99 99 % ácido de @PoetastroMx

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POETASTRO 1


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Mis queridos. Algún día el sueño cesará y terminaré tirado en una banqueta, sin dinero, probablemente medio muerto; sólo trátenme bien, la escribida no deja mucho, si me van a querer, quiéranme pobre y destalentado. Aquí yace vertido un pensamiento. Hay poesía, misoginia, música y yo, bienvenidos sean siempre a este pocillo que es suyo como mi corazón. Diviértanse sin destruirlo.

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ÍNDICE Prólogo | 7 #CUENTOpoetastro Gabriel | 9 La fábula del Señor y el genio | 9 Gage | 10 Embarrada | 11 Amor mío córtame en pedacitos | 11 El beso eterno | 12 El cuento de la nada | 14 El lazo | 14 Desde siempre | 15 La fábula del zanate | 15 Espiral | 16 Donde se cruzan las líneas paralelas | 16 Corazón de Dios hecho caldo | 16 1969 | 17 Un caballero | 18 Palabra | 18 61 kilos de mujer suspendida | 18 An old gray morning in Toronto | 19 ¿De quién son, lo nublado y la llovizna? | 21 El fanfic de Mario B. | 21 El hombre que hubiese querido matar a besos y abrazos | 21 El poder del bello facial | 22 Bienvenida | 22 La pareja perfecta (extracto) | 23 La pareja perfecta | 23 Seguimos la luna | 26 Puta | 26 Volveré para ser la misma | 27 Make up | 28 Señal con alas de pollo | 30 Dejarse libres | 31 Adán y Eva | 31 Los años ya le reclamaban a la muerte | 31 Ágape | 34 Sopa para un príncipe | 38 Lo que hubiéramos sido si no la hubieras cagado | 40 #POESÍApoetastro Un poeta de tropa | 51 Premonición de una lactancia | 52 5


Apenas lo necesario | ¿qué tienen? | 53 En su ausencia | 54 Cosquillitas en los labios | 55 No sé | 56 Siento dentro de mí | 57 La chica huesuda | 58 El feo con bonitos sentimientos | 59 Estar seco, es decir, jodido | 60 Voto | 61 #POSTpoetastro I – XII | 63 Amen, ya amando no lo dejen de hacer | 67

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PRÓLOGO

El presente es una antología que va en prosa y poesía, busca causar un efecto, algo así como una implosión en el lector, con temas universales como el amor, la vida o la muerte (qué historia no los abarcaría), adaptados en la actualidad, pasando por ficción, comedia, drama y un poco de terror. Son 33 cuentos y 10 poemas que eclosionan. Los cuales al momento que lean, desearía que sientan que me abrazan, que me besan, que me quieren, que me brinden sonrisas y palabras de aliento, que lean estas narraciones imaginándome bello [Suspiro]. La mayor deuda que contraje al escribir este libro de modo y momento fue gracias a la influencia de 4 grandes mundos: 1) poesía escrita por Bécquer, Byron, Rimbaud, etc.; 2) cuentos de Benedetti, Márquez, Poe, Barker, Lovecraft, etc.; 3) música en géneros rock, latino, metal, pop, etc.; 4) la mujer de mi vida, quien me ha inspirado a seguir mis sueños día a día. En dichos aspectos descubrí la hechicería sensorial, una sinfonía de puntos de vista de lo que es la vida, sus matices, tonalidades y perspectivas. Debo aceptar que de los muchos versos que mi pasión había escrito y mi frustración había borrado, estos sobrevivieron para darme libertad, no me engañan, no me deshonran, es una substancia que puede ser compartida.

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#CUENTOpoetastro

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GABRIEL ¿CÓMO ME MATO? Se preguntaba Gabriel, un sujeto que intentaba a toda costa hacerse real. ¿Cómo me mato? Filo, residuos tóxicos, vapor, actividad, asesinato, asfixia, puñaladas, y su mejor, el ‘envenenamiento’ que figuraba perfecto sin el probable vómito que lo arruinaría. De sólo pensarlo, como siempre violentamente el alma intentó salir, y él murió, murió como en otras tantas veces en las que quería sólo hacerlo, porque morir es despertar por las mañanas, abrir los ojos y aún seguir adentro.

LA FÁBULA DEL SEÑOR Y EL GENIO — Hola [Habló Dios]. — Qué ondas [Dije mientras iba en bicicleta]. — Hijo, ¿por qué el mundo está tan jodido? [Su voz era terrenal]. — No lo sé, usted lo creó [El viento estaba tibio]. — Sí, sí, 16 veces sí, pero, por qué, si a toda su gente los he hecho igual [Se le quebraba la voz]. — ¿No se ha acostumbrado después de 2 mil años apeñuscados? [Me detuve frente al semáforo en rojo]. — Creí desaparecería ese sentimiento de melancolía, por sólo Ser, Estar, ¡carajo!, por qué no sólo la Nada y no yo [Su voz volvió a ser honda]. — Mire, sabe bien que somos imperfectos [Me ajustaba el casco]. — ¡Eres un genio! [Es-un-genio, pensó]. — ¿Qué? [Mi expresión fue torpe]. — ¡Exacto! Por ello son bellos, fugaces. ¿Yo cuándo voy a morir? ¿De dónde vengo? [Concluyó Dios resignado].

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— Amo, a usted le hace falta una buena introspección [Miré cómo el cielo estaba abierto y cómo un colibrí se posó en mi cabeza]. — ¿A cualquiera le pasa? [Meció su gran barba]. — Señor, usted es Eterno [Soleaba el día]. — ¿A cualquiera le pasa? [Repitió insistente]. — Señor, a cualquiera le pasa [Repetí. Quise palmarle el hombro, se puso en verde el semáforo y arranqué sin pensarlo de nuevo].

GAGE Ese hombre era tan común que de no haberse mantenido un tiempo considerable allí, en la vida, nadie lo daría por hecho. Su nombre era Emiliano, el hombre más triste que ha existido. Si ha visto que llueve, son sus lágrimas que caen del cielo. Contiene una soledad que no le entorpece, ya que para los trabajos diarios, y más si eres un redactor publicitario, es de suma importancia. Pero, no es él, el centro, sino más bien su gato, al cual le dieron sepultura unas cuantas personas amigas. Si lo recordamos a como era, se diría que fue el felino más comprensible, tierno y lindo, su pelaje esponjoso y su negrura hacían recordar a la noche. Ese gato, le valió a su dueño un poema de veintitrés cuartillas y diez minutos de recitación en el velorio. El tercer piso, el departamento 10-A quedaría vacío sin su compañía. El tipo anglosajón de extremidades largas, después del entierro regresó a su apartamento a tan sólo tres cuadras. Se fue quitando el traje teñido de negro, parecía que se arrancaba el alma, tomó un gancho y colocó su espíritu figurado en prenda. Aquel gato, hizo falta. Su nombre era Gage, y un día, sólo estaba muerto. Aquella fecha quedaría marcada de por vida, ya que el animal se había llevado consigo, la esperanza. Durante toda una semana en luto, no tuvo que salir para realizar el trabajo. Ese hombre era tan común, que no haría falta describirlo, por ello, lo único que le caracterizaba, eran aquellos brillantes pensamientos creativos. 10


Su apartamento era bien cuidado, gris, cómodo; si bien era algo hogareño y modesto, ¡aquel frasco!, era contrastante, pues ante la obsesión por Gage, lo mantenía puesto en la sala, en un recipiente lleno de formol, en donde dormía. Era tal el cariño por ese gato, que le hablaba como si aún aquel felino le respondiera. Tuvo que desenterrarlo, aunque las larvas ya habían devorado al animal, descarnado gran parte de la espalda, carcomido el hocico y dejado los ojos blancos de leche como clara de huevo. Resguardado, Gage para Emiliano aún vivía en aquel departamento.

EMBARRADA No era la melancolía en sí, sino más bien la mujer que la provocaba, pues qué cosa tan más sentimental, mirar que siempre tirada en el sofá, fumando un cigarrillo, pero mucho más milagroso sería observarla en el balcón, donde en ocasión aún puedo verle fumando misteriosa. Aquella escena aún radica en mis más profundos pensamientos, puesto que en cierto día, el cual no logro recordar, me preguntó ¿Me matas? le tengo miedo al suicidio. Le contesté de broma que si con la pala, mientras bebía leche con chocolate. Como los pobres no, contestó desde la puerta. A cuchillazos o ahorcada, seguí bromeando mientras ella me aniquilaba con la mirada. Recuerda que no tenemos dinero. Entonces me vio como cosa fea, y ahí, ahí fue cuando ella, en el balcón de un séptimo piso se tiró al borde. La vi volar y rápido corrí para verle caer y quedar ‘Embarrada’, la pintura más tétrica que he visto, así titulé ese retrato.

AMOR MÍO CÓRTAME EN PEDACITOS — ¿Shibari; esto te excita sexualmente?, ten en mente que sangro muy rápido. — No te preocupes, estarás bien. — ¿Es necesario qué me coloques la cuerda en el cuello? — Te cuidaré.

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Tocaron a la puerta, la dejaron sonar, mientras la joven colgada le preguntaba — ¿No vas abrir? —, y gritaron el nombre de ella. Entonces, se acercó cuidadosamente a la puerta y tocaron de nuevo, pero esta vez con una patada que le derribó, el hombre cayó de espalda, cuando intentó levantarse no vio sino un puño mal dado, el cual, por cierto, lo dejó desangrado para siempre. Y la mujer quedó atada. — ¿Qué haces?, dijo el invasor. La mujer callada, intentó zafarse y correr hacia la salida. El sujeto le había entendido una sonrisa como un coqueteo. Celoso luego preguntó — ¿Quién es? — apuntando al hombre tirado. — Es mi novio. ¿Tú quién eres? El tipo agarró un cuchillo para rebanarle uno a uno los dedos regordetes, las manos, las piernas, luego las orejas. Le tasajeó el cuerpo que era sólo un bulto de sangre. También le arrancó los ojos: ella desfigurada, sin moverse, sin ver, sin escuchar, sin nada, sólo ella, viva para él, pero, cortada en pedacitos.

EL BESO ETERNO — ¿Cómo te llamas? [Quedó en el aire aquella pregunta]. — ¿Te gustan mis ojos? — Te combinan bien. [Era obvio que estaba llorando desparpajada por algo y el chico quería arreglarle el vaivén de las emociones. Quiso abrazarla sin tratar de ser dañoso, ni de perturbarle]. — ¿Cómo te llamas? [Le contestó calmadamente con su nombre mientras se limpiaba las lágrimas con las yemas de las manos]. — ¿Angélica, oye, qué esperamos? — [Luego ella se paró para patear un bote mientras caminaba en círculos. De nuevo se secó las lágrimas con naturalidad]. — ¿Esperamos? ¡Espero, una estrella fugaz! [Respondió].

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— ¿Y para qué? [Tuvo que volver a preguntar]. — Para olvidar con magia, dejar de extrañar, dejar la melancolía de lado. Pues desearía no apreciar la soledad como un sentimiento palpable. — Pero no llores [Le pidió el chico]. — Deseo dejar de sentir pereza de nostalgia [Y volvió a llorar recordando. Luego le comentó de su madre recién muerta, de su padre perdido y de la soledad que le embarga con crueldad. Lastimoso, Esteban, aquel niño, de manera tierna le tocó la cabeza y le empezó a acariciar el pelo a la morena de ojos claros y profundos, buscando hacer tiempo e inventar una esperanza]. — Me dio hambre. Mi madre cocinaba de maravilla [Suspiró hondonada]. — ¿Y si bailamos? — No esperes mucho, tengo dos pies izquierdos, pero me esfuerzo bastante. [Se abrazaron estrujando los cuerpos, como los últimos pedidos de un desahuciado. Entonces, un tropezón de nerviosismo, rompió con los movimientos. Se soltaron para seguir viéndose de reojo queriendo capturar una estrella fugaz y pedir un deseo cuando el cielo estaba muy nublado]. — ¿Quieres ser mi novio? [Le tomó de los hombros y rápido se disculpó por la pregunta coqueta que sonrojó de colores y enmudeció al muchacho. Allí, la maltratada Angélica le haló del brazo para darle un beso de impacto en la boca momento antes de irse como el fantasma que aparentó ser. Luego la muchacha se marchó entre el oscuro parque y los gritos de “Sí, sí” de Esteban quien había obtenido su primer beso, el de por vida, de una joven que volteaba sólo para sonreír mientras se iba. Luego ya no se volvieron a ver, jamás].

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EL CUENTO DE LA NADA Hubo una preparación para ese punto de partida, recordó los sueños como tan sólo un experimento de la muerte, pero ya estaba frente a la nada eterna.

