#EsConAcciones 10 pilares con acciones
El nuevo pacto social Los violentos y los corruptos nos retrasaron la construcción de la Colombia que nos merecemos 27 años. Pero ninguna de las dificultades, amenazas o frustraciones de estos años nos quitaron nunca la sonrisa, la fe y la decisión de que somos la generación que terminaría la guerra y con decencia e inclusión construiría el país igualitario, transparente, moderno y justo que nos merecemos. Por eso seguimos trabajando con decencia y disciplina para hacer realidad la Colombia que queremos. Con el fin de fortalecer la unidad de la Nación, vamos a asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz dentro de un Estado Social de Derecho, democrático y participativo, que garantice un orden político, económico y social justo para todos. Ese fue el juramento que hicimos hace 27 años en nuestra Constitución. Y ese es el mismo juramento que vamos a hacer realidad. A quienes lograron construir un consenso nacional para deslegitimar y excluir el uso de la violencia con fines políticos, ¡gracias! A los humildes jóvenes de Colombia que son el corazón de nuestra Policía y nuestra Fuerza Pública, gracias por recuperar la seguridad y terminar esta guerra. A los padres y madres que sacrificaron su tranquilidad para que lo hicieran, ¡gracias! A los miles de campesinos, líderes sociales y defensores de derechos humanos que nunca se rindieron, ¡gracias! A los jóvenes de ayer y a los de hoy, que son el aire fresco que inspira y moviliza lo mejor de Colombia, ¡gracias! Cuatro factores que se retroalimentan nos han retrasado la Colombia que juramos construir. La violencia, la corrupción, el centralismo y la exclusión son los componentes del círculo vicioso que ha desestabilizado nuestra democracia, arrasado con tantas vidas e impedido nuestra calidad de vida. Solo ahora, en pleno siglo XXI, estamos llegando al pacto apenas elemental de decir nunca más a la violencia en la política. Pero no hemos sobrevivido a estos 100 años de soledad y 50 de violencia para quedarnos en sueños cortos y ambiciones básicas. Hoy quiero invitar a todas las mujeres y hombres, a los jóvenes y a los mayores, a que juntos demos el siguiente paso, a que nos propongamos un nuevo pacto generacional, porque ninguno de los cambios necesarios para tener el país que queremos y la calidad de vida que nos merecemos tomará menos de una generación. No proponemos un simple plan de gobierno, proponemos un plan de vida para los próximos 25 años. En el país del pasado nos guiábamos por los indicadores de la supervivencia: que cómo va la tasa de homicidios, de secuestros, de desplazados, de caídos en combate, que cuántas hectáreas de coca hay o no hay, que cómo va la erradicación, que cómo va la inflación y el PIB. En el país de hoy tenemos que guiarnos y obsesionarnos por cumplir los indicadores de la vida, no de la supervivencia; del bienestar, no del mero crecimiento; de la felicidad construida, no de la resignación pasiva. Estos nuevos indicadores son la base del pacto generacional, del nuevo contrato ciudadano, del nuevo contrato social y del nuevo contrato laboral que invitamos a todos los colombianos a firmar y votar. Este es un compromiso no sólo con los hombres y mujeres que nos elegirán para ser el próximo Gobierno, sino con los niños y jóvenes que serán la próxima generación. Nos comprometemos a liderar y hacer realidad el nuevo pacto generacional y el decálogo de la Colombia que queremos construir.
clopezsenado10@gmail.com
¿QUÉ PROPONEMOS? Todos estudiamos, todos trabajamos, todos ahorramos
Todos estudiamos, todos trabajamos, todos ahorramos para la vejez, ¡todos! Nunca más una Colombia que produce 600.000 ninis al año, es decir hombres y mujeres jóvenes entre los 16 y 24 años que ni estudian ni trabajan. Además de nuestro nuevo contrato social, en adelante todos los subsidios de jóvenes y familias en acción serán subsidios condicionados a que esas mujeres, no sólo sus hijos, terminen su ciclo educativo, se formen para el trabajo y obtengan un empleo. Con jóvenes y mujeres de familias en acción que completen su ciclo educativo, podrán encontrar un empleo o iniciar un emprendimiento. Cuando se empleen, el Estado mantendrá el subsidio como parte del salario y cubrirá su aseguramiento en salud, de manera que para el empleador la carga laboral sea menor, pague el resto del salario y la contribución para pensiones y cesantías. Vamos a multiplicar y formalizar el ingreso al mercado laboral de jóvenes y mujeres, con salarios dignos para el presente y capacidad de ahorro para la vejez.
Nuestra visión:
Vamos a desactivar la bomba demográfica y pensional y a eliminar la horrorosa inequidad en la que nos gastamos $41 billones de pesos para que menos de 3 millones de colombianos se pensionen. Construiremos un sistema de seguridad social de pilares con un seguro de salud pública y vejez modesto, pero de calidad y universal, y un adecuado sistema mixto de incentivos para el ahorro individual y colectivo para el retiro y la vejez.
