Saludo del Rector Mayor
ANS
«La gracia que viene del Señor, a la que me abandono, vuestra ayuda y la de todos los salesianos en los lugares más diversos del mundo, y el amor que tengo y que tenemos por nuestros jóvenes, especialmente a los más pobres, me dan la paz y la fuerza necesarias».
COMO BÁLSAMO Y COMO FUEGO
C
omenzado mi nuevo sexenio, comparto lo que siente mi corazón. Doy gracias a Dios en cuyas manos amorosas nos encontramos y movemos. El sí que, una vez más he pronunciado, nace de la confianza en Dios y en vosotros, que formáis el alma y corazón de nuestra amada Familia. Aún me siento abrumado por ser el sucesor de Don Bosco. Me quedo sin palabras, cuando leo en su testamento espiritual lo que nuestro Padre escribía sobre esto: 2
• abril 2020 Boletín Salesiano
“Antes de partir para la eternidad, tengo que cumplir con algunos deberes hacia vosotros y así apagar un vivo deseo de mi corazón (…) Os dejo aquí en tierra, pero solo por un poco de tiempo; vuestro Rector Mayor ha muerto, pero será elegido otro que cuidará de vosotros y de vuestra eterna salvación. Escuchadlo, amadlo, obedecedlo, rezar por él, como habéis hecho por mí”. Sus palabras resuenan en mi mente y corazón como bálsamo y como fuego al mismo tiempo. Su figura es