1
2
EL PETISO OREJUDO DE PARQUE PATRICIOS
Esta es la historia de uno de los asesinos más sádicos en la historia de nuestro país a principios del siglo XX la cual se originó alrededor de los barrios emblemáticos de la Ciudad Buenos Aires
El Petiso Orejudo: A 100 años del último crimen de un asesino m ítico
HISTORIA DEL DELITO: Cayetano Santos Godino tenía 16 años cuando cayó por matar a un nene de 3 años, en diciembre de 1912. Confesó 3 homicidios más y pasó a ser el primer asesino serial local. Final. Dónde está el Bernasconi, Godino mató a su última víctima. /L LUCCA
3
“Mi papá me decía que en esa casa había vivido un asesino que tenía mucha soberbia y mucha maldad”. Ana Cipriano (43) repasa con la mirada el frente de la vieja fachada de Urquiza 1970, en el barrio porteño de Parque Patricios. A las 5.30 de la mañana del 4 de diciembre de 1912, de ahí se llevó la Policía a “El Petiso Orejudo”, un chico de solo 16 años que se convirtió en triste leyenda y al que la historia le dio el título de primer asesino serial de la Argentina. Es que a Cayetano Santos Godino, el petiso de las orejas como alas, se le atribuyen cuatro crímenes. Pero la leyenda urbana en que se convirtió ayudó a endilgarle otros. Sería algo así como el mito de La secuencia se desarrolló en unas pocas cuadras del barrio de Parque Patricios. La casa de Urquiza 1970 fue el punto de partida, aunque no era “una” casa, sino varias; era el estereotipo del conventillo porteño sobrepoblado de inmigrantes. “Los arquitectos de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico me confirmaron que, efectivamente, en ese lugar vivió Godino junto con Gardel, pero por una cualidad negativa: “Godino cada día mata mejor”. Del que no quedan dudas es de su último crimen , consumado un día antes de su detención. De él se cumplen 100 años mañana . “Una inquilina muy mayor, que ya vivía acá cuando llegamos a esta casa (lindera a la que habitó Godino), me contaba cuando yo era chica que este asesino violaba a los chicos y después les clavaba un clavo para matarlos”. Ana busca en su memoria los retazos de una historia que resonó muchas veces en su infancia, pero en la que nunca indago mucho quizá por el temor que le provocaba o por la lejanía en que la pusieron los años. Pero lo cierto es que el “Petiso” no era violador. Era asesino. Y piromaniaco. Y la referencia al clavo cabe sólo para éste que se recuerda, su último crimen. El cuerpo de Jesualdo Giordano, de 3 años, fue hallado el mismo día que Godino lo mató. Primero, le apoyó al nene una rodilla en el pecho para inmovilizarlo, le enrolló un cordel en el cuello y lo estranguló. Pero como vio que aún así seguía vivo, recorrió la quinta adonde había llevado a su víctima con la promesa de “comprarle caramelos” . El Petiso encontró un clavo de tres pulgadas (unos 7,6 centímetros), se lo apoyó en una cien y, con una piedra, lo martilló dentro del cráneo del nene. Después, se volvió a su casa.sus padres y sus 4
dos hermanos cuando se lo llevaron los oficiales de Policía Santillán, Torres y Peie”, le cuenta a Clarín el historiador y escritor Leonel Contreras. El testimonio de Ana Cipriano parece confirmar: su padre compró esa propiedad en 1966 y “estaba todo abandonado. Tenía muchas piezas...”. Pero hoy ese lugar se reparte en tres departamentos. El que a Godino fuesen a buscarlo tres oficiales habla de la magnitud del caso que los policías tenían que resolver. “Por sus características fue un crimen tremendo, que no había tenido antecedentes en el Buenos Aires de entonces; es quizá el crimen más importante de la historia argentina porque moldeó la figura del asesino serial” , agrega Contreras, autor del libro “La leyenda del Petiso Orejudo”. La que sigue es una transcripción de la declaración indagatoria que le tomaron a Godino poco después de su detención: “El declarante dijo que ayer se levantó a las 7.30 y salió a la calle por Garro hasta 24 de noviembre, por ésta hasta Garay, luego hasta Alberti y hasta Constitución, luego Jujuy y Progreso (actualmente, Cátulo Castillo) dónde encontró en la vereda a dos chicos de distinto sexo que estaban jugando, entonces trató de inducir a la mujercita a que lo acompañara ofreciéndole caramelos, pero no quiso hacerlo y por eso se dirigió al varoncito, quien lo acompañó al almacén de Progreso y Jujuy donde compró 2 centavos de caramelos y dio primero dos al menor y con éste caminó por Progreso hasta Catamarca y dobló por ésta. Como el chico llamaba a su padre, el declarante le dio otros tres caramelos para que siguiera con él, lo cual consiguió yendo hasta la esquina de Catamarca y 15 de Noviembre penetrando por el portón de la quinta”. La “quinta” era el casco de la estancia El Edén, que en 1912 pertenecía al geógrafo Francisco P. Moreno. Hoy se levanta allí un monumental edificio que está entre los más bellos de Buenos Aires: el Instituto Bernasconi. Su piedra fundacional se colocó en 1921, nueve años después del crimen de Jesualdito , Tiene escaleras de mármol de carrara, un parque verde y lleno de vida. Nada da la idea de que hasta allí arrastró a su última víctima el “Orejudo”. Amalia Cafara, de 81 años, descansa una tarde calurosa de fines de noviembre de 2012 a la sombra de los árboles del Bernasconi y despeja toda duda: “Sí, fue acá. Hace años que supe esa historia.