¿Cómo lo vamos a hacer?
En materia de empleo: Política industrial: El empleo crece. Nuestro gobierno impulsará múltiples medidas para reactivar y poner a flote la economía colombiana. Las diversas inversiones y planes que tenemos en materia de educación, salud, infraestructura, política industrial, agropecuaria y energética asegurarán la creación de empleos dignos de calidad.
Generación de empleos de calidad. Consolidaremos la bolsa de empleo del sector público, donde estarán publicadas todas las vacantes del Gobierno nacional y de los gobiernos locales. El sector privado es un aliado fundamental en la reducción del desempleo. Haremos alianzas con la empresa privada para que vinculen a los beneficiarios de los programas de formación para el trabajo. Demos garantizar que el salario mínimo sea una realidad. Hoy el 23% de los ocupados reciben hasta medio salario mínimo, y el 25%, entre medio y un salario mínimo. Es decir que cerca de la mitad de los trabajadores gana un salario mínimo o menos. El problema del salario mínimo es que ni siquiera es lo que ganan como mínimo los colombianos. Acceso a trabajos dignos. El Estado seguirá subsidiando la salud del primer empleo o empleo de mujeres siempre y cuando el empleador asuma la pensión y las cesantías. Vinculamos capital social al mercado laboral y reducimos costos laborales. El régimen subsidiado en salud se mantendrá por 2 años, mientras la persona estabiliza sus ingresos. La población beneficiaria de subsidios tendrá acceso preferente a programas de empleabilidad. Mantendremos el programa de familias en acción, pero de ahora en adelante los subsidios estarán atados a la empleabilidad de los titulares del programa. Proponemos que el programa incorpore dentro de su oferta la formación educativa y para el trabajo y la empleabilidad de las mujeres. Para tal fin, las mujeres titulares del programa tendrán: acceso preferente a programas de educación y programas de formación para el trabajo. Estos programas estarán orientados a garantizar de forma progresiva el acceso a la educación, al financiamiento de proyectos de emprendimiento laboral y a la búsqueda de la estabilidad laboral. A las madres que consigan empleo les seguiremos financiado la salud hasta por dos años con el fin de garantizar su estabilización laboral En el marco del programa se implementará un programa de bienestar comunitario basado en un conjunto de actividades para impulsar las capacidades individuales y colectivas de las familias beneficiarias. Estos programas se enfocarán principalmente en educación sexual y reproductiva, educación nutricional y formación financiera. Educación de los jóvenes. Garantizaremos de forma progresiva a los jóvenes beneficiarios que culminan el bachillerato acceso preferente a programas de educación superior. El programa será apoyado y acompañado por Instituciones Educativas del Gobierno. Seguro de desempleo. Con cargo a los intereses de las cesantías se financiará un seguro de desempleo para los trabajadores formales. Esto no implica recursos por parte del Estado, el empleado o los empresarios. Para acceder a este beneficio, el trabajador deberá tener acumuladas, por lo menos, las cesantías de un año. De esta forma, los trabajadores formales contarían con un paquete de protección frente al desempleo conformado por las cesantías, el mecanismo de protección al cesante y el seguro de desempleo. Servicio público de empleo la prioridad. El clientelismo es la elección de los peores. Entre julio de 2015 y junio de 2016, el Sistema público de empleo registró 761 mil vacantes, de las cuales 356 mil fueron ocupadas (esto equivale al 15,8 % del número de desempleados promedio en 2016), y 1 millón 787 mil hojas de vida. Debemos llegar a 1,5 millones de puestos de trabajo tramitados por el sistema público de empleo.
Empleo público transparente. No más contratos de prestación de servicios en las entidades públicas. El empleo público debe ser el ejemplo de formalización laboral y calidad del empleo. Vamos a consolidar un empleo público moderno y competitivo. El sector público debe atraer a los mejores. Los concursos serán la regla no la excepción. Vamos a hacer una reforma profunda al Comisión Nacional del Servicio Civil, para que los concursos sean ágiles y eficientes. Beneficios cajas de compensación. Los beneficios brindados por las cajas de compensación deben ser extendidos para toda la población trabajadora, incluidos los informales. No deben ser solo para la población formal. Las cajas de compensación son la puerta de entrada para mostrar los beneficios de la formalización a los empleados. Se debe crear una oferta de servicios para la población informal, para que acceda a los servicios sociales en las mismas condiciones que accede la población formal. Cierre de brechas de capital humano. Avanzaremos en las acciones definidas por el CONPES de política de desarrollo productivo para el sector trabajo. Identificaremos las brechas de capital humano en cada sector y estructuraremos un plan de mediano plazo para su cierre y posterior aplicación a nivel territorial Crearemos el Consejo nacional de desarrollo. Estará conformado por los principales actores sociales, sindicatos y empleadores para discutir y concertar políticas de desarrollo económico y social. Tendrá competencia deliberativa en los temas que afecten el mercado de trabajo, la regulación de los negocios y la protección social, la determinación del salario mínimo y medidas que afectan el nivel y el aumento de los subsidios. Teletrabajo. Vamos a crear un programa que privilegie la innovación y el uso de las tecnologías de la comunicación. El gobierno será un ejemplo de esto, las personas de forma periódica podrán trabajar desde sus casas y atender desde allí todos sus compromisos laborales. Regularemos los contratos de prestación de servicio. Nuestra decisión es tener empleos dignos, nunca más pagar para que nos paguen. La dignidad laboral será un pilar transversal de nuestro gobierno.