EL LAZO Sebastián, un hombre mujeriego y muy posesivo, tenía las relaciones pasionales más destructivas. Debido a que nunca pudo tener hijos, empezó a coleccionar juguetes y ropa interior de las mujeres que lo visitaban; dentro de la fila estaban jóvenes, señoras casadas y divorciadas con demasiado apetito sexual. Aquel individuo tenía unas peculiares manías, unas obsesiones fantásticas: un feto humano y unas botellas de esperma que se mantenían en helamiento lo confirmarían. Cierta noche de otoño, estaba tasajeándose los brazos como cualquier otro domingo. Desangrado, entonces se arrastró por el piso para ver por la ventana la bella luna de octubre. Tirado, le amaneció mientras el sol le daba en la cara. Se escucharon unos fuertes golpes que llamaban a la puerta, más sin embargo, no abrió. Se recostó en el charco de sangre que ya casi se resecaba. Y, se volvieron a escuchar los toquidos. Mariana: ¿Aún me quieres? Aquella suave voz le pareció inconfundible, entonces, rápido trató de limpiarse la sangre, de ocultar el llanto provocado por la soledad. Abrió despacio al impacto de Mariana, una pequeña mujer, que fuese lo que fuese, encerraba puro sentimiento al rojo vivo. Mariana: Intenté arreglar las cosas, pensé en regresar, pero el camino parecía estar destruido, ¿puedo pasar? Sebastián: Pasa, se limpiaba las heridas que aún destilaban sangre. Los dos se mostraron tímidos, rehuyéndole a preguntar cualquier cosa lastimosa. Y ahí, se dejó sentir una espesa nube de veneno. Tenían miedo de abrazarse de nuevo. Mariana: ¿Recuerdas el día que me fui? Sebastián: Ya casi 7 años. Después de saber que te habías ido gracias a un MSM de despedida, apagué las luces, me asomé para ver hacia fuera y ahí estaba la flor que me habías dejado entre los barrotes de la reja. Gracias por el detalle, pero no gracias. Mariana: Lo siento. Por cierto, ¿aún tienes esa flor? Sebastián: No, contestó mientras seguía limpiándose las heridas. Mariana: ¿Y…? Sebastián: ¿Tu hijo?, aún lo tengo. Mariana: Antes solías tener buen tacto. Sebastián: Antes, antes, antes de que me hirieras. Lo hiciste mucho más profundo de lo que las heridas ‘éstas’ pueden dañarme. Aún tengo ese feto que me dejaste, el cual se te olvidó en tu huida. 14


Ahora, si vienes sólo a perturbar sabes dónde está la salida, por favor, aléjate, déjanos solos. Mariana: ¿Puedo verlo? Sebastián: Nunca has sabido cómo llegarme. La ventana dejó entrar el aire fresco que movía las cortinas ondulantes. Mariana: Eres una persona con serios problemas. Sebastián: ¡Ajá, ajá! Si tanto lo quieres y si sólo vienes por él, por qué no sólo lo tomas y te vas. Caminaron viéndose al filo del parpado, mientras se dirigían al refrigerador, de donde sacaron el feto envuelto en una bolsa de mandado. Provocando así el llanto de esa mujer que blanda intentó tomarlo, mientras que el amargo corrió rápidamente hacia la ventana deteniéndose a su orilla, amenazando con aventarle varios pisos abajo. El sol calentaba esa bolsa, derritiendo el hielo y el poco material amniótico que conservaba con tal proporción y atributo el cuerpecito de esa criatura sin vida. Sebastián: Me engañaste, siempre fui estéril, y ahora vienes a reivindicarte no conmigo, sino con él. Luego arrojó el producto por la ventana y en el aire, bajo los destellos de la luz, un brillo pareció darle movimiento de vidorria al feto, el único lazo que los unía.

DESDE SIEMPRE Bien ha conocido siempre que no ha servido de nada, que nunca ha sido lo suficientemente bueno para nadie. Para las ocho de la mañana ya estaba en la esquina de S. Broadway y Blvd. Olympic de Los Angeles, harapiento y con su fiel perro. Las personas iban y venían, de pronto surgió una mujer de algunos 50 años, morena, hermosa, una mujer a la que siempre esperaba porque lo hacía poco a poco valiente y le atrapaba el alma al revolotear su corazoncito, aunque ella no le miraba con los mismos ojos. ¿Recuerdas —Se preguntó a sí mismo el vagabundo—, recuerdas cuándo al verla por primera vez introdujiste tu brazo al pecho y con el corazón en mano sabías que la amabas desde siempre?

LA FÁBULA DEL ZANATE Todas las noches un Zanate graznaba de una forma tan profunda y dolorosa que las personas cercanas sentían que les pedía auxilio con ‘Necesito un alma’. A media noche, cuando las estrellas resplandecían más que nunca, una ráfaga de un farolero imaginario 15


extinguió por completo el cielo. En medio de la oscuridad, la sentimental creatura, notó que la noche se tornó algo perfecta. Una mujer desnuda se fue acercando, extendió sus brazos para tocarlo. Desplegó las alas, se ensanchó y graznó a la madrugada. Como si alguien tiranamente lo agarrase de los extremos se fue estirando. La fisionomía a la que pertenecía cambió total. La mujer se acercó todavía más. Indefenso y atosigado con tan tosca transformación a hombre, no sabía cómo besarla y tocarla. Para sorpresa a los dos, sus almas tiernas y vivas se comunicaron con miradas o graznidos que cantaban a la noche un ‘Gracias’.

ESPIRAL Es triste, pero, en algún lugar hay un pobre tonto pensando a una mujer, esa mujer es una tonta y piensa en otro hombre, también tonto, quien piensa en otra tonta, y a su vez ella piensa en el primer hombre que pensó, es como una espiral en la cual sólo algunos triunfan.

DONDE SE CRUZAN LAS LÍNEAS PARALELAS Un día simplemente van dos personas como líneas paralelas, luego se cruzan por el universo, digamos que uno es “Y” y el otro “X”, ambos son un secreto que se complementa, como ejemplo el café con leche o el sazón de alguna mamá, y esos dos mundos que nadie sabrá desde dónde se miran no se repiten, nunca se repiten.

CORAZÓN DE DIOS HECHO CALDO Bienvenida, después de decirte adiós con un fuerte apretón de manos porque resulta que a ti no te gusta besar cuando estás de partida, cerré la puerta detrás, me senté frente al computador y con el celular en mano vi el mapita cuando te alejabas en Uber. Me diste un poco de lástima porque sé que ibas con el corazón de Dios hecho caldo, sazonado de estrógeno y hormonas. Examinando el álbum de fotos de ese día, me topé con la mejor, tú,

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¡bárbara!, con la mirada fija, como atrapando universos en tus ojos, ¿y sabes que es lo más curioso de todo?, que fue una captura espontanea. 1969 Abuela: Estoy asustada. Abuelo: Prométeme que te cuidarás mi mayor impacto. Nuestro amor es tan grande, pero cabe en este bolsillo [Hizo un blando ademán de su brazo para ver que no traía bolsa en la bata blanca]. Abuela: Sigues siendo el más gracioso de los dos. Abuelo: Lo sé [Sonrió]. ¿Te dolerá cuando me extrañes y no esté? Abuela: Siempre te habrás ido a medias [Cómo le explico que mi mundo nunca será el mismo sin él; pensó]. [Entonces recordaron aquella primera vez juntos, a los 16, en la última primavera de los 60´s, cuando se asieron de la mano y crearon esa bonita historia dorada que estaba llegando a su fin entre el vertiginoso sentimiento de tristeza y los repetitivos “Te amo”, “Te amo”]. Abuelo: Siempre has sabido lucir el negro. Aún me acuerdo de esas camisas que usabas, incluso esos pantalones remendados, tus favoritos, los que casi nunca te quitabas. Eres una flor obscura y rebelde, la más bonita de todas. Abuela: Cuidaré de tu Black Sabbath [Trató de bromear y juguetear como niña para hacer del desenlace algo más dulce, cuando ya estaba tornado 99.99 % de ácido]. Abuelo: Gracias. Prométeme que los verás por mí. Abuela: Así será [Se tapó el rostro para suspirar]. Descansa, te lo mereces, lo lograste [Hizo una pausa], te necesitaré. Probablemente no pueda estar sin ti. Abuelo: En cualquier otro caso, yo tampoco lo podría, pero tú eres más fuerte y valiente que yo, siempre lo has sido. Abuela: Extrañaré tus ojos al observarme por la mañana, cuando aun ando despeinada. 17


Abuelo: Eres muy linda. Valiste, o te salgo debiendo cada segundo a tú lado [En ese momento se aguantó las ganas de llorar, para así agarrarle el rostro con dulzura y abalanzarse a darle el último beso lazado, uno que quedaría grabado en el paladar, la lápida de su memoria para siempre]. Abuela: Y tú, cada segundo a mi piel, mi inmenso corazón de león. Siempre estarás a mi lado. Abuelo: Abrázame [Le sugirió lleno de miedo, antes, antes de partir y dejarla rota].

UN CABALLERO

Un caballero testificó el milagro de ver a una mujer de frente y de espalda al Sol. Maravillado de advertir cómo ella opacaba a la inmensidad, y cómo el término de belleza dejó de entenderse como tal, se preguntó por dónde ha de empezar a besarla, y en dónde ha de montarle su altar.

PALABRAS — Juguemos con palabras, insinuó ella sonriendo. Pensando era inofensivo, propuse el vocablo — Mano. Ventajosa, dijo — Y la mía sobre la tuya. Me derretí y me tuvo atrapado — Tú ganas.

61 KILOS DE MUJER SUSPENDIDA Nunca antes alguien imaginó que para el marketing todos somos el perro de Pávlov, Amelia lo sabía por eso se prostituyó. En esencia perdió a todos los que no sirven, se burlaron de ella por ser quien es, y eso la hizo un efecto placebo, dentro de lo que cabe, feliz. Desde 18


niña pensó en su amor platónico pero él vive a la orilla del mundo. Cuando la vi por primera vez sobre av. Calzada de Tlalpan tenía un aire a Brigitte Bardot. La vida, decía ella «La vida me pasa de largo por sobrevivir», la frase puede ser alternada con «Sobrevivir lo hago mientras vivo», la verdad no recuerdo su figura retórica, pero el chiste es ese. Una de las primeras clases que me dio, fue que a las chicas ya no les gusta la misoginia, que cada vez los hombres se complican, que por ello hay mucho tipo decepcionado. Había miedo enroscado a mi espina dorsal y el despeinado de mi cabeza lo explicaba; lucía perfecta aún sin medio pulgar, me le acerqué; a su modo era bonita y cuidé mis palabras. Me pensaba como un símbolo del profundo deseo de los jóvenes por cambiar y transformar la sociedad. Para mí, la verdad, era como París en una persona. Al pasar el tiempo llevábamos una relación de pareja casi como un matrimonio por el que tenía que pagar, algo así como un comité. En definitiva había un rompecabezas en el que esa mujer no encajaba. Confieso, lo mejor de ella eran sus pláticas al amanecer, cuando apenas iba llegando, «El resurgir de lo desconocido o borrón y cuenta nueva» expresaba empapada de color. Por mi parte y viene muy al grano, gustaba, ya no, leer los periódicos amarillistas con una cerveza en mano todas las mañanas, reía locamente con los títulos humoristas, pero jamás pensé que un día como el pasado 16 de agosto me atraparía tanto uno de ellos, ‘61 kilos de mujer suspendida’. Me endiosé, lo juro, a partir de que atravesó sus ojos marrones sobre mí, con esos mismos que le indicaron cómo reforzar la soga en un nudo para ahorcarse.

AN OLD GRAY MORNING IN TORONTO (1.a parte) — What do you think? — En nada [Dijo Susana acostada, a oscuras, fumando un cigarrillo y lo único que se veía era su fuego exhalando humo en ondas concéntricas]. Estás muy triste, lo sé porque siempre que estás triste hablas en inglés. — No [Se volteó hacia la pared]. Nunca te han interesado mis cosas, nunca te han importado. 19


— No seas bobo [Le tomó del hombro para intentar verle la cara. Chupó varias veces el cigarro]. — Le daré un garrotazo al primero que vea, así me llevarán a la cárcel y no tendré que preocuparme de nada. — Ser pobre no debería molestarnos si siempre lo hemos sido. — Así es. Pero por qué Dios no se demoraría un poquito más en perfeccionar el mundo, qué le hizo pensar que era un buen hogar. ¡Está mal hecho, a medias! — Quizá sea la gente el problema y no el mundo. [Con su mano agarró el pecho izquierdo, donde tenía el monedero]. — ¿Qué hora es? — Creo son las cuatro. — Me tendré que ir pronto, al amanecer [Hacía una noche helada y por la mañana la nieve cubriría las calles de Toronto]. — Quédate. ¡Don’t go! [Insistió]. — ¿Quieres que para siempre? ¡Yo me quiero ir de este país! — ¿A dónde? — Hacia cualquier parte. Aunque una playa caribeña estaría bien. — Pregunta, ¿estás aburrida conmigo? — No es eso. Bueno sí, es sólo que no me gustan los maricas. — I have on many an occasion throughout to leave before you. — Los hombres no deben llorar tanto. — Las mujeres deberían ser felices porque sus parejas sean felices. O mejor ejemplo, las mujeres deberían saber cocinar.

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[Luego ella apagó el cigarro en el cenicero, pateó al gato de la cama y este maulló, se puso de pie y gritó luego de que le dijera en inglés que ya no había] — ¡Dónde están los malditos cigarros! ¿DE QUIÉN SON, LO NUBLADO Y LA LLOVIZNA? Hoy que estuvo nublado y llovió —Se dijo—, me recordé a mí, triste, entonces pensé hay alguien por allí sufriendo, pidiendo ayuda, en busca de lo que le hace feliz. Todo eso de las nubes grises que arrojaban agua a cuentagotas, supe que era una simple fotografía más negra que roja de su interior. —Continuó— ¡Pero no podría andar por las calles averiguando de quién es el clima! Sólo espero que se encuentre bien.