5
El ‘Petiso Orejudo’ mató a un nene acá. Pero este edificio está lleno de historias.
Por Álvaro Abós* Los atroces asesinatos que, durante el año 1912, cometió Cayetano Santos Godino, de 15 años, en la persona de niños del barrio de San Cristóbal, plantearon a la ciudad de Buenos Aires un desafío inédito: qué hacer con un asesino semejante, quien actuó con una crueldad desconocida y quizás nunca igualada, hasta hoy. El asesino se convirtió en un mito. La curiosidad y el miedo trenzaron fábulas y fantasías sobre Godino, el Petiso Orejudo. Su historia, además de comportar una tragedia humana, desnudó las caras de la Argentina de entonces, el régimen conservador y el país de la inmigración.
El Petiso ahorc Archivo
aba a sus víctimas con un piolín. Foto:
Se pusieron en juego los mecanismos policiales, penitenciarios, médicos, judiciales, periodísticos. La historia criminal de un país forma parte de la historia "grande", aunque pudibundez e ideologismos suelen confinar su materia al anecdotario truculento y banal .
6
Que criminólogos, investigadores de diferentes disciplinas sociales, escritores, periodistas, artistas reconstruyamos, reflexionemos y tratemos de comprender un episodio en este caso un personaje de la historia negra, es promisorio. Es aceptar con madurez que el pasado no es una colección de cromos heroicos sino una construcción difícil, levantada con oro y barro . UNA VIDA DESGRACIADA Por Rodolfo Palacios*
El caso del Petiso Orejudo trascendió la frontera del crimen. Se convirtió en una leyenda. Una huella que perdurará en el tiempo. También refleja una época. Por entonces, el asesino era demonizado hasta el extremo: a Santos Godino lo llamaron hiena, sátiro y bestia imbécil. Los criminólogos basaban sus teorías en el positivismo y hasta propusieron operarme las orejas al criminal. Y el Petiso Orejudo no era un ser extraño de la sociedad: era producto de la sociedad. Pocos tuvieron en cuenta su vida desgraciada, los golpes que recibió de su padre, la falta de educación y el hambre que lo llevaron a cruzar los límites. En un contexto donde la policía y la justicia tampoco hacían mucho para prevenir o actuar a tiempo. Un librito ilustrado con una caricatura de una oreja y un ojo desorbitado de Godino, publicado en 1953 y escrito por J. E. Fentanes, acaso define en una frase la forma de pensar de esa época: "Que el cielo juzgue al horripilante monstruo, que tuvo la desdicha de nacer para desgracia de sus semejante s".
