del concepto confianza, la esperanza, seguridad o presunción sobre el porvenir de la economía.
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El ICC presume que sus resultados están condicionados por el desempeño reciente de la economía, y su utilidad radica en que es una forma de disponer de un indicador adelantado sobre determinadas variables de la economía, a los fines de contribuir con el diseño de las políticas económicas públicas. • Resultados del ICC Conforme a los resultados publicados del ICC, el indicador que mide las expectativas sobre la economía se ha movido en un rango de 81 en abril de 2009 a 110 puntos también en abril de 2012, de un máximo en la escala de 0 a 200 puntos. El nivel del puntaje se asocia a una cualificación valorativa que corresponde a 0 puntos como la peor apreciación. Inferior a 100 puntos, se califica de pesimismo, igual a 100 puntos, de neutral; sobre 100 puntos se le denomina de optimismo, y de 200 puntos, la mejor apreciación. El comportamiento del referido índice no muestra un desempeño lineal, sino zigzagueante, promediando, en opinión de la población, un valor de 98 puntos a lo largo de los 16 momentos de la serie de tiempo 20072015, para una valoración pesimista; pero próximo al límite inferior del optimismo, que es 101 puntos. De los 16 momentos considerados en el período, 7 han presentado una valoración sobre los 100 puntos, esto es, optimista, aunque cercano al límite superior de pesimista, promediando 105 puntos, que equivale una cuantificación de 52.5%. En contraposición, los restantes 9 momentos se sitúan en un promedio de 92 puntos, calificado como pesimista, teniendo como equivalente el 46.0% del total. Cuadro 1 Cuadro 1 Comportamiento ICC/Expectativas Comportamiento ICC/Expectativas Año
8
9
9
10
10
11
11
ICC 103 107 92
7
8
81
96
95
94
82
96 110 90 103 106 104 99 101
12
12
13
13
14
14
15
Fuente: Página web Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
En términos generales, la apreciación que han tenido los entrevistados indica que el ICC sobre las expectativas de la economía se coloca en 49.0%, cercano al límite inferior de la tipificación de optimista.
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Los resultados de la medición de las expectativas que tienen los consumidores representan un reto para los hacedores de políticas públicas, dado que la percepción de pesimista no logra superar el umbral situado por debajo de 100, para así posicionarse en el grado de optimista, condición favorable para facilitar la propagación y sostenibilidad del desempeño económico positivo, en el marco de un clima favorable. Por el lado del Índice Complementario de Confianza del Consumidor (ICCC), referido a la percepción que los consumidores tienen sobre los precios, consumo, ahorro y mercado de trabajo, en términos de expectativas, ha manifestado un comportamiento distinto respecto a cada uno de sus componentes. • Expectativas inflacionarias En el caso del ICCC de los precios, la valoración más alta se alcanzó en octubre de 2008, con 124 puntos. La más baja, en abril de 2011, con 59 puntos; con relación al extremo de los años, para octubre de 2007, la expectativa se situó en 107 puntos, y para mayo de 2015, en 76 puntos, para un promedio general en todo el período de 88 puntos, correspondiéndole una valoración pesimista en torno a expectativas de subidas de precios. De las 16 encuestas, solo 4 presentan grado de optimismo respecto a bajos niveles de inflación; en cambio, 12 muestran un nivel pesimista de expectativa de incremento de precios. Se puede apreciar en el cuadro 2, que el ICCC de los precios en los últimos 4 momentos se ubica por debajo del promedio de todo el período. Cuadro 2 Cuadro 2 Comportamiento ICCC/Expectativas de inflación Comportamiento ICCC/Expectativas de inflación Año
7
8
8
9
9
10
10
11
11
12
12
13
13
14
14
15
ICCC 107 110 124 106 95
89
79
59
83
99
68
92
76
73
66
76
Fuente: Página web Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
La tendencia general del ICCC de los precios señala una opinión pesimista de los consumidores respecto a las expectativas de aumento de la inflación.
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• Expectativas sobre el mercado de trabajo En la misma línea de análisis, la media del ICCC sobre el mercado de trabajo muestra que las expectativas de los consumidores sobre la posibilidad de emplearse para todo el período se colocó en 98 puntos, para una calificación de pésima, cercana al límite inferior de optimista, mientras que los valores extremos son 120 puntos, como el máximo en 2008, y el mínimo de 70 puntos en 2011. Durante el período, 7 encuestas superaron los 100 puntos, para situarse en el grupo de expectativas optimistas; en cambio, 9 de la serie de encuestas se colocaron en el grupo de pesimistas. A 2015, el valor de 97 puntos registrado se desvió de la media en un punto. Tanto el valor de la media como el puntaje alcanzado en 2015 por las expectativas sobre el mercado de trabajo la sitúan en términos de posicionamiento relativo por debajo del 50.0%, respecto a la escala máxima de 200 puntos. Cuadro 3 Cuadro 3 Comportamiento ICCC/Expectativas sobre mercado de trabajo Comportamiento ICCC/Expectativas sobre mercado de trabajo Año
7
8
8
9
9
10
10
11
11
12
12
13
13
14
14
15
ICCC 103 120 93
78
91
92
85
70
89 112 91 111 112 114 105 97
Fuente: Página web Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
• Expectativa sobre el consumo El indicador sobre las expectativas sobre el consumo dentro del ICCC no registra, en ningún año del período 2007-15, expectativa optimista; incluso, el valor de la media registra un puntaje de 49.5, para una calificación de pésima, lejana del límite inferior optimista en algo más de 50 puntos. El valor extremo de las expectativas de consumo lo alcanzó en 2007, con 62 puntos y el mínimo en 2009, con 40 puntos, ambos calificados de pésimos. En términos relativos, el valor medio se ubicó en 24.7%, el valor más bajo de los cuatro componentes que conforman el indicador coyuntural de confianza del consumidor.
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Cuadro Cuadro 44 Comportamiento ICCC/Expectativas sobre el consumo Comportamiento ICCC/Expectativas sobre el consumo Año
7
8
8
9
9
10
10
11
11
12
12
13
13
14
14
15
ICCC 62
56
45
40
47
50
48
45
47
52
45
46
54
50
52
54
Fuente: Página web Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
• Expectativa sobre el ahorro El último de los componentes del ICCC es el de las expectativas sobre el ahorro. Los consumidores manifestaron una previsión pesimista en cada uno de los años de la serie histórica, lejanas del límite inferior de 101 puntos correspondiente al optimismo. El valor promedio de las 16 mediciones del ICCC de las expectativas sobre el ahorro, lo ubican en el puntaje de 55, una calificación de pésima. Los valores extremos superior e inferior fueron de 64 puntos en 2015 y de 42 puntos en 2011, respectivamente. Cuadro Cuadro 55 Comportamiento ICCC/Expectativas sobre el ahorro Comportamiento ICCC/Expectativas sobre el ahorro Año
7
8
8
9
9
10
10
11
11
12
12
13
13
14
14
15
ICCC 63
60
50
51
57
55
52
42
47
62
44
60
60
57
63
64
Fuente: Página web Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
El balance general del ICCC apunta hacia una calificación pésima dentro de la escala prevista en el Índice de Confianza del Consumidor, al presentar una valoración por debajo de los 100 puntos, en la mayoría de los años, en los componentes de expectativas inflacionarias y del mercado de trabajo; la situación de la expectativa se deteriora en los componentes consumo y ahorro, donde no aparece ningún año con calificación optimista. De manera que el grado de confianza medido por las encuestas aplicadas que recopilan datos sobre la percepción que tienen los consumidores sobre la marcha de la economía y sus expectativas, le presentan desafíos importantes a la parte comunicacional del diseño las políticas económicas públicas.
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• Predicción vs lo registrado El resultado obtenido por el ICC sobre las expectativas de la economía lo inclinan hacia el lado de la calificación de pesimista, al situarlo en un promedio de 98 puntos, y de los 16 momentos que fue medido, solo 7 se califican como optimista. Por su lado, el PIB, durante los años seleccionados, presentó cuatro caídas en su ritmo de crecimiento; en el resto del período, el desempeño económico fue creciente o de alto aumento. Al contrastarlo con el desempeño económico registrado, medido por el PIB durante los 9 años del período 2007-15, se puede apreciar que el primer año, la expectativa optimista se alinea con el alto crecimiento económico obtenido. En el segundo, la reducción del ICC se posiciona en la dirección del descenso en el ritmo de crecimiento del PIB; el tercer año, la reducción de la expectativa del ICC es coincidente con la disminución del ritmo de aumento del PIB; en cambio, en 2010, la expectativa pesimista se desvió respecto al alto crecimiento del PIB, que se elevó a 7.8%; con relación a 2011, la reducción de la intensidad del desempeño del PIB confirmó la percepción pesimista hacia la baja de la población. Para 2012, la caída del ICC se correspondió con la contracción de la economía, al caer su ritmo de crecimiento respecto a 2011, y situarse en uno de los niveles más bajos, con 3.9%. La mejoría ascendente mostrada por el desempeño del PIB durante los años 2013 a 2015 se alinea con el resultado de las expectativas optimistas de los consumidores, con la sola excepción parcial de la medición de la segunda medición del ICC en 2014, que muestra una caída; contrario a lo acontecido con el alto crecimiento mostrado por el PIB, el tercero más alto de todo el período seleccionado. En líneas generales, se podría afirmar que las expectativas de los consumidores sobre el desempeño futuro de la economía, medida por el ICC, encontró un alto grado de comprobación respecto a su predicción vs el comportamiento real registrado por el PIB dominicano, en la mayoría de los momentos que la encuesta captó la percepción de los consumidores.
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Cuadro 6 Cuadro 6 Comportamiento indicadores económicos seleccionados, en % Comportamiento indicadores económicos seleccionados, en % Año
PIB
TI
Consumo P.
Ahorro
Desempleo
2007
8.5
8.88
6.6
14.2
15.7
2008
5.3
4.52
5.5
8.8
14.2
2009
3.5
5.76
5.2
16.1
14.9
2010
7.8
6.24
8.1
14.7
14.3
2011
4.5
7.76
3.1
12.8
14.7
2012
3.9
3.91
3.1
9.3
14.7
2013
4.1
3.88
2.3
15.2
15
2014
7.3
1.58
4
9.2
14.5
2015
7
2.34
3.8
11.7
14
Fuente: Página web Banco Central.
Con relación a la capacidad predictiva del ICCC sobre los precios, la reducción de la tasa de inflación mostrada en 2008, respecto a 2007, se corresponde con el aumento en el grado de optimismo sobre la expectativa de disminución de los precios. Para 2009, la expectativa pasó de optimista a pesimista, coincidente con el aumento de la tasa de inflación; en los años 2010 y 2011, el pesimismo en la expectativa de aumento de precios se acentuó, aunque con menor intensidad en el último tramo de 2011, en línea con el observado aumento en los precios, donde incluso se registró el segundo nivel más alto del período. En relación a los años 2013 al 2015 no se produce una correspondencia entre el aumento de las expectativas inflacionarios por parte de los consumidores y la reducción en la magnitud de la tasa de inflación, pues mientras los niveles más altos de caída del ICCC sobre los precios del período 2007-2015 se produjeron en los tres últimos años, la tasa de inflación registró los grados más bajos de la serie de años completa. La evidencia encontrada entre las expectativas de variación en los precios y la tasa de inflación registrada no es absoluta, en términos de que solo en seis años de los nueve de la serie hubo correspondencia, y en tres no, lo que al menos resulta suficiente como para no negar algún nivel de precisión en el grado predictivo del ICCC sobre las expectativas de precios. En la literatura económica, la opinión acerca de que el consumo está determinado por el ingreso es de aceptación generalizada, y que la propensión al consumo es más acentuada en los niveles de ingresos
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menores, y menor en los altos niveles de ingreso, produciéndose en los últimos niveles una mayor capacidad para el ahorro, habida cuenta que una parte de sus necesidades ya están cubiertas. Sin embargo, en el escenario de pérdida de confianza por parte de los consumidores, el factor incertidumbre puede aparecer en su conducta, propiciando la posposición de las compras y favoreciendo por esa vía una decisión precautoria que los lleva al ahorro previsional. Conforme a los resultados del ICCC sobre las expectativas del consumo, en los tres primeros años del período, esto es, 2007 a 2009, las expectativas sobre el consumo presentan una calificación pesimista ascendente, cónsona con la caída del consumo privado observado para los mismos años; esa disminución se revirtió en el siguiente año, aconteciendo lo propio con la mejoría en las expectativas de consumo. Para los años 2011 a 2013, el ICCC mejoró ligeramente, pero dentro de la calificación de pésimo. Por su lado, el consumo privado registrado retomó su tendencia hacia la baja, presentándose posteriormente un escenario similar entre las expectativas y lo observado en el consumo. De manera que tanto lo que afirma la teoría del consumo, como los datos que arroja el ICCC sobre las expectativas del consumo, encuentra respaldo en la caída del consumo privado registrado en casi toda la serie de años de 2007 a 2015. Por el lado del ahorro, también la literatura económica apunta hacia encontrar consenso en cuanto a que los determinantes del ahorro son básicamente la magnitud del ingreso, la certidumbre de los ingresos futuros, la expectativas de precios futuros y la tasa de interés, entre otros factores. Respecto al ICCC sobre las expectativas del ahorro para 2008, muestra una disminución, justo lo que también le ocurrió a la disminución de la tasa de crecimiento del ahorro observado; en 2009 subió 7 puntos, y en el ahorro registrado, su tasa aumentó en forma significativa; posteriormente, las expectativas sobre el ahorro cayeron en forma notable, aconteciéndole lo propio a la tasa de crecimiento del ahorro registrado; para 2013, tanto las expectativas como la tasa de crecimiento del ahorro se recuperan, cayendo para el año siguiente, aunque presentando ambas variables, en 2015, una mejoría.
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La asociación entre el ICCC sobre las expectativas encuentra evidencia en el comportamiento de la tasa de crecimiento del ahorro y, de alguna manera, también en lo que sugiere la teoría de los determinantes del ahorro, en el ámbito de las expectativas. Finalmente, el ICCC sobre las expectativas del mercado laboral y lo registrado en el nivel de la tasa de desempleo indican que la rigidez mostrada en el poco movimiento de la magnitud en el grado del desempleo, se asocia a la valoración pesimista que exhibieron los consumidores, al presentar un promedio por debajo de 100 puntos, y a la baja valoración de 50.0% alcanzada sobre la escala máxima de 200 puntos. Con la evidencia expuesta, podría afirmarse que el índice de confianza del consumidor que se ha venido construyendo a partir de las distintas encuestas aplicadas desde 2007 hasta 2015, es demostrativo de la utilidad que tiene el referido indicador, por el apreciable grado predictivo que ha exhibido, no solo en el ICC, sino por cada uno de los componentes del índice complementario, haciéndolo, en consecuencia, un instrumento valioso para el diseño de las políticas públicas.
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Registrado: Valor que asume una variable económica en términos reales en un momento determinado. Estimación: Es el valor aproximado a futuro de una variable económica o financiera, a partir de su comportamiento pasado y las condiciones previstas. • Entre lo estimado y registrado: Grado de error Este apartado aborda el tema del grado de error de las variables económicas estimadas vs las registradas para el período 2005-15, a los fines de acercarnos al nivel de precisión con el que los hacedores de políticas económicas han estado formulando sus proyecciones cada año en el país. La importancia del uso de la ponderación del grado de error de las estimaciones, desde la perspectiva de los agentes económicos y el público en general, radica en la certeza con la que ellos puedan realizar sus programaciones de inversión y gastos familiares en la forma más racional posible, dada la información oportuna, relevante y de calidad. Para la realización del ejercicio, se seleccionaron cuatro variables económicas: inflación, Producto Interno Bruto (PIB), tasa de cambio y reserva internacional neta, las cuales aparecen en los vehículos más importantes de la política económica del país: el programa monetario del Banco Central, y por el lado fiscal, la formulación anual del presupuesto de ingresos y gastos de la nación. Es Importante indicar, al menos para conocimiento público, que las referidas variables -en general- no son modificadas respecto a las estimaciones iniciales, ni hacia el alza ni hacia la baja durante todo el año, por lo que las mismas no son reestimadas en función de variación en el entorno de la economía doméstica o internacional, como acontece en otras economías, salvo aislados casos que se dan con el presupuesto nacional, cuando se produce algún ingreso extraordinario o se necesita realizar alguna coordinación de transferencia entre los capítulos que lo conforman. La práctica de algunas reestimaciones y su posterior incorporación al presupuesto nacional en ejecución se debe a que es un mandato de ley; contrario al ámbito monetario, donde su marco legal no obliga a
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las autoridades a realizar los ajustes en las estimaciones originarias, factor que ofrece espacio para que la Ley Monetaria y Financiera sea fortalecida, en aras de un nivel más alto de transparencia en la formulación y conducción de las políticas económicas. En adición y en base a cambios en el entorno, promover la práctica de reestimar las variables económicas involucradas en las políticas monetaria y fiscal es saludable, en la medida que es una muestra mayor de transparencia y apertura comunicacional, clave para los distintos agentes económicos, ávidos de conocer en forma anticipada lo que esperan los hacedores de políticas públicas para, de esa forma, mitigar también ellos la exposición al riesgo, o por el lado contrario, expandir sus acciones empresariales. La postura rígida de no producir cambios en las estimaciones económicas podría ser una señal negativa para los agentes económicos, en la medida que estos podrían verla como una conducta que pretende ocultar imprecisiones en las proyecciones, desconocimiento o poco monitoreo a la variación del escenario original; o bien, que sería el peor de los casos, que revele que se subestimó deliberadamente la previsión con propósitos no técnicos, algo impropio de una adecuada planificación. • Inflación estimada vs registrada El comportamiento de los precios para cualquier economía de mercado es un indicador de política monetaria fundamental, dada su asociación con variables clave, como el tipo de cambio y la tasa de interés, ambas con efectos transmisores hacia la economía, en cuanto a la dolarización de los activos líquidos, incremento de costos locales sobre las empresa, pérdida de valor real de los sueldos y salarios, y conforme a su duración, con efectos negativos sobre la demanda agragada interna, y posterioremente caída del PIB. La inflación estimada durante los 11 años del período 2005-15, ubica solo la de 2005 en dos dígitos (13.5%), como continuación de los altos niveles que se registraron en los años que la precedieron; luego, a partir de 2006, cuando se había logrado un descenso y estabilización en los precios, el resto de los años se estableció en un dígito, concretamente en el rango que va desde 7.0%, como máximo, a 4.0%, mínimo.
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A partir de la relativa estabilización de los precios, se hizo consignar una disminución en la tasa de inflación estimada de 3.0%. Esta previsión se alinea con lo establecido en la ley monetaria y financiera, en lo relativo a que el objetivo de la política monetaria es el de fomentar baja inflación con estabilidad; por ello se propició la adopción, en 2012, del Esquema de Metas de Inflación (EMI) por parte del Banco Central, procurando niveles de deflación cada vez menores. El comportamiento de la tasa de inflación registrada durante el período considerado tuvo su techo mayor en 2007, con 8.8%, justo cuando explotó la crisis financiera en los principales mercados internacionales, además del alza de precios en el barril de petróleo; en contraposición, la menor tasa se registró en 2014 con 1.6%, coincidente con una fuerte disminución del precio del crudo y la adopción del EMI. El precio del barril de petróleo se elevó de US$53.40 en enero de 2007, a US$89.43 a diciembre del mismo año, para un incremento en términos absolutos de US$36.03, y relativo de 67.47%; en cambio, para 2014 pasó de US$102.25 en enero a US$60.55 en diciembre, para una caída de US$41.70 y 68.87%, respectivamente. El nivel de precios durante los años considerados ha disminuido, por diferencia aritmética, en una magnitud de 5.8%, al pasar de 7.4% en 2005 a 1.6% en 2014, y si se compara respecto a 2015, que alcanzó 2.34%, el cambio hacia la baja se sitúa en 5.1% de 2005 a 2015. En lo relativo al nivel de precisión de la previsión y lo registrado en la tasa de inflación, se puede apreciar, en el cuadro 1, que la certeza de la previsión no ha sido el común denominador de la serie de 11 años, pues las dos aproximaciones más cercanas se dieron en 2009 y 2010, cuando el error entre la inflación estimada y la registrada fue del orden de 14.0% y 8.0%, respectivamente. Luego, en los nueve años restantes, las proyecciones se apartaron significativamente de lo registrado. Por el lado del piso mínimo, la magnitud que mide el grado de error de estimación vinculado a la disminución de precios, fue la de 2011, situándose en 28.67%; en el lado del techo máximo, relativo al descenso de los precios no previstos con exactitud, fue la de 2014, con un nivel de error de 181.2%. El año que le sigue en imprecisión de medición del error del nivel de precios es 2005, el cual se situaría, para finales de diciembre, en 81.4%.
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Al producirse una inflación registrada más baja que la prevista durante casi todo el período, esa situación trajo como resultado que en promedio, el grado de error de estimación se situara en 41.93%, permitiendo por ello tipificarla como una subestimación. Lo anterior sugiere que los instrumentos de política monetaria, tales como la tasa y masa monetaria circulante, así como un mejor entorno fiscal y un clima internacional más favorable, han permitido que los precios domésticos se hayan comportado en niveles más bajos de los previstos, esto sin que mediaran ajustes en la estimación del referido indicador por parte de los hacedores de políticas, y revelador, además, de inexactitud en la proyección de la variable. Lo favorable del desvío en el grado de exactitud de la medición de la estimación, es que la misma se ha producido a favor de una deflación, la cual no tiene los efectos contraproducentes para los distintos agentes económicos y público en general, que los producidos cuando la tasa de inflación es elevada e inestable. Esta ponderación no supone que en forma deliberada se haya proyectado una tasa inflación menor a la que pueda presentar la realidad, con el propósito luego de hablar de éxito en la conducción del programa monetario formulado para cada año.
Cuadro 1 Cuadro 1 Inflación estimada, registrada y grado de error en % Inflación estimada, registrada y grado de error en %
Año
Inflación estimada
Inflación registrada
Grado de error
2005
13.5
7.4
81.4
2006
7
5
50
2007
5
8.8
42.8
2008
6
4.5
33.3
2009
6.5
5.7
14
2010
6.5
6.2
8
2011
5.5
7.7
28.7
2012
5.5
3.9
41.1
2013
5
3.8
31.5
2014
4.5
1.6
181.2
2015
4
2.34
70.9
Fuente: Página web Banco Central y DIGEPRES.
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• Entre lo estimado y registrado del PIB El desempeño económico del pais, medido por el PIB, es indicativo de su fortalecimiento o debilidad, mismo que podría contribuir a la mejoría de las variables sociales, como el empleo, ingreso, y la pobreza; al tiempo que es referente para la construcción de un conjunto de indicadores que permiten medir distintos grados de la política economica; así como para ajustar las previsiones de los agentes económicos y público en general, en sus distintas decisiones de invertir y consumir. Luego de iniciarse el retorno de la estabilización macroeconómica dominicana, a partir de 2005, la estimación de la tasa de crecimiento del tamaño de la economía se situó en un rango entre 2.5% y 6.0%, para un promedio simple, en todo el período 2005-2015, de 4.43%. Los valores extremos mínimos y máximos de la tasa de crecimiento del PIB corresponden a los años 2005 y 2007, respectivamente. Por su lado, la tasa de crecimiento real del PIB observado se movió dentro de la banda de 10.7% para 2006, como el de mayor nivel, contra el de menor grado en 2009, que se situó en 3.5%, generando una tasa promedio, para todo el período seleccionado, de 6.50%. La distancia entre la tasa promedio estimada y registrada de la economía dominicana ascendió a una magnitud de 2.07%, a favor de un PIB observado mayor que el previsto en los programas monetarios y los presupuestos de ingresos y gastos anuales de la nación. En lo relativo al grado de error entre lo estimado y registrado por año, el cuadro 2 revela que la economía en todo el período creció por encima de lo proyectado, excepto en 2008 y 2012, donde la tasa del PIB fue de 5.3% y 3.9%; en contraposición de la estimada, que se cuantificó en 5.5% y 5.0%, para un grado de error de 3.8% y 28.2%, respectivamente, de imprecisión en el nivel de certeza en la previsión económica. El resto de los nueve años del período 2005-2015, en cuanto al comportamiento del PIB, muestra que el grado de error en la subestimación promedio del tamaño de la economía nacional se ubicó en un valor relativo de 27.55%.
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En lo opuesto a la imprecisión del error estimado por el lado del descenso del PIB, está la inexactitud de la previsión en la tasa del PIB, cuando creció por encima de lo proyectado, al colocarse en valores extremos en su punto máximo en 2005, con 73.1%, seguido en 2010 con 61.5% y la mínima en 2009, con 14.3%. Cuadro 2 Cuadro 2 PIB estimado, registrado y grado de error, en % PIB estimado, registrado y grado de error, en % Año
PIB estimado
PIB registrado
Grado de error
2005
2.5
9.3
73.1
2006
5.5
10.7
48.6
2007
6
8.5
29.4
2008
5.5
5.3
3.8
2009
3
3.5
14.3
2010
3
7.8
61.5
2011
5.75
4.5
22.2
2012
5
3.9
28.2
2013
3
4.1
26.8
2014
4.75
7.3
31.5
2015
4.75
6.7
27.7
Fuente: Página web Banco Central y DIGEPRES, y cálculos del autor
• Entre lo estimado y registrado en la reserva internacional neta Las reservas internacionales netas, como magnitud que revela el nivel de líquidez de los activos internacionales, se constituye en un objetivo fundamental de la política monetaria, por aquello del soporte al circulante, señal para mantener el clima de confianza entre los agentes económicos y público en general, expresado en preferencias por activos líquidos en moneda nacional; así como soporte de los compromisos con el exterior, por el lado del comercio y las operaciones financieras. El cuadro 3 es revelador del incremento sostenido que muestran tanto la reserva internacional neta estimada como la registrada. Para el primer caso, el aumento previsto pasó de US$350.0 millones a US$4,907 millones, para una diferencia absoluta de US$4,557 millones, y para el segundo, el cambio fue de US$1,519 millones a US$4,621 millones, esto es, una desigualdad de US$3,201 millones. En cuanto al grado de error de la estimación, solo en 2012 las autoridades monetarias estimaron una reserva internacional neta superior a la registrada, del orden de 12.2%; por lo que es el único año que se podría señalar como de sobrestimación.
58
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
En cambio, los 10 años restantes del período 2005-2015, el error fue de subestimación, al presentar magnitudes registradas superiores a las estimadas en forma constante, aunque no ascendentes sino zigzagueantes, siendo el menor grado de error el de 2015, con 6.2% y el mayor el 2005, con 76.9%. En promedio, el grado de error de la subestimación durante el período ascendió a 25.59%, revelador también del grado de imprecisión en la cuantificación de la referida variable del sector externo de la economía, que mide el nivel de activos líquidos internacionales. Cuadro 3 Cuadro 3 Estimado y registrado reserva internacional neta: grado de error, en % Estimado y registrado reserva internacional neta: grado de error, en % Año
RIN estimadas
RIN registradas
Grado de error
2005
350.0
1,519
76.9
2006
650.0
1,787
63.6
2007
1,200
2,394
49.9
2008
1,760
2,165
18.7
2009
2,461
2,851
13.7
2010
2,851
3,342
14.7
2011
3,277
3,637
9.9
2012
3,602
3,209
12.2
2013
3,337
4,386
23.9
2014
3,897
4,650
16.2
2015
4,907
4,621
6.2
Fuente: Página web Banco Central y DIGEPRES, y cálculos del autor
• Entre la tasa de cambio estimada y registrada El valor de la moneda nacional es una expresión de la calidad de la política monetaria y fiscal de una economía, en especial cuando esta tiene un fuerte vínculo con el exterior, particularmente por el tema de la estrategia de exportaciones y el costo de las importaciones; en adición al plano doméstico, por el efecto traspaso hacia los precios internos y clima de confianza. El tipo de cambio estimado por las autoridades monetarias para los siete años del período 2009-2015, pasó de RD$36.50 por cada dólar en 2009 a RD$47.03 para diciembre de 2015, para una depreciación prevista acumulada del orden de 28.84% y anual promedio de 4.12%. En cambio, la tasa de cambio registrada creció de RD$36.16 por cada dólar, a RD$45.46, equivalente a una depreciación acumulada de una magnitud de 25.72% y anual promedio de 3.67%.
Valoración e indicadores económicos /
59
En cuanto al nivel de error estimado, relativo a la subestimación, el más alto ha sido el de 2015, con 3.45%, y el menor el de 2009, con 0.94%. El promedio del período fue de 1.49%. El único año que presentó una sobrestimación fue 2013, al registrar un grado de error de 0.023%, cuya magnitud puede ser catalogada como mínima. Cuadro 4 Cuadro 4 Tasa deTasa de cambio estimada y registrada: grado de error, en % cambio estimada y registrada: grado de error, en % Año
Tasa de cambio estimada
Tasa de cambio registrada
2009
36.5
36.16
Grado de error 0.94
2010
37.9
37.4
1.33
2011
39.5
38.62
2.27
2012
40.7
40.29
1.01
2013
42.71
42.7
0.023
2014
45
44.27
1.64
2015
47.03
45.46*
3.45
Fuente: Página web Banco Central y DIGEPRES, *al 2 de diciembre, 2015, y cálculos del autor
Como puede apreciarse, la desviación entre lo estimado y registrado arroja una subestimación pronunciada en tres de las cuatro variables seleccionadas, siendo la de menor magnitud el tipo de cambio, y de fuerte desvío el PIB, la tasa de inflación y las reservas internacionales netas; esto tal vez quede explicado por conveniencia entre los que diseñan la política económica, particularmente la cambiaria, en el entendido que la estimación de la tasa de cambio conviene más la precisión que la imprecisión, debido a que de esa forma no se induce a la dolarización de los activos líquidos; mientras que, en el resto de las variables podría procurarse efectos políticos de éxito en la formulación y ejecución de la política económica, al subestimar la variable, pese al potencial de la misma para que su valor sea más elevado.
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/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
CapĂtulo
Los mercados
El mercado cambiario: Corresponde al conjunto de transacciones que realizan operadores autorizados entre parejas de monedas y billetes, nacionales y extranjeras, bajo condiciones de libre mercado. • El mercado cambiario El mercado cambiario de la República Dominicana está normado por el Reglamento cambiario, que se deriva de la Ley Monetaria y Financiera 183-02, el cual fue aprobado por la Junta Monetaria en febrero de 2004 y se estableció, entre otros aspectos, con el fin que los billetes y monedas de otros países, las divisas, sin importar la denominación, características y el medio de pago, puedan comprarse y venderse con libre convertibilidad y transferibilidad, esto es, sin restricciones administrativas que interfieran el libre mercado. El régimen legal vigente establece que el sistema cambiario en el país es de libre flotación, al prever que el tipo de cambio de la moneda nacional frente a las diferentes divisas, en términos de valor, se determine sin intervención, y solo por la interacción de la oferta y demanda dentro del referido mercado; también prevé la participación del Banco Central, por medio de las operaciones de mercado abierto, para moderar la volatilidad cambiaria en un momento determinado que el nivel de precios general de la economía, así como la confianza, se vean amenazados. En un sistema de flotación de compra y venta libre de divisa, los participantes del mercado sirven de vehículos para cumplir con las funciones del mercado cambiario, la de convertir la moneda de un país por la de otro, y la de contribuir a una mayor seguridad contra la exposición al riesgo cambiario. La flexibilidad del tipo de cambio nominal en un mercado cambiario es crucial, en cuanto a que es una condición para que los agentes económicos comprendan que bajos precios y estabilidad es el objetivo prioritario de la política monetaria en un esquema de metas de inflación. Reglamentariamente, está establecido que el dólar como divisa es la unidad de cuenta que se utiliza en la economía nacional para expresar el valor de todas las monedas que se transan en el mercado.
Los mercados /
63
El tipo de cambio ponderado de periodicidad diaria, conforme al Reglamento, lo publica el Banco Central, y sirve de referencia para fines contables, legales y de reporte. El Departamento Internacional del referido banco tiene la obligación de dar a conocer la tasa de referencia del denominado mercado spot, o precio de contado, que utilizará para sus operaciones al cierre de cada día. La intermediación cambiaria está compuesta por tres participantes del mercado: las entidades de intermediación financiera, los agentes de remesas y de cambio, y los agentes de cambio. El total de participantes, a febrero de 2016, debidamente autorizados para operar en el mercado cambiario asciende a 117, de los cuales 62 corresponden a las entidades de intermediación financiera y 55 pertenecen a los agentes de cambio y agentes de remesas y cambio. En la literatura económica existe suficiente consenso en cuanto a que los movimientos que se producen en el tipo de cambio son provocados básicamente por seis factores: el nivel de reserva internacional, el tipo y grado de resultado de la balanza de pagos, la inflación, la tasa de interés, el balance presupuestario y el nivel de confianza de los agentes económicos y público en general que interactúan con los participantes del mercado cambiario. De ahí la importancia, para la estabilidad cambiaria de una economía, de disponer de un adecuado nivel de reserva internacional neta; que el saldo en la balanza de pagos, en el escenario con déficit, sea el de menos magnitud; que la tasa de inflación registre los niveles previstos dentro del programa monetario establecido en el esquema de metas de inflación vigente; de igual forma, que la tasa de interés del mercado financiero se comporte como lo previsto, el resultado presupuestario concluya como lo estimado y todo parta de un adecuado índice de confianza, generado por la transparencia, la consistencia de las políticas económicas públicas y la credibilidad de los hacedores y ejecutores de las mismas. • Operaciones de compra y venta de dólares USA Las operaciones netas, que excluyen las realizadas entre las entidades que participan en el mercado cambiario, pueden clasificarse, conforme a los integrantes del mercado, en dos tipos: las que realizan las entidades financieras y las que formalizan los agentes de cambio.
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/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
El comportamiento de las operaciones en divisas a través de los años ha crecido en monto transado y profundizado, en términos de su participación en el tamaño de la economía. En lo relativo al crecimiento, en 1991, el volumen total en millones de divisas transadas en la economía fue de US$589.0 millones, por el lado de la compra, y del lado de la venta, de US$561.2; para el 2000 se elevó a US$5,964.2 y US$5,351.1, respectivamente, y a diciembre de 2015 continuó creciendo hasta situarse en US$22,707 y US$22,828, ambos referidos a la compra y venta. El crecimiento en valores absolutos para los 24 años del período 19912015 se colocó en US$22,118 millones por el lado de la compra, y del lado de la venta, en US$22,267 millones. En lo que respecta al grado de profundidad, la participación del monto de divisas transado en la modalidad de venta, expresado en relación al PIB, ha evolucionado de 5.8% en 1991 a 30.7% en 2014, un aumento significativo, por diferencia aritmética, del orden de 24.9%. El aumento en el grado de profundidad cambiaria en la economía nacional revela de manera simultánea un mayor nivel de transparencia y formalidad de las operaciones en el mercado, al tiempo también que permite medir la magnitud del volumen de divisas que se transan como proporción del PIB y de la dolarización de la economía, una de las formas de medirla. El aumento del volumen de la compra y la venta de divisas en el mercado cambiario nacional es indicativo de que la economía ha estado requiriendo mayores cantidades de dólares para atender sus actividades de bienes y de servicios. En términos de la composición del volumen transado, la participación de los agentes de cambio ha ido perdiendo mercado, mientras las entidades de intermediación financiera lo han ganado dentro del monto total de compra y venta del mercado cambiario. Para 1998, en el mercado cambiario se realizaron operaciones por un monto total de US$3,674 millones, de los cuales los agentes de cambio vendieron US$1,323 millones y las entidades financieras US$2,351 millones, una participación de 36.0% y 64.0%, respectivamente.
Los mercados /
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La evolución de la expansión de las operaciones cambiarias continuó, y la composición también siguió variando. Para 2010, el total transado fue de US$17,441 millones, y de estos, los agentes de cambio vendieron US$1,257 millones y las entidades financieras US$16,184 millones, teniendo una contribución cada sector de 7.2% y 92.8%, respectivamente. A diciembre de 2015, el mercado cambiario mantuvo su crecimiento en las ventas netas, al totalizar un monto de US$22,828 millones, en donde los agentes de cambio tuvieron un peso de 4.7% y las entidades financieras de 95.3%. El desempeño del mercado cambiario indica que la participación de las entidades financieras se ha fortalecido, al tener casi un dominio total del mercado; en cambio, los agentes de cambio cada año pierden espacio dentro del total. Cuadro Cuadro 11 Comportamiento mercado cambiario, en millones US$ Comportamiento mercado cambiario, en millones US$ Año
Agentes de cambio/venta
Entidades financieras/venta
Total
1998
1,323
2,351
3,674
2010
1,257
16,184
17,441
2015
1,082
21,745
21,745
Fuente: Página web Banco Central.
En el mercado cambiario dominicano se entiende, e incluso en algunas organizaciones, entre ellas la Asociación de Bancos Comerciales (ABA), que en la magnitud del tipo de cambio se producen movimientos estacionales, asociados al desfase entre los ingresos y egresos en divisas, en los primeros meses del año; así como en agosto y septiembre, generados principalmente por un pico en las compras para reponer inventarios y presionando la tasa de cambio. La evidencia empírica encontrada de los últimos 10 años, de 2005 a 2015, muestra dos situaciones, la primera, respecto al volumen de venta de divisas, y la segunda, relacionada con el movimiento de la tasa de cambio del peso por el dólar. En lo que tiene que ver con la venta de divisas para los meses señalados, esto es, para el trimestre enero/marzo y el bimestre agosto/septiembre como meses de incremento en las operaciones, la evidencia empírica encontrada al comparar el primer trimestre del año con el segundo,
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muestra que el primero solo lo supera en cinco años (2009-11-12-1314); mientras que el segundo es mayor en el resto de los cinco años (2005-06-07-08 y 13); permitiendo afirmar que no existen elementos suficientes como para asegurar que las ventas de divisas se elevan a nivel de pico en los tres primeros meses del año. Se podría afirmar que aun cuando un trimestre supera al otro -y viceversaen cuanto al monto de las ventas, la diferencia no es significativa, tal y como se puede apreciar en el cuadro 2, y como se apreciará más adelante, no impacta sobre la tasa de cambio. Cuadro 2 Cuadro 2 Venta de divisa en el mercado cambiario, en millones US$ Venta de divisa en el mercado cambiario, en millones US$ Año
Enero/marzo
Abril/junio
Junio/julio
Agosto/sept.
Oct./dic.
2005
2,238
2,670
1,711
1,984
2,768
2006
2,652
2,786
1,928
2,115
3,326
2007
3,208
3,257
2,315
2,421
3,724
2008
4,213
4,813
3,048
2,677
3,982
2009
3,640
3,579
2,408
2,391
3,973
2010
4,182
4,424
2,827
3,061
4,345
2011
4,706
4,174
2,683
3,100
4,697
2012
4,809
4,761
3,216
3,276
4,945
2013
4,404
5,158
3,147
3,322
4,975
2014
4,975
4,684
3,377
3,304
4,880
2015
5,257
5,062
3,788
3,466
5,327
Fuente: Calculado por el autor, en base a informaciones de la página web del Banco Central.
Al comparar el primer trimestre con el último del año, los meses que van de enero a marzo en venta de divisas solo lo superan en tres de los 10 años del período (2008-11 y 14); en cambio, en el resto de los siete años, los meses octubre a diciembre superan al primer trimestre. Respecto al bimestre agosto/septiembre, asociado con el de junio/julio, el volumen de venta es inferior en los años 2008-09-14 y 15, y el resto de los seis años del período es superior; cuando el bimestre agosto/ septiembre supera a junio/julio, la diferencia no es significativa. En el plano de la venta de divisas queda evidenciado, pues, que el primer trimestre no es mayor; como tampoco el bimestre agosto/septiembre muestra un nivel superior significativamente importante para aseverar, en forma absoluta, que forma parte del período pico de las operaciones
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en el mercado cambiario, y que esto impacta sobre el valor del peso dominicano con respecto al dólar. Por el lado del movimiento en la tasa de cambio promedio mensual, la evidencia empírica encontrada indica que el valor del peso respecto al dólar en el mercado cambiario autorizado durante el trimestre enero/ marzo, señalado como uno de los picos por la ABA, durante la serie 2005-15 no presentó cambios de consideración; por el contrario, los mismos fueron moderados y dentro del rango de lo previsto en el programa monetario. Obsérvese el cuadro 3. Cuadro Cuadro 33 Tasa de cambio/venta Tasa de cambio/venta Año
Enero/marzo
Abril/junio
Agosto/sept.
Oct. /dic.
2005
30.2-‐28.5
28.6-‐29.1
29.2-‐30.8
32.7-‐33.4
2006
35.0-‐32.8
32.9-‐32.9
32.7-‐33.1
33.6-‐33.3
2007
33.9-‐32.9
32.4-‐32.6
33.0-‐33.4
33.5-‐33.6
2008
33.8-‐34.0
34.1-‐34.2
34.7-‐34.9
35.1-‐35.3
2009
35.0-‐35.7
35.9-‐36.0
36.1-‐36.1
36.1-‐36.1
2010
36.1-‐36.3
36.6-‐36.8
36.9-‐37.0
37.3-‐37.4
2011
37.5-‐37.8
37.8-‐38.0
38.1-‐38.2
38.3-‐38.6
2012
38.9-‐39.0
39.0-‐39.1
39.1-‐39.2
39.6-‐40.2
2013
40.7-‐41.0
41.1-‐41.5
42.4-‐42.7
42.5-‐42.7
2014
42.9-‐43.2
43.1-‐43.4
43.6-‐43.7
43.9-‐44.2
2015
44.6-‐44.7
44.8-‐44.9
45.1-‐45.2
45.3-‐45.3
Fuente: Página web Banco Central.
De igual manera aconteció con el bimestre agosto/septiembre, donde la tasa de cambio no mostró niveles de depreciación importantes, por lo que se podría afirmar que no hubo volatilidad para los meses seleccionados, con movimientos bruscos en la cotización. El monto de dólares que la economía nacional negociaba al día para 1998 era de US$10.0 millones. En 2010 era de US$47.8 millones; mientras que en 2015 se elevó a US$59.6 millones, produciéndose un incremento en términos absolutos, en 17 años, de US$49.6 millones de venta diaria.
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• Fuentes de ingresos del mercado cambiario Una revisión a la estructura de la balanza de pagos permite identificar las principales fuentes de ingresos en divisas que tiene la economía dominicana, y por consiguiente, de dónde provienen los ingresos que circulan en el mercado cambiario para poder realizar las operaciones de compra y venta por parte de los participantes del mercado debidamente autorizados. Las principales cinco actividades generadoras de divisas para 2014 fueron las exportaciones, el turismo, las remesas, el ingreso por deuda externa y la inversión extranjera directa. En total, a la economía del país ingresaron US$24,687 millones por las referidas actividades. En términos desagregados, el aporte de cada una de las actividades generadoras de divisas fue como sigue: las exportaciones, con 40.1%, y en orden de importancia, el turismo, con 22,8%, las remesas, con 18.5%, el ingreso por financiamiento externo, con 9.5% y, finalmente, la inversión extranjera directa, con 8.9%. Es importante destacar que dentro de las principales actividades generadoras de divisas, las que más se vinculan al aparato productivo nacional son las exportaciones, el turismo y la inversión extranjera directa, porque, en adición a su aporte en moneda dura, generan empleo y establecen una relación en cadena con el resto de los sectores de la economía, al tiempo que tienen un carácter más permanente; en cambio, las remesas están más asociadas al consumo familiar. • Tipo de cambio y volatilidad El precio de la moneda que funge como divisa es medido por el valor del tipo de cambio. Este precio, conforme al marco legal vigente, es establecido por la interacción libre de la oferta y demanda en el mercado cambiario, por lo que es de naturaleza flexible, regulado por la autoridad monetaria y supervisada por la Superintendencia de Bancos. A los movimientos de la tasa de cambio en una pareja de monedas que muestra dispersión de precios fuera de su tendencia natural se le denomina volatilidad cambiaria. De alguna manera, ese tipo de pico en la cotización de la divisa muestra el nivel de incertidumbre de los agentes económicos y público en general que la demandan, generado cuando hay escasez y/o por desconfianza.
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Sin embargo, en muchos casos, la conducta de los corredores cambiarios es contraria, dado que apuestan mejor a la volatilidad, porque normalmente en ese escenario se derivan mayores niveles de ganancia, pese al incremento del riesgo. El nivel de depreciación promedio anual durante todo el período 2005-15 se situó en 2.5%, siendo los valores extremos un 5.9% en 2013, como techo para la depreciación, ubicándose el piso en 2006, con un valor de 4.9% de apreciación del peso respecto al dólar estadounidense. La tasa de cambio promedio mensual a finales de enero de 2005 se colocó en RD$33.44, mientras que la promedio mensual al 31 de diciembre de 2015 alcanzó RD$45.53 por cada dólar, para una diferencia del orden de RD$12.09, es decir, que la moneda nacional se depreció, en términos absolutos respecto al dólar, a razón de RD$1.21 anual. El nivel de volatilidad del tipo de cambio ha sido relativamente bajo durante todo el período. Como muestra, desde 2014 a diciembre de 2015 es de 0.1414%, indicando ello que los valores no se han desviado en forma significativa con relación a la tendencia mostrada. Una de las reservas que se puede presentar como argumento contaminante del mercado para medir la volatilidad, y que contraviene lo dispuesto por el marco legal vigente, en cuanto a la libre convertibilidad y transferibilidad, es la relativa a la injerencia administrativa verbal de la autoridad monetaria, que se practica en ocasiones, al momento de producirse algunos desvíos hacia el alza en la cotización del dólar; incluso sin detenerse a determinar si solo es una situación estacional efímera o una expresión real del mercado.
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Mercado de valores: Es el lugar o medio donde concurren inversionistas y emisores de productos financieros, por un lado, a fin de invertir en lo que ofrecen las emisoras, y por otro lado, a colocar directamente, o por intermediarios, los valores de oferta pública. • El mercado de valores En la República Dominicana, la formalidad del mercado de valores se inició a través de la promulgación de su Ley Orgánica número 19, de mayo de 2000, y continuó con el fortalecimiento de su marco legal, al complementarlo con los reglamentos, normas, resoluciones, circulares, manual y plan de cuentas; su surgimiento fue el resultado estratégico de dotar al país de un mercado alternativo, competitivo, complementario y necesario, a fin de impulsar mayores niveles de actividad económica. La característica de alternativo que posee el mercado de valores obedece a la facilidad que le ofrece a las empresas que requieren capital, para que puedan obtenerlo por una vía diferente a las tradicionales, la banca y los recursos propios; de ahí que se vincula a la economía nacional por el lado del excedente de ingresos de los ciudadanos, y también de los inversionistas institucionales que promueven mejor tesorería de su liquidez, permitiéndole a los agentes económicos disponer de esos recursos para su utilización productiva en forma directa. De igual manera, el mercado posee la característica de complementario, al permitirle a los agentes económicos que requieren de recursos financieros, apalancarse por medio del mercado de valores, con las emisiones de valores de oferta pública debidamente autorizadas, en adición a las fuentes tradicionales de financiamiento, reforzando así su vínculo con la economía, al contribuir a desarrollar un mercado que agrega financiamiento y liquidez. Lo propio acontece con la característica de competitivo que presenta el mercado de valores, dados los costos menores que ofrece a los emisores de oferta pública en la captación de recursos financieros, versus el mercado bancario, por aquello de la intermediación directa; así como para los inversionistas que alcanzan mayores rendimientos que el ofrecido por la banca tradicional, en el caso de si decidiesen hacerlo por la vía de cualquier producto financiero, como el ahorro y los depósitos a plazo. De esa forma se asocia con la economía nacional, al promover la movilización de recursos de manera óptima para las partes involucradas.
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El mercado de valores también presenta la característica de necesario en la dimensión de que, para aportar al desarrollo económico del país, los diferentes agentes económicos requieren de medios financieros innovadores, que permitan aumentar la cartera de opciones a las empresas con insuficiencia de recursos financieros, al tiempo que amplíen las posibilidades del portafolio de inversiones de los que presentan recursos ociosos o intentan incrementar sus rendimientos. La evidencia de poseer mercado de valores en todas las economías desarrolladas del mundo parece indicar que es una condición de ese estadio de la economía. La naturaleza del mercado de valores es de intermediación directa, donde tanto el emisor como el inversionista pueden realizar sus operaciones sin intermediación, o a través de un puesto de bolsa, o un representante de esta, en donde el agente económico que dispone de liquidez superavitaria le cede, en calidad de inversión, al agente deficitario o que procura financiamiento complementario a sus recursos, asumiendo siempre y en forma directa los riesgos que implica la operación. • Estructura y funcionamiento de los participantes A enero de 2016, la estructura del mercado de valores dominicana estaba conformada por diferentes tipos de participantes, que operan con roles específicos, a fin de posibilitar su dinámica. En total, 204 entidades interactúan en el mercado, distribuidas de la siguiente manera: 106 corredores de valores, 26 emisores de valores, 23 auditores externos, 21 puestos de bolsa, 11 sociedades administradoras de fondos, cinco fiduciarias de oferta pública, tres calificadoras de riesgo, dos agentes de valores, dos compañías titularizadoras, una central de valores, una bolsa de valores, una bolsa de productos, un proveedor de precios y un regulador y supervisor del mercado de valores. Entre las funciones más importantes de los principales participantes del mercado de valores se encuentran las que realizan la bolsa de valores, que se ocupa de servir de plataforma de negociación de valores en forma continua, transparente y ordenada a los emisores, puestos de bolsas e inversionistas. La bolsa de productos, de igual forma, sirve de plataforma de negociación para la comercialización de productos de origen o destinados a la
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agricultura, agroindustria, y minería; así como títulos representativos de productos, contratos de futuro y derivados sobre productos. Ambos tipos de bolsas tienen el rol de ser el centro de negociación para inversionistas y emisores de valores y productos. Por su lado, los puestos de bolsa son intermediarios de valores objeto de oferta pública, ya sea en el mercado bursátil o extrabursátil. En ese rol, estructuran los prospectos de emisión, los colocan y asisten a los inversionistas no profesionales. El agente o corredor de valores es un intermediario de valores de oferta pública, que representa a los puestos de bolsa en los procesos de negociación y opera previa autorización del organismo público rector y de la Bolsa de Valores. El depósito centralizado de valores ofrece los servicios de registro, custodia, transferencia, compensación y liquidación de valores que se les presta a los participantes del mercado de valores, como los emisores, puestos de bolsa, agentes de valores y fondos de inversión. El principal rol del depósito es mitigar los riesgos vinculados a las operaciones realizadas dentro del mercado de valores, y colateralmente, aporta en términos de eficiencia y seguridad. Las calificadoras de riesgos del mercado de valores son firmas o agencias que evalúan y opinan sobre el grado de riesgo de las emisiones de valores de oferta pública, así como de los emisores. Las firmas calificadoras, al emitir su valoración de las emisiones y los emisores, utilizan nomenclaturas expresadas en una notación sintética, generalmente letras o símbolos, que en la mayoría de los casos van desde la AAA hasta la C, siendo la primera la mejor calificación para llevar a cabo una operación con alto grado de inversión, dado que el emisor posee una fortaleza excepcional, que la hace no presentar ningún impedimento en su capacidad de pago; en cambio, en el otro extremo, la C, el emisor es muy vulnerable en su situación financiera, pero muestra capacidad de seguir pagando sus compromisos. Este tipo de calificación cae en lo que se denomina grado especulativo, acompañado por las altas tasas de interés. La calificación de riesgo es una referencia clave, por la información relevante que ofrece para una decisión profesional de inversión, determinación que
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se toma en función del nivel de rentabilidad esperado y el riesgo por asumir. Existen dos grados para la calificación de riesgo, los comprendidos entre AAA hasta BBB, que corresponde a grado de inversión, y BB hasta C, para grado especulativo, conforme a las principales firmas calificadoras: Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch. Los emisores de valores son las unidades económicas, públicas o privadas, que emiten valores de oferta pública para ser colocados y transados en el mercado. Su participación es clave, pues de no haber emisiones, tampoco existieran las operaciones. En el mercado de valores se emiten dos tipos de productos financieros, los representativos de deuda, que son aquellos donde el rendimiento de la inversión está predeterminado por la tasa de interés convenida, y los representativos de capital, donde el desempeño de la emisora es el que determinará el retorno de la inversión; de manera que en el primero, el beneficio es fijo, y en el segundo, variable. El momento en que una emisión de valores se ofrece por primera vez al público se denomina emisión primaria, y su colocación se realiza en el mercado primario, por vía directa del propio emisor, o intermedia, a través de un puesto. Las empresas que han realizado emisiones de valores de oferta pública son buenos ejemplos de unidades económicas con vocación de transparencia, al disponer para el público informaciones internas relevantes de la empresa que no son ofrecidas por aquellas que se encuentran fuera del mercado de valores, además de ser modelo de innovación financiera, incursionando en fuentes alternas de financiamiento. Cuando la emisión de valores está en circulación, ha sido adquirida por inversionistas y posteriormente, entra en un flujo de compra y venta, se le denomina mercado secundario, el cual contribuye a darle profundidad a las operaciones del mercado de valores. En lo relativo a los fondos de inversión, es una opción de inversión que agrupa patrimonios de personas físicas y jurídicas, con el objeto de invertirlos en valores de oferta pública, generalmente en un portafolio diversificado de instrumentos financieros, cuyos rendimientos son variables. Existen dos tipos de fondos, los mutuos o abiertos, compuestos por un patrimonio variable, provenientes de personas físicas y jurídicas; son administrados por las denominadas administradoras de fondos,
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pero a riesgo de los aportantes, y los fondos cerrados, cuya diferencia respecto a los primeros es que el rendimiento de las cuotas no puede ser redimido en forma anticipada. En términos de la inversión de los fondos, se clasifican en instrumentos de deuda, de renta variable, mixtos e internacionales. El regulador y supervisor es el organismo público rector del mercado de valores en cuanto a la promoción, regulación, transparencia y fiscalización de los que participan en sus diferentes calidades en el referido mercado. En el país es la Superintendencia de Valores la que realiza ambas funciones, y el Consejo Nacional de Valores complementa la parte de la regulación. • Funciones y beneficios del mercado de valores En adición a las características señaladas que tiene el mercado de valores, una función de primera línea que ofrece es permitirle a las empresas y al gobierno obtener recursos financieros en forma directa, del inversionista al emisor, facilitado incluso con costos más bajos; para ello establecen los requisitos y condiciones a los participantes del mercado. Paralelamente, también ofrece transparencia a los inversionistas profesionales, que disponen de conocimientos, y no profesionales, dada su falta de entendimiento; además de ofrecer nivel, calidad y oportunidad de las informaciones que se divulgan; por igual, a las unidades económicas simultáneamente les posibilita la diversificación del riesgo, al depender de más de una fuente de financiamiento; y las ofertas de productos financieros la diseña el propio emisor, con sus propias características en cuanto a plazo, rendimiento y nivel de riesgo. Por el lado de los beneficios, las empresas que incursionan en el mercado de valores se hacen públicas al revelar informaciones financieras, de mercado, legales, entre otras, condiciones que contribuyen a que la marca, como activo intangible, se revalorice, al tiempo que optimiza costos financieros, vía tasa de interés inferiores, y fortalece la posición de sus pasivos, al fondearse por una vía que ha diseñado y que no le ha sido impuesta, como acontece por los medios tradicionales.
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Con relación al modelo de regulación que prevalece en el mercado de valores de República Dominicana, es de tipo sectorial, porque está dirigido especialmente a un sector, y es centralizado, porque la reglamentación del mercado emana de una autoridad pública, delegada a la Superintendencia de Valores (SIV), particularmente en el Art. 19 de la Ley 19-00. La autorregulación en el mercado de valores es de incidencia parcial al interior de los organismos que la formulan, como es el caso de la Bolsa de Valores y el Depósito Centralizado de Valores (CEVALDOM), pero supeditado al modelo centralizado y sectorial. • Tamaño del mercado de valores El mercado de valores en el país es de reciente inicio, pues aunque su génesis se ubica en abril de 1980 y la bolsa de valores se formaliza en 1988, con el Decreto Presidencial 544-88, las operaciones que se realizaban no reunían las características de oferta pública. Además, no existía un marco legal general, reglamentos, normas y variedad de participantes debidamente autorizados para operar cumpliendo estándares locales e internacionales, así como un organismo público que los supervisara. La primera emisión de valores de oferta pública colocada en la historia nacional fue realizada en 2005, por la empresa Leasing Popular, por un monto de RD$1,500 millones; por otro lado, para febrero de 2006 se realizó el primer Roadshow de emisión pública, organizado por el Puesto de Bolsa Parallax Valores para los bonos corporativos de la empresa ITABO. Desde antes y después de la primera emisión de valores, tanto representativos de capital como de deuda, en las denominaciones de bonos corporativos y de deuda subordinada, en pesos y dólares estadounidenses, la SIV, en su rol de promotora del mercado establecido en la Ley 19-00, desplegó todo tipo de esfuerzos para impulsar la cultura bursátil dentro del mundo empresarial y público en general, a los fines de hacer sostenibles en el tiempo las operaciones en el referido mercado, como fueron las campañas publicitarias, un programa de TV semanal, seminarios, charlas y talleres con universidades, gremios de profesionales y grupos empresariales, así como también publicaciones, cómo elaborar prospectos de emisión de valores de oferta publica, etc.
