TRES CERDITOS LLEGARON AL VALLE Y DECIDIERON QUE ERA UN BUEN LUGAR PARA VIVIR. EL HERMANO MAYOR LES DIJO:
—TENEMOS QUE CONSTRUIR CASAS FUERTES QUE NOS PROTEJAN DE LOS LOBOS.
PODRÍAMOS HACERLAS JUNTOS,
SERÍA MÁS FÁCIL PARA TODOS.
—NO, QUE CADA UNO HAGA SU PROPIA CASA COMO QUIERA DIJERON LOS OTROS DOS.
EL MÁS CHICO, QUE ERA EL MÁS TRAVIESO Y HARAGÁN, HIZO SU CASA DE PAJA.
EL MEDIANO SE ESFORZÓ UN POCO MÁS, PERO NO MUCHO, CONSTRUYÓ SU CASA CON MADERAS.
LOS DOS TERMINARON ENSEGUIDA Y SE PUSIERON A JUGAR.
EN CAMBIO, EL MAYOR, DIBUJÓ UN PLANO Y EMPEZÓ A FABRICAR LADRILLOS.
CUANDO LOS MÁS CHICOS SE ABURRÍAN DE JUGAR, IBAN HASTA LA OBRA DE SU HERMANO Y SE BURLABAN DE LA CASA DE LADRILLOS
QUE ESTABA CONSTRUYENDO, PERO ÉL NO LES HACÍA CASO.
UNAS SEMANAS MÁS TARDE, APARECIÓ UN LOBO HAMBRIENTO. LOS TRES CERDITOS SE ENCERRARON EN SUS CASAS. EL LOBO DECIDIÓ
EMPEZAR POR LA DE PAJA.
—¡JA, JA! —RIÓ EL LOBO—, PIENSAN QUE ESTA CABAÑA ME VA A DETENER.
—¡SOPLARÉ, SOPLARÉ Y ESTA CABAÑA DERRIBARÉ! Y TRAS DOS O TRES SOPLIDOS, LA CABAÑA
SE DERRUMBÓ Y LOS CERDITOS TUVIERON
QUE SALIR CORRIENDO HACIA LA CASA DEL HERMANO MAYOR, QUIEN LOS HIZO PASAR.
—¡SOPLARÉ, SOPLARÉ Y ESTA CASA DERRUMBARÉ! — GRITÓ OTRA VEZ EL LOBO. PERO LA CASA NI SE MOVIÓ. TODO QUEDÓ EN SILENCIO POR UNOS INSTANTES. DE REPENTE SE ESCUCHARON RUIDOS.
—¿QUÉ ES ESO?
—DEBE ESTAR TRATANDO DE ENTRAR POR LA CHIMENEA —DIJO EL HERMANO MAYOR—, PERO NO SABE LO QUE LE ESPERA.
—¡AUXILIO! ¡AUXILIO! ¡ESTOY ATRAPADO! ¡QUE ALGUIEN ME SAQUE DE AQUÍ, POR FAVOR! — EMPEZÓ A GRITAR EL LOBO. —TE AYUDAREMOS SOLO SI PROMETES NO VOLVER A MOLESTARNOS —DIJO EL CERDITO MÁS GRANDE.
—PROMETIDO, NO VOLVERÉ NUNCA MÁS A ESTE VALLE. ENTONCES EL CERDITO MAYOR MOVIÓ UNA PALANCA Y DESTRABÓ EL MECANISMO QUE LO HABÍA ATRAPADO.
—¡GRACIAS! ¡GRACIAS! —DIJO EL LOBO Y DESAPARECIÓ.
—¿Y AHORA QUÉ VAN A HACER? —PREGUNTÓ EL CERDITO MÁS GRANDE A SUS HERMANOS.
—¿NOS
AYUDARÍAS A CONSTRUIR NUESTRAS CASAS? ¿SÍ? POR FAVOR. —BUENO. ¡MANOS A LA OBRA!