7
Hijo de inmigrantes italianos, Cayetano se crió en medio de la pobreza y la violencia. Foto: Archivo
Hasta el mismo Carlos Eduardo Robledo Puch, a quien entrevisté en Sierra Chica, reconoce que el Petiso Orejudo fue una víctima más. "Los golpes lo dejaron idiota. Es más, quiso ir a la cárcel para aprender de otros delincuentes", dice Robledo, quien entre 1971 y 1972 mató a once personas. Está preso desde entonces. * Periodista, autor de "El Ángel Negro", "Adorables criaturas" y "Pasiones que matan" . ¿SE HIZO JUSTICIA? Por Raúl Torre* Cayetano Santos Godino (a) "El petiso orejudo" ha sido el primer caso registrado por la criminología argentina al cual se le aplica el labeling de asesino serial. El total de homicidios que se le adjudican es de cuatro, además de por lo menos siete tentativas; en todos los casos se trató de menores de corta edad. Fue condenado y enviado a cumplir su sentencia en la cárcel de Ushuaia. Allí le operaron sus orejas aladas, con la convicción de que en ellas podía encontrarse la causa de su maldad. La plena vigencia del positivismo de Cesare Lombroso, en la criminología de la época, tuvo influencia capital en el caso. Es que era llamativo en Godino su aspecto
físico, por su cuerpo mal formado de niño con rostro y sexo adultos, y un a 8
personalidad básicamente instintiva. Sus gestos y el contenido de sus conversaciones evidenciaban, rápidamente, a alguien de muy escaso desarrollo intelectual. Tenía orejas y extremidades desproporcionadamente grandes, y era muy limitado físicamente. La historia de Godino era común a la promiscuidad, la miseria y la marginalidad, estructuradas en las condiciones propias de la inmigración campesina pobre. Sus padres eran italianos provenientes de Calabria, a quienes en general se los conocía como genoveses, en una clara alusión al puerto de embarque y no específicamente a su lugar de origen. Pertenecía a una numerosa familia (tenía ocho hermanos), de las que habitaban los conventillos del Buenos Aires de fines del siglo XIX y hasta casi mediados del XX. Su padre, Fiore Godino, de profesión farolero encendía el alumbrado a gas y luego albañil, sufría de dos enfermedades, verdaderos flagelos en la sociedad de aquellos años, la sífilis y el alcoholismo, y era abusador y golpeador. Sobre su progenitora, Lucía Ruffo, hoy en día sentencia ríamos: madre claramente abandónica. Fue hallado sin vida en su celda, la nº 90, el 15 de noviembre de 1944. Y se llevó tras él la curiosidad de su sórdida historia... quedaron el mito, el paradigma y unas preguntas que tal vez hoy tengan una adecuada respuesta. ¿Era imputable? ¿Debía ser recluido en una prisión para delincuentes comunes? ¿Cuál fue el origen de su peligrosidad? Consecuentemente... ¿se hizo justicia? * Profesor de Criminalística, autor de "Homicidios seriales" y otros libros. Presentador del programa de televisión "Forenses" .
LA CREACIÓN DE LA FIGURA DEL "MONSTRUO" Por Leonel Contreras*40 9
Los crímenes del Petiso Orejudo ocurrieron esencialmente en 1912, un momento en el que Buenos Aires estaba dejando de ser la Gran Aldea que contó Lucio V. López e incluso la posterior "París de Sudamérica" que soñó Torcuato de Alvear, para convertirse en una de las metrópolis más hábitadas del mundo. Fue en este momento cuando empezaron a emerger en la ciudad una serie de situaciones que nunca antes habían ocurrido y que tenían protagonistas más bien propios de una ciudad de masas. Estos personajes protagonistas (es el caso de Godino) tuvieron una existencia concreta, ya que fueron seres de carne y hueso que nacieron, vivieron, actuaron y murieron en distintos momentos históricos que casi siempre es posible ubicar cronológicamente. Es común, sin embargo, que sus existencias estén permanentemente vinculadas con hechos ficticios o mitológicos, lo cual hace que pierdan su ubicación temporal para así ingresar en un mundo paralelo, un mundo "mágico" sin tiempo ni espacio. En Buenos Aires, de alguna u otra manera, todos o casi todos conocen la historia del Petiso Orejudo. Su "carrera" criminal lo ha convertido en uno de los asesinos más famosos (posiblemente el más) de toda la historia criminológica argentina. Sin embargo, de alguna forma íntegra la galería de estos personajes mitológicos que comentamos en el párrafo anterior. El hecho de que en una ciudad como Buenos Aires, que en 1912 estaba comenzando a nacer como una metrópoli masiva, haya aparecido un muchacho enfermo con instintos criminales, capaz de clavarle un clavo en la cabeza a un nene de 3 años, generó una de las figuras que toda ciudad de masas necesita: la del monstruo.
10
El asesinato de Jesualdo Giordano puso fin al raid criminal de Godino. Foto: Archivo
En el caso de Latinoamérica y especialmente de Argentina, donde no existió puntualmente una literatura gótica, tenemos que muchas veces estos monstruos tuvieron que ser tomados de la misma realidad. Ese es el caso del Petiso Orejudo, quien fuera el protagonista exclusivo de la página más oscura que tuvo la historia criminológica de Buenos Aires desde 1580 hasta la fecha. El Petiso fue el "monstruo" de Buenos Aires durante muchos años. No casualmente mi abuela, nacida siete años más tarde de la detención de Godino, suponía cuando ella era chica que éste andaba suelto por la calle raptando y matando chicos. Ocurre que evidentemente, el Petiso sirvió, al ser un asesino de niños, como un instrumento de poder para los padres porteños, que muchas veces se veían obligados a utilizar su figura como método para obligar a sus hijos a comer o bien para que no salieran solos a la calle. En este sentido tenemos que recordar que existen algunas figuras míticas tradicionales tales como el "Cuco" o el "Hombre de la Bolsa", que también han surgido con este fin y han servido desde antaño para "asustar" a los chicos a la hora de la comida. Este uso mítico de la figura del Petiso Orejudo obligó a magnificar la figura de ese personaje, cambiando incluso su fisonomía o haciendo que ésta se ignorase para convertirlo de esa manera en el monstruo que se necesitaba.