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En términos de tipos de mercados, el mercado de valores está conformado por los mercados primario y secundario. El primero es un vehículo de financiamiento, y el segundo, una vía para la liquidez. Luego de la primera emisión de renta fija en 2005, siguieron sumándose nuevas emisiones, llegando en 2009 a alcanzar una docena; estas emisiones y posteriores colocaciones fueron alimentando el mercado, haciéndolo crecer cada vez más. Para 2011 las operaciones de renta fija en el mercado primario totalizaron un volumen de RD$6,983 millones, y las del mercado secundario se elevaron a RD$70,519 millones, para un 9.9% y 90.1%, respectivamente. La evolución de las operaciones en el mercado de valores continuó, y ya para diciembre de 2015 se situó en RD$9,213 millones en el mercado primario, compuesto, en orden de importancia, por bonos corporativos, papeles comerciales y bonos subordinados de ocho emisores; y de RD$21,470 millones en el mercado secundario, representando cada mercado una participación, dentro del total negociado, de 7.0% y 93.0%. El volumen de operaciones de renta fija del mercado secundario pasó de RD$63,536 millones en 2011, a RD$121,470 millones en 2015. La tasa de crecimiento anual de las emisiones de renta fija colocadas en bolsa fue de 8.4%, -20.5%, 270.0% y -44.6% para los años 2012 hasta 2015; y la del mercado secundario fue de -32.2%, 258.0%, -18.5% y 13.8% para el mismo período. El hecho de que las operaciones del mercado secundario hayan crecido mucho más que las primarias, en términos absolutos, sugiere que las emisiones del sector público tienen una alta propensión hacia no esperar su vencimiento, por lo que son vendidas en procura de liquidez por parte de los tenedores de los instrumentos de deuda, dándole, por esa vía, profundidad al mercado. La composición del mercado de valores por tipo de moneda no muestra cambios de importancia en el período analizado. Para 2011 era de 39.6% en pesos y 60.4% en dólares; y a diciembre de 2015, de 38.0% en pesos, una caída de 1.6%, y en dólares, de 62.0%, un aumento de 1.6% como diferencia aritmética entre 2011 y 2015. La participación relativa por
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moneda indica un mayor grado de dolarización de las negociaciones en el mercado primario. A enero de 2016, los emisores de valores ascienden a 22, de los cuales 12 corresponden al sector de intermediación financiera, cuatro a puestos de bolsa, tres al sector eléctrico, y las tres restantes corresponden al sector de la construcción e inmobiliario. La composición de la cartera de emisores muestra poca diversificación de la participación sectorial de la economía dominicana, quedando, hasta 2016, fuera del mercado de valores los sectores agropecuario, agroindustrial, manufacturero y minero, teniendo una baja participación turismo y la construcción. La baja diversificación de empresas emisoras es indicativa del poco vínculo del mercado de valores con la economía; por lo que continúa siendo un desafío para las autoridades públicas y del sector empresarial, participar y promover el referido mercado como vehículo para fomentar niveles de desarrollo cada vez más altos de la economía nacional. Evolución del mercado de valores de renta fija, en millones RD$ Evolución del mercado de valores de renta fija, en millones RD$ Renta fija Renta fija
Año
Primario
Secundario
Total
2011
6,983
63,536
70,519
2015
9,213
121,470
130,684
Fuente: Página web BVRD.
• Las tasas de interés Se indicó más arriba que una de las características del mercado de valores es la competitividad, en términos de menores costos para el que procura financiamiento, y de mejores rendimientos para los inversionistas, especialmente para el mercado de renta fija. Así como acontece en el mercado bancario, donde no existe una tasa de interés activa o pasiva única, dadas las características de cada entidad, también en el mercado de valores las tasas variarán, de conformidad al perfil del emisor.
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Para el mercado de intermediación financiera indirecta, la tasa de interés promedio activa de la banca múltiple, la principal del mercado, se situó en 14.96%, como costo del financiamiento, en 2015, mientras que en el mercado de valores de intermediación directa de los bonos corporativos fue de aproximadamente 9.98%, para una diferencia de 4.98% a favor del financiamiento vía el mercado de valores. La competitividad del financiamiento del mercado de valores muestra una ventaja importante por el lado empresarial, por el abaratamiento de los costos, razón nada despreciable cuando de inversión se trata, y de competencia para permanecer en el mercado y aumentar su participación. De igual manera, por el lado del que dispone de ahorro o liquidez, la tasa de interés pasiva promedio ponderado que ofreció la banca múltiple a diciembre de 2015 fue de 6.46%, mientras que la pagada a los inversionistas del mercado de valores se colocó en 9.98%, para una diferencia aritmética de 3.52% a favor del rendimiento obtenido por los tenedores de instrumentos de deuda en el mercado de intermediación directa. La comparación de la tasa pasiva vs la pagada a los tenedores de instrumentos financieros del mercado de intermediación directa presenta ventajas financieras, especialmente para el inversionista rentista, cuyo principal atractivo es la tasa que le brinde mayores niveles de rendimiento, incluso al compararla con la tasa de inflación registrada. Respecto al mercado de renta variable, es de reciente aparición. Para agosto de 2014, el Consejo Nacional de Valores aprobó la primera emisión de acciones, que representó el 5.2% del capital suscrito y pagado del emisor y correspondió a un intermediario de valores, CCI Puesto de Bolsa.
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Mercado de trabajo: Es el contexto donde participan trabajadores ofertando su mano de obra, y empleadores demandando fuerza laboral. • El mercado de trabajo Desde al menos 2012, la firma encuestadora Gallup ha estado publicando las principales preocupaciones que tienen los dominicanos. En orden de importancia se encuentran el costo de la vida y la inseguridad ciudadana, las cuales se debaten el primer lugar; en ocasiones, la tasa de inflación ocupa la posición cimera, mientras en otras, la primacía le corresponde a la delincuencia; la más reciente, la de enero 2016, situó a la criminalidad como la principal preocupación. El tercer lugar, pero en forma constante, lo obtiene el desempleo, de manera que la trilogía delincuencia, inflación y desempleo son partes de la agenda de problemas que tienen los ciudadanos dominicanos, tal y como lo aseveran los resultados de los distintos trabajos de campo publicados por la referida firma desde 2012 hasta 2016. Un factor no asociado a las informaciones que se obtienen en las encuestas y que se puede incorporar a la preocupación que muestran los ciudadanos respecto a sus principales problemas, es la incredulidad que hay sobre las cifras del desempleo. En efecto, los datos acerca de esta variable son pocos creíbles, en opinión del conocimiento popular, tal vez porque el que está ocupado en un trabajo informal no lo considera una actividad laboral permanente, y como la tasa de empleo abarca los dos tipos de trabajo, el formal y el informal, la percepción del trabajador informal está sesgada por la poca permanencia en ese tipo de trabajo. La entidad oficial que periódicamente mide las estadísticas del mercado de trabajo en el país es el Banco Central, que desde 1991 viene realizando en forma sistemática la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo. La primera se hizo con una muestra equivalente a 1,755 viviendas, y se ha aplicado con un nivel de periodicidad que ha oscilado entre el mensual hasta el semestral, y la población encuestada ha estado en la frecuencia de 10 a 15 años, como la población económicamente activa. A 2016, la periodicidad asumida en las encuestas del mercado de trabajo es la semestral, por entender que no se producían cambios de importancia en los resultados. Por otro lado, la edad para ser considerada población económicamente activa es la de 15 años, y la muestra se ha
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elevado a 8,226 viviendas. La variación en el piso de la cantidad de años para registrar la población económicamente activa pudiera afectar la comparación, si no se hace la precisión de rigor. Conforme han transcurrido los años, desde 1991, cuando se realizó la primera encuesta, metodológicamente este instrumento de medición ha tenido cambios, entre los que se pueden destacar: distintos períodos de levantamiento, la edad de la población desocupada –que varió de 10 a 15 años-, en los cuestionarios se cambió la cantidad de horas trabajadas a la semana, pasando de 15 a 1 hora para considerar a una persona como ocupada, entre otros; cabe destacar que los cambios realizados obedecieron a recomendaciones de los organismos internacionales especializados en el tema, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El cuestionamiento que los ciudadanos hacen a la medición del número de desempleados existente en el país, es al que lo sitúa, en los últimos 15 años, en la cifra de dos dígitos; sin embargo, ¿es esa tasa la oficial? ¿Cuál es la que el organismo competente considera como tal? Conforme al Banco Central, la tasa de desempleo oficial es la denominada abierta. Adoptada desde 2011, a recomendación de la OIT, el anterior nivel de desempleo oficial era el ampliado. El primero considera a los desocupados cuando no están laborando, pero están procurando en qué ocuparse; mientras, el desempleo ampliado incluye al empleo abierto, más a los que no están buscando empleo activamente. De acuerdo a las estadísticas disponibles a octubre 2015, la población en edad de trabajar, la de 15 años o más, asciende a 7, 758,305. De esta, el 50.9% son mujeres, y el 49.1%, hombres. Esta población está ocupada básicamente en los sectores del comercio, agricultura, industria manufacturera, la construcción, entre otras actividades económicas. Los datos relativos al mercado de trabajo que el Banco Central publica, básicamente los agrupa de la siguiente forma: población ocupada según actividad, según ingreso y según sector formal e informal de la economía. • Población ocupada por condición de actividad En términos relativos, la actividad económica que más participación tiene sobre el empleo total es el comercio, con 21.1%; en segundo lugar, la agricultura, con 13.3%, y la industria manufacturera, con 9.9%, en
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tercer lugar. Sin embargo, la categoría “otros servicios”, que agrupa una cantidad variada de servicios, caracterizada principalmente por el autoempleo, reporta una contribución del orden del 25.6%, la más alta de todas las actividades. Dentro de la categoría de grupo ocupacional, los trabajadores vinculados a los servicios representan el 22.5%. Le siguen los operarios y artesanos, con 13.5%, y continúan los operarios y conductores, con 9.1%. En la clasificación de categoría ocupacional, la lideran los empleados privados, que ascienden a 40.9%. En segundo lugar, los trabajadores por cuenta propia, al registrar el 40.8%, y en tercer puesto, los empleados del Estado, con 13.8%. Por grupo de edad, la población más numerosa está compuesta por los que se encuentran entre 20 y 39 años, al representar el 48.4%; luego, le siguen las edades entre 40 y 59 años, con 36.6%, y en tercer lugar, la de 60 o más, con 10.1%. En cuanto al nivel educativo de la población ocupada, el grupo mayoritario lo encabeza el grado escolar de primaria, con 37.8%, seguido de la secundaria, situada con 33.4%, y continúa con la educación superior universitaria, que registra un grado de 22.7%, para un tercer puesto. • Población ocupada por ingresos Según la clasificación por ingreso, el ingreso promedio de RD$89.81 por hora para los 10 grupos en que está conformada la población ocupada, la que registra el primer lugar es la del comercio. Le sigue la agricultura y continúa la industria manufacturera, con 20.9%, 12.8% y 9.9%, respectivamente. Por grupo ocupacional, la población que lo lidera está ocupada por los trabajadores de servicios, con 19.6%; en segundo lugar, los operarios y artesanos, con 13.6%, y en tercer puesto, con 8.2%, los empleados de oficina. En lo relativo al grupo “perceptor de ingresos”, la población ocupada que representa la posición cimera es la del empleado privado, seguido por los de la cuenta propia, y finalmente, el de los empleados del Estado, con 41.4%, 41.3% y 13.9%, respectivamente.
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Respecto al grupo de edad, la comprendida entre 20 y 39 años lidera la clasificación, al colocarse con 48.6%. En segundo lugar, la frecuencia de edad entre 40 y 59 años, con 36.8%, y la de 60 y más, con 10.2%, para un tercer lugar de la población ocupada de más de 10 años. La población ocupada que percibe ingresos en el sector formal de la economía ascendió a 1, 965,488 y la informal se colocó en 2, 343,552, para un total general de 4,309,040. Estas cifras permiten afirmar que los empleos informales superan a los formales en una relación de 54.4% vs 45.6%. Entre las causales más relevantes del empleo informal se señalan la excesiva regulación por parte del Estado y los elevados costos para operar con márgenes de beneficios razonables; por su parte, entre las desventajas que se citan están los salarios más bajos que en el sector formal, mayor inestabilidad laboral, nulo acceso a la seguridad social, mayor propensión al incumplimiento laboral y el no pago de impuestos. • Tasa de desempleo La tasa de desempleo ampliada registrada a 2015 fue de 14.0%, distribuida de la siguiente manera: en los hombres, la tasa fue de 8.2%, y en las mujeres, 22.4%; esto quiere decir que el mayor nivel de desocupados le corresponde al sexo femenino. En el período 2000-2015, la tasa de desempleo ampliado se ha movido en el rango de 13.9% como piso, en 2000, a 18.4% como techo, en 2004; el promedio anual alcanza un 15.5%. Por el lado de la tasa de desempleo abierto, también para 2015, el nivel se situó en 5.9%, representando los hombres el 4.0% y las mujeres, el 9.0%. La tasa promedio del desempleo abierto fue de 6.1%. En términos comparativos entre los diferentes tipos de tasas de desempleo del país vs cualquier otro de América Latina, deben considerarse al menos dos puntualizaciones, a los fines de ser lo más homogéneos posible. Primero, que los países comparados tengan la misma edad mínima, para determinar la población económicamente activa, y segundo, que la cantidad de horas trabajadas sea igual a la semana, para considerarla ocupada.
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• Relación del desempleo con otras variables Respecto a la relación desempleo/PIB, desde la curva de Phillips hasta la Ley de Okun, a escala internacional se ha venido documentando la asociación entre ambas variables, encontrándose en algunas economías una relación fuerte, en otras, mediana, y en ocasiones, débil, en cuanto a la asociación; de todos modos, el vínculo ha quedado establecido, al menos como para no negar la hipótesis causal del impacto que genera la actividad económica sobre la creación de empleo. En el caso dominicano, la asociación entre el desempleo y el PIB ronda el 0.44, sugiriendo que por cada 2.28% que crece el PIB, el desempleo decrece en 1.0%; pero como la desocupación no solo proviene de los que pierden su empleo, sino también de la nueva fuerza de trabajo que se incorpora constantemente, a razón de 2.0% anual promedio, probablemente el crecimiento del PIB deberá ser aun mayor del indicado, para generar el 1.0% adicional de empleo y así reducir el alto nivel de desempleo que prevalece en la economía dominicana. Otra de las relaciones que se ha establecido es la de la inflación con el empleo, y la misma data desde que William Phillips construyó una curva, estableciendo la relación inversa entre ambas variables, produciéndose la situación en que cuando la inflación aumenta, baja el desempleo, y lo contrario; sin embargo, con el tiempo también se ha demostrado que eso solo podría funcionar muy en el corto plazo, dado que luego, los efectos podrían ser contraproducentes, pues una elevación de los precios tiende a presionar los salarios y hace, además, reducir la demanda, constituyéndose ambos en causantes de caídas del PIB y, por lo tanto, del empleo; a este fenómeno se le conoce como estanflación. En estos tiempos, donde la tendencia ha sido asumir el esquema de metas de inflación por parte de los bancos centrales, sugiere que se apuesta más por precios bajos y estables, que apostar por tasas elevadas de los mismos. La República Dominicana, desde 2012, adoptó el referido esquema, contribuyendo a una inflación más baja y estable, entre 1.58% y 3.91%, con todos sus efectos colaterales positivos sobre las tasas de interés, de cambio y confianza del público. La evidencia de la economía dominicana apunta hacia favorecer tasas de inflación cada vez menores, pues durante los años 2000-2015, el PIB se mantuvo creciendo en promedio anual cercano al 6.0%, y el nivel de
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precio se mantuvo en un dígito, excepto en los años donde se elevó a niveles de récord histórico contemporáneo, y en forma simultánea, el PIB cayó hasta niveles negativos, tal y como aconteció en los años 2003 y 2004, con tasas negativas de crecimiento de la economía de 0.3% y bajo desempeño de 1.3%; la inflación se colocó sobre el 42.0% y 28.0%. Paralelamente a la baja inflación de la última década, estabilidad de precios y desempeño positivo del PIB, la tasa de desempleo desde 2005 hasta 2014 en líneas generales, ha disminuido, al pasar de 18.4% en 2010 a 14.3% y 14.0% en 2015, y aunque se debe reconocer que es alta, la misma es menos alta que la de 10 años atrás. De manera que la asociación entre la tasa de crecimiento del PIB y la inflación apunta favorablemente a un mejor desempeño en la generación de empleo en la economía dominicana.
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Intermediación financiera bancaria: Es la captación habitual de fondos del público, a fin de colocarlos a terceros a través de cualquier producto financiero utilizado por ambas vías. • El sistema de intermediación financiera bancaria El sistema financiero está conformado por un grupo de participantes del mercado que interactúan conforme a la naturaleza directa o indirecta de sus operaciones. La primera está referida al mercado de valores, en la que el riesgo lo asume enteramente el inversionista; la segunda es la intermediación bancaria, donde los riesgos son asumidos por el agente superavitario que cede su liquidez al intermediario que lo capta, bajo su completa responsabilidad, a fin de colocarlos luego, asumiendo también los riesgos. Para operar en calidad de entidad intermediaria bancaria en el territorio nacional, la legislación establece que la misma tiene que estar debidamente autorizada y registrada por la autoridad competente oficial, y sujetarse a la supervisión del ente supervisor sectorial designado por ley. En ese rol de intermediario, la entidad bancaria asume dos riesgos. En la captación, porque tiene obligaciones con el que le cede su excedente, y en la colocación, porque debe procurar su rentabilidad o recuperación. El sistema de intermediación financiera bancaria del país está regido por la Ley monetaria y financiera número 183-07, y su rectoría se la delega a lo que se denomina Administración Monetaria y Financiera, compuesta por la Junta Monetaria, el Banco Central y la Superintendencia de Bancos, siendo la primera el órgano superior. • Composición del sistema de intermediación financiera bancaria Conforme a la ley monetaria y financiera vigente, las entidades de intermediación pueden ser de naturaleza privada o pública; dentro de las privadas, podrán ser de carácter accionario o no accionario. Las accionarias son los Bancos Múltiples, Bancos de Ahorro y Crédito y las Corporaciones de Crédito, y las no accionarias corresponden a las Asociaciones de Ahorros y Préstamos y las Cooperativas de Ahorro y Crédito.
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A diciembre de 2015, en el territorio nacional estaba operando debidamente, en el mercado de intermediación financiera bancaria indirecta, un total de 63 entidades, compuesto por 17 Bancos Múltiples, 19 Bancos de Ahorro y Crédito, 16 Corporaciones Crediticias, 10 Asociaciones de Ahorros y Préstamos y una entidad pública. Tres entidades se encontraban en proceso de liquidación voluntaria, una del grupo de banca múltiple y dos corporaciones de crédito; en situación de disolución, tres, correspondientes a dos Bancos de Ahorro y Crédito y una Asociación de Ahorros y Préstamos. Las entidades que operan debidamente en el mercado de intermediación indirecta tienen que cumplir con un conjunto de requisitos establecidos mediante reglamento para su autorización previa; así como a posteriori, lo que implica la observancia de buenas prácticas bancarias generalmente aceptadas, que apuesten al fortalecimiento institucional de las mismas. De igual forma y en complemento debe funcionar un ente de regulación y supervisión adecuado y oportuno, a fin de inducir al sistema financiero a cumplir satisfactoriamente con el marco regulatorio mediante el modelo de supervisión basada en riesgo; de esa manera, y en forma simultánea, proteger los derechos de los ahorrantes y usuarios de la intermediación bancaria, en un clima de competencia de libre mercado con transparencia, al tiempo que vela por el desempeño adecuado de sus indicadores financieros, especialmente los que están establecidos en forma de mandato. La distribución geográfica de las 1,386 distintas oficinas bancarias establecidas en el territorio nacional, está dividida en 585 para la zona metropolitana, para un 42.0%, 519 en la región Norte, equivalente a 37.0%, el Este, con 161, representando el 12.0%, y el Sur, con 121, para 9.0% del total. Las oficinas localizadas en las diferentes regiones del país han permitido que el sistema capte recursos del público, a diciembre de 2015, por un monto total de 1,069 millones, distribuidos en un 66.0% para la zona metropolitana, el 23.0% para la región Norte, el Este, con 6.0%, y el Sur, con 5.0%. La canalización de lo captado por la red de entidades de intermediación financiera permitió canalizar hacia el financiamiento un monto de RD$844.5
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millones, repartido en un 73.0% para la zona metropolitana, el 16.0% para la zona Norte, la Este, con el 6.0% y la Sur, con un 4.0%. La cantidad total de préstamos ascendió a 4, 016,328 millones, de los cuales, la zona metropolitana lideró el posicionamiento, con 57.0%; le sigue la región Norte, con 26.0%, luego el Este, con 9.0%, y finalmente, el Sur, con 8.0%. La cantidad de cajeros automáticos del país asciende a 2,677, diseminados en 1,274 en la zona metropolitana, 776 en el Norte, 443 en el Este y 184 en el Sur. Estos datos e indicadores de alguna forma dimensionan el grado de profundización bancaria existente en la economía dominicana. • Importancia del sistema de intermediación financiera indirecta Las entidades de intermediación bancaria tienen importancia, al menos desde tres perspectivas: desde la familia, las empresas y en la economía en su conjunto. A partir de la óptica del núcleo familiar, porque fomenta el ahorro con mayores niveles de seguridad en aquellos segmentos poblacionales que disponen de ingresos suficientes para cubrir en exceso el consumo; por esa vía, facilitan su acceso al crédito en condiciones más favorables en términos de costo, al tiempo que se eleva la cultura financiera bancaria y mejora el manejo de las finanzas personales. Desde la acera de las empresas, facilita el acceso al crédito, induce a la profesionalidad en el manejo de la empresa, le permite apalancarse para ampliar sus inversiones y aumenta su capacidad competitiva, potenciando su participación en el mercado actuante, al incrementar la eficiencia y seguridad con sus clientes, proveedores y empleados. Del lado de la economía, contribuye a aumentar la formalización de las operaciones comerciales, con todos los beneficios que se derivan de la economía formal, induce a una mejor distribución y canalización del ahorro, a una mayor transparencia de las actividades financieras, particularmente con el tema del lavado de activos, al tiempo de fomentar las actividades productivas, generando más empleo, ayudando a reducir la pobreza y propiciando crecimiento de la economía en su conjunto.
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• Comportamiento del sistema de intermediación financiera indirecta El tamaño del sistema de intermediación financiera indirecta, al cierre de 2009, medido por el lado de los activos, ascendió a RD$675,569 millones, para un 39.0% de colaboración en el PIB; sin embargo, para 2014, los activos totales se elevaron a RD$1,219,934 millones, una participación dentro de la economía de 43.8%, mostrando un comportamiento creciente de los activos, tanto por el lado del monto como de su aporte relativo, en una magnitud de 180.5%, y por diferencia aritmética de su contribución al PIB, de 4.8%. La composición de los activos del sistema bancario nacional no presenta cambios significativos durante los años 2009 y 2014, pues mientras la cartera de crédito tenía una participación de 57.2% en 2009, en 2014 fue de 57.6%, los fondos disponibles, 20.0% y 19.7%, las inversiones negociables, 15.5% y 16.5%, los activos fijos, 3.0% y 2.7%, las cuentas por cobrar, 0.6% y 0.57%, las inversiones en acciones, 0.5% y 0.48%, y otros activos, 2.8% y 2.43%, para los mismos años. La estructura de los activos bancarios es indicativa del nivel de rigidez que el sector de intermediación financiera indirecta muestra en el manejo de sus negocios, es decir, es señal de una postura conservadora. En términos comparativos, la cartera de crédito total del sector bancario creció de RD$394,969 millones en 2009 a RD$725,586 millones en 2014, una variación absoluta de RD$330,617 millones en 6 años. Por el lado de la participación de la cartera de crédito al sector privado, a diciembre de 2014 se situó en 24.4% del PIB, mostrando aun una relativa baja en la capitalización de la economía fondeada por el sistema bancario nacional. El crédito dirigido al sector privado se fortaleció durante los años 2009 y 2014, al pasar de 85.4% a 93.5%, una diferencia de 8.1%, mientras que el financiamiento destinado al sector público pasó de 14.6% a 6.4%, una reducción del orden de 8.2%. Este tipo de comportamiento es revelador de que el sector público está dando señales que su política fiscal procura desmontar su participación dentro del crédito, dejándole en consecuencia más espacio al sector privado para la demanda de recursos financieros provenientes de la banca.
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En lo relativo al nivel de dolarización de la cartera de crédito, a diciembre de 2009 correspondió a 17.2%; en cambio, para 2014 se elevó a 24.1%, un incremento de 6.9%. La dolarización de una cartera puede presentar dos tipos de riesgos, el asociado al tipo de actividad que realice la empresa beneficiaria del crédito, cuando no se dedica a la actividad exportadora, y aun dedicándose, por el riesgo cambiario que implica. La caracterización de las captaciones de la banca muestra que las mismas descansan, en términos de importancia, en las cuentas de ahorros, con 32.4%, con alta vocación de relación captación/retiro; los certificados financieros de relativa permanencia, 321.2%, y los depósitos a plazos, 20.1%. El resto del 16.3% pertenece a cuentas corrientes, bonos, etc. El nivel de morosidad medido por la cartera de crédito vencida sobre el total de la cartera de crédito para 2009 fue de 4.1%, y a 2014, de 1.48%. Este desempeño sugiere una mejoría en la calidad de la cartera de préstamos, al tiempo de reducir la exposición al riesgo. En cuanto al índice de provisiones que muestra el nivel de reservas para afrontar posibles pérdidas de cartera de crédito, el sistema financiero indirecto pasó de 103.9% en 2009 a 201.0% en 2014, una cobertura que duplica el crédito vencido. • Indicadores microprudenciales del sistema de intermediación financiera indirecta Una buena forma de medir la capacidad de respuesta de un sistema financiero bancario, respecto a posibles situaciones demandantes adversas, es a través de los indicadores microprudenciales, que muestran el nivel de estabilidad y solidez de las entidades que conforman el sector de intermediación indirecta. En la banca, los principales indicadores microprudenciales son: solvencia, eficiencia, rentabilidad y liquidez. En el caso del primero, para los años 2009 y 2014 se movió de 17.5% a 16.1%; aun mostrando una disminución, queda en el nivel tipificado como muy bueno, de acuerdo con la guía descriptiva de indicadores financieros de la Superintendencia de Bancos. En lo concerniente al grado de eficiencia de un banco, medido por la relación costo/ingreso, el indicador de eficiencia pasó de 70.6% a 69.0%, para los años 2009 y 2014, es decir, que conforme a la interpretación
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de los estándares internacionales, se sitúa como regular, pero más cercano al límite inferior de malo. Por su lado, la liquidez, como indicador derivado de la relación entre la disponibilidad sobre las captaciones, que mide la capacidad del sistema financiero para enfrentar sus compromisos de corto plazo, pasó en el mismo período de 26.0% a 25.0%. Un alto índice de liquidez es una señal de que sus activos son improductivos, afectando por esa vía los niveles de rentabilidad. En lo referente al índice rentabilidad como indicador que muestra la capacidad de la entidad financiera para generar ingresos a los fines de expandirse, al 2009 fue de RD$15,187 millones y al 2014 se elevó a RD$22,057 millones, una diferencia del orden de RD$6,860 millones.
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El sistema previsonal Sistema previsional: Es la estructura estatal/privada que procura brindar amparo a la población en materia de salud presente y futura, así como ingreso monetario para sustentar el consumo a lo largo del tiempo no laborable. • Acerca del sistema de la seguridad social El Sistema de Seguridad Social Dominicano, en términos de consenso, tiene su origen en el diálogo tripartito que permitió socializar y acordar los principales puntos que sustentan la Ley 87-01, que rige todo lo relativo al fundamento legal del sistema previsional público y privado, como forma de promover y garantizar una mayor protección colectiva, familiar y personal a toda la población dominicana y residente legal, bajo el esquema de la gradualidad, sostenibilidad, funcionalidad y rentabilidad financiera. La gradualidad viene dada porque la seguridad social se desarrolla en forma progresiva y constante, a fin de abarcar cada vez más a la población total; la sostenibilidad, referida a la capacidad de hacer viable, en el marco del soporte económico, a la cobertura de la seguridad social; la funcionalidad abarca toda la operatividad de los que la componen, a través de aglutinarla, articularla, normalizarla y supervisarla, para brindar un servicio eficiente y eficaz; y la rentabilidad, concerniente a los beneficios que debe reportar la inversión de los fondos de pensión, derivada básicamente al descontarle la inflación. La seguridad social en los estados modernos es vista como necesaria, así como una condición del crecimiento sostenible y el desarrollo económico, en las dimensiones de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida, la reducción de la pobreza, la desigualdad social, simultáneamente con un aumento de la capacidad y nivel de ahorro nacional e individual a largo plazo, componentes fundamentales para el crecimiento del PIB, el mantenimiento del consumo y la salud para la población que no se encuentra en edad de trabajar. De lo anterior se deriva la importancia de la seguridad social, basada en la procura de certidumbre para aquella población en riesgo de vejez, retiro, protección en los casos de accidentes laborales y promoción de salud e ingreso monetario futuro.
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El objeto del Sistema de Seguridad Social es regular los derechos y deberes recíprocos del Estado y los ciudadanos, y de las empresas y los ciudadanos, en lo concerniente al financiamiento para la protección de la población contra los riesgos de vejez, discapacidad, cesantía, sobrevivencia, enfermedad, maternidad, infancia y riesgos laborales, en un ambiente de rentabilidad financiera. La seguridad social, conforme al ordenamiento legal actual, está fundamentada en el modelo de capitalización individual, en donde cada trabajador es poseedor de una cuenta que acumula los recursos provenientes de sus aportes, los del empleador y los rendimientos durante la vida laboral. Las Administradoras de Fondos de Pensiones son las que están autorizadas a invertir los recursos que administran, de acuerdo a reglas establecidas por la ley y normativas, tanto por el lado de la rentabilidad real, como por sus efectos positivos hacia la creación de empleo y aumento de la producción. El Sistema Nacional de Seguridad Social (SNSS) está compuesto por tres regímenes de financiamiento: el Contributivo, que alcanza a los trabajadores asalariados y a los empleadores, públicos y privados, fondeados por todas las partes; el Subsidiado, que abarca a los trabajadores por cuenta propia, con ingresos inestables e inferiores al salario mínimo nacional, y a los desempleados, discapacitados e indigentes, financiados por el Estado; y el Contributivo Subsidiado, correspondiente a los profesionales, técnicos independientes y trabajadores por cuenta propia, con ingresos promedio iguales o superiores a un salario mínimo nacional, con financiamiento fundamentado en los aportes del trabajador y un subsidio estatal para suplir la falta de empleador . Conforme lo establece la Ley 87-01, las fuentes de financiamiento del régimen contributivo son las cotizaciones y contribuciones de los afiliados y empleadores, a razón de 30.0% los primeros, y 70.0% los segundos; también, los beneficios, intereses y rentas provenientes de las reservas del Fondo de Solidaridad, del importe de las multas, de la realización de activos y utilidades que produzcan sus bienes, las donaciones, herencias, legados, subsidios y adjudicaciones. Tanto las cotizaciones y contribuciones, así como las reservas y rendimientos de las inversiones que generan los fondos de pensiones, están exentas de todo tipo de impuesto o carga directa o indirecta; de la misma forma, también lo están las pensiones cuyo monto sea inferior a cinco salarios mínimos nacionales.
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El Sistema de Seguridad Social está integrado, en términos organizacionales, por seis tipos de entidades: el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), como órgano superior, la Tesorería, la Dirección de Información y Defensa de los Asegurados (DIDA), las Superintendencias de Pensiones, de Salud y Riesgos Laborales, el Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), las de Riesgos de Salud (ARS), y las Proveedoras de Servicios de Salud (PSS), sean estas de carácter mixto, público o privado, con fines o sin fines de lucro. Las funciones del CNSS están asociadas al establecimiento de las políticas y regulación del funcionamiento del sistema; la Tesorería de la Seguridad Social tiene a su cargo el Sistema Único de Información, el proceso de recaudo, distribución y pago; la DIDA es la responsable de promover el Sistema de la Seguridad Social, de informar a los afiliados sobre sus deberes y derechos, asesorar a los afiliados y recibir reclamaciones y supervisar el funcionamiento del SNSS, desde el punto de vista del usuario. En cuanto a las superintendencias, tienen a su cargo la supervisión, desde la perspectiva del cumplimiento de lo establecido en la regulación, función exclusiva del Estado (del SNSS); las AFP tienen como objeto administrar, otorgar e invertir las cuentas personales de los afiliados. Las ARS prestan los servicios de asumir y administrar el riesgo de la provisión del plan básico de salud, mientras las PSS ofrecen servicios ambulatorios de diagnóstico, hospitalarios y quirúrgicos. • Desempeño y beneficios del SNSS Al entrar en operación el SNSS, amparado en la Ley 87-01, la cantidad de afiliados a septiembre de 2003 se situó en 927,082. Justo cinco años después, en 2008, el número aumentó a 1,941,668. A los diez años, que correspondió a septiembre de 2013, el total continuó creciendo, al colocarse en 2, 837,928, y a febrero de 2016 estaba en 3, 296,822, para un crecimiento entre 2003 y 2016, de 256.0%. Del total de afiliados, los hombres alcanzan 1, 879,184 y las mujeres, 1, 417,638. A febrero de 2016, de un total de cinco AFP, la que lidera la cantidad de afiliados es Scotia Crecer, con el 33.2%. Le sigue la Popular, con 31.7% del subtotal correspondiente a las AFP, de unos 3, 083,179 afiliados. Por el lado de los afiliados que cotizan, el número pasó de 570,119 a
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septiembre de 2003, a 1, 605,919 en febrero de 2016, para un crecimiento de 181.6%. La AFP que concentra la mayor cantidad de cotizantes es la Popular, al situarse con 35.0%, seguida de Scotia Crecer, con un 31.0%. Con relación a la edad, la comprendida entre los 25 y 29 años representa la mayor cantidad de cotizantes, al situarse en 256,306, seguida de la frecuencia de edad de 35 a 39 años, con 219,391, para un 15.9% y 13.7%, respectivamente; de igual forma, el sexo masculino lidera los porcentajes, con 55.5%, mientras las mujeres son un 44.5%; y finalmente, asociado al nivel salarial, la cantidad de afiliados con ingresos equivalentes a un salario mínimo por mes, el grupo de los trabajadores con ese tipo de salario lidera la cantidad de cotizantes por salario, al tener una participación de 35.8% dentro del total; el salario mínimo cotizable a febrero de 2016 era de RD$9,855. En términos patrimoniales, el SNSS cuenta con un total de RD$378,294,401,924 a febrero de 2016, de los cuales los pertenecientes a las cuentas de capitalización individual lo lideran, con 78.3%, seguidos del Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (INABIMA), para una participación de 8.7%. Respecto a la participación dentro del tamaño de la economía, los fondos representan el 13.7% del PIB. Como se ha indicado, una de las ventajas del tipo de sistema de seguridad social tiene que ver con que sirve de vehículo para promover el ahorro nacional, soporte clave de la inversión interna; y precisamente, un aspecto nodal es el proceso de colocación de esos recursos acumulados, para lo cual el ordenamiento legal estipula las condiciones de su uso, en términos del portafolio de inversión, condiciones consagradas dentro de los tipos de instrumentos financieros en los cuales dichos fondos se pueden colocar, atendiendo a rentabilidad, efecto expansivo sobre la economía y empleo y reducidos niveles de riesgo. La inversión de los fondos de inversión por parte de las AFP está regulada por la Superintendencia de Pensiones, mientras que los emisores de los productos financieros objeto de decisión de invertir son regulados y supervisados por la Superintendencia de Bancos o la de Valores, según sea el sector al que pertenezca el emisor. La precondición para que las AFP puedan invertir en los distintos tipos de instrumentos financieros del mercado nacional, es que las mismas deben ser previamente aprobadas por la Comisión Clasificadora de
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Riesgos, compuesta por el Banco Central y las Superintendencias de Pensiones, Bancos, Valores y Seguros, así como por un representante de los afiliados. Los beneficios que se derivan del SNSS son el de la pensión por vejez, para lo cual se requiere una edad mínima de 60 años; por discapacidad, sujeta a una lesión permanente o enfermedad que imposibilite desempeñar labores productivas; por edad avanzada, la cual se origina cuando el trabajador pierde su empleo y tiene no menos de 57 años de edad y ha cotizado al sistema por no menos de 25 años, y la de sobrevivientes, pertenecientes al cónyuge e hijos menores de 18 años. El SNSS ha otorgado pensiones por discapacidad y sobrevivencia a 10,673 personas; la rentabilidad nominal promedio del sistema es de 10.73%, a febrero de 2016. Por tipo de fondo, el liderazgo lo tiene el INABIMA, con 14.02%, seguido del Banco Central, con 11.12%; las comisiones administrativas que cobran las AFP son de un 0.5% mensual. El SNSS manifiesta un creciente fortalecimiento, medido por los lados del aumento de la población incorporada al Sistema, por la solidez mostrada por cada uno de los participantes debidamente autorizados, la seguridad presentada por la cartera de inversión, así como por su rentabilidad para los cotizantes y las AFP.
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Préstamo bancario: Es un sistema de financiación que posibilita la obtención de recursos financieros para quien lo requiera, en condiciones de plazo y tasa de interés. • Evolución de la composición relativa de los préstamos bancarios En la evidencia internacional está suficientemente comprobado y sustentado en forma empírica y teórica, la importancia que tiene, para el desenvolvimiento de la economía, el papel jugado por la canalización de los ahorros del público hacia las actividades productivas de un país, por parte de las entidades de intermediación financiera. El examen corresponde a una evaluación de la evolución de la composición de los préstamos bancarios del sector privado, según destino, para el período de 2006-2014, a fin de identificar si los mismos han mostrado alguna modificación estructural en cuanto a su participación dentro del total. Como modo de ponderar en forma vinculante la evolución de la composición de los préstamos bancarios, se incorpora el peso relativo que tiene cada uno de los sectores de la economía dentro del Producto Interno Bruto (PIB) dominicano, así como el balance de la cuenta corriente de la balanza de pagos, expresión estructural y causal del monto global de la deuda externa. • Composición sectorial del PIB La composición sectorial de la economía dominicana continuó experimentando transformaciones en forma de tendencias de décadas pasadas, al producirse cambios desde 1980 hasta 2014. Los sectores agropecuario, industrial y servicios para 1980 tenían una participación dentro del PIB de 16.0%, 29.0% y 47.0%, respectivamente, moviéndose, en 1991, a 12.5%, 32.5% y 48.0%. La tendencia mostrada durante el período 1980-1991, en cuanto a la composición de los tres sectores de la economía siguió ese curso, al situarse en 2006 en 6.5% para el agropecuario, 27.4% el industrial, y 58.6% los servicios; ya para 2014 se encuentra en 4.8%, 26.2% y 62.4%, respectivamente, para cada uno de los sectores.
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La evidencia en todo el período indica que el sector agropecuario ha pasado de 16.0% a 4.8%, el industrial, de 29.0% a 26.2% y los servicios, de 47.0% a 62.4%. Esta modificación estructural del PIB podría ser indicativa de la poca capacidad para generar las divisas suficientes por el lado de las exportaciones.
Cuadro 1 Cuadro 1 Evolución composición sectorial del PIB, en % Evolución composición sectorial del PIB, en % Años
Agropecuario
Industrial
Servicios
1980
16
29
47
1991
12.4
32.5
48
2006
6.5
27.4
58.6
2007
5.9
26.4
58.2
2008
5.9
27.7
59.2
2009
5.7
27.8
58.8
2010
5.7
27.5
59
2011
5.6
28.6
59.1
2012
5.6
27.6
60.1
2013
5.6
27.1
60.5
2014
4.8
26.2
62.4
Fuente: Elaborado por el autor, en base a informaciones página web Banco Central.
• Comportamiento cuenta corriente balanza de pagos El saldo de las transacciones de la economía dominicana con el resto del mundo, durante el período analizado, señala un balance negativo de naturaleza estructural, por lo prolongado que ha sido, mismo que aunque en ocasiones mostró mejoría, siempre se mantuvo dentro del saldo negativo. Al presentar déficit permanente en el sector externo, la economía no muestra capacidad para generar las divisas necesarias para solventar los niveles de requerimiento de las importaciones, razón que impulsa, de alguna forma, a procurar el financiamiento externo, como forma de complementar las necesidades financieras.
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Cuadro 2 Cuadro 2 Comportamiento cuenta corriente balanza de pagos y deuda externa Comportamiento cuenta corriente balanza de pagos y deuda externa En millones US$ en millones US$ Año
Balance cuenta corriente
Deuda externa
2006
-‐1,287
6,295
2007
-‐2,166
6,555
2008
-‐4,518
7,225
2009
-‐2,330
8,821
2010
-‐4,330
9,946
2011
-‐4,391
11,625
2012
-‐4,011
12,871
2013
-‐2,562
14,918
2014
-‐2,025
16,074
Fuente: Página web Banco Central y Dirección General de Crédito Público.
Al observar el cuadro 2, se pueden apreciar los déficits permanentes que presenta la cuenta corriente de la balanza de pagos, teniendo como balances negativos máximos los años 2008 y 2010-2012, justo en el tiempo cuando la crisis financiera internacional hizo aparición e impactó sobre las economías del mundo. El valor promedio anual del referido déficit ascendió a US$3,068 millones. Los recurrentes déficits pueden vincularse como factor causal del nivel de la deuda externa, el cual ha ido en aumento en términos absolutos, al pasar de US$6,295 millones en 2006 a US$16,074 millones en 2014, para un incremento de US$9,979 millones, y de US$1,086 millones promedio anual. El cruce entre el monto anual promedio del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos y la deuda externa permite arrojar elementos justificativos a favor del financiamiento del déficit, vía endeudamiento externo.
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• Comportamiento préstamos bancarios sectoriales En términos sectoriales, el destino de los préstamos del sistema financiero está compuesto por los sectores público y privado. Estos, a lo largo de los nueve años seleccionados, mostraron un desempeño zigzagueante, liderado siempre por el sector privado. Durante el período 2006-14, los años donde el sector público manifestó una participación menor fueron 2001 y 2014, con 6.4% y 6.3%, respectivamente, dentro del total de préstamos que recibió la economía; en el otro lado, el sector privado registró sus niveles más altos de la canalización del financiamiento a las distintas actividades productivas de la economía, con 93.6% y 93.4%, también respectivamente. En contraposición, el sector público alcanzó su mayor participación en 2006, con 13.5%, y en 2009, con 14.2%, mientras el sector privado, su participación menor fue justamente esos mismos años, al contribuir con 86.5% y 85.8%. Cuadro 3 Cuadro 3 Evolución participación sectorial préstamos bancarios, en % Evolución participación sectorial préstamos bancarios, en % Año
Sector público
Sector privado
2006
13.5
86.5
2007
8.9
91.1
2008
11.6
88.4
2009
14.2
85.8
2010
8.7
91.3
2011
6.4
93.6
2012
11.5
88.5
2013
12.9
87.1
2014
6.3
93.7
Fuente: Informe economía dominicana, varios años, Banco Central.
La participación de los sectores público y privado, dentro del total de préstamos del sector financiero, sugiere una dinámica de la cartera de crédito, en función de la coyuntura por la que atravesó la economía en cada año, provocada por factores domésticos, como las necesidades de recursos del gobierno, ante la caída de los ingresos corrientes o por aumento del gasto oficial, o por los internacionales, como la crisis financiera de 2007-2008 y su impacto global.
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• Comportamiento préstamos bancario por destino En términos teóricos apriorísticos, se podría afirmar que el destino de los préstamos bancarios es una evidencia, basada en la combinación de la conducta de los agentes económicos, al procurar financiamiento, y a la política bancaria de minimizar determinados riesgos asociados a la naturaleza de la actividad productiva. Sin embargo, la evidencia que muestra la composición del destino de los préstamos bancarios del sector privado, es indicativa de que su estructura sectorial ha permanecido casi invariable, neutralizando, desincentivando o contribuyendo probablemente en términos negativos a los cambios sustantivos que han mostrado los sectores agropecuario, industrial y de servicios, que conforman la participación en el PIB dominicano. Quizás una razón que podría explicar la conducta del sector financiero bancario se deba a la lógica que opera en las entidades que lo conforman es que el préstamo es visto como un medio para la rentabilidad, y no como un objetivo; en cambio, desde la perspectiva gubernamental, los préstamos son un medio para el desarrollo nacional. La composición del destino de los préstamos del sector financiero en forma desagregada asciende a trece sectores, entre los cuales se destacan, en términos de su participación dentro del total de la cartera de crédito a 2014, los préstamos personales, los de viviendas, el comercio y la construcción, mismos que casi permanecen sin variación desde 2006. Los sectores generadores de divisas, asociados directamente al destino del financiamiento bancario, son la agricultura, la minería, la manufactura y los hoteles; los mismos muestran un estancamiento o descenso, con la excepción del sector hotelero, durante los años 2006-2014.
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Cuadro 4 Cuadro 4 Comportamiento de los préstamos bancarios por destinos, en % Comportamiento de los préstamos bancarios por destinos, en % Sector
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
Agricult.
5.37
5.07
4.81
5.65
5.93
5.91
5
5.34
2014 4.8
Minas
0.14
0.13
0.28
0.25
0.23
0.32
0.23
1.2
0.15
Manufactura
7.6
6.52
6.68
6.41
5.91
7.04
7.33
7.61
7.02
Electricidad*
0.76
0.55
0.61
0.91
1.12
0.85
1.28
1.21
3.76
Construc.
6.99
6.69
7.56
6.71
8.95
9.09
6.82
7.05
9.29
Comercial
21
22.4
19.8
18.5
18.6
16.9
17.7
19.3
16.8
Hoteles
1.22
1.19
1.58
2.55
3.28
4.05
4.46
4.54
3.69
Transp.
1.26
1.03
1.82
1.71
1.8
1.7
1.65
1.66
1.23
Sector inmob.
3.14
2.76
2.67
4.08
3.67
4.11
3.89
2.92
3.47
Vivienda
14.8
16.6
17.4
17.9
17.8
17.8
18.5
17.7
16.9 2.52
Ss. Com.
2.34
2.31
1.58
1.74
1.99
2.45
2.58
2.05
Microempresa
2.9
2.67
2.97
3.21
2.38
2.44
2.26
2.21
2.4
Consumo
26.1
25
25.3
24.4
23.3
23.4
24.8
24.2
24.5
Fuente: Página web Banco Central. *Incluye agua y gas.
En términos particulares puede apreciarse, en el cuadro 4, que los préstamos al consumo lideraron la serie de años, al situarse en alrededor del 25.0% de contribución dentro del total de los préstamos bancarios. En segundo lugar se coloca el financiamiento a la vivienda, los cuales manifestaron en general una tendencia creciente, al pasar de 14.8% a 16.9%, para los años 2006 y 2014. El tercer lugar lo ocupan los préstamos al sector comercial, pese a que durante toda la serie de tiempo manifestaron una pérdida de importancia relativa, pasando de 21.0% en 2006 a 16.8% en 2014. La construcción, la adquisición de viviendas y el sector hotelero corresponden a los pocos sectores que han ganado participación relativa, al crecer de 6.99% a 9.29%, de 14.86% a 16.94%, y de 1.22% a 3.69%, respectivamente, durante los mismos años, permitiendo que la construcción se coloque en cuarto lugar. En quinto lugar lo ocupa la industria manufacturera, permaneciendo prácticamente estancada su contribución dentro del total de préstamos, que lo sitúa en alrededor del 7.0% durante todo el período.
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El sector minería ocupa el último lugar en toda la serie histórica de años, con apenas el 0.15%, seguido del sector transporte, que promedia 1.5% de participación dentro del total. El sector de la microempresa muestra un estancamiento en la contribución de los préstamos, con tendencia hacia la baja, al pasar de 2.9% en 2006 a 2.4% en 2014; el mejor año lo registró en 2009, con una participación de 3.21% y el de peor desempeño fue 2013 con 2.21%. Conclusiones: Los factores clave a destacar en el examen permiten señalar que la composición de los tres sectores de la economía dominicana (agricultura, industria y servicios), ha variado con el transcurrir de los años, en lo relativo a su incidencia dentro del PIB, apreciándose que mientras los primeros dos pierden importancia, el tercer sector la aumenta. El déficit permanente de la cuenta corriente de la balanza de pagos durante el período considerado, provocó o indujo a procurar financiamiento externo como medio complementario de liquidez, haciendo aumentar el nivel de endeudamiento total, vía la deuda externa absoluta. El destino de los préstamos bancarios durante la serie de años no varió significativamente, como lo hicieron los sectores que conforman el PIB dominicano, evidenciando ello poca o nula relación entre la dinámica crediticia y la tendencia de los sectores del PIB dominicano.
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Margen de intermediación financiera: Es la ganancia derivada de la intermediación financiera entre las operaciones activas y pasivas. Margen de intermediación cambiaria: Es el que resulta de la diferencia entre el precio de quien vende la divisa y el que la compra. • Los márgenes de intermediación financiera y cambiaria En la literatura especializada se le reconoce al sector financiero capacidad de influencia sobre la economía; de ahí que examinar el tema de los márgenes en la tasa de interés del sistema bancario nacional y en el tipo de cambio del peso dominicano por el dólar estadounidense, dentro del sistema cambiario durante el período 2000-2015, resulta relevante, como forma de acercarnos a determinar el grado de eficiencia con el que operan ambos segmentos de mercados. La Ley Monetaria y Financiera 183-02, de la República Dominicana, en su Artículo 24, dispone que las operaciones monetarias y financieras se realicen en condiciones de libre mercado, de manera que los márgenes de intermediación financiera y cambiaria los establece la oferta y demanda. El precio del dinero, así como el de la divisa, está influenciado, el primero, por la tasa de política monetaria que establece el Banco Central de manera administrativa, como instrumento de su política monetaria, la tasa de inflación, y los costos operacionales del sistema financiero; la segunda, por las condiciones macroeconómicas, el nivel de las reservas internacionales, el balance del comercio exterior, y el clima de confianza de los agentes económicos y público en general. Con relación a las operaciones que les son permitidas a las entidades de intermediación financiera y cambiaria, los Artículos del 28 al 30 y el 40 de la ley referida, así como el Reglamento Cambiario dictado por la Junta Monetaria, le confieren el derecho al sector bancario y a los agentes de cambio realizar operaciones, para la primera, de ahorro, crédito y cambiaria, y a la segunda, cambiaria, únicamente. Lo expuesto hasta ahora describe el grado de comportamiento de los márgenes financieros y cambiarios, considerando solo su magnitud y movimiento, y no contempla los factores causales de los mismos; de manera que solo se muestra la evidencia empírica de la tasa de interés y el tipo de cambio, en cuanto al margen de intermediación, desprovista de modelos teóricos o cuantitativos.
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/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
El nivel de margen de intermediación financiera presentado en esta ponderación es el denominado spread medio, el cual supone considerarlo como la diferencia aritmética entre las tasas promedio ponderada activa y pasiva de todo el sistema bancario nacional. Aunque no sea el propósito del examen, el análisis no ignora que la magnitud de los márgenes financiero y cambiario de alguna forma revela el nivel de eficiencia del sistema bancario; como tampoco desconoce que ambos son un canal importante para el desarrollo de la actividad económica de cada uno de los países. La evidencia latinoamericana que ha abordado el tema del margen de intermediación financiera coloca focalmente como sus principales determinantes la alta concentración del mercado, los costos financieros y no financieros, la morosidad de la cartera de crédito, la poca diversificación de los ingresos financieros de las entidades bancarias, el grado de monetización de la economía y la inflación, entre otros. La literatura económica no determina cuál es el parámetro de referencia que se utiliza para indicar cuándo un país tiene un margen de intermediación financiera alto o bajo; la evidencia encontrada solo se limita a mostrar el grado del spread medio, mismo que al compararlo con otros países, señala que es elevado, bajo o igual, o bien si se ha variado, respecto a un período anterior. • Evidencia empírica del margen financiero; caso Centroamérica Por asuntos de integración económica regional, similitudes en el nivel de desarrollo, competencia y relativa cercanía respecto a la economía dominicana, se muestra a continuación la magnitud del spread medio ponderado de los sistemas financieros de los países que conforman la región de Centroamérica, como son Honduras, Nicaragua, Guatemala, Costa Rica y el Salvador, medido con información cortada a abril de 2015.
Los mercados /
105
Cuadro 1 Cuadro 1 Margen de intermediación financiera en Centroamérica en % Margen de intermediación financiera en Centroamérica en % País
Spread medio financiero
El Salvador
3.75
Honduras
13.85
Nicaragua
9,03
Costa Rica
11.25
Guatemala
7.71
Fuente: Calculado por el autor en base a la data de la web de los Bancos Centrales de cada país.
Como se puede apreciar, el margen de intermediación en cada uno de los países que integran la región de Centroamérica es distinto. El Salvador es el caso con el menor spread medio, 3.75%. Este valor lo estaría situando en el más bajo de la zona. Sin embargo, habría que indicar que ese país no posee unidad monetaria nacional, dado que su economía está dolarizada, razón por la cual su spread debe estar más próximo al país dueño de esa divisa; por lo que, a juicio de este examen, no es comparable con el resto de los países del área. De los países que poseen su propia moneda en Centroamérica, el que lidera el menor margen de intermediación financiera es Guatemala, con 7.71%, seguido de Nicaragua, con 9.03%, y el más alto lo posee Honduras, con 13.85%; por lo que entre el primero y el último existe una diferencia del orden de 6.14% en su spread medio. • Comportamiento de la tasa interés activa La serie histórica de la tasa de interés activa del sistema financiero dominicano (2000-2015), muestra un movimiento dentro del rango de 12.15% en 2010 como piso y 32.65% de techo en 2004, para una diferencia en los valores extremos de 20.5%; la promedio se situó en 20.14%.
106
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Cuadro 2 Cuadro 2 Margen de intermediación financiera dominicana Margen de intermediación financiera dominicana Año
TiA
TiP
Margen
Tasa inflación
2000
26.79
17.72
9.07
9.02
2001
23.64
15.42
8.22
4.38
2002
26.12
16.79
9.33
10.51
2003
31.39
20.53
10.86
42.66
2004
32.65
21.16
11.49
28.74
2005
23.22
13.58
9.64
7.4
2006
19.28
10.11
9.17
5
2007
15.7
6.95
8.75
8.88
2008
20.05
10.53
9.52
4.52
2009
17.69
7.5
10.19
5.76
2010
12.15
4.8
7.35
6.24
2011
15.69
7.64
8.05
7.76
2012
15.33
7.09
8.24
3.91
2013
13.58
5.55
8.03
3.88
2014
13.76
6.49
7.29
1.58
2015*
15.14
6.51
8.63
0.23
Fuente: Página web Banco Central. *Hasta mayo.
• Margen de intermediación financiera dominicana Vale destacar, conforme se puede apreciar en el cuadro 2, que la tasa de interés activa de 2003, que alcanzó el 31.39%, al relacionarla con el nivel superior en la tasa de inflación de 2003, que se colocó en 42.66%, permitió una especie de rentabilidad negativa para el sistema financiero, al superar la inflación el precio del dinero facilitado bajo la modalidad de crédito y una licuación del préstamo recibido para el sujeto de crédito, ambas en desmedro de la calidad del sistema financiero. El efecto licuación del crédito proviene de la transmisión del nivel de inflación sobre el costo real del financiamiento.
