E
n un pueblo muy lejano vivía una hermosa familia la cual tenia una niña muy contenta, alegre y divertida la cual estudiaba en la escuela del pueblo y su nombre era Adrianita. Un día el papa de Adrianita enfermó y la ella tuvo que dejar de estudiar.
Sus padres tenían una propiedad en la cual tenían muchos manzanos, y una tarde Adrianita se recostó bajo la sombra de un manzano y de repente volteo su vista hacia arriba y se percató que los arboles estaban llenos de manzanas y pensó ¿Qué podemos hacer con tantas manzanas?
Fue corriendo hacia su mama y le dijo, Madre, ¡Madre! Deberías de hacer pastelillos de manzana y venderlos en el mercado del pueblo. Así lo hicieron y Adrianita fue a vender sus pastelillos al mercado, toda la gente del pueblo degusto un pastelillo de manzana por que no existía en el pueblo ningún panadero que elaborara un postre tan delicioso como el que Adrianita hacía.
Pronto las ventas de los pastelillos fueron un excito y se vendĂan tan rĂĄpid y pronto empezaron a vender muchos mas pastelillos en diferentes punto elaboraciĂłn de los pastelillos, y pronto Adrian
do que la niĂąa pudo comprar medicamento para que su padre se mejorara os del pueblo, pudo regresar a la escuela y toda su familia trabajaba en la nita se convirtiĂł en una feliz y ÂĄGran repostera!