11
En la actualidad, aunque ya casi no se use para asustar chicos, la figura del Petiso Orejudo como "monstruo" sigue completamente instalada. Es por eso que sigue siendo común escuchar a historiadores y periodistas afirmar que Cayetano Santos Godino fue el "más terrible asesino serial de la historia cronológica argentina". De la misma manera, también es costumbre sostener que fue el primero de todos ellos. Pues bien, no fue ni el primero ni el más terrible, es más, algunos sostienen que ni siquiera puede ser considerado como un "asesino serial" convencional, ya que no tuvo un plan concreto de elección de sus víctimas. Sí, en cambio fue "asesino múltiple", aunque tampoco el primero: solo basta recordar las "andanzas" de Pepe Requejo y Domingo Cayetano Grossi. *Escritor, autor de la biografía "La leyenda del Petiso Orejudo ". LAS INCONGRUENCIAS POLÍTICO CRIMINALES DE LOS PRINCIPIOS POSITIVISTAS Por Carlos Elbert* El caso del Petiso Orejudo ha sido, en suma, un caso que permitió poner a prueba los conocimientos penales y criminológicos de comienzos del siglo XX, sus incongruencias, y lo que significaba llevar a la práctica las ideas positivistas dominantes. El caso Godino es una documentación clara, tanto de la aplicación de los principios positivistas, en particular los referentes a la peligrosidad y a la defensa social, como de las incongruencias político criminales a que esos principios conducían. Es curioso que, recurrentemente, el caso es reflotado por diarios y revistas, y reproducido de manera escabrosa, contribuyendo a perpetuar el mito del criminal nato, monstruoso y deforme .
12
* Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales. Profesor de Derecho Penal y Criminología (UBA). Autor de "Manual Básico de Criminología" y diferentes libros en esa disciplina, traducidos al portugués y al italiano . LA HISTORIA CRIMINAL QUE SOBREVIVIÓ 100 AÑOS Por Diego Galeano* A lo largo de la historia argentina existieron crímenes resonantes, conmovedores, con mucha presencia en la prensa y en las conversaciones cotidianas, pero que no trascendieron a las generaciones que lo vivieron. Cómo un crimen y un criminal sobrevive cien años en la memoria de una ciudad: esa es la pregunta que nos convoca. El centenario de los crímenes del Petiso Orejudo es una invitación al debate,
no tanto por la redondez del número o la fuerza de la efemérides, sino por el propio hecho de que un criminal perdure cien años en la memoria popular. No es algo común, ni obvio. Para responderla, partimos de la premisa de que no es posible pensar a un crimen pasado prescindiendo de la forma en que fue narrado, repetido, contado una y otra vez. La leyenda del Petiso Orejudo tuvo fuerza por su capacidad de activar la vieja cuestión de la monstruosidad, muy presente en la cultura popular, y a la categoría de anormalidad, central para los discursos y las prácticas que edificaron al sistema penal moderno. * Sociólogo e historiador, especializado en historia del delito y de la policía en América Latina. Autor de "Escritores, detectives y archivistas. La cultura policial en la ciudad de Buenos Aires, 18211910" . EL TRASTORNO ASOCIAL DE LA PERSONALIDAD
13
Por Daniel Silva*
Nos encontramos frente al caso de una persona que cometió diversos homicidios y delitos. Como resultado de las diferentes evaluaciones psiquiátricas que se realizaron a Godino y conforme a los diversos criterios diagnósticos que utilizaban los evaluadores, puede arribarse a una cierta controversia nosológica sobre cuál era en realidad la personalidad del "Petiso" y si el mismo presentaba alguna afección psiquiátrica que limitara o aboliera su capacidad para el reproche penal. Godino fue examinado, según las fotocopias del expediente, a las cuales he tenido acceso por los Dres. Negri y Lucero en primer término, luego por el Dr. Victor Mercante, más tarde por el Dr. Nelson y por último por los Dres. Cabred y Estevez. En todas las pericias, los expertos consignan elementos indicadores de lo que hoy llamamos Trastorno Asocial de la Personalidad .