EL FANFIC DE MARIO B. Estaba cansado y en cuanto cerré los ojos se acercó la actriz Elizabeth Taylor — En su versión ‘Giant’, cuando tenía 23 años —, me dio un besito — Afuera del sueño recorrí la lengua por los rincones del labio — y me dice en un inglés mal doblado al español “Jamás había visto un paisaje tan bello como tú” — Acababa de leer a Mario B., quizá de ahí surgió este involuntario fanfic—, luego extendí los brazos para abrazarla cuando ella con sus dedos acariciaba mi barba, reía y retrocedía jugueteando, se detuvo fijando sus ojos de gato sobre mí, entonces preguntó “¿De qué tienes ganas?”, “De ti” contesté al intentar besarla mientras ella se echaba para atrás, y me dije simple y llanamente provocado “Cuando te alcance no te la vas a acabar”.

EL HOMBRE QUE HUBIESE QUERIDO MATAR A BESOS Y ABRAZOS GUION TÉCNICO: Un vaso y una copa de vino rojo ocupan el primer plano. GUION LITERARIO; VOZZ OFF: Tres mujeres desarman el mundo en el interior de un bar. Afuera llueve, y un hombre que arde toca su frente a golpecitos, las ideas que intentan alzarse, pero es sólo un sueño que se prende del cielo.

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EL PODER DEL BELLO FACIAL Sépanse muy bien — Publica el joven sociólogo en Facebook — que el dejarme crecer la barba es por entretenimiento, una especie de amuleto sexual, un asunto de meditación también, cada vez que me acuesto en el césped para contemplar el cielo recuerdo la barba, le giro con los dedos, remolinos tras remolinos como si los escribiera arrancándome cada centímetro de piel, me contemplo desde afuera, me leo igual a como lo hacen ustedes y me doy cuenta de que debe ser un orgasmo ocular; disculpen el egocentrismo, pero si no lo hago yo, quién. Luego pienso en que nacimos o demasiado tarde o demasiado temprano, en donde nos re-reímos de las paradojas publicitaras que nos satirizan; en lo mal que estoy en evaluar una película sólo porque al final sale KISS, o el pésimo arribo a los videojuegos que estoy haciendo con Metal Gear; analizo la gracia de la resignación-empoderamiento social atrayendo en eclosiones a grandes del bello facial, entre otros, Chaplin, el Coronel Sanders, Marx, Dalí, los tipos de ZZtop, Darwin, Zapata, Aristóteles e incluso a Jesucristo, y me doy cuenta de que estoy hecho una moneda al aire, pues más alejado no podía estar del inicio, que la barba provoca un exorcismo de quien la posee, ella debe ser la que intenta filosofar en estos momentos.

BIENVENIDA Bienvenida, después de decirte adiós con un fuerte apretón de manos porque resulta que a ti no te gusta besar cuando estás de partida, cerré la puerta detrás, me senté frente al computador y con el celular en mano vi el mapita cuando te alejabas en Uber. Me diste un poco de lástima porque sé que ibas con el corazón de Dios hecho caldo, sazonado de estrógeno y hormonas. Examinando el álbum de fotos de ese día, me topé con la mejor, tú, ¡bárbara!, con la mirada fija, como atrapando universos en tus ojos, ¿y sabes que es lo más curioso de todo?, que fue una captura espontanea.

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LA PAREJA PERFECTA (Extracto) Una mujer poquito casi nada perfecta le pregunta al bartender «Cuál es la trayectoria de dos almas enamoradas» entonces él le contesta «Depende» y ella vuelve con «Depende de qué» él dice «Del viento» ella dice «Por qué el viento» y él dice «Supongo que el viento la sopló hacia mí» y ¡pum!, ahí tienen el inicio de una historia tonta, él tiene cáncer, ella resulta estéril y tarde o temprano uno muere dejando al otro vacío.

LA PAREJA PERFECTA Cuál es la trayectoria de dos almas enamoradas preguntó Saori Arao al bartender cuando éste le miraba directamente a los ojos con ganas de filosofar. Depende dijo él mientras servía una copa a otro cliente. La respuesta encendió la curiosidad para derretir algún tipo de desenfado, vomitar la purpurina y bailar sobre el arcoíris. Depende de qué contestó. Era caza, el hombre contra el mundo, en medio de dos mujeres afroamericanas y alegres; un grupo de jóvenes universitarios; y un tipo sentado, solo, bebiendo, y viendo afuera a través de la ventana mientras creaba grullas de origami, su nombre, Nick Botha. Del viento, pues mire señorita, hace vibre la voz en estos momentos. Parece mentira, algo casi nada deprimente. Qué cosa. A los hombres, y en esta ocasión me refiero a ti, no desaprovechan oportunidades. Se equivoca conmigo, luego pensó en los días en que parecía tener los peores gustos en mujeres, aquellas que lo hacían sentir culpable, que a simple vista repelían empatía, de esas que se daban a odiar fácilmente cuando las invitaba a salir y contestaban a media sonrisa No, entonces indicaba Está bien, se lo repetía como tres veces, hacerlo lo incitaba a sentirse mejor, justo ahí en otras ocasiones se situaba triste, a modo de cuando entra la música lenta en las películas dramáticas, mientras ellas, a pose, coleccionistas de hombres, con tal cinismo sabían por la expresión en su rostro cuándo uno de sus comentarios le herían y la frase «Para él París es ella; para ella París está en Francia» era un adagio embonado perfecto. Durante cinco años he estado viniendo una vez cada semana, creo ya todos aquí, incluyéndote, me reconocen, luego, su aliento, exhaló, sintió una eclosión cuando era mortal, el príncipe se acercaba, mirar que siempre tiene una sonrisa y 23


aunque la vida está llena de agujeros negros, dormida soñaba que le besaba, y así, su amor era como el viento levantándole de la tumba por las mañanas. Johannesburgo es una ciudad difícil para los romances. Qué quiere decir. Pudieron haber pasado otros cinco años para llegar a este contenido. Por qué esa trayectoria. Es la misma mirada que la ha traído desde Japón muchas veces. Soy azafata. Felicidades, su pregunta se ha vuelto más contradictoria. Por ser azafata. Por hacer esa clase de interrogante. Propones llamarle destino. Propongo decir, el viento gusta soplarla hacia mí. Y entonces, el tiempo, circunstancias, caminos a seguir. Sinceramente no lo sé corroboró el muchacho al brindarle un martini cortesía de casa, en ese momento deslizó su mano sobre la de ella, sintiendo un choque eléctrico comenzado en los corazones. Por qué decidiste dedicarte a esto. No estoy seguro, y usted. Quizá, en el fondo, donde la metafísica nace, sabía llegarías tú, se volvía algo conquistadora. Muy bonito, un pensamiento que ha viajado tanto para salir de esos labios frente a mí me pudo haber devastado, expresó a tal son bailando muy bien. Eres un tipo agradable, te imagino intentando explicar día a día la psicometría de cualquier cosa a tantas personas que te piden consejos. No se crea, soy un tanto inútil. No digas simplezas. Sabe, con todos menos con usted me he sentido ajeno. Gracias; por cierto, qué te mueve. La literatura; actualmente leo a Emily Dickinson. En serio. Sí, de hecho estudié literatura en Sorbona, universidad ubicada en París. Inevitable, ella, imaginó a la Ciudad de la Luz en sus años sesenta. Por qué estás en un bar de mediana fama de Sudáfrica. Esperaba, de alguna forma esperaba en Kitchener’s Carvery Bar; y su pasión, cuál es. La música. Pensé de acuerdo a como es una figura cosmopolita, sinceramente comentara viajar; toca algún instrumento. No, pero me encanta oírla. Qué melodía se ajusta a nuestra ambientación. No sé, pero me fascina el jazz, sugeriría ‘Ain’t got no/I got life’ de Nina Simone. De dónde eres exactamente. De Osaka. No teme de las alturas. Al vértigo. Sí. No. Bueno, sin embargo dicen «Una persona que cae de cierta altura lo mata el sentimiento». De algo moriremos tarde o temprano. De qué te gustaría fallecer. Creo, un paro cardiaco estaría ideal, rápido y probablemente sin remedio, respondió sin ningún miedo a morir. Y la muerte más horrible. El resto que no te mencioné en respuesta. Nick, el muchacho que siempre se sentaba a ver por la ventana no lo hacía, él ya había encontrado cómo caer, un amor sin siquiera haberse expresado que hacía metástasis, miraba y escuchaba, congelado, a los de la barra hablar, lloviznaba, seguía el hilillo de gotas por sobre el vidrio, era un huracán navegando por su 24


interior, una baratija enclenque, una barca en el epicentro y azotada, pensó levantarse y agarrar al tipo a golpes, incluso acabar con ambos, esperaba el momento adecuado, quizá al cerrar el local y salir tras ellos, cuando más negra esté la noche, sacaría sus llaves de bolsa y se las encajaría en los ojos, su semblante de fuego no mentía, 100% seguro que así sería; pero el barman tenía otros planes, algunos muy viejos, de 5 años aproximadamente, eso es el MacGuffin de esta historia: entre ellos violarla y destazarla, quedándose con sus mejores partes, el cerebro-corazón, disecarlos y ponérselos a un maniquí que estaba reconstruyendo de partes de mujeres, el cual reposaba en un congelador de carne, bajo su cama, en un cuarto secreto; entrambos observaban esas líneas en los muslos de sus piernas, enlazadas por aquel vestido azul que dejaba ver su figura; en flash-forward, se imaginaron buscar su fin, forjarían ese futuro sin saber que ella cargaba una pistola corta consigo, sin dudarlo les pondría un tiro entre ceja y ceja, ya vivió una atmosfera de mentiras, nada lograría sorprenderle, esa era su ventaja adquirida en un curso de defensa personal; Botha simplemente codiciaba olvidarse de todos esos años en dar tiempo al tiempo y ser valeroso, ella sin querer ratificó lo ridículo, incluso todo lo patético que fueron sus antepasados, deseaba alguien le cortara rápido el vientre, donde una melancolía provocada a desazón crecía; el hombre de la barra desarrolló labia, su fin simplemente era sentirse campeón, reforzar su ego. La empiezo a ver ansiosa. Mi vuelo a Ámsterdam sale por la mañana. Cuál es el problema, creo debería estar acostumbrada, creo, cuando se viaja no se puede dejar de hacer, falleces. Es la primera vez que siento vivir sola y la primera vez que sentiré pisar Ámsterdam sin alguien como tú. Perdón, se sonrojó. No te preocupes, me gana que es demasiado liberal contra una persona conservadora. Permíteme cambiar de tema, no quisiera herirte sin querer. No pasa nada. Qué país te encantó. La verdad es que México me ha acogido muy bien, es un país hermoso, lástima que se han ensañado en acabar con él. Cuántos idiomas dominas. En sí, cuatro: inglés, mandarín, español y portugués, este último aprendido por escuchar audios mientras conducía de casa al gimnasio; poco ruso, enteramente japonés. Me he dado cuenta, no tiene novio, quiere uno, o cómo se dice en portugués, quiere ser mi novia. Queres ser minha namorada; Saori ahí, quien soltaba y halaba, o mejor dicho únicamente soltaba, ya que se comportaba muy fácil, la de vista tupida y penetrante, dio un gran trago que se tornó violento en su camino hasta el estómago. Vaya pregunta para un sujeto que tardó media década en hablar de sentimientos. Sabe, 25


agarró valor, por Bluetooth se conectó a bocinas, abrió Spotify, apetecía sentarse en el rincón de sus oídos, se encuentra incrustada, como Lesoto en mis pupilas desde aquella primera vez que entró por esa puerta. No quiero darle una mala esperanza, será la química o los tragos, no estoy segura, yo, recuerdo también, aquella vez bailamos, aseguró, quien tras ese lindo rostro tenía tantas piezas rotas que pudieron haber remplazado por una ferretería; ella, al terminar con Por eso, después de haber sido invitada al hogar del barman, recibió un llamado de trabajo, su vuelo, inexplicablemente, se adelantó, por lo cual se despidió velozmente para quedar a espera, no creyendo que ese viaje se desplomaría, un problema de turbina, un ave o algo del tipo, y los sujetos, asechosos, sin saber se habían salvado. Bailamos, sonrió. De qué ríes. No lo recuerdo así, usted fue pareja perfecta, sonaba a blues, por semblante de nuestros cuerpos, estábamos deprimidos, la mejor compañera que he tenido siendo callados, en total silencio. Por eso.

SEGUIMOS LA LUNA Seguimos la luna que se fue arrastrando por el cielo. Ella me dijo “Estaremos juntos por siempre”, yo sabía que eso era mucho tiempo y no quise profundizar en ese tema, así que la abracé como sólo yo sé hacerlo. La miré a los ojos que salpicaban agua mientras le decía “Te amo”, el efecto paralizador se mostró a como ya lo entendía que lo hacía, pero no dije nada. Miramos el cielo, y como si ya nada importara, como si reflexionará mejor sobre su futuro, me explicó que para siempre era demasiado tiempo. A lo lejos miré como el satélite cautivador caía y el cielo ardía en llamas.

PUTA Un día cualquiera le llega una carta a una mujer. El documento le cita a un restaurant del centro de su ciudad. Intrigada con las palabras de confianza que se vertían en el escrito se decidió a asistir aun desconociendo al remitente.