Los mercados /
107
El nivel más bajo en la tasa de interés activa que se observa en el indicado cuadro, muestra que no se vincula a la tasa de inflación más baja, tal como lo indica el 2010, donde la primera se situó en 12.15% y la segunda en 6.24%; en cambio, cuando hubo la tasa de precios más baja, la de 2014, que fue de 1.58%, el mercado fijó una tasa de interés activa del orden de 13.76%, superior en 1.61% a la de 2010. En líneas generales, la tasa de interés activa mostró, durante los años considerados, una tendencia hacia la baja con estabilidad, al pasar de 26.79% en 2000 a 15.14% a mayo de 2015, para una caída de 11.65% en 16 años. • Comportamiento de la tasa interés pasiva Por el lado de la tasa de interés pasiva, los valores extremos se movieron entre 21.26% en 2004 y 4.8% en 2010 y la media alcanzó el 11.15%. En términos de tendencia, la tasa presentó una disminución significativa, al pasar de 17.72% en 2000 a 6.51% a mayo de 2015, para una caída de 11.21%. Al vincular la tasa de interés pasiva con la inflación, como variable referencial, se puede observar que el menor nivel fue en 2010, con 4.8%; sin embargo, el nivel general de precios de la economía de ese año no fue el más bajo, pues se colocó en 6.24%, siendo la inflación más baja la de 2014, con 1.58%, y la de interés de 6.47%, superior a la de 2010 en 2.49%. En contraposición, la tasa de interés pasiva más elevada se registró en 2004, con un nivel de 21.16% y una tasa de inflación de 28.74%, siendo esta la segunda mayor durante el período de años 2000-2015. • Margen de intermediación financiera Como uno de los factores útiles para medir el grado de eficiencia operativa de las entidades bancarias, el margen de intermediación financiera dominicana se ha comportado con un alto nivel estacionario, expresado en su valor promedio, que no se desvía en forma importante de las magnitudes superior e inferior.
108
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Para los 16 años considerados en el presente examen, el valor promedio del margen de intermediación financiera se situó en 8.98%, mientras que el techo se colocó en 11.49% en 2004 y el piso en 7.29% en 2014, sugiriendo ello que la desviación, respecto a los valores extremos, ha sido de 2.51% y 1.6%, respectivamente. De excluirse las tasas de interés activa y pasiva de los años de gran inestabilidad macroeconómica y financiera, como son los de 2002 a 2004, el margen de intermediación medio se hubiera colocado en 8.62%. Un resultado a destacar, coincidente con la teoría, es el relativo a que el mayor nivel de margen de spread financiero, 11.49% en 2004, se produjo justo con el de las tasas de interés activa y pasiva más elevadas, cuando estas se colocaron en 32.65% y 21.16%, respectivamente. Del lado opuesto, las tasas de interés activa y pasiva de 2010, que fueron de 12.15% y 4.8%, respectivamente, permitió que el margen de intermediación fuera de 7.35%, el segundo más bajo de la serie de años 2000-2015, a una distancia del primero de tan solo 0.06% del primer lugar; lo cual estaría sugiriendo que en el extremo inferior, también acierta la teoría acerca de que tasas de interés más bajas inducen a márgenes de intermediación más bajo. Al comparar el margen de spread promedio del sector financiero dominicano con el de los países de la región de Centroamérica, se puede apreciar que solo Guatemala registra un grado de spread menor que el dominicano, al situarse en 7.71% vs el de Dominicana, que es de 8.98%. El que le sigue a Dominicana en términos de competencia, por el lado de la eficiencia operativa, es Nicaragua, que manifiesta un margen de intermediación financiera de 9.03%, por lo que en la región, el orden lo lidera Guatemala, seguido de Dominicana y luego, Nicaragua. • Margen de intermediación cambiaria Las operaciones cambiarias en la República Dominicana están normadas por el Reglamento Cambiario de la Junta Monetaria, dictado el 23 de octubre de 2006. Este dispositivo legal establece, en el Art. 2, que
Los mercados /
109
dichas operaciones deben enmarcarse dentro del principio de libre transferibilidad y convertibilidad, al tipo de cambio que establezca el mercado, consistente con un régimen cambiario flotante. El mercado cambiario dominicano está estructurado básicamente por dos tipos de entidades, las agrupadas dentro de las entidades de intermediación financiera y los agentes de cambio. Entre ellas se advierte una diferencia en los niveles de compra y venta promedio de la divisa estadounidense y el margen cambiario. Por el lado de las entidades bancarias, el cuadro 3 revela el comportamiento de la compra y venta del dólar respecto al peso, donde el primero pasó de RD$16.30 en 2000 a RD$44.75 a mayo de 2015, y el segundo, de RD$16.37 a RD$44.84, para un nivel de depreciación en la venta de 173.9% en todo el período, y un promedio anual de 10.86%. En el lado de los agentes de cambio, la compra pasó de RD$16.37 en 2000 a RD$44.79 a mayo de 2015, y respecto a la venta, evolucionó de RD$16.44 a RD$44.84, para una depreciación en todo el período de 172.7%, con un promedio anual de 10.79%. Lo anterior muestra que el tipo de cambio en el sistema financiero y el bancario no presenta variaciones significativas, aunque la situación prevaleciente en la economía dominicana en 2004, situó el margen de intermediación en el más alto de la serie de años, con 0.62 centavos en la banca y en los agentes de cambio en 0.42, siendo esta la mayor diferencia. El margen de intermediación cambiaria promedio de la banca fue de 0.17 centavos dominicanos, y el de los agentes de cambio, de 0.12, para una diferencia de 0.05 centavos; el promedio del mercado cambiario se coloca en 0.14 centavos.
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/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Cuadro 3 Cuadro 3 Comportamiento tipo de cambio y margen cambiario Comportamiento tipo de cambio y margen cambiario Año
Compra
Venta
Margen
Compra
Venta
Margen
Comparativo Bancos/ AC
2000
16.3
16.37
0.07
16.37
16.44
0.07
Igual
2001
16.8
16.87
0.07
16.9
16.96
0.06
0.01 Bancos
2002
18.43
18.55
0.12
18.55
18.63
0.08
0.04 Bancos
2003
30.22
30.69
0.37
30.52
30.86
0.34
0.03 Bancos
2004
41.11
41.73
0.62
41.3
41.72
0.42
0.20 Bancos
2005
30.03
30.32
0.29
30.12
30.28
0.16
0.13 Bancos
2006
33.03
33.27
0.24
33.08
33.21
13
0.11 Bancos
2007
32.99
33.16
0.17
33
33.12
0.12
0.05 Bancos
2008
34.4
34.54
0.14
34.41
34.52
0.11
0.03 Bancos
2009
35.88
35.99
0.11
35.88
35.98
0.1
0.01 Bancos
2010
36.74
36.84
0.1
36.79
36.86
0.07
0.03 Bancos
2011
38.01
38.09
0.08
38.05
38.11
0.06
0.02 Bancos
2012
39.22
39.31
0.09
39.27
39.32
0.05
0.04 Bancos
2013
41.7
41.8
0.1
41.75
41.8
0.05
0.05 Bancos
2014
43.44
43.56
0.12
43.5
43.56
0.06
0.06 Bancos
2015*
44.75
44.84
0.09
44.79
44.84
0.05
0.04 Bancos
Fuente: Página web Banco Central. *2015 a mayo.
Conclusiones Como conclusiones del presente examen, se podría afirmar que la evidencia empírica dominicana permite sustentar que a mayor tasa de interés, mayor es el margen de intermediación financiera, y lo contrario también: cuando las tasas son menores, el spread es menor. Comparando el margen de intermediación financiera entre cada uno de los países que conforman la región de Centroamérica con República Dominicana, la evidencia indica que Guatemala lidera la lista con el menor spread, seguido de Dominicana. En cuanto al mercado cambiario, este muestra un margen cambiario diferenciado entre las entidades del sistema de intermediación financiera y los agentes de cambio, en donde el primero presenta un spread mayor que el primero.
Los mercados /
111
Capítulo
Las finanzas públicas
Ingresos fiscales: Son todos los recursos monetarios que recibe el Estado a través de distintas fuentes, como los impuestos, tasas, ventas de bienes y servicios, renta, contribuciones, donaciones y financiamientos, a los fines de cubrir los gastos públicos. • Los ingresos fiscales La principal fuente de fondeo que tienen los ingresos fiscales en cualquier economía del mundo son los impuestos, y la dominicana no es la excepción, pues tal y como señala la evidencia de 2014, la participación de los tributos asciende a un 70.4% del total de ingresos del gobierno. Como país, la figura del impuesto formal aparece en la República Dominicana a partir de 1845, con la promulgación de la ley sobre el mecanismo de percepción de impuestos y distribución de los gastos públicos, mismos que básicamente estaban asociados al comercio exterior de las exportaciones e importaciones, y marginalmente, a patentes comerciales; luego, para 1935, se crea el Departamento de Rentas Internas, y posteriormente, en 1949, se estableció la Dirección General del Impuesto Sobre la Renta. Ambas entidades administraban los tributos y tasas establecidas por leyes, decretos y otros dispositivos legales. En una economía, los impuestos se justifican al menos por tres razones. La primera está asociada a corregir o mitigar las externalidades negativas que producen algunos tipos de inversiones privadas sobre la población, tales como la industria minera, por el impacto ambiental y en la salud, y la del tabaco, por sus efectos directos sobre la salud humana; la segunda, para proveer bienes y servicios públicos a la sociedad, por ejemplo, en defensa de la soberanía, seguridad ciudadana, salud, educación, recreación, vivienda, obras de infraestructura, etc.; y tercero, redistribuir riqueza mediante transferencias a grupos humanos tipificados de extrema pobreza; de esa manera, los impuestos cumplen con la función principal de proveerle ingresos fiscales al Estado, para sufragar gastos. Las dos funciones ejecutadas por el gobierno, indicadas más arriba, la de los impuestos, como potestad exclusiva del Estado, y los gastos, forman parte de los componentes de la política fiscal, adicionándole la del financiamiento presupuestario, cuando los ingresos fiscales corrientes de naturaleza permanente no son suficientes para cubrir las obligaciones públicas.
Las finanzas públicas /
115
El tema de los ingresos fiscales es abordado en las dimensiones de su magnitud, composición y oficinas recaudadoras referidas al comportamiento percibido y registrado para los años completos publicados, 2013 y 2014. • Magnitud y crecimiento El tamaño de la economía dominicana a diciembre de 2014, en términos nominales fue de RD$2,786 millones, mientras que los ingresos tributarios ascendieron a RD$391,642 millones, derivándose una presión tributaria del orden del 14.0%. Por su lado, los ingresos fiscales totales se posicionaron en RD$556,437 millones, que incluyen, además de los ingresos tributarios, los no tributarios, la contribución a la seguridad social, las donaciones y los provenientes del financiamiento presupuestario. Esta magnitud le permitió presentar una participación, dentro de la economía nacional, de un 19.9% como presión fiscal, de manera que entre las presiones tributaria y fiscal existe una diferencia de un 5.9% del PIB. Diversos estudios especializados, incluyendo a organismos oficiales, han revelado que la evasión tributaria es significativa en la economía nacional. Por concepto de ITEBIS se estima en alrededor de un 29.0% (2010) y del Impuesto Sobre la Renta a las personas y a las empresas en 65.2% (2009). Estos niveles de evasión impactan la recaudación tributaria, afectando también el cálculo de la presión tributaria y fiscal como proporción del PIB. Asumiendo que los porcentajes de evasión se redujeran, por el lado del ITEBIS, a 25.0%, y del lado de los ingresos a 60.0%, para 2014, los ingresos que el Estado dejó de percibir fueron de RD$13,428 millones y RD$16,216 millones, respectivamente, para un monto total de RD$29,644 millones. Otra fuente de pérdida de ingresos tributarios, amparada en disposiciones legales, como son las exenciones e incentivos, es el denominado gasto tributario, que al 2016 es de 6.5% del PIB, equivalente a RD$212,378 millones. El total estimado de los ingresos tributarios dejados de percibir por el Estado por los conceptos de evasión impositiva y gasto tributario estaría ascendiendo a RD$242,022 millones.
116
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Ambos temas, el de la evasión impositiva y el gasto tributario, representan un desafío para la política fiscal dominicana, dado que el primero está asociado a la eficiencia de la administración tributaria, simultánea con la transparencia de los contribuyentes, y por otro lado, con la evaluación de los beneficios y costos del gasto tributario, tanto para los contribuyentes, como del fisco. Para una medición más precisa de la magnitud de los ingresos fiscales, debería considerarse la eliminación de algunas partidas o cuentas, tales como las propinas, estipuladas en el Art. 228 del Código de Trabajo, y los aportes al régimen contributivo de la seguridad social, por no constituir estos unos ingresos propios del Estado, dado que ambos son transferidos a la Tesorería de la Seguridad Social y al Ministerio de Trabajo, para ser entregados a los trabajadores del sector hoteles, bares y restaurantes. Por concepto de propinas, la Dirección General de Impuestos Internos lo sitúa en 0.36% del PIB, que traducido a valores monetarios, correspondería a RD$1,003 millones, y de la contribución al régimen contributivo, RD$1,515 millones, ambos a 2014. El crecimiento que manifestaron los ingresos tributarios durante 2013, respecto a 2012, fue de 13.8%, al pasar de RD$310,819 millones a RD$353,761 millones, para una tasa de crecimiento de 13.8%, mientras que el PIB nominal manifestó un aumento de 7.7%. La ponderación histórica que tienen los sectores agropecuario, industrial y servicios en los últimos nueve años, dentro de la recaudación impositiva, es cercana a la registrada al concluir 2013, con 0.3%, 43.5%, y 65.2%, respectivamente; el crecimiento económico mostrado por esos sectores en 2013 fue de 8.0%, 7.5% y 7.8%, respectivamente. La aspiración de cualquier política fiscal es justo eso, que los ingresos corrientes superen en crecimiento al PIB nominal, 13.8% vs 7.7%, escenario que se produjo debido al crecimiento que experimentaron los sectores industrial y servicios en la economía, que son los que más aportan a los ingresos tributarios, conforme a su ponderación dentro del total. El análisis de asociación podría extenderse hacia los subsectores que componen cada sector de la economía, así como a la ponderación que tengan sobre la generación de los ingresos recaudados.
Las finanzas públicas /
117
Este esquema metodológico es válido para cualquier año que se tome como referencia, con la diferencia de que cambiarían los valores registrados, de acuerdo al desempeño de cada una de las variables involucradas. Cuadro Cuadro 11 Ingresos fiscales e indicadores, en millones y % Ingresos fiscales e indicadores, en millones y % Año
Ingreso tributario
Ingreso fiscal
PIB nominal
2014
391,642
556,437
2,786,229
Presión
14
19.9
-‐
Sectores
Agropecuario
Industrial
Servicios
Participación tributaria por sectores, 2013
0.3
34.5
65.2
Crecimiento PIB 2013, por sectores
8
7.5
7.8
Fuente: Página web DIGEPRES, DGII, BC y cálculos del autor.
• Ingresos fiscales por oficinas recaudadoras Las oficinas del gobierno central que cumplen con la función de ser las recaudadoras o receptoras de los ingresos fiscales son las Direcciones Generales de Impuestos Internos (DGII), Aduanas (DGA) y la Tesorería Nacional (TN), la primera, responsable de los ingresos internos de la economía, la segunda, de los aranceles al comercio exterior, y la tercera, de los del financiamiento externo, los de la Cuenta Única del Tesoro, entre otros. A diciembre de 2014, los ingresos fiscales totales ascendieron a RD$556,437 millones, distribuidos en RD$313,464 millones para la DGII, RD$161,618 millones para la Tesorería Nacional y RD$81,353 millones para la DGA, para una participación de 56.3%, 29.0% y 14.7%, respectivamente. Las oficinas recaudadoras y receptoras de los ingresos fiscales a 2005 tenían una estructura participativa, dentro del total, de 40.8% para la DGII, 29.9 la TN, y 29.4% para la DGA. Al compararla con la composición a 2014, se pueden apreciar cambios importantes, al pasar los ingresos de origen interno a superar el 50.0% del total, al tiempo de la DGII fortalecer su posicionamiento frente a las demás oficinas.
118
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Cuadro 2 Ingresos fiscales por oficinas recaudadoras, en millones RD$ y % CUADRO 2 Ingresos fiscales por oficinas recaudadoras, en millones RD$ y % Año 2014
Recaudado
Presupuestado
Cumplimiento
DGII
313,463
324,227
96.6
DGA
81,353
80,611
100.9
TN
161,618
208,298
77.4
Total
556,437
613,136
90.7
Fuente: DIGEPRES.
Con relación a la comparación entre los ingresos fiscales presupuestado y recaudado por oficinas y el total general, en el cuadro 2 se puede observar que el nivel de cumplimiento total es de 90.7%, el de la DGII, de 96.6%, la TN, de 77.4% y que solo la DGA cumplió, superando la meta, al llegar a 100.9% en 2014. • Ingresos fiscales por clasificación económica La estructura de los ingresos fiscales está conformada, en orden de importancia, por los ingresos corrientes, conformados por los impuestos, ingresos por contraprestación, ingresos de capital, donaciones y la contribución a la Seguridad Social. Adicionalmente, y conforme a las necesidades complementarias del presupuesto de la nación, están las fuentes financieras internas y externas, básicamente por la vía de los préstamos y colocaciones de instrumentos de deuda a largo plazo. Para el cierre de 2014, los ingresos fiscales totales ascendieron a RD$556,437 millones, los ingresos corrientes fueron de RD$414,328 millones, y las donaciones con fuentes financieras, de RD$139,052 millones. En términos de participación, los impuestos aportaron el 70.4% del total de ingresos fiscales, las fuentes financieras, el 24.6%, y el resto de las cuentas, el 5.0%. Estos indicadores muestran que los tributos son el principal soporte de los ingresos fiscales del gobierno; aunque comparados con 2005, en donde los impuestos reportaron el 80.8% de los ingresos fiscales, se presenta una disminución del orden de 10.4%.
Las finanzas públicas /
119
Cuadro 3 Ingresos fiscales por clasificación económica, en millones RD$ Cuadro 3 Ingresos fiscales por clasificación económica, en millones RD$
Ingresos fiscales
2005
2014
Ingresos tributarios
148,478
391,642
Fuentes financieras
26,307
136,946
Otros ingresos
8,849
27,849
183,634
556,437
Total Fuente: Página web DIGEPRES.
En contraposición al desempeño de los impuestos, las fuentes financieras han ganado espacio participativo dentro del total de los ingresos fiscales, al pasar de 14.3% en 2005 a 24.6% en 2014, para una diferencia de 10.3% de crecimiento por diferencia aritmética.
120
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Ejecución presupuestaria del gasto: Es el conjunto de acciones de una fase del ciclo presupuestario destinado a obtener bienes, servicios y obras públicas. • Cómo evaluar la ejecución presupuestaria El presupuesto general del Estado, conforme al Art. 233, tiene categoría constitucional. El referido dispositivo señala que la elaboración del presupuesto nacional le corresponde al Poder Ejecutivo, y además, establece que la estructura debe contener los ingresos probables, los gastos propuestos y el financiamiento requerido para un año, realizado en un marco de sostenibilidad fiscal. La ley orgánica que rige todo lo concerniente al sistema presupuestario es la número 423-06. Su órgano rector es la Dirección General de Presupuesto, dependencia del Ministerio de Hacienda, y el manual de clasificadores presupuestarios es la herramienta de registro e información que rige lo relativo a los ingresos, gastos y financiamiento, tanto para su formulación como para su ejecución. Al cierre de 2014, el gasto público total ejecutado ascendió a RD$491,911 millones, valor que representa el 17.7% del tamaño de la economía nacional medida por el PIB. El punto de partida para una razonable evaluación de la ejecución presupuestaria es la formulación de la política presupuestaria, consignada en la ley de presupuesto del año, donde se establecen las prioridades del gobierno en materia de hacia cuáles sectores de la economía y sociedad quiere priorizar el destino del gasto público. La evaluación de la ejecución presupuestaria puede hacerse al menos desde dos perspectivas: la integral, porque asume los ingresos, gastos y financiamiento de manera simultánea, y parcial, porque puede considerar uno o dos de los tres componentes indicados. En el caso propuesto en esta evaluación, se concentra al lado de los gastos, dado que en otra parte del libro se abordan los temas de ingresos fiscales y financiamiento presupuestario. Evaluar la ejecución presupuestaria de la nación por el lado del gasto puede hacerse a través de cualquiera de las tipologías que contiene el manual de clasificación vigente, esto es, la económica, funcional, institucional, objetal, geográfica, entre otras.
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La clasificación objetal procura identificar en qué se gasta el dinero del presupuesto, en cuanto a los bienes y servicios que se adquieren, las transferencias que se realizan y las inversiones financieras que se ejecutan. Los bienes pueden ser durables o no, como maquinarias, equipos, alimentos, textiles, combustibles, etc., y los servicios de telefonía, agua, electricidad, publicidad, etc. Las transferencias, por su parte, están referidas a las prestaciones de la seguridad social, becas, aportaciones corrientes y de capital a instituciones del gobierno central, subvenciones al sector privado, etc., y las inversiones tales como obras de infraestructura vial, edificaciones, etc. La clasificación económica del gasto identifica la naturaleza económica de las operaciones realizadas por el sector público, una forma de responder a la pregunta de cómo se gasta el dinero del presupuesto. Para esto, se ordena dividiéndolo en dos, el corriente y el de capital. El primero se refiere a las actividades de prestación de servicios públicos de gastos de consumo, y la relativa a los gastos operativos dirigidos a la producción de bienes y servicios de carácter industrial y comercial; el segundo describe las variaciones en la estructura patrimonial del Estado, dividida en inversión real directa y las transferencias de capital. Los gastos corrientes son de los del tipo como las remuneraciones a empleados, contribuciones a la seguridad social, intereses y comisiones de la deuda pública, etc.; los de capital pueden ser compras de maquinarias, equipos, construcciones, transferencias de capital, amortizaciones a la deuda, etc. La clasificación funcional permite identificar la naturaleza de las funciones del gobierno. Esta clasificación corrige la dispersión del mismo tipo de gasto realizado por varias instituciones, agrupando las mismas de acuerdo al destino de sus recursos; de esta manera, ayuda a definir para qué se gasta el dinero del presupuesto. La clasificación funcional, conforme al catálogo de cuentas, permite saber el destino del uso del dinero del presupuesto en términos de los servicios generales como la administración general, defensa nacional, justicia y orden público, etc. También por los servicios sociales como educación, salud, agua, deportes, etc.; de igual forma, los servicios económicos tales como la agropecuaria, riego, minería, transporte, etc.;
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la deuda pública, por el lado de los intereses, comisiones y, finalmente, la protección del medio ambiente. El clasificador institucional está referido al destino del gasto ejecutado por cada uno de los ministerios y poderes del Estado; mientras que el geográfico indica la distribución espacial del gasto, respondiendo así la pregunta dónde se gasta el presupuesto nacional de un año. La evaluación de la ejecución presupuestaria corresponde a dos momentos en el tiempo, la de los años 2005 y 2014, a los fines de observar su comportamiento y, previsiblemente, los cambios producidos en los últimos nueve años, sin incluir las aplicaciones financieras. • Evaluación de la ejecución presupuestaria según clasificación económica Evaluar la ejecución del gasto público desde la perspectiva de la clasificación económica procura precisar cómo se gasta el dinero del presupuesto nacional, en términos de los gastos que cubren las operaciones para el funcionamiento de los servicios y bienes públicos, así como de los gastos que se destinan a las operaciones de inversión real y las de carácter financiero. La clasificación económica del gasto es importante, al menos desde el punto de vista contable, porque permite saber en qué magnitud se está incrementando el patrimonio del Estado. Para el caso el gasto corriente no se le imputa aumento al patrimonio, en contraposición al gasto de capital, al que sí se le atribuye incremento patrimonial. Cuadro 1 Clasificación económica del gasto, en millones RD$
CUADRO 1A Clasificación económica del gasto, en millones RD$ Año
Corriente
Capital
Total
Corriente %
Capital %
2005
120,034
42,342
162,377
73.90%
26.1
2014
412,647
79,263
491,911
83.6
16.4
Fuente: Página web DIGEPRES.
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La ejecución del gasto público total en 2005 ascendió a RD$162,377 millones, de los cuales, el gasto corriente fue de RD$120,034 millones, para un 73.9%; en cambio, para 2014, el gasto total se elevó a RD$491,911 millones y el gasto corriente también se incrementó a RD$412,647 millones, representando dentro del total el 83.4%, una variación hacia arriba de 9.5%. La tasa de crecimiento del gasto corriente para todo el período asciende a 343.7%. En complemento, el gasto de capital referido a los mismos años pasó de RD$42,342 millones a RD$79,263 millones, para una participación dentro del total del gasto público de 26.1% y 16.1%, respectivamente, disminuyendo en 10.0%, como diferencia aritmética. La tasa de crecimiento del gasto de capital fue de 187.2%, una tasa menos intensa que el gasto corriente. La tendencia mostrada por la composición del gasto público, versión clasificación económica, indica que el gasto corriente ha ganado espacio, tanto en valores absolutos como relativos; lo contrario al de capital, esta composición es indicativa de que el gasto público ha perdido capacidad de aportarle valor agregado al patrimonio nacional; tal vez con el agravante que el componente del gasto corriente es más rígido de desmontar, al momento de realizar cualquier reforma fiscal que involucre el gasto. Dentro del gasto corriente, las partidas más importantes son las remuneraciones, que pasaron de RD$37,191 millones a RD$127,046 millones entre los años 2005 y 2014, y los intereses pagados a la deuda del sector público no financiero, que pasaron, para los mismos años, de RD$10,791 a RD$70,737 millones. Ambas partidas crecieron en 341.6% y 655.5%, aunque el servicio de la deuda pública casi dobló la tasa de crecimiento de las remuneraciones. Desde otra perspectiva, las remuneraciones, dentro del total de los gastos corrientes, han permanecido sin cambios entre los años 2005 y 2014, al situarse en alrededor de 30.9%; sin embargo, los intereses y comisiones se han incrementado de 8.9% a 17.1%, para un cambio hacia el alza de 8.2% por diferencia aritmética.
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Cuadro 2 Cuentas importantes gasto clasificación económica, en millones RD$ Cuadro 2a Cuentas importantes gasto clasificación económica, en millones RD$ Año
Remuneraciones
2005
37,191
Servicio deuda pública 10,791
2014
127,046
70,737
Construcciones 13,785 19,908
Fuente: Página web DIGEPRES.
Por el lado del gasto de capital total, la partida de las construcciones para 2005 representaba el 32.5%; sin embargo, al 2014 se posicionó en 25.1%, una variación hacia la baja del orden de 7.4%. Esta disminución revela que el valor agregado al patrimonio público se ha visto afectado negativamente, al destinarse menos recursos económicos al desarrollo de obras públicas de infraestructura y adquisición de bienes durables. En la clasificación económica del gasto resaltan cuatro características. La primera, que el gasto corriente se ha fortalecido como proporción del gasto público total. Segundo, en contraposición, el gasto de capital ha perdido espacio participativo. Tercero, el crecimiento de la partida servicio de la deuda pública en forma progresiva ha estado cerrando la brecha que lo separa de las remuneraciones, y cuarto, que las construcciones han perdido importancia relativa, dentro del gasto de capital total. • Evaluación de la ejecución presupuestaria según clasificación funcional La medición del gasto público bajo la denominación funcional permite cuantificar en forma agregada la naturaleza de los servicios que las distintas instituciones públicas brindan a la sociedad. Al medir el gasto por esa vía, se posibilita también la cuantificación de los resultados pautados en el diseño de las políticas públicas, particularmente la presupuestaria. Un valor agregado que aporta la utilización de esta clasificación es que le permite a la ciudadanía hacer el papel de control social en forma más eficaz en cuanto a la vigilancia sobre las decisiones que toma el gobierno, y una forma de saber en qué gasta el dinero del presupuesto.
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Cuadro 3 Clasificación funcional del gasto, en millones RD$ Cuadro 3a Clasificación funcional del gasto, en millones RD$
Año
Ss. Grales.
Ss. Soc.
Ss. Econ.
2005 2014
Ss. Finan.
Medio amb.
Total
29,537
71,862
58,766
219,502
42,542
9,994
1,149
162,377
97,661
71,170
2,388
491,911
Fuente: Página web de DIGEPRES.
La partida de servicios generales, dentro de la clasificación presupuestaria, se refiere al gasto público que ejecutaron los distintos organismos del Estado en su funcionamiento. Para 2005, el monto ascendió RD$29,537 millones, para un 18.2% del gasto total, mientras que para 2014 alcanzó RD$58,766 millones, para una participación de 11.9% dentro del total gastado, una caída, durante esos años, del orden de 6.3%. El descenso de los servicios generales dentro del total del gasto ejecutado podría ser una señal de eficiencia y eficacia administrativa del gobierno. En cuanto a los servicios sociales, el gasto público destinado a este renglón procura promover un mayor y mejor acceso a los servicios requeridos por la sociedad en materia de salud, vivienda, deporte, educación y protección social. El monto del gasto en servicios sociales pasó de RD$71,862 millones en 2005 a RD$219,502 millones en 2014, para una participación de 44.3% y 44.6%, respectivamente. Esta incidencia relativa no muestra un aumento de importancia dentro del total gastado. Por el lado de los servicios económicos, esta partida concierne a los gastos destinados al fomento de programas y a la formación de capitales en proyectos y obras de infraestructura vinculados al desarrollo de la economía y la prestación de bienes y servicios complementarios a la iniciativa privada. Hacia 2005, los servicios económicos ascendieron a RD$42,542 millones. Este monto representa un 26.2% del total gastado; para 2014 ascendió a RD$97,661 millones, un aporte de 19.8%. La caída relativa de esta cuenta revela la pérdida de importancia que tiene este tipo de gasto, atentando así contra los planes asociados al desarrollo económico del país, medidos por el lado de la infraestructura, bienes durables y proyectos de fomento agrícola.
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En lo referente a los servicios financieros, compuestos por los intereses, comisiones y otros, su comportamiento ha sido de crecimiento. En 2005 fue de RD$9,994 millones, mientras que en 2014 era de RD$71,170 millones, para una participación de 6.1% y 14.5%, respectivamente. Este incremento significativo muestra cómo le ha quitado espacio al resto de los gastos en la clasificación funcional, en desmedro de las operaciones para los servicios sociales y económicos. Dentro de los servicios sociales, el sector educación es el que ha ganado más espacio, como resultado de la aplicación del 4.0% del PIB, contemplado por ley, al pasar de RD$17,197 millones, 10.6% dentro del total del gasto público, a RD$112,463 millones, 22.9% de contribución, un aumento de 12.3% durante los años 2005 al 2014. Le sigue, en mejoría de espacio ganado dentro del gasto total, el sector salud, dado que para 2005 era de RD$13,825 millones, mientras que en 2014 alcanzaba RD$51,781 millones, para 8.5% y 10.5%, respectivamente. Por el lado del sector vivienda, el monto gastado pasó de RD$2,000 millones en 2005 a RD$8,114 millones en 2014, una participación dentro del total gastado de 1.2% y 1.6%, respectivamente. La variación relativa muestra poca movilidad hacia el progreso en las soluciones habitacionales. En el sector deportes, el gasto destinado ha perdido importancia relativa dentro del gasto público total, al pasar de 2.1% a 0.95% entre los años 2005 y 2014. Cuadro 4 Principales componentes del gasto en servicios sociales, Cuadro 4 Principales componentes del gasto en servicios sociales, en millones en millones RD$ RD$ Año
Educación
Deportes
Salud
Vivienda
2005
17,197
3,434
13,825
2,000
2014
112,463
4,701
51,781
8,114
Fuente: Página web de DIGEPRES.
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• Evaluación de la ejecución presupuestaria según objeto de gasto La clasificación por objeto del gasto facilita el análisis y seguimiento a la gestión financiera del gobierno, dado que identifica los bienes y servicios que se adquieren, es decir, en qué gasta el gobierno el dinero del presupuesto. El comportamiento del gasto público según la clasificación objetal para los años 2005 y 2014, indica que los servicios personales han pasado de RD$37,899 millones a RD$127,761 millones, los servicios no personales, de RD$8,014 millones a RD$25,544 millones, los materiales y suministros, de RD$12,444 millones a RD$21,547 millones, las transferencias corrientes, de RD$53,916 millones a RD$170,217 millones, los de capital, de RD$21,466 millones a RD$24,813 millones y las actividades no financieras, de RD$17,845 millones a RD$51,288 millones. En términos relativos, los servicios personales pasaron de 23.3% a 25.9%, los no personales, de 4.9% a 5.2%, los materiales y suministros, de 7.7% a 4.4%, las transferencias corrientes, de 33.2% a 34.6%, las de capital, de 13.2% a 5.0% y las actividades no financieras, de 10.9% a 10.4%. Cuadro 5 Comportamiento clasificación objetal del gasto, en millones RD$
Cuadro 5 Comportamiento clasificación objetal del gasto, en millones RD$ Año
S. pers.
S. no pers.
Mat. Y Sum.
Transf. Ctes.
Transf. Act.no financiero Cap.
2005
37,899
8,014
12,444
53,916
21,466
17,845
2014
127,761
25,544
21,547
170,217
24,866
51,288
Fuente: Página web de DIGEPRES.
• Evaluación de la ejecución presupuestaria institucional Este clasificador ayuda a identificar el monto que manejan las distintas instituciones del gobierno central; así como los demás poderes del Estado. Conforme a la clasificación institucional, los principales ministerios que ejecutan el presupuesto de la nación son la Presidencia, Hacienda, Educación, salud, Interior y Policía, Defensa y Obras Públicas.
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El gasto publico institucional como proporción del gasto total se comportó de la siguiente manera: la presidencia pasó durante los años 2005 al 2014 de 18.9% a 8.7%, Hacienda de 3.7% a 1.46%, Educación de 9.8% a 21.5%, Salud de 11.6% a 11.7%, Interior y Policía de 9.8% a 6.8%, Defensa de 5.1% a 3.9% y Obras Publicas de 4.4% a 4.6%. La ejecución presupuestaria de los ministerios salud y obras públicas son dos buenos ejemplos de la importancia de evaluar el gasto público desde varios tipos de clasificación, pues mientras el primero se ha estancado desde la perspectiva institucional, ha ganado participación desde el clasificador funcional; en contraposición está el segundo, que su estancamiento del gasto institucional se alinea también con su caída en las clasificaciones económica y objetal. Se puede apreciar que el ministerio de educación es el más favorecido en la asignación y ejecución presupuestaria; en contraposición, los ministerios de Interior y Policía, soporte de la seguridad ciudadana y la Presidencia disminuyeron; mientras que ministerios claves como salud y obras públicas muestran un estancamiento relativo en su participación dentro del total de la ejecución del gasto público. Cuadro 5 Evolución del gasto público institucional, en millones RD$
Cuadro 5a Evolución del gasto público institucional, en millones RD$ Año
Pres.
Hac.
Educ.
Salud
Int. /Pol.
2005
30,778
2014
42,830
Def.
OP
6,025
15,875
18,879
15,964
8,305
7,233
7,178
105,980
57,544
33.243
19,058
22,782
Fuente: Página web de Digepres
Aunque el manual de clasificadores presupuestarios vigente contempla la clasificación geográfica, como forma de medir la cuantificación espacial de la distribución del gasto público, la Dirección General de Presupuesto no publica datos relativos a esa importante clasificación, que también podría ayudar a medir el impacto del gasto conforme a una estrategia de desarrollo donde se concentren las mayores necesidades de la población dominicana. Entre los hallazgos más relevantes de esta ponderación se podrían identificar la pérdida de importancia del gasto de capital y el efecto
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negativo sobre la previsible disminución del patrimonio y la ganancia del gasto corriente, particularmente el componente del servicio de la deuda pública; el estancamiento del gasto social y caída del gasto económico; el significativo aumento del gasto en educación, y en menor medida, el crecimiento de los gastos en salud; la caída de los gastos para interior y policía, y estancamiento en obras públicas.
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Sector público: Es el conjunto de organismos públicos, dotados cada uno con un presupuesto anual para brindar bienes y servicios a los residentes de un país. • Una medición al tamaño del sector público El tamaño de una economía se mide a través del PIB, la magnitud de la economía pública se puede hacer por medio a dos tipos de medición, la primera, basada en las cuentas fiscales, y la segunda, en las cuentas nacionales, ambas vistas como una evolución comparativa de dos puntos en el tiempo, el 2001 vs 2014. La medición del tamaño del sector público en base a las cuentas fiscales corresponde a una cuantificación que no considera los gastos públicos de las entidades autónomas y descentralizadas del Estado, a no ser que reciban transferencias de recursos consignados en la Ley de Presupuesto General del Estado de cada año. De igual forma, la medición fiscal no excluye aquellas partidas que son consideradas como financieras, como los activos y pasivos financieros, así como las transferencias al sector privado, por considerar que al final, todas forman parte de los gastos e ingresos del fisco, y en consecuencia, contribuyen a medir su tamaño; por lo que este informe no ignora la existencia de indicadores que miden la dimensión del sector público, descontando las partidas financieras. Por otro lado, la medición del tamaño del sector público a través de las cuentas nacionales se realiza a partir de la descomposición del Producto Interno Bruto (PIB) por el lado de la demanda, método que permite identificar el consumo del sector público y su participación dentro del total del PIB, medido en base al tamaño de la economía por el enfoque del gasto. Al identificar la magnitud de cada uno de los indicadores aquí expuestos, la fotografía tomada para los dos tiempos y tipos de medición permite ver los cambios que han experimentado a lo largo de los últimos 13 años en la economía dominicana. En forma adicional, se incorpora el indicador que mide el grado de participación del empleo público dentro del total del empleo nacional, por conjugar aspectos de las cuentas fiscales y nacionales.
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• Tamaño del sector público por el enfoque de las cuentas fiscales Desde el punto de vista de la hacienda pública, medir el tamaño del sector oficial reviste importancia por dos razones fundamentales. La primera está asociada a conocer su magnitud, y la segunda, porque a partir de ahí, permite cuantificar las necesidades de recursos para mantener no solo la burocracia estatal, sino los fondos para proveer los bienes y servicios públicos, así como el aporte al patrimonio nacional. Al cuantificar el grado del tamaño del sector público por el lado del presupuesto ejecutado, se puede observar que su participación para 2001 era de 12.6% y para 2014, de 21.5%, mostrando ello un cambio en su magnitud del orden de 8.9%, como diferencia aritmética. El aumento del tamaño del sector público como porcentaje del PIB es una muestra del crecimiento que ha tenido, mismo que pudiera ser mayor, de incorporarse otras partidas presupuestarias pertenecientes a instituciones estatales que manejan recursos propios en forma autónoma. El referido incremento puede ser visto como un factor a considerar en eventuales cambios fiscales, necesidades presupuestarias y tope en su tamaño. Cuadro 1 Tamaño del sector público, según cuentas fiscales, en %
Cuadro 1b Tamaño del sector público, según cuentas fiscales, en %
Años
Presupuesto ejecutado/PIB
2001
12.6
8.7
3.1
2014
21.5
14.8
2.8
Gasto corriente/PIB Gasto de capital/PIB
Fuente: Calculado por el autor, en base a datos página web del Banco Central y DIGEPRES.
En lo concerniente al gasto corriente como porcentaje del PIB, el cuadro 1 muestra el crecimiento experimentado por el referido indicador de 2001 a 2014, al pasar de 8.7% a 14.8%, para un crecimiento de 6.1% como diferencia. El incremento del gasto corriente, al estar asociada solo una parte al aumento del patrimonio del Estado, tal vez contribuye menos a la generación de producción en países con déficits y rezagos. En contraposición, el gasto de capital durante el período 2001-2014 manifestó una caída de 0.3%, al descender de 3.1% a 2.8%, como participación en el PIB. Esta disminución es una muestra a considerar
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en el tema del aporte al patrimonio estatal, y por vía de consecuencia, a una menor incidencia en la generación de riquezas materiales para el país. En lo relacionado al tamaño del sector público, conforme a la captación de ingresos por parte del fisco, la presión tributaria registró un ligero descenso de 0.4%, al pasar de 14.4% a 14.0% de participación en el PIB, y al verificar la presión fiscal un aumento de 3.2%, al cambiar de 16.7% a 19.9%, también de contribución al PIB. Una posible explicación a la reducción de la presión tributaria podría ser el aumento del sector informal en la economía o un aumento en la evasión fiscal. Al no haber evolucionado hacia el alza la presión tributaria, y en cambio, la participación del presupuesto ejecutado sí, ambas como porcentaje del PIB, la lectura que se deriva del cruce es que la sostenibilidad del presupuesto nacional, cada vez descansa más en la partida del financiamiento externo e interno. El panorama descrito sugiere al menos dos cosas: primero, estar consciente que el modelo fiscal está operando de esa forma, y que deben implementarse medidas preventivas para afrontar dificultades del futuro, cuando el modelo se agote, y segundo, que se debería modificar el modelo, realizando los cambios fiscales que se requieran, tanto por el lado del gasto público como del ingreso, para que la sostenibilidad fiscal sea a largo plazo, y contribuya a la estabilidad macroeconómica por el lado fiscal. Cuadro 2 Tamaño del sector público, según cuentas fiscales, en % Cuadro 2b Tamaño del sector público, según cuentas fiscales, en % Gasto público per cápita RD$
Gasto público per cápita en US$
16.7
5,750
337.4
19.9
60,730
1,371
Años
Presión tributaria/PIB
Presión fiscal/PIB
2001
14.4
2014
14
Fuente: Calculado por el autor en base a datos página web del Banco Central, DIGEPRES y ONE.
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• Tamaño del sector público por el enfoque de las cuentas nacionales En lo que respecta al tamaño del sector público, conforme a su medición por el lado de las cuentas nacionales, específicamente en el componente consumo como porcentaje del PIB -partiendo del enfoque del gasto del PIB-, se puede apreciar, en el cuadro 3, que la magnitud del sector público se ha reducido en 0.79%, al bajar de 8.45% a 7.66%. La medición del tamaño del sector público, cuantificado por el lado de las cuentas fiscales, difiere del medido por el lado de las cuentas nacionales, en tanto el tamaño del primero aumenta; mientras con el segundo método disminuye durante el período considerado, esto es 2001-2013. La disparidad entre los resultados de ambos métodos obedece a que por el primer método, además de incluir lo que incorpora el segundo método, también integra la inversión y las transferencias; en cambio, el segundo está asociado solo al gasto en bienes y servicios finales; por ello, probablemente el cálculo del tamaño del sector público a través de las cuentas fiscales sea superior al de las cuentas nacionales. Otra razón que explica el por qué el tamaño del sector público dominicano bajó entre los años 2011 y 2013, medido con el método de las cuentas nacionales, se debe a que el consumo público creció a un ritmo inferior al crecimiento del PIB. En efecto, el primero aumentó en 553.0% y el segundo, en 610.0%, para una diferencia de 57.0% a favor del último. Otra forma alterna de ver el tamaño del sector público dentro de las cuentas fiscales es el relativo al gasto público per cápita. Este indicador, conforme al cuadro número 2, muestra que ha aumentado, al pasar de RD$5,750 a RD$60,730 durante 2001 y 2014; llevado a dólares, pasó de US$337 a US$1,371, evidenciando que por esa vía también la dimensión del sector público se ha elevado. Cuadro 3
Cuadro 3b Tamaño del sector público, según cuentas nacionales, en Tamaño del sector público, según cuentas nacionales, en % % Años
Consumo público/PIB
2001 2013
8.45 7.66
Fuente: Calculado por el autor en base a datos página web del Banco Central.
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En forma complementaria, se introduce además la medición del tamaño del sector público a partir de la participación del empleo formal de ese sector dentro del total del empleo nacional. El cuadro que sigue muestra cómo se ha comportado el referido indicador, y al observarlo, se aprecia un aumento en la participación, al pasar de 24.2% a 29.5%, para un incremento de 5.3%, como diferencia aritmética. El crecimiento del tamaño del sector público, valorado por el empleo, se alinea al de las cuentas fiscales, específicamente por el lado de la cuantificación de la ejecución presupuestaria/PIB, en la que ambos indicadores se movieron en forma ascendente. Cuadro 4 Tamaño del sector público, según nivel de empleo, en %
Cuadro 4a Tamaño del sector público, según nivel de empleo, en % Años
Empleo público/empleo total
2000 2014
24.2 29.5
Fuente: Calculado por el autor en base a datos página web del Banco Central.
A modo de conclusión, el examen no pretendió discurrir en el debate hacendista sobre ponderar el tamaño del sector público en función del tema de la descentralización o competencia con el sector privado; sino solo situar la evolución que ha tenido, en términos de su magnitud, a lo largo de los últimos 13 años, así como también llamar la atención a que este tema debe formar parte de la agenda que procura abordar los cambios fiscales en la República Dominicana. A juicio de esta reflexión, el tema del tamaño del sector público es nodal para la elaboración de las políticas públicas que apuntan hacia el desarrollo de la economía dominicana.
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Financiamiento presupuestario: Son los ingresos complementarios que permiten cubrir el desfase entre los ingresos ordinarios y egresos del presupuesto nacional. • Comportamiento del financiamiento presupuestario y canales de transmisión Conforme a la Ley Orgánica de Presupuesto para el Sector Público, la 423-06, el gobierno dominicano tiene el mandato de formular, discutir, aprobar, ejecutar, seguir y evaluar, como parte del ciclo presupuestario, el programa de ingresos, gastos y financiamiento anual del presupuesto de la nación. El presente apartado aborda el tema del resultado presupuestario, focalizado en la parte relativa al componente presupuestario llamado financiamiento y sus posibles canales de transmisión sobre variables reales y financieras particulares de la economía dominicana para el período 1990-2016, esto es, para 27 años. El propósito de la serie de años es identificar el carácter cíclico o estructural de la capacidad o necesidad de financiar el gasto gubernamental y sus posibles efectos. El examen realizado como parte del ciclo presupuestario de la evaluación resulta de interés, en la medida que procura evidencia para ayudar a ponderar no solo la cuantificación del balance fiscal, la capacidad y/o necesidad de financiamiento y sus fuentes, sino sus posibles repercusiones a nivel de la asociación sobre algunas variables como la inflación, la tasa de interés bancaria, la balanza comercial y el Producto Interno Bruto (PIB). Para el caso del sector financiero, la importancia radica en el hecho de que conocer el nivel de asociación en cuanto a la dirección de las variables indicadas le permite anticipar posibles resultados adversos, a los fines de mitigar o neutralizar eventuales decisiones y sus riesgos. El efecto transmisor del financiamiento presupuestario sobre las variables señaladas podría verse en las dimensiones siguientes: Para los hacedores de política económica, así como para los agentes económicos y público en general, alcanzar baja inflación y preservar la estabilidad es un objetivo nada despreciable, por aquello de su impacto favorable en la tasa de interés monetario y bancario sobre
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el costo del financiamiento, así como sobre el poder adquisitivo de la moneda, particularmente para los sectores que reciben bajos niveles de ingreso, entre otras consecuencias. Por el lado del precio del dinero, los inversionistas pudieran quedar afectados de un aumento del costo del financiamiento privado, vía aumento de la tasa de interés bancario, al emitir el gobierno instrumentos de deuda para su financiamiento y estos ser adquiridos por las entidades de intermediación financiera, como parte de su tesorería, en desmedro también de la disponibilidad de efectivo para el crédito al sector privado. Otra dimensión tendría el efecto sobre el saldo de la balanza comercial del país, pues un aumento del gasto público en base a ingresos financieros y no a ingresos corrientes, presionaría la demanda de bienes y servicios importados hacia el alza, perjudicando la relación comercial en términos del intercambio comercial, dado que el financiamiento no sería el resultado de la actividad productiva, mientras que los ingresos corrientes sí lo son. Por otro lado, estaría la posibilidad de que el financiamiento presupuestario favorezca o no al desempeño del PIB, especialmente cuando en forma deliberada se apuesta a una política fiscal contracíclica, como manera de evitar o mitigar la posibilidad de una recesión o ralentización económica. • Cuantificación balance fiscal Como se puede apreciar en el cuadro 1, el resultado presupuestario de los 27 años de la serie histórica muestra que solo en 10 años hubo un balance fiscal superavitario como flujo de caja, mientras que hubo 17 años con déficit; y aunque su tendencia no es lineal, sino zigzagueante, presenta indicaciones hacia el alza, pudiéndose apreciar esa señal con más fuerza a partir de 2008. En términos de desempeño, el menor déficit fiscal se produjo en 1996, con un monto de RD$154 millones y el mayor en 2012, con RD$128,870 millones; en contraposición, el menor superávit se registró en 1990, ascendente a RD$230 millones y el mayor en 2003, equivalente a RD$5,692 millones. Los niveles de superávit que han presentado las finanzas gubernamentales en los años del período son muestras de capacidad de autofinanciar al sector público; en cambio, los déficits presupuestarios indican necesidades de financiamiento.
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Cuadro 1 Comportamiento financiamiento y resultado presupuestario Cuadro 1c Comportamiento financiamiento y resultado presupuestario en en millones RD$ millones RD$ Año
Ingreso total
Gasto total
Financiamiento
Resultado presupuestario
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015* 2016*
7,758 13,419 17,572 19,689 21,160 24,891 26,488 34,766 38,566 43484 51,271 59,855 67,078 79,684 126,245 157,585 188,857 236,006 246,910 226,213 255,085 280,456 318,558 369,413 417,389 449,943 490,298
7,528 10,379 14,144 19,899 22,190 23,188 26,642 32,900 37,487 45,164 48,287 58,863 67,377 73,992 133.161 161,597 191,998 233,117 309,327 282,368 310,361 332,111 447,429 442,129 492,662 529,316 566,893
-‐279 -‐3,268 -‐3,697 -‐201 786 -‐1,857 31 -‐2,283 -‐1,462 1,256 -‐3,420 -‐1,408 -‐206 -‐6,618 123,950 1,394 -‐233 -‐8,689 59,503 52,663 50,775 46,321 123,950 69,640 73,171 73,882 75,893
230 3,039 3,427 -‐210 -‐1,029 1,702 -‐154 1,865 1,078 -‐1,680 2,984 992 -‐299 5,692 -‐6,916 -‐4,012 -‐3,141 2,889 -‐62,417 -‐56,155 -‐55,276 -‐51,654 -‐128,870 -‐72,716 -‐75,272 -‐79,373 -‐75,893
Fuente: Página web Banco Central. *Estipulado en el presupuesto de cada año.
El déficit en la ejecución presupuestaria, casi permanente desde 1993, revela un problema estructural en la composición y balance del ingreso y gasto público dominicano, lo cual estaría sugiriendo que el mismo no parece estar asociado al ciclo económico local o internacional, aunque en ocasiones este haya influenciado. Prueba de ello es el ascendente
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nivel de endeudamiento para equilibrar la ejecución presupuestaria, tal y como se aprecia más adelante. Al asociar el balance de la ejecución presupuestaria con el ritmo de crecimiento del PIB durante toda la serie 1992-2015, se puede observar que la economía mantuvo adecuados niveles de crecimiento, llegando incluso en 1992 y 2006 a crecer en dos dígitos, doce años por encima del 5.5%, y por debajo o igual que la tasa de natalidad solo tres años, promediando en todo el período una tasa de 5.2% de aumento del tamaño de la economía a precio constante. Por su lado, los ingresos financieros del sector público manifestaron un crecimiento sostenido a lo largo del período, justo parecido a la tendencia creciente del PIB. • Financiamiento presupuestario Los déficits casi permanentes en la ejecución presupuestaria han generado una necesidad de financiamiento también casi constante, y a su vez, un incremento de la deuda pública, tanto en términos absolutos como relativos, así como una combinación de fuentes de financiamientos. Para una muestra de lo afirmado con relación a la deuda gubernamental que se induce, entre otros factores, a consecuencia del déficit, en 2000 era de US$4,142 millones, representando una participación en el PIB de 20.9%, mientras que a septiembre de 2015 era de US$23,840 millones, equivalente al 36.3% del PIB, para un crecimiento por diferencia aritmética, en términos absolutos, de US$19,608 millones, y relativos, de 15.4% del PIB, en 15 años. En el cuadro 1 se puede advertir el comportamiento del financiamiento, y aunque en 2003 y 2012 los requerimientos financieros superaron los RD$123 mil millones como niveles máximos que no marcaron tendencia, lo cierto es que el mismo ha presentado hasta cierto punto un nivel cada más vez creciente, desde 2008 y se ha mantenido hasta el 2016 (proyectado). • Fuente de financiamiento En cuanto a las fuentes de financiamiento, la externa ha sido la que ha liderado el mayor volumen durante los años publicados por la Dirección
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General de Crédito Público, al registrar en 2000 el 18.5% del PIB, en 2005, de 36.0%, en 2010, de 19.3%, y a septiembre de 2015, un 24.0%. Un escenario similar acontece con el % de la participación del endeudamiento externo dentro del total de la deuda del sector público no financiero. Respecto a la fuente interna del financiamiento, su participación dentro del PIB se ha movido de 2.3% en 2000, a 5.5% en 2005, en 2010, a 9.4% y a septiembre de 2015, a 12.3%. Algo semejante ocurre con su contribución dentro del total de la deuda pública. La composición de las fuentes de financiamiento ha variado, conforme han transcurrido los años. Se puede apreciar que pese a que el financiamiento externo mantiene su liderazgo dentro del total de la deuda pública y del PIB, el mismo ha perdido importancia relativa frente a la fuente interna, pues la primera ha perdido 12.0% durante el período 2000-15, mientras la segunda ha ganado 10.0%, ambas como porcentaje del PIB. Cuadro 2 Cuadro 2c Evolución de las fuentes de financiamiento del Evolución de las fuentes de financiamiento del presupuesto en %
presupuesto en %
Año
Préstamos externos/PIB
Préstamos internos/PIB
2000
18.6
2.3
2005
36
5.3
2010
19.3
9.4
2015*
24
12.3
Fuente: Página web Dirección General de Crédito Público. *A septiembre.
• El financiamiento presupuestario y variables vinculantes Sin pretender establecer relación causal entre el resultado de la ejecución presupuestaria, vía financiamiento, con el comportamiento de la tasa de inflación, la de interés bancaria y la balanza comercial del país con el resto del mundo, este apartado solo asocia el comportamiento de cada una de ellas en cuanto al sentido de dirección de las mismas, a fin de identificar si existen canales de transmisión.
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• Con la tasa de inflación En términos de la teoría económica, una de las mayores preocupaciones que tienen los hacedores de políticas gubernamentales es el relativo a la posibilidad de que los déficits fiscales permanentes afecten o presionen, en el mediano plazo, la variación general de los precios al consumidor, como ha ocurrido en otras economías latinoamericanas, donde la evidencia ha validado la teoría. Veamos la constatación de la evidencia dominicana en la serie que aparece en el cuadro 3. La tasa de inflación durante los 27 años solo registró niveles de dos dígitos en cinco años, en 1990-94-2002-03 y 2004; el resto de los 22 años se mantuvo en un dígito. Cabe destacar que la inflación de dos dígitos solo se produjo en un entorno de alto déficit fiscal en 2004, el cual requirió un nivel de financiamiento del orden de RD$123,950 millones. Probablemente en el mismo incidieron otras variables como la crisis bancaria y el clima de desconfianza que operaba entre los agentes económicos y público en general. La acentuación hacia mayores bajos niveles de inflación con estabilidad se ha profundizado desde que la República Dominicana adoptara el Esquema de Metas de Inflación en enero de 2012. A partir de ese año, los precios se ha situado por debajo de la meta anual contemplada en el programa monetario del Banco Central, produciéndose así un proceso de desinflación importante hasta septiembre de 2016. En contraste con el comportamiento de la inflación, el déficit presupuestario y los requerimientos financieros han ido, en líneas generales, en forma ascendente, tal y como se pudo apreciar en el apartado sobre el financiamiento, manifestando de esa forma vías contrarias entre ambas variables, en donde los precios presentan tendencia hacia la baja y los requerimientos financieros y el déficit fiscal aumentan, indicando al menos que el balance fiscal no puede ser asociado como generador de inflación para el caso dominicano. • Con la balanza comercial Al igual que con la variable inflación, existe evidencia teórica y empírica que aborda el tema de la relación causal entre el déficit fiscal y el saldo
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de la balanza comercial, tanto en forma simultánea como con rezago; sin embargo, cabe advertir que este apartado no pretende establecer el grado de causalidad para el caso dominicano, sino que solo se limita a identificar el sentido de dirección de ambas variables. Solo con algunos años de excepciones, en términos de tendencia, el saldo negativo de la balanza comercial dominicana es creciente, al pasar de US$1,443 millones en 1993 a US$3,724 millones en 2005, para posteriormente posicionarse, en 2014, en US$7,368 millones y con proyección que se sitúe en igual nivel para finales de 2015. El canal entre el uso del financiamiento público y la balanza comercial se produce en la medida que los recursos públicos contribuyen a aumentar la demanda agregada de la economía, y esta, a su vez, a presionar mayores niveles de importación, desfavoreciendo por derivada el saldo comercial exterior del país. En el mismo sentido, y con tendencia creciente, también se ha comportado el déficit fiscal y los requerimientos financieros que se derivan; por lo que al menos existe evidencia como para no negar niveles de asociación entre ambas variables en cuanto a su dirección; esto, sin importar si el efecto se produce en forma paralela o con dilación en el tiempo. • Con la tasa de interés Los requerimientos financieros del sector público, tal y como se han presentado, muestran niveles importantes y crecientes. Ese faltante de liquidez lo procura el fisco, para este caso que pondera su relación con el precio del dinero, a través de valores en circulación de productos financieros, los cuales son adquiridos por el sector privado, o bien las propias entidades del sistema de intermediación financiera, que canalizan recursos hacia las finanzas públicas bajo la modalidad de crédito. Al hacer el sector gubernamental ese ejercicio de tesorería, se producen dos efectos inmediatos. El primero compite con el sector privado, para ser receptor de la colocación de liquidez de la banca, y el segundo, conforme a la teoría, al generar presión en la demanda por crédito, tiende hacia el alza de la tasa de interés bancario, perjudicando así el costo del dinero para la economía.