Las orej as aladas de Santos Godino fueron motivo de estudio de criminologos. Foto: Archivo
Debe recordarse que por aquella época no existía en la Psiquiatría un ordenamiento consensuado de la nosología y cada profesional diagnosticaba el caso según la escuela en que se había formado. Los criterios diagnósticos tales como hoy los conocemos vinieron muchos años más tarde. De cualquier manera , las pericias
14
son coincidentes en destacar los "rasgos o estigmas degenerativos" típicos del positivismo reinante en la época. Aún más, Godino era el paradigma vivo de lo que el positivismo consideraba como "hombre delincuente". Hoy en día, con los conocimientos actuales en psicopatología, no cabe duda de que Godino debió ser considerado un caso de trastorno de personalidad de tipo asocial, injerto en un individuo carente de estimulación psicosocial. Es este aspecto el que a mi entender confundieron algunos de los examinadores cuando consideraron que el nombrado presentaba imbecilidad ( Dres. Lucero y Negri). Lejos de ello, el modus operandi de Godino evidenciaba un nivel de inteligencia práctica destacable. Lo que sí le faltaba era la impronta de la educación, pero no inteligencia. Tampoco debe olvidarse el contexto social como lo señala el Dr. Mercante en su dictamen, absolutamente marginal y poco favorecedor del desarrollo de los sentimientos sociales. En éste sentido podemos ser contestes con la Ley de Salud Mental (26.657), cuando reconoce a la misma, como un proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, c uya
preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social
vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona. * Psiquiatra, perito forense, autor de "Homicidios seriales" y otros libro s. El
Petiso Orejudo: primer asesino serial argentino Comenzó a matar siendo un adolescente. Sus víctimas eran niños indefensos. El de Cayetano Santos Godino es el caso más escalofriante de los que registran los anales policiales del país. Aquí,
15
su historia, reconstruida por Alvaro Abós, en la segunda entrega de la serie.
Un día de 1906, el empleado municipal Fiore Godino entró en la comisaría décima, en la calle Urquiza 550, y a los gritos clamó ayuda para controlar a su propio hijo, Cayetano Santos Godino, de sólo 9 años: ¡Señor comisario, yo no puedo con él! Es imposible dominarlo. Rompe a pedradas los vidrios de los vecinos, les pega a los chicos del barrio. Y si lo encierro en casa es peor. Se pone como loco. El otro día encontré una caja de zapatos. Había matado a los canarios del patio, les había arrancado los ojos y las plumas y me los dejó en la caja, al lado de mi cama. El comisario fue a buscar a Cayetano al conventillo de la calle 24 de Noviembre 623, donde vivían entonces los Godino, y se lo envió al juez. Tras una reprimenda, fue devuelto a sus padres. Como no mejoraba, en 1908 lo encerraron en un reformatorio de Marcos Paz. Iba a pasar allí tres años, pero no sirvió de nada .
Cayetano Santos Godino comenzó a matar y a quemar en un raid criminal como la ciudad jamás había visto. Buenos Aires celebraba con grandes fastos el centenario de la patria. La ciudad era una fiesta, pero algunos comensales no habían sido invitados. Entre ellos, Cayetano Santos Godino, que quedó en la historia criminal argentina y en la mitología negra de Buenos Aires como "El Petiso Orejudo".
Fiore Godino y Lucía Ruffo, dos campesinos sardos, habían llegado en 1884 a Buenos Aires. Eran analfabetos y huían de la pobreza, pero también de una tragedia personal: el hijo primogénito, también Cayetano, había muerto de un a afección cardíaca a los diez meses de edad. Después, los Godino tuvieron una hija , Josefa, 16
con la que emprendieron la travesía, y en Buenos Aires les nacieron nueve hijos más. Al último, que vio la luz en 1896 en el conventillo de Deán Funes 1158, lo bautizaron Cayetano, como al muertito.
La vida de los Godino no fue fácil; no sólo porque América ya estaba hecha, sino por las desventuras de Fiore. El padre de Cayetano era sifilítico y alcohólico, aunque se las arreglaba para ir tirando, hasta que finalmente consiguió un trabajo de farolero (encendía el fuego en los faroles de alumbrado). Cayetano era un chico frágil: enfermó de enteritis a los pocos años y creció raquítico. Peor les fue a algunos de sus hermanos, como Antonio, que era epiléptico. Cuando Fiore llegaba a casa las dos piezas del conventillo donde la familia habitaba les propinaba feroces palizas a Lucía y a sus hijos. Cayetano fue a varias escuelas, pero duraba poco: lo expulsaron seis veces y nadie le enseñó a leer. Cuando fue revisado por los médicos, éstos contaron 27 cicatrices en la cabeza provocadas por las palizas del padre y de su hermano Antonio.
A los siete años, Cayetano era tan bajo y menudo que parecía de cuatro. Lo llamaban "El Oreja" o "El Petiso Orejudo" porque sus apéndices auditivos eran grandes y apantallados. A los 8 cometió su primera fechoría. Tomó de la mano a un niño de 21 meses y lo llevó a un baldío donde comenzó a pegarle en la cabeza con una piedra. Al pequeño Miguel de Paoli lo salvó el vigilante de la esquina, que llevó al agresor a la comisaría. El padre tuvo que ir a buscarlo y todo quedó como una pelea de chicos. ¿Quién podía pensar que en ese incidente comenzaba su carrera el mayor asesino serial y pirómano nunca conocido en el sur de América ?