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Cuando se acercó a la dirección la gente apenas dejaba ver a un tipo solitario que saludaba y le veía fijamente. Atardecía agradablemente, el olor a viento fresco y la gente apresurada de aquí y para allá. Él, aparentó tener más de 40 años, mientras ella figuró de 25 de edad. Adentrados en la plática, a pesar de ser de diferente generación, lograron entenderse. Momento después bastó que él hiciera una serie de comentarios altisonantes y obscenos para que su receptora se espantara y aun así continuó diciendo barbaridades. La chica se molestó tanto que no paró de reclamarle sus estupideces, pero, se calmó de repente, porque pensó sólo era un juego de aquel hombre, el cual seguía incisivo. Entonces volvió a colmar su paciencia, dijo “No sé qué dices, a primera vista me diste plena confianza de ser una persona agradable, ¡me voy!”. “Espera” le gritó el hombre para asirla de brazo. “No te conozco imbécil”. “Y aun así estas aquí”, entonces el tipo sacó una pistola, le apuntó a la cabeza y le disparó por ¡puta!

VOLVERÉ PARA SER LA MISMA Pilar muere; llamaba por teléfono: su único vicio. Pasaba sus dedos chatos por el pelo y jugaba con él. Ella, una tipa fenomenal, suspiraba mientras le acariciaba la barbita partida. La primera vez que pasó por su mente, nadie más pudo verla ni escucharla. Cuando ponía sus dedos, con los que tocaba el chelo de voz grave, sobre las heridas era un deleite, la única forma de saber que le dolía era por el semblante que hacían los demás, como una especie de espejo. Ella, la de ojos color miel, de origen español, le había enseñado a sentir el amanecer, le había dicho “… qué-es-esto, si no hay palabras bonitas, ni miradas que encuentren el camino al espíritu, ni metáforas que hagan puentes, que hagan del amor, una asociación de dos mundos totalmente diferentes. Qué-es-esto…”, entonces el incasable Braulio de Monte, así se llamaba el tipo teutón, estadista, recordaba que la habían atropellado por llamarle, y para sentirse un poquito mejor, leía los primeros mensajes de WhatsApp entre ella y él, y luego volteaba a ver el cielo esperanzado en conocer a más personas así, echando un montón de conceptos al fuego, en un collage que no daba respuesta, un aguijonazo que lo dejaba seco cuando le proponía sin tocarse el corazón el 27


aborto. Y sin embargo, Pili, quien ya no está, le brindó la oportunidad de ser un romántico arrepentido en plena oscuridad, y que hoy por hoy, busca del mundo hacer el mejor lugar para vivir de la personita nacida en la perla tapatía, con los Ojos de miel como la canción de Timbiriche, y muy profundos, su hija.

MAKE UP Ante ustedes una chica argentina, Mariana Bugallo, con pose seca, rusa o alemana fornida con un aroma de mujer entera. Como otras noches fue a su computador, ingresó su usuario, captcha, sensor de huellas dactilares, abrió Chrome, Gmail, accesó, bandeja de entrada, tenía 24 etiquetas y aumentaban las notificaciones de Facebook, todas de un pack que hasta la fecha le provoca un terror que la viola. ¿Cómo un pack de fotos de ella en toples terminó viralizandose?, jamás lo sabremos, la muchacha que todos los días se preguntaba en la universidad “¿Cómo sobrevivir a la contradicción de existir si tan sólo somos sueños que transitan en la realidad de otros?” para luego abducir su atención a los cálculos del pizarrón y ver un universo tan distante y volver a escribir en su libreta “Tenemos los ojos de azufre, como el Fénix, que cansado de renacer en sí mismo por fin lo aceptó”, agarraba aire y se animaba, porque es autosuficiente y como cualquiera, tiene una guerra en su interior. Antes escuchaba sólo hard, desde que James Hetfield dijera “Escuchar la misma música es como hacer incesto” ahora busca variarle sin olvidar la escala pentatónica menor, el sonido madre del rock. Para el invierno de 1998 hacía un frío que sólo se da en San Martín de los Andes, ciudad situada al sudoeste de la provincia de Neuquén, enclavada en la cordillera de los Andes. En su primer beso hetero, el único, le introdujeron la lengua en su boca, la saliva le quemaba la garganta, sus labios de goma estaban resecos, su nariz de carne molida enrojecida como si tuviera alergia. Había una fuerza sarcástica que asfixiaba, nada explicaba tan exacta esa entonación que el colocar las manos en el rostro.

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La primera vez que vio un álbum de Kiss, su inspiración por el make up, el ‘Alive’ de su abuelo, fue como ver las caricaturas tomar vida, sólo que estas tocaban rocanrol. Cuando le preguntaban en el auto, en las fiestas o hasta en la cama “¿Pop?”, ella, como hasta la fecha, sonreía coquetamente para mover la mano de lado a lado “No, no, pop, pop no. Pon rock”. Tomaba un libro de Bécquer del estand y leía sus rimas sin parar, romántica, embebida por la luz de la lámpara y las letras que le penetraban de ímpetu, melancolía, ironía, pasión y la exaltada idealización del poeta español, aunque en su mayoría conectaba mejor con el gore de Clive Barker. Cuando no tenía ganas de hacer nada, sólo se tumbaba en su cama para mirar el techo y contar con tal fuego que saltaban los hoyuelos de las paredes “Hay cosas en la vida que no tienen remedio”. Cada vez que volvía a mirarse al espejo empezaba a trabajar su cuerpo transexual, ese al que desde niña aborreció Argelio, crear su imperio, para después un cisne brotar del reflejo queriendo devorarle sus complejos, miedos y hacerla un cacho de feliz. Andaba al ritmo de su propio tambor. Luego iría a twittear “Life is a shit”, ojalá que al nacer alguien, digamos San Pedro, nos preguntara “¿Qué deseas ser?”. Eran las 6 de la tarde de la primavera del 2017 cuando ingresó a cirugía enano-plástica. Habían pasado 5 años de haberse hecho viral con sus toples hormonales, sus compañeros generacionales imposible que se olvidaran de ello, de esas cirugías estéticas en cejas, pómulos, labios, depilación y aumento de busto. Mariana tiene un hueso extra ubicado entre los ojos, el 207, al nacer esa deformidad por poco la mata, de cerca se le mira cómo casi le brota de la frente, como el cuerno de un unicornio, su abuelo siempre le decía mientras le daba toquecitos con el índice en la cara “Todo ser humano tiene cierta rareza”, pues a ella esa rareza la hace imperfecta ante la sociedad, es si se piensa bien, una miserable colisión, si se piensa en filosofía eso sería una ola que llega a la orilla mientras que la siguiente le embiste, pero para la poesía eso es demasiada palabrería para describirla. Por cierto, las narices son el marco de los rostros, esa nariz no se la removería jamás pues le recordaba a su abuelito, así que a la sazón del 3018 de la Era Común, cuando exploradores exhumaran su cadáver verían en su frente el 207, y decir sorprendidos “¡Oh, ella es Mariana Bugallo!”. Ahora, madura, hacía de su destino su bitch. Cuando recién abrió los ojos, volteó a ambos lados y vio a un sujeto de blanco, pulcro, atractivo, el enfermero, éste le atendía dándole de 29


comer, le limpiaba los orines y la mierda de debajo de su cama, creía que amaba al muchacho hasta cuando miró entrar a su remplazo, una chica linda e inteligente, trasero y pechos redondetes con corazón de patata, entonces, recorrió su mano hacia la erección, llegó a la entrepierna y pálida como un monumento de mármol, sin saber por qué, empezó a ponerse triste mientras miraba hipnotizado el plato vacío, de donde acababa de desayunar cereal.

SEÑAL CON ALAS DE POLLO Era el ángel más feo que haya visto una muchacha guapa del defectuoso, en todos los medios del entretenimiento, Frida era educada y no le diría que parecía un desastre. Había caído hace unos 10 minutos y no le podía quitar la vista, tenía algo de Gosling pero en malcarado, un cuerpo de Momoa desbordado combinado con Schwarzenegger, o sea, era gordo. La ventana que atravesó le rasgó la espalda y le quebró las alas, el idioma en el que se quejaba era latín, arameo o una de esas lenguas de Dios, quien lo abortó y lo puso como una pieza de ajedrez a su antojo ya que es ineluctable, pues cuando le preguntaban “Para cuándo el novio” ella contestaba abrasiva “Para cuando Dios quiera” y pensaba “Y no sé pa’ cuándo quiere”. Rápido le tomó una foto y la posteó en sus redes, le empezaron a llover emoticones sorprendidos y ofertas. La ilusión de “Cuál es tu nombre” para quedar en la historia no le ratificaba alguna emoción, pero contestó amablemente con su signo zodiacal “Aries”, luego encogió el cuerpo para enroscarse en sí mismo y parecer más que humano o una garza estilizada, un pollo que miraba retorcer el destino con la única palabra que sabía deletrear “A-r-i-e-s”, “Aparte le apesta el hocico” pensó la chica que acababa de leer el horóscopo dominical, “Aries. Yo soy Leo y somos altamente compatibles” susurró. Se enamoraba de esa versión de Travolta en sus peores años, luego movió los ojos de lado a lado y dijo desencantada “Aries; el signo de la soledad: Márquez” y volvió a pensar mientras le lanzaba todo aquello que tenía a la mano, lámparas, libros, portarretratos, macetas, CD’s de los Liquits, Claxons, Jumbo, “¡Ah!, éste no es el bueno, entonces no”, él ángel con un pie notablemente más grande que el otro, dedos chuecos y bizco, se arrastró 30


de la manera menos celestial para quedar tendido como estrella, bañado en llanto y ver sobre una nube al Todopoderoso, apetecible, carcajeado.

DEJARSE LIBRES — ¿Y no has conocido a nadie más, a alguien que te inspire? Acababa de preguntarle — ¿Cómo estás? Siempre ha manejado mal la incertidumbre. Seguí — Ya pasó mucho tiempo, y pues, o te olvido, si se puede, o, o no sé qué más; ¿y tú qué dices, quieres que te olvide? Me dijo — No sé. Fue el “No sé” más vacío que he escuchado en mi vida.

ADÁN Y EVA —No, no, no. La perfección no existe y no lo soy, expresó Eva. Adán decepcionado de sí mismo, se derrumbó en el suelo al escuchar eso, e inspirado no tuvo que decirle nada a palabras ni aspavientos. Jaló el cielo de los extremos, agarró la luna con las manos, guardó cada nube, sofocó a las estrellas, borró de la faz a las flores, eliminó de su mente todo aquel rastro del término perfección, y a partir de ello nombrarían mujer y sólo se pensaría en ella. Las cosas dejaron de ser sí mismas. Se escuchó el sonido de una sonrisa, se sintió el color de la luz, el frío del fuego y todo dejó de pertenecerse.

LOS AÑOS YA LE RECLAMABAN A LA MUERTE Los años le reclamaban a la muerte, ya no eran aquellos años de juventud, no más años de gozo, años de distracción, esos años ya pasaron. Necesitó que transcurriera toda una vida ― Su vida ― para darse cuenta que el final siempre estuvo ahí, siempre latente. Su delgada complexión había perdido el brillo, adquirió un aspecto cadavérico y triste. Cada día era de no dejarse morir, siempre era igual, dolor y más dolor. Su cuerpo cedía ante la muerte que se presentaba cerca de él, su alma le daba fuerzas para seguir adelante y encontrar sólo un 31


motivo para seguir viviendo. Sus huesos chillaban del rose de los músculos carcomidos por el tiempo, cada paso un grito de dolor del alma, los ojos bien abiertos pero empañados por una ceguera próxima, ya no escuchaba igual, los pensamientos se le fueron olvidando, poco a poco el tiempo se fue llevando su juventud hasta el olvido. Ya no recordaba sus juguetes de niño, dónde vivió, a sus amigos, a su familia, su primer beso, su primer amor y la mujer con la que pasó un tiempo muy prolongado de su vida. Siempre que empezaba a hacer memoria de todo lo que no lograba razonar, al final llegaba una pregunta que lo agobiaba más «Por qué no logro recordar». El mundo se le vino encima, las lágrimas no desistieron y salieron a chorros de lo más profundo de su corazón. Tuvo una sensación de que algo le oprimía los órganos internos, se arrodilló de dolor, para entonces el alma ya no estaba, ya no oía esa voz que le hacía desistir ante la muerte ― Ya no ―, ahora es cuando se dio cuenta que no deseaba nada en el mundo más que el morir. Una sombra siniestra surgió de lo más obscuro, se aproximó lentamente sin mostrar su rostro en la luz. Vio al longevo señor derribado por el dolor, debilitado y no se conmovió ni para auxiliarlo, sólo permaneció inerte, como si sintiera una satisfacción el verlo morir, luego volteó a ver la casita en la que vivía el viejo, nada era de su interés, era una choza que sólo criaba ratas y cualquier otra clase de animales asquerosos. Era aún de día, la gente pasaba por la banqueta de la calle sin imaginarse que en aquella casa pequeña en donde la madera se cae a pedazos, el techo no retiene el agua y el polvo no respeta esas paredes ensuciándolo todo, ahí se encontraba la muerte. Era un día de un contraste enorme, el sol resplandecía, los colores brillaban con tal intensidad que la felicidad se sentía en el aire, la gente hermosa, los jóvenes, el amor, la diversión y la salud. En esa choza la falta de color, hacía sentir un frío abismal, no había nada que diera señal de vida en aquella pequeña obscuridad. Nadie se dio cuenta de ese contraste que ponía en juicio a la ciencia, sólo notaron las diferencias esas dos figuras que se encontraban dentro. El viejo arrastró su esquelético cuerpo hasta el catre, donde intentó subir, pero las fuerzas ya no le bastaban. Aquella sombra que lo acompañaba se levantó mostrando una altura que la distinguía, agarró al viejo con cuidado y lo acostó, tomó una silla y se sentó a su lado. Pasaron horas, la noche cayó bajando el telón, los sujetos se quedaron viendo entre ellos, 32