En materia de ahorro y pensiones: Avanzaremos hacia un sistema de pilares. El principal objetivo deber ser la consolidación de un sistema multipilar en el cual no exista competencia entre los diferentes pilares y en el que todos los segmentos poblacionales tengan una opción disponible para la vejez. Crearemos tres pilares. Primer pilar: Colombia mayor; segundo pilar: Beneficios Económicos Periódicos y el tercer pilar será un sistema complementario entre el régimen de prima media y el de ahorro individual La progresividad de los subsidios y la sostenibilidad del sistema deben ser los principios que guíen este proceso.
Primer Pilar - Colombia Mayor. Aumentar Colombia mayor (pilar no contributivo) a 2 millones de beneficiarios. Hoy en día el programa Colombia Mayor puede ser expandido a una gran mayoría de adultos mayores en el corto plazo como un beneficio antipobreza extrema o moderada. Alrededor de 1,5 millones de adultos mayores actualmente está recibiendo el subsidio. Sin embargo, el monto de la transferencia está por debajo de la línea de pobreza (entre 40.000 y 75.000 pesos al mes). Vamos a duplicar la transferencia en los próximos 4 años para que sea alrededor del 15% del salario mínimo ($100 mil pesos). Esto es $1,1 billones adicionales al costo actual del programa. Segundo Pilar - BEPS. Ampliar el esquema de protección a la vejez, de manera que los sujetos de devolución de saldos e indemnización sustitutiva sean parte de Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) obligatoriamente. Actualmente, el 65 % de la población en el Régimen de Prima Media recibe una indemnización sustitutiva y el 82 % en el RAIS recibe devolución de saldos. Por lo tanto, esta población debería recibir el subsidio de BEPS (20% sobre el valor ahorrado) y con el valor resultante entre los recursos de devolución de saldos o indemnización sustitutiva y el subsidio, contratar una renta vitalicia. El valor mínimo de este esquema sería el del subsidio entregado por Colombia Mayor. Lograr establecer los incentivos correctos implica modificar el esquema de BEPS, para que tenga progresividad a partir del ahorro realizado. Es decir, únicamente para este segmento poblacional el subsidio será mayor en la medida que las personas ahorren más o cuenten con un mayor valor de devolución de saldos o indemnización sustitutiva. Tercer Pilar - Complementariedad Prima media y Ahorro Individual. El Régimen de prima media actuaría como un pilar base de beneficio definido y el régimen de ahorro individual RAIS como complemento de ahorro individual. La gente podría cotizar hasta 2 salarios mínimos en Colpensiones, lo adicional se cotizaría en el régimen de ahorro individual En la parte de desacumulación, Colpensiones otorgaría un beneficio por hasta 2 salarios salarios mínimo y el ahorro en las AFP se convertiría en un complemento sobre estos. Un sistema de pilares tiene como ventajas que reduce parcialmente los subsidios a los afiliados de ingresos altos, facilita la etapa de des-acumulación en el entorno privado. Sin embargo, dependiendo de los parámetros elegidos, podría trasladar recursos al Estado en el corto plazo con un posible costo fiscal elevado en el largo plazo y podría drenar de recursos al sector financiero. Fortalecer inspección y vigilancia. Alrededor de 1,3 millones de personas que no cotizan al sistema pensional devengan más de dos SMMLV (GEIH, 2016). Por ende, es necesario identificar las acciones productivas de esta población y hacer vigilancia constante con las diferentes agencias estatales con competencia en esta materia. Flexibilizar los requisitos para acceder al fondo de garantía de pensión mínima. La cobertura a corto plazo también se podría mejorar con la flexibilización de los requisitos para acceder al fondo de garantía de pensión mínima en combinación con la obligatoriedad del afiliado de obtener una pensión por retiro programado. Una reducción a 1.000 o 900 semanas como requisito para acceder al FGPM generaría un amento de cobertura de 1,8% y 12,6% puntos porcentuales, respectivamente, para 2050, siempre y cuando se implemente en conjunción con la obligatoriedad de acceder al FGPM.