Catalogo Antonio Espinar

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Las Rotas

Oleo sobre lienzo - 100x65


Dos pueblos y un pintor Antonio Espinar

Sala de exposiciones - sala 1

Casa de la cultura Del 9 de marzo al 5 de abril 2017



El hombre del Paleolítico sintió la necesidad de representar gráficamente sus deseos e inquietudes utilizando sus dedos, pigmentos e imaginación. Delacroix y Goya rompían con el Clasicismo y la línea, dando paso a las sueltas pinceladas de los Impresionistas. Todos utilizaron la mancha como vehículo de expresión en un ejercicio de Libertad y subjetividad... y nada es más objetivo que lo subjetivo. “No hay otra realidad que nuestra percepción” (Fernando Pessoa, poeta portugués 1888-1935). El Arte es Libertad y no es cuestionable cuando es sincero y coherente. Te puede agradar más o menos, pero es el fruto de una búsqueda y esfuerzo individual, que siempre hay que valorar o intentar disfrutar. Esta exposición tiene dos registros diferenciables pero muy interrelacionados entre si: a) La investigación de Antonio Espinar en su memoria egabrense, de Cabra (Córdoba) pueblo del interior de Andalucía que lo vio nacer. Luces, colores, personajes trabajando y costumbres que actuan como impresiones que establecen una comunicación directa con el espectador y la memoria colectiva local. Aquellas voces, olores y sensaciones básicas que construyen a la persona y la acompañan durante toda su vida. Calles, rincones, ambientes, juegos de luces, sombras y contrastes que rezuman un amor visceral a su tierra. b) Lugares emblemáticos de la tierra que donde ha desarrollado su vida: Alzira, la Ribera del Xùquer, el Mediterráneo. Campos de arroz, marinas, sitios mágicos donde encontrar aquello que se busca o se desea. Paisajes llenos de pura vida, tengan o no personajes, que impresionaron su retina, de tal manera, que creó la necesidad de plasmarlas subjetivamente sobre un lienzo; de volver a vivir una y otra vez esos mágicos momentos. Los pinceles y óleos juegan por la superficie del lienzo, poniendo de manifiesto y mostrando la destreza de toda una vida dedicada a la Pintura, llena de luchas, experiencias, dificultades y satisfacciones. La pintura de Antonio Espinar no es bucólica, ni complaciente; al contrario, transmite una vibración de energía y de color, que no deja indiferente al observador. Es una pintura extrema y crudamente personal y pasional, reflejando perfectamente su manera de vivir la vida. Reflejo de un sueño hecho realidad: el de un niño que quería ser pintor y lo consiguió.

José Antonio Espinar (Pintor y muralista)


El hijo del pintor Ciertas personas nacen con el peso de una “herencia familiar” a sus espaldas, no en términos físicos o de bienes o posesiones, sino con el peso de una actitud, un saber hacer y una fama adquirida por algún antecedente familiar, que pesa sobre ellos desde el momento en que deciden dedicar su vida a la misma profesión que su antecesor. Este es el caso de Antonio Espinar, el hijo del pintor, hijo de Rafael Espinar, artista reputado en su población y alrededores. Desde que Antonio Espinar decidió seguir los pasos de su padre, sabía que el listón estaba muy alto. En estos casos es imposible no hacer comparaciones: ¿lo hará igual de bien?, ¿lo hará mejor?, ¿peor?...Es común pensar que el antecesor, en el caso de Antonio, su padre, espera que su hijo lo supere, que adquiera todos sus conocimientos, los una a los suyos propios y todo junto alcance un nivel más elevado. Para la persona que recoge el “testigo”, el nivel de su antecesor es lo mínimo a lo que se puede aspirar. Es preciso demostrar que has aprendido todo lo que te han brindado, tu “herencia artística”, que lo has absorbido todo y lo has aprovechado y junto ha tu esfuerzo has logrado alcanzar un nivel superior… de lo contrario habrás fracasado. Esto suele llevar a que el nivel de exigencia y esfuerzo exigidos por uno mismo sea mayor y es lo que en muchos casos hace que el alumno supere al maestro. Este es el caso de Antonio Espinar, donde toda una vida de esfuerzo y lucha por superarse y avanzar han logrado que alcance un nivel superior al de su antecesor, su maestro, su padre, creando una versión mejorada de artista. Con el tiempo te das cuenta de que esta meta, este nivel a superar es irreal. Solo es una excusa, un motivo para coger energía y por el que esforzarte, una razón que te ayuda a crecer, hasta que encuentras tu propia razón. Rafael Espinar, el pintor, solo quería que sus hijos fuesen felices, que persiguieran sus sueños hasta conseguirlos. El sueño de Antonio era ser pintor y lo consiguió. Su padre puede estar orgulloso de él. Yo también soy “el hijo del pintor” y “el hermano del pintor” y estoy orgulloso de haber recibido esta “herencia familiar”, esta presión que me ha ayudado y motivado a lograr lo que hoy soy. Y estoy seguro que aunque siga mi propio camino, mi padre sabrá que he llegado a él gracias a tener unos pasos que seguir, unos referentes a los que mirar, unos listones que superar. Así que muchas gracias Papa, muchas gracias tete.

Jaime Espinar Muñoz Ilustrador e Hijo del pintor

Paraje de la Murta

Oleo sobre lienzo - 35x46



Plaza del Sufragio

Oleo sobre lienzo - 81x65



Murallas y Jucar

Oleo sobre lienzo - 100x65

Santa Catalina con torre Oleo sobre lienzo - 100x65


Plaza Mayor Alzira

Oleo sobre lienzo - 100x65


Casa de campo

Oleo sobre lienzo - 81x81


Paisaje

Oleo sobre lienzo - 100x81

La vid

Oleo sobre lienzo - 100x81


Murallas completas

Oleo sobre lienzo - 300x61



Bodegรณn con botijo

Oleo sobre lienzo - 81x65

Las Rotas

Oleo sobre lienzo - 100x81


Recogiendo la vid

Oleo sobre lienzo - 100x81


Segando trigo

Oleo sobre lienzo - 100x65



Pueblo Andaluz

Oleo sobre lienzo - 100x81

Ermita romeria

Oleo sobre lienzo - 75x65


Cuesta Bachiller Leรณn

Oleo sobre lienzo - 81x65


Cuesta de San Juan

Oleo sobre lienzo - 81x65



Calle tĂ­pica Cabra

Oleo sobre lienzo - 81x65



Plaza Vieja

Oleo sobre lienzo - 81x65

Palacio de los Condes de Cabra Oleo sobre lienzo - 81x65


Palmera y campanario Oleo sobre lienzo - 81x65



Antonio Espinar Urbano, natal de la Ciudad de Cabra (Cordoba), hijo del pintor y músico Rafael Espinar. En el año1970 me traslado a tierras Valencianas y monto mi estudio de pintura en la ciudad de Alzira, donde resido hasta la fecha. Mi primera exposición fue en el año 1980, en Alzira, bajo el titulo “Temas andaluces”, basado en paisajes y calles de mi ciudad natal, Cabra. Desde entonces, he realizado multitud de exposiciones a lo largo y ancho de todo el país. En 1992 abro mi propia academia de dibujo y pintura, ”TRAZOS”, en compañía de mi hijo Jose Antonio, impartiendo clases hasta el año 2013 Con mi maleta-mochila y mis ganas de pintar, recorro buena parte de España, Italia, Francia y Portugal, realizando en pequeño formato apuntes del natural, que es la escuela de la que más se aprende. Soy un hombre agradecido de la vida por haberme permitido realizar mi sueño, ser aprendiz de pintor. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.



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