sin decir una palabra, no hacía falta, ya sabían lo que tenía que pasar, ya sabían quiénes eran. Por un momento pensó en no morir y vivir, seguir viviendo, pero esa decisión no dependía de él. Sintió que ya no había más, el fin le había llegado, estaba ahí representado por aquella sombra que no mostraba su rostro. Ése personaje no se presentó para causar problemas, sólo vino hacer su parte en el juego de la vida. Por más temeroso y aterrorizante que pareciera, fue el único en mucho tiempo que le daba compañía a aquel miserable anciano que se retiraba de este mundo. Con sus pocas fuerzas trató de ponerse de pie, mostrando su valentía. Era indiscutible, un hecho, que su generación fue una casta de seres valientes que se defendían luchando hasta el final, esta guerra la perdería ― Pero no hoy ―, su valentía estaba en el centro de la atención de ambos. La sombra vio cómo se fue levantando el viejo poco a poco, mostrando una ferocidad debilitada. Vivir, morir, vivir, éste no era un juego, pero era normal, los pensamientos le abordaban una inestabilidad que lo hacían dudar en los tiempos de peligro. El viejo resistió ante un dolor interno que le oprimía el corazón, la tierra se le movía, los ojos se oscurecían y la piel se le palideció cada vez más. Y es aquí donde la batalla se daba, en la pequeña casa, en la oscuridad. No había armas, soldados, ni palabras. Es aquí donde el final se consumaría mostrando un ganador. Esta batalla no es por un tesoro, por orgullo, por diversión, por atracción, por amor, por desamor, esta batalla es por el único sentido de supervivencia. La noche se esfumaba, la luz del día ya descendía de los cielos, el dolor del corazón se detuvo repentinamente, el viejo poco a poco abrió los ojos, la luz del sol entraba ya en su pequeña casa, se levantó a duras penas, estaba solo, la sombra se fue junto con la noche. Sintió que la vida le regresaba ― Ganó ―, pero no sabía si era lo correcto, si tenía que morir o seguir viviendo. Han pasado años, ya no duda ni vacila en obtener la muerte, todos los días espera que de la oscuridad salga esa sombra, ya no puede vivir más. Esa soledad que sintió en el comienzo

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se ha extendido hasta no soportarla. No sabe cuánto tiempo más vivirá, no sabe si la muerte se apiadará de él y lo dejará morir. Los años ya le reclaman a la muerte.

ÁGAPE Cualquier historia que yo pudiese contar no tendría sentido si ella ya no está para escucharlas. Nada ocurrirá, únicamente mis sueños del final de cuento que nunca tuve con mi amada. Mi final será horroroso y desagradable. Mi cuento me destrozará, llevándome a la tragedia del clímax, dándole fin a todo lo que jamás obtendría. Ante el fallecimiento de un ser al cual amo intensamente, más que al oxígeno, más que todos y a todas para especificar sin límite de género, éste es el amor puro al que se refiriesen los griegos, éste es amor que no tiene límites, un amor de sacrificio, un amor que devora a quien lo posee, es el tipo de amor que sacudiría al mundo, todo se resumiría en unas cuantas letras y una sólo palabra “Ágape”. Tras al verla perdido me dejé caer en el abandono, reproché mi destino, pues acabó con la vida de mi enamorada. Tantas historias de hombres que rescatan a mujeres de castillos rodeados de dragones y salían ilesos, tantos hombres que se aventuraban a un destino incierto y arriesgado, pero siempre regresaban a salvo con su amada, tantas circunstancias peligrosas a las cuales se arriesgaban, y yo, y ella, fuimos separados por la noche oscura de la muerte. Los días se consumían tan rápido por mi fuego en el interior y odio hacia la vida ¡todo era tan fúnebre! ¡Por mi mente llegaban pensamientos de suicidio con fines románticos y oscuros! seguiría a mi mujer a su paraíso en el otro mundo, me sentí valeroso y audaz. No le tenía miedo a la muerte, pero… me paralicé, en mi plan encontré una gran falla e incógnita, ¿y si no existe vida después de la muerte?

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Los pensamientos me empezaron a torturar, moriría en vano y me apartaría más lejos de ella. Quería volver a verla tanto como la veracidad de la gravedad atrae hacia la tierra, pero era tan sólo una oportunidad y temí no de la muerte, si no de no volverla a ver. No tenía los conocimientos científicos ni mágicos para resucitarla. Grité ¡Fausto!, luego me estremecí en una idea que sacudió mi cabeza, era una idea mucho más atroz que el suicidio. Recordé la leyenda de Fausto, la historia de aquel hombre decepcionado de la vida que le vende su alma al Diablo. Hay cosas en las cuales nunca creí, el Diablo en sus diferentes versiones, dioses o fuerzas mágicas, pero no había nada que perder. Descarté de mi trueque al dios bondadoso que no aceptaría esta aberración hacia la vida, que no aceptaría romper las leyes de la naturaleza, pensé en el Diablo, todo a mi alrededor se fue tornando caluroso, lentamente las moscas de la habitación se detuvieron en el vuelo, el tiempo se detuvo, y yo empecé a transpirar pavor, llamas emergieron del suelo quemándolo todo, la habitación empezó a girar rápidamente, se detuvo, las llamas cesaron y la noche cayó, no negare mi miedo. Un silencio lo invadió todo a mi alrededor, una calma aterradora se sintió, se escuchó un estallido proveniente de ningún lugar, luego de todo eso, casi me desplomo en un desmayo producido por el horror que me ocasionó una figura misantrópica. Retrocedí pasos hacia atrás, él no dejaba de observarme como si analizara mi fisonomía, como si yo fuera el monstruo. Caminó hacia mí lentamente, yo retrocedía hacia atrás, hasta que me vi acorralado, me aferró del cuello y aunque no me estranguló, energía y ganas no le faltaron pues sentí una fuerza brutal, me levantó, su mirada me aterrorizó mucho más cuando la vi de cerca. ― Quiero tu alma, expresó ése ser demoníaco. No dejé de notar su agresiva voz ronca y profunda. Tembloroso y débil, no tenía idea alguna de cómo hacer el trueque de mi alma a cambio de resucitar a mi mujer. Obtendrás mi vida al morir si quieres, pero bien sabes que quiero a cambio, le dije temblando. Me miró ferozmente de nuevo, luego se formó una sonrisa en su feo rostro, y las carcajadas burlescas salieron a gritos de su aborrecida boca. Cuál es la gracia, le pregunté. A lo que con una voz agresiva me contestó ― Debes matar.

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Aunque no le vi la gracia, él se carcajeó de nuevo. Pensé en mi amada y en aquellos tiempos hermosos. Definitivamente no podría retirarme de cualquier cosa que me preparara el demonio que estaba frente a mí. Tienes que asesinar a la mujer más querida, a la amada de un hombre, matarás el amor de un caballero, dijo el Diablo. El anticristo se había empeñado en el reto, claramente quería ver el sufrimiento por todos lados, yo estaba completamente confundido. Alguien más sufriría por la muerte de su mujer, no sabía si hacerlo o no. Yo quería ser feliz, pensé en el hombre que sufriría como yo, pero pensé en mi enamorada y no dudé en aceptar el reto. No se tratará de un asesinato cualquiera, tendrá que ser un asesinato que te libere de tu alma, será un asesinato brutal ― Dijo el Diablo. Luego se arrancó un pedazo de piel con músculo de su pecho, sacó una costilla filosa de él y me la entregó, ― Esta será tu arma. ¿Cómo sabré a quien matar? le dije. ― Lo sabrás, reconocerás el amor de un hombre a una mujer. Él se fue desvaneciendo, y yo, me perdí en mis pensamientos que me orientaban a matar. *** Caminé en las calles observando y pareja tras pareja no sentí nada más que un amor común, puro, pero no era el que buscaba. Me invadió un desespero que me hartaba cada vez más, cada día veía miles de parejas que se amaban y eso me enfurecía. Sin duda era evidente que estaba en el terreno del personaje demoníaco. Perdí el interés en mi aspecto, sólo me concentraba en la búsqueda, y era precisamente esa concentración incesable que me mataba. Debo aceptar que estaba triste y aunque caminaba sin parar, en ni un momento sentía el cansancio, empecé con esto y tenía que terminarlo. Mi perspectiva de las parejas y el amor se fue agudizando poco a poco. Empecé con el tiempo transcurrido, a comprender el procedimiento del amor, como si todo ya estuviese sistematizado.

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Fueron pasando los años y aún no cumplía mi objetivo, la tristeza se hacía más dominante de mí, pero definitivamente no pararía en mi propósito hasta haberlo logrado. Creí haber visto el amor en muchas partes pero ni uno era como lo que yo sentía por mi mujer, caminé acercándome lentamente a una niña, me sentí un poco confundido, pero tanto tiempo que había pasado desde la muerte de mi amada y el pacto demoníaco, que quería terminar con este castigo en el que me involucré. El padre se descuidó, y yo estaba a tan sólo cinco pasos. Me convertí en una bestia a su acecho, preparado para matar, sin piedad, sin remordimientos al concluir. Me acerqué, era tan sigiloso que la pobre criaturita no me dio por hecho a su espalda, desenvainé mi filosa arma, levanté mi brazo con esta y me abalancé rápidamente hacia la niña. Un fuerte grito me hizo detener mi ataque. Era el padre que corrió acercándose, lo observé detalladamente, vi el sufrimiento de impotencia a no llegar a tiempo a salvar a su preciada hija. Sólo me bastaría estirar mi brazo con fuerza para terminar con la vida de la niña, pero volví a ver al padre sufriendo al correr y hui sin dejar de verlos. Indiscutiblemente no hay poder humano que se atreva a acabar con el amor. Me di cuenta que no me tocaba a mi hacer eso, ya no sabía si seguir con esto, pero no podía abandonar a la mujer de mi vida en el abismo. Me derrumbé en el lamento y lágrimas. Estaba solo, era momento de regresar a casa, descansar y pensar claramente. *** Caminando me di cuenta que no me importaba mi hogar, no tenía destino y mi mente se perdió, mi amada aguardaba a su salvación y yo estaba divagando en pensamientos que me distanciaban cada vez más de mi objetivo. Desde el comienzo de mi sufrimiento únicamente empecé a dirigirme por el camino sin leyes naturales, sin reglas que mantuvieran el límite entre lo normal y lo anormal. Me recosté, sentí un cansancio invadiendo mi cuerpo, el césped verde y reconfortante, y mis pensamientos turbulentamente violentos e inestables se fueron tranquilizando al grado más relajante. Fui introduciéndome en imágenes pasadas, y ahí estaba ella, tan bella como siempre, claramente ni la muerte la podría destruir en mis pensamientos.

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Empecé a recordar aquellos tiempos en los cuales era feliz y lloré tranquilamente de tristeza. Me incorporé al mundo, mis opciones se habían extinguido y mi poca razón me gobernó. Inspirado por haber visto la imagen de mi novia, una energía recorrió mi cuerpo, ya estaba decidido a acabar con este acuerdo que me mantenía alineado a mi destrucción. Sólo me bastó pensarlo momentáneamente, para que todo a mí alrededor se detuviera en el tiempo y de nuevo un estallido proveniente de ningún lugar me alarmara de la presencia del demonio con el cual hice el pacto. Tan abominable como siempre y atemorizador como cada vez ante su presencia, exclamó ― El acuerdo está hecho. Lo miré retadoramente a los ojos, ya estaba listo a luchar, nada me haría ceder. Por si alguien dudara de que el amor romántico existiera en nuestros tiempos, aquí estaba yo, era la prueba de eso, estaba dándolo todo. Aferré el arma que deliberadamente el Diablo me otorgó, él estaba listo para acabar conmigo y de una forma u otra obtener mi alma. Yo estaba convencido que no lo podría matar, ¿pero acaso esto no es el amor?