17
No se sabe qué sucedió durante los tres años que Cayetano pasó en la colonia penal de Marcos Paz, salvo que varias veces intentó fugarse. Pero a fines de 1911 mandaron a Cayetano a casa para que pasara la Navidad en familia .
LA NIÑA EN LLAMAS
El año siguiente, 1912, iba a ser un año lleno de acontecimientos, en la Argentina y en el mundo. Se hundió el Titanic en el Atlántico norte y en algunos cabarets de Buenos Aires comenzó a actuar un dúo de tangueros: el cantor Carlos Gardel y su guitarrista José Razzano. Pero para muchos porteños aquel 1912 quedó en la memoria como un año atroz, porque fue cuando un fantasma recorrió Buenos Aires dejando una huella de sangre.
El 25 de enero de 1912 se encontró, en una casa vacía de Pavón 1541, el cadáver de Arturo Laurora, de 13 años, golpeado y estrangulado.
A las seis de la tarde del 7 de marzo de 1912, una niña de 5 años llamada Reina Bonita Vainicoff, hija de inmigrantes judíos que vivían en la avenida Entre Ríos 522, miraba la vidriera de una zapatería. De pronto, sin que nadie atinara a darse cuenta cómo, el vestido blanco de Reina Bonita, lleno de volados y puntillas, comenzó a arder. Alguien le había tirado un fósforo. A pesar de los gritos desgarradores de la niña en llamas, y de que un policía se tiró sobre ella para apagar el fuego con el cuerpo, no pudo ser salvada. Reina Bonita, con quemaduras múltiples, murió 16
18
días más tarde. La tragedia se ensañó con la familia Vainicoff: el abuelo, al ver que su nieta ardía, cruzó la avenida Entre Ríos sin mirar y lo mató un auto.
El 16 de julio de ese mismo año, Cayetano incendió un corralón en Garay al 3100. En septiembre, mientras trabajaba como mandadero en unos almacenes del barrio, acuchilló a un caballo en los establos de Chiclana al 3300. Dos días después prendió fuego a la estación de tranvías de la Compañía Anglo, que tenía entrada por Estados Unidos y por Carlos Calvo. El 8 de noviembre de 1912, y en un descuido de sus padres, desapareció el niño Roberto Carmelo Russo, de dos años y medio, quien jugaba con su hermanito mayor en la vereda de Carlos Calvo al 3800. Minutos más tarde, un vigilante rescató a Roberto Carmelo en un baldío. Lo habían maniatado con un piolín. Junto a él estaba un muchacho menudo y de orejas apantalladas: alegó que acababa de descubrir a Robertito y estaba desatándolo.
Durante ese mes de noviembre, otros extraños sucesos conmovieron al barrio: alguien incendió un galpón de azulejos en la calle Carlos Calvo y Carmen Ghittoni, de tres años, fue golpeada en un baldío de Chiclana y Deán Funes. El vigilante llegó corriendo y sólo avistó de lejos al agresor, que huía. Cuatro días después, Catalina Neolener, de cinco años, sufrió un ataque similar en el umbral de su casa, en Directorio 78. Pero todo se iba a precipitar el día de la tragedia, el martes 3 de diciembre de 1912 .
UN CHICO LLAMADO JESUALDO
Pocos lugares habría más tranquilos que aquella cuadra de la calle Progreso (hoy Pedro Echagüe) entre Jujuy y Catamarca. Esa mañana, la señora María Giordano 19
abrió la puerta de calle y miró al cielo. Estaba nublado y bochornoso, pero no parecía que fuera a llover. Dirigiéndose a su hijo Jesualdo, un gordito de tres años y medio que llevaba una pelota colorada bajo el brazo, le recomendó:
Quedate jugando en la vereda, Jesualdito, pero no cruces.
Fue lo último que le dijo. Cuando volvió a verlo, su hijo estaba muerto. La tarde del 3 de diciembre Jesualdo fue encontrado en un basural conocido como la quinta Moreno, donde funcionaba antes el horno de ladrillos de la fábrica La Americana. Lo habían estrangulado con trece vueltas de un piolín que se le hundió en el cuello. Como no terminaba de morir, el homicida le perforó la sien derecha con un clavo de cuatro pulgadas, al que golpeó con una piedra hasta que la punta salió por el otro parietal. Luego tapó el cuerpito con chapas de cinc y se fue tranquilamente a su casa.
El horroroso crimen de Jesualdo Giordano hizo explotar a la ciudad. El conventillo de Progreso 2585, en el que vivían los Giordano, se colmó de vecinos indignados. Según la crónica del diario La Prensa, la policía sabía perfectamente quién era el asesino: sospechaba hacía tiempo de Godino, aunque no tenían pruebas. Quizá no se animaban a proclamar que un niño fuese el culpable de esos crímenes que la opinión pública adjudicaba a siniestras organizaciones criminales como la Mano Negra, dedicadas a secuestrar chicos.
