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LA MANCHA URBANA DEL PARQUE EDIFICADO DENTRO DEL VALLE DEL MANTARO

LA MANCHA URBANA DEL PARQUE EDIFICADO DENTRO DEL VALLE DEL

MANTARO

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Según (Bazant S., 2010) : “El crecimiento de una ciudad se visualiza como la expansión de su

mancha urbana originada básicamente por su crecimiento demográfico tanto natural como aquel

ocasionado por absorción de corrientes migratorias de otras ciudades de la región o del país”

(pág. 477)

La mancha urbana es entendida como un producto construido que tiene su origen en

la satisfacción de necesidades de las personas que forman parte de un crecimiento

demográfico o migraciones de otras localidades de una ciudad específica. En las últimas

décadas surgieron diversas manifestaciones constructivas y arquitectónicas que si bien

se adecuan a un reglamento y plan específico sobre el asentamiento en diversas zonas

de ámbito residencial, comercial u otras, no fueron del todo adecuadas frente a la gran

Mancha Urbana del parque edificado, tal cual nos refiere Bazant, al que hacemos una

semejanza con el término “imprimante” sobre una ciudad en específico y a parque

edificado, término relacionado a la mancha urbana como lo construido, lo habitable para

el hombre y hecha por la mano de este. La metáfora imprimante, a nivel arquitectónico

se concentraría dentro de una ámbito vegetativo, forestal y productivo como lo es el Valle

del Mantaro, es así que, nos remontamos en la historia para comprender la situación

actual.

Ilustración 2: Concentración del parque edificado en la ciud-ad de Huancayo. Burga, Moncloa, Perales, Sánchez, & Tokeshi (2014).

En primer lugar, resulta importante mencionar el origen sobre el asentamiento de

varios pueblos dentro del territorio.

Los pueblos o agrupamientos urbanos dedicados predominantemente a la ganadería se ubicaron

en las partes más altas del valle, mientras que los de carácter agrícola lo hicieron en el valle

bajo. Pero hoy en día no hay una distribución con funciones tan claras y la mayoría de

poblaciones se encuentran en el valle bajo. (Burga, Moncloa, Perales, Sánchez, & Tokeshi,

2014, pág. 28)

Esta problemática tuvo repercusiones desde mucho antes por influencias europeas,

debido a su autoritarismo y concepción finita sobre las verdaderas necesidades y

costumbres de los pobladores como las de sus áreas agrícolas, productivo y de

recreación, la no existencia de centros urbanos e inclusive hasta la impropia vivienda

que evidenciaría el sesgo de aquellos en su implantación de desarrollo grandilocuente;

“la organización de estos poblados precede a las vías modernas y obedece más bien a la cercanía

de los poblados mayores, que tienen sus constelaciones alrededor” (Burga & Tokeshi, 2017, pág.

35) entendiéndolo como la unificación de pueblos que no debían de ser unificados o

concentrados al azar bajo parámetros erróneamente urbanísticos.

Ilustración 3: Huancayo como mancha urbana dentro de un valle fértil casi olvidado. Recuperado de Google Earth (2020)

En segundo lugar, Huancayo, convertido en el principal foco de atención en el que se

puede distribuir cualquier producto fácilmente a la capital por la Carretera Central, que

es la vía de acceso más importante entre la costa y la sierra, le da una característica de

conexión con el resto del país convirtiendo a Huancayo en la ciudad más importante del

Valle del Mantaro y uno de los principales abastecedores de la capital (Burga, Moncloa,

Perales, Sánchez, & Tokeshi, 2014, pág. 30) es así que, en cuanto a jerarquía, con respecto

al Valle primero se encuentra la ciudad de Huancayo, capital de departamento, le siguen

las ciudades de Jauja y Concepción, después están Chupaca o Pucará, luego los

pueblos y, por último, los caseríos.

Lo que causó este desborde edificatorio del cemento por sobre las técnicas rústicas y

propias del área se evidenciaron en el trazo urbano, espacios urbanos como: las plazas,

plazuelas, parques, calles, mobiliario, edificaciones públicas y principalmente la vivienda

donde se dio la más grande tendencia ocupacional a nivel edificatorio por la famosa

modernización. Tal fue el grado de impacto que hoy podremos denominarla como “la ciudad del ladrillo o el cemento erigido”, por lo que, el crecimiento de área urbana

corresponderá al crecimiento poblacional.

Entonces, a más progreso y desarrollo comercial, más destrucción y ruptura con la

tradición, mientras que, a falta de este, mayor preservación de estos ejemplos. (Burga,

Moncloa, Perales, Sánchez, & Tokeshi, 2014, pág. 29) ; el porcentaje de techos de tejas que

se mantienen en Huancayo y las poblaciones más cercanas solo preservan el 10% o

20% de sus techos de tejas, mientras que los pueblos más alejados de los ejes viales y

de los polos de “progreso” mantienen más del 90% de sus techos de teja y sus casas

patio. Pero donde se expresa la presencia de lo “chicha” con mayor osadía es en los hitos y elementos urbanos presentes en las plazas y los centros urbanos: nuevos

municipios de cristal espejo al lado de las iglesias, parques y miradores con extraños

personajes folclóricos, paraderos en forma de chullos o sombreros e ingresos

grandilocuentes.

El rompimiento de las técnicas y costumbres no adecuadas en el problema de la alta

densificación poblacional desplaza al ámbito paisajístico y agrícola, mientras que al

restaurar esto, la propia identidad del pueblo no se extingue y se preserva.

Ilustración 4: Región Metropolitana del Mantaro. Representación capturada en base al PDM de Huancayo (pág. 23), de forma propia para la investigación

En vista de ello, no se debería permitir que se siga aflorando la mancha urbana del

parque edificado en el valle del Mantaro, puesto que según Burga, Moncloa, Perales,

Sánchez, & Tokeshi , la concentración económica, edificatoria y de equipamientos que

conforman esta mancha en un solo sitio provocaría adicionalmente un degradado del

paisaje cultural del Valle del Mantaro, a esto, el parque edificado dentro de la mancha

urbana no debería de seguir los patrones estilísticos que se desvinculan de las

tradiciones y costumbres del lugar por el falso modernismo implantado y generado por

las demandas de actividades económicas.

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