SOPA PARA UN PRÍNCIPE Mientras sostenía de la forma más vulgar posible un Marlboro en los dedos índice y cordial, con la muñeca en su barbilla y el otro brazo en el abdomen, quieta como una roca, todo lo cual el pintor desearía trasladar al lienzo, un hombre que decidió ser mujer, una muy astuta por cierto, remanente de la generación x, cuyos únicos atributos eran físicos, aunque hay que aclarar que era tosca, con mirada seca, actitud desabrida, inconmovible, intenten imaginarla vestida de gris azul como los días tristes, lo más cerca de las alturas que ha estado, aguarda por esos recuerdos que fortalecen las cuerdas del alma y remecen la tierra al dormir, piensa brevemente en el mundo que le tocó vivir, Eva Gore-Beth, desacostumbrado pero ese era su nombre de estrella, como la dramaturga lesbiana e irlandesa, sólo que en vez de Booth es Beth, ve venir así como lo hace a veces para dentro, sin su ángel, a un chico que no le arranca los ojos, delgado y blanco como la leche que aún 38


no deja de ‘Ser’ menos de dos o tres veces, de saco y gorra negra a fin de desdoblar el espíritu, cojeando por la callejuela de la proeza para conocer el cariño en una escena forzada y roída por la noche, por un cielo cada vez más insustancial, cargando peligrosamente en su mano derecha una bolsa de monedas que campanilleaba, un ramo de flores que se deshacía en elogios mientras la otra mano en su bolsillo agarrando el celular; por otro lado, al mismo tiempo, a un local, en una casa, mismo cuadro, como siempre puntual y con una alta capacidad receptiva, estaba una perrita xoloitzcuintle llamada Bocha, a la cual el poco pelaje le hacía una cresta en la cabeza, esperaba a su dueño viendo la puerta a través de sueños hechos de un mil maneras, en los que él estaba, un fenómeno que ni todo el lenguaje sobre la poesía podría explicar, correoso de columpiada esperanza, en lo alto un reloj marcaba las dos horas en punto y todavía así un par de niños, con bastante ánimo, jugaban bajo la luz de una lámpara, era eso fábula de Esopo, a espaldas del bar ‘Al infierno si no sabes volar’ un maestro de literatura hasta ese momento, versado, incomprendido, llamado habitualmente mediocre, capaz de sentir en el fondo hasta el pequeño movimiento del viento para sostenerle en las manos, que nada tenía que ver, su última lectura la hizo en la tarde, fue Sputnik, mi amor del gurú, Murakami, terminó empapado en sangre al buscar algo que nunca encontró, brutalmente, sin moraleja pues así es de cruel el mundo y su temperamento, de forma despiadada, tendido, era matado al sonar de fondo la versión Wicked Game luego de una serie de éxitos en español encabezada por Cerati, Enanito verdes, Hombres G, El Tri, Fobia, Caifanes y la Cuca, así como para después dejar programados los géneros, cumbia, salsa y merengue; y ella, que fluye al escupir llamitas que fulguran como lo hace cada 10 o 20 minutos, aprendió en la calla a depilarse, maquillarse, ponerse postizos, vestirse, caminar con tacones, adquirir o engullir cocaína junto a sus clientes, crispa en una sonrisa que bate como mariposa porque aquel aún es muy tierno, sin imaginarse cuántas veces se ha desgarrado a sí mismo ya que algunas cosas es mejor no saber e intentar olvidar, vale decir que millones de tipos habían pasado por ese lugar hace años antes que él, entre un calor que les atravesaba en agosto, de más de 40°C ascendente hasta 50°C, desde entonces Los Mochis, asolada, la ciudad, pocos le recordarán con su olor a caña, hoy en hoy muchos la entienden por trepar a la violencia para abandonar de lleno la paz, para ella se reviste igual todas las madrugadas, besos flotantes, caricias simuladas, árboles bruscos, pavimentos carcomidos, iluminaciones 39


parpadeantes, robos, asesinatos, medios inservibles, corrupción, muchas mentiras e historias blandas, biografías ficticias, liquidas, conquistada por extranjeros, curioso, nunca la atmosfera trató de guardarse en la memoria de nadie aun intentándolo con expectativas aleccionadoras, en ese momento, en el espejismo llamado país, tierra que ya no vale nada y que pertenece a medias, se acercó, a pesar de repasar una serie de temas simples, palabras que amenizaran la conversación como ¿Qué tal te va?, Yo me llamo, Me gusta esto, Estudio aquello, Hago lo otro, agregándole términos frescos como Nuevo, Más, Beneficios, Crear, Sentir, Disfrutar, Merecer, Hacer, Hoy, Oportunidad, Vibrante, sólo bastó que preguntara tartamudeando ‘¿Cuánto vales?’, se dejó de lado, incluso la pobreza, injusticias provocadas por los despidos del ingenio azucarero de la localidad hasta la fecha 2016, la principal fuente económica desde mediados del siglo XX, ubicado en la llamada colonia Americana, que está cerrada, qué hace extrañar la caña quemada que cae en tiritas negras, y el cual se miraba humear de horizonte a horizonte por las tardes, cuando caía el sol en una tormenta de fuego, anocheceres que se volvían irrepetibles, cada uno diferente al anterior, contestó gruesamente la que alguna vez fuese ingeniero agrónomo intentando ser salvada, ‘Una interrogante tan cruda para alguien que pareciera dulce’, luego soltó la pócima, algo tan arcaico como mezclar tres huevos podridos, cinco patas de sapo, tres ojos de ratón, ocho rabos de gato, dos tripas de buey, acostumbrada a ser encarnizada, deslizó su mano suavemente sobre su rostro, sobre su hombro, sobre su brazo, sobre el dinero, labio a labio descuella en un beso.

LO QUE HUBIÉRAMOS SIDO SI NO LA HUBIERAS CAGADO  Quisiera lamerte toda la vagina (Y pasó su lengua por los labios para remojarlos el joven que siempre se ha inclinado por desordenar un poquito el mundo, esperando a ser besado durante una mediana historia de pasión antes no contada).  Se dice ‘Hola, cómo estás’ hijo de la chingada (Y [¡paf!, ¡paf!], le soltó una bofetada guajolotera. Por dentro estaba esperando ser salvada de las pláticas mediocres y aburridas que ha tenido todos estos años, desprovistas de toda profundidad. La atmosfera dejaba ver a muchas personas ir y venir en un día cualquiera en la Ciudad de México, el Metro 40


Universidad línea 3 estaba llenó de artistas urbanos, entre otros, músicos, acróbatas y mimos. Intentó, fallidamente, recaudar el cinismo necesario para ignorarle y enlistar un revolver para matarse. En ellos había un lazo invisible que los unía, una composición duramente poética, dulcemente musical y meramente estrecha).  Cuando no hay despedida valen poco las presentaciones (Se echó agua en la mano izquierda para sobarse las mejillas ya que le ardían fuertemente. Se puede decir sin necesidad de fallar que le punzaban).  Para ti renacer es como el dormir, despiertas siendo otra persona cada día (Justo en ese momento, los cuerpos, sus cuerpos, palpitaban abiertos [¡Thump, thump; thump, thump!]. Daban las 19 horas con 15 minutos. La expectativa que le habían creado sus padres como princesita, era tan alta que ni un hombre tenía oportunidad).  Curioso, la espontaneidad era lo que te gustaba de mí (Sonrió).  Aún sabes cómo hacer explotarme con violencia, cabrón (Le señalaba con el índice, le giraba y lo introducía dentro de su pecho).  Pos claro, está en mi destino la violencia desde que me tiraron…  ¡De recién nacido a la basura! (Ya se sabía la historia).  No me arruines (Dijo, un poco enfadado pero divertido, la plática más patética que ha tenido en mucho tiempo, y a él, simplemente, le encantaba).  Me remueves las entrañas (La fuente de la guerra apenas empezaba, entre los fugaces recuerdos del ‘Tienes un no sé qué, que me gusta’).  Me causas algo, ah, asco.  Me causas, indiferencia.  Aún tengo los nudes que me enviaste (Sacó sus celular, se fue directito a la carpeta con nombre ‘Mi jale’ con fecha 2012 y le enseñó las fotos).

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 ¡Bórralas! (Eleo, como le decía su padre de cariño, sabía que ‘La idea de pedir un deseo es menos mágica de lo que las personas creen, cuando uno lo hace es porque está destrozado, y es tan probable que no se cumpla que eso sería lo peor’).  A como estamos ahora, hasta la violencia suena lógica, te recuerdo, mi segundo nombre es ´Violencia’ (Le repuso el flaco de tez morena con gustos afines al rock de White Zombie, Alice Cooper, Ozzy Osbourne, Marilyn Manson).  No, tu segundo nombre es ‘Pendejo’. Una pregunta, ¿aún te la tiras de ateo? (Su comportamiento [A través de esos labios fuera de este mundo] tan recio se debía a las lecturas de Carson MacCullers, Virginia Woolf, Jane Austen y recientemente a la mexicana Mónica Lavín, todas, especialmente esta última, con cordial inclinación al feminismo, hoy por hoy término que se desplaza por ‘Las feminazis’).  Agnóstico esperanzado.  La misma chingadera.  Carnales, por lo que veo aún se siguen tratando de la patada, ¡ahórquense y ya! (Se interpuso su amigo, ajeno a ellos, tratando de hacerla de mediador pacifico).  Eleonor la ‘Nayhelli, o la abeja obrera’ (Un sobrenombre que le había puesto desde el 2004, cuando incursionaban juntos en la secundaria y se la pasaban escuchando a la Cuca. Apenas unos niños).  ¿Qué significa eso? (Preguntó cuatrapiada la chica de 1, 60m con un tigre en su interior).  Es tu sobrenombre de puta, tu patrón es que sólo sales para chupar penes (Varios de los hombres presentes estuvieron a punto de anteponerse en esa pequeña y estúpida riña, había de cuatro herméticas reglas, les gustaba: 1, El morbo; 2, La peculiar sensualidad de la chica; 3, Lo teatral y gracioso del pleito; o simplemente, 4, Un viejo instinto los hacía detenerse, como si se tropezaran con una barrera imaginaria, por lo cual, se podría recolectar a las opciones en 5, Todas las anteriores).  Si yo soy eso tú eres un ‘Alacrán que sólo pica con la cola’. 42


 Eleonor luces descuidada, eres una mierda.  Carlos luces gordo, pendejo. ¿Aún te siguen gustando los dedos por el culo, mientras escuchas Motivational speaker de Alvin Youngblood Hart?  Sabes que eso sólo fue una vez (Contestó casi susurrando y viendo a su alrededor).  ¡Ok! Que les parece si dejan de hacer el ridículo en público, todos se nos quedan viendo.  Hey, ¡chicos!, ¡chicos, bájenle vergas! (Gritó un punketo [De tanta raza] con los pelos azules y parados; algo rebelde e idealista; algo soez y esquemático).  Disculpa, son dos buenas personas que han perdido la fe.  Tú tan Murakami yo tan Javier Marías; tú tan Cid yo tan Beowulf.  Si lo recuerdas muy bien, mi fuerte es que todo me vale madre.  También recuerdo que te encantaba sobajar con chismes a tus enemigos para sentirte mejor; ah, y luces como si acabaras de abortar quintillizos. Por cierto, ¿andas drogada?  Siempre tan Romeo hippie de mierda.  A diferencia de ti, yo sí sé qué es el amor.  ¿Según tú qué es? (Le repuso sin ninguna estrategia).  Es, despertar a las 11 de la mañana para beber y ver a la prostituta acostada aún a tu lado (Contestó rápidamente, como si la respuesta la hubiese preparado con anticipación).  Pero tú no bebes (Añadió con el fin de cavar para encontrar a la persona que realmente es).  Ahora sí (Como en un enema, sintió el sabor del líquido entrando por su recto, una extraña satisfacción que le limpiaba el cuerpo desde adentro).  ¿Qué más ha cambiado? (Se cruzó de brazos la güera desabrida a la defensa de un Knock out, como en una serie de gags involuntarios que alentaban a los presentes a reír]). 43


 Arroba está de prueba, ¿te acuerdas de la casa, mi trabajo, la ciudad, mi porno?  Claro que sí.  Pues todo eso lo he tirado a la basura, excepto el porno, que me traía buenos-malos recuerdos de ti. No sabes lo que el mar invita a una persona hacer.  Tú nunca has visitado el mar.  Es una metáfora.  ¿Ahora haces metáforas?, ¿cómo un poeta de mierda? (Y recordó aquel día en el que le dijo ‘Te amo’ con el alma de un poeta aún).  Esto soy yo ahora. ¡Tienes una pinche moral retraída! ¿Verdad?  ¡Pseudo-intelectual!  ¿Andas con alguien?  Sé que sabes que no (Estaban bailando).  ¿Es mi culpa intentar hacer de está plática algo más que banal?  Es tu culpa intentar ser ineludible con inexpresividad superflua conmigo.  ¿Qué?  Chicos subamos al metro para llegar a tiempo al cine. Ya es hora de que se relajen, teníamos mucho tiempo de no estar juntos (Intentaba sanar la situación el gordo-friki [Algo misógino] con playera de Pokémon, cuando hace una hora estaba chateando con amigos imaginarios del ciberespacio, enviando e-mails a prostituidas y presas calenturientas, o viendo pornografía en Serviporno o Hubporn. Si había algo importante que decir de Saúl, además de que viviría con sus padres por siempre, es que su sobrenombre era ‘Arroba’ y tenía una obsesión compulsiva por registrar cronológicamente en una libreta los tweets de los famosos).