"El Oreja", con inconsciencia, parecía provocar al mundo. Durante la reconstrucción del crimen de Jesualdo, Godino fue visto entre el gentío que llenaba la quinta Moreno. También fue al velorio, y hasta algunos dijeron que se mostró 20
compungido al acercarse al féretro blanco y tocar la cabecita con mano trémula. Se sabe que compró un ejemplar del diario y se hizo leer la crónica de los hechos (era analfabeto). Luego recortó la noticia y se la guardó.
Los vecinos que declararon ante la policía coincidieron: poco antes del hecho, habían visto pasar al pequeño Jesualdo de la mano con Godino. "El Oreja" fue detenido la noche del 5 de diciembre. Los diarios revelaron los detalles de la confesión del "Petiso", que habló durante varias horas .
LOCO MORAL
El proceso a Cayetano Santos Godino se prolongó por dos años, durante los cuales "El Petiso" fue recluido en el Hospicio de las Mercedes. Las más importantes figuras de la psiquiatría criminal concurrían para examinar al reo y comprobar cómo era aquel ser al que la prensa calificaba de fiera humana. Muchas voces reclamaron que se lo condenara a la pena capital, que entonces estaba en vigencia para delitos como el homicidio, aunque no podía aplicarse a menores. ¿Pero podía llamársele niño al "Petiso", aunque su partida de nacimiento dijera que sólo tenía 15 años?
Godino fue procesado por tres homicidios (los de los niños Arturo Laurora, Reina Bonita Vainicoff y Jesualdo Giordano) y once agresiones. ¿Cometió otros crímenes? El proceso nunca lo esclareció. Se dijo con insistencia que "El Oreja" habría matado a otros niños, por ejemplo la pequeña María Rosa Face, una nena perdida que nunca apareció ni viva ni muerta y cuyos padres regresaron a Italia.
21
También al niño Lautaro Marchi, que sin embargo no figura en el expediente criminal.
No había mucho que discutir en el proceso a Cayetano Santos Godino, asesino y pirómano confesó. Para el doctor Domingo Cabred, célebre alienista y director del Hospicio, Cayetano era un "imbécil", o bien un "loco moral": su degeneración provenía de la falta de afectos, la limitación de su inteligencia y su impulsividad mórbida. "Tiene conciencia y memoria del impulso destructor", sostenían los dictámenes, pero era un "degenerado hereditario", y ello explicaba su sadismo.
Godino era examinado como un cobayo; en el diagnóstico, se destacaban sus características físicas: la escasa talla (1,51 metros), la cabeza pequeña (microsomía); la extensión de sus brazos, que abiertos alcanzaban una envergadura de 1,85 metros; sus orejas desmesuradas y en asa, su miseria física y la desmesura de su órgano sexual. Todo conducía a una conclusión: Godino estaba predestinado al crimen .
El doctor Cabred sostuvo este diálogo con "El Oreja":
¿Es usted un muchacho desgraciado o feliz?
Feliz .
22
¿No siente usted remordimientos por lo que ha hecho?
No entiendo.
¿Piensa que será castigado por sus delitos?
He oído que me condenarán a veinte años de cárcel y que si no fuera menor me pegarían un tiro.
¿Qué pasaba por la mente de Godino cuando cometía sus crímenes? Según sus palabras, una fuerza ingobernable lo dominaba, el dolor le partía el cráneo y ese sufrimiento sólo se aliviaba golpeando, matando. Sin embargo, todos los exámenes descartaron que padeciera epilepsia.
¿Por qué incendiaba las casas? preguntaba Cabred
Porque me gusta ver trabajar a los bomberos. Cuando ellos llegaban, yo colaboraba trayendoles baldes de agua.
¿Y robar?
He probado, no me gusta. Godino fue condenado en 1914 a la pena de penitenciaría perpetua, que era irredimible. El juez lo envió a la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras, donde podía ser aislado en una celda. Allí pasó varios años. Aprendió a leer y escribir, a sumar y restar .
23
En 1923 se inauguró en Ushuaia un presidio de máxima seguridad. Se la llamó "la cárcel del fin del mundo". Godino, severamente custodiado y engrillado, fue trasladado a ella en el transporte Chaco .
LOS GATITOS MUERTOS
En 1933, José María Soiza Reilly, periodista y escritor muy popular, entrevistó a Cayetano Santos Godino en la celda que ocupaba, la número 90. Por esa entrevista, publicada en la revista Caras y Caretas, el público se enteró de que Godino había matado a dos gatitos que eran las mascotas de los presos, y que por ello le habían propinado una feroz paliza. También contaba que en una de las primeras operaciones de cirugía estética que se habían hecho en el país le habían achatado las orejas, esas orejas aladas que según algunos eran la causa de su maldad. La operación fue auspiciada por el gobierno, que envió un equipo médico y un fotógrafo a Ushuaia.