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La evidencia que se muestra en los cuadros 1 y 3 indica, al cruzar las variables balance fiscal y tasa de interés, que los años que van desde 1990 hasta 2004 presentan al precio del dinero bancario con los niveles más altos; en cambio, el resultado fiscal fue, en líneas generales, positivo o con relativos bajos niveles de déficit. En este período, la tasa de interés del sistema financiero se movió en el rango de 35.2% a 21.0%. En contraposición, a partir de 2004, la tasa de interés bancario inició un proceso de descenso importante, al pasar de 32.6% a 14.5%, cortada a septiembre de 2015, mientras que, paralelamente, el déficit en la ejecución presupuestaria se hacía más elevado, al alcanzar niveles entre RD$51,654 y RD$128,870 millones; de manera que ambas se han pronunciado en sentido contrario. Lo anterior estaría sugiriendo que el soporte teórico que da cuenta de que a mayor déficit fiscal, mayor tasa de interés bancario en el corto plazo, no encuentra evidencia en el período de 27 años; y que por el contrario, las menores tasas de interés se han registrado justo cuando el balance fiscal se hace más negativo, en términos del monto de los recursos. Conclusiones 1. Los requerimientos financieros y la balanza comercial muestran un sentido similar de dirección, al presentar ambos una tendencia creciente hacia el alza. 2. En el período 1990-2015 no se encontró evidencia en cuanto a que la dirección entre la tasa de inflación y el financiamiento presupuestario vayan en el mismo sentido; por el contrario, transitan en vía inversa: mientras los precios se mueven en tendencia hacia la baja, los requerimientos financieros crecen o se mantienen altos. 3. Para el período seleccionado, tampoco se encontró evidencia de que el financiamiento camine en el mismo sentido que la tasa de interés de la banca; al revés, mientras el primero aumenta, la segunda variable tiende a bajar. 4. Con relación al movimiento del PIB, sí se encontró evidencia empírica, manifestada en que la economía ha presentado crecimiento positivo, mientras el financiamiento ha sido cada vez mayor.
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Cuadro 3 Comportamiento variables vinculantes, en millones RD$ y % Cuadro 3c Comportamiento variables vinculantes, en millones RD$ y %
1990
Tasa de inflación 79.92
Tasa de interés n/d
Balanza comercial n/d
n/d
1991
7.9
35.2
n/d
n/d
1992
5.17
28.3
n/d
10.5
1993
2.79
29.8
-‐1,443
7.2
1994
14.31
28.6
-‐1,450
2.3
1995
9.22
30
-‐1,390
5.5
1996
3.95
23.7
-‐1,674
7.1
1997
8.37
21
-‐1,995
8
1998
7.82
25.6
-‐2,616
7
Año
1999
5.1
25
-‐2,904
6.7
2000
9.02
26.7
-‐3,741
5.7
2001
4.38
23.6
-‐3,503
1.8
2002
10.51
26.1
-‐3,672
5.8
2003
42.66
31.4
-‐2,156
-‐0.3
2004
28.74
32.6
-‐1,952
1.3
2005
7.44
23.2
-‐3,724
9.3
2006
5
19.3
-‐5,563
10.7
2007
8.88
15.7
-‐6,436
8.5
2008
4.52
20
-‐9,245
5.3
2009
5.76
17.7
-‐6,813
3.5
2010
6.24
13.1
-‐8,735
7.8
2011
7.76
15
-‐8,916
4.5
2012
3.91
15.3
-‐8,670
3.9
2013
3.88
13.6
-‐7,221
4.1
2014
1.58
13.7
-‐7,368
7.3
2015
1.33*
14.5*
-‐3,389**
6,7***
Fuente: Página web Banco Central. *A septiembre. **A junio. ***A septiembre.
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PIB
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Pacto Fiscal: Es el acuerdo de naturaleza política, social, jurídica y económica, en que se fundamenta la política fiscal del Estado, con el fin de contribuir al crecimiento económico con estabilidad, sostenibilidad, transparencia y mayor equidad. • Promoviendo el Pacto Fiscal La República Dominicana, en enero de 2012, promulgó la ley sobre la Estrategia Nacional de Desarrollo, número 1-12, misma que establece, en el Capítulo X, la realización de pactos nacionales que apoyen y sirvan de base para alcanzar los objetivos propuestos en la referida ley. La misma se convierte entonces en una expresión plural y legítima acerca del país que queremos hacia 2030, para lo cual necesariamente se requerirá de un proyecto fiscal sostenible. Justo relacionado con el tema de la reforma fiscal, el artículo 36 consideró como básico para financiar el desarrollo sostenible, dentro de un marco de sostenibilidad fiscal, el arribo por parte de las fuerzas políticas, económicas y sociales, a un Pacto Fiscal. Apréciese que al referirse al Pacto Fiscal como un soporte del desarrollo sostenible, se estaba presuponiendo concebir la política fiscal no en el marco de una coyuntura, sino como una política de corto, mediano y largo plazo, esto es, con visión estratégica. Conforme a lo estipulado en el citado artículo, el alcance del pacto fiscal implicaría la reducción de la evasión fiscal, la elevación de la calidad, eficiencia y transparencia del gasto público, así como la transparencia y equidad de la estructura tributaria; también, consolidar el Código Tributario, racionalizar los esquemas tarifarios, elevar la presión tributaria, cumplir con los compromisos asumidos en los acuerdos comerciales, y elevar el ahorro corriente e implementar políticas contracíclicas. De esta manera, el enfoque de la política fiscal asume los cambios en los componentes del gasto e ingreso en forma armoniosa, y no como una dicotomía, en cuanto a cuál proceso debe iniciar primero. A finales de marzo de 2016, el Presidente de la República anunció su compromiso de impulsar próximamente el pacto fiscal; de igual forma, otros sectores económicos, sociales y profesionales de la vida nacional habían manifestado con anterioridad la conveniencia de alcanzarlo.
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Al delimitar el alcance mínimo del Pacto Fiscal en la ley sobre la Estrategia Nacional de Desarrollo, un acuerdo de esa naturaleza se justifica porque implica reducir los elevados niveles de evasión fiscal existentes en el país, que por el lado del ITBIS se sitúa en alrededor de un 29.0%, y por el del ISR es superior al 50.0%; aspiración que para alcanzarse, deberá establecer dispositivos sancionatorios severos, más allá de los actuales, que son exclusivamente de tipo administrativo. Respecto a la elevación de la calidad, eficiencia y transparencia del gasto gubernamental, aunque la Ley 1-12 delimita el marco de ejecución de las finanzas públicas, un esfuerzo mayor debería alcanzar el concepto de recursos públicos, mismo que además de incluir el gasto, contemple la fiscalización de los ingresos y el patrimonio del Estado, roles que están bajo la responsabilidad del Sistema Nacional de Control, integrados por los controles interno y externo. El pacto fiscal, en la parte del destino del gasto, versión clasificación económica, debe contemplar el establecimiento de techos al gasto corriente, no solo por lo complejo y resistente que luego resultaría desmontarlo parcialmente, sino porque un mayor porcentaje del gasto público debe atender las necesidades de infraestructura pública, para facilitar la ampliación del mercado interno, así como su competitividad, al tiempo también de aportar en las soluciones habitacionales que requieren los sectores más vulnerables de la población dominicana. Un mayor gasto de capital en inversión de carreteras, puentes, puertos, aeropuertos y presas, genera mayor capacidad productiva permanente, crea empleo con esa misma característica, incrementa la demanda por esa vía, fomenta la oferta, generando un círculo virtuoso para la economía nacional. En la actualidad, la composición del gasto corriente y de capital del total del gasto gubernamental ronda el 84.0% y 16.0%, respectivamente. Uno de los cálculos acerca del déficit en viviendas en el país lo sitúa en alrededor de 900 mil unidades; de manera que un esfuerzo común o separado de los sectores público y privado incidiría en la reducción del déficit, con las ventajas colaterales de promover mayores niveles de salubridad y seguridad ciudadana, ante catástrofes naturales y delincuencia civil.
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En cuanto a la presión tributaria, es una razón más que justifica el Pacto Fiscal en la economía dominicana, dado que se considera baja, al compararse con el promedio latinoamericano. Mientras en el país se encuentra ligeramente sobre el 14.0%, en América Latina supera el 21.0%. En lo relativo a propulsar el ahorro corriente, al presentar la formulación y ejecución presupuestaria cada nuevo año, se puede apreciar un mayor nivel de necesidad de financiamiento. Esta debilidad de las finanzas públicas puede convertirse en una fortaleza que provea el Pacto Fiscal, en la medida que haga depender más el gasto público de los impuestos. Este tipo de asociación, de alguna forma, revela parte de la capacidad económica de un país, versus el mecanismo de la deuda, que generalmente es cargado casi por igual a los ciudadanos, sin contemplar su capacidad económica, como es demostrativo, por ejemplo, con la ley de hidrocarburos vigente, en donde el costo de los combustibles no discrimina. Alcanzar ahorro corriente en la presente coyuntura económica dominicana será difícil, pero sí podría ser un objetivo de mediano plazo, el que logrado, a su vez contribuirá a elevar el ahorro nacional por el lado del sector público. El ahorro nacional a 2015 es superior, ligeramente, al 17.0%. Un presupuesto con ejecución menos deficitaria, basado en su capacidad productiva, favorece la reducción de las posibilidades de presiones inflacionarias por el lado fiscal de la economía, dado que el gobierno no estimula, por ese lado, la demanda agregada; por lo que sería imperativo que considere el establecimiento de límites al financiamiento presupuestario. A 2016, conforme al presupuesto nacional, las necesidades brutas de financiamiento se encuentran en alrededor del 5.3% del PIB. Por el lado de la equidad de la estructura tributaria, un tema que deberá merecer la atención debida es el del gasto tributario, como forma de racionalizarlo a su mínima expresión, al tiempo que no solo esté sujeto a evaluaciones de impacto y temporal, como hasta ahora está establecido legalmente, con poca o nula aplicación, sino también que se corresponda con una alineacion más de mercado, en donde ese tipo de gasto solo se justifique cuando el mercado presente fallas estructurales que impidan la realización de la inversión privada.
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En la actualidad, el gasto tributario asciende, en la economía nacional, a 6.5% del PIB, según está estipulado en la Ley de Gastos e Ingresos del presupuesto público de 2016. Un desmonte del gasto tributario redundaría en una mejor redistribución de la base imponible, al atacar privilegios tributarios innecesarios. En la misma línea, el gasto público que se destina a nivel de transferencia para cumplir con la Ley de Recapitalización del Banco Central, número 167-07, debe no solo ampliarse en su horizonte temporal, sino que debe ser un esfuerzo compartido con el ámbito monetario, a los fines de que la carga se redistribuya en el sector donde se originó, en ocasión de la crisis bancaria de 2003-04. Conforme a la Ley de Presupuesto de 2016, por concepto de transferencia para pagos de intereses hacia el Banco Central se tiene estipulado el 0.7% del PIB, equivalente a RD$22,750 millones. Otro tema que debe merecer la atención del Pacto Fiscal es el relativo a la rigidez que presenta el presupuesto de la nación, en términos de su limitada capacidad para ser un instrumento dinámico de la política fiscal, en virtud de las distintas leyes que obligan al Estado a proveer recursos sin que medie ninguna condición que supedite y obligue al logro de objetivos y metas, razón que invita a que deben realizarse evaluaciones de cada una de esas leyes, a los fines de ponderar su impacto previsible versus los alcanzados. En términos cuantitativos, la rigidez presupuestaria se expresa por la cantidad de leyes que establecen preasignaciones presupuestarias, que superan las 20, en una proporción cercana al 73.0% del total del monto presupuestario. Si bien es cierto que en ocasiones no siempre resulta así, por la capacidad que tiene la ley anual de gastos e ingresos públicos, de establecer las distintas apropiaciones presupuestarias, lo cierto es que para fortalecer la institucionalidad, debe haber una correspondencia. El Pacto Fiscal abre un espacio también para que las actuales leyes que establecen parámetros expresados en porcentajes del PIB sean representados como porcentajes de los ingresos corrientes de vocación permanente, como forma de hacerlos comportar de conformidad al desempeño de la capacidad tributaria, y no sobre una variable como el PIB, que tiene un alto componente de economía informal que no tributa, pero es propulsor de crecimiento económico, distorsionando por esa
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vía el indicador. Conforme a las estimaciones del Banco Central, los empleos informales superan el 50.0%. En términos de variables agregadas, la comparación entre la presión tributaria, que ronda el 14.0%, y la presión del gasto público, que supera el 17.0% del PIB, para un desbalance de alrededor del 3.0%, es demostrativa de la conveniencia de un pacto fiscal, de aspirarse a unas finanzas públicas sostenibles y acordes con las aspiraciones contempladas en la ley sobre la Estrategia Nacional de Desarrollo. La situación presupuestaria dominicana la coloca, a 2016, con un déficit previsible, como proporción del PIB, de 2.3%, mientras la deuda del sector público no financiero, a febrero del mismo año, asciende a 36.0% sobre el tamaño de la economía. La idea del Pacto Fiscal toma aun más justificación si los agentes económicos y público en general toman conciencia en cuanto a procurar un país con unas finanzas más robustas, que permitan continuar el crecimiento económico, basado en progreso social sostenido, financiera y temporalmente. Todos los componentes incorporados en una reforma fiscal integral, los del gasto e ingreso públicos, concitan divergencias, y por lo tanto, opiniones encontradas. Ahí radicará la magia de la metodología y voluntad que aborde el proceso de diálogo y concertación en la construcción de los acuerdos que puedan derivar en el Pacto Fiscal. El Pacto Fiscal le proveería al país una uniformidad de enfoques, alineados con el país a que aspiramos, dada nuestra capacidad y contexto. Tal vez un buen punto de partida sea que cada parte que asista a la discusión se desapodere, en principio, del interés que pueda representar, y vea primero la parte global del objetivo y la estrategia involucrados en un Pacto Fiscal. Ese punto inicial sería considerarlo en forma simultánea como un bien común y público, en las acepciones de que por los resultados alcanzados en una concertación fiscal, el gasto público sostenible sería de más calidad y oportunidad, y los ingresos corrientes más elevados para atenderlo; de esa manera, la población en general se beneficiaría sin distinción de ningún tipo, y por otro lado, sería un bien público, porque como el patrimonio público es un bien del Estado, este podrá ofrecérselo a todos los ciudadanos, en calidad de usufructo.
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De igual forma, un punto complementario sería el de la racionalidad con la que deben participar todos los involucrados, en el sentido de no ver sus propuestas en forma aislada o sectorial, sino que se parta de que siempre los recursos presupuestarios son limitados, y que por lo tanto, deben ser distribuidos conforme a prioridades y estrategias. Ir a la mesa del diálogo implicaría deponer posiciones críticas del pasado, y no olvidar que lo que se procura con el Pacto Fiscal es dotar al país de una nueva oportunidad para avanzar hacia los objetivos de la Estrategia Nacional de Desarrollo. Una alfombra que podría allanar el camino de un Pacto Fiscal sería que el gobierno presente, como regla de oro, el compromiso de supeditar, en forma primaria y fundamental, el gasto público al ingreso corriente, y marginalmente, previo a topes establecidos por la sostenibilidad de las finanzas públicas, el financiamiento como recurso complementario, y solo contemplar la posibilidad de aumentar el gasto, más allá de los ingresos internos, en situaciones totalmente adversas, sean de tipo natural, por conflictos bélicos o razones económicas, especialmente de carácter exógeno. El primer paso que debe darse, cuando llegue el momento de impulsar el Pacto Fiscal, es el de procurar, como aliado estratégico, al sector de la comunicación, haciéndole saber a quienes lo componen, la importancia de un acuerdo de esa naturaleza, así como el valor que tienen para ser vehículos de una divulgación sana de todo cuanto acontezca en el marco de la preparación, discusión y aprobación del referido pacto; incluso, también en su implementación y seguimiento. Como segundo paso, convendría la conformación de una Comisión Preparatoria del Pacto Fiscal, con alto nivel técnico, con el objeto de preparar el escenario para las consultas y discusiones. La Comisión debería promover la preparación de cinco diagnósticos sobre las finanzas públicas, elaborados desde las ópticas del gobierno central, el poder legislativo, el sector privado, los partidos políticos de la oposición, sin importar que tengan representación congresual o no, y la sociedad civil, en representación de los grupos de profesionales y ciudadanía en general.
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Para la elaboración de los diagnósticos se debe consensuar una guía de contenido básico, en la que al menos estén contemplados los ingresos de vocación permanente, los gastos inflexibles, las nuevas cargas fijas y el límite prudencial del financiamiento presupuestario, a los fines de que luego, dicha guía permita una discusión ágil y provechosa. Luego de la presentación y discusión de los diagnósticos, procedería la constitución de al menos cuatro comisiones, una de ingreso tributario, otra de gasto público, otra de transparencia y otra legal, esta última para que sirva de apoyo jurídico. Después, procedería la presentación y discusión de las propuestas formuladas, debidamente fundamentadas por las distintas comisiones. Tanto para la elaboración de los diagnósticos como de las propuestas, el proceso por el Pacto Fiscal presupone un apoyo institucional a los actores, en lo relativo al suministro de información vinculante a los temas asociados con los objetivos del acuerdo fiscal. Como es previsible que la parte relativa al componente tributario sea la más conflictiva, tal vez una salida sería la de trabajar primero la parte del gasto público, como forma de poder cuantificar el monto de las necesidades del sector oficial; de manera que una vez consensuado, los actores del proceso tengan una mejor disposición, cuando se trabaje la parte de los impuestos. Sería sano, y aportaría, el hecho de que la fase de presentación de propuestas sea dada a conocer a la nación, como forma de generar una discusión pública con más alcance, que facilite la convergencia de posiciones y legitimización. Con la determinación del objetivo, importancia y procedimiento básico aquí presentados, se contribuye a un entendimiento que nos acerque al inicio de un gran acuerdo que conduzca al Pacto Fiscal deseado para la República Dominicana a que se aspira en la Estrategia de Desarrollo hacia 2030.
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Regla fiscal cuantitativa: Es un dispositivo normativo numérico a la formulación y ejecución de la política fiscal, con el objeto de alcanzar metas del desempeño fiscal asociado al balance fiscal primario. • Hacia una regla fiscal cuantitativa En la República Dominicana, cada vez más son los sectores económicos y profesionales que ponderan la necesidad y conveniencia de una reforma fiscal dentro del marco de un pacto que procure el mayor consenso posible, en ánimo de propiciar los cambios fiscales que necesita la economía nacional. Justo dentro de esa delimitación podría incluirse lo que se denomina Regla Fiscal Cuantitativa. La Regla Fiscal Cuantitativa se ha puesto en funcionamiento en varios países latinoamericanos, como Chile, Brasil, México, Perú y Colombia, con avances significativos en materia de las finanzas públicas. Aspirar a unas finanzas públicas cada vez más sanas es objetivo de todos los modelos de política económica. De conformidad a cada contexto, múltiples han sido los esfuerzos desplegados por los actores que ejecutan la política fiscal para impulsar un manejo presupuestario con regulación más definida a nivel de ordenamiento legal y consenso de los diferentes actores. La débil capacidad de ahorro nacional, la rigidez de un porcentaje importante de la carga fija presupuestaria, los altos niveles de evasión fiscal, de gasto tributario, así como la baja presión tributaria, frente a necesidades de recursos económicos demandados por el impacto de la crisis financiera externa e interna, por el lado bancario, o altos niveles de precios de productos importados clave, como el petróleo y sus derivados, han generado una creciente necesidad de financiamiento presupuestario, al cual se requiere colocarle un stop, a fin de procurar un ejercicio fiscal ajustado a la realidad nacional y a las mejores prácticas internacionales. En general, existen cinco reglas fiscales que se han aplicado entre Europa y América Latina. La primera establece un límite al déficit fiscal no superior al 3.0% del PIB; la segunda, el presupuesto equilibrado, donde los ingresos sean iguales a los gastos; la tercera establece un
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superávit primario, en el que se produzca un excedente de un 1.0% del PIB de los ingresos sobre los gastos, descontando el pago de los intereses de la deuda; la cuarta solo permite financiamiento cuando se destina a inversión real, y la quinta procura limitar el crecimiento del gasto hasta un 1.0%, referente a la tasa de inflación anual. Como se puede apreciar, el menú de Regla Fiscal Cuantitativa es variado. Cualquiera de ellos procura restringir y reducir el uso no prioritario, y tal vez, en determinados momentos, discrecional, de los recursos públicos, con el propósito de gerenciar una política fiscal contracíclica, que aumente a su vez su credibilidad y la posibilidad de reducir el efecto de transmisión negativa sobre otras variables de la economía. Esta ponderación es partidaria de asumir una Regla Fiscal Mixta, que combine la adopción de una política de gastos cuyo crecimiento no supere el 1.5% anual, alineado al Esquema de Metas de Inflación, que procura niveles cada vez más bajos de incremento de precios, siempre y cuando el aumento del gasto público no genere déficit fiscal en su balance financiero primario, y el financiamiento complementario esté sujeto solo a inversiones reales. Cualquiera que sea la determinación de la magnitud del parámetro seleccionado, el mismo deberá tener un horizonte para alcanzarlo, de manera que pueda ser materializado en forma progresiva, sin cambios abruptos en la conducción fiscal. Como forma de no imponer una camisa de fuerza a la conducción de las obligaciones del Estado, solo en condiciones de emergencia nacional, originadas por catástrofes naturales o de naturaleza exógena significativa, y tal vez si la economía presenta un desempeño por debajo de su crecimiento potencial, sin que existan razones externas que lo justifiquen, podría permitirse determinada magnitud de holgura en el manejo de las finanzas públicas destinada a incrementar la inversión pública productiva, como aconseja la denominada “regla de oro”. La regla de oro hace referencia a una ejecución presupuestaria equilibrada, con el solo complemento de financiamiento cuando este se destine a inversiones productivas.
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Asumir una regulación como la planteada le sigue dejando espacio al reconocimiento del gasto público como motor que proporciona efectos positivos en la economía, especialmente en el marco de promover inversiones públicas reproductivas y darle menos protagonismo al gasto corriente. De la manera anterior, la política fiscal no solo es política, como argumentan algunos, sino politécnica, en el sentido de reconocer rangos de discrecionalidad en la conducción del gasto, al tiempo que lo restringe con parámetros prudenciales, propiciadores de un ejercicio de las finanzas públicas más acorde con la estabilidad macroeconómica sostenible. La Estrategia Nacional de Desarrollo, dispuesta por la Ley 1-12, establece un conjunto de ejes clave para lograr los objetivos propuestos, entre los cuales se encuentra la realización de un pacto fiscal; de ahí que promover una Regla Fiscal Cuantitativa resulta conveniente, no solo porque se enmarca dentro de la referida ley, sino porque se alinea en la dirección de implementar reglas para el manejo de la política fiscal con amplia base de apoyo social y político. Un factor importante para considerar la adopción de la Regla Fiscal Cuantitativa en este momento es aprovechar la actual coyuntura económica internacional, donde se aprecia la recuperación de la economía estadounidense, la mejoría económica europea y la disminución sustantiva de los precios del petróleo y sus derivados. Los principales argumentos a favor de la Regla Fiscal Cuantitativa son que limita la discrecionalidad de los actores de la política fiscal, promueve estabilidad macroeconómica con un entorno fiscal no amenazante de presiones inflacionarias, mejora la sostenibilidad de las finanzas públicas, protege los recursos de los contribuyentes, reduce las necesidades brutas de financiamiento, contribuye a mejorar la racionalización del gasto público y el uso de los impuestos y promueve un mejor ciclo económico. Sin embargo, un argumento en contra de la Regla Fiscal Cuantitativa, que se presenta al momento de promover una iniciativa de regulación fiscal, tiene que ver con la disminución de la flexibilidad del manejo de la política fiscal, reduciendo de esa forma parte de su esencia, especialmente cuando se producen efectos adversos sobre la economía
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nacional, inducidos o generados por variables exógenas al manejo de las finanzas públicas. Una posible solución a esta objeción podría ser la determinación de una Regla Fiscal Cuantitativa Mixta, como la sugerida anteriormente, que permita grados de holgura en el manejo presupuestario, sujeta a determinadas condiciones. En países menos institucionalizados, como el nuestro, la adopción e implementación de regulación fiscal ayuda en la dirección de ganar tiempo y espacio para unas finanzas públicas más sanas, mientras el proceso de fortalecimiento institucional progresa. Más aún cuando la Constitución vigente establece, en su Art. 7, que la República Dominicana es un Estado Social y Democrático de Derecho, organizado en forma unitaria, fundado en el respecto a la dignidad humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e independencia de los poderes públicos, la adopción de reglas fiscales fortalecen ese mandato constitucional. La regulación fiscal cuantitativa al promover la sostenibilidad de las finanzas públicas basada en un uso más racional del gasto, incluso sin interrupción futura, protege los recursos que provienen de los ingresos tributarios aportados por los contribuyentes, al tiempo de asistir a la promoción de los derechos sociales de la ciudadanía, como el del trabajo y el acceso a los servicios públicos básicos, consagrados en la Constitución. De lo anterior se infiere que parte del logro del Estado Social de Derecho, en la acepción correspondiente al componente económico, recae en una economía fundamentada por una dinámica sostenible. Incluso, es la propia Constitución que establece, en su Art. 242, que la ejecución de la Estrategia Nacional de Desarrollo y su plan plurianual debe realizarse dentro del marco de la sostenibilidad fiscal. La regla fiscal, al propiciar mayor disciplina fiscal, hace a la política monetaria más fácil de construir y manejar, haciéndola creíble para los mercados y sus agentes, y en forma simultánea, favoreciendo el emprendimiento económico.
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La adopción e implementación de una regulación fiscal solo sería conveniente dentro del marco de un pacto fiscal, dado que implica reformas importantes, que se asocian al desempeño de la economía para cualquier plazo, además de eliminar el sentido de urgencia con el que normalmente son tratadas las reformas. Naturalmente, para que la regla fiscal se origine y prevalezca con credibilidad en el tiempo, debe mediar una reflexión en detalle de las cuentas fiscales, tanto del lado del perfil de los ingresos como del gasto, e incluso del uso complementario del financiamiento. Previsiblemente, la regla fiscal podría aumentar la transparencia y responsabilidad en el manejo de las finanzas públicas, al tiempo que sería un instrumento idóneo para la ejecución de una política fiscal contracíclica, tomando en consideración los ciclos económicos.
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Financiamiento público: Son los recursos monetarios contraídos para ejecutar distintas actividades económicas y financieras del Estado. • El perfil del financiamiento del SPNF En la República Dominicana el Sistema Integrado de Gestión Financiera lo componen los sistemas de presupuesto, tesorería, contabilidad gubernamental y crédito público, esta última amparada en la Ley No. 6 de 2006, que tiene por objeto fundamental establecer la política y la fijación del límite del financiamiento, la identificación de las operaciones que lo ameritan, y la captación y uso eficaz de los recursos provenientes de las fuentes de financiamiento. Conforme lo establece la Ley 6-06, el crédito público es concebido como la capacidad que tiene el Estado para endeudarse, con la finalidad de captar recursos para inversiones reproductivas, reestructurar su organización, atender casos de emergencia nacional y refinanciar sus pasivos. Particularmente, cuando se trata de inversiones y financiar pasivos, la deuda se justifica, primero, ante la ausencia de suficiente ahorro gubernamental y/o privado, y segundo, para racionalizar el costo del financiamiento, haciéndolo redistributivo sobre más de una generación a lo largo del tiempo, dado que la vida útil de las obras públicas que se construyen o los bienes durables que se adquieren benefician a varias de ellas. Amparado en el marco legal macro, el sector público, al endeudarse, naturalmente contrae obligaciones financieras, resumidas en el servicio de la deuda, las cuales deben honrarse en el presente y en el futuro; de ahí la relación intertemporal que se establece entre los contribuyentes fiscales, los acreedores, los gobiernos y los beneficiarios, cuando se trata de bienes durables u obras públicas. La evolución de la composición de la deuda total en la dimensión del Sector Publico No Financiero (SPNF) ha ido adquiriendo nuevas características a lo largo del tiempo, definidas a partir del tipo de deuda, y que permiten construir su nuevo perfil; ese es el objeto del presente análisis.
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El comportamiento de la deuda pública puede ser abordado desde al menos cinco tipologías: por origen, moneda, tasa de interés, plazo y acreedor y el período 2007-15, que abarca nueve años, justo el tiempo que lleva vigente la Ley 6-06 de crédito público. • Por origen o procedencia La deuda pública dominicana, conforme a su origen de fondeo, puede dividirse en dos fuentes, externa e interna. La primera proviene de los excedentes de ahorro público y privado del exterior, y la segunda, la interna, del excedente del ahorro privado nacional. El monto de la deuda total del SPNF para el 31 de diciembre de 2007 ascendió a US$8,568.6 millones, de los cuales, US$7,565.9 millones fueron de procedencia externa y US$1.002.6 millones de origen interno; para un 88.3% y 11.7%, respectivamente, del total. Para septiembre de 2015 la deuda total del SPNF ascendió a US$23,908, un incremento de US$15,339.4 millones respecto a 2007, distribuidos en US$15,786.9 millones en deuda externa y US$8,121 millones de deuda interna, para una participación relativa de 66.0% de la externa y 34.0% de la interna. Cuadro 1 Deuda pública total SPNF, en millones US$ y % Cuadro 1d Deuda pública total SPNF, en millones US$ y % Año
Deuda interna
%
88.3
1,002.60
11.7
Deuda pública total 8,568.60
66
8,121.00
34
23,908.00
Deuda externa
%
2007
7,565.90
2015*
15,787.00
Fuente: Dirección General de Crédito Público. *A septiembre.
Como puede apreciarse en el cuadro 1, la composición de la deuda según tipo de origen ha cambiado, al pasar la participación de la deuda externa de un 88.3% en 2007 a 66.0% en 2015, una disminución de 22.3% y la interna, de 11.7% a 34.0%, para un aumento de 22.3%; pese a la variación registrada en los componentes, el liderazgo de la deuda lo mantiene la externa sobre la interna. El cambio de perfil hacia una deuda cada vez mayor en fuentes internas podría ser indicativo de ventajas para los administradores de la deuda y la política monetaria, dado que le resta presión al tipo de cambio y el
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apalancamiento se produce más en el excedente de ahorro privado de origen nacional; aunque podría presionar al tipo de interés bancario local. • Por tipo de moneda La deuda pública externa que ha contraído la economía dominicana a lo largo del tiempo, básicamente ha estado concentrada en el dólar como moneda, en una proporción significativamente superior al resto de las divisas. Para 2007, la deuda denominada en dólares estadounidenses representaba el 81.6%; mientras que para septiembre de 2015 se elevó a 94.2%, un aumento de 12.6% de participación dentro del total de la deuda pública. Le sigue el euro, que ha perdido importancia relativa, al pasar de 7.0% en 2007, cuando la deuda en esa moneda ascendió a 526.0 millones, a 1.6% en septiembre de 2015, cuando se situó en 120,6 millones. Cuadro 2 Deuda externa según tipo de moneda en millones US$ y % Cuadro 2d Deuda externa según tipo de moneda en millones US$ y % Deuda ext.
2007
2015
2007 en %
2015 en %
Dólar USA
6,174
15,061
81.6
94.2
Euro
526
121
7
0.7
Otras
865
604
11.4
5.1
Fuente: Página web Dirección General de Crédito Publico. *A septiembre.
En lo relativo a la deuda interna, la participación por moneda lo lidera el peso dominicano y se ha mantenido casi constante durante nueve años, al colocarse dentro del total en 84.0% en 2007 y 86.4% en 2015, le sigue en orden de importancia; pero con disminución relativa, el dólar con 16.0% y 13.6% para los mismos años. Cuadro 3 Deuda interna según moneda en millones US$ y % Cuadro 3d Deuda interna según moneda en millones US$ y % Deuda int.
2007
2015
2007 en %
2015 en %
Dólar USA Peso dom. Total
160.4 842.2 1,002.20
1,108 7,013 8,121
16 84 100
13.6 86.4 100
Fuente: Página web Dirección General de Crédito Publico. *A septiembre.
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• Por tipo de interés En términos de gestión financiera, el manejo del tipo de interés fijo o variable dependerá, de alguna forma, de los requerimientos financieros, de la conveniencia de una programación más precisa del servicio de la deuda, del momento, de la calificación riesgo país, monto, plazo, y de los ingresos presentes y futuros del solicitante del financiamiento. El tipo de tasa de interés de la deuda pública total del país se ha modificado en términos de su composición. Para 2007 la lideraba ligeramente la tasa fija, mientras que para 2015 su posicionamiento se fortaleció significativamente. Para 2007 el tipo de tasa fija representaba el 53.1% del total de la deuda y la variable en 46.8%; en cambio, en 2015 la fija se elevó a 80.3% y la variable disminuyó a 19.6%. Por su lado, la tasa de interés cero se mantuvo constante durante los años 2007 a 2015. Cuadro 4 Deuda publica según tipo tasa de interés, en % Cuadro 4b Deuda publica según tipo tasa de interés, en % Tipo tasa de interés
2007
2015
Fija
53.1
80.3
Variable
46.8
19.6
Cero
0.1
0.1
Fuente: Página web Dirección General de Crédito Publico. *A septiembre.
• Por tipo de plazo La composición de la deuda pública por tipo de plazo ha variado durante el período 2007-2015, ganando espacio el corto plazo, aunque rezagado respecto a la deuda de mediano y largo plazo, que mantiene su liderazgo. Las señales de cambio de esa característica pudieran estar asociadas, en términos operacionales, al menos a dos razones: primero, un tipo de interés nominal más bajo, y segundo, menos costos asociados con la estructuración, colocación y mantenimiento de los tipos de instrumentos de deuda.
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En términos macroeconómicos, los factores que podrían incidir en el tipo de plazo son el comportamiento previsible de los ingresos corrientes permanentes, el nivel de solvencia y las expectativas de comportamiento del PIB. Previsiblemente, caídas de los ingresos corrientes y del PIB pudieran alentar mayor deuda de corto plazo y lo contrario, esto es, la elevación de ambos indicadores inducirían a deudas de más largo plazo. En contraposición, bajos niveles de solvencia tenderían a procurar financiamiento de largo plazo, y fortaleza en la solvencia podría motivar hacia el endeudamiento de corto plazo, dado una menor exposición a los riesgos. Naturalmente, el grado de solvencia pudiera influir en la asociación entre ingresos, el PIB y plazo de la deuda. Cuadro 5 Estructur de la deuda según tipo de plazo en %
Cuadro 5b Estructura de la deuda según tipo de plazo en % Plazo
2007
2015
Corto plazo
2.06
13.4
Mediano y largo plazo
97.94
86.6
Fuente: Página web Dirección General de Crédito Publico. *A septiembre.
Como se puede apreciar en el cuadro 5, la estructura del tipo de plazo en la deuda pública presenta cambios, en donde el corto plazo ha aumentado, al pasar de 2.06% en 2007, a 13.4% en 2015, mientras el mediano y largo plazo descendió de 97.94% a 86.6%. • Por tipo de acreedor La procedencia de la deuda pública obliga, de alguna forma, a determinar el tipo de acreedor con el que se contrae el compromiso de pago. El espacio ganado por la deuda interna respecto a la externa provoca que la composición de los tipos de acreedores también varíe. En el componente deuda externa, para 2007 la deuda bilateral (entre Dominicana y otros países) lideraba a los acreedores con 38.6%, seguida de la multilateral, con 32.5%, conformada por organismos como el Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros, y los acreedores privados con 28.8%, integradas por bancos, tenedores de bonos y suplidores.
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En cambio, para 2015, la composición de la deuda según acreedor varió, al pasar a liderarla los acreedores privados, con 59.2%, indicador que se puede asociar al aumento de la deuda de corto plazo, así como a la utilización creciente de bonos soberanos en los mercados internacionales, seguido por los organismos de financiamiento multilateral, con 26.0%, mientras el bilateral cayó a 14.6%, pasando de un primer a un último lugar. La pérdida de importancia relativa del financiamiento de los organismos multilaterales es cónsona con el aumento del ingreso per cápita en la economía dominicana durante los años 2007 a 2015, al pasar de US$4,796 a no menos de US$6,486. Por su lado, los acreedores dentro de la deuda pública interna también han presentado una modificación sustantiva, al cambiar su estructura de 66.6% a través de bancos comerciales y 33.4% con tenedores de bonos en 2007, a 11.4% y 88.6%, respectivamente, para 2015. Durante el período 2007-2015, el perfil de la deuda total del SPNF ha cambiado en cada uno de sus componentes, al fortalecerse la deuda interna en forma significativa sobre la externa, al igual que la deuda externa por tipo de moneda, donde el dólar estadounidense aumentó en participación. Lo propio aconteció con el tipo de tasa de interés, donde la fija sobre la variable pasó a ser la líder; por tipo de plazo, el corto ganó espacio sobre el mediano y el largo; y por tipo de acreedor, los privados pasaron a liderar el financiamiento público sobre el multilateral y el bilateral. El cambio de perfil de la deuda pública producida durante los años 2007 a 2015, se realizó en un entorno de incremento de la deuda como porcentaje del PIB, al pasar de 21.14% a 36.2%, una tasa de interés promedio ponderada de 5.6% a 7.5% y una mejoría en la calificación de riesgo-país por parte de la firma Standard & Poor’s de B+ a BB-.
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Deuda pública: Está compuesta por las obligaciones pendientes de pago que mantiene el sector público para un tiempo definido con sus acreedores. • Más sobre la deuda pública Referirse a la deuda pública es casi pecaminoso. El tema es uno de los más politizados, al tiempo que es uno de los de menor comprensión. No es para menos. Aparecen en la prensa nacional declaraciones como: “El bebé que al momento de nacer debe 2,384.6 dólares” (2015), o “la deuda pública es peligrosa”, sugiriendo la primera que el niño no debe ser responsable de su pago, y la segunda, que al ser alta, es insostenible. Entre titulares como los indicados es difícil referirse al tema sin ser señalado con juicio de valor severo. Conforme a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo existen 193 países, pero a criterio del Departamento de Estado de los Estados Unidos, el número se eleva a 195. Sin importar la cantidad, lo cierto es que los países presentan distintos niveles de deuda en sus economías. En el extremo de países cuyas economías funcionan sin deuda, en total solo son cinco: Macao, que es una región autónoma de China, Islas Vírgenes Británicas, que maneja su economía en forma independiente, Brunei, que logró su independencia en 1984, Liechtenstein y Palaos, países con apenas 35,000 y 20,000 habitantes, respectivamente. Como puede observarse, estos cinco países presentan características muy particulares, que no los hacen representativos al momento de realizar valoraciones en torno al tema de la deuda. En el extremo de los países más endeudados del mundo se encuentran Japón, localizado en Asia, con una deuda con relación al PIB que se coloca en 247.0%. Le sigue Zimbawe, en África, con 202.0% del PIB, y en tercer lugar, Grecia, al sur de Europa, con 151.0%, también del PIB, a 2014. Tanto Japón como Grecia pertenecen a países de altos niveles de ingreso per cápita, con US$36,194 y US$21,494, mientras que como ejemplo de bajo ingreso per cápita está Zimbawe, con US$931 a 2014, conforme al Banco Mundial. Abordar la deuda pública respecto a las dos afirmaciones señaladas precedentemente podría hacerse en la dimensión temática de, al menos,
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la asociación con el crecimiento económico; además, ponderarla sobre cuándo podría considerarse alta, y a partir de qué momento deja de ser sostenible dentro de un modelo económico. La deuda pública, en su acepción generalizada, implica las obligaciones por pagar que posee el sector público con sus acreedores nacionales y extranjeros. En la República Dominicana, el organismo oficial que maneja sus pasivos por mandato de la Ley No. 6-06 es la Dirección General de Crédito Público. • Evolución y composición de la deuda Al 31 de diciembre de 1970, el valor del Producto Interno Bruto (PIB) era de US$1,485.5 millones. Por su lado, la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF) fue de US$267.1 millones, para un 17.98% del PIB. 45 años después, esto es, para 2015, el PIB era de US$65,728 millones y la deuda de US$24,154.5 millones, para un 36.7% del PIB. Mientras el PIB en dólares se multiplicó por 44, la deuda lo hizo por 90, esto quiere decir, el doble de lo que aumentó el PIB. Esos valores explican cómo la deuda respecto al PIB ha pasado de 17.9% a 36.7%; pero la historia del comportamiento de la deuda no ha sido lineal, ni tampoco el porcentaje que tiene a 2015 ha sido el mayor. Para el período 1970-2015, el año que la deuda pública alcanzó su nivel más alto fue en 1990. En ese entonces, el PIB ascendió a US$5,384 millones y la deuda a US$4,499 millones, para un 83.7% del PIB, seguido de 1988, con 76.9%; en cambio, el extremo inferior fue en 1975, cuando se situó en 13.0% del PIB. Durante seis años consecutivos, 1985-90, la deuda pública se mantuvo en el rango de 62.4% a 83.7% del PIB, los niveles más altos de la historia contemporánea de la economía dominicana; en contraposición, el subperíodo con los niveles más reducidos es entre 1970-75, al moverse en la frecuencia de 13.0% y 17.9%, también del PIB. En términos de la composición de la deuda pública, para 2000, la interna era de US$465.7 millones, y la externa, de US$3,679,4 millones, para un 1.96% del PIB la primera, y 15.5% la segunda; 15 años después, esto es, 2015, era de 11.8% y 24.4%, respectivamente, apreciándose un incremento importante del financiamiento interno.
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• El Estado como ente emisor En el país, las dos entidades públicas que emiten con regularidad instrumentos de deuda son el Ministerio de Hacienda, que lo hace tanto para el mercado interno como para el externo, y el Banco Central, que solo lo hace para el mercado interno. Las emisiones de Hacienda procuran básicamente, en el plano local, cumplir compromisos pendientes de pago con suplidores y contratistas del Estado; en el plano internacional, liquidez en divisas, a fin de apoyar las operaciones financieras del país con el resto del mundo, y las del Banco Central buscan incidir en el medio circulante y también en el manejo de tesorería de sus valores en circulación. Como se aprecia, las emisiones de Hacienda y Banco Central agencian propósitos distintos, uno en el ámbito fiscal y otro en el monetario. Algunos sectores entienden que las emisiones deben estar unificadas en una sola entidad, bajo el argumento que es el mismo riesgo y que las tasas deben ser similares, así como los plazos y condiciones. Pero resulta que una de las características de los emisores en el mercado de valores es justo emitir y colocar sus instrumentos bajo las características que defina cada emisor, en función de sus necesidades, y resulta que Hacienda, así como el Banco Central, tienen perfiles distintos; aunque ambos apuesten a la estabilidad macroeconómica y a la coordinación de las políticas fiscal y monetaria de la nación. El perfil de Hacienda viene dado por la naturaleza inmediata que tiene la política de gastos, ingresos y financiamiento sobre la economía, a través del impulso, contracción o neutralidad para incidir en la demanda agregada que define, en parte, el ciclo económico, y los resultados de la balanza de pagos, además de la naturaleza sensible de la política fiscal frente a la población; de ahí la elasticidad de ese tipo de política. En cambio, el Banco Central vela por la estabilidad y baja inflación y para ello, entre los instrumentos que utiliza, está la incursión en operaciones de mercado en pesos y dólares, la primera para la estabilidad en el nivel del circulante y su asociación con los precios internos, y la segunda, para la estabilidad cambiaria. De igual forma, el Banco Central maneja su política de emisión interna en términos de plazos y de tasas, por el tema de su recapitalización; así
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como por el manejo del déficit cuasi fiscal, expresado fundamentalmente por el servicio de los valores en circulación, y su vencimiento. Comparativamente, los instrumentos de deuda de ambos organismos emisores, en términos impositivos, tienen tratamientos discriminatorios a favor de los que emite el Ministerio de Hacienda, con las exenciones de impuestos, y los que emite el Banco Central. Esas características hacen que el perfil de los instrumentos de deuda presenten tasas y plazos distintos, y hasta grados de riesgo diferenciados, pese a la creencia ya cuestionada que el riesgo es cero en los títulos de deuda del Estado. Las experiencias recientes de Grecia y Puerto Rico lo sustentan. • Importancia de la deuda pública Los casos más recientes de crisis de deuda son el de Grecia y Puerto Rico. El primero tuvo que ser asistido por la Comunidad Europea en más de una ocasión, para poder afrontar sus compromisos más perentorios, tanto internos como externos, bajo el compromiso de fuertes reformas económicas, y el segundo, a finales de 2015 entró en cesación de pago con los tenedores de bonos, otorgándole las firmas calificadoras de riesgos la categoría de bonos “chatarra” a una parte de sus productos financieros. Las economías con bajos niveles de desarrollo, como la dominicana, permanentemente presentan insuficiencia de ahorro interno. Esa sola condición induce a los gobiernos que no quieren caer en la inacción, a auxiliarse del ahorro externo, como forma de complementar el fondeo para hacer política fiscal más expansiva, la deuda como ingreso externo y la deuda como gasto público. El gasto público, en su clasificación económica, es gasto corriente y de capital. En términos financieros, cuando una parte de la deuda pública se destina a cumplir los compromisos de gasto de propiedad, como son los intereses, bajo el argumento de que siempre y cuando, dentro del flujo de efectivo, los ingresos provenientes de la deuda superen el servicio de la misma, la decisión es correcta; como quiera, se estaría atentando contra la sostenibilidad en el mediano y largo plazo, al tiempo que afecta el gasto de capital en el componente inversión pública.
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Dentro de la misma lógica de la política fiscal, las inversiones públicas llevadas a cabo mediante el mecanismo de la deuda se justifican no solo porque contribuyen a aumentar la provisión de bienes y servicios públicos, sino porque pueden distribuir en el tiempo, en forma racional, los compromisos de pago de ese pasivo entre varias generaciones, tal y como se beneficiarían al darle uso. La deuda pública moderada y destinada a fines productivos está alineada con niveles más altos de crecimiento económico, por la vía de la inversión pública en obras de infraestructura que aumentan la productividad y la disminución de la pobreza, por la vía del aumento del empleo… siempre y cuando existan políticas públicas que lo promuevan, al destinar el gasto público hacia los sectores de la economía generadores de empleos permanentes. Naturalmente, lo contrario puede acontecer si la deuda pública es tan expansiva que comprometa al crecimiento económico. Esta situación se daría si el país entra en una fase de insostenibilidad de la deuda. •
¿Alta o baja, la deuda pública?
Entonces, entre un bajo nivel de deuda que no auxilia el complemento a la insuficiencia de ahorro interno para la inversión, y un alto nivel de deuda que atenta contra su sostenibilidad, y por lo tanto, es excesiva, ¿existe un nivel óptimo? El fundamento empírico más próximo que se tiene acerca del excesivo endeudamiento solo está realizado para países desarrollados, mismo que ha permitido construir un indicador en donde se sustenta la afirmación de que una deuda pública que supere el 90.0% de su PIB durante más de cinco años, puede ser tipificada como deuda desbordada, razón que hace disparar la prima de riesgo de los nuevos instrumentos de deuda que emita el gobierno. De manera que para países menos desarrollados no existen estudios empíricos que asienten cuándo una economía nacional tiene una deuda excesiva; por lo que afirmar que la República Dominicana tiene una deuda excesiva no es sustentable, lo que resulta un juicio de valor sin fundamento.
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Solo el ejercicio comparativo entre un país y otro permite tener una aproximación paraafirmar en forma débilcuándo una economía presenta una deuda pública alta o baja, y este tipo de examen tiene limitaciones, dado que la realidad de cada nación es distinta, en términos de su capacidad de pago, por aquello de su estructura impositiva y de gastos, la capacidad exportadora, la capacidad endógena para aumentar las remesas y atractivos de mercado, seguridad jurídica y ciudadana y estabilidad macroeconómica para atraer inversión extranjera directa. • Sostenibilidad de la deuda El indicador de la deuda total del SPNF sobre el PIB dominicano muestra una participación creciente en forma permanente, al menos para los últimos 15 años (desde 2000 a 2015), al pasar de 13.6% a 36.7% del PIB, con la sola excepción de 2007, que fue de 17.2%; así como el indicador deuda pública externa sobre las exportaciones, que pasó de 77.4% en 1997 a 162.0% en 2014, implicando que las exportaciones no poseen la capacidad para fondear en forma sana el pago de los pasivos en divisas. Estos indicadores de riesgo de la deuda presentan un deterioro con el transcurrir del tiempo, los cuales, si bien es cierto que aun no han atentado contra las obligaciones de los acreedores, al estar cumpliéndose el servicio de la deuda sin ningún tipo de dilación, lo cierto es que son señales de envejecimiento del modelo económico. Esta aseveración toma fuerza al observar que la deuda per cápita del país se ha ido elevando, al pasar de US$59.0 en 1970 a US$633.0 en 1990, y luego a US$1,563 en 2010, para finalmente colocarse en US$2,420 al 31 de diciembre de 2015. En la línea de las reservas internacionales netas como activo líquido de divisas del país, el indicador que muestra la deuda externa sobre esas reservas señala que ha disminuido de 1,406% en 1997 a 309.0% en 2015; por lo que desde la perspectiva de ese indicador, el país está en mejores condiciones para afrontar sus compromisos internacionales. Otro indicador que cabe destacar es el servicio de la deuda pública, en su componente de los intereses. Como porcentaje del gasto corriente, su desempeño se ha deteriorado, al aumentar, durante los años 2003 y 2014, un 11.23% y 17.1%, respectivamente. Esta elevación va en desmedro del gasto de capital, razón por la que ha disminuido, en igual
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período, de 22.3% a 16.1% dentro del total del gasto, sin considerar las aplicaciones financieras. Las distintas reformas fiscales que se han efectuado en los últimos años, como forma de identificar nuevos ingresos corrientes que soporten la formulación y ejecución presupuestaria anual, pueden ser evidencia de señales de agotamiento o debilitamiento del modelo basado en financiamiento vía endeudamiento. Una señal que sustenta que los acreedores internacionales no ven “excesivamente alta” a la deuda pública, está dada por el lado de la prima de riesgo que se paga por los instrumentos financieros de deuda soberana, la cual ha estado disminuyendo para los bonos de 10 y 30 años, al pasar de 5.87% a 5.5% para los primeros, y de 7.45% a 6.85% para los segundos, durante los años 2013 y 2015. • Sobre el crecimiento económico Existe evidencia empírica, a nivel internacional, donde se asocia positivamente el crecimiento de la economía con el uso del endeudamiento público, cuando se destina a inversiones en obras de infraestructura y adquisición de bienes durables; y lo contrario, cuando los pasivos son altos, podrían dar señales de incumplimiento con los acreedores, si el ritmo de la economía se contrae. En el caso dominicano, la tasa de crecimiento promedio anual del PIB durante los últimos 45 años, esto es, 1970-2015, se sitúa en 5.14%, donde solo en cuatro años no consecutivos la economía registró niveles negativos en el desempeño del PIB. Este comportamiento es una fuerte señal de que el nivel de endeudamiento público no ha sido una amenaza para el crecimiento. El indicador del ingreso per cápita permite reforzar la valoración acerca del desempeño económico exhibido por la economía, al pasar de US$1,336 en 1991 a US$6,480 en 2014. Lo expuesto permite al menos no negar la hipótesis de que la deuda pública no es excesiva, como tampoco representa un peligro para la operatividad de la economía, aunque sí presenta señales que ameritan su atención, a los fines de preservar el crecimiento del PIB en un entorno de sostenibilidad permanente de las finanzas públicas.
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Control interno del Estado: es un proceso de acciones, actividades, planes, políticas, normas, procedimientos y métodos para el ejercicio razonable del manejo de los recursos públicos. • Obstáculos en la implementación del control interno Consideraciones generales El tema del control interno puede ser abordado básicamente desde dos perspectivas: la referida a las organizaciones privadas, en cuanto al conjunto de acciones integradas a los procesos, a fin de aumentar en forma apriorística la materialización y optimización de las metas y objetivos, y la concerniente al Estado, también como organización, delimitada por lo social, lo político, lo económico, la soberanía y coercitivo pero con la misma razón de la primera, procurando ser eficiente, eficaz, transparente y responsable. Desde la segunda perspectiva, los estados, como organizaciones, conforman dentro de su estructura las instituciones a las que delegan la función y responsabilidad de llevar a cabo el control interno de sus recursos públicos, con el propósito de alcanzar los objetivos y metas consignadas en sus planes de desarrollo, presupuesto nacional y marco legal. La República Dominicana, conforme lo indica el Artículo 246 de la Constitución de 2010, posee un sistema nacional de control, fundamentado en cuatro columnas, la de carácter externo, la interna, la legislativa y la social, confluyendo todas en la consecución de los objetivos y metas, previéndolas con el menor costo económico y el mayor beneficio económico/social racionalmente posible. Los mismos numerales del referido artículo constitucional y el artículo 7 de las leyes 10-04 y 10-07 indican que el control interno lo ejerce la Contraloría General de la República, y el externo, la Cámara de Cuentas; la fiscalización corresponde al Congreso Nacional, en base a los informes que el control externo le provea, y a la sociedad, con sus entes conformados con representación. Este análisis considera, partiendo de la interpretación constitucional y de las leyes números 10-04 y 07, de la Cámara de Cuentas y Contraloría General de la República, respectivamente, al control externo como aquel
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que viene establecido en su condición de que solo se involucra en la actividad posterior a la ejecución de los fondos públicos; en cambio, el interno se compromete con las acciones operativas que conducen a la aprobación de la implementación de las finanzas públicas, ambos en las dimensiones del patrimonio, los ingresos y gastos de la nación. Son las leyes que sustentan el accionar, tanto de la Cámara de Cuentas, la número 10-04, que establece en su Artículo 7, numeral 1, el carácter externo, en sus exámenes profesionales, objetivos, independientes y sistemáticos, realizados con posterioridad a la actuación gerencial pública, como la del control interno, a la Contraloría General de la República, con la número 10-07, que en su Artículo 1 establece como finalidad instituir el Sistema Nacional de Control Interno, así como su rectoría. Sin embargo, una ponderación crítica entendería que ambos controles, el que ejerce la Cámara de Cuentas y el de la Contraloría General de la República, así como el control legislativo, son controles internos, al formar parte del Estado, por aquello de ser consustanciales con el organigrama estatal, al tiempo que sus presupuestos están integrados dentro del presupuesto general de la nación, condiciones que de alguna manera los vinculan directamente a la organización del Estado nacional Este análisis considera los tres tipos de controles como internos del Estado, y solo el referido al numeral 4 del Artículo 7, Ley 10-04 -el control social-, es entendido como control externo, dado que es el único de los cuatro que no se vincula, ni directa, ni indirectamente, al organigrama del Estado, aunque algunas organizaciones sociales reciben partidas del presupuesto general de la nación como donaciones, pero sin contraprestación de servicios obligatorios al Estado. Alternativamente, el control interno planteado funcionalmente operaría donde los organismos públicos ejerzan el control primario, es decir, donde la Contraloría General sea el Control previo, y la Cámara de Cuentas el control posterior y final de todo el proceso. Derivado de lo anterior, el tipo de control externo que propongo recaería en la sociedad civil, es decir, en una comisión que sería elegida por los ciudadanos para que realmente, el control tenga un carácter externo a las operaciones del Estado. La elección se haría sobre la base de un perfil profesional especializado, establecido por ley y reglamento, a los fines de que quienes lo conformen estén provistos de calidad profesional y sin vínculo político de ningún tipo.
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Los fondos con los que operaría el control externo estarían consignados en el presupuesto de la nación, como una proporción de los ingresos corrientes permanentes. El tipo de control externo social, cuando así lo considere para su labor de fiscalización, pudiera valerse de la contratación de firmas de auditores de prestancia profesional, debidamente registradas por ante los organismos competentes del Estado, una vez cumplan con los requisitos establecidos en un marco regulatorio de funcionamiento. Mientras una iniciativa como la sugerida es acogida e implementada, como precedentemente se indicó, el Sistema Nacional de Control Interno de la República Dominicana está delegado a la Contraloría General de la República como ente rector, mismo que comprende el conjunto de leyes, principios, normas, reglamentos, métodos y procedimientos que regulan el referido control de la gestión de quienes administran los recursos públicos. De conformidad a como está establecido en la Ley 10-07, en su Artículo 6, los órganos que conforman el Sistema Nacional de Control Interno son la Contraloría General de la República, las entidades y organismos comprendidos en el ámbito de aplicación de la referida ley (entidades autónomas, descentralizadas, los ayuntamientos y las empresas públicas con participación Estatal mayoritaria) y las unidades de Auditoría Interna de cada entidad. Para llevar a cabo en forma efectiva el proceso de control interno, el artículo 24 de la Ley 10-07 establece que el mismo esté integrado por los siguientes componentes: Ambiente de control, exposición, valoración y administración de riesgos, actividades de control, información y comunicación. En lo concerniente a los responsables del control interno, el Artículo 25 de la misma ley indica que el principal responsable es el titular de cada entidad, y en lo relativo a los tipos de controles internos, el Artículo 26 los clasifica en dos, el previo y el posterior. El control previo se circunscribe al proceso mediante el cual el organismo que tiene la apropiación presupuestaria aprobada, antes de emitir y enviar el libramiento departamental de pago hacia el organismo competente
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(Contraloría General), debe determinar la veracidad, exactitud, y cumplimiento de las normas de ejecución del presupuesto y demás disposiciones legales que lo regulan, como las Normas Básicas de Control Interno (NOBACI). Por su parte, el control posterior está bajo la responsabilidad de las Unidades de Auditoría Interna, las cuales aplican los procedimientos de control interno, a fin de comprobar la ejecución y efectividad de los controles internos establecidos en cada entidad, así como los generales que establecen las NOBACI. En lo que respecta a la dependencia de las Unidades de Auditoría Interna, las mismas están vinculadas, normativa, administrativa y financieramente, a la Contraloría General de la República. •
Identificación de obstáculos
En términos de declaración de principios, objetivos y establecimiento del Sistema Nacional de Control Interno, al parecer, la Contraloría General de la República, como su órgano rector, está provista del marco legal y las normativas necesarias para una adecuada ejecución de los componentes del control interno en el ámbito de la administración pública; sin embargo, en lo relativo a la implementación del mismo se presentan numerosos y variados obstáculos. En la experiencia de quien escribe, dichos obstáculos pueden ser agrupados en los mismos componentes que integran el proceso de control interno, previstos en el artículo 24 de la Ley 10-07. Veámoslos de cerca. El componente de las actividades de control, entendido como todas aquellas acciones y medidas de naturaleza gerencial, tecnológica, de procedimientos contables, administrativos y económicos que permiten que las operaciones gubernamentales relativas a los recursos públicos estén siendo manejadas conforme al marco legal establecido y en base a las mejores prácticas, presenta, al momento de su implementación, los inconvenientes de la actualización profesional, ausencia de recursos humanos en áreas de especialidades, tales como las de auditorías de sistemas informáticos, tanto de parte de los organismos públicos como de la propia Contraloría General.
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El bajo nivel profesional con el que opera una parte importante del personal que trabaja el control interno, tanto del organismo rector como de las entidades sujetas a implementarlo, no permite que aun existiendo los manuales, se verifique su aplicación exhaustiva. Hay desconocimiento y falta de políticas de capacitación enfocadas al tema en referencia en las dependencias, y además, ausencia de visión de los organismos de control superiores para hacer cumplir las recomendaciones de capacitación puntual que sirvan de soporte a la gerencia para actuar en dirección preventiva. En contraposición, se advierte el interés de los informes de auditoría, que enfatizan más en la identificación de violaciones. Esa condición en forma marginal impide la elaboración de normas de autocontrol alineadas con las establecidas por el órgano rector; asimismo, hay desconocimiento, por parte de los profesionales involucrados en los procesos, de dispositivos legales clave, por ejemplo, la Ley número 340-06 de Compras y Contrataciones. De ahí que el mayor esfuerzo y niveles de satisfacción del control interno se producen cuando se devuelven los denominados libramientos u órdenes de pago y pasa el ego profesional personal de los involucrados de ejercer el indicado control hacia un tránsito de cotización simultáneo de valor político y económico, contaminando y desnaturalizando todo el proceso. Basta citar tres ejemplos concretos de contaminación del ambiente de control. El primero está asociado a la presión sobre el tema de la construcción de las obras públicas. Cuando no es porque hay “instancias muy superiores” que asumieron un compromiso con la comunidad, para construirle algún proyecto de infraestructura, es porque hay un interés político involucrado, obviándose en el camino los requisitos de control interno como el debido concurso público, el correspondiente contrato, la documentación que lo soporta, lo accidentado del proceso de tramitación de cubicaciones y los recurrentes desvíos a los umbrales de los adicionales, algunos de los cuales hasta duplican el monto original del presupuesto de la obra. En el segundo ejemplo, los actores involucrados rechazan o devuelven solicitudes de compra que corresponden a lo estipulado en el artículo 6, numeral 2 del párrafo de la referida ley, aludiendo a que no poseen el registro de proveedores del Estado, o a que tienen que participar en un concurso público, cuando este dispositivo de excepción las exime de todas las formalidades que establece el orden legal vigente.
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El tercer caso corresponde al que prevé el mismo artículo en referencia, en cuanto a utilizar el mecanismo de emergencia que afecta el interés público, vidas o la economía y el de urgencia, cuando por razones de selección en tiempo oportuno, previo a la autorización de la autoridad competente, estos mecanismos en ocasiones son vulnerados, a fin de precipitar determinadas compras o realización de obras. De alguna manera opera el tema relativo al registro del contrato en la Contraloría General, el cual es entendido, por los organismos públicos que lo generan, como una mera anotación, sin entender que el registro obedece a criterios definidos por el organismo rector, en cuanto a que estos implican cumplir con las disposiciones establecidas, para que no contradigan preceptos legales vigentes de control interno y estén alineados con el presupuesto general de la nación. La exposición a los riesgos, como otro de los componentes del sistema de control interno, es entendida, para los fines de este análisis de obstáculos, como aquella exposición próxima a ocasionar daños a la línea de mando de mayor jerarquía, con el propósito deliberado de alterar o vulnerar su reputación y, con ello, inhabilitarlo socialmente, a fin de provocar su destitución y así, abrir el camino para facilitarle las cosas al sector que no está interesado en el rol del control interno en las operaciones de los recursos públicos. El sistema político, tanto el del gobierno como el de la oposición, en su “esfuerzo” por preservar la institucionalidad, valora los riesgos, muchas veces inducidos en forma deliberada, tomándose decisiones de efectos previsibles, en términos de aprobación ciudadana. La restricción presupuestaria es un factor que obstaculiza el buen ejercicio de control interno en las actividades de control y de la evaluación de los riesgos, dado que la escasez de recursos financieros limita la capacidad operativa del órgano responsable del control, especialmente en la parte de la contratación de personal altamente calificado, que permita en forma simultánea que este haga carrera de servidor público, en la acepción de permanencia, trayendo como derivado que los responsables jerárquicos del control interno no garanticen ese ejercicio en forma eficiente y eficaz; mientras la sociedad espera de ellos los más altos estándares de cumplimiento.
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La insuficiencia en la dotación de recursos financieros provoca, en la práctica, salarios no competitivos, llevando a muchos de los actores del control interno a recibir “complementos” por parte de los organismos públicos llamados a ser vigilados, originando así lazos de dependencia económica con matices de complacencia gerencial. El componente de información y comunicación es otro de los factores que se constituye en obstáculo en el actual modelo de gestión de control interno, dado que como las Unidades de Auditoría Interna están vinculadas a la Contraloría General de la República, por aquello del control posterior, previo a la autorización del pago, y al ser las Unidades una expresión de la limitación de recursos financieros y sus derivadas, los representantes del órgano rector asumen riesgos públicos y de consecuencias judiciales, más allá de lo que se entiende en la racionalidad contable. Los lazos económicos irregulares que se establecen provocan que la información y comunicación eficaz que debe haber entre las UAI y su órgano rector se lacere, al producirse una “comunicación complaciente” con los directivos de las entidades responsables de la erogación de los recursos públicos, por medio de aprobaciones viciadas, en desmedro del control interno y aumentando la exposición al riesgo de su responsable mayor. En lo referente al ambiente como otro de los componentes del Sistema Nacional de Control Interno, que procura generar una actitud positiva y de apoyo, si el órgano rector no recibe el empoderamiento por parte de otras “instancias decisorias”, los resultados serán limitados, y más, si no existe una adecuada comprensión acerca de su papel, y este es visto por las referidas instancias solo como una pieza “amigable”, los resultados tampoco serán como los previstos en los objetivos de cualquier modelo interno. El real control interno es el verdadero amigo de las instancias de mayor jerarquía. Otro ejemplo de obstáculo en el ambiente de control es el grado de dependencia que se crea entre las Unidades de Auditoría Interna y las entidades públicas donde operan, dada la ausencia de políticas internas en la Contraloría General que institucionalicen la rotación no solo de dichas unidades en otras dependencias en forma periódica, sino también su reestructuración frecuente, a fin de no anidar lazos que hagan perder la objetividad e independencia de sus actuaciones.
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Ese componente queda aun más contaminado en la medida que, al ser designado un nuevo encargado de la cartera, este despliega esfuerzos para que le asignen los miembros de la UAI de su predilección o de quien se los haya recomendado. Aunque en sentido inverso, y menos común, pero ha acontecido, también en ocasiones la propia autoridad máxima del control interno, a los fines de alinearse con la corriente de facilitar complacencia, emite dispensas permitiendo obviar dispositivos de umbrales establecidos en la ley de compras y contrataciones, como el que establece que los adicionales de los presupuestos de obras públicas no pueden superar el 25.0% del valor total del presupuesto original; por esa vía, se toma atribuciones más allá de las que le confiere su marco legal, desnaturalizando la función de rector del control interno. Fuera del alcance de los componentes del control interno, un factor que ha impedido el cabal cumplimiento de su rol, lo constituye el aspecto cultural que prevalece en el sector público y las organizaciones sociales, en cuanto a que el papel del control interno se limita al gasto público, cuando todos los dispositivos legales que lo sustentan señalan también al ingreso público como área de su responsabilidad. Al no existir la cultura de fiscalizar lo fiscalizado en materia de los ingresos tributarios, y menos aun, de darle continuidad al único esfuerzo realizado en esa dirección en 1999, por la Contraloría General de la República, cuando elaboró la primera metodología para auditar lo auditado en las entidades responsables del recaudo de los ingresos corrientes del Estado, el cumplimiento del mandato legal del control interno sobre los recursos públicos será parcial. Así pues, los obstáculos que presenta el control interno, en el modelo del Sistema Nacional de Control actual, provocan distintos tipos y niveles de desvíos y anomalías, que al ser detectadas luego por el control externo, en ocasiones se traduce en consecuencias administrativas y penales para los responsables del gasto público y también para el responsable superior del control interno, dado que, como en términos legales, se supone está debidamente informado de lo que acontece, por el papel jugado por la UAI en el control posterior, queda comprometido con las consecuencias.
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CapĂtulo
Sectores externo y monetario
Tasa de política monetaria: Es el precio de referencia para las operaciones de expansión y contracción del circulante al plazo de un día hábil que el Banco Central paga a las entidades de intermediación bancaria. • Evidencia empírica de la Tasa de Interés de Política Monetaria y el efecto traspaso hacia la tasa de interés bancaria El Banco Central de la República Dominicana hizo evolucionar el diseño y ejecución de su política monetaria, desde el Esquema de Metas Monetarias (EMM), hacia el Esquema de Metas de Inflación (EMI), logrando su implementación a partir de enero de 2012. El soporte del primer esquema era el manejo de la magnitud de la masa monetaria; el del segundo es la estabilidad de precios, como objetivo explícito y principal de la conducción monetaria, quedando los indicadores monetarios solo como variables indicativas del EMI. Esta evaluación describe la magnitud y velocidad con la que se ha transferido la Tasa de Política Monetaria (TPM) por medio del canal de tasa de interés nominal bancaria, tomando como condicionante fundamental la tasa de inflación doméstica. La base legal de la actuación del Banco Central (BC) en materia de inflación, aparece en el Artículo 2, literal “A” de la Ley Monetaria y Financiera, el cual establece que el objeto de la regulación monetaria es el de mantener la estabilidad de precios. El Artículo 24 se pronuncia en cuanto a que la autoridad monetaria no controla las tasas de interés, sino que estas serán determinadas entre los agentes del mercado, en condiciones de libre mercado. La TPM, como principal instrumento de la política monetaria del BC, dentro del EMI, previsiblemente tiene un efecto traspaso sobre el mercado y la economía, particularmente en cinco canales: el de la tasa de interés, vía el Producto Interno Bruto (PIB), los activos financieros, el tipo de cambio y las expectativas de los agentes económicos y el público en general. De alguna forma, la literatura económica reconoce a la tasa de interés como el principal canal de transmisión de la política monetaria, expresada en el instrumento de TPM; este análisis se concentra en el referido canal.
Sectores externo y monetario /
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El mecanismo de transmisión de la TPM funciona en el momento en que los distintos tipos de intermediarios, bancarios y financieros, transfieren los movimientos de la TPM hacia las tasas de interés de las operaciones que les son propias con sus clientes. En la literatura económica se sostiene, y en parte, también en la evidencia de otros países, que el efecto de transmisión de los cambios en la TPM no se produce de inmediato hacia los distintos canales, sino que intermedia un tiempo, explicado por la naturaleza y características de la industria financiera de cada país, resumida básicamente en el grado de competitividad del sector, el que, a su vez, lo define el nivel de concentración de los activos del sistema. Para el caso dominicano, existe un alto grado de concentración de los activos del sistema de intermediación financiera, liderándolo el sector de la Banca Múltiple, con 86.0% del total, a diciembre de 2014, y de esa participación, solo tres bancos poseen alrededor del 68.0%. El rezago en el efecto transmisor de la TPM también se produce motivado por la conducta de los clientes bancarios, que al no disponer de suficiente información, muestran determinados niveles de inercia en sus decisiones; a ello se le adiciona la fidelidad que puedan mostrar a la entidad de intermediación, y la propia conducta que asuma esta última, al percibir los cambios en la TPM como transitorios o poco significativos. El efecto traspaso de la TPM hacia las tasas de interés financiero no asume para su medición ningún modelo econométrico, sino que solo se limita a presentar la magnitud y la velocidad en la que durante tres años y tres meses han tenido sobre las tasas de interés activo y pasivo nominales, así como el comportamiento de su condicionante, la tasa de inflación. Como se había indicado precedentemente, la tasa de inflación doméstica es el condicionante básico que toma el BC para fijar la TPM todos los meses de cada año. Por tal razón se presenta, a continuación, el cuadro 1, que muestra su comportamiento durante el período 2012-2015.
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Cuadro 1 Evolución de la tasa de inflación registrada vs programada en % Cuadro 1 Evolución de la tasa de inflación registrada vs programada en % Año
Tasa Inflación
Tasa Inflación Programada
2012
3.91
5.5
2013
3.88
5
2014
1.58
4.5
2015
2.34
4
Fuente: Página web BC.
La tasa de inflación establecida en cada programa monetario anual, basado en el EMI, previó un descenso a mediano plazo de su magnitud, al situarla entre 5.5% y 4.0% para el período 2012-2015. Al compararla con el nivel registrado, se aprecia un alto nivel de cumplimiento en cada año, colocándose entre 3.91% y 1.58%, para 2012-2014. Con relación al 2015, el índice de precios al consumidor se situo en un nivel de 2.34%, también cumpliéndose con holgura la tasa proyectada, que es de 4.0%. Los niveles de cumplimiento de la tasa de inflación son indicativos y justificativos de la conveniencia en la implementación del EMI, adoptado desde enero de 2012, en cuanto al objetivo supremo de procurar la estabilidad de precios en la economía dominicana, por parte de la política monetaria del BC. • Primer año de evidencia empírica de TPM: 2012 La evaluación a posteriori de los resultados de la fijación de la TPM en el primer año de aplicación dentro del entorno del EMI del BC, muestra los movimientos de la tasa de interés monetario y la evidencia empírica de su efecto traslado hacia las tasas de interés bancario, sin establecer las causales, sino solo el grado de asociación y velocidad mensual a lo largo del año.
Sectores externo y monetario /
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Cuadro 2 Evolución de tasas en %, 2012 Cuadro 2 Evolución de tasas en %, 2012 Mes
TI
TPM
TiA
TiP
Enero
0.44
6.75
17.18
8.39
Febrero
0.35
6.75
18.11
8.46
Marzo
0.15
6.75
17.18
8.44
Abril
0.01
6.75
17.12
8.64
Mayo
-‐0.27
6.75
16.34
8.9
Junio
0.21
6
16.2
8.59
Julio
-‐0.2
6
15.96
7.98
Agosto
1.01
5.5
14.77
6.35
Septiembre
0.65
5
13.47
4.96
Octubre
0.24
5
13.03
4.5
Noviembre
0.63
5
13.57
4.38
Diciembre
0.63
5
12.86
4.99
Fuente: Página web BC.
La tasa de inflación prevista para 2012, dentro del programa monetario, fue de 5.5%, para un promedio mensual de 0.46%; sin embargo, la observada fue de 3.91%, para un promedio mensual observado de 0.33%, y una desviación positiva a favor del EMI de 0.13% mensual, fundamentando ese nivel de cumplimiento la decisión de bajar la TPM, haciéndola tendencia, al pasar de 6.75% en enero, a 6.0% en junio, y a partir de agosto, a 5.0%, para una caída de 175 puntos en 12 meses. Puede apreciarse que la tasa de inflación observada, como condicionante de la tasa de interés monetario, obró en la dirección de incidir positivamente en su tendencia decreciente durante todo el año. En cuanto al efecto traslado, en términos de magnitud de la TPM hacia las tasas nominales, tanto activa como pasiva del mercado bancario, favoreció la reducción de ambas tasas, al pasar de 17.18% a 12.86%,
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para una reducción de 4.32% la activa, y de 8.39% a 4.99% la pasiva, para un descenso de 3.4%, ambas como diferencia aritmética. El grado de influencia de la TPM sobre la tasa de interés activo bancario (TiA) para 2012 fue equivalente a 40.0%, esto es, que por cada 100 puntos hacia la baja que se movió la tasa de interés activo, fue inducida por un cambio de 40 puntos de reducción en la TPM. De igual forma aconteció con la tasa de interés pasivo (TiP). El efecto traslado de la TPM fue de una magnitud de 51.0%, esto es, por cada 100 puntos que se redujo la tasa pasiva, fue influenciada por un cambio de 51 puntos de disminución en la TPM del BC. En términos comparativos entre la TiA vs la TiP, la primera requirió de un cambio de magnitud menor, en la TPM, que la segunda, para mostrar el descenso que registraron ambas tasas bancarias en 2012. Durante los primeros cinco meses del año, la TPM permaneció invariable; no obstante, la tasa interés activa presentó una disminución del orden de 0.84%, ocasionada, al parecer, por el entorno macroprudencial de la baja en la tasa de inflación registrada vs la programada. En contraposición, la tasa pasiva para los mismos meses se mantuvo prácticamente invariable. La velocidad de respuesta de la tasa de interés activo mensual, a consecuencia del comportamiento de la TPM, se produjo casi en forma paralela e intensa en el tiempo; lo propio aconteció con la tasa de interés pasivo mensual del sistema bancario nacional. • Segundo año de evidencia empírica: 2013 En la continuación de la evaluación a posteriori del efecto traslado de la TPM hacia las tasas de interés bancario en términos de magnitud y velocidad para 2013, se presenta, a continuación, el cuadro del comportamiento de cada una de las variables involucradas.
Sectores externo y monetario /
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Cuadro 3 Evolución de tasas en %, 2013 Cuadro 3 Evolución de tasas en %, 2013 Mes
TI
TPM
TiA
TiP
Enero
1.26
5
13.05
5.81
Febrero
0.33
5
13.4
5.67
Marzo
0.38
5
13.67
5.75
Abril
-‐0.06
5
14.31
6.02
Mayo
-‐0.18
5
13.11
4.93
Junio
0.04
4.25
12.32
3.79
Julio
0.62
4.25
12.85
3.86
Agosto
0.66
4.25
12.9
4.49
Septiembre
0.49
6.25
14.05
6.2
Octubre
-‐0.14
6.25
14.73
7.08
Noviembre
0,06
6.25
14.64
6.57
Diciembre
0.37
6.25
14.06
6.86
Fuente: Página web BC.
El nivel de tasa de inflación previsto para 2013, dentro del programa monetario, fue de 5.0%, derivándose un promedio mensual de 0.42%, y la observada se colocó en 3.88%, resultando un promedio mensual observado de 0.32%, para una desviación positiva a favor del EMI de 0.10% mensual, contribuyendo con ello a la decisión de bajar la TPM, para los primeros ocho meses del año, de 5.0% a 4.25%; sin embargo, a partir del noveno mes, la TPM fue elevada 200 puntos, al pasar de 4.25% a 6.25%, esto pese a que los niveles de la tasa de inflación mensual se mantuvieron por debajo de la estimada. Puede apreciarse que la tasa de inflación observada hasta agosto, como condicionante de la tasa de interés monetaria, obró en la dirección de incidir en su tendencia decreciente; sin embargo, a partir de septiembre y pese a que la tasa de inflación se mantuvo dentro del rango de la EMI, la TPM fue aumentada en 2.0%, movida, según el BC, por la volatilidad
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que había presentado el tipo de cambio en las últimas semanas de agosto. La evidencia demuestra que la tasa de cambio durante todo el octavo mes se movió entre RD$42.16 y RD$42.48, esto es, un cambio de apenas el 0.7% en el nivel de depreciación de la moneda. Al producirse tasas de inflación negativas en abril y mayo, esto contribuyó para que se redujera la TPM, para junio, de 5.0% a 4.25%. La nula presión de los precios sobre la TPM continuó aportando para mantenerla estable durante los meses de julio a agosto. En cuanto al efecto traslado en términos de la TPM, al no registrar variación, las tasas nominales, tanto activa como pasiva del mercado bancario, expresaron en líneas generales estabilidad, al situarse entre 13.05% y 13.11%, la activa, y de 5.81% a 4.93%, la pasiva. Al parecer, el mercado percibió como transitorio el cambio hacia la baja de la TPM, cuando pasó de 5.0% a 4.25% entre mayo y agosto. Por esa razón, los cambios en las tasas de interés nominal activa y pasiva fueron menores. La primera cayó de 13.11% a 12.90%, y la segunda, de 4.93% a 4.49%. A partir de septiembre, la TiA se movió sobre el 14.0% y la TiP, cercano al 7.0%, inducido por el ajuste hacia el alza de la TPM en 200 puntos, cuando pasó de 4.25% a 6.25%, Con relación al nivel de influencia de la TPM sobre la tasa de interés activa bancaria (TiA) para 2013, el mismo se situó en 123.0%; esto quiere decir que por cada 100 puntos hacia el alza que se movió la tasa de interés activa, fue inducida por un cambio de 123 puntos en el aumento de la TPM. De igual forma aconteció con la tasa de interés pasiva (TiP). El efecto traslado de la TPM fue de una magnitud de 119.0%, esto es, por cada 100 puntos que se incrementó la tasa pasiva, fue influenciada por un cambio de 119 puntos hacia el alza en la TPM del BC. En términos comparativos entre la TiA y la TiP, la primera requirió de un cambio de magnitud mayor en la TPM que la segunda, para mostrar el aumento que registró cada una de las tasas bancarias nominales.
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Con relación a la velocidad de respuesta de la tasa de interés activo mensual, a consecuencia del comportamiento de la TPM, la dirección de la velocidad, así como la intensidad, fue casi idéntica. Mientras no cambió la tasa de interés monetario, la activa bancaria permaneció sin movimientos significativos; y cuando en junio y septiembre la TPM bajó, de inmediato la TiA respondió en la misma dirección, y lo contrario; cuando subió la TPM, también la TiA se elevó de inmediato. Lo propio le aconteció a la TiP. Cuando la TPM subió, la TiP también lo hizo, y lo contrario, cuando disminuyó, igual situación se verificó en la TiP durante el año. • Año de evidencia empírica: 2014 En la continuación de la evaluación a posteriori del efecto traslado de la TPM hacia las tasas de interés bancario, en términos de magnitud y velocidad para 2014, se presenta a continuación el cuadro del comportamiento de cada una de las variables involucradas. Cuadro 4 Evolución de tasas en %, 2014 Cuadro 4 Evolución de tasas en %, 2014 Mes
TI
TPM
TiA
TiP
Enero
0.23
6.25
14.71
6.74
Febrero
0.34
6.25
15.2
6.58
Marzo
0.52
6.25
14.04
6.74
Abril
0.43
6.25
15.03
6.91
Mayo
0.02
6.25
13.57
6.75
Junio
0.02
6.25
12.84
6.07
Julio
0.36
6.25
13.28
5.25
Agosto
0.39
6.25
13.32
4.91
Septiembre
0.19
6.25
12.7
5.71
Octubre
-‐0.18
6.25
13.49
6.65
Noviembre
-‐0.14
6.25
14.41
6.91
Diciembre
-‐0.7
6.25
14.24
7.57
Fuente: Página web BC
188
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
La tasa de inflación estimada para 2014, establecida dentro del programa monetario, fue de 4.5%, proyectándose un promedio mensual de 0.38%; en cambio, la observada se situó en 1.58%, para un promedio mensual de 0.13%, y una desviación positiva, a favor del cumplimiento del EMI, de 0.25% mensual, contribuyendo con ello a la decisión de mantener la TPM sin variación durante los 12 meses del año. El comportamiento de la tasa de inflación, observado durante todos los meses de 2014, registró, con holgura, niveles por debajo del contemplado en el programa monetario anual; sin embargo, como condicionante que es la inflación de la tasa de interés monetario, no incidió para hacer variar hacia la baja la TPM. Incluso, pese a que se registraron tasas de inflación negativas en los últimos tres meses del año, y la economía haber dado señales reales de que terminaría creciendo sobre el 7.0%, aun así no se redujo la TPM, y por el contrario, se mantuvo invariable. En cuanto al efecto traslado en términos de la TPM, al no registrar variación las tasas nominales, tanto activa como pasiva del mercado bancario, expresaron en líneas generales estabilidad, al situarse entre 14.71% y 14.24%, la activa, y de 6.74% a 7.57%, la pasiva. Al permanecer invariable durante los 12 meses del año la TPM, en el orden de 6.25%, los cambios que se produjeron en las TiA y TiP fueron mínimos, valores que en ocasiones subían o bajaban, pero dentro del rango señalado en el párrafo anterior. Con relación a la medición del nivel de influencia de la TPM sobre las tasas activa y pasiva para 2014, se puede considerar inexistente, al no producirse ningún cambio en la TPM. Lo propio se puede afirmar con respecto a la velocidad, pues al no registrarse cambios en la TPM, la medición del grado respuesta con relación al tiempo imposibilita su cuantificación. • Evidencia empírica: 2015 La ponderación a posteriori del efecto traslado de los cambios en la TPM sobre las tasas nominales del sistema de intermediación financiera se presenta en el cuadro 5, que recoge las variables asociadas al tema, para todo el 2015.
Sectores externo y monetario /
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Cuadro 5 Comportamiento de las tasas 2015 Cuadro 5 Comportamiento de las tasas 2015 Mes
TI
TPM
TiA
TiP
2015
2.34
5
16.68
7.65
Fuente: Página web BC.
Como los años anteriores, el programa monetario de 2015, guiado por el EMI, previó una tasa de inflación del orden de 4.0%, para un promedio mensual de 0.33%; en términos de resultados, el nivel de precios se situó en 2.34, para un promedio mensual observado de 0.195% y una desviación positiva a favor del cumplimiento del EMI de 0.135% mensual. Este nivel de inflación contribuyo a la decisión de mantener la TPM sin variación durante los últimos ocho meses del año. Pese a no producirse cambios en la TPM durante mayo/dciembre, la TiA presentó movimientos hacia el alza, al pasar de 14.13% a 16.68%, para un cambio de 2.55%; de igual forma se comportó la TiP, aunque con menos intensidad, al moverse de 6.62% a 7.65%, también para un incremento de 1.03%. Los cambios en las tasas activas y pasivas nominales no pueden atribuírseles al efecto traslado de la TPM, dado que esta se mantuvo fija durante el primer trimestre de 2015. Conclusiones A la luz del análisis, se señalan dos cuestiones básicas: la primera, que existe evidencia de que cuando la TPM se mueve en alguna dirección, las tasas activa y pasiva nominales del sistema bancario nacional lo hacen sin rezagos, aunque en magnitudes diferentes; y la segunda, que pese a que en términos de teoría económica se considera dentro del EMI que el comportamiento de los precios es una condicionante sobre la fijación de la TPM, en el caso dominicano hay evidencia de que aun no produciéndose niveles de inflación por encima del proyectado, y sin haber señales de presión a futuro inmediato, la TPM puede no presentar cambios en ninguna dirección, como instrumento fundamental de la política monetaria.
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/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Reservas internacionales: corresponden a los activos financieros en divisas que dispone un país para garantizar y realizar las operaciones económicas y financieras con el resto del mundo. • Nivel “adecuado” de las reservas internacionales El presente título aborda el grado de liquidez en divisas que tiene la economía dominicana, medido por su indicador, las Reservas Internacionales Netas (RIN), misma que podría evidenciar la reserva prudencial frente a los compromisos externos, al tiempo que representa también un muro de contención de los eventos que producen incertidumbre y volatilidad en el mercado, reduciendo por esa vía la vulnerabilidad de la economía. Al evaluar el nivel “adecuado” de las RIN para la economía dominicana, se hace con el conocimiento de que no existe en la literatura técnica especializada un consenso en cuanto a cuál es el monto “adecuado” de la magnitud de los activos líquidos internacionales de un país. Para acercarnos a esa medición, se han utilizado algunas de las alternativas que sirven de orientación para la administración de los activos en divisas por parte de la autoridad monetaria. En economías autárquicas, el tema de las RIN no reviste importancia, por aquello de que son autosuficientes; pero en las economías insertadas dentro de la comunidad internacional, las RIN se constituyen en un instrumento de primera línea para el diseño e implementación de su política económica, y en particular, la cambiaria. En la República Dominicana, la Ley Monetaria y Financiera, 183-02, le confiere al Banco Central, en su Art. 31, la potestad para administrar las Reservas Internacionales (RI), a fin de mantener un nivel adecuado, y al mismo tiempo, promover la estabilidad monetaria y contribuir con la confianza en las políticas macroeconómicas. En el caso local, ni la Ley 183-02, como tampoco ningún reglamento monetario o cambiario, se pronuncia en cuanto a lo que se entiende por nivel “adecuado” de las RI. Es de uso común en los organismos financieros internacionales, las agencias calificadoras, entidades académicas y profesionales en general, la aplicación de ciertos criterios para cuantificar el nivel “adecuado” de las RIN, a fin de proteger a la economía de los choques externos, garantizar la provisión de liquidez internacional para
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cumplir los compromisos externos, reducir la volatilidad en el tipo de cambio y las tasas de interés domésticas, mejorar el riesgo país, así como la confianza entre los agentes económicos. El manejo de las RIN adquiere aun más importancia dependiendo del régimen cambiario prevaleciente en cada país, sea este de tipo fijo o flotante. Para el caso del primero es crucial, pues es el soporte de la paridad cambiaria; mientras que el segundo solo pasa a ser un medio de ajuste ordenado del mercado de divisas, cuando este presenta distorsiones que no le son propias, o bien se produce una insuficiencia temporal en la oferta. Conforme al Art. 28 de la Ley Monetaria y Financiera 183-02, el régimen cambiario dominicano es de libre convertibilidad de la moneda nacional con otras divisas. Los agentes económicos pueden realizar transacciones en divisas en las condiciones que libremente pacten, de acuerdo con las normas generales sobre contratos. Somos del criterio, en lo relativo a la medición del nivel “adecuado” de las RIN, que cuando la magnitud de ese activo líquido internacional se encuentra en el mínimo para cubrir en un año, al menos las amortizaciones de la deuda externa más el déficit de la cuenta corriente de la balanza comercial, el servicio de la deuda externa total, y cubrir tres meses de importación, el pais ha encontrado el nivel adecuado de RIN. De esa manera, como colateral, se entiende que cumpliendo con esos niveles mínimos se logra mantener un adecuado clima de confianza y credibilidad en las políticas económicas y sus ejecutores, al tiempo de contribuir a mejorar la calificación de riesgo país por parte de las agencias calificadoras, precondición necesaria para atraer inversión extranjera a la economía nacional. • Más acerca de la importancia de acumular reservas internacionales netas En adición a lo anterior, la ponderación de las RIN cada vez adquiere mayor importancia por las crisis económicas internacionales, escenarios que provocan una contracción en la demanda externa, haciendo caer los niveles de exportación de las economías como la dominicana, y en consecuencia, cortando el flujo sano de entrada de divisas en términos estructurales.
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/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
De igual manera, cuando se producen movimientos especulativos a escala mundial, las economías más afectadas son aquellas que presentan los niveles más bajos de RIN, ocasionando por esa vía mayores niveles de depreciación de la moneda local. Otra importancia de acumular RIN radica en que existe evidencia, incluso en Dominicana, que cuando la economía se contrae y se vulnera el clima de confianza, el sistema bancario y la economía tienden a dolarizarse, siendo esto no solo un indicador negativo para el desempeño del sector, sino para la economía en su conjunto. La acumulación de RIN también es importante porque es un vehículo prudencial para evitar la salida de capitales. • Medición del nivel “adecuado” de RI, caso dominicano De conformidad con otros estudios empíricos realizados, la comunidad financiera internacional considera que para cumplir con los estándares internacionales, en los indicadores de RIN propuestos, señalados más arriba, sus resultados deben ser mayores que la unidad; de lo contrario, el país y su economía se exponen a un mayor grado de vulnerabilidad externa, depreciación de la moneda nacional, caída de la inversión extranjera y posible pérdida de confianza interna por parte de los agentes económicos y público en general. • Indicador RIN/Trimestre importaciones El uso del indicador RIN/Trimestre de importaciones data de décadas, y aunque se reconoce que presenta limitaciones para algunas economías que poseen tipo de cambio flexible, así como que no considera la posibilidad de acceder a los mercados de capital, como mecanismo para financiar desbalances externos de la economía, el indicador de reserva sigue siendo ponderado positivamente por los involucrados, porque representa un medio prudencial para el manejo de los volúmenes y valores de las importaciones. La evidencia dominicana durante la última década, 2004/2014, muestra un grado creciente en los niveles de compras en el exterior, al pasar de US$7,888 millones en 2004 a US$17,288 millones en 2014, para un 119.2% de crecimiento relativo; mientras que por trimestre, la magnitud de las importaciones también se elevó de US$1,992 millones a US$4,322 millones para los mismos años.
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En tanto, el indicador de reserva no permitió cubrir el valor de las importaciones por trimestre en tres de los cuatro años considerados, con la excepción de 2014, interpretándose como un nivel inadecuado de las RIN. Es importante destacar que se aprecia, en los cuatro años seleccionados de la década, que el referido indicador cubrió cada vez más el nivel de importación trimestral dominicana, al pasar de 30.5% en 2004, a 54.1% en 2008, luego a 72.6% en 2012, para finalmente superar el 100% en 2014, al situarse en 106.5%. Hay que destacar que el valor de las importaciones de 2014 fue menor, respecto a 2012, en US$385.0 millones. Probablemente la referida caída estuvo asociada al inicio de la disminución de los precios del barril de petróleo en los mercados internacionales. Para 2015, conforme al comportamiento de las importaciones, estas ascendieron a US$16,863 millones, para una disminución de US$410.0 millones con respecto al 2014. Esto sugiere que el nivel de importación trimestral se coloco en US$4,215 millones, y como el nivel de las RIN se situaron en US$5,015 millones, el indicador de reserva asociado a las compras al exterior, se estaría colocando en 119.0%, cubriendo así con una holgura las importaciones por trimestre, en 19.0%. • Indicador RIN/BMR Es un indicador que mide la totalidad de la cobertura que deben tener las RIN sobre la Base Monetaria Restringida (BMR), a fin de enfrentar la salida masiva de capitales o evitar la dolarización, vía la conversión de la tenencia de activos líquidos en moneda nacional a activos en divisas. En términos de resultados, este indicador debe ser superior a la unidad, para que muestre la capacidad que tiene la autoridad monetaria para responder a las dos posibilidades señaladas en el párrafo anterior. Es importante indicar que el factor confianza de los agentes económicos y público en general sobre la credibilidad de la política económica, así como el desempeño económico, son factores que sirven de colchón para mitigar la fuga de capitales y la dolarización monetaria.
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Los resultados del indicador RIN/BMR señalan que luego de la crisis bancaria nacional de 2002-2003, que ubicó el indicador en 22.5%, el mismo inició una carrera de recuperación durante la década 2004/2014, al colocarse en 57.1% en 2008, y en 77.1% en 2012, aunque no suficiente para alcanzar el nivel “adecuado” de las RIN; finalmente, en 2014 pudo alcanzar dicho nivel, al situarse superior a la unidad, con 110.0%. Con relación a la inflación, los resultados de este indicador de alguna manera revelan su influencia positiva en los bajos niveles de inflación obtenidos por la economía dominicana, pues luego de superar la crisis bancaria que llevó a un incremento de precios de 28.74% en 2004, estos se mantuvieron en un dígito y con tendencia a la baja, al colocarse en 4.52% en 2008, en 3.91 en 2012 y finalmente, en 1.58% en 2014. Como la economía dominicana no fue capaz, en los años anteriores a 2014, de mostrar suficiente grado de cobertura de RIN, eso podría explicar el nivel de depreciación al que llegó el peso dominicano, 50.2%, al pasar de RD$29.5 por US$1.00 a RD$44.3 por US$1.00 durante el período 2004-2014. Alineada con lo acontecido con el tipo de cambio del peso por el dólar, la inversión extranjera de cartera manifestó un comportamiento negativo durante los cuatro años de la década seleccionada, en un monto que va desde los US$24.3 millones a los US$1,430.5 millones, lo cual podría ser un reflejo del indicador RIN/BMR. En contraposición, la inversión extranjera directa mostró un comportamiento ascendente en parte del período, al pasar de US$909 millones en 2004 a US$3,610 millones en 2012, para luego caer a US$2,209 millones en 2014. Es probable que el desempeño de la inversión extranjera directa fuera una muestra de confianza externa de los agentes económicos, al tiempo de contribuir a la baja en los niveles de dolarización económica, financiera y monetaria. • Indicador RIN/Servicio deuda externa Este indicador señala que el nivel de las RIN debe ser superior al pago del servicio de la deuda externa para el siguiente año, para que pueda mostrar un nivel “adecuado” de liquidez externa. El referido indicador
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adquiere más relevancia cuando disminuye el flujo de financiamiento externo al país. En el caso dominicano, para la década 2004-2014, presentó un desempeño en líneas generales ascendente, pues siempre cubrió más del 100.0% del servicio de la deuda externa, mostrando con ello liquidez externa para cumplir con dichos compromisos, con la excepción de 2004, que se situó en 68.0%. Esos resultados son indicativos del nivel “adecuado” de las RIN, respecto al tema del pago de la amortización e intereses de la deuda externa, lo que evidencia, en ese aspecto, baja vulnerabilidad externa para la economía dominicana. • Indicador RI/Amortización + déficit cuenta corriente Al incorporarse el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, el indicador de reservas muestra niveles inferiores de liquidez externa para afrontar los referidos compromisos, señal de un no “adecuado” nivel de RIN. En el caso concreto de los años analizados, se observa la falta de liquidez en tres de los cuatro años, aunque se aprecia una mejoría tendencial positiva, al pasar de 38.0% en 2004 a 66.4% en 2012, y posteriormente, cubrir más de la totalidad en 2014, con 120.0%. • Indicador complementario Como indicador complementario, la participación de las RIN sobre el Producto Interno Bruto (PIB) muestra una contribución cada vez mayor, al pasar de 2.4% en 2004 a 4.5% en 2008, y luego a 5.4% en 2012, para posteriormente situarse en 7.3% en 2014, señalando con ello una mejoría en la magnitud de los activos internacionales, aunque continúa siendo uno de los más bajos en América Latina. •
Calificación riesgo-país
Uno de los indicadores que utilizan los inversionistas para tomar posición frente a los instrumentos de deuda soberana de un país es la calificación riesgo-país, la cual, junto a otros aspectos considerados, tomó como
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factor importante las RIN y los indicadores aquí expuestos para medir su nivel “adecuado” de liquidez externa. Para el caso dominicano, todas las agencias calificadoras de riesgos, como la Standard & Poor’s, Fitch, y Moody’s, elevaron positivamente la calificación desde 2004 hasta 2014, al situarla de “CC” en 2004 a “B+” en 2014. El tipo de nomenclatura de cada una de las agencias varía de una a otra, pero todas son coincidentes en cuanto a la mejoría que ha presentado la imagen financiera dominicana. Este resultado es demostrativo del nivel de confianza que muestran los inversores extranjeros sobre la marcha de la economía dominicana. Conclusiones Los distintos indicadores de reservas aquí expuestos, aunque con deficiencias para alcanzar el nivel “adecuado” de RIN, en formade tendencia, son reveladores de la fortaleza que han venido desarrollando, mostrando con ello que el nivel de liquidez externa ha mejorado y que los mismos han contribuido a elevar la inversión extranjera directa, el grado de confianza y el cumplimiento de los compromisos externos, especialmente el relativo al servicio de la deuda externa, que lo cumplió en un 100.0%. Con relación a las proyecciones de los indicadores de reserva que miden la cobertura de las importaciones y el servicio de la deuda externa, el primero fortalece su mejoría en 7.5%, como diferencia aritmética entre los años 2014 y 2015, y el segundo muestra pérdida de cobertura en el orden del 87.0%, también para los mismos años, aunque se mantiene sobre el nivel “adecuado” requerido. Aunque la posición de la liquidez externa de la economía dominicana ha ido mejorando en forma ascendente durante la década analizada, lo cierto es que en algunos casos se mantiene por debajo del nivel “adecuado”, pero reduciendo la brecha; en otros casos, el grado “adecuado” alcanzado la supera en forma mínima.
Sectores externo y monetario /
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Cuadro 1 Indicadores de sector externo y BMR, en millones US$ Cuadro 1a Indicadores de sector externo y BMR, en millones US$
Año
RIN
Importaciones anuales
Importaciones BMR Cuenta corriente trimestrales Millones RD$
2004
602.2
7,888
1,992
-‐1,041
78,754
2008
2,165
15,992
3,998
-‐4,518
134,189
2012
3,209
17,673
4,418
-‐3,970
167,849
2014
4,605
17,288
4,322
-‐2,025
184,139
2015
4,797.80
16,863
5,015
1,307
219,717
Fuente: Página web Banco Central.
Cuadro 2 Indicadores sector externo y BMR en millones US$ Cuadro 2a Indicadores sector externo y BMR en millones US$
Año
Servicio deuda externa
Amortización
BMR RIN/BMR Amortización EN % +déficit cuenta En millones corriente US$
2004
892.5
543.5
1,584.50
2,670
22.5
2008
1,432.40
1,041.50
5,559.00
3,790
57.1
2012
1,321.10
858.8
4,828.80
4,164
77
2014
2,398.00
1,800.40
3,825.00
4,156
1.1
2015
4,542.60
4,438.20
n/d
n/d
n/d
Fuente: Página web Banco Central. Para la conversión de la BMR en pesos a BMR en dólares, se asumió la tasa de cambio promedio de cada año.
Cuadro 3 Indicadores reservas internacionales netas en % Cuadro 3a Indicadores reservas internacionales netas en % RIN/Amortización RIN/ trimestre +déficit cuenta importaciones corriente
Año
RIN/S. deuda externa
2004
0.68
0.38
30.5
0.23
2.4
2008
1.5
0.4
54.1
0.57
4.5
2012
2.42
0.66
72.6
0.77
5.4
2014
1.92
1.2
106.5
1.1
7.3
Fuente: Cálculos del autor.
198
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RIN/BMR
RIN/PIB
Cuadro 4 Otros indicadores asociados a las RIN, en millones US$ Cuadro 4a Otros indicadores asociados a las RIN, en millones US$ Inversión extranjera directa
Inversión extranjera de cartera
Año
Calificación riesgos país/Standard & Poor’s
Valor importación por trimestre
2004
CC
1,992
909
-‐24.3
2008
B+
2,998
2,885
-‐375.8
2012
B+
4,418
3,610
-‐446.2
2014
B+
4,322
2,209
-‐1,430.50
Fuente: Página web Banco Central y cálculos del autor.
Sectores externo y monetario /
199
Programa monetario: Es un modelo monetario que combina los sectores externo, fiscal, monetario y real de la economía, a fin de establecer políticas que procuren la estabilidad de precios. • Evaluando el programa monetario Este apartado presenta una evaluación de la ejecución del programa monetario del Banco Central de los últimos diez años. El mismo resulta de una comparación entre lo programado en materia monetaria anual y los resultados que se derivan de su implementación, sobre las variables indicativas previstas en cada uno de los instrumentos de política monetaria seleccionados. La evaluación comparativa presenta dos niveles. El primero, asociado al acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el segundo, vinculado al Reglamento del Programa Monetario (RPM), con énfasis en los principales instrumentos de política monetaria implementados. Como resultado del contrato de préstamo del Estado dominicano con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), número 1536/OC-DR, la Junta Monetaria, en noviembre de 2006, aprobó el RPM, alineado con el propósito de consolidar la reforma financiera puesta en curso luego de la crisis bancaria de 2002-2003. Desde que entró en vigencia el RPM, la política monetaria en la República Dominicana, en términos de sus resultados, como forma de validar la calidad de la política, se ha fortalecido significativamente, elevando su consistencia y respeto por su aplicación, al tiempo de mostrar mayores niveles de institucionalidad, para beneficio de los agentes económicos y público en general. El aporte y la mayor importancia que tiene el Programa Monetario (PM) para un país, es que permite apreciar las metas monetarias del año, así como los instrumentos a utilizar, alineados con la política monetaria, acorde con lo establecido en el Artículo 26 de la Ley Monetaria 183-02, y este, a su vez, vinculado al Artículo 2 de la referida ley, que establece que la regulación monetaria tiene por objeto la estabilidad de los precios en la economía. Como forma de fortalecer más el pronunciamiento del Artículo 2 referido, a partir de enero de 2012, el Banco Central adoptó el Esquema de
200
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Metas de Inflación (EMI), basado en metas cuantitativas de inflación, en función de un tiempo determinado. Desde el inicio de la nueva administración pública que se instaló a partir de agosto de 2004, el gobierno dominicano firmó un acuerdo tipo Stand By con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para que entrara en vigencia a partir de enero de 2005, mediante el cual el país se comprometió a que la política económica general, y la monetaria en particular, se circunscribieran al referido acuerdo. En lo relativo al área monetaria, con el acuerdo con el FMI, el Banco Central se comprometió a dirigir parte de sus esfuerzos a lograr determinadas metas en materia de los Activos Internos Neto (AIN), las Reservas Internacionales Netas (RIN) y la Base Monetaria (BM), como forma de contribuir a la recuperación y estabilidad económica del país, luego de la crisis bancaria nacional de 2003. • Primer nivel de comparación Cuadro 1 En miles de millones RD$ y millones US$, 2005 Cuadro 1b En miles de millones RD$ y millones US$ 2005 Variables
Metas
Observado
Desviación
Cumplimiento
AIN
26.5
RIN
350
8.7
-‐17.8
Positivo
494.7
144.7
BM
104
104.6
Positivo
0.6
Positivo
Fuente: Página web Banco Central y el autor.
Cuadro 2 En miles de millones RD$ y millones US$, 2006 Cuadro 2b En miles de millones RD$ y millones US$ 2006 Variables
Metas
Observado
Desviación
Cumplimiento
AIN
14
3.7
-‐10.2
Positivo
RIN
750
1,124.90
374.9
Positivo
BM
122
111.4
-‐10.6
Positivo
Fuente: Página web Banco Central y el autor.
Sectores externo y monetario /
201
Cuadro 3 En miles de millones RD$ y millones US$, 2007 Cuadro 3b En miles de millones RD$ y millones US$ 2007 Variables
Metas
Observado
Desviación
Cumplimiento
AIN
11
-‐5.8
-‐16.8
Positivo
RIN
1,000.00
1,607.60
607.6
Positivo
BM
127
128.2
1.2
Ligeramente no cumplido
Fuente: Página web Banco Central y el autor.
En términos generales, el nivel de cumplimiento de las tres variables seleccionadas fue positivo durante el período 2005-2007. Para el primer año, los AIN superaron la meta, en cuanto a que el monto observado fue de RD$8.7 mil millones y el techo de la meta era de RD$26.5 mil millones, para una brecha a favor del orden de los RD$17.8 mil millones. Las RIN en 2005 fueron de US$494.7 millones, para un nivel de cumplimiento que se coloca en US$144.7 millones, por encima de la meta propuesta, que era de US$350.0 millones. Respecto a la BM de 2005, esta se situó en RD$14.6 mil millones, para una desviación ligera por encima de lo programado de RD$0.6 mil millones, con relación a la meta, que era de RD$104.0 mil millones. Lo propio aconteció en 2006. El grado de cumplimiento estuvo acorde con lo establecido en las metas, a saber: los AIN fueron cumplidos en forma holgada, con margen de RD$10.2 mil millones, al situarse lo observado en RD$3.7 mil millones, respecto a la meta, que era de RD$14.0 mil millones. Las RIN se colocaron en US$1,124.9 millones, para un nivel de cumplimiento superior a la meta de US$374.9 millones. Lo programado se estableció en US$750.0 millones. La BM programada ascendió a RD$122.0 mil millones, mientras que la observada alcanzó RS$111.4 mil millones, para un nivel de cumplimiento del orden de RD$10.6 mil millones por debajo del techo de la meta.
202
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Parecido comportamiento manifestaron las variables indicadas en 2007, pues el saldo de los AIN fue negativo, en un monto de RD$5.8 mil millones, para un margen a favor de RD$16.8 mil millones con respecto a la meta, que fue de RD$11.0 mil millones. Las RIN registraron un margen a favor de US$607.6 millones, al ser la meta de US$1,000 millones y lo alcanzado, US$1,607.6 millones. Con relación a la BM, establecida como meta en el orden de RD$127.0 mil millones, y su comparación con la observada, que se situó en RD$128.2 mil millones, se produjo un incumplimiento ligeramente por debajo de lo programado, en un monto de RD$1.2 mil millones. • Segundo nivel de comparación El desempeño de los principales indicadores del programa monetario del período 2004-2014, como son el Producto Interno Bruto (PIB), la tasa de inflación, las Reservas Internacionales Netas (RIN) y la Base Monetaria Restringida (BMR), son presentados en este segundo nivel, en forma de evaluación comparativa de lo programado vs lo observado en forma anual. La comparación permite medir el nivel de cumplimiento y el grado de madurez de la ejecución de la política monetaria del Banco Centra y su efectividad, como pilar fundamental para alcanzar la estabilidad económica procurada en la política económica del sector público dominicano. Como puede apreciarse en los cuadros 4 y 5, el PIB proyectado que presentaron los PM del Banco Central de cada año, correspondientes al período 2004-14, estuvieron dentro del rango de 1.3% de piso y 6.0% de techo; sin embargo, el resultado logrado en materia de crecimiento económico se situó en el rango de 3.5% mínimo y 10.7% máximo. El PIB alcanzado en cada año es demostrativo de que el mismo siempre estuvo por encima de lo estimado, validando de esa manera parte de la calidad de la política económica diseñada e implementada. Los dos únicos años en que lo observado presentó un desvío negativo respecto a lo programado, fueron 2008 y 2011, al estimarse un nivel de 5.3% y 4.5% para cada año, comparado con lo observado, que fue de 5.3% y 4.5%; en cambio, el desvío positivo más pronunciado fue
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203
el de 2005, cuando el PIB se colocó en 9.3%, contra el estimado, que fue de 2.5%. Cabe destacar que la proyección que realizó el Banco Central del PIB para 2005, 2006 y 2007 fue de 2.5%, 5.5% y 6.0%, respectivamente; sin embargo, lo observado fue significativamente superior: 9.3%, 10.7% y 8.5%. En lo relativo al comportamiento de los precios, medido por la tasa de inflación como la principal variable de la política monetaria de los Bancos Centrales, la tasa proyectada se estableció en el rango de 5.1% a 7.0%; mientras la observada se situó entre 1.58% y 7.7%. Los desvíos de no cumplimiento se produjeron en 2007 y 2011, en una magnitud del orden de 2.8% y 1.86%, respectivamente, mientras que el resto de los años fueron de absoluto cumplimiento. Cuadro 4 Indicadores programa monetario proyectado Cuadro 4b Indicadores programa monetario proyectado
Año
PIB %
Inflación %
RIN BMR En millones US$ En millones RD$
2004
-‐1
14
125
90.8
2005
2.5
13.5
350
104
2006
5.5
7
750
122
2007
6
5
1000
127,000
2008
5.5
6
1,760
132,878
2009
3
7
2,461
144,090
2010
3.5
7
2,852
150,260
2011
5.5
5.9
3,278
157,874
2012
4.5
5.5
3,602
171,435
2013
3
5.1
3,337
182,831
2014
5
4.5
3,897
184,349
Fuente: Página web Banco Central y el autor.
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/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Cuadro 5 Indicadores programa monetario observado Cuadro 5a Indicadores programa monetario observado
Año
PIB %
Inflación %
RIN En millones US$
BMR En millones RD$
2004
1.3
28.7
201
95.1
2005
9.3
7.4
844
104.6
2006
10.7
5
1,124
111.4
2007
8.5
8.8
1,607
128.3
2008
5.3
4.5
1,376
133,723
2009
3.5
5.7
1,820
138,393
2010
7.8
6.2
3,342
144,836
2011
4.5
7.7
3,637
154,988
2012
3.9
3.9
3,209
167,849
2013
4.1
3.8
4,386
168,108
2014
7.1
1.5
4,650
167,191
Fuente: Página web Banco Central y el autor.