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 ¡Cállate, que Pokémon Go es una mierda e igual que la serie animada! Aquí sólo irá uno, Miss Puta se va pero a su casa (Se reservó ‘La felicidad duele, cuesta, llora [Léase con voz quebrada]’).  Antes hubieses subido al Everest arrastrándote sólo con tu pene por mí.  Antes lo hacía porque quería cogerte todos los días, hasta que te saciaras.  ¿Te acuerdas aquella vez que vomité sobre ti?  Sí, muchas cosas se olvidan, las de ese tipo no.  Lo hice apropósito, quería reír un poco, ni siquiera andaba ebria, me metí los dedos a la boca.  Como todo lo que cae en tus manos. ¿Te acuerdas aquella vez que te sentaste en la taza del baño y estaba mojada?  Sí.  La oriné, no oriné en todo el día para que el líquido se concentrara y reírme (Con todo ello, ávidos, se afectaban el aparato digestivo de nervios, de esos nervioso que sienten las parejas que son felices [O que simplemente lo intentan y llaman mariposas en el estómago], que enervan o encarnizan, que no llegan a ser empalagosas porque no lo quieren a así).  ‘Para mí, los amaneceres son otros de este lado del mundo’, no creo que vaya a ir, nos vemos (Asentó los principios de una más de ‘Frasecitas consoladoras’ estando jodida).  ¿Acaso esa es una frase lapidaria de Jodorowsky, en el peor de los casos de Tony Robbins?, no entendí ni madres y me dio hueva. Jamás nos veremos de nuevo si te sigues acostando con cualquiera que te encuentres psico-mágica.  ¿Te consta?, ¡ay!, ¿cuándo empezó a nacer de estos intestinos tanta felicidad inesperada?, claro está que fue sin ti.  De seguro ya lo hiciste con la mitad de los que vienen en los vagones, ¿será por eso?, me corto un huevo si no. 45


 Sigues sin saber de tacto.  Sigues sin saber de mamadas.  ¿Sigues teniéndola chiquita?  ¡Shh! ¡Retráctate! ¡Hazlo!  Me excita tu trasero desproporcionado, quisiera lamerte todo, bañado en salsa pato.  Quédate conmigo Eleonor, quiero estar encima de ti, comer en ti, venirme en ti.  ¿Suena…?  ¡Helter skelter de ringtone!, voy a colgar.  Recuerdan que éramos pequeños y mirábamos a un perro grande y desconocido, y que para nosotras era Rocky (Hizo un gesto de desenfado al topar las palmas de sus manos contra sus caderas al ser ignorado).  Tienes ese tipo de belleza que se busca en el espejo siendo guapa.  ¿Eso es un cumplido?  Exactamente no.  ¿Cuándo el corazón nos empezó a pesar como si fuera de plomo?  ¿Cuándo nos dejamos de pertenecer?  ¡Te acostabas con todos!  Sí, pero contigo me enamoré aquella vez, en la que cuyos ojos se encontraron con los míos para transmitirme un mensaje oculto: C-Ó-G-E-M-E.  El destino es un hibrido que no enseña a controlar sentimientos que nos avasallan, como ahora.

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 ¿Qué ha sido vivir en México estos últimos 6 años sin mí?, ¿ver esas películas ambientadas en los 70’s que tanto te gustan?  Te he necesitado.  ¡Claro!, para coger.  La verdad sí, al menos eso creo hoy, a mis 24 años, cuando la edad ha madurado mis ideas precoces (Se sonroja).  Tarde uno de los dos va a morir.  Podría ser ahora, un nudo en el estómago dice que así ha de ser.  ¡No te atreverías a saltar a las vías!  Sí lo haría (Volteó a ver una grafiti con la leyenda “No hay una parte en la que Prometeo le dice a Frankenstein, al ver un pájaro: ¿Yo puedo volar?”).  Obvio están bromeando (Expresó aun conociéndolos a fondo).  Si muy valiente hazlo tú primero.  Tú primero.  ¡Tú primero!  ¿Piedra, papel o tijeras?  Va.  ¡Piedra, papel o tijeras!  Perdiste, tú vas.  No, otra vez, me distraje.  Los dos juntos Eleonor (Le comenta con una actitud dócil, ególatra, petulante, un primogénito). 47


 Carlos (Le contesta simplemente la cuarta hija de ocho).  ¡Eleonor! (Saca una navajita y se corta las muñecas para destilar sangre).  ¡Carlos! (Saca una navajita y se corta las muñecas para destilar sangre).  Dejen de hacer tanto pancho que no es un chiste fácil… ¡no salten! (Asustado les miraba con unos ojos que destellaban de horror, previniendo no mancharse de rojo, aun sin embargo pensó ‘¿Habrá suficiente espacio en su submarino?, me gustaría ver todos esos peces’).  ¡Les dolerá! (Espantados [Padres, abuelos, hijos, nietos], gritaba la gente, los cuales les dirigían su atención, registrando todos los ángulos posibles en videos o fotos para hacerlos virales y famosos en YouTube, Facebook o Twitter).  ¡A fin y siendo directos a la esencia del asunto, no hay otro calor más enérgico que el suicidio para fundir estás dos historias tan asimétricas!  Somos como Tom Morello y Zack de la Rocha al desintegrar Rage (Adiós a esos años mozos y fugaces [El aire se volvió más dinámico], pensaron en su pequeñito universo de secretos o confidencias).  Aquí será el último suicidio de lo que la historia sabe (Y en vez de pensar en una ruptura tan ambigua, sólo se acordaron del rencuentro de Guns and Roses en el 2016).  Estamos entrenados en el fino arte de morir en cualquier momento.  ¡Nos besamos, nos despreciamos, nos queremos, nos odiamos, nos amamos, nos matamos! (Luego se tomaron de la mano para después caer. Por lo menos [¡Crash se oyó!] [Y quedó grabado en las cámaras de seguridad], [¡Crac sonó!] ella se rompió la clavícula derecha al chocar con el riel, sus tibias se doblaron, sus ojos se voltearon de dolor; él escuchó tronar su cráneo, crujir las costillas, escurrir la sangre).  ¡Somos lo peor que nos ha pasado en la vida! (Afirmó con sus últimas fuerzas. Luego escucharon el aterrador sonido metálico de las ruedas deslizándose como cuchillas hacia ellos). 48


 ¡Y se arrojaron! (Gritó Arroba al ver pasar como ráfaga el metro [Luego un fade out fade in]. En una ola de gritos escandalosos tras de esa masa a la que se le definiría como público [Pasmado] aparecieron sanos y salvos Eleonor y Carlos con una reluciente sonrisa, finos movimientos corporales, facciones delicadas, unos ojos más lúcidos, en una obra callejera o más bien dicho un truco de magia [A la cual hay que guardarle el secreto] que invitaba a los presentes a hacer un propio juicio de sí; [Los aplausos, tomaron su tiempo]).

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#POESĂ?Apoetastro

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UN POETA DE TROPA Todas las voces eran tú, y ‘Los tipos tristes, como yo, soñamos sin contener’, no en mujeres desnudas, si acaso sólo sin prejuicios, con recuerdos que borren apacibles dolores; en el sentido de la descripción, le hablamos al muerto, forjamos en nosotros monumentos aleccionadores; no nos importa, nuestra falta de belleza es su problema, ‘No somos lo que piensan’. Para llegar hasta aquí nos ofrecieron dinero como si fuéramos dueños de otros; qué beber, qué fumar, y habría que hacerlo como un imbécil.

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PREMONICIÓN DE UNA LACTANCIA No lo sabemos pero somos como los espejos: tratamos de volver a nuestros orígenes envueltos en fuego, esperanzados de que sea pronto, de que algún día, nos gane lo valeroso para ir a sentir el fresco del viento en nuestras frentes, sin hablar, sin pensar, tan lejos y dentro de nosotros, fuera de esta cosa tan errónea, tan pendeja. Bla, bla, bla…; Y, y “volveremos a conquistar la galaxia de un beso, colocaremos soles en las manos, crearemos magia del amor” y sin embargo, el cerebro intentará fermentar lombrices de nuevo.

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APENAS LO NECESARIO | ¿QUÉ TIENEN? Las almas conquistadoras más que ser un mar son el azul en el cielo, de ser el sol son la luz en la luna, y un día en el que los sueños se hacen realidad ellas brillan con tal fondo que se vuelven inasibles. Mientras se matan e intentan pasar por los métodos convencionales de la ley, inventan nuevas maneras de caer, como por ejemplo la de leer poesía del Sr. Benedetti cuando se consume el tiempo o apreciar el cosmos de Lancaster. Hay de ellas un sinfín, y todas son libres y tiernas. Existen las del corazón de piedra y las del corazón de seda; las segundas se pueden sentir como el punto más hondo del mar, como si en ellas habitara la esencia misma de la humanidad dispar, y eso que tienen hasta las rocas, pero las almas negras no.

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EN SU AUSENCIA En su ausencia: Cuando el espíritu carezca idiota, reza por no haberlo roto completamente e irreparable, entonces, mirarás el cielo para notar que es tan profundo como su pensamiento. En su ausencia: ¿Cuándo no esté cómo volver a contemplar su mirada? ¿En dónde descansará tu rostro? Y, quizá algún día, cuando puedas dibujar una Nube, Estrella, Luna y sobre todo un Universo tan vasto como su amor; quizá la vuelvas a ver. En su ausencia: El único refugio el corazón, y, pese al tormento de los recuerdos, toma en previsión esa gota que resbala sobre tu mejilla.

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COSQUILLITAS EN LOS LABIOS ¿Qué estás pensando? He visto a todas las generaciones inmersas en Facebook, que mejor mirada que la de un animal perdido, ¿oh no amigo?, un perrito gatito zorrito patito y cerdito, yo voy a dar más ternura que todos esos juntos, no importa que sean mucho más sexys, geniales e interesantes; esa es la introducción y así me conviene que me recuerden. He visto fotos y les he dado ¡clic, clic! en ‘Me gusta’, me he quedado un rato viéndolas y se los he quitado, digamos que no fomento la gula, quieren saber por qué si soy un hombre tan (apunto a ti) común; resulta que he quedado en ‘Visto’ muchas veces, dos palomitas azules de WhatsApp diciendo “Ella está, pero no para ti”, o sea Mí, es decir Yo. Perdón, perdónenme pero en una conversación que sólo es unidireccional las esperanzas bajan en un mil por ciento, es un dato fiable que se fundamenta en el conocimiento empírico, tacto amoroso cibernético que provoca un efecto online. Esto que ves aquí (apunto al suelo) aparece en el mapamundi, el centro de América es México, conocido por su carencia democrática, su fiel status quo; soy de la generación que no lee libros, ¡ahí hay algo desconectado!; decían que era una mierda, que me miraba lindo en la calle mientras llovía, que me guiaba el GPS, la App, por el funk, rock o metal, viéndola mejor no era el GPS, sino un paradigma del listón metafísico que me hacía sentir cosquillitas en los labios, como un beso que viene; ¿y el corazón?, ¡toc, toc, toc!, ¿quién de aquí tiene más corazón que excremento? Ahora bien, en conclusión, hace dos años, por fin definí mí ideología política y filosófica, usted lo ha de conocer como romanticismo, después de dos años, ¡debo dejar de medir el tiempo en dos años a partir del 2016!, después de un análisis de su marco teórico y un estudio sobre el lenguaje de sus ausencias, no hay otros resultados que no salgan de lo científico, sean psíquicos y se vuelvan sociológicos. P.D.: ¡Clic, clic!, onomatopeya de ‘Me encanta’.

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NO SÉ No sé en qué beso ustedes dejaron de tenerme; cuándo, maldita sea, nos separamos; cuándo en silencio e intempestivamente tomaron aire para no llover y dejar de percibir el efecto del medio: un par de palabras bonitas. Ojalá, rezo por ustedes, se encuentren con mi otro yo. No sé en qué mirada, sinceramente, me perdí en la lumbre de sus ojos, lleno de agua que tronaba; por esa necesidad tan imperiosa de respirar, en la vida me hubiesen visto, en la vida me hubiese sentido; puta madre, cuándo el amor empezó a tener cuerpo. Hay tantos de mí, como yo de ellos, la única diferencia es que yo soy el peor de todos. No sé en qué caricia dejaron de palparme; pero, en qué vacío embonaría tan inmenso corazón, en el de ustedes, jamás; veo grabado en sus pieles las epístolas de que saben ser humanas en historias cortas y en repetitivas ocasiones. Nos pertenecemos, ahora, a nosotros mismos; nos pertenecemos a nuestro futuro; nos pertenecemos, en lo profundo, al cariño de estos ánimos entripados.

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SIENTO DENTRO DE MÍ Me encantará y lo odiaré, será nauseabundo, fétido, horrible será pensarlo sangriento, más sin embargo una joven chispa rebelde flotará con gran brillantez. Ojalá, y digo ojalá de la forma más tierna, pudiese calmar está maldita necedad al salir del pecho, está cosa, cómo decirle si soy yo, o eres tú y todos mientras se empapan de mí, acercándose lentamente para remover con un cucharón las tripas. Y, y lo ojos saldrán muertos, casi siempre empieza así, y los labios secos y cacareantes, y los oídos se desvanecerán, y la lengua colgará para caer aferrada en los brazos. La piel con gran facilidad se desmantelará, las piernas, la cabeza rodará sin mí, mientras, iré muriendo, en, en un charco de entrañas, como el llameante de una antorcha que se desvanece sonriendo; y se comprimirá el torso, se reventarán los órganos, brotará un “Te amo” vivo, y eso será como un capullo del que sale una mariposa.