Cayetano Santos Godino nunca recuperó su libertad. Según el certificado de defunción, "El Petiso Orejudo" falleció el 15 de noviembre de 1944 por una hemorragia interna causada por gastritis avanzada. ¿Murió de una paliza que le propinaron los presos? Cuenta la leyenda que, cuando el penal fue clausurado, en 1947, los huesos de nuestro primer asesino serial no pudieron ser hallados en el camposanto del lugar. En cambio, la esposa del último director tenía un pisapapeles con el fémur de Cayetano Santos Godino .
24
Cronología de los crímenes de Cayetano Santos Godino "El Petiso Orejudo"
25
31 de octubre 1896 N ace en Buenos Aires 28 de septiembre de 1904 Da inicio formal a su carrera criminal. A fuerza de engaños lleva a Miguel de Paoli, de casi dos años hasta un baldío y allí lo golpea para luego arrojarlo sobre un montón de espinas. 1905 Agrede a su vecina Ana Neri, de apenas 18 meses. Le conduce hasta un baldío en donde le golpea repetidamente en la cabeza con una piedra.
1906 T oma a una niña de aproximadamente 2 años y la lleva hasta un baldío sobre la calle Río de Janeiro donde intenta estrangular , después, decide enterrarla viva en una zanja que cubre con latas.
26
1906 Cayetano sería denunciado ante la Policía por su padre al descubrir que ha martirizado a algunas aves domésticas.
9 de septiembre de 1908 Conduce a Severino González Caló, de 2 años, a una bodega ubicada frente al Colegio del Sagrado Corazón, ahí lo sumerge en una pileta para caballos cubriéndose después con una tabla para ahogar al pequeño.
15 de septiembre de 1908 Quema con un cigarrillo los párpados de Julio Botte, de 22 meses de edad.
6 de diciembre 1908 Sus padres lo entregan de nuevo a la Policía. Permanece recluido durante tres años. El 23 de diciembre 1911 Regresa a las calles; ahora es un criminal frío y terriblemente potenciado.
17 de enero 1912 Se introduce en una bodega de la calle de Corrientes y da rienda a otra pasiones: el fuego. El incendio que provoca tarda cuatro horas en ser sofocado por los de sus grandes bomberos.
26 de enero 1912 Asesinó a Arturo Laurora de 13 años.
7 de marzo 1912 Prende fuego a las ropas de Reyna Bonita Vaínicoff de cinco años, la pequeña fallece 16 días después .
24 de septiembre de 1912 Mata de tres puñaladas a una yegua.
27
8 de noviembre de 1912 Ata los pies y a ahorcó con un trozo de la cuerda que usa para atarse los pantalones a Roberto Rus so de 2 años
16 de noviembre de 1912 Intenta golpear a Carmen Guittone de 3 años.
20 de noviembre de 1912 Golpea a Catalina Naulener de 5 años por resistirse a ir con él.
3 de diciembre de 1912 Estrangula y le atraviesa el cráneo con un clavo a Gerardo G iordano de 3 años.
3 de diciembre de 1912 Es arrestado en su casa. 1927 Los médicos del penal le hicieron una cirugía estética en las orejas, porque creían que allí radica su maldad.
1933 Mató al gato mascota del penal arrojándolo junto con los leños al fuego
15 de noviembre de 1944 Muere en el penal de Ushuaia.
Probablemente el primer asesino en serie de la historia policial argentina. Este despiadado criminal desde temprana edad demostró su afición al asesinato y a la tortura, siempre eligiendo entre sus víctimas a niños .
Para mayor ilustración adjunto las fotografías originales del último asesinato cometido, que constaban en la causa penal .
28
29
30
31
32
33
34
35
Por la Gentileza de Carmen, quien fue Secretaria Del Cuerpo Medico de la Justicia de la Nación, adjunta la prueba de que Godino aprendió a leer y escribir, y tal vez también a realizar las operaciones básicas matemáticas :
36
37
38
Este trabajo fue realizado por los alumnos del curso de computación de la Escuela DE 6 Martha Salotti. Integrantes: ★ Elva Vargas ★ Sabina Culque ★ Mirtha Ance ★ Blanca Carrasco ★ Enzo Alemán ★ Adolfina Dos Santos ★ Brandon Acevedo ★ Brando Cansino ★ Raquel Ance ★ Teresa Sturla
39
Felicito a los alumnos de computación A, por la dedicación y esmero puesta en esta actividad compartida. Isabel.
40