
2 minute read
Nada a la fuerza -La libertad, don de Dios- No con golpes
Nada a la fuerza
La libertad, don de Dios. No con golpes
Advertisement
Nuestro sistema educativo no apela a imposiciones. Orienta en el modo de aceptar una tarea, en la actitud con la que se desarrolla una misión, en el modo de asumir una responsabilidad o un servicio a los demás. Y lo que sostiene y da consistencia a esta opción, a este modo de vivir como cristianos, tiene que ver con la decisión misma de Dios, que nos ha creado y nos ha hecho libres.
San Francisco de Sales eligió el camino del corazón y no el de la fuerza. Y no hizo más que fijarse y vivir la actitud de Dios. La acción de Dios, su gracia, no actúa nunca sin nuestro consentimiento. Actúa con fuerza, pero no para obligar o constreñir, sino para atraer el corazón; no para violentar, sino para enamorar a nuestra libertad. La libertad donada por Dios a la persona humana es siempre respetada. Dios nos atrae hacia Él con su bondadosa iniciativa, a veces como una vocación o una llamada, otras veces como la voz de un amigo, como una inspiración o una invitación y otras como una prevención, porque se anticipa siempre. Dios no se impone: llama a nuestra puerta y espera a que le abramos.