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LA CHICA HUESUDA Te voy a decir, hace algunos días subí a lo más alto del Memoria y pensé en ti, en esas tinieblas que me regalaron las nubes los cien mil monos de mi cerebro no supieron cómo establecer lo clásico, único y que las cenizas de los ojos borraron, adentro palpita una imagen que te tengo pero que al parecer no te puedo contar. No hay pruebas, se le acabó la pila al celular, la fotografía estuviese colgada de Tumblr, Pinterest o Instagram sin algún tipo de retoque digital, nada hipster, bella por sí sola, ahora nada queda ya de ello, sólo estos versos contemporáneos de poesía Muerta, como tú, el idioma del romance. El mundo frena salvaje Calaca y el cerebro sale volando, se estrella contra la pared y ¡plash!, resbala dejando una línea babosa para caer en el bote de basura, y volví a pensar en ti; para, para, para, recopilemos e insertemos efecto de cinta regresando, de perdón, ¡blo, blo, blo, blo…! Eres hermosa, linda, pero no tanto como la Bocha, la perra. Flaca, ¿cómo no me vas a creer si te, te, te estoy besando?, sí, te estoy besando en ese paisaje, nos fundimos en un ¡mua!, y aún más otro ¡mua!, y otro, y otro, y otro hasta hacerse infinito, pasar por la Argentina y ¡chuic!, pasar por Japón y ¡chuu! Esa imagen es mía, nuestra, porque jamás volverá a ser, se esfumó leve, leve, leve, mañana habrá otra diferente, como un sempler en balada o thrash de nuestras vidas que deviene, lo hace desde su plano existencial, desenfrenada, y si el amor es eso, tú eres el viento, lo que no se ve.

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EL FEO CON BONITOS SENTIMIENTOS Te vi y se me hizo venir el vómito a la boca, llevabas puesto los ojos hechos pedazos, los leves gestos de sentimientos contraídos buscando nuestro cielo que empezó a desmantelarse: piernas, brazos, manos, dedos, cabezas y más. Me mantuve vigilante desde la secreta alegría, cuidándote, cuando tú, a algo así como muñequita de porcelana me diste un beso conmovedor, una navaja cercenadora que me abrió el corazón. Por todo ello muchas gracias. ¿Qué tal traes las tripas en tu tácito? Pensé en la mísera belleza superficial que me haría feliz y no fue así, pues, heme aquí, aún tirado, crujiente, inconmovible “no rogaré jamás por mí”, pues aunque reventado como el pobre tontito que soy, sé que el momento como los grandes bardos malditos, la sangre, las vísceras y las circunstancias hacen la mayor de las poesías. Y ahí, entonces, aquellos estragos de mi alma llamados lágrimas se opacan en el verdadero diluvió caer afuera. Mientras recostada, impávida, y poco a poco se disipa la verdadera imagen de ti y de mí entre la maldita cochinada de la noche consumible, como solía decirle de cariño a esa rara cosa sin extremos, esa nimia brillar: tú dormirás; y yo moriré; la gente como yo muere joven. Y te veré y me verás desparpajado, sin luz, sin brillo, mis ojos secos. Tanto tú, radiante al levantarte enredada en el rayo de luz partido del día. Tus ojos adormecidos, Barrocos, bellos, hundidos, manchados a su alrededor de mí.

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ESTAR SECO, ES DECIR, JODIDO A menudo la Tristeza y la Felicidad son sentimientos hermanados: flotan y danzan con la brisa del atardecer, unidos, como las estrellas al cielo, brillan estampados en esa lágrima que florece al reír, embebida, por el rostro, por los ojos mismos del alma. En los estremecimientos más profundos y hermosos, como mares, tan sólo un encantador aire, los extremos despuntan el azul marino, puede ser, el de un beso hipocampo, un tímido roce de un pájaro, algo parecido a poner de plata pura el mar; la luna. Erraba cansado, pensativo en el filo del límite, mi pecho, hondo, tatúa entre caminos ocultos en el cuerpo del destino, mientras al otro lado del mundo peores actos pasan, violencia inimaginable que llena de ternura a este pobre niño que se lamenta, que sufre, que tal vez, empático, sueña hambriento en el epicentro del miedo.

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VOTO 1) He vivido en soledad… hasta hoy, ayer, antier, ante antier buscábamos llenar el ojo, hoy, porque hoy es ayer y siempre, apercibimos aunque aplaste el tórax, escuchamos aunque paralice la sangre la maquinita musical, sé que te gustan, cómo aquella cuándo ves dentro de ti a la bailarina, 2) siendo libre, ayer, antier, ante antier reíamos o llorábamos, imposible que más de dos décadas quepan en algo pequeño y sutil como nosotros. Disfrutamos leer La Tregua como es posible nadie lo haya hecho, sentíamos romperse el interior, donde era depositado un cacho de Martín Santomé 3) mirando a Venus o a-Marte, ayer, antier, ante antier no importa si llegamos tarde, con altibajos, mutando, hechos pedazos, sino juntos, con un gran beso que alivie la espina dorsal que nos teníamos prometido desde antes de desmoronarnos, desde antes incluso, de conocernos, 4) y vivir para soñar. Ayer, antier, ante antier, este inexplicable sentido de fe, sencillo, trascendental, no existía, pero hoy, porque hoy es también mañana, acepto, que la vida está llena de agujeros negros, y nada igual a mi amanecer: que eres tú.

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#POSTpoetastro

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I.

Aunque hay gente intentando no destruir el mundo, todos al final lo hacen sin querer. 06/06/2016

II.

Una vez, un buen tipo me dijo que las historias nacen descorazonadas; y aquí estoy ahora, intentando embutirle a un cuento mucha tripa. 08/11/2016

III.

Buenos días son Buenos días, no hay trasfondo en eso, no lo echen a perder. 01/02/2017

IV.

Quizá, sólo quizá. Hay historias cortas, algunas tan pequeñas que duran un abrir y cerrar de parpados. Quizá, no me crean, seamos una de ellas agolpándose con otras en el armario de un escritor, con un grito como “¡Hazme caso, hazme caso!”. 16/12/2016

V.

Quizá no sobrevivamos a los años siguientes. He estado analizando el comportamiento humano actual y he llegado a la conclusión de que vivimos en la era medieval. Yo mismo me considero testigo y hasta cómplice implícito del porvenir postmoderno-apocalíptico de numerosas posibilidades históricas de la humanidad, entre abrazos hipócritas y felicitaciones sin sentido que venimos arrastrando. Pero qué más podemos esperar si estamos sumergidos en mierda que nos llega hasta el cuello, sube a la boca y tragamos un poco, a la nariz, a los ojos. Por cómo van los años las teorías del acabose mundial no son prematuras. Cuando dicen palabras como ‘Unión y Solidaridad’, porque aunque es verdad yo me he reído y lo he aceptado, las hacen sonar como palmaditas en la espalda, falsas, líquidas. Sí, hay que unirnos y hay que empezar desde ‘Todas las religiones derivan de la egipcia, así como todas las filosofías de la griega’, eso quiere decir que desde cierto punto metafísico sí estamos unidos; dicho lo anterior, aun, me declaro un soñador, uno que no busca ser merecedor de semejantes ofertas de cariños más allá de las sinceras y no obstante una evidencia de sentimiento mutuo.

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Esto, no me juzgues, es sólo un asunto existencial. 29/12/2016 VI.

Se acordaran de que me decían “Es lindo escribir, debe ser catártico, ‘pero’ no te va a dar para comer”, y yo decía “Ya verán que será todo lo contrario”. Ok, no es ese momento aún, pero de que es lindo es lindo. 30/05/201512

VII.

CHAO MAISFRIENDS. La semana termina irreversible, rutinaria, encadenada a una congestión nasal que me hizo recurrir a la curandería ortodoxa y heterodoxa, sumado a la insoportable curiosidad falomágica del verdulero de mi barrio, me percibo poseso y vulnerable ante la siguiente axioma: todos los caminos llevan al té de cebolla. Es viernes 10 por la noche. Descansen. Nos leemos pronto. 10/02/2017

VIII.

Mientras se lee a Sabines se empieza a devorar de puro coraje el corazón. 04/03/2014

IX.

Hoy seré valiente. Voy a bailar como nunca lo he hecho en mi vida, aun si colapso, quemo, destruyo o enamoro. 12/10/2016

X.

Hola. Y vuelven los pájaros a nuestras gargantas, se hacen las amapolas, se conmueven los sentimientos. 15/11/2016

XI.

Me han dicho darks, joto, marica; son ellos, los que no entienden de la metafísica ni nada más allá a fuera de la realidad, no lo entienden, no entienden nada, no entienden a la vida ni al amor, son de esos que vagan, y que aman, pero que no aman como yo. 28/02/2013

XII.

Ya están pagados. Todos esos likes que les he mendigado fueron recompensados por una chica que iba leyendo mis escritos en el autobús, frente a mí, sin imaginarse de qué mente brillante surgieron esas bellas líneas de poesía. Ambos llevábamos audífonos, probablemente escuchábamos la misma canción. Bajó dos 64


paradas antes que yo y no cruzamos por lo menos una mirada, un roce, ¡vaya!, quizá hasta el oxígeno se rompía. Fue un evento meramente romántico. A ella le deben que me sienta motivado, sonriente y con futuro. 11/01/2017 XIII.

Sin él no se hubiese constituido el cuento gótico por completo, es la llaga del suspenso; cómo no recordar al fastidioso William Legrand en ‘El escarabajo de oro’ y sentir no golpearlo para que calle. Quizá, para mí, unos de sus mejores relatos, leer ‘El corazón delator’ y no sentirse asfixiar, ¿cómo?; apreciar las tinieblas al negro vivo de ‘El pozo y el péndulo’ y querer parar, ¿cómo? Nos puede gustar o no, ya no está y no volverá, ¿o sí? Estuvo siempre rodeado de tragedias, mismas que lo acompañaron en su muerte, ahora, a más de 150 años de su extinción y habiendo inspirado, entre otros, a Bradbury, Cortázar, King y Lovecraft, la vasta tropa de seguidores e imitadores le recordamos. 10/10/2015

XIV.

Datos fiables dicen que en alto porcentaje, cuando una persona postea que es un pinche feliz siempre, ocurre que es todo lo contrario, así que no sean mamones. Por otro lado, la tristeza es más sincera. 11/24/2016

XV.

La siguiente foto de perfil pensé sería de Poe, pero ya hay demasiadas páginas de poesía con el autor, por lo que mejor opté, No. 15/01/2017

XVI.

Es gracioso porque cuando se inventó la política, que es una derivación de la filosofía, se hizo pensando en el romanticismo aunque para aquel siglo aún ese término no sería acuñado por la corriente alemana. Ahora no se mezclan porque es impensable. 18/04/2017

XVII.

Ahora sí, lo que queda de historia humana podría acabar con esta pieza, tengan ‘Carmina Burana’ en su playlist por si las dudas.

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CARTA. Amen, ya amando no lo dejen de hacer, sean buenos chic@

Desde la ciudad en donde las palmeras tocan el cielo

Hola mis queridos: Les signo esto para agradecerles su lectura; y hacer un pacto de sangre, si es que lo creen conveniente. Prométanme enamorarse de verdad, ¿lo harán? He leído a lo largo de los últimos 9 años del romanticismo y he quedado petrificado con esta cosa suicidad. Esperen, muchos esperamos lo mismo, un abrazo afectuoso que palmee la espalda. Recuerden que el casi amor no es amor, que eso acaba para antes de iniciar. Que nuestro amor salve, que aunque retoricado y bizarro libere a fuego lento sin quemar a nadie al arder. Que sea curioso, inacabable, que los miren y digan “¿Cómo es que andan juntos?”, provoquen eso, esa carga magnética que sea inexplicable al brillar.

¡Gracias, mil!

P.D.: Reciban un abrazo con sabor a sangre. Saludos y besos violentos de todo corazón del descorazonado.

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Si leĂ­ste esto, estoy dentro de ti. Me introduje por tu vista, ahora devoro tu cerebro.

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AUTOR: Brígido Astorga; Poetastro. Es redactor publicitario/periodístico y ha laborado/ejercido su docencia, tiene estudios en comunicaciones y diseño. Escribe de manera regular desde los 17 años, siendo su género literario ideal, el cuento, por su brevedad, consistencia y exactitud. Vive en la ciudad de Los Mochis, México. Los valores que le caracterizan son, humildad, sensibilidad. Red: @PoetastroMX. SINOPSIS: Cuando Adán vio por primera vez a Eva ya no pudo quitársela de la cabeza, pues esa impresión es la que busca 99.99 % de ácido, libro de antología: los chicos soñadores, la muerte dentro de la vida, la sociedad, la pasión y el amor son lo que componen su existencia. En los cuentos y poesías al interior posan personajes claros, sencillos pero cargados de sentimientos que estallan en la vista de quien se atreva a leerlos. Son 36 textos en prosa y 11 en verso que van de la metafísica a lo palpable, ¡se les advierte! que experimentarán el existencialismo clásico de quien anda en bici en La fábula del Señor y el genio, se conmocionarán con Gage, Embarrada, Amor mío córtame en pedacitos o El lazo, amarán a Gabriel pero aún más a los viejitos de 1969, descubrirán Ágape, y sentirán la magia en Lo que hubiéramos sido si no la hubieras cagado.

Ed. núm. 1, año 2017 Esta obra está sujeta a la licencia Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/. Los textos están bajo ISBN; en México son protegidos por los Arts. 229 (Ley Federal de Derechos de Autor) y 424 (Código Penal). * Impresión y distribución independiente. 70


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