Los instrumentos de política monetaria implementados permitieron alcanzar el objetivo supremo establecido en la ley monetaria dominicana, en cuanto a preservar la estabilidad de precios en la economía, al registrar la tasa de inflación observada en cada año un nivel inferior al proyectado, siendo 2014 el mejor de ellos, no solo por haber tenido la menor tasa, 1.58%, sino también la mejor desviación positiva de cumplimiento, al colocarse en 2.92%. A partir de 2012, la adopción del EMI le ha dado a la política monetaria un mayor y mejor impulso al tema de la estabilidad de la tasa de inflación en la economía dominicana. El nivel cada vez más ascendente de las RIN a lo largo de los años es demostrativo no solo del logro de las metas en esa variable, sino, además, de contribuir al éxito de mantener la estabilidad cambiaria en el mercado de divisas, y por esa vía, la de la tasa de inflación del período. Luego de remontar los escasos niveles de RIN registrados en el Banco Central, que al 2004 se situaron solo en US$125.0 millones, a partir de
Sectores externo y monetario /
205
2005 el crecimiento fue sostenido hasta 2014, al pasar a US$4,650.00; aunque durante 2008 y 2009 su nivel fue superior a los años anteriores, el resto de los años, el observado estuvo por debajo de lo proyectado. El nivel de cumplimiento de las RIN, entre lo proyectado y observado, permitió alcanzar las metas establecidas en cada uno de los programas monetarios de la autoridad monetaria, mismo que facilitó una mejor conducción de sus instrumentos para mantener la estabilidad en el resto de las variables vinculantes al tema de la tasa de inflación Respecto a la BMR, como variable principal de la liquidez económica de un país, el grado observado estuvo alineado con lo proyectado en los programas monetarios anuales. En el período que va de los años 2004 a 2014, solo en el 2005 y 2008 no hubo correspondencia entre lo estimado y lo registrado, y las mismas no fueron pronunciadas, al ser de RD$132,878 millones y RD$133,723 millones, respectivamente, para una diferencia de RD$845.0 millones en 2008 y de apenas RD$0.5 millones en 2005. 2004 no resulta representativo en su comparación, al ser un año compartido por distintas administraciones. El cumplimiento de la BMR también aportó al logro de la estabilidad de los precios. Durante los años que van desde 2008 a 2014, las principales medidas de operatividad que tomó el Banco Central fueron, para el caso del primer año, aumentar la tasa de interés de los depósitos remunerados de corto plazo (overnight), de 7.0% a 9.5%. En 2009 también se redujo la tasa overnight en 5.0%; la lombarda, como tasa de interés que sirve de señal para las operaciones interbancarias, en 6.5%. De igual forma se disminuyó la tasa de interés de los títulos a plazo fijo sin redención anticipada en 3.0% y 8.0%, se liberaron, por un lado, RD$7,500 millones del encaje legal para los sectores productivos y se liberalizaron RD$9,196.5 millones al mercado financiero, destinados a las pequeñas y medianas empresas, y al final del mismo año, se redujo el encaje legal en 0.5%. Para 2011, se elevó la tasa de política monetaria de 5.0% a 6.75%, como recurso contraccionista y la lombarda, de 9.5% a 9.0%, a fin de reducir o estrechar el corredor de tasas de política monetaria del Banco Central y la señal de tasa interbancaria. Otra medida tomada fue la disminución del encaje legal en 1.4%.
206
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Luego, en 2012 se redujo la tasa de política monetaria de 6.75% a 5.0% y la lombarda de 9.0% a 7.0%, como medidas de tipo expansionista para la economía, dentro del contexto doméstico e internacional. En 2013, como forma de continuar una política monetaria expansionista, se redujo de nuevo la tasa de política monetaria de 5.0% a 4.25% y el encaje legal en 3.3% para los bancos múltiples, y de 3.0% para los otros tipos de entidades de intermediación financiera del país. Durante todo 2014, la tasa de política monetaria se mantuvo invariable, como una expresión neutral del ámbito monetario. Como ha podido advertirse, los resultados positivos de las variables económicas asociadas a los programas monetarios, permiten concluir que ha habido efectividad, evidenciando consistencia en la aplicación de los instrumentos de política monetaria, madurez en cuanto al grado de conciencia de los actores, y fortalecimiento institucional, en materia de independencia de actuación de la autoridad monetaria en la República Dominicana.
Sectores externo y monetario /
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Cuenta corriente: Es un indicador económico que mide el flujo de ingresos y egresos en divisas de un país con relación al resto del mundo. • La dirección del balance de la cuenta corriente y otras variables Importancia macroprudencial para el sector financiero Esta ponderación trata sobre la evolución de la dirección del balance de la cuenta corriente de la balanza de pagos, así como de la deuda externa, el Producto Interno Bruto (PIB), las Reservas Internacionales (RI) y el tipo de cambio en la República Dominicana durante el período que va de 2005 a 2014. El examen considera la premisa de que, el tipo de balance de la cuenta corriente, ejerce algún tipo de influencia sobre la necesidad de dotación o no de ahorro externo. En países con menos nivel de desarrollo, el balance externo de los exportadores de materia prima o bienes primarios generalmente resulta ser deficitario, razón que lo impulsa a agenciarse financiamiento, vía la entrada neta de capital internacional, haciendo aumentar, por derivada, la posición deudora del país. La sostenibilidad de la deuda, así como la evolución de las variables del sector externo, operan como marco macroprudencial, e inciden en forma directa o indirecta sobre la estabilidad del sistema financiero de una economía, ya sea por la vía de la tasa de interés, el grado de dolarización de sus operaciones, los valores en circulación y el tipo de cambio, entre otros, razón suficiente para que su monitoreo sea un factor de consideración en las operaciones de intermediación financiera. En general, tres son las situaciones estructurales que provocan déficit en la cuenta corriente. La primera se vincula al exceso de inversión sobre el ahorro. Para este caso, el informe considera que las economías que no han alcanzado el nivel de pleno empleo presentan espacios con oportunidades de inversión, por lo que resulta racional utilizar el financiamiento externo como complemento de inversión. El recurso de la deuda externa, siempre y cuando se garantice su sostenibilidad, es prudente en la medida que redistribuye el costo del financiamiento, a lo largo de los años, entre varias generaciones, casi
208
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
de la misma manera en que se benefician las generaciones con las inversiones públicas en obras que presentan una vida útil de largo plazo. Una de las oportunidades que ofrece el déficit en cuenta corriente es que tanto en la teoría como en una buena parte de la evidencia internacional, hace que el producto se expanda en las economías con espacios de inversión, ya sea por el lado de la iniciativa privada o de la pública. La segunda razón del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos podría ser la insuficiencia de ahorro, provocado por el exceso de consumo, la inflación o el tipo de política fiscal; y en tercer lugar, por el bajo nivel de competitividad de la economía. • Balance de la cuenta corriente En términos nacionales, en el balance de la cuenta corriente, además de los factores estructurales, han incidido los de tipo coyuntural, como son el comportamiento de los precios internacionales del barril del petróleo, del oro, níquel y los productos de origen agrícola. La dirección del comportamiento del balance de la cuenta corriente de la balanza de pagos, en términos absolutos durante la serie de años, ha sido permanentemente negativa, aunque zigzagueante. El menor balance negativo fue el de 2005, con US$473 millones y el mayor, de US$4,518 millones, en 2008. En términos relativos, también la dirección del balance de la cuenta corriente como proporción del PIB fue variado, pero siempre deficitario, siendo su nivel más alto el de 2008, con 9.3%, y el menor el de 2006, con 1.3%. Estos valores son demostrativos de que el país presenta dificultades para lograr un balance positivo o inducir en forma tendencial una disminución cada vez mayor del déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos.
Sectores externo y monetario /
209
Cuadro 1 Evolución cuenta corriente, deuda externa y otros, en millones de US$ y % Cuadro 1c Evolución cuenta corriente, deuda externa y otros, en millones de US$ y %
Años
Balance Cuenta Deuda Corriente Externa
Déficit cuenta Deuda corriente/PIB externa /PIB
PIB
RI
Depreciación Del RD$
2005
-‐473
6,812
1.3
18.9
9.3
1,519
11.75
2006
-‐1,287
7,266
3.3
19
10.7
1,787
2.91
2007
-‐2,166
7,565
4.9
17.2
8.5
2,394
1.24
2008
-‐4,518
7,219
9.3
15
5.3
2,165
3.81
2009
-‐2,330
8,221
4.8
17
3.5
2,851
1.94
2010
-‐4,330
9,546
8
17.7
7.8
3,342
4.12
2011
-‐4,391
11,625
7.5
19.9
4.5
3,637
3.3
2012
-‐4,011
12,871
6.6
21.3
3.9
3,209
4.14
2013
-‐2,562
14,919
4.2
24.3
4.1
4,386
5.86
2014
-‐2,058
16,074
3.2
25.1
7.3*
4,650
3.83
Fuente: Páginas web Banco Central, Dirección Crédito Público y el autor. *Año base: 2007.
• La dirección del déficit en la cuenta corriente con otras variables Por el lado de la deuda externa como medio deliberado de las políticas públicas, puede apreciarse un crecimiento sostenido a lo largo de la serie de años, al pasar de US$6,812 millones en 2005 a US$16,074 millones en 2014, para una diferencia absoluta de US$9,262 millones; y por el lado relativo, un aumento del orden de 135.0%. En términos de promedio, la deuda durante el período creció cada año en US$926.0. De igual forma, la deuda como porcentaje del PIB ha crecido en forma ascendente, pasando de 18.9% en 2005 a 25.1% en 2014, para una diferencia incremental de 6.2% durante todo el período. El papel que ha jugado la deuda externa como mecanismo de financiamiento del déficit en cuenta corriente a lo largo de los años ha sido importante, oscilando entre el 14.0% en 2007 y el 80.0% en 2013, seguido del 2014, con 56.0%, para un promedio anual, en ocho años, de 42.0%; paralelamente, sirvió como aporte a los adecuados niveles de reservas internacionales del país.
210
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Como puede apreciarse, la evolución de la deuda externa ha sido ascendente, cubriendo así parte del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos. La inversión extranjera directa también jugó un papel destacado en el financiamiento del déficit en cuenta corriente, al registrar niveles que van desde el 44.0% en 2010 hasta el 107% en 2014, contribuyendo también de esa manera con el adecuado nivel de las reservas internacionales netas registrados en el país. Cuadro 2 Contribución de la deuda externa y la inversión extranjera al déficit de Cuadro 2c Contribución de la deuda externa y la inversión extranjera al déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos cuenta corriente de la balanza de pagos
Año
% Deuda externa/déficit cuenta corriente
% Inversión extranjera directa/déficit cuenta corriente
2006
35
84
2007
14
77
2008
n/d
63
2009
43
92
2010
30
44
2011
47
52
2012
31
78
2013
80
78
2014
56
107
Fuente: Página web Banco Central y cálculos del autor. N/D: No Disponible
Como se expresó más arriba, una de las ventajas del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, en economías con déficit de pleno empleo, es el espacio que presenta para que su PIB pueda crecer. Justo eso le aconteció al tamaño de la economía dominicana, que manifestó un crecimiento relativo promedio anual, durante el período, de 6.49%. En términos absolutos, el PIB de la economía dominicana aumentó de US$35,911 millones en 2005 a US$64,053 millones en 2014, para una variación positiva de US$28,142 millones, y el PIB per cápita, por lo propio, también se elevó de US$4,004 a US$6,480 para iguales años. Respecto a las reservas internacionales netas, la teoría y parte de la evidencia internacional apuntan hacia que en la medida que se originan
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déficits en la cuenta corriente de la balanza de pagos, los activos financieros líquidos en moneda extranjera disminuyen; sin embargo, en el caso dominicano no parece comprobarse. La evolución de las reservas internacionales netas ha ido en dirección inversa al déficit de la cuenta corriente, pues dichas reservas han aumentado en forma positiva, al pasar de US$1,519 millones en 2005 a US$4,650 millones en 2014, para un incremento de US$3,131 millones. Este comportamiento, muy probablemente, se ha debido al nivel de la inversión extranjera directa, al aumento de la deuda externa y en menor medida, a la inversión en cartera. Otra derivada creada por el resultado del balance de la cuenta corriente, cuando es deficitaria, es el impacto sobre el tipo de cambio en un mercado flotante, como el dominicano. Para ese tipo de caso, teóricamente, la moneda nacional tiende a depreciarse, en la línea del déficit, como una forma de que las exportaciones procuren mayor nivel de competitividad. La evidencia dominicana muestra una depreciación acumulada del peso, durante el período 2005-2014, de 42.9%, para un promedio anual en 10 años de 4.29%. Luego de iniciar la superación de los problemas de la crisis bancaria de 2002-2003, a partir de 2006 el tipo de cambio mostró un nivel de depreciación bajo y estable, tal y como se puede apreciar en el cuadro 1. La depreciación del peso se alineó al tipo de balance de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Conclusiones Sin que necesariamente se establezcan relaciones de causalidad entre las variables del sector externo vinculadas al déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, al menos existe una dirección en igual sentido del referido déficit y la deuda externa, como variable deliberada que agencia la política económica de los gobiernos. En la medida que el balance es deficitario, la deuda externa, en términos absolutos, cada vez ha sido mayor. En sentido opuesto a la dirección del déficit en cuenta corriente están el desempeño del PIB y los niveles de las reservas internacionales; mientras que en el primero, cada año fue negativo, las otras dos variables registraron crecimientos.
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La deuda externa, como medio de financiamiento, la inversiรณn extranjera directa y las reservas internacionales netas, han colaborado para sostener en forma macroprudencial el clima necesario para la estabilidad del sector financiero y para que el PIB pueda expandirse en la forma que lo ha realizado.
Sectores externo y monetario /
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Remesas: Son las divisas que los ciudadanos de un país, que residen en otro, envían como ayuda a sus familiares, residentes en su país de origen. • Cuantificando los indicadores de impacto de las remesas Abordar el tema de las remesas desde la perspectiva del impacto sobre determinadas variables macroeconómicas tiene su importancia, en la medida que permite apreciar la magnitud de su aporte, en un escenario donde el ingreso de las remesas familiares se efectúa y se recibe sin la contraprestación de ningún tipo de servicios, ni tampoco a cambio de bienes de consumo o durables, pudiéndose entonces interpretarlas como donaciones externas sin condiciones, resultado del excedente del trabajo de los que emigraron hacia otras economías. Las remesas son recursos en moneda fuerte, que le inyectan liquidez a cualquier economía, pero no son líquidas, tampoco es una idea porque no sale de la mente; por lo tanto, las remesas no son flujos, es papel moneda dura transferido por familiares hacia los suyos y que ingresan como divisas a las economías receptoras. El crecimiento de las remesas hacia América Latina y el Caribe cada año es más importante para las economías de los países que la integran. A 2014, la región recibió divisas por un monto de US$65,382 millones, conforme a cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un volumen tres veces mayor de lo que era para 2001, que registró cerca de US$21,764 millones. En América Latina los principales países receptores de divisas a 2014, en orden de importancia, son México, Guatemala, Colombia, El Salvador y República Dominicana. La importancia que tienen las remesas familiares sobre la economía nacional puede ser medible asociándola con otras variables, como las del servicio de la deuda externa, los ingresos por deuda externa, las reservas internacionales, la inversión extranjera directa, las exportaciones, las importaciones, con el PIB, los ingresos corrientes de la balanza de pagos, la factura petrolera y el turismo.
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/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
• Las remesas y las variables asociadas El impacto de las remesas en la economía dominicana permite aseverar que es una de las principales fuentes de divisas con que cuenta el país. A diciembre de 2014, el monto total de las divisas que entraron a la economía nacional por exportación, turismo, inversión extranjera directa y remesas familiares alcanzó los US$22,272 millones, representando el último componente el 20.5% del total, esto es, la quinta parte. En términos globales, el 20.5% de participación que tienen las remesas dentro del total de divisas que ingresan al país en forma anual, es señal del impacto que tiene esa fuente como generadora de divisas, indicador que toma aun más fuerza al observar que también supera a la deuda externa anual que ha estado contratando el país, al menos en los últimos cuatro años, dado que la misma se sitúa, en promedio, en los alrededores de US$1,000 millones, cuadruplicando de esa forma las remesas al financiamiento externo contraído durante el período 2012-2015. La procedencia de las remesas que recibe la economía nacional, mayoritariamente se origina en los Estados Unidos, con una participación de alrededor del 61.0%, seguida de España, con 17.0%. El resto se distribuye entre México, Italia, Puerto Rico y otros. Las remesas familiares han evolucionado favorablemente a lo largo de los años. Para el caso de los últimos 14, desde 2000 a 2014, aumentaron de US$1,689 millones a US$4,571 millones, para una tasa de crecimiento simple del orden de 270.6%. El servicio de la deuda pública externa, compuesto por los intereses, la amortización al capital y las comisiones, es un indicador de egresos de divisas. Su nivel de cumplimiento a tiempo refleja simultáneamente capacidad de pago de una economía con los acreedores y responsabilidad fiscal. El monto por concepto de servicio por el referido tipo de deuda para 2000 era de US$1,946.5 millones; para 2014 ascendió a US$2,160 millones, para un aumento absoluto de US$213.5 millones. La importancia que tienen las remesas no está en debate en la región. El papel que juegan es ascendente, y en la economía dominicana no es excepción; de ahí que la asociación entre las remesas, generadora de divisas y el servicio de la deuda pública externa, consumidora de divisas, para 2006 fue de 140.6%%, mientras que para 2014 se elevó
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a 216.7%, es decir, que las remesas han multiplicado por 1.5 veces lo que podría interpretarse como su aporte al pago de los compromisos externos generados por el financiamiento. Por su lado, las Reservas Internacionales Netas (RIN), entendidas por la conceptualización del Fondo Monetario Internacional (FMI) como los recursos monetarios externos de disponibilidad inmediata, bajo la administración de quien conduce la política monetaria, se han comportado en línea creciente, al pasar de US$441.9 millones en 2000 a US$4,650.4 millones en 2014, para una diferencia de US$4,208.5 millones en 14 años. Poder contar con un activo financiero líquido internacional como las reservas en magnitudes importantes tiene varias ventajas. Primero, contribuye a la estabilidad de la moneda nacional; segundo, induce a mayores niveles de confianza entre los agentes económicos y público en general; tercero, permite afrontar las importaciones, que en el caso dominicano, en 2014 le permitía soportar más de tres meses de compras en el exterior, que es uno de los parámetros de referencia internacional para medir el grado de solidez de la posición financiera en divisas de un país, y cuarto, contribuye a compensar el balance negativo entre los ingresos y egresos en divisas, es decir, funciona como una póliza de seguro para los desequilibrios. En cuanto a la asociación entre las remesas y las RIN, su comportamiento ha sido de fondeo permanente, aunque no ascendente, dado que para 2000 superaban el 382.2%, y para 2014 fue de 98.3%, valores nada despreciables, en términos de que las remesas son ingresos en divisas donde la economía nacional no realiza ningún tipo de esfuerzo para obtenerlas, ni tampoco existen políticas públicas para atraerlas; sin embargo, juegan un papel destacado en el consumo interno, como parte de uno de los componentes del motor que mueve la economía doméstica. El indicador de las remesas sobre el PIB es otra de las variables que muestra la importancia de los ingresos de divisas por transferencias familiares hacia la economía. Desde 1993 hasta 2014, el aporte de los recursos enviados por los dominicanos que han emigrado a otras economías ha sido ascendente, al pasar de 5.5% para el primer año de la serie, a 7.0% en 2000, para situarse en 7.2% en 2014.
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La participación cada vez mayor de las remesas como proporción del PIB es indicativo del grado de dependencia o de incidencia creciente que muestra el tamaño de la economía nacional de las transferencias de los dominicanos que residen en el exterior. La evidencia empírica del papel de la Inversión Extranjera Directa (IED) sobre las economías en vías de desarrollo es abundante y positiva. Si ese vínculo se asocia con la competencia, el grado de respuesta apunta hacia un desafío de parte de las empresas nacionales, para que eleven sus niveles de eficiencia y eficacia. Si la ponderación se realiza por el lado de la transferencia tecnológica, también resulta positiva, porque hace aumentar la calidad de la mano de obra local, al tiempo de generar empleos permanentes, dado que ese tipo de inversión es de largo plazo, y en adición, porque ayuda a complementar la insuficiencia de inversión doméstica y fortalece las reservas internacionales. Al referenciar las remesas como proporción de la IED, se puede apreciar que para 2000, las transferencias de los que emigraron superaron a la inversión extranjera directa en una magnitud de 177.2%. La primera ascendió a US$1,689 millones, y la segunda, a US$952.9 millones. Para 2014, las remesas duplicaron a la inversión extranjera a razón de US$4,571 millones a US$2,208 millones. Ambas variables muestran un apoyo importante al comportamiento de la balanza de pagos y a las reservas internacionales del país; sin embargo, una de las diferencias notables es que, mientras las remesas básicamente se destinan al consumo, aumentando la producción interna por la vía indirecta, la inversión lo hace en forma directa, en infraestructura y adquisición de bienes durables. La importancia del turismo para países con ventajas comparativas puede estar vinculada, por el lado de la economía real, a la creación de empleos directos, al efecto en cadena positivo entre la producción local y la demanda creada por el turismo, y al desarrollo de infraestructura vial y habitacional; por el lado de los servicios, al crecimiento del transporte terrestre, aéreo y marítimo, así como a otros impactos de economía externa, y por el lado financiero, a su aporte a las reservas internacionales y a su incidencia positiva sobre el tipo de cambio.
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La relación entre los ingresos por remesas familiares y los del turismo viene dada por la razón de que los ingresos de la primera sobre la segunda han evolucionado desde 2000 a 2014 en forma creciente, pasando de un 59.0% a un 81.0%, evidenciando que los ingresos en divisas por concepto de remesas aumentan en forma más intensa que los que provienen del sector turismo, aunque probablemente, tengan un menor efecto multiplicador en la economía. Los ingresos por la actividad turística ascendieron en 2014 a US$5,637 millones, y los de las remesas familiares, a US$4,571 millones. En cuanto a la vinculación con el PIB, las remesas, a 2014, se situaban en 7.2%; en cambio, la del sector turismo fue de 8.8%, una diferencia de participación del orden de 1.6%, respecto al tamaño de la economía nacional. El valor del PIB a 2014 fue de US$64,053 millones. La dimensión de las exportaciones es significativa para cualquier economía. La parte positiva resulta de su aporte en divisas a la balanza de pagos y a las reservas internacionales; fomenta la producción nacional, hace crecer el PIB, también hace menos dependiente a la economía nacional de la demanda interna y, por consiguiente, diversifica el riesgo. La participación de las remesas con respecto a las exportaciones ha variado conforme pasan los años. Para 2000 fue de 29.4%, mientras para 2014 se elevó a 46.1%, acercándose a la mitad de los ingresos provenientes de las exportaciones, mostrando ello un incremento de los ingresos por transferencias familiares en divisas mayor que el presentado por la demanda externa. El monto de los recursos que la economía recibió por concepto de exportaciones a 2000 fue de US$5,736 millones, y a 2014, de US$9,919 millones. Los de las remesas, de US$1,689 y US$4,571 millones, respectivamente. La deuda externa sostenible y dirigida a los sectores productivos contribuye, por un lado, a complementar la insuficiencia de ahorro doméstico y a redistribuir el costo del financiamiento a lo largo del tiempo sobre varias generaciones, tal y como impactan las obras públicas y bienes durables que se construyen y adquieren con el endeudamiento; por otro lado, aporta también al crecimiento económico, de manera que sus beneficios tangibles son más que las posibles pérdidas.
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Al relacionar las remesas familiares con los ingresos provenientes de la deuda externa, se puede cuantificar que los ingresos por transferencias unilaterales superan a los ingresos del endeudamiento en 251.0%, esto es, que los multiplican por 2.5. A 2006 y para 2014 fueron de 194.0%, para casi el doble de los ingresos por deuda externa, evidenciándose así nuevamente la importancia relativa que tienen las remesas para la economía dominicana. A 2014, mientras los ingresos por remesas alcanzaban los US$4,571 millones, los ingresos por deuda externa fueron de US$2,352 millones. Probablemente, ninguna economía del mundo es autárquica; todas necesitan de algún nivel de importación para poder funcionar adecuadamente. En la República Dominicana, las compras al exterior en 2000 fueron equivalentes a US$6,406 millones de dólares; mientras, para 2014 se elevaron a US$17,288 millones, para un crecimiento del orden de 269.0%. El nivel de ingresos por remesas familiares representó el 26.4% del total de las importaciones y para 2014 fue también el mismo porcentaje. Esto podría sugerir que las remesas financian algo más de la cuarta parte de las compras al exterior que hace la economía. Como complemento a los indicadores ya expuestos, está el nivel de la factura petrolera, que a 2014 alcanzó US$3,937 millones, representando así las remesas el 116.0% de las importaciones de petróleo. Cuadro 1 Evolución indicadores asociados a las remesas, millones US$ Cuadro 1d Evolución indicadores asociados a las remesas, millones US$ Año
Remesas
PIB
RIN
IED
2000
1,689
24,107
441.9
952.9
2014
4,571
64,053
4,650.40
2,208
Fuente: Página web Banco Central y Dirección General de Crédito Público.
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Cuadro 2 Evolución indicadores asociados a las remesas, millones US$ Cuadro 2d Evolución indicadores asociados a las remesas, millones US$
Año
Servicio deuda Exportaciones externa
Ingreso deuda Importaciones externa
Turismo
2000
-‐
5,736
-‐
6,406
2,860
2006
1,946.50
-‐
1,090
-‐
-‐
2014
2,160.00
9,916
2,352
17,288
5,637
Fuente: Página web Banco Central y Dirección General de Crédito Público.
El papel desempeñado por las remesas familiares en la economía del país está lo suficientemente documentado, particularmente y conforme lo muestra la presente ponderación sobre variables asociadas al sector externo. De ahí que el aporte que hacen los dominicanos residentes en el extranjero, a través de las remesas, no solo tiene un efecto directo sobre sus familiares, sino sobre la macroeconomía, induciendo de esa forma un aporte a la distribución internacional de los ingresos en divisas.
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Liquidez monetaria: Son los billetes y monedas en poder del público, más los depósitos transferibles en el sistema de intermediación financiera. • Evaluando la liquidez monetaria Desde la perspectiva del programa monetario Darle seguimiento frecuente a la liquidez monetaria de una economía presenta su importancia, en la medida que se dispone de información acerca de la magnitud del activo más líquido, y por las funciones mismas que tiene el dinero en las distintas actividades; de manera que por su intermedio, las autoridades, agentes económicos y público en general pueden accionar en la dirección que consideren sea provechosa en sus decisiones de invertir y consumir. En términos administrativos, el grado de liquidez previsible de una economía lo determina la autoridad monetaria, en función del objetivo fundamental que tiene, el de alcanzar y mantener bajos niveles de inflación, así como estabilidad en las principales variables macroeconómicas. Esta sección del capítulo evalúa lo establecido en el programa monetario del Banco Central para 2016, específicamente en cuanto a la comparación relativa del grado de liquidez de la economía dominicana estimada vs la efectiva, medida por la Base Monetaria Restringida (BMR), y elaborada en base a informaciones oficiales del primer cuatrimestre, resultando valido el ejercicio para cualquier período de tiempo. El Banco Central de la República Dominicana, desde 2012, guía su política monetaria conforme al Esquema de Metas de Inflación (EMI). Por esta razón, todas sus decisiones están supeditadas y orientadas a minimizar los desvíos futuros de la inflación con relación a las metas anunciadas a finales de cada año. Por el supremo interés de alcanzar el EMI, las autoridades monetarias mantienen un estricto seguimiento y control a la principal variable vinculada al tema de la inflación, la BMR. Para 2016 se asumió como inflación programada el 4.0%, con un factor de más o menos 1.0% de ajuste, para los límites superior e inferior de la estimación-meta.
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Los instrumentos empleados para el manejo de la magnitud de la BMR usualmente son: el encaje legal, los redescuentos, las operaciones de mercado abierto, emisiones de instrumentos financieros de renta fija, emisiones primarias, expansión o contracción del crédito, la tasa de política monetaria y el coeficiente de liquidez del sistema de intermediación financiera. Conforme al EMI-2016, el Banco Central programó para el primer cuatrimestre una BMR, una Reserva Internacional Neta (RIN), y una Tasa de Inflación (TI) como las que se muestran en el siguiente cuadro. Cuadro 1 Proyección BMR, TI, y RIN, En millones RD$, US$ y % Cuadro 1e Proyección BMR, TI, y RIN En millones RD$, US$ y % Variables
Enero/Abril
BMR
206,829/209,118
RIN
113.3
Inflación
1.33
Fuente: Página web Banco Central y el autor.
• Estimación vs resultados primer cuatrimestre, 2016 Sobre la base de una proyección para finales de 2016, las autoridades monetarias consideran que la BMR se situará en el orden de RD$229,419.2 millones, para un crecimiento de 8.6%, las RIN en US$5,259.7 millones, para una elevación de 6.9%, respecto a lo programado en 2015, y una TI de 4.0%. La estimación de las tres variables indicadas precedentemente permite derivar que la BMR para el primer cuatrimestre se ubicaría en alrededor de RD$209,118 millones, las RIN aumentarían unos US$113.3 millones, y la TI rondaría el 1.33%. En términos de la BMR, el balance del primer cuatrimestre de 2016 indica que los billetes y monedas en circulación, más los depósitos transferibles, fueron superiores a lo programado para el final del período señalado, lo cual estaría sugiriendo que el nivel de liquidez esperado para la economía dominicana resultó desviado, en términos de expansión, en una magnitud relativa de 4.92%, superior al proyectado, que fue de 1.01%. A abril, el monto se programó para RD$209,118 millones; mientras
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el resultando real ascendió a RD$218,884 millones, unos RD$9,766 millones más que lo previsto. El cuadro número 2 muestra la evolución mensual de la BMR durante el período enero/abril de 2016, así como su tasa de crecimiento mensual.
Cuadro 22 Cuadro Evolución BMR y Tasa de Inflación En RD$ y % Evolución BMR y Tasa de Inflación, En RD$ y % Mes
BMR
T de C
Tasa de Inflación
Enero
208,607.30
-‐5.05
-‐0.01
Febrero
209,502.70
0.43
-‐0.56
Marzo
214,335.00
2.3
-‐0.01
Abril
218,884.00
2.1
-‐0.09
Fuente: Página web Banco Central y cálculo del autor.
La expansión de la BMR sobre lo programado se ubica en forma importante a partir de marzo de 2016, y se mantuvo hasta abril; en cada momento, las causales del referido incremento puede atribuirse, para el primer mes, al crecimiento de los depósitos transferibles, que se situaron en 2.5%, y para el segundo mes, a los billetes y monedas en circulación, al registrarse una expansión de 2.8%. Los depósitos transferibles en abril crecieron en 1.5%; en cambio, los billetes y monedas en circulación en marzo aumentaron en 2.0%; de manera que el crecimiento de la BMR fue marcado por ambas variables, aunque con distintas intensidades para los dos meses de su mayor variación. La expansión de la BMR podría ser una expresión del incremento de la demanda real de dinero, impulsado por el aumento de la economía y la nula inflación que se asocia a la no pérdida de poder adquisitivo del efectivo.
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• Comportamiento de los precios de la economía La inflación El programa monetario de 2016 contempla una tasa de inflación de 4.0%, más un factor de 1.0% hacia arriba o hacia abajo, y pudiéndose inferir para el primer cuatrimestre un incremento de precios del orden de 1.33%. El resultado del nivel general de precios de la economía se situó en 0.67% negativa, mostrando ello que se cumplirá con holgura la meta de inflación a diciembre del presente año. Dos aspectos pueden destacarse respecto a la inflación: nulo nivel de inflación acumulada por la economía dominicana durante enero/abril, y desvío positivo respecto a la meta de inflación, al situarse por debajo de lo estipulado en el programa monetario. Comparar la tasa de inflación negativa de 0.67 con el nivel de crecimiento de la BMR, ascendente a 4.9%, es indicativo que los precios se mantuvieron, durante el primer cuatrimestre, por debajo de la masa monetaria. El comportamiento de la inflación estaría sugiriendo la expansión de la BMR en una magnitud de 4.9%, superior a lo programado, que no ejerció influencia sobre los precios al consumidor, preservándose así la baja inflación y la estabilidad, objetivos fundamentales de la política monetaria. Tanto por el entorno interno como por el internacional no se ven amenazas, en el corto plazo, que atenten contra el bajo nivel de tasa de inflación alcanzado al primer cuatrimestre de 2016, razones por las cuales la autoridad monetaria tiene espacio a su favor para manejar otras variables económicas vinculantes a favor de la economía dominicana. • El tipo de cambio La Tasa de Cambio (TC), expresión del precio de la divisa respecto a la moneda local en el mercado bancario dominicano, evolucionó ligeramente en forma ascendente, al pasare, en cuatro meses, de RD$45.59 a principios de enero a RD$45.88, a finales de abril, esto es, 0.29 centavos; en términos relativos, una depreciación del orden del 0.64%. A nivel mensual promedio, la depreciación alcanzó tan solo el 0.16%, una magnitud que podría considerarse inferior a lo programado para el presente año.
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La poca volatilidad del tipo de cambio del peso dominicano respecto al dólar estadounidense contribuye en forma simultánea al manejo de la política monetaria, tanto por la vía de no transmitir presión hacia la tasa de inflación por factores internos de origen monetario, como para no presionar también a la tasa de interés y las reservas internacionales; adicionalmente, es una forma de expresión del nivel de confianza, por parte de los agentes económicos y del público en general, con relación a las políticas económicas y la marcha del mercado. De continuar la nula o baja inflación, el nivel de depreciación podría quedar, al finalizar 2016, en alrededor del 2.3%, esto es, 1.7% por debajo de lo estimado por las autoridades oficiales del área económica, las cuales lo proyectan, para diciembre, en 4.0%, conforme a lo establecido en el programa monetario referido. Cuadro 3 Cuadro 3c Evolución del tipo de cambio, enero/junio, 2016, En RD$ y % Evolución del tipo de cambio, enero/junio, 2016, En RD$ y % Mes
Tasa de cambio del US$
Depreciación
Enero
45.59
0.02
Febrero
45.73
0.31
Marzo
45.8
0.15
Abril
45.88
0.17
Fuente: Página web Banco Central y cálculo del autor.
• Tasa de interés La estabilidad mostrada por el tipo de cambio durante el primer cuatrimestre de 2016, al presentar tan solo una depreciación del 0.64%, es una de las razones por la que la Tasa de Política Monetaria (TPM) se ha mantenido, en lo que va de año, sin cambios en su nivel, esto es, en 5.0%. De igual manera, la estabilidad mostrada en la tasa de inflación en el mismo período, al acumular el nivel de 0.67% negativo, es otro indicativo para que las autoridades monetarias hayan mantenido sin variación el nivel de TPM en los primeros cuatro meses de 2016. Ambas variables, la TC y la TI, al no mostrar volatilidad que contribuya a crear expectativas negativas entre los agentes económicos y el público
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en general, han ayudado a los diseñadores de la política monetaria a no tener que utilizar instrumentos para frenar alzas innecesarias en la tasa de interés, que atenten contra los costos de la economía y a su vez desincentivar el crecimiento económico dominicano alcanzado en los primeros cuatro meses y que lo sitúan en 7.1%, medido por el Indicador Mensual de la Actividad Económica (IMAE). Cuadro 4 Cuadro 4c Evolución tasa de interés, enero/abril, 2016, En % Evolución tasa de interés, enero/abril, 2016, En % Mes
TIAPP
TPM
Enero
15.29
5
Febrero
15.82
5
Marzo
1547
5
Abril
16
5
Fuente: Página web Banco Central.
Por el lado de la Tasa de Interés Activa Promedio Ponderado (TIAPP) en la banca múltiple, a lo largo de los meses enero/abril, la misma ha presentado alzas moderada, al pasar de 15.29% en enero, a 16.0% en abril, para una variación en los cuatro meses de 0.71%, como diferencia aritmética. Ante la estabilidad mostrada por la TPM, así como sus variables vinculantes, la TI y la TC, el comportamiento relativamente estable de la TIAPP es una derivada parcial de los referidos factores. • Reservas internacionales El programa monetario de 2016 previó un nivel de reservas internacionales netas de US$5,259.7 millones. Al compararlo con el monto real alcanzado para el primer cuatrimestre, que asciende a US$5,015.4 millones, es de prever que podría alcanzarse la meta estipulada para diciembre, dado que el faltante solo es de US$244.3 millones, contra ocho meses que aún quedan para finalizar el año, al corte de este examen. El saldo positivo en el nivel de reservas internacionales contribuye para que las autoridades monetarias puedan manejar la política monetaria de 2016 con adecuados niveles de holgura, a favor de la meta de inflación
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propuesta, al tiempo que disponen de herramientas para no permitir que el EMI se desvíe de lo estimado como objetivo fundamental de la política monetaria. • Brecha del producto y la BMR El Producto Potencial o Tendencial, como lo entiende el Banco Central de la República Dominicana, es aquel en que “el nivel de producto es consecuente con la ausencia de presiones inflacionarias, donde, dado un conjunto de tecnologías de producción la economía utiliza de manera eficiente los factores disponibles en un período determinado”. De la definición se infiere, que la mejor contribución que puede realizar la conducción de la política monetaria al crecimiento económico sostenido, es propiciar baja inflación y estabilidad de precios, y este último escenario, es campo de la magnitud de la BMR. Como derivada del Producto Potencial está la brecha del producto, la cual también el Banco Central la define en virtud de “la diferencia entre el nivel efectivo y potencial de producción de una economía”. Este análisis asume ambas nociones del producto. El Banco Central ha estimado como Producto Potencial Mínimo de la economía dominicana un valor en el orden del 5.0% y el promedio lo sitúa en 5.67%. Conforme al desempeño alcanzado por el PIB para el primer cuatrimestre de 2016, que se situó en 7.1%, medido por el IMAE, se estaría superando el nivel potencial de la economía sin que exista inflación, ni tampoco presiones inflacionarias que pudieran afectar la expansión de la economía, al comportarse los precios para los primeros cuatro meses en forma negativa con 0.67%.
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CapĂtulo
Los precios
Índice de precios al consumidor (IPC): Cuantifica la variación de los precios de los bienes y servicios de la canasta básica familiar, representativa del consumo final de los hogares durante un período determinado. • El Índice de Precios al Consumidor El cálculo del IPC tiene una importancia doble para los hacedores de políticas económicas y el público en general. Primero, porque permite cuantificar la variación de los precios promedio ponderado de un conjunto de bienes y servicios de consumo final en los hogares, y segundo, porque permite medir la variación del valor en dinero que los hogares deben gastar, a fin de mantener un determinado nivel de vida. La determinación del IPC es la base de la medición de la tasa de inflación, obtenida al establecer la variación porcentual del referido índice entre dos períodos de tiempo. Otras utilidades que tiene el IPC es que permite indexar los salarios, jubilaciones, la renta inmobiliaria; es un referente importante en la fijación de la tasa de interés del sistema financiero, así como del tipo de cambio entre un par de monedas, la nacional y la divisa, y por su medio se deflactan datos de las cuentas nacionales, al eliminar el efecto del incremento de los precios sobre el comportamiento de cualquier variable macroeconómica, al utilizar el índice deflactor del PIB, que mide la variación de los precios de toda la economía, y no solo de una canasta familiar. A su vez, el resultado de la medición de los precios y del gasto en que deben incurrir los hogares, son útiles para evaluar, diseñar y aplicar políticas monetaria, fiscal y de desarrollo en las direcciones de la magnitud del medio circulante en la economía agregada, un balance fiscal lo más próximo posible al equilibrio, y la reducción de la pobreza. Por el lado del circulante, su magnitud se asocia con el comportamiento de los precios, de manera que una masa monetaria no alineada al crecimiento de la economía podría generar presiones inflacionarias o deflacionarias; de ahí el papel de la política monetaria para procurar estabilidad de precios.
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Del mismo modo, un balance fiscal deficitario podría provocar endeudamiento interno y externo, presionando las reservas internacionales y la tasa de interés bancario. Ambas variables, a su vez, inducirían, la primera, a un aumento del tipo de cambio y a propagar inflación por esa vía, y la segunda, a elevar la tasa de interés, encareciendo el precio del dinero y propagando también incremento de precios; produciéndose el escenario para una política fiscal acorde con los objetivos que se trace el gobierno. En la misma línea, el aumento de la tasa de inflación, al reducir los salarios, induce a una profundización de la pobreza, espacio propio de las políticas de desarrollo económico. Apréciese que el IPC hace referencia a la variación de los precios de los bienes y servicios considerados básicos para el consumo en el gasto de los hogares. Sin embargo, en una proporción importante, en la sociedad, grandes segmentos poblacionales incurren en financiamientos, obtenidos de fuentes formales e informales de la economía, que van desde un préstamo en una entidad bancaria hasta el denominado “fiao” en el colmado, ambos con un costo en intereses o elevación de precios que no es medido por el IPC, que tampoco cuantifica el pago de los impuestos directos. La metodología del cálculo del IPC dominicano implementada en la actualidad por el Banco Central tiene como año base a 2010. El referido banco utilizó como fuente de información la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares que aplica frecuentemente, con una muestra 8,318 viviendas y una población humana total de 30,937. En la referida encuesta, los hogares reportaron un patrón de consumo que hizo clasificar el consumo de los bienes y servicios en 12 grupos: los de alimentos y bebidas no alcohólicas, bebidas alcohólicas y tabaco, prendas de vestir y calzado, vivienda, muebles y artículos del hogar, salud, transporte, comunicaciones, recreación y cultura, educación, restaurantes y hoteles, bienes y servicios diversos. La canasta básica a nivel nacional abarca 305 bienes y servicios, agrupados en los 12 grupos indicados precedentemente, cada uno con una ponderación distinta, que va desde un valor mínimo de 2.96%, atribuido al grupo de comunicaciones, hasta 25.10% como valor máximo, correspondiente al grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas.
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El IPC general incluye las diferentes tipologías de grupos poblacionales, segmentados de acuerdo a su nivel de ingresos monetarios. Cinco son los grupos, de acuerdo a su nivel de ingresos, desde el quintil 1, el de menor ingreso, hasta el 5, el de mayor ingreso. La ponderación de cada grupo de bienes y servicios varía en función de cada quintil. Alineado a lo anterior, el costo de la canasta básica nacional de bienes y servicios es distinto para cada quintil. La publicación periódica del IPC es de frecuencia mensual, para concluir con la anual, y la realiza el Banco Central, así como su cálculo. • Comportamiento del IPC y costo de la canasta familiar El IPC, desde 2010 hasta 2015, ha pasado de 97.35 a 105.58, luego, a 109.49, después, a 114.77, más adelante, a 118.22 y, finalmente, a 119.21. Este comportamiento generó distintas tasas de inflación, que acumuladas ascienden a 25.71%. Para el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, el IPC a diciembre de 2015 fue de 136.95, las bebidas alcohólicas y tabaco, de 143.47, las prendas de vestir y calzado, de 93.88, la vivienda, de 109.99, los muebles, de 115.55, la salud, de 123.56, el transporte, de 110.29, las comunicaciones, de 102.08, la recreación y cultura, de 109.26, la educación, de 147.13, restaurantes y hoteles, de 121.58 y el grupo de los bienes y servicios diversos, de 118.11. Por artículos, la variación del IPC la lideró las naranjas con 240. Le siguieron las naranjas agrias, con 220; sin embargo, estos rubros tienen una ponderación baja, al situarse en 0.073% y 0.023%, respectivamente; en cambio, por el lado de los artículos que tienen mayor peso, leche, queso y huevo registraron un IPC de 133.76, con una ponderación de 2.53%, y el pan, más los cereales, de 115.62 y una ponderación de 5.11%. El IPC por quintiles, al cierre de 2015, se presentaba así: el número 1 se colocó en 125.78, para una tasa de inflación de 4.35%. El quintil 2, en 124.08, con una inflación de 3.68%, el quintil 3, en 122.67, correspondiéndole una inflación de 3.08%, el quintil 4, en 121.17, para una inflación de 2.43% y el quintil 5, en 117.71, para una tasa de inflación de 0.98%.
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A nivel de las regiones del país, el IPC de la región Ozama ascendió a 119.12, para una tasa de inflación de 0.33%. La región Norte tuvo 121.57, para una inflación del orden de 0.03%. La región Este presentó 121.51, con inflación negativa de 0.01%, y la región Sur tuvo 124.77 y una tasa de inflación de 0.19%. Los distintos tipos de IPC permiten afirmar que la población de menores ingresos, localizada en el quintil 1, registró el grado más elevado de inflación. La región de mayor nivel de inflación fue la Ozama. En lo relativo al costo de la canasta familiar, a diciembre de 2015 se situó en RD$28,293 a nivel nacional. En forma desagregada, el costo para el quintil 1 fue de RD$13,090, el del quintil 2, RD$18,618, el quintil 3, de RD$22,750, el quintil 4, de RD$29,526 y el quintil 5, de RD$57,284. El costo de la canasta familiar por quintil sugiere que aquellos hogares que presenten niveles de ingreso inferior al costo de cada grupo, estarían presentando déficit de consumo de bienes y servicios, y por lo tanto, una menor calidad de vida. A nivel geográfico, el costo de la canasta familiar fue de RD$35,187 para la región Ozama, para la región Norte, de RD$27,278, para la región Este, de RD$23,536 y para la región Sur, de RD$21,454. Desde la perspectiva del costo de la canasta familiar, el quintil 5 tiene el costo más elevado, al situarse en RD$57,284; así como el costo de la región más alto es la Ozama, con RD$35,187. • Utilidad del IPC y la inflación En una familia compuesta por cuatro personas, dos adultos y dos hijos, en donde los adultos trabajen en el sector privado, uno en el denominado grupo sectorizado, con el salario mínimo más alto, de RD$12,872, y la otra en el no sectorizado, con RD$6,356, totalizarían un nivel de ingreso de RD$19,228. Sus ingresos estarían por debajo del costo de la canasta del quintil 3, que es de RD$22,750, una magnitud de RD$3,522, y ligeramente superior al del quintil 2, que es de RD$18,618, por el orden de RD$610.0. Cuando una variable como el salario pierde poder adquisitivo, provocado por el impacto negativo del alza de los precios de los artículos que
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conforman la canasta familiar, se traduce en que posee menos capacidad, en términos reales, para adquirir la misma cantidad de bienes y servicios que podía comprar antes de la inflación. La práctica de ajustar los salarios nominales, para igualarlos a la pérdida de su valor, se conoce como indexación, que es una forma de incorporarles la magnitud de la tasa de inflación, como razón neutralizante de la reducción real del poder adquisitivo. Como la tasa de inflación de 2015 fue de 2.34% y si el salario nominal, asumido como ejemplo, de una persona al cierre del referido año era de RD$10,000, para preservar ese valor real tendría que indexarlo con el nivel del incremento de precios, de manera que al realizarlo, el salario nominal sea de RD$10,234. Por el lado del ahorro, para que la decisión de depositar el excedente de liquidez de una persona sea razonable o rentable, al menos la tasa de interés pasiva de la entidad bancaria debe ser igual al de la tasa de inflación; si es mayor, el ahorro se incrementa, al tiempo de preservar su valor, pero si es menor, el efecto que produce es de desahorro. Colateralmente, el efecto de desahorro induce al ahorrante a convertir su disponibilidad en otra moneda o divisa, como el dólar, generando un proceso de dolarización, al menos en ese componente de la economía. En adición, otra de las utilidades del IPC y su derivada, la inflación, es que permite transformar los valores monetarios corrientes de una variable económica, descontándole el efecto de la inflación, para expresarla en forma constante o real, sobre un año base. Partiendo de que el salario nominal fuera de RD$10,000 al mes en 2015, y que el IPC sea igual a 119.21, asumiendo 2010 como año base, como lo tiene establecido el Banco Central, el salario real sería de RD$8,388.55, es decir, que habría tenido una pérdida del orden de RD$1,611.
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Esquema meta de inflación: Es el establecimiento de metas cuantitativas de cambios en el nivel de precios en los bienes y servicios que conforman la canasta familiar, para un horizonte de tiempo determinado. • Evaluación del primer esquema de meta de inflación Importancia para el sector financiero Desde 1989, varias economías han venido implementando el Esquema de Meta de Inflación (EMI) para regir sus políticas monetarias. Nueva Zelandia fue el primer país en el mundo en adoptarlo; mientras que el pionero en América Latina fue Chile, al ponerlo en marcha en 1990. A partir de entonces, alrededor de 30 naciones lo han implementado, tanto en economías industrializadas como en las que se hallan en vías de desarrollo. En la República Dominicana, basado en la Ley Monetaria y Financiera 183-02, cuyo Artículo 2 establece que la regulación del sistema monetario tiene por objeto la estabilidad de precios, atendiendo a ese mandato, el Banco Central inició el EMI en enero de 2012, luego de cumplir con las precondiciones establecidas para su adopción, como son: independencia del Banco Central, sistema financiero estable y en desarrollo, transparencia, credibilidad y ausencia de predominio fiscal sobre el ámbito monetario. Al adoptar al EMI como instrumento de la política monetaria, la autoridad sectorial, a través del Banco Central, hizo evolucionar la conducción de la misma desde el esquema de metas monetarias al de inflación, para lo cual estableció metas cuantitativas del índice de precios al consumidor dentro de un horizonte temporal definido de largo plazo (cuatro años). El primer EMI que aprobó la Junta Monetaria se formuló para el período 2012-2015, en el que previó una meta de inflación inicial de 5.5%, hasta proyectarla a 4.0% para el último año, más un rango de tolerancia de 1.0%; de esa manera, el nivel de inflación estaría haciéndolo llegar cercano al techo de los países que ya llevan un tiempo de implementación y que colocaron su rango de precios entre un 1.0 y un 3.0% anual.
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Cuadro 1 Primer esquema de inflación, en %
Cuadro 1 Primer esquema de inflación, en % Años
Valor central meta
Rango de tolerancia
2012
5,50
+/-‐ 1.00
2013
5
+/-‐ 1.00
2014
4.5
+/-‐ 1.00
2015
4
+/-‐ 1.00
Fuente: Página web Banco Central.
En la mayoría de las economías del mundo, la relación entre la oferta del dinero y la inflación es fuerte, incluyendo la dominicana, haciéndoles relativamente fácil a los bancos centrales incidir en ella a través de la masa monetaria. Sin embargo, el desarrollo del mercado financiero de cada país, con la aparición de nuevos productos financieros que proveen liquidez a los agentes económicos y público en general, ha contribuido para que la implementación del EMI sea una necesidad, a fin de alcanzar baja inflación y producir estabilidad de precios. Ante ese nuevo escenario, apriorísticamente, la política monetaria conducida a través del EMI generaría beneficios tangibles, tanto desde la acera macro como microeconómica, al propiciar crecimiento económico sostenido en un ambiente de poca inflación y ausencia de volatilidad en los precios, contribuyendo a la protección de los grupos de menores ingresos, dado el costo que implica una inflación en cualquier tipo de economía; además, porque ayuda a los inversionistas a disponer en forma anticipada de la información del nivel de inflación para sus tomas de decisiones, en cuanto a su nivel de liquidez y uso racional de la misma en la asignación de recursos. Precisamente en esos factores se fundamenta la importancia del EMI, pues al conocerse el horizonte de la inflación prevista por la autoridad monetaria, los costos del incremento general de los precios pueden mitigarse o neutralizarse, en caso de que no se alcancen los objetivos de la meta de inflación del programa monetario. Para el caso del sector financiero, la baja inflación y estabilidad de precios es importante, porque en el EMI, la tasa de interés básica es el instrumento fundamental para incidir en el comportamiento de los precios; de manera que los márgenes de intermediación de las tasas
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de interés bancario, los niveles de captación, la dolarización de su cartera, entre otros factores, quedan influenciados colateralmente por el éxito o no del EMI. La evidencia internacional donde se ha implementado el EMI, así como la teoría, muestran que una derivación directa del esquema es el proceso de desinflación que se logra, generando con ello mejor clima para la inversión, crecimiento económico, reducción del desempleo y un menor costo del dinero para los agentes económicos. Naturalmente, el EMI no debe propiciar una desinflación hasta llegar al punto de hacer la inflación negativa en forma prolongada, pues podría generar efectos contrapuestos para la economía, con el desincentivo del ahorro, inversión, caída del Producto Interno Bruto (PIB), subida del desempleo y hasta del consumo agregado. Por tales razones, el nivel de inflación objetivo debe ser uno bajo y estable, que se sitúe en un rango entre 1.0 y 3.0%, para que así sea compatible con el crecimiento de la economía y el empleo. • La experiencia mundial del EMI Desde que se implementó por vez primera el EMI como principal instrumento de la política monetaria, alrededor de 1990, hasta 2015 han transcurrido 25 años. Su desempeño puede ser catalogado como exitoso, a juzgar por la reducción sistemática de los niveles de inflación en las economías que lo han adoptado. Al momento de iniciar la ejecución del EMI, los países que lo emprendieron registraban altos niveles de inflación, con el agravante de verse amenazados con nuevos incrementos de precios y sus efectos multiplicadores, distorsionadores del resto de la economía. Evidencia de lo afirmado son los casos de Canadá, que tenía una inflación de 6.9%, y ya la tiene cercana a cero, Polonia, con 10.6% y hoy se encuentra próximo al nivel superior de su meta, alrededor de 3.0%, Colombia, con 9.3% vs el cumplimiento de su meta superior, que fue de 4.0%, Guatemala, con 9.2% y ya se sitúa por debajo del nivel máximo de su rango, que fue de 5.0%. Lo propio le ha acontecido a otro grupo de países con EMI.
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Con la evidencia del éxito alcanzado por esas economías, especialmente las que presentan inflación cercana a cero, hoy día la discusión ya no se centra en disminuirla o estabilizarla; más bien, se focaliza en si resulta conveniente elevar la meta de inflación, para propiciar crecimiento económico, en un entorno de desaceleración de la economía mundial o regional y hasta doméstica; o bien, si la baja de la inflación a niveles de desinflación por debajo de cero o cercano a él, es compatible con el crecimiento económico. • La experiencia dominicana Al momento de adoptar el EMI, el entorno adverso de la economía mundial para la economía dominicana aun permanecía, resultado de la crisis financiera que se inició en 2007, manifestada en contracción de la economía global, elevados precios del barril de petróleo, disminución de la demanda mundial, caída de los precios de los commodities, entre otros. El nivel de inflación de la economía dominicana, previo al EMI, aunque más bajo que en la mayoría de los países de la región de Centroamérica, se situaba en un dígito, entre 8.88% en 2007 a 7.76% en 2011. Dado el marco legal del Banco Central, su estructura técnica interna y la aparición de nuevos productos financieros en el mercado, así como la conveniencia de seguir propiciando un entorno de bajos precios con estabilidad, compatible con la sostenibilidad del crecimiento económico que ha manifestado la economía, se decidió iniciar la implementación del primer EMI. Cuadro 2 Comportamiento de la inflación y variables vinculantes, en %
Cuadro 2 Comportamiento de la inflación y variables vinculantes, en % Años
PIB
TI
TPM
TiA
TD
Cumplimiento del EMI
2012
2.6
3.91
6.75-‐5.0
15.3
14.7
1.59
2013
4.8
3.88
5.0-‐6.25
13.6
15
1.12
2014
7.3
1.58
6.25-‐6.25
13.8
14.5
2.92
2015
7
2.34
6.25-‐5.0
16.68
14
1.66
Fuente: P. web Banco Central y el autor.
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Como se puede apreciar en el cuadro 2, la tasa de inflación durante casi cuatro años que lleva implementándose el EMI, ha ido descendiendo en forma permanente, constituyéndose en tendencia, al pasar de 3.91% en 2012 a 3.88% en 2013, luego, a 1.58% en 2014, y a diciembre de 2015 se situó en 2.34%. El comportamiento de la tasa de inflación, tal y como le ha acontecido al resto de los países que han adoptado el EMI, se ha cumplido en forma exitosa en Dominicana. Para el primer año, asumiendo el promedio de la meta, el nivel de cumplimiento se colocó con 1.59% de holgura, al ser la meta de 5.5% y la observada de 3.91%. Para los demás años fue de 1.12% en 2013, en 2014, con 2.92%, y a finales de 2015 se situó en 1.66%. La inflación acumulada promedio prevista en el EMI 2012-2015 era de 19.0%; en cambio, la observada alcanzo el 11.71%; de manera que el grado de cumplimiento arroja una holgura de 7.29%, permitiendo calificar la conducción de la política monetaria del Banco Central desde esa perspectiva de exitosa. Cuadro 3 Nivel de cumplimiento del EMI en % Cuadro 3 Nivel de cumplimiento del EMI en % Año
Meta de inflación
2012
5.5
Inflación observada Grado cumplimiento 3.91
1.59
2013
5
3.88
1.12
2014
4.5
1.58
2.92
2015
4
2.34
1.66
Fuente: Página web Banco Central y el autor.
En relación con la tasa de inflación registrada al momento de iniciarse la implementación del EMI, los precios de la economía dominicana para el primer año descendieron en 3.85%, como diferencia aritmética. Registrar un nivel de inflación por debajo del rango establecido a largo plazo en forma permanente, es buena señal de la calidad del esquema como instrumento de política monetaria, al tiempo que es indicativo de la madurez que han alcanzado las precondiciones establecidas para
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poder implementar el EMI en cualquier economía del mundo, y muestra también que hay espacio para profundizarlo en la dimension de una mayor transparencia de la política comunicacional. Así como prevalecía un escenario adverso en la economía mundial para 2011, lo cierto es que, a partir de 2014, las señales de la recuperación económica internacional se hacen evidentes, a la par con un descenso en el precio del barril del petróleo en forma sostenida, escenario que ha favorecido a los países importadores y ha contribuido también a ayudar al éxito alcanzado hasta el momento al EMI dominicano. • El EMI y las variables vinculantes Suficiente consenso prevalece en el tratamiento teórico acerca de las políticas de desarrollo, en cuanto a que un ambiente de inflación bajo, con estabilidad de precios, como el que procura el EMI, es una condición necesaria para propiciar los objetivos de cualquier plan económico. En efecto, el crecimiento del PIB y la baja en la tasa de desempleo en forma simultánea es un escenario al que toda economía quiere llegar, particularmente las menos desarrolladas, que son las que presentan espacios para avanzar hacia mejores niveles de pleno empleo. La economía dominicana ha mostrado, a lo largo de los últimos diez años, un crecimiento positivo de su PIB, aunque con momentos de desaceleración. Justo para hacerlo más consistente y sostenible con su potencialidad, entre otras razones, se adoptó el EMI, contribuyendo con ello que el tamaño de la economía siga expandiéndose, tal y como ha acontecido durante el período de su implementación 2012-2015. • Con el PIB El PIB, conforme al nuevo año base 2007, ha crecido en 2.6%, 4.8%, 7.3% y 7.0% para 2012, 2013, 2014 y a diciembre de 2015; mientras que la tasa de inflación registrada para los mismos años fue de 3.91%, 3.88%, 1.58% y 2.34%, validando en forma consistente la consideración teórica del EMI, de crecimiento económico en un ambiente de baja inflación, con todos sus efectos colaterales positivos en materia de ingreso real y confianza, tanto para los diferentes grupos de ingresos como para los inversores.
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• Con la TPM En un ambiente de EMI, la Tasa de Política Monetaria (TPM) de los bancos centrales es el principal instrumento de política monetaria para incidir en el nivel de inflación de las economías con tipo de cambio flotante. En la experiencia dominicana, la ejecución de la primera meta de inflación de largo plazo y su relación con la TPM no ha sido totalmente lineal o robusta, en términos de incidencia. En 2012, mientras la TPM descendió 175 puntos, los precios bajaron de 7.76% a 3.91%. En cambio, para 2013, la TPM subió 125 puntos y la inflación continuó disminuyendo, hasta colocarse en 3.88%. Para 2014, los precios siguieron disminuyendo, colocándose en 1.58%, pese a que la TPM no se movió durante todo el año, y para 2015, la inflación acumulada a diciembre es de 2.34%, no obstante la TPM bajar 175 puntos. • Con la tasa de interés activa El comportamiento de la tasa de interés activa promedio ponderado del sistema bancario fue, en líneas generales, descendente durante los años 2012-2015. A diciembre de 2011, la tasa referida se situaba en 17.22%; en cambio, la promedio de 2012 se situó en 15.3%, la de 2013, en 13.6%, la de 2014, en 13.8% y a diciembre de 2015 en 16.68%. El ajuste hacia la baja de la TPM para 2012 propició la caída de la tasa de interés activa de la banca; sin embargo, lo propio no se produjo en 2013, cuando la TPM se elevó, y la bancaria continuó su curso descendente. En cambio, para 2014 la no variación de la TPM indujo a que la de interés activa permaneciera prácticamente inalterable; para 2015, la TPM disminuyó 50 puntos a partir de abril, colocándose en 5.75% y produciendo luego otras caídas, hasta llegar a 5.0%, mientras que su par, la de interés activa bancaria, permaneció rondando el 14.5%, muy cercano al nivel de diciembre de 2014, que era de 14.2%, traduciéndolo en un efecto neutro con relación a la baja en la TPM. Partiendo de la tasa de interés promedio bancario prevaleciente al año anterior a la adopción del EMI, y la registrada a agosto de 2015, con algunas excepciones puntuales durante el período, se podría afirmar que la política monetaria expresada en la TPM ha logrado transmitir, a través del canal de la tasa de interés bancaria, los efectos esperados de reducción del precio del dinero hacia la disminución de los niveles de inflación durante el período 2012-2015.
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Tomando en consideración la posición de holgura a favor del cumplimiento del EMI de largo plazo, la TPM ha tenido espacio para poder desplazarse a niveles inferiores, y de esa manera apostar por una mayor caída en la tasa de interés activa del sistema bancario y del crecimiento del PIB, motorizado por razones endógenas de la economía dominicana. • Caso tasa de desempleo Sin ser axiomático, el vínculo entre crecimiento económico y disminución del desempleo es una correlación suficientemente sustentada a nivel internacional. Durante el período de implementación del primer EMI, el PIB de la economía dominicana ha manifestado una elevación sostenida; por su lado, la tasa de desempleo ha presentado un movimiento zigzagueante, con alzas y bajas durante el período 2012-2014. El nivel de desempleo para 2012 se situó en 14.7%, elevándose para 2013 a 15.0%, mientras el PIB se incrementó de 2.6% a 4.8%. Para 2014, el desempleo bajó 0.5%, situándose en 14.5%, en cambio, el PIB se elevó a 7.3%; para todo el 2015, el PIB creció en 7.0%, y la tasa de desempleo disminuyó, al situarse en 14.0%. Como se ha podido observar, la correlación entre el PIB y la tasa de desempleo dominicano no ha sido robusta durante el período de implementación del EMI, donde la economía ha crecido con desinflación y estabilidad, aunque sí se puede afirmar que, al menos, el crecimiento económico no ha permitido un agravamiento del desempleo. Conclusiones 1. Sin lugar a dudas, la economía dominicana ha fortalecido la estabilidad macroeconómica con la adopción del EMI, al producir un proceso de desinflación con crecimiento económico. 2. Los niveles de cumplimiento entre la inflación meta y la observada generan una brecha con espacio para inducir una mayor baja en las tasas de interés básico y bancario. 3. De igual forma, el Banco Central tiene espacio para profundizar algunas de las precondiciones establecidas para implementar el EMI, en particular, por el lado de una mayor difusión al público de los pronósticos de inflación periódica, cuando esta presenta elementos para el ajuste.
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4. Al profundizarse el nivel de comunicación efectiva, los agentes económicos estarían más preparados para mitigar cualquier efecto sobre sus activos líquidos. 5. La adopción del EMI ha situado la conducción de la política monetaria en un nivel superior, cónsono con los requerimientos locales. 6. En líneas generales, la tasa de interés bancario ha servido como canal de la TPM para producir desinflación en la economía dominicana, durante el tiempo del EMI.
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Depreciación monetaria: Disminución del valor de una moneda con relación a otra, denominada divisa, determinada por la libre interacción de la oferta y la demanda. Inflación: Es el aumento general de los precios, expresado en porciento, de los bienes y servicios que conforman la canasta familiar durante un período determinado. • Influencia de la depreciación sobre la inflación En una economía donde el tipo de cambio se determine por la libre flotación, el valor de la moneda nacional estará influenciado, básica y apriorísticamente, por la capacidad de generar divisas, su disponibilidad líquida, la tasa de interés bancario, la inflación, el peso relativo de la deuda externa y el nivel de confianza de los agentes económicos y público en general. Por otro lado, la determinación del tipo de cambio nominal, en un régimen de libre flotación, es importante para la definición de las políticas monetaria y cambiaria, especialmente en un esquema de metas de inflación, donde la estabilidad de precios y baja inflación son los objetivos fundamentales, y complementariamente, en la política social. En las dos primeras políticas, por el manejo del nivel del circulante y sus instrumentos, como el encaje legal, las operaciones de mercado abierto por parte del Banco Central y la fijación de la tasa de política monetaria; y para la tercera política, por las variables salario real, desempleo, y pobreza. Los tipos de política monetaria estarán determinados en función de los objetivos coyunturales que procuren las autoridades. Por ejemplo, en un entorno de caída de la economía, un escenario posible podría ser priorizar el crecimiento del PIB, aun con el sacrificio de determinados incrementos de precios no amenazantes de la estabilidad en forma prolongada, haciendo expandir el circulante; en cambio, un segundo escenario podría presentarse si los precios están aumentando más de lo previsto; en esa situación, se podría aplicar una política restrictiva, sin que necesariamente alcance niveles de falta de liquidez en la economía, que frene las posibilidades de su crecimiento. En cada caso descrito, se utilizan los instrumentos de política monetaria y cambiaria mencionados.
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Al existir evidencia internacional, y como se observará más adelante, también en lo local, sobre determinados grados de influencia de la depreciación sobre la inflación y esta, a su vez, con relación al salario nominal; así como posibles caídas en el empleo, inducido por aumento de los costos en la inversión, asociado al alza de la tasa de interés local y tipo de cambio; y el probable incremento de la pobreza, generado por caídas del poder adquisitivo de los ingresos nominales y el empleo, que de alguna forma validan o no la calidad de la política económica, el desempeño adverso de estas variables representa desafíos para la política social. La influencia de la depreciación sobre la magnitud de la inflación es asumida en este análisis como una valoración de ponderación parcial, y no necesariamente inmediata, dado que en adición al movimiento que pueda tener el tipo de cambio y su traspaso hacia los precios internos, también interviene la inflación importada y el factor rezago. Cualquiera que sea el caso, el de la depreciación de la moneda local o la inflación importada, lo cierto es que el componente exterior, en sus versiones de insumo o bienes finales sobre la economía, son factores relevantes al momento de abordar su influencia sobre la generación de la inflación. En el caso nacional, a diciembre de 2015, la economía medida por el método del gasto situó al componente importado en el orden aproximado de 31.0%. Además, en la propagación de la inflacion se encuentran los factores de origen interno, asociados a los costos con los que opera la economía dominicana, como son los impuestos y salarios, así como el desbalance entre oferta y demanda, las expectativas inflacionarias, el tamaño del mercado nacional y su vínculo con la economía de escala, el componente nacional de los servicios y el peso que este pueda ejercer sobre la conformación de los precios en la cadena final de la distribución. Marginalmente, en economías pequeñas, como la dominicana, podría darse el caso que en la cadena de producción y distribución, algunos agentes económicos decidan absorber determinados márgenes de la depreciación o de la inflación importada, en desmedro de su rentabilidad, en aras de garantizar mercado para sus bienes y servicios, especialmente cuando existen sustitutos de estos, o el clima general presenta señales de recesión.
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En términos funcionales, la influencia previsible de la depreciación sobre los precios opera a través de varios canales. El primero se materializa al importarse bienes finales, en cuyo caso, la transferencia de la variación en el tipo de cambio se produce en forma directa hacia los precios en moneda nacional, cuando no se compromete el margen de beneficios. El segundo se verifica cuando la importación está referida a insumos utilizados en la producción nacional. En este caso, el importador transfiere la depreciación al productor local y este, a su vez, al distribuidor final, presionando los precios en el mercado nacional. El tercer canal se crea cuando los bienes intermedios o finales aumentan de precio en los mercados internacionales, generando por esa vía un aumento de precios local, por inflación importada, a la par con la depreciación doméstica. Naturalmente, en las posibilidades del efecto traspaso de la depreciación hacia la inflación doméstica hay que considerar el entorno macroeconómico nacional, dado que no es lo mismo una economía en crecimiento que una en decrecimiento; así, de haber reformas estructurales en marcha, hay que observar el nivel de su maduración y la estabilidad de los indicadores de desempeño; en función de esas condiciones, la influencia de la depreciación podría ser mayor o menor, inmediata o no, respecto al tiempo, y parcial o total, con relación a la magnitud del incremento que se transfiere al precio final local. • Comportamiento del tipo de cambio y la inflación La tasa de cambio del peso por el dólar experimentó una depreciación de 4.0% promedio anual durante el período de 10 años, 2007-2015. El nivel más alto se registró en 2006 con 9.5%, y el menor en 2010, con 2.5%. En términos absolutos, el valor de US$1.0, llevado a pesos para 2006 era de RD$33.27, y para el cierre de 2015 aumentó a RD$45.06, una variación de RD$11.79, equivalente a RD$1.2 promedio anual. En cuanto al comportamiento de la inflación, la promedio anual se situó en 4.9% durante el período. El techo más alto del incremento de los precios fue en 2007, con 8.8%, y el piso más bajo de caída de precios en 2015, con 2.3%. La tasa de inflación en los diez años se mantuvo en un dígito, no obstante los pronunciados incrementos de precio del barril de petróleo y la crisis financiera internacional, que afectó a las grandes economías industrializadas del mundo a partir de 2007.
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Cuadro 1 Evolución, depreciación e inflación en % y US%
Cuadro 1a Evolución, depreciación e inflación en % y US% Año
Depreciación
Inflación
Desvío inflación Precio petróleo
2006
9.5
5
4.5
61
2007
-‐0.3
8.8
9.1
89.4
2008
4.2
4.5
0.3
41.5
2009
4
5.7
1.7
74.8
2010
2.5
6.2
3.7
90
2011
3.2
7.7
4.5
104.2
2012
3.4
3.9
0.4
101.2
2013
6.4
3.8
2.6
105.5
2014
4.1
1.5
2.5
60.5
2015
3.4
2.3
1.1
36.6
Fuente: Cálculos del autor en base a datos página web Banco Central e Index Mundi. *Precio a diciembre.
Al asociar el nivel de depreciación del peso dominicano respecto al dólar estadounidense con la magnitud de la tasa de inflación, ambos para cada año, se puede apreciar que en 2006, la primera fue de 9.5% y la segunda de 5.0%, una desviación de la inflación relacionada con la depreciación de 4.5%. El comportamiento estaría sugiriendo que la pérdida de valor de la moneda nacional no se transfirió totalmente a los precios locales, medido por el IPC. Una de las razones que podría explicar el referido desvío es que el componente importado de la economía local es de 31.0%, por lo que no necesariamente una depreciación abarca a todos los bienes que forman parte del PIB. En el caso de 2007, dado que en ese año no se produjo depreciación, sino que por el contrario, hubo una apreciación de la moneda nacional del orden de 0.3%, la tasa de inflación de 8.8%, la más pronunciada del período, no podría atribuírsele al factor depreciación; el incremento de precios podría estar asociado al aumento del precio del barril de petróleo, que se ubicó, a finales de 2007, en US$89.4, una variación de US$28.4, respecto a 2006, y además, al efecto rezago de la depreciación de 2006, la más alta del período, y a otros factores internos de la economía. Para 2008, la influencia de la depreciación sobre la inflación sugiere que fue mayor, en razón de que el desvío de los precios solo fue de
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0.3%, registrando la pérdida del tipo de cambio un valor muy cercano a la inflación, 4.2% vs 4.5%. Esta posibilidad gana fuerza al tomar en consideración que los precios internacionales del petróleo se redujeron al finalizar el año, a US41.5, descartándose por esa vía la importación de precios. En 2009, la tasa de inflación fue superior a la depreciación, con un desvío de 1.7%, lo que podría sugerir que la depreciación pudo haberse transferido en una mayor proporción; aunque habría que incorporarle también la influencia que ejerció la inflación importada, por el aumento de los precios del petróleo, el cual se situó en US$74.8, una variación de US$33.3 con relación al año anterior. La segunda depreciación más baja del período fue la de 2010, con 2.5%; mientras que ese año registró la tercera inflación más alta, para un desvío inflacionario no vinculado a la influencia de la depreciación de 3.7%; la magnitud de la tasa de inflación podría atribuírsele al incremento de la inflación importada del petróleo, el cual siguió elevándose, al colocarse en US$90.0, superior en US$15.2 respecto a 2009. La segunda tasa de inflación más alta de la serie de 10 años fue la de 2011, con 7.7%, mientras que la depreciación fue de 3.2%, para un desvío inflacionario de 4.5%, que podría estar explicado por la influencia de la depreciación sobre el incremento de precios locales, en adición a la ejercida por la continuación del incremento de precios del petróleo, al pasar de US$90.0 a US$104.2. La tasa de inflación de 2012 fue de 3.9%, la más baja desde el estallido de la crisis financiera internacional y la época de altos precios del barril del petróleo en los mercados internacionales; por su lado, la depreciación se colocó en 3.4%, para un desvío inflacionario de tan solo 0.4%, y paralelamente, se produjo una ligera disminución dentro de los altos precios del petróleo, al situarse en US$101.2, una caída de US$3.0 al relacionarlo con 2011. La transferencia de la depreciación hacia los precios internos, al parecer, fue significativa, dadas las condiciones descritas. Para 2013 se produjo un incremento importante en la depreciación, al registrar un monto de 6.4%, y una subida del precio del petróleo, al pasar de US$101.2 a US$105.5; en contraposición, la tasa de inflación presentó un ligero descenso, al pasar de 3.9% a 3.8%; de manera
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que se produjo un desvío inflacionario de 2.6%. Los aumentos de la depreciación y del precio del petróleo podrían están explicando una transferencia casi total hacia el nivel de precios local. El nivel de la depreciación para 2014 fue inferior al de 2013, al pasar de 6.4% a 4.1%; mientras que la variación de los precios locales se redujo, al colocarse en 1.5%, respecto a 2013, que fue de 3.8%; adicionalmente, por el lado del precio del petróleo cayó de US$105.5 a US$60.5, para una baja de US$45.0. Al producirse una depreciación mayor que la inflación, la baja en el nivel de precios locales podría atribuírsele a la disminución del precio del petróleo, que estuvo impidiendo la transferencia de la depreciación hacia la inflación. En 2015, la depreciación siguió perdiendo intensidad, al registrar un nivel de 3.4% y simultáneamente, el precio del barril del petróleo también continuó su tendencia hacia la baja, al posicionarse en US$36.6 a finales de diciembre; en cambio, la tasa de inflación experimentó un incremento, al pasar de 1.5% a 2.3%, situación que la podrían explicar otros factores internos, no considerados en esta ponderación, como el medio circulante, la tasa de interés bancario, etc. En una ponderación con mayor nivel de desagregación, en donde también se incorpore el movimiento de los precios por renglones de bienes, y estos, a su vez, por su contribución relativa en el peso del IPC y el componente importado de cada uno de ellos en su fase intermedia de producción o como bien final, así como el papel que pudiera ejercer el componente del canal de distribución en la cadena de formación de precios internos, podría explicarse con mayor precisión el comportamiento de la inflación y la depreciación; pero como el objeto de este examen solo se limita a asociar la pérdida de valor del tipo de cambio como variable influyente en la variación de los precios de la canasta familiar, la evidencia de 10 años presentada resulta suficiente como para no negar la incidencia parcial de la depreciación de la moneda en la formación de precios locales de la economía dominicana.
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Precio combustibles: Es el valor monetario máximo final de los diferentes derivados del petróleo, establecido por el Estado, a partir de las variables internas y externas que inciden en la comercialización de los hidrocarburos. • Cómo calcular el precio de los combustibles Para los años 1982-86, uno de los conceptos de economía criolla más populares en Dominicana fue la prima del dólar, que no era más que lo que hoy se denomina la tasa o tipo de cambio del mercado. La causa de su popularidad obedeció a que el país no estaba acostumbrado a una fijación del precio del dólar a partir de la interacción de la oferta y demanda en el mercado, pese a la existencia oficial del tipo de cambio fijo. Tal vez igual que la prima del dólar, el tema del precio de los combustibles es motivo de conversación y discusión pública y privada, por un lado, porque el nivel de precios afecta el gasto de todos los ciudadanos, independientemente de si disponen de medio de trasporte motorizado o no, y por otro lado, porque semanalmente, el Ministerio de Industria y Comercio da a conocer el precio de los combustibles que regirá en el mercado por una semana, y los consumidores, al no ver relación directa entre el precio que esperan y el que resulta, producen cuestionamientos cada vez más generalizados. Los cuestionamientos en el tiempo se han hecho más intensos desde que se publicitó el slogan de “si suben, suben, y si bajan, bajan” y como en la práctica, la fijación de los precios de los combustibles no necesariamente acontece así, deviene la incredulidad ciudadana y hasta el descontento social, que a veces se ha traducido en motivo de protesta, o incluso, en razón para llevar a la autoridad competente a los tribunales de la República, para que el organismo público rector dé a conocer la forma de cómo calcula el precio final de los combustibles, dándole ganancia de causa a los demandantes de la iniciativa. Con el referido slogan, la campaña publicitaria influyó en la población para que pensara en una relación directa entre el precio del petróleo en los mercados internacionales y los precios nacionales de los combustibles; fue forma de hacerles entender que el causante del incremento de los precios internos no era el gobierno, sino el mercado internacional de los carburantes, variable fuera del control de las autoridades; vínculo que
Los precios /
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solo es cierto en términos parciales, dado que en la determinación de los precios domésticos interviene un conjunto de variables de naturaleza cambiaria, impositiva y comercial. La desigualdad de precios entre el del barril de petróleo en los mercados internacionales y el local no es un fenómeno único; es casi un común denominador para muchos países latinoamericanos, como México, Colombia, Venezuela, Argentina, Uruguay, entre otros, donde no se produce la ecuación sube el petróleo = sube la gasolina, o baja el petróleo = baja la gasolina. ¿Dónde están las claves de la desigualdad de precios, que hacen a los precios locales diferentes a la oscilación del precio del barril del petróleo? Primero, en los determinantes del precio de los combustibles, y no en el determinante (apréciese que es plural y no singular la construcción de la respuesta a la pregunta), y segundo, en la intervención de los precios internacionales de los derivados del petróleo y no del barril de petróleo crudo. En la República Dominicana, la Ley que rige los hidrocarburos en materia de regulación y fundamento impositivo es la número 112-00, aprobada considerando que el país es importador neto de energía primaria, expresada en forma de petróleo y derivados de combustibles, para poder atender toda la demanda nacional. En adición, como la factura petrolera, con sus subproductos, tiene un peso importante en el gasto en divisas, se optó como mecanismo para desincentivar el consumo y, paralelamente, generar ingresos al Estado para la factura petrolera y la sostenibilidad de la estabilidad macroeconómica; la adopción de un marco legal impositivo también se realizó como forma de no hacer expandir el circulante en la economía, al tiempo de eliminar el diferencial del petróleo por vía administrativa, con alto grado de discrecionalidad, existente hasta ese momento. En la referida ley, originalmente, se estableció una escala de monto del impuesto selectivo al consumo, dependiendo del tipo de combustible, siendo el mayor el de la gasolina premium, con RD$18.0 el galón; en forma complementaria, mediante la Ley 557-05, se estableció un advalorem de 13.0% sobre el consumo interno de combustibles fósiles y derivados del petróleo.
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Posteriormente, con la ley denominada del Fortalecimiento de la capacidad recaudatoria, número 253-12, se ajustaron los valores del impuesto selectivo al consumo de los combustibles y al ad-valorem, para establecer una escala, siendo el monto mayor el de la gasolina premium, con RD$64.35, y de 16.0% para el ad-valorem; se contempló, como base imponible, el impuesto de paridad de importación, fijado por el Ministerio de Industria y Comercio. La ordenanza legal 112-00 consideró la elaboración de un Reglamento de Aplicación de la Ley de Hidrocarburos, emitido en 2001, mediante el Decreto número 307, con el propósito de que sirviera de guía a los importadores de fósiles y derivados del petróleo en la determinación del pago y tramitación de los impuestos; de manera que lo importado reflejase su costo total. Para ello, estableció el principio de paridad de importación, a fin de definir el precio de los productos vendidos por las terminales de combustibles, en función de lo que le hubiese costado al Estado importarlos en su totalidad. En forma adicional, el decreto de aplicación de la Ley 112-00 contempló el ajuste de valores de los impuestos a los combustibles cada tres meses, a través del mecanismo de la indexación, utilizando para ello el índice de precios al consumidor que prepara el Banco Central. Como es propio de la naturaleza de la economía de mercado, el precio es determinado por la oferta y la demanda; de manera que el nivel de producción de los derivados de combustibles en el plano nacional versus los requerimientos, determinará la necesidad de importación, con el fin de suplirla, en caso de déficit. La capacidad de producción de la Refinería Dominicana de Petróleo (REFIDOMSA) solo puede atender un máximo que ronda el 31.0% de la demanda de combustibles, razón por la cual tiene que importar el 69.0%, factor que se agrega como variable causal en la determinación del precio final de los combustibles para el mercado nacional. De esa forma, en adición a la sostenibilidad financiera del negocio de los carburantes, y como base para afrontar los desafíos fiscales, se deriva la fórmula para determinar los precios de paridad de importación de los derivados del petróleo, donde interviene un conjunto de variables que posibilitan su creación.
Los precios /
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• La fórmula del precio final de los combustibles La fórmula establecida para el Precio de la Paridad de Importación (PPI) es como sigue: PPI = FOB + FT + SM + CB + OC + CMT + GAL, donde, FOB es igual al costo libre a bordo del puerto de carga convenido; FT corresponde al flete pagado por transporte; SM equivale al seguro marítimo; CB a los costos bancarios asociados a las operaciones donde se utilizan las entidades de intermediación financiera; OC se refiere a otros costos; CMT, cargo por manejo terminal; y el GAL, componente relacionado con los gastos de administración de la Ley. En resumen, el PPI es la suma de todos los costos y cargos de referencia autorizados por el Estado. En la determinación del PPI, solo los valores FOB y de flete en dólares norteamericanos pueden ser convertibles a pesos dominicanos, sobre la base de la tasa de cambio oficial, cuando los dólares utilizados provienen del Banco Central, y la tasa de cambio promedio ponderada del sistema de intermediación bancario publicada por el Banco Central el mes anterior, si los dólares provienen del mercado privado. En forma complementaria, pero determinante, está la fórmula utilizada para fijar los precios semanales que rigen para los consumidores finales de los combustibles: Precio Final de los Combustibles (PFC) = PPI + ISC + Ad valorem + MC + o - FAT Donde PPI es el Precio Paridad Importación; el ISC, referente al Impuesto Selectivo al Consumo; Ad valorem, equivalente al impuesto aplicado sobre un bien al momento de la transacción; MC corresponde al Margen de Comercialización; y el FAT, al Factor de Ajuste por Temperatura, el cual no siempre incide en el precio, conforme se puede advertir en las distintas resoluciones que fijan los precios semanales de los combustibles. Los precios base que se utilizan para la determinación del precio final de los combustibles no son los del barril de petróleo, sino el de sus derivados en el mercado internacional. Esta fórmula responde a la inquietud que tienen muchos, en cuanto a la forma de determinar el precio final que los consumidores de combustibles tienen que pagar en los comercios de expendio de los derivados del petróleo en el mercado nacional.
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En la conformación del precio final de los derivados del petróleo de consumo final nacional intervienen dos grandes componentes. El primero es el PPI, asociado a las actividades netamente asociadas a la importación, y el segundo, de naturaleza impositiva/fiscal, como son los distintos tipos de impuestos y márgenes fijados por el Estado. Al no producirse una relación directamente proporcional entre el comportamiento de los precios internacionales del barril del petróleo y los precios locales de los combustibles, sino que lo generado es un resultado multicausal, que ha inducido erróneamente a lo que se le ha denominado “efecto cohete/pluma”, en donde los precios del petróleo, actuando como cohete, al incrementarse y reducirse, lo hacen a una velocidad mayor que lo que ocurre con los precios domésticos, que actuando en calidad de plumas, descienden en forma más lenta. Como es de esperarse, los precios del petróleo (establecidos en el exterior) y los de los combustibles (en el plano local) no pueden comportarse igual, porque así como el cohete y la pluma no tienen el mismo volumen y masa (Ley de Newton), para tener la misma velocidad, tampoco los precios de ambos productos son idénticos en su composición; por lo que no pueden comportarse en forma idéntica en su trayectoria, descartando, en consecuencia, el referido efecto. De manera que el efecto transmisión de los precios de los combustibles no puede efectuarse en la misma magnitud y tiempo, sino que obedecerá a la cantidad de variables que lo conforman, que en el caso en consideración, el precio final de los combustibles es superior a la del barril de petróleo, incluyendo cuando la importación corresponde a los subproductos terminados. • Importación de petróleo, derivados y precios La economía nacional importó petróleo en 2012 en un volumen que ascendió a 9.31 millones de barriles, a un precio promedio de US$109.8 el barril, y para 2014, de 9.68 millones de barriles, con un precio también promedio el barril de US$96.8 equivalente a un monto de US$1.023 millones y US$938.3 millones, respectivamente. Para los derivados del petróleo (gasolina, gasoil, GLP, fuel-oil, gasolina de aviación, avtur y otros), el subtotal para 2012 fue de 47.3 millones
Los precios /
255
de barriles, para un precio promedio anual de US$84.9 el barril y un monto de US$3,787 millones. En 2014 fue de 42.5 millones de barriles, con un precio promedio de US$73.9 el barril, representando un valor total de US$2,927 millones. De manera que la factura total de petróleo para el país, a diciembre de 2014, se situó en US$3,866 millones, y en volumen por barril, en 52.2 millones, compuesto en 18.5% de petróleo-barriles y de 81.5% por concepto de derivados. El comportamiento del precio del barril de petróleo en los mercados internacionales ha continuado su tendencia decreciente, iniciada en 2014, situándose, al 26 de marzo de 2016, en US$38.73; por su lado, la Gasolina Premium (GP) se vendió a RD$183.0, la Regular (R) a RD$164.2, el Gasoil Regular (GSR) a RD$202.6, el Gas Licuado de Petróleo (GLP) a RD$85.6, y el Gas Natural (GN) a RD$23.2. En cambio, a diciembre de 2012 el precio promedio del barril de petróleo fue de US$109.8, en respuesta, los precios de los derivados de combustibles en el mercado local estuvieron como sigue: la GP a RD$231.1, la R a RD$214.0, el GR a RD$202.6, el GLP a RD$91.5 y el GN a RD$30.5. En la referida comparación hay que considerar, como variables explicativas, que algunos de los componentes que intervienen en la fijación del precio final han variado en sus valores, a consecuencia de reformas tributarias, decisiones administrativas del organismo rector oficial, como por ejemplo, el impuesto selectivo al consumo, el ad valorem, los márgenes de comercialización y los que corresponden al mercado, tales como la tasa cambiaria, fletes y servicios bancarios, entre otros. Atendiendo al slogan publicitario citado precedentemente, y al “efecto cohete/pluma”, como le dicen los españoles, los precios de los combustibles en el mercado local debieron reducirse en igual proporción, mediante la idea inducida en los consumidores a partir de su nivel de información; pero resulta que, dadas las variables que se le suman y permiten determinar los precios locales, estos nunca podrán comportarse de manera idéntica al precio del barril de petróleo y de los derivados importados, al menos, dado el modelo de precios expuesto.
256
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En el lapso de diciembre de 2012 a marzo de 2016, el precio del barril de petróleo disminuyó US$71.1, para una caída de 183.7%, mientras que los precios de la GP cayeron en RD$48.1, una disminución del orden de 26.2%, la gasolina regular en RD$49.8, equivalente a 30.2%, el GR en RD$78.6, para 63.4%, el GLP en RD$5.9, y el GN en RD$7.3, un 6.9% y 31.5%, respectivamente. En promedio simple, los precios de los combustibles internos disminuyeron en 31.6%, mientras el del petróleo, en 183.7%. Como puede apreciarse, ninguno de los precios de los combustibles expresados en pesos se comportó igual que la caída del precio del barril de petróleo en los mercados internacionales, lo que si muestra es una tendencia general a la baja o al alza, en diferentes magnitudes. • La determinación del precio de los combustibles Para fines de una mayor y mejor comprensión de cómo se determina el Precio Final de los Combustibles (PFC) que publica en forma semanal el ministerio que regula el precio de los derivados del petróleo, se optó por la gasolina premium, debido a que es el derivado que tiene la mayor carga impositiva; en adición, se seleccionó al azar la fecha de la semana del 19 al 25 de diciembre de 2015. En términos metodológicos, lo más apropiado es identificar los valores de cada una de las variables que componen el PPI del galón de gasolina premium, y luego, las variables que conforman al PFC y sus valores, con el objeto de cuantificar el valor final del precio del combustible que se ofrecerá al público consumidor. Cuadro 1 Valor de las variables del PPI, en RD$ Cuadro 1c Valor de las variables del PPI, en RD$
PPI
FOB*
FT*
SM
CB
OC
CMT
GAL
68.09
46.99
3.25
4.86
9.77
0.016
2.6
0.6
Fuente: Datos del Ministerio de Industria y Comercio. *Convertido a RD$ en base a tasa de cambio.
Paso 1: Fórmula PPI = FOB + FT + SM + CB + OC + CMT + GAL. Paso 2: Se procede a procurar el valor de cada variable que integra el PPI, correspondiente a la semana seleccionada. En el caso del FOB y FT,
Los precios /
257
ambas, como en el origen están expresadas en dólares estadounidenses, se convierten a pesos dominicanos en base a la tasa de cambio promedio ponderado del mercado de intermediación financiera, o la oficial del Banco Central, de conformidad a donde se adquieran las divisas. Para el ejemplo considerado, la tasa es de RD$45.59. Paso 3: Se sustituye cada una de las variables del PPI por los valores obtenidos y que se observan en el cuadro 1, quedando de la siguiente manera: PPI = 46.99+3.25+4.86+9.77+0.016+2.6+0.6 = 68.09 Paso 4: Fórmula PFC = PPI + ISC + Ad-valorem + MC – FAT. Paso 5: Se procede a determinar el valor de cada variable que conforma el PFC, como son los impuestos, margen de comercialización y el factor de ajuste por temperatura. Cuadro 2 Valor de las variables del PFC, en RD$
Cuadro 2a Valor de las variables del PFC, en RD$ PFC
PPI
ISC
Ad-‐valorem
MC
FAT
182.3
68.09
64.65
10.89
38.63
0.999
Fuente: Datos del Ministerio de Industria y Comercio.
Paso 6: Se sustituye cada una de las variables que conforman la fórmula del precio final del combustible por cada uno de los valores obtenidos. PFC = 68.09+64.65+10.89+38.63+0.999 = RD$182.3 Paso 7: Se efectúa la operación del cálculo para obtener el valor final del precio del combustible. El procedimiento descrito aplica para determinar el valor final del precio de cualquier derivado del petróleo, como la gasolina regular, los dos tipos de gasoil y el avtur, cuidando el detalle de que el ISC varía de acuerdo al tipo de combustible.
258
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Como resultado del cálculo del PPI y PFC, se puede derivar, para el caso de la gasolina premium, que el componente impuesto representó el 41.4%% del valor del precio final, el 37.3% pertenece a las variables asociadas a la importación, y el 21.3% al margen de comercialización. La determinación del precio de los combustibles para el mercado nacional presenta una normativa establecida en los dispositivos legales mencionados, con rango de ley, así como por los costos asociados a la actividad, más los márgenes de la comercialización, quedando el factor de ajuste por temperatura como una variable con determinado grado de discrecionalidad administrativa. De manera que el ejercicio para la fijación del precio final de los combustibles en forma sustantiva obedece al ordenamiento jurídico vigente y a las prácticas comerciales.
Los precios /
259
Capítulo
Un ángulo de la macroeconomía
Apalancamiento financiero: Es la deuda que se contrae para financiar un proyecto de inversión real o para cumplir con los pasivos por vencer. • Una aproximación al grado de apalancamiento financiero de la economía Abordar el tema del apalancamiento financiero de la economía presenta sus riesgos, en la medida que no se dispone de toda la información. De todas formas, hacer el intento de aproximación al grado de apalancamiento de la economía que aparece en el título, vale la pena. En términos del alcance que implica el concepto de apalancamiento financiero, este resulta de utilizar el mecanismo del endeudamiento, a los fines de financiar operaciones. El traslado y aplicación al campo de la macroeconomía viene dado en la dimensión de servir como medio para complementar los recursos necesarios, a fin de que la economía del país, en los sectores público y privado, pueda funcionar con determinados niveles de potencialidad en la generación del Producto Interno Bruto (PIB). La utilización del apalancamiento financiero de la economía para los fines del presente análisis se limita a la incorporación de aquellas fuentes de financiamientos formales de que dispone la economía dominicana, tales como las que soportan la necesidad bruta de financiamiento contemplada en la ley de presupuesto de la nación, la cartera de crédito que otorga el sistema financiero nacional a quienes lo demandan, las colocaciones de los distintos productos financieros en el mercado primario, transados a través de la Bolsa de Valores, y la cartera de crédito de las instituciones rurales de ahorro y crédito (cooperativas). El apalancamiento financiero de la economía estaría mostrando el grado en que PIB dominicano se asocia a la magnitud de los recursos financieros generados por la deuda, contraída a través de sus distintas fuentes de financiamiento. El uso del crédito del sistema financiero dentro del apalancamiento financiero de la economía, y no solo el privado, viene justificado por la condición de que en el PIB, medido por el enfoque del gasto, el componente consumo público tiene una determinada ponderación sobre el total que no debe ser ignorada, en cuanto a la incidencia que tiene en la dinámica económica del país.
Un ángulo de la macroeconomía /
263
La magnitud de la penetración de la cartera de crédito bancario en la economía sugiere una adecuada canalización de los ahorros hacia los agentes económicos que lo demandan, mayor nivel de formalización de la economía, con todos los impactos positivos que implica, un mejor sistema de pagos y un prudente monitoreo a la exposición de los riesgos. En términos de penetración de la cartera de crédito, se adicionó la que otorga el sistema cooperativista del país, como forma de construir una cartera de crédito total más representativa, al tiempo que pueda mostrar una mayor cobertura de la canalización de los ingresos no consumidos hacia la actividad productiva nacional. Dado que dentro del nivel de apalancamiento financiero total, el crédito bancario tiene una participación importante, es apreciable medir su penetración en la economía, así como la elasticidad respecto al PIB, en adición al mismo ejercicio con relación al apalancamiento financiero total sobre la economía. De ahí la importancia de conocerlo para el sector financiero nacional, en su labor de tesorería. • Comportamiento de los componentes del apalancamiento financiero de la economía La composición del apalancamiento financiero total de la economía dominicana está conformada por la cartera de crédito bancario y cooperativista, la necesidad bruta de financiamiento consignada en el presupuesto nacional anual y la emisión de valores de oferta pública en el mercado primario por parte de participantes privados en el mercado de valores. La participación dentro del apalancamiento total a 2015 la lideró la cartera de crédito de la banca, con 79.4%. Le sigue la necesidad bruta de financiamiento, con 16.9%. Continúa la cartera de crédito cooperativista, con 2.8%, y por último, las emisiones de valores autorizados a colocarse en el mercado primario, con 0.9% (ver cuadro 1). El fuerte sitial que tiene el crédito bancario dentro del apalancamiento financiero de la economía queda expresado por su evolución ascendente en el grado de penetración como porcentaje del PIB. Para 2011 se colocó en 22.5%, mientras que para 2015 ascendió a 27.9%, para un crecimiento por diferencia aritmética de 5.4% durante el período (ver cuadro 1).
264
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
El aumento de la penetración del crédito bancario sobre el PIB es una señal del mayor espacio que viene ocupando en cuanto a la incidencia que tiene en la operatividad de la economía cada año. Resulta oportuno indicar la comparación del grado de apalancamiento del crédito bancario en la economía entre los países que conforman la región de Centroamérica y la República Dominicana, cortado a 2014, a fin de observar el espacio que presenta cada uno de los países para profundizar el grado de penetración crediticia, necesario para continuar progresando hacia mayores estadios de desarrollo económico. El país que lidera el ranking es Panamá, con 112.0%, seguido por Honduras, con 45.1%. El penúltimo le corresponde a República Dominicana, con 33.8% y el último lugar del referido apalancamiento lo ocupa Nicaragua, con 28.8%. Estos datos sugieren, para el caso dominicano, que el país tiene ámbito suficiente para avanzar hacia una mayor penetración del crédito. Esta ponderación realizó todos los esfuerzos posibles para medir el grado de profundidad del crédito, medido por la participación de las empresas que han recibido crédito dentro del total de empresas que hay registradas en el país, como forma de cuantificar, desde otra perspectiva, el nivel de inclusión bancaria que posee el sector empresarial; pero los datos obtenidos no aseguran la calidad necesaria. Cuadro 1 Composición, evolución y participación del apalancamiento financiero, en %
Cuadro 1 Composición, evolución y participación del apalancamiento financiero, en % Año
Crédito bancario
Necesidad bruta financiamiento
Crédito Cooperativo
Colocación primaria
Total
2011
22.5
4.4
0.7
0.3
27.9
2012
23.6
3.3
0.7
0.3
27.9
2013
25.5
3
0.8
0.2
29.5
2014
26.3
6.8
0.9
0.6
34.7
2015
27.9
5.9
1
0.4
35.2
Participación apalancamiento
79.4
16.9
2.8
0.9
-‐
Fuente: Por el autor, en base al cuadro 2.
Un ángulo de la macroeconomía /
265
Lo propio se puede decir de la necesidad bruta de financiamiento, la cual también presenta un crecimiento constante durante los años 20112015, al pasar de 4.4% sobre el PIB en 2011 a 5.9% en 2015, para una diferencia de 1.5%. Este incremento es revelador de un mayor grado de asociación del presupuesto de la nación, en lo relativo al endeudamiento, así como de la propia economía, por aquello de la participación del consumo público sobre el PIB, que se situó en 11.0% para 2015. Por su lado, la cartera de crédito cooperativo ha evolucionado positivamente, en lo relativo a su nivel de apalancamiento sobre el PIB, al pasar de 0.7% en 2011 a 1.0% en 2015, para colocarse en tercer lugar dentro de las fuentes del apalancamiento total, con 2.8%. En lo concerniente al grado de profundización financiera de la colocación primaria de los valores de oferta pública en el mercado de valores, el mismo no presenta un comportamiento creciente; más bien, puede ser tipificado como estancado, dado que a 2011, el apalancamiento respecto a la economía era de 0.3%, mismo que se mantuvo, para 2015, casi en igual magnitud, con 0.4%. Su mejor año fue 2014, cuando se colocó en 0.6% sobre el PIB. Lo anterior sugiere la poca utilización, por parte de los agentes económicos privados, del mercado de valores como medio alternativo y complementario para financiar sus actividades productivas con sentido de oportunidad financiera y competitividad. En total, el grado de apalancamiento financiero como endeudamiento formal de la economía dominicana presenta una evolución creciente y constante durante el período, al pasar de 27.9% en 2011 a 35.2% en 2015, es decir, una variación del orden de 7.3%, para un promedio anual de 1.46%. Cuadro 2 Composición y evolución apalancamiento financiero, en millones RD$ Cuadro 2 Composición y evolución apalancamiento financiero, en millones RD% Crédito cooperativo
Necesidad bruta financiamiento
Colocación primaria
499,324
15,506
97,259
6,983
560,093
17,416
78,262
7,564
2,577,764
653,132
20,558
76,119
6,009
2014
2,786,229
732,636
24,936
189,261
16,643
2015
2,948,096
824,621
29,050*
175,500
11,095
Año
PIB nominal
2011
2,213,301
2012
2,377,783
2013
Crédito bancario
Fuente: Páginas web Banco Central, DIGEPRES, AIRAC y Bolsa de Valores. *Proyectado en base período 2011-‐14.
266
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Cuadro 3 Ranking apalancamiento financiero del crédito, en % Cuadro 3 Ranking apalancamiento financiero del crédito, en %
Año
GU
ES
HN
NI
CR
PA
RD
2014
29.4
41.5
45.1
28.8
41.8
112
33.8
Fuente: Superintendencia de Bancos de Guatemala y el autor.
En términos macroeconómicos, la rentabilidad del apalancamiento financiero total podría estar dada por una combinación de factores socioeconómicos, tales como el nivel de desempeño de la economía, su estabilidad en los principales indicadores, como el PIB, los distintos precios de cada mercado, como las tasas de interés, de cambio y la inflación, así como el nivel de ocupación de la población económicamente activa. Para el caso, se puede apreciar que durante el período 2011-2015, la dimensión del comportamiento de las principales variables involucradas es positiva. Por el lado del PIB, una tasa de crecimiento de 5.4%; por índice de precios, una tasa de inflación relativamente baja, de 3.9%. Por la depreciación de la unidad monetaria nacional, de 3.7%, por el precio del uso del dinero bancario, una tasa de interés activa de 15.0%, todas en promedio anual, y una tasa de desempleo hacia la baja, al pasar de 14.7% a 14.0%. Cabe destacar, para reforzar el tema de la mejoría en el desempeño económico dominicano, que para 2004, el PIB manifestó un crecimiento de 1.3%, la depreciación de la moneda alcanzó el 22.0% para el primer semestre, el desempleo fue de 18.4% y la tasa de interés activa bancaria promedio ponderado, de 30.9%; un panorama totalmente contrastante con los años posteriores, tal y como se indicó precedentemente. Cuadro 4 Desempeño variables macroeconómicas, en% Cuadro 4 Desempeño variables macroeconómicas, en%
Año
PIB
Desempleo
Depreciación
Inflación
Tasa de interés activa
2011
4.5
14.7
3.1
7.76
15.69
2012
3.9
14.7
4
3.91
15.33
2013
4.1
15
5,7
3.88
13.58
2014
7.3
14.5
3.4
1.58
13.76
2015
7
14
2.5
2.34
16.68
Fuente: Página web Banco Central y cálculos del autor.
Un ángulo de la macroeconomía /
267
• Las elasticidades del apalancamiento En general, la elasticidad mide el nivel de cambio porcentual que se produce en dos variables en el tiempo: cuando una se mueve, altera la otra. Esta sección aborda dos tipos de elasticidades, la del crédito bancario respecto al PIB, como forma de cuantificar el grado de respuesta del endeudamiento formal de la economía a través de su sistema de intermediación bancaria, y la segunda, el apalancamiento total sobre el PIB, que también pondera el nivel de respuesta del endeudamiento total respecto al cambio en el tamaño de la economía agregada. • Elasticidad crédito/PIB Como se puede observar en el cuadro 5, la elasticidad crédito/PIB presenta un movimiento zigzagueante, con altas y bajas, pero con una mayor acentuación promedio anual de 1.66%. Esto estaría sugiriendo que la cartera de crédito del sistema financiero hacia la economía en su conjunto, muestra un mayor grado de penetración del crédito respecto al PIB. Los resultados que aparecen en el cuadro en referencia indican que a 2011, por cada un 1.0% de crecimiento del PIB, la cartera de crédito bancario creció en 0.9%, y que para 2015 pasó a 2.16%; mientras que para todo el período, por cada un 1.0% de aumento del PIB, la cartera se elevó a 1.66%. Estos datos son cónsonos con el aumento en el nivel de apalancamiento financiero, vía crédito, mostrado anteriormente. • Elasticidad apalancamiento total/PIB Respecto a la elasticidad del apalancamiento total/PIB, también muestra un comportamiento similar al del crédito. En promedio anual, registró 1.82%. Como valores extremos, el mínimo fue en 2012, con 0.97% y el máximo en 2014, con 3.09%. De manera que un cambio porcentual de 1.0 en el PIB dominicano durante el período 2011-2015 hizo mover el apalancamiento nacional en 1.81%, mostrando de alguna forma una alineación con el aumento del grado de penetración que ha tenido el endeudamiento global de la economía.
268
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Cuadro 5 Elasticidades, crédito y apalancamiento total, en % Cuadro 5 Elasticidades, crédito y apalancamiento total, en % Año
Elasticidad crédito/PIB
Elasticidad apalancamiento total/PIB
2011
0.92
-‐
2012
1.63
0.97
2013
2.19
1.83
2014
1.36
3.09
2015
2.16
1.41
Fuente: Cálculos del autor.
Conclusiones: 1. El grado de apalancamiento financiero, tanto del crédito como del total del endeudamiento de la economía, muestra un crecimiento anual durante el período. 2. Cada una de las elasticidades presentadas corrobora el aumento del apalancamiento en la generación del tamaño de la economía. 3. La menor penetración del crédito/PIB de la economía dominicana vs la mayoría de los países de la región de Centroamérica, brinda espacio para su aumento.
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Crecimiento económico: Es el aumento de la cantidad producida de bienes y servicios finales durante un período determinado. • Crecimiento económico y baja inflación: “no lo creo” Uno de los grandes desafíos que tienen los economistas y hacedores de opinión vinculados al tema económico y que no ha sido tratado, o en el mejor de los casos, poco abordado por la literatura económica, es el relativo a responder la pregunta de por qué los ciudadanos de un país no creen en las cifras que ofrecen las autoridades públicas sobre el comportamiento del Producto Interno Bruto ({PIB) y la tasa de inflación. La construcción de respuesta que pretende este trabajo hace abstracción del sesgo político de quienes manifiestan sus opiniones, contaminadas por ese tipo de inclinación, cuando cada cierto período las autoridades económicas informan acerca del desempeño de la economía. Responder la pregunta podría tener doble importancia para los hacedores de políticas públicas. La primera ocurriría al momento de aplicar la encuesta de confianza a los consumidores, que procura medir la percepción actual y las expectativas de futuro sobre la economía en su conjunto y otros aspectos particulares de ella. Al aplicar la encuesta que permite cuantificar el indicador de confianza de los consumidores, las autoridades poseen una herramienta útil para interpretar y pronosticar la evolución del consumo privado, así como para monitorear posibles cambios en la composición del destino de los ingresos, en la parte que se destina al gasto y la que podría contemplarse para el ahorro. La segunda importancia radica en el hecho de que en la medida que los acontecimientos económicos son comunicados debidamente, los ciudadanos de un país están en mejores condiciones de legitimar las acciones gubernamentales, y con ello, contribuir a que los hacedores de políticas económicas no desvíen su atención hacia los objetivos propuestos en la planeación, al tiempo que sea una forma de validar los resultados. De manera periódica, en el caso de la República Dominicana, cada tres meses, hasta completar el año (otros países lo hacen mensualmente), las autoridades públicas dan a conocer la marcha de la economía medida
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por el PIB. Al publicarla, se producen opiniones encontradas, primero entre los que hacen opinión pública y luego entre los ciudadanos, en cuanto a desconocer el dato que revela que el tamaño de la economía ha crecido; en la generalidad de los casos, ambos sectores descreen de las cifras oficiales sobre el desempeño de la economía. En forma focal, ¿qué acontece acerca del crecimiento del PIB, que la población no cree en el dato? Las primeras reacciones de los ciudadanos son las que apuntan en la dirección de que su economía no creció, que son más pobres que antes, que están desempleados, que su salario no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas, etc. Con esas afirmaciones de naturaleza material que inciden sobre los ciudadanos, es difícil hacerles entender que las razones que exponen no necesariamente invalidan el dato del crecimiento del PIB; que la economía puede aumentar, aun quedándose ellos al margen de la evolución del tamaño de la economía. El dato más reciente publicado sobre el crecimiento del PIB es el de 2015, que se situó en 7.0%, sobre el que se produjo un alboroto, justo como el descrito precedentemente, que trata de desconocer el indicado aumento de la economía. Para este caso de 7.0% de aumento del PIB, el sector agropecuario en la República Dominicana es el responsable de aportar alrededor de 15.0% del total de la mano de obra ocupada del país, el mayor empleador de la economía. Además, el sector tiene una participación, dentro del PIB, de 5.7%; sin embargo, este sector apenas creció un 1.0%, aproximadamente, a una distancia apreciable de 6.0% respecto al crecimiento de toda la economía. El dato anterior revela que la población que trabaja en ese sector, el 15.0% del total nacional, estuvo al margen del alto crecimiento del PIB, dado que el crecimiento del 1.0% hace suponer que el sector produjo menos que su potencial, y que las horas trabajadas, en consecuencia, fueron inferiores también a su potencial. De manera que asumiendo el salario por hora que se pagaba en el sector agropecuario a 2014 en el grupo 1, el de más bajos ingresos de los 10 deciles en el que está compuesta la estructura de ingreso/ ocupacional de ese sector, que es de RD$16.50 la hora y al mes,
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RD$2,838 por persona, ese ingreso presumiblemente no creció, dado el pobre desempeño del sector, que se traduce en menos horas o días trabajados. La disminución de los ingresos de los trabajadores del sector agropecuario, asociado al menor tiempo de trabajo para 2015, sería una de las razones que explican que los ciudadanos que laboran en el sector y sus dependientes, reflejen menos calidad de vida y tiendan a descalificar o no creer que la economía creció en 7.0%. Apréciese, entonces, que el PIB puede crecer, mas no necesariamente todos los sectores que lo componen tienen que hacerlo. De manera que un 15.0% de la población ocupada en el país, opinando en su círculo privado o público, sobre que la economía no creció como dicen las autoridades, es una cantidad importante como para generar un ruido mediático y social en la dirección opuesta al crecimiento total de la economía. Si a lo anterior se agrega que cerca de un 20.0% de la población ocupada en el sector agropecuario en Dominicana proviene del vecino país de Haití, y que el 31.0% de la población económicamente activa es rural, el desempleo dominicano en esa zona estaría asociado por la participación de mano de obra extranjera; por lo que ese factor podría también incidir en el desconocimiento de que la economía no marcha bien, porque la realidad de ellos así se lo indica, pese al dato del crecimiento del PIB en un 7.0%. En el lado opuesto se encuentra el sector de la construcción, sector de la economía que creció en forma importante y que tiene una alta incidencia en la participación del PIB. Para 2015, la construcción fue el sector con mejor desempeño, al registrar un aumento de 18.2% y un peso dentro del total del tamaño de la economía de 9.1% a 2014. El alto crecimiento del sector de la construcción en 2015, así como el peso importante que tiene en la generación de empleo, podría hacer suponer que ese buen desempeño debe reflejarse en la cotidianidad económica de los ciudadanos del país; sin embargo, como la mano de obra extranjera, particularmente la de procedencia haitiana, tiene un peso de 35.0% dentro del total de empleo nacional, el referido aumento del sector tiene un impacto inferior al previsible, si la mano de obra ocupada en el mismo fuera cercana al 100.0%.
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Otro factor que se adiciona a la generación del ruido sobre descalificar el crecimiento económico tiene que ver con el descenso que ha tenido el sector de la construcción dentro de la participación sobre el PIB, pues para 2011 el peso fue de 11.2%, mientras que para 2015 era de 9.1%, es decir, 2.1% menos de contribución al tamaño de la economía. Eso muestra que como sector propulsor de crecimiento, ha perdido ponderación e intensidad. De igual forma, al incorporarse la variable ingreso monetario en el sector de la construcción, proveniente de la resolución del Comité Nacional de Salarios, que dispuso un aumento del 15.0% en el salario mínimo en ese sector, sugiere que el mismo resulta inferior al crecimiento del sector, que fue de 18.2%, adicionándose este desvío a los otros factores causantes de ruidos que inciden en la no legitimización social del crecimiento económico del 7.0%. El argumento central que se pretende posicionar acerca del crecimiento de la economía, es que el mismo debe ser ponderado en términos sectoriales, precisando no solo los sectores que han sido los responsables del aumento del PIB, sino el peso relativo que tienen estos sobre el total del PIB, al tiempo de asociarlo con variables como la del empleo sectorial, los ingresos monetarios de la población ocupada y el componente de la mano de obra extranjera dentro de la total, para así encontrar explicaciones que nos aproximen a comprender el por qué la población rechaza el anuncio de un buen año económico. Otro componente importante a tomar en consideración, al momento de realizar una ponderación explicativa del descontento que muestra la población cuando recibe la información del desempeño económico del país, está asociado al tema del comportamiento de los precios, medido por la tasa de inflación, mismo que en el caso dominicano se ofrece en períodos que van desde el mensual hasta el anual. Las autoridades del Banco Central, al iniciarse 2016, informaron al país que la tasa de inflación anualizada de la economía dominicana para 2015 fue de 2.34%, por debajo en 1.66% con relación a la meta establecida en el programa monetario del año, pero superior en 0.76% con respecto a 2014, que registró un nivel de 1.58%. Los ciudadanos recibieron la noticia del 2.34% de inflación para 2015 con desconcierto, llevándolos a cuestionar el dato con el argumento
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de que los artículos que compran ahora son mucho más caros que el porcentaje anunciado, y que la mejor prueba es que su salario no les alcanza para sostenerse, así como a la familia. La medición de la tasa de inflación oficial es desaprobada por la población porque los ciudadanos tienen su propia medición, el precio que pagan a diario por los bienes y servicios que consumen. Podríamos presentar al menos dos razones asociadas a la desaprobación de la población sobre la tasa de inflación oficial. La primera es relativa al costo de la canasta familiar vs el salario mínimo, y la segunda, al hecho de que el precio final actual que la población paga por lo que consume refleja el incremento de precios acumulados de varios años, mientras que la tasa de inflación anual solo revela el incremento de precios de 365 días. En cuanto al primer factor, la encuesta de hogares que realiza periódicamente el Banco Central da cuenta que la familia dominicana consume 2,640 bienes y servicios, de los cuales 305, que representan el 90.0% del total, forman parte de la canasta básica de alimentos. En 2015, el costo de la canasta, para el quintil de más bajos ingresos de la población, fue de RD$13,090, y el promedio nacional, de RD$28,293; a nivel de los ingresos monetarios, el salario mínimo en el sector público ascendió a RD$5,176 y en las grandes empresas, el salario promedio se situó en RD$12,873, todos los datos referidos en forma mensual. Un aspecto que hizo sentir mayor rechazo hacia el nivel de inflación de 2.34%, en 2015, tuvo que ver con el incremento de los precios en el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas de la canasta básica familiar, la cual se situó en 7.89%, esto es, 5.5% superior a la tasa de inflación general, y como ese componente presenta una ponderación de 25.0%, el más alto de todos, para 2015, la incidencia que tuvieron los alimentos y bebidas en la generación del nivel de inflación general fue de 90.69%, razón que explica parte de la desaprobación de la tasa de inflación. El segundo factor, el asociado a la inflación anual vs la acumulada, indica que como la población, al momento de realizar sus compras de bienes y servicios finales, paga un precio que resume los incrementos de precios de períodos anteriores junto con los del presente, y el consumidor, al no distinguir un incremento del otro, concluye considerando que el precio pagado por su compra muestra la inflación del momento.
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Pero resulta que la inflación de 2.34%, correspondiente a 2015, en términos de las estadísticas de los precios, solo representa la variación del aumento de los precios de los doce meses que van desde enero hasta diciembre; en cambio, el precio que el ciudadano está pagando es la suma de los incrementos de precios pertenecientes a varios años, es decir, el consumidor final está pagando una inflación acumulada y no la inflación de un año. Si fuéramos a elegir la inflación acumulada de varios años, la del período 2010-2015, el incremento de precios acumulado sería de 25.71%. Esto quiere decir que lo que el consumidor realmente estaría pagando a diciembre de 2015 no sería solamente la tasa de inflación de 2.34%, sino la suma de la registrada cada año, desde 2010 hasta 2015. Situaciones como las descritas son las que, para el caso de la inflación de 2015, explican por qué la población en general desaprueba las cifras oficiales de la economía, que en forma sistemática y rigurosa registran las autoridades competentes; pero por el hecho de que así sean, no implica que las mismas dejen de estar distanciadas de la realidad de una parte de la población, por las circunstancias y características involucradas en cada caso. El rechazo por parte de la población a la publicación de las cifras que revelan el desempeño económico de un período determinado, le presenta a las autoridades públicas un desafío en materia comunicacional, pues en la medida que la ciudadanía de un país logre comprender más en su justa dimensión los datos económicos, en esa misma forma se producirá menos oposición a las informaciones económicas y la expresión de “no lo creo” se reducirá, contribuyendo a un mejor clima de confianza entre todos los agentes económicos que participan en sus distintas calidades, como inversionistas o consumidores finales.
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Producto Interno Bruto: Es el valor monetario del total agregado de los bienes y servicios finales generados por una economía durante un período definido. • Acerca del PIB dominicano Consideraciones conceptuales y metodológicas El estudio de la economía implica ponderar una apreciable cantidad de variables, cada una con su importancia; sin embargo, existe consenso en la mayoría de la literatura económica para considerar al Producto Interno Bruto (PIB) como la principal variable, dado que permite medir el valor final del tamaño de la economía de un país, así como su ritmo de movimiento, hacia la baja, el alza, o estancamiento, durante un período determinado. En la República Dominicana, como en cualquier parte del mundo, la medición del PIB se realiza a través del Sistema de Cuentas Nacionales, procurando la captura, procesamiento y organización de todas las transacciones que realizan las distintas unidades económicas en cada una de sus secuencias: producción, generación, distribución, asignación y utilización del ingreso, etc. La medición del PIB la realiza el Banco Central, en otros países la lleva a cabo el organismo nacional de estadísticas. Básicamente la medición del PIB se efectúa por cuatro métodos, el del gasto, el del ingreso, el de la producción y el de las cuentas de los Sectores Institucionales. El enfoque del gasto incorpora los componentes de la demanda final de la economía mediante las categorías del gasto de consumo final, desagregado en los consumos público y privado; la formación bruta de capital, representada por las compras menos las ventas de activos con algunos otros adicionales; la variación de existencias, y el balance entre las exportaciones y las importaciones, que mide las exportaciones netas. Por su lado, el método del ingreso mide el PIB por las remuneraciones de los asalariados, los excedentes e ingreso mixto bruto, los impuestos a la producción y las subvenciones a los productos.
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El enfoque de la producción, que incorpora a los 18 sectores en que se divide la economía: agropecuario, minas, manufactura, zonas francas, construcción, energía, agua, comercio, transporte, alojamiento y servicios de alimentos y bebidas, comunicaciones, actividades financieras y de seguros, salud, enseñanza, actividadades inmobiliarias, otras actividades de servicios y administración publica, defensa y seguridad social. El último enfoque del PIB, el de las cuentas de los sectores institucionales, que agrupa a las unidades económicas, está resumido en sectores institucionales como las sociedades financieras y no financieras, gobierno general, hogares y las instituciones sin fines de lucro. Las cuentas nacionales permiten cuantificar el PIB bajo la tipología de nominal o corriente y a precio constante. El primero se refiere a la producción de bienes y servicios; en el segundo, la valoración se realiza descontando el incremento de precios, es decir, considerando los precios del año que se adopta como base. • Ciclos económicos Con la medición del PIB en cada período, los economistas pueden construir la trayectoria que muestra el tamaño de la economía durante una cierta cantidad de años. Cuando se observa el comportamiento del PIB a lo largo del tiempo, este puede presentar oscilaciones recurrentes de expansión y contracción que pueden desarrollarse en cuatro fases: recuperación, auge, recesión y depresión; a todo este recorrido se le llama ciclo económico. En la economía dominicana, en el gráfico que se muestra más adelante se puede apreciar la curva que indica el ciclo económico con sus distintas fases durante la serie histórica de 23 años que abarca el período 1992 a 2014.
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La oscilación de la curva del gráfico indica cómo el PIB, a precio constante desde 1992, entra en una fase descendente hasta caer a su punto mínimo en 1994. A partir de ese año, el PIB inicia una recuperación. Luego, desde 1997 hasta 2000, presenta adecuados niveles de crecimiento, para entrar de nuevo en una fase descendente, llegando a su punto de inflexión más pronunciado en 2003. Luego, reinicia su tendencia creciente, llegando a su punto máximo en 2006, para posteriormente, perder intensidad, con disminución en su ritmo de crecimiento. Finalmente, entra un proceso de recuperación hasta 2010, para caer en intensidad de expansión y retomar su punto superior en 2014. Como se puede observar al inicio del gráfico, 1991 resulta como año de auge, seguido de un nuevo año con crecimiento menos intenso, para luego entrar en un año de fuerte contracción, recuperándose posteriormente en los años 1996-99; luego entra en un período contracción, recesión y depresión hasta 2004. A partir de ahí retoma un nuevo ciclo con un período combinado de recuperación, expansión y auge hasta el 2007, cuando para el 2008 se contrae de nuevo, para recuperarse luego en 2010, finalmente entra de nuevo en una fase de contracción hasta el 2012 y posteriormente de expansión hasta el 2015. • La brecha inflacionaria La medición del PIB a precio corriente y constante, y su combinación, permite apreciar el impacto de los precios sobre la magnitud del valor real de la economía. Esa brecha que se origina entre ambos tipos de PIB produce lo que se podría denominar la brecha inflacionaria de la economía.
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El gráfico revela la magnitud de la brecha del PIB a lo largo del período 1992-2014, aquella que se forma entre las dos curvas de los PIB y muestra los años donde la brecha es más acentuada, como aconteció en el período 2002 a 2004, y la menos pronunciada, que aparece a partir de 2005 hasta 2014. La brecha formada entre los PIB nominal y a precio constante es un indicativo de la variación de los precios de toda la economía durante un período, y podría ser demostrativa de la verdadera magnitud del comportamiento de la inflación en un país. • PIB per cápita El ingreso per cápita de un país muestra el ingreso medio de la población, resultante de dividir el valor del PIB nominal entre su total de habitantes. Este indicador es usado por varios organismos internacionales para tener una aproximación resumida del nivel de desarrollo de un país en términos monetarios. El Banco Mundial es el principal organismo financiero internacional de desarrollo multilateral, y para fines operativos y analíticos utiliza como criterio fundamental, al momento de dar algún tipo de asistencia financiera, el ingreso per cápita, y lo realiza en base a la siguiente clasificación: ingreso bajo, mediano bajo, mediano alto y alto, en las diferentes naciones del mundo.
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Conforme esa clasificación, las economías han quedado divididas de acuerdo a su ingreso per cápita: las de ingresos bajos, hasta US$975 al año, las de ingresos medianos bajos, de US$976 a US$3,855, de ingresos medianos altos, de US$3,856 a US$11,905, y los de ingresos altos, en US$11,906 o más. La economía de la República Dominicana ha ido presentando una evolución ascendente en su PIB per cápita corriente con el transcurrir de los años, que le ha permitido pasar de país de ingreso mediano bajo a uno mediano alto, cuando pasó de US$1,336 en 1991 a US$2,967 en 2001, y para 2014, a US$6,480, para una tasa de crecimiento promedio anual de 16.0% de ingreso por persona. • La presión tributaria La principal fuente de financiamiento que tiene el presupuesto nacional de ingresos y gastos públicos son los impuestos, que son los que posibilitan el fondeo de la ejecución del gasto público de la forma más sana que tiene una economía, dado que es el resultado de la actividad productiva. En Dominicana, los ingresos tributarios representan aproximadamente el 95.0% del total de ingresos corrientes permanentes a 2015. Como un indicador del PIB, los ingresos tributarios muestran, en líneas generales, una presión creciente, al evolucionar de 10.6% en 1995 a 14.7% en 2005, en 16.7% para 2007, y de 14.0% en 2014. El punto más alto de la presión tributaria que ha tenido la economía fue 2007, con 16.7%. En últimos años se ha situado en alrededor de 14.0%. Estos datos revelan que la administración tributaria del país tiene espacio para, al menos, mantenerla en el nivel máximo alcanzado, esto haciendo abstracción del tema de la evasión fiscal. La afirmación que da cuenta de la mejoría en la recaudación de los ingresos tributarios, a consecuencia de las reestructuraciones tributarias realizadas en varios años, las mejoras administrativas y la estabilidad macroeconómica es cierta; sin embargo, también es importante destacar que la administración tributaria no ha sido capaz de sostener la recaudación en el nivel más alto que ha registrado el ingreso tributario sobre el PIB. El uso del indicador de la presión tributaria como parámetro de comparación con otros países debe ser aplicado con cuidado, en la
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medida que no todos presentan la misma composición de los sectores formales e informales en la economía y como solo el primero tributa, comparar países sin tomar en consideración esa precisión de método haría impreciso el ejercicio. Como muestra ilustrativa de la comparación, la presión tributaria dominicana se encuentra a una distancia de 7.0% por debajo del promedio de América Latina, que es de 21.3%, y con relación a los países de Centroamérica, es inferior a la de Honduras, que tiene 17.4%, de Nicaragua, con 16.7%, El Salvador, con 15.6% y superior a Guatemala y Nicaragua. • El PIB por el enfoque del gasto La medición del PIB por el método del gasto sitúa su magnitud, a 2014, en RD$2, 786,229 millones, de los cuales, el consumo final fue de RD$2,321,254 millones, la formación bruta de capital, RD$600,017 millones, las exportaciones, RD$717,170 millones, menos las importaciones, que alcanzaron los RD$852,212 millones, para una exportación neta negativa de RD$135,041 millones. La tasa de crecimiento del PIB a precio constante de 2007 fue de 7.3%, y de ese incremento, el principal motor fue el consumo final o demanda agregada interna, que aportó 3.6%; la formación bruta de capital añadió 3.0%, y las exportaciones netas, un 0.7%. • El PIB por sectores de origen La economía dominicana, en términos de lo que representa cada uno de los sectores que la componían a 2014, tuvo una participación liderada por el sector servicios, con 62.1%, seguido por el sector industrial, con 25.0%, la agropecuaria, con 5.8% y los impuestos a la producción netos de subsidio, de 7.2%; en cambio, en 1991 los mismos sectores alcanzaron los siguientes valores 12.4%, 32.5%, 48.0%% y 7.0%, respectivamente. La variación estructural que viene produciéndose en la generación del PIB en los últimos 25 años indica cómo el sector servicios ha ganado un importante espacio, al crecer su participación en 14.1%; mientras que sectores productivos como la agropecuaria y la industria han perdido peso (6.6% y 7.5%, respectivamente), mostrando que la economía dominicana ha pasado a ser, en forma mayoritaria, una de servicios con 62.1% y
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minoritariamente, de producción, con 30.8%. El resto corresponde a los impuestos a la producción netos de subsidio. Dentro del sector agropecuario, el principal subsector es el agrícola, con 3.7%; en el industrial es la manufactura local, con 11.3%, y en el sector servicios lidera el subsector comercio, con 9.5%. Por el lado de la generación de empleo, el subsector comercio es el principal empleador, al aportar el 21.7%, seguido por el agrícola, con 14.3%, y en tercer lugar, la manufactura, con 10.4%. • Utilidades del PIB En adición a los indicadores que se han presentado, el PIB es útil desde otras dos perspectivas. Primero, permite medir cuándo una economía se encuentra en recesión o depresión, y segundo, si ha crecido en forma superior o inferior al potencial económico que tiene el país. Una versión generalmente aceptada da cuenta que la economía está en recesión cuando el PIB decrece en dos trimestres consecutivos, y en depresión, cuando decrece en un año por encima del 10.0%. Al menos desde 1991 a 2015, la economía dominicana no ha presentado períodos de recesión, y menos aun, de depresión, conforme aparece publicado en los reportes trimestrales y anuales del Banco Central. En lo relativo al crecimiento potencial que tiene la economía dominicana, los ejercicios econométricos que ha realizado la autoridad monetaria lo sitúan entre 4.0% y 6.0%; sin embargo, el PIB ha crecido en varios años por encima del referido rango, sin que haya producido presión inflacionaria, como se presume cuando la economía se eleva por encima de su potencial. La evidencia desde al menos 2005 a 2008 y luego de 2010 a 2015 con crecimiento del PIB en el rango de 4.5% y 10.7%, mientras la inflación siempre se mantuvo en un dígito, por debajo de lo establecido en la programación monetaria y luego en la meta de inflación, siendo la más alta la de 2008 con 8.8%, justo cuando se produjo la crisis financiera internacional y la subida importante del precio del barril de petróleo, es indicativo que el aumento del PIB por encima del potencial no hizo generar incremento de precios.
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Otro indicativo de que el PIB dominicano puede crecer más allá del potencial estimado, tiene que ver con la tasa de desempleo, pues la misma se ha mantenido en un alto nivel, situándose a 2015 en 14.0%, mientras que la economía creció en 7.0%. Se ha podido apreciar que la variable PIB presenta una gran utilidad e importancia para el estudio de la economía, tanto en lo que se refiere a su composición como en lo relativo a su asociación con otros indicadores.
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Eclipse económico: Es la interferencia que ocasiona una variable económica determinada sobre el desempeño de otra a la que se le pueda asociar, restándole calidad a sus resultados. • Eclipse económico Desde los tiempos de Adam Smith hasta nuestros días, en las ciencias económicas se han desarrollado diversas teorías acerca del crecimiento económico, todas con aportes, en una dirección o en otra; ya sea porque han identificado las fuentes o determinantes del crecimiento; o bien, han destacado sus características, que a su vez, permiten focalizar los esfuerzos de las políticas económicas para estimularlo, al tiempo de que sea más efectivo. Probablemente, la mejor forma de expresar el crecimiento económico de un país sea cuando el Producto Interno Bruto (PIB) se incrementa, al menos más allá que el aumento de la población; de todos modos, el crecimiento de la economía será importante, independientemente de su magnitud, dado que al hacerlo, la generación de bienes y servicios finales no será menor que la del período anterior, y eso constituye un relativo avance en materia de la permanencia del crecimiento. Cuando el crecimiento del PIB lo generan los sectores económicos menos vinculados a la propagación del empleo, y por lo tanto, del ingreso, entonces es un crecimiento de menos calidad, al no propiciar mayor sostenibilidad a través del incremento de la demanda como motor de la expansión, que se deriva del aumento de la población ocupada y de sus ingresos monetarios. Por el lado contrario, si el crecimiento del PIB se origina en sectores económicos estratégicos, ya sea porque generen empleos, distribuyan mejor el ingreso en la población y produzcan más ingresos via impuestos al gobierno central, para atender las demandas que le son propias, el crecimiento económico presenta mejor calidad y posibilidad de ser permanente, teniendo como ventaja que esa condición forma parte de la base de la fase inicial del desarrollo. En general, existe bastante consenso en la literatura económica que trata el tema de las teorías del crecimiento y desarrollo, en cuanto a que para que el segundo se alcance, se necesita lograr el primero; siempre y cuando sea en magnitudes importantes y una permanencia en el tiempo relativamente prolongada.
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Cuando la expansión del PIB hace elevar el nivel de ingreso monetario de la población, y se logra que cada vez dicha expansión sea más profusa, y paralelamente, se incrementen los niveles de calidad de vida, asociados a un mejor desempeño en los principales indicadores de salud, como mortalidad, natalidad, morbilidad, esperanza de vida, etc.; así como una mejoría en los indicadores de educación, equivalentes al nivel de alfabetización, calidad de la enseñanza y aprendizaje, que hagan a la población económicamente activa más competitiva, para insertarse y permanecer en actividades laborales formales; y en adición, un mayor y mejor acceso a la recreación deportiva y cultural, acompañada del uso racional del medio ambiente, el crecimiento económico ha trascendido su frontera y ha penetrado en una de las etapas del desarrollo económico. En los países con rezagos en los indicadores económicos y sociales, el crecimiento económico se hace imperativo; de ahí que el diseño, aplicación y evaluación de la política económica en general se concentra en la dirección de abordar las fuentes de la expansión económica, pues un débil desempeño del PIB induce a una mayor permanencia de la pobreza, y lo contrario, un eficaz aumento del tamaño de la economía se traduce en una disminución de la pobreza, produciendo una relación inversa entre crecimiento del PIB y pobreza, considerando tiempo y magnitud. La actividad económica tiende a generar empleo; la ocupación produce ingresos monetarios, aunque estos sean deprimidos; la disponibilidad de recursos líquidos derivados del trabajo ocasiona demanda sostenible, al menos, la básica; el consumo fomenta la producción, propiciando un círculo virtuoso que favorece el combate a la pobreza general. Lo afirmado induce a pensar que la naturaleza del crecimiento económico podría ser “anti pobre”, en la medida que propicia su disminución, sin considerar necesariamente la parte relativa al tema de una mayor equidad en la distribución del ingreso. El tema de la relación crecimiento económico y nivel de pobreza general aquí tratado se limita a la incidencia que podría tener la expansión del tamaño de la economía sobre la población que se encuentra en condiciones de pobreza monetaria. Esta posición podría hacer creer erróneamente que consideramos como verdad única que donde prevalece la pobreza es porque no hay crecimiento; pues reconocemos que también acontecen casos en donde los altos niveles de pobreza limitan el acceso a la inversión productiva, a partir de los bajos grados de salud y educación.
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El tema de que la pobreza entorpece la inversión dependerá del tipo de inversión que se promueva o desee colocarse, dada la existencia de evidencia internacional y local de que justo en aquellas regiones o lugares donde la exclusión social se hace más evidente, se constituye en un atractivo para la inversión, por aquello de la prevalencia de bajos salarios. La asociación realizada entre crecimiento económico y pobreza asume a esta última en la acepción de su medición por medio del ingreso monetario de la población, misma que asume el país como su pobreza oficial. • Asociación ente crecimiento económico y pobreza El comportamiento de la economía, medida por el PIB durante los 16 años de la serie que va de 2000 a 2015, sitúa a la tasa de crecimiento promedio anual en 5.4%, para un aumento acumulado del tamaño de la economía de 86.3%. Este aumento ha hecho que la riqueza material expresada en términos monetarios pasara de US$23,799 millones en 2000 a US$66,615 millones en 2015, este último en valores provisionales. De manera que no cabe la menor duda que la economía dominicana, durante el período referido, se ha fortalecido en términos de su tamaño, y como eso es conveniente y necesario, una forma de validar la calidad de ese crecimiento sería asociándolo al comportamiento que ha registrado la pobreza general en el país. En términos de valores absolutos, la pobreza general a 2000 era de 2,737 millones de personas, equivalente al 32.6%; en 2005 subió a 4,241 millones de personas, para un 47.3%; en 2010 descendió a 4,080 millones de personas, igual a 43.0%; y finalmente, a marzo de 2015 continuó disminuyendo, hasta colocarse en 3,204 millones de personas, correspondiente a 32.1%.
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Cuadro 1 Comportamiento de variables seleccionadas Cuadro 1A Comportamiento de variables seleccionadas
Pobreza Desempleo Desempleo Población PEAA en % total en total en Pobreza % en millones en miles millones millones
Año
GINI
PIB %
2000
0.51
5.7
32.6
2,737
490.9
13.9
8,398
3,532
2001
0.49
1.8
32.8
2,792
558.4
15.7
8,513
3,557
2002
0.49
5.8
33.2
2,864
595.8
16.1
8,628
3,701
2003
0.51
-‐0.3
41.9
3,664
634.2
17
8,745
3,731
2004
0.5
1.3
49.9
4,420
734.7
18.4
8,858
3,933
2005
0.5
9.3
47.3
4,241
718.5
18
8,968
3,991
2006
0.52
10.7
44.5
4,036
672.4
16.4
9,071
4,100
2007
0.49
8.5
43.8
4,018
659.7
15.7
9,174
4,202
2008
0.48
5.3
45.2
4,194
604.3
14.2
9,280
4,256
2009
0.49
3.5
42.5
3,986
628.9
14.9
9,380
4,221
2010
0.47
7.8
43
4,080
626
14.3
9,490
4,378
2011
0.48
4.5
42.2
4,046
673.2
14.7
9,590
4,580
2012
0.46
3.9
42.2
4,085
687.5
14.7
9,681
4,677
2013
0.47
4.1
41.8
4,090
709.2
15
9,785
4,728
2014
0.44
7.3
35.5
3,508
712.3
14.5
9,883
4,913
2015
N/D
7.1
32.1
3,204
701.6
14
9,981
5,012
Fuente: Páginas web Banco Central, ONE y cálculos del autor. N/D+= No disponible
De manera que, de extremo a extremo, la pobreza en términos relativos pasó de 32.6% en 2000 a 32.1% en 2015, para un descenso de 0.4% en 16 años. Naturalmente, el movimiento de la pobreza no fue lineal durante el período; presentó altas y bajas, algunas pronunciadas, como la alcanzada en 2004, con 49.9%; desde entonces, la caída fue sostenida en el resto de los años de la serie, con la excepción de 2010, que aumentó 0.5% respecto a 2009, al pasar de 42.5% a 43.0%.
Un ángulo de la macroeconomía /
287
El valor absoluto de la cantidad de pobres pasó de 2,737 millones en 2000 a 3,204 millones, a marzo de 2015, mientras que el nivel de pobreza general, en términos relativos, se situó prácticamente en el mismo grado entre los dos extremos de años de la serie, 32.6% vs 32.1%. Este fenómeno del valor casi constante de la proporción de pobres contrasta con el aumento de 467 mil nuevos pobres que se adicionaron en el país, y quedaría explicado por el aumento de la población general, que pasó de 8,398 millones en 2000, a 9,981 millones en 2015, para un incremento de 1,583 millones de personas. El fenómeno descrito en el párrafo anterior es a lo que le podemos llamar eclipse económico, en donde la variable pobreza general absoluta hace interferir el alcance del tamaño del crecimiento económico, que al acumular una tasa de aumento del orden de 86.3% en todo el período, no fue capaz, en forma simultánea, de reducir la pobreza en términos relativos y absolutos. Al final del recuento, la cantidad de pobres en el país es más en 2015 que en 2000, de manera que el crecimiento de la economía dominicana podría ser catalogado de exitoso, en términos parciales, en la dimensión de que solo frenó el aumento relativo de la pobreza. Otro indicador que refuerza y explica el por qué la pobreza en la economía ha aumentado en términos absolutos en el país, es el de la tasa de desempleo ampliada, pues aunque en los últimos dos años ha disminuido, el nivel registrado a 2015 se ubica prácticamente igual que en el de 2000, al ser de 14.0% y 13.9%, respectivamente. En valores absolutos, la cantidad de desempleados que presenta la economía dominicana se elevó de 491 mil en 2000 a 702 mil en 2015, para un incremento de 211 mil nuevos desempleados. La asociación de los niveles de pobreza y desempleo viene dada por la acepción de que una población ocupada proporciona determinado grado de ingresos monetarios que le permiten fondear una parte del costo de la canasta familiar básica. El coeficiente de GINI, como indicador que mide el grado de distribución de los ingresos de la población, se realiza en base a una escala que va del 0 al 1, en donde el valor que se encuentre más cercano al cero muestra mejor distribución del ingreso; en contraposición, cuanto más
288
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
próximo al 1 esté el indicador, mayor es la desigualdad en la distribución del ingreso monetario de la población. El indicador GINI es una forma de medir el grado de calidad de la pobreza, asociada a los ingresos monetarios de un país en un momento determinado. Durante el período considerado, el coeficiente GINI pasó de 0.51 en 2000 a 0.44 en 2014, para una mejoría en la distribución del ingreso de 0.07, equivalente a 7.0%, aunque se advierte cierta resistencia, si se consideran las altas tasas de crecimiento del PIB y los elevados niveles de desempleo que aun prevalecen en la economía dominicana.
Un ángulo de la macroeconomía /
289
Ahorro nacional: Es la parte del ingreso privado y público que no se destina al consumo y funciona como reserva de inversión para aumentar la capacidad productiva. • Notas sobre el ahorro nacional En la República Dominicana, las cuentas nacionales son llevadas por el Banco Central, bajo la sombrilla de un enfoque metodológico denominado Sistema de Cuentas Nacionales. El que utiliza en la actualidad toma como año de referencia a 2007. El sistema contable referido permite conocer el estado de la economía, medida través de sus variables agregada y desagregada, así como la dinámica de sus actividades. Una de esas variables agregadas es la del ahorro nacional, que puede ser abordado desde dos perspectivas, la que lo define como la sumatoria de los ahorros privado y público, o la que procede de la diferencia entre el PIB y el consumo agregado. En el caso que compete a este análisis, se limita al que proviene del enfoque de la contabilidad nacional, asociado a la segunda perspectiva. En general, el ahorro nacional está determinado por un grupo de variables que inciden en su magnitud, como son el nivel de ingreso presente y futuro, que en el caso de la familia, dependerá de los salarios e impuestos; la tasa de interés, asociada fundamentalmente al ahorro privado, y el grado de previsión futura, vinculado a los sectores privado y público. La connotación que alcanza el ahorro nacional en la economía se establece cuando es visto no como acumulación de dinero, sino como forma de reservar dinero con capacidad productiva para hacer expandir la economía. Existe un consenso generalizado que asocia el ahorro a la inversión; de ahí que el ahorro nacional es importante en al menos tres dimensiones. La primera, porque reduce la exposición a los riesgos cambiario y soberano, al hacer descansar más la inversión sobre el ahorro doméstico que en el ahorro externo; segundo, porque permite el financiamiento a la inversión y otros tipos de gastos, cuando el acceso al crédito internacional está escaso o costoso; y la tercera, porque posibilita mayor sostenibilidad del crecimiento económico en el tiempo, sobre la base de la dinámica interna de la economía, sin pretender afirmar que se procura una economía autárquica.
290
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Cuando el crecimiento económico descansa en forma significativa sobre la base del consumo, su permanencia no está necesariamente garantizada. En la misma línea, un crecimiento sustentado en el ahorro externo, vía financiamiento/endeudamiento, en el mediano o largo plazo podría ser costoso para la economía del país. Apréciese que no se afirma financiamiento complementario, sino uso extensivo del apalancamiento; por ello, la importancia de promover el ahorro interno, a los fines de fondear la inversión y la expansión de la producción. De manera que la ponderación de las variables económicas consumo, ahorro e inversión pasan a tener un rol de primera línea cuando las políticas públicas desean alcanzar tasas de crecimiento económico sostenido, especialmente si este es de tipo endógeno, en donde se prioriza la inversión productiva, tanto física como en capital humano. La expansión del crecimiento económico, en teoría y práctica, aunque en esta última, menos pronunciada, propicia aumento del empleo, aunque este sea altamente resistente, como lo muestra la evidencia nacional. También podría fortalecer el poder de compra del salario, pese a que los hechos dominicanos no le den soporte en forma importante; contribuye a mejorar la distribución del ingreso, condición que se puede apreciar en el coeficiente de GINI, que ha mostrado una mejoría; y además, tiende a disminuir la pobreza, misma que aunque en números absolutos, a 2015 es mayor que en 2000, en términos relativos se observan progresos. • Comportamiento del ingreso, consumo e inversión nacional Partiendo de la ecuación del PIB como enfoque del gasto, que lo iguala a la sumatoria del consumo, la inversión y el balance neto de las exportaciones menos las importaciones, el crecimiento del tamaño de la economía estará determinado por las magnitudes del consumo y la inversión, sustentado en el ahorro nacional. En los cuatro años seleccionados de la serie histórica 2007-15, el comportamiento del ingreso nacional a precio de mercado evolucionó en forma ascendente, al moverse de RD$1,455 millones en 2007 a RD$1,978 millones en 2010, y en 2013 a RD$2,558 millones; para finalmente colocarse en RD$3,023 millones. Por su lado, el consumo final para los años 2007-10-13 y 2015 se situó en RD$1,455 millones, luego en RD$1,572 millones, posteriormente, en RD$2,141 millones, y a diciembre del último año, en RD$2,495 millones.
Un ángulo de la macroeconomía /
291
En términos relativos, el consumo final, dentro del total del PIB, representó el 79.7% para 2007, 79.5% para 2010, a finales de 2013 un 83.4%, y un 82.7% en 2015. Como se aprecia, la contribución del consumo final ha sido el principal motor del crecimiento económico dominicano, haciéndolo elevar durante los últimos nueve años en 3.0%, al pasar de 79.7% a 82.7%. Obsérvese que justo durante el estallido y expansión de la crisis financiera internacional que se inició en 2007, en los Estados Unidos de Norteamérica, el consumo final doméstico de 2007 y 2010 se contrajo, respecto al registrado en 2006, que fue de alrededor de 83.0%, retomando luego ese nivel de consumo en 2013 y 2015. Como se indicó, hacer descansar la elevación del PIB en el consumo no sugiere un crecimiento vigoroso estructuralmente, dado que el papel de la inversión productiva se hace menos importante y débil. Cuadro 1 Comportamiento de algunas variables del PIB, en millones RD$ y % Cuadro 1b Comportamiento de algunas variables del PIB, en millones RD$ y % Año
PIB
Consumo
Ahorro
Inversión
2007
1,455,253
79.7
20.3
20.3
2010
1,978,851
79.5
20.5
20.5
2013
2,558,585
83.4
16.6
16.6
2015
3,023,116
82.7
17.3
17.3
Fuente: Página web Banco Central y cálculos del autor.
La participación del ahorro nacional ha mostrado un comportamiento descendente durante el período 2007-2015, al moverse de 20.3% a 17.3%, permitiendo fondear la inversión en igual magnitud. Una razón que podría explicar la caída en la tasa de ahorro nacional son los constantes balances deficitarios del presupuesto nacional, situación que lleva a acudir con frecuencia al financiamiento, tanto doméstico como internacional, para poder cubrir las necesidades fiscales. Dos razones, por separado o a la vez, podrían dar respuesta al déficit presupuestario. Por un lado, caída de los ingresos tributarios, y por otro, elevado gasto público, o una combinación. El resultado sería que
292
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
el sector público gasta más que lo que le permite el nivel alcanzado por los ingresos de vocación permanente; ese escenario se agrava cuando la política económica considera que el gasto gubernamental debe crecer, para que la economía mantenga niveles de expansión que frenen la elevación del empleo y la pobreza. Los países que conforman la región de Centroamérica presentan una situación de tasa de ahorro menor que la de República Dominicana, al situarse por debajo de 14.0%, excepto Nicaragua, que registró un nivel de 19.0% a 2014. El papel ascendente y destacado que ha tenido el consumo como determinante de la expansión económica en el plano local, en términos de política de desarrollo, representa un desafío para los hacedores de políticas públicas, en cuanto a desplegar estrategias que permitan abrirle paso a un papel más dinamizador de la inversión en el crecimiento, fomentando el ahorro nacional. Naturalmente, el peso que tiene el consumo sobre el PIB podría ser demostrativo de los altos rezagos que pueda tener la población, en materia de satisfacer necesidades humanas que se habían postergado, por ausencia de suficientes niveles de ingreso; al tiempo también del papel que pudiera estar jugando el efecto arrastre/demostración que implica una economía mundial más globalizada, donde los patrones de consumo se extienden más rápidamente que la inversión, aun sea la externa.
Un ángulo de la macroeconomía /
293
Modelo económico: Es una representación simplificada de las relaciones entre variables económicas. • Hacia un cambio en el modelo económico El Producto Interno Bruto (PIB) es la variable más preponderante, cuando de macroeconomía se trata, y no es para menos. Ese indicador muestra, en forma simultánea, el tamaño de la economía y la influencia que los precios puedan tener; por eso se distinguen dos tipos de PIB, el nominal y el constante. Por otro lado, el PIB es punto de partida para construir un conjunto de indicadores, como el de la presión tributaria, la presión fiscal, el peso de la deuda pública, el ingreso per cápita, entre otros; al tiempo que es utilizado para realizar distintos tipos de comparaciones entre países y regiones, es decir, que su uso es altamente amplio y útil. La principal herramienta que utilizan los gobiernos para incidir en el curso del PIB es la política económica, a través de sus componentes fiscal y monetario. De ahí que parte de la validación de una política económica se realiza por medio del comportamiento del PIB. En forma apretada, es exitosa si la economía crece, y se tilda de fracasada si se ralentiza o decrece en forma negativa. Para impulsar el tipo de política económica se determina el modelo económico a seguir en alguna estrategia de desarrollo, partiendo de una interpretación de la realidad del momento, y se le proyecta hacia el futuro, aspirando a la economía que los hacedores de la gestión pública consideren. Desde hace al menos dos décadas hasta la fecha, el modelo económico asumido ha sido el de la expansión del gasto público como motor para impulsar el crecimiento económico, aumento del PIB que se ha logrado con la excepción de algunos años. El promedio de la tasa de crecimiento anual del PIB ha sido de alrededor de 7.3% durante los 20 años del período 1994-2014, con tasas extremas que van desde 0.3% negativa a 10.7% positiva. La magnitud del crecimiento mostrado por la economía en los últimos 20 años podría sugerirle a los hacedores de políticas públicas que el
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modelo económico implementado opera sin ninguna necesidad de cambios, pese a los altos niveles de pobreza y desempleo que aun permanecen. Pero como casi todo, o todo, los modelos económicos también se agotan o comienzan a dar señales de conclusión. Estas señales podrían manifestarse con el nivel de pobreza, el del salario, la incidencia del sector informal, bajos estándares en los indicadores de educación y salud, el balance del comercio exterior y los parches económicos en la legislación tributaria, entre otros. El comportamiento de los niveles de pobreza general en el país ha sido zigzagueante, con incremento y disminuciones, pero siempre alta. Para el año 2000, el grado de pobreza se colocaba en 25.5%, mientras 15 años después, esto es, para 2015, se situó en 25.9%. El más elevado fue el de 2004, con 42.8%, resultado de la fuerte crisis económica por la que atravesó la economía, luego del colapso de una parte importante del sistema bancario nacional. El alto nivel de pobreza que mantiene la economía dominicana se produce a pesar del crecimiento sostenido de su PIB, indicando ello que en tiempos de estabilidad, la pobreza persiste en grado alto, aunque menos alto que en períodos de fuerte contracción de la economía. Entonces, el índice de pobreza general que permanece en el país es una señal de que el modelo económico no es capaz de reducirlo a niveles inferiores, y que se agota. En lo relativo al nivel de inflación, ciertamente, la política monetaria tiene grandes aciertos. Ha logrado incidir para que los precios se mantengan por debajo de lo establecido dentro del programa monetario, tanto antes de asumir el método de la meta de inflación como antes de haberlo asumido. Luego que la economía saliera de la crisis que la afectó durante los años 2003-04, la tasa de inflación se ha mantenido, hasta 2015, en un dígito; sin embargo, el objetivo de baja inflación se ha alcanzado conviviendo con un entorno de bajos salarios, tanto en el sector público como en el privado.
Un ángulo de la macroeconomía /
295
El salario nominal promedio prácticamente se ha mantenido estancado desde 2005, al punto que para 2015, el salario promedio de los sectores público y privado era de RD$7,258, por debajo del costo de la canasta básica de alimentos del quintil uno, que corresponde al de más bajos ingresos, que es de RD$13,091; y aun el salario promedio de las grandes empresas, que es de RD$12,873, también se ubica por debajo del costo de esa canasta. La comparación empeora si se realiza con el costo de la canasta promedio nacional, ascendente a RD$28,293. El desfase del salario nominal vs el costo de la canasta básica de alimentos es también señal de que el modelo económico se agota. La alta presencia del sector informal en una economía es una expresión de rezago en los niveles de desarrollo, dado que el mismo no está integrado plenamente a la formalidad del marco institucional, en términos de regulación económica, sanitaria, de seguridad industrial y social. En el caso dominicano, la participación del sector informal dentro del total de empleo asciende al 56.0% de su tamaño, nivel lo suficientemente alto como para ser indicativo de que las políticas públicas no han inducido a una real formalización de la economía, con las ventajas visibles que implica; por lo que este indicador es otra señal de que el modelo económico se agota. Por el lado del sector de la educación, los estándares de calidad que muestra son bajos. En general, de 148 países contemplados en el ranking de la calidad en la enseñanza, el país ocupa el número 146. En la misma línea, el 74.6% de los estudiantes del tercer nivel está en el último lugar en América Latina, y entre los del sexto grado, el 55.8% se encuentra por debajo del promedio de la región. Con la dotación del 4.0% del PIB al sector de la educación pública no superior, ha de suponerse que estos indicadores mejoren, pero para eso habrá que trabajar no solo en el frente de las edificaciones escolares, sino también en la parte curricular, en el método de enseñanza y el personal docente, para de esa forma hacer cambios integrales que eleven la calidad de la enseñanza y aprendizaje. De todas formas, podría considerarse que a partir de los datos del sector educativo, hay otra señal de que el modelo económico está en proceso de agotamiento.
296
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
En el lado complementario, de los servicios básicos, el sector salud indica un deterioro, al presentar que la tasa de mortalidad de niños menores de 5 años de edad está por encima del promedio de América Latina, y el 40.0% de la población tipificada como pobre no es alcanzada por el régimen de subsidio de salud pública. La esperanza de vida al nacer en Dominicana es de 73.8 años, mientras que en Costa Rica y Jamaica es de 76; en Cuba, de 81.3, en Puerto Rico, de 83.2, y en Curazao, de 80. En América Latina y el Caribe, la mortalidad infantil por cada mil nacidos, en promedio, es de 15.6%. En Dominicana es de 26.9%; la mortalidad materna en la región es de 69.4%, mientras la del país es de 106.3%. Estos indicadores de salud también ofrecen señales de agotamiento del modelo económico. En cuanto al comportamiento del sector externo, en términos de balance del comercio exterior, mientras en 1994 el déficit ascendió a US$1,451 millones, en 2004 subió a US$1,952 millones; para elevarse más en 2014, al colocarse en US$7,369 millones. Estos resultados revelan la incapacidad del sector exportador para crecer más rápidamente que las importaciones, balance que ayuda a explicar el comportamiento creciente de la deuda externa, a fin de poder compensar las necesidades de fondeo de recursos en divisas, otro resultado de una señal de agotamiento del modelo económico, Respecto a las reformas fiscales que se han realizado desde 2000 a 2015, básicamente solo han abordado el tema de los ingresos corrientes, y se ha dejado al margen el gasto público y el gasto tributario. En total, las reformas realizadas ascienden a ocho. También este factor estaría dando señales de agotamiento del modelo económico. • Comportamiento de los indicadores asociados al modelo económico Como se afirmó precedentemente, la expansión del gasto público ha sido factor clave para el crecimiento del PIB a lo largo de los últimos 20 años. La aseveración queda sustentada por dos vías; la primera,
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297
mientras para 1994 el gasto público representaba el 11.6% del PIB, en 2014 se eleva a 17.6%, para un crecimiento de 6.0% como diferencia aritmética, y la segunda, el tamaño de la economía nominal se multiplicó por 15, mientras el gasto público lo hizo por 20. De manera que el sector público ha aumentado de tamaño, más que como lo ha hecho la economía, en términos de tasa de crecimiento. Producirse esta expansión es demostrativo que el tipo de modelo económico implementado procuraba el objetivo de un rol más preponderante del Estado en la economía. Al producirse el crecimiento del gasto público durante el período 19942014, la composición, en términos de su clasificación económica, apunta hacia una consolidación del aumento del gasto corriente, en contraposición al de capital. El gasto corriente pasó del 5.0% del PIB en 1994 al 14.8% en 2014; en cambio, el corriente disminuyó, al moverse de 6.6% a 2.8%, también con relación al PIB para los mismos años. La política fiscal expansiva ha estado basada, además de la vía tributaria, impulsada por las reformas fiscales, en el incremento de las necesidades brutas de financiamiento, el cual se ha elevado de 5.1% del PIB a 6.9%, para una diferencia aritmética de 1.8% del tamaño de la economía, durante los años 2005 a 2014. El incremento del financiamiento presupuestario ha inducido a que la carga de los intereses, como uno de los componentes del gasto corriente, pase de 4.7% en 1994 a 17.1% en 2014, si bien es cierto que esto ha permitido que el país cumpla con ese componente del servicio de la deuda, y junto al financiamiento, también con la amortización del capital. Lo cierto es que el gobierno se ve cada vez más limitado, en términos de apropiación presupuestaria, para destinarlo a fines sociales y de inversión, razón que explica en parte la caída del gasto de capital, al tiempo de ser una señal de agotamiento del modelo, justificativo para introducirle cambios hacia una sostenibilidad fiscal de más calidad.
.
298
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Cuadro 1 Indicadores asociados al PIB, en millones RD$ y % Cuadro 1c Indicadores asociados al PIB, en millones RD$ y %
Gasto público
Necesidad Interés/gasto Gasto Gasto capital bruta corriente corriente financiamiento
Año
PIBN
1994
184,984
21,373
5
6.6
-‐
4.7
2004
935,984
121,031
9.8
3.1
5.1
13
2014
2,786,229
491,910
14.8
2.8
6.9
17.1
Fuente: Páginas web Banco Central y DIGEPRES.
La transformación que presenta la composición del gasto público es indicativa de la priorización que tiene el gasto corriente sobre el de capital, al tiempo que revela la disminución de la canalización de la inversión pública en obras de infraestructura vial, de salud, educación, electricidad, de puertos, etc., generando por esa vía menor nivel de competitividad de la economía, tanto hacia dentro del mercado interno como al externo. Otro agravante del tipo de la composición del gasto público tiene que ver con lo rígido que se torna el posicionamiento del gasto corriente, cuando se trata luego de desmontarlo, especialmente por el lado de las remuneraciones, dada la presión que ejerce los factores social y político. La economía, medida por el enfoque el gasto, permite apreciar el consumo agregado como motor de su crecimiento, que se sitúa en el orden de 83.0%; mientras, se observa a las exportaciones perdiendo importancia, al reducirse de 36.7% en 1994 a 25.7% en 2014 como porcentaje del PIB. Por su lado, la inversión bruta de capital presenta un estancamiento, al moverse muy poco en el mismo período, de 19.1% a 21.5%. Lo anterior sugiere que el aparato productivo nacional no ha sido capaz de alcanzar mayor espacio en el comercio internacional, al tiempo que el componente de la inversión, como generador de mayor capacidad de producción y generación de empleo no crece hacia mayores niveles, constituyéndose ambos en factores de agotamiento del modelo económico.
Un ángulo de la macroeconomía /
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Cuadro 2 Otros indicadores asociados al PIB Cuadro 2a Otros indicadores asociados al PIB
Año
IBC/PIB
Expo./PIB
Gasto en salud/PIB
PIB agropecuario
PIB industrial
PIB servicios
1994
19.1
36.7
1
9.3
31.3
50.2
2004
14.9
42.3
1
6.3
27.4
56.8
2014
21.5
25.7
1.8
5.8
25
62.1
Fuente: Páginas web Banco Central y DIGEPRES.
El gasto en salud pública, como porcentaje del PIB, ha evolucionado en 0.8% desde 1994 a 2014; sin embargo, dados los débiles indicadores de desempeño que muestra el sector podría ser demostrativo de que no está recibiendo los recursos económicos necesarios para atender la demanda de ese servicio. En términos sectoriales, la participación del sector agropecuario dentro del PIB total se ha reducido en forma sistemática, al descender de 9.3% en 1994, a 6.3% en 2004, y posteriormente a 5.8% en 2014; de manera que durante ese lapso, la pérdida se ha situado en 3.5%. Lo propio le ha acontecido al sector industrial. Su contribución al PIB ha decrecido de 31.3% en 1994 a 25.0%, para una caída de 6.3%. En contraposición, el sector servicios presenta un incremento notable durante el período 1994-2014, de 12.1%, al elevarse de 50.2% a 62.1% dentro del PIB; de manera que el espacio perdido por los sectores agropecuario e industrial lo han ganado los servicios, ilustrando que el modelo económico del país se ha volcado hacia estos. La participación ganada por el sector servicios vs el agropecuario e industrial, perjudica a la generación de empleo, dado que entre ambos sectores, la población ocupada se coloca en alrededor de 25.0%, alimentando por esa vía la rigidez en el alto nivel de desempleo, que rondaba el 14.0% a 2015, similar a la registrada en 2000, que tuvo 13.9%, y a la posición del sector externo en la economía, partiendo de que impacta en la generación de divisas, necesarias para sostener en forma sana los niveles de importación requeridos, e induce a mayores niveles de endeudamiento externo, así como hace a la economía que sea más de consumo.
300
/ Casi Todo Sobre la Economía Dominicana
Los datos mostrados permiten sostener lo dicho: que el modelo económico del país presenta niveles de agotamiento, y que salvo que se quiera depender cada vez más del sector servicios, necesita de un cambio de rumbo, donde la producción real tenga un mayor aporte, como motor de la economía, especialmente por el lado del empleo, la generación de divisas, la oferta alimentaria de origen nacional, en sus componentes agrícola y agroindustrial; así como que se induzca a una mayor formalización de la economía, a fin de que los empleos generados puedan insertarse en el grado de institucionalidad económica del país. El modelo económico debe descansar más en la capacidad exportadora y la inversión extranjera y menos en el endeudamiento externo; más inversión bruta interna y menos gasto corriente. Que los compromisos de gasto público se condicionen a los ingresos corrientes de vocación permanente y no al PIB; que se realicen los cambios fiscales en forma más integrada, eliminando las exenciones y las leyes que cobijan la elusión fiscal; que se elimine la figura del anticipo fiscal, se penalice la evasión fiscal y se reforme la ley de recapitalización del Banco Central, ampliando su horizonte de tiempo y cargándole parte del compromiso al ámbito monetario. Que se prioricen las políticas públicas hacia los sectores generadores de más empleo y se propicien políticas salariales que generen más equidad social; y que se verifique un saneamiento en el régimen de facturación y cobranza del servicio eléctrico.
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La economía dominicana en 3 minutos o 350 palabras El contenido de Casi todo sobre la economía dominicana puede resumirse como lo dice este encabezado. La neutralidad de todo lo que se escribe es escasa; hay tantos juicios de valor como valores hay en la economía. Esos valores se expresan en indicadores que reflejan la magnitud de los hechos económicos, como el PIB, que vale RD$3,250,072 millones en valores corrientes, compuesto por varios sectores, unos más importantes que otros en valores constantes, como el industrial sobre el agropecuario; las remesas son divisas que superan los US$4,570 millones que suplen, en parte, los ingresos de muchas familias. Que junto a otras fuentes de ingresos externos, las exportaciones, la inversión extranjera, el financiamiento y las donaciones alcanzan no menos de US$17,500 millones, y se guardan parcialmente en forma de reservas, registrando US$5,195 millones en un año, para darle apoyo a las importaciones y al clima de confianza entre los agentes económicos y público en general. El resto se intercambia en valores que ascienden a más de US$21,740 millones; otros mercados son medios para transferir títulos valores que transan hasta RD$130,684 millones; mercaderías como el dinero se prestan a un monto que supera los RD$725,586 millones, como parte del apalancamiento de la economía; fuerza de trabajo que no logra colocarse en una magnitud de 14.0%, de una población general que supera los 10 millones. El gobierno, para funcionar, necesita ingresos, siempre insuficientes, que solo llegan con vocación permanente a algo más de RD$425,450 millones, por eso se endeuda y llega a más de 36.0% del PIB. El sector público no financiero, para cumplir con el gasto, que se eleva a no menos de RD$717,765 millones en distintos bienes y servicios, establece una política fiscal, que ejecuta y evalúa sus resultados, utiliza medios para controlar los recursos públicos y vías para fiscalizarlo; pero además, formula política monetaria que procura tasa de inflación baja, como la de 2.34%, controlando el medio circulante. Todas estas variables se estiman; luego, cuando ocurren, se registran, pudiéndose observar desvíos y cumplimientos que de alguna forma validan las políticas públicas.
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Valores acumulados: Se refiere a la sumatoria de las magnitudes que asumen las variables a lo largo de un período de tiempo. • Los valores acumulados de la economía El comportamiento de los indicadores macroeconómicos básicamente puede ser monitoreado desde tres perspectivas, la de medir su movimiento en el tiempo por medio de la tasa de crecimiento; la de la participación porcentual respecto al total, y a través de la acumulación de sus valores anuales. Los dos primeros métodos son los de uso más generalizado, incluyendo este libro; por esa razón se ha reservado este espacio para abrirle lugar al método del acumulado. Para los fines de evaluar el comportamiento acumulado de la economía durante el período de 2005 a 2015, se han seleccionado 13 variables que permiten ser apreciadas por sus indicadores, como el PIB, la Tasa de Inflación (TI), las exportaciones, las importaciones, la Inversión Extranjera Directa (IED), las remesas, la deuda pública total, el medio circulante medido por el M2, la depreciación del peso respecto al dólar estadounidense, el desempleo, los ingresos y los gastos públicos sin las aplicaciones financieras. En los 11 años de desempeño económico, el tamaño del PIB en forma acumulada ascendió a 71.5% de crecimiento, para un promedio anual simple de 6.5%; el año de mejor actividad fue 2006, que creció en 10.7%, y el de menor actividad, 2012, con 3.9%. En valores absolutos, el tamaño del PIB constante pasó de RD$262,051 millones en 2005 a RD$479,142 millones, y desde la perspectiva microeconómica, el PIB per cápita anual se movió de RD$120,819 a RD$281,907, para el 2005 y 2015, respectivamente. La tasa de inflación acumulada en todo el período fue de 57.3%, sugiriendo que si la libra de carne de res en 2005 costaba RD$100.0, en 2015 costaba RD$157.0. El promedio anual del incremento de precios alcanzó el 5.22%, el más alto lo registró 2007, con 8.8%, año del estallido de la crisis financiera internacional, y el más bajo, 2014, con 1.58%, tiempo del inicio de la caída de los precios del barril de petróleo. Las exportaciones, como la fuente más sana de generación de divisas en una economía, aumentaron en un 62.0% en 10 años. El de mayor incremento fue 2011, con 25.7%, y el de menor dinamismo, 2009, con
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una caída del orden de 18.7%, coincidente con la contracción de la demanda mundial. La tasa promedio se situó en 6.2%. En valores absolutos, pasaron de US$6,144 millones a US$9,919 millones, para los años 2005 a 2014. Por el lado de las importaciones, estas registraron una acumulación de crecimiento de 92.0%, más alto en 30.0%, como diferencia aritmética, que las exportaciones. Su mejor año fue 2005, con 37.2% de crecimiento, y el de peor desempeño, 2009, con una disminución de 26.7%; el promedio de aumento se colocó en 9.2%. En millones de dólares, las importaciones se elevaron de US$7,366 a US$17,288. En lo relativo a la inversión extranjera directa, que se caracteriza por tener vocación de permanencia y ser generadora de empleo, manifestó un crecimiento acumulado de 141.0%, con valores extremos de 53.8% de aumento en 2007 y una caída negativa del orden de -36.7% en 2013, para un promedio de 14.1%. El valor total de la inversión extranjera pasó de US$1,122 millones en 2005 a US$2,208 millones en 2014. Por el lado de las reservas internacionales netas, las divisas se incrementaron en un 293.7% acumulado, siendo su valor techo más alto el de 2005, con 152.3%, y el piso en 2012, con una caída negativa de 11.8%. Su valor promedio anual se situó en 26.7%. El monto de las reservas internacionales netas se elevó de US$1,519 millones a US$5,195 millones, para los años 2005 a 2015. Respecto a la deuda total del sector público no financiero, la misma se colocó en 146.3% de incremento acumulado durante el período, para un valor promedio anual simple de 13.3, y valores extremos máximo de 48.4% en 2008 y mínimo de 1.5% en 2005. La deuda pública del sector no financiero creció de US$7,787 millones a US$24,154 millones, durante el período que va desde 2005 a 2015. El medio circulante, medido por el M2, creció en forma acumulada en 108.7% durante los años considerados, teniendo como valores más alto y bajo el de 2007, con 17.8% de crecimiento, y el de 2005, con 3.9%, respectivamente. El valor del M2 se incrementó de RD$310,747 millones a RD$841,274 millones, para los años que van de 2005 a 2015. La depreciación del par de monedas peso dominicano por dólar estadounidense más elevada fue la de 2006, con 9.5%, y la más baja
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en 2010, con 2.5%. La acumulación alcanzó un total de 40.7%, para una depreciación promedio anual de 3.7%. Los años 2005 y 2007 hubo una apreciación del orden de 27.3% y 0.3% para cada año. El tipo de cambio varió de RD$33.44 por US$1.0 a RD$45.53 por US$1.0 de 2005 a 2015. Los ingresos fiscales acumulados alcanzaron la cifra de 132.0%, para un promedio anual de 13.2% y unos valores extremos negativos de 8.5% en 2009 y positivos de 25.9% en 2007. En 2005, los ingresos del fisco fueron de RD$157,326 millones, subiendo a RD$419,490 millones en 2014. La tasa de desempleo, que no puede ser medida con valor acumulado, al concluir 2015 se colocó en 14.0%, siendo esta magnitud la menor del período 2005-15; mientras que el valor más alto fue el de 2005, con 18.0%. El nivel de la tasa de desempleo a 2005 era de 18.0%, pasando a 14.0% en 2015. Finalmente, los gastos públicos totales acumulados se posicionaron en 163.9%, siendo el valor extremo superior de 34.1%, en 2005 y el extremo inferior negativo de 8.4%, en 2009. Los gastos totales pasaron de RD$162,377 millones en 2005 a RD$517,765 millones en 2015. Los datos acumulados que exhibe la economía dominicana dan cuenta que el país posee una mayor capacidad para exportar, importar, consumir, producir y mercadear en forma interna, sin que ello quiera sugerir que no presente desafíos en sus sectores interno y externo. El indicador del PIB acumulado es el más representativo para medir el tamaño muscular de la economía dominicana, pues de alguna manera incorpora al resto de los indicadores señalados, si se considera su ecuación clásica que lo señala igual a la suma del consumo, la inversión y el balance neto de las exportaciones e importaciones, todo en valores agregados finales.
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Nació en Santo Domingo. Graduado de economía por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Master en Economía y Planificación del Desarrollo, por el Consejo de Universidades Centroamericanas (CSUCA), Diplomado en Economía Política en la Henry School y en Gestión de Proyectos Sociales por el INDES/BID. Autor del libro Hechos Monetarios y Fiscales, coautor del tomo X de la Enciclopedia Dominicana
y
articulista
en
periódicos
nacionales y el blog Haivanjoe.com. Ha sido servidor público por 26 años, alcanzando los cargos de Tesorero Nacional, dos veces Contralor General de la República, Superintendente de Valores y Superintendente de Bancos, así como profesor universitario durante 15 años en la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD), Instituto Tecnológico (INTEC